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ISBN: 978-9942-36-808-9
Agradecimiento:
Sociedad de Egresados del Mejía “SEM”,
Directorio 2014 – 2016,
Presidencia del Lic. Diego Alexis Portilla Hernández
Dirección: Av. Maldonado S1-87 y Rocafuerte,
Quito, Ecuador
http://semejia.com/web/
Imágenes:
Portada exterior:
Busto de José Mejía Lequerica, del Hall del Edificio Central del Instituto Nacional Mejía.
Fotografía: Juan Carlos Erazo Ballesteros, 2 de diciembre de 2015
Edición: Juan Carlos Erazo Ballesteros, 7 de abril de 2018
Primera página:
Fotografía: Juan Carlos Erazo Ballesteros, 2 de diciembre de 2015
Edición: Juan Carlos Erazo Ballesteros, 7 de abril de 2018
Portada interior:
Adorno tomado de la Revista Vida Intelectual II, Órgano del Instituto Nacional Mejía del 19 de marzo de 1914
Edición: Ing. Héctor Javier Caicedo Montoya
Todos los derechos quedan reservados. Ningún texto o imagen parte de este libro puede ser reproducido o transmitido
en formato o medio alguno sin el permiso escrito del autor.
CONTENIDO
Agradecimientos
Introducción
Prólogo
En general, el camino recorrido no fue nada fácil para concretar este libro. Es una pena y
un fracaso nacional enorme que una gran cantidad de personas en nuestro país, no sean partidarias
de una formación intelectual y cultural elevada. Y a ello se suma que se ha vuelto una tarea común
el conformarse con sacar títulos académicos sin tener un respaldo intelectual y práctico que los
justifique. Peor aún un respaldo cultural. También cada vez es más frecuente que los jóvenes en sus
conversaciones escritas hagan “gala” de malas escritura, ortografía y sintaxis junto a una pobreza de
argumentos; que los vuelve, a pasos agigantados, en individuos sin criterio, sin razonamiento y sin
vida. Esas falencias están haciendo metástasis incluso en el lenguaje hablado. Por motivos laborales y
académicos, cuando viví fuera del país, me llenaba de orgullo y de mucha pena a la vez, el constatar
como mis compañeros o amigos extranjeros (alemanes, polacos, estadounidenses o rusos), escribían
con dos o seis meses de clases de castellano, frases bien estructuradas y con casi cero errores
ortográficos (los errores existentes eran los admisibles, en el aprendizaje de una nueva lengua). No
creo que ellos sean superiores por decreto divino, astrológico, regional, racial o económico; más
bien creo y evidencié, que son muy exigentes con su autoformación, no se conforman con poco y se
sienten desafiados con las adversidades. Cosas que al parecer algunos de mis compatriotas las tienen
“apagadas” o las “olvidaron” en algún lado…
Este poco esfuerzo para desarrollarse en todas las áreas de la vida, junto a un conformismo
y un facilismo espantosos, hacen que nuestra sociedad se muera de a poco, a la vista y paciencia
de mucha gente. Ese último grupo humano es totalmente consciente de todo esto, lo propician y
le sacan provecho, para mantener el stato quo. Así tenemos todos los ingredientes para formar y
perpetrar una sociedad donde imperen la viveza, el abuso, la corrupción, la vagancia, la impunidad,
la violencia…
Y así, para darnos cuenta de la envergadura de este gigantesco problema (para otros “mega
genios” es un “pequeño problemita” o “no existe”) en la búsqueda de apoyos económicos, logísticos,
técnicos y humanos para la realización de este proyecto; me encontré con más de uno de los hijos
de esta “sociedad de los vivos” donde la formación cultural no merece espacio, donde escucharon y
vieron el alcance de este propuesta y de labios para afuera dijeron que sí, pero después no volvieron
a aparecer. Jamás contestaron llamadas telefónicas, correos electrónicos, recados enviados… desde
ahí ya se aclaró su profunda formación cultural y humana de la mano de sus “grandiosos” cartones
académicos. Más de uno sabe (¿o debe saber?) que por educación o cortesía, se debe contestar o
devolver un acto comunicativo de cualquier ser humano. O haber dicho no cortésmente desde el
inicio. Es imperante el ser educado y franco en una sociedad. Por lo menos eso…
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Sin embargo, hay muy buenas noticias: Cerca de cuatro años duros, con vientos a favor,
pequeños pero fuertes contra una gran cantidad de hechos malos y engañosos, dan como resultado
esta obra que espero sinceramente sea el inicio de debates, difusión, reorganización y crecimiento
personal para cada ecuatoriano… y para cada ser humano. No es solo un libro de un mejía para
otros “Mejías”… es la publicación de un humilde ser humano que ha experimentado ardientemente
en carne propia la frase maravillosa Per aspera ad astra y que la quiere compartir con el mundo, como
nos la obsequiaron brillantes docentes y personas en las instalaciones del “Coloso de la Vargas”.
Dentro de esta larga y victoriosa labor, no puedo dejar de dar las gracias sin lugar a dudas, a
todos los que realmente se jugaron “hasta las últimas consecuencias” por este proyecto:
A Susana Ballesteros y Raúl Erazo, María Fernanda Cáceres, Diego Portilla, Fausto Cayambe
(+), Javier Caicedo, Patricio Jara, Isabel Robalino, Hugo Ortiz, Guillermo Del Hierro, Mónica
Salazar, Darwin Portilla, Fabián Sánchez, Alfredo Lucero, Cecilia Sánchez, Lorena Goestchel,
Ana Goestchel, Guillermo Meza, Iván Ruiz, René Pozo, Rubén Román, Berenice Guayasamín,
Alejandra Adoum, Frank Vargas, Vicente Toscano, Byron Almeida, Gustavo Mena, Manuel
Montalvo, Edgar Romero, Eugenio Áuz, Efraín López, los hermanos Mario y Fernando Ingavélez,
Germán Ati, Bladimir Cando, Álex Guijarro, David Chumaña, los hermanos Fernando y Miller
Guevara, Marcelo Peñaherrera, Juan Tupiza, Jaime Muñoz (+), Miguel Jiménez, Marco Proaño,
Antonio Cilio, Patricio Robalino, Luis Aguirre, Edwing Guerrero, Alina Rubio (+), Edgar Caicedo,
Medardo Caisabanda, Hugo Ruales, Jaime Almeida, Virgilio Tejada, Giovanny Rojas y Fausto
Gortaire. Cuarteto vocal femenino polaco BeFour, a los integrantes de la Banda de Guerra y Grupo
de Bastoneras del Instituto Nacional Mejía en 2015 y a la Sociedad de Egresados del Mejía en sus
Directivas 2012 – 2016, 2016 – 2019 y 2019 – 2021.
He querido ser justo y agradecido, con todos los que apoyaron con esta obra. Si por ahí se
me pasa alguien, espero me sepa disculpar. Finalmente a todos los tengo profundamente guardados
en mi mente y corazón para siempre.
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INTRODUCCIÓN
Un cálido día, la apacible ciudad de Quito, permite el desarrollo de la clase del segundo grado
de una escuela pública. Ahí se encuentra la profesora María Tipán. En el aula se respira entre sonrisas
y trabajo, dos de las actividades más hermosas a las que se puede abocar el ser humano: la enseñanza
y el aprendizaje. María no es una profesora común. Dentro de sus cualidades, recuerdo plenamente
su amor por las causas sociales, su gran entrega por los alumnos y su fuerte voz. Ella defendía con
alma, corazón y vida su apostolado educativo. Como buena discípula de una exigente formación
académica, debía poseer modelos internos y externos, de gran proyección y autodisciplina notables.
Es muy seguro entonces que uno de sus modelos externos, era el general Eloy Alfaro Delgado,
hombre insigne de la más grandiosa revolución social que ha tenido el Ecuador. Manifestaba una
devoción intensa con un cuadro del mencionado militar, al cual lo cuidaba con mucho esmero y lo
tenía colgado en la pared, junto a los símbolos patrios que nuestras escuelas poseían en sus aulas.
Además, cada vez que lo limpiaba o acomodaba, no se cansaba de contarnos las hazañas del insigne
manabita. Una de las frases textuales que aún retumban en mi cabeza son: “Gracias a Alfaro las
mujeres tenemos educación”, “Gracias a Alfaro yo llegué a ser maestra”… Todos los wawas que
compartíamos esos momentos nos quedábamos estáticos y muy atentos con cada palabra que la
maestra pronunciaba. Su rostro se llenaba de vida, de valor. Sus ojos reflejaban la convicción de que
don Eloy, había calado muy en el fondo de su corazón. Yo lo percibí así muchas veces. Esa pasión
era evidentemente real; no falsa, no actuada, no conveniente al momento. Y en ese momento, sin
que yo haya estudiado o conocido a los otros presidentes de nuestra patria, yo ya había identificado
y hasta admirado indirectamente al “Viejo luchador”, considerándolo entonces el eje de nuestra
actual sociedad. Es evidente que María jamás vivió en la misma época de la Revolución Liberal, pero
poseía ese don de viajar en el tiempo y de sentir a pleno pulmón, uno de los momentos históricos
más radicales de nuestra historia.
¡Qué hermoso es ver a las personas que viven de lo que predican y creen! ¡Ellas son las
honestas y más alegres del mundo! ¡María era así! Esa dicha la demostró una vez más cuando
cierto día, en plena clase, llegó su hijo después de haber pasado la prueba de ingreso a un centro
de educación secundaria. El hijo de María poseía un uniforme bastante original, llamativo que yo
jamás había visto en mi vida. Tenía un pantalón y medias negras, un par de zapatos bien lustrados,
camisa blanca bien planchada, corbata negra y una chompa color caqui verdosa, con un sello
vistoso donde relucía la palabra “MEJÍA”. La emoción de la maestra traspasaba toda el aula, ella
no podía controlar el cúmulo de sensaciones que le atravesaban. Nuestra reacción de sorpresa y
desconocimiento por toda esta escena, la llevó a contarnos que el mencionado centro educativo, era
el reconocido y amado INSTITUTO NACIONAL “MEJÍA”, obra educativa insigne creada por
el general Eloy Alfaro. Para ella, el mejor ejemplo que condensa la vida y el pensamiento de ese
brillante presidente, se refleja en esta noble institución.
La curiosidad entró en mí, con la misma o mayor velocidad con la que el oxígeno es absorbido
por el cuerpo. Y a esta experiencia se juntó una inspiración que dotaba de energía y vitalidad… Una
verdadera sensación renovadora. Estas sensaciones habían hecho lo suyo, se habían instalado en mí
para no dejarme jamás. En aquellos años infantiles, mis prioridades académicas y sociales fueron
completamente normales y no lograron hacerme olvidar esa experiencia privilegiada, de conocer a
profundidad a los defensores de las causas sociales, en sus representantes más ilustres: Alfaro y el
Instituto Nacional Mejía.
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Se me van de la memoria la cantidad de veces que me enteré sobre estos dos representantes:
libros, artículos, reportajes y hasta un desfile, en la conocida Avenida de los Shyris en Quito, fueron
los argumentos que iban llenando mi ser de emociones indescriptibles, de gran intensidad. Llegaba
mi juventud y para esos momentos el Mejía estaba pronto a alcanzar cien años de existencia. ¡Eso es
mucho tiempo! Una etapa que está llena de innumerables experiencias, conquistas, luchas y el paso
de muchísimos seres humanos; todos por un fin educativo superior y práctico en nuestra sociedad.
Al tener yo la oportunidad de ingresar como estudiante a este Instituto y ahí vivir en carne propia
todo o casi todo lo que conlleva formar parte del más renombrado centro de formación laica del
Ecuador, empecé a entender plenamente a María Tipán y al mismo Alfaro… sería el inicio a un
camino dichoso y sin fin por el Mejía y lo que esté cercano a él.
Este libro es parte de ese sendero: una búsqueda intensa, ardua, de todo lo que conlleva
el proceso liberal en la educación de nuestro país, con su más importante exponente, Eloy Alfaro;
e ineludiblemente su mayor logro educativo: el Mejía. Si bien, se ha hablado y escrito mucho
sobre estos puntos, aún quedan muchas dudas e incógnitas sobre los mismos. Se ha generado un
importante interés por Alfaro, pero por el Instituto Mejía se ha desarrollado una constante pasión
irrefrenable, desde su fundación hasta la actualidad, que sobrepasa los límites de lo comprensible.
Todos los que queremos a nuestro Instituto, sabemos que hay muchas cosas suyas que nos llenan
de un sincero y gran orgullo. Y sin embargo hay más y mucho más, detrás de todos estos hechos.
Tanto así, que harían falta grandes cantidades de hojas de papel, para recopilar las áreas en las que
el Mejía se ha destacado, repetidas y sonadas veces.
En este trabajo, me he esmerado con toda la pasión y profesionalismo investigativo, para
dar a conocer de manera muy concisa, el proceso formativo que se ha desarrollado dentro del
mencionado centro educativo, con influencia directa a nuestro país. También navegaremos por
detalles poco conocidos, del origen en sí mismo de este Instituto, para entender lo mayor posible,
las motivaciones y circunstancias que se sucedieron para el nacimiento del mismo. Posteriormente
comparto un resumen puntual del amplio e importante desarrollo que se dio en este Plantel,
específicamente con las artes de las Letras y la Música, disciplinas que son de vital importancia
tanto para una mejora cognitiva del estudiantado, como para un desarrollo socio cultural del mismo
y de la sociedad nuestra en general. El resto de capítulos (en sí todos) que en su esencia serán
desconocidos, novedosos y emotivos; se los dejo al lector para que los deguste a su ritmo. De ello
nace la acción de no anticipar nada de los contenidos de los mismos, para generar en todos, una
agradable sorpresa, en cada palabra, frase o imagen que en ellos estén presentes. Mi escritura será
técnica, clara, veraz y amena; no pienso hacer esta información un secreto místico e indescifrable,
designado para círculos selectos de intelectualidad. Ante ello evoco las palabras que Nietzsche decía:
“La sencillez y la naturalidad son el supremo y último fin de la cultura”.
Acercarnos a la profundidad de las cosas, nos hace conocer el núcleo vital de las mismas.
Repetir frases, historias, argumentos, gritos y cuatro o cinco hechos y/o personajes (muchos de
ellos sin una justificación clara o veracidad) en torno a este plantel, no me parecen adecuados ni
definitivos, sobre todo por tener una increíble historia real del Mejía, de donde “sacar pecho”.
Así, una retórica fantástica y romántica, no será el único argumento de nuestra identidad. Tantas
personas se identifican con el Mejía, pero aún desconocen mucho de su esencia y su vida. Más aún,
esta información es de vital importancia para la existencia del Instituto, de los ideales liberales y de
la sociedad ecuatoriana en sí.
Emerson decía: “Una institución es la expansión de la sombra de un hombre”. Considero
que esa sombra es el legado mismo que acompaña y es consecuencia de una intensa luz. Esto más
claro y expuesto está en el Mejía: una vigorosa sombra, originada de un gran resplandor formativo,
que ha luchado por lo que hizo y quiso hacer Alfaro. Como veremos, la convicción de los mejías
ha sido llegar muy alto con la misión encomendada por el “Viejo Luchador”. Y lo han logrado
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innumerables veces.
Tiempos diferentes son los que vivimos, y las nuevas juventudes están constantemente
bombardeadas de una sociedad sin profundidad, sin identidad y sin futuro. No podemos caer en
ese astuto juego globalizado, donde lo importante sea la máscara antes que la esencia. Fructífera
meta será luchar con todas nuestras fuerzas para que el Mejía siga siendo esencia, ejemplo y vigoroso
bastión. Este derrotero involucra no solo a los que estamos en relación directa con este Instituto
sino a todo el Ecuador. La historia y existencia de este país está indiscutiblemente involucrada a esta
noble obra de Alfaro.
Iniciemos pues juntos esta aventura de descubrir y redescubrir los caminos del “Patrón
Mejía”; disfrutemos de la felicidad, en la que yo me he encauzado hace largo tiempo. Es algo que a
ciencia cierta, nos va a motivar por siempre en todos los aspectos de nuestra vida.
SAPERE AUDE
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PRÓLOGO
El Mejía significa para mí, el vivir el día a día. Al haber tenido la oportunidad de nacer a dos cuadras
de las instalaciones del Instituto, pude ver muchas cosas durante mi crecimiento, sobre todo relativas a
las injusticias sociales y a las actividades políticas, que incluso llegaron a mi hogar. Esto, me desarrolló la
consciencia social y el trabajar tempranamente, en lo que sea necesario. También la norma en mi hogar fue
la autoformación, ser autodidacta y autosuficiente económicamente para mi crecimiento.
También el Mejía es el compartir, el socializar con la gente, transmitir todo lo que uno vivió en las
aulas. No pueden faltar los sentimientos de lucha permanente por una mejor vida, porque la sociedad, con
sus políticas, no ha cambiado. Si bien es cierto hay varias mejoras, todavía hay mucho por hacer.
Eloy Alfaro nos brindó el liberalismo, y un justo homenaje se le rinde a esta gran obra ideal, incluyendo
al “Viejo Luchador”, indiscutiblemente en su primer Instituto laico y sus símbolos.
Hay muchas cosas que la gente no conoce, sobre todo en lo que concierne a la revolución educativa en
el Ecuador, pero sobre todo en el Mejía, plantel educativo ícono en estos ámbitos. Esta es una de las razones
para que este haya formado a grandes personajes de nuestra nación: ministros, presidentes, docentes, artistas,
deportistas, etc. Estos a su vez han dejado su legado formativo, incrementando la demanda de enseñanza para
este centro educativo.
El Mejía ha tenido muchos representantes en el área de literatura, con un gran auge, que han hecho
aportes increíbles hacia el Ecuador. Recuerdo figuras como Raúl Pérez Torres, Gonzalo Escudero Moscoso,
Jorge Icaza, entre otros.
Al hablar del Segundo Himno Nacional del Ecuador, nos referimos a la Vasija de barro. Un gran
aporte de cuatro mejías para la letra de esta canción, con un fondo musical que representa a un pueblo
oprimido, de sentimientos contraídos en el diario vivir. Lamentablemente la gente no conoce lo que viene
detrás de una canción y quienes van aportando para pulirla.
En el Mejía también se habla sobre la Música. Los compositores e intérpretes que ha tenido el
Instituto es bastante amplia, lastimosamente los trabajos de muchos quedan en el aire. La gama de hechos
sociales, que ahí se han vivido, ha permitido generar espacios de creación, para promover la cultura.
En lo largo de la historia, han nacido varios himnos y temas musicales, que representan el sentir de
un estudiante, el de una figura como fue Mejía o los logros de una institución. La cultura del “Patrón” es
grandiosa. Es emocionante volver a dar luz a estos temas.
Por todo lo expuesto anteriormente, la Sociedad de Egresados del Mejía, en sus años de trayectoria,
siempre ha difundido los conocimientos adquiridos en las aulas del Instituto Nacional Mejía. Siguiendo esta
valiosa práctica, el Directorio 2012 - 2016 de la mencionada Sociedad, presenta esta pequeña obra, de autoría
del Lic. Juan Erazo, como un aporte individual y colectivo al Ecuador y al mundo, de la cual nos sentimos
orgullosos. Al plasmar y reconocer este importante legado, que nos han dejado tantas figuras, que pasaron
por este centro educativo emblemático, buscamos que la historia no sea olvidada y sumar positivamente en
el aspecto educativo, para un desarrollo próspero del Ecuador.
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CAPÍTULO I
El tiempo no tiene otra opción. Se desarrolla, se mueve a sí mismo a cada instante. Siempre.
Y eso lo hace con el privilegio de ser testigo, en primera fila, de la existencia. En ese escenario infinito
que es el universo, aparece el hombre; con su diario vivir, sus múltiples deseos, sueños, angustias...
Dentro de todo hay una escena que constantemente se repite: El hombre en una solitaria noche,
alza su mirada al cielo… al infinito, con sentimientos diversos y encontrados. Ahí se pregunta qué
más hay aparte de lo conocido. Es en la búsqueda de respuestas que seguramente usará su memoria
con la que evocará leyendas, relatos, consejos… que le dicen, le sugieren que las estrellas son objetos
de gran presencia relacionados a los dioses. Ellas nos miran, nos juzgan y hasta nos envidian. Y muy
ciertamente ellas conozcan la solución a las dudas que desvelan a diario al hombre. Sin embargo, las
respuestas no están tan fácilmente cercanas, aparte del evidente trecho que separa a la humanidad
de los astros luminosos; existe otra distancia más grande e incuantificable; de una madurez mental
y espiritual considerables. Meta más que loable será entonces el llegar a cubrir ese camino. No
hacerlo equivaldría a estar muerto en vida. Es apreciable también, otra constante en esta escena: una
oportunidad disfrazada de varias formas, con la que el ser humano pueda encontrar el camino a esas
soluciones y llegar así a los astros y también, por qué no, colocarse junto a ellos teniendo inclusive
luz propia; tan radiante y visible por toda la humanidad.
Es probable que estos pensamientos pasaran por la mente de un joven manabita lleno de
energía, valor y serio compromiso con su desarrollo personal y humano. Él tuvo todo lo necesario
para vislumbrar la trascendencia de estar vivo en la sociedad y así llegar hacia las estrellas. Ese espíritu
inquieto con el que siempre nace cada hombre rebelde y visionario, lo llevó por varios derroteros
los cuales estaban destinados a prepararlo para un sacudón de grandes proporciones. Eloy Alfaro,
nuestro joven, ya tuvo la arriesgada empresa de enfrentarse cara a cara con un tigre en su tierra natal.
Con astucia y arrojo logró salir bien librado del inminente peligro al lanzarle a ese felino, una manta
en el rostro. La presa sorprendió definitivamente al atacante y este último huyó como bien pudo.
Esa prueba, con un estilo cercano a la iniciación de la vida en la sociedad espartana, denotaba la gran
envergadura del futuro personaje que se estaba gestando.
Eloy fue un chico “normal” como los demás. Entendiéndose en ese término al ser humano
que está al día con sus necesidades, sus expectativas y sueños. Y a estos darles solución, darles
vida. Eloy nació un 25 de junio de 1842 en Montecristi, provincia de Manabí (Ecuador). Vivió su
infancia y juventud con el ardor motivante necesario, para adquirir madurez y compromiso con sus
proyectos. Apoyaría mucho a esto, el ambiente donde tuvo su formación intelectual y académica.
Su padre don Manuel Alfaro, de origen español, aspiraba que sus hijos se preparen, que estudien.
Su agitada vida política y militar lo había hecho consciente de la necesidad de una buena educación
para el desarrollo de una sociedad justa. Manuel fue un valiente militar nacido en la Rioja (España),
donde llegó a ser capitán en los campos de batalla. Este arrojo y herencia guerrera las transmitió
indiscutiblemente a sus hijos; las trajo en su sangre como una pertenencia más. Manuel deseaba estar
muy cerca y seguro de la calidad en la formación académica y humana de sus hijos. Y resultaba poco
probable, sino imposible, enviarlos a los centros educativos más sonados de Quito o Guayaquil,
tanto por la distancia como por la educación de corte racionalista, dogmático y con pedagogía escasa
para la época. A esos inconvenientes se sumaba que Montecristi en ese entonces, sufría mucho del
olvido de los gobiernos de turno en varios aspectos, sobre todo el educativo. Por ello Manuel Alfaro
decide traer un profesor particular desde Europa, de “segunda enseñanza”, para sus hijos.
Así, Eloy adquiere su formación académica general a la par que se relaciona en la actividad
comercial de su padre. El entorno de su ciudad natal le nutre sobre la realidad de desigualdad de
oportunidades en la sociedad, lo que forma su pensamiento y doctrina ideológica para toda la vida.
La influencia también evidente y radiante, como una brillante primavera, fue la que le transmitió su
madre. Así lo refleja el escritor Francisco Huerta Montalvo:
¡Cómo había resonado en el alma infantil del niño Eloy Alfaro esa queja de Doña Natividad Delgado, que
en su natal Montecristi se lamentaba de no haber tenido la dicha de conocer al Libertador cuando rodeada
de sus hijos les relataba anécdotas hazañosas de su marido y de Simón Bolívar! (Huerta, 1990, p. 14)
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También se dieron varias reformas dentro de las dos constituciones emitidas en sus mandatos,
concediendo mayor intervención y apoyo por parte de Estado a la educación primaria, secundaria y
universitaria. No faltó la concesión de becas, donde inclusive salió beneficiada la educación católica,
evidencia contundente del respeto a la libertad de culto y pensamiento, característica radical del
Laicismo.
De izquierda a derecha: 1. Los jefes del Partido Liberal Radical Ecuatoriano en 1912. Constan: en el centro superior el Gral. Eloy
Alfaro; desde la izquierda en sentido anti horario: Gral. Medardo Alfaro, Gral. Manuel Serrano, coronel Belisario Torres, Gral.
Pedro Montero, Gral. Luciano Corral, Gral. Ulpiano Páez y Gral. Flavio Alfaro. Cortesía del Ministerio de Cultura y Patrimonio
del Ecuador. 2. Fotografía que corresponde al Gral. Alfaro en 1896. Cortesía del Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador.
¿Más indicadores de que don Eloy disfrutaba de una buena educación y la quería compartir?
Podemos analizar entonces algo más íntimo y personal de su vida como son sus cartas, sus escritos,
su letra. Ellas reflejan la profundidad de su formación a la par de su humanidad sin parangón.
Ante esto no son correctas, pero sí llenas de desprecio y falta de criterio, las aseveraciones que
hace el escritor Wilfrido Loor, conservador y católico convencido, que escribe sobre Alfaro en los
siguientes términos:
Es indiscutible que Eloy Alfaro era ignorante y difícilmente puede concederse que haya terminado
la primaria. En cambio de esta deficiencia en la instrucción, tenía gran sentido práctico e inteligencia
clara adquirida en los viajes y en el ambiente mercantil de su pueblo… La lectura de ciertas obras y el
ambiente de la época le habían llevado a una concepción estoica de la vida y a manejar la pluma con
relativa facilidad en cartas o comunicaciones confidenciales. Sin enredarse en teorías acertaba enseguida
con la solución de problemas difíciles en momentos que personas mucho más instruidas que él estaban
a ciegas y no sabían qué rumbo tomar. (Loor, 1947, p. 19)
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Por lo acotado veraz y favorablemente, antes de la cita de Loor, don Eloy Alfaro tuvo una
muy buena formación, acorde a su entorno, posibilidades económicas y creencias ideológicas. Hay
muchas obras escritas, con profunda investigación que avalan esto. Invito a los lectores a indagar en
ellas. Estoy seguro que para el escritor Loor, el ideal de sus aspiraciones, hubiese sido que Alfaro
haya estudiado en un centro educativo religioso, que proceda de una familia de “abolengo”, ser
católico y de familia católica, “saber” de memoria miles de hojas de conocimientos, con un resultado
mecánico del conocimiento. Sus palabras quedan en eso… palabras… Las obras de Alfaro y su vida
preclara brillan con luz propia, para el bienestar del Ecuador.
La lucha inclaudicable por una sociedad más culta, justa y desarrollada por parte del don Eloy
no solo se limitó al Ecuador; en su proyecto liberal se vislumbraba reconstruir la Gran Colombia
y además, su apoyo estuvo siempre listo para las naciones donde el germen libertario y progresista
estuviese naciendo. Se involucró de manera ideológica y física, con variados recursos, para la
consecución de una Latinoamérica de primer mundo, atenta a honrar y defender los derechos del
hombre. Por ello fueron los reconocimientos dentro y fuera de nuestro país, plenos de cariño y
admiración por su incansable lucha. Como uno de tantos ejemplos, en Caracas, en un editorial del
periódico El Diablo del 9 de agosto de 1890 se asegura dentro de varios y profundos párrafos que
“Alfaro representa las esperanzas de la gran mayoría que quiere entrar en la vida civilizada y á la cual
él ha servido de conductor hace muchos años”.
