Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TABLA DE CONTENIDO
CAPÍTULO 1
● Departamentos de Colombia
CAPÍTULO 1
EL PROBLEMA
Finalmente, la atención en el sector privado se financia con las primas que los hogares o las
empresas pagan a las EMP y con los pagos de bolsillo que hace la gente que no cuenta con
seguro de salud y que recibe la atención de un prestador privado.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 1995 y 2008 el gasto
total en salud como porcentaje del PIB pasó de 8 a 9.6%, convirtiendo a Argentina en el
país latinoamericano con mayor inversión en salud. Sin embargo, debido a las
devaluaciones de la moneda que se presentaron a finales de siglo pasado y principios de
éste, el gasto per cápita en salud pasó de US$ 707 en 1999 a US$ 241 en 2002. A partir de
entonces, ha aumentado constantemente hasta llegar a US$ 801 en 2008.
Del total del gasto en salud, 49.8% corresponde al gasto público y 50.1% al gasto privado.
El gasto público ha mostrado una tendencia relativa al descenso. Representaba 59.8% del
gasto total en salud en 1995. En el año 2000 pasó a representar 55.4% del gasto total,
mientras que en 2008 se ubicó en 50%. El 59% del gasto público se concentra en los fondos
de la seguridad social y el resto en las instituciones de salud del sector público. Por lo que
toca al gasto privado, 56% se concentra en los seguros privados y el resto corresponde a los
gastos de bolsillo. Argentina, de hecho, presenta una de las cifras más bajas de gasto de
bolsillo de América Latina.
A pesar de que el gasto de bolsillo en Argentina no es muy alto, el nivel de cobertura de las
OS y de las EMP ha disminuido en los últimos años como resultado de las crisis
económicas, lo que ha dejado sin la protección de un seguro de salud a un porcentaje
creciente de la población argentina. De hecho, las cifras más recientes de gastos
catastróficos y empobrecedores no son precisamente alentadoras. Algunos autores han
estimado que 8.37% de los hogares argentinos incurrieron en gastos catastróficos por
motivos de salud y 0.04% en gastos empobrecedores. Los hogares rurales tuvieron menos
gastos catastróficos que los urbanos (8.25% vs 6.56%). Por nivel socioeconómico, en 20%
de los hogares más pobres del país, el porcentaje de hogares con gastos catastróficos fue de
9.44% mientras que en 20% más rico este porcentaje fue de 6.66%. Entre hogares con
seguro y sin seguro médico, los gastos catastróficos fueron mayores en los primeros
(10.24%) que en los segundos (4.84%).12
En el año 2000 Argentina contaba con 17 845 establecimientos de atención a la salud sin
considerar a los consultorios privados. De este total 3 311 eran hospitales, lo que arroja una
razón de nueve hospitales por cada 100 000 habitantes. Alrededor de 60% de los hospitales
eran privados, 38% públicos y el resto pertenecían a las OS. La mayoría de los hospitales
públicos eran provinciales y sólo una mínima proporción (1.8%) eran hospitales nacionales.
Destacan dentro de éstos el Hospital Nacional "Baldomero Sommer", el Hospital Nacional
"Profesor A. Posadas" y la Colonia Nacional "Dr. Manuel Montes de Oca”. Los hospitales
contaban con 153 065 camas, de las cuales 53% pertenecían al sector público, 44% al
sector privado y el restante 3% al sector de las OS. Estas cifras arrojan una razón de 4.1
camas por 1000 habitantes, superior incluso al promedio de los países de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que es de 3.9.11
Por lo que se refiere a las unidades de atención ambulatoria, en el país hay un total de 14
534 unidades de las cuales 44.4% pertenecen al sector público y en su gran mayoría
dependen, al igual que los hospitales, de las administraciones provinciales.
