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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE NUEVO LEON

FACULTAD DE DERECHO Y CRIMINOLOGIA

Modelo Tesina

La disminución de la reincidencia, mediante modelos de asistencia para el

delincuente y colaboración post penitenciaria social en el estado de nuevo león.

Presenta

Thelma Rocio Tovar Reyna

Monterrey, Nuevo León Abril 2020

1
INDICE

INTRODUCCIÓN..................................................................................................................................3

I.- DELIMITACIÓN Y PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN.......................................7

II.- JUSTIFICACIÓN.............................................................................................................................13

III.- FORMULACIÓN DE OBJETIVOS...................................................................................................15

A). - TRATAMIENTOS BÁSICOS......................................................................................................16

B). - TRATAMIENTOS DE APOYO....................................................................................................17

C). - TRATAMIENTOS AUXILIARES..................................................................................................17

IV.- MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL..................................................................................................18

A). – TEORIAS DE LEGITIMACIÒN DEL IUS PUNIENDI....................................................................18

B). - LAS SANCIONES PENALES......................................................................................................22

C). - DIAGNÓSTICO DE REINSERCIÓN SOCIAL...............................................................................22

D). - MARCO JURÍDICO APLICABLE................................................................................................23

E). - LA INSEGURIDAD COMO PROBLEMA SOCIAL........................................................................25

F). - SOBREPOBLACIÓN EN CENTROS PENITENCIARIOS................................................................25

G). - EXCLUSIÓN SOCIAL...............................................................................................................26

H). - DERECHO A LA IGUALDAD Y A LA NO DISCRIMINACIÓN.......................................................29

I). - DERECHOS HUMANOS LABORALES........................................................................................30

J). - DERECHO A LA SALUD............................................................................................................30

K). - LEY NACIONAL DE EJECUCIÓN PENAL...................................................................................31

L).- ORGANISMOS ASISTENCIALES PARA EL DELINCUENTE...........................................................32

M).- MODELO POST PENITENCIARIO PARA LIBERADOS................................................................34

N).- DEL PATRONATO DE AYUDA PARA LA PREVENCION Y READAPTACION SOCIAL EN EL ESTADO.


.....................................................................................................................................................34

VI.- METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN......................................................................................36

VII.- CONCLUSIONES.........................................................................................................................37

VIII.- BIBLIOGRAFIA...........................................................................................................................38

2
3
INTRODUCCIÓN

Contar con un Modelo penitenciario que responda adecuadamente al momento de


la reinserción social del individuo hacia la sociedad y exponer una manera social-
comunitaria diversa al fin de la pena de prisión que se establece tanto en los
estándares nacionales como en los internacionales, requiere que todos y cada uno
de los actores involucrados en el ámbito, conjunten esfuerzos.

En este sentido, realizar diversas acciones encaminadas a que los centros


penitenciarios del Estado de Nuevo León instrumenten políticas públicas
encaminadas hacia una reinserción social efectiva, siendo muestra de ello la
presente publicación que contiene los ejes específicos para su debida aplicación.

El desarrollo de los temas que involucra los ejes constitucionales sobre los que
gira la reinserción social, se realiza bajo una perspectiva amplia, que enfoca de
manera precisa los objetivos bajo los cuales tienen que desarrollarse en los
diversos ámbitos, para que realmente incida positivamente en las personas y que
ello signifique que su paso por la prisión ha tenido los efectos deseados.

Dada la trascendencia de este tema, se elabora el estudio del que da cuenta la


presente publicación denominada “La disminución de la reincidencia, mediante
modelos de asistencia para el delincuente y colaboración post penitenciaria
social en el estado de nuevo león”, que incluye, un análisis técnico sobre la
prevención del infractor de reincidir, sobre la que se justifica la reinserción social.

En este sentido, hablar sobre prevención del infractor de reincidir, implica


necesariamente disertar sobre la importancia de la clasificación, el tratamiento
penitenciario y social, considerado en su más amplio sentido, señalándose las
referencias que así lo consignan, todo ello con el objetivo de alcanzar los fines de
la reinserción social con programas de servicio comunitario junto con el apoyo del
estado para brindarles una asistencia social después de salir del centro
penitenciario.

4
La implementación de esquemas como el establecimiento de programas sociales
encaminados a mejorar aspectos personales como el trabajo en equipo, la
disciplina y la responsabilidad, que a su vez contribuya al mejoramiento continúo
de la persona.

La colaboración entre gobiernos del Estado y sociedad para la solución de los


problemas complejos que actualmente aquejan a nuestra sociedad. Es cada vez
más claro que temas como, la persistencia de la pobreza, la creciente
desigualdad, la exclusión social y otros grandes desafíos contemporáneos que
ocasionan a volver a delinquir no podrán ser enfrentados por un sector de manera
aislada. Ante esta realidad, resulta positivo constatar el crecimiento de iniciativas
donde diversas formas de colaboración y coordinación social se ponen en acción
para enfrentar las grandes problemáticas sociales.

El objetivo general de este Modelo es contar con información actualizada y


relevante sobre las personas liberadas que salen de un centro penitenciario,
llevando a cabo atención después de ser liberados.

En el marco de la reforma al artículo 18 de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos y de la entrada en vigor de la Ley Nacional de Ejecución Penal,
El Estado de Nuevo León se encuentra ante un nuevo paradigma en la ejecución
de justicia. Dentro de este contexto, uno de los cambios importantes fue la forma
en que se concibe la reinserción social, la cual debe incorporar el reconocimiento
de las personas como sujetas de derechos y obligaciones 1

A partir del cambio de paradigma, el delito se entiende como un problema social y


no solamente como un problema de la persona, por lo que la reinserción social
implica realizar acciones y estrategias encaminadas a restablecer los derechos de
dichas personas, lo cual incluye enfoques especializados, diferenciados,
integrales, de género y de derechos humanos 2, todos ellos acompañados del
1
El respeto a los derechos humanos es una base de la reinserción social, tal como lo expresa el artículo 18 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los artículos 4 y 72 de la Ley Nacional de Ejecución Penal.

2
Existen diversos estudios que dan cuenta de la necesidad de utilizar estos enfoques, por ejemplo, el “Informe derechos
humanos, mujeres y reclusión. Informe sobre la situación de los derechos humanos de las mujeres privadas de la libertad
5
fortalecimiento de las redes familiares y comunitarias. Lo que distingue a las
personas que fueron sentenciadas como responsables de la comisión de un delito,
y es sobre las causas de los hechos delictivos en los que se debe trabajar, pues
es parte de la prevención, cuyo fin es construir alternativas que prevengan la
reincidencia a través de la restauración, la restitución y la prevención de riesgos
vinculados a la historia de vida y los contextos sociales de la persona que
delinque.

Por otra parte, para evitar la exclusión social de quienes egresan de la prisión es
necesario reconocer la importancia de la formación educativa, laboral además del
apoyo de las organizaciones, así como el desarrollo de habilidades individuales y
sociales. Transitar de un modelo que se concentra en el castigo a uno que pone el
acento en la reinserción social, expresadas en la normatividad de la materia.

Así las cosas, el presente Modelo busca que esa justicia antes hablada, sea
benéfica a la sociedad, ello a través de la implementación de medios alternos a la
prisión que cumplan con los fines de la readaptación, lo cual no deja de ser
impartición de justicia propiamente dicha, lo anterior tomando en cuenta la
sensibilidad de nuestra actual sociedad, frente a los efectos del delito sobre la
víctima y considerando que la procuración de justicia comprende múltiples
aspectos tanto jurídicos como sociales que buscan mejorar las condiciones de
vida y la convivencia humana de los ciudadanos, la cual debe ser más armoniosa,
lo que se logra equilibrando intereses y evitando injusticias que produzcan
desigualdad, siendo esta procuración de justicia la que el trabajo comunitario al
aplicarlo como pena busca obtener en nuestra actual sociedad.