El Gral. José María Urbina fue un presidente de corte nacionalista y liberal, que introdujo
cambios en el Ecuador, como la Manumisión de los esclavos y la Primera expulsión de los jesuitas. Su
período presidencial fue de 1852 a 1856. Por lo visto en la historia, este colegio funcionó de manera
irregular en sus inicios a pesar de la disposición legal de su creación, tanto por el presidente como
por la Asamblea de ese entonces. Pasaron 31 años para que realmente funcione. Lamentablemente
este noble centro de estudios en la práctica, solo existía en el papel. El diario ecuatoriano La Hora
publica al respecto, el 17 de mayo de 2012:
Parece una paradoja pero es la realidad pura. El legendario y tradicional plantel educativo de la capital
provincial (Portoviejo, Manabí), estuvo vivo a través de Decreto Ejecutivo del presidente José María Urbina,
pero sus puertas se abrieron 31 años después mediante otro decreto, esta vez del General Eloy Alfaro…
Al hacer una recopilación histórica de este plantel en esos 31 años, se palpa que sorteó gran
cantidad de dificultades estructurales, carencia de “mallas curriculares” y abandono estatal; de ahí la
idea de re fundarlo.
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De izquierda a derecha: 1. Caricatura agresiva en contra del Gral. Eloy Alfaro Delgado, de sus colaboradores y del Liberalismo; en
el año de 1908. Cortesía del Archivo Histórico del Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador. 2. Caricatura en honor al Gral.
Eloy Alfaro Delgado del 9 de agosto de 1890, publicada en el periódico El Diablo de Caracas. Imagen tomada del libro Homenaje
a Eloy Alfaro en el Centenario de su visita a Venezuela (1990); retoque digital: Javier Caicedo.
Esta (re)fundación alfarista se dio el 21 de octubre de 1883, dentro de una “división” del país,
si cabe el término. Es un gobierno aislado, con la Jefatura Suprema de Alfaro (Dictadura militar), el
que gobernaba a Manabí y Esmeraldas. No al Ecuador en su totalidad. Por ello con esta información
es necesario rectificar algunos errores históricos. Se convierte en un desacierto el decir que fue el
primer plantel nacional laico, el Olmedo manabita. Al no existir más que en el papel, y con todas las
dificultades y carencias expuestas, su existencia física como tal (por consiguiente el término laico),
se restringe a una utopía; se tardó mucho para concretar su funcionamiento. A eso sumamos el
hecho de que varios religiosos dictaron cátedra, y fueron autoridades de ese plantel, con el conocido
proceso dogmático – académico - católico ya muy tradicional de esa época, a parte de la evidente
materia obligatoria de religión. Añadimos que el Laicismo como ley vigente, ingresa al Ecuador en
la constitución liberal el 14 de enero 1897, en una primera parte; y se afianza completamente en la
segunda constitución de este tipo, el 23 de diciembre de 1906. La formación laica “romántica” en
los albores del Olmedo (no hay evidencia de que haya sido impartida) no debió durar mucho, quizás
un par de años como mucho. Al asumir la dirección del centro educativo el obispo Schumacher,
la formación en general se fundamenta en el catolicismo, amparándose en la ley educativa religiosa
vigente. Luego el dar calificativos al Olmedo de “Nacional” y del “Ecuador”, caen por su propio
peso. ¿Son naciones Manabí y/o Esmeraldas? Para finalizar, cabe mencionar que ese plantel no fue
un sueño creativo de Alfaro ni de sus compañeros liberales, solo fue el renacer de un trabajo hecho
por Urbina. Estas aclaraciones son con el afán de ser justos con la historia y sus actores.
El primer colegio laico es sin lugar a dudas el Colegio Bolívar, de Tulcán. Y la primera
institución laica del Ecuador recae en el Instituto Normal Mejía (enfatizando que fue fundado por la
Asamblea Nacional el 1º de junio de 1897 y el ejecútese de Eloy Alfaro fue el 11 de junio de 1897;
el 11 de noviembre 1897 fueron inauguradas formalmente las clases presenciales). Se constituye
entonces un centro de formación primaria, secundaria, normalista mixto, con varias extensiones
dentro del campo de investigación científica, correspondientes a nivel universitario. En cuestión de
pocos meses se lo denomina Instituto Nacional Mejía, debido a esa envergadura académica que iba
a realizar. El ser solamente “normal” le restringía solo la enseñanza para docentes. De ahí que para
esta formación tan importante y específica, aparecen las escuelas normales Manuela Cañizares y
Juan Montalvo, ya mencionadas anteriormente.
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¿Por qué al Mejía se lo bautizó como “Instituto” y no como “Colegio”? Según el
Diccionario de la Real Academia de la Lengua, el término Instituto se refiere a un “Centro
científico y cultural” y “Organismo oficial que se ocupa de un servicio concreto”, conceptos
que definen claramente a las aspiraciones que estaban planteadas para el Mejía. Y también
este libro define a Colegio como “Establecimiento de enseñanza para niños y jóvenes de uno
u otro sexo”. Viene del latín Collegium, de colligere que significa “reunir”. Es decir, la función
de un colegio, si bien es importante, es más enfocada a grupos o sectores estudiantiles, con
una definida, limitada y básica actividad académica. Adicional el mencionado diccionario nos
indica que Institutor viene del latín Institütor, y que significa “el que instituye”, es decir el
que “norma o dictamina”. Debido a este normar o dictaminar el Mejía adquiere con el paso
de los años el apelativo de “Patrón”, pues es el ente educativo que traza el camino a seguir en
la educación ecuatoriana. Cabe mencionar que a Institütor se le aplican también términos de
“profesor, pedagogo y/o maestro”.
El alcance del proyecto que se tenía para el Mejía, deja entrever aspiraciones majestuosas,
para cambiar definitivamente el problema educativo que se acarreaba en el Ecuador desde la
época colonial. No está muy lejos constatar que las actividades que debían allí realizarse, están
a la altura de un nivel universitario y hasta un poco más. En el Capítulo II, podemos hacer
un análisis bastante completo de los hechos que confirman el por qué el Mejía cumplió con
esa misión de “Patrón”, y así, transformarse en parte fundamental de la Historia educativa del
Ecuador, con inclusive alcance internacional.
De izquierda a derecha, parte de la familia Alfaro: 1. Manuel Alfaro, año desconocido. 2. Eloy Alfaro, a los 22 años. 3. Natividad
Delgado, año desconocido. Imágenes tomadas del Álbum Alfaro (1934).
28
1.3 La Heráldica en el Mejía
Habíamos mencionado que Alfaro proporcionó becas. Pues estas comenzaron a dar frutos
maravillosos. La mayoría de los becados, regresaba a Ecuador, con una gran formación profesional
y un convencimiento de la ideología laica, basada en los mismísimos Derechos del Hombre de la
Revolución Francesa (he ahí los versos: … “los sagrados Derechos del Hombre, te iluminan con su
resplandor”… compuestos por Alejandro Carrión, para el Himno del Instituto Nacional Mejía).
Uno de estos honrosos estudiantes fue Antonio Salgado, verdadero devoto en el arte y
la educación. Adquirió un compromiso profesional férreo y patriótico para sus conciudadanos y
su persona; algo que siempre estuvo presente en el trayecto de su vida. Este gran maestro, vino
presumiblemente al mundo en Quito en 1895; no hay registro de la fecha exacta. Su formación
inicial, la realizó en la desaparecida Escuela de Bellas Artes. Por su dedicación y excelencia académica
recibe una beca alfarista, para perfeccionarse en Escultura, en la ciudad de Roma (Italia). De regreso
al país, para compartir su amplio conocimiento y talento ingresa como docente de Dibujo en el
Instituto Nacional Mejía en 1924. Duró en sus funciones de maestro en este Plantel hasta 1934
aproximadamente. Lastimosamente no se ha encontrado su fecha y lugar de fallecimiento.
Volviendo al Instituto Mejía, Antonio dicta también con gusto cursos nocturnos de Extensión
Secundaria en 1924, para artesanos y estudiantes. Muchos de sus pupilos demuestran gran talento y
aprovechamiento, por lo que se les beca en sus estudios. Las materias que él impartió fueron Dibujo
aplicado, Pintura decorativa y Plástica. Estos cursos fueron diseñados, con varias más materias
y docentes “en el afán de hacer partícipe a la clase obrera de los beneficios de la instrucción”
(Guerrero, 1982, p. 92). En esa oportunidad asisten 22 alumnos. Luego imparte cátedra de Dibujo,
Pintura y Modelado en 1925. Y en 1926: Dibujo, Modelado y Pintura Decorativa. Los trabajos de
estos cursos fueron expuestos anualmente, generando una gran impresión. Salgado puso especial
atención a los artesanos de las construcciones y albañilería, realizando para ellos cursos de trabajos
manuales específicos, con resultados eficientísimos, por los años 30.
Antonio además fue invitado a colaborar con su saber, en diversas publicaciones del
Instituto Mejía, publicaciones particulares de compañeros docentes o artistas del medio; todas estas
actividades las realizó con mucha prolijidad y calidad profesional.
[…] regresó de Roma con un concepto clásico de su arte, pero no académico. Modelador fuerte, sus
obras revelan dominio de la técnica, y la corrección de sus figuras es admirable. Se dedicó también a
la cerámica y lo hizo muy bien. (Navarro, 1945, p. 246)
29
Arriba, de izquierda a derecha: 1. Conjunto escultórico de La Insidia (También conocida como “La pileta de las focas”), en el año
de su inauguración, 1922, en el interior del Parque 24 de Mayo (Actualmente Parque El Ejido). Obra de Antonio Salgado. Cortesía
del Archivo Histórico del Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador. 2. La misma obra en su penúltima ubicación en 1971:
La intersección de las Avenidas 10 de agosto y Patria. Fotógrafo desconocido. 3. 4. 5. 6. 7. y 8. Fotografías de diversos ángulos de
La Insidia en la actualidad, entre las Avenidas 12 de Octubre y Patria, en Quito. Fotografías de Juan Carlos Erazo Ballesteros, del
19 de noviembre del 2015.
30
Firme modelado, exactos ritmos escultóricos, sensualidad y fuerza del desnudo femenino, de matriz
neoclásica pero animado por un realismo grávido de vida es lo que se aprecia en la más conocida de sus
esculturas públicas; La insidia: la mujer sedente que aferra con su mano derecha y aparta de sí con el
brazo tenso a la serpiente, a la que contempla con gesto ensimismado. (Rodríguez, 2006, p. 589)
La escultura (La Insidia) de corte academicista representa a una figura femenina de torso desnudo que
sostiene con repudio una serpiente entre sus manos, aludiendo posiblemente al pasaje bíblico del Génesis,
en el que Eva es tentada por el demonio en forma de ese reptil. (Jaramillo, 2010, p. 1)
Quito, Julio 11 de 1934 - Profesor Don Antonio Salgado. Cumplo con el deber de llevar a conocimiento
de usted que la Junta Administrativa de este Instituto, en sesión del día de ayer, resolvió presentar a
usted un voto de aplauso por la fecunda labor desarrollada, durante el año lectivo que termina, en la
cátedra de Dibujo. Muestra elocuente de tal labor ha constituido la exposición de trabajos realizada, en
forma que da realce y prestigio al Plantel, con ocasión de los exámenes finales. Dígnese aceptar, con esta
oportunidad, el testimonio de mi personal congratulación. Soy de usted obsecuente servidor, Gregorio
Ormaza – Secretario. (Boletín el Instituto Nacional Mejía, año 2º, primera serie, julio - agosto de 1934,
números 17-18, pág. 472)
Sus logros artísticos fueron muy reconocidos. Los premios a este trabajo no tardaron en
aparecer:
• Segundo premio del Salón Mariano Aguilera 1 en Escultura, de 1922 – 1923 con la obra
Cabeza de niño. El jurado fue Juan Pawel, Timoleón Flores Ch. y Cristóbal de Gangotena
y Jijón.
________________________________________________
1. Este premio fue creado por el Dr. Mariano Aguilera, quiteño y abogado de los Tribunales de Justica de la Republica. Desde 1869
hasta 1893 fue miembro del I. Concejo Cantonal de Quito, habiendo ocupado en diversas ocasiones la Presidencia. También fue
Jefe Político del Cantón, en cuyo ejercicio destinó sus sueldos para mejoramiento de la Casa Municipal y de su propia oficina.
Como demostración de afecto a Quito, el Dr. Aguilera legó, por testamento, su casa a la Municipalidad para que, con los intereses
de la venta de ese inmueble, se otorgará, anualmente, tres premios para igual número de alumnos, que obtuvieran los primeros
lugares, en concursos promovidos en la Escuela de Bellas Artes. Así nació la Exposición “Mariano Aguilera”, cuyo primer evento
tuvo lugar el año de 1917, luego de que el I. Concejo discutiera con mucha dedicación y aprobara la Ordenanza relativa al
certamen y al discernimiento de premios. A lo largo de los 65 años transcurridos hasta ahora, las normas del evento han sufrido
diversas modificaciones. Inicialmente los premios se destinaron a los concursos de pintura, escultura y arquitectura. Después,
se eliminó arquitectura y se incorporaron las “artes menores”, entre los cuales se catalogó a la Acuarela, Dibujo, Caricatura.
Actualmente, el concurso abarca exclusivamente a Pintura y Escultura. En dos períodos un tanto prolongados se suspendió el
certamen por razones tan singulares como la de que la casa donada no se pudo arrendar o que los arrendamientos no produjeron
cantidad suficiente para otorgar los premios. De todos modos, es curioso recordar que los primeros años se repartieron premios
por el valor de 108,97 sucres; 217,94 o 326,91 o 548 y hasta 822 sucres, que fue la suma máxima en 1924. En 1926 se avalúo
la casa en 38 908,40 sucres y luego se la vendió, para que los intereses financien los premios. Ciertamente nunca y hasta ahora,
fueron significativos los estímulos económicos, pero, en cambio, la participación de los artistas en cada concurso fue cada vez no
solo más numerosa sino también de mayor calidad. Con el transcurso del tiempo, la Mariano Aguilera se convirtió en el evento
más importante de la plástica ecuatoriana y resultó, definitivamente, el consagratorio de nuestros mejores artistas. Tras un receso
de ocho años, entre 1948 y 1955, la Mariano Aguilera fue restablecida con extraordinario éxito en 1956 y continuó con alta
jerarquía hasta 1965. Según las renovadas normas del certamen, en ese período, los artistas participantes tenían representación en
los Jurados. Hubo otro receso entre los años 1966 y 1976 y, desde entonces, la exposición se ha mantenido ininterrumpidamente,
recobrando su prestigio y jerarquía. En 1982, los jurados fueron exigentes y declararon desiertos los premios. Estimaron que no
había la calidad suficiente en las obras presentadas. Los premios pecunarios que ahora se establecen como aporte del Cabildo al
desarrollo de las artes, han ido incrementándose de 5 a 10, 15, 25 y 50 mil sucres. Actualmente el premio a la trayectoria es de
20000 dólares americanos.
31
La Revolución Liberal y Eloy Alfaro dieron esa oportunidad de desarrollo y crecimiento
profesional a Antonio. En consecuencia sería la gratitud, virtud importante, la motivación para que
el artista publique por primera vez en 1933, un escudo y otras simbologías que representarían los
ideales liberales e institucionales del Mejía, donde gustoso impartía clases. Estos reconocimientos
aparecen en una obra que se realizó, por los veinticinco años de la fundación del Ferrocarril del
Sur, en Quito. Se la publicó en el mes de junio de 1933, en el Boletín del Instituto Nacional Mejía,
Número 4. No podía faltar en sus obras, su talento a favor del joven centro educativo, que era
uno de los mayores logros de Alfaro. Y de su misma autoría, por un simple análisis comparativo,
encontramos una variante de este escudo, en la contraportada del mismo boletín mencionado. De
hecho este último dibujo ya había aparecido en el primer Boletín del Instituto Nacional Mejía, de
marzo de 1933 y siguió apareciendo en diversas publicaciones relativas al Plantel, constituyéndose
como definitivo.
En concreto, Antonio Salgado se vuelve en el creador (con o sin saberlo) del escudo de
Instituto Mejía, colocar el lema Per aspera ad astra y de algunos conceptos liberales humanistas en
el año de 1933, conjugando diversos elementos que le dan esencia y que marcarían decididamente,
a todas las generaciones académicas que estuvieron involucradas en ese presente y futuro. No hay
duda de que esta obra y su beneficiario, como es el Mejía, influyeron a otros centros educativos y
sus símbolos. Vuelve la autoridad e importancia del Mejía como “Modelo” o “Patrón” a emular.
¿Cómo hizo Antonio este escudo? Sabemos que nuestro artista tuvo una formación de corte
europeo, dentro y fuera del país, y que se hace palpable en todas sus obras. No es de extrañarse por
lo tanto, que cumpliese con las normas establecidas en el “viejo continente”, en lo concerniente a la
elaboración de un escudo de armas. ¿De armas? Sí. Recordemos que las instituciones laicas estaban
en constante lucha por su existencia e ideales. Además, este concepto se aplica, tradicionalmente al
distintivo de una familia, en una época donde no era muy infrecuente el estallido de un conflicto.
Constatamos por lo comentado, que Antonio era un artista completo y detallista. No hizo ningún
trabajo al azar o al capricho, para un acontecimiento cualquiera. El Mejía entonces merecía un
escudo de armas con todas las normas necesarias, porque históricamente se lo había ganado.
Salgado, diseña dos escudos para el Plantel, que poseen escudo o blasón (Imagen central);
estos representan las armas y en nuestros casos: comunidades y parte intelectual. En el segundo
escudo (el que apareció solo, desde marzo de 1933 en la página final de los Boletines del Mejía y en
otras publicaciones) se incluye el lema o divisa, en donde se expone la famosa frase Per aspera ad
astra. Estos escudos están cortados, lo que significa que tienen una división horizontal por la mitad.
En cuanto a las formas de los escudos, el primer caso, corresponde a una francés antigua
bannerets. Sin embargo, esta forma también se la uso en España (por ello se lo considera también
español). En el segundo blasón, el ensanchamiento de la parte superior, del escudo francés/español
viene por parte de los ingleses. El redondeado en la parte inferior, termina en punta en medio
de la base, esto es característica exclusiva de los escudos españoles. Haciendo las comparaciones
respectivas con el escudo de la familia Alfaro, podemos observar las similitudes en el contorno, con
una variante en la parte de arriba y muy poco en el medio, con los dos escudos de Salgado.
32
De Antonio Salgado: Grabado artístico Espía oriental, De Antonio Salgado: Obra para un concurso del
aparecido en la Revista Agraz, Órgano de los alumnos Municipio de Tulcán, con el fin de colocar una escultura
de la segunda sección del tercer curso del Instituto en su plaza principal. Esta imagen aparece en el Boletín
Nacional Mejía, el 1º de abril 1927. del Instituto Nacional Mejía N° 15 y 16, en mayo_junio
de 1934.
De Antonio Salgado: Colaboración con la ilustración De Antonio Salgado: Portada de la revista Vida
central, para la portada de la obra A través de los libros Intelectual, Órgano de los estudiantes del Instituto
del insigne maestro, escritor y periodista Alejandro Nacional Mejía, N° 12, aparecida el 19 de marzo de
Andrade Coello. Esta obra apareció en 1935. 1936.
33
De izquierda a derecha: 1. Grupo de alumnos del Instituto Nacional Mejía en 1924; en el extremo derecho aparecen juntos Juan
Isaac Lovato y Galo Plaza Lasso. Cortesía del Archivo histórico del Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador. 2. Partes en
las que se compone un escudo de armas. Imagen tomada de Escudo (Heráldica) de Wikipedia.
En ambos blasones, se encuentran dos cerros: estos indican el fundamento de todo y son
los emblemas de la constancia, la fortuna y la firmeza ante las adversidades. Evidentemente, todo
esto se enmarcaría a consolidar el liberalismo. También poseen un castillo, símbolo de grandeza y
elevación, porque esta construcción excede en todo a los demás edificios; es también la pieza más
honorable, porque debe ocupar los lugares principales del campo heráldico. Como entonces no
recordar la colosal edificación de la calle Vargas, donde ya se estaba construyendo el local propio
y definitivo del Mejía en 1933. Las motivaciones para colocar estos detalles podrían oscilar entre
una representación del Instituto Mejía como una fortaleza de los ideales liberales y por encima
de todas las instituciones, en la altura de las montañas; y como vigía y rector de sus principios y
conocimientos. También recalca esta simbología, que el Mejía es hijo ilustre de Quito, ciudad que
vive entre montañas.
Adicional aparece un cóndor con las alas desplegadas, de iguales características al del Escudo
Nacional del Ecuador. He aquí el enfoque nacional que lleva el nombre y proyección del Instituto.
Al tomar este símbolo del primer escudo ecuatoriano en importancia, se confirma el compromiso
del Mejía para y con el Ecuador. Esta ave, que es la más grande de la nación, representa la energía
y el esfuerzo. Por lo tanto, este cóndor llevará por todo el territorio y de ser posible fuera de él, la
sabiduría y la igualdad de oportunidades y derechos del hombre. De ahí que lleve un libro, evidente
símbolo del saber y crecimiento personal.
¿Cuáles son los colores de estos blasones? Para aclarar este importante asunto, dirijámonos
a las líneas y puntos que poseen estos trabajos de Salgado. En Heráldica el uso de líneas o puntos se
basa en convenios universales, por la necesidad de indicar en la antigüedad los colores en esculturas
o tallados de madera. Todos los colores tienen un código de líneas y/o puntos, para ser reconocidos
en cualquier parte del mundo. La intensidad de los mismos, no está establecida. En nuestra
investigación, los colores que escoge Salgado, vuelven a ser herencia y homenaje a los colores (el
rojo y el azul) de la bandera de Ecuador, la misma que fue establecida definitivamente por Alfaro el
31 de octubre de 1900.
34
Al lado izquierdo, de izquierda a derecha, de arriba a abajo:
De la mitad inferior de la página, de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. 2. 3. y 4. Los dos primeros escudos del Instituto
Nacional Mejía en 1933, creados por Antonio Salgado y sus dos colores correspondientes, que las normas heráldicas dictaminan.
5. Escudo de un diploma del Instituto Nacional Mejía de 1936, que confirma las afirmaciones antes expuestas. Es interesante notar
que varios colegios del Ecuador, han imitado y rendido homenaje profundamente a estos escudos, asumiéndolos como “propios
y originales”. Busque y compruébelo. Para observar el diploma completo, consulte en los anexos al final de este libro. La imagen
del diploma, fue cortesía del archivo personal de la Dra. Isabel Robalino Bolle.
35
¿Homenaje también a Alfaro y a su escudo de Armas? Indiscutiblemente sí, y lo veremos
más adelante. Dirijámonos, por el momento, a los colores o esmaltes que poseen nuestros escudos
mejías, que por deducción son dos:
I. Parte superior: De gules raso (Rojo) - Rayados verticales en monocromo (blanco y negro).
En Heráldica significa la caridad, la valentía, la magnanimidad, la alegría, la victoria, la
generosidad, el honor, el furor y el vencimiento con sangre.
II. Parte inferior: De azur plano (Azul) - Rayados horizontales en monocromo (blanco y negro).
En Heráldica significa la justicia, la hermosura, la dulzura, la nobleza, la perseverancia, la
vigilancia, la recreación y la lealtad.
Estos colores dan una diferencia muy notable de esos escudos con el actual. Este análisis
y conclusión debía ser confirmado en su totalidad, y mucho mejor, con un documento a color de
esa época. La oportunidad llega, de las manos de la egresada del Mejía en 1936, la Dra. Isabel
Robalino Bolle, magnífica profesional y ser humano, que gentilmente nos concede escanear y
archivar un documento definitivo, juntos a otros de su propiedad. Es así que la verificación para
esta investigación, viene de un diploma correspondiente a un debate histórico, del que ella fuera
partícipe el 17 de marzo de 1936. Por lo tanto, quedan confirmados los colores iniciales, deducidos,
del escudo de armas del Instituto Nacional Mejía.
Adicional en el diploma de Robalino, veremos que en ese año ya existía la bandera azul y
amarillo como la actual. Esto confirma, por evidente diferencia con el escudo adjunto, que este último
no posee el amarillo actual y reconfirma nuestra investigación en el trabajo heráldico de Salgado.
Estos nuevos colores (de la bandera) pertenecen al escudo de armas de la familia Alfaro en Manabí,
implantado por el padre del “viejo luchador”. No hay evidencia hasta el cierre de esta publicación,
que esta bandera haya sido elaborada por Antonio Salgado. Tampoco tenemos la información de la
fecha de uso oficial de la misma en el Mejía. La bandera del “Patrón” rinde entonces un homenaje
a los colores del escudo de armas de los Alfaro (padre e hijos).
1) A la izquierda aparece el Ferrocarril, con la fecha en la que este arribó por primera vez
a Quito. Esta obra es una de las más sublimes y beneficiosas para el pueblo ecuatoriano,
dentro de la Revolución Liberal.
2) A la derecha aparece un árbol de laurel, frutado de gules (bayas de color rojo entre las hojas),
que representa la gloria de la nación. Una simbología proveniente del reconocimiento al
triunfo en el Imperio Romano. Dentro de esta planta se levanta el escudo del Instituto
Nacional Mejía. Interesante, dentro de la gloria de la nación, se encuentra este noble centro
educativo.
36
4) Abajo aparece un grupo de niños y/o jóvenes (discípulos o estudiantes) con un libro y en su
interior, dos importantes frases en latín:
Per aspera ad astra (Por la pendiente áspera hacia los astros) y Cui sum obstrictus memoria
beneficii sempiterna (¿Quién soy yo para destruir los beneficios de la memoria eterna?)
Las frases mencionadas cumplen una función motivante, de identidad y de consigna, con los
ideales liberales en las aulas del Instituto Mejía. El mensaje de ellas está más que claro para todos.
Sobre todo la primera frase tiene antecedentes históricos que merecen ser expuestos: Su origen
radica en la frase Ad astra en latín y significa “a las estrellas” o “hasta las estrellas”. Un antecedente
de esta se encuentra en una frase más grande, de la obra griega Eneida de Virgilio: Sic itur ad astra
(Así se va a las estrellas). Luego el filósofo, político, orador y escritor romano Séneca El Joven
escribió en su obra, la tragedia Hercules furens (Hércules furioso), la frase Non est ad astra mollis e
terris via (No hay un camino fácil desde la tierra a las estrellas). De una condensación de lo expuesto
nace la frase Per aspera ad astra; es un lema de uso común en Heráldica. Aparte del Instituto
Nacional Mejía, esta frase ha sido usada por otras personas o agrupaciones:
• Lema episcopal del cardenal ucraniano Josyf Slipyj, arzobispo mayor de la Iglesia greco-
católica de Ucrania.
• Es el lema del Grupo 5 de Caza, de la Fuerza Aérea Argentina.
• Lema del Ejército del Aire de España.
• Lema de la Fuerza Aérea de Sudáfrica.
• Lema del equipo de fútbol Unionistas de Salamanca C.F., radicado en Salamanca,
España.
• Lema del instituto de fútbol femenino Turenita de Buenos Aires, Argentina.
De la primera frase del escudo han nacido las variantes como Ad astra per aspera o Per
audacia ad astra. Además del significado ya expuesto anteriormente, Per aspera ad astra también
puede significar en castellano: “A través del esfuerzo, el triunfo” y “Hacia las estrellas, a través de las
dificultades”.
Salgado, personaje muy ilustrado, evidentemente conoció estas frases en su formación, tuvo
consciencia de dónde venían y de su importancia; la de la Virgilio en especial, pues ya fue usada por
el mismísimo Manuel Alfaro:
“Los Alfaro de Ecuador provenientes de Cervera del Río Alhama: Olmedo Alfaro Puig y su sobrino
Jaime Eduardo Alfaro, descendientes del ilustrísimo presidente de Ecuador, Don Eloy Alfaro, quien era
hijo de Don Manuel Alfaro González (1796-1871), natural de Cervera de Río Alhama (La Rioja), nos
aportan este escudo, proveniente del estudio de un genealogista, donde encontramos la particularidad
de la leyenda: SIC ITUR AD ASTRA[…]” (Antonio Alfaro de Prado, 2009, p. 3)
Quedamos entonces así: Sic itur ad astra de Virgilio para el escudo de Manuel Alfaro y
su familia en Ecuador; Per aspera ad astra de Séneca para el escudo del Mejía (el hijo de Eloy
Alfaro). No es muy lejano pensar que esta correlación de herencias magistrales, pasó por la mente
de Antonio. De hecho estos dos lemas, se encuentran escritos en lazos blancos exactamente iguales,
pero colocados arriba (Eloy Alfaro – padre) y abajo (Instituto Nacional Mejía – hijo) respectivamente.
