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PODER EJECUTIVO DEL ESTADO

SECRETARIA DE EDUCACIÓN
DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR Y
SUPERIOR
UNIVERSIDAD MESOAMERICANA DE SAN AGUSTIN A.C.
UNIDAD DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN

TERA
P IA NARRATIVA PARA EL MANEJO
EMOCIONAL DE UNA NIÑA EN PROCESO DE
CUSTODIA

TESIS

PRESENTADA POR

DANIEL ISAIAS PACHECO ENRIQUEZ

EN OPCIÓN AL TÍTULO DE

LICENCIADO EN PSICOLOGÍA

MÉRIDA, YUCATÁN MÉXICO


2016
INDICE

Capítulo

uno. Introducción

Antecedentes del Estudio 1

Planteamiento del problema 3

Objetivos del estudio 6

Preguntas de investigación 6

Establecimiento de la hipótesis 6

Definiciones de Términos 7

Justificación del estudio 8

Limitaciones del Estudio 9

Capítulo dos. Análisis de la Literatura

Las emociones 11

Formación de las emociones en la infancia 15

Función de las emociones en la infancia 18

Emociones: factores protectores de la salud mental en los niños 21

Manejo de las emociones en la infancia 23

Reacciones emocionales ante situaciones legales 26

Proceso terapéutico con niños en procesos legales 27

Orígenes de la terapia Narrativa 29

Conceptos básicos de la terapia Narrativa 30

La externalización 32

Los documentos terapéuticos 33


Las cartas 34

Los Testigos externos 36

Capítulo tres. Metodología

Postura paradigmática utilizada 37

El Contexto 38

Los Sujetos del estudio 39

El Investigador 40

Procedimiento para la Obtención de los Datos 41

Procedimiento para el Análisis de la Información Obtenida 42

Capítulo cuatro. Presentación y Análisis de los Resultados

Introducción 43

Análisis de los resultados 43

Capítulo cinco. Discusión, Conclusiones y Recomendaciones o Propuestas

Discusión

Conclusiones

Recomendaciones o propuestas

Referencias 53

Apéndices 62

A) Instrumentos Utilizados

B) Materiales que apoyan el estudio (cartas, permisos, etc.) 62


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Capítulo uno

Introducción

Antecedentes del Estudio

La sociología ha volcado su atención a la realidad actual de las familias, ya que ha

sufrido una serie de cambios debido a la industrialización, tecnología y economía, lo que

impacta de manera directa sobre el papel que desempeñan, las relaciones entre los personajes

que conforman la familia así como las relaciones que proyecta hacia la sociedad (Casares,

2008).

La familia, además de tener la función de lograr la supervivencia de los miembros

pertenecientes a ella y favorecer el desarrollo físico de los hijos, brinda el apego y desarrollo

afectivo hacia los padres o figuras representativas en la crianza de los niños. Ésta institución,

es primordial para desarrollar la confianza y seguridad en los infantes y generar en ellos a

futuro el establecimiento de relaciones sanas. Sin embargo, la aparición del divorcio ha

marcado diferencias en el establecimiento del equilibrio emocional y afectivo de los menores

al presenciar los acontecimientos que produce un divorcio y a pesar del incremento de esta

situación en las familias, los menores no se encuentran preparados para afrontar los cambios

en la estructura nuclear (Oraindi, 2013).

Comparaciones estadísticas sobre los divorcios indican que México se encuentra en

uno de los países con bajos registros de disolución conyugal, por lo que se le considera un país

de alta estabilidad familiar, sin embargo, se toman motivos para generar un nivel bajo de

confiabilidad en estos datos puesto que se han descubierto parejas que han dejado el círculo

familiar, suceso conocido como separaciones de hecho, mismas que no se encuentran

estipuladas en cifras sociodemográficas. Pese a esto, Suárez (2005), afirma que este fenómeno
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ha incrementado desde el año de 1970 y la característica más notoria es relacionada a

individuos jóvenes (Ojeda y Fogoaga, 2008).

En México, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el año

2013 se registraron a nivel nacional, 95 mil 937 divorcios entre parejas heterosexuales, de los

cuales, se notificaron 29,695 casos de hijos únicos en proceso de custodia. Incluso, para el

estado de Yucatán, se ha registrado la cifra de 1,923 divorcios, pero información sobre el

derecho de custodia a nivel estatal no hay dato alguno (INEGI, 2016).

El divorcio, ya es considerado un modismo que caracteriza a nuestra época. Así

mismo, las parejas que toman esta decisión, lo hacen sin considerar los diversos problemas

que trae consigo este proceso tanto para ellos como para los hijos en caso de existirlos

(Padilla, 1979).

Son diversas las causas por las que el divorcio se origina, una de ellas es la conducta de

violencia emitida por alguno de los conyugues hacía su pareja y/o hacia los hijos, motivo por

el que se hace necesario dicho proceso puesto que el bienestar, paz y seguridad tanto de la

pareja se encuentra de por medio, pero aún más preocupante la de los menores (Rodríguez,

2003).

Pese a lo anterior, es posible encontrar otras razones como son la falta de conocimiento

entre las parejas, la fidelidad, los celos, las amistades, motivos de alcoholismo, machismo, la

economía, la falta de entendimiento con relación a la libertad y el abandono de casa (Garces,

Pruneda y Venegas, 2010).

Según Cowell (1999) citado por Fariña y Arce (2006), una de las labores del

profesional de la psicología en los casos que dan pie al divorcio y por consiguiente a un

proceso legal, se enfoca a la guardia y custodia de los menores, esto es con tres motivos: el

primero, es hacer que se respeten los derechos de los niños establecidos por la Convención de
3

Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños; el segundo es identificar las necesidades de

los niños dirigidos por la psicología evolutiva, y tercero es promover la custodia conjunta a

través de la reorganización familiar.

Soria (1998), indica que la introducción de la psicología en el ámbito de lo jurídico, fue

entre los años de 1040 y 1950 cuando la psicología fue tratada como ciencia importante en las

áreas penal y civil, por lo que empezaron a testificar en el sistema judicial. Pero, a partir del

año de 1962, con la rama de la psicología forense, tras rechazar un tribunal de los Estados

Unidos un informe elaborado por tres psicólogos peritos para demostrar inculpabilidad de un

individuo por la presencia de trastornos mentales, la Asociación Psiquiátrica Americana

protestó para que los psicólogos cualificados por pericia psicológica de ésta ciencia fueran

admitidos para dar validez a los testimonios presentados. Dicho año fue decisivo para que el

trabajo de los psicólogos ya no sólo se limitara a la prestación de sus servicios en

correccionales y atención a delincuentes sino que, además, la práctica se torna en procesos de

individuos imputables, psicología policial y custodia de niños (Morales y García, 2010).

Planteamiento del problema.

Palomar (2012), puntúa que en México, sólo entre uno y cinco de cada 100 varones

obtienen la custodia total de sus hijos cuando la solicitan. Aunque la Suprema Corte de

Justicia de la Nación (SCJN) en México, dictaminó que tanto mujeres como hombres tienen

habilidades para la crianza de niños menores a los 10 años de edad, por ende, ambos pueden

solicitar y ejercer el cuidado de los hijos, pero, en el caso de los hombres, para tramitar y

adquirir este derecho, es necesario que cumplan con ciertos lineamientos complicados y, si la

madre está involucrada en problemas por consumo de sustancias o violencia, es necesario

presentar evidencia física a través de diversos medios comprobables (CNNMéxico, 2012).


4

González (s/f), indica que durante y después del divorcio se presentan dificultades tales

como los acuerdos sobre los hijos, por lo que al no darse estos convenios entre los

progenitores, la presencia de un juez se hace imprescindible, mismo quien debe decidir con

quién se queda el menor, a través de la revisión de múltiples factores correspondientes a los

niveles de capacidad y funcionalidad de los padres. A pesar de existir una igualdad jurídica

con respecto al sexo para tomar la custodia de los niños, el INEGI, aporta datos entre los años

del 2003 y el 2004, mismos que indican que el 94% de los casos son adjudicados a la madre de

los niños.

En la sociedad actual aún se considera que la custodia de los hijos debe ser adjudicada

siempre a la madre, puesto que funge como la figura más representativa en el desarrollo de un

niño, sin embargo, es posible cambiar la perspectiva, ya que también los padres pueden

cumplir y satisfacer las necesidades afectivas y materiales de un menor, por el simple hecho de

contar con las habilidades y capacidades como cualquier ser humano. Empero, es aún más

importante la estabilidad emocional establecida entre el niño y el padre y/o madre, lo que dará

pautas respecto a la decisión y competencia de adquirir el derecho y responsabilidad de fungir

como figura representativa y protectora del menor.

De la Torre (2005), refiere que muchas de las separaciones son de carácter conflictivo

debido a constantes disputas entre los progenitores, consecuencia de no haber resuelto

situaciones pasadas y/o desacuerdos respecto a las cuestiones legales, esto involucra al niño, lo

que dificulta el afrontamiento adaptativo ante la separación de sus padres, así como interfiere

en su desarrollo emocional y resultan síntomas como el miedo, angustia, depresión, ansiedad,

entre otros, como el resultado del mal ajuste ante estos procesos.

Cantón, Cortés y Justicia (2002), señalan que aquellos padres que se encuentran en un

proceso de divorcio, pueden tener niños aparentemente maduros, por lo que es observable el
5

acatamiento de roles que no les corresponden tales como el cuidado de otros hermanos (en

caso de existir), realizar diversas tareas del hogar, o también, pueden ser utilizados

emocionalmente como figuras proveedoras de consejos, apoyo o desahogo de algún

progenitor, en particular del más afectado emocionalmente.

McLanahan y Sanderfur (1994), citados por Cantón, Cortés y Justicia (2002), indican

que por lo regular, las consecuencias del divorcio de los padres en niños del sexo masculino

suele ser a modo de problemas conductuales, mientras que en las niñas se expresa a modo de

depresión, ansiedad y baja autoestima.

Los padres divorciados no siempre facilitan la adaptación y bienestar emocional del

menor, menos cuando su custodia se encuentra en proceso o es disputada por no respetar lo

estipulado por las autoridades legales, así como al quedar experiencias negativas de la relación

que interfieren negativamente en las relaciones progenitor-hijo.

El proceso de custodia de un menor recorre un largo y complicado camino, difícil de

afrontar y comprender dado la edad y maduración del niño. Estas circunstancias en las que se

encuentra inmerso generan a nivel emocional múltiples crisis, así como pensamientos

negativos respecto a su destino, el afecto que pueda perder por alguno de sus padres, incluso

puede llegar a pensar sobre la separación permanente de alguno de sus progenitores al estar en

un ambiente rodeado de figuras de autoridad legal, mismas quienes realizan diversos

procedimientos de investigación para determinar quién es el padre idóneo para

responsabilizarse, cuidar, proteger y educar el menor. Lo anterior, pudiera causar en ellos

diversos estados emocionales y la intervención de los profesionales de la salud mental se hace

indispensable para llevar un acompañamiento psicoterapéutico que ayude al niño a continuar

con los procesos jurídicos, superar las vivencias experimentadas en dicho proceso y lograr la
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adaptación y equilibrio emocional en el ambiente familiar, social, académico e intrapersonal

del niño.

Objetivos del estudio.

El objetivo general de dicho estudio se dirige a describir y evaluar el proceso

psicoterapéutico realizado desde la Psicoterapia Narrativa con una niña en proceso de

custodia, con el propósito de enfrentar de manera eficaz los procesos judiciales, los cambios

estructurales a nivel familiar y la superación de las vivencias experimentadas.

A partir de lo planteado anteriormente, se redactan a continuación los siguientes

objetivos específicos:

- Identificar y describir el estado emocional inicial y final de la menor al estar inmersa

en un ambiente violento causado por la madre.

- Lograr verbalizar los hechos vivenciados por la menor, tal y cómo sucedieron, para

conocer los significados de las experiencias.

- Fortalecer la autoestima y la seguridad de la menor a través de actividades lúdicas.

