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Soto y Violante Pedagogia de La Crianza Cap 5
Soto y Violante Pedagogia de La Crianza Cap 5
pleja sociedad actual a una educación pública, común y gratuita, com- cuerpo con la maestra, que puede ir del simple roce al abrazo. [...]
Los más fatigados, que han despertado muy temprano de su sueño,
partida con las familias y fundamentada desde el nacimiento,.
reposan en sus lechos con sus osos o sus muñecas, las sábanas en
Es en este sentido que intentarnos hacer visibles algunos de los
desorden, los ojos vagos, los cuerpos abandonados...
sentidos que caracterizan la tarea de educar propia del jardín maternal.
Más tarde ya están todos juntos, y se producen reencuentros, gestos,
Buscamos aportar una mirada diferenciada, que nos permitiera
enfrentamientos. ternura. Hay juguetes por todas partes; (as muñe-
profundizar en la comprensión de las prácticas educativas, desde
cas de trapo que cuelgan del techo, escondite, centro, movimiento;
sus actores, desde lo cotidiano, desde lo propio, para construir pro- soy toda ojos, rne paseo entre los chiquillos que se interponen: no
puestas tendientes a la valorización social, política y pedagógica del soy un bebé depositado, encuadrado; sino que veo. duermo, grito, me
jardín maternal. levantan [...] me miman [...] canturrean [...] un gesto, una sonrisa, el
Nos centramos en el proceso de interacción (entre familias y jar- mundo se aleja y se focaliza. Estoy allí, pero también en las piernas
dín, entre los bebés, entre los niños/as y educadoras, etc.) como eje de Estela, que trae pastelitos y j u g o de naranja... ellas (las maestras]
constructor en el jardín maternal, en el cual, tos aportes de los parecen valsear: un goípe de esponja -un pipí o una caca-, toman a
pequeños, los adultos, las familias y los diversos contextos del éste, vuelven a acostar a aquél en un rincón más tranquilo [...], jue-
ambiente se entrelazan, construyendo -en forma compartida y con- gan a reinventar la calma, la continuidad: acostada en el suelo, me
junta- una rica trama favorecedora, enriquecedora para el desarro- alcanzan Los brazos de mi maestra.
llo personal y social de los sujetos.
Al sumergirnos en dichas prácticas, se abrió un abanico de posi-
bles dimensiones a investigar. Una de ellas, la que aquí ofrecemos Otra, poéticamente cotidiana
para reflexionar acerca de La particularidad de la tarea pedagógica
propia del jardín maternal, es la dimensión ética, social, emocional, Se instalan con los más pequeños sobre las rodillas o en el hueco de
en la conformación de los niños/as en sus primeros años de vida. los brazos [...] comienzan a alimentar a esos pájaros hambrientos
Esta dimensión ética con sentido social, pensada desde una pers- que picotean, cabecean, babean, siguen el biberón o la cuchara [...],
pectiva filosófica, antropológica y social, se basa en la idea de que La comida se vuelve apéndice, líquido, sólido que se escurre, desa-
parece, burbujea, corre, desborda.
somos seres en relación, lo cual nos lleva a pensar en una pedago-
Los gritos, el júbilo- manos en el puré, biberones que se toman golo-
gía en la que la sensibilidad ocupe un lugar privilegiado.
samente, ruidos con la boca, cucharas entremezcladas - el agua y lo
sólido -azucarada, salada [...] ellas se levantan, carro en mano, los
cubiletes, los platos; esto baila, aquello suena. [...] me envuelve en su
Una imagen cotidianamente poética3
dulzura, vamos a lavarnos un poco, a quitarnos los zapatos, las dos
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Los niños comienzan a llegar [...]. Luego de una caricia, un adiós, una
mirada que se demora, el adulto se aleja. Buenos días, ojos que bri-
murmurando -los ojos, las mejillas, los brazos regordetes, los culi-
tos que lavamos-juegos que alivian, ligeras acrobacias, frotamien-
tos, risas...
tu Q
ce.
