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VICENTE ALCOSERI

Autor: Vicente Alcoseri


vi
HISTORIA secreta DE HIRAM ABIFF
Vicente Alcoseri

Salomón hijo de David recibe de Dios la misión de construir el templo


siguiendo las instrucciones del profeta Natán al que el Señor ha dado en
sueños las indicaciones necesarias. Hiram rey de Tiro amigo de su padre le
aporta ayuda en materiales y sobre todo en obreros, le envía por ejemplo a
Hiram el Fundidor. Un día este último se dispone a efectuar el vaciado del mar
de fundición de bronce para el Templo en presencia de Salomón y de Balkis la
reina de Saba, a la que Salomón quiere seducir a fin de casarse con ella. El
pueblo de Israel asistirá al vaciado.

Al ponerse el sol, Hiram da la orden de proceder al vaciado. Y el gigantesco


molde en que debe fundirse el mar de bronce y que ha sido manipulado se
agrieta. El metal en fusión surge bruscamente y salpica a la horrorizada
multitud. Benoni, desesperado por no haber advertido personalmente a Hiram,
se arroja entre la ardiente lava. Poco después, solo, abandonado de todos,
Hiram sueña ante su obra destruida. De pronto, de la fundición que brilla
enrojecida en las tinieblas de la noche se alza una sombra luminosa. El
fantasma avanza hacia Hiram, que lo contempla con estupor. Su busto
gigantesco está revestido por una dalmática sin mangas; aros de hierro adornan
sus brazos desnudos; su cabeza bronceada, enmarcada por una barba cuadrada,
trenzada y rizada en varias filas, va cubierta por una mitra de corladura (plata
dorada); sostiene en la mano un martillo de herrero. Sus ojos, grandes y
brillantes, se posan con dulzura en Hiram y, con una voz que parece arrancada
a las entrañas del bronce, le dice:
- Reanima tu alma, levántate, hijo mío. Ven, sígueme. He visto los males que
abruman a mi raza y me he compadecido de ella...
- Espíritu, ¿quién eres?
- La sombra de todos tus padres, el antepasado de aquellos que trabajan y que
sufren. ¡Ven! Cuando mi mano se deslice sobre tu frente, respirarás en la
llama. No temas nada. Nunca te has mostrado débil...
- ¿Dónde estoy? ¿Cuál es tu nombre? ¿Adónde me llevas? -pregunta Hiram.
- Al centro de la Tierra, en el alma del mundo habitado. Allí se alza el palacio
subterráneo de Enoc, nuestro padre, al que Egipto llama Hermes y que Arabia
honra con el nombre de Edris...
- ¡Potencias inmortales! -exclama Hiram-. ¿Entonces es verdad? ¿Tú eres...?
- Tu antepasado, hombre, artista..., tu amo y tu patrono. Yo fui Tubal Caín.

Tubal Caín

Llevándole como en un sueño a las profundidades de la Tierra, Tubal Caín


instruye a Hiram en lo esencial de la tradición de los cainitas, los herreros,
dueños del fuego. En el seno de la Tierra, Tubal Caín muestra a Hiram la larga
serie de sus padres: Enoc, que enseñó a los hombres a construir edificios,
a unirse en sociedad, a tallar la piedra; Hirad, que supo antaño aprisionar las
fuentes y conducir las aguas fecundas; Maviel, que enseñó el arte de trabajar el
cedro y todas las maderas; Matusael, que imaginó los caracteres de la
escritura; Jabel, que levantó la primera tienda y enseñó a los hombres a coser
la piel de los camellos; Juabel, el primero en tender las cuerdas del cinnor y
del arpa, extrayendo de ellos sones armoniosos... Y por último, el propio Tubal
Caín, que enseñó a los hombres las artes de la paz y de la guerra, la ciencia
de reducir los metales, de martillear el bronce, de encender las forjas y soplar
los hornillos. Y transmitió a Hiram la tradición luciferina.

Al comienzo de los tiempos, dos dioses se reparten el universo. Uno, Adonai,


es el amo de la Materia y del elemento Tierra, el otro, Iblis, es el amo del
Espíritu y del elemento Fuego.

Adonai crea al Primer Hombre del barro que le está sometido y lo anima.
Movido a compasión por el bruto e incomprensivo que Adonai quiere
convertir en su esclavo y su juguete, Iblis y los Elohim (los dioses
secundarios) despiertan su espíritu, el dan la inteligencia y la comprensión.
Mientras Lilith, la hermana de Iblis, se convertía en la amante oculta de Adán,
el Primer Hombre, y le enseñaba el arte del pensamiento, Iblis seducía a Eva,
surgida del Primer Hombre, la fecundaba y, junto con el germen de Caín,
deslizaba en su seno una chispa divina. En efecto, según las tradiciones
talmúdicas, Caín nació de los amores de Eva e Iblis o Samael (veneno
supremo). Abel nacerá de la unión de Eva y Adán.

Más tarde, Adán no sentirá más que desprecio y odio por Caín, que no es su
verdadero hijo. Aclinia, hermana de Caín, que la ama, será entregada como
esposa a Abel. Y a pesar de ello, Caín dedica su inteligencia inventiva, que le
viene de los Elohim, a mejorar las condiciones de vida de su familia,
expulsada del Edén y errante por la tierra. Pero un día, cansado de ver la
ingratitud y la injusticia responder a sus esfuerzos, se rebelará y matará a su
hermano Abel.

Para justificarse, Caín responde personalmente a Hiram. Insiste sobre lo


doloroso de su suerte. Sólo él trabajaba la tierra, arando, sembrando,
recolectando, efectuando todas las labores penosas, mientras que Abel,
cómodamente echado bajo los árboles, vigilaba sin esfuerzo los rebaños.
Cuando les tocaba ofrecer los sacrificios prescritos a Adonaí, amo exterior de
la esfera terrestre, Caín elegía una ofrenda incruenta: frutos, haces de trigo.
Abel, por el contrario, ofrecía en holocausto a los primogénitos de sus rebaños.
Y, presagio funesto, el humo del sacrificio de Abel subía recto y orgulloso en
el espacio, mientras que el del fuego de Caín caía hacia el suelo, mostrando el
rechazo de Adonaí.
Caín y Abel.

Caín explica entonces a Hiram que, en el curso de las edades, los hijos nacidos
de él, hijos de los Elohim, trabajarán sin cesar por mejorar la suerte de los
hombres, y que Adonaí, lleno de celos, tras intentar aniquilar a la raza humana
mediante el Diluvio, verá fracasar su plan gracias a Noé, advertido en sueños
por los Hijos del Fuego sobre la inminente catástrofe.

Al devolver a Hiram a los límites del mundo tangible, Tubal Caín le revela que
Balkis pertenece también al linaje de Caín y que es la esposa que le está
destinada desde toda la eternidad.

Después, antes de la partida de la reina de Saba, Hiram y Balkis se unirán en


secreto, a pesar de la celosa vigilancia de salomón. Hiram, descendiente de las
Inteligencias del Fuego, y Balkis, descendiente de las Inteligencias del Aire,
no podrán sin embargo permanecer unidos. Hiram será asesinado por tres
Compañeros, deseosos de conocer indebidamente la contraseña de los
Maestros, con objeto de percibir el mismo salario que ellos. El crimen tendrá
lugar dentro del Templo de Jerusalén en construcción, desierto en ese
momento. Y Balkis, al regresar al país de Saba, sin haber sido nunca la esposa
de Salomón, se cruzará, sin verlos, con los tres asesinos, que se llevan
el cadáver de Hiram para enterrarlo en secreto.
Sólo se estremecerá en su seno el niño que va a nacer de sus amores fugitivos
con el Maestro Obrero, ese niño que será más adelante el primero de los hijos
de la viuda.

AUTOR.

Vicente Alcosieri

H:. de la R:.L:.S:. Centenaria, Constituyente, Lealísima, Augusta, Poderosa y


Benemérita Constancia N ° 2 de México. De ideas y pensamiento masónico
audaz.
Juan Schreiber

España.
Juan Schreiber

Los mitos ancestrales y textos sagrados originales de prácticamente todas las


culturas coinciden en resaltar la ascendencia “celestial” de la Humanidad en
general y, más acusadamente, de ciertas “élites” “escogidas” en su
seno. Precisamente en ellos se basa toda la elaborada teología y supe ideología
que enaltece a unos pueblos, etnias y estirpes o linajes “selectos y tocados por
un poder superior” sobre los restantes “simples mortales terrenales”, no
mezclados con los “dioses”. Y, como es de esperar, cada comunidad cree
firmemente o es indoctrinada a pensar que “ellos” son los “predilectos” y
todos los demás no, claro. Esta es la piedra angular justificadora del insaciable
ímpetu avasallador y la estructura política y social de todos los viejos y
modernos sistemas de dominación y opresión, de forma más o menos explícita
o hipócrita, consciente o inconsciente, primaria o intelectualizada.

Actualmente, desde las tribunas y cátedras del “saber oficial”, suele tratar de
explicarse tan ancestral y arraigada pulsión de los individuos y grupos
humanos como algo “natural e inevitable”, cual el “Lado Oscuro” o peaje a
pagar por el valioso trofeo de la inteligencia y la imaginación creativas y
procesadoras de sueños, símbolos y abstracciones, obtenido a lo largo de
nuestra ardua evolución a partir de los homínidos... Pero, muy bien oculta tras
esta acomodaticia y fácil fachada justificadora, bien puede esconderse una
Verdad mucho más fascinante y, a la par, profundamente perturbadora... Lo
que no sería de extrañar, pues sabemos que “la Realidad siempre supera a la
Ficción”... Intentaremos adentrarnos más allá de los velos y la bruma del
olvido, el Tiempo, el disfraz, la fábula y las nuevas vendas del paradigma
estrictamente mecanicista, atisbando con la trémula pero persistente antorcha
de la razón y la intuición..., con rigor, pero manteniendo la mente abierta.

Según múltiples restos arqueológicos antiquísimos y dichos libros e


iconografías primordiales, las diversas razas humanas proceden de los
“Elhoim”, también denominados por otras fuentes “Anunnaki”, “Zalmoxitas”,
“Dioses-Serpentinos”, “Dioses-Dragones”, “Divinas Sierpes” y muchos otros
nombres, ligados a cada diferente tradición religioso-cultural.

Hablamos de relatos orales, escritos, ideográficos, jeroglíficos o visuales,


grabados en tablillas, piedras, estolas, frisos, paredes cavernarias o templos
majestuosos de hasta 15000 años atrás – (no, no es un error, consulten si
desean comprobarlo los conmocionadores hallazgos de los yacimientos
arqueológicos de Gobleki Tepe, en el kurdistán turco, y otros de análoga
índole) –. Y mucho más, si incluimos el arte rupestre del Paleolítico, repartidos
por muy variados y lejanos puntos de todas las regiones del planeta, pero muy
concentrados en torno al legendario enclave del supuesto “primer contacto”
con los “Seres de los Cielos”, algún lugar indeterminado entre el sureste de las
presentes fronteras turcas, en plena Meseta de Anatolia, cerca de la asimismo
mítica y misteriosa ciudad de Sanliurfa, la antigua Ur de donde procedía
Abraham, hasta Oriente Medio, en el equivalente a Israel, Egipto e Irak (la
histórica sede de Babilonia y Sumeria), así como la Meseta de Irán.

Todos ellos proclaman sin ambages, por más que se halle mixtificado,
seguramente exagerado y poetizado por el lenguaje mágico-religioso
alegórico, épico y simbolista, que determinadas “líneas de sangre” o “linajes
predilectos” de los “dioses” – a los que llamaremos “Nefilim” (del término
hebreo original, el cual se traduce por “descendidos o caídos de los Cielos”),
son el producto de la unión carnal o mestizaje entre unos enigmáticos y
poderosos “ángeles o enviados al servicio de los dioses”, y las “hijas de los
hombres, a las cuales vieron hermosas, tomando de entre ellas a las que
gustaron” (en la versión bíblica del Antiguo Testamento: Génesis 6, 2-3).

Los misteriosos “amantes celestiales” son denominados “Igigi” en Sumer,


“Vigilantes u Observadores” en los documentos judíos, “Grigori” o
“Guardianes” entre los griegos, pero casi siempre predominantemente
masculinos. Aunque en algunos de los documentos de las tradiciones sumerias,
faraónicas y del Extremo Oriente, tanto chinas, hindúes como japonesas, al
igual que en los de las grandes civilizaciones precolombinas ya extintas o
completamente decadentes al llegar las tropas españolas al Nuevo Continente,
también aparecen potentes “diosas fecundadoras del más elevado rango” –. Por
otro lado, todos ellos, pese a sus fuertes variaciones culturales, vuelven a
ponerse de acuerdo en otro punto esencial: Los hipotéticos “visitantes” eran
extraordinariamente altos, muy fuertes – como “entre veinte y treinta o más
hombres” –, dotados de ciertos poderes psíquicos – o “mágico-
divinos/infernales”, en función del punto de vista de sus autores primitivos – y
“descendieron de los Cielos o las Estrellas”.

Además, poseían armas destructoras de increíble alcance y potencia y


vehículos voladores. Asimismo, frecuentemente son representados o descritos
desarrollando extrañas y sofisticadas “operaciones médicas” o
“manipulaciones biológicas” (“Vasos de Vida”, etc...), sobre determinados
humanos escogidos... Lo que hoy nosotros llamaríamos “ingeniería genética” o
algo semejante, lo que explica que pudiesen fertilizar a otra especie
completamente diferente engendrando híbridos viables adecuados a su
desconocido interés y necesidades... Por último, destaca otro factor común:
Estos seres – sin duda estimados, adorados, obedecidos y venerados como
“dioses creadores/generadores” o temidos cual “demonios destructivos,
vengadores y justicieros” a causa de su impresionante tecnología y superior
psiquismo por unos pueblos nativos infinitamente más atrasados, toscos y
primarios – son siempre de naturaleza vagamente reptiliana o anfibia, aunque
“emplumados” y lactantes.

O sea, a la luz de los conocimientos científicos evolutivos modernos, el


razonable resultado de un prolongado y exitoso progreso biogenético de
cientos de millones de años a partir de algunos tipos de dinosaurios bípedos
cazadores en manadas y provistos de un primer atisbo de lenguaje sónico e
infrasónico, como los velociraptors o algo similar.

Un curso más que aceptable si uno o dos grandes impactos meteóricos no lo


hubieran impedido en nuestra propia Tierra a finales del Cretácico. Una vez
engendradas las estirpes de “los selectos o híbridos”, los divinizados
“extraños” les consagraron como los líderes religiosos, militares y políticos de
las comunidades humanas, transfiriéndoles una limitada y ritualizada parte de
su Legado, en verdad conocimientos psíquicos, sociológicos y científico-
tecnológicos disfrazados de más o menos elaborados métodos, técnicas,
rituales y ceremoniales religiosos y “esotérico-iniciáticos”..., y encargándoles
gobernar a los demás “terrenales” no “bendecidos por la sangre y la sabiduría
de los dioses” en Su Nombre.

Tras milenios de maniobras, intervenciones directas revestidas de “prodigios”


o “milagros”, unas veces pacíficos, didácticos y constructivos y otras
castigadores, violentos y aniquiladores, provocando inclusive colosales
cataclismos – en particular un Gran Diluvio que casi aniquila a toda la
incipiente Humanidad y sus propios “mestizos predilectos”, recogido de un
modo u otro en todas las crónicas mitológicas del remoto pasado – así como
bastantes y en ocasiones salvajes intrigas, luchas, alianzas, traiciones, batallas
y sangrientas guerras entre ellos, en las que arrastran a las diversas tribus y
reinos erigidos bajo su inspiración “sobrenatural”, se retiran, desaparecen de la
primera plana del escenario terrestre, al menos en apariencia... Y, desde
entonces, las estirpes Nefilim se propagan, desde las regiones antes indicadas –
sede y anfiteatro de las primeras grandes Civilizaciones – emigran hacia el
Norte y el Oeste y, desde el Oriente de Europa, a toda Asia, Norteamérica,
Centroamérica y Sudamérica.

Estos supuestos hechos habrían acontecido en un periodo aproximado entre


15,000 y 6,000 años antes de nuestra Era.

Pero todavía queda algo mucho más grandioso, en cierto modo terrible y
sorprendente...
Otro conjunto de referencias y fuentes de procedencia o inspiración en
tradiciones orales, chamánicas y mágico-religiosas aún más primigenias – que
se adentran en la plena penumbra muy anterior a la escritura del Neolítico y la
misma Edad de Piedra, representan o narran que una enorme cantidad de
milenios antes del “pequeño desliz y sus innumerables consecuencias” de los
Annunaki-Elhoim con las más hermosas y supongo sensuales y receptivas
mujeres de nuestra especie, esta misma, como entidad biológica definida, no
sería más que el resultado de un Gran Experimento de estos “dioses
procedentes de los Cielos” – . Un experimento cuya primera sede es llamado
“Éden”, “Edén”, “Paraíso”, “Jardín del Paraíso” o “Edad de Oro”, por citar
únicamente las fuentes más cercanas a nuestra civilización occidental –. Tal
“recinto del origen” es denominado de variopintas formas, pero quizá la
palabra “Jardín” sea, a la postre, la más adecuada, en el sentido de una
granja/parque natural-laboratorio. La hibridación recombinante compleja de
ADN entre el genoma de un homínido precursor y el propio material genético
de los “Anunnaki” o la avanzada biotecnología extraterrestre que fuese, daría
lugar a las primeras líneas genéticas humanas en nuestra más remota Historia
antes de la Historia oficialmente registrada. Sería – por tanto –
extremadamente previa al Gran Diluvio, cataclismo geoclimático de génesis
no bien conocida pero relacionada con los enfrentamientos ulteriores entre los
“dioses”, asimismo compartido en las tradiciones multiculturales de todo el
Globo.
Por lo que se puede deducir del examen minucioso de todos esos relatos o
crónicas mixtificadas y deformadas por el tiempo, los intereses, ambiciones y
la lógica ignorancia supersticiosa primitiva de su auténtico significado,
podemos estimar que la llegada de esos “Visitantes” se situaría en torno a los
450,000-400,000 años antes de nuestro presente.

No hay más que acudir a las tablillas cuneiformes sumerias, los “Textos de las
Pirámides”, el Gilgamesh babilonio, el Bahavad-Ghita hindú, el Popol-Vuh
maya, ciertos textos toltecas, chinos y nipones, la célebre cita del Génesis
bíblico y los Libros Sagrados mosaicos y rabínicos en los que éste se apoya, el
Testamento de Baruc, el famoso Libro de Enoc, algunos evangelios o
manuscritos “apócrifos” de Qumrán, los misteriosos y reveladores mitos geto-
dacios asociados a la singular figura del “demasiado carnal” dios-fundador
Zalmoxis cárpato-danubiano y las mismas leyendas y compilaciones orales de
multitud de pueblos, etnias y tribus dispersos por toda África (credo Mutwa,
los Dogones, fundamentos de la religión yoruba), Asia, la Europa Celta,
eslava, escandinava y germánica prerromana, toda la América indígena de
Norte (indios hopi) a Sur (mapuches chilenos) y Oceanía (Isla de Pascua,
Micronesia, Ponapé…), para hallar el rastro del mismo concepto elemental,
una vez “limpiado” de sus innumerables y policromos adornos mágico-
supersticiosos.
Además, es posible descubrir un hilo conductor o eje principal de difusión
central “triangular” que nace entre Anatolia-Armenia, Sumer-Babilonia y
Egipto, para después irradiar y ramificarse hacia el Noreste y Poniente, con
una fuerte escala-concentración realimentada por la emigración judía
ashkenazí a la zona balcánico-carpatiana y adyacentes tras la destrucción de
Jerusalén por las tropas del general Tito y la ulterior Gran Diáspora.

Este fenómeno recicló y revivió determinadas leyendas y creencias ya activas


entre las etnias geto-dacias asimiladas por los tracios y romanizadas tras la
conquista de Trajano, difundidas luego hacia Europa Occidental por dos
medios independientes y a la larga sinérgicos o mutuamente reforzados: Las
caravanas de la Ruta de la Seda y la expansión goda – conjunto de pueblos
descendientes de los geto-dacio-tracios romanizados – que tomó el relevo del
poder tras el derrumbe del Imperio Romano.

Tan dispares fuentes apuntan en una misma dirección: Hace cientos de


milenios, mucho antes del Diluvio, seres muy altos, robustos, poderosos y
“bajados del cielo o de las estrellas” – los “dioses”, Anunnaki, Elhoim... etc –
llegaron a la Tierra, escogieron ciertas mujeres para lo que hoy describiríamos
como inyectar su esperma en óvulos femeninos nativos y manipularon con su
tecnología genética molecular superior el proceso para lograr hacerlo viable.
Implantaron dichos huevos o zigotos embrionarios modificados en úteros
adecuados y crearon una subespecie híbrida a la que adiestraron para
determinados trabajos o servirlos como ídolos o deidades sobrenaturales.

En un principio, del estudio detallado de tales relatos ancestrales deformados


puede colegirse que los humanos primitivos u “homínidos alterados” eran
poco más que una suerte de “mascotas” o “marionetas biológicas
programadas” para un trabajo de esclavos u obreros manuales, según algunos
de ellos destinados a la ganadería, el cultivo de ciertas plantas y la minería.
Eso encaja bien con la hipotética naturaleza de sus diseñadores e instructores
amaestradores o condicionadores: Una especie extraterrestre centenares de
miles de años más avanzada, de rasgos entre reptiliano-reptoides, de ave rapaz
y temible depredador, con una dieta sustancialmente basada en el consumo de
carne fresca, sangre y otros fluidos orgánicos similares, como el líquido
cefalorraquídeo y linfático; Así, la ganadería – y las propias “víctimas de
humanos nativos no elegidos” o modificados – aportaría el imprescindible
“alimento para los dioses”, la agricultura el pienso base para sus operarios en
recintos sedentarios y controlados, y la extracción minera un caudal de
materias primas preciosas para la tecnología alienígena, ricos y abundantes en
un Nuevo Mundo virgen por explotar.
Adicionalmente, hay pasajes o episodios concretos en tales sagas épico-
mitológicas que parecen señalar que algunos de los “Elhoim” más sabios y
poderosos – particularmente los de género femenino – habrían desarrollado un
fuerte gusto y posterior adicción por la elaboración y consumo de ciertas
drogas de potente efecto psicoactivo, preparadas a partir de las raíces, hojas o
frutos de determinadas especies vegetales cultivables autóctonas de diferentes
regiones terrestres, entre las que destacan las solanáceas, opiáceas y cactáceas
alcaloideas, así como por bebidas alcohólicas producto de la fermentación de
levaduras (cerveza), la uva y variados elementos botánicos (licores
espiritosos). Lo cual sin duda añadió atractivos al sistemático entrenamiento de
las cobayas primates en las artes agrícolas y herbolarias.