- Manejar las emociones de manera positiva a nivel personal, familiar y social; además

del afrontamiento de los diversos procesos legales que experimenta.

Pregunta de investigación.

¿Es posible que con la Terapia Narrativa, la niña pueda manejar sus emociones y

afrontar los procesos judiciales, los cambios estructurales a nivel familiar y la superación de

las vivencias experimentadas manera eficaz?

Establecimiento de la hipótesis

Según Hernández, Fernández y Baptista (2006), indican que: “los estudios cualitativos,

por lo regular, no formulan hipótesis antes de recolectar datos. Su naturaleza es más bien

inducir las hipótesis por medio de la recolección y el análisis de los datos” (p. 122).
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Definiciones de Términos.

Terapia Narrativa

Modelo que funciona a partir de la revisión o reescritura de historias de vida de la

persona, con el propósito de que ésta, a través de dichas acciones, pueda tener el conocimiento

de sus habilidades, significado de sus relatos y experiencias vividas (Campillo, 2011).

Emociones

Lazarus (2000) define la emoción como el resultado de un proceso de evaluación

cognitiva sobre el contexto, sobre los recursos de afrontamiento y sobre los posibles resultados

de dichos procesos. Las emociones estresantes o de tono negativo se producen por la

imposibilidad de alcanzar un objetivo y las emociones de tono positivo derivan de los

progresos hechos en dirección hacia la gratificación del objetivo (Hernández, 2014).

Custodia

Se refiere al derecho y obligación que tiene un progenitor, independientemente de su

sexo, de cuidar, vigilar, proteger, educar y corregir los actos del menor, para que su conducta

sea la más apropiada dentro de la sociedad en la que se desenvuelve y que no sea rechazado

por el círculo de amistades de sus progenitores, mismo en el que se deberá integrar en

cualquier momento (Rayón, 2008).

Proceso Judicial

Según Monroy (1996), refiere que el proceso judicial es:

- Un conjunto dialéctico de actos, ejecutados con sujeción a determinadas reglas más o

menos rígidas, realizadas durante el ejercicio de la función jurisdiccional del estado,

por distintos sujetos que se relacionan entre sí con intereses idénticos, diferentes o

contradictorios, pero vinculados intrínsecamente por fines privados y públicos (p. 112-

113)
8

Cambios estructurales a nivel familiar

Minuchin, citado por Minuchin, S. y Fishman, C. (2004), menciona que la estructura

familiar es aquella diferencia en el aumento o disminución de la proximidad entre los

miembros de sistemas significativos, lo que provoca distintos modos de pensar, sentir y

actuar, mismos que pueden estar inhibidos por la participación en el subsistema.

Vivencias

Nietzsche, afirma que las vivencias son experiencias interiores, cuyos contenidos no

mantienen datos inmediatos, sino mediatos o construidos, asimismo, indica que dichas

experiencias son interpretaciones, mismas que aparecen en la autoconciencia (Parmeggiani,

2000).

Justificación del estudio.

Estudios realizados, confirman que más de la mitad de las parejas que se casaron en la

década de los 90’s, fracasaron en su matrimonio y terminan separadas, por lo que la guardia y

custodia de los hijos se disputa y puede ser adjudicada a cualquier progenitor, por lo que se

revisa el tiempo dedicado, la economía y estabilidad emocional que mantuvieron los padres

con los menores antes de la separación. En los niños, resulta difícil comprender la separación

de los padres así como vivenciar todo el proceso, por lo que pueden ser víctimas de crisis

ansiosas y depresivas, preocupaciones respecto a su destino, así como pensamientos sobre su

bienestar familiar en el caso de que ambos padres pudieran permanecer junto a él, mismos que

originan emociones negativas o poco adecuadas para responder a las circunstancias familiares

(González, s/f).

El tratamiento psicoterapéutico con los menores, se hace indispensable y necesario

cuando es evidente la presencia ya sea de una crisis o de síntomas en las víctimas que

interfieran de manera negativa en las áreas donde se desenvuelve el niño, llámese escuela,
9

círculo social u hogar, por lo que es de suma importancia crear él, un espacio por parte del

terapeuta de plena confianza, ayuda y superación para con la víctima (Echeburúa y

Guerricaechevarría, 2011).

Expuestos los motivos y razones, se elige la terapia Narrativa para trabajar con la

menor en proceso de custodia, ya que al encontrarse en una situación de violencia física y

psicológica, acciones que acometían demandas legales en contra de la madre y por

consiguiente el involucramiento de la menor en dicho proceso judicial, es preferible utilizar y

aprovechar su edad para poder dotar de recursos que generen un bienestar psicológico a través

del apoyo empático, por lo que es imprescindible que sepa manejar sus emociones y

situaciones estresantes mediante la promoción de experiencias positivas, y así, de manera

directa, es dotada de recursos para el afrontamiento de diversos eventos que sean percibidos

por ella como adversos o con cierto grado de dificultad, por lo que dos premisas son

importantes; la primera, es la separación del problema de la menor, con lo cual se eliminan las

estigmatizaciones y entiende que el problema es el único problema, y la segunda, es el pleno

disfrute de su niñez.

Limitaciones del Estudio.

Debido a que esta investigación conlleva una metodología referente al estudio de caso,

ésta se circunscribe a un solo sujeto identificado biológicamente con el sexo femenino, de

ocho años de edad, quien reside en la ciudad de Mérida, en el estado de Yucatán y cursa el

quinto grado de primaria. Su círculo familiar actual, está compuesto por su padre biológico,

madrastra (desde hace 2 años), y dos hermanastros, la mayor de sexo femenino de seis años y

el menor del sexo masculino de tres años, por lo que su posición entre los descritos es ser la

primogénita del primer matrimonio fracasado.


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Capítulo dos

Análisis de la Literatura

Introducción.

La naturaleza de los niños se basa en la imaginación, juego y en vivenciar experiencias

que a largo plazo dejan huellas significativas que ayudarán al afrontamiento y superación de

dificultades en la vida adulta, o de lo contrario, dejan traumas que marcan para toda la vida e

interfieren en su desarrollo pleno y salud mental. De aquí la importancia de proporcionar

ambientes favorables y sanos en los cuales se desarrolle de manera adecuada y satisfactoria

para lograr la adaptación en diversos entornos de su vida. Sin embargo, pueden existir hechos

que desencadenan emociones inadecuadas para el correcto afrontamiento de la situación, luego

entonces, desequilibrios son notorios en el área intrapersonal e interpersonal, por lo que en un

principio pasan desapercibidos hasta que son identificados demasiado tarde para la salud

mental del menor.

Las emociones juegan un papel fundamental en la vida de todas las personas, no

obstante, en nuestra sociedad actual no existe una cultura para la enseñanza y correcta

expresión de éstas, por lo que es más fácil reprimirlas o canalizarlas de manera inapropiada lo

que llega a ser dañino para los menores o en casos extremos para las personas de su alrededor.

Con esto, se pretende plasmar información sobre las emociones y cómo en la etapa de

la infancia se experimentan diversos sucesos, específicamente durante procesos legales y sus

efectos sobre los menores, hasta llegar a diversas alternativas como la psicoterapia, ciencia

que, a pesar de contar con diversas corrientes, en esta revisión se encuentra enfocada al

modelo de la terapia narrativa, quien utiliza técnicas novedosas, creativas y no

culpabilizadoras. Esta terapia no solo se usa como herramienta para operar sobre las

emociones sino también para la modificación de la percepción de las experiencias vividas,


11

mismas que son concebidas como historias creadas por las personas (autores), quienes tienen

la libertad de re-editar sus historias llenas de problemas por historias nuevas con finales

alternativos y resultan ser positivos para dar un nuevo panorama de la vida.

Las emociones

Las emociones están presentes de manera indiscutible en la vida de las personas. Ferh

y Russel (1984), describen a las emociones como aquellos estados subjetivos que poseen una

gran carga afectiva, de modo que las percibimos y las nombramos como alegría, enojo, tristeza

y miedo.

Se sabe que las emociones son procesos multidimensionales, episódicos de corta

duración, activados por estímulos internos y/o ambientales, por lo que el organismo del

individuo reacciona al valorar ciertas circunstancias como productoras de un desequilibrio, lo

que genera cambios en la estructura de la cognición, a nivel fisiológico y motora expresiva, las

anteriores son las que nos proporcionan una adecuada adaptación para enfrentar los constantes

cambios (Martínez, Fernández y Palmero, 2002).

Con esto, es posible expresar el sentir propio de cada persona para transmitir alrededor

información sobre la conformidad o aversión de las situaciones que se acontecen

cotidianamente, del mismo modo al experimentarlas se asignan significados propios a las

situaciones similares que se divisan para saber actuar ante ellas.

Las emociones pueden aparecer por diversos motivos, ya sean por razones

interpersonales o intrapersonales. Para Vivas, Gallego y Gonzáles (2007), la aparición de las

emociones dependen de los siguientes elementos:

- Un estímulo que genera una emoción.

- El sujeto, mismo quién percibe el estímulo, lo interpreta y actúa respecto a ella.


12

- Atribución de significados a la emoción, lo que permite concederle un nombre para

saber reconocerla.

- La experiencia emocional que desencadena en el momento.

- La reacción emocional, genera signos y síntomas a nivel fisiológicos observados y

percibidos en el cuerpo.

- La expresión de la emoción a través de lo motor.

Por su parte Cash (2012), identifica tres componentes indispensables y que al mismo

tiempo se relacionan tras la aparición de las emociones descritas a continuación:

- Experiencia subjetiva: cuando la emoción aparece, se expresa en forma de sentimiento,

es decir, una forma personal de experimentar la sensación emocional.

- Reacción fisiológica: las emociones también generan cambios y reacciones a nivel

cerebral y del sistema nervioso, observándose de manera conductual.

- Componente expresivo: todas las emociones tienen rasgos característicos, mismos que

se expresan a nivel gestual, postural, palabras, entre otras modalidades conductuales

que acompañan y transmiten la experiencia emocional.

El saber reconocer las emociones implica un proceso reflexivo a veces difícil de

encausar y manejar adecuadamente. La sociedad se ha encargado de asignarle a diversas

situaciones emociones que se “deberían” sentir sin dar oportunidad de expresar lo que en

realidad se siente y la manera personal de expresarlas resulta incomprensible para muchos.

Ekman (1992), citado por Palmero y Martínez (2008), refiere que las personas

normalmente indican la aparición en sus vidas de las siguientes emociones básicas: miedo, ira,

tristeza, asco, sorpresa y alegría, éstas mantienen diferencias y rasgos característicos tras su

aparición, por lo que se identifican fisiológica, expresiva y por patrones conductuales.


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Plutchik (1980), elaboró un modelo en el que logró diferenciar ocho tipos de

emociones primarias a manera de circulo, de tal modo que aquellas que fueran opuestas se

encontraran, es decir, la emoción de alegría se opone a la tristeza, el disgusto contra la

aceptación, el miedo con la ira y la sorpresa versus la anticipación. De las combinaciones

anteriormente descritas, emergen emociones secundarias, mismas que dan como consecuencia

lo siguiente: ira más disgusto era igual a depresión, aceptación más miedo resultaba en

sumisión y la alegría en conjunto con la aceptación genera el amor (Díaz y Flores, 2001).

Por su parte Reeve (2010), indica que las emociones pueden dividirse en dos

categorías, la primera alude a las emociones básicas negativas, en las que se clasifican las

emociones del temor, tristeza, enojo y asco, éstas trabajan sistemáticamente y en conjunto para

que el individuo pueda enfrentar eficazmente la amenaza y el daño, es decir, actúan como

medios de protección; y la segunda clasificación se dirige a las emociones básicas positivas,

que incluyen el interés y la alegría, a comparación con las anteriores conllevan a la

participación activa y voluntariamente en una actividad, por lo que se demuestra satisfacción,

bienestar y persistencia ante objetivos propuestos.