3. Estas escenas han sido tomadas de un viejo libro francés de Mozere y Aubert
(1977) quienes, en los años setenta, cuentan de una manera poética y apasionada la
experiencia de transformación de las anteriores guarderías de estructuras rígidas en
Francia, hacia espacios más vitales.
o O.o
RECIBIR, ACOGER, SOSTENER, CUIDAR, PRODIGAR, CRIAR: cooperar en el desarrollo interno de aquellos que se encuentran
LA ACCIÓN SIGNIFICANTE DEL OTRO transitando sus primeros meses y años de -vida, cuando se sientan
í I Las bases para la conformación de su personalidad, de su carácter,
Las personas se hacen personas a través de de su subjetividad.
otras personas.
Sólo un encuentro sensible con lo individual, lo particular, lo coti-
lUbuntu ungamntu ngsnye abantu!
díano y lo singular puede construir un encuentro genuino. Es en este
NELSON MÁNDELA (1997) sentido que hablarnos de ta educación que se transforma en dar, sin
esperar nada a cambio. En ese dar del maestro no sólo ofrece algo,
sino que se ofrece a sí mismo [Mélich, 2006).
La lectura de estas lindas escenas.nos remite al paisaje singular Lo que sucede es que, nos constituimos en sujetos desde un otro,
de la vida cotidiana de los jardines maternales y nos invita a reflexio- desde la presencia, la ausencia, La mirada, La palabra, la necesidad,
nar acerca de los sentidos'que adquiere la particular tarea pedagó- la fantasía de otro, desde la llamada "acción significante del otro".
gica en estas instituciones. otro, desde la gratificación o La frustración, la cercanía o la distan-
Basta poner La mirada en esas maestras tan bellamente pinta- cia, la aceptación o el rechazo, nos sostiene, nos condiciona y, a su
das, en medio de sus múltiples acciones (parecen bailar el vals... en vez, cada uno de sus actos son "portadores de un orden social que
sus desplazamientos... en sus haceres y sentires), para acercarnos contiene y determina ese vínculo" [Quiroga, 1991).
a aquellas teorías que conciben a la_ed_uc a c¡ ó n_ como donación a I Cuando un bebé de meses ingresa a una institución educativa
otro, o que desde el punto de vista ético nos permiten acceder a la como es el jardín maternal, trae consigo una serie de necesida-
humanidad, o a la educación como responsabilidad. A una enseñan- des básicas a ser satisfechas, derechos que implican una deman-
za hospitalaria, ética, como buena enseñanza? que implica un com- da de cuidado, de protección y afecto, variable que atraviesa
promiso de un ser capaz de responder a otros, desde el otro. ¿Cómo fuertemente la práctica, y resulta moviíizadora para La tarea
recibir?, ¿cómo "bienvenir"?, ¿cómo cuidar a l£s"n^jevos^(como lla- pedagógica.
maban tos griegos a los recién nacidos), a los que llegan... ¿qué Es posible que estas necesidades sean satisfechas adecuada-
mundo ofrecerles?5 mente, pero si no hay una intención clara y consciente de un otro
En Los jardines maternales estas preguntas cobran un significa- [docente) que esté disponible, que desee brindarse para la construc-
do especial, ya que se torna necesario contar con seres (educador/a ción de un vínculo afectivo, lleno de apego, sólido y confiable, desde
adulto] que sientan el deseo, que se comprometan y se ofrezcan a experiencias de íntima relación con el niño, piel a piel, cuerpo a
cuerpo, mirada a mirada, no se estará ofreciendo aquella dosis de
dependencia necesaria para el desarrollo de la confianza en sí
4. Concepto de Fenstermacher [1989], quien dice que el uso del adjetivo "buena" mismo, en pos de una creciente autonomía.
no es simplemente un sinónimo de "con éxito". Por el contrario, esta palabra tiene ¿Cuáles son, en el jardín maternal, las acciones significantes del
tanto fuerza ética como epistemológica. Preguntarse qué es buena enseñanza, en el
sentido moral, equivale a preguntarse qué acciones docentes pueden justificarse docente?
basándose en principios morales . Este concepto se retoma en el capitulo 9. donde se En principio, se torna necesario para el bebé encontrar coti-
presentan algunos principios pedagógico-didácticos para armar propuestas de
"buena crianza". dianamente en ese ambiente que empieza a serle conocido a otro
5. Para profundizar el concepto de "recién llegado" de Hannah Arendt (19931, adulto, su maestra, que decodifica e interpreta su necesidad,
véase "La crisis de la educación", donde dice algo muy sugerente: con cada naci-
miento algo singularmente nuevo entra en el mundo. devolviendo aquello depositado, transformado, a través de accio-
/
nes cuidadosas. Desde esa tarea básica de articulación y trans- facilitando u obstaculizando la relación con el mundo real de los
formación, compleja tarea de ser sostén- de niños tan pequeños, objetos, de los otros y de sí mismo. Es posible transmitir desconfian-
el docente de jardín maternal pone en juego y compromete sus za hacia el mundo, por excesiva protección o temor, por falta de con-
/ a s p e c t o s subjetivos más profundos. En su pensar, sentir, temer, tención o mediante una actitud de indiferencia.
