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1)

— “aquellos objetos cuya sombra veía antes”: esta expresión se refiere a los objetos
que desfilan detrás del muro, esto es, a las estatuas transportadas de hombres y animales.
Metafóricamente representan cosas del mundo sensible, tales como los seres naturales y
objetos fabricados, de cuya investigación se ocupan los filósofos de la naturaleza y los
expertos en saberes técnicos. Son más reales que las sombras, pero siguen siendo una
copia de lo verdadero, de las Ideas.
— “lo que antes había contemplado”: se refiere a las sombras. Metafóricamente
representan las visiones deformadas de las cosas del mundo sensible, propias del hombre
corriente, sometido a los prejuicios, a la superstición y a las costumbres.
— “lo que entonces se le mostraba”: Ídem que “aquellos objetos cuya sombra veía
antes”.

2)
El propio texto da la clave de la respuesta. Los prisioneros han sido “obligados a
mantener inmóviles sus cabezas” durante toda su vida y, por tanto “no han visto otra cosa
de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego” (515-a). Por
esa razón se resisten a aceptar que las estatuas que ahora ven son más reales que las
sombras que siempre han visto y que desde siempre han tomado como la única y verdadera
realidad, pues no conocían otra cosa.
El significado metafórico de esto es claro: las costumbres, los prejuicios y las falsas
creencias de siempre en las que uno ha sido educado desde pequeño, son un obstáculo
para el conocimiento; la misma ignorancia del ignorante, que cree saber, cuando en realidad
no sabe, constituye una barrera para el conocimiento y para su liberación.
Son muchos los ejemplos de la vida real que pueden ejemplificar esto: algunas
mujeres de cierta edad y que han tenido escasas oportunidades de acceso a la educación,
frecuentemente son las más acérrimas defensoras y las transmisoras de los valores
sexistas tradicionales que las esclavizan y las marginan, y los defienden con mayor fervor
cuanto mayor es su ignorancia. También, muchos prejuicios contra el otro (“moros”,
“sudacas”, “franchutes”, “maricas”, etc.) se fundan frecuentemente en falsas creencias y en
el desconocimiento absoluto de lo que se desprecia, y resultan muy difíciles de erradicar si
desde siempre se ha pensado así. Otro ejemplo: en el Renacimiento, a pesar de las
evidencias expuestas por Galileo Galilei de que la Tierra giraba alrededor del sol y de que
en la luna existían cráteres y montañas, la Iglesia y la ciencia oficial de la época se
resistieron durante siglos a aceptar esas nuevas ideas y a renunciar a las ideas
tradicionales

3)
Imitación o copia. Así como las cosas del interior de la caverna copian o imitan de
forma más o menos imperfecta, las cosas del exterior, así también el mundo sensible,
representado por el interior de la caverna, copia o imita el mundo inteligible, representado
metafóricamente por los objetos del exterior.

6)
-Epistemologia
Analogía entre el sol y el Bien: así como, una vez fuera de la caverna, el sol
es lo último que percibe el prisionero liberado, ascendiendo escalonadamente desde la
visión de los reflejos a la de los objetos y de éstos a la de las estrellas y la luna, así también
la Idea de Bien será lo último que contemple el filósofo, y constituye la meta última del
conocimiento y de la educación. Por otra parte, así como el sol hace que las cosas del
mundo visible, al iluminarlas con su luz, sean visibles para el ojo, así también la Idea de
Bien hace que las Ideas del mundo inteligible sean cognoscibles para el alma humana, al
introducir en ellas orden, perfección y racionalidad, de modo que la Idea de Bien es la causa
de la cognoscibilidad de las demás Ideas, lo mismo que el sol es la causa de la “visibilidad”
de las cosas sensibles.

-Ontologia
Analogía entre el sol y el Bien: así como el sol es la causa de todas las cosas
que existen en el mundo visible, pues gracias a él viven las plantas y los animales, causa
las sombras y los reflejos de las cosas, y regula y gobierna todo en el mundo visible, así
también la Idea de Bien es la causa de todo lo que hay de recto y de bello en las Ideas y en
las cosas del mundo sensible y constituye el fundamento ontológico de todo lo real, debido
a que las Ideas participan de la Idea de Bien, y las cosas sensibles de éstas.