De antemano sabemos lo arriesgado de esta obra, dado que actualmente se


pugna en su mayoría por el incremento de las penalidades a los delitos, así como

en centros de reclusión del Distrito Federal, 2014” de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal que establece
diseñar programas especialmente dirigidos a mujeres, o el documento: “Mujeres presas. La situación de las mujeres
embarazadas con hijos/as menores de edad. Limitaciones al encarcelamiento, 2008” del Ministerio Público de la Defensa en
Argentina y UNICEF. En el tema de adolescentes y jóvenes puede consultarse en el “Concurso sobre buenas prácticas en
rehabilitación y reinserción de adolescentes infractores de ley, 2011” de la Fundación Paz Ciudadana y UNICEF.

6
el incremento de nuevos delitos al tipificar conductas que antes no se
consideraban como tales.

I.- DELIMITACIÓN Y PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN


¿Cuál es el problema de la reincidencia a cometer delitos en el estado de Nuevo
León? Los penales del estado se encuentran a su máxima capacidad. Ladrones,
homicidas, violadores, gente relacionada con la delincuencia organizada. El
7
secreto a voces es que son escuelas del crimen. En el 2012, la organización
México Evalúa dio a conocer los resultados del estudio “Seguridad y Justicia Penal
en los Estados: 25 Indicadores de Nuestra Debilidad Institucional”, que sitúa a
Nuevo León en el primer lugar de reincidencia delictiva en el país. De acuerdo al
análisis, en la entidad el 27.4 por ciento de los egresados de penales estatales
caen nuevamente en actividades delictivas, aunque organismos locales señalan
que esta cifra podría ir en realidad del 30 al 70 por ciento en la actualidad.

“No, definitivamente no, no cumplen con esa función (de readaptación). No tienen
ni la infraestructura, ni el personal, ni el modelo penitenciario adecuado para
cumplir con ese proceso, realmente deberían de tener un modelo que pudiera
responder a las necesidades de los internos, y que tuviera mayor
profesionalización y mayor equipamiento” 3. Desde hace años, la asociación
analiza el sistema penitenciario de Nuevo León. Su director es un convencido de
que el estado equivoca la estrategia para readaptar a los miles de reos que
ocupaban las instalaciones del Topo Chico, y ocupan Apodaca-Cadereyta. Renace
estima que el índice de reincidencia delictiva ronda el 30 por ciento. “Hay presión
dentro de las prisiones, hay exigencia y hay chantaje que hace que las personas
vayan hacia cometer delitos más graves, o a formarse y ser reclutados por el
crimen organizado en cuanto salgan, definitivamente es uno de los problemas más
graves que tenemos”, sostuvo Sánchez.

La apatía de las personas, las presiones de otros internos para continuar


delinquiendo aun dentro del penal, las barreras económicas y falta de personal
capacitado son algunos de esos factores que impiden la readaptación. Bañuelos
advirtió que la reincidencia podría alcanzar niveles del 70 por ciento 4.

¿Cómo surge el problema? “Para el año 2015, el presupuesto para los centros
penitenciarios disminuyó, entonces eso quiere decir que cada vez tienen menos

3
Martin Carlos Sánchez, director de Renace

4
https://www.milenio.com/estados/nl-lider-reincidencia-delictiva-nivel-nacional

8
posibilidades de ayudar. Hay muy buena voluntad, hay personas que están
realmente interesadas en favorecer este cambio, que la persona se reintegre, se
readapte, pero a veces no se cuenta con los elementos suficientes”. Y vaya que si
el estado ha abandonado poco a poco sus penales. En el 2012 les fueron
asignados 895 millones de pesos, y esta cifra cayó para el siguiente año a 713
millones de pesos. En este 2014, el monto considerado por Nuevo León para la
atención de sus centros penitenciarios es de 609 millones de pesos Pese a ello, el
aliento es que si hay vida después de los penales.

Los organismos que trabajan con internos en los diversos reclusorios sostienen
que el 50 por ciento de los que se acercan a programas logran una readaptación. -
Según los estudios de especialistas, cuando la readaptación falla, el 85 por ciento
de los hijos de delincuentes invariablemente acabará en la misma situación de sus
padres. - En este 2014, el monto considerado por Nuevo León para la atención de
sus diferentes centros penitenciarios es de 609 millones de pesos, menos que en
otros años.

¿Por qué surge el problema? El inadecuado papel de los centros penitenciarios en


México, incluso incuba la hipótesis si tales elementos en su conjunto conllevan a la
continuidad de la problemática con nuevos y reincidentes delincuentes. Sobre este
punto, la Organización de las Naciones Unidas (2013) ha llegado a estimar que a
nivel mundial el 70% de las personas que son sometidas a una sentencia vuelven
a cometer un delito, en este sentido; en México en el año 2012 se contabilizó la
reincidencia delictiva en un promedio de 13% 5.

Llegado a este punto se denota la reincidencia delictiva como un tema pertinente,


en el sentido de ser un resultado negativo de la política empleada, ante la falta del
cumplimiento de un proceso efectivo de reinserción, se difumina la posibilidad de
una disminución del problema, sobre el hecho de evitar que los detenidos cometan
nuevos delitos y con ello se generen nuevas víctimas.

5INEGI 2014

9
¿Cuándo surge el problema? No se sabe a ciencia cierta. Una de las dificultades
para responder a esta pregunta es que no existe una única forma para medir la
reincidencia, por lo que los datos disponibles no necesariamente hablan del mismo
problema. Esta falta de información hace difícil proponer una hoja de ruta y tomar
decisiones de política pública viables para enfrentar el escenario actual.
Generalmente, la reincidencia se refiere a una recaída en el comportamiento
criminal del individuo6; sin embargo, de acuerdo a la interpretación, pueden
encontrarse varias definiciones. Existen al menos tres aproximaciones de
medición: las personas que vuelven a ser capturadas; aquellas que fueron
condenadas por un delito y que, al cometer otro, recibieron el beneficio de la
detención domicilia o brazalete electrónico, y las que reingresaron al sistema
penitenciario. Es relevante mencionar que, en sentido estricto, la condena es la
que determina la reincidencia probada. Las demás modalidades deben entenderse
como reincidencia potencial, incluyendo los capturados en flagrancia.

¿Dónde surge el problema? La prisión no necesariamente es la mejor alternativa


para todos los delitos y puede llegar a ser contraproducente, una de cada dos
personas privadas de la libertad puede acceder a un programa de resocialización
y únicamente el 2,5% de la población carcelaria está vinculada a programas de
trabajo promovidos por el sector privado. Además, la evidencia no sugiere que
quienes pasan por estos programas tengan un menor riesgo de reincidencia. Bajo
estas condiciones, puede tener un “efecto criminógeno” que incrementa la
posibilidad de reincidencia. La prisión puede tener un mayor efecto para los delitos
violentos.

¿Cuáles son las características del problema?

Dentro de los indicadores para medir la reincidencia se encuentran:

• Individuos con una nueva detención.

• Nuevos arrestos de un mismo individuo.

6
Elderbroom, B. & R. King (2014). Mejora del reincidismo como medida de rendimiento. Instituto Urbano
10
• Individuos con una nueva condena.

• Individuos con un nuevo encarcelamiento.

• Individuos con una nueva condena en tribunales de mayores de edad, en caso


de que haya estado en una correccional juvenil.

• Diferenciación entre un individuo que comete un nuevo delito y estaba en libertad


condicional o no.

• Si la comisión de un nuevo delito llevó a revocar la libertad condicional.

• Infracciones menores cometidas en el periodo de libertad condicional.

• La comisión de nuevos delitos violentos.

¿Cómo se manifiesta el problema? El primer reto con el que se encuentra una


persona al salir de prisión es luchar contra los efectos de la prisionización,
entendida como los efectos iatrogénicos y perniciosos que provoca la estancia en
prisión y que son más intensos en función de muy diversos factores como por
ejemplo el tiempo de estancia en prisión, el régimen de vida al que haya estado
sometido, la edad de la persona encarcelada, la existencia de apoyos personales
y/o familiares fuera de la prisión, la madurez psíquica de la persona así como su
capacidad económica, etcétera.

