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MARCO TEORICO:

La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno neurológico degenerativo y progresivo


secundario a degeneración de las neuronas dopaminérgicas de la vía nigro-estriada. Afecta a
más de 4 millones de personas alrededor del mundo y aparece generalmente entre los 50 y 65
años, con una frecuencia ligeramente mayor en hombres. (Amin & -Rodríguez Violante
Mayela, 2010)

Igualmente, diferentes autores mencionan que la EP idiopática es una


condición neurodegenerativa, caracterizada clínicamente por la presencia de
un fenotipo motor "típico" (parkinsonismo), con respuesta sostenida y
consistente a la levodopa, además de síntomas no motores que muchas veces
están presentes años o décadas antes que el fenotipo motor. (Moreno, Paula
Andrea Millán, & Omar Fredy Buriticá Henao, 2019)

Asimismo, se menciona que existen Distintos tipos de Parkinson, siendo la mas conocida el
Parkinsonismo Primario, que de hecho, es el prototipo de EP más rastreable a nivel médico. A
esta variedad de EP se la ha identificado históricamente como parálisis agitante o como EP
Idiopática. Otro tipo de EP altamente reconocido es el Parkinsonismo Secundario, también
llamado parkinsonismo sintomático, el cual suele diagnosticarse al estar vinculado con otros
trastornos o condiciones de enfermedad. Postencefálico, que es otro tipo de EP, tiende a
aparecer como consecuencia de la encefalitis letárgica, esto demuestra que la tasa de
supervivencia de las personas con esta enfermedad es actualmente muy baja. (Moreno et al.,
2010).

Posteriormente, el parkinsonismo postencefálico, se observa una amplia gama de virus


neurotropos suelen ser los responsables de la aparición y mantenimiento de este tipo de EP.
Dentro del grupo de opciones de parkinsonismo se localiza al Parkinsonismo Plus, que consiste
en un sistemático de redes neuronales (Leentjens et al., 2010), y que se ve representado por
evidenciar un cuadro clínico de atrofia sistémica múltiple, degeneración corticobasoganglionar,
daño a las células o cuerpos de Lewy, esclerosis lateral amiotrófica y parálisis supranuclear
progresiva. (Parra, 2014)

Consecuentemente, otro tipo es el Parkinsonismo Juvenil tiene dentro de sus síntomas


principales para su fase diagnostica, a los temblores, bradikinesia del descanso, rigidez postural
y muscular. Los estimativos generales que el curso de la EP es menos brusco y no tan agresivo
en sus manifestaciones conductuales en personas jóvenes. (Martínez-Martín et al., 2011), el
Parkinsonismo Iatrogénico se reconoce como un tipo de EP caracterizado por la etiología que
posee y se incluyen fármacos tales como el haloperidol, clorpromazina, antidepresivos y
fenotiazinas (Matalqah, Radaideh, Yusoff & Awaisu, 2011)

Para finalizar, el último tipo de parkinsonismo dentro de este grupo de siete variedades de EP,
es el Pseudoparkinsonismo que es identificable por una amplia gama de afecciones a nivel
extrapiramidal, por el uso directo o indirecto de sales de litio, hipotiroidismo, y temblores
esenciales benignos. (Heiberger et al., 2011)

Por ello, diferentes autores nos mencionan que para determinar el origen y las causas de la EP,
por principio, han de revisarse el historial médico, familiar y genético de la población afectada
(Ball, 2011), la precisión diagnóstica del parkinsonismo depende en gran medida de la
evaluación realizada por un médico experto en el campo de la neurología y con habilidades en
la identificación de movimientos motores anormales (Barone, 2011), para así determinar la
variante de EP que podría presentar una persona y el daño neurológico que posee hasta la
fecha. Siendo esto de suma importancia ya que el determinar el tipo de EP nos ayudara a dar
un diagnostico adecuado entender cual es el daño a la fecha y así poder tratar a la persona
padeciente de pakirson correctamentamente.

Una vez determinado el significado de la enfermedad de Pakirson, los factores propios de la EP


que impactan en la carga del cuidador son la gravedad y la duración de la enfermedad, la
discapacidad del sujeto con EP, los síntomas motores, las caídas y los síntomas no motores,
como depresión, disfunción autonómica, dolor y fatiga. (M. Rodríguez-Violante et al.,2014)

Las limitaciones del estudio incluyen el hecho de que de que la calidad de vida de los
cuidadores no fue evaluada mediante algún instrumento clínico. Se ha publicado que los
cuidadores de sujetos con EP también presentan una menor calidad de vida. (M. Rodríguez-
Violante et al.,2014)

Por ello, se menciona que existió una relación entre la calidad de vida del sujeto con EP y la
percepción de carga del cuidador. No obstante, los factores que determinan cada una de estas
parecen ser distintos, por lo que el neurólogo debe considerar estas observaciones para
mejorar la calidad de vida del paciente y reducir la cara percibida por el cuidador.

En un estudio que comparó el impacto de 29 trastornos crónicos, la EP fue la que mayor


impacto tuvo sobre la CVRS, aunque no fue la que causó más pérdida de años de vida
ajustados por calidad de vida. Al comparar la EP con otros siete trastornos crónicos , ésta
demostró inducir peor CVRS que todos los demás trastornos, excepto la lesión de la médula
espinal (función física peor que la EP) y la depresión “salud mental peor que la EP”. (B. frades-
payo, et al.,2009)

BIBLIOGRAFÍA

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Moreno, J. S., Paula Andrea Millán, & Omar Fredy Buriticá Henao. (2019).
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Martínez-Martín, P., Jeukens-Visser, M., Lyons, K. E., RodríguezBlazquez, B.


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Leentjens, A. F., Dujardin, K., Marsh, L., Richard, I. H., Starkstein, S. E., &
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https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213485314000280

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