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El diseño de proyectos no solo contempla las acciones a llevar a cabo, sino también el
diseño de matrices de medición por medio de indicadores y la identificación de medios
donde revisar los cambios. Por otra parte, se contemplan los riesgos y posibles
condiciones críticas que podrían empoderar o poner en riesgo un proyecto. En la
educación, el rol de los cambios dinámicos es fundamental y se encuentra hoy marcado
por la incorporación de las TIC, principal tema que rige los proyectos educativos. A lo largo
del marco lógico, los indicadores, los medios de verificación y los supuestos son las tres
últimas columnas y la clave para el monitoreo futuro y la evaluación de cada una de las
etapas del proyecto.
Respecto de este proyecto, todas las etapas requieren de una serie de indicadores que
permitan evaluar si las acciones se desarrollan, gestionan y funcionan correctamente.
Para hacer este seguimiento más concreto se procede a dividir el trabajo en dimensiones
o grandes ejes conceptuales sobre los que se crearán indicadores. “Los indicadores se
construyen a través de un proceso deductivo llamado operacionalización, haciendo más
concretos y aprehensibles las dimensiones o variables de mayor complejidad” (Ibertic,
2013, p. 15). Las dimensiones que se plantean son:
Características de la institución.
Fortalecimiento de la gestión educativa.
Ambiente TIC en la escuela.
Apropiación institucional de las TIC.
Capacitación y desarrollo profesional de los docentes.
Apropiación de las TIC por los docentes.
Apropiación pedagógico-didáctica de las TIC en las prácticas educativas cotidianas.
Vínculo de los alumnos con el uso de TIC en el ámbito escolar.
Impacto social.
Aspectos éticos y legales.
☰ Función descriptiva
Aporta información sobre el estado real de una actuación pública.
☰ Función valorativa
Añade a la información un juicio de valor basado en información objetiva y determina
logros alcanzados.
Los indicadores se pueden clasificar de diferentes formas, pero podemos practicar una
primera división entre indicadores que aportan información, es decir información que se
genera desde los productos (insumos, procesos, productos y resultados finales); o según
su desempeño (eficacia, eficiencia, calidad y economía). También podemos delimitar el
alcance temporal de los mismos, es decir aquellos que se dedican a medir el nivel de
avance, así como los que miden el impacto final.
Figura 1: Tipo de indicadores
Los indicadores deben tener una relación directa con cada etapa del proyecto como de la
planificación estratégica. El diseño de los indicadores se da en forma consensuada y
participativa entre las partes interesadas en el proyecto, así como con los beneficiarios. El
consenso es clave para otorgar mayor credibilidad frente a los involucrados, con vistas al
análisis de resultados, ya que son claves de una evaluación correcta. Los indicadores
deben diseñarse de forma tal que puedan usarse en diferentes etapas del proyecto.
Los indicadores deben identificar el grupo meta y dónde se aplicará el proyecto. Estos
criterios rigen tanto para el objetivo general y específico. En el caso de componentes,
contemplando el marco lógico, se convierten en descripciones breves de los estudios,
capacitaciones y obras desarrolladas. En el caso de las actividades, se contempla el
presupuesto y los plazos. Siguiendo los consejos de Ortegón, Pacheco y Prieto (2015), es
recomendable que:
Es necesario contar con algunas líneas de base o referencias a la situación inicial o del
año cero del proyecto como inicio de trabajo. Todos estos elementos confluyen en la
configuración de medios de verificación. Las técnicas de recolección de información
participativas serán las fuentes iniciales. Posteriormente es importante desagregar
posibles espacios o recursos que permiten obtener información de cumplimiento. Desde
imágenes, fotos de insumos/productos, hasta listas de asistencia o presupuestos con
facturas son ejemplos de estos medios de verificación.
Para poder completar el diseño de un proyecto hay que considerar aquellos aspectos que
pueden poner en riesgo el desarrollo del mismo. Ya en el FODA se analizan las
debilidades y amenazas, pero se requiere poder diseñar un estudio pormenorizado de
estos. Los supuestos son las condiciones suficientes para obtener resultados, es decir los
riesgos redactados en formas positivas y superadas. Esto permite identificar la
sostenibilidad del resultado. Estos son factores críticos que permanecen fuera de control
de la gerencia del proyecto, pero que deben ser tenidos en cuenta para poder crear
estrategias complementarias en caso de generarse cambios en el contexto.
Los supuestos se desarrollan por medio de fuentes de apoyo, como las lecciones
aprendidas, las simulaciones de involucrados y el FODA. Para ser considerados como
supuestos deben representar verdaderos riesgos a la ejecución del proyecto y poder ser
monitoreados o medidos. Los proyectos poseen riesgos ambientales, financieros,
institucionales, sociales, políticos, climáticos, entre otros. Esto, en el ejemplo, queda
expreso en las dimensiones que se revisan previo al desarrollo de los indicadores, donde
se analiza el entorno según diferentes perspectivas.
Ortegón, Pacheco y Prieto (2015) sostienen que la redacción de los supuestos debe
considerar:
Referencias
Ortegón, E., Pacheco, J. F., y Prieto, A. (2015). Metodología del marco lógico para la
planificación, el seguimiento y la evaluación de proyectos y programas. Santiago de Chile,
CL: CEPAL. Recuperado de
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/5607/S057518_es.pdf
☰ Planificación estratégica
La planificación estratégica se define como una herramienta para la gestión y la toma de
decisiones, con vistas a futuro. Es un ejercicio de formulación de objetivos y cursos de
acción. Por medio de esta metodología se pueden definir los objetivos estratégicos, los
indicadores y las metas, delimitando prioridades y asignación de recursos en entornos
altamente cambiantes. Este proceso requiere de constante retroalimentación a partir de un
constante análisis del entorno y el ambiente interno.
☰ Diagnóstico y manejo de la información
Para el relevamiento y gestión de la información recolectada es importante definir los
criterios de búsqueda y selección. Para ello es necesario delimitar aspectos conceptuales
claves en el diseño de trabajo. En relación a los proyectos estratégicos destaca la
centralidad en lo pedagógico, donde la escuela se comprende como una unidad
organizacional. La mirada estratégica permite trabajar desde unidades y problemáticas
educativas con un plan común.
☰ Diseño de estrategias y programas por medio de la planificación
Las nuevas estrategias de trabajo para el diseño de proyectos de formación parten de las
nociones propias del diseño instruccional de enseñanza y aprendizaje. Estos modelos
acompañan los procesos de planificación estratégica. Para el diseño de estrategias
formativas es importante crear una “hoja de ruta”, un ciclo de proyecto que permita diseñar
la implementación de los pasos a seguir para crear desde proyectos organizacionales
hasta instruccionales.
☰ Marco lógico: indicadores y supuestos
Los indicadores son elementos fundamentales en un proyecto, ya que permiten conocer el
desempeño de este. Los indicadores deben tener una relación directa con cada etapa del
proyecto y de la planificación estratégica. Para poder completar el diseño de un proyecto
hay que considerar aquellos aspectos que pueden poner en riesgo su desarrollo.