La cárcel ha supuesto un proceso de desidentificación personal y de re


identificación con valores y hábitos propios de la subcultura carcelaria que impone
condiciones de vida a normalizadoras, característicos de una institución
segregativa de exclusión social7. La «clientela» habitual de la prisión o, dicho de
otro modo, la gran mayoría de las personas que son sancionadas con penas
privativas de libertad, responden a un perfil sociológico bien definido.
Efectivamente, entre el 70 % y 80 % de las personas encarceladas son reclutadas
de entre los sectores socio-económicamente desfavorecidos, y están

7
Goffman E., 1984
11
encarceladas por delitos menores contra la propiedad y contra la salud pública
tales como robos y hurtos o tráfico a pequeña escala con drogas ilegalizadas 8

Esto no quiere decir que la delincuencia sea patrimonio de la pobreza. Ni mucho


menos. Tan sólo significa que, en el proceso de selección de la delincuencia
convencionalizada, en la construcción socio-penal del «problema del delito»
podemos constatar la identificación de delincuencia, no sólo, pero si de un modo
relevante, con la pobreza9. Por lo tanto, la existencia de problemas penales en los
sectores sociales empobrecidos es una circunstancia que agrava aún más su
situación objetiva y subjetiva de marginación social.

¿Qué se propone, para solucionar el problema? Para enfrentar la reincidencia es


clave identificar y solucionar los cuellos de botella, evitando las recriminaciones
mutuas. Hay múltiples cuellos de botella en el sistema de justicia que dificultan dar
una respuesta a la reincidencia, los cuales incluyen bajos niveles de denuncia,
falta de capacidades para desarrollar investigaciones, problemas de articulación
entre las entidades, dificultades para acceder a la información, bajos niveles de
cumplimiento de las penas e indicadores de medición que desincentivan la
judicialización de las conductas. Los señalamientos mutuos y el pedido de
aplicación de medidas severas, no hacen más fuerte al sistema de justicia, sino
que debilita su credibilidad y legitimidad.

Otro enfoque sobre el trabajo penitenciario en la búsqueda de evitar la


reincidencia delictiva, se observa en la propuesta de intervención formulada por el
Ministerio de Economía y Fomento al Turismo del Gobierno de Chile (2013),
señala la importancia del aspecto laboral que el interno debe desarrollar durante
su estancia en la cárcel y el seguimiento que debe existir al momento de salir
de su internamiento, aunado al desarrollo individual y familiar, para promover una
red de apoyo. Condición que va ligada a la comisión de delitos de carácter
económico (robo, extorsión, secuestro, fraude, etc.) cuya realización implica

8
Manzanos C, 1991

9
Manzanos C, 1991
12
ganancias monetarias para los actores, las que en muchos de los casos
sobrepasan los sueldos mínimos e inclusive promedio establecidos en el mercado
por oficio o por ejercicio profesional, desalentando el aprendizaje de un trabajo, y
una favorable valoración psicosocial sobre formas honestas de sustento.

¿Qué se busca de dicho problema? Implementar un modelo que ayude a las


personas que salen de compurgar su pena en un centro de reinserción social
mediante un seguimiento de una red de apoyo y valoración tanto medica como
psicológica.

¿Para qué se necesita resolver dicho problema? Para disminuir la reincidencia a


cometer delitos de las personas que salieron de prisión.

II.- JUSTIFICACIÓN
Desde un enfoque social, la delincuencia es el fracaso del medio familiar y social
para brindar a ese individuo los medios adecuados para un sano desarrollo.

Es evidente que una de las mayores situaciones de stress desde el punto de vista
existencial es la pérdida de la libertad, el encierro, la incomunicación con el núcleo
familiar y con la comunidad, el cambio radical de modo de vida, de relaciones
interpersonales, las limitaciones psicomotrices, las limitaciones culturales y
especialmente la percepción existencial del tiempo.

El ingreso a una institución penitenciaria del cual dependerá gran parte el futuro
del individuo, su recuperación, su respeto y esencialmente su salud tanto física
como mental, siempre implica un cambio existencial de modo de vida, provoca una
intensa angustia y un temor indiscriminado y general.

13
Si tomamos en cuenta que cada hombre es único y particular, diferente a los
demás, y que cada persona reacciona de una manera propia, basada en su
desarrollo, en sus experiencias, en sus relaciones interpersonales, en sus
conflictos, en su inteligencia y vivencias, observamos que en tratándose de la
relación interno-delincuente de una institución penitenciaria se plantean dos
situaciones claves, el ingreso y el egreso, es decir fundamentalmente quién es el
individuo que llega a la institución y cómo sale de la institución penitenciaria.

De lo anterior tenemos que la justificación de la presente investigación es


esencialmente la necesidad de frenar los traumas y demás problemas señalados
en la presente a los que se enfrenta al ingresar un individuo a la prisión, si a su
vez se encuentra regulado es viable que se le impongan medios alternos a la
prisión para su rehabilitación social como lo es el trabajo comunitario.

Lo anterior se robustece al tomar en cuenta que en la actualidad se ha puesto en


tela de juicio la viabilidad de un propósito resocializador a través de la privación de
la libertad, pues existen dudas sobradamente justificadas acerca de que por sí
sola la pena de prisión pueda readaptar al individuo, por lo que no me parece
aventurado estimar, que para dar cumplimiento a la necesidad reconocida en
nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de que las penas
mantengan una vertiente que posibilite la resocialización del individuo, esto,
también se pueda lograr si existen medios alternos a la prisión y la importancia
que se ha dado en los últimos años al tema de la reinserción social y al desarrollo
de un modelo que ayude a combatir y disminuir la reincidencia delictiva de las
personas que salen de cumplir su condena, despertando la necesidad de exigirle
al estado de Nuevo León para poder brindar una reinserción que genere menos
reincidentes, mejorando el estudio y apoyo mediante programas comunitarios y
asistencia social, después de salir del centro de reinserción social que, nace por
parte de la sociedad la necesidad de implementar modelos distintos, apoyando a
la sociedad a reinsertar a los privados de libertad con apoyo durante y después de
retomar su libertad lo que se pretende implementar para que este modelo permita
ser un bien de reinserción y materializar sus esfuerzos en trabajo comunitario, con
14
beneficios para aprender un oficio que pueda apoyarlos a buscar un ambiente
laboral lejos de volver a recaer en cometer un hecho delictivo y se reciba asesoría
psicológica y atención medica así como una bolsa de trabajo para poder ayudarles
a reinsertar en la sociedad.

III.- FORMULACIÓN DE OBJETIVOS.


¿Qué quiero hacer en la investigación?

Implementar un modelo que apoye durante y después de la reinserción social

¿Qué es lo que busco conocer?

Una propuesta de actividad comunitaria con apoyo social, para ayudar a la


reinserción de las personas privadas de su libertad en los centros de
penitenciarios.

¿A dónde quiero llegar?

Disminuir la reincidencia delictiva de las personas que salen de cumplir su


condena.

Si tomamos en cuenta que el delito desde el punto de vista clínico, es la conducta


que realiza un hombre en un momento determinado de su vida y en circunstancias
especiales para él, y que llega a la institución penitenciaria cuando ha tenido

15
problemas en su adaptación psicológica y social que cuando le toca enfrentarse a
una problemática conflictiva la resuelve a través de medios agresivos y violentos,
nuestro objetivo primordial será demostrar que el individuo que delinquió puede
readaptarse sin necesidad de la aplicación de todas las medidas que permitirán
modificar las tendencias antisociales del individuo a través de un modelo
comunitario, ya que cada individuo es único en su desarrollo, con una historia y
evolución diferente a los demás individuos, con una conducta delictiva también
única relacionada a complejos y difíciles procesos motivacionales de la agresión.