' desear, fantasear, no sólo compromete su hacer, sino todo su e un educador/a, un adulto que se ej^cuejv^
LSCC , p re s tá n^dose^actjya mente a los requenm.iejk
CpjTt^njgc^UüÁQ-aíacíiyajriente req^JÍ^ere^a^sy^vgz, una cj_p_ac[dad j£sdel bebé Uj este estar dispon[ble_no ¡rnplica sometimiento a la
.¿e derno_ra. e¿u¿[LfijfijEÍáacaastafl^^ Esta fun- constante exigen da jteJjDeJjé. sino que apunta a la capacidad^.de_
jción de sostén, de continencia, de apoyatura externa, se va interna- ^^nTrá7'_en_e] yínculo la jorma adecuada para poner límites, Es^
lizando en el bebé. En ese proceso de construcción de su yo, a través necesaria la aceptación de cierto monto de frustración circulando ¡
de mecanismos de internalización e identificación, el bebé se va en el vínculo. El bebé ¡rá construyendo, en torno a esa contradic-
apropiando de modos de significar sus experiencias. ción impulso/Límite, un aprendizaje fundamental para su autono-!
Esto da cuenta del carácter fundante de esa función de sostén, mía, esos límites desde el amor que le permitirán la t
de esas acciones significantes del adulto, en el proceso de consti- internalización de controles, de su autocontrol y de su propio \.
tución del sujeto. Es con esas acciones, de rechazo o aceptación,
como se va otorgando calidad significativa a las experiencias de los En este sentido destacamos que la identificación con el bebé,
niños. la disponibilidad interna hacia él como sujeto merecedor de
FTéducador se transforma para el bebé, en la vida cotidiana amor, el desciframiento y la interpretación de sus necesidades a
del jardín, en el mediador entre él y la realidad, entre él y la cul- través de sus expresiones y sus gestos, la mostración de lo real,
tura, cumpliendo la función de^mgsjyac/on del mundo, y constitu- la transformación de la necesidad en satisfacción, el ofrecerse
yendo -en interacción con la familia- "el mundo" para el bebé. Es para La construcción de un vincüToafectivo de sostén, apoyatura,
que, en el inicio de la vida, el mundo se conoce a través de los contención, cuidado y acompañamiento, el nutrir de sentidos el
otros. Cuando un niño llora, ríe o protesta, la" primera significación mundo, el prodigar ternura, juego y confianza, son todas "accioO
de sus actos provendrá de un otro; los objetos del mundo son pre- nes significantes" que se transforman en tareas fundantes del<
sentados por otros, significados por otros, valorados y elegidos quehacer pedagógico cotidiano del docente de jardín maternal.--'
por otros: De modo que nombrar al bebé, abrazarlo, aferrado, sostenerlo,
acogerlo, acariciarlo, mecerlo, acunarlo, envolverlo, mirarlo en
¿Quién define el nombre de las vivencias? ¿Quién te dice a un niño silencio, cantarle bajito y cerca, cantarle lejos y firme, hablarle en
que esto es la alegría, la tristeza, el amor, la furia...? Aquellos signi- tono suave y contenedor, murmurarle, o hablarle en tono más
ficativos para él que van nominándole el conjunto de sus manifesta- fuerte y firme, limitarlo, nutrirlo, alimentarlo, higienizarlo, jugar
ciones; a su vez. no es arbitraria ni antojadiza la manera en la que
con él, son acciones de estrecha intimidad y los modos en que
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o:
estos otros significativos nominan los afectos, sino que lo hacen de
acuerdo con una ley preexistente que liga un significante compartido
éstas se llevan a cabo son condicionantes e influyen en la consti-
tución de la subjetividad de cada pequeño, imprimiendo a la tarea
< a otros significados [Karol, 1999).