A este respecto, entre otros muchos ejemplos, descuella el de Sekhmet, la


Diosa-Leona del panteón egipcio antiguo, la Señora Poderosa, la Terrible, la
Invencible...la Castigadora, Azote Letal de Rebeldes y Réprobos, “Portadora
de Plagas”, pero a la vez llena de belleza, encanto, dulzura y compasión con
los fieles a su potestad y embelesadora seducción, cuya afición por los baños
de sangre y las mortandades atroces de los “primates” molestos, subversivos o
simplemente “necios e irritantes” solo era comparable a sus maravillosos
talentos como sanadora, inmensa sed de lujuria, opio y cerveza, según relata el
“Libro de la Vaca Sagrada”, perteneciente a los Textos de las Pirámides
plasmados en la Primera Dinastía Faraónica... Sekhmet..., o la Kali de la
enigmática India inmortal, o la Kirké (Circe-Hécate) grecorromana...
Posiblemente, todas ellas inspiradas como deidades-arquetipos – o portadoras
de genes en sus más “recientes avatares” o descendientes de estirpes Nefilim –
de una remota “bioquímica-biomédica y exploradora/colonizadora genial y de
alto rango militar”, nacida bajo la luz de un lejano Sol, tan inteligente y
creativa como dotada de... digamos... una fuerte personalidad...

Sin embargo, en todas esas referencias mítico-religiosas y legendarias se narra


– alegórica y “mistéricamente”, por descontado – un hecho posterior y de
importancia capital que, de nuevo, traduciremos a un lenguaje menos
“poético”: Pronto, la disensión y más adelante un tremendo conflicto de
inmensas e insospechadas consecuencias se desata entre los “dioses” acerca
del régimen, grado de control y destino de su creación o “Experimento
Homínido”: Las dos principales figuras femeninas del “Panteón” (o
comandancia directiva de la misión/proyecto colonizador experimental), a
quienes se identifica como “hermanas” o “gemelas” entre sí en un sentido
simbólico, pero quienes – dado el aparente carácter fuertemente jerarquizado y
obsesionado por el Linaje y la Genética que parece mostrar su especie
tampoco podría extrañarnos que fuesen en todo caso realmente parientes muy
próximas dentro del escalafón de la “aristocracia” militar-tecnocrática de la
comunidad alienígena visitante y manipuladora – y su ”tío” o quizás “tío-
abuelo” – sobre el exacto nivel de parentesco-relación de este último con las
poderosas e influyentes damas hay cierta confusión genealógica entre las
diferentes teogonías, pero siempre insisten en su mayor madurez y
personalidad a la par brillante, innovadora, paradójica, ambigua, apasionada,
impetuosa y rebelde – coinciden en ver en el nuevo “prototipo” de primate
terrícola “mejorado” algo más que un simple muñeco teledirigido encargado
de trabajar como capataz de reses, labrar duramente la tierra aún salvaje y
excavar galerías en las entrañas de un mundo virgen a la busca de oro, hierro,
plomo, cobre, metales preciosos, semiconductores y materiales raros de alto
valor nanotecnológico y extremada escasez en toda la Galaxia... Una de las
“Anunnaki” partidarias de abrir el abanico de opciones psicobiológicas de lo
que – en lengua sumera y recogido en las sorprendentes tablillas cuneiformes
más antiguas – se refleja denominaban Lu.Lus – algo así como “ensayos-
mascotas” – literalmente, por más que pueda doler al orgulloso “Homo
Sapiens” quien tan pomposo y arrogante se mostró milenios después al
bautizar a su propio ramal filogenético final diferenciado a partir del Homo
Erectus o el Homo Rhodesiensis como “Sabio”, fue otra supuesta “reptiliana
emplumada” de exuberante belleza seductora y asimismo marcado carácter, no
tan violento y combativo como el de su hermana, pero igualmente inteligente,
ambiciosa, egocéntrica, belicosa y de gran poder de subyugación emocional
incluso entre los de su estirpe...

Por supuesto, recibió muchos nombres al ser adorada como deidad-arquetipo


entre las abigarradas tribus y culturas Lu.Lus, milenios más tarde; Entre ellos,
por ceñirnos a la “Zona Zero” vinculada al experimento, la Inanna sumeria,
Ishtar acadio-babilonia, Isis egipcia y Astarté semita. Y otros en focos de
irradiación secundarios más lejanos, como la Rati/Lakshmí hindú/védica, la
Freya escandinavo/germánica, la Maeve celta, la Venus griega, la Afrodita
romana la Nu-Kua china – su Diosa Madre/Serpiente, venerada como ancestro
de la Primera Dinastía de Emperadores – o la muy análoga Amaterasu
japonesa. Nosotros la denominaremos Inanna en homenaje a la fuente más
arcana, la de Sumer, para simplificar.

De personalidad sensible, y temperamental, “miel en el lecho y cobra en la


intriga y la batalla”, arrolladora sensualidad y tórrido erotismo, su mayor
anhelo era ser adorada por los Lu.Lus, así como experimentar nuevos juegos y
refinados placeres con ellos. Lo que la represiva, estrecha y castradora
mentalidad judeo-cristiana y patriarcal en general imperante muchos miles de
años más adelante en nuestra Tierra consideraría una “perversión zoofílica”
evidente.
Por eso sus cultos ulteriores se fundamentaron siempre en la magia sexual y la
prostitución sagrada de sus sacerdotisas. Su “gemela oscura” (hermana mayor
en los más antiguas y elaboradas genealogías o panteones), en cambio, se
complacía en otra clase de diversiones psicofísicas con los primates
“terrenales”: Lo que en nuestro entorno denotaríamos cual “magia negra o
brujería”, magia roja y retorcidos rituales de dolor/éxtasis con abundante fluir
de la sangre..., aparte de sus patentes tendencias a utilizarlos como cobayas y
al tormento y la masacre con los infieles, estúpidos o resistentes a su voluntad,
ya fuere por propia iniciativa u orden de la lejana y suprema Autoridad de los
“Elhoim”, tal se describió unos párrafos más arriba.

Como es natural, también fue invocada, temida y recordada bajo múltiples


advocaciones: Ereshkigal en Sumeria/Babilonia, la Anat/Lilith semítica,
Sekhmet en Egipto, Kali/Durga en la India, Hela entre los pueblos germánicos
y escandinavos, la Morrigan céltica, la Kirké/Circe helena, la Hécate romana,
la Izanami nipona... etc. Aquí la nombraremos Sekhmet en homenaje a la otra
Gran Civilización Madre de la simbología arquetípica y el saber oculto
Occidental. El tercer gran actor de la polémica y sus posteriores y cruciales
efectos fue el único miembro masculino de esta Trinidad Libertariana: El Enki
sumerio, Ea acadio, la “Serpiente Antigua” del “Paraíso” del judaísmo,
personificado y confundido – por desgracia – con su mucho más traicionero,
sanguinario y retorcido hijo Baal-Marduk. Baal-Marduk es el Seth de las
tierras del Nilo, mucho después el Belzebuth/Moloch semita y, finalmente, al
alcanzar la cumbre victoriosa de su Magna Traición contra sus sobrinas y su
padre Enki y, a la larga, usurpar simbólicamente el mismo Trono Divino ante
los hombres del Monarca Galáctico Anu, su abuelo, el “Emperador de los
Elhoim”, a través de su Gran Estafa Monoteísta, el Yahvé judío. Enki fue su
poderoso y sabio padre, hermano del progenitor de las “Gemelas Divinas”, el
asimismo potentísimo e influyente Enlil, el Heredero al Trono pero no el
Primogénito del Líder Supremo, Comandante Militar de la Misión Edén como
Enki-Lucifer fue su Director Científico... Este último no es otro que Enki/Ea,
el Oanes caldeo, el Ptah egipcio, el Hefestos/Vulcano encarnado en el
Titán/Avatar (Nefilim) Prometeo grecorromano, el Shiva hinduísta, el Amatsu
Mikaboshi en el Imperio del Sol Naciente... Señor de Menfis, “Creador de
Creadores”, Mago Supremo, “Rey de la Oscuridad, desde la que porta la Luz
de la Ciencia, “Señor de los Océanos, las Serpientes y los Peces”, “el más
cercano y querido por el Dios Supremo”, el “más bello e inteligente de los
Elhoim”... El muy distorsionado – en fin – “Luzbel” o “Lucifer” de síntesis
cristiana; Aglutinación sincrética increíble y vejatoriamente distorsionada por
cierto, debido al miedo paradójico reprimido a la Sombra y el Eros Sagrado de
los que nacen la auténtica Luz de la Inspiración y el Conocimiento, tan
desgraciadamente adherida a la falsa memoria del auténtico Enki-Luzbel a
expensas y despecho de la verdadera personalidad liberadora del Maestro
Yeshua o Jesús, funesta derivación degenerativa y confusa de la que
volveremos a ocuparnos más tarde –. Él fue el Ángel/Anunnaki Rebelde
donador del “Fuego” o “Sabiduría” de los “dioses”, en suma... O, dicho de un
modo más racional, realista, actualizado y sincero: El Ingeniero Biogenético-
Jefe, el autor del “diseño Lu.Lu.”, nuestro auténtico, genial, malagradecido e
injustamente vilipendiado e incomprendido Padre...

La pequeña, perseguida y acosada comunidad kurda de los yezidíes le adoran


todavía hoy en nuestra Tierra bajo la advocación de Malek-Taus, el “Ángel
Pavo Real”... Hagámoslo nosotros igual desde ahora a lo largo de este ensayo,
como señal de reconocimiento a los escasos descendientes de los homínidos lo
bastante lúcidos como para no haberse dejado engañar por la fraudulenta, falaz
y vil propaganda de la mayoría de restantes Anunnaki represores y tiránicos, y
por ello aún siguen honrándole como Redentor parcial de la Humanidad...

Aunque, en este caso en concreto, lo emplearemos al unísono o


alternativamente con el de Luzbel o Lucifer, tanto a causa de la belleza y
rotundidad fonética y eufónica del sonido de tal nominativo como por
evidentes razones de difusión, popularidad y claridad, ya que,
desafortunadamente, los Yezidíes, su fascinante cultura y sugestivas
costumbres, son muy poco conocidas por el gran público en nuestro planeta,
como consecuencia de la desalmada, sistemática y concienzuda labor de
marginación, ocultamiento falsario y exterminio genocida llevada a cabo
contra ellos por los custodios de las Religiones y Credos dominantes creados
por Marduk/Yahvé, a pesar de su hipócrita, cínica y cacareada prédica de los
supuestos valores de la piedad, la compasión, el perdón y el amor al prójimo...

Cada uno de los “discrepantes” con el Plan original de los Elhoim tenía – pues
– una motivación personal y diferente para anhelar un rumbo más diverso y a
la vez arriesgado si bien innegable e incomparablemente más digno e
interesante para la nueva especie cobaya engendrada por la refinada
biotecnología nanogenética de los Anunnaki: La complaciente y radiante
Inanna su infatigable deseo erótico y constante necesidad de ser idolatrada, su
sombría y astuta pero asimismo hermosa hermana Sekhmet su desenfrenada
sed de sangre-lujuria y juegos psíquicos retorcidos de posesión/dominación,
Malek-Taus una mezcla compleja de los dos factores anteriores algo más
atemperados por su personalidad fría y racional de científico y el impulso más
potente e irrefrenable que define a todo sabio-investigador creativo: Una
ardiente e inacabable curiosidad y ansia de conocimiento sin límites, unida al
típico “enamoramiento perfeccionista o Síndrome de Pigmalión” del
Autor/Artista para con su Obra Maestra...

Conjurados los tres, las dos jóvenes y exuberantes Princesas y nietas del
“Supremo Anu”, el “Dominador de Mundos” y el maduro pero atractivo tío de
ambas e hijo mayor del Todopoderoso Monarca del Imperio Niburu (el
nombre del Planeta Metropolitano de origen de los Reptilianos en la tradición
sumeria), y para desafiar la severa negativa de la Comandancia Interestelar y
los lejanos Soberanos de un vasto Imperio Cósmico de férreos e imbatibles
Conquistadores de Estrellas, según algunos indicios primariamente
provenientes de algún Sol de Orión, de Sirio o de la Constelación Alfa-
Draconis – fue finalmente Malek/Lucifer quien tomó la más decisiva e
irreversible iniciativa.

Al menos en el área medio-oriental y occidental de la Tierra – incluyendo las


Américas, recordemos al dios anfibio civilizador Viracocha (Perú inca), a
Cuculcán (la “Serpiente Alada” maya) o a su análogo Quetzalcoatl, la
“Serpiente Emplumada” azteca (actual México y resto de Centroamérica).

Todos ellos de identidad nítidamente masculina y coincidentes con asombrosa


similitud en su perfil “prometeico” a “nuestro” Luzbel. Aunque en este caso
los datos disponibles referentes a sus atributos y la más tardía cronología de
los supuestos hechos reales en que se inspiraron las mitologías locales incas o
toltecas-mayas y aztecas respectivamente, parecen señalar que el personaje
iluminador/fundador fue en estas ocasiones un Anunnaki de alto linaje de la
siguiente Generación de Sangre Real Elhoim, otro de los hijos de Enki/Lucifer
que habría heredado similar pasión por la Ciencia y la promoción intelectual y
psicosexual de los Lu.Lus de su padre, el sumero-babilonio Ningishzidda, el
Brujo-Guardián del Inframundo (Abismo) y sus Secretos de Oculta Sabiduría,
al servicio de su poderosa sobrina Ereshkigal/Sekhmet, quien juega un papel
relevante en el célebre y poético episodio descrito con gran belleza lírica y
profundidad en el pasaje “Descenso de Inanna”. En él se narra la “Caída” a los
Abismos (interiores, obviamente), despojamiento-”muerte”-resurrección de la
seductora “Reina de los Cielos”, para emerger de vuelta en un plano de poder
y conocimiento superior en un típico proceso iniciático. Así, Ningishzzida – el
Thoth egipcio, el Prometeo griego, y muy espectacularmente el Viracocha
peruano y el Cuculcán o Quetzalcoatl mesoamericano (no hay más que
consultar las fuentes escritas e iconográficas para darse cuenta) – habría
colaborado con su precoz y brillante sobrina y a la par Maestra y Consorte
Sekhmet en el doloroso pero imprescindible entrenamiento de su otra sobrina
más destacada, de modo que ella aprendiese a asumir su propia Sombra y
adquirir por ende una nueva “vida” con el inestimable dominio de los enormes
poderes latentes en su Lado Oscuro.

Lo que comúnmente llamamos “madurar”, pero a escala elhoim, vamos. Ello


hace pensar que lo de “Gemela Luminosa” es una simple metáfora, más bien
es lógico deducir que era la hermanita y sobrinita pequeña preferida de los dos
grandes Sabios Magos Anunnaki, en ese momento aún “adolescente” o muy
joven, guiada por ellos en un duro pero controlado y valioso “Ritual de Paso”
o entrenamiento psicofísico. En contraste, vemos que en China, Japón y otros
lugares el papel “iniciador/tentador/iluminador” recae, en función de cada
Tradición, sobre la versión local de la Diosa Oscura, su hermana
“Radiante/Amorosa” o una fusión sincrética de los atributos arquetípicos de
ambas, tan ambigua como deliciosa y matriarcal. Así que parece ser que se
repartieron la subversiva, valiente y brillante tarea como una buena familia...,
lo que mide la inmensa magnitud y relevancia del hecho y los deseos que lo
impulsaron, porque dicha “cooperación fraterna” resulta muy infrecuente entre
los agresivos, territoriales y competitivos reptilianos Anunnaki.

De todas formas, aunque con un acento acusadamente diverso según los


correspondientes patrones culturales, la reacción descrita por parte de los
jerarcas Elhoim fue la que cabe esperar de todo poder ejecutivo establecido
cuando es contrariado y puesto en jaque por una facción contestataria brotada
en el interior de su misma élite indiscutida y “todopoderosa”, llena de
arrogante soberbia y “auto-convicción” de su “superioridad ideológica y
moral” fundada en la “Sagrada Tradición”: Ira altanera, colérica y sañuda
represión violenta sin reparar en medios ni escrúpulos algunos y absoluta e
impúdica difamación/denigración/satanización del Adversario/Disidente...
Todo ello, claro, alimentado en un profundo y subconsciente terror larvado e
inconfesable...

O quizás no tan inconsciente del todo..., cual encaja con unos seres tan fríos,
pragmáticos y maestros en estrategia guerrera como los grandes saurios o aves
rapaces..., a escala sobrehumana; A este respecto, resulta más que significativo
reseñar la versión rabínico bíblica-judeocristiana del “discurso” de los
enojados Elhoim justo tras el Gran Pecado Nefando de Rebelión cometido por
MalekTaus/Lucifer – la famosa “Serpiente Antigua” – consistente, cual ya se
dijo, en liberar a un escalón superior de auto-consciencia a los Lu.Lus
terrenales a través de la activación de los chakras de la “sierpe Kundalini”
cerebro-espinal asociados a la poderosa descarga bioenergética iluminadora
del Sexo/Orgasmo modulado y Consciente (“rituales” o técnicas tántricas o de
Magia Roja), al parecer operados primero en la más sensitiva y receptiva
hembra, para después inducir a “comulgar con él” al macho por un
procedimiento obviamente tan simple como efectivo... :

“¡He ahí al Hombre, que ha llegado a ser como uno de nosotros por el
conocimiento del Bien y del Mal! No vaya ahora a tender su mano y tome del
Árbol de la Vida, y comiendo de él, viva para siempre!”. (Génesis 3, 22).
Esto en supuestas palabras de Marduk, Set, Yahvé o Jeovhá, el dios o “Señor
de los Ejércitos” de lo que llegarían a ser las Doce Tribus de su “Pueblo
Elegido” de Israel, uno de los más prominentes y posiblemente el más
pendenciero, iracundo, terrible, vengativo, celoso y rencorosamente justiciero
de todos los líderes Elhoim de selecto Linaje rigurosamente fieles – en un
principio – a la naturaleza meramente esclavista y explotadora de los primates
homínidos como simple fuerza sumisa de trabajo, mental y psíquicamente
castrada. Nótese, además, que habla en plural, tal cual reflejo mediante el
resaltado en cursivas..., como si se dirigiese a una Asamblea inter pares,
imaginemos celebrada con alarmada urgencia a bordo de la colosal Nave
Nodriza Insignia de la Flota Colonizadora... Hay otros muchos vestigios
escritos en distintas mitologías, culturas y civilizaciones de la desbordada y al
mismo tiempo preocupada por no decir temerosa actitud de los “dioses venidos
de las estrellas” al comprobar el “Terrible Crimen” emancipador perpetrado
por su díscolo y “descarriado” colega, secundado con más o menos manifiesta
o silenciosa complicidad desde las bambalinas por sus más jóvenes pero
sinuosas, caprichosas y manipuladoras “parientes próximas” en confuso e
indeterminado grado...

El plural utilizado por Yahvé en este celebérrimo pasaje del Antiguo


Testamento – igualmente canónico y aceptado en común por las tres grandes
Religiones del Libro derivadas del Gran Inspirado primigenio designado por
éste, el Patriarca Abraham, progenitor ancestral de judíos, cristianos e
islámicos – se antoja clamorosamente contradictorio y absurdo con sus mucho
más tardías pretensiones usurpadoras y monopolísticas de aglutinar sobre su
“persona” el poder, atributos y adoración de todos los demás integrantes de su
familia, sorprendente y patológico fenómeno de “avaricia divina” conocido
entre sus fieles e infieles como “monoteísmo”... En ello, como en casi todo, el
tal “Jeovhá” demostró un nivel colosal de astucia, ilusionismo farsante e
impostura tan solo comparables con su descomunal altanería, ambición
taimada y sed incontrolada de sangre, dolor, tormento psicológico y represión
moral en las que llegarían a ser en el futuro ingentes muchedumbres de sus por
lo habitual fanáticos, violentos, intolerantes e insoportables seguidores en cada
una de las tres principales ramas en que se bifurcó el tronco genealógico-
religioso inusitadamente prolífero de Abraham... Dicho sea de paso, tan
exitoso, invasor y opresivo como mal avenido y ferozmente sanguinario entre
“padres, hermanos, hermanastros, tíos, sobrinos, nietos y primos” como el
mismísimo e intrincado Árbol Genealógico “Celestial”, lo cual no deja de ser
notable y sumamente indicativo de la fuerte influencia de la genética
“Nefilim” entre sus castas dirigentes tanto civiles como sacerdotales, por un
simple razonamiento que explicaré poco más adelante. Y si no, echemos una
mera ojeada a la incesante, brutal e incorregible lista de barbaries, masacres e
infamias, desde la Yihád, las Cruzadas y las diversas “Inquisiciones” contra
“brujas”, “herejes” y simples librepensadores, hasta el “infinito” y despiadado
conflicto palestino israelí y el terrorismo internacional contemporáneos,
pasando por las salvajes guerras de religión entre católicos y protestantes en
Europa, para poner de manifiesto lo bien avenidos y “hermanados” que se han
mostrado y se muestran entre sí las diferentes ramas y ramitas brotadas del
frondoso árbol del Padre Abraham, supuestamente inspirado por un “dios”
benevolente y justo... Tanto, como para haber perdonado una sola víctima de
inmolación sacrifical (su primogénito Isaac, al parecer siguiendo una
costumbre ancestral de ofrenda a los Elohim, siempre tan adictos al
derramamiento ritual de sangre extremadamente impregnada de crítico
horror)..., a cambio de cobrarse cientos de millones de ellas en el transcurso de
los siglos venideros, tan sólo por discutir entre “primos-hermanos” quiénes son
los “favoritos” de su “Señor”... Un dios muy “compasivo” y
“misericordioso”..., no hay más que verlo...