Pues bien, como se mencionó anteriormente, los criterios fundamentales de


clasificación regulados expresamente en el artículo 18 constitucional en cuanto a
los privados de su libertad son la salud física y mental, situación jurídica, edad y
sexo, y además existen diversos criterios sub-clasificadores como lo son la
reincidencia, educación, profesión, peligrosidad, corregibilidad, procedencia
geográfica, conducta, aprovechamiento de su tiempo, pronóstico comportamental,
afinidad, etcétera

Así mismo, existen los diversos tratamientos aplicados a los sentenciados a fin de
lograr su readaptación social los cuales se clasifican a continuación, siendo estos
En 1990 el Dr. Carlos Tornero Díaz elaboró una clasificación de tratamientos con
fines tanto didácticos como prácticos que no se ha superado en la actualidad:

A). - TRATAMIENTOS BÁSICOS.


Debiéndose entender por aquellos procesos dirigidos a incrementar y/o mejorar
las potencialidades laborales, capacitivas y educativas de los internos que
contribuyen a lograr su readaptación social, y tomado en cuenta lo dispuesto por el
artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y su
relativo 17 de la Constitución Política del estado de Nuevo León consistirán en:

1).- EL TRABAJO.- Que es pilar en el tratamiento penitenciario, ya


que coloca a la base del mismo en el concepto de reintegración al grupo social y
que permite que el interno sea producto y contribuya al sostenimiento de sus
16
dependientes económicos, situación que incidirá en su equilibrio durante su
permanencia en la institución, por su parte la capacitación para el trabajo es
determinante en el proceso de readaptación, ya que cuando el interno egrese de
la prisión le permitirá colocarse en un trabajo remunerado, destacando la
capacitación industrial, artesanal, en artes y oficios y en actividades para elevar el
nivel de vida.

2).- LA EDUCACIÓN. - Entendida como un proceso integral tanto


instructivo como formativo que introduce en el interno normas y valores sociales y
de comportamiento en su medio social, así como le permitiría incrementar su nivel
escolar, y que consistirán en la enseñanza escolar, dividida en alfabetización,
primaria, secundaria y preparatoria y en la participación de las áreas de cultura,
recreación, deportes y extensión educativa, a fin de lograr la formación integral del
interno.

B). - TRATAMIENTOS DE APOYO.


Consistentes en las terapias médica, médica-psiquiátrica, psicoterapias
individuales y/o grupales y la socio-terapias (constituida por la atención de visita
familiar e íntima), que incidirá en el restablecimiento de la salud y en la
reintegración al núcleo familiar y social del interno durante y después de su
instancia en el centro penitenciario.

C). - TRATAMIENTOS AUXILIARES.


Todas aquellas acciones implementadas, técnicamente dirigidas a los internos,
enfocadas a medidas preventivas, informativas y asistenciales que coadyuven en
su reincorporación social y son pláticas preventivas sobre farmacodependencias,
alcoholismo, orientación sexual y familiar, la atención espiritual y la asistencia del
voluntariado.

De lo anterior, si se ha reiterado innumerables veces por diversos autores sobre la


importancia de la clasificación en prisiones, la cual es fundamental, no sólo desde
17
el punto de vista técnico, sino también humano, pues debe permitir una
convivencia armónica y un clima de tranquilidad emocional que prepare el
siguiente paso que es el inicio del tratamiento de rehabilitación, podemos concluir
que, sí la base de ésta lo constituye el trabajo y la educación por considerarse a
estos como los tratamientos básicos en la readaptación social atento a lo expuesto
en renglones precedentes, podemos concluir que el objetivo principal del presente
Modelo lo es el implementar legalmente esos tratamientos básicos de
rehabilitación, sin la necesidad de que el individuo reincida y reingrese a la prisión.

IV.- MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL

A). – TEORIAS DE LEGITIMACIÒN DEL IUS PUNIENDI


En la actualidad, y desde el siglo XIX en que se sentaron las bases teóricas,
siguen siendo tres las teorías que tratan de dar respuesta a la cuestión de qué
fundamento puede legitimar al Derecho penal para privar de la libertad o de otros
bienes a los ciudadanos por la realización de determinadas acciones.

Las anteriores teorías son las denominadas la teoría de la retribución, la teoría de


la prevención general y la teoría de la resocialización.

No se trata aquí de reiterar los contenidos básicos de cada una de tales


propuestas, que cabe estimar sobradamente conocidos, pero sí en cambio,
conviene aludir a las causas por las que, de modo altamente significativo, todos
los intentos más recientes de fundamentación de la legitimidad del Derecho penal
pasan preferentemente por la prevención general, mientras que la retribución y la
resocialización han quedado de modo decidido en un segundo plano.

Sin embargo, últimamente ha ido ganando peso la idea de una simplificación de


posturas que, en la práctica, se mostraban mucho más complejas y menos
unilaterales.

18
Se ha señalado que todos los clásicos caracterizados como retribucionistas
atribuían también al Derecho penal la misión de conseguir fines preventivos,
mientras que los catalogados como preventivistas también se mostraban próximos
a los retribucionistas, como lo revelaba su distinción entre "fundamento jurídico" y
"función" de la pena, y si a ello se añade la existencia de numerosísimas
propuestas en la línea de las teorías de la unión, podrá concluirse que el
panorama resultaba significativamente más complejo.

En comparación con aquel momento histórico, tan sólo han perdido vigencia, al
menos, en el plano teórico, la intimidación individual y la inocuización que, junto
con la resocialización, conformaban la construcción de la prevención especial.

Aquellos aspectos constitutivos de la denominada prevención especial negativa


han desaparecido prácticamente como posible fundamento legitimador de la
intervención punitiva, permaneciendo sólo en pie, y muy intensamente
cuestionada como fundamento central de tal intervención la resocialización.

En el caso de la retribución, las razones de su superación como fundamento


básico de la intervención jurídico-penal sobre personas y bienes de los ciudadanos
son claramente culturales o ideológicos.

En efecto, entre otras cosas el hecho de que, no son suficientes las


fundamentaciones metafísicas de la pena, ya que difícilmente puede apelarse a la
analogía del juicio humano, para justificar su carácter desprovisto de todo fin
trascendente al mero castigo, aunado a que tal concepción, para poder
fundamentar convincentemente el recurso a la pena, requiere la presencia de
determinados presupuestos, muy especialmente la culpabilidad.

Por lo que se refiere a la resocialización, por su parte, han sido razones tanto
ideológicas como prácticas las que han motivado la progresiva superación de la
misma, como fundamento básico, por un lado, se ha dudado de la legitimidad de la
absolutización del ideal resocializador por encima de otras consideraciones de
proporcionalidad con el hecho cometido, igualdad de trato, etc.; más radicalmente,

19
se ha puesto en tela de juicio la legitimidad de una intervención que puede tener
como resultado una injerencia inaceptable en el esquema de valores del
delincuente con la finalidad de modificarlo, igualmente, se han dirigido también
serias objeciones en contra de la viabilidad de un propósito resocializador en
condiciones de privación de libertad, ya que existen serias dudas, las cuales
consideramos sobradamente justificadas acerca de que la pretensión
resocializadora pueda, por sí sola legitimar el recurso a la pena por parte del
Estado, pues tal pretensión tiene escasa base objetiva y, además, es discutible
que sea, en sí misma, legítima.

Las dificultades que ofrecen las fundamentaciones retributiva y resocializadora del


recurso a la pena han determinado que el lugar central en orden a la legitimación
del "ius puniendi" lo ocupe la fundamentación preventivo-general.

Esta, probablemente constituye la única constante en el pensamiento penal sobre


los fines de la pena desde la época de ilustración, la cual tampoco se muestra
exenta de problemas.

A este respecto, se ha aludido reiteradamente a que la lógica de la prevención


general, por sí sola, no puede superar la objeción relativa a que tal
fundamentación hace posible la utilización de un individuo como instrumento de
fines a él trascendentes, lo que vulneraría principios básicos de nuestro ámbito
cultural.

Las dudas acerca de la viabilidad de un modelo puro de legitimación de la


intervención penal han determinado que los últimos tiempos se hayan
caracterizado por una proliferación de tesis mixtas o eclécticas llamadas teorías de
la unión y teorías unificadoras.

Así, las hay que parten de la retribución como finalidad básica, idea que resulta
luego completada con referencias preventivas, y a la inversa, se dan
fundamentaciones básicamente preventivas, respecto a las cuales la idea de
retribución de la culpabilidad actúa a modo de límite.