37
Imagen que corresponde a la dedicatoria, que rendía el Instituto Nacional Mejía, a una de las
emblemáticas obras de Eloy Alfaro, en el Boletín del Instituto Nacional Mejía N° 4, de junio de
1933.
38
Dibujo para el homenaje que celebró el veinticinco aniversario de la inauguración del Ferrocarril del Sur, en Quito. Esta obra fue
realizada por Antonio Salgado en 1933. La imagen fue tomada del Boletín del Instituto Nacional Mejía N° 4, de junio de 1933.
Nótese con atención en la parte derecha inferior, la firma de Salgado, que es la que ha permitido conocer la autoría del escudo
del Mejía, como de otras obras. Cortesía de la Biblioteca del Instituto Nacional Mejía.
39
1.4 Los escudos del Instituto Nacional Mejía
Ya conocido este escudo de armas del Mejía, con blasón español, rápidamente se lo difunde
dentro y fuera del plantel. No hay evidencia de su aceptación formal, lo que está claro es que no fue
retirado o censurado. De hecho toda la documentación y publicaciones del Mejía hacen uso de esta
obra. Las normas heráldicas, que se usaron para su diseño, perduran de manera oficial y continua
hasta la década de los años sesenta aproximadamente.
Hay unas variantes esporádicas, aparecidas en la existencia del Instituto, algunas de ellas no
pretendían o no pudieron perdurar en su existencia:
• En 1942: Este escudo, posee un color rojo intenso y transparente, que lo cubre y sobrepasa
totalmente. Probablemente los redactores de la publicación, en donde apareció este escudo
¿Eran partidarios del Partido Socialista o del Comunista del Ecuador? Esta organización
política creada en 1926 en Ecuador, tuvo fuerte presencia en las aulas del Mejía. Esta
actividad la recuerda claramente la Dra. Isabel Robalino Bolle, cuando era alumna en 1935
y 1936. Habían interesantes discusiones de política de alumnos y profesores con cuatro
tendencias predominantes: Liberal moderado, Liberal radical, Socialismo y Comunismo.
Estos debates con altura y sano humor jamás derivaron en irrespeto por pensar y sentir
diferente. Este escudo apareció en la Revista del Colegio Nacional Mejía N° 46 – 47, de
enero de 1941 – Mayo 1942.
• En 1951: desde este año comienzan a abandonarse las normas heráldicas, por razones
desconocidas. El 26 de abril de 1951, en la revista Ensayos N° 20, aparece un escudo
sin ningún tipo de líneas o puntos, en el blasón. Todos los blasones, en absoluto, usan y
combinan líneas y puntos, por ello se deduce aquí que la tradición heráldica es abandonada.
• En 1954: aparece un nuevo escudo no heráldico, porque la sección inferior no indica figuras
como líneas o espacios, para definir un color. Pudo haber sido una variación para indicar la
diferencia de las jornadas del Mejía (Diurna y Nocturna). Esta figura apareció en el periódico
Espigas Culturales de la Sección Nocturna del Instituto Nacional Mejía, el 5 de junio de
1954.
• En 1961: vuelve la versión original de Salgado, con un blasón un poco más alargado
verticalmente.
• En 1963: hay una nueva “versión”, sin implicaciones heráldicas. Puede ser que existió una
inspiración del dibujante, sin recurrir a la heráldica y sin ningún fin “trascendente”. Además
hay un reconocimiento a las glorias deportivas abundantes del Mejía, en los años sesenta.
Por ello la corona de laurel.
• En 1974: con motivo de un evento musical del Plantel se esboza la palabra “Mejía” en la parte
superior externa del escudo. Este aporte sería una idea que quedará latente y posteriormente
modificada y usada. Este escudo apareció en una invitación del diario El Comercio del 23
de mayo de 1974.
40
• Entre 1972 y 1984 aproximadamente aparece un escudo sin heráldica, con proporciones
más anchas del blasón; a la par los contornos y la línea media del blasón se hacen más
gruesos y de color rojo. Desaparece el lema Per aspera ad astra. También este escudo
es el resultado artístico libre, sin normas, de un dibujante.
Más de uno se preguntará a estas alturas por el cambio de rojo al amarillo en el blasón.
Por la evidencia histórica, las escarapelas en 1949 ya poseen el amarillo en la parte superior
del mismo. Sería un cambio sugerido, presumiblemente, por el rectorado del Ing. Miguel
Moreno Espinosa, incluido al uso de la emblemática y actual chompa caqui, en el uniforme
de parada del Mejía. Se buscaba una nueva imagen, acorde al momento que atravesaba la
institución. Cambio que lamentablemente deja de lado gradualmente, varios de los logros
académicos trascendentales del Mejía, en pro de otros. No es que estuvieran mal las nuevas
victorias que se planteaba el Mejía; eran y son bienvenidas… pero sin dejar de lado lo logrado,
con altura y ejemplo canicular.
El abandono de las imágenes heráldicas, hay que decirlo, es parcial en el caso del
Mejía. Al parecer con el avance tecnológico y el desuso normal por procesos evolutivos de
un hecho histórico, el uso de rayas y los puntos fue sustituido por color en directo o por solo
siluetas que definan el emblema del Plantel. Sin embargo, los colores siempre representarán
ideas, conceptos y emociones dentro de un consenso casi universal. Este cambio al amarillo se
debió enmarcar entonces a algún presente y futuro del centro educativo.
El nuevo color corresponde al del sol, a lo divino; el color del hombre que ha superado
las pruebas y se conoce a sí mismo. También representa la constancia, la riqueza, la solidez,
la pureza, el amor, el poder, la alegría, la eternidad, la paciencia, la sabiduría, el esplendor, la
benignidad, la fuerza, la perfección, la fidelidad, la prosperidad, la clemencia y hacer bien a los
pobres y defender a su patria. El cambio de color pudo darse entonces por un afianzamiento
y ampliación de las ideas liberales y laicas en el Mejía; también pudo ser la representación de
los colores de bandera del plantel. En definitiva quedan manifestados los tres colores patrios
del Ecuador, pues el rojo pasa a los contornos internos, en el escudo actual. Adicional se hace
más ancha la parte inferior.
41
He finalizado esta corta pero importante investigación, y un placentero camino empieza.
Con los sólidos y trascendentes legados otorgados al Mejía, se estructura un centro educativo firme
ante el tiempo y las adversidades, tal como lo habría soñado Eloy Alfaro, el “Mejor ecuatoriano
de todos los tiempos” 2. Los seguidores del “Patrón”, estarían prestos a dar todo su contingente,
para que lo alcanzado perdure, crezca y evolucione como un proceso natural de la vida. ¿En qué
parte de esta realidad queremos estar, y con cuánto de nosotros podremos aportar?
--------------------------------------------------------
2. El general Eloy Alfaro Delgado fue elegido como el “Mejor ecuatoriano de todos los tiempos”, en un concurso nacional organizado
por un canal televisivo, en el programa La Televisión, en el año 2005.
42
1.5 Imágenes de los escudos, desde la familia Alfaro hasta 2018
43
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Noticia del Instituto Nacional Mejía en el diario El Comercio del 30 de mayo
de 1908. 2. Escultura de piedra del Gral. Eloy Alfaro Delgado, que se encuentra en la entrada principal del Edificio Central del
Instituto Nacional Mejía, tomada el 23 de agosto del 2015 por Juan Carlos Erazo Ballesteros. 3. Edificio Central del Instituto Na-
cional Mejía en 193-¿?; su construcción empezó con el arquitecto alemán Wilhem Spahr en 1922, y luego ampliada y terminada
desde 1928 por Pedro Aulestia. Cortesía del Ministerio de Cultura y Patrimonio. 4. Firma del Gral. Eloy Alfaro Delgado, tomada
deWikimedia.
44
CAPÍTULO II
Travesías didácticas
De izquierda a derecha: 1. Portada del primer Reglamento Interior del Instituto Nacional Mejía en 1897, autorizado por Valdemar
de Korab, primer rector del Plantel. La frase en griego que aparece en la mitad dice: “La verdad os hará libres”. Está traducción la
definimos gracias a la incesante y oportuna investigación del Arq. Pablo César Legña Zúñiga (Egresado del Mejía en 2006). La frase
corresponde al Evangelio según San Juan, capítulo 8 versículo 32. Recordemos que en sus inicios, el Mejía dictaba aún la materia de
Religión, amparada en la constitución vigente de esa época. Imagen tomada de la Biblioteca de la Casa de la Cultura Ecuatoriana –
Matriz Quito. 2. Curso de Perfeccionamiento de Profesores del Litoral en 1930, en el Salón de Actos del Instituto Nacional Mejía
del edificio del “Beaterio”, local donde funcionó el plantel en sus inicios. Este salón antes era la Capilla del “Beaterio”, cuando ahí
se impartía educación religiosa. Además de ser destinado para Salón de actos, también se lo uso como Sala de Estudio y Biblioteca,
por parte de los nuevos dueños liberales. Cortesía del Ministerio de Cultura y Patrimonio.
2.1 La educación en la colonia y república pre alfarista
Los antecedentes educativos del Ecuador antes de la Revolución Liberal, fueron bastante
alarmantes. La constante, para la mayoría de la gente, fue la ignorancia junto al escaso acceso a
los centros educativos y un marcado racismo y sectarismo. Buscando la razón de todo esto, basta
trasladarse a la época de la conquista española en toda América; ahí encontramos que “fue especial
cuidado de la política española, no solo mantener a los americanos en la ignorancia, sino aumentarla,
poniendo trabas a la inteligencia y perpetuándola por medio de la superstición.” (Alemán, 1947, p.
43). A la par los niños y jóvenes que recibían educación, pasaban por procesos bastante alejados
a normas didácticas óptimas. Los sistemas educativos de aquella época colonial, precisaban de
memoria ágil: ya todo estaba escrito y definido, por ello la crítica, el análisis y la evolución eran
prohibidos. Estos sistemas por lo tanto, estaban muertos y generaban muerte. Se recurría a la mano
dura, para mejorar el aprendizaje o simplemente manejar la conducta de los educandos. Se gestaba,
en nombre de moralidad y desarrollo, un mundo de terror, inercia mental y desigualdad social,
bastante marcadas.
Y no es que hubiera escasez de ideas y hechos en torno a cómo manejar los procesos
educativos, sino que se buscaba, con todos los medios posibles, mantener el orden social y el
religioso imperante. Mentes lúcidas, ávidas de amor y profundo sentido humano aportaban desde
tiempos muy lejanos, con normas y nociones para la mejora educativa. Algunas ideas vienen de sitios
remotos del mundo, como por ejemplo decía en Medio Oriente, el árabe Al Muqaddimah:
El uso de un excesivo rigor en la enseñanza es muy nocivo para los educandos, sobre todo si están
todavía en la infancia, porque eso produce en su espíritu una mala disposición, pues los niños que se
han educado con severidad… se hallan tan abatidos que su alma se contrae y se pierde su elasticidad. Tal
circunstancia los dispone a la pereza, los induce a mentir y a valerse de la hipocresía, con el fin de evitar
el castigo. De este modo aprenden la simulación y el engaño, vicios que se vuelven en ellos habituales y
como una segunda naturaleza… He aquí el por qué los pueblos sometidos a un régimen opresivo caen
en la degradación. (Ibn Jaldún: Al Muqaddimah - Elía, 2005, p. 156)
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3. Jean – Jacques Rosseau (Ginebra, Suiza 28 de junio de 1712; Ermenonville, Francia 2 de julio de 1778). Desarrolló una gran
cantidad de actividades académicas, entre las que tenemos la de escritor, filósofo, músico, etc. Entre sus obras más importantes
de corte político, social y educativo, destacan El discurso sobre la desigualdad de los hombres, El contrato social, El Emilio y
Consideraciones sobre el Gobierno de Polonia. La influencia del trabajo de Rosseau marcó considerablemente a la Revolución
francesa y en la posterior educación mundial, considerando al hombre como eje fundamental de la sociedad; con la capacidad
innata y natural para aprender y crecer.
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Y además se constata que dentro de la misma Iglesia Católica, las órdenes religiosas de
los Jesuitas y Los Hermanos Cristianos de la Salle hacían gala de algunos avances científicos y
educativos, pero que los guardaban celosamente, en bien de unos pocos, invalidando las buenas
intenciones que hubiesen tenido. No todos los religiosos en general, tuvieron este proceder, pero sí
la gran mayoría y de sobre manera los que estuvieron involucrados en la delicada y elevada actividad
de formar sociedades justas, civilizadas y prósperas, por medio de la educación.
En el Ecuador y en varios países del mundo, las órdenes religiosas administraban todo el
sistema educativo, con un plan estructurado de control absoluto de la sociedad. Todo era supervisado,
bajo una pesada capa de proceder divino y dogmático. Tal es así que:
[…] según la Ley de Instrucción Pública de 1878, el Arzobispo de Quito, era miembro nato del Concejo
General de Educación; luego, a partir de la Ley Reformatoria de 1884, se incluye en este Concejo el
rector del Colegio San Gabriel. En 1890, se introduce al Superior de los Hermanos Cristianos, en este
organismo.” (Guerrero, 1995, p. 19)
Más detalles de cómo era la norma educativa de esa época, nos causan asombro:
Como es de suponer, no se permitiría ninguna otra forma de pensar que no estuviera sujeta a la religión
católica. El art. 33 de la Ley de Instrucción Pública de 1878, consigna la obligatoriedad de profesar esa
religión para ser profesor de enseñanza primaria, o rector profesor de secundaria; esta disposición se
mantiene en las leyes de 1880, 1884, 1885, 1890, 1892. Además, en la de 1890 se consigna que puede
suspenderse a un maestro por “conducta irreligiosa”, dejando al prelado eclesiástico de la respectiva
diócesis la calificación de esa conducta. En la Ley de Instrucción Pública de 1892, se prohíbe el uso de
libros “contrarios a la religión”, después de haber sido declarados tales por el Prelado Diocesano. […]
Pero ahí no paraba la cosa. El Plan de estudios para primaria reducía a cuatro materias lo que debía
enseñarse obligatoriamente: lectura y escritura, elementos de gramática y aritmética, Constitución de
la República (¡A niños de 8 a 12 años!) e instrucción moral y religiosa. Como materias voluntarias
constaban geometría, geografía e historia, dibujo, música, idiomas e historia natural (ley de Instrucción
Pública de 1878, art. 26). La instrucción moral y religiosa, concebida como unidad inseparable, era
obligatoria en la enseñanza secundaria (art. 37 de la misma ley). […]
Por otra parte, son tristemente célebres los castigos corporales y psicológicos que se aplicaban, así
como el clima de privilegios que se reproducía al interior de las instituciones educativas, la sociedad
discriminatoria por la riqueza o la raza. A esto hay que añadir que la casi totalidad de los profesores eran
sacerdotes extranjeros, la mayoría de los cuales menospreciaban a la sociedad ecuatoriana. […]
Los Hermanos de la Salle educaban a los pobres en la primaria, mientras que las élites económicas las
formaban los jesuitas que, como se sabe, despreciaban todo lo concerniente a la educación popular.
¿Dónde podían educarse los jóvenes que terminaban la instrucción primaria y no contaban con recursos
económicos y, en especial, no pertenecían a las familias de abolengo? “mefítico”, como lo definiera
Abelardo Moncayo. […](Guerrero, 1995, p. 20 y p. 21)
Pocas iniciativas tan hermosas como la escuela Normal para indios… El Presidente sabe que ellos por
desconfianza jamás enviarán a sus hijos a las escuelas comunes. Cree que solo hay una solución: Formar
maestros indígenas para que vayan a difundir entre sus hermanos de raza los rudimentos de la cultura.
(Muñoz, 1978, p. 77)
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De esta escuela los primeros graduados, como normalistas, fueron los indígenas Francisco
Guamán, Manuel Guamán, Manuel de Jesús Shunaula, José Manuel Sánchez y Miguel Cabrera en
1874. No se sabe más de ellos en la posteridad. Se fueron lejos, para que no estén en la ciudad.
Hago énfasis en las palabras citadas de Gálvez: “desconfianza” (¿En el trato? ¿En la calidad? ¿En
la justicia?); “rudimentos” (enseñar dos a tres cosas, sin relevancia para el “desarrollo íntegro” de
un ser humano). Tentador sería decir que Gabriel García Moreno tomó decisiones a favor de
la educación. Lo expuesto más bien genera división y migajas educativas. Ricos y aristócratas en
una escuela, pobres e indígenas en otra. Él, perfectamente podía ejercer su “mano de hierro” e
introducir a todos los ecuatorianos a un sistema educativo más equitativo. Pero definitivamente no
era de su interés. Es claro que este señor conservador (en esencia de ese adjetivo) cuidó a las clases
pudientes y religiosas dogmáticas del pequeño Ecuador. El que este presidente haya proporcionado
a nuestro país de científicos, centros de estudios, docentes e infraestructura educativa importante, es
claramente visto y hasta reconocido. Pero ¿quién salió beneficiado de tan loables proyectos? Estoy
seguro que muy pocos y escogidos ecuatorianos. He mencionado esta etapa específica de nuestra
historia, por ser la más notoria. Sin embargo, descuido e ignorancia educativa fueron cosa común
en la mayoría de gobiernos pre alfaristas. No en vano se dijo “Setenta y cinco años de farsa, de
falsificada vida republicana, habían conducido a la nación al más clamoroso desconcierto. Se había
traficado con todo: con la religión, con los derechos populares, con la dignidad misma de la patria.”
(Alemán, 1947, p. 55)
Eloy Alfaro se alza victorioso con la Revolución Liberal el 5 de Junio de 1895. El pueblo de
Guayaquil rechaza al gobierno interino de Vicente Lucio Salazar, declarando al general Alfaro como
jefe supremo (cargo dictatorial). Desde su destierro en Panamá, el “Viejo luchador” regresa para
consolidar la revolución con una corta guerra. Entró victorioso en Quito el 4 de septiembre de 1895.
El Colegio de los Hermanos Cristianos (Lasallanos), que funcionaba en Quito, no tardó en tener
algunos inconvenientes con los liberales que habían asumido el poder. Esta crisis duró alrededor
de cinco meses, a pesar de que el 25 de septiembre del mismo año, el hermano provincial Bernón
María y el director del Instituto La Salle, el hermano Jeberto Alfonso se entrevistan con el general
Alfaro para solucionar todos los impases y continuar con los procesos educativos. A pesar de que se
llegaron a varios acuerdos, los problemas continuaron.
Todo fue aceptado por Alfaro, con la siguiente enunciación: “Queda entendido que el Gobierno no
os arroja del país; que podéis seguir en vuestros establecimientos y continuar vuestras clases”. A lo que
replicaron (Los religiosos): “Está muy bien, Excelencia, pero al negarnos toda subvención, el Gobierno
rompe el contrato de 1862, nos corta los medios de subsistir y nos pone en el lance apretado de
retirarnos del país. (Muñoz, 1978, p. 174)
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4. El nombre de “Beaterio” proviene del apodo “Beatas”, el cual se usa para designar a las mujeres piadosas y muy creyentes
de la Iglesia Católica. En un local bautizado con este nombre, las mencionadas mujeres, realizaron inicialmente actividades de
cuidado y docencia. En esta construcción funcionaron: Época de la Independencia: Educación de las huérfanas de los próceres
independentistas, por los Mercedarios. Presidencia de Rocafuerte (1835 - 1839): Colegio de señoritas “Santa María del Socorro”.
Presidencia de García Moreno (1861 – 1865, Primera presidencia): En 1863 el piso inferior fue ocupado por los Hermanos
Cristianos (“Escuela de la Merced”) y el superior ocupado por el Congreso Nacional y una oficina del Gobierno. Posteriormente
el edificio pasó a ser íntegramente ocupado por los religiosos.
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El Gobierno no solo retiró las importantes asignaciones que tenía la Iglesia Católica para
dirigir y controlar la educación, sino también las rentas y el manejo de las haciendas, los privilegios
de la franquicia aduanera, telegráfica y postal. Por lo expuesto, el visitador provincial Bernón envía
la orden definitiva de clausurar las clases en todo el país, el 29 de enero de 1896.
Esta fundación inicial fue una reacción lógica a la estrategia clerical, de negarse a dar
educación. No existen mayor cantidad de documentos que nos indiquen cómo se creó el Mejía en
estas circunstancias. El célebre ecuatoriano Hugo Alemán, en relación a estos hechos nos comenta:
[…] como el propósito de la Transformación Política que se había operado, no era el de restar planteles
de educación al país, sino multiplicarlos, y reemplazar aquellos que desaparecieran con otros, mejorados
en todo sentido, don Eloy acogió el anhelo de un grupo de jóvenes liberales, de eficiente preparación
pedagógica, encaminado a obtener que se les permitiera ocupar ese local (El Beaterio), no ya para el
funcionamiento de una escuela primaria, sino de un colegio secundario, con amplias proyecciones en
el campo de la enseñanza. (Alemán, 1947, p. 85)
También hubo el impulso efectivo para la creación del Plantel de parte del señor Abelardo
Moncayo, reconocido liberal, que luego fuera un rector emblemático de esta creación laica:
Dentro de la obra práctica, Abelardo Moncayo sintetiza sus afanes al fundar el Instituto Nacional
“José Mejía” (1897), cenáculo orientador, fuente de inquietudes para la juventud sin preferencias,
Primer Normal de maestros y espaldarazo de la obra liberal, en reto nobilísimo a la aristocracia y a
lo confesional. En su rectoría, imprimiéndole carácter, ha de trabajar desde 1903, organizando cursos
nuevos, preparando al normalismo que se anuncia como un ejército vigoroso; dotándole de gabinetes
y textos de enseñanza. Como Consejero de Educación, su actividad está encaminada a un fin realista,
utilitario y en connivencia con el momento histórico de la nacionalidad. No, propiamente, anticlerical;
porque el laicismo es tolerancia y es ejemplo, sino ideario de virtud ecuatoriana en su trabajo, realidad
que el maestro Moncayo infunde a cada instante en la talentosa voluntad de sus seguidores. […]
¡Abelardo Moncayo es el propio creador del laicismo! Lo que Alfaro hizo, con esa certera visión del
auténtico magistrado, no fue sino cumplir el ideal de sus colaboradores, entre los cuales el maestro de
Santa Prisca, el Rector del “Mejía”, descolló como auténtico paladín de las conquistas culturales del
liberalismo” (Libro de Cincuentenario de los Colegios Normales “Manuela Cañizares y Juan Montalvo”,
1951, p. 226 y p. 227)
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No sin problemas, este Plantel nacía; florecían las intrigas y mala voluntad de los enemigos
del Laicismo, en contra de esta obra educativa. Por ello el general Julio Andrade, leal a Alfaro,
sostuvo firmemente la fundación del Mejía (Ídem; p. 218), ante la amenaza de destruirlo por fuerzas
conservadoras.
Eloy Alfaro es elegido por la Asamblea como Presidente Constitucional de la República del
Ecuador, para un período de cuatro años, el 13 de enero de 1897 y el 17 del mismo mes, prestó
la promesa de ley. No se hicieron esperar las olas de rechazo por parte de los conservadores y de
los partidarios de la Iglesia Católica, señalando de mala manera, todos los avances que proponía
la Revolución Liberal, sobre todo en el aspecto educativo. El Liberalismo proponía el acceso a la
educación gratuita de calidad a todos, como un derecho propio del ser humano. Ya lo mencionaba
así el flamante presidente, en un mensaje enviado a la Asamblea, un 17 de octubre de 1896, cuando
se debatía la nueva constitución:
La instrucción pública exige, de preferencia, nuestra especial atención; que se establezca un buen
sistema de manera sólida y que se reglamente la enseñanza para hacerla fácil y práctica. Para ello se hace
necesario crearle rentas propias y que garanticen su existencia independientemente del Gobierno. De
este modo, no estarán los preceptores sujetos á los vaivenes de la política, percibirán sus haberes, con
regularidad y, por tanto, se contraerán con interés y buena voluntad al cumplimiento de sus deberes.
Las convicciones liberales formadas desde tierna edad en el “Viejo luchador”, corresponden
a las doctrinas de vanguardia pedagógica de la época, sobre todo de Europa. Por ello no es de
extrañarse que don Eloy fuera fiel admirador del venezolano Simón Rodríguez, maestro del
insigne venezolano Simón Bolívar. Rodríguez junto con los argentinos Mariano Moreno y Juan
Ignacio Gorriti, fueron gestores indirectos de algunas ideas y reformas político – educativas en
nuestro continente. Ellos proponían y defendían una “Pedagogía liberal radicalizada”, influida por
los criterios de Jean - Jacques Rosseau y de los socialistas utópicos. Esta pedagogía “sostenía la
educación del pueblo como base de un sistema progresista para naciones libres. Esa pedagogía era
antirracista, democrática en los métodos de enseñanza y disciplina e inclinada hacia el laicismo y el
anticlericalismo” (Puiggrós, 2002, p. 44)
“Alfaro no limitaba sus afanes al presente; preparaba, también, apóstoles y trabajadores para
el porvenir” lo dice el mencionado libro de los colegios normalistas, en la página 218. Totalmente
correcto, pues Alfaro establece desde el inicio de su mandato, exactamente el 8 de octubre de 1895, la
formación de “escuelas especiales” para los indios, en el contexto de integrarlos después plenamente
a la sociedad. El afán no era generar centros educativos que estuvieran separando a la gente según
raza o sector social, o que estuvieran alejadas en el campo, con una escasa formación… estas escuelas
indígenas pretendían remediar en algo y nivelar, si valen los términos, la nula educación que le había
sido negada a esta parte de la sociedad civil. En sí el enfoque que apreciamos para estas reformas,
se basa en principios de educabilidad e igualdad de oportunidades. Después estos desplazados, ya
nivelados, podían integrarse a la sociedad de mejor manera.
Y los cambios fueron apareciendo: Alfaro incorporó dos coroneles indígenas en el Ejército
Nacional: Alejo Sáez y Manuel Guamán y las cuatro coroneles: la riosense María Gamarra, la
manabita Filomena Chávez; y las guarandeñas Joaquina Galarza y Feliza Egüez. En la educación, su
plan de ayuda inicia el 10 de abril de 1896, otorgando las primeras becas de estudio a las señoritas
Elina y Rosenda Sola, en el Colegio de Niñas del Buen Pastor en Quito. Constatamos que los
religiosos podían y pudieron seguir educando. Alfaro no los persiguió, siempre los respetó como
buen laico y humanista que era.
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De izquierda a derecha: 1. Cuadro de José Mejía del Valle Lequerica, imagen tomada de la Agencia Andes. 2. El Sr. Celiano Monge,
primer vicerrector del Mejía; fotografía tomada del Boletín N° 2 del Instituto Nacional Mejía en abril de 1933. 3. El Dr. Abelardo
Moncayo, séptimo rector del Instituto Mejía; imagen tomada del rectorado del Instituto Nacional Mejía. 4. El Gral. Julio Andrade,
defensor importante de la existencia del Mejía, como de toda la Revolución Liberal de Alfaro; fotografía tomada de la Revista del
Instituto Nacional Mejía en 1942.