Pero incluso a alguien tan astuto, serpentino y exquisitamente especializado en


el más consumado ejercicio del camuflaje, la mentira y la propaganda
demonizadora de los rivales y adversarios como el Maestro del Gran Patriarca
originario y exiliado de Ur – y por ende a sus escribas, profetas y portavoces
entre los Lu.Lus – a veces, le traiciona el subconsciente con un acto fallido de
espontánea sinceridad... Error que luego, debido a la misma rigidez y “santo
temor divino” insuflados con cruel y bien calculada eficiencia en las almas de
sus rebaños predilectos, inculcándoles un estrecho literalismo tradicionalista
cerrado e inmovilista en la reproducción de su Sagrada e Inapelable Voz en las
Escrituras Inspiradas, le ha hecho perpetuarse hasta la misma actualidad a
semejanza de una espina de incongruencia lógica –. Y no es ni mucho menos
la única de comparable “tamaño” existente, por otro lado – tan
escandalosamente patente que hubiera hecho flaquear, tambalearse y hasta
desplomarse la Fe de los crecientes océanos de fieles, expansivos, fecundos y
brutalmente impositivos creyentes, si no fuera porque la ceguera voluntaria de
la inteligencia natural es uno de los rasgos más conspicuos, invariantes y
universales de tan abstruso como dudoso Don (la Fe del carbonero),
consistente en aceptar sin percibir, pensar ni comprobar por sí mismo en
libertad.

Pero abandonemos por ahora a Yahvé y su monstruoso laberinto de engaños,


de efectos fatalmente amplificados y universalizados en nuestra comunidad
humana global... De hecho, esto es consecuencia exclusiva de la poderosa
relevancia cobrada en la posterior línea de tiempo histórico tanto del mundo
árabe-islámico y la Diáspora hebrea como, mucho más y en especial, de la
Europa Occidental. Nuestra civilización, emergente, expansiva, tecnificada y
hasta la fecha aún si bien ya dificultosamente predominante, “precipitada” por
la síntesis de la cultura grecorromana clásica y de Israel, de la herencia de
Atenas-Roma y de Jerusalén, polos dominados respectivamente por Zeus-
Júpiter y Jeovhá... Ambos formas culturales del mismo Arquetipo inspirado en
la personalidad y actividad del Elhoim divinizado fundacionalmente por el
Abraham emigrado de las primordiales tierras de Ur y después reforzado
mediante la astuta jugada Akenatón-Moisés, nueva y triunfante fusión
reciclada de su Gran Proyecto Monoteísta, readaptada y potenciada milenios
más tarde en una tercera y decisiva fase a través del signo de la Cruz, a pesar
de que dicho Plan maquiavélico poco o nada tuvo nunca que ver con la
auténtica Revolución Espiritual/Psíquica y Social anhelada y predicada por
Jesús de Nazaret hasta propiciar su propio sacrificio.

Yeshua, hijo de Gabriel, un oficial “Guardián” de máxima graduación y alto


Linaje y de Miriam, la bella, generosa y sensitiva doncella descendiente de una
rica y acomodada familia de mercaderes y sacerdotes “Lu.Lus”, portadores
colaterales de la sangre real de la extinta Casa israelita de David, otrora uno de
las más potentes Estirpes de remoto origen híbrido en este mundo... Yeshua (o
Jesús, o Jesucristo, de “Chrestos”, en griego, “Redentor”), Avatar (encarnación
arquetípica) del espíritu de Dumuzi/Osiris/Apolo/Vishnú, hijo asimismo de
Enki/Dumuzi/ Osiris/Cristo, dios solar de la vegetación, los rebaños, la
curación y la Magia Blanca o Sendero de la Mano Derecha, “que muere todos
los inviernos para resucitar en primavera”... Elhoim de Sangre Real de Cuarta
Generación, dulce y entregado amante de su preciosa y embriagadora tía
Inanna/Isis, el único y último Nefilim engendrado de elevadísimo rango tan
idealista, subversivo y liberador del drama vital de nuestra especie en nuestro
planeta, y cuyo amor por la Humanidad híbrida – por más que de diferente
orientación, signo y método redentor/iluminador – puede equipararse o hasta
superar en ciertos aspectos con el profesado por el verdadero y difamado
Diseñador de nuestros cromosomas, el genial Demiurgo científico Malek
Lucifer, su maduro e igualmente hermoso Padre, transmutado en falso
Adversario por la falacia maligna del Dios-Patriarca Yahvé... Y el único ser de
sangre Anunnaki tan amplia, radical, penosa, sañuda e infamantemente
manipulado, incomprendido y grotescamente deformado por la mano perversa,
usurpadora y mentirosa pero admirablemente avezada en estrategia y maestra
en sabiduría de manipulaciones zootécnicas como criador de “ganados de
Lu.Lus”, hay que reconocerlo, del siniestro Marduk/Seth/Yahvé.

La otra gran víctima de éste, en suma, el vástago de la Tercera Generación de


la Familia Real Elhoim, resentido, machista, impotente, homófobo, sádico y
misógino, reprimido y por ende represor y ansioso de Poder sin Fin y
Tormentos Eternos, quien desde el principio se consumió en el inextinguible
Fuego de su odio mezquino hacia sus dos más sobresalientes, desenvueltas y
hermosas parientes femeninas tan maduras como temidas, adoradas y
seductoras y la envidia más venenosa contra su hermano Thoth – está
clarísimo que el “ojito derecho” de su padre y, más aún frente a este último,
Luzbel, el Artista, el Bello, el Amante Ardiente e Inagotable..., el Rebelde
Libre y Audaz..., el que era todo aquello que él anheló siempre ser desde el
silencio y una mortificante amargura... Y, por ello, el ulterior blanco de su
feroz y desesperada campaña de descrédito y satanización más violenta, eficaz
y duradera..., denigrándolo hasta el extremo del escarnio más mendaz, cínico,
desalmado, ruin y terrible: Invertir los roles entre él y su progenitor,
presentando a éste como su Hijo Primogénito Rebelde y a sí mismo como
único y exclusivo Dios-Padre Todopoderoso, Omnisciente y...
“Misericordioso”... Pero ya retomaremos con más detalle la pormenorizada
descripción de su colosal felonía...

Antes, conviene aclarar algunos puntos esenciales acerca de las características


y la Genealogía de los principales “dioses colonizadores” y las profundas y
destructivas series de Guerras Civiles Primordiales, intrigas, luchas y
rivalidades a las que su desacuerdo fundamental respecto al Gran Acto de
Rebelión de Enki/Malek-Taus y su misma naturaleza reptiliana congénita e
irremediablemente agresiva, ambiciosa, territorial y competitiva les abocó...
Las famosas y horrendas Guerras en los Cielos, recogidas de modo tan épico
como dramático y más o menos estilizado o relativamente realista por los
textos más sagrados y antiguos de todas las Tradiciones, pues arrastraron en
ellas a las tribus, culturas y pueblos humanos, marcando para siempre su
historia, evolución y memoria genética y colectiva... Como no podía ser de
otra manera, obviamente...

Y eso será el contenido de la siguiente Sección de este ensayo.

Autor.

Juan Schreiber

Escritor, ensayista y articulista. Publico dos libros: "Monseñor Amigo, un


obispo Franciscano" (Octubre 2,001), rd Editores; "Romances del Apocalipsis"
(Marzo 2,007), Hufeland Internacional Ediciones; Numerosas colaboraciones
(artículos de opinión), en Diarios "La Voz de Huelva" (1,997-1,999), "Diario
de Córdoba" (2,000-2,001). Dirección-coordinación de un espacio en "Radio
Giralda" (emisora local sevillana), 2,002-2,005.

Bioquímico y librepensador, gran aficionado a lo alternativo, científico y


gótico-mítico, investigación teórica en bioquímica y biofísica, gran interés por
la docencia, divulgación, y por la gestión de servicios de ocio, especialmente
hoteles.
Hablemos de Librepensamiento
Ricardo Edgardo Polo
Argentina.
Hablemos de Librepensamiento I

Ricardo Edgardo Polo

Si usted se interesa de verdad en el “pensamiento masónico, tome nota de


este artículo, léalo hasta el final y después piense bien en lo que ha creído
hasta ahora y piense bien en lo que desde ahora tiene que saber.

Hablaremos hoy del librepensamiento. Un término que en nuestro tiempo,


está acotado en su ejercicio merced a los condicionamientos que la
contemporaneidad ejerce sobre la práctica de esa libertad. Primeramente,
nos ajustémonos a la definición: el librepensamiento es la doctrina que
reclama para la razón individual, independencia absoluta de todo dogma
religioso o de todo criterio sobrenatural. Ese reclamo deriva,
naturalmente, del ejercicio pleno de la Libertad.

Pero ¿qué entendemos los masones sobre ella? Veamos lo que sostiene
Gallatín Mackey en su «Enciclopedia de la Masonería»: «La libertad se define
como significación del estado de exención del control o poder de otro. Es la
doctrina que los Masones deberían gozar con libertad inextinguible, y la
circunstancia de ser libre en todos sus pensamientos y acciones...» Pero aclara
Mackey que «Es evidente que la palabra libertad se usa en la Masonería en el
sentido simbólico o metafísico, difiriendo de su significación ordinaria».

Habla, entonces, dando como ejemplo que en el uso masónico se observa en la


aplicación de las palabras nacido libre u hombre libre, que se utilizan en su
acepción legal y acostumbrada y se combina libertad con fervor y celo, como
significativos de la idea simbólica. En esto, Mackey cita a Gadicke, que en la
palabra Freiheit, en su «Freimaurer-Lexicon», la define como: «Una palabra
que con frecuencia la oímos entre nosotros, y que es restringida a la misma
limitación como la libertad de la vida social. En nuestras Asambleas no
tenemos libertad de obrar como a cada uno le parece, pero somos o
deberíamos ser, libres del dominio de la pasión, orgullo, prejuicios, y todas las
otras locuras de la naturaleza humana. Somos libres del falso prestigio de que
no necesitamos ser obedientes a las leyes». Y agrega que «...siendo de este
modo, equivalente con la integridad». (1) Hablamos entonces de valores,
puesto que la integridad es cualidad de la persona recta, proba, intachable. Es
decir, es reconocer, estimar el valor o mérito de algo o alguien.

No obstante, recogemos una definición un tanto más significativa, que es la


que dice que el Valor es la realidad ideal por cuya participación las cosas
adquieren cualidades que nos hacen estimarlas diversamente. Su
jerarquización forma la escala de los valores: económicos, vitales,
intelectuales, estéticos, éticos o religiosos y el juicio en el que se atribuye un
valor de manera subjetiva.

Pero, fundamentalmente, todos esos postulados adquieren mayor significación


para el progreso del Hombre, si el Derecho a ejercer la Libertad se deriva de
una doctrina racional que imponga lo irrestricto de su ejercicio, sin otra
limitación que el reconocimiento del Derecho de los otros. Vivimos un
Tiempo de avances tecnológicos en función de los cuales, se habla de «una
mejor calidad de vida» para el Hombre. Pero es evidente que esa mejora en las
condiciones de vida, no supone un mejor ejercicio de la libertad. Si nos
atenemos, entonces, a la libertad y su ejercicio, como un Derecho inalienable
del Hombre, suponemos que a la «libertad de pensamiento» debiera
considerársele como inmanente (2).

La vitalidad de tales conceptos tiene referencia en lo trascendente (3), porque


el librepensamiento es el que permite y ha permitido e incluso permitirá, la
liberación del Hombre de sus ataduras supersticiosas y el camino más
transitable y apto para abocarse al búsqueda de la Verdad. Y en eso, el masón
debe constituirse en ejemplo. La verdadera lucha contra la mentira, es la que se
materializa contra los dogmas. Dice José Ingenieros en su obra «Las fuerzas
morales», que «Los dogmatismos son coacciones que los beneficiarios de la
mentira, hacen gravitar sobre nuestras conciencias» y apoya su afirmación en
que «Las castas y las sectas imponen el sacrificio de algunas verdades o una
limitación del libreexamen». He allí las paradigmáticas (4) afirmaciones de un
pensador que alentaba su esperanza en aquellos que se sienten renovadores.

Y no cabe duda que el masón, precisamente por su condición de tal, por el uso
irrestricto de la Razón y por ser un librepensador, debe ser, sin duda alguna, un
renovador. Dice el I:. y P:. H:. José Ingenieros, al respecto del renovador, que
«Su obra y su ejemplo sobreviven en los siglos, acrecentando el patrimonio
moral de la especie humana». Pero ¿cómo podría un masón alcanzar tales
ideales, declarándose a sí mismo y a través de sus ideas, como un trabajador
condicionado, limitado, aferrado a cualquier dogma? (5) No cabe duda que la
secularización (6) ha permitido al Hombre desarrollar sus potencialidades.
«Todo progreso moral -sostiene Ingenieros- es el triunfo de una verdad sobre
una superstición». Pero tal actitud de compromiso tiene sus riesgos.
No es sencillo asumir el rol de librepensador. «En todos los tiempos y lugares -
dice Ingenieros- el que expresa su verdad en voz alta, como la cree, lealmente,
causa inquietud entre los que viven a la sombra de intereses creados». Y así
sucede desde los más remotos tiempos. Desde el primitivismo del poder del
más fuerte, o desde el poder del más fuerte cifrado en los dogmas. Agrega el
ilustre pensador refiriéndose a la cobardía moral, que «...la mayor de todas las
cobardías consiste en callar la verdad para recoger las ventajas que ofrece la
complicidad con la mentira...»

El librepensamiento ha permitido a la Humanidad salir del oscurantismo y la


superstición, al precio de mucha sangre. Sangre de los mártires como Servet y
Giordano Bruno, la cicuta de Sócrates o la trágica rebeldía de Galileo. Y tantos
otros que promovieron el Renacimiento o humanizaron el Conocimiento con la
Enciclopedia. No resulta tan extraño que establecidos los parámetros de
funcionalidad de algunas Instituciones, con los ideales expuestos en sus
principios constitutivos, posteriores «reformas» se hayan ajustado al criterio
dogmático que luego las condiciona.

Pero esto no resultaría extraordinario, si no mediara el hecho de que sus


integrantes acaten restricciones pero por «...vivir a la sombra de los intereses
creados». No hace mucho tiempo ha muerto en Buenos Aires, un Q:. H:. al que
se homenajeó con una sencilla comunicación de su fallecimiento. Se acordó de
él, el V:. M:. de una L:. que lo informó a través de un mensaje en la virtualidad
de la Web(**). Pocos hoy saben del extinto. Pero él se hallaba en el ostracismo
tras casi tres décadas, por haber renunciado a la complicidad con quienes
vivían a «la sombra de los intereses...» y por defender el honor y dignidad del
H:. que esto escribe. Nunca fue reconocido su gesto, ni reparado el agravio. Y
la esencia moral de este caso, es la persistencia del anatema infundado y
miserable. Fue por la defensa del librepensamiento, la causa de lo acontecido.
De allí que con el paso del tiempo, más que una ocasional disidencia, el hecho
de persistir evidencia los enconos que dividen a los hombres.

Sin el librepensamiento resultará imposible restaurar la Esperanza o avizorar


ese «Futuro mejor ante un actual imperfecto...», que inmortalizó Ingenieros al
exaltar los valores de las «fuerzas morales». En un tiempo de multitudes y
demencias sociales, ocasionalmente surgen los renovadores. Y cuando estos
reclaman su ubicación en la sociedad, existe una máquina imparable que los
aplasta sin misericordia. Estas cosas no les ocurre tan solo a los
revolucionarios, también abarca a quienes aspiran a reformar con moderación
las cosas.

Consideraciones sobre ciencia y saber

Sostener que «...es absurda la noción de principios absolutos e invariables y no


merece llamarse hombre de ciencia quien padezca esas supersticiones
trascendentales de los antiguos teólogos y metafísicos» (7) es discutido hoy
por HH:. que se sienten imbuidos de un misticismo cuasi teológico, derivado
de algunas poco sutiles interpretaciones de los Landmark´s (8) que rigen la
Regularidad masónica. Están inmersas hoy en la convivencia logial,
dicotomías significativas.

La discusión sobre el dogmatismo que impera equivocadamente, se nutre de la


sorda pugna entre racionalistas y creyentes. La ausencia de una clara
definición sobre lo que es verdaderamente Masonería, se agota en el discurso
comprometido con la dinámica de las corrientes imperantes. Si a ello se suman
las indefiniciones axiomáticas (en el sentido ideológico-institucional) o las
definiciones circunstanciales postuladas por aquellos que ocupan los cargos
representativos, advertimos la magnitud de la problemática que nos concierne
hoy.

«Cuando la sabiduría deje de ser un deporte de epicúreos, podrá convertirse en


fuerza moral de enaltecimiento humano» (10) Más allá de lo circunscripto del
concepto, pues Ingenieros se refiere a la Ciencia, podemos extender la idea al
hecho de que nuestra Orden aspira al ejemplo, como paradigma de conducta de
sus miembros. Pero si estos confunden el espíritu y la letra, a través de
interpretaciones sobre los paradigmas fundamentales de la Hermandad,
seguramente el mensaje trascendente deja de ser tal para sus proyecciones y se
circunscribe al ámbito de consenso del sector que lo acepta.

Se hace necesario extrapolar (11) la afirmación relativa a que «El espíritu


científico excluye todo principio de autoridad» (12) y condicionarla en este
caso, a la realidad de nuestra Institución. Porque «Un sistema funcional
compuesto de elementos variantes, no puede conciliarse con dogmas cuya in
variancia se presume inaccesible a todo examen o crítica. El desenvolvimiento
del saber, tiende a extinguir las verdades infalibles sustentadas en el principio
de autoridad y reputadas inmutables» (13). Tales «reflexiones -si es que
podemos llamarlas así- revelan la ausencia de una ponderación respecto de las
normas y la necesidad de adecuarlas al devenir de los tiempos.

De allí la evidencia de antinomias explicables, pero innecesarias en una


Institución como la nuestra. Todavía subsisten ciertas «limitaciones», para que
el masón pueda expresar sus ideas fuera del ámbito propio. Y dentro de él, con
una sutil imprudencia, para evitar colisionar con el status aferrado a las
maximalistas interpretaciones de las Constituciones andersonianas.

El librepensamiento, cuestionado hoy debido a teístas o deístas, a dogmáticos


landmarkianos (14) o simplemente a las diversas corrientes de pensamiento
que han confundido el espíritu inquisitivo del masón, que es el que lo lleva a la
búsqueda del Conocimiento discurriendo por conjeturas y señales, con la
presunción de que existen verdades reveladas que deben acatarse. Liberar al
hombre de las «...cadenas misteriosas que son las más humillantes...»
incrementa «...el sentimiento de responsabilidad moral frente a las
contingencias de la vida». Ingenieros sostiene al respecto, que «Eliminar los
temores que nacen de la superstición, devuelven a la humanidad su rango
legítimo en la Naturaleza y desarrollan un bello sentimiento de serenidad ante
la inestable armonía del Universo».

Tan idealistas conceptos morales, debieran motivar a los masones dedicados a


la teología en sus trabajos, que no advierten que la masonería no acepta dogma
alguno, ni constituye un sincretismo religioso. De allí que el librepensamiento
sea el ámbito mediante el cual se expongan los ideales. Sin ellos estaremos
concibiendo obras muertas. Por eso podemos leer de aquél insigne masón, que
«...un ideal, como fuerza viva, es la antítesis de un dogma muerto, difieren
tanto como un ruiseñor que canta en la rama y su cadáver embalsamado en la
vitrina de un museo».

No creo que sea factible una imagen mejor, para describir lo perfectible. Y en
la continuidad del pensamiento del Q:.H:. José Ingenieros, arribamos a la
magnífica y expresiva sentencia suya, que dice: «Toda moral idealista contiene
una previsión del porvenir: Es su carácter esencial, llevar implícitos los
conceptos de perfección continua y de incesante devenir. Solo merecen el
nombre de idealistas, los hombres que anhelan algún futuro mejor, contra un
actual imperfecto».

De allí que podamos comprender el llamado de un R:. G:. M:. de la Masonería


Argentina, cuando exaltó los valores y virtudes de la Utopia, instando a no
claudicar de ella, (aunque durante su mandato él mismo fue quien desvirtuó
sus dichos). Para aquellos QQ:. HH:. que se muestran proclives de incursionar
en revelaciones, esoterismos, misticismos y doctrinas que se denominan
Tradicionales y Primordiales, sin que se sepa a qué primordiales orígenes se
alude, es posible mencionarles estos conceptos de Ingenieros: «Muy distinta es
la escala de valores del tradicionalismo, simple doctrina de regresión al
pasado, que en cada tiempo y lugar pretende poner trabas a todo lo que
significa renovación o perfeccionamiento. Cuando afirma que lo antiguo es
mejor que lo presente, su oculta intención es sugerir que lo presente es mejor
que lo futuro. En la vida social se resuelve en una acción de resistencia a la
justicia y al progreso». Debiéramos mensurar el alcance de tales conceptos.

Pero, y esto es axiomático, el librepensamiento nos indica que «No existe un


abstracto ideal con caracteres absolutos, mero concepto trascendente y eterno».
En consecuencia: «La aspiración moral de lo mejor, no es privilegio exclusivo
de ningún dogmatismo metafísico».