20
También dentro de los enfoques preventivos es posible distinguir según el papel
predominante que se le asigne a la prevención general o a la prevención especial;
en la actualidad, puede apreciarse un retorno a construcciones en las que el
criterio básico es el preventivo-general.

Desde otro punto de vista, cabe distinguir entre doctrinas que se limitan a
superponer los diferentes criterios sin establecer un orden claro entre los mismos,
y otras que han intentado configurar desde perspectivas eclécticas la misión del
Derecho penal recurriendo a criterios dinámicos, es decir, distinguiendo según los
diferentes momentos de la operatividad del mismo y asignando a cada uno de
ellos fines parcialmente diferentes, en este último nivel se sitúan las conocidas
teoría de la diferenciación y más todavía la teoría dialéctica de la unión.

Las tesis eclécticas son, sin duda, dominantes en la actualidad, sobre todo si se
acepta que muchas concepciones que formalmente no se adscriben a tal modelo
global, en realidad sí reúnen elementos suficientes para ser integradas en el
mismo.

Si el término ecléctico se entiende en sentido amplio, no me parece forzado incluir


en el mismo la mayoría de las concepciones que en los últimos decenios se han
presentado como retributivas, la teoría de la prevención general positiva y, en
general, las doctrinas que, acogiendo nominalmente una fundamentación
preventiva, añaden a la misma a modo de límites, un gran número de principios
ajenos a la lógica de la prevención que fundamentan la intervención punitiva.

Con todo, no me parece aventurado estimar, como antes se ha apuntado, que la


concepción más difundida es la que, sobre un fundamento preventivo-general, ha
dado cabida en su seno a consideraciones derivadas del pensamiento retributivo,
así como a la necesidad reconocida en la Constitución de que las penas
mantengan una vertiente que posibilite la resocialización, al igual de que considero
que las teorías de la unión no pueden estimarse el punto final de la evolución de la
doctrina legitimadoras de la intervención final ya que si bien limitan los aspectos

21
negativos de cada una de las teorías preexistentes, no valoran debidamente la
significación del Derecho penal como institución de garantías.

Una cuestión que debe quedar aquí abierta es la posibilidad de construir y


fundamentar una teoría retributiva desde perspectivas de racionalidad moderna,
debiéndose de concebir como la compensación de la ilícita ventaja obtenida por
quien consigue la aportación de los demás miembros de la sociedad, sin realizar
por su parte la contraprestación equivalente.

B). - LAS SANCIONES PENALES.


Afirma Francesco Carnelutti10, que es obligación de los juristas construir una teoría
general de las sanciones, de todas las sanciones, lo que está por hacerse para la
totalidad de los actos humanos ya que solo entendiendo cuál es la naturaleza de
cada sanción se podrá imponer, adecuadamente, la pena aflictiva de privar de
libertad al hombre, en la eterna relación de crimen y castigo, que justifica la
juricidad en todo el Derecho Penal en la inacabable lucha entre el bien y el mal.

El tema de las sanciones penales constituye el remate de la parte general del


Derecho Penal y comprende:

a).- El fundamento y la naturaleza de las diversas especies de sanciones.

b).- El arbitrio judicial y los diversos criterios para determinar las sanciones, su
eficacia y su forma de ejecución; y

c).- Las formas de extinción de la potestad para ejercer la acción y la ejecución de


las sanciones.

Las sanciones penales constituyen la reacción social contra el delito, el cual es


obra del hombre al que se califica de delincuente, y es ella precisamente quien, a
través de normas determine las formas en que sea reintegrados los derechos que
les ha sido infringido, por eso, las sanciones penales deben entenderse como el
resultado de un sentir social.
10
Citado por Reynoso Dávila Roberto. Teoría General De Las Sanciones Penales. Primera Edición, Editorial Porrúa S. A.
México Distrito Federal 1996. Pág. 1
22
C). - DIAGNÓSTICO DE REINSERCIÓN SOCIAL
En este apartado se presenta un contexto sobre la situación de las personas
privadas de la libertad en el Estado de Nuevo León, como las características
generales de esta población, la inseguridad como problema social, la
sobrepoblación en los centros penitenciarios, los espacios de residencia, el género
en la reinserción social y la exclusión social.

A partir de la reforma constitucional de junio de 2011, el marco jurídico que regula


los derechos humanos en México se vio robustecido. En razón de la
constitucionalización de los tratados internacionales en materia de derechos
humanos, el orden jurídico nacional se conforma ahora también por todos los
tratados que en dicha materia hayan sido ratificados por el Estado mexicano. En
virtud de lo anterior, y para efectos de determinar la situación actual de los
derechos humanos en el estado de Nuevo León en materia penitenciaria, que
regulan la actuación de las autoridades en relación con las condiciones de
privación de la libertad de los individuos en conflicto con la ley penal.

D). - MARCO JURÍDICO APLICABLE.


El artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
constituye la base para la organización del sistema penitenciario y los derechos de
las personas privadas de libertad. Esta disposición establece que el respeto a los
derechos humanos es uno de los pilares fundamentales del sistema penitenciario
mexicano. De modo similar, el artículo 21 de la propia Constitución refiere que “La
actuación de las instituciones de seguridad pública se regirá por los principios de
legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los
derechos humanos reconocidos en esta Constitución”. Además, este artículo
constitucional establece normas sobre el funcionamiento y organización del
sistema penitenciario en general como garantías para la protección de personas
privadas de libertad. Concretamente, el artículo refiere la reinserción social como
la finalidad de las penas privativas de libertad.

23
En este aspecto, es importante destacar que la Constitución mexicana incluso
resulta más protectora que la mayoría de los estándares internacionales. El
párrafo octavo del artículo 18 establece el derecho de las personas detenidas a
cumplir las penas en lugares cercanos a su residencia, con el fin de contribuir a la
reinserción social de los individuos. La Constitución contiene además otra serie de
garantías y derechos de las personas privadas de libertad. En el propio artículo 18,
por ejemplo, se hace referencia a la separación por categorías. En este sentido, la
norma constitucional indica que deberá existir una separación entre hombres y
mujeres, mayores y menores de edad y personas procesadas y sentenciadas. Por
otro lado, el artículo 19 de la Constitución establece que los malos tratos en las
prisiones serán sancionados por la ley y por las autoridades. De manera análoga,
el artículo 17 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Nuevo
León, coloca también a los derechos humanos como la base del sistema
penitenciario en el estado y consagra casi las mismas garantías que la
Constitución federal. Quizás una de las diferencias más importantes se refiere al
derecho a cumplir la pena en el lugar más cercano al domicilio.

Ahora bien, en el caso de la organización del sistema penitenciario en México, y


en particular del estado de Nuevo León, se rige por un sistema complejo de leyes
generales, federales y locales, así como de disposiciones administrativas. En
primer lugar, la Ley General del Sistema de Seguridad Pública “LGSSP” y la Ley
de Seguridad Pública para el Estado de Nuevo León “LSPNL”, establecen las
bases más generales para el funcionamiento del sistema penitenciario como parte
del sistema de seguridad pública. Dichas leyes contienen normas operativas,
como los registros de detenidos, las atribuciones y capacidades del personal de
seguridad y custodia de los centros, entre otras.

Como quedó apuntado anteriormente, la finalidad constitucional del sistema


penitenciario es la reinserción del individuo en la sociedad. En este sentido, existe
además la Ley que Establece las Normas Mínimas sobre Readaptación Social de
Sentenciados, la cual busca organizar el sistema penitenciario en torno al objetivo
de reinserción social de las personas privadas de libertad. Este ordenamiento,
24
aunque es de orden federal, aplica también en los centros estatales en la medida
en que existan convenios celebrados entre la federación y los estados (Ley que
Establece las Normas Mínimas sobre Readaptación Social de Sentenciados,
artículo 3)

Asimismo, la importancia de las revisiones médicas y psicológicas de las personas


sujetas a alguna forma de transición de la detención a la libertad, para prevenir y
detectar casos de reincidencia. Sin embargo, a nivel local, en el estado de Nuevo
León, no existe.