La creación oficial del Mejía, inicia con la sesión ordinaria del 27 de enero de 1897, donde
se da lectura a una de las solicitudes, que consta en acta de la Asamblea: “La de los profesores
del Instituto Normal “Mejía”, pidiendo la erección de ese plantel, bajo bases que aseguren su
estabilidad”. Sin dificultad, este pedido pasa a la Comisión 1ª de Instrucción Pública. La cual
posteriormente responde: “Art. 1º Establécese en la Capital de la República el Instituto Normal
Mejía que comprende las siguientes secciones: 1ª Pedagogía o Enseñanza Normal y preparatoria para
Institutores de Enseñanza Primaria; 2ª Enseñanza Secundaria común y especial de conformidad con
la Ley de Instrucción Pública” (Decreto de la Comisión 1ª de Instrucción Pública de la Asamblea).
Y después de seis meses, a la segunda hora de la sesión ordinaria del 1º de junio de 1897, se
aprobaron la redacción de algunos decretos, entre los que destaca este: “3º El que crea en la Capital
de la República un Establecimiento de enseñanza, denominado “Instituto Normal Mejía”. En el art.
2º de este decreto, á propuesta el Sr. Coronel, se agregó después la palabra “gabinetes” y “museos”.”.
El llamativo término “Normal” que hemos visto algunas veces, responde a la necesidad
urgente, de cubrir la demanda de profesores, que sustituyan a los religiosos que cumplían esas
funciones:
No había el número de educadores nacionales suficientes para acometer la gran tarea. Se imponía la
implantación de institutos normales, donde formar el magisterio nacional, y así fue como se concibió la
fundación del Mejía, es decir, como un Instituto Normal. (Guerrero, 2003, p. 21)
Esta simple palabra, alberga una profundidad considerable que será el centro de donde
partan todas las actividades, logros y metas del Mejía. Si bien el término como tal, paradójicamente
desaparece en pocos meses de creado oficialmente el Plantel, su esencia permanece incólume ante
51
los avatares que vendrían en el camino. Se difumina, cual rayo rápido y luminoso, por las venas,
almas y mentes de todos los que forman el Mejía; llegando a ser su segunda naturaleza.
Los maestros que estaban a cargo del nuevo Plantel desde su fundación, habían asimilado
el rumbo que debía tomar el Plantel, por ello recurren a los mejores conocimientos didácticos de
la época, y en pro de dotarle de actualización a sus estudiantes, se mantienen informados lo mejor
posible sobre los avances en el campo de la docencia. Pero también comienzan a ejercer investigación
con sus propios medios, para ganar tiempo en esta mejora impostergable del panorama educativo
ecuatoriano.
A finales de siglo XIX en Europa se estaba gestando la “Escuela Nueva” (en América se
la llamaría “Escuela Activa”). Estos novedosos términos resumían la esencia del cambio en la
educación, donde esta:
[…] no debe ser un medio artificial separado de la vida, sino un pequeño mundo real, práctico, que
ponga a los alumnos en contacto con la naturaleza y la realidad de las cosas, y donde no solo debe
enseñarse la teoría de los fenómenos, sino también su práctica. (Domínguez, 2002, p. 72)
Esta “Escuela Nueva” comenzaba a utilizar los avances científicos de la Psicología general,
Evolutiva y del Aprendizaje; Biología infantil y educativa; Paidología, Antropología pedagógica,
Psicopedagogía entre otras. Además este movimiento con su concepción y teorías, se fueron
incorporando en Europa después de la Segunda Guerra Mundial. En la Escuela Nueva cambian los
ídolos de la escuela tradicional: maestro y programa, para situar en el centro el proceso educativo
didáctico al alumno. En su etapa más sistemática y encaminada a la ejecución de las teorías
propuestas destacan las aportaciones de Adolphe Ferrière, fundador en Ginebra de la “Oficina
Internacional de las Escuelas Nuevas” en 1899, desde donde se realizó una fecunda labor de difusión
del movimiento. Ferrière (que visitó en persona al Mejía, al colegio Montalvo y al colegio Manuela
Cañizares, en mayo de 1930) fue también uno de los promotores de la Liga Internacional para las
Escuelas Nuevas en 1921, en la ciudad de Calais. Esta revolucionaria escuela “rechazaba todo lo que
significase formalismo e intelectualismo, alejamiento de la vida, incomprensión del espíritu y de las
necesidades del niño y creaba mecanismos novedosos debido a que tenían en cuenta al niño en su
conjunto (Afectividad, inteligencia, voluntad)” (Domínguez, 2002, p. 75)
52
Para tener claro qué más aportan estas escuelas nuevas, veamos los principios pedagógicos
que usan, en sentido general:
3. La globalización – (De la Escuela de la forma Gestáltica): Cómo los sujetos perciben las
cosas en su totalidad, los contenidos de la enseñanza se deben organizar en unidades
globales o centros de interés para el alumno.
• También ha resuelto el Sr. Presidente [Eloy Alfaro, el 1° de diciembre de 1897] que en cualquier época
del año puedan los alumnos de los otros Colegios de enseñanza secundaria de la República completar
el curso escolar en el Instituto Mejía, sirviéndoles la parte de curso hecho en los Colegios, y la misma
matrícula, refrendada en ese Instituto. Firma: Rafael Gómez de la Torre – Registro Oficial 503 – 11 de
diciembre de 1897.
• Respecto a los colegios particulares y religiosos, es permitido su funcionamiento, llenados los requisitos
de competencia del profesorado, higiene del plantel y moralidad de la enseñanza, y obligando a los
alumnos a rendir sus pruebas finales en los Colegios del Estado. Quienes con anterioridad a la fecha de
la fundación del Instituto Nacional Mejía, habían estudiado en sus casas o en forma privada en colegios
particulares o seminarios, estaban obligados a rendir exámenes finales en dicho plantel, para obtener el
título oficial de Bachilleres. Los colegios confesionales únicamente extendían certificados de estudios
realizados. Revista Eslabón N°19 – Órgano de la Sociedad de Egresados del Mejía.
El Mejía al ser diseñado para referente de la educación en el Ecuador, dentro del proceso
revolucionario más grande de su época, debía estar a la par de los avances científicos en pro de
la formación académica. E inclusive generar debate, investigación y difusión de todo cuanto esté
a su alcance. No estaba en los planes de esta institución el dejar cosas al azar. Por lo tanto sus
docentes debían realmente involucrarse en un proceso claramente científico y práctico. Desde un
inicio, los maestros que estuvieron involucrados en la fundación del Mejía (y muy seguramente en
las otras instituciones creadas por Alfaro), sustentaban su ideología con todo lo concerniente a los
avances relativos a la Educación Nueva (aunque no hubiesen sido conscientes en su totalidad, de
este particular y de su alcance).
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El Mejía no tardaría en hacer sentir su importante misión existencial como lo expone el
diario El Tiempo, n° 125 del 20 de marzo de 1902:
Los alumnos se han desempeñado, con éxito notable, manifestando lúcido aprovechamiento en las
diversas materias de enseñanza. Felicitamos a los señores Rector y Profesores del Instituto [Mejía] y
deseamos que continúe en progreso ese plantel de educación, llamado a figurar como el primero de los
Colegios de la República.
“En un plantel como el Instituto Nacional Mejía que tiene a la cabeza hombres de talla del doctor
Manuel Benigno Cueva, y un cuerpo de profesores llenos de pundonor y laboriosidad, no podía en
manera alguna faltar esa manifestación solemne del modo como aquellos cumplen sus deberes” “Al
admirar el despejo, gallardía y acierto con que casi la totalidad de los niños y jóvenes del Instituto
Nacional Mejía se presentaba a satisfacer las preguntas de sus interlocutores, he cobrado la decisión por
la enseñanza laica, aquella enseñanza que prescribe de sus métodos el terror, para dar cabida al estímulo
y el pundonor personal; que subordina la memoria a la inteligencia, haciendo que se aprenda porque
se ha comprendido, y no que se comprenda porque se ha aprendido; que hace amar la verdad, cumplir
el deber y respetar la moral” “Instrucción sólida y a la altura de las ideas modernas; moralidad severa e
hija de un íntimo convencimiento; elevación de ideas, dignidad, mucha dignidad en la conciencia; amor
al progreso de la Patria; entusiasmo y fe para el provenir, estos y muchos son los resultados prácticos
que vamos obteniendo con el fomento del Instituto Nacional Mejía. Alienta presenciar escenas como
las de los días 17 y 18 de marzo en el Instituto referido, en las que los discípulos dejaron escrita una
página muy honrosa y merecida en pro de la clase de enseñanzas que reciben los métodos empleados
en ellas, y de la consagración y competencia de sus Superiores”. “Si fuera auxiliado con entusiasmo por
el Supremo Gobierno, podría convertirse dentro de breve tiempo en un Gran Instituto que sería honra
y prez de los ecuatorianos, dentro y fuera de la Nación”.
El diario El Comercio publica el 9 de junio de 1906 que son los mejores centros educativos
el “Mejía” en Quito y el “Rocafuerte” en Guayaquil. Menciona uno más de Cuenca, pero no
aclara el nombre. Adicional nos informa del panorama educativo nacional, que debía cambiarse.
Textualmente añade que:
A pesar de que de esos institutos docentes ha salido la juventud, que es ahora la más positiva esperanza
de la Patria; a pesar que de ellos se han alcanzado muy buenos resultados, no podemos sin embargo,
decir que satisfacen las aspiraciones del país. Y la razón es obvia, toda vez que, por la escasez de fondos
del Erario Público, carecen, casi por completo, de laboratorios y útiles indispensables para la enseñanza
práctica que se recibe en las naciones más adelantadas de Europa y América. Necesaria consecuencia
de esa deficiencia de instrumentos y útiles adecuados es la imposibilidad en que se ha encontrado y se
encuentra el Estado para abrir nuevos y más amplios horizontes á la generación que se levanta, ansiosa
de poseer conocimientos hasta hoy ignorados, de dilucidar los grandes problemas que agitan, en hora
presente, al mundo científico.
Posteriormente el insigne Dr. Alfredo Pérez Guerrero, manifiesta en 1933, en el Boletín N°5
del Plantel que:
Exceptuados tres o cuatro colegios, los demás, en realidad, ninguna utilidad o bondad tienen, sino al
contrario, ocasionan verdadero daño al perpetuar la invalidez intelectual, la sequedad de la cultura, la
impotencia para la acción que nos distingue. […]Debemos reducir a cinco el número de nuestros colegios
y dotarlos de todos los progresos modernos: bastarían los de Quito, Guayaquil, Ambato, Cuenca, Loja.
[…] A los más aprovechados alumnos podría concederse becas para que prosigan sus estudios en la
Sección Superior. Hoy, puede afirmarse que solo el Colegio Mejía y el Vicente Rocafuerte poseen el
medio material indispensable para dar una educación eficiente.
54
2.3 Detalles educativos en la existencia del Mejía
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. El doctor y pedagogo suizo Adolphe Ferrière. Imagen tomada de https://www.bio-
grafiasyvidas.com/biografia/f/ferriere.htm . 2. El docente Abelardo Flores. Boletín del Instituto Nacional Mejía N° 21 – 22, noviembre
– diciembre, de 1934. Cortesía de la Biblioteca del Instituto Nacional Mejía. 3. El doctor Manuel María Sánchez. Imagen tomada
de la revista Vida Intelectual N° 2, del 19 de marzo de 1914. Cortesía de la Biblioteca del Instituto Nacional Mejía. 4. El licenciado
Hugo Moncayo. Imagen tomada del Boletín del Instituto Nacional Mejía N° 21 – 22, noviembre – diciembre, de 1934. Cortesía de
la Biblioteca del Instituto Nacional Mejía.
55
Los laboratorios del Mejía llegaron a estar tan bien equipados a mediados de los años 30,
que eran alquilados por los colegios particulares San Gabriel, La Salle y Alemán entre otros planteles
similares. Exactamente en 1933, el Rector Lic. Hugo Moncayo pone a disposición:
[...] del Normal Manuela Cañizares, los Gabinetes de Física, laboratorios de Química, museos,
biblioteca y Jardín Botánico, para que tanto el personal docente como el escolar puedan aprovechar en
la enseñanza de las magníficas instalaciones que posee el Mejía; ofrecimiento que ha principado a ser
una realidad, pues las alumnas [del Manuela Cañizares] concurren ya el Instituto. (Boletín del Instituto
Nacional Mejía N° 7 - 10, septiembre de 1933)
Desde su fundación oficial, este Plantel consideró y puso en práctica los servicios de educación
presencial inicialmente con tres categorías: internos, semi internos y externos (modalidad actual),
tal como consta en el Reglamento Interno del Plantel, en los primeros días de funcionamiento
con el entonces rector Valdemar de Korab. En la década de los años 20 se agregan los Cursos
de Extensión Secundaria. El objetivo era brindar la mayor cantidad de opciones a la gente que
necesite educación (técnica y cultural), según su situación socio - económica. La importancia de
una educación interna, radica en que se puede trabajar con los alumnos en más aspectos inherentes
a su formación, con una supervisión y refuerzos constantes de los docentes. Se garantizan de
sobremanera mejores resultados académicos y comportamentales. Sin embargo, la cada vez mayor
cantidad de estudiantes que desean entrar al Mejía, hace que se mermen presupuestos económicos y
espacios físicos para los alumnos, por lo que los estudiantes internos y semi internos desaparecen en
1936 aproximadamente, con el cambio al nuevo edificio actual. En 1949, el presidente Galo Plaza
Lasso retoma la idea del servicio de internos, haciendo habilitaciones en el cuarto piso del edificio
central. Después de un tiempo, nuevamente la demanda de más estudiantes por ingresar, sobre todo
de provincia, promueve al presidente Velasco Ibarra a la construcción de un nuevo edificio, que
cumpla funciones habitacionales. Así nace el edificio Internado en 1954, pero dura muy poco en
sus funciones, por la misma razón: la masificación estudiantil. Los dormitorios se cambian por aulas.
Heredero de un importante local para sus actividades, el novel Mejía enfrenta algunos
problemas con esta edificación, debido al uso y a los años de construcción de la misma. Este
edificio del “Beaterio”, con sus limitaciones para los nuevos usuarios activos, adiciona un problema
más: el estar en plena ciudad; un plantel educativo, con el bullicio y distracciones de la urbe, no
pueden efectivizar su trabajo. Por ello requiere estar alejado prudentemente del perímetro urbano,
con buenas y funcionales instalaciones. Ante los problemas del “Beaterio”, el Dr. Manuel María
Sánchez en 1920 menciona que “el local no presta las comodidades necesarias” […] de todas las
casas destinadas a los colegios de la República, es la del Mejía la más vetusta, y relativamente, la más
estrecha” (Guerrero, 1995, p. 69). Es así que sorteando varios asuntos legales, en 1922 se colocan
cerramientos para un nuevo local en el terreno donde hoy funciona el Edificio Central del Mejía; la
construcción es terminada e inaugurada en 1936. Este terreno se ubicaba en esas épocas ya en las
afueras de la ciudad y las grandes instalaciones proyectan gran funcionalidad, comodidad y elegancia.
56
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Laboratorio de Psicología del Mejía en 1923. Imagen tomada de la revista Vida
Intelectual N° 11 de 1923. 2. Gabinete de Física del Mejía en 1923. Imagen tomada de la revista Vida Intelectual N°11 de 1923.
3. Alumnos internos del Instituto Nacional Mejía de diversas provincias de la región costa. Imagen tomada del libro Tránsito de
generaciones de Hugo Alemán. 4. Edificio del Internado José María Velasco Ibarra. Imagen tomada del Boletín del Instituto Nacional
Mejía n° 59 - 60. 5. Edificio central actual del Mejía en proceso de construcción en la década de los 20’s. Imagen tomada de la revista
Eslabón n° 18 de la Sociedad de Egresados del Mejía. 6. Edificio central actual en construcción del Mejía en 1930. Imagen cortesía
del Archivo histórico de la Asamblea Nacional del Ecuador.
57
2.4.1.4 La ENP distribuye a sus alumnos en grupos
Aquí nos referimos a colocar de manera estricta en los cursos, a los estudiantes según su
edad. Una práctica que era no muy considerada en la educación, antes del nacimiento del Mejía.
Los pequeños desfases de uno a tres años, eran admisibles, siempre y cuando el alumno este en la
capacidad de “cumplir” la exigencia académica que aspiraba. El Mejía efectiviza y controla al 100%
el ubicar en los cursos, chicos con la misma edad. Por consiguiente este modelo es replicado sin
discusiones en otros planteles educativos.
58
Flores, se da por su constante aporte a la mejora académica estudiantil; como un ejemplo tenemos
que el 20 de noviembre de 1933, este maestro recibe este comunicado del rector ya mencionado,
Hugo Moncayo:
Los alumnos del Tercer Curso, Tercera Sección, están en el empeño de publicar una revista que llevará
el nombre de la “Voz del colegial”, y teniendo en cuenta que las publicaciones escolares deben tender al
mejor prestigio del Instituto; comisiono a Ud. para que se sirva encargarse de su dirección y guía, para
lo cual se dignará Ud. emplear sus reconocidas dotes de sagacidad y competencia.
Abelardo Flores y Hugo Moncayo, ya se conocían plenamente por haber formado parte de
la Comisión de Redacción, del primer Boletín del Instituto Nacional Mejía, en marzo de 1933. En
esta labor se les unirían Augusto Arias y Julio Vásconez. Precisamente en esa publicación, Abelardo
comparte una Guía de observación y material teórico, sobre un tema de Botánica; todo esto fiel a
sus principios educativos, modernos en la época.
Como entusiasta laico y docente activo, Abelardo apoya decididamente las actividades
deportivas, inclusive por ello se crea el trofeo “Abelardo Flores”, para los campeones de Foot ball
(Fútbol) de los torneos internos del Mejía. Adicional en sus escritos, comenta constructivamente
sobre el cansancio de los contadores comerciales en su constante y paralela actividad de cálculo
mental y escrito; y del apoyo innovador para la época, de las máquinas calculadoras, buscando
de los alumnos el mayor rendimiento y menor desgaste. Opina sobre los procesos de evaluación
anticuados y las condiciones psicológicas que se deben proporcionar a los alumnos para un mayor
rendimiento.
Abelardo mantiene contacto con otras instituciones y/o docentes investigadores, involucrados
en innovaciones pedagógicas, cumpliendo un fin difusor y formador. Esto le merece un sitial en el
panorama docente en América, que involucra también al Mejía:
59
2. The New School for social research – 11 de abril de 1934
Distinguido señor Abelardo Flores:
Tengo a honra invitar a Usted a asociarse a la Liga Internacional de Libertad Académica, en calidad
de miembro, y ser su representante y portavoz ante los hombres de estudio los maestros de su país.
[…] Esperemos que, no solamente se agregará Usted a la Liga, sino que trabajará entusiastamente en la
organización de un núcleo fuerte en su país.
Con sentimiento de alta estima, créame, cordialmente suyo. Horace M. Kallen.
3. World Federation of Education Associations – United States of America – 16 de abril de 1934
Dear Mr. Flores:
I am just writing you a little letter to say I am mentioning you in a radio address in World Goodwill
Day, May 18. It will occur here at 2:30 – 3:30. Daylight Saving Time, which will be an hour earlier than
Eastern Standard Time.
We receive your bolletins and are very glad to have them, and we hope we way hear from you at your
convenience now and then and that some day we may have Ecuador in membership in the World
Federation. We hope also to get many other South American countries.
With all good wishes, I am sincerely yours, Augustus Thomas, Secretary – General
Art. 6º - El número de ejemplares que deben imprimirse de las obras que se indican en el Artículo
anterior, será determinado según las necesidades públicas, importancia y utilidad de la obra, de acuerdo
con el Poder Ejecutivo.
60
Art. 7º - Queda autorizada la Junta Administrativa del Instituto para obtener del Gobierno que contrate
en el extranjero, tan pronto como la rentas lo permitan, una imprenta y profesores que tengan títulos
competentes en las materias que se dicten en el Establecimiento, y con preferencia el de Pedagogía.
Estas últimas cláusulas dan relieve y exigencia de producción escrita, como un fiel reflejo del
trabajo académico y artístico de docentes y estudiantes de este plantel. Siendo los medios escritos,
la forma de comunicación masiva, su uso era vital en los inicios del siglo XX. Así el fin pedagógico
se mancomuna con el social. Antes de esto, el manejo de estos medios comunicativos estuvo en
manos del sector de clase media y alta de nuestro país. Censuras y limitaciones para la expresión
del pueblo en su esencia, hacían escasas, inexistentes y prohibidas las manifestaciones innatas de
las clases sociales marginadas. Esta herencia nefasta de origen colonial mantenía a la sociedad más
desvalida en la más grande ignorancia. El clero, con sus permanentes recursos, hacía distribución
de su pensamiento y trabajo para la sociedad en diversas publicaciones escritas. Su mensaje socio
cultural religioso aseguraba todo para mantener el sistema que se había establecido. No podemos
negar que estas publicaciones, también difundían creaciones poéticas, no asociadas al aspecto
religioso y dogmático, pero de manera muy reducida; ni qué decir de las que tenían que ver con
investigación científica.
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Grupo de estudiantes de Bachillerato Internacional del Instituto Nacional Mejía en
2016. Imagen cortesía de Katya Valladares. 2. Portada de la revista Agraz de alumnos de tercer curso del Instituto Nacional Mejía de
abril de 1927. Imagen cortesía de la biblioteca Aurelio Espinosa Pólit. 3. Primera página del periódico Ensayos N° 1 época V del 5
de junio de 1965. Cortesía de Gustavo Mena. 4. Fotografía de Isabel Robalino Bolle en 1932; cortesía del archivo personal de la Dra.
Isabel Robalino Bolle. 5. Noticia de diario El Comercio del 5 de septiembre del 2012 en torno al reingreso de las mujeres al Mejía.
6. Fotografía de Alina Rubio de González; tomada del periódico El Tiempo del 19 de marzo de 1972.
61
El colegio San Gabriel de Quito fue el pionero con sus publicaciones de manera ininterrumpida
(hasta la actualidad) donde se ha difundido sus pensamientos, creencias, trabajo académico y temas
relacionados con la Iglesia Católica. Su principal publicación escrita fue bautizada como Mi colegio.
Como una ley de equilibrio y de justicia social, las juventudes laicas se plantean el objetivo de
publicar su quehacer. Esta expresión debía correr a cargo de los centros educativos creados por don
Eloy, y otros de carácter fiscal. Y es el Mejía, rebosante de un alto desarrollo académico, que daría
la pauta y se abandera de tan loable y difícil empresa, como es la de difundir en un medio hostil, las
ideas y la admiración a los teóricos y prácticos del mundo liberal. También la consigna comunicativa
era compartir los resultados de la profunda reforma que se había hecho en la educación, debido a
que los centros laicos fueron varias veces objetos de ataques de fanatismo dogmático, acusándoles
de un “nivel académico y moral bajos”.
También no era posible que las publicaciones sigan siendo exclusividad de los ricos, de los
religiosos, de los que siempre habían tenido el poder a costa de una división social humillante, la
cual habían fomentado muchísimos mandatarios antes de la llegada de Alfaro al poder.
Ante lo expuesto, los docentes y los alumnos estaban comprometidos por la ley a plasmar
de manera práctica sus conocimientos, sus impresiones e opiniones. El convencimiento pedagógico,
social y emocional de esa actividad, por parte de los primeros mejías era bastante grande. Los
alumnos de todos los cursos deseaban colaborar, con ese arrebato juvenil vigoroso propio de su
edad. No se ven barreras, más bien desafíos para estos pequeños trabajos, que serían los primeros
pasos para generar en el futuro importantes profesionales, dentro y fuera del país. Nacen así los
primeros escritos a base de “poligrafiados de imperfecta y laboriosa factura” (Alemán, 1947, p.
196). Después, conforme a los recursos, el acabado físico y el contenido irán mejorando. Muchos
de los trabajos realizados, se buscaba venderlos, para recuperar los gastos de elaboración. Por ello
no era novedad que fueran distribuidos fuera del Plantel. Como motivación adicional, los docentes
y profesionales ajenos al centro educativo, colocaban su publicidad para dar ingresos económicos,
en forma de pautaje, a estas noveles publicaciones.
Es increíble el alcance de estas actividades, que no eran tan rentables económicamente, pero
sí en lo académico y cultural. Y no era una sola publicación; muchas veces circulaban más de dos y
tres trabajos, al mismo tiempo:
• 10 de noviembre de 1933. Señor Dn. Augusto Arias: “Algunos alumnos de este Instituto, según me
han manifestado, están en el empeño de publicar una revista que llevará el nombre de “Risotada”,
y teniendo en cuenta que las publicaciones escolares deben tender al mejor prestigio del Instituto,
comisiono a Ud. para que se sirva encargarse de su dirección y guía, para lo cual se dignará Ud. emplear
sus reconocidas dotes de sagacidad y competencia.” - Hugo Moncayo.
• 21 de noviembre de 1933. Señor Doctor Don Alfredo Pérez Guerrero: “Los alumnos de Sexto Curso
de este Plantel, están en el empeño de publicar una revista que llevará el nombre de “Cubismos”,
y teniendo en cuenta que las publicaciones escolares deben tender al mejor prestigio del Instituto,
comisiono a Ud. para que se sirva encargarse de su dirección y guía, para lo cual se dignará Ud. emplear
sus reconocidas dotes de sagacidad y competencia.” - Hugo Moncayo.
• 22 de noviembre de 1933. Señor Doctor Don Carlos H. Vinueza: “Los alumnos del Segundo Curso,
Segunda Sección, están en el empeño de publicar un periódico científico – ilustrativo – jocoso, y teniendo
en cuenta que las publicaciones escolares deben tender al mejor prestigio del Instituto, comisiono a Ud.
para que se sirva encargarse de su dirección y guía, para lo cual se dignará Ud. emplear sus reconocidas
dotes de sagacidad y competencia.” - Hugo Moncayo.
62
Así, en los 123 años de creación del Mejía, de manera oficial, sus alumnos han publicado
con corta, mediana o larga duración; una amplia cantidad y variedad de revistas y/o periódicos
(entre otro tipo de publicaciones): Agraz, Antorcha, Crepúsculo, Círculo ilustrativo, Cosmopolita,
Cubismos, Cultura, Curvas del Sendero, Desde el aula, Eco estudiantil, Ensayos, Espigas, Germen
intelectual, Idea, Iniciación juvenil, Inquietud, Inquietudes, José Mejía Lequerica, La Crisálida, La
voz del Mejía, Manchas de tinta, Mejía, Nueva idea, Risotadas, Surcos, The English Club News,
Vida Intelectual. Estas son las más conocidas y/o registradas, pero hay evidencia de que se hicieron
otras más. De esa gran producción literaria, la primera y más relevante publicación, nace en marzo
de 1911: Vida Intelectual, Órgano de difusión de los Estudiantes del Instituto Nacional Mejía. Duró
hasta 1966. Luego, la segunda en importancia fue el periódico Ensayos, desde 1943 a 1994. Estas
publicaciones han sido las de mayor duración y alcance.
Lo más llamativo e importante del origen y creación de estas publicaciones es que comparten
la autogestión, cooperación y solidaridad entre el alumnado; la introducción de la imprenta en la
escuela, el texto libre (en algunos aspectos) y el método natural de lectura y escritura (como refuerzo
y mejora); normas descritas como aportes pedagógicos de Celestin Freinet5, mucho antes que este
francés las desarrolle y difunda. Los docentes y los alumnos del Mejía, de manera inconsciente,
habían ya esbozado parte de estos procesos “freinetianos”, con soberbios resultados. Ahora
podemos entender que no es coincidencia que varios países, sobre todo las dos potencias educativas
(Estados Unidos y Alemania), entre otros países, hayan tenido en cuenta al “Patrón”, por sus aportes
educativos valiosos.
Los docentes del Plantel no se quedaron atrás, es así que publican el Boletín del Instituto
Nacional Mejía, desde 1933 a 1962. Sabiamente el Dr. Alfredo Pérez Guerrero diría de esta
publicación:
Complemento de esto fuera la revista [Boletín] del Colegio en la que Profesores y Alumnos colaborarían,
obligatoria y periódicamente los primeros. En la Revista [Boletín] debe hablarse de la vida del Colegio,
sus necesidades y sus triunfos; publicarse trabajos originales en ciencias, literaturas, artes y en fin
sintetizar la esencia misma del Instituto y sus labores.