Hasta aquí nos hemos referido, asociándolos, a conceptos vertidos por un


masón que ha sido un «maestro», de varias generaciones de jóvenes. Sus ideas
sobre la ética y la moral y «las fuerzas» que ambos conceptos generan,
podemos extrapolarlas a la condición del Maestro en nuestra Orden". Veamos
qué sostiene ese gran Maestro que fue Ingenieros al respecto: «En todo tiempo
han merecido el nombre de Maestros los que supieron encender en los jóvenes
el amor a la verdad y el deseo de investigarla por los caminos de la ciencia;
pero fueron Maestros entre los maestros, los que trataron de ennoblecer ese
amor y ese deseo, sugiriendo ideales adecuados a su medio y a su tiempo, para
que la imaginación superase siempre a la realidad, remontándose hacia las
cumbres inalcanzables de la perfección infinita».

Cuando analizamos la realidad institucional que puede observarse, despojados


de hipocresías y condicionamientos, podemos comprender las ausencias entre
columnas, las deserciones explicables, las decepciones comprensibles. No se
ejerce el librepensamiento en proporción a la doctrina, claramente expuesta en
los Rituales, que no resulta necesario considerarla obsoleta, sino atenerse al
sentido sugerente y orientador de su contenido. En «Las fuerzas morales»,
Ingenieros sostiene que "...cada generación debe repensar la historia», porque
piensa que los hombre envejecidos se la entregan corrompida". Pero
previamente, sostuvo que «La historia sin sentido moral es una máquina de
mezquindades; rebaja a los dignos, justificando a los miserables»

Para los QQ:.HH:. que propagan el respeto irrestricto a los Linderos que
prohíben, o que retacean y condicionan el accionar propio; a los que niegan
a la Masonería su acción revitalizante en la Historia y circunscriben su trabajo
al individualismo ejemplar, podemos recordarles y con relación al
«librepensamiento», esta exhortación que un Maestro masón, considerado hoy
por los educadores como «perimido» o fuera de moda, brindo a la juventud:
«Rinda culto la juventud de nuestros pueblos a los grandes hombres que
lucharon por la emancipación política, por el ascenso ético, por la justicia
social, manteniendo la continuidad del espíritu renovador en el curso de la
historia”.

Nació la conciencia revolucionaria con el anhelo de la independencia, triunfó


derribando el feudalismo colonial, fue enriquecida por la obra de pensadores y
estadistas, renació en cada nueva generación y fue el núcleo de ideales sin
cesar integrados por las minorías ilustradas. Ame la juventud ese pasado en
marcha y subraye admirativamente sus valores en la historia de los pueblos
nuevos. “Pero solo será justa si al mismo tiempo reprueba a cuantos
obstruyeron la obra secular, pues los que fueron ayer sus enemigos, lo son
también hoy, y mañana lo serán por fuerza». Finalicemos este trabajo,
señalando la dicotomía reinante hoy entre estos conceptos idealistas y
liminares en la historia de la Masonería, con los precarios conocimientos que
las tendencias reduccionistas e interpretativas de esa Historia, hacen en
quienes poco la conocen.

La tendencia a «cuestionar o minimizar», e incluso tergiversar la participación


de la Orden, en las gestas revolucionarias que han transformado la
Historia de la Humanidad desde el siglo XVIII; la tendencia a teologizar la
doctrina masónica, incorporando a sus Rituales tanto el ceremonialismo como
dogmas, revelaciones, la inmortalidad del alma o las creencias de divinidades
antropomórficas, desvirtúa aquella «operatividad» constructiva, racional,
civilizadora, protectora del débil y profundamente imbuida en incentivar el
imperio de la justicia, el Orden sobre el Caos y luchar por la Libertad, la
Igualdad y la Fraternidad.

Resulta ocioso señalar, que debe ser reexaminada la estructura condicionante


de aquellas normas que se impusieron en el siglo XVIII, debido a muy
particulares circunstancias de tiempo y lugar. Que la Masonería no es
especulativa desde 1727 y que si lo ha sido desde 1523, debido a lo postulado
en la Asamblea de Masones de Paris de 1523. Y que la historia de la
Masonería debe ser reescrita para evitar que las «bisagras» históricas,
modifiquen su esencia civilizadora, revolucionaria (12) y progresista. Entre las
«libertades» más esenciales del hombre, del que resiste los embates de la
costumbre y aspira al progreso y la perfección, está la del librepensamiento.

Y más allá de su contexto, la libertad de expresión, sin la cual no sería posible


transmitir el pensamiento. Pero el librepensamiento, más allá de constituir un
Derecho y en nuestro caso una obligación, depende también y creo que
esencial y fundamentalmente, en el Derecho a la información veraz y sin
censuras que, en estos tiempos de presuntas «globalizaciones», se ha
convertido en desinformación, tergiversación, operaciones de prensa o
«basura» mediática. Para que los masones hagamos cierta la doctrina del
librepensamiento, deberemos manifestar la certeza de no acatar el peligroso
teorema de la innata inmoralidad humana.

(1) Integridad: honradez, probidad, rectitud, moralidad, decencia, lealtad.


(2) Inmanente que es inherente a un ser o a un conjunto de seres, y no es el
resultado de una acción exterior a ello.
(3) Trascendente: de gran importancia por sus probables consecuencias. Según
el pensamiento filosófico de Kant (1724-1804), es el estudio que tiene por
objeto las formas, principios o ideas a priori, en su necesaria relación con la
experiencia. Que es una condición a priori y no un dato de la experiencia. En
oposición a empírico.
(4) Paradigma: ejemplo que sirve de norma, esp. de una conjugación o
declinación.
(5) Dogma: punto capital de un sistema, ciencia, doctrina o religión,
proclamado como cierto e innegable. Que afirma como verdad inconcusa o
como un hecho establecido, lo que es discutible.
(6) Secularización: fenómeno cultural caracterizado por la desaparición de los
paradigmas mítico-religiosos.
(7) José Ingenieros, «Las Fuerzas Morales». (8) de las Constituciones de
Anderson de 1723 y sus reformas.
(**) Se trata del M:. Q:. H:. Arno Leuch. G:. 31 del S:. C:.del R:.E:.A:. y A:.
de la República Argentina, hoy en el O:. E:.
(9) axiomático: incontrovertible, evidente. Conjunto de definiciones, axiomas
y postulados en que se basa una teoría científica.
(10) Idem Obra citada.
(11) Extrapolar: aplicar una cosa conocida [a otro dominio] para extraer
consecuencias e hipótesis.
(12) Idem Obra citada.
(13) Idem Obra Citada.
(14) Eufemismo derivado de «landmark», Lindero o límite.
(15) Revolución: cambio en la esencia o marcha habitual de las cosas. Esta es
la acepción más correcta sobre el término, ya que los diccionarios se ocupan
de distorsionar el término, relacionándolo con la violencia, el terror, lo
turbulento, haciendo hincapié en los aspectos revulsivos del acontecer
histórico. La revolución es un cambio, una necesidad histórica cuando la
realidad factible de los cambios necesarios, resiste las posibilidades de
llevarlos a cabo.
Hablemos de Librepensamiento II

Por Ricardo Edgardo Polo


Lamentablemente, las acepciones consignadas, generalmente son adversas a la
legitimidad del Progreso por esa vía.

II Parte Hablábamos del librepensamiento en la edición anterior, destacando lo


vital que significa él, en el contexto de la Masonería. Y no podemos menos
que formular algunas reflexiones y consideraciones, respecto de tan importante
derecho que posee el ser Humano y en especial en aquél que resulta Iniciado
en los denominados «misterios» de la francmasonería. A lo largo del tiempo en
que el masón desarrolla sus actividades en la Orden, se va conformando una
personalidad intelectiva que faculta a quien persevera en los «conocimientos»
masónicos, tener conciencia y visión de un mundo que procura ser distinto del
que nos toca vivir.

No se trata esto de una visión «idealista», del tipo Berkeliano, sino de una
visión ideal que surge de la concepción masónica de lo que llamaríamos «un
mundo mejor, ante un actual imperfecto». Sin cometer la indiscreción de
revelar los dictados de nuestra doctrina en el R:. E:. A:. y A: ., en cuyo seno es
posible alcanzar el verdadero conocimiento de aquello a lo que la
Masonería aspira dentro de la convivencia humana, podemos afirmar que una
inmensa mayoría de QQ:.HH:. no capta con claridad las aspiraciones
humanitarias, civilizadoras, para-dogmáticas que original y doctrinariamente,
procura en su accionar, nuestra Orden. Resulta ser y mi experiencia en lo
masónico me lo indica, que a lo largo del tiempo se van distorsionando los
objetivos y desvirtuando los conceptos.

Para demostrarlo, puedo mencionar algunas alternativas que así lo producen,


comenzando por los equívocos más conocidos, como son el sostener que la
masonería puede «practicarse» y concentrarse en lo que denominamos
«simbolismo», en la creencia que originalmente y dentro de los parámetros
de la Masonería Operativa, solo tenían vigencia los tres Grados: Aprendiz,
Compañero y Maestro. Si bien es cierto que antes de la creación del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado la Masonería se estructuraba sobre esa base, lo
que en realidad se produjo al crearse el Rito fue sistematizar doctrinariamente
parámetros y paradigmas que ya existían en el orden filosófico y
«especulativo» de los antiguos masones, que además de haberse asociado en
razón de su profesión de «constructores» no circunscribían su «asociación» tan
solo a la práctica del trabajo, la defensa de sus derechos o el «conocimiento»
que los maestros arquitectos transmitían profesionalmente. Resulta obvio
historiar lo que sabemos respecto de las asociaciones de constructores, dentro
de lo testimonial de su desenvolvimiento. Pero también resulta necesario
advertir, que los contenidos de los grados del «filosofismo», tal como
conocemos al R:. E:. A:. y A:., no son un «invento» de sus creadores o
divulgadores.

Por el contrario, los Rituales de grado han pretendido sistematizar y concretar


ideas, aspiraciones, doctrina y sus parámetros constitutivos, para alcanzar una
sociedad civilizada, progresista, propagando la Ciencia y la filosofía dentro del
ámbito de la Razón, como el único (sin sostenerlo como fundamentalismo)
método de hallar la Verdad y a través de ella, la mayor comprensión sobre los
grandes interrogantes de la mente humana. La masonería tiene la
particularidad de no minimizar o generalizar los enigmas que acucian al
pensamiento del Hombre. Resulte este ser un desinformado o una eminencia
en el saber. Todos los hombres se plantean dudas y aceptan respuestas o las
adoptan según su nivel intelectual y formativo. Desde los albores del
conocimiento, desde que el hombre despertó de las tinieblas del homínido,
siempre lo han condicionado sus interrogantes e impulsado a develar los
enigmas que su «comprensión» o ignorancia de las cosas, lo llevaron hacia la
búsqueda de respuestas. Y en el fondo de tal particularidad en su naturaleza,
no cabe duda que la «libertad» con la que puede pensar o razonar, es lo que le
ha permitido obtener respuestas. Eso, naturalmente, es el librepensamiento.

En uno de los Rituales del filosofismo, podemos leer algo sumamente


significativo, que condensa sin fragilidades y expone claramente, el hecho
cierto que explica el trabajo masónico en si mismo y que debe ser tomado
como fundamento de si mismo. Se expone así: «Nuestro lema dice: «Ordo ab
chao», el «Orden sobre el Caos». Reina el desorden y la confusión en el
mundo político y moral (aunque no se refiere el párrafo a un momento
determinado de la Historia...). Los más audaces se hacen los más poderosos;
adquieren los medios de intimidar o seducir a los incautos y crean la tiranía, el
despotismo y la arbitrariedad que rigen hoy los destinos de todas las naciones
que se tienen por más civilizadas.

La Justicia se administra al antojo de los gobernantes, los advenedizos ocupan


los puestos reservados para el talento y el saber; el oro oscurece el brillo de la
inteligencia y es el único afán, el único móvil y objeto de las intrigas y
execraciones: el mérito desaparece eclipsado por la falsa ciencia apaniguada, y
la ley es el capricho del tirano. En los templos dominan el engaño, la astucia y
la maldad». Si nos atenemos a la época en que tales conceptos fueron vertidos
(Siglo XVIII), estos términos parecerían estar explicados en el imperio de las
monarquías y las convulsiones sociales de aquellos tiempos, pero si
extrapolamos y ubicamos los conceptos aplicados, a nuestro tiempo,
advertiremos que pudieron haber cambiado las formas, pero no ha cambiado el
contenido.

Cual si estuviésemos viendo la realidad tras los parámetros de una radiografía,


seguramente nos asombraremos de advertir que aquello de que «no hay nada
nuevo bajo el sol...» se convierte en una verdad perfectamente demostrable. En
el Ritual que hemos mencionado, luego aparecen claros y precisos los
siguientes conceptos: «Estúpidos sacerdotes que se dicen ministros del Eterno
e intérpretes de su Ley, corrompen las costumbres con un dogma envilecedor;
embrutecen a las masas con un culto tan torpe como ridículo, siembran el
fanatismo y la superstición en el niño, la discordia en la familia y la
inmoralidad en las naciones. Unos y otros se abrogan el derecho de dirigir las
escuelas, los talleres, los gremios, los menores pasos del hombre; en todas
partes están, todo lo revisan; y el Caos más espantoso ha invadido el Universo.

De él nos proponemos sacar el Orden y destruyendo los abusos, aniquilando el


Fanatismo y la Hipocresía, difundiendo la Luz... La Tarea es difícil, pero
gloriosa y en tan espinoso camino nos favorece el impulso constante de la
Naturaleza entera. Nuestra Institución está encarnada en el Progreso,
fomenta la Evolución civilizadora en todo el Orbe y su triunfo es por ello
seguro e inevitable». Tal vez suceda que el vertiginoso y problemático
convivir que nos atrapa en estos tiempos, haya hecho pensar a nuestros
QQ:.HH:. e incluso al ciudadano común, que tales premisas carecen de
motivación o resultan ajenas a nuestro tiempo. Tal es el estado de
incertidumbre al que está sometido el Hombre, que no parece advertir, en toda
su magnitud, las tinieblas que oscurecen su vida cotidiana.

Tal vez ocurra por el poder de la mediática y al mismo tiempo la


vertiginosidad de las acontecimientos mundiales, la dicotomía entre
problemáticas distintas o la confusión reinante en materia socio-político-
económica, que afectan y abruman al ciudadano en el planeta. Incluyendo,
claro está, la multiplicidad de conflictos, intereses en pugna y la ahora
reinventada colisión entre Occidente y Oriente, esta vez impulsada por el
Imperio vs. el Islam, que parece remedar el tiempo de las Cruzadas... Lo cierto
es que los males que la Masonería ha combatido desde su origen, no solo no
han sido erradicados sino que se incrementan a medida que las variables
recrudecen y colisionan. También ocurre que los factores de poder, dentro y
fuera de las Instituciones, se conforman de acuerdo con el nivel de inteligencia
y formación del ciudadano y además, con la inclinación a ejercerlos en
demasía, acorde con el sentido de impunidad que reine en cada ámbito.
Sencillos principios como el «saber», la «virtud» y la «verdad», pudieran
iluminar las inteligencias del mundo. Y en eso debe hallarnos la Masonería.

En esa tarea, en ese esfuerzo personal que es deber del iniciado. Deberemos
recordar siempre que «Todos los males de la Humanidad provienen de la
defectuosa organización de las Instituciones». Eso lo sostiene uno de nuestros
Rituales que dice «...El hombre primitivo por instinto social se reunió en
familias, tribus y naciones y el más sabio fue el jefe y el padre o patriarca de
los asociados. Mas observando las ventajas y prerrogativas inherentes a la
autoridad, se despertó la ambición y el más fuerte usurpó el poder de gobernar
a la asociación y la oprimió imponiéndole su arbitraria voluntad a los demás.
Pero el más astuto e hipócrita, para empujar aún a los más fuertes, se valió del
temor a Dios, se dijo ministro suyo y en comunicación con él, le dio su ley y
gobernó a su antojo».

Y ampliando aún más estos elementales pero certeros conceptos, que


diagnostican el mal que transpone todos los tiempos, leamos lo que nuestro
Ritual explica, al decir: «...De concierto unas veces y otras en guerras
encarnizadas, agitando las masas ignorantes y envilecidas por su nefando
influjo, ambos han explotado y explotan hoy día a los pueblos, manejándolos
según su capricho, sus leyes envilecedoras y forjadas a su amaño para
perpetuarlas en la superstición, el fanatismo y el embrutecimiento, creando
sucesivamente la esclavitud del vencido, el despojo del acusado; la distinción
de castas, el feudalismo, los calabozos; la fiscalización y la tiranía más
espantosa, la Inquisición papal, en fin y cuantos males aquejan y han aquejado
al género humano.

Pero en contra suya los filósofos, los francmasones, se han levantado


dolientes por las miserias de la humanidad, para cortar los abusos, reparar las
injusticias y castigar la iniquidad, reconquistando denodados los derechos del
Hombre, hollados por los oligarcas y establecer en la Tierra el reinado de la
Razón» Las frecuentes discusiones relativas a tales conceptos, que se ven
planteadas en el ámbito de nuestros talleres y ahora en las Listas Masónicas
en la Web, evidencian como resultado una desproporcionada realidad entre lo
cierto y lo creído. Muchos de nuestros QQ:. HH:. desconocen que el reinado
de la Razón tiene fundamento en alcanzar la Redención Social, que bajo el
nombre de Grande Obra constituye el objetivo de la Masonería.

Tal vez los excesivos compromisos con la pretendida «interpretación» de los


símbolos, aparta al masón de la línea horizontal, al punto de no permitirle
saber que su accionar se debe a «...la reivindicación de los derechos que da la
Naturaleza al hombre, los cuales son inherentes a su ser.» La evidente
tendencia a la religiosidad impuesta por las Constituciones de Anderson y la
proliferación actual de diversos conceptos religiosos que se intentan introducir
en la temática masónica, han hecho olvidar que nuestros manuales señalan que
«No precisamos la religión cristiana, ni la judaica, ni la mahometana, ni
partido político alguno: ni los atacamos ni defendemos. Declaramos guerra
eterna al Vicio y a la Maldad; tenemos por patria el Universo y por familia a la
Humanidad, y con paciencia y constancia trabajamos incesantemente en
modificar el organismo social presente, derribando piedra por piedra el
monstruoso e informe edificio de los astutos y tiranos, estudiando sus arterías
y depredaciones y las necesidades crecientes de los pueblos, hasta conseguir
asentar en el mundo entero los principios que os hemos inculcado en las
cámaras capitulares y consejiles, y que os habéis obligado a sostener y
propagar haciéndonos “apóstoles del Progreso». No os asombréis, QQ:. HH:.
que tal vez por vez primera estéis leyendo estos conceptos. No han sido
«inventados» por este pensador masónico. Han sido escritos y publicados en
nuestros Rituales. Son parte de la extensa y nunca limitada enseñanza
doctrinaria y proposición elocuente de nuestro accionar. A eso se debe la
prédica constante de pensadores como José Ingenieros o luchadores como
Francisco de Miranda o el general don José de San Martín. Ellos no dedicaban
su tiempo a lucubraciones gatopardistas o a la acumulación de inexactitudes,
como las que hemos leído por estos días. Resulta ser que en el anuncio de un
Congreso Internacional Masónico, se dice que la «Masonería Moderna o
especulativa se inició en Europa en 1717, junto con la fundación de la Gran
Logia Unida de Inglaterra...». Siendo, como lo es, inexacto, al punto de que
cualquier masón que tenga ante sus ojos ese texto y no conozca la
Historia masónica, lo creerá a pie juntillas.

La «Masonería Moderna o Especulativa» nació en Londres en 1717 y no en


Europa y la Gran Logia Unida de Inglaterra nació en 1813, con la Unión de las
Grandes Logias habidas en Gran Bretaña. Y es más. Un Vademecum
publicado en Argentina por el año 1934 y editado por mi Logia Madre,
sostiene que «Las únicas cuatro Logias que había en Inglaterra en 1717 se
reunieron el 7 de febrero en la taberna de «La Corona», de Londres, donde
resolvieron unirse en una sola Gran Logia, de la cual se nombró Gran Maestro
a Antonio Sayer, el día 24 de junio del mismo año».

Las Cuatro Logias que se mencionan no eran las únicas en Inglaterra, su unión
fue para formar la «Gran Logia de Londres y Westminster», que fue
considerada por la Gran Logia de York -en plena vigencia- declarándola
«espuria» (en ese tiempo no existía la famosa Regularidad o Irregularidad) y
varios de sus integrantes, entre ellos James Anderson, no eran Masones
Iniciados. Estas no son «mis» afirmaciones, son hechos históricos que han sido
sistemáticamente confundidos o tergiversados. No hablaré de los anatemas y
sambenitos con los que he sido «condecorado» por algunos de mis QQ:. HH:.
He aprendido en estos últimos tiempos de investigador y estudioso, que la
magnitud del desconocimiento sobre la Historia de la Masonería de los últimos
7 Siglos es tal, que se cree a pie juntillas la versión actual de la leyenda de
Hiram Abif y la construcción del Templo de Salomón, inventada por James
Anderson y Theofile Desagulliers, ambos pastores calvinistas. Al redactar las
Constituciones de 1723, sostienen una Historia que lleva el origen de la
Masonería más allá de Adán y Eva e incluso, «anterior» al mundo...

Por eso la importancia del «libre pensamiento». Así como el «libre examen»
permitió a Lutero cuestionar las inexactitudes e invenciones de la clerecía
católica, es un deber de cada masón imbuido de la mística del pensamiento
doctrinario de la Masonería, muy anterior y no acotado a las Constituciones
que hoy aparecen como dogmáticas, investigar a fondo en la Historia de la
Institución. Hace unos días, en un encuentro con un Aprendiz recientemente
iniciado, me enteré de que al preguntar cómo podría él «conocer» más sobre la
Orden, se le dijo que se atuviera al Ritual de su grado, pues «...la lectura de
otros tratados producirían en él la confusión»...