E). - LA INSEGURIDAD COMO PROBLEMA SOCIAL.


Los delitos de alto impacto han aumentado de acuerdo con las estadísticas del
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), y con
los datos que presentan organizaciones como el Observatorio Nacional
Ciudadano. Si se contrastan los valores absolutos del primer semestre de 2017
con el mismo lapso en 2016, a nivel nacional se aprecia el incremento de los
homicidios dolosos en un 36.05%, los homicidios culposos en un 2.12%, los
secuestros del fuero federal y común en un 14.29%, las extorsiones en un 7.97%,
los robos con violencia en un 41.96%, los robos de vehículos en un 23.74%, los
robos a casa habitación en un 5.29%, los robos a negocio en un 33.25%, los robos
a transeúnte en un 48.85% y las violaciones en un 10.01% (Observatorio Nacional
Ciudadano, 2017).

El INEGI, a través de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre


Seguridad Pública (ENVIPE) del 2016, estimó que en 2015 el 34% de los hogares
del país tuvo al menos una víctima de delito y que hubo un total de 23.3 millones
de víctimas, cifras que han aumentado desde 2010 (INEGI, 2016b). Los datos de
la ENVIPE 2016 indican que tiene una tasa de pre valencia delictiva de 38.5
víctimas por cada cien mil habitantes, además de contar con una tasa de 52.7
delitos por cada cien mil habitantes en los que el 59.1% de los casos la persona
que cometió el delito portaba algún tipo de arma. De este modo, los principales

25
delitos son el robo, asalto en la calle o en el transporte público, la extorsión y el
fraude (INEGI, 2016b).

F). - SOBREPOBLACIÓN EN CENTROS PENITENCIARIOS.


Uno de los desafíos más importantes del nuevo sistema de justica es atender el
problema de la sobrepoblación penitenciaria. Para dimensionar de manera general
esta problemática, se puede mencionar que, al 3 de noviembre de 2017 existía
una población de 28,222 personas privadas de la libertad en la Estado de Nuevo
León. (16,747 hombres y 1,475 mujeres), lo cual representa una sobrepoblación
del 17.22 %.

Al respecto, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha mencionado que


las condiciones de hacinamiento provocan un impacto negativo en el proceso de
reinserción social, pues dificulta la gestión de los centros penitenciarios, propicia
condiciones de insalubridad, deteriora la infraestructura y menoscaba las
capacidades de supervisión y seguridad (UNODC, 2011). Aun cuando está
ampliamente extendido y presente desde hace mucho tiempo, el hacinamiento es
evitable y nunca debe convertirse en algo habitual.

Desde el punto de vista humanitario es vital afrontar este problema en los lugares
de detención. Este es un compromiso y un desafío difícil, dado que el
hacinamiento tiene causas múltiples y acumulativas que en gran parte son ajenas
al sistema penitenciario en sí mismo (por ejemplo, las altas tasas delictivas y la
implementación de políticas que fomentan o privilegian el uso de la prisión).

Por lo tanto, no puede ser tratado sólo en establecimientos penitenciarios, sino


que también requiere una respuesta multidimensional y coordinada de las
autoridades, a nivel de políticas públicas y de la sociedad en general (UNODC,
2014). Uno de los principales retos para atender las problemáticas de estos
espacios es mejorar las condiciones de los centros y reducir la sobrepoblación
existente.

26
G). - EXCLUSIÓN SOCIAL
Además del contexto de oportunidades limitadas que las personas privadas de su
libertad pueden vivir al momento de su liberación, las dinámicas de exclusión
suelen ser un problema al que se enfrentan constantemente y que pueden ir
desde la ausencia de documentos oficiales, hasta sus relaciones familiares y su
interacción social. Algunos de los problemas a los que se enfrenta esta población
al ser liberada son la estigmatización y discriminación por haber estado en un
centro penitenciario.

Otra es la serie de limitaciones que surgen al no contar con un documento para


comprobar su identidad, generalmente la credencial de elector, debido a que ésta
pierde su vigencia por la suspensión de derechos políticos. Ante las dificultades
para obtener un documento de este tipo, la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos se ha pronunciado para que el Estado asegure que toda persona pueda
acceder a una identificación oficial, incluyendo a las personas procesadas o
sentenciadas en libertad (CNDH, 2017).

Además, la condición de vulnerabilidad de las personas liberadas se agudiza


cuando los lazos familiares se han deteriorado. Ello puede tener implicaciones tan
inmediatas como el no contar con recursos para trasladarse, consumir alimentos o
para tener un lugar de alojamiento. Para las personas liberadas que se encuentran
en estas condiciones esto se convierte en una limitación de oportunidades para
acceder al derecho de una vida digna.

También existe un segmento de personas liberadas que se encuentran en riesgo


de situación de calle, ya que dentro de la prisión pueden surgir situaciones que
rompan con los círculos sociales y familiares, lo que tiende a aislarlas aún más de
la sociedad a la que se pretenden integrar. Aunado a ello, debe resaltarse que un
7% de las personas privadas de su libertad no tienen expectativas de tener una
vivienda al salir, y entre quienes sí tienen esta expectativa sólo el 63% indica que
espera habitar su antigua vivienda, lo que arroja que el resto de las personas no

27
esperan regresar al hogar en donde se encontraban antes de ingresar a un centro
penitenciario (INEGI, 2016a).

De ahí que la población que está en riesgo de vivir en situación de calle pueda ser
igual o mayor al del 7% del total de la población privada de la libertad. En el
ámbito de las relaciones sociales, las personas liberadas suelen ser
estigmatizadas y llegan a vivir actos de discriminación, mismos que pueden
agravarse por formar parte de algún grupo en situación de vulnerabilidad, como
pertenecer a algún pueblo o comunidad indígena, tener alguna discapacidad o
estar en riesgo de caer en situación de calle.

En lo que se refiere al ámbito laboral, las personas privadas de la libertad se


enfrentan a limitaciones para acceder al trabajo debido a los antecedentes
penales. La situación de vulnerabilidad de estas personas se ve alterada al
momento en que se les presentan barreras para acceder a un empleo formal, y
con ello a un ingreso que permita su sustento y el de sus dependientes
económicos.

La Ley Nacional de Ejecución Penal establece en su artículo 27, apartado IV, que
la constancia relativa a los antecedentes penales sólo se podrá extender en los
siguientes supuestos:

a. Cuando la soliciten las autoridades administrativas y judiciales competentes,


para fines de investigación criminal, procesales o por requerimiento de autoridad
judicial;

b. Cuando sea solicitada por ser necesaria para ejercitar un derecho o cumplir un
deber legalmente previstos;

c. En los casos específicos en los que la normatividad lo establezca como


requisito para desempeñar un empleo, cargo o comisión en el servicio público, o
bien para el ingreso a instituciones de seguridad pública o privada, así como
cuando por la naturaleza del empleo o por razones de interés público se considere
exigible;
28
d. Cuando sea solicitada por una embajada o consulado extranjero en México, o
bien, a través de una embajada o consulado de México en el extranjero.

Cabe señalar que el supuesto “c” deja la puerta abierta para que, a consideración
del empleador, se pueda solicitar la carta de antecedentes no penales
argumentando que ésta es exigible por “la naturaleza del empleo”. Aunque la Ley
Federal del Trabajo indica que no se pueden establecer condiciones que impliquen
discriminación, la carta o constancia de antecedentes penales sigue siendo
solicitada como requisito para conseguir trabajo, lo cual representa una dinámica
de exclusión y discriminación tolerada por el Estado.

La exigencia de una constancia de antecedentes penales, visto de esta manera,


no sólo implica una acción discriminatoria que propicia la violación de derechos
humanos, sino que también obstaculiza los procesos de reinserción y deja a las
personas sin alternativas a los contextos en los que cometieron el delito. De esta
manera, los antecedentes penales se convierten en un generador de
discriminación, lo que afecta no sólo a la persona, sino también a sus familiares.
Esta problemática tendría que ser atendida como parte de una política pública de
igualdad y no discriminación (CNDH, 2016).

