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“…se constituye en relación dialéctica con una sociedad, un período histórico y una
cultura que la van configurando permanentemente. De este modo, la identidad
profesional depende del pasado, de donde surgen las primeras identificaciones que
dan origen a la profesión y le permiten desempeñar un papel en la sociedad y, a partir
de esa base, se va enriqueciendo y modificando, en la medida que va recibiendo
nuevas demandas sociales; teniendo acceso a nuevos roles, aumentando su caudal de
conocimientos y profundizando la reflexión sobre su propia práctica.” (Quiroz, 1999).
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Conjunto de personas que se relacionan entre sí, de acuerdo a unas determinadas reglas de organización jurídicas y
consuetudinarias, y que comparten una misma cultura o civilización en un espacio o un tiempo determinados.
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Poder y Política en el Trabajo Social
La dimensión político-ideológica del Trabajo Social del presente documento, será abordada
desde la práctica de la profesión, su relación cotidiana con la institucionalidad y las formas
de ejercer el poder según contexto social, momento político y necesidades reales de las
personas, familias y comunidades.
El Trabajo Social es, en esencia, ideológico, sus valores tienen en sí mismo un sentido ético
que se encuentra en lo simbólico, en la construcción social de sentidos e identidades, lo que
hace necesario transformar realidades. Esto permite adquirir una mirada aguda y rica frente
a los problemas sociales, de no ser así, los problemas se invisibilizan y se pierden las
particularidades, por lo cual no se puede apreciar la realidad tal como es; aquí lo político
cobra importancia, ya que la política es el instrumento para transformar esas realidades. Por
lo tanto, no hay política sin ideología y la ideología no se materializa de forma eficaz sin la
acción política.
La ideología2 es una forma de ver el mundo, lo que nos lleva a tomar una posición, ejerciendo
profesionalmente desde una postura que orienta la acción y el quehacer profesional. La
reconceptualización3 nos heredó el legado de la “búsqueda de la transformación de la
realidad”, la cual tiene una ideología clara que va orientada hacia los sectores más
desfavorecidos o vulnerables de la población.
Las Políticas Sociales, son el marco regulador político económico, con el cual los Estados
buscan hacer frente a proceso de transformaciones sociales. La política juega un rol decisivo
en la discusión de conflictos sociales, esto no deja de lado a la profesión, es más somos parte
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En ciencias sociales, una ideología es un conjunto normativo de emociones, ideas y creencias colectivas que son
compatibles entre sí y están especialmente referidas a la conducta social humana.
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caracterizada por la integración del análisis político-ideológico en la implementación de marcos conceptuales ,
proponiéndose no solo una descripción de estos, sino también una marcada intervención de los mismos, apuntándolos al
desarrollo, a la construcción de alternativas, líneas y propuestas con el fin de superar la intervención tradicional -
conservadora de tipo asistencialista paliativa, o del servicio social tecnocrático-desarrollista.
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Poder y Política en el Trabajo Social
“El ejercicio de poder implica cambiar unas acciones por otras a través de la relación
entre sujetos, para Foucault, consiste en guiar la posibilidad de conducta y poner en
orden sus efectos posibles. El poder sólo existe cuando es puesto en acción, una
acción sobre otra, ya sea en el presente o a futuro. El poder implica la manifestación
de un consenso, aunque esto no es excluyente para que se lleve a cabo. Se realiza en
los diferentes niveles de la sociedad a través de mecanismos de control, coerción y/o
vigilancia, los que sobrepasan las instituciones de la sociedad. Por estas razones, una
relación de poder existe en la medida en que haya un “otro” sobre el que se ejerza el
poder y un campo de respuestas, reacciones, resultados, etc. que respondan a dicha
relación. Podría hablarse, así, de una omnipresencia del poder, en cuanto se produce
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Es la intervención de los ciudadanos en la toma de decisiones respecto al manejo de los recursos y las acciones que tienen
un impacto en el desarrollo de sus comunidades. En este sentido, la Participación Social se concibe como un legítimo
derecho de los ciudadanos más que como una concesión de las instituciones. Para que la participación social se facilite, se
requiere de un marco legal y de mecanismos democráticos que propicien las condiciones para que las comunidades
organizadas hagan llegar su voz y sus propuestas a todos los niveles de gobierno.