La Biblioteca de la Unión Panamericana ha recibido ejemplares del Boletín del Instituto Nacional
“Mejía” Números I, II y III del Año I, habiéndolos encontrado de la mayor importancia e interés.
En una próxima edición del Boletín de la Unión Panamericana, entre las notas bibliográficas, nos será
grato mencionar esta publicación.
Es nuestro deseo de conservar completa la colección del Boletín del Instituto Nacional “Mejía”, en
la Sección Ecuatoriana de la Biblioteca de la Unión, le agradeceríamos infinito enviarnos las futuras
ediciones. Al dar a usted las gracias por su amabilidad, me es grato suscribirme a sus apreciables
órdenes, como su muy atento y seguro servidor. Charles E. Babcoch – Bibliotecario.
--------------------------------------------------------
5. Célestin Freinet (Gars, 16 de octubre12 de 1896 - Vence (Alpes Marítimos), 8 de octubre de 1966), fue un maestro y pedagogo
francés, creador de las técnicas que llevan su nombre, utilizadas en diversos métodos de investigación pedagógica.
63
2. Costa Rica - 28 de julio de 1933
Estimado Colega [Abelardo Flores]: Agradezco el envío de su interesante Boletín que me ha dado el
placer de leerlo con la atención que merece. En la Sección “Hojeando diarios y Revistas”, del N° 5 de
América Nueva, me daré el placer de reproducir algo del mismo. El N° 4, aparecerá el 15 de Agosto y
se lo remitiré con la premura acostumbrada.
Con mis mejores saludos, quedo en ésta enteramente a sus órdenes. Julia García Games
Señor Director [Hugo Moncayo o Abelardo Flores] del Instituto Nacional Mejía
Me permito molestarle con un pedido, que lo hago nada más que impulsado por un deseo de conocer
íntimamente el pensamiento directriz de las actuales generaciones de maestros con que cuenta
actualmente ese simpático país; dicho pedido consiste en solicitar de Ud. la remisión regular y gratuita
de los números del Boletín que publica, así como de algunas obras que podrían llenar la laguna que
hay en la biblioteca de la Escuela Normal N° VII, que dirijo, carente totalmente de obras que hablen
del progreso, afán de renovación, cultura ecuatoriana, etc. En retribución podría indicarme las obras o
clases de obras que nosotros podríamos enviarle.
En la esperanza de servir esta nota como la iniciación de una correspondencia entre las dos instituciones,
me suscribo de Ud. su seguro servidor y atento amigo. – Serviliano Peralta – Director.
Dirección postal: Profesor Serviliano Peralta, Director de la Escuela Normal N° VII – Pilar
Respetado y digno señor [Hugo Moncayo o Abelardo Flores] He sido muy honrado con la resolución
del Boletín del Instituto Nacional “Mejía”, hasta el N° 4 inclusive; y como dicha Revista es un exponente
de la más elevada cultura intelectual de las letras patrias; felicito efusivamente a sus ilustrados RR. que
con sus escritos prestigian al Instituto, dentro y fuera de la República. Si el periódico sirve para ilustrar al
pueblo, y el libro para la lectura de los sabios; la Revista del Instituto “Mejía” abraza a todos los lectores.
Cuanto agradeceré al señor Administrador por la remisión del N°1, que no he recibido y queda
incompleta la colección que deseo mandar a empastar.
Con los sentimientos de la más alta consideración y respeto; soy del señor Administrador atento y
seguro servidor. Ezequiel Márquez.
Al acusar recibo de su atenta comunicación de 7 de noviembre del presente año, que me es grato
manifestarle que, animado del mismo espíritu de fomentar las relaciones espirituales y culturales que
Ud. se sirve expresarme, enviaré puntualmente el “Boletín del Instituto Nacional “Mejía” a la Biblioteca
de Ibero – Amerikanisches Institut” [Berlín]. Haciendo votos por la prosperidad del “Archivo Ibero
Americano”, me suscribo de Ud. atentamente, (f.) Hugo Moncayo. – Rector.
64
Como ya habíamos mencionado, tanto alumnos como docentes del Plantel continúan con
las actividades literarias, pese a ya no estar en la Institución formalmente: En 1940 el directorio de la
Sociedad de Egresados del Mejía decide publicar una revista, que sea su órgano oficial de difusión.
Se sugieren algunos nombres como los de: Inquietud, Fraternidad, Patria, Mejía, Ruta, Quito entre
otros. Es el señor Gerardo Chiriboga, integrante del directorio, que propone el nombre de Eslabón
y se lo aprueba por ocho votos. Y es en marzo de 1941 que aparece el primer número y el 8 de
diciembre de 2018 el último (hasta la fecha), con un total de 21 publicaciones. Los ex docentes
del Plantel no se quedan atrás, agrupados en la Asociación de Profesores Jubilados del Instituto
Nacional Mejía publican su Revista Ayer y siempre como su órgano de difusión, en el año 2008 y la
última revista el 19 de octubre de 2018 (hasta la fecha), de un total de 10 publicaciones.
Serían fiel reflejo de este punto, además del trabajo en clase propiamente dicho, los diversos
campos donde los estudiantes plasmen sus anhelos: Grupos y Sociedades literarias, Editores
de revistas, clubes deportivos, entrenamiento “militar”. El trabajo físico y el intelectual estaban
fuertemente unidos en pro del desarrollo del dicente. Entendemos por trabajo libre a la serie
de opciones que se plantean a los estudiantes. No a un libertinaje de actividades que no tienen
un proceso y un objetivo claro, que a la larga se transforman en una pérdida valiosa de tiempo,
materiales y esfuerzos humanos importantes.
Así constataremos en este y en otros libros, una cantidad muy significativa de actividades
libres y grupales de gran alcance e importancia, que le han dado sello característico al Mejía.
2.4.1.8 La ENP desarrolla la vida física del niño por medio de juegos, deportes y
gimnasia
Hace tres años el distinguido profesor del Instituto Nacional “ Mejía”, señor don Abelardo Flores tuvo
el generoso acierto de donar un hermoso trofeo a los alumnos del Instituto, para que lo disputaran en
sucesivas competencias de foot – ball […] El pensamiento del docente es hacer que los alumnos del
“Mejía”, muy amantes del deporte, no abandonen su cultivo, pues, convencido está que el deporte bien
practicado es origen de vigor físico, moral e intelectual, porque el ejercicio al aire libre robustece el
organismo; el ejercicio entre camaradas cimenta la amistad, aleja el egoísmo y despierta el sentimiento
de igualdad. Quien hace deporte, olvida los vicios que las sociedades decrépitas tienden a introducir en
las urbes a pretexto de ridícula modalidad.
Estas apreciaciones, brindan alegremente con los conceptos liberales, para dotar al alumno de
un desarrollo integral. Se da un acertado alejamiento al estatismo estudiantil, que se había normado en
la docencia. Los progresos que habían de darse en el plantel con las nuevas prácticas físicas son hasta
ahora, fuente de infinito orgullo y referencia. Los juegos y deportes han sido una de las características
trascendentes y contundentes, desde los primeros años de fundación del centro educativo. Como
un breve resumen mencionaremos que el Mejía en 1931 ganaba su primer campeonato nacional
de básquetbol. En 1941 el plantel poseía un fuerte equipo de básquet, legendario en esa década, al
punto de representar al Ecuador, en un torneo internacional contra la Selección de Colombia. El
triunfo ecuatoriano fue categórico. Aparece luego la Federación Deportiva Estudiantil (se crea el 21
de junio de 1950 y el primer campeonato empieza el 22 de noviembre del mismo año) y entre 1955
a 1959 el Mejía es campeón consecutivamente en el Básquetbol. En 1964 contra el Colegio San
65
Pedro Pascual recupera su reinado, hasta 1967. Quince años de sequía terminan el 25 de abril de
1972, al vencer el Mejía al Colegio San Gabriel. Desde ahí hasta 1986, el invicto campeón duraría
ininterrumpidamente 14 años. Luego vendrían los campeonatos 1993, 1994, 1995, 1998, 2009,
2012; y el más reciente contra el Colegio La Salle, el 8 de junio del 2016. Todos estos triunfos en la
categoría superior. Existen más en las otras categorías.
En fútbol se resalta que los wambras del Mejía, formarían parte de equipos profesionales,
como el Sport Club Quito, Libertad, Sociedad Deportiva Aucas y Liga Deportiva Universitaria de
Quito, entre otros. El 5 de junio de 1939, se estrena el equipo del Mejía que ingresa a primera división
del fútbol provincial, equipo formado entre alumnos y profesores. Luego este equipo participaría en
la categoría sub 18, solo integrada por estudiantes, en la Federación Deportiva Estudiantil. El Mejía
es amo absoluto, con 32 campeonatos hasta la fecha de esta publicación, en diversas categorías sub
18, sean estudiantiles, amateur y campeonatos diversos. Si mencionamos categorías sub 12, sub
14 y sub 16, la cantidad de campeonatos aumenta considerablemente. Además uno de sus títulos
intercolegiales nacionales lo alcanzó en la década de los 80, ante un poderoso rival, el Colegio Vicente
Rocafuerte de Guayaquil. Tal es su contundente presencia que es invitado a partidos amistosos con
equipos profesionales: el 19 de marzo de 1919 el Mejía golea 5 a 1 al Sport Club Universitario (Liga
Deportiva Universitaria de Quito) y el 23 de marzo de 1988 el Mejía gana 1 a 0 a la Selección juvenil
del Ecuador. Dentro de los mencionados campeonatos sub 18 recordamos sus años: 1973, 1982,
1983, 1985, 1986, 1987, 1988, 1989, 1990, 1991, 1992, 1993, 1998. Y en la última década:
En honor al espacio del libro, omitimos la inmensa cantidad de triunfos de otras actividades
deportivas del “Patrón”. El plantel se ha destacado en Atletismo, Boxeo inglés, Boxeo tailandés
Muay Thai, Gimnasia olímpica, Judo, Karate, Lucha olímpica, Natación, Pin pong, Street workout,
Taekwondo, Tenis, y Volleyball. Toda la actividad deportiva de este Plantel, merece sinceramente
una enciclopedia propia. El fomento a estas actividades y los logros, corresponden indiscutiblemente
a las metas de la Escuela Nueva y el Liberalismo.
El egresado y docente del Mejía, Dr. Jorge Vallarino Donoso, nos comparte este comentario
en 1933:
Las nuevas orientaciones pedagógicas del adolescente, de una Pedagogía inspirada en la visión más
acertada de la naturaleza, han de rendir para más tarde, de hermosos y prácticos resultados. Acercarse a
la realidad, mirarla de cerca, palparla si es posible, es el mejor acervo con que el magisterio de segunda
enseñanza ha de contribuir a causar a la juventud estudiosa por nuevos y mejores senderos. […] Así
comprendieron los profesores de Física y Química del Instituto, y a su noble interés, han respondido
los alumnos de 5° curso, jóvenes de una nueva generación, con verdadero entusiasmo y si se quiere
con cariño. […] La excursión científica con el objeto de conocer y estudiar las aguas de Tesalia y las
industrias a que ha dado origen es, a no dudarlo, uno de los mejores bagajes de cultura que conservarán,
para siempre, los alumnos del referido Curso. (Boletín del Instituto Nacional Mejía N°5 y 6, julio de
1933)
66
Estas actividades se consideran importantes en diversas materias, acercando la realidad del
conocimiento al alumno y como ayuda didáctica de gran alcance para su asimilación y aplicación.
Antes de la introducción del Laicismo todo se “veía, oía, gustaba, palpaba y sentía” en un aula
y/o en un libro. Jorge, hombre emblemático que llegó a ser alcalde de Quito6, debió haber vivido
y disfrutado plenamente ese proceso educativo, de vinculación directa con los conocimientos
prácticos, cuando pasó por las aulas del Mejía.
Ahora si bien es cierto que estas actividades hoy sean más o menos comunes, en los
primeros años del centro educativo, eran revolucionarias. Personalmente recuerdo que mi maestro
de Geografía, en cuarto curso del Mejía, al tratar el tema de los volcanes ecuatorianos, nos llevó
de excursión al volcán Cotopaxi, como parte del examen de trimestre; “la Geografía se aprende
viajando, no solo en los libros…” decía…
El 18 de febrero de 1933, el egresado del Mejía (en 1908) y rector, Dr. Catón Cárdenas (el
15°, desde el 4 de enero de 1933 hasta mayo de 1933), consideraba muy importante esta solicitud
para los docentes a su cargo: “Me permito pedirle que en el recinto de clase, sacrificando momentos
de la ciencia, dedique Ud. [maestro] unos instantes breves de cultura general y urbanidad.” Así nace
en el Mejía, desde sus inicios, el fuerte sentido cultural que es el que le da junto al área académica
su mayor representación. Catón replicó lo que él de seguro vivió, cuando fue alumno del Mejía.
Pasarían muchos años más para que los deportes formen el poderoso tridente de identidad
del Mejía. La gran mayoría de rectores fueron proclives a permitir y fomentar este desarrollo
cultural, para dar un nivel más de prestigio al Plantel que regían. Los que no (no hay necesidad
de nombrarlos, son muy pocos) se apartaron del sendero con el que el Mejía nace, seducidos por
intereses políticos y económicos personales.
La gran mayoría en cambio, hizo todo lo que tuvo a su alcance, incluyendo una lucha
frontal contra las autoridades ministeriales negativas, a fin de precautelar que los alumnos tengan y
aprovechen conocimientos y recursos. Este apoyo no estuvo ajeno a la Cultura: de ahí que hayan
visto la luz más de treinta publicaciones escritas diferentes, se haya dado énfasis a la Literatura,
Declamación y Oratoria, y nacieran más de diez agrupaciones musicales diversas (Ver Capítulo IV).
Mencionamos que los festejos hacia el patrono del Plantel, el quiteño José Mejía Lequerica,
se revestían principalmente de manifestaciones culturales, sobre todo el día central del 19 de
marzo; estos actos interesantes y bien logrados, generaron una profunda y favorable impresión
en la sociedad quiteña y nacional. Duraron desde la fundación del Mejía hasta 1985; cuando era
rector el Dr. Víctor Andrade López y por sugerencia del vicerrector el Lic. Edwing Guerrero Blum
se cambian estas “Fiestas Patronales” por “Jornadas Culturales”. El cambio se da, al constatar
que en las mencionadas fiestas, pocos estudiantes y docentes asistían en esa década, porque esos
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6. Los mejías que ocuparon la máxima dignidad en el Municipio de Quito fueron: Dr. Galo Plaza Lasso (Egresado del
Mejía en 1925) Período desde el 1° de enero al 31 de diciembre de 1937 como Presidente del Concejo Municipal; y
como Alcaldes Municipales: Dr. Carlos Andrade Marín (Egresado del Mejía en 1921) Período 1955 – 1959, Dr. Julio
Moreno Espinosa (Egresado del Mejía en 1935) Período 1959 – 1962, Dr. Jorge Vallarino Donoso (Egresado del Mejía en
1928) Período 1962 – 1963, Dr. Luis Pallares Zaldumbide (Egresado del Mejía en 1937; cuñado de Galo Plaza Lasso)
Período 1966 – 1967 y Gral. Paco Moncayo Gallegos (Estudiante del Mejía hasta tercer curso) Período 2000 – 2009.
67
días de programa no había asistencia a clases; muy diferente a lo que sucedía hasta los años 70,
más o menos. Estas “Jornadas Culturales”, también se implementaron en las fiestas de fundación
del centro educativo, realizadas en junio.
Los trabajos culturales escritos que se hacían en el Mejía, sobre todo en las décadas de los
30 y 40, llegaron a tener gran repercusión, inclusive fuera del país. Como un ejemplo compartimos
un documento del 21 de noviembre de 1933, donde el Lic. Hugo Moncayo, rector del Plantel,
hace un pedido a Julio Urresta (docente ¿?): “Por cuanto se ha solicitado de este Rectorado algunos
datos para enviarlos a la República Argentina, comisiono a Ud., dados sus conocimientos, se sirva
presentar en Secretaría, un memorándum sobre “Elementos destacados en la Cultura General:
Ciencias, Artes, etc.”
Uno de los resultados del enfoque cultural - académico, es la siguiente y resumida lista de
escritores y poetas del Mejía más importantes, entre alumnos (mayoría) y/o docentes en orden
alfabético. Sin omisión artística, los músicos se los puede encontrar en el Capítulo IV:
Francisco Acosta Yépez, Jorge Enrique Adoum, Augusto Arias, Galo Arroyo Espíndola, Jaime Barrera,
Guillermo Bossano, Gustavo Buendía Núñez, Jorge Carrera Andrade, Alejandro Carrión, Ricardo
Descalzi, Juan Erazo, Gonzalo Escudero, Jorge Icaza, Santiago Jervis, Fernando Jurado, Ignacio Lasso,
José Alfredo Llerena, Hugo Moncayo, Jaime Muñoz, Alfonso Murriagui Valverde, Marco Ordóñez,
Galo Rene Pérez, Gonzalo Pozo, Edmundo Ribadeneira, Enrique Terán, Raúl Pérez Torres, Humberto
Vacas Gómez, Félix Valencia, Simón Zavala.
Esta categoría se consiguió en cierto grado, porque se debía cumplir un currículo y la educación
giró en gran parte en torno al maestro. Sin embargo, hemos mencionado que las actividades literarias
escritas comparten una gran semejanza con las teorías de Freinet. Estas actividades del Mejía bien
pudieron entonces encontrar un punto de conciliación con la educación tradicional. Pero en general
los alumnos no decidían qué hacer por sí mismos. En el Mejía, el enfoque y la disciplina para llegar
a un objetivo serán las respuestas a este apartado; el ideal romántico de elección “libre” hasta ahora
es un tema que requiere análisis e investigación, no en vano las teorías pedagógicas antiautoritarias
quedaron en eso, en teorías. Adicional, la elección eventual se debe generar de entre una media de
la aspiración del estudiante y la aspiración de la escuela (Ver página 53: principios pedagógicos). El
principio fundamental de esta institución es formar para la sociedad, mientras el alumno se nutre
como individuo.
Un margen importante de elección que no podemos dejar pasar, pero no de los alumnos,
sino de los docentes, se da a raíz de las ideas de concepción del mismo plantel: al ser este el primero
Instituto laico, regente del resto, adquiere autonomía académica (y hasta económica) durante un buen
tiempo, lo que le permite investigar e innovar en el área educativa. Esto bien guiado e implementado
en otros planteles, supondrá cambios positivos increíbles. En 1933, Alfredo Pérez Guerrero rescata
ese gran acierto de la Revolución Alfarista, en estos términos:
En primer lugar, la autonomía administrativa y pedagógica. El Estado sólo señalaría los lineamientos
generales de la educación para que esta sea nacional y democrática; pero cada Establecimiento se daría
su propio reglamento y elaboraría sus programas y el sistema de aplicación de ellos. La minuciosa
reglamentación actual se explica por la inercia y la falta de iniciativa y de saber en el personal docente
de muchos colegios; pero no habiendo este inconveniente, es mejor dejar al criterio docente las formas
de educación en el detalle. Así, cada establecimiento amoldaría sus sistemas a sus medios, al número y
condición del alumnado, a las modalidades físicas y morales del lugar en que se halla.
68
Este hecho interesantísimo y valioso es una de las reformas estructurales, que marcaron
decididamente en positivo al Mejía (Autonomías de este tipo existen desde 1972 en Finlandia, y han
colocado a este país como referente educativo mundial hasta la actualidad). El Mejía con buenas
etapas de ingresos económicos y una relativa independencia administrativa – educativa, pudo decidir
acertadamente por cuenta propia.
Por ley, el Mejía controla a los otros planteles educativos, tanto en sus mallas curriculares,
como en los resultados académicos y evaluaciones finales, previos a la obtención de títulos de
bachillerato. La independencia definitiva de los otros planteles, en torno al control del Mejía, se
da en la década de los cuarenta aproximadamente. El Mejía “deja” de ser guía académica (por lo
menos oficialmente). Sin embargo en enero de 1991 el “Patrón” presidió la Comisión Nacional, que
metodizó y estructuró el Modelo Alternativo de Educación que se diseñó en el Primer Congreso de
Planteles Experimentales realizado en la ciudad de Guayaquil. En mayo del mismo año se firmaría
el Modelo Alternativo de Educación para Ecuador, en las instalaciones del Plantel. Un gran avance
pedagógico en nuestro país.
La elección que sí tuvo el alumno, se dio en la especialidad a la que accedía, desde cuarto o
quinto curso del nivel secundario. Bachilleratos en Filosofía, Telegrafía, Contabilidad, Comercio,
Humanidades Modernas, posibilitaban a los alumnos ya definir un rumbo y adquirir un medio
de trabajo en el futuro. En 1945 ya se había planteado la posibilidad del bachillerato único, con
argumentos válidos para esa época. Sin embargo el creciente desarrollo tecnológico, la abrumadora
cantidad de conocimientos y destrezas obligan a generar especialidades académicas, lo que significó
un gran avance educativo. Pero finalmente en el gobierno de Rafael Correa, desde 2007, se elimina
estos importantes logros de elección estudiantil. Al implantarse un “Bachillerato Unificado”, junto a
una cantidad increíble de conocimientos actuales a nivel mundial, se ha conseguido una saturación
mental y desperdicio de tiempo gigantescos a los estudiantes y a los docentes, provocando en
descenso importante en el nivel académico, no solo en el Mejía. Se estudia de todo y no se sabe
nada, de manera significativa.
Nuevamente Pérez Guerrero, en 1930 decía “[…] se prescribe que la enseñanza debe cuidar,
a la vez, de la instrucción y de la educación moral de los alumnos y encausarse en un sentido de
realismo y práctica.” El ser moral, el fin mayor de la educación, se llega en base a la práctica. Y en
general, este proceso didáctico fue el que condujo a gran cantidad de materias en el plantel, a que
sean bien asimiladas, y que los alumnos, alcanzaran un pleno desarrollo asociado a ellas en general.
En este capítulo hay variadas evidencias del trabajo en la vida real, alejado de las teorías cerradas,
memorismos y verbalismos sin sentido. A continuación, otro documento de secretaría del Mejía,
que confirma lo expuesto:
Ensayos literarios.– Con el fin de que la materia de Castellano que estudian los alumnos tuviera inmediata
aplicación, en varios de los cursos del Instituto los estudiantes han fundado órganos de publicidad que
les servirán para dar a conocer sus ensayos, al mismo tiempo que contribuirán a desarrollar su espíritu
corporativo.
Entre las publicaciones aparecidas debemos mencionar: “Risotada” que ha llegado al tercer número
y que corresponde a tercer curso. Su material de lectura es interesante, pues sus autores se han
propuesto, en la medida de sus fuerzas, hacerla digna del curso de que es vocero. De continuar en esta
forma, seguros estamos que los resultados serán beneficiosos por aquello de que se aprende a escribir
escribiendo, a dibujar dibujando…
69
2.4.2.4 La ENP apela a la actividad pública del alumno
Se implementan interesantes actividades para que el alumno demuestre sus conocimientos
y capacidades. Algunas fueron replicadas sabiamente por otros planteles educativos y el resto han
quedado como únicas del Mejía. Citaremos las más importantes. La primera consiste en los exámenes
públicos. Desde los primeros años del Plantel, estas evaluaciones fueron muy comunes. Por ejemplo
vamos al 17 y 18 de marzo de 1902 al mencionado centro de estudios, donde concurren a dicho acto
el primer magistrado de la nación, ministros de estado, ministros de la corte suprema, director de
estudios, rector de la Universidad Central, rector del Seminario Mayor, rector del Colegio Particular
de los Jesuitas, personan notables y padres de familia:
El acto dio comienzo con la intervención del señor Manuel M. Salguero, alumno de Literatura, cuyo
discurso en algunos fragmentos, me permito transcribir. “En el progreso de la vida escolar, en que
las arduas faenas del estudio y la severidad disciplinaria alternan con los infantiles juegos, nada tan
halagüeño para nuestros corazones que estos actos de prueba, etapas de la jornada de la instrucción,
en que a par del descanso se toma, podemos presentar a nuestros directores una modesta florecilla,
alcanzada en la escabrosa senda del saber.”
Vais a presenciar, señores, una acto, que, si bien sencillo y desprovisto de pompa, no dejará de
impresionaros hondamente; porque veréis en él la resultante de muchas energías, que, aunque
desarrolladas en silencio, son el principio de incalculable efecto para el futuro...”
Hay una parte a que referirse a los maestros, expresa así: “Ellos nos dicen: el hombre es el rey de la
creación; ninguno es señor de otros; se siempre digno y ama a tus semejantes como a hermanos; y
nosotros escuchamos luego en el fondo de nuestro ser una voz que nos dice: Libertad!, dignidad!,
fraternidad!...”
Las pruebas versaron sobre exámenes de Literatura, Idiomas, Filosofía, teóricos y prácticos de Telegrafía
y Taquigrafía.
El profesorado que sentó las bases de una sabia educación estuvo integrado por el primero, segundo y
tercer año de humanidades, por el señor Ramón Ojeda, señor Isidro R. Ayora y doctor José M. Ayora;
Literatura a cargo del doctor Manuel E. Rengel; Filosofía, señor Abelardo Posso; Matemáticas doctor
Daniel López E.; Física y Ciencias Naturales, doctor Juan J. Egüez; Historia Universal y Patria, doctor
Julio Casares; Inglés, señor Enrique L. William[a]s; Francés, señor Daniel E. Proaño; Taquigrafía,
señor Alejandro Muñoz y Telegrafía, señor Roberto Núñez.
El cuerpo de Inspectores y Bedeles constituyen los señores Eloy Pérez, Néstor Rodríguez, Melchor
Aguirre; José Elías Flores, Ricardo Marriagui y Luis A. Ordóñez. Actuaba como secretario el señor José
E. Lara; Colector, señor Ramón A. Carrillo; Bibliotecario señor Abelardo Ribadeneira.
Este tipo de actividades, fueron más o menos constantes en varias etapas del plantel, y
evidentemente fueron replicadas por otros centros educativos. Después serían transformadas en las
famosas “sabatinas escolares”, que duraron hasta mediados de la década de los 90, más o menos (En
mi memoria recuerdo haber asistido a dos cuando estuve en la escuela).
Vale comentar que el mismo diario El Comercio, el 28 de junio de 1906, nos comenta como
se trataba con justicia y respeto, al proceso educativo del colegio San Gabriel, al ser supervisado por
el Instituto Nacional Mejía:
Éxito brillante.- El joven Jacinto Jijón Caamaño, hijo del Sr. Manuel Jijón Larrea, rindió ayer un examen
lucidísimo en el Instituto Nacional Mejía. Los examinadores, después del acto de prueba, le aprobaron
por aclamación. Sea esta la ocasión de reconocer una vez más la justicia é imparcialidad con que
proceden los profesores de dicho Instituto con los alumnos del Colegio de los Jesuitas.
La segunda actividad, innovadora y original fue la creación en el Mejía del “Colegio del
Aire”, un programa radial que buscaba un mayor alcance educativo para el Ecuador. Es el 22 de
octubre de 1936 donde se cristaliza esta importante obra. A continuación el documento que autoriza
la creación de este espacio:
70
Señor don Clarence W. Jones
Director de las Estaciones H.C.J.B.
Aplaudo y doy la autorización oficial, para la formación del “Colegio del Aire”, con Catedráticos del
Instituto que regento y por medio de las Estaciones Radiodifusoras H.C.J.B., de su dirección. La obra
propuesta por usted, será un valioso factor cultural en el País y, el prestigio de esas Estaciones dará
mayores frutos. Aprovecho la oportunidad para presentar al señor Jones, Catedrático del Instituto, el
testimonio de mis consideraciones.
Dr. Carlos Andrade Marín, - Rector.