de enseñanza la particularidad característica de la educación
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maternal. in
Ahora bien, esta función de mostración, de asignar sentido, de
\, de dar para crear, recrear, buscar, puede que se realice I
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U EXPERIENCIA SOCIAL Y AFECTIVA EN EL JARDÍN tan arraigado en la educación inicial como el de "egocentrismo". Se
o
MATERNAL: ¿BEBÉS DÉBILES E INDEFENSOS trata de un viejo término empleado por psiquiatras en relación con La
O FUERTES Y POTENTES? esquizofrenia, que Piaget retoma y vuelve a definir y teorizar, a partir
de sus investigaciones, para caracterizar la dificultad intelectual de
... esos que se menean con nuestros gestos, descentración en los rnás pequeños. A su vez, este concepto es pues-"~J
echando mano a cuanto hay 3 su alrededor. to en discusión tanto por Vigotsky como por Rene Zazzó y Henri I
JOAN MANUEL SERRAT Wallon. El eje de la discusión es que la_ausencia de relacióoloíglec;
.tual no implica la ausencia dajElacióiTlQclarrafecItva: la dificultad^
en el campo intelectual no supone dificultad en Eosfcampos sociales,
morales y afectivos.
La mirada, la escucha, desde, con y hacia los educadores del jar-
En el ámbito educativo se tiende a confundir el egocentrismo, en "~
dín maternal; sus prácticas cotidianas, sus múltiples, simultáneas y
el sentido intelectual del término, el de Piaget, con un egocentrismo o
exuberantes acciones sugirieron los primeros análisis del quehacer
afectivo y social que abarca la totalidad del ser, en sus primeras eta-
pedagógico cotidiano, implicando otras preguntas inquietantes: ¿a
pas de vida.
quiénes enseñar?, ¿quiénes son las niñas y los niños del jardín mater-
nal?, ¿corno son esos seres educables?, ¿quiénes son esos bebés? Pero hay que tener cuidado, pues, como dice Blanca Zazzó (1986), la
Por cierto, cuando desde esta perspectiva enfocarnos a los evolución del niño no es Un pasaje de lo no social a lo social, cuyo pro-
niños/as en sus relaciones mutuas, en sus íntimas interacciones greso se mide por la disminución del grado de egocentrismo; la evolu-
cotidianas en ese ambiente vital de estrecha convivencia de Las ción del niño, en todo caso, es una^sucesión de formas distintasde
salas, se abre un mundo de significaciones que invita a cuestionar, sociabilidad.
a sacudir ciertas miradas que atraviesan las representaciones y dis- Recientemente, investigaciones como las de Judy Dunn [1993]
cursos pedagógicos en el nivel inicial. han echado luz a esta cuestión, desde la dimensión social, moral y
Al tensionar ciertas concepciones que se encuentran entrelaza- emocional.6
das en las miradas pedagógicas de la primera infancia, se propicia En el jardín maternal y de infantes se intenta que los niños
una búsqueda de otros sentidos del ensenar y del aprender en el jar- superen esa etapa, propiciando situaciones para que compartan,
dín maternal, vinculados al desarrollo social, afectivo y moral de los fundamentalmente los juguetes, los utensilios, las actividades y
niños/as en los primeros años. En este sentido, centrarnos en las las tareas: compartir y socializarse parece ser la preocupación J
experiencias afectivas y sociales, a través de los cotidianos encuen- central en este ámbito. Claro que esta premisa está muy bien,
tros, tanto entre los mismos pequeños, como con sus maestras, nos pero no debe obturar otras posibilidades de enseñanzas éticas
permite replantearnos el concepto de egocentrismo, las concepcio- que enriquecen el desarrollo social, emocional, moral y político <
nes de la primera infancia, el papel de las emociones y el campo de del niño.
lo social en La constitución subjetiva de los primeros años. Cuando en el jardín los niños/as no comparten, se justifica dicien-
do: los niños de estas edades son "egocéntricos" y no pueden compar-
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tir, no pueden ponerse en el lugar del otro. Sin embargo, ¿no pueden?
Más allá del egocentrismo
Algunas situaciones cotidianas de interacción resultan sugeren- 6. Judy Dunn (1993) realiza sus investigaciones con pequeños, desde bebés, en el
seno de sus familias, donde se construyen los primeros vínculos afectivos, a través de 2
tes para repensar, desde la dimensión social, un término piagetiano los conflictos y situaciones de [a vida cotidiana familiar. Q
Algunas situaciones cotidianas de Las salas de bebés y dearnbu- de solidaridad y de fraternidad, a ¡nteractuar dando y recibiendo
ladores en el jardín maternal7 nos estimulan a reflexionar: como manifestación de generosidad.
También otras situaciones, en las que se comparte dolor,-triste-
Aserrín, aserrán... za o situaciones de humor, brindan la posibilidad de .enseñar la sen-
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En la sala de bebés y deambuladores Martín {que aún no tiene 1 año] U VIDA EN LAS SALAS: UNIVERSO DE SENTIMIENTOS,
intenta caminar empujando una silla por la sala. María se acerca. EMOCIONES, VALORES, NORMAS
Martín la torna del pelo y le tira,
La maestra a Martín: — ¡Ahh...no, no, no...! ¡No le tires del pelito que Lo humano es un modo de ser sensibles
le duele! (le dice suave pero firmemente).
r con el mundo.
Martín la mira y escucha. Deja de tirar el pelo y sigue empujando la
silla. JOAN-CARLES MÉUCH. Transformaciones
Maestra: —¡Bravo, bravo, Martincho! ¡Martín se va de paseo!
A través de los interrogantes planteados durante el proceso de
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En esta situación, Martín está aprendiendo que por su acción investigación, analizarnos en los registros de observaciones, en las
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no se está convirtiendo en un "niño malo" o que se está "portan- expresiones de las docentes, en la vivencia de las salas, aquello
do mal' o que hay cosas que "no se hacen" sin que le quede claro mplicito. lo que acompaña, lo que está permanentemente "detrás"
q u é y p o r qué, sino que la acción de tirar det pelo, que la maestra le las acciones cotidianas. En dicho ambiente, de estrecha intimi-
nombra, causa dolor al otro. El dolor es una emoción, un sentir dad, se da un intercambio constante, profundo, inconsciente y
espontáneo de emociones, sentimientos, valores y normas.
Las experiencias cotidianas en las salas dan cuenta de la exis- nadas con las necesidades vitales, que llevan tanto tiempo y que
I tencia de una serie de tareas que se convierten en encuentros son denominadas rutinas o hábitos diarios, se diferencian de las
[^privilegiados para la provisión de cuidado, protección y confianza. llamadas actividades pedagógicas.9
r$e trata de espacios de intima vinculación del adulto con el Estos momentos inevitables se alternan con otros momentos;
^niño/a: momentos de higiene, de alimentación, de sueño, situa- totalmente espontáneos, ocasionales e inesperados que ocurren
ciones vinculadas a costumbres, a significaciones sociales, que constantemente en la vida en las salas. Resulta interesante obser-
varían según las culturas y sectores sociales. Dichos espacios var esta particularidad que se da en las salas de maternal, donde
implican aprendizajes implícitos y conforman un telón de fondo lo cotidiano se configura entre lo "inevitable", repetido, rutinario
del escenario cotidiano. Al tratarse de acciones que atraviesan en [cambiado de pañales, alimentación, descanso, etc.) y lo "ocasio-
forma espontánea e inconsciente las relaciones entre las perso- nal", lo inesperado, lo que "aparece". 10 Resulta que en medio de
nas, se tornan invisibles, transversales y no parecen ser conside- este constante interjuego diario, se enseña y se aprende mucho
radas como enseñanza sistemática e intencional. Sin embargo, más de lo que se piensa. Ahora bien, ¿qué implicancia pedagógica
tienen una significación importantísima en estos primeros años en tienen estos espacios vitales desde esta dimensión?, ¿qué se ense-
ña?, ¿qué se aprende?
los que el niño/a se está conformando como persona.
Los niños/as están aprendiendo cotidianamente a organizar y
significar sus experiencias, sensaciones, percepciones,.emocio-
nes y pensamientos a través de las experiencias vinculares y Abriendo puertas para ir a enseñar
esto es, no cualquier acción, sino la basada en el vínculo entre deseo miramos (a mano vemos que tiene los dientes marcados).
La maestra lo alza, lo consuela, va a ponerle agua en [a manilo mien-
y razón: la decisión pedagógica.
tras [e habla dulcemente. Cuando regresa del baño, con Pancho cal-
En este sentido, a través del concepto de oportunidad procura-
mado, mira a Rocío, que se quedó sentada en la alfombra y le dice:
mos analizar esa constante orientación ética, con sentido social, en
—¡Estoy tan enojada, tan enojada!! [enfatuando con el tono de voz)
la que está inmersa la tarea educativa cotidiana en el jardín mater- Ahora le das un besito al amigo, porque antes le diste un mordiscón
nal, vinculada al desarrollo de los niños/as. y le dolió...
Habíamos partido de la premisa del valor que tiene el jardín Rocío (seria) le da un beso a Pancho y se queda sentada pensando.
maternal al aportar a los niños un nuevo ambiente vital de conviven- Pancho ya no llora.
cia, rico en encuentros y desencuentros, en interacciones cara a La maestra [a Rocío): —Vení, vamos a lavarte las manos para comer.
cara. Allí, en forma conjunta y complementaría con la tarea de crian- La acompaña al baño y la ayuda a lavarse.
za de las familias, se promueve la construcción de normas, reglas y
pautas de comportamiento social y moral entre las personas y el Yo comparto, el comparte, nosotras compartimos...
mundo: "lo que está permitido o no hacer", "lo que se debe y no se
debe hacer ", "lo deseable y lo no deseable", "lo bueno o lo malo", En la sala, tres nenes: Mícky (1 año, 10 meses). Tin (1 año. 10 meses),
"lo que está bien, lo que está mal" o sea, la construcción de valores, Valentina (1 año, 11 meses] están jugando con autitos y telas, escon-
así como la construcción de los llamados "hábitos" cotidianos, vin- diéndolos. Mora [1 año y medio) duerme.
culados estrechamente a modos de crianza familiares y culturales La maestra ha estado observando el juego y. después de un rato, los
invita a sentarse en el suelo. Los ubica separados y les propone
de la higiene, la alimentación, el descanso, etc...
tirarse los autos unos a otros. Les va diciendo a quién y ellos lo
¿Qué puedo hacer en este mundo, qué no puedo?, ¿qué debo
hacen.
hacer?, ¿cómo soy cuando hago o dejo de hacer algo?, ¿para quién
Maestra: —Y ahora se lo va a tirar Tin a Micky, que está ansiosa...
soy? Cuándo hago algo que "no está bien", ¿me siguen consideran-
Tin le tira el auto a la maestra. La maestra se lo tira a Micky: —Tenes
do "querible", merecedor de amor? que sentarte acá para jugar... —y la ubica.
\\ Dos situaciones en las salas, una ocasional y otra intencional, Maestra: —Micky le tira ése a Tin... (lo hace]... y yo le tiro a Micky...
invitan a pensar en esas oportunidades de enseñanza: La maestra tira y el auto sigue de largo... — ¡Ohhh.J ¿Tin. a quién le
vas a tirar? —Tin mira.
"Eso no se hace, eso no se dice, eso no se toca" Maestra: —¿A quién...? ¡bueno tíralo!
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< Tin tira.
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LU La maestra de la sala de bebés y deambuladores está cambiando los Maestra: —¡A Micky le tirooo!
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pañales a Martín. Mientras tanto están cerca los otros pequeños que Maestra: —Valentina ¿a quién vas a tirarle?
juegan con juguetes en la alfombra. Valentina: —A Tin...
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•J Rocío (1 año,10 meses] ha buscado un teléfono de juguete y lo trae a Valentina le tira el auto a Tin...
Q-
-1 la alfombra, al lado de Pancho (1 año, 10 mesesl, que está sentado
Estas situaciones, tanto de juego compartido, que la maestra Maestra: —Ah, bueno, ya estoy guardando todo...! —dice, mirando a
aprovecha para complejizar, así como la espontánea, ocasional Rocío, y continúa.
Cuando terminan, la maestra invita a los niños: —¿Vamos a pasear
(como en el caso de Rocío que muerde y ta acción de la maestra),
en tren? —Y canta "Suena la campana sale el tren...". Mientras, va
muestran el máximo aprovechamiento en las interacciones cotidia-
armando un tren con las sillas. Rocío corre a armar el tren con ella.
nas entre los bebés y de cada uno con la educadora, como oportuni-
dades que se convierten en momentos privilegiados para la
Enseñar a cooperar, ayudar a ordenar, se transformó también
enseñanza de valores, emociones, sentimientos: compartir, respetar
en una oportunidad para enseñar a colaborar en el cuidado del
al otro, solidarizarse con el otro, ayudar, tener La posibilidad de
otro. La maestra le pide a Rocío que no golpee, pues se va a des-
reparación, sentimiento de confianza, reconocimiento mutuo, dolor,
pertar Ayelén que está dormida. Enseñar a cuidar el sueño del
bronca, enojo, reciprocidad, responsabilidad.
otro, su bienestar, es más importante que resaltar La acción en
La maestra se enoja y lo expresa, expresa su emoción, compro-
forma negativa. Enseñar la responsabilidad de sus actos, la conse-
metiendo todo su ser, luego el malhumor pasa y el día continúa. Un cuencia de sus acciones, apunta a prodigar una cuota de sensibili-
mensaje de lo genuino, lo sincero, se transmite a través de la auten- dad hacia los otros.
ticidad de un enojo, que no significa ni una descarga de rabia contra Enseñar a ordenar, a guardar, no es tarea fácil con niños/as tan
la pequeña, ni una actitud artificial fabricada. chiquitos. La educadora lo hace invitando, pidiendo ayuda, mostran-
El conflicto es aprovechado en toda su potencialidad de enseñan- do un orden (clasificación de los juguetes en sus respectivas cajas),
za y de aprendizaje, no sólo para intentar resolverlo, sino, y sobre nombrándolo mientras Lo hace. Las situaciones cotidianas de con-
.todo, para ayudar a la construcción de sentimientos y valores ten- flicto, de confrontación, de juego, son oportunidades para promover
'•; dientes al autoconocimiento y el conocimiento y reconocimiento de aprendizajes valiosos de valores, normas, sentimientos y actitudes.
los otros: ¿Quién soy yo?, ¿corno soy?, ¿qué me pasa?, ¿qué le pasa A su vez, es interesante tener en cuenta que, si bien ciertos aspec-
| a los otros con mis acciones? tos de la obediencia aumentan entre los 18 y los 30 meses, también
Analicemos otras situaciones: aumenta la desobediencia argumentativa.
Han terminado de jugar, la maestra va invitando a los niños a guar- En la sala de 2 años, Juan (20 meses) está parado con las piernas
dar los juguetes en ías cajas mientras las nombra: la caja de "los entreabiertas, apoya las manos en el suelo y mira por entre las pier-
peluches", la de "la casita", la de los autos"... al mismo tiempo que nas. Se mantiene así unos segundos, vuelve a Levantarse y repite la
tos va guardando. operación.
Como sonidos de fondo, se escuchan los golpes que Rocío provoca Se acerca Mora [22 meses) y le da un empujón sobre fa espalda, en
con una botella de plástico sobre la mesa, haciendo mucho ruido. el momento en que Juan tiene apoyadas las manos en el suelo. Juan
Maestra: — ¡Ro, se va a despertar Ayelén! (Ayeíén duerme en la cuna se cae y se pone a llorar.
en un sector de la sala). Rocío la mira, ta escucha y deja de golpear. La maestra ha visto la escena, se acerca, se agacha frente a Mora, la
Maestra: —Ah... Yo voy a guardar —sigue guardando algunas cosas mira, la toma del brazo. Mora, sin mirarla, intenta dar unos pasos
Ul
en.las cajas... —¿Quién me ayuda? —María recoge algunas cosas. hacia otro lado.
•J. Martín se acerca y mira, Maestra: —No, no, Mora, mira como llora Juan, ¿quién lo ha tirado?
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. Rocío ¡en tono enojado): —¡No, no, no! (acentuando con su dedo). Mora baja la mirada e intenta irse... La maestra la retiene y le dice:
—Vamos a ver, Morita, vamos a ver qué le pasa a Juan. Decile: ¡Juan, Maestra: —Después de guardar tomamos agua. Micky va a guardar
ya venimos...! [levanta un muñeco).
Juan sigue tendido en eí suelo llorando. La maestra, con Mora de la Maestra: —¿Dónde está el conejo? ¡Vamos a buscarlo! Acá —dice
mano, se acerca, se sienta en el suelo (a su lado] y dándole una pal- mientras acomoda [os peluches, entre los que hay un conejo.
madita en la espalda le dice; —Juan, ¿te ha asustado Mora? ¡Ay, Ay, Valentina se lo da... ,