De este modo, las emociones son importantes en primera instancia para reconocer en sí

mismo el cómo afectan a la persona en diversas circunstancias y el modo particular que

experimenta para notificar el sentir y poder comprender; y en segundo plano, permite a las

personas actuar de acuerdo a la congruencia con lo sentido para afrontar los hechos presentes

y con posterioridad adaptarse a las situaciones, con lo que se emprende un proceso reflexivo y

de aprendizaje tanto de sí mismo y las consecuencias de cada emoción al saberlas manejar

tanto para resolver conflictos, el autoconocimiento e identificar distintos estados emocionales

en los demás.
14

Para Vera, M. (2009), las emociones en la etapa de la infancia, se pueden dividir en

cinco rasgos característicos descritos a continuación:

- Emociones intensas: reacción emocional igualitaria ante todos los eventos que

desencadenen la emoción sin importar el grado de riesgo.

- Emociones frecuentes: aparición constante de las emociones en la vida del menor

mismas que se muestran reiteradamente conforme cumplen años, sin embargo,

descubren que el control desmedido de la expresión emocional genera castigos o

desaprobación de sus padres.

- Emociones transitorias: el paso de una emoción a otra sin importar que tan extremas

sean, lo que alude a la temporalidad con la que se dan.

- Las respuestas reflejan la individualidad: si bien, los recién nacidos pueden sentir de la

misma forma las emociones, conforme al crecimiento y a las experiencias vividas la

influencia desaparece poco a poco y las emociones se vuelven subjetivas y

particulares.

- Cambio en la intensidad de las emociones: las emociones que se apoderan de los niños

a ciertas edades van disminuyendo y las otras que eran difíciles de sentir se hacen más

fuertes.

- Emociones como síntomas conductuales: los niños pueden no mostrar sus emociones

como otros niños, por lo que sus recursos se activan para expresarlos de otra forma,

especialmente a través de manifestaciones comportamentales que varían según el niño

así como en la intensidad.

Todo niño es diferente, ninguno se puede comparar con otro puesto que la genética, el

temperamento y la personalidad es lo que otorga el carácter de seres únicos e irrepetibles. Así

mismo, las expresiones y manifestaciones emocionales aparecen de acuerdo a la conciencia y


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apertura que el niño tenga, a la capacidad para reconocer e identificar las emociones en sí

mismo y de la forma como los padres liberen o repriman el sentir del menor.

Es significativo que en la infancia las emociones se controlen y trabajen puesto que

éstas ayudan a la adaptación y afrontamiento de los numerosos eventos que incurran en la vida

de éste. Empero, de no ser así, se origina en el infante desequilibrios en el bienestar

psicológico y social lo que afecta la salud metal.

Zeman, Shipman y Suveg (2001), sugieren que es imprescindible la identificación de

tres aspectos que dan paso a la patología en la etapa infantil. La primera es la capacidad de

reconocer e identificar la experiencia interna que genera una emoción, la segunda señalada

como la capacidad de expresar y controlar la emoción, misma que puede ser inhibida o

exagerada, y la tercera se refiere a las estrategias que el niño utilice para manejar las

emociones negativas de manera apropiada.

Lo principal entonces en la infancia y con respecto a las emociones, no es sustituir o

erradicar las emociones que socialmente tienen una connotación aversiva o negativa por

aquellas positivas y que generan el bienestar individual y por ende social, sino se enfatiza la

necesidad de saber controlar y expresar adecuadamente las emociones para generar cambios

personales y tener un equilibrio con lo cual se favorece la salud mental del niño.

Formación de las emociones en la infancia

Durante el embarazo, la posibilidad de interactuar con el neonato a través de

intercambios de señales, juegos relacionados con el cambio en la tasa de los movimientos

fetales y la instauración y mantenimiento de la vinculación emocional que muchos de los

progenitores son capaces de hacer durante esta etapa, ayudan al bebé respecto a sus

aprendizajes y recuerdos futuros. La formación de la vinculación emocional entre el neonato


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y los papás influirá de manera positiva en el primer año de vida biopsicosocial del niño

(Rodrígues, Pérez y Brito, 2004).

Un bebé no planeado trae consigo experiencias emocionales negativas en la madre, lo

que genera aversión, sentimientos de culpa, ansiedad, entre otros aspectos emocionales

psicológicos, lo anterior depende de la situación que se encuentre vivenciado la progenitora,

experiencias que impactan de manera directa en la estructura del neonato.

Para Brazelton y Sparrow (2006), desde el nacimiento, los niños establecen una

conexión inmediata con sus progenitores. Es importante que antes de cumplir los cuatro

meses de edad, los padres hayan satisfecho las necesidades básicas del menor como la

alimentación, arrullo, afecto, cambio de pañales, entre otros aspectos, con lo que se dota de

seguridad y confianza. El conocer el llanto es indispensable para los padres puesto que

indican diferentes estados emocionales, así mismo, el actuar de manera tranquila, cálida y

afectuosa en ese estado del bebé lo ayudan a crear reacciones socio-emocionales positivas

(Early Childhood Center, 2009).

Según Loeches, Carvajal, Serrano y Fernández (2004), los niños tienen la capacidad

necesaria para entender y comprender los sentimientos de su familia a edades muy tempranas

mediante las expresiones y manifestaciones conductuales que denotan estados emocionales.

Esto se establece a los ocho meses de edad, en la que el infante es capaz de diferenciar las

emociones de sus progenitores, no obstante, el carecer del lenguaje impide que puedan

expresar de manera recíproca su sentir con su familia (Zuazagoitia, Vizcarra, Aristizabal,

Bustillo y Tresserras, 2014).

Estos primeros años de vida son sustanciales, puesto que es en esta etapa donde el niño

adquiere la significación de diversas experiencias ocurridas en su existencia. Adquiere todo

aquello que pueda observar y sentir a su alrededor, lo que repercutirá en la formación de su


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personalidad y la autoconciencia del yo, por lo que imitará aquello que lo haga sentir cómodo

y/o satisfaga sus necesidades afectivas o simplemente todo aquello aprendido que genere un

modo defensivo para la supervivencia en diferentes entornos.

Durante el crecimiento de un niño, éste adquiere la significación de sus experiencias a

través de las interacciones entre el menor con las personas que lo cuidan. La actitud de los

progenitores provoca en los niños emociones, mismas que son desarrolladas por cada uno de

ellos de acuerdo a su interpretación y a su vez, la presencia del menor estimula al adulto, de

modo que se genera un lazo único entre ellos. Con éste intercambio de sentimientos entre el

niño y las personas que lo cuidan o aquellas significativas, podrá aprender y a descifrar las

formas de reacción de los demás lo que dará como resultado en sí mismo una experiencia

emocional y a largo plazo contribuirá a saber el modo de actuar en consecuencia de ellas

(Gallardo, 2007).

Si bien, los padres y/o figuras representativas son los moldes de imitación más

cercanos, éstos también contribuyen al manejo adecuado de las emociones así como a saber

reconocerlas en sí mismos y en los demás. El niño tiene un temperamento innato y

personalidad que se forma y desarrolla de acuerdo a las experiencias vividas no sólo con los

padres o círculo familiar, sino también de aquellas personas pertenecientes al círculo social

mismas que influyen por comentarios y/o acciones hacia él, lo que provoca pensamientos

alrededor de su persona y por ende un sentir en el niño expresado como emoción.

La amistad, también juega un papel importante en la formación de las emociones. Las

relaciones sociales se hacen presentes con aquellas personas que están próximas físicamente al

menor, mismas que son consideradas como amigos al estar a su lado, sin embargo, es a la edad

de entre los dos a seis años cuando las amistades se vuelven más selectivas pues se trata que

sean de la misma edad, sexo o con ciertas características que sean de su agrado. La
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comprensión emocional o empatía, se hace presente entre los seis y los siete años, edad en la

que las relaciones sociales se hacen más estables y recíprocas a nivel afectivo. Éste

relacionarse con sus pares brinda, además de diversión e información, una seguridad

emocional y afectiva que favorece su desarrollo en momentos que le generen estrés y también

en etapas de transición (Caruana y Tercero, 2011).

El poder establecer relaciones sociales con otras personas, depende en gran escala de la

confianza que los progenitores hayan proporcionado a los menores desde su nacimiento, el

grado de interacción social con otras personas fuera de su núcleo familiar, así como la imagen

que tengan de sí mismos (autoestima) y del control emocional que efectúe, lo que ayuda a

mantener un desarrollo favorable en las siguientes etapas de vida.

Es entonces, durante el desarrollo y la adquisición de habilidades tanto cognitivas,

lingüísticas, afectivas y sociales, por las que la expresión y conceptualización de las

emociones se descubren así como se logra la autorregulación de las mismas (Cuervo e Izzedin,

2007).

Función de las emociones en la infancia

Darwin (1872), al estudiar y observar las investigaciones realizadas con animales,

mismas que eran comparados con los humanos, aludía que las emociones tienen tan solo dos

únicas funciones que dan ventaja a la capacidad de supervivencia. La primera función refiere

a la capacidad de adaptación, lo que provoca emociones tales como el miedo (útil para la

evasión de situaciones riesgosas) y el amor y la lujuria (útil para la procreación). La segunda

función es la de comunicar, misma que es significativa para la supervivencia de las especies en

masas por lo que se permite el paso de información entre ellas para mantenerse a salvo

(Modzelewski, 2012).
19

Así, se descubre la principal función de las emociones, quienes tienen como único fin

lograr la adaptación del ser humano, es por ello que a lo largo de nuestra historia como especie

se ha logrado integrar al conjunto de experiencias (Keltner y Gross, 1999).

Revee (1994), citado por Chóliz (2005), indica que, tras la aparición de la emoción,

existen tres funciones principales, la primera es la adaptativa, ya que el surgimiento de una

emoción prepara al organismo a que procese acciones deseadas para responder de manera

efectiva a las demandas ambientales, con el fin de dirigir alejar o acercar a la persona hacia

determinados objetivos. Le segunda función es la social, pues, tras la aparición de la emoción

se facilitan los comportamientos apropiados para establecer relaciones interpersonales así

como sirven como medios de asociación o predictores para reaccionar ante las respuestas de

las otras personas, y por último, la función motivacional, que al aparecer la emoción energiza

la conducta motivada e influye en que ésta se realice con la intensidad necesaria según el

sentimiento.

Para Goleman (2001), las emociones son aquellas indispensables en la vida del ser

humano ya que lo ayudan a enfrentar diversas situaciones difíciles, mismas que no pueden ser

resueltas con el intelecto. También, ayudan a predisponer al individuo a saber actuar

adecuadamente en situaciones similares que haya experimentado en el pasado, por lo que se

recurre al cúmulo de emociones registradas, lo que le permite ir en una dirección correcta para

dar solución al momento vivido.

En los niños, el conocimiento de las emociones y sus expresiones los ayudan a

prepararse mediante acciones para afrontar situaciones que los pongan en riesgo, eso da como

resultado una valoración de las experiencias vividas para que en el futuro pueda adaptarse sin

complicaciones a las siguientes vivencias.


20

Según la Asociación Española contra el Cáncer (s/f), señala seis emociones y sus

funciones descritas a continuación:

- Miedo: aquella que nos anticipa ante una amenaza o peligro para apartarnos con la

finalidad de protegernos o mantenernos en precaución. Genera ansiedad,

incertidumbre e inseguridad.

- Sorpresa: sobresalto, desconcierto, misma que nos permite orientarnos a saber qué

hacer ante una situación nueva, lo que provoca una reacción para saber qué es lo que

ocurre.

- Ira: rabia o enojo, aparece cuando los individuos se sienten amenazados, se presenta

para resolver un problema o cambiar una situación difícil. Cuando la ira de desborda y

no existe un manejo adecuado, conlleva a riesgos de inadaptación.

- Alegría: proporciona sensación de bienestar y seguridad cuando una ilusión o deseo ha

sido cumplido.

- Aversión: inconformidad hacia ciertos estímulos ambientales, lo que produce a nivel

conductual rechazo y el alejamiento de las situaciones que generen malestar.

