La Pasión de Cristo como tal abarca todos los hechos ocurridos a la

semana previa de la crucifixión de Jesucristo, por lo que se divide en 6

partes: la entrada triunfal en Jerusalén (Domingo de Ramos), la Última
Cena compartida con sus discípulos, la traición de Judas que derivó en su
arresto, juicio y condena por parte de Poncio Pilatos, el Vía Crucis y
crucifixión, y, por último, su Resurrección.
1. Domingo de Ramos o la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
Jesús fue recibido por la multitud con ramas de palma y con aclamaciones
como Hijo de David.
2. La Última Cena con los apóstoles.
En ella, Jesús reunió a sus discípulos y compartió el pan y el vino con ellos,
además de instruirlos a que lo hicieran en su memoria. Aquí es donde
Jesús instituye la Sagrada Eucaristía como sacramento y se dice que ahí
nació la institución del sacerdocio, tal como lo conocemos hasta ahora.
5. Vía Crucis y crucifixión.
En el Vía Crucis Jesús fue torturado, golpeado y obligado a cargar su
propia cruz hasta el Monte Calvario. Al llegar al lugar fue crucificado junto
a dos ladrones, Dimas y Gestas. Después de morir su cuerpo fue envuelto
en sábanas y puesto en un sepulcro.
6. La Resurrección de Jesús.
Tal como lo había anunciado, al tercer día Jesús resucitó de entre los
muertos, demostrando su condición divina y dando nueva vida a la
humanidad para el perdón de los pecados.

3. Traición de Judas.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos hace un trato con los sumos
sacerdotes a espaldas de Jesús para entregarlo a cambio de 30 monedas
de plata. Judas lo señaló a través de un beso, ahí es cuando Jesús
pronuncia las palabras '¿Con un beso entregas al hijo del hombre?',
dando a entender a Judas que sabía perfectamente de su traición.

4. Arresto, juicio y condena.

Después de la cena, Jesús fue arrestado y llevado ante el gobernador
romano, Poncio Pilatos, quien hace un juicio rápido ante los fariseos. Ellos
gritaban que soltaran a otro ladrón, Barrabás, en lugar de Jesús. Al ver
que no podía controlar a la multitud, Poncio Pilatos literalmente se lava
las manos en un recipiente, con esto decía al pueblo que él no tenía nada
qué ver con la condena: la crucifixión.