(Boletín del Instituto Nacional Mejía, año IV, N° 32 – 38, Abril de 1936 – Abril de 1937)
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. 2. 3. y 4. Portadas de algunos de los libros publicados por Abelardo Flores. Cor-
tesía de la Biblioteca del Instituto Nacional Mejía. 5. 6. 7. y 8. Portadas de la revista Vida Intelectual del Instituto Nacional Mejía,
en el orden están expuestas: Revista 1 – 1911, Revista 5 – 1917, Revista 11 – 1923 y Revista 15 – 1941. Cortesía de la Biblioteca del
Instituto Nacional Mejía. 9. Primera página del periódico Espigas culturales de la Sección Nocturna del Mejía en 1954. Cortesía de
la Biblioteca Aurelio Espinoza Polit. 10. Boletín del Instituto Nacional Mejía N° 63, en 1962. Cortesía de la Biblioteca del Instituto
Nacional Mejía. 11. Portada de la Revista de Arte, Educación y Letras del Instituto Nacional Mejía de 1976. Cortesía de la Biblioteca
de la Sociedad de Egresados del Instituto Nacional Mejía. 12. Portada de la revista Ad Astra del Instituto Nacional Mejía de 2004.
Cortesía de la Biblioteca del Instituto Nacional Mejía.
71
Los temas que ahí se trataron giraron en torno a Higiene Social, La Novela, Moral, Sociología
y Música. El alcance de este proyecto de Extensión Secundaria tuvo gran relevancia y alcance
nacional. Es digno de reconocer el fraterno trabajo mutuo que tuvieron la mencionada estación
de radio, de creencia católica, con el plantel laico. La convivencia y trabajo efectivo no se vieron
afectados por diferencias ideológicas en lo absoluto, sin que ninguna de las partes sea obligada,
criticada o censurada en su quehacer.
En 1941, sería la misma radio, en conjunto con la estación radial El Palomar, que emita una
serie de charlas radiofónicas intelectuales y educativas, con egresados (de 1914 y 1915) del Mejía y
del Colegio San Gabriel. En 1964 aparece en el Mejía el Club de Radiodifusión Literaria, con un
programa cultural, un noticiero y un espacio del pensamiento libre llamado Senderos de juventud,
dirigido por los alumnos de quinto curso: René Pozo Astudillo (director) y Hernán Lovato Romero
(director del programa televisivo de canal 4, Patria y juventud). Duró hasta 1966 en programación
sabatina de 19h00 a 20h00 (pregrabado de 10h00 a 12h00). Tuvo con una gran aceptación y se
emitió en la Radio Nacional, ubicada en la calle Olmedo y Manabí. El programa fue iniciativa de
estos estudiantes.
A continuación una tercera actividad estudiantil académica y emblemática del plantel, como
es el Club de Oratoria y Declamación José Mejía Lequerica, fundado por el ya mencionado Dr.
René Vinicio Pozo Astudillo. Él fue integrante de la Banda de Guerra del Plantel, gran atleta y
egresado del Mejía en 1966. Fue docente del Mejía desde el 2000 hasta 2018. Fue director del
Departamento de Actas del Congreso Nacional, secretario general del Consejo Provincial de
Pichincha de los prefectos Dr. Fabián Alarcón (1984 – 1987) y Dr. Marco Landázuri Romo
(1988 – 1992) y secretario particular del prefecto Sr. Federico Pérez Intriago (1992 – 1996). Fue
vocal en 1976, tesorero en 1990 y presidente desde 1991 hasta 1996, de la Sociedad de Egresados
del Mejía y en 2008 jefe de actas de la Asamblea Constituyente.
Sin embargo la Oratoria ya aparece en escena en la formación académica de los inicios del
Plantel; en 1911 destaca Neptalí Olea, en 1923 Jorge Icaza, en los años sesenta Rene Pozo, Miguel
Egas y Ciro Santillán.
Este agrupación de oratoria nace con el Dr. Rodrigo Astudillo, docente del Mejía, como
una actividad “extracurricular” desde 1994 aproximadamente; luego es retomada con más fuerza y
como club propiamente por el Dr. René Pozo, desde el 2000 hasta el 2018. La obligatoriedad de
“ser primeros o ser primeros” era la meta, para dejar en la cúspide al Instituto Nacional Mejía. Sus
integrantes hacían sus ensayos los sábados a las tres de la tarde en el Círculo de Periodistas y la Casa
de Sucre, porque no siempre les prestaban una aula en el Mejía. Allí compartían conceptos técnicos
y los ponían en práctica, para un trabajo de calidad en la importante destreza de hablar al público.
René jamás recibió dinero alguno, por estas enseñanzas; ese enorme espíritu laico y altruista, no solo
lo compartía con alumnos del Mejía, sino también a jóvenes de otros centros educativos tales como
María Angélica Idrobo, Manuela Cañizares, Juan Pío Montúfar, 24 de mayo, Spellman femenino
entre otros. Además han asistido a sus enseñanzas varios adultos. Tanto ellos como los mejías, salían
victoriosos en sendos concursos. Un bautizo original que René incorporó al grupo, consistía en
que previo a un concurso, citaba a su futuro orador el fin de semana a mediodía en las gradas de la
Catedral en la Plaza Grande de Quito, para que exponga su discurso delante de gente desconocida,
lo que motivaba extrañeza y luego admiración, para esos valientes y vigorosos jóvenes. Ya en los
concursos, asistían solamente el instructor, el participante y dos o tres personas del grupo, pues las
autoridades del plantel no autorizaban más gente y/o barras.
Reconocidos estudiantes de verbo generoso y actitud entusiasta nutrieron y nutren el
mencionado club. Entre ellos tenemos a Darío Trujillo, Danny Trujillo, Juan Carlos Caicedo, Diego
Puente, Franklin Hermosa, Erick Arias, Ignacio Latorre, Juan Carlos Pozo, José Robayo, Carlos
Muñoz, Jimmy Clavijo, Gino Franco, Javier Campoverde, Katerine Del Salto. Edwin Caiza, Daniel
Pérez, David Conterón, David Sisalema, Omar Proaño, Lenín Caiza entre otros.
72
Mencionamos con más detalle a algunos, como al señor Nicolás Bustillos, contumaz
orador entre 2002 – 2007, particularmente no se gradúa en el Mejía, porque gana el Concurso
de Oratoria Rotary International, cuyo premio consistía realizar el sexto curso, con todo pagado,
en Fort Lauderdale (Estados Unidos). Debido a su impecable rendimiento académico, el mismo
Rotary Club le beca para realizar sus estudios de tercer nivel en Alemania. Sin perder ese rumbo y
capacidad, siguió con un masterado en Economía, en el mismo país europeo.
También mencionamos al señor Henry Tigse imborrable de la memoria por sus intervenciones
lúcidas y llamativas, ganó el Concurso Intercolegial de Declamación en el Municipio de Quito, con
un tema bien logrado sobre Simón Bolívar.
Finalmente tenemos al señor Iván Bolívar Ruiz González, nacido en Quito el 28 de marzo
de 1992; ingresa al Instituto Nacional Mejía en 2004 y egresa del mismo el 9 de julio de 2010. Su
amor y gran desenvolvimiento en las Letras y la Oratoria, fueron en parte herencia de su padre, el
periodista y doctor en Jurisprudencia, señor Bolívar Ruiz Portalanza, de tendencia conservadora.
Este último siempre estuvo involucrado con las letras nacionales; participó en varios periódicos
estudiantiles de la Universidad Central de Quito y de la Universidad Católica; inclusive fundó el
periódico El Puño de esta última institución educativa. Iván Ruiz 7 actualmente es vicepresidente
de la Sociedad de Egresados del Mejía 2019 – 2021. En el Mejía fue parte del Club de Periodismo,
participando en el Concurso Nacional de la Universidad de las Américas - UDLA, consiguiendo el
Segundo Lugar en Medios Impresos, Primer lugar en Medios Electrónicos y Mención Honorífica
en Radio, importantes logros después de varios años que el Mejía dejó de alcanzar triunfos, en
concursos de periódicos estudiantiles.
Finalmente resaltamos el aporte del Msc. Milton Cáceres, docente de Inglés del Mejía, para
realizar la Oratoria en esta lengua, con los mismos alumnos del Msc. René Pozo, fue de importancia
y ejemplo para otros planteles educativos a partir del año 2000. Y el licenciado Pedro Rubén Román
Naranjo, quiteño y nacido el 10 de julio de 1960, ingresa al Mejía en 2014, como docente de Lengua
y Literatura y toma la posta de dirección del Club de Oratoria, ante la jubilación de René Pozo.
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7. Estudió CCPP (Ciencias Políticas) y RRII (Relaciones Internacionales) con una beca completa de la Universidad Dos Hemisferios y
otra beca del Municipio de Quito. Fue funcionario judicial, donde capacitó a jueces y otros funcionarios judiciales a nivel nacional.
Actualmente estudia una maestría en Políticas Públicas en FLACSO Ecuador, con una beca de estipendio otorgada por la Universidad.
73
Eloy Alfaro, Spellman, Americano, Vicente Rocafuerte (Guayaquil), Bolívar (Ambato), 5 de agosto
(Esmeraldas) y Bernardo Valdivieso (Loja). Y lo mismo de los países de Colombia, Venezuela,
Chile, Perú, Bolivia, Paraguay, Ecuador, El Salvador, México, República Dominicana, Costa Rica,
Nicaragua, Panamá, Estados Unidos, Canadá, Portugal, España, Francia, Inglaterra, Italia, Holanda,
Austria, Alemania, Suiza, Suecia, República Árabe Unida, Australia, China, Japón entre otros.
También asistieron al acto los Ministros de Gobierno, Obras Públicas e Industrias y Educación; el
Nuncio Apostólico, agregados culturales de las Embajadas, Fuerzas Armadas, entre otros.
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Atletas del Instituto Nacional Mejía que participaron en las terceras competencias
atléticas intercolegiales organizadas por la Federación Deportiva de Pichincha en Quito, del 28 al 31 de mayo de 1951. Se encuentran
en el patio central del Mejía, acompañados de los profesores Víctor A. Figueroa y Rodrigo Sosa Galárraga; Fotografía de Luis Pache-
co. 2. Equipo del Mejía, bicampeón de fútbol, categoría Sub 18 en 2017. Imagen de dominio público. 3. Equipo campeón de básquet,
categoría cadetes en 2012. Imagen de diario La Hora. 4. Equipo de karate do, campeón del año 2018. Imagen de dominio público.
74
2.4.2.5 La ENP recurre a los intereses espontáneos del niño.
No hay evidencia de que este principio se haya realizado en el Mejía alguna vez.
Desde sus inicios, el Mejía cumplió su actividad académica regular en la mañana, aprovechando
la energía fresca de estudiantes y docentes. Sin embargo al poseer categorías de alumnos internos,
semi internos y externos, la jornada de trabajo se extendía en la tarde; y con la implementación de
la Extensión Secundaria, hasta la noche. En 1936 desaparece el internado (casi definitivamente) y el
semi internado. Luego en 1947, los antiguos Cursos de Extensión Secundaria se transformarían en
la Sección Nocturna del Plantel. En los años 50 y 60 se implementa la doble jornada, que consistía
en trabajar en la mañana y la tarde, con un receso a mediodía para que los alumnos almuercen. En
los 70’s se opta por la jornada única presencial, matutina o nocturna, que se mantiene hasta el 2014,
cuando se incorpora la Sección Primaria matutina del Mejía, en el Edificio Sur, lo que obliga a una
re adecuación física en los edificios Internado y Central; así estos asumen las tres jornadas: matutina,
vespertina y nocturna.
Aclaremos que la idea de hacer pocas materias por día, no necesariamente se relaciona
con pocas materias en un período escolar. Esa carga horaria estará determinada tanto por las
necesidades de la institución, de los estudiantes y de los medios al alcance. Inicialmente el Mejía
cumple con la consigna pedagógica de pocas materias al día y en el año escolar: en 1897 la malla
curricular planteaba seis materias obligatorias y una adicional facultativa en el primero, segundo,
cuarto, quinto y sexto cursos de Enseñanza Secundaria; en tercero siete materias obligatorias y
ninguna facultativa. Adicional los estudiantes debían cumplir con horas de Catecismo, Historia de
la Religión y Ejercicios militares; se supone en calidad de “extracurriculares”. Está cantidad de
materias se mantuvo más o menos constante, de entre 8 a 10, según el nivel educativo (Iban y venían
materias según la necesidad, y las de corte religioso desaparecen definitivamente en 1907) hasta que
en 1987 se introduce una valiosa reforma, orquestada por el rector Víctor Andrade López, donde
se propone una malla curricular de once a trece materias (la cantidad aumentaba a la par que subía
el curso), con un proceso evaluativo de porcentajes, que facilitaba que el alumno no pierda el año
por una sola materia, pues las otras compensaban los resultados evaluativos cuantitativos. Cuando
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el alumno tomaba su especialidad, lo hacía en el ciclo diversificado, que eran los dos últimos
años del colegio, recibía doce o trece materias, pero en dos grupos: las esenciales de su opción
profesional (entre cinco y siete) y las restantes complementarias, cada grupo con un porcentaje
propio. Al juntarlas para la nota definitiva, las materias de especialidad tenían un 75 a 80 por ciento
de la nota final. Algo extraordinario, pues el alumno se dedicaba a trabajar más a conciencia las
materias de su elección, preservando genialmente y en gran medida, los preceptos pedagógicos de
la Escuela Nueva. Esta modalidad duró hasta el 2011. Cuando el Ministerio determinó la aparición
de la evaluación individual, sin porcentajes grupales y el Bachillerato Unificado, que mantiene una
cantidad excesiva de materias, que van muy en contra de las condiciones pedagógicas de la Escuela
Nueva, que bien habían sido ganadas.
Esta característica duró desde la fundación del Plantel hasta el año 2011, cuando el Ministerio
dividió el año escolar en dos ciclos quimestrales.
Como una extensión del apartado anterior, los alumnos aportaron de cierta manera con su
trabajo, a la institución. Lo hicieron de manera indirecta con sus padres al pagar módicas inscripciones,
matrículas, ciertos materiales para clases y derechos de grado. En la época de autogestión, estos
dineros se reutilizan en el mismo Plantel. Otra manera de aportar, pero para sí mismos, es cuando
los estudiantes cobraban por sus revistas y periódicos, con lo que se recuperaba la inversión que
había hecho el Plantel, en sus esmerados trabajos.
Es oportuno mencionar que el concepto de comunidad escolar en el Instituto Nacional
Mejía, es el más desarrollado en el Ecuador: está formado por docentes activos, estudiantes,
administrativos, empleados, padres de familia, egresados y docentes jubilados. Cada uno de ellos
posee organización y asociación, algunos de ellos poseen fondos propios, los cuales son usados
dentro de toda la comunidad mejía, hasta la actualidad. Los aportes entre estos grupos también se
manifiestan en lo académico, estructural, legal e identitario. La finalidad es el buen nombre y sitial
alto del plantel. He aquí uno de los secretos del porqué es tan fuerte y trascendente el accionar (y
el amor propio) del plantel, en el devenir diario e histórico de nuestro país… y en ciertas épocas en
otros países...
76
2.4.4.3 En la ENP se procede a la elección de jefes o tutores
[…] caracterizaría por su realismo y utilización inmediata de los conocimientos enseñados. Aquí, más que
en la docencia de los cursos regulares, hay que prescindir de la teoría abstracta, la definición abstrusa, la
imposición dogmática. Las materias de la extensión serían las de más utilidad para los oyentes: Dibujo,
Artes Mecánicas, Música, Historia, Instrucción Cívica, Contabilidad, Taquigrafía, etc. El horario tendría
que ser nocturno, y fuera crear algunos diplomas, premios o garantías para los asistentes más aplicados
o asiduos.
Anterior al Liberalismo, los castigos físicos y psicológicos estaban al día. Era la creencia de
que “la letra con sangre entra”. Estas agresiones y castigos fueron abolidos con la Revolución Liberal.
Fueron sustituidos por motivación y férrea disciplina, que no socavaban malos comportamientos
y/o rendimientos, de docentes y alumnos por igual. Hubo docentes que insistieron en prácticas de
este tipo, por lo que fueron separados de la Institución, en diversas épocas. Otros docentes usaron
“estrategias” psicológicas bastante fuertes, para retar y desafiar a los alumnos, con muy buenos
resultados. Bien entendidas y aplicadas estas pueden fortalecer el cuerpo, la mente y el espíritu
estudiantil, de ahí que se dice en el habla común del plantel: “Los mejías tenemos el alma de
acero…” En torno a los premios, prevalecieron, todo en razón de motivar y exigir más al estudiante.
No necesariamente estos últimos fueron económicos o físicos como tal, muchas veces fueron
reconocimientos públicos o apoyos en diversas actividades donde el alumno mereciera una mano
de ayuda efectiva.
77
2.4.5 Educación artística y moral
Como ejemplo a seguir, los primeros personajes, de carne y hueso, dignos de ser
emulados son el patrono y el fundador del plantel, José Mejía Lequerica y Eloy Alfaro Delgado
respectivamente. Su vida, ideología, luchas y obras son evidenciables en la historia del centro
educativo. Esta emulación es un ingrediente fundamental en la identidad del Mejía como institución
y en sus alumnos, docentes, administrativos, egresados, jubilados y demás gente afín. Largo tiempo
fueron emblemáticos los festejos del nacimiento del patrono el 19 de marzo de cada año; el respeto
y difusión de la personalidad de este gran quiteño eran el centro de la atención de estos eventos,
sobre todo desde la fundación del Mejía hasta los años 80 aproximadamente. Con respecto a Eloy
Alfaro, aparte de difundir su esencia en las aulas, se desarrolló largamente una peregrinación y
acto de recordación y rechazo, de la inhumana muerte que tuvo junto a sus compañeros liberales;
detestable acto sucedido el 28 de enero de 1912. Es en esa misma fecha de cada año que se realiza
esta caminata, desde las instalaciones del plantel hasta el obelisco del parque El Ejido, en el lugar
donde se cometió la masacre de Alfaro y sus compañeros. Este acto pocos años ha perdido su
ejecución.
De izquierda a derecha: 1. Portada del Boletín del Instituto Nacional Mejía, en 1933. Imagen tomada de la Biblioteca del Instituto
Nacional Mejía. 2. Portada del Boletín del Instituto Nacional Mejía N° 59 y 60, de marzo de 1960. Imagen tomada de la Biblioteca del
Instituto Nacional Mejía. 3. Portada del Boletín del Instituto Nacional Mejía N° 61, de julio de 1960. Imagen tomada de la Biblioteca
del Instituto Nacional Mejía. 4. Primera plana de diario El Comercio del 3 de mayo de 2013, por la victoria en fútbol masculino del
Mejía sobre el Montúfar, en la categoría sub 18.
78
2.4.5.3 La ENP cultiva el canto y la música colectivos
El insigne maestro Alfredo Pérez Guerrero decía en 1933, en torno a estas actividades
estudiantiles:
Entre los alumnos mismos han de crearse lazos de solidaridad por el trabajo común, la alegría común,
las sociedades literarias y deportivas, etc. El niño que aprende en el Colegio a compartir los goces y
trabajo de los otros como suyos, cuando hombre se siente también unido a sus semejantes, una parte
del gran todo, un músculo que ayuda a otros músculos en la gran faena del progreso. Por esto hay que
dar más importancia a ciertas asignaturas como la Música y el Canto, la que debería ser enseñada hasta
el último año; y también a los ejercicios físicos a los que hay que quitar su mecanismo y falta de atractivo
haciéndolos un motivo de placer y esparcimiento.
Una de las absurdas y falsas ideas que divulgaban los creyentes católicos en contra del
Laicismo, es la carencia de Moral y Ética de esta ideología. Estos pregonaban que estas disciplinas
solo se alcanzaban a través de prácticas y doctrinas religiosas católicas. El Laicismo, toma
sus principios ético – morales de la Declaración de los Derechos Humanos del Hombre y del
Ciudadano, promulgada en la Revolución Francesa (1789 - 1799). La adaptación de estos principios
al entorno socio económico y cultural de nuestro país, a partir de la Revolución Liberal, fue gradual
en la mayoría de sus aspectos. Y en el Mejía florecen radiantemente con sello propio, en base de la
realidad allí gestada.
1. Ama y quiere a su patria y defiende con todas sus energías al sagrado territorio
ecuatoriano.
2. Respeta a sus padres por lo que demuestra su esfuerzo y sacrificio para ser un buen
hijo, buen hermano y buen ciudadano.
3. Se distingue por su honestidad, responsabilidad en sus estudios y cooperar para el
progreso de su país.
4. Acepta con responsabilidad todos sus actos, defiende la verdad y rechaza sus mentiras.
5. Cumple su palabra de honor a costa de cualquier sacrificio porque sabe que la dignidad
no tiene precio.
6. Cumple las normas disciplinarias y “obedece conscientemente” las disposiciones de
sus superiores porque sabe que la disciplina es una norma de carácter general.
7. Es leal con sus compañeros y amigos porque sabe que la verdadera amistad dignifica
al hombre.
8. Defiende la justicia y la democracia, luchando en contra del abuso y la tiranía.
9. Es alegre, entusiasta, optimista, porque elige lo bueno; esto es parte de las sanas
manifestaciones de su espíritu.
10. Contribuye con su inteligencia a superar el prestigio del plantel. Defiende a su colegio
de las injusticias, vejámenes si es necesario con su propia vida.
79
En 1897, en el primer currículo del plantel aparece, en lengua latina, una frase al final, que
dice poco y mucho: Sapere aude (Atrévete a saber / Atrévete a ser prudente). Ya se marcaba una
calidad en todo nivel, con la virtud del recato, propio de un desarrollo equilibrado del ser humano,
del buen uso del laicismo. De esa profundidad moral, nos viene esta frase; compartida por Rodrigo
Fierro Benítez, egresado del Plantel en 1948: “En el Mejía, institución laica, aprendí lo que significa
comportarse en libertad, es decir: limitarse uno mismo por razones éticas…”
Aparece el famoso Decálogo del Estudiante del Instituto Nacional Mejía, en los años 30
aproximadamente, de manufactura del rector del Plantel, el Dr. José Manuel Ayora, como un
resumen y compilado escrito, de lo que era norma intrínseca y camino a seguir dentro y fuera de las
aulas del Mejía.
Adicional, sobre la enseñanza de la Moral, Alfredo Pérez Guerrero decía: “El Profesor
tendrá cuidado de conocer el desenvolvimiento de los alumnos, procurará que éstos deduzcan por
sí mismos las verdades morales”. Pasando algunas años, reluce el docente Dr. Miguel Egas Hidalgo
(egresado del Mejía en 1968 y alumno de Dr. Fidel Jaramillo Terán) que en sus clases regulares, se
daba el tiempo para impartir la ciencia moral; basando su enseñanza en el libro Moral y Ética, obra
precisamente creada por el mencionado Alfredo Pérez Guerrero.
2.4.6.1 La ENP prepara en cada niño no solo el futuro ciudadano, capaz de cumplir
sus deberes para con la patria, sino también con la humanidad.
[…] y darse a los educandos un concepto de patriotismo y de Patria diverso del que hoy tenemos.
Hay que inculcar el pensamiento de la Gran Patria americana, por una parte; y por otra, hacer del
patriotismo un principio de armonía, de solidaridad, de amor entre los hombres y las naciones y no uno
de discordia y de egoísmo y de odio. En fin, hacer entender que más que una victoria guerrera vale otra
del pensamiento y de la acción; que más que un caudillo vale un escritor, un economista, un industrial
de genio; y que la guerra sólo daños ocasiona.
Hemos presenciado como Alfredo Pérez Guerrero, ha dado gran cantidad de apreciaciones
de la que él considera, será la educación acertada para el Ecuador, en base a lo que vivió y predicó
en el Mejía. En este penúltimo punto de este capítulo, no podía faltar un sano comentario suyo.
Un fin máximo liberal, es construir un mundo de paz, donde cada ser humano alcance la
mejor versión de sí mismo, para sumar a la sociedad y al mundo entero. En el Mejía eso ha sido una
constante, y en la paz no se puede hacer una excepción. Ejemplos notables como el haber ofrecido
cinco héroes de guerra, por la paz y el bienestar de la nación, dicen mucho de qué tipo de educación
ahí se impartió. También cuántos jóvenes estudiantes han caído en manifestaciones, por defender
causas sociales, en pro de la paz de nuestra comunidad. Estimado lector, se sorprendería que son
decenas los estudiantes que han dado todo, por una causa social y por la paz… incluso hasta su vida.
¿Cuántos planteles educativos han desarrollado ese enfoque humano y una empatía anti injusticias?
No caben los justificativos de que estas actividades sociales pudieron ser una razón para no tener
asistencia a clases. Podría ser una realidad esta apreciación, pero solo en un porcentaje muy bajo,
que resulta insignificante el mencionarlo al comparar la cantidad y calidad de resultados que el
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“Patrón” ha otorgado en 123 años de existencia, en lo académico y humano. Logros que se generan
a conciencia en las instalaciones del Plantel, cuando hay un fin más allá que el de la existencia sin
sentido. Cada que hubo un conflicto armado, que afectaría la integridad nacional, el Mejía ha sido
el primer plantel en salir a ofrecer su contingente para la guerra, que finalmente nos conduzca a la
paz. Una energía efervescente y firme la manifiestan estos jóvenes estudiantes, en estos actos y en
muchos otros. Estoy seguro que más de un lector también apelará a que ese desborde de energía es
el causante de innumerables conflictos del Mejía con varios colegios, en diversos ámbitos. Aceptar
este dictamen condenatorio no es lógico: la violencia, directa e indirectamente, es una condición
de la humanidad y no solo de los mejías. Ya desde los comienzos del siglo XX el Mejía y el San
Gabriel, tuvieron sonados encontrones, propios de su condición juvenil, y sus marcadas diferencias
ideológicas, sin que eso haga mella de su buen nombre y labor. Es necesario recordar que para un
pleito, son necesarios por lo menos dos actores. Ponerle la culpa a un solo actor, nuevamente no es
lógico ni justo. El Mejía será un plantel fuerte, que hará todo lo necesario, para mantener la paz de
su integridad y de su Patria.
Cierro este apartado con dos consideraciones más: la primera nace del mismo pueblo, el
cual se manifiesta ansioso, para que el Mejía se exprese cuando algo no deseable sucede en lo
político y/o económico. Este Plantel ha cumplido y cumple las funciones de “héroe popular”, aquel
que “lucha” para alcanzar la paz y prosperidad. La segunda: El Mejía ha buscado el mantener a raya
desmanes y actos impropios que empañen su buen desempeño estudiantil e imagen histórica. Por
ello con agrado se difundió una frase, que se ha hecho común en varios espacios: “La violencia no
es de mejías, el Mejía es de campeones”, consigna que nació en la histórica final de fútbol Sub 18,
donde el Instituto Nacional Mejía goleó 5 a 1 al Colegio Montúfar, un imborrable 2 de mayo del
2013. Victoria sin violencia, victoria de paz.
2.4.6.2 - La ENP atiende singularmente a los trabajos de taller, el cultivo del suelo, el
cuidado de los animales domésticos
Es de desear que sea más intenso el estudio de la Botánica y prescindir, en lo posible, de su carácter
teórico, para hacerlo práctico y acostumbrar al niño al amor de la tierra y de sus producciones. Cada
colegio debe tener un jardín botánico y un campo de cultivos.
Está recomendación didáctica, nace de la gran experiencia del Mejía, en sus enseñanzas
prácticas. Los jardines botánicos fueron habilitados ya en el edificio del Beaterio, desde la ocupación
del Instituto Nacional Mejía, en 1896.
Luego, cuando se construyó en el Edificio Central, también ahí se estableció un huerto, donde
los estudiantes sembraron gran cantidad de plantas. Este espacio funcionó desde aproximadamente
1936 hasta 1979, cuando en ese terreno empezó la construcción del Coliseo del Plantel, inaugurado
finalmente en 1981. Correspondía este espacio al área de Botánica. Desconocemos si el cultivo tenía
fines alimentarios masivos; lo más probable era que se experimentaba con sembríos de diversas
variedades de plantas, con fines académicos, de la materia de Botánica y del club Estudiantes amigos
de la naturaleza.