- Tristeza: expresa necesidad de ayuda y al mismo tiempo impulsa a la reestructuración

de la persona. Por lo general, se identifica por la pena, soledad o pesimismo.

La expresión emocional es muy importante para la persona. La inhibición de los

acontecimientos emocionalmente significativos genera en el individuo reacciones fisiológicas

lo que provoca inmunodepresión y efectos negativos para la salud y bienestar, mismos que se

presentan de manera inmediata o a largo plazo y a su vez dificulta el correcto afrontamiento

adaptativo ante diferentes situaciones (Martínez, Páez, Pennebaker y Rimé, 2001).

Resulta satisfactorio que los menores logren identificar y expresar las emociones de

manera apropiada, no obstante, quienes logran hacerlo, en ocasiones se ven limitados por los
21

padres quienes frenan el sentir y pensar de éstos, lo que da paso a reprimir toda carga

emocional, no se es capaz de liberarla, esto conlleva a expresarlos de manera inadecuada o

somatizar corporalmente por motivos psíquicos, puesto que es el único medio para expresar la

emoción, mismo que recuerda la frase “Lo que la boca calla, el cuerpo lo expresa”.

Emociones: factores protectores de la salud mental en los niños

Los cambios en la familia, las interacciones y los estilos de crianza, afectan de manera

directa en el desarrollo socioafectivo del infante, ya que es el seno donde se inculcan los

valores, normas, modelos y al mismo tiempo se fomentan las habilidades sociales, adaptativas,

empáticas y también la regulación emocional, sin embargo, son muchas las causas que afectan

este desarrollo social y afectivo en el menor, lo que desencadena en ocasiones depresión

infantil, agresividad, conductas desadaptativas y baja autoestima (Cuervo, 2010).

Las experiencias de desprotección, el abandono físico y afectivo, violencia, la muerte o

ausencia de los padres, entre otras problemáticas, son factores de alto riesgo para la salud y el

bienestar infantil (Rodríguez, Camacho, Rodrigo, Martín, & Máiquez, 2006).

Los niños que han estado expuestos a ambientes deficientes provocan un desarrollo

físico, social y emocional anormal. Al mencionar lo anterior, es posible que puedan

recuperarse de los efectos negativos que han experimentado en áreas tanto a nivel social,

cultural o físico, por lo que es factible proporcionales ambientes positivos y estimulantes para

su recuperación e integración (McCandless y Trotter, 1981).

Sameroff, Bartko, Baldwin, Baldwin y Seifer (1998), citados por Lewis y Feiring

(1998), indican que exposición de los infantes ante diferentes factores de riesgo afecta el

desarrollo socioemocional y se incrementan las posibilidades de desarrollar problemáticas de

carácter psicológico.
22

Los factores de riesgo, son definidos como aquellas “Conductas y comportamientos

que limitan el desarrollo y potencialidades de los niños y jóvenes y que emergen como el

resultado de procesos educativos que se dan en el interior de la familia, en la escuela y el

medio sociocultural” (Amar, Abello, Acosta, 2003, p. 113).

El estar expuesto ante factores de riesgo tales como situaciones estresantes y/o

traumas, son motivos para desarrollar en un infante a futuro trastornos psicológicos graves,

esto debido a que en los primeros meses de vida, se altera la organización mental y dificulta la

experiencia emocional del apego y la vinculación de los progenitores, lo que frena el

desarrollo y crecimiento para favorecer la salud mental, sin olvidar también los estilos de

crianza y los cuidados recibidos en la infancia como generadores de los mismos (Artigue y

Tizón, 2014).

Dado que existen niños quienes se encuentran en situaciones de riesgo, es notable la

importancia de ejercer herramientas de prevención en los menores para generar en ellos

mismos una estabilidad emocional con lo que se busca la salud mental y puedan afrontar de

manera satisfactoria todas las experiencias aversivas que sufra durante esta etapa de la niñez.

Caso contrario a los factores de riesgo, es indudable la presencia de factores

protectores, mismos que son definidos por Armus, Duhalde, Oliver y Woskoboinik (2012),

como “recursos propios del niño, o aspectos y modos del entorno que lo rodea, que permiten

atravesar de modo más protegido las situaciones adversas que le toque vivir, o que favorecen

el despliegue de sus propios recursos (p.26).

La identificación de los factores de riesgo es necesaria para crear conciencia de los

factores de protección en la familia y que sirvan de intervención directa para favorecer a los

menores inmersos en este círculo, entre ellas el entrenamiento de los padres en las habilidades

de crianza, comunicación, supervisión y, en el caso de los niños, la enseñanza de habilidades


23

sociales, el control emocional y la resolución de problemas mediante el manejo apropiado de

la anterior y evitar crear complicaciones y/o trastornos en el desarrollo del menor (Ayala,

Pedroza, Morales, Chaparro y Barragán, 2002).

Cuervo e Izzedin (2007), señala que es de suma importancia conocer cuáles son las

estrategias de autorregulación emocional puesto que darán pautas para conocer las formas en

las que afrontan sus estados emocionales y se sabrá de manera directa la manera cómo actúan,

es decir, como factores protectores o como factores de riesgos, éstos últimos los que

determinan el desarrollo de ciertas patologías al tener un pobre manejo emocional.

Es necesario mantener y/o crear recursos internos y propios de los niños con la

finalidad de que éstos afronten de manera apropiada y adaptativa las situaciones aversivas y/o

estresantes, trabajo realizado en terapia por profesionales de la salud mental, con lo que se

genera un nivel preventivo y de actuación para dar paso a la resiliencia en cualquier

circunstancia del desarrollo y crecimiento ante la vida de un menor.

Manejo de las emociones en la infancia

En el ámbito de la psicología existen diversas técnicas para el manejo de las emociones

en niños, claro está que habrá diferencias respecto del enfoque terapéutico que se emplee en

las sesiones, sin embargo, para poder mantener una estabilidad emocional es necesario que los

padres apoyen a los hijos en este proceso.

Durante los primeros tres años de vida, son los papás quienes ayudan a los niños a

disminuir o aumentar los estímulos ambientales y así, asistir a sus hijos para ajustar sus

reacciones emocionales, mediante la tolerancias a la frustración y la capacidad de espera, por

lo que los cuidadores también necesitan mantener un estado de tranquilidad y empatía para

lograr el desarrollo de la regulación de las emociones en los menores cuando éstas aparezcan

por diferentes motivos. Los padres, podrán observar en sus hijos, cambios notorios al
24

percatarse que sus ellos son capaces de mantener un control sobre sus impulsos así como la

habilidad de pensar antes de actuar (Anne Fundació, s/f).

La naturaleza del niño es jugar, divertirse, imaginar, crear, experimentar, observar,

entre otras cualidades que pueden ser utilizadas en esta etapa para manejar apropiadamente las

emociones. Tomar éstas herramientas con las que el infante llega es la mejor manera de

trabajar en terapia, ya que si se utilizan recursos con los que se trata a un adulto, resulta difícil

para su comprensión así como para lograr la empatía y confianza con él.

Para Vera (2009), es necesario crear estrategias para estimular las emociones en los

niños, por lo que recomienda ayudar a los niños a asignar un nombre a los sentimientos con el

objetivo de crear conciencia sobre su existencia, para luego reconocerlas en circunstancias

similares; el relacionar gestos y sentimientos proporciona datos sobre la identificación de las

emociones tanto en sí mismo como en los demás (empatía); orientar a los niños respecto a la

expresión de sus emociones de manera apropiada, evitar las inhibiciones , también es válido

que los progenitores de los menores reconozcan, expresen y manejen sus emociones de

manera apropiada para dar el ejemplo, siempre y cuando sea de manera adecuada.

Las técnicas más empleadas en los niños, son las enfocadas en las emociones como el

enojo y la tristeza, puesto que las reacciones de ambas se suelen enseñar a ser reprimidas por

los padres debido al “qué dirán”, “tu género no llora”, “ya estas grande”, entre otras

verbalizaciones, o de lo contrario, a expresarlas de manera inapropiada por lo que es probable

que se cause daño a sí mismo o incluso a otros a través del bajo control de sus manifestaciones

conductuales. Particularmente, en el caso de los niños, hay que enseñarles que la emoción de

la ira es un sentimiento normal que puede manifestarse en situaciones en las que sienta que su

persona es agredida o cuando percibe injustica y desigualdad, sin embargo, la forma en la que

en la que se expresa puede ser inapropiada y dañina tanto para él mismo como para otros.
25

La ira, generalmente tiene una connotación negativa y destructiva, pero no hay que

olvidar la función de protección y defensa ante la circunstancia que género dicha emoción.

Hay que forjar en el niño herramientas que puedan ser utilizadas en todo momento y lugar, y

en el caso de la ira, se anima al menor a mantener la calma y buscar soluciones apropiadas

que no interpongan la seguridad ni el daño de los objetos, de sí mismo o de las demás personas

de alrededor. El usar técnicas como la respiración profunda y repetida, contar hasta cierta

cantidad, aislarse para pensar, correr, dar vueltas o caminar en determinado lugar, romper

papelería inservible, entre otras, son métodos factibles y adecuados para canalizar la ira y que

propician la calma, seguridad y pensamiento reflexivo (Lyness, 2015).

La ira, puede ser considerada no solo una parte funcional en la niñez a consecuencia de

la baja tolerancia a la frustración tras aquellos intentos fallidos por alcanzar o lograr

determinadas cosas, del mismo modo, el bajo control de los impulsos y la nula empatía

acompañada de este sentimiento, puede ser considerada por determinados criterios de la salud

como patológica.

La tristeza por otro lado, es la emoción ligada a trastornos como la depresión, misma

que ha incidido notoriamente en la población infantil y es signo de preocupación en el ámbito

de la salud mental (Balcázar, Muñoz, Gurrola, Van Barneveld y Aguilar, 2005).

Es también importante la detección temprana y oportuna de dicha tristeza o los cuadros

clínicos asociados al trastorno de la depresión, con el objetivo de prevenir futuros suicidios en

la etapa adolescente, así mismo hay que identificar la etiología que desencadeno tanto la

emoción como el trastorno depresivo (García, 2005).

Son numerosas las situaciones que pudieran hacer que un niño experimente la tristeza,

entre ellas están sucesos relacionados con la muerte de un ser querido e incluso mascotas,

cuestionarse y renegarse sobre el por qué las cosas no pasaron como el menor lo esperaba,
26

decepciones de personas significativas en la vida del infante, pérdida de objetos valiosos y/o

con gran significado afectivo, por extrañar a alguien o algo, dificultades en el establecimiento

o mantenimiento de las relaciones sociales y los problemas familiares (Lyness, 2015).

Infinidad de métodos pueden ser utilizados para manejar y controlar los efectos a nivel

conductual tras la aparición de la tristeza. El hablar y expresar lo sucedido con los adultos

más significativos para el menor proyecta un sentido de confianza y de ayuda por lo que éstos

deben mantener un sentido empático para tratar de comprender lo que el menor siente y

encontrar soluciones para la superación de dicho estado. A través del dibujo, collage, pintura

y/o escritura, se puede canalizar esta emoción con el fin de externalizarla y sentirse mejor

(Asociación Española contra el Cáncer, s/f).

Para poder enseñar a controlar las emociones, es necesario que la persona mantenga un

equilibrio estable de su salud mental para dar el ejemplo y ser modelos de imitación, así

mismo es importante negar toda inhibición de la expresión emocional en el menor para que

éste pueda experimentarlas y adaptarse de forma adecuada a los eventos inusuales que puedan

presentarse.

Reacciones emocionales ante situaciones legales

Bolaños (2000), indica que cuando una pareja separada comienza a decidir los

acuerdos sobre los hijos y/o bienes, los trámites legales comienzan a surgir, dichos asuntos son

de índole psicosocial y tratados por los tribunales correspondientes, sin embargo, estar

inmerso en un proceso legal, donde se decide a nivel conyugal y filial, el factor emocional y

sus expresiones, inician antes de toda acción judicial, así como al término de ésta (Oraindi,

2013).