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Poder y Política en el Trabajo Social
a cada instante, en todas partes, en todas las relaciones con un “otro”. (Míguez,
2000)).
“El poder puede ser dominante, entonces hay personas a ser dominadas, se produce una
relación de producción y reproducción de dominados y dominantes” (Míguez, 2000). Las
instituciones son fuentes de disciplinamiento y control, cuyo objeto es mantener a los sujetos
y sujetas sujetados al sistema.
Desde una mirada de poder, como Trabajadores Sociales nos enfrentamos a una eterna
disputa y encrucijada: “ser” v/s “deber ser”: “ser” un profesional que busca generar procesos
de objetivación de los sujetos con los cuales trabajo; “deber ser” rol profesional instituido,
donde no sólo se tiene el poder, sino que se ejercen relaciones asimétricas. Es una lucha,
cuestionamiento que se da sólo a través de una reflexión consciente en torno a lo que significa
el poder, el reconocimiento de este y el cómo decido usarlo. Esta lucha entre el “ser” y “deber
ser” se encuentra mediada por el poder: poder que se ejerce hacía “otro” que queda reducido
por el “deber ser” del marco institucional.
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Poder y Política en el Trabajo Social
Cuando se ejerce poder sobre un “otro”, debemos considerar dos elementos fundamentales:
la libertad y la autodeterminación de las personas con las cuales trabajamos o hacemos
intervención, no podemos olvidar que la libertad del “otro” es parte constitutiva de las
personas. El poder sólo puede ser ejercido sobre sujetos libres y la libertad desaparece cuando
se ejerce el poder. Como Trabajadores Sociales podemos realizar prácticas que impliquen
ejercicio de poder, a través de la ejecución de políticas sociales, las cuales nos ubican en un
ejercicio de poder desde la institucionalidad, el Estado.
La dimensión política es constitutiva del Trabajo Social, el cual no elige hacer política,
porque ya es parte de la política. El mundo humano, en el cual se desarrolla la profesión es
siempre político, trabajar con problemas sociales, es trabajar con problemas políticos,
entonces los aspectos importantes de esta dimensión son: la conciencia, el compromiso, la
crítica y la emancipación, los cuales permiten darse cuenta de la posición y postura de poder
que se ocupa. Bajar y darnos cuenta de la realidad, muchas veces triste y cruel, pero necesaria
de conocer tal cual es, nos permite involucrarnos y ser parte de ella, reflexionar sobre las
capacidades inherentes de las personas y hacer criticas frente a la injusticia, no aceptar la
realidad como ya dada e irreversible.
“Burdeau define lo político como inherente a todo acto, hecho o situación que ponga
de manifiesto la existencia de un grupo humano y relaciones de obediencia y
autoridad con el propósito de alcanzar un fin común y dice... Lo político abarca todo
lo que se refiere al poder. (citado por Velásquez, 1985)” (Lozano, 2010).
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Poder y Política en el Trabajo Social
“La dimensión política e ideológica requiere también que ocupemos los distintos
espacios institucionales como espacios estratégicos de lucha política. Requiere que
nos hagamos cargo de nuestros discursos y de nuestras prácticas, de nuestros aciertos
y errores, de nuestras verdades y falsedades, de nuestras competencias y
mediocridades. En fin, requiere que aceptemos el desafío de construir nosotros una
historia distinta y no sólo criticar o resignarnos ante la historia que otros construyen.
Esta es la maravillosa dimensión política del trabajo social. Tenemos la imperiosa
necesidad de recuperar la utopía, de aportar a la construcción de un mundo más justo
y humano” (Maritnez & Aguero, 2008).