En mis 46 años de membresía en la Orden, nunca escuché tamaño


despropósito. De allí que pueda comprender, al menos, las inexactitudes que
son repetidas en L:. y Talleres. No puedo pormenorizar mi paso por distintas
L:. de la Obediencia. Debo reconocer que he conocido QQ:. HH:., algunos de
los cuales los lloro por su ausencia, pero debo confesar que me he visto
enfrentado con algunos que no me han perdonado estudiar, investigar y
profundizar en el pensamiento masónico. E incluso con alguno que me ha
difamado en el orden internacional, en las Listas Masónicas, llevando y
trayendo chismes con la pretensión de descalificarme. Poca muestra de
fraternidad, claro está. En la actualidad cuento con Plancha de Pase y Quite y a
plomo con el Tesoro de una Obediencia Regular. Por lo que ciertas
calificaciones hacia mis actividades intelectuales, me excluyen de anatemas
capciosos.

Prefiero seguir haciendo lo que hago, precisamente por sentirme


«librepensador», que acatar controles o supervisiones de algunos
«funcionarios» que creen saber y en realidad, no saben. Lo que me preocupa
si, es el hecho de que mis de tractores impiden o retardan la circulación de mis
trabajos de investigación Histórica, entre ellos el que se denomina «¿Es la
Masonería una religión?», que constituye un meduloso análisis de las
opiniones vertidas en la Universidad Complutense de Madrid, con los Cursos
de Verano realizados en El Escorial y dirigidos por el jesuita José A. Ferrer
Benimelli. La participación en esos Cursos de destacadísimos historiado-res,
representantes de diversos credos e integrantes de Supremos Consejos de la
Masonería, me permite establecer un lazo de seriedad en la temática
desarrollada.

Por otra parte, las investigaciones que hemos desarrollado respecto de la


Masonería Operativa y la existencia de la poco conocida pero no menos
importante y trascendente Masonería Progresista Universal, Rito primitivo,
originada en Florencia a través del gran masón que fuera Leonardo Da Vinci,
con sus Academias de neto corte masónico, son ignoradas en nuestro ámbito
con elocuente silencio. Y sí «comentadas» nuestras proposiciones, a través de
un significativo número de virus que recibimos en nuestro diario intercambio
de mensajes por la Web. Como «librepensador» tengo conciencia de los
riesgos que se corren al luchar contra Tirios y Troyanos, incluyendo muy
QQ:.HH:. cuyos consejos procuran convencerme de no «pelear contra
molinos.

Naturalmente que no soy ni me siento un Quijote. Pero me alcanzan los


extremos de la Ley, esa que desestima al que crece, enloda al que piensa o
anatematiza al que disiente. Pero, también se que hasta la fecha, mis Trabajos
no han sido refutados, ni mis afirmaciones constituyen motivo de Juicios
masónicos. Me asombra la falta de cuestionamientos a las inexactitudes. Hay
como cierto temor a indagar o al menos pareciera que ciertos conceptos
pudieran ser dogmáticos, dentro de una Institución profundamente racionalista.

Aunque debo confesar haber escuchado que «...ya no podemos ser


racionalistas...» tal vez en mérito al auge de los misticismos, esoterismos,
religiosidades, dogmatismos e incluso la admisión de «verdades reveladas»,
que con mayor frecuencia se incorporan al lenguaje masónico. En el
Vademecum mencionado precedentemente, hemos podido leer que "Los
doctores Anderson y Desagulliers fueron los que perfeccionaron los antiguos
métodos y constituciones. A ellos se debe el hecho de que la Masonería sea
libre y aceptada, fundada en la Leyenda de Hiram y el simbolismo del templo
de Salomón»... Nada menos. Leído así, de sopetón, pareciera ser legítimo lo
dicho por el autor del Vademecum."

Pero... Sin embargo, se encuentra en discusión, incluso afirmado por Robert


Gallatín Mackey en su Enciclopedia de la Masonería, en la que señala que los
«antiguos documentos que mencionan ambos doctores..., no puede decirse que
sean auténticos o legítimos, y algunos de los que fueron tomados en cuenta se
curiosamente se «...quemaron o desaparecieron en un incendio en Londres...»
Y a mi entender y por si fuera poco, entre los antiguos documentos o
manuscritos existentes al momento de su utilización, no fue mencionado ni
tenido en cuenta aquél que se denomina «Principios básicos de la
Francmasonería Primitiva, aprobados en la Asamblea General de
Francmasones que se reunió en Paris en 1523» y que constituye el más
auténtico documento que perfila el quehacer masónico y la relación de la
Masonería con el mundo que le toca vivir.

La afirmación de que la Masonería «sea libre y aceptada», en función de las


Constituciones de Anderson o que se «funde» en la leyenda de Hiram y el
«simbolismo» del templo de Salomón, también constituyen inexactitudes.
Porque lo de «...libres y aceptados masones» es más antiguo que las
Constituciones de Anderson y lo de aceptados se refiere al ingreso a la
Masonería (antes operativa) de los «nobles» de la monarquía británica, cuya
«aceptación» se debió a la injerencia monárquica en la orden a través de
Anderson, imponiendo entre muchos otros, los famosos «Landmark´s»
prohibiendo «hablar de política y de religión» en el seno de las Logias y
haciendo hincapié en la sumisión del ciudadano al poder, tres limitaciones a la
soberanía ciudadana, sencillamente impuestas por el poder despótico de la
monarquía absolutista.

Y esto es nada, si consideramos la creencia general de que la Gran


Logia Unida de Inglaterra, que hoy legitima la pureza de las Grandes Logias y
Obediencias denominadas «Regulares», naciera simultáneamente con la
Masonería Moderna o Especulativa, puesto que su existencia fue iniciada 86
años después, en 1813 y estableciendo luego, la denominada «Regularidad» en
función de los Landmark´s de las Constituciones de 1723 y sus posteriores
reformas. Como podemos advertir, datos de importancia y trascendencia,
cuyos errores formales y tergiversación de los verdaderos hechos ocurridos
desde 1717, han ocasionado la enorme proliferación de Ritos y Obediencias
que no hacen más que desunir a los masones, desvirtuar su doctrina y permitir
esta suerte de inmovilismo que lleva a ralear las columnas de nuestros
Talleres.

Resulta una pena inmensa que el «librepensamiento» se encuentre


cuestionado; que el teologismo invada nuestras L:.; que los desencuentros
entre HH:. estén ocasionados por misticismos incorporados pour la galerie al
quehacer «especulativo» de la Orden, en la falsa creencia de que los antiguos
masones operativos o los pertenecientes a la Masonería Progresista Universal,
se dedicaban al casi mito de pulir la «piedra bruta», en su superlativo
individualismo.
Aquellos antiguos masones fueron los que llevaron Luz a su tiempo,
consolidaron la ciencia con su método cartesiano, hicieron a la filosofía
una ciencia y no una mera especulación teológica dogmática, razonaron el
mensaje bíblico sin considerarlo una «revelación» y procuraron elevar la
condición Humana a la grandeza de la Naturaleza. ¿Estaremos nosotros
complementando esa fuerza luminosa ofrecida por la Razón y utilizada
por nuestros antepasados...?

AUTOR.

R:H:. Ricardo Edgardo Polo 33°

Nació en la ciudad de Mar del Plata el 19 de agosto de 1937. Estudios


secundarios en la Escuela Nacional de Comercio N° 9 de la ciudad de Buenos
Aires. Terciarios en la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Derecho,
carrera de derecho hasta 2ºgrado decisión de dedicarse a su vocación: el
periodismo.

Síntesis del currículo masónico.

Fue iniciado en la Logia "Tolerancia" N° 4 como Aprendiz Masón en Junio de


1962. Ascendió a Compañero en 1964. A maestro Masón en 1965
Pase directo, en 1967 al levantar Columnas de la Logia Verdad N° 14, a causa
del gran número de Hermanos que había en "Tolerancia" N° 4.
En 1968 ocupa el cargo de 1er. Vig. En 1969 el de Orador
Y en 1971 y 1972 el de V:.M:. Simultáneamente ingresa al Filosofismo
Y le son otorgados, sucesivamente los G:. del 4 al 30 en 1974. Durante su
permanencia en el Capítulo "Unión Italiana" N° 15 se desempeñó como
Athesata Luego se incorpora al Areópago hasta obtener el G:. 30.
No obstante haber pertenecido al S:.C:. de la Masonería Argentina que le
reconoce su G:. 30, En su condición de Soberano Gran Inspector General, está
en posesión del G:. 33 otorgado por el Supremo Consejo del 33 y último grado
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para la jurisdicción masónica del Sureste
de los Estados Unidos Mexicanos, con sede en Yucatán con carácter de
numerario, desde el.15 de enero de 2002. En el simbolismo prosigue su carrera
masónica en la Logia Panamérica N° 8 Y pasa a sueño en 1987.
Se reincorpora en 1999 a la Logia 7 de junio de 1891 N° 110 en el O:.de Mar
del Plata y reinicia sus trabajos en el Filosofismo en los mismos valles.
Ha desarrollado una criteriosa tarea de docencia masónica, publicando sus
notas en diversos medios masónicos tales como MILENIO, Revista. Of. de la
Logia 7 de junio de 1891. N° 110. Es Director y editor de la Revista
internacional de Masonería Hiram Abif, Ha publicado sus notas en:

http://www.angelfire.com/ri/polo/index.html
http://www.angelfire.com/nd/saber/Pages200.html
http://welcome.to/agv

Así como enlaces en numerosas páginas masónicas de la Web y también en la


página del Q:.H:. José Schlosser.

El 15de noviembre del 2012, pasó a ocupar su lugar decorando el Oriente


Eterno, nuestro Muy Querido Hermano Ricardo Edgardo Polo, Grado 33° del
REAA y Grado 95° del Rito de Memphis.
LOS MISTERIOS DE LOS SIGNOS Dedicado a “Duke” mi
ZODIACALES. inolvidable amigo.
Primera Edición Digital 2012.

Herbert Oré Belsuzarri


Un Masón Para el Mundo.
051 1 968844344
051 1 965358733
herberthore1@hotmail.com

Publicado en:
Fénix News
Dialogo Entre Masones
Gran Biblioteca Herbert Oré
Belsuzarri

Autorizado la reproducción total o


parcial, solo debe citar la fuente. Edición Digital en el Perú, sin costo.
Febrero 2012.
Autor: Herbert Oré Belsuzarri
Patriarca Gran Conservador 33° El presente es una adaptación del
original.
LOS MISTERIOS DE LOS SIGNOS ZODIACALES.

Cuando por primera vez leí: “Como es arriba es abajo, el Macrocosmos


y microcosmos es uno” formulado por Hermes Trimegistos,
naturalmente no entendí, pero con los años poco a poco empecé a
comprender.

Uno de los temas que antiguamente se trataba con mucha dedicación


era la astrología, pero con el pasar del tiempo este fue dejando de ser
importante.

La base de la interpretación astrológica es “conócete a ti mismo”. Esta


ciencia, revela al ser humano a sí mismo. Revela la relación entre Dios
(Macrocosmos) y el ser humano (el microcosmos), demostrando que
ambos son uno fundamentalmente. Los orígenes de la Astrología se
remontan a Sumeria, India, China y el Antiguo Egipto en el viejo
mundo y al Imperio Inca y Maya fundamentalmente en el nuevo
mundo y quizás a civilizaciones anteriores a todas las mencionadas,
como la Atlántida. Estás civilizaciones estudiaron los movimientos de
las estrellas con muchísima precisión y guardaron registros
astronómicos durante miles de años.

La existencia de muescas en huesos de animales del Paleolítico


Superior revela que los antiguos pobladores llevaban un registro de
observaciones lunares que usaban para preparar la caza. Idéntico uso
de las fases lunares se han encontrado en China, India, Egipto,
Babilonia, y América del Sur y América Central.

El origen de la astrología occidental debemos buscarlo en


Mesopotamia, en Sumeria, en la ciudad de Nippur, que era una ciudad
sagrada, el centro religioso de Sumer. Allí se enseñaban los
conocimientos astronómicos a los sumos sacerdotes, allí se originó el
calendario, como la relación entre el Sol, la Tierra y la Luna y sus
órbitas.

Se reconoce que los calendarios actuales se derivan del calendario


original nippuriano que tuvo sus inicios 4,000 a.C., en la era de Tauro.
Esta afirmación se basa en los vínculos de Abraham con Nippur y Ur,
de donde partió para constituir el pueblo de Israel de los judíos. El
calendario judío cuenta los años a partir de un enigmático inicio en el
3,760 a.C. (Por ejemplo para los judíos, el año 2,014 sería el 5,774). Esta
cuenta se establece “desde el principio del mundo”, para los sabios judíos,
que realmente querían decir, que éste es el número de años que
pasaron “desde que comenzó la cuenta de los años”. Y se refiere a la
introducción del calendario, que ocurrió en Nippur.

Sumerios, acadios, babilonios y asirios hace 4,000 a.C. Eran


civilizaciones floreciente, y como todo pueblo que ha desarrollado un
grado cultural suficiente, creó una mitología para explicar el mundo
intentando dar respuesta a las preguntas que el temor a lo desconocido
le producían. Así que trasladaron toda su religión a la bóveda celeste,
donde encontraron ciertos cuerpos, los que se movían por el
firmamento.

En el sello conocido con el nombre de VA/243 de los sumerios A la


izquierda entre dos figuras se aprecia el Sistema Solar, una muestra
clara de los elevadísimos conocimientos astronómicos sumerios.

Al observar detenidamente una ampliación del Sistema Solar


representado sobre el cilindro VA/243, se puede observar que los
"puntos" que rodean la estrella son de hecho planetas. Al pequeño
Mercurio le sigue Venus más grande. A la Tierra, del mismo tamaño de
Venus, le acompaña una Luna pequeña. A continuación, en dirección
contraria a las agujas del reloj, se ve a Marte, más pequeño que la Tierra
aunque más grande que la Luna o Mercurio.

Luego la antigua representación muestra un planeta desconocido para


nosotros, bastante más grande que la Tierra aunque más pequeño que
Júpiter y Saturno, que se observan claramente a continuación. Más
adelante, otra pareja concuerda perfectamente con nuestros Urano y
Neptuno. Por último, también se encuentra allí el pequeño Plutón,
aunque no donde lo ubicamos en la actualidad (después de Neptuno),
sino entre Saturno y Urano.

El sumeriologo Zecharia Sitchin, al referirse al misterioso planeta allí


representado nos dice que, las anomalías detectadas con el nuevo planeta
entre la Tierra y Júpiter, y la extraña ubicación de Plutón, corresponderían a
la irrupción cada 3,600 años de un planeta extrasolar que en sus orígenes
desvió la órbita de Plutón a su actual posición y que chocó seguidamente con
un planeta situado donde se encuentra el cinturón de asteroides, que serían los
restos de esa colisión.

Identificaron al Sol, la Luna, Mercurio, Venus. Marte, Júpiter, Saturno,


Urano y Neptuno y les atribuyeron características de sus dioses por su
aspecto.

En su razonamiento influenciado por el pensamiento mágico-


mitológico Marte (Nergal), de color rojo brillante, era el dios de la
guerra; Venus (Ishtar), luminaria del atardecer y del amanecer, era la
diosa de la fertilidad; Júpiter (Marduk), de color blanco, era el padre de
los dioses. Consideraban que los planetas influyeran en los
acontecimientos terrestres, el sol influía en cuanto marcaba cuando
debíamos sembrar y cosechar.

Tras siglos de paciente observación, registrando minuciosamente todos


los sucesos acaecidos en el reino, las posiciones de los planetas y la
Luna, y de todos los fenómenos meteorológicos destacados (como
puede ser la presencia de un halo alrededor del Sol) daban sus
predicciones meteorológicas y sus predicciones de eventos futuros del
reino: “Si el Sol poniente parece el doble de grande que de costumbre y tres de
sus rayos son azulados, el rey del país está perdido” “Si la Luna es visible el
décimo día, hay buenas noticias para la tierra de Akkad, malas noticias para
Siria” (predicciones de Sargón el Viejo hacia el 2,400 a.C.).

Para los sacerdotes babilonios el arte de la predicción era parte


fundamental de su quehacer diario. Usaban todos los métodos
imaginables para ello: la interpretación de los sueños, el análisis de las
vísceras de los animales sacrificados, el vuelo de las aves, los
nacimientos anormales. O consultas al rumor de las hojas de los
árboles,

Los sucesos importantes creían que sólo podían predecirse mirando al


cielo, el destino de los países y sus gobernantes podía ser obtenido
interpretando los fenómenos astronómicos y meteorológicos.

Destaca la mención en un texto de gramática que data del 2,500 a. C.


de Mul-Mul (en sumerio, “las estrellas”), que se refiere a las Pléyades. Y
Pléyade es el nombre más antiguo que conocemos para designar a un
astro.

La cultura y civilización sumeria fueron progresivamente asimiladas


por pueblos semitas que vivían en la zona (acadios primero, más tarde
amorritas, cananeos, arameos, caldeos…), como resultado, casi todas
las fuentes sobre los conocimientos astronómicos mesopotámicos son
semitas, con lo que resulta complicado averiguar qué datos son
estrictamente sumerios, y cuáles fueron añadidos por pueblos
posteriores. Pese a esto, los nombres de estrellas y constelaciones que
aparecerán en épocas posteriores son sumerios, pues el sumerio se
siguió usando como lengua sagrada siglos después de haber
desaparecido como lenguaje hablado.

Del periodo acadio (2,350-2,150 a.C.), y la primera época de Babilonia


(1,950-1,500 a.C.) quedan numerosos cilindros sellos con
representaciones de lo que parecen ser las constelaciones clásicas
(Águila, Acuario, Tauro, Leo…), cada una representando a un dios.
Algunos de estos cilindros son sumerios y se remontan a épocas
anteriores, aunque otros datan del “renacimiento sumerio”
correspondiente a la III Dinastía de Ur (2,050-1,950 a.C.), tras la caída
de Acad. Paradójicamente, muchas de las representaciones más
antiguas de estas figuras no provienen de Sumer, sino de Elam, nación
rival de la primera. En estos sellos podemos ver a muchos dioses
representados tal y como serán representadas las constelaciones
posteriores. Abundan las figuras de leones, toros, escorpiones y otras
figuras mitológicas que serán asociadas posteriormente a las
constelaciones.

Cilindro-sello sumerio que aparentemente representa constelaciones zodiacales: de


izquierda a derecha, Urgula, Pabilsag, Anunitu, Shamash/Utu (con un cuchillo en la
mano), Simmah (la Golondrina), Ea/Enki y su ministro, Isimud.

Durante el periodo babilónico antiguo (1,830 – 1,530 a.C.) destacamos el


texto "Oración a los dioses de la noche". Se trata de un texto en acadio
donde se mencionan 17 "estrellas" para su uso con técnicas
adivinatorias. No es un texto astronómico, pero el orden de los dioses o
"estrellas" es casi el mismo que aparecerá posteriormente en las tablas
Mul-Apin.

Del periodo Cassita (1,530-1,160 a.C.), llamado así por la tribu de


invasores procedentes de Irán que invadió Babilonia, tras su
destrucción (alrededor del 1,600 a.C.) por el rey hitita Murshil I, y que
asimilaron su cultura, procede gran parte de textos que nos hablan del
saber astronómico de la época. Uno de los textos más famosos que se
pueden remontar a esta época son los conocidos como Enuma Anu
Enlil (Cuando An y Enlil: Anu o An, Enlil y Ea eran los tres dioses
sumerios más importantes). Los Enuma Anu fueron encontrados en
setenta tablillas de la biblioteca de Nínive, del rey asirio Asurbanipal
(668-626 a.C.), aunque parece que fueron redactados bajo el rey
babilonio Nabucodonosor I (1,124-1,103 a.C.). En los Enuma Anu
encontramos más de 7000 observaciones de fenómenos celestes (salidas
de estrellas, conjunciones planetarias y meteorología), que se sumaron
al corpus de conocimientos astronómicos babilonio anterior a la época
cassita, como las Tablas de Venus redactadas bajo Ammi-saduqa
(1,646-1,626 a.C., uno de los sucesores de Hammurabi), donde se
recogían varias salidas y puestas heliacas de Venus, así como varios
eclipses de Sol, que se han usado para fechar el reinado de
Hammurabi, y en relación con éste, el de la mayor parte de eventos en
la Mesopotamia del segundo y tercer milenio a.C. Es conveniente no
confundir el Enuma Anu con el Enuma Elish (Cuando en lo alto), el poema
de la creación del mundo que se reúne en siete tablillas (unas mil
líneas) encontradas en Nínive, Asur, Kish y Sultantepe.

Entre 1,350-1,100 a.C., hacen su aparición las primeras representaciones


clásicas de constelaciones, especialmente en los kudurrus (kudurreti en
plural acadio, que significa “límite”, “frontera” o “territorio”).
Un kudurru es una estela con valor de acta referida a donaciones de
terrenos e inmuebles en beneficio de una comunidad o personaje
importante. En estas estelas se representan los dioses mesopotámicos
(semitizados) bajo símbolos propios de cada uno garantizando la
validez del documento. Estos símbolos introducidos durante esta época
permiten una identificación directa de cada dios, incluso por parte del
pueblo, la mayor parte analfabeto. En algunos de estos kudurrus los
símbolos de los dioses aparecen distribuidos aparentemente siguiendo
la distribución de las constelaciones en el cielo. En estos podemos ver
algunas de las representaciones más antiguas confirmadas de las
constelaciones, como Águila, Hidra, Escorpio, Tauro, Triángulo, Leo,
Sagitario, Capricornio o Acuario. En concreto, se puede decir que seis
de las constelaciones zodiacales clásicas tal y como las conocemos,
provienen claramente de este periodo (aunque su origen es
seguramente muy anterior): Tauro, Leo, Escorpio, Sagitario,
Capricornio y Acuario.

Como resultado, los arqueo astrónomos han credo una verdadera


disciplina, la “kudurrrología”, intentando descifrar cada símbolo que
aparece en estos monumentos. Naturalmente, es preciso destacar que
las interpretaciones basadas en kudurrus, por no hablar de las basadas
en los cilindros sellos, son muy subjetivas, y varían enormemente de un
autor a otro.
Kudurru donde se ven los distintos símbolos que representan a dioses mesopotámicos.