El menor, por su naturaleza, es difícil que comprenda de modo íntegro el proceso legal

que enfrenta al encontrarse de por medio su estadía con alguno de los padres, puesto que
27

socialmente el concepto de familia se arraiga a la existencia de un papá y una mamá. Una de

las razones por las cuales la custodia de los hijos se disputa es por inconformidades respecto a

los estilos de crianza, trato físico y emocional para con el niño.

Cuando un menor ha sido víctima de maltrato, pudiera presentar características

emocionales expresadas en aplanamiento emocional, limitaciones para experimentar placer,

desorganización conductual, hipervigilancia, dificultades en el establecimientos de vínculos

afectivos, inseguridad, baja autoestima, depresión, antisociabilidad, bajo o mal funcionamiento

cognoscitivo y académico, y aumenta la probabilidad de sufrir trastorno de ansiedad por estrés

post-traumático (Barcelata y Álvarez, 2005).

Al estar inmerso el infante dentro de un acontecimiento legal, inicia un proceso judicial

que tiende a esclarecer las situaciones vividas por el menor, por lo que pasa por innumerables

etapas que lo hacen partícipe de manera obligatoria y es investigado por diversas figuras, entre

ellas abogados, peritos, jueces, entre otros, lo que desencadena en él altos grados de ansiedad,

mismos que deben ser atendidos por profesionales de la salud (Guerra, Viveros, Calvo,

Canessa y Mascayano, 2011).

Estas situaciones conllevan a nuevas experiencias que se encuentran fuera de lo que un

niño puede vivir en la etapa temprana de su vida. El grado con la que enfrenta todos los

procesos legales y situaciones familiares dependerá en gran instancia del control emocional,

comprensión y resiliencia con la que afronte los sucesos que vivencia, dándole un seguimiento

por profesionales encargados de la salud mental.

Proceso terapéutico con niños en procesos legales.

Montiel (2006), indica que las siguientes situaciones ameritan la atención terapéutica

de un psicólogo infantil: manifestaciones de rabia, tristeza o miedos que se expresan de

manera catastrófica, síntomas físicos que no tengan sustento médico, el experimentar


28

dificultades en las relaciones familiares (divorcio) y cuando el menor haya estado inmerso en

situaciones traumáticas tales como abuso sexual, violencia física o psicológica, entre otras

condiciones.

Todo niño que se encuentre obligado a cursar un proceso legal, debe llevar un

protocolo de evaluación y tratamiento al ser víctima o victimario, con el propósito de

promover un desarrollo adaptativo saludable en las esferas biológicas, psicológicas y sociales

de su vida (Dzib, Godoy y Cruz, 2010).

Expuesto lo anterior, se comprende la necesidad de las familias asociadas a procesos

legales que tengan implicación directa de los menores en llevar a cabo intervenciones

profesionales para mantener, mejorar y salvaguardar la integridad y bienestar mental del niño

para el correcto y apropiado afrontamiento.

En la terapia psicológica asociada a niños en procesos legales, se encuentra el resolver

enojos y autoreproches a consecuencia del proceso o suceso motivante del anterior, la

aceptación de la durabilidad de los hechos que impulsan (divorcio) como un hecho

irreversible, es decir, reconocer la ruptura familiar y relacional, mejorar el desequilibrio

psicológico generado por las crisis y de manera general el terapeuta debe fungir como un

soporte de confianza y seguridad hacia el niño, por lo que es necesario percatarse de la

vulnerabilidad del menor implicado (Tomás, s/f).

No existe modelo único para el tratamiento e intervención psicológica en niños

implicados en procesos legales, no obstante, la decisión y la elección del terapeuta para el

menor es asignado por las autoridades correspondientes o de manera particular, por lo que, en

éste último, la elección del modelo psicológico depende del tutor a cargo del infante, siempre

y cuando el objetivo sea lograr el bienestar emocional.


29

Orígenes de la terapia Narrativa

A principios de la década de los 80´s, emergen algunos terapistas con la idea referente

a sus pacientes como los únicos que tenían las respuestas y recursos para poder hacer cambios

decisivos en su vida. A diferencia de los terapistas tradicionales quienes dotaban de consejos,

ahondaban en la búsqueda de culpables u opresores que generaran sus dificultades, el giro de

los nuevos enfoques, se torna a una liberación a nivel interno y personal, esto es a través de

hacer conciencia en la persona para que reconozca los efectos dañinos de aquellas creencias

adquiridas a nivel cultural, mismas características son las que dan origen a la terapia Narrativa,

ya que enfatiza que la persona no es el problema, sino el problema es el único problema

(Castillo y Ledo, 2012).

Los fundadores de dicho modelo terapéutico fueron el trabajador social de origen

austriaco llamado Michel White, que a su vez, trabajó en conjunto con el antropólogo

canadiense David Epston, quien en ese entonces residía en Nueva Zelanda. Éste modelo,

centra su teoría en las ideas de Michel Foucault (teoría de “Poder y conocimiento”) y Geetz

(“Analogía del texto”), entre otros, encontrándose dicho modelo en el marco post-

estructuralista (Hernández, 2014).

White, considera que su modelo no pertenece a las corrientes posmodernistas ya que

dicho término es impreciso y prefiere incluirla en la post-estructuralista, ya que es posible

compararla con las teorías de la personalidad y escuelas de terapia que se incluyen en la

corriente, misma que mantiene ideas relacionadas con la experiencia humana en donde existen

estructuras subyacentes que son imposibles de observar, sin embargo, lo que sí es tangible son

sus manifestaciones externas o superficiales (Tarragona, 2006).

Los autores de este modelo terapéutico realzan la importancia de crear “textos

alternativos”, por lo que la incidencia de las analogías se compara con el proceso terapéutico,
30

ya que en dicho espacio el objetivo es el contar y volver a contar las experiencias que la

persona ha vivido, por lo que el terapeuta encauzara la co-creación de nuevas historias con lo

que se le atribuye un nuevo significado y perspectiva a lo vivido (Norman, 2012).

Este tipo de terapia, propone que el único experto en su vida es la persona, quien es

alejada del problema y se asume que cuenta con recursos, competencias, compromisos,

valores, entre otros aspectos positivos, con los cuales reduce de manera significativa la

incidencia del problema sobre su vida, de este modo se reduce todo elemento culpabilizador y

se crea un ambiente de respeto y trabajo comunitario (Morgan, 2000).

Freeman, Epston y Lobovitz (2001), afirman que dicho modelo, específicamente en sus

intervenciones dirigidas a niños, utilizan recursos como el juego, la fantasía y la imaginación

con el propósito de generar en el menor un sentido de comprensión, lo cual implica un agrado

hacia la terapia, del mismo modo, el profesional es visto por el niño como aquella persona

coadyuvante para la superación del problema y/o dificultad por medio de dichas herramientas,

que son usadas por los menores como medio de expresión en su vida cotidiana (Esquivel,

2010).

Conceptos básicos de la terapia Narrativa

Todos los días se encuentran nuevas experiencias, sensaciones y aparecen

pensamientos que forman parte de las historias que se crean en las distintas áreas de la vida

cotidiana.

Morgan (2000), menciona que como seres humanos interpretamos atribuyen

significados a las experiencias que día a día se viven, así como se encuentra la manera de

explicar los hechos que se han acontecido y darles un sentido, por lo tanto, ese anhelado

significado es a lo que se le llama una historias, por lo que entonces se tienen innumerables
31

narrativas, sin embargo unas son más relevantes por los que se les considera “historias

dominantes” y son nutridas por los acontecimientos positivos que refuercen este relato.

White y Epston (1989), citados por Tarragona (2006), refieren que cuando una persona

enfrenta grandes dificultades sus discursos se basan en detalles centrados en el conflicto, y sus

historias se convierten en dominantes, por lo que se consideran “saturadas del problema”, lo

que provoca en el individuo un sentido negativo de su identidad al no poder experimentar

otras partes de lo vivido, es decir, se vuelve limitante en cuanto a la búsqueda de soluciones y

significados alternativos. Estos autores, influidos por las ideas de Foucault sobre los

“discursos dominantes y el ejercicio de poder en la sociedad”, se enfatizan el conocimiento de

las personas influenciadas directamente en las historias que crean de sí mismas y por lo que es

imprescindible “deconstruirlas”.

La deconstrucción, es el principal reto en la terapia narrativa, puesto que con ella

emergen nuevos relatos, es decir historias alternativas. Mediante dicho concepto es posible

encontrar aquellas experiencias no percibidas por el sujeto debido a la saturación del

problema y con esto se rescata toda vivencia otorgándole una valía, por lo que se les propone

una nueva explicación y relato de las historias narradas por el cliente (Mardones y Albornos,

2014).

A través de la deconstrucción de historias dominantes, se busca generar “Historias

alternativas”, es decir, se requiere que la persona se visualice como el único individuo que

puede encontrar soluciones y se distinga como capaz de separar los problemas de él y así

poder afrontarlos, lo que facilita el relato de las experiencias no percibidas antes por la

saturación del problema, convirtiéndose en vivencias significativas, conociéndose a lo anterior

como el proceso de “Re-autoría”, lo que representa la creación de nuevos significados y a la


32

posibilidad de crear y editar su propia historia de vida por una menos saturada del problema

(Flores, 2009).

Las sesiones terapéuticas de este modelo llegan a su fin cuando la persona decide que

la historia de sí misma tiene suficientes recursos para afrontar el futuro de manera

satisfactoria, por lo que la última sesión se realiza una celebración con aquellas personas con

las que compartió su proceso narrativo, y para hacerlo simbólico es posible entregarle un

certificado, diploma u otro aspecto que de valor y significado (Payne, 2002).

La externalización

La externalización es la técnica y supuesto central utilizado por la terapia narrativa.

Ésta consiste en la formulación de metáforas por parte del terapeuta de modo que el problema

es visto como alguien que repercute en la vida de la persona, frena su avance y disposiciones

a realizar, e incluso, intenta causarle algún daño. Así, el problema para White, hace que las

personas objetivasen y personifiquen al problema, es por esto que es posible distinguir a la

persona del problema, es decir, la persona no es el problema sino es esa asignación que le ha

dado (por medio de su verbalización) lo que irrumpe su vida, con lo que se pretende que el

individuo actúe en contra de él para poder expulsarlo. Este medio se ha considerado atractivo

e importante por sus intervenciones para la práctica relacionada con niños (Payne, 2002).

Las conversaciones externalizantes son las vías para crear espacios entre la persona y

su relato con el motivo de cambiar la relación que se tiene con el problema. Ésta se logra a

través de la formulación de preguntas relacionadas con los eventos específicos y su ocurrencia

en la historia. White (1994), planteó tres tipos de preguntas que dirigen a una conversación

externalizante del problema, las primeras son las llamadas de “Explicación única”, las

segundas de “En relación a sí mismo” y las terceras “Preguntas directas y en relación a otros”,

y una vez verbalizado el problema, al implantarlo en una historia es cuando se puede


33

considerar que ha sido una conversación externalizante, por lo que se descubre la influencia

sobre el problema y las razones de su accionar (Campillo, 2003)

Para Ledo, Castillo y Del Pino (2012), es a través de esta técnica que se pueden

externalizar sentimientos como la culpa, miedo, emociones, celos, entre otros, problemas entre

las personas, la cultura y las prácticas no aceptadas por la sociedad. Es importante que al

momento de externalizar y nombrar al problema vaya de acuerdo a sus experiencias de vida

así como a la priorización de con cuál es la que quiere trabajar en caso de que existan varios

problemas.

Morgan (2000), indica que para lograr la externalización del problema es preferible

que, en el caso de los niños, dibujen u opten por dar forma al problema. También es posible

dotarle de un nombre, siempre u cuando éste tenga un significado verdadero para el cliente,

por lo que nunca se le deberá de imponer o sugerir nombres. Así mismo, este puede cambiar

en cuanto se descubran nuevas propiedades, formas o características.