en casi un 70% en dicho período (de 27.1% a 18.6%), la aportación privada continuó
aumentando hasta alcanzar un 80% del total del financiamiento. La cooperación
internacional5 no ha sido una fuente de financiamiento mayor durante dicho periodo
observándose, por el contrario, una tendencia al descenso. El peso desproporcionado que
adquiere en Guatemala el financiamiento privado en relación con el financiamiento público
es opuesto a la situación de la mayoría de los países de la región, en donde el gasto público
es mayoritario. En países con condiciones socioeconómicas similares (Honduras, Belice,
Bolivia, Panamá, Colombia) y con niveles de gasto como porcentaje del PIB similares, el
financiamiento es mayoritariamente público (ver Gráfica 2). De hecho, ningún otro país del
continente americano tiene una participación privada más alta que Guatemala en el
financiamiento de la salud. (OPS: 2007) El peso desproporcionado del financiamiento
privado en relación con el financiamiento público de los servicios de salud es de suma
preocupación, pues tiene implicaciones directas sobre la rectoría, la equidad, y la eficiencia
del sector. En cuanto a la rectoría, la posibilidad de implementar políticas públicas para el
sistema de salud se encuentra sumam ente disminuida cuando el gobierno controla menos
de una quinta parte del financiamiento del sistema. Las implicaciones para la equidad y la
eficiencia se presentan a continuación. El financiamiento privado incluye la contribución
directa de los hogares a través de pago de bolsillo y la contribución de los empleadores a
través de las cuotas patronales a la seguridad social. Debido al alto porcentaje de
financiamiento privado, es importante separar estas dos fuentes para identificar quién está
realmente cargando con el financiamiento del sistema de salud. Esta información se
presenta en la Gráfica 3, en donde se revela una tendencia clara que indica que el sistema
de salud es financiado principalmente a través del gasto directo de los hogares. Todas las
demás fuentes, incluyendo los empleadores, presentan un estancamiento relativo al
compararlas con la carga creciente de los hogares. La carga excesiva del financiamiento del
sistema sobre los hogares expone a la población al riesgo de gastos catastróficos6 como
resultado de enfermedades agudas, crónicas o accidentes. Este riesgo podría ser disminuido
si el gasto de hogares fuese dirigido a financiar sistemas de aseguramiento públicos,
privados o mixtos. Sin embargo, si se toma en cuenta que la cobertura del aseguramiento en
Guatemala (IGSS7, más seguros privados) no sobrepasa el 23% del total de la población, se
puede afirmar que la mayoría de la población del país carece de protección social en salud y
dirige su gasto al consumo directo de bienes y servicios en salud. (Flores:2007) El
financiamiento del sistema de salud por los hogares en Guatemala representa 4.7% del PIB.
Esta cifra está entre las más alta de todos los países del continente y es la más alta (junto
con Nicaragua) entre países con similar situación económica a la de Guatemala.
y Resultados. Santafé de Bogotá, pág. 149. 1994. Datos calculados de la Encuesta CASEM.
Departamento Nacional de Planeación 1993. 13 Se excluyen de este Régimen, los
trabajadores de las Fuerzas Armadas, Empresa Colombiana de Petróleos y Magisterio. 18
mínimo se hará sobre el monto de unos ingresos equivalentes a un salario mínimo legal
vigente y para el independiente sobre dos. Del total de las cotizaciones recaudadas por las
EPSs, se deben restar los siguientes conceptos: i) un punto de los doce que se destina para
ayudar a la financiación del Régimen Subsidiado, ii) el valor de las UPCs del trabajador y
su familia y, iii) un porcentaje para el pago de las incapacidades laborales de sus afiliados.
Si después de esta operación resultan excedentes, éstos deberán ser girados al Fondo de
Solidaridad y Garantía quién los redistribuirá entre aquellas EPSs en donde después de
hacer la operación anterior se generó déficit. Estos son los mecanismos conocidos como
Solidaridad con el Régimen Subsidiado y Compensación en el Régimen Contributivo
mencionado anteriormente. Todo trabajador y su familia, con el pago de la cotización
respectiva tendrán derecho a recibir un Plan Obligatorio de Salud igual para todos, a
cambiarse de Entidad Promotora de Salud cada año si así lo desean, a elegir el prestador de
su agrado, dentro de las posibilidades que cada EPS ofrece y, a adquirir de manera
voluntaria con recursos adicionales provenientes de su bolsillo, los denominados Planes de
Atención Complementaria en Salud PAC, creados en esencia, con la finalidad de mejorar
las condiciones de hotelería y comodidad ofrecidas por el POS. (ver gráfica 2) Cada vez
que se utilicen cierto tipo de servicios, en especial aquellos en los cuales influye la decisión
del usuario para solicitarlos, el trabajador y sus familiares deberán cancelar una cuota
moderadora que tiene como finalidad racionalizar su uso. Sus familiares harán un pago
adicional denominado copago al utilizar el resto de los servicios, que serán destinados a
complementar su financiación. En ambos casos sus montos están definidos como un
porcentaje aplicado sobre el valor del servicio, sujeto a unos topes máximos ordenados por
la ley para evitar que se conviertan en un obstáculo para acceder al servicio.
las dos primeras entidades en ciertas regiones del país. Estas entidades reciben del Estado
una Unidad de Pago por Capitación Subsidiada UPCS, con la cual deberán brindar a sus
afiliados el Plan Obligatorio de Salud Subsidiado POSS, el cual al inicio de la reforma
equivaldrá en su contenido como mínimo al 50% del POS del Régimen Contributivo y el
que deberá irse aumentando en su contenido de servicios, hasta que ambos se igualen en el
año 2001. Los servicios que en un principio no sean cubiertos por el POSS, deberán ser
garantizados por los hospitales públicos, los que para ello seguirán recibiendo subsidios
directos del Estado (subsidios de oferta). Todos los municipios del país deberán adelantar
un proceso de identificación y selección de beneficiarios de los subsidios denominado
SISBEN (Sistema de Identificación de Beneficiarios) con lo cual cada persona
perteneciente a los estratos 1 y 2 de pobreza recibirá un carné que lo identificará como tal y
con el cual podrá seleccionar la ARS a la que desee afiliarse para recibir el POSS.