Es en esta época, cuando se describen por primera vez las distintas


estrellas asociadas a cada mes, así como las divisiones de la bóveda
celeste: el norte para Enlil, la región comprendida entre los trópicos (el
trópico de Cáncer sería el sendero de Enlil y el de Capricornio, el de Ea)
para An, y la parte inferior para Ea. A cada división celeste le
correspondería una división geográfica: Enlil con Acad, An con Elam y
Ea con Amurru. En estas listas aparecen menciones posibles a varias
constelaciones zodiacales. En el Enuma Elish ya se habla de relacionar
tres estrellas o astros de cada una de estas zonas con un mes
determinado.

Astrolabio, bajo este nombre se conocen varias listas de estrellas que


asignan tres astros a cada mes del año, uno por cada región celeste. Por
este motivo se conocen también como textos "Tres estrellas cada uno".
Aunque estas listas no son ni precisas ni exhaustivas, son la primera
evidencia directa de un conocimiento astronómico desarrollado en
Mesopotamia. También es la referencia directa más antigua de muchas
constelaciones actuales. Hay muchos indicios que señalan esta fecha
temprana de redacción de estos astrolabios el siglo XII a.C.

Los astrónomos babilonios se vieron obligados a realzar el papel de


Marduk, el dios supremo de Babilonia, en la astronomía heredada de
los sumerios y acadios, por lo que denominaron estaciones de Marduk
(o de Júpiter, pues éste era el planeta que se identificaba con el dios) a
los equinoccios, como podemos ver en el siguiente texto.

Él construyó las estaciones para los grandes dioses,


fijando a sus iguales astrales como constelaciones.
Él determinó el año por el nombre de las regiones:
él designó tres astros para cada uno de los doce meses.
Tras definir los días del año por las figuras celestes,
él estableció las estaciones de Júpiter para determinar sus bandas.
A su lado estableció las estaciones de Enlil y Ea.

Las bandas son la eclíptica y el ecuador celeste, también denominado


Camino de An.

Durante el periodo asirio (883-612 a.C.) se redactan las famosas tablillas


Mul-Apin, “estrella arado”: se llaman así por comenzar con el nombre
de esta constelación, equivalente a nuestro Triángulo. La más antigua
es del 687 a.C., aunque fueron compuestas con seguridad alrededor del
año 1,000 a.C., dichas tablas incluyen entre otras cosas:

- Catálogo de estrellas: 33 estrellas de Enlil, 23 de An y 15 de Ea.


Se incluyen asterismos, constelaciones y planetas.
- Fechas de salidas heliacas: los cálculos de estas fechas sugieren
una redacción que se remonta a finales del II milenio a.C., ya
que según la precesión de los equinoccios estas fechas habrían
sido distintas para el período neo-asirio.
- Pares de constelaciones (mientras una sale, otra se pone).
- Intervalos de tiempos entre salidas heliacas.
- Pares de constelaciones que se hallan al mismo tiempo en el
cénit y en el horizonte, de acuerdo cálculos modernos, para el
año 1,000 a.C. (latitud 36º N, la correspondiente a Assur, la
capital del Imperio Asirio).
- El "camino de la Luna", es decir, el zodiaco.
- Planetas y sus ciclos.

Las tablas Mul-Apin.

De este periodo se han encontrado calendarios estelares y "mapas" de


estrellas o astrolabios con referencia a las constelaciones Mul-Apin. En
concreto destaca el planisferio encontrado en la capital asiria Nínive,
bajo el reinado del rey Asurbanipal (668-626 a.C.), aunque existen
evidencias que indican que algunos calendarios estelares podrían
remontarse, al menos en parte, al 2,000 a.C.

Todo este compendio de conocimientos no será igualado hasta


Ptolomeo, con lo que está claro que jugo papel fundamental en el
origen de las constelaciones clásicas griegas.
Planisferio asirio (siglo VII a.C.) con diversas constelaciones, actualmente en el Museo
Británico.

El Camino de la Luna (representada por el dios Sin) es la eclíptica: el


recorrido aparente de la Luna y el Sol en el cielo y es muy importante
para nosotros, pues se puede decir que es el zodiaco tal y como lo
conocemos (salvo quizás un par de constelaciones), y tuvo su origen en
Mesopotamia. Hay que precisar que, según el texto que consultemos, se
hace mención a los signos del zodiaco o bien a las constelaciones
situadas en ellos. En efecto, debemos tener en cuenta que cada signo
del zodiaco cubre una zona de 30º de la eclíptica (ya que se divide esta
circunferencia entre los doce meses lunares que tienen lugar en un año
solar) independientemente de las constelaciones, que son agrupaciones
subjetivas de estrellas, que coinciden con cada signo. Naturalmente,
para aquellas constelaciones zodiacales más llamativas, la
correspondencia es unívoca, pero no así con aquéllas más débiles.
El zodiaco (del griego kyklos zoidion, κυκλος ζοιδιον, el “círculo de
animalitos”) que aparece en las tablas Mul-Apin contiene 17/18
constelaciones con nombre sumerio (salvo dos).

La discusión si son 17 o 18 las constelaciones zodiacales, se debe a que


en las tablas aparece delante de las constelaciones Sim-
mah y Anunitu la palabra kunmeš (o Zibatti-meš), "las colas". Aunque
algunos autores consideran que se trata de una constelación zodiacal
adicional, la mayoría piensa actualmente que esta palabra se incluyó
para indicar que las siguientes dos constelaciones sólo estaban en parte
dentro de la banda zodiacal. De todas formas, en versiones posteriores
sí aparece claramente esta constelación, que se convertiría en Piscis.

Cilindro-sello sumerio que aparentemente representa constelaciones zodiacales: de


izquierda a derecha, Urgula, Pabilsag, Anunitu, Shamash/Utu (con un cuchillo en la
mano), Simmah (la Golondrina), Ea/Enki y Luhunga.

Posteriormente, bajo el reinado del caldeo Nabucodonosor II de


Babilonia (604-562 a.C.), las 18 constelaciones zodiacales se redujeron a
12 para igualar el número de constelaciones al de meses (entendiendo
aquí mes como lunación), con lo que cada mes lleva asociada una
constelación. Las 12 constelaciones, asociadas a cada mes, son las
siguientes:

Mes, signo zodiacal Traducción Constelación actual

Nisannu El Aparcero, Jornalero (Luhunga) Aries


Ajaru (Gudanna) Tauro + Pléyades
Simanu El Pastor Celeste y los Gemelos Orión + Gémini
Du’uzu / Tamuzu El Cangrejo (Allul) Cáncer
Abu El León (Urgula) Leo
Ululu La Espiga (Absin) Virgo
Tashritu La Balanza (Zibanitum) Libra
Arashamna El Escorpión (Girtab) Escorpio
Kislimu / Kissilimu (Pabilsag) Sagitario
Tabetu La Cabra-Pez (Suhurmash) Capricornio
Shabatu El Grande (Ea) Acuario
Addaru El campo (Iku) y las colas de pez Parte de Piscis

Hay que destacar que el año nuevo empezaba en el equinoccio de


primavera, por lo que el primer mes, Nisannu, equivalía a la segunda
mitad de marzo y la primera de abril, aproximadamente. Como vemos,
en este zodiaco babilónico han desaparecido cuatro constelaciones del
camino de la Luna de la época asiria y aparece una nueva, Iku (“El
campo”, el Cuadrado de Pegaso), que también aparecía en las tablas
Mul-Apin.

Grabado del periodo seléucida (siglo II a.C.) donde podemos ver, de izquierda a
derecha, las siete estrellas representando las Pléyades (la inscripción cuneiforme en
medio se lee Mul-Mul), la Luna y el Toro Celeste, Gudanna.

Debemos señalar que existe todavía controversia sobre la fecha de


aparición de este zodiaco de doce constelaciones, ya que
aparentemente en Mesopotamia se siguieron usando las otras
constelaciones del Camino de la Luna hasta fecha bastante tardía
(quizás hasta inicios del primer milenio d.C.). Esto puede indicar una
separación, como ya hemos indicado, entre las constelaciones
propiamente dichas y los signos zodiacales (divisiones de la eclíptica).

Más adelante, en el siglo V a.C., hará su aparición un zodiaco


ligeramente modificado respecto al anterior, sin Orión y el Cuadrado
de Pegaso. Destaca la utilización de abreviaturas para referirse a cada
signo/constelación.

Este zodiaco será el que se incorporará a la cultura griega y llegará


hasta nuestros días. Para su elaboración, los astrónomos
mesopotámicos se basaron exclusivamente en los signos, lo cual nos
indica que la astronomía de la época ya había alcanzado la madurez
suficiente para usar coordenadas de posición en la bóveda celeste
basadas en la eclíptica. Por lo tanto, con la aparición de este zodiaco,
también haría su aparición la astrología, tal y como la conocemos en
día. El primer horóscopo personalizado, basado en las constelaciones
zodiacales babilonias (sin Aries) data del 409 a.C. Tras Alejandro
Magno, esta práctica se extendería por todo el mundo
helenístico primero, y por el romano después.

Sin embargo, basta un vistazo a la tabla anterior para comprobar que


algunas constelaciones zodiacales no aparecen, como es el caso de
Aries, ya que en su lugar figura el Aparcero. Otras
discrepancias son las colas en vez de los peces y la Espiga en vez de
Virgo. El origen de estas incongruencias es todavía objeto de debate
hoy en día.

A parte de las tablas Mul-Apin y los astrolabios, son numerosos los


textos astronómicos que han llegado hasta nuestros días. Destacan los
textos sobre estrellas Ziqpu, así se llamaban aquellas estrellas que se
encontraban en el meridiano del observador local cuando salían por el
horizonte un asterismo o estrella determinado. Además de las listas
de Ziqpu que aparecen en las tablas Mul-Apin, podemos encontrar
numerosos textos posteriores que aportan información adicional, como
la distancia relativa entre estrellas en el cielo. Merece la pena destacar
el texto AO 6478 copiado en Uruk en el 200 a.C.

Otra fuente de información sobre las constelaciones antiguas de vital


importancia es el llamado Texto GU (tablilla BM 78161, en el Museo
Britanico), compuesto entre los siglos VII y V a.C. en Babilonia, que
podemos clasificarlo como el equivalente mesopotámico del
Almagesto de Ptolomeo. Efectivamente, en esta obra se detallan las
diferentes estrellas que componen las constelaciones haciendo
referencia a su forma en el cielo. El nombre del texto hace referencia a
las veinte secciones que componen la obra y que acaban con la
palabra GU, "cuerda", la unidad de medida usada en las observaciones.
Gracias a esta obra podemos saber que muchas de las constelaciones
mesopotámicas pasaron a los griegos, aunque éstos no conservaron su
nombre.

Las constelaciones zodiacales, de las tablas Lul-Apin, en el Texto GU y


en los astrolabios aparecen recogidas por primera vez otras
constelaciones que pasarían directamente a la cultura griega:

Constelación Mul-Apin Traducción Constelación


(nombre sumerio) actual
mul Mar-gid-da El Carro Osa Mayor
mul Mar-gid-an-na El Carro Celeste (de An) Osa Menor
mul d Mush La Serpiente Hydra
mul Uga El Cuervo Cuervo / Corvus
mul Ti8 El Águila Aquila
mul Ur-idim El Perro Loco Lupus
mul Sipa-zi-an-na El Verdadero Pastor Celeste Orión
mul Ku6 El Pez Pez Austral

Otras como Hércules o Perseo, probablemente son de origen


mesopotámico, pues aparecen en las tablas identificados con figuras
humanas, igual que en la mitología griega. La asociación del mito de
Orión como divinidad relacionada con la diosa de la caza con la figura
mesopotámica del Pastor Celeste es bastante directa. En el caso de
Hércules, recordemos que los griegos no tenían en principio ningún
mito asociado a esta constelación, ya que para Arato era simplemente
"el arrodillado".

Si comparamos la descripción detallada de las constelaciones griegas


aportada por Hiparco en sus Comentarios con la de las constelaciones
mesopotámicas que aparecen en el Texto GU y otras fuentes, es
inevitable concluir una estrecha relación entre ambas culturas
astronómicas, no sólo a nivel de constelaciones, sino en general. Esta
influencia de la astronomía mesopotámica sobre la griega quizás se
remonte incluso hasta los tiempos de Homero. Hasta hace poco se
pensaba que este autor nos había transmitido el conocimiento
astronómico griego autóctono más temprano y sin embargo muchos
autores sugieren hoy una relación entre las referencias astrales de sus
obras y las tablas Mul-Apin.

La influencia de la astronomía mesopotámica no seguirá solo el camino


hacia occidente, sino que se haría notar en el este, en la India, donde la
lista local de 28 constelaciones o zonas zodiacales, los llamados
nakshatras, parecen haber sido influidos claramente por la lista Mul-
Apin. Éstos a su vez influyeron en la división del zodiaco de los árabes
pre-islámicos en 28 segmentos o casas llamados Manazil Al-Qamar (las
Casas de la Luna).

Así nació la idea del Zodiaco. La primera tablilla de una serie llamada
Mul Apin menciona “las constelaciones del camino de la Luna” que,
traducidos a nuestros propios grupos de estrellas son las Pléyades:
Tauro, Orión, Perseo, Cochero, Géminis, Cáncer, Leo, Spica, Libra,
Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario, Piscis, Pegaso, Piscis más la
parte media de Andrómeda y Aries. 18 signos en total. Los doce signos
aparecieron hacia el 400 a.C., después de un periodo donde su número
había sido reducido a once. La constelación faltante era Libra, que se
construyó a expensas de las pinzas del vecino Escorpión.

El nombre con que se denominó a las estrellas, tuvo su origen en


diversos motivos: la vaga apariencia con algún animal (Tauro o Leo),
las características climáticas de la región cuando el Sol se encontraba en
esa constelación, Acuario en Enero era el mes más húmedo en
Mesopotamia, o algún otro tipo de coincidencia. Los razonamientos
que llevaron al zodiaco actual, están basados en presunciones sin
ninguna base científica valida, toda la parafernalia de quienes basan
sus predicciones en el movimiento de los astros llevan a la gente a la
confusión y al engaño. Toda la industria basada en estas suposiciones
son hijas de la imaginación de aquellos sacerdotes babilonios que
realizaban especulaciones.
El famoso zodiaco de Dendera egipcio (Siglo I a.C.), es un registros,
grabado en el Techo del Templo de Hathor, actualmente se conserva en
el Museo del Louvre.

Zodiaco de Dendera.

Simbólicamente, el círculo central del mapa representa la Tierra, donde


nos encontramos nosotros. A nuestro alrededor, los doce signos del
zodiaco forman una banda circular a lo largo de la eclíptica, ocupando
cada uno un espacio fijo de 30 grados. Dentro de este espacio se
mueven los planetas, pasando, a distintas velocidades, de un signo al
siguiente en circuitos ininterrumpidos.
La astrología china es una de las pocas filosofías antiguas de la historia
de la humanidad, que no se sabe cómo se originó este método de
adivinación, sin embargo desde el siglo XL a.C. Aprox. En la época de
los emperadores chinos Fu Hsi y Sheng Nung, fue extensamente usado
en el oriente. Existe una leyenda que se refiere a la creación de los 12
símbolos de animales, y otra refiere que Buda al ser iluminado llamo e
hizo reverencia a todos los animales del mundo antes que partiera de la
tierra, solo doce se presentaron para dar la cordial despedida, por ello
fueron honrados con el sublime obsequio de otorgar un año en su
conmemoración para que rijan y gobiernen en ese período.

El Sol recorre el zodiaco tropical en el sentido contrario a las agujas del


reloj. Parte del punto 0º de Aries aproximadamente el 21 de Marzo,
momento en que empieza el nuevo año astrológico. 0º Aries
corresponde al equinoccio de primavera (inicio del equinoccio de otoño
en el Hemisferio Sur) y es también llamado punto vernal. Se da en el
punto de intersección entre la Eclípitcia y el Ecuador Celeste, pasando
el Sol en su movimiento aparente del Hemisferio Sur al Norte.

Los signos zodiacales.

La Cruz solar del Zodiaco estaría formada por

0º de Aries Tropical: Equinoccio de Primavera.


0º de Cáncer Tropical: Solsticio de Verano.
0º de Libra Tropical: Equinoccio de Otoño.
0º de Capricornio Tropical: Solsticio de Invierno.

Cruz Solar del Zodiaco


La diferencia fundamental entre el zodiaco sideral y el tropical, es que
el primero se basa en las constelaciones mientras que el segundo se rige
por las estaciones. De tal forma que el grado cero de Aries coincide con
el equinoccio de primavera en el zodiaco tropical, pero no en el sideral,
que comienza en la constelación de Piscis.

Zodiaco Tropical y Sideral.

Signo es carácter. Carácter es destino. Es nuestro carácter lo que


estructura nuestro destino. Existen 12 caracteres universales. La forma
en que nos presentamos, actuamos y nuestra actitud ante la vida. Y el
Zodiaco es denominado también como el círculo de animales.

Los planetas giran muy cerca del ecuador de la tierra,


aproximadamente un 8º ,5º por encima y lo mismo por debajo.
Antiguamente se observó, que si se unían los puntos de las
constelaciones formaban figuras de animales.

En el zodíaco, cada signo participa de la dualidad, la triplicidad y la


cuadruplicidad. Por desgracia, los astrólogos modernos más serios,
aunque utilizan los signos zodiacales de manera intuitiva, apenas
reconocen el simbolismo numérico en el que se fundamentan.

La esfera celeste.

La sección áurea forma parte del núcleo de la escisión primordial,


creando un universo asimétrico y cíclico. Este aspecto cíclico significa
que los múltiplos de los números son, por así decirlo, registros
superiores de los números inferiores.

El universo físico se completa, en principio, con cuatro términos:


unidad, polaridad, relación y sustancialidad. Pero la materialización
plena de todas las posibilidades requiere el funcionamiento de todas
las combinaciones de dos, tres y cuatro. Y esto se realiza en los doce
signos del zodíaco. Éste se divide en seis grupos de polaridades, cuatro
grupos de triplicidades (los modos) y tres grupos de cuadruplicidades
(los elementos). Cada signo es, a la vez, polar (activo o pasivo), modal
(cardinal es el iniciador; fijo es aquel sobre el que se actúa; mutable es
el que media o efectúa el intercambio de fuerzas) y elemental (fuego,
tierra, aire, agua). La polaridad se realiza en el tiempo y el espacio (seis
veces dos), el espíritu materializado (tres veces cuatro) y la materia
espiritualizada (cuatro veces tres).

Así, con cuatro términos tenemos el mundo en principio. Con ocho


términos tenemos el mundo materializado en el tiempo y el espacio.
Con doce términos tenemos el mundo de las potencialidades y las
posibilidades.

Aunque este breve resumen no se aproxima más que a un aspecto del


zodíaco astrológico, debería ser suficiente para sugerir que este antiguo
diseño no se basaba en absoluto en los ensueños de arcaicos
visionarios, sino que se construyó rigurosamente de acuerdo con los
principios pitagóricos. Si esperamos comprender el mundo físico en el
que vivimos (por no hablar del mundo espiritual), debemos examinar
los principios y funciones que subyacen a la experiencia común. Y el
simbolismo del número nos permite hacerlo.

La dualidad se refiere a que cada signo tiene su par así por ejemplo
géminis es dual con sagitario, cáncer con capricornio, tauro con
escorpio, etc.

La triplicidad conforme a esta propuesta clasifica a los signos


zodiacales en tres grupos:
Cardinales – actividad. Comienzan todo.
Fijos – estabilidad. Fijan lo que los anteriores comenzaron,
Mutables – conciliación – negociación – comunicación. Concilian ambas
fuerzas.

SIGNOS CARDINALES.
· Aries comienza la primavera
· Cáncer comienza el verano
· Libra comienza el otoño
· Capricornio comienza el invierno

SIGNOS FIJOS
· Tauro mitad de primavera
· Leo mitad de verano
· Escorpio mitad de otoño
· Acuario mitad de invierno

SIGNOS MUTABLES
· Géminis termina la primavera
· Virgo termina el verano
· Sagitario termina el otoño
· Piscis termina el invierno

Y la cuadruplicidad los clasifica por los elementos así tenemos:

Los signos y los 4 elementos (Fuego, Tierra, Aire, Agua)


El Sol recorre en su curso anual los doce signos del zodiaco (no
confundir con constelación), quedándose en cada signo durante un
mes. Cada signo simboliza la cualidad de la estación correspondiente y,
en su totalidad, representan el desarrollo del ser humano desde el
nacimiento hasta la muerte. Cuando decimos: "Soy Libra", queremos
señalar que el Sol estuvo en el signo Libra en el momento en que
nacimos.

El Sol proyecta una energía magnética enormemente poderosa y se ha


descubierto que los humanos tienen un reloj interno que está
sincronizado con el Sol. La posición del Sol es de suma importancia, ya
que describe el núcleo de nuestra personalidad, pero existen muchos
otros factores que hay que interpretar.

Es el corazón físico y espiritual del sistema solar y llegó a simbolizar al


Creador, particularmente los aspectos masculinos de la fuerza
creativa.... "Él Que Es La Luz Del Mundo".

Pero además se dice que cada signo tiene u don y esta lo resumiremos
con la siguiente tradición.

…En aquella mañana, Dios apareció ante sus doce criaturas y en cada
una de ellas plantó la simiente de la vida humana. Una por una, cada
criatura dio un paso al frente para recibir el don que le correspondía.

"Para Ti, Aries, es la primera semilla, para que tengas el honor de


plantarla. Por cada semilla que plantares, otro millón de simientes se
multiplicarán en tus manos. No tendrás tiempo de ver la simiente
crecer, pues todo lo que plantares crecerá cada vez más y más para ser
a su vez plantado. Tú serás el primero en penetrar en la mente
humana llevando mi Idea. Más no te incumbe a ti el cuidar y alimenta
esa Idea, ni cuestionarla. Tu vida es acción, y la única acción que te doy
es la de dar el paso inicial, para tornar a los hombres conscientes de mi
creación. Por este trabajo yo te concedo la virtud del respeto a ti
mismo."