El uso de dibujos, cuentos, metáforas y la creación de historias es un medio factible

para la externalización de problemas en los infantes. Con lo anterior se utiliza el recurso

natural de la imaginación perteneciente a los niños para solucionar sus situaciones

problemáticas (Rivas, González y Arredondo, 2006).

Los documentos terapéuticos

En la terapia narrativa, el empleo de estos documentos mantiene la finalidad de realizar

descubrimientos escritos por la propia persona o por el profesional para ver los avances y

progresos que ha obtenido. Éstos son creados con el objetivo de volverlos a utilizar en un

futuro o cuando se tenga la necesidad de recordarlos. En la mayoría de las ocasiones son de

carácter privado, sin embargo, pudieran compartirse con otras personas hasta con el terapeuta.
34

Las herramientas que se pueden usar deben ser aquellas en donde se pueda plasmar por puño y

letra ya que son perdurables en el tiempo (Payne, 2002).

White y Epston, citados por López de Martín (2011), indican que el manejo de

documentos terapéuticos es un instrumento que contribuye a la formación de historias alternas.

De hecho, el uso de documentos tales como los reportes, psicodiagnósticos y/o expedientes

psicológicos tienen una connotación negativa por lo que el sentido negativo alimenta las

historias dominantes de las personas, por lo que se propone que los terapeutas realicen

“contra-documentos” que ofrezcan descripciones diferentes de las personas y sus

acontecimientos tales como los certificados, declaraciones o autocertificados.

Las cartas. La palabra escrita es una herramienta útil en la terapia, ya que la persona realiza

descubrimientos mismos que puede leer, evocar o recrear. Los nuevos descubrimientos dotan

de significados y pueden servir de diversos modos. El relato escrito, expresado en cartas,

expone planos de la vida de la persona ya que ésta se ve a sí misma, encuentra su reflejo por

los otros o también con aquellos con los que ha generado nuevas formas de actuar. En la

comunicación verbal puede llegar a ser transitoria y olvidada, mientras que las cartas son

duraderas y las líneas expresan revelaciones de la vida, al igual que pueden ser recordados

hechos o vivencias cuantas veces se necesite (Campillo, 2011).

Cuando la narración se vuelve escritura por medio de cartas, conlleva a que se

modifiquen y renueven los esquemas del pensamiento por la información y el conocimiento

que tiene el individuo de sí mismo (Campillo, 2010).

Para White y Epston (1993), una terapia relatada da explícita importancia a las

vivencias de la persona, así como motiva la reflexión, estimula múltiples formas de expresión

relacionadas con las vivencias en el intento de construir nuevos relatos, el individuo es el autor
35

y puede modificar sus historias de vida al contar y volver a contar la propia historia, por lo que

proponen los siguientes medios narrativos:

- Cartas de invitación: utilizadas por el profesional dirigidas a su cliente cuando éste se

muestra reacio a participar o incluirse en la terapia.

- Cartas de despido: usadas para demostrar la innecesaridad de realizar ciertas funciones

o acciones dirigidas a otras personas.

- Cartas de predicción: aplicada al final de la terapia por el profesional al cliente, con el

propósito de predecir el futuro de una persona, relación, familia, entre otros aspectos.

Únicamente es posible hacerlas si se tiene la autorización del sujeto y se debe guardar

la confidencialidad y privacidad del medio, así como seguir las consignas de echarlas

al buzón en forma de carta y estipular la fecha en las que debería ser abierta (seis

meses). La intención de realizar este tipo de carta es en primer momento ejercer un

seguimiento y revisión posterior a los seis meses de finalizado el tratamiento y,

segundo, la curiosidad de leer la carta hace que las personas revisen su contenido antes

de la fecha estipulada de modo que la predicción se autocumple.

- Cartas de contraderivación: carta escrita por el profesional para sí mismo, con el

objetivo de enfatizar y describir los avances que ha tenido y se notan en el cliente.

- Cartas de recomendación: escritas por el profesional con el fin de expresar opiniones y

recomendaciones respecto a un tema central del cliente de modo que éste pueda

reflexionar sobre las acciones que realiza y tener posibles cambios o mantenerlos.

- Cartas para ocasiones especiales: usadas y escritas por el profesional en momentos en

el que el cliente se encuentre en situaciones con alto sentido y significado vivencial

con el objetivo de acrecentar sus recursos internos y poder afrontar las circunstancias

de manera positiva.
36

- Cartas breves: éstas deben ser cortas, concisas, no repetitivas. Una única carta puede

ayudar de mucho a las personas a superar y dotar de fuerza para alejar de sus vidas los

problemas.

- Historias propias: formato utilizado para que el cliente escriba la historia de su vida,

relato en el que debe ser escrito en forma de éxitos y no de fracasos, decepciones o

tristezas. Ésta historia debe estar al alcance de otros para que sea reconocido. Tiene el

efecto de distanciar al problema de sí mismo y de consultar si éste ha vuelto a aparecer

en sus vidas y cuáles son los medios que se han usado para resolverlos, esto a futuro

ayuda al sujeto a encontrar hallazgos y consultas a sí mismos para auto-ayudarse.

Los Testigos externos

White consideraba que la verdadera terapia debería ser llevada cabo por personas

externas al problema (amigos, compañeros, familiares, entre otros), personas con las que el

cliente se sintiera cómodo para compartir las narrativas revisadas de sus vidas y los éxitos

obtenidos contra la lucha con el problema. Así, estas personas que son llamados testigos

externos refuerzan al sujeto a través de los recuerdos que comparten con ellos, por lo que se

evitan los cuestionamientos o el restar importancia (Payne, 2002).

La forma de reclutar a testigos externos pueden ser a partir de listas o registros de

personas que hayan experimentado dificultades similares a las de la persona, sin embargo es

posible también manejar a grupos puesto que cumple con la finalidad de ayudarse unos a otros

a través de preguntas que dirijan a reflexiones, así mismo, también pueden existir grupos de

testigos externos formados por profesionales quienes hablan entre ellos enfrente del cliente

para que ésta escuche y tome lo más significativo para ella (Carey y Russel, 2003).
37

Capítulo tres

Metodología

Postura paradigmática utilizada.

Se realizará un estudio de caso clínico para conocer y evaluar la efectividad de la

intervención psicológica en una niña que experimenta un proceso de custodia desde la Terapia

Narrativa. La elección de esta metodología se centra en la integración de los hechos en la que

se esperan descripciones; en donde el investigador y los participantes construyen el

conocimiento y en donde la investigación tiene un carácter holístico, empírico, interpretativo y

empático (Stake, 1998).

Becker (1979), citado por Arzaluz (2004), señala que el origen del estudio de caso

proviene de las ciencias psicológicas como de las médicas, referentes al análisis de manera

detallada sobre un individuo respecto a la dinámica y patología de un suceso o enfermedad,

por lo que el método afirma que es posible conocer un fenómeno a través de la revisión

exhaustiva de un solo caso.

Para Yin (1989) las ventajas de utilizar este método en cualquier investigación, se

observa principalmente en la medición y registro de las conductas de la persona involucrada

en el estudio, aspecto que no puede tomarse en cuenta en el ámbito cuantitativo puesto que el

análisis solo se centra en el aspecto verbal obtenido a través de los cuestionarios. Por otra

parte, Chetty (1996), menciona que la información puede ser recogida a través de múltiples

métodos tales como documentos, registros de archivos, observación directa u observación de

los participantes, entre otras que, incluso, pueden ser de corte cuantitativo (Martínez y Piedad,

2006).

Asimismo, ésta investigación es de tipo cualitativa, pues como afirma Hernández,

Fernández y Baptista (2010), se enfoca en “la perspectiva de los participantes acerca de los
38

fenómenos que los rodean, profundiza en sus experiencias, perspectivas, opiniones y

significados, es decir la forma en que los participantes perciben subjetivamente su realidad”

(p.364).

El contexto

La niña XL reside en Mérida, Yucatán y es la primogénita del primer matrimonio de su

padre y madre biológicos. Vivió durante seis años en una familia nuclear hasta que por

conflictos en la relación, sus padres deciden divorciarse (los motivos se resguardan por respeto

a la privacidad del tutor). La patria potestad hasta ese entonces pertenecía a la madre aunque

la custodia era compartida, pese a lo anterior, hubo un tiempo en el que existieron

restricciones para la visita y convivencia en días estipulados para la visita del padre a la

menor. Cabe mencionar que el padre de XL, durante el primer año de estar divorciado,

conoce a su actual pareja, misma con la que decide casarse y planear sus dos hijos. Durante el

lapso, el padre de XL se percató de heridas y golpes que dejaban moretones en el cuerpo de la

menor, específicamente en la cabeza, brazos y piernas, mismas que aparecían casualmente al

quedarse en estadía en casa de la madre biológica. La menor, negaba que su madre realizara

acciones en su contra. Estas observaciones por parte del padre comenzaron a ser recurrentes y

la niña, con el paso del tiempo, inició con pesadillas, verbalizaciones durante el sueño y

conductas agresivas para con los hermanastros. Los hechos se agravaron el día en el que la

madre biológica de la menor se la negó a su padre en los días estipulados, por lo que éste

impuso una demanda con evidencia (fotos) sobre los golpes recibidos en el cuerpo de la niña,

por lo que las averiguaciones dieron pie y resultado a confirmar caso de violencia física

infantil así como se descubrió que los días en las que se le negó la madre a entregarla, la niña

estuvo privada de su libertad. En este proceso, XL pasó por entrevistas y declaraciones ante

los juzgados del estado de Yucatán y la sintomatología presentada se agravó en este proceso
39

por lo que fue indispensable y por recomendación de una psicóloga, amiga del padre de la

niña, que acudiera a terapia para afrontar todos los hechos que aconteció en ese momento, así

como para la superación de las vivencias relacionadas con la madre biológica.

XL, a pesar de entrar a un proceso terapéutico y de tener por dictamen del juez federal,

la permanencia de la niña con el padre, vivía en constante estrés, presión y ansiedad, puesto

que, los padres de la madre biológica la seguían hasta el consultorio, escuela y otros lugares

con tal de recuperarla y mantenerla bajo su cuidado, hechos que ameritaron órdenes de

seguridad y vigilancia por agentes civiles para su protección.

Los Sujetos del estudio.

XL reside en la ciudad de Mérida, Yucatán. Tiene ocho años de edad y cursa el tercer

grado de primaria en una escuela de carácter privado. El nivel socioeconómico de su familia

es perteneciente a la clasificación medio-alta. Ha acudido a terapias psicológicas en dos

momentos en su vida, el primero, a los tres años de edad debido a problemas relacionados con

la conducta de la menor (terapias a la que asistió sin consentimiento del padre), y el segundo

instante a raíz de los problemas acaecidos con la madre biológica. Es la primogénita del

primer matrimonio del padre y madre biológicos, aunque actualmente mantiene la posición de

la hermana mayor, puesto que su papá tiene otros dos hijos con su segunda esposa, uno de

ellos del sexo femenino de tres años de edad y el otro de sexo masculino de un año. Así

mismo, la madre biológica tiene un hijo proveniente de su segundo matrimonio, del sexo

masculino de un año de edad.

Respecto a su apariencia física, se le describe de una altura de 1.30 cm, mantiene un

peso de 40kg, tez clara, cabello ondulado en tono castaño claro y corto (por arriba de los

hombros), ojos color marrón y de complexión gruesa. Gusta de usar accesorios tanto para el

cabello como para su persona. Su aspecto es limpio.


40

Cognitivamente se encuentra ubicada en tiempo, persona y lugar. Sus calificaciones

oscilan entre 8 y 10, gusta se hacer la tarea, no refiere algún tipo de dificultad para realizarla ni

para sostener y procesar la información.

En cuanto a las relaciones sociales y familiares no aparenta dificultad alguna, dada su

capacidad para entablar y generar una plática y lograr amistades, sin embargo en el círculo

familiar existen dificultades en cuando a llevar las relaciones con sus hermanastros de manera

apropiada puesto que son constantes las peleas entre ellos.