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De izquierda a derecha: 1. El primer directorio del Comité 19 de Marzo, junto a varios compañeros estudiantes del Mejía en 1911.
Imagen de la revista Vida Intelectual N° 1 del Instituto Nacional Mejía del 19 de Marzo de 1911. 2. Imagen de la página web de la
biblioteca del Ibero – Amerikanisches Institut (Instituto Iberoamericano) ubicado en Berlín, Alemania, donde se aprecia uno de
los Boletines del Instituto Nacional Mejía. Captura de pantalla del 30 de agosto de 2019. 3. Integrante de la barra Demencia Mejía
previo a la final de fútbol Mejía – Fernández Madrid, en el estadio Olímpico Atahualpa, el 5 de mayo de 2016. Imagen de Juan
Carlos Erazo Ballesteros. 5. Estudiantes del Instituto Nacional Mejía, en la Plaza Grande en 1966. Forman parte de los vacacionales
que impartía la Sociedad de Egresados del Mejía de esa época. Imagen cortesía de Alina Rubio de González.
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De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Primer jardín botánico del Mejía, en el “Beaterio”. Imagen tomada de la revista Vida
Intelectual del Instituto Nacional Mejía N° 1, de marzo de 1911. 2. Segundo jardín botánico del Mejía, en el edificio actual, donde hoy
se encuentra construido el Coliseo. Los chicos son integrantes del club Estudiantes amigos de la naturaleza, bajo la supervisión de los
profesores de Ciencias Naturales: Vicente Alvarado Montesdeoca y Víctor Andrade López. Imagen tomada del Boletín del Instituto
Nacional Mejía N° 59 y 60, de marzo de 1960. 3. Papeleta actual para préstamos de libros, en la biblioteca del Instituto Nacional
Mejía. Cortesía de la Biblioteca del Instituto Nacional Mejía. 4. De izquierda a derecha: Carlos Larreátegui, Jaime Villacreses, Efraín
Torres y Miguel Cevallos, en el debate, con el Colegio Militar, del 5 de junio de 1941, en el Teatro Nacional Sucre. Imagen tomada
de la revista Vida Intelectual del Instituto Nacional Mejía. N° 15, de 1941. 5. Lic. Pedro Román, docente de Literatura y Oratoria,
el 24 de junio de 2017. Imagen cortesía de Juan Carlos Erazo Ballesteros. 6. Estudiantes del Club de Periodismo, con su periódico
José Mejía Lequerica en abril del 2010. La coordinación de este periódico estuvo a cargo del Dr. Rodrigo Astudillo, Edición: Jessica
Pazmiño y Redacción por Ricardo Cangás, Andrés del Hierro, Gonzalo Guerrero, Diego Olivo, William Parra, José Quichimbo e
Iván Ruiz. 7. La señorita Wendy Jerez en su intervención en la inauguración del año lectivo 2017 - 2018, con la presencia del Lic.
Lenin Moreno, Presidente de la República. Imagen tomada de la Presidencia de la República, del 4 de septiembre de 2017. 8. y 9.
Algunos de los integrantes del Club de Oratoria, con su fundador, el Dr. René Pozo, en la década del 2000 a 2010 aproximadamente.
Imágenes cortesía del archivo personal de René Pozo. 10. Primer lugar en el Concurso de Oratoria organizado por la Unidad Edu-
cativa Manuel J. Calle y la Coordinación Zonal de Educación, en el Teatro Carlos Cueva Tamariz de Cuenca el 21 de abril del 2017.
El ganador fue el estudiante Jaime Almeida, del Instituto Nacional Mejía. Su puntaje fue de 99,5/100, y obtuvo una medalla de oro y
1.000 dólares. Fotografía del diario El Tiempo de Cuenca.
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De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Egresado del Mejía, del 22 de julio de 1938. Cortesía archivo histórico de la Sociedad
de Egresados del Mejía. 2. Parte del directorio de la Sociedad de Egresados del Mejía 1961 – 1962. Cortesía de Alina Rubio. 3.
Marcela Montenegro alcanza el segundo lugar en el Concurso de Oratoria Ciudad de Quito, en 2002. Esta fue la primera vez que
una mujer representó al Mejía, en un certamen de este tipo. Imagen cortesía de Marcela Montenegro. 4. Entrega de la Estatuilla José
Mejía Lequerica al doctor Rodrigo Fierro Benítez, egresado de 1948, el 7 de julio de 2018. Cortesía archivo histórico de la Sociedad
de Egresados del Mejía.
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CAPÍTULO III
El objetivo final del arte es mostrar los tejidos internos del alma
Manuel Viola
3.1 Contextos
De dónde venimos y a dónde vamos. Para estas preguntas, innumerables teorías y enunciados
se han emitido en todo el mundo. Pero ninguna ha dado una respuesta definitiva. Quizás ellas por
sí solas, carecen de uno o más detalles que las hagan suficientes. Mientras más estemos cerca de una
aclaración a nuestras inquietudes, mientras más opciones tengamos… más felices y libres seremos.
Con esto último seguro, cual timón firme del barco en la tormenta, podemos entender la profunda
atracción y gusto que produce una canción patrimonial de Ecuador, la Vasija de barro. Seguramente
ella nos conecta con una respuesta a estas dudas existenciales.
Esta obra desde su humilde origen, en las alturas de una ciudad declarada el Primer Patrimonio
Cultural de la Humanidad, se dirigió al mundo para quedarse indefinidamente. Quito, la ciudad en
mención, dio la luz inicial a este bello tema reuniendo todos los componentes trascendentales, que
fueran en justa medida, los que buscaran acercarnos y entender el ciclo sin fin de la naturaleza al cual
nos vemos incluidos: el de la vida – muerte. También sin habérselo propuesto, los autores terrenales
de este tema, llegaron a expresar una verdadera poesía, que pasó más allá de la belleza, para calar
en lo profundo de lo profundo.
Llena de un inmenso orgullo el saber que “El Segundo Himno del Ecuador” haya llegado
tan hondo y tan lejos en su existencia. Escucharla fuera del territorio patrio es una experiencia
inimaginable que llena de emoción a propios y extraños. Yo lo viví así, varias veces, en mi estancia
en Polonia. Un “revolvimiento del alma” cada vez que la escucha, es lo que experimenta el barítono
Grzegorz Kozlowsky, integrante del Coro Marítimo de la Universidad de Szczecin, en Polonia.
Llamarla “Segundo Himno del Ecuador” es el apelativo cariñoso que ha recibido esta canción,
reconocimiento justo por haber sido hermosamente creada en el país de la “Mitad del Mundo”, y así,
hacerla identificable en cualquier sitio. Un tema que ha recorrido innumerables lugares, produciendo
un efecto casi hipnótico en los que la escuchan, hace presumir entonces que tiene más cosas de
las que podemos percibir. Estas deben influir considerablemente a numerosos músicos nacionales
e internacionales, para interpretarla y difundirla. Es palpable que todos ellos sienten a esta obra
emblemática, como distintiva de la humanidad en sí. Entre tantos artistas que la han interpretado
mencionamos a Alberto Plaza (Chile), Antonio Aguilar (México), Atahualpa Yupanqui (Argentina),
José Huberto Santacruz (Ecuador), Marcelo Ortiz (Ecuador), Mercedes Sosa (Argentina), grupo
Canto Andino (Bolivia), grupo Inti Illimani (Chile), grupo Kala Marka (Bolivia), grupo Los Incas
(Argentina – Francia), grupo Los Increibles Huayanay (Ecuador), grupo Tradición (España), grupo
Wankara (Chile – Ecuador), entre muchísimos más. Basta con buscar en la Internet, para deleitarse
con una inmensa cantidad de interpretaciones de esta canción.
Las agrupaciones musicales de mayor nivel musical en el Ecuador, poseen en su repertorio a
la Vasija de barro. Por ejemplo el Coro de la Universidad de Guayaquil, de la mano de su director,
el maestro Fernando Gil, la llevó en su gira por Polonia en el The Latin Project en Szczecin, a la
Universitat Cantat 2015 en Poznań y a la ciudad de Gdansk, en la región de Kasubish; y finalmente
a Madrid, España. Todos estos eventos realizados entre junio y julio de 2015. Posteriormente la
transportó a tierras argentinas, al concurso y festival San Juan Canta en la ciudad de San Juan,
Mendoza (Argentina) y a varias agrupaciones corales en la ciudad de Kiev, Ucrania. La versión coral
que usa este maestro guayaquileño, fue realizada por el reconocido arreglista quiteño Eugenio Áuz8.
El mencionado maestro Áuz escuchó en Venezuela un arreglo coral de la Vasija de barro, realizado
por el argentino Javier Zentner, trabajo que le agradó muchísimo; y, posteriormente una excelente
interpretación de este tema, con el ensamble vocal masculino Chanticleer de Estados Unidos de
Norteamérica; los cuales le motivan profundamente para ser el primer ecuatoriano, en hacer un
arreglo coral para esta canción. El estreno de este arreglo lo realizó el Coro ESPE, del cual, Eugenio
era director.
Otra reconocida agrupación, el Coro Pichincha, de la mano de su directora, la maestra
Cecilia Sánchez (desde 1990 hasta el 25 de julio de 2018), además de poseer físicamente a Vasija
de barro en su repertorio, la considera “vital” para conectar con el público. También es un símbolo
patrio ecuatoriano, que comparte el mismo poder que la canción A mi lindo Ecuador (Letra y
música de Rubén Barba).
Para Cecilia, Vasija es su canción de apertura junto con algún fox incaico, porque considera
que son obras llenas de armonía, con un mensaje muy especial. Sus recuerdos satisfactorios con esta
canción emblemática no se hacen esperar. Sánchez concursó con ella, en el certamen internacional
Cantonigrós cerca de Barcelona España (2011) alcanzando el segundo lugar en la Categoría 4 -
Música de la Región (Música ecuatoriana) y en 2014 otro premio en la región de Bavaria (Alemania).
Adicional a lo expuesto, ella considera que es una obra actual que nos transporta en el tiempo.
Esta abre el camino y da luz en cualquier concierto. Por eso considera que está en nosotros, los
ecuatorianos, hacerla conocer aún más; pues somos los custodios legítimos de su legado, sus
emociones y trascendencia.
Cecilia Sánchez9, en su noble afán de difundir nuestra música, pide permiso a los autores de
las obras corales, sobre todo de Vasija de barro, para su difusión e interpretación en todo el mundo.
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8. El músico Manuel Eugenio Áuz Sánchez, nace en San José de Minas (Ecuador), el 30 de diciembre de 1958. Sus estudios
secundarios los hizo en Quito. Estudió para profesor de Música en el Conservatorio Nacional de Música. Adicional estudió en
el DIC (Departamento de Investigaciones del Conservatorio). Estudió en la Universidad Central la Licenciatura en Música –
Especialidad Composición. Continuó con su formación musical con cursos en reconocidas universidades de España, Estados
Unidos de Norteamérica, Costa Rica y República Dominicana. Es reconocido en Ecuador por organizar Festivales Corales
Nacionales e Internacionales durante nueve ocasiones, con bastante éxito. Fundó y dirigió el Coro Mixto “Ciudad de Quito”
del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito. Es en este coro donde pudo poner en práctica su parte creativa compositiva,
aportando de manera importante con material sonoro, para la Música ecuatoriana y del mundo. Ha sido docente en diversas
materias musicales del Conservatorio Franz Liszt de Quito, Conservatorio Nacional de Música de Quito, Pontificia Universidad
Católica del Ecuador en Quito, Escuela Politécnica Nacional entre otras y como director en el Coro de la Universidad Central en
Quito, Coro de la Universidad Tecnológica América en Quito y el Coro de Escuela Politécnica del Ejército en Sangolquí entre
otros.
9. Cecilia Sánchez se identifica con el trabajo y el renombre de la música coral, además de cultivar la sensibilidad de sus coreutas y
del público. Esta pasión por la música la desarrolló desde muy joven. No había decidido cuál sería su instrumento de especialidad,
cuando tomó clases de violín con Nicolay Rogachevsky (Rusia) y de manera emergente, dirigió el Coro de Cámara del Conservatorio
Salvador Bustamante Celi de Loja con apenas diecinueve años. Este desafío, aun siendo estudiante, fue bastante duro. Al tomar las
riendas de directora, le toca conducir a sus propios compañeros, algunos de ellos mayores de edad con respecto a ella. El chileno
Miguel Estrella, director académico del mencionado conservatorio, fue uno de los que más insistió en su permanencia como
cabeza del conjunto vocal. Sus maestros de Dirección Coral fueron Sergei Tchucov (Rusia) y Guillermo Cárdenas (Chile). Integró
el coro de su conservatorio durante diez años. En Loja formó los coros: Polifónico de Estudiantes del Conservatorio de Loja y
el de No videntes de la Escuela Byron Eguiguren. A partir de 1986 se radica en Quito y forma el coro de Tanasa, Petroecuador,
Escuela Politécnica Nacional, Colegio Femenino Espejo, Quito Tenis. En el 2002 dirigiendo el Coro Óscar Vargas Romero ganó
el premio Francisco Gallegos instituido por el Excmo. Ayuntamiento de Torrevieja (España), a la mejor interpretación de una
Habanera de la región de España.
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También recuerda que uno de los primeros arreglos vocales de este tema en Ecuador, que
ella ha interpretado (y el primero como tal existente de ese tipo), fue el que realizó el reconocido
maestro guatemalteco Óscar Vargas Romero, cuando vivía en Ecuador. Esta versión musical fue
cantada inicialmente por Cecilia en Loja. Ahora la versión que maneja como directora de coro, fue
hecha en el 2005 por petición expresa al maestro compositor Eugenio Áuz. A través de un convenio
de alquiler entre el GAD de Pichincha y el arreglista se pudo utilizar (cantar) esta obra, de la que ya
habíamos comentado y que también forma parte del repertorio del maestro Fernando Gil y el Coro
de la Universidad de Guayaquil.
Ahora indaguemos en el origen de este tema. Varias preguntas sin respuestas; o con
afirmaciones imprecisas se han tejido en torno a la creación de esta singular canción. Algunas han
sido justas con la verdad pero no han sido aún asimiladas por falta de divulgación. Desde el lado
opuesto, hay mucha desinformación de ciertos “vivos” que aparecen como conocedores del tema,
mucho más entendidos que los mismos autores de la obra. Se han publicado sobre todo en Internet,
una colección de relatos de la creación con varias inconsistencias y contradicciones. Se ha hecho
perjuicio a los autores reales de letra y de la música, hasta el punto de cambiarlos o eliminarlos.
Tremenda falta de respeto y profesionalismo investigativo para una obra de esta envergadura, en el
aspecto de la propiedad intelectual, no se puede permitir en lo absoluto. A la vez, se debe terminar
este asunto, de la mano de la verdad.
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10. La película ecuatoriana Ratas ratones y rateros del director Sebastián Cordero (Quito) ha alcanzado premios a la Mejor Película y
Mejor Ópera-Prima en el Festival de Cine Latinoamericano de Trieste (1999); premios a la Mejor Ópera-Prima y Mejor Actor en
el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva (1999); premio a la Mejor Edición en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano
de La Habana (1999); mención especial del jurado al Mejor Actor en el Festival Internacional de Cine de Santo Domingo (2000);
premio de la Crítica en el cuarto Encuentro Latinoamericano de Cine de Lima (2000); mención especial del jurado en el Festival
de Cine de Bogotá (2000); premio a la Mejor Película en el Festival de Cine Iberoamericano de Bruselas (2000).
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Otra cuestión que atañe a este “Himno” es que no sea aún reconocido en su magnitud
grandiosa, tan merecida. Por lo menos no tanto en nuestro país. No podemos y no debemos
ocultarnos a nosotros mismos, al no otorgar el valor propio y bien ganado de esta canción. Esta
obra nos identifica plenamente. Debemos vernos en este espejo de nuestra realidad, donde será
placentero reencontrarnos con nuestro rostro para reconocerlo, aceptarlo y amarlo. Todos los
demás ajenos a nuestra cultura ya lo han hecho, han visto por dentro y por fuera de su ser, gracias
a este tema.
Sin más, comparto los pormenores para el feliz nacimiento de esta obra, ícono del Ecuador.
Uno de los aportes fundamentales, para dar vida a esta bella canción, viene con un gran aporte, de
las aulas del Instituto Nacional Mejía. ¿Por qué? Pues los cuatro autores de su letra estudiaron ahí.
A saber, de viva voz de uno de ellos (Hugo Alemán), los realizadores de la letra en orden
de composición fueron Jorge Carrera Andrade (Escritor), Hugo Alemán (Escritor), Jaime Valencia
(Pintor) y Jorge Enrique Adoum (Escritor). Agradable coincidencia es que los cuatro hayan estudiado
en el Mejía. Ellos son el resultado, en parte, de los procesos educativos de alta exigencia y calidad
didáctica, junto al civismo e identidad nacional que se impartían en el Mejía, desde sus inicios hasta
la década de los años 70, más o menos.
Mencionamos que las áreas de Civismo y Letras con sus afines, tuvieron un impulso altísimo
de la mano de brillantes docentes, estrategias didácticas apropiadas a la época, de aprovechados y
proactivos alumnos y de una comunidad mejía en general, dotada de alto sentido responsable con
su formación y la defensa de sus bien heredados ideales laicos.
Aquí viene una oportuna aclaración. No digo y ni siquiera insinúo, que después de los 70, la
formación en estas áreas académicas haya sido mala. En ningún sentido. Simplemente fue diferente.
Condicionantes de diverso orden cambiaron gradualmente lo realizado hasta esas fechas. Hacer un
análisis concienzudo y técnico es indispensable, para determinar aspectos positivos o negativos de
estos cambios, pero no vienen al caso en este capítulo.
De izquierda a derecha, imágenes de algunas publicaciones de los creadores de la letra de Vasija de barro: 1. Libro Microgramas
(1940) de Jorge Carrera Andrade. 2. Libro Tránsito de generaciones (1947) de Hugo Alemán. 3. Cuadro La Selva (1957) de Jaime
Valencia. 4. Libro Ecuador: Señas particulares (1997) de Jorge Enrique Adoum.
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Después de haber conocido, en el anterior capítulo, todo lo realizado para establecer un
trabajo de alta calidad literaria en el Mejía, era muy normal que muchos alumnos se dediquen a
escribir, sea de manera profesional o simplemente por placer. Nuestros cuatro insignes creadores,
no tuvieron pantallazos de inspiración para escribir los versos de este poema… su trabajo tiene un
precedente grande y es conocido por propios y extraños. Fue magistral que ellos estuvieron juntos, y
con más artistas de testigos, para colaborar con “un granito de arena” en esa colosal producción. Me
viene a la mente la frase del reconocido maestro de las artes marciales, Bruce Lee: “La simplicidad
es la clave de la brillantez”.
¿Quiénes fueron en esencia estos cuatro grandes mejías? Lo veremos en orden alfabético,
para lo cual, he optado por transcribir y resumir de otras fuentes confiables la información concisa
de estos hombres.
3.2.1 Jorge Enrique Adoum Auad (Ambato, 29 de junio de 1926 - Quito, 3 de julio de 2009)
Entre sus obras literarias y escénicas tenemos: Ecuador amargo, Carta para Alejandra, Los
cuadernos de la tierra: I. Los Orígenes, II. El Enemigo y la Mañana, III. Dios trajo la sombra, IV.
El Dorado y las ocupaciones nocturnas; Notas del hijo pródigo, Relato del extranjero, Informe
personal sobre la situación, El amor desenterrado y otros poemas, Claudicación intermitente:
(poemas recientes), Mayo de 1968 (¿siglo XXI?), Agosto es el mes más cruel, La subida a los
infiernos, El sol bajo las patas de los caballos, Ciudad sin ángel, Los amores fugaces: memorias
imaginarias, La gran literatura ecuatoriana del 30, Sin ambages: textos y contextos, Guayasamín:
el hombre, la obra, la crítica; Mirando a todas partes, Ecuador: señas particulares, De cerca y de
memoria: lecturas, autores y lugares; Aproximación a la paraliteratura, No son todos los que están,
El tiempo y las palabras, Antología poética, ... ni están todos los que son: 45 años de poesía, Obras
(in)completas 1: poesía, 2: ensayo, Contenido: La gran literatura ecuatoriana del 30, 3: periodismo y
teatro, Contenido: Mirando a todas partes; 4: testimonio Ecuador: imágenes de un pretérito presente,
5: narrativa, Contenido: Entre Marx y una mujer desnuda, 6: narrativa, Contenido: Ciudad sin ángel
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y Los amores fugaces; Entrevista en dos tiempos con Carlos Calderón Chico, París, revuelta y fiesta
con Rocío Durán Barba; Ecuador imágenes de un pretérito presente, Cronología del siglo XX:
cultura y política en Ecuador y el mundo, Poesía del siglo XX, Poesía viva del Ecuador, ... y en el
cielo un huequito para mirar a Quito: la ciudad, la poesía; Antología esencial Ecuador siglo XX: la
novela breve, Poesía libre, Poesía de amor.
Entre sus premios constan: Primer premio en el Concurso Nacional de Poesía «Medardo
Ángel Silva», convocado por el Núcleo del Guayas de la C.C.E. (Noviembre de 1951); Premio Casa
de las Américas (1960), poesía con Dios trajo la sombra; Premio Xavier Villaurrutia (1976), Entre
Marx y una mujer desnuda; Premio Eugenio Espejo (1989), en el área de literaria.
3.2.2 Hugo Alemán Fierro (Quito, 10 de junio de 1898 – Quito 3 de diciembre de 1983)
Resumen del Diccionario biográfico del Ecuador, de Rodolfo Pérez Pimentel – 24 de mayo del
2017
Hugo nació en Quito, en la calle de La Ronda. Fue un poeta y escritor famoso, un gran
representante de nuestro país en estos ámbitos. Recibió la educación primaria en la Escuela Santo
Domingo. “Era bueno, humilde aunque a veces bravo y tocaba bandolín y guitarra” se comentaba
en torno a él. A la muerte de su hermana Rosario, escribió sus primeros versos que los mostró muy
gustoso al Dr. Quintiliano Sánchez, quien se quedó admirado.
Fue alumno del Instituto Nacional Mejía desde el 10 de octubre de 1914 hasta 1921 [Nota de
Juan Erazo], cuando perdió el sexto curso y se vio obligado a trabajar. En este plantel fue compañero
de Gonzalo Escudero, Jorge Carrera Andrade y Augusto Arias, otros insignes representantes de la
poesía ecuatoriana. Un marcado desarrollo cultural fue adquiriendo la vida del colegio a medida que
transcurrían los años. Una invisible inquietud espiritual comenzaba a manifestarse en el alumnado
y se traducía en afanes literarios, en breves pero manifiestos anhelos de investigación científica y
la única vía se encontraba en la expresión escrita. Así nacieron los poligrafiados de imperfecta y
laboriosa factura, de escasa circulación, circunscrita en los comienzos, a los lectores de la propia
casona. Fueron ensayos incipientes pero tenían el mérito del esfuerzo.
En 1924 figuró entre los fundadores del semanario La Antorcha con Néstor Mogollón,
César y Jorge Carrera Andrade, Augusto Arias, Ángel Modesto y Ricardo Paredes, José Alfredo
Llerena y Emilio Uzcátegui. Y en 1926, mientras estuvo entre los fundadores del Partido Socialista
ecuatoriano, empezaron a salir sus poemas en periódicos y revistas nacionales y aún del exterior.
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Con Ricardo Álvarez, Augusto Arias y Hugo Moncayo fundaron la revista Esfinge. Luego
Hugo se incorporó a la Sociedad Amigos de Montalvo y como vocal de la comisión editorial fue
encargado de publicación del libro conmemorativo, del homenaje rendido en París, mediante la
colocación de una placa en la Rué Cardinet.
Fue director de la Biblioteca del Instituto Nacional Mejía. En 1947 el Consejo Directivo
de este Plantel, le encargó que escribiera la historia del cincuentenario de su fundación, que tituló
Tránsito de Generaciones, en 288 páginas.
También dictó cátedra y fue Secretario en el Colegio 24 de Mayo. Luego escritor del diario
La Tierra de Néstor Mogollón. Dirigió el Almacén Escolar del Ministerio de Educación y fue
ayudante de la Sección General de dicho Ministerio. Por sus ideas socialistas, fue puesto en una lista
negra del gobierno de Arroyo del Río y sin otra causa obligado a renunciar de este último cargo.
Después de mucho tiempo fue ayudante de la Sección Jurídica del Ministerio de Previsión Social.
Pasó a la Biblioteca de la Universidad Central y ocupó interinamente la Dirección. Ocupó la Pro
Secretaría y dirigió la editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
Publicó cinco de sus obras en la revista Letras del Ecuador; recopiló su obra Presencia del
pasado; escribió Esbozo antológico de la poesía cuencana, el poemario: Distancias. Luego escribió
De ayer y Sucre, parábola ecuatorial. En 1967 defendió la autoría del poeta Ernesto Noboa y
Caamaño sobre el soneto Emoción Vesperal, que se quiso atribuir a un poeta argentino, en un
pequeño folleto de 54 páginas. Finalmente su hijo Mario Alemán recopila su obra Poesía.
Volvió a Quito, donde sufrió un segundo derrame cerebral (el primero fue en 1975) y falleció
el 3 de Diciembre de 1983, con 85 años de edad.
Cursó la enseñanza media entre Guayaquil y Quito: en el pensionado Borja, el Normal Juan
Montalvo y finalmente en el Instituto Nacional Mejía. [Egresado en 1921 – Nota de Juan Erazo].
Desde el colegio descubrió su excepcional aptitud para el verso. Con otros dos jóvenes igualmente
dotados; Gonzalo Escudero y Augusto Arias, formó el grupo literario «La Idea». Posteriormente
viajó a Europa, donde estudió Filosofía y Letras en Barcelona, España. Después estudió la carrera
diplomática en Francia, que a lo largo de su vida lo llevaría a conocer en profundidad ciudades de
todo el mundo. Residió por algún tiempo en Inglaterra y Alemania. A su retorno ejerció la función
pública, posteriormente fue designado Ministro de Relaciones Exteriores.
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También fue secretario general del Partido Socialista Ecuatoriano (1927-1928), secretario del
Senado y del Congreso, cónsul de su país en Paita (Perú), El Havre (Francia), Yokohama (Japón) y
San Francisco (EEUU.); secretario de la Embajada en Venezuela, ministro plenipotenciario en Gran
Bretaña y delegado en la UNESCO. Aunque desde los comienzos de su actividad literaria asimiló
la estética de los movimientos vanguardistas de la época, nunca dejó de tomar como inspiración
el espíritu y el paisaje de su tierra ecuatoriana. La naturaleza dual de sus inquietudes vanguardistas
e indígenas, quedó reflejada en su obra poética, que fuera calificada como “indofuturista” por la
poetisa chilena Gabriela Mistral, en sus primeros libros ya se veían los sentimientos del indio nativo
y la protesta por su condición social.
En 1955 abordó el campo histórico con la publicación de La Tierra siempre es verde, que
trata sobre los 300 años que los españoles dominaron los territorios andinos del Ecuador actual.
En los años 1957 y 1959 publicó Hombre planetario, obra clave para entender la
maduración de su palabra poética, pues los textos de Carrera radicalizan el proceso de evidenciar la
imposibilidad de la palabra para captar la totalidad de la realidad. El texto del segundo volumen de
Hombre planetario, con un proyecto distinto y de más largo aliento que el primero, exige, incluso
formalmente, un solo plan poético que no se dispersa en varios poemas, sino que es una secuencia
de veinte poemas integrados temáticamente por esta búsqueda del único habitante universal. La
obra poética de Carrera Andrade expresa una estética de la percepción del mundo que va de lo
grande a lo pequeño o del ser a las cosas.