Silenciosamente, Aries volvió a su lugar.


"Tauro: a ti te doy el don de poder transformar la simiente en sustancia.
Grande es tu tarea, y requiere paciencia, pues tendrás que terminar
todo lo que Aries haya comenzado, para que esas simientes no sean
dispersadas por el viento. No debes, tampoco cuestionar; ni cambiar de
idea en medio del camino, ni depender de otros para aliviarte de tu
carga. Para eso yo te concedo el don de la fuerza. Trata de usarla
sabiamente.

Y Tauro retornó a su lugar.

"A Ti Géminis, te doy todas las preguntas pero ninguna respuesta,


para que puedas llevar a todos un entendimiento de aquello que los
hombres ven en su relación. Tu nunca sabrás porqué los hombres
hablan o escuchan, más en tu búsqueda de la respuesta, encontrarás el
don que reservé para ti: el conocimiento."

Y Géminis volvió a su lugar.

"A Ti, Cáncer, atribuyo la tarea de enseñar a los hombres la emoción.


Mi idea es que provoques en ellos risas y lágrimas, de modo que lo que
vean y sientan desenvuelva una plenitud dentro de ellos. Para eso te
doy el don de la familia, para que tu plenitud pueda multiplicarse."

Y Cáncer regresó a su lugar.

"A ti, Leo, te atribuyo la tarea de exhibir al mundo mi creación en todo


su esplendor. Más debes tener cuidado con el orgullo y siempre
recordar que es mi creación y no la tuya. Si no lo hicieres, serás
despreciado por los hombres. Hay mucha alegría en tu trabajo, basta
con hacerlo bien. Para eso, te concedo el don de la honra."

Y Leo retornó a su lugar.

"A Ti Virgo, te encargo que emprendas un examen de todo lo que los


hombres hicieron por la creación. Tendrás que observar con
perspicacia los caminos que recorren señalándoles los errores, de modo
que a través de ti, mi creación pueda ser perfeccionada. Para que así lo
hagas, te concedo el don de la pureza de pensamiento."
Y Virgo volvió a su lugar.

"A ti Libra, doy la misión de servir, para que los hombres sean
conscientes de sus deberes mutuos; para que puedan aprender la
cooperación, así como la habilidad de reflejar el otro lado de las cosas.
He de llevarte donde haya la discordia, y por tus esfuerzos, te
concederé el don del Amor."

Y Libra regresó a su lugar.

"A ti Escorpio, te daré una tarea muy difícil. Tendrás la habilidad de


conocer la mente de los hombres, pero no te será permitido hablar
sobre lo que aprendieres. Muchas veces te sentirás herido por aquello
que ves y en tu dolor te volverás en contra mía, diciendo que yo soy la
causa de tanto sufrimiento. Pero es la perversión de mi idea lo que te
hará sufrir. Verás tan profundamente al ser humano que llegarás a
conocerlo en su instinto animal. Lucharás tanto contra los instintos
animales en ti mismo, que perderás el camino. Pero cuando finalmente
volvieres a mí, Escorpio, tendré para ti el don supremo de la
finalidad."

Y Escorpio retornó a su lugar.

"Sagitario, a ti te recomiendo que hagas a los hombres reír pues entre


las distorsiones de mi idea ellos se tornarán amargos. A través de la
risa, darás a los hombres la esperanza y a través de la esperanza
volverán ellos sus ojos hacia mí. Llegarás a tener muchas vidas, aunque
sólo sea por un momento, y en cada vida que tengas, conocerás la
inquietud. A ti Sagitario, te daré el don de la infinita abundancia para
que puedas expandirlo y llevarlo a cada rincón donde haya oscuridad,
portando la luz hasta allí."

Y Sagitario volvió a su lugar.

"De Ti Capricornio, quiero el sudor de tu frente, para que cargues


sobre ti a los hombre y sus trabajos. No es fácil tu tarea, pues sentirás
caer sobre tus hombros toda la labor de los hombres. Por el fruto de tu
carga, pongo es tus manos el don de la responsabilidad."
Y Capricornio volvió a su lugar.

"A Ti Acuario te doy el concepto del fututo, para que a través tuyo los
hombres puedan ver otras posibilidades; tendrás el don de la
solidaridad, pero no te será permitido personalizar mi amor. Para que
puedas volver los ojos humanos en dirección a nuevas posibilidades, te
concedo el don de la libertad, de modo que libre, puedas seguir
sirviendo a la Humanidad donde quiera que ella necesite de Ti."

Y Acuario regresó a su lugar

"A Ti Piscis, doy la tarea más difícil. Te encomiendo que reúnas todas
las tristezas de los hombres y las traigas de regreso a Mí. Tus lágrimas
serán, en el fondo, mis lágrimas. Las tristezas y los padecimientos que
tendrás que asimilar son las distorsiones impuestas por los hombres a
mi idea. A ti te cabe llevar hacia ellos la compasión, para que puedan
comenzar de nuevo. Por esta labor tan ardua y difícil te doy el don más
alto de todos. Tú serás el único de mis doce hijos que me
comprenderá. Pero este don del entendimiento es sólo para ti, Piscis,
pues cuando intentes difundirlo entre los hombres, ellos no te
escucharán.

Y Piscis volvió a su lugar.

Entonces Dios habló a todos: "Cada uno de vosotros tenéis una parte de
mi idea. No debéis confundir la parte con el todo de esa idea, ni podéis
negociar vuestras partes entre vosotros. Pues cada uno de vosotros es
perfecto, pero no podréis comprender eso hasta que vosotros doce seáis
uno. Mientras tanto, el todo de mi idea será revelado a cada uno."

Y las criaturas partieron decididas a ejecutar sus trabajos de la mejor


manera, para poder recibir el don que les correspondía. Pero ninguno
entendió plenamente su tarea y cuando volvieron, confusos, Dios les
dijo: " Cada uno de vosotros cree que el don que di al otro es mejor que
el que habéis recibido. Por eso os permitiré que negociéis entres
vosotros." Y, por un momento cada criatura se sintió entusiasmada
imaginando las posibilidades de la nueva misión.
Pero Dios sonrió y dijo: "Volveréis a mi muchas veces, pidiendo ser
liberados de vuestras tareas. Y cada vez que acontezca, yo atenderé
vuestro pedido. Pasaréis a través de innumerables reencarnaciones
antes que la misión originaria sea completada, pues sólo cuando éste
terminada la misión podréis estar conmigo."

Hace 3,000 años cuando los babilonios crean los signos del zodiaco se
fijaron en la línea eclíptica. Una línea curva por donde el sol va
girando. A ambos lados de ella se localizaban las 12 constelaciones. Las
constelaciones van desde Aries a Piscis.

Ofiuco fue localizada el 17 de abril de 1,982 desde la localidad


mallorquina de Inca en España. La constelación de Ofiuco está muy
próxima de la Vía Láctea en la zona opuesta de Orión. Ofiuco es
observable durante los meses de abril a octubre en los dos hemisferios.
Ofiuco es la llamada constelación número 13 del zodíaco. En astrología
no está reconocida como el resto de las constelaciones, ya que su
límite sur se asignó al signo de Escorpio.

La constelación de Ophiuchus u Ofiuco representa al Serpentario o


portador de la serpiente, también llamado Asclepio, hijo del dios
Apolo y de la ninfa Corónide o Coronis.

Ofiuco.
En la mitología Asclepio es sacado del útero de su madre muerta en
una cesárea fatal.

Asclepio fué criado por un centauro llamado Quirón, quien le enseñó a


curar. Según cuenta la leyenda una vez Asclepio estranguló a una
serpiente, pero otra llegó arrastrándose y resucitó a la primera
administrándole una hierba medicinal. Antes de que pudiera escapar
Asclepio le arrebató la hierba.

Asclepio se convirtió en el cirujano del navío Argos que da nombre a


los argonautas, tripulación con la que Jasón busca el vellocino de oro.
Utilizó la hierba para resucitar a varios muertos ilustres como Minos,
rey de Creta. También intenta resucitar a Orión pero Hades (dios de los
muertos) se quejó a Zeus diciendo que pronto se quedaría sin nadie en
el inframundo. Zeus apoyó a Hades y mató a Asclepio lanzándo un
rayo y lo coloco entre las estrellas como la constelación Serpentario u
Ofiuco.

Todo un mensaje para la medicina: la inmortalidad y alargar la vida más y


más puede tener problemas.

Pero la astrología siempre se asoció a la ciencia, tal es así que: Durante


la Edad Media en Europa, si la enfermedad atacaba, el médico
necesitaba tener en cuenta la configuración planetaria para prescribir
un tratamiento efectivo. La preparación y administración de
medicamentos debía ser adecuadamente sincronizada para coincidir
con las configuraciones planetarias favorables, y la dosificación
adecuada dependía de factores astrológicos. También era necesario
determinar los momentos propicios para los procedimientos
quirúrgicos como la sangría. Les llamaban Médicos
Iatromatemáticos por estos cálculos.

En el siglo XII y hasta el siglo XVIII un médico ilustrado debía conocer las llamadas
artes liberales, sobre todo la astronomía y la astrología.

LAS ERAS DEL ZODIACO.

Siguiendo la máxima del Kybalion “Como es arriba es abajo” o


“Sistemas dentro de Sistemas”, si estamos girando alrededor de un
SOL CENTRAL llamado Alcyone, de la Constelación de las Pléyades,
como los egipcios y mayas consideraban, también tendremos un Ciclo
Zodiacal de 12 sectores de 2,160 años con una duración total de 25,920
años. Luego los Ciclos Zodiacales del Sistema Solar y el Sistema Solar
de Alcyone se integran en el siguiente Zodiaco:
Zodiaco Tropical-Sideral Era Actual (Piscis-Acuario)

Como vemos en la imagen del Zodiaco, el Punto Vernal (PV), me


marca el equinoccio de primavera del momento actual, desplazándose
1º cada 72 años en sentido retrógrado a lo largo del círculo de la
eclíptica.

En este caso, vemos como en el Ciclo Solar de Alcyone (círculo azul),


los Signos Zodiacales exteriores coinciden aproximadamente con las
Constelaciones Siderales. Si de hecho el 21 DE DICIEMBRE DEL
2,012, comienza la Era de Acuario, coincidiría con esta disposición. La
entrada total en la Era de Acuario se producirá el 21 de Diciembre del
Año 2012, teniendo una duración de 2,160 años, es decir hasta el 4,172
d.C.
Otros ejemplos de eras muy importantes son: La Era de Aries y la Era
de Tauro por la significación astronómica de las culturas que se
desarrollaron en ellas.

La Era de Aries, El PUNTO VERNAL retrocede en el comienzo de


ARIES SIDERAL, cerca de la constelación de las PLEYADES. Hemos
retrocedido 4,320 años en el tiempo, en el 2,300 a.C.

Zodiaco Tropical-Sideral Era de Aries-2,300 a.C.

En el año 2,300 a.C. aproximadamente, el equinoccio de primavera se


desplazó del Signo de Tauro (Apis y la Constelación Mentoe) hacia el
Signo de Aries, entrando en la era de Aries o según los egipcios Amón-
RA.
Se erigieron estatuas y templos dedicados a esta Nueva Era y a la
energía de La Conciencia Universal y Evolución que traía consigo. El
templo de Luxor es un ejemplo de ello, dedicado a Amón-RA.

Esta es la era en que la civilización egipcia alcanzo su máximo


esplendor que maravilla aún a la humanidad.

La Era de Tauro, El PUNTO VERNAL se traslada al comienzo de


TAURO SIDERAL, cerca de la constelación de ORIÓN. Hemos
retrocedido 6,480 años en el tiempo, en el 4,320 a.C. Era de Tauro, Apis
o Mentoe.

Zodiaco Tropical-Sideral Era de Tauro-4320 a.C.


Jeroglífico de la Era de Tauro, Apis o Mentoe subido en la Barca Solar.

Conforme a las evidencias escritas y arqueológicas es la era en la que


alcanzo su esplendor la cultura sumeria.

Zodiaco Tropical-Sideral Era de Leo-10900 a.C.


La Era de Leo, según algunos estudiosos tiene a la Esfinge de Gizeh
como el Marcador Equinoccial de la Era de Leo.

Entonces, si la esfinge de Gizeh tenía una forma completa de León, me


estaría marcando el equinoccio de primavera (Punto vernal PV) en la
Era de Leo, es decir hace 12,960 años, en el 10,900 a.C. Con lo cual
formulan la teoría de que la Civilización Atlante o Atlante-Egipcia,
existieron en esta época, es decir antes del diluvio, pero que fue
destruida por este evento universal, luego del cual la humanidad tuvo
que “reiniciar” sus culturas y civilizaciones.

¿Existen pruebas y argumentos que demuestren que la Antigua


Civilización Egipcia-Atlánte, Atlante, Anunnakis o como quiera
llamarse, existió en la Era de Leo? Actualmente se puede afirmar con
un rotundo sí.

Hay muchas evidencias de ello, entre los que podemos citar los textos
de las tablillas sumerias que hablan de la llegada y construcción de 5
ciudades antes del diluvio por los anunnakis, los cuales fueron
destruidos por el diluvio: Eridu (Tell Abu Shahrain), Bad-
tibira (probablemente Tell al-Madain), Larsa (Tell as-Senkereh),
Sippar (Tell Abu Habbah) y Shuruppak (Tell Fara). Los sobrevivientes de
tal cataclismo, reiniciaron la reconstrucción de estas ciudades antiguas,
conducidas por los anunnaki a quienes los sumerios no les llamaban
dioses, pero manifiestan que vivieron con ellos y fueron los primeros
gobernantes de estas ciudades-estado que reconstruyeron, estas
historias fueron recogidas por la biblia en el Génesis. Asi mismo los
textos sumerios manifiestan que uno de estos poderosos anunnaki se
fue al África donde en antaño también habían realizado trabajos de
extracción minera de oro y construido una ciudad. A este poderoso ser
lo llaman Marduk y los egipcios Amon-Ra.

En la guerra de los dioses sumerios se dice que Marduk retorno de


Egipto y Abraham fue su principal seguidor, quienes luego de
diferentes batallas originaron una conflagración nuclear en el medio
oriente que ocurrió en las postrimerías de la Era de Tauro, para
Marduk, la nueva era (Aries) era la corrección de los errores de los
dioses sumerios, una ambición lograda, una profecía cumplida. El
precio pagado, era la desolación de Sumer, la huida de sus dioses, la
población diezmada. La imprevista tormenta nuclear, el Viento
Maligno, y su rumbo parecían haber sido dirigidos por una mano
invisible que venía a confirmar lo que los dioses proclamaban: la era de
Marduk, la era del Carnero había llegado.

El ganador de esta guerra fue Marduk, que se fue a Egipto, donde


quedo perennizado este cambio de “Era”, en el Templo de Dendera
donde la lista de las constelaciones zodiacales empieza con Aries
(Carnero), mientras que las de Sumer comienzan con Taurus (Toro).
Así mismo esta perennizado en largas hileras de esfinges con cabeza de
carnero, que flanquean las avenidas procesionales que se dirigían al
templo de Karnak, cuya construcción coincide con el ascenso de
Ra/Marduk a la supremacía. También lo llamaron Amon (“El
Invisible”) por su ausencia cuando eligió a Babilonia en Mesopotamia
que fuera su ciudad eterna.

Templo de Karnak.

Por su parte los egipcios han dejado numerosas evidencias de esta


afirmación asi tenemos el Zodiaco de Dendera Horizontal, Jeroglífico
de la Era de Leo en las paredes del Templo de Dendera, donde el León
aparece en una barca solar.

Jeroglífico del León subido en la Barca Solar

El Zodiaco de Dendera circular, donde el león esta sobre una barca


solar marcando la Era de Leo en el Techo del Zodiaco de Dendera.

Signo de Leo en el Zodiaco de Déndera Circular.


El Jeroglífico de los LEONES mirando en direcciones opuestas, marca
el ZEP TEPI o “Tiempo Primordial”, que nos dice que la tierra empezó
a girar hacia el otro lado, después de la catástrofe.

Jeroglífico de ZEP-TEPI o Tiempo Primordial

En Egipto, el zodiaco era “sagrado”. Siempre que una nueva era


comenzaba, se reconstruían los templos, jardines, estatuas, esfinges,
etc., para que encuadraran con la misma. Los arquitectos paisajistas
(hijos e hijas de Ptah, arquitecto del cielo y de la tierra) tuvieron que
rediseñar todo, para que se correspondiera con los cambios radicales de
la “era de la precesión”.

Ellos eran profundamente religiosos y sentían una extrema


consideración por el zodiaco. Alrededor del año 2,100 a.C., el
equinoccio de primavera se desplazó hacia el signo de Aries. Fuentes
históricas revelan que el nombre de “Mentoe”, o Tauro, desapareció y
fue reemplazado por el Carnero de Amón. Los faraones agregaron el
nombre de Amón a sus nombres, a saber, Amenhotep, Amenophis,
Tutankhamón. En una de las salas del templo de Akh-Menor en
Karnak, la cual es parte del templo de Amón, está escrito: “Palacio de
retiro para el Alma majestuosa, Alta sala de Aries que viaja por el cielo”.
La razón por la cual los egipcios consideraban al zodiaco tan
importante, puede hallarse en la historia de Aha-Men-Ptah o Atlántida.
De diversos tabloides y textos sagrados, Albert Slosman pudo
reconstruir la era de este país. Empezó unos 26,000 años antes de la
llegada a Egipto. El primer rey es Ptah-Nou-Fi, quien escribió las
primeras “Combinaciones Matemáticas Celestiales” en rollos de cuero.
En 864 años, el Sol había pasado por doce grados del zodiaco en el
“cordón” que va de un lado al otro de la Tierra. Al signo estelar que
luego desapareció lo nombró Khi-Ath, o “Juez de los Corazones”. Él
justificó este nombre porque para decidir la diferencia entre el bien y el
mal, se pesaban los corazones de las personas en ese periodo. No
mucho tiempo después, le dio a este signo estelar el nombre de “La
Balanza” (Libra).

Con las cifras mencionadas en el párrafo anterior un estudiosos llego a


la conclusión siguiente: Un círculo mide 360 grados; doce grados es un
treintavo de esto: 360 / 12 = 30. Multiplicando 864 por 30 da como resultado
25.920. ¡Esta es la duración de un ciclo zodiacal completo! También 12 es
igual al número de signos del zodíaco. Entonces, estos números representaban
un código determinado.

Otros masones como Vicente Alcoseri por ejemplo nos dicen de las
eras: Si el Sol marca los meses al pasar por cada una de las doce grandes
divisiones de la rueda celeste, tiene también otro movimiento que señala las
grandes Eras.

En efecto, al recorrer la pista zodiacal a razón de un grado por día, en cifras


redondas (59 minutos y unos segundos de arco), no puede volver cada año al
mismo punto en el mismo instante, por esta razón, en 2,012 el Astro – Rey
entró al signo de capricornio el 21 de diciembre a las 10 hrs. 48 m. 51s.p.m.,
instante preciso del solsticio de una nueva era, Esto comprueba que el solsticio
tiene lugar cuando el Sol, aparentemente, pasa por el punto donde la eclíptica
corta al Ecuador celeste, lo cual jamás sucede a la misma hora en cada año.

Esta diferencia se debe a distintos movimientos cósmicos, que sería largo para
explicar, sin embargo, es un fenómeno que se conoce como la Precesión de los
Equinoccios. Este prolongado movimiento, mediante el cual nuestro sistema
solar se desplaza 50 segundos de arco cada año, da como resultado el Gran Año
de Platón, de 25,920 años. Este período se subdivide en 12 ciclos de 2,160 años
(tiempo que tarda el Sol para recorrer un Signo, en su movimiento retrógrado),
los cual corresponde a estas Grandes Edades: Las ERAS.

Observamos entonces, que mientras el Sol caminaba por el signo del Toro, se
cumplió la época en que las religiones tomaron como emblema este animal (el
Buey Apis, el Toro Alado, el Minotauro, etc...). Al recorrer 2,160 veces el
Zodíaco para marcar los años, el Sol ha retrogradado un poco en cada vuelta,
tal como se ha explicado antes, pues, cada 72 años pierde UN GRADO que le
hará penetrar forzosamente en el signo precedente, o sea el del Cordero. En ese
momento, Moisés descendió del Monte Sinaí para predicar que ya no era
necesario adorar el Berro de Oro (la Edad del Toro había terminado), y
comenzaba entonces la Época del sacrificio del Cordero.

Son bien conocidos todos los símbolos de la antigüedad que hacen alusión a
esta grandiosa Era. En la época del nacimiento de Jhesú de Nazaret, el Sol
entró a estar regido por la constelación de los Peces, y consecuentemente se
vieron aparecer una cierta cantidad de símbolos relacionados con este animal.

Por lo demás, los primitivos cristianos tomaban el pez como señal de


reconocimiento. Con el año 2,012, ha comenzado de nuevo uno de los grandes
ciclos en la historia de la humanidad; el Sol, al dejar el signo de los Peces entra
en la constelación del Aguador: es esta la Era Acuariana. Esta Edad de 2,000
años, aproximadamente, va a estar caracterizada por las propiedades
inherentes a este signo: fraternidad, cooperación, unión, fusión, deseo de
conocimiento.

El simbolismo propio de este signo (las dos líneas onduladas), y también va a


caracterizar la Ciencia y la Filosofía, lo Concreto y lo Abstracto, las dos
polaridades que vuelven a encontrarse en todas las cosas, y que los H:.M:.
Conocen muy bien. Finalmente, es esta la Era como cimentar nuestras dos
Columnas. La Edad del Acuario debe señalar la regeneración de nuestra
Institución, termina la separatividad de la Era de los Peces, con su fanatismo.
La Nueva Edad nos ofrece todas las posibilidades para regresar a los grandes
principios eternales.

MASONERIA Y SIGNOS ZODIACALES.