El Investigador.

El autor de ésta tesis es egresado de la Universidad Mesoamericana de San Agustín, de

la Licenciatura en Psicología.

Ha participado en diversos casos como Co-terapeuta en el Centro de Atención

Psicológica Infantil (CAPSI); ha realizado diversas evaluaciones neuropsicológicas y fungió

como terapeuta y co-terapeuta en diversos casos pertenecientes al Centro de Atención al

Menor con Necesidades Especiales (CAMNE) perteneciente al DIF Municipal, ambos centros

ubicados en la localidad de Mérida.

Del mismo modo, acudió a los siguientes cursos y/o talleres para su formación

académica, entre ellos: Curso-taller de test proyectivos para niños (CAT, test de la familia,

figura humana, HTP y frases incompletas) impartido por la Clínica de Investigación y

Capacitación en Psicoterapia (CICAPSI); 3er Congreso Internacional de educación especial,

juego y terapia infantil impartido por el Instituto Mexicano de Educación Humana (IMEDH);

Curso-taller de “Técnicas de relajación para el manejo del estrés infantil” impartido por

IMEDH; Curso-taller “La comunicación no verbal y los dolores callados: Como habla mi

cuerpo” impartido por el IMEDH; Curso-taller “Las alas de la libertad: método a través de la

estimulación bilateral para la atención en traumas, duelos y conflictos” impartido por el


41

IMEDH; taller de pruebas neuropsicológicas “NEUROPSI, ENI, NEUROPSI:ATENCIÓN Y

MEMORIA, BANFE Y BANETA” impartido por NEUROCARE México y “Evaluación

Neuropsicológica de la Lectoescritura y el lenguaje” impartido por NEUROCARE México.

Procedimiento para la Obtención de los Datos.

Para facilitar el proceso de intervención psicoterapéutico con la menor XL, se dividió

en tres fases que a continuación se describen:

Fase I (Inicial): En primer instancia, se utiliza la técnica de la entrevista, misma que es

definida como aquel encuentro de intercambio verbal, de carácter privado y cordial en el que

una persona se dirige a otra y cuenta una historia desde su perspectiva, así como responde a

preguntas relacionadas con un problema en específico (Acevedo y Florencia, 2013). Con esto

se establece el primer contacto con el padre de la menor y se redacta la historia clínica por

medio de la cual se planta el motivo de consulta. También, se hace una recopilación de las

historias acontecidas por la niña desde la perspectiva del padre.

Fase 2 (Intervención): Las sesiones terapéuticas se imparten en la modalidad individual

y son definidas como el tratamiento de manera psicológica, que a partir de manifestaciones

psíquicas o físicas causan un malestar en el humano, por lo que se busca promover el logro de

la adaptación, modificaciones en el comportamiento, bienestar y salud física y psicológica

(Santibáñez, Román y Vinet, 2009). En este caso, se estipulan 12 sesiones terapéuticas

aproximadamente, puesto que dependerá del tiempo que el proceso judicial respecto al

proceso de custodia finalice, así como la continuidad es una vez por semana con una duración

de 50 minutos. El registro de cada intervención se guarda por medio audio-grabado.

La psicoterapia es bajo el modelo narrativo y se trabaja sobre los temas que la menor

quiera verbalizar o sobre acciones que ella quiera promover, esto con el fin de dar paso a la

toma de decisiones y no generar presión alguna sobre ella. Empero, en las primeras sesiones
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sirven a modo de exploración sobre la situación además de reforzar sus habilidades y anticipar

el proceso por el que pasará con el fin de reducir la ansiedad que genere en ella, del mismo

modo y de manera indispensable, se procura un ambiente de aceptación incondicional y

confianza mutua, técnica conocida como “Rapport”. Posteriormente, y en su mayoría, las

sesiones dependen del juego y de la habilidad creativa de XL para hacer su propia terapia con

el acompañamiento del psicólogo. A través de lo que ella relate y exprese, se utilizan técnicas

como la imaginación y externalización con lo que se pretende separar a la niña de todo

elemento culposo o aquel problema que aqueje a su persona, del mismo modo se opera el nivel

emocional. Cuando los cambios sean notorios a nivel conductual y emocional, se emplean los

documentos terapéuticos en forma de cartas para reconocer el valor de sus cambios y plasmar

en ellas relatos escritos del nuevo panorama de su vida así como las herramientas por medio

de las cuales logra salir adelante.

Es importante recalcar que durante todas las sesiones la presencia del padre es

fundamental para el manejo de XL, por lo que también se trabajará con él de manera indirecta,

pues se le sugerirán técnicas para el abordaje y seguimiento de las herramientas con las que

salga del consultorio.

Fase III (Cierre): Como se ha referido en la etapa anterior, éste proceso

psicoterapéutico concluirá cuando se observen en XL cambios a nivel conductual y emocional

en sus diferentes ambientes de manera adaptativa de modo que los padres lo identifiquen y

verbalicen al terapeuta, así como a medida que el juez dictamine la custodia de la menor y el

proceso legal finalice por completo.

Procedimiento para el Análisis de la Información Obtenida.


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Capítulo cuatro

Presentación y Análisis de los Resultados

Introducción.

En este apartado se presentan cada una de las sesiones llevadas a cabo con la menor

XL. El contenido se plasma sobre conversaciones y medios alternativos como la creación de

objetos que surgen de la creatividad de la menor, lo anterior descrito llevado a cabo en el

contexto terapéutico. A continuación se presenta un panorama de las sesiones, cada una con

un objetivo específico y la descripción completa de la sesión.

Análisis de los resultados.

Sesión 1.

- Fecha: 15 de abril del 2015.

- Objetivo: Conocer el motivo de consulta, establecer el rapport con la niña y el padre.

- Descripción de la sesión:

El padre y la menor llegan en adecuadas condiciones de alineo e higiene. En primera

instancia se platica con el padre el motivo de consulta, el señor menciona que “En realidad,

me preocupan las afecciones psicológicas y las agresiones que mi hija ha recibido por parte

de su mamá” (Padre de la menor, comunicación personal, 15 de abril del 2015). También

comenta que actualmente, en el ámbito escolar, los profesores no han generado reporte alguno

sobre la conducta de la niña, sin embargo, menciona que “en la casa, XL últimamente ha

presentado conductas retadoras y esto me preocupa porque en un futuro no quiero que tenga

conflictos por esto” (Padre de la menor, comunicación personal, 15 de abril del 2015).

Finalmente explica que asistió a la Fiscalía del Estado de Yucatán a una cita en el área de

psicología, donde la menor fue entrevistada por el personal, cuando el profesional finaliza

dicho requisito realiza la siguiente acotación “la niña hizo breves comentarios” (Padre de la
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menor, comunicación personal, 15 de abril del 2015). Una vez fuera del área de psicología

perteneciente a la Fiscalía, el padre platica con la menor y ella menciona “Me dio un poco de

miedo y no sentí confianza para hablar” (Padre de la menor, comunicación personal, 15 de

abril del 2015). Para terminar la sesión, se establece el contrato terapéutico en el que se

acuerdan los horarios y condiciones de servicio.

En un segundo momento, la niña ingresa a consulta, se le observa con energía,

participativa y abierta a recibir y responder a la interacción con el terapeuta. Al comienzo,

menciona

XL: “Estoy saliendo del consultorio de otra psicóloga ahí en la fiscalía, me hizo

preguntas, pero no me dio confianza contarle cosas” .

Terapeuta: ¿Y porque no te dio confianza?

XL: “No sé”

Terapeuta: “¿Qué pudo haber pasado? o ¿Qué viste? o ¿Qué pensaste para no

platicar con la que te entrevistó?

XL: “Pues es que… la verdad no me dieron confianza porque con la que hablé no me

platicó nada de ella y solo me hacía preguntas, además ahí no habían juguetes”.

Al continuar con la sesión, la menor solicita jugar a la casita, se observa durante el

juego la expresión de las relaciones positivas que ha generado con su padre y/o los adultos que

la rodean (abuelos paternos, primos y hermanos). También comenta durante este tiempo:

XL: “El juez me puso a un policía para que me cuiden todos los días”

Terapeuta: “¿Y por qué te pusieron a un policía XL?

XL: “Ah… porque me habían estado buscando por mi mamá y mis abuelos para

llevarme con ellos. Yo no quiero. De hecho esta aquí afuera del consultorio esperándome, me

sigue a todos lados”.


45

Terapeuta: “Y, ¿Cómo te hace sentir que un policía este junto a ti?

XL: “Me siento más tranquila y segura, además mi papá también me cuida”.

Finalmente la menor comenta que entró a la escuela y está contenta de haber regresado,

puesto que tras haber sido encerrada y privada de su libertad en casa de su madre biológica,

dejó de asistir hasta a dicha institución.

Además, se pudo apreciar que XL, mantiene una actitud positiva para con el terapeuta

dada su notoria apertura en los 30 minutos de la sesión donde el juego fue el principal vínculo.

Las relaciones que está estableciendo, las realiza de manera reservada ante situaciones que le

provocan desconfianza y el trato que entabla con su padre y familia extensa se clasifica como

segura y armónica.

Ante las observaciones anteriores y análisis de las mismas, se proponen como metas

terapéuticas la identificación, expresión y manejo de sus emociones, fortalecimiento de su

autoestima, incrementar la confianza en sí misma, establecer los límites claros y firmes desde

la aceptación positiva y auténtica.

Sesión 2.

- Fecha: 22 de abril del 2015.

- Objetivo: Reforzar la autoestima y las actitudes positivas.

- Descripción de la sesión:

La menor llega en adecuadas condiciones de alineo e higiene, se muestra ubicada en

tiempo, persona y lugar. Llegó tranquila y participó más en la sesión. Para iniciar, se le da la

opción de elegir el espacio en el que quiere trabajar dentro del consultorio. Se muestra

cooperadora y poco ansiosa ante las preguntas que se le elaboraron. Se trabajó con base a la

construcción de una silueta, con la que ella nombrará “la otra XL”, que lleva por objetivo
46

reflejar todas las virtudes que la XL real tiene y que en ocasiones “el portarse mal o

berrinches” (sic. XL) hace que se oculten:

Terapeuta: “¿Cuáles son las cosas buenas que tiene XL?”

XL: “Pues… es amable, es creativa, le gusta ayudar a los demás”

Terapeuta: “Y ¿Eso es todo?

XL: “Pues, si”

Terapeuta: “Yo creo que a XL, se le dificulta ver que más cosas positivas tiene. Yo

creo que XL, es una niña cariñosa con papá, con LE (madrastra) y LA y LU (Hermanastra y

hermanastro respectivamente), además, puedo notar que por tus calificaciones eres una niña

muy dedicada, comprometida, disciplinada e inteligente. Mira cuántas cosas más podemos

agregar a tu silueta, estoy seguro que si le preguntamos a los demás nos pueden decir lo

mismo que has escrito aquí y muchas otras cosas más”

Con esto, se le permite a la niña expresar su parte creativa y reforzar su autoestima al

poder externar, plasmar y visualizar sus virtudes, de igual forma, es posible hacerle notar por

otros cosas positivas de ella que no pueda notar.

Otras actividades realizadas en la sesión fueron relacionadas con el juego libre, con el

propósito de establecer límites, normas y seguir instrucciones; situaciones a las que responde

de manera positiva y busca negociar reglas con el terapeuta.

XL, comenta que “En la escuela me está yendo bien, esta semana saque 10 en la

tarea. Mi maestra me felicitó porque sólo una amiga y yo sacamos 10, también mi papá vio

mi 10 y se puso contento porque estoy haciendo bien mi tarea. Ha y sabes, he hecho nuevos

amigos que me tratan bien” (XL, comunicación personal, 22 de abril del 2015). Finalmente

se marcha tranquila de la sesión con herramientas para solucionar dificultades con los adultos

o sus iguales.
47

Durante el transcurso de la terapia, es posible notar que la menor se encuentra estable y

contenta respecto al colegio al que asiste; la relación con su padre es buena; se sugiere trabajar

el fortalecimiento del auto-concepto.