“El trabajo social es una profesión basada en la práctica y una disciplina académica
que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social, y el fortalecimiento
y la liberación de las personas. Los 12 principios de la justicia social, los derechos
humanos, la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad son fundamentales
para el trabajo social. Respaldada por las teorías del trabajo social, las ciencias
sociales, las humanidades y los conocimientos indígenas, el trabajo social involucra
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Poder y Política en el Trabajo Social
a las personas y las estructuras para hacer frente a desafíos de la vida y aumentar el
bienestar” (FITS, 2014), nueva definición.
Mirar al otro, empatizar con sus necesidades, entender sus particularidades y respetar sus
decisiones, son lo esencia de mi trabajo actual. Mi relación a diario con realidades tan
diversas y dolorosas, me han permitido conocer de primera fuente el sentir de las personas,
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Poder y Política en el Trabajo Social
sus disgustos, desilusión y desencantos, situaciones frente a las cuales debo ser responsable
con lo que digo, hago y más aún, con lo que me comprometo. Es inevitable sentir ese impulso
de querer ayudar a todos, sin caer en reflexiones técnicas y profesionales, solo dejarte llevar
por esas ganas de ayudar, impulsos que poco a poco aprendes a controlar y manejar, ya que
no es muy sano y profesional involucrarse demasiado, ya que se pierde objetividad, no esta
de más aclarar, que nunca se es cien por ciento objetiva, ya que siempre hay subjetividad en
los procesos, los cuales siempre llevan algo de la ideología personal.
En lo personal, creo que mientras más nos mantenemos en relación con las personas y sus
territorios, encontramos la raíz y sentido de la profesión, la cual es desde y para las personas.
Esto nos permite mantenernos “aterrizados” con respecto al verdadero rol del Trabajo Social.
En este contexto, la relación “sujeto - trabajador social”, se genera, de manera inevitable, una
relación de subordinación, una relación de fuerza y poder, bajo la cual siempre esta la
capacidad de emitir un juicio, de establecer el o los problemas o la necesidad que tiene la
persona. Además, se nos entrega la facultad de decisión para determinar a quien se le entrega
el beneficio u oportunidad, lo cual queda a nuestro criterio. Esta situación nos genera poder
frente a las personas, el cual debe ser utilizado de manera eficiente, de acuerdo a los
protocolos y lineamientos, dejando de lado intereses personales en la asignación de recursos.
En este sentido, se tiene el poder para determinar prioridades, asignar beneficios, generar
redes y dar solución a problemáticas que se puedan presentar. El gran conflicto que se
presenta, es como puedo hacer para cumplir con los lineamientos institucionales y, a la vez,
desempeñar un Trabajo Social comprometido ideológicamente con una política de acción
clara y éticamente responsable. La respuesta, la descubro día a día, en el análisis y
cuestionamiento de mi trabajo y el contexto en el cual me toca desempeñarme.
El contexto actual es complejo, bajo una ideología tecnocrática mezclada con la idea
democrática, han hecho ver los problemas sociales desde una óptica técnica y despolitizada,
supuestamente. Esto se ha convertido en una característica central del modelo chileno de
gobierno, lo cual ha generado desinstitucionalización y desilusión, alejando al Estado de las
personas. En este proceso el Trabajo Social, también salió desfavorecido, ya que una
profesión eminentemente social se encuentra en la actualidad encerrada en oficinas, alejada
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Poder y Política en el Trabajo Social
Rescatar el trabajo territorial y cercano a las personas es un desafío, para poder comprender,
entender y respetar la diversidad de necesidades e intereses, las cuales se pierden en el
individualismo y egoísmo del mundo actual tecnológico y globalizado.
“Para decidir la forma de vida colectiva que queremos, incluyendo la disputa por los
símbolos, la producción de conocimientos, los recursos y los acuerdos institucionales,
debemos comprender que la vida social, es esencialmente “política”, cualquiera fuere
la participación que tengan los sujetos sociales que la integran. La Política abarca
todos los aspectos de la organización institucional, la acción pública, las prácticas y
hábitos sociales y los significados culturales en la Medida en que están
potencialmente sujetos a la evaluación y toma de decisión colectiva”. (Young, 2000)
“La única lucha que se pierde es la que se abandona” Ernesto “Che” Guevara.
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