En la segunda década del siglo XVIII, en Londres cuatro logias: la del


Ganso y de la Parilla, que se reunía en una cervecería cercana al
cementerio de la Parroquia de San Pablo; la Logia de la Corona, cuyas
reuniones se efectuaban en una cervecería ubicada en el Callejón de
Parker, cerca del Callejón de Drury; la Logia del Manzano, que
funcionaba en una taberna de la calle de Charles, en Convent-Garden; y
la Logia del Ron y las Uvas, que tenía sus actividades en la taberna
ubicada en Channel-Row, en Wéstmister. Estas serían convocadas para
la formación de la Gran Logia de Londres, considerada como el hito
que da el nacimiento de la Masonería Moderna o Especulativa. Todo
parece indicar, que, hasta entonces, las prácticas masónicas eran
esencialmente de mesa, no existiendo las prácticas esotéricas como usos
doctrinarios de la Fraternidad.

A mediados del siglo XVIII, las actividades masónicas comenzaron a


semejarse a las que conocemos ahora. La práctica de la iniciación
esotérica, también parece adquirir importancia en ese periodo histórico.
En la medida que se robusteció la iniciación en la masonería, se fue
consolidando la riqueza simbólica. Esto se verá reflejado en la
ornamentación del Templo, que cobijaría todos los componentes que
dieran sentido a los contenidos propuestos.

En la masonería operativa, antes de comenzar la construcción de una


iglesia, castillo, u otros, se construía una logia, la cual, era "una pieza o
barraca que tenía múltiples usos y también era un lugar de reunión para
organizar los trabajos. Pero, en un momento determinado, esta sala o pieza se
convertía en un templo, en el que se confirmaba la socialización del oficio. Esta
transformación se conseguía dibujando previamente en el piso los símbolos o
herramientas idealizadas, transformadas en virtudes. Al término del trabajo
ritualistico, se borraban estos dibujos y el templo también dejaba de ser tal".
Esta costumbre de dibujar los símbolos en el piso, sería reemplazada,
posteriormente por una tela que tenía los símbolos necesarios para ese
efecto, y que se colocaba en el piso o se colgaba en la pared, costumbre
que prevalece en el rito inglés, donde se cuelga una tela con los
elementos simbólicos en la pared, o en el Rito de Schroeders, que
utiliza una alfombra. Tal pues, era la masonería por entonces, hasta
mediados del siglo XVIII, donde la Masonería se consolida y adquiere
una condición más institucional, con el uso de sedes definidas y
templos estables. La decoración permanente adquiere una importancia
relevante.

En esta época, se vive una etapa en que la ciencia aún no tomaba su


camino y permanece unido a las demás formas de conocimiento. En el
siglo anterior, los hombres de ciencia, aún basaban su conocimiento en
elementos que tenían otros componentes, más allá de la razón
científica, que imperaría en los siglos siguientes.

Newton, el célebre matemático, que estableció a ley de gravitación


universal y los principios fundamentales de la dinámica, prestó
especial importancia a estudios de la Biblia, que consideraba un
compendio de sabiduría revelada, y en el estudio astrológico y
alquímico, sosteniendo la teoría de que las grandes creaciones
arquitectónicas del hombre, estaban asociadas a determinadas
conjunciones astrales. De esa dedicación de Newton, surge su libro "El
Templo de Salomón", que escribió en 1,684, donde sostenía la idea de que
la Naturaleza es un Gran Templo del Gran Arquitecto del Universo, y
que el propósito de la religión verdadera es proponer a la Humanidad,
mediante la estructura de los antiguos templos, el estudio de la
estructura del mundo como el verdadero Templo de Dios.

Considerando la contemporaneidad de Newton con aquellos que


promovieron la fundación de la Gran Logia de Londres, y la
perspectiva esotérica que comenzó a primar en su estructuración,
después de las dos primeras décadas, no sería extraño que las tesis de
éste científico, sobre el carácter de la creación, sobre la influencia astral
y sobre el templo de Salomón, haya permeado fuertemente las
concepciones de quienes dieron forma y contenido a la emergente
masonería especulativa.

Si analizamos los nombres de los primeros líderes de la emergente


Gran Logia de Londres, podemos percibir lo que pensaban. George
Payne, segundo Gran Maestro, por ejemplo, era un anticuario,
profesión u oficio que, entonces, gozaba de gran reputación cultural,
pues, se trataba de personas con un vasto conocimiento, producto de la
propia naturaleza de su trabajo. Teófilo Desagulliers, quien le
reemplazará, era un hombre de formación científica en el campo de la
física, además de ser un pastor hugonote. James Anderson, además de
ser un pastor presbiteriano, era un doctor en filosofía. No estamos
hablando de personas ignorantes, ni seguidores de sectas extrañas,
sino, de hombres que estaban vinculados al conocimiento y la cultura
de su tiempo, en el siglo que vio brillar, precisamente, las luces de la
Ilustración.

¿Cuánto influyó Newton, y otros autores que trabajaron en esa época,


en los masones que concibieron la masonería especulativa?

¿Que da pie, para sostener que en el periodo de fundación y


asentamiento de la masonería moderna, el estudio zodiacal tenía un
valor, que lo hicieron necesario de incorporar en la simbología del
Templo Masónico?

Partiendo de las dimensiones del Templo de Salomón: 20 codos (Hebreos)


de ancho, 60 codos de largo y 30 codos de alto descritas en el Antiguo
Testamento y su aplicación al Templo Masónico: tres cubos sucesivos de 20
codos de arista cada uno, tenemos que:

La distancia entre columnas es de 12 codos, igual al número total de


columnas.

Una línea recta de una columna del Norte con su secuencial del Sur
intersecta a la mediatriz longitudinal del Templo en intervalos de 6
metros por vez, igual al número de columnas de cada lateral (Columna
del Norte y Columna del Sur).

La distancia total cubierta por ambos grupos de columnas es de 120


codos, 10 veces el número de columnas y casi exactamente el ángulo
que describe la línea que va del vértice de cada columna a su secuencial
opuesta: 120°57’50”, además de ser la tercera parte de los días del año
Egipcio.

El ángulo que parte de la pared posterior del Oriente, sitial del V.:M.: y
llega al punto medio de ambas caras Templo es de 36°52’12”
exactamente igual al ángulo superior del triángulo utilizado por los
constructores Egipcios para obtener el ángulo recto: el triángulo de 3,
4, 5 unidades por lado.

Los triángulos que se forman con las diagonales de 2 columnas


consecutivas opuestas son casi exactamente equiláteros, la longitud de
sus lados casi exactos con el número de columnas: 12, 11.65 y 11.65
codos y sus ángulos casi exactamente 60°: 59°2’10” y 61°55’39”.

Un análisis tridimensional descubre la siguiente información:

20
cod
os
os
cod
60

20 codos
s
do
co
.49
24

os
cod
60

Los tres cubos que componen el Templo Masónico incluyen en su


interior tres pirámides de base cuadrada con 20 codos por lado en su
base y 24,49 codos de arista cada una, medida que es casi exactamente
el múltiplo de 2 de las columnas del Templo, múltiplo de 4 de las
medidas descritas anteriormente y simbólicamente representativa de la
regla de 24 pulgadas que nos indica la buena distribución del tiempo y
el camino recto del deber Masónico. También observamos que 12 es el
número de aristas de las pirámides inscritas.

Dentro de las interpretaciones simbólicas más aceptadas está la de


considerar a las 12 Columnas como representativas de los doce signos
del Zodíaco y así en cada una de ellas, aparecerá simbólicamente cada
uno de los signos Zodiacales “enmarcando el universo” y con el objeto de
representar gráficamente la marcha aparente del sol por los espacios
cósmicos. Esto nos hace pensar, que las doce columnas (casas
zodiacales) deben estar ubicadas, seis en el lado Norte (Septentrión) y
seis en el lado Sur (Mediodía) del Templo, sin incluir, por supuesto, las
columnas J y B.

Zodíaco significa "rueda de la vida", es el marco del universo visible, y su


movimiento cíclico, unido al de los planetas y demás constelaciones,
influyen en el cambio alternativo de las estaciones y en el
mantenimiento y renovación de la vida del cosmos y del hombre. La
Masonería no desconoce la antigua ciencia de la astrología, que junto a
la alquimia estudio los misterios del cielo y de la tierra.

Un ejemplo importante y claro de la unión Templo-12 columnas-


Zodiaco lo encontramos en el templo de Dendera, Egipto.

En la fachada principal del templo se observan 2 columnas


ornamentales en el acceso y 6 columnas de soporte estructural. La sala
hipóstila se distribuye en un tramo central y 6 tramos laterales en 24
columnas con capiteles hatóricos. Su techo está decorado con motivos
astronómicos: estrellas, buitres, la diosa Nut y el Nilo dando luz al sol.
La segunda sala hipóstila conocida como la sala de aparición de la
diosa presenta almacenes de ofrendas del norte y del sur. También
podemos observar acá la sala de las nueve cosas semejantes y la capilla
del año nueve. En la terraza se encuentra la sala osiríaca y la capilla del
Año Nuevo con 12 columnas hatorianas. Aquí es donde la estatua de
Hathor se exponía a los rayos regeneradores del sol.

Algunos dicen que las doce columnas del templo representan también
a los doce meses del año y a los doce apóstoles de Jesús; pero eso es
inexacto, pues en la antigüedad, cuando ya existía la Masonería
egipcia, el año constaba de diez meses solamente; Julio César le
aumentó el mes de Julio, y Augusto César el de Agosto.

Otra opinión indica que las doce columnas simbolizan también las doce
piedras blancas con las que Moisés circunscribió el terreno sagrado al
pie del Monte Sinaí, donde se conservó el Arca de la Alianza.

Jorge Adoum, en “Las Llaves del Reino Interno” escribe: “Así como las doce
columnas de la Logia indican los doce signos del Zodiaco; dentro del cuerpo
físico se hallan doce partes, doce facultades que están influidas por aquellos
signos, y que están repartidos alrededor del Sol espiritual del hombre. El año
tiene doce meses, Jacob tuvo doce hijos, Jesús doce discípulos y el hombre como
contraparte de la ley cósmica tiene doce facultades del espíritu en él. Durante
el año el Sol Padre visita sus doce hijos, en el Zodiaco, el Sol Cristo en el
hombre también vivifica durante el año a las doce facultades, representadas por
los doce hijos de Jacob, o discípulos de Jesús....las doce columnas representan a
las doce facultades del Espíritu, colocadas en el cuerpo físico del hombre”.

Pitágoras, a partir del 12 obtiene, entre otros, los ritmos de 5 y 7


correspondientes al Hombre y el 12 y el 24 que lo relacionan con los
movimientos del sistema solar. Si el número 12 lo reducimos a dígitos
es decir, sumamos el 1 y el 2, el resultado será 3, número de gran
significado dentro de la simbología Masónica.

-El doce también se correlaciona con los doce centros espirituales por
medio de los cuales operan las doce fuerzas en el templo-cuerpo del
hombre.
- Los Doce hijos de José y las doce tribus de Israel.
- Doce los dioses principales de la mitología griega.
- Doce las piedras preciosas descritas en el apocalipsis como los
fundamentos de la ciudad celestial (la Nueva Jerusalén).
- Doce son los trabajos de Hércules.
-Doce son letras sencillas del Alfabeto Hebraico.

Lo que está actualmente en uso, en los templos masónicos, no


corresponde a normas establecidas, sino, esencialmente a la tradición
no escrita y al más venerable uso consuetudinario. Ello da pie, para que
surjan interpretaciones que niegan pertinencia al estudio simbólico de
los signos zodiacales en los grados menores.
En el Libro del Aprendiz, de Wirth, en la parte final de éste texto, se
hace una descripción de los componentes del Templo del Aprendiz,
entre los cuales, está la cadena de unión, que puede ser hecha con un
lazo, el que debe tener 12 nudos, seis en cada costado del templo, "para
corresponder así a los signos del Zodiaco". No hay más alusión ni
tratamiento más extensivo de este símbolo. En el Manual del Aprendiz
de Lavagnini (Magister), se citan los signos como componentes del
Templo del Primer Grado, también de un modo discreto, al describir el
cielo del templo, y la ubicación de la cadena de unión, que descansa
sobre los capiteles de doce columnas "distribuidas así: seis en el lado Norte
y seis en el lado Sur, simbolizando los seis signos ascendentes y los seis signos
descendentes del zodiaco" En el Libro del Compañero, de Wirth se definen
los elementos adicionales que deben incorporarse para los trabajos en
Logia de Compañeros. En ninguno de los componentes se mencionan
los signos. Lo propio ocurre con el texto de Lavagnini.

En el Libro del Maestro, no se indica nada con relación a lo que debe


contener el Templo del Maestro, sin embargo, existe una extensa
interpretación sobre los signos zodiacales, a partir del estudio del
duodenario. En el alternativo Manual del Maestro (Magister), por el
contrario, no se hace alusión a ellos.

En la práctica, hay muchos usos que nos indican en un sentido claro,


que los signos del Zodiaco son parte de la simbología que tiene alcance
en todos los grados, a partir del Primer Grado. La tradición y el uso
consuetudinario, nos indican que los 12 signos en las 12 columnas, son
elementos permanentes del Templo, y por lo tanto, parte de su diseño
constructivo y de su decoración básica. Ello porque el Templo es la
simbólica representación del Universo, y todo aquello que decorativamente
apunta a poner en evidencia esa condición, es un componente permanente.

Son transgraduales (más allá de los grados): las 12 columnas con los 12 signos
zodiacales, las dos columnas del pórtico, el pavimento mosaico, el ara, la
bóveda celestial, la cadena de unión, el Sol y la Luna, el Delta Luminoso.

Todo otro componente es parte de la circunstancia del o de los Grados.

Todos los símbolos que adornan el templo masónico, tienen un antiguo


origen, algunos de los cuales exceden los ámbitos exclusivamente
masónicos. A estos símbolos tangibles, se suman aquellos de carácter
conceptual, que no están físicamente presentes en la ornamentación del
templo, y que son parte de la docencia de cada grado: rituales,
números, toques, palabras, signos, etc. Todos los símbolos, no por
antiguos, no por su data inmemorial, dejan de tener un valor esencial
para nuestras prácticas y doctrinas. No por su antiguo origen dejan de
adquirir, cada día, una vital y nueva significación para el trabajo
cotidiano del hacer masonería. Es que, la Francmasonería reconoce la
sabiduría más allá de su condición temporal, en los elementos que son
necesarios para que el Hombre alcance una mayor comprensión de su
condición fundamental.

La contemporización es un factor necesario para que el hombre sepa


vivir en la condición propia de su tiempo. El masón, por cierto, debe
ser un hombre que vive su espacio y su tiempo, lo que requiere un
denodado esfuerzo de contemporizar, ergo, una expresión secular de
su integración y comprensión del mundo en que se desenvuelve.

Por ejemplo, si quisiéramos contemporizar, de acuerdo a los niveles de


conocimiento que el hombre del 2,000 tiene a su disposición, resultaría
absurdo que hablemos de los 4 elementos -agua, tierra, aire y fuego-,
doctrina sostenida por Empédocles, 250 años a.C., cuando la ciencia
actual considera que los elementos son más de 100. Pero, ello no
constituye una condición excluyente para saber acoger benéficamente,
el sentido simbólico del ayer.

Al estudiar el simbolismo zodiacal, desde el punto de vista masónico,


ambas alternativas -la empírica y la científica- tienen un espacio en la
especulación iniciática. Como masones, debemos buscar respuestas
más amplias, más integrales que la sola asimilación de información.
Debemos buscar una comprensión mayor del Universo del que somos
parte. Somos buscadores de la Verdad, a partir de nuestra individual
capacidad y, según una antigua máxima masónica, el mejor templo de
la Verdad es el Universo. El estudio zodiacal, es una perspectiva de
gran alcance en ese sentido.

En masonería se asocia los signos zodiacales con las DD:. Y OO:. y así
tenemos en el rito escoses:
Signos boreales.

Aries la voluntad guiada por el cerebro


Secretario

Tauro la fuerza del pensamiento silencioso


Hospitalario

Géminis la unión de la razón y la intuición


Experto

Cáncer el equilibrio entre lo material y espiritual


Maestro de Banquetes

Leo los anhelos del corazón


Primer Vigilante

Virgo la realización de las esperanzas


Guarda Templo

Signos septentrionales

Libra percepción externa equilibrada


Segundo Vigilante

Escorpión la generación de las ideas


Bibliotecario

Sagitario la facultad organizativa del espíritu


Maestro de Ceremonias

Capricornio la regeneración o el renacimiento


Tesorero

Acuario la ciencia y la verdad


Orador

Piscis la paciencia y la obediencia


Past Venerable Maestro

Y la ubicación de los signos zodiacales en el templo debe de ser:

Los Signos del Zodíaco fueron relacionados a la Masonería hace unos


250 años. La primera mención conocida dicen que fue encontrada en las
actas de una Gran Logia fechada 26 de Noviembre de 1728. Cuya
traducción libre dice: "La salud de los doce ayudantes fue propuesta
aludiendo a los doce Signos del Zodíaco". Por lo que se deduce que han
sido permanentemente parte del decorado de Templos, Salones
Masónicos y Joyas.

Por otra parte se asocia los signos zodiacales a las 12 tribus de Israel. La
más directa conexión de las Tribus de Israel con la Masonería la
encontramos relacionada con la Orden del Arco Real en la cual tienen
importancia los Banderines de las Tribus y el Joshen o Joya Pectoral del
Sumo Sacerdote que constaba de doce piedras preciosas incrustadas y
de diferentes colores que representaban a las Doce Tribus de Israel.

Los Emblemas y Signos en los Banderines están asociados a las


interpretaciones de comentaristas Bíblicos del texto de la Bendición de
Jacob a sus hijos.
Las frases latinas de algunos Banderines vienen de la Vulgata,
traducción de la Biblia, del Génesis 49.

Las primeras señales de uso de Banderines en el Arco Real la


conocemos de fines del siglo XVIII. Evidencia manuscrita se tiene de
comienzo del siglo XIX.

El uso de Escudos con los Banderines tiene su origen en la Biblia


(Números 2) que describe los detalles como las Tribus de Israel se
ubicaban en los campamentos en el desierto de Sinaí en su camino
desde Egipto a Canaán.

Los orígenes del Arco Real, no hay duda que fueron marcadamente
cristianos. Sin embargo, se produjo una conexión entre los 12 Apóstoles
con las 12 Tribus de Israel. El aforismo de San Agustín es muy
relevante: "El Nuevo Testamento se encuentra escondido en el Viejo y el Viejo
Manifiesto en el Nuevo".

Según escritos masónicos, sabemos que estos Signos fueron asociados


al Arco Real por lo menos desde 1,764. En 1,813, estos emblemas fueron
usados en la ceremonia de unificación de las dos Grandes Logias
inglesas, los Antiguos y los Modernos.

Por otra parte la práctica de la gematría en masonería, que está


vinculada a la Cábala, hace que nuestros templos reflejen
conocimientos y misterios de la astrología y los símbolos que
originalmente estuvieron también en las religiones desde tiempos
inmemoriales.

Son muchos los autores masones que hacen referencias a estos asi
tenemos por ejemplo al Dr. Jorge Adoum, en Las Llaves del Reino
Interno escribe al respecto: “Así como las doce columnas de la Logia indican
los doce signos del Zodiaco; dentro del cuerpo físico se hallan doce partes, doce
facultades que están influidas por aquellos signos, y que están repartidos
alrededor del Sol es espiritual del hombre. El año tiene doce meses, Jacob tuvo
doce hijos, Jesús doce discípulos y el hombre como contraparte de la ley
cósmica tiene doce facultades del espíritu en él. Durante el año el Sol Padre
visita sus doce hijos, en el Zodiaco, el Sol Cristo en el hombre también vivica
durante el año a las doce facultades, representadas por los doce hijos de Jacob, o
discípulos de Jesús....las doce columnas representan a las doce facultades del
Espíritu, colocadas en el cuerpo físico del hombre”.

Sin embargo a lo largo del presente, hemos visto que en el principio de


la civilización, el hombre, en su percepción más elemental e intuitiva,
observó la imponente bóveda celeste, en las sobrecogedoras noches del
tiempo inmemorial, absorto y maravillado, por lo que tenía desplegado
frente a sus ojos. Consideró que aquel firmamento tachonado de luces
titilantes debía tener un origen sobrenatural. No pudo evitar,
seguramente, asociar aquello a una idea de divinidad, y estableció
entonces formas de culto hacia los luceros y estrellas, los que identificó
con nombres de dioses. Es lo que llamamos la idolatría a los astros.

Con el paso de los siglos, comprobaron que los hechos cotidianos


podían relacionarse con aquellos cuerpos celestiales. La Luna
influenciaba las mareas, además de tener alguna coincidencia con los
periodos de fertilidad de las mujeres y hembras de diferentes especies
que comúnmente llamaban a este periodo de fertilidad como “esta en
luna”. El Sol determinaba los ciclos climáticos. Las estrellas del
firmamento permitían la orientación nocturna.

Sin embargo, a medida que fueron surgiendo mayores interrogantes


sobre lo que ocurría en el cielo, la experiencia contemplativa fue siendo
sustituida por el activo deseo de develar los misterios de la existencia
humana, entendida como un fenómeno estrechamente ligado a la
existencia del cosmos. Así, la idolatría a los astros cedió su sitio a la
astrología.

En suma el estudio de los signos zodiacales revela el conocimiento de


la astronomía del hombre, desde tiempos inmemoriales, y la precisión
de tales observaciones nos permite especular que tal vez el hombre
tuviera conocimientos que se perdieron con el diluvio u otro
cataclismo. Pero entonces surgen nuevas interrogantes ¿Quiénes
fueron? ¿Esos conocimientos son propios del hombre, o llegaron del
espacio exterior? Lo único certero que tenemos ahora, es que mucho de
ese conocimiento se guardó celosamente en las escuelas iniciáticas, en
su simbología, en las decoraciones de sus templos y como no, también
en las religiones y sus correspondientes templos.
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