Sesión 3.

- Fecha: 29 de abril del 2015.

- Objetivo: Brindar herramientas que permitan a XL expresar y canalizar su energía de

manera positiva.

- Descripción de la sesión:

XL llega puntual a la cita acompañada de su papá y abuelos, en adecuadas condiciones

de alineo e higiene. Orientada en tiempo, lugar y persona. Mantiene buena atención hacia el

interlocutor.

La menor comenta “Estoy feliz porque fui con mis compañeros de escuela a festejar el

día del niño en un parque de diversiones, estoy cansada, pero la verdad quería venir para

contarte todo lo que me ha pasado en la semana” (XL, comunicación personal, 29 de abril del

2015).

Terapeuta: “¡Cuéntame!… ¿Qué ha pasado en tu semana?

XL: “Primero hice berrinches, me pelee con mi hermana LA en la casita de juguete

porque no le quería prestar un juguete, entonces ella me lo arrebato y yo me enoje, grite,

patalee y llore”.

Terapeuta: “¿Y qué paso después?”

XL: “Mi papá vino y calmó las cosas”

Terapeuta: “Y con los demás ¿Cómo van las cosas?”

XL: “En mi casa estoy bien con mi papá y también con los demás (familia en general).

A veces me porto mal pero mi papá habla conmigo y arreglamos las cosas”
48

Terapeuta: En la escuela… ¿Cómo vas?

XL: Me está yendo bien, tengo buenas notas y con el paso de los días hago más

amigos.

Habiendo escuchado todo lo que relató, se trabajaron con técnicas de relajación para el

cuerpo a través de dibujos y frases que le permitan a la menor expresar y canalizar la energía,

también se refuerza la autoestima y la seguridad en sí misma, recoge todo material que ha

utilizado y se marcha tranquila. Se programa nueva cita.

Las observaciones durante la sesión fueron sugerencias para el padre, como buscar

alguna actividad extraescolar para la expresión y canalización de la energía acumulada.

Sesión 4.

- Fecha: 06 de mayo del 2015.

- Objetivo: Brindar herramientas que permitan a XL expresar y canalizar su energía de

manera positiva, además de generar alternativas de solución para superar dificultades.

- Descripción de la sesión:

Belén llega puntual a la cita acompañada de su papá y abuelos, en adecuadas

condiciones de alineo e higiene. Orientada en tiempo, lugar y persona. Mantiene buena

atención hacia el interlocutor. La menor comenta que durante la semana hubo un incidente

que le molesto:

Terapeuta: “Esta semana ¿Cómo estuvo XL?

XL: “Esta semana hice mi genio porque no quise comer, me molesté”

Terapeuta: “¿Por qué te molestaste?, ¿Quieres platicar sobre lo que pasó?

XL: “Si. Lo que pasa es que mi papá y LA compraron nachos, unos que no tienen

chile y los otros sí, y yo quería comer los que tenían chile, pero mi papá no me dejó porque
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solo los que no tenían estaban abiertos. Entonces por eso me molesté, llore e hice mi

berrinche de no querer comer”

Terapeuta: ¿Y qué paso después?

XL: “Mi papá y LA hablaron conmigo y me dijeron que la forma en como pido las

cosas no es la correcta, que es más fácil pedirlo de buena manera y no enojándome ni

haciendo berrinches”

Terapeuta: “Bueno, entiendo porque te molestaste, pero a veces las cosas se pueden

solucionar de diferentes maneras para evitar discusiones como lo ha dicho papá. Es válido

enojarse, uno puede enojarse, pero recuerda que hay formas apropiadas de pedir las cosas.

Veamos qué podemos hacer para que la próxima vez se solucione de manera apropiada”

A raíz de lo anterior, se trabajó sobre la búsqueda de diversas soluciones que pudiera

realizar cuando esté enojada. Primero en identificar la emoción en el cuerpo y ya que está

reconocida se le da un nombre, para luego pensar sobre cuáles pudieran ser las posibles

acciones que se pudieran hacer, teniendo en cuenta que la seguridad de sí mismo y la de los

demás no esté comprometida, para luego respirar profundamente y decir qué hacer de manera

correcta.

Después de la sesión con la menor, se invitó al papá de XL a pasar a la sala para

comentar lo sucedido en el incidente. Señala que XL “Se puso de voluntariosa” (Padre de la

menor, comunicación personal, 06 de mayo del 2015). Sin embargo entre él y LA, hablaron

con XL para llegar a un acuerdo y dar solución a la situación, ante lo cual XL accedió a

comer. Ante esto, el padre también comenta que ha observado que cuando surgen conflictos

con XL y sus padres, la niña espera castigos físicos por realizar algún comportamiento

inadecuado, no obstante, el padre de la menor no piensa en este tipo de métodos para la

corrección de la conducta, sino que busca alternativas apropiadas para platicar con la niña. El
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padre refiere “Me cuesta decirle que no o privarla de las cosas, no quiero tampoco darte todo

porque pudiera haber un momento en el que no va a ser posible y tampoco quiero llegar al

punto de consentirla” (Padre de la menor, comunicación personal, 06 de mayo del 2015). Por

lo anterior, se le recomendó y explicaron las formas de consecuencias lógicas para poder

resolver los problemas de manera correcta. Es factible esperar y darle un tiempo para dejar

que se tranquilice (esperando que siga la técnica descrita en esta sesión) y posteriormente

seguir reforzando la comunicación que establece con la niña para tomar acuerdos entre ambos.

Finalmente se marchan tranquilos y programan nueva cita.

Como observaciones y análisis de la sesión se denota una estable relación entre el

vínculo padre e hija y se nota que la dinámica familiar actual le ayuda a crear vínculos

positivos con sus iguales y figuras de autoridad.

Sesión 5.

- Fecha: 13 de mayo del 2015.

- Objetivo: Brindar herramientas que permitan a XL expresar y canalizar su energía de

manera positiva, además de generar alternativas de solución para superar dificultades.

- Descripción de la sesión:

XL llega puntual a la cita acompañada de su abuelita paterna en adecuadas condiciones

de alineo e higiene. Orientada en tiempo, espacio y persona. Mantiene buena atención con el

interlocutor. La menor menciona que esta semana estuvo planeando con su papá un viaje a la

playa. Asimismo explica que hubieron veces en las que se portó mal e hicieron berrinches.

Por lo anterior se trabajó de la siguiente forma:

Terapeuta: “Entonces… dices que te portaste mal y que los berrinches aparecieron”

XL: “Sí”
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Terapeuta: “Bueno. Me gustaría saber unas cosas sobre que te portas mal y esos

berrinches”

XL: ¿Cómo qué?

Terapeuta: “Me he dado cuenta que en estas cuatro sesiones que hemos platicado aquí

en el consultorio, hablamos sobre lo que pasa y siempre aparece un “me porto mal” e “hice

berrinches”, he visto que eso hace que las cosas en tu casa se pongan de cabeza y también

que te enojes con papá y LA, además que provoca que tengas pleitos con tus hermanitos”

XL: (Se queda pensando). “Sí, y eso no me gusta”

Terapeuta: “¿Qué sientes cuando el “me porto mal” o “Berrinche” aparecen?

XL: “Me empiezo a enojar por lo que pasa”

Terapeuta: “Entonces, cuando dices “me porto mal o berrinche” eso está dentro de tu

cuerpo o fuera? ¿Cómo podemos ver que XL está enojada?

XL: “Está afuera, yo me enojo, pataleo, lloro, a veces grito y pego a mis hermanitos”

Terapeuta: “Mira que interesante. Pero yo creo que tú puedes dominar eso

XL: “No sé”

Terapeuta: “¿Sabes porque estoy seguro que sí? Porque XL ha dicho que “Esto” que

podemos ver, está fuera de su cuerpo, no le pertenece a ella, sin embargo, cuando siente y ve

que XL está enojada por algo que pasa, se apodera de ella y hace que salgan las pataletas,

gritos, entre otras cosas. ¿Te parece si le ponemos un nombre?

XL: (Se queda pensando). “Ya se… El Mal Genio”

Terapeuta: “Excelente. De ahora en adelante lo llamaremos Mal Genio, y vamos a

hacer que ese Mal Genio, XL lo puedas dominar”


52

Al dotar de un nombre a su problema, XL se refirió durante toda la sesión a su “Me

porto mal o berrinches” como el “Mal Genio”. Consecutivo a esto, el tiempo restante se

utilizó para juego libre. Finalmente se marchó y acordó cita para la siguiente sesión.

Como observaciones y análisis de la sesión es posible notar su capacidad para

externalizar satisfactoriamente el problema de su persona y a partir de lo anterior en el lapso

de juego libre se notó más tranquila y segura. Además, los vínculos con el padre siguen y se

mantienen estables.
53

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Apéndices
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A) Instrumentos Utilizados

B) Materiales que apoyan el estudio (cartas, permisos, etc.)

Carta de Consentimiento Informado


Por este medio manifiesto mi participación voluntaria ante el proceso de investigación efectuada
por el Br. José Manuel Cauich Martin ante la tesis que lleva por título “Terapia Narrativa para el
manejo emocional en una niña en proceso de custodia”, la cual desea describir y evaluar el proceso
psicoterapéutico realizado desde la Psicoterapia Narrativa con una niña en proceso de custodia, con
el propósito de enfrentar de manera eficaz los procesos judiciales, los cambios estructurales a nivel
familiar y la superación de las vivencias experimentadas. Expuesto lo anterior hago constar que
acepto los siguientes términos:

- Que la investigación corresponde a una tesis para obtener el grado de Licenciatura en


Psicología en la Universidad Mesoamericana de San Agustín de la ciudad de Mérida,
Yucatán.
- El trabajo que se realiza se encuentra bajo la supervisión de la MPCI. Celia Carolina
Hernández Pasos así como de profesores pertenecientes a la UMSA quienes brindan
dirección de tesis.
- A pesar de que la participación es de forma voluntaria, existe el derecho a negarse en
alguna actividad que no quieran realizar y terminar su participación en caso que lo
consideren necesario.
- Tienen derecho de ser informados sobre todo proceso y/o actividades que se realicen con la
menor.
- Los momentos por los cuales se desenvolverá el trabajo de investigación son: presentación
del proyecto, fase de diagnóstico, fase de intervención, fase de resultados y evaluación.
Finalizando el trabajo se propondrá realizar un seguimiento del proceso. Las pautas para
ello serán acordadas posteriormente con el representante y/o tutor de la menor.
- La forma para recabar información y duración estimada del proceso de investigación, será
aproximadamente 15 a 20 sesiones de 50 minutos cada una.
63

- Las sesiones serán audio grabadas con fines propios de la investigación. Una vez finalizado
el proceso de investigación, los archivos digitales obtenidos se eliminarán de todo
dispositivo utilizado.
- La información obtenida en las sesiones durante el tiempo que dure la investigación podrá
ser citada en el trabajo final en caso de ser relevante para el mismo. Se hará el uso de
seudónimos para cuidar de la identidad de la menor y de los participantes en la
investigación.
- Se guardará la confidencialidad de la menor y de los involucrados en todo el proceso de
investigación, esto con la excepción de juzgar con base en evidencia particular o informe
del paciente que involucre un acto criminal o cuando exista probabilidad de dañarse a sí
mismo o a terceros.
- Si durante las intervenciones o el proceso de investigación existen preguntas a realizar, el
paciente tiene el derecho de hacérselo saber al investigador y de no responderlas.
- Los resultados obtenidos podrán ser empleados para investigaciones o trabajos a futuro.
- Si tiene alguna duda sobre este proyecto, puede hacer preguntas en cualquier momento
durante su participación en él. Asimismo, tiene el derecho de abandonar la investigación en
cualquier momento sin ningún perjuicio.

Firma del padre y/o tutor de la menor Firma del participante

Nombre y firma del investigador

Mérida, Yucatán a _____ de _________ del 20___.


64

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