En consecuencia, eliminar o establecer límites a la solicitud de este tipo de


constancias deberían ser acciones para evitar situaciones discriminatorias y prever
efectos negativos como la falta de oportunidades laborales para las personas
liberadas11. Pese a la existencia de estos obstáculos y riesgos, el 93% de la
población privada de la libertad en la Ciudad de México tiene expectativas en
reinserción familiar, el 87.3% en la reinserción laboral y el 55.8% en la reinserción
escolar, lo que puede indicar que esta población confía en restablecer sus lazos
familiares y obtener un trabajo para continuar con su vida (INEGI, 2016a).

11
Larrauri James, 2011
29
H). - DERECHO A LA IGUALDAD Y A LA NO DISCRIMINACIÓN
La igualdad y la no discriminación se encuentran íntimamente relacionadas puesto
que representan la manifestación positiva y negativa de un mismo principio. Esto
se puede identificar mejor al analizar los artículos 1.1 y 241 12 de la Convención
Americana de Derechos Humanos (CADH), en los cuales la no discriminación es
parte fundamental del concepto de igualdad, puesto que la igualdad se traduce de
la siguiente manera: “Tienen derecho, sin discriminación, a igual protección de la
Ley” (CADH, 1981).

I). - DERECHOS HUMANOS LABORALES.


Los derechos humanos laborales están reconocidos en diversos tratados
internacionales donde se establece la obligatoriedad de los Estados para
garantizar que las personas tengan la posibilidad de satisfacer sus necesidades
mediante el acceso a un trabajo digno. De acuerdo con el Pacto Internacional de
los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), que entró en vigor en
1976, los derechos humanos laborales deben contemplar de forma mínima los
siguientes aspectos: derecho al trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias
de trabajo, derecho a huelgas, así como a fundar y poder afiliarse a sindicatos y el
derecho a la seguridad social.

J). - DERECHO A LA SALUD.


El derecho a la salud es un derecho humano fundamental e indispensable para el
ejercicio de los demás derechos, pues de acuerdo al Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales “toda […persona] tiene derecho al disfrute del
más alto nivel posible de salud que le permita vivir dignamente” (1958). Esto
mismo lo reitera la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando señala que “la

12
Convención Interamericana de Derechos Humanos. Artículo 1. Obligación de Respetar los Derechos. 1. Los Estados
Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre
y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición social. Artículo 24. Igualdad ante la Ley Todas las personas son iguales ante la ley. En
consecuencia, tienen derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley.)
30
salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la
ausencia de afecciones o enfermedades” (1948).

En este sentido, se puede resumir al derecho a la salud de la siguiente forma:

Contar con las condiciones, servicios y medicamentos adecuados, suficientes,


accesibles (física y económicamente) y de calidad para la protección de la salud y
para el disfrute de un completo bienestar físico, mental y social; acceso a
información objetiva y oportuna y a tratamientos de consentimiento informado;
libertad para ejercer derechos sexuales y reproductivos; establecimientos
respetuosos de la ética médica y culturalmente apropiados (CDH, 2004).

K). - LEY NACIONAL DE EJECUCIÓN PENAL.


La Ley Nacional de Ejecución Penal en su artículo 207 establece la obligación de
generar una unidad encargada de brindar ciertos servicios post-penales para
orientar y apoyar el desarrollo personal, laboral, cultural, educativo, social, de
salud física o psicológica y de capacitación para el trabajo. Sin embargo, para
implementar dichos servicios deberá coordinarse con otras autoridades,
denominadas autoridades corresponsables, que en el ámbito de sus atribuciones
tienen la obligación de brindarlos.

La atención dirigida a las personas liberadas de algún Centro Penitenciario estará


enfocada a empoderar a la persona y no de asistirlo, ya que se reconocerá a la
misma como un sujeto de derechos. En consecuencia, dicha atención será
diferenciada dependiendo de cada caso y los derechos a los cuales no tenga
acceso por encontrarse en una situación o posible situación de vulnerabilidad. Los
servicios post-penales están dirigidos a personas liberadas de Centros
Penitenciarios que hayan compurgado su pena o accedido a algún tipo de
beneficio establecido en la Ley13.

13
(19 Véase los artículos 136 (Libertad condicionada), 141 (Libertad anticipada), 142, 144 (sustitución y suspensión
temporal de penas y 146 (pre liberación por criterios de política penitenciaria))
31
En el caso de las medidas cautelares, la unidad encargada de brindar diversos
servicios análogos y de verificar el cumplimiento de las mismas será la Autoridad
de Supervisión de Medidas Cautelares y de Suspensión Condicional del Proceso,
de acuerdo a lo establecido en los artículos 176 y 177 del Código Nacional de
Procedimientos Penales.

De igual forma, la Ley Nacional de Ejecución Penal en su artículo 26 establece la


creación de una autoridad de supervisión de la libertad condicionada. Dicha
autoridad tendrá como atribuciones dar seguimiento a la ejecución de las
sanciones penales, medidas de seguridad y restrictivas que sean impuestas por el
Juez de Ejecución.

Asimismo, se encargará de la realización de los informes relativos al cumplimiento


de las condiciones impuestas por el Juez de Ejecución y, por último, llevará la
coordinación y ejecución de la aplicación del programa para las personas que
gozan del beneficio de libertad condicionada.

Sin embargo, existe una diferencia conceptual de los servicios post-penitenciarios


entre la Ley de Ejecución de Sanciones Penales y Reinserción Social, el concepto
de servicios post-penales de la Ley Nacional de Ejecución Penal.

El primero se refiere a la asistencia y el segundo a los servicios post-penales


como se explica a continuación. Los servicios post-penitenciarios consisten en la
asistencia material y moral por parte de una institución gubernamental o de las
organizaciones de la sociedad civil con el fin de garantizar un porvenir digno a la
persona. Por otro lado, los servicios post-penales buscan orientar y asesorar de
manera focalizada a la persona privada de su libertad en el desarrollo personal, la
salud física y mental, el deporte, la capacitación para el trabajo, el trabajo y la
educación, con una visión de empoderamiento de la persona.

En la tarea de reinserción, es importante incluir a la familia en su proceso de


intervención, puesto que ésta le da sentido y significado al plan de vida que la
persona liberada inicia, además de fungir como factor protector y ente

32
motivacional. Es importante mencionar que, al concebir a la familia como un
sistema, cada integrante se encuentra inmerso dentro del mismo. Por lo tanto, no
se busca ahondar en individualidades, más bien, se pretende profundizar en la
experiencia colectiva de la familia y hacerla participante activo de cada uno de los
pasos y etapas del proceso de reinserción.

L).- ORGANISMOS ASISTENCIALES PARA EL DELINCUENTE.


Estas organizaciones van a ser tantas instituciones gubernamentales y privadas
de la sociedad civil y quienes van a velar por los derechos humanos y garantías
que tienen tanto dentro de los Centros, como fuera de la vida en libertad. Y de las
cuales podemos hablar de la Comisión Nacional de los Derechos humanos
(Ombudsman nacional), Comisión de Derechos Humanos del Estado de México
(Ombudsman estatal, Organización de las Naciones Unidas (Reglas Mínimas),
ONG’s.

Estos organismos gubernamentales, al disponer de cuantiosos recursos del erario


público, una plantilla de personal de centenares de burócratas, y acceso ilimitado
a la prensa (escrita y electrónica) han desplazado a las ONG’s. Y le han
arrebatado sus banderas. Al contar con la complicidad de las autoridades
penitenciarias, son prácticamente los únicos organismos que pueden ingresar a
las prisiones a observar y monitorear. “Promover, defender, vigilar y evaluar los
derechos humanos de la población interna son funciones de organismos
especializados de la sociedad civil, las ONG’s. Sin embargo estos organismos se
encuentran dispersos, y su labor es poco efectiva.” 14

Pero mucha de las veces estos organismos, no cumplen con la encomienda de


proteger y defender los derechos humanos, muchas denuncias sobre torturas son
archivadas (o si se quiere no son investigadas) o son sustituidas por otros rubros
como abuso de autoridad, dilación en la procuración y administración de justicia,
ejercicio indebido del servicio público, secuestro o lesiones, entre otros. En tantos

14
Roldan Quiñones, Fernando Luis y M. Alejandro Hernández Bringas, “Reforma Penitenciaria Integral”, 1ª. edición., Editorial Porrúa,
México, D.F., 1999, p. 234.
33
escándalos ha estado inmiscuida la CNDH que no pocas personas han
demandado su desaparición.