Otras de sus obras son: Amigo de las nubes, Estanque inefable, La guirnalda del silencio,
Canto a Rusia, Lenin ha muerto, Mademoiselle Satán, Boletines de mar y tierra (mit einem Vorwort
von Gabriela Mistral), Latitudes, El tiempo manual, Biografía para uso de los pájaros, Microgramas,
Mirador terrestre, La República del Ecuador, Encrucijada de América, Lugar de Origen, El visitante
de niebla y otros poemas, Registro del mundo, Antología poética, Editorial Séneca en México,
Rostros y climas, Familia de la Noche, La Tierra siempre verde, Viajes por países y libros, Tierra
de pájaros y Mandarín.
92
3.2.4 Jaime Alonso Valencia Gálvez (Quito, 12 de mayo de 1915/6¿? – Quito, 19 de septiembre
2010)
Publicó los libros: Estética del arte precolombino y Dos etapas estelares del arte ecuatoriano.
Fue director artístico y técnico de las Ferias Nacionales promovidas por la Unión Nacional
de Periodistas.
Dos frases que él compartió dicen: “El hombre artista debe marchar con la problemática
universal y es muy grande, por lo que no puede tener conformidad”, “Yo creo que el arte seguirá
siendo el reflejo del individuo que penetra en los acontecimientos básicos del ser humano, del
mismo modo que lo hacen los poetas, músicos y literatos”.
Quito conserva el legado de Valencia, en su entorno y al aire libre. Así esculpió los relieves
de la fachada principal de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión en Quito, y los bustos
de los ex presidentes de Ecuador: Vicente Rocafuerte, García Moreno, Eloy Alfaro y Velasco Ibarra;
ubicados en la esquina de las calles Amazonas y Jorge Washington, en Quito.
Se plantea ahora una pregunta importante: ¿Influyó realmente el Instituto Nacional Mejía,
con su formación académica en las letras y civismo, en estos artistas, al punto de que Vasija de barro
sea un resultado consecuente, de ese proceso educativo?
Desde la década de los 10’s del siglo XX, comienzan a dar fructíferos resultados, los procesos
didácticos del Mejía, en muchas de las disciplinas (Ver Capítulo II), pero sobretodo en Letras y
Civismo. Una efervescencia académica era palpable en este Instituto. En continuidad, la década de
los 20’s, nos otorga un considerable número de intelectuales, de gran importancia y trascendencia
para el Ecuador. La cantidad es impresionante, considerando todos los factores educativos, positivos
y negativos, de ese plantel.
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década. También los hay en otras disciplinas, para entender que los procesos fueron globales y
no casualidades académicas. Pudieron ser más los alumnos que sobresalieron en las Letras, pero
mencionaré a los que decidieron hacer carrera y brillar en este arte:
• 1921: se gradúan Jorge Carrera Andrade y Gonzalo Escudero; recordemos que Hugo Alemán fue
su compañero de clases en esos años, y debía graduarse con ellos, pero que no lo hizo, por razones
económicas.
• 1923: se incorpora Alejandro Lasso Meneses y Jorge Icaza Coronel; este último realiza la secundaria
en el Colegio San Gabriel, en contra de su voluntad, durante dos años. Ante su insistencia y amenazas
de huir de casa, continúa y termina sus estudios en el Instituto Nacional Mejía, plantel que era su
sueño. Raúl Andrade, que debía graduarse en este año, estudió solo hasta tercer curso en el Mejía,
porque salió a trabajar. Pese a la diferencia de edad que tenía con Gonzalo Escudero y Jorge Carrera,
Raúl se relaciona con ellos en sus actividades. Allí se despertó su afición literaria; luego fue uno de los
organizadores de concursos literarios anuales en honor a la memoria de José Mejía Lequerica.
• 1925: se gradúa Humberto Salvador; él dice textualmente: “Mi despertar literario fue en el Colegio
Mejía” (Serrano, 2010, p. 158).
Hasta aquí, pongo un alto a estos interesantes datos, pues aquí se cierra el ciclo de influencia
que nos interesa en nuestra investigación. Ya habíamos visto la cantidad importante de profesionales
literarios, que en toda la existencia del Mejía se han dado y se siguen dando, en el Capítulo II.
Las condiciones que envuelven a específicamente a Jorge Carrera Andrade, Hugo Alemán
y Humberto Salvador son definitivas: ambiente escolar de trabajo literario exigente, motivante, con
una fuerte retro alimentación de conocimientos entre todos los alumnos del plantel y sus profesores;
habían por aula pocos estudiantes, norma educativa imperiosa para un excelente aprendizaje y
una malla curricular exigente. Finalmente la participación en concursos internos y externos y la
publicación de sus trabajos en revistas culturales, fueron una constante y motivación de crecimiento.
A pesar de que no todos estos tres escritores completaron los seis años de formación en el Mejía
(solo lo hizo así Humberto), es evidente que fue allí donde se iniciaron en su quehacer literario y
en sus publicaciones, con suficientes y contundentes evidencias. Todos tuvieron bases literarias
que de no ser por la adecuada educación del Mejía, no se hubieran potenciado. En el caso de
Carrera Andrade no hay evidencia que en sus anteriores centros educativos, haya logrado potenciar
y exponer su talento escrito.
Ahora nace otra cuestión: ¿Qué tiene que ver el maestro Humberto Salvador, en nuestra
investigación? ¿En la Vasija de barro?
La respuesta viene emotivamente dada por Jorge Enrique Adoum, pues este recuerda
claramente la influencia y motivación para seguir el camino de las letras que le diera el mencionado
docente, cuando ejercía brillantemente la cátedra de Literatura en el Mejía. La formación literaria
digna de admiración, en la infancia de Adoum, no se había manifestado aún en la escritura, de
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ahí el salto que diera en el Mejía, por sano y valioso consejo de Salvador: “Ya en un colegio fiscal
[Jorgenrique Adoum], el Instituto Nacional Mejía, el estudio fue por vez primera el placer del
descubridor” […] Allí tuve como profesor de Literatura a Humberto Salvador, importante autor
ecuatoriano…” (Rouan–Adoum, 2010, p.143). “Comencé a escribir. Antes lo había hecho como
una tarea, para los concursos anuales de poesía que, sobre un tema impuesto, que convocaba el
colegio [Mejía].” (Rouan–Adoum, 2010, p.145)
Por lo tanto, con o sin saberlo, esa brillante luz de la década del 20, llega también a Jorge
Enrique y a sus compañeros, que recibieran clases con don Salvador.
¿Qué pasa con Jaime Valencia? En definitiva no estuvo abandonado del calor literario. El
dato de su cercanía a estas producciones, nos lo comparte Hugo Alemán:
Debía cerrar el poema [Vasija de barro] Jorge Adoum, pero Jaime Valencia, ya en disfrute de
subido entusiasmo se empeñó en tomar parte de esa concertación de voces líricas. Para justificar su
participación – lo recuerdo claramente [Hugo Alemán] – nos aseguró que había hecho versos en el
Colegio Mejía, cuando estudiante. (Archivo Sonoro 4, Alemán, p. 51)
Con lo expuesto, podemos comprobar que la esencia formativa en las Letras, con retoques
de identidad nacional, influye en la creación del poema de este magnífico danzante. La calidad, la
profundidad y la sencillez talentosa tienen su origen en el tronco común educativo del que fueron
partícipes estos cuatro mejías.
Los tres escritores y el pintor mejías, tuvieron un grado de trabajo, muy específico, que les
formó, motivo y afianzó en su dominio en las Letras; vale la pena la insistencia: si bien ellos tenían
algunos antecedentes literarios, el ambiente didáctico y práctico del Plantel secundario potenció
y facilitó su talento, en conjunto con sus compañeros y docentes. Sumemos a esto el “refuerzo
académico” de experiencias, conocimientos y aprendizajes entre docentes y alumnos, que genera un
crecimiento y motivación personal permanente de los involucrados. El trabajo del Mejía se puede
concluir en que se usó adecuadamente “el fenómeno psíquico de «internalización» del sujeto, cuyo
proceso de autoformación se constituye a partir de la apropiación gradual y progresiva de una gran
diversidad de operaciones de carácter socio–psicológico, conformado a partir de las interrelaciones
sociales y en general de mediación cultural. En esta dinámica de operaciones, la cultura se va
apropiando del mismo sujeto.” (Teoría del Aprendizaje, Lev Vigotsky)
El primer historiador del Mejía, el señor Hugo Alemán, nos comparte de la misma fuente la
creación de la letra y música de la Vasija de barro. Lo detallado y coherente de su relato, a la par de
ser testigo directo, y que su publicación no haya sido refutada por nadie nos brinda la seguridad de
cómo realmente se hizo esta obra. Comparto entonces el escrito completo, que fuera realizado el 7
de noviembre de 1970, y publicado por Alemán el 24 de enero de 1971 en el diario El Universo, y
republicado por su nieto Álvaro Alemán en 2010, en el libro Hugo Alemán. Poesía y prosa.
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De izquierda a derecha: 1. 2. y 3. Dibujos realizados por el hábil estudiante Nilo Yépez, para el Boletín del Instituto Nacional Mejía
N° 63, en 1962. Cortesía de la Biblioteca del Instituto Nacional Mejía. 4. Fotografías de alumnos del Mejía, premiados en los Con-
cursos de Literatura e Historia del Mejía en 1923; en el centro el escritor Humberto Salvador, que sería profesor de Jorge Enrique
Adoum. Imagen tomada de la revista Vida Intelectual N° 11 del Instituto Nacional Mejía en 1923. Cortesía de la Biblioteca del
Instituto Nacional Mejía.
Numerosos amigos – algunos de ellos escritores – me han insinuado, desde largo tiempo
atrás, contara cómo se originó la letra del danzante Vasija de barro, que triunfalmente penetró en
los escenarios del folklore ecuatoriano: que tuvo gratas repercusiones en otras latitudes, a la vez que,
por su arraigo en el alma nacional, aún ha llegado a ser – en casos de multitudinario dolor – como
de responso colectivo, de réquiem sollozante.
Con excepción de dos, la mayor parte de los protagonistas existimos todavía: pero como
no podemos prever, en forma alguna, el descenso de la sombra terminal, será mejor – por haber
intervenido en la nacencia de ese poema de cuatro voces, revestido de algo más tarde de armoniosa
atracción – dejar a salvo la nitidez de su origen y su presencia victoriosa en los dominios de nuestro
cancionero.
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predilecta, con inconfundibles vislumbres de perennidad. La otra persona que así mismo en forma
inesperada se alejó de nosotros, pero cuya memoria goza de persistencia, fue Alfredo Chaves. La
supresión de su nombre de la lista de amigos concurrentes a la casa de Oswaldo Guayasamín, el 7
de noviembre de 1950, más bien dicho la sustitución de su nombre con el de su tocayo, el admirado
novelista, historiador y ensayista Alfredo Pareja Diezcanseco, quien a sus altas calidades de escritor
une la posesión de un alma nobilísima, es lo que me obliga a satisfacer los deseos de quienes han
solicitado de mí ésta que viene a ser una demorada, pero conciencial reparación.
Alfredo Chaves, de quien todos guardamos recuerdos indelebles, por su grandeza de espíritu,
por su cultura y delicadeza personal, aparte de experto en Biblioteconomía, mediante estudios
especializados y sólidos conocimientos adquiridos en el exterior (que determinarían su asistencia a
varios congresos y reuniones internacionales) fue también escritor de notoria capacidad, un juicioso
cultor de la crítica literaria. Naturalmente, no era dueño de la nombradía de Pareja y, por lo tanto,
debía ser reemplazado por éste en el antojadizo relato.
Otra inexactitud, que necesita ser explicada, es la que se relaciona con la música, feliz acierto
nacido del determinante concurso de Valencia y de Benítez; ajustada a la esencia del poema, hasta
lograr que formaran una armoniosa conjunción. Fue la entonación característica del danzante, la que
habría de concitar la predilección de los músicos – cantores, tal vez porque en ella palpita la acentuada
tristeza que interpretan nuestros indios en sus festividades de mayor realce. Probablemente, esta
circunstancia contribuyó al éxito y popularidad de la letra, cuyo nombre o título se desprendió con
lógica y espontaneidad, del último verso de la última estrofa: Vasija de barro.
Nunca serán bien reconocidas la inspiración y las cualidades artísticas del dúo más aplaudido
en Quito; que llegaría a coronar tres décadas de labor continua; que solo pudiera compararse con
aquel otro que formaron en esta misma ciudad – hace como medio siglo – Modesto Andrade y
Oswaldo Zaldumbide, dueto de tanta celebridad como efímera duración. No serán muy numerosas
las personas que a esta fecha lo recuerdan.
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el pintor Valencia y el cantor Benítez. Está visible y diáfanamente reflejada la fidelidad de este
testimonio, que nada tiene que ocultar, ni necesita tergiversar nada.
Casi un año antes, el poeta había publicado en París, el libro titulado Aquí yace la espuma y
en sus páginas estaba ya incluido La llave del fuego, canto de encendido amor a la tierra vernácula,
recordada con nostalgia desde lejanos horizontes. Versos de telúricos deslumbramientos, que en
rica sucesión de metáforas, ensalzan la magnificencia donada por la naturaleza a la verdad de su
suelo nativo, invocada con amplitud y exaltación en otro libro de poemas: Lugar de origen. En esta
ofrenda de clara devoción a la patria, Carrera Andrade había exclamado con solemne verbo lírico:
cementerio fecundo,
Análoga motivación centralizaba la tertulia en aquel instante. Por eso Jorge, con presteza,
sintetizó y embelleció armoniosamente su pensamiento, manifestado ya en los versos transcritos.
Así, pues, quedó conformada la primera estrofa, que sirvió como de pauta para los demás. Me
atrevería a decir que todos la conocen:
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Había de corresponderme hacer la siguiente estrofa. Era del caso respetar la línea ligeramente
lúgubre del tema y aludí a una velada finitud de la trayectoria humana, tratando de mantener cierta
coherencia, tanto de fondo como de forma; surgieron en consecuencia estos versos:
amores y desengaños.
No me satisfizo enteramente el último verso. Habría deseado utilizar otros versos, asonatarlo;
pero como se manifestara grande premura por la terminación del poema, y además se la juzgara
favorablemente, así se quedó esa estrofa.
De haberse hallado entre nosotros Alfredo Pareja, le habría tocado, por derecho, componer
la segunda o tercera estrofa, porque es preciso recordar que el autor de El muelle y de tantas otras
novelas de resonancia y valía indiscutible en el mundo de las letras, durante sus primeros tiempos de
escritor, incursionó en los jardines de la poesía, con alta inspiración y sobrados atributos. Conservo
el recorte de un poema que no me es dable precisar si es un canto a la raza o al descubrimiento de
América. No he podido encontrarlo de pronto, para citar un fragmento.
Debía cerrar el poema Jorge Adoum, pero Jaime Valencia, ya en disfrute de subido entusiasmo
se empeñó en tomar parte de esa concertación de voces líricas. Para justificar su participación – lo
recuerdo claramente – nos aseguró que había hecho versos en el Colegio Mejía, cuando estudiante.
Como nadie se opusiera, ni cabía hacerlo, porque habría significado un egoísmo imperdonable
defraudarlo en su propósito, procedió a la alineación de la estrofa que sigue:
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Arcilla cocida y dura,
Para terminar ese improvisado ramillete poético, Jorge Adoum con notable soltura y
conocimiento, provenientes del habitual ejercicio, rubricó la estrofa final con estos octosílabos:
De ti nací y ti vuelvo,
en tu polvo apasionado.
Allí terminó aquella original jornada, y también la noche de aquel memorable día, cerrándola
con la despedida de los seis amigos que la habíamos animado, a saber: Jorge Carrera Andrade, Alfredo
Chaves, Jorge Adoum, Jaime Valencia, el anfitrión y quien ha enfilado estas líneas aclaratorias.
Habría guardado en silencio e íntimo recuerdo la verdad sobre aquel acontecimiento literario
– musical, si no se hubiese cometido la inexcusable falta de sustituir el nombre de un compañero de
espirituales inquietudes, constantemente añorado, solo para dar pábulo a una engreída propaganda,
visiblemente personal.
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Cuanto bien le habría hecho al inicial, pero desaprensivo, divulgador de la creación de Vasija
de barro, el conocimiento y una sensata adopción de la verdad y diafanidad filosófica, que nos legó
el poeta de El laúd en el valle en esta armoniosa, pero terminante interrogación: ¿Qué somos, pues,
delante de las eternidades, que queda de nosotros, de nuestras vanidades…?
I
Yo quiero que a mí me entierren
como a mis antepasados,
en el vientre oscuro y fresco
de una vasija de barro.
II
Cuando la vida se pierda
tras una cortina de años,
vivirán a flor de tiempo
amores y desengaños.
III
Arcilla cocida y dura,
alma de verdes collados,
barro y sangre de mis hombres,
sol de mis antepasados.
IV
De ti nací y a ti vuelvo
arcilla, vaso de barro,
con mi muerte yazgo en ti,
en tu polvo enamorado
De izquierda a derecha de arriba hacia abajo, los autores de Vasija de barro en orden de creación - Jorge Carrera: 1. Fotografía
tomada de la revista Vida Intelectual, Órgano del Instituto Nacional Mejía; N° VI, del 19 de marzo de 1918. 2. Fotografía tomada
deWikipedia, de dominio público, del 31 de diciembre de 1930. Hugo Alemán: 3. Fotografía tomada del libro Poesía y prosa de
Álvaro Alemán. 4. Fotografía tomada de la página web Efecto Alquimia. Jaime Valencia: 5. Fotografía tomada del libro 65 años de la
Plástica Ecuatoriana 1917 – 1982, Salón Exposición Mariano Aguilera del Departamento de Educación y Cultura del Municipio de
Quito. Jorge Adoum: 6. Fotografía tomada en la década de 1940, cuando Adoum era estudiante del Instituto Nacional Mejía. Cortesía
de Alejandra Adoum. 7. Fotografía tomada de la revista político literaria La Calle N°11, del 1º de junio de 1957.
101
3.6 Galería fotográfica
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. La pintura Origen, motivo para la creación de la letra de la canción Vasija de barro.
Esta obra fue terminada en 1950 y pertenece a la colección Huacayñan (El camino del llanto) - Tema Indio. Fotografía cortesía de
Fundación Guayasamín. Derechos reservados de la misma. 2. El pintor Oswaldo Guayasamín creador de Origen; año desconocido.
Fotografía cortesía de Fundación Guayasamín. Derechos reservados de la misma. 3. y 4. Portada y caras internas de la última parte
del libro En busca del tiempo perdido I - Por el camino de Swann de Marcel Proust, donde los autores de la letra de Vasija de barro
plasmaron sus versos y firmas, conservando el orden de creación de ese poema. También se observan las firmas de Luis Alberto
Valencia y Gonzalo Benítez, con un esbozo de notas musicales en un pentagrama. La línea melódica es similar a la canción Vasija de
barro. Imágenes de cortesía de Berenice Guayasamín. 5. y 6. Portada y contraportada, respectivamente, del disco compacto actual
de Vasija de barro y a continuación el disco en sí. Este material fue producido por Producciones Granja – Quito, Ecuador. Imágenes
cortesía de Juan Carlos Erazo Ballesteros.
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El alcance y difusión de Vasija de barro llegó
a todos los ámbitos, incluido al de la Política.
Observamos arriba un anuncio que se realizó
a favor del candidato presidencial Galo Plaza
Lasso (Egresado del Mejía en 1925). Para el
efecto se cambió el texto original de la canción
por las líneas electorales y se conservó la mú-
sica, en la tonalidad de re menor (La original
está escrita en mi menor) El cambió musical
obedece, con seguridad, a la comodidad vocal
para personas no entrenadas en el arte del can-
to. Imagen tomada de la revista La Calle N° 27
del 21 de septiembre de 1957.
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De izquierda a derecha, de arriba abajo: 1. Coro del Gobierno Autónomo de la Provincia de Pichincha, en un ensayo de la canción
Vasija de barro, en arreglo del maestro Eugenio Áuz. Fotografías tomadas por Juan Carlos Erazo Ballesteros, el 6 de enero del 2016.
2. Maestra Cecilia Sánchez en su piano, en pleno ensayo coral. Fotografías tomadas por Juan Carlos Erazo Ballesteros, el 6 de enero
del 2016. 3. y 4. Fotografías del joven y reconocido cuarteto vocal femenino polaco BeFour, que interpreta la canción Vasija de barro
en un arreglo coral del maestro argentino Joaquín Martínez Dávila. La primera imagen corresponde a un video de grabación del
mencionado tema. La segunda corresponde a la interpretación en vivo de la mencionada canción en el 12º Festival Internacional
de Coros Universitas Cantat 2015 en Poznań (Polonia) el 7 de junio de ese año. Este festival es de muy alto nivel musical coral y de
reconocimiento mundial. Imágenes de cortesía del cuarteto BeFour. 5. La última fotografía corresponde a un programa de mano del
mencionado concierto del grupo femenino, el 7 de junio de 2015; ahí consta como primer tema Vasija de barro. Imagen de cortesía
del cuarteto BeFour.
104
3.7 En torno a la música
Existe una polémica en torno al origen musical de esta canción. La autoría generalmente se
la ha atribuido al reconocido e importante dúo quiteño Benítez y Valencia: formado por Gonzalo
Benítez (1915 - 2005) y Luis Alberto “Potolo” Valencia (1918 - 1970). Una investigación realizada
con base a la denuncia del compositor riobambeño Mesié Borja Cevallos y su familia, radica en que
la música de Vasija de barro fue tomada del danzante Fatal recordación, de autoría de este músico.
El detalle de esta información fue publicada por el investigador riobambeño Mario Godoy en 1996
en la revista Archivo Sonoro, Publicación de música ecuatoriana del Departamento de Desarrollo y
Difusión Musical y del Archivo Sonoro AS. Año III, N° 4.
A la par, los argumentos del Dúo Benítez y Valencia para alegar su autoría, en especial de
parte de Gonzalo Benítez pueden ser encontrados en el libro Gonzalo Benítez – Tras una cortina
de años.
Es importante considerar estos argumentos, para darnos una idea del embrollo de esta
autoría musical y sus implicaciones. Con un análisis claro y sin apasionamientos se puede sacar la
verdad de este asunto. Invito al lector a que realice esta actividad, si es de su agrado.
105
106
CAPÍTULO IV
De izquierda a derecha: 1. Artistas que intervinieron en el programa de los 25 años del Mejía: José Trueba y Nicolás Delgado,
maestros de Música y Dibujo respectivamente; y Manuel Icaza, tenor invitado. Imagen tomada de la revista Vida Intelectual N°11
del Instituto Nacional Mejía de 1923. 2. y 3. Las imágenes corresponden al disco de vinil de 45 r.p.m. (revoluciones por minuto) que
realizó la Cooperativa de Vivienda José Mejía Lequerica, para entregar a los estudiantes del Mejía, posterior al pago de su matrícula,
en el año lectivo 1991-1992. Estos discos se realizaron desde 1972 y fueron re impresos por varios años (los de la imagen de 1986).
En estos discos aparecen dos temas dedicados al Mejía: Soy del Mejía y Campanas Diamantinas. Imágenes del archivo personal de
Juan Carlos Erazo Ballesteros.
Llegamos a otra etapa sensible y emotiva del Instituto Mejía… la de la Música. Este lenguaje
universal que usamos los humanos, para comunicarnos profundamente, romper barreras y manifestar
nuestra creatividad, es parte innegable y meritoria de este reconocido plantel. Son innumerables
las manifestaciones de esta índole, que faltaría mucho espacio en este libro para escribir todo lo
realizado detalladamente. Por eso, en este capítulo he realizado un “resumen” bastante conciso y
enriquecedor del quehacer musical del “Patrón”, para que queden asentados y sean difundidos sus
interesantes e importantes hechos artísticos en el devenir histórico de la sociedad en general. Desde
los albores de su creación, la vena lírica del alumno del Mejía ha estado presurosa de cobrar vida y
dejar huella… pleno y fabuloso acontecimiento que lo ha logrado, logra y logrará.
4.1 Resumen de la educación musical en el “Patrón”
Desde la concepción de esta institución, la Música constaba en los planes educativos. Así
se evidencia en el Programa General de Estudios del Instituto Normal Mejía formulado por los
profesores en 1896, dentro de su Organización pedagógica y plan de estudios. Ahí se observa la
existencia de la materia de Elementos del dibujo, del modelaje y de la música. La formación laica va
de la mano de un trabajo cultural elevado, con análisis mental y fuerza emocional notables, en pro
del fin sublime: el desarrollo excelso del hombre. Sin embargo algunas circunstancias, propias del
Ministerio de Instrucción Pública (luego llamado Ministerio de Educación) y de pocas autoridades
máximas del Mejía, intentaron poner freno a esta disciplina; digo que intentaron porque en sí, esta
formación y manifestación muy humana no dejó de realizarse. Para no pecar de “injusto” digamos
que no hubo la política, los medios, la continuidad y otros factores para que se realicen este tipo
de actividades educativas artísticas en la educación fiscal. Algo que aún pasa. Sin embargo no haré
una apología de los errores y problemas que se han dado por parte del máximo órgano rector de la
Educación y de sus autoridades designadas. Sí haré una apología y reconocimiento a las personas
que a pesar de esa irregularidad de apoyo y manifiestos problemas no solucionados, han sabido
surgir brillantemente… no en vano manejaron oportunamente el concepto y esencia del Per aspera
ad astra en su totalidad.
Después de los primeros tres años de fundado oficialmente el plantel, constatamos que
los festejos patronales del 19 de marzo de 1900, llevaban a escena varios números dirigidos por el
primer maestro de Música del plantel, el señor Reinaldo Suárez, al frente de una orquesta (muy
seguramente de cámara y particular): Una obertura ¿?, el Himno a Mejía con letra de Francisco de
Paula Soria (alumno del Mejía) y música del mismo Suárez; el vals América, creación de Jorge L.
Olaiza; Canto a Mejía con música del dúo de la Africana; Un terceto para violín, flauta y piano de la
ópera Guillermo Tell, de Gioachino Rossini y finalmente el vals Espíritus fugaces de Johann Strauss.
Esta extensa y variada programación fue de la mano de actividades literarias y teatrales alternadas,
por parte de los alumnos del Mejía. El gusto estético del centro educativo en esa época estaba acorde
a la moda y academicismo europeos más representativos. Una oportuna y progresiva introducción
a este mundo musical, se podía consolidar con experiencias directas en torno al tema, haciendo uso
de la Escuela Nueva (Ver capítulo II).
Habíamos indicado que desde sus orígenes el Mejía daba un visto bueno a la educación
musical. Qué mejor manera entonces de educar con el ejemplo. Por ello, en 1904 el mismísimo
Celiano Monge (ver Capítulo II) hacía comentarios críticos sobre ópera, de una función que observó
en el Teatro Sucre de Quito, en torno a la magnífica soprano dramática Ana de Revers: “Dispuso
de la numerosa concurrencia a su antojo”… [estuvo] “sugestionando al público con su dulce voz”
(Yánez, 2005, p. 82).
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De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Invitación a programa artístico en el estadio del Instituto Nacional Mejía, en 1948.
Este sitio, desde su construcción en 1923 ha sido muy usado para actividades militares, deportivas y musicales. Imagen de dominio
público. 2. Luis Granja, reconocido difusor de música ecuatoriana y docente del Mejía. Imagen de dominio público, probablemente
de los años 40. 3. Grupo musical del Mejía en 1974. Imagen de diario El Comercio del 11 de mayo de 1974. 4. y 5. Invitación a
un programa musical en el plantel. Tomadas de diario El Comercio del 4 de julio de 1974. 6. El “Barrio de los conserjes”, en el
interior del Edificio central del Instituto Nacional Mejía, en la década de los 80’s. Imagen cortesía de Patricio Robalino. 7. El rector
Raúl Andrade, gran gestor de actividades culturales. Imagen tomada de la Revista de Arte, Educación y Letras del Instituto Nacional
Mejía, de 1976. 8. Consejo Estudiantil del Instituto Nacional Mejía en el año 2000, de izquierda a derecha Diego Aslalema “Joy” –
Secretario, Dennis De La Torre – Presidente, Dr. Efraín López – Coordinador, Jaime Jácome – Vicepresidente y Flavio Navarrete
- Secretario. Cortesía de la