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REALES – JURIS

CASACIÓN N° 4742 – 2017 CUSCO


En el análisis de la jurisprudencia presentada se evalúan puntos para
considerar el desalojo por ocupante precario. El problema central fue dado a
conocer por los demandantes Jorge Calderón Cevallos (82) y María Molina
Huayto (80), quienes interponen demanda contra sus hijos por ser ocupantes
precarios de su inmueble adquirido a través de una compra venta el 16 de
noviembre de 1981, que fue conferido ante un notario público y se tiene en
cuenta el testimonio de escritura del mismo, acreditando la disposición de
propietarios ubicado en la Calle Cusco N° 105 con una extensión superficial de
127.50 m 2 y cuenta con ocho habitaciones. Los demandantes exigían que sus
hijos abandonen la vivienda porque tenían intenciones de alquilarla para poder
invertir en sus necesidades básicas como la salud; sin embargo, hicieron caso
omiso. Asimismo, es preciso mencionar que los hijos negaban el acceso a sus
padres al ingreso de la vivienda y que su hija con nombre Maura Calderón
Molina realizó modificaciones de los bienes que usaba pese a que se le notificó
que no podía hacerlo, verificado por la Policía Nacional. Maura, contestando la
demanda, expresa que ocupa una de las habitaciones desde 1987, a causa de
un pago de una deuda adquirida por sus padres, y desde 1991 la que está
situada en la esquina de la Calle mencionada debido a la compra venta de su
hermano mayor Gregorio, teniendo en cuenta que los padres le transfirieron a
este de manera verbal, acorde al documento privado. La sentencia de primera
instancia emitida el 23 de noviembre de 2016 dispone que los demandantes
acrediten el título de su propiedad; sin embargo, la compraventa mencionada
anteriormente se refiere a un documento privado que no tiene valor probatorio
y, por lo tanto, no hace referencia a una parte sucesoria, puesto que debió ser
escrito y no de manera verbal, pronunciando que la demanda es fundada. Con
respecto a la segunda instancia, se anula y se declara infundada la demanda
anterior, puesto que conforme al art. 1026 del C.C., derecho de carácter
personal, debido a una excepción interpuesta por Ley, señalando que esta
facultad puede a la familia del usufructuario, acorde al art. 1028 del C.C. Es por
ello que, los demandados, al ser hijos de los demandantes, tienen derecho al
uso del predio, refiriéndose también al derecho a la herencia, desestimando la
calidad de ocupantes precarios. Es este punto que se recurre al recurso de
casación y como materia de dicho recurso es la infracción del art. 1028° del
C.C., puesto que la norma no puede ser empleada en contra del titular del bien,
asimismo, los hijos no demostraron tener necesidades en comparación con sus
padres, y haciendo mención al art. 495 del mismo cuerpo legal en el que se
estima que solo pueden beneficiarse quienes presenten necesidades en
disposición de incapaces; y el art. 139.5 de la C. alude a que la motivación de
la resolución es errónea, considerando la interpretación equivoca del art. 495
del C.C., no existiendo circunstancia de necesidad. Es así que la Sala Suprema
en su fundamentación toma en cuenta la acreditación de la propiedad de los
demandantes por Escritura N° 18 Bienio 1981-1982, así como la
desacreditación del titulo de los demandados, y en el caso de Maura el
documento privado que presentó como evidencia no es suficientemente ad
solemnitatem (para solemnidad) para probar su condición de precaria,
además, los padres encontrándose vivos no se evidencia derecho por herencia.
En esta misma línea, se establece que el derecho al uso no puede oponerse al
derecho a la reivindicación, teniendo en consideración el amparo de la dignidad
de los individuos, mismo que señala la protección de grupos específicos como
personas de la tercera edad. El hecho de que la demanda sea infundada
implica la negación del uso y disfrute de la propiedad a los demandantes,
suspendiendo a su vez los derechos fundamentales establecidos en el art. 18,
49 y 610 de la C.. Además, no es aplicable el art. 1028 del C.C. en este caso,
resaltando que los vínculos posesorios que derivan de los lazos familiares
abarcan acontecimientos de tolerancia que no calzan en los actos de posesión,
y la recuperación del predio está destinada a la manutención de los
demandantes, hecho que no es garantizado por los hijos, por lo que la
solicitación de la reposición del inmueble convierte a los demandados en
precarios. A todo esto, la Sala Suprema declaró FUNDADA el recurso de
casación, confirmando la sentencia de primera instancia.

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