-Etica
Analogía entre el sol y el Bien: así como la luz del sol introduce claridad
durante el día y nos rescata de la oscuridad de la noche, iluminando nuestros pasos y el
entorno, así también el conocimiento de la Idea de Bien debe ser la antorcha que guíe las
acciones humanas, tanto en el terreno de la vida privada (el de la ética) como en el de la
vida pública (el de la política), de modo que apunten siempre 24 hacia lo mejor y lo más
justo. Sin el conocimiento del Bien en sí, los individuos y los políticos son como caminantes
sin rumbo y sin guía, perdidos en la oscuridad de la noche

7)
La expresión “visión de las cosas de arriba” se refiere a la contemplación por parte
del prisionero liberado de las cosas del exterior de la caverna; se trata de una metáfora del
conocimiento verdadero (episteme); éste tiene por objeto lo real y auténtico, las esencias,
es decir, lo inteligible y, particularmente, las Ideas; a diferencia de la simple opinión, el
conocimiento (episteme) se caracteriza por ser universal, objetivo, y por fundarse en la
inteligencia, y no en los sentidos. La expresión mencionada se contrapone en el texto a la
“visión de las cosas de abajo”, es decir, de las cosas del interior de la caverna (sombras y
estatuas). En efecto, con esta expresión Platón se refiere a la opinión (doxa); ésta no es
propiamente conocimiento acerca de lo verdaderamente real, sino acerca del mundo
sensible y cambiante, que, como se sabe, tan sólo es una copia del mundo de las Ideas;
esta clase de saber se caracteriza por ser superficial, poco fiable, cambiante y relativo, y por
basarse, no en la razón, sino en los sentidos.

8)
Con la expresión “la ciencia de allí” Platón se refiere a la ciencia de la caverna, que
es tan sólo un saber acerca de sombras que pasan y de ecos de voces, de un mundo
envuelto en las “tinieblas”, como dice el texto en 516-e.
De manera metafórica, la expresión “ciencia de allí” representa la simple opinión o
doxa, que, como se sabe, para Platón es un saber menos claro y fiable que el conocimiento
(la episteme); además, es un saber vinculado a los sentidos, relativo y cambiante, y tan sólo
llega a captar la apariencia de las cosas, pero no su verdadera esencia.

9)
se refiere Platón a los “asuntos humanos”, es decir, a aquellas cosas que ocupan y
preocupan a la mayoría de los mortales (prisioneros de la caverna), y que pertenecen al
ámbito de lo opinable, al mundo de lo sensible, pasajero, cambiante y material, envuelto
permanentemente en “las tinieblas” de la opinión, como sugiere el texto en 517-d.
esta expresión se contrapone a las “contemplaciones divinas”, expresión que se
refiere sin duda alguna a la contem- 27 plación de las Ideas eternas e inmutables, que,
como se sabe, constituyen las esencias que el filósofo trata de investigar, ajeno e
indiferente a las opiniones de los hombres y a los “asuntos humanos” y materiales que tanto
preocupan a los mortales

10)
La expresión “la justicia en sí” se refiere sin duda alguna a la Idea de Justicia, que
representa la noción eterna de justicia, invariable, perfecta, atemporal, independiente de las
opiniones de los hombres y de las circunstancias históricas, y accesible a la inteligencia
(nous). En el texto, Platón considera a la justicia en sí como una de esas “contemplaciones
divinas” que ocupan la mente del filósofo, ajeno a los asuntos mundanos y a los quehaceres
cotidianos que tanto preocupan a la mayoría de los mortales (“miserias humanas”). Por otra
parte, la “justicia en sí” aparece claramente contrapuesta a “las sombras de lo justo” y a “las
imágenes de que son ellas reflejo”, expresiones que se refieren a la justicia de los hombres,
esto es, a la justicia empírica y temporal, a las leyes y a las opiniones que los hombres
tienen sobre lo justo, a los diferentes y variables modos de entender la justicia según cada
Estado y cada época histórica. El texto dice que sobre estas cosas, envueltas
permanentemente en “las tinieblas” de la opinión, los hombres discuten en “los tribunales o
en otro lugar cualquiera”, sin ni siquiera haber llegado nunca a contemplar la Idea de
Justicia. El texto también deja claro que, a diferencia de la justicia en sí, la justicia de los
hombres es objeto de interpretación (es una de esas cosas que los hombres “interpretan”), y
por lo tanto de opinión, y no de conocimiento. Por otra parte, como se sabe, la justicia en sí
es el modelo eterno y el paradigma ideal que imperfectamente copian las leyes humanas y
las opiniones humanas sobre lo justo, que en el texto aparecen aludidas como simples
“imágenes” de la Justicia en sí o, incluso, como sombras de esas imágenes (copias de
copias).

12)
La ignorancia, los prejuicios y costumbres de siempre nos esclavizan
Es también un proceso de liberación y de profunda transformación interior: el saber
nos hace libres.
Tiene como meta última la contemplación de la esencia última de lo real, que es el
Bien en sí

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