“Los Diputados del Congreso de la Unión Mauro González Luna y Adriana Luna
Parra pidieron la renuncia de la presidenta de la CNDH Mirielle Rocatti, y la
desaparición de esta institución, por su ineficiencia y por no cumplir con los
objetivos para lo que fue creada”.15

Es totalmente inadmisible que un organismo que se autodefine autónomo e


independiente como Ombudsman sea nombrado por el Presidente de la
República, situación que lo coloca bajo su tutela y le cancela autonomía, y que a la
vista de amplios sectores sociales se ha exhibido como su cómplice al tratar de
ocultar y minimizar violaciones a los derechos fundamentales en donde están
involucrados altos funcionarios del gobierno federal.

M).- MODELO POST PENITENCIARIO PARA LIBERADOS.


En algunos Estados de la República y la del Estado de México, con la
participación de las Instituciones oficiales y del sector privado, existe y funciona lo
que se conoce como el Patronato del Tratamiento Pos institucional, que auxilia,
tanto a menores como a adultos que alguna vez estuvieron internos, a resolver
sus problemas mediatos e inmediatos para poder readaptarse a la sociedad, y en
algunos casos se extiende a los familiares.
Decía don Mariano Ruiz Funes que para muchas gentes la pena comienza al dejar
la prisión. Un sistema penitenciario moderno requiere de la colaboración unida,
especialmente para sentar las bases adecuadas para la reinserción social del
liberado al medio social. Quien deja una institución, encuentra en el exterior
problemas de toda índole: de trabajo, familiares, de naturaleza médica y, en la
mayoría de los casos, de carácter económico; es pues la importancia de estos
Patronatos que ayudan a mitigar un poco las necesidades del liberado en conjunto
con sus familiares.

15
Periódico, “La Jornada”, enero 12 de 1997.
34
Para que el sistema penitenciario conduzca a las personas privadas de la libertad
a una reinserción social exitosa, es necesaria la participación y el trabajo conjunto
del Estado, la iniciativa privada y la sociedad civil.

N).- DEL PATRONATO DE AYUDA PARA LA PREVENCION Y READAPTACION


SOCIAL EN EL ESTADO.
La etapa gubernamental del Presidente Adolfo López Mateos (1958-1964). Se
creó el Patronato de Reos Liberados, que desde 1934 estaba previsto y tenía su
reglamento, que en 1961 es modificado, colocando al patronato bajo la
dependencia de la Secretaría de Gobernación, específicamente del Departamento
de Prevención Social. Dicho patronato quedó integrado por la representación de
varias secretarias de Estado, ambas procuradurías y la policía. Su finalidad fue
otorgar apoyos y orientación a los reos que obtenían su libertad y buscarles
trabajo, dándoles también orientación legal, a veces, dormitorio y alimentación o
protección asistencial a ellos y a su familia.
Se crea el patronato de ayuda para la Prevención y Readaptación Social que
tendrá por objeto prestar asistencia jurídica, moral, económica, médica, social y
laboral a las personas que gocen de cualquiera de los beneficios previstos en esta
Ley o hayan sido puestas en libertad definitiva. Su organización y funcionamiento
se regirá por el reglamento interno respectivo.” (Art. 125). 16
El patronato de ayuda para la prevención y Readaptación Social se integrará por
el Comisionado de la Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana del Estado de
Readaptación Social, así como los representantes de los ramos de la
Administración Pública, de los sectores de la población y de agrupaciones sociales
con capacidad generadora de empleo; el Comisionado presidirá el patronato”. (Art.
126)17
Así pues la ley en comento nos establece claramente por quien debe estar
integrado dicho patronato y quien debe presidir la misma, y que tendrá por objeto

16
Ley de Ejecución de Penas Privativas y Restrictivas de la Libertad del Estado de México.

17
ídem
35
prestar asistencia de toda índole, siempre y cuando gocen de los beneficios de
esta ley o en su defecto hayan sido liberadas definitivamente; esto viene hacer
una ayuda para el condenado y sus familiares que al momento de reintegrarse a la
vida social por el momento no tendrá las carencias más indispensables y así llevar
una vida sana y evitar la reincidencia que a final de cuentas es la finalidad de la
pena.

VI.- METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN.


Evidentemente nos encontramos frente a una investigación que en su mayoría fue
de tipo documental, ya que se estudiaron las diversas legislaciones donde se
encuentran plasmados las disposiciones existentes respecto al trabajo en
beneficio de la comunidad, así mismo se estudió las partes de las legislaciones en
las cuales se considera que pueden ser agregados disposiciones al respecto y a la
vez consultamos los precedentes que en situaciones como las que nos ocupan ha
resuelto la autoridad judicial, lo anterior después de hacer un estudio comparativo
de las diversas legislaciones tanto en el fuero federal como en el fuero común,
estudio comparativo que fue el inicio de la presente investigación, la cual se
realizó siempre con la intención de adoptar el trabajo en beneficio de la comunidad
para plasmarlo en la legislación del estado de Nuevo León.

Adicionalmente se buscó, primeramente, a través de la consulta de diversos libros,


las doctrinas y antecedentes de la pena, con el fin de establecer el origen y
fundamento de la misma, para después pasar a analizar el sistema actual de
penas y el desarrollo que ha tenido la misma a lo largo de la historia.

Por último, se recabaron los datos relativos a la ejecución del trabajo en beneficio
de la comunidad a través de la Dirección General de Prevención y Readaptación
Social del Estado, quien amablemente nos proporcionó la información aquí
plasmada.

36
VII.- CONCLUSIONES.
Si se toma en cuenta lo expuesto en la presente investigación, es decir, si se
hacen las modificaciones legales siguiendo los parámetros aquí citados, estimo
que puede cumplirse de una manera más efectiva con los lineamientos
establecidos en la Ley Que Regula La Ejecución de Las Sanciones Penales Ley y
su respectivo Reglamento de una manera más eficaz y sin perturbar la salud
mental del sentenciado.

En efecto, al analizar lo contemplado en las citadas legislaciones, las cuales en su


parte conducente establecen que en los establecimientos penitenciarios se
adoptará un régimen de readaptación con tratamiento individualizado, con
aportación de las ciencias y disciplinas conducentes a la reincorporación social del
sujeto, consideradas sus circunstancias personales, el cual tendrá carácter
progresivo y técnico que tenderá a la modificación de la conducta del interno,
desarrollando hábitos y aptitudes que permitan su reingreso a la sociedad como
un miembro productivo, y en el aspecto educativo establece que no será no sólo
carácter académico, sino también cívico, social, artístico, físico y ético, no cabe
duda que el trabajo en beneficio de la comunidad como pena alternativa va a
cumplir, y con mayor eficacia, los lineamientos expuestos en dichos
ordenamientos, ya que es indudable que el individuo va a cumplir con su pena de
trabajo no remunerativo impuesta, lo que permitirá tenerlo socialmente adaptado y
a su vez no perderá el entorno académico, cívico, social, artístico, físico y ético
que la misma sociedad le ofrece y que dentro de un reclusorio se encuentra
mermado.

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VIII.- BIBLIOGRAFIA
 ARRIOLA JUAN FEDERICO. LA PENA DE MUERTE EN MÉXICO. EDITORIAL TRILLAS. TERCERA
EDICIÓN. MEXICO DISTRITO FEDERAL 1998.
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 CÓDIGO PENAL DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN.
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 CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES.
 CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS PENALES DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN.
 CODIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES.
 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN.

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