Está en la página 1de 3

3.

- El conocimiento de Dios según la Iglesia


1.- La Santa Madre Iglesia, nuestra madre, mantiene y enseña que:
a.- Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza mediante la luz
natural de la razón humana a partir de las cosas creadas; el documento constitución
dogmática Dei Verbum numeral 6, nos dice mediante la revelación divina quiso Dios
manifestarse a Sí mismo y los eternos secretos de su voluntad acerca de la salvación de los
hombres, "para comunicarles los bienes divinos, que superan totalmente la comprensión
de la inteligencia humana".
Confiesa el Santo Concilio "que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido
con seguridad por la luz natural de la razón humana, partiendo de las criaturas"; pero
enseña que hay que atribuir a Su revelación "el que todo lo divino que por su naturaleza
no sea inaccesible a la razón humana lo pueden conocer todos fácilmente, con certeza y
sin error alguno, incluso en la condición presente del género humano.
b.- Sin esta capacidad, el hombre no podría acoger la revelación de Dios.
Esta revelación sobrenatural, conforme a la fe de la Iglesia universal declarada por el
sagrado concilio de Trento, «está contenida en libros escritos y en tradiciones no escritas,
que fueron recibidos por los apóstoles de la boca del mismo Cristo, o que, transmitidos
como de mano en mano desde los apóstoles bajo el dictado del Espíritu Santo, han llegado
hasta nosotros.
c.- El hombre tiene esta capacidad porque ha sido creado "a imagen de Dios Gn. 1:26
El documento Dei Verbum numeral 2, Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a Sí mismo y
dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, por medio de
Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes
(Esposa o esposo) de la naturaleza divina. En consecuencia, por esta revelación, Dios
invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos,
para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía. Este plan de la
revelación se realiza con hechos y palabras intrínsecamente conexos entre sí, de forma
que las obras realizadas por Dios en la historia de la salvación manifiestan y confirman la
doctrina y los hechos significados por las palabras, y las palabras, por su parte, proclaman
las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas. Pero la verdad íntima acerca de Dios
y acerca de la salvación humana se nos manifiesta por la revelación en Cristo, que es a un
tiempo mediador y plenitud de toda la revelación 
Sin embargo, que nuestra madre, mantiene y enseña
2.- las condiciones históricas en que se encuentra, el hombre experimenta muchas
dificultades para conocer a Dios con la sola luz de su razón.
“A pesar de que la razón humana, sencillamente hablando, pueda verdaderamente por
sus fuerzas y su luz naturales, llegar a un conocimiento verdadero y cierto de un Dios
personal, que protege y gobierna el mundo por su providencia, así como de una ley
natural puesta por el Creador en nuestras almas, sin embargo, hay muchos obstáculos que
impiden a esta misma razón usar eficazmente y con fruto su poder natural.
3.- Porque, a.- las verdades que se refieren a Dios y a los hombres sobrepasan
absolutamente el orden de las cosas sensibles, y b.-cuando deben traducirse en actos y
proyectarse en la vida exigen que el hombre se entregue y renuncie a sí mismo. c.-El
espíritu humano, para adquirir semejantes verdades, padece dificultad por parte de los
sentidos y de la imaginación, d.- así como de los malos deseos nacidos del pecado original.
4.- De ahí procede que en semejantes materias los hombres se persuadan de que son
falsas, o al menos dudosas, las cosas que no quisieran que fuesen verdaderas”
CARTA ENCÍCLICA, HUMANI GENERIS, DEL SUMO PONTÍFICE PÍO XII
SOBRE LAS FALSAS OPINIONES CONTRA LOS FUNDAMENTOS DE LA DOCTRINA CATÓLICA
Las disensiones y errores del género humano en cuestiones religiosas y morales han sido
siempre fuente y causa de intenso dolor para todas las personas de buena voluntad, y
principalmente para los hijos fieles y sinceros de la Iglesia; pero en especial lo son hoy,
cuando vemos combatidos aun los principios mismos de la civilización cristiana. Hablando
doctrina falsa.

En las materias de la teología, algunos pretenden disminuir lo más posible el significado de


los dogmas y librar el dogma mismo de la manera de hablar tradicional ya en la Iglesia y
de los conceptos filosóficos usados por los doctores católicos, a fin de volver, en la
exposición de la doctrina católica, a las expresiones empleadas por las Sagradas Escrituras
y por los Santos Padres. Así esperan que el dogma, despojado de los elementos que
llaman extrínsecos a la revelación divina, se pueda coordinar fructuosamente con las
opiniones dogmáticas de los que se hallan separados de la Iglesia, para que así se llegue
poco a poco a la mutua asimilación entre el dogma católico y las opiniones de los
disidentes.

Por lo dicho es evidente que estas tendencias no sólo conducen al llamado relativismo
dogmático, sino que ya de hecho lo contienen, pues el desprecio de la doctrina tradicional
y de su terminología favorecen demasiado a ese relativismo y lo fomentan. Nadie ignora
que los términos empleados, así en la enseñanza de la teología como por el mismo
Magisterio de la Iglesia, para expresar tales conceptos, pueden ser perfeccionados y
precisados.

Por esto

4.-El hombre necesita ser iluminado por la revelación de Dios, no solamente

a.- acerca de lo que supera su entendimiento, sino


b.-también sobre "las verdades religiosas y morales que de suyo no son inaccesibles a la
razón.

5.- a fin de que puedan ser, en el estado actual del género humano, conocidas de todos
sin dificultad, con una certeza firme y sin mezcla de error.

El documento Dei Verbum numeral 6

Las verdades reveladas

Mediante la revelación divina quiso Dios manifestarse a Sí mismo y los eternos decretos de
su voluntad acerca de la salvación de los hombres, "para comunicarles los bienes divinos,
que superan totalmente la comprensión de la inteligencia humana".

Confiesa el Santo Concilio "que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido
con seguridad por la luz natural de la razón humana, partiendo de las criaturas"; pero
enseña que hay que atribuir a Su revelación "el que todo lo divino que por su naturaleza
no sea inaccesible a la razón humana lo pueden conocer todos fácilmente, con certeza y
sin error alguno, incluso en la condición presente del género humano.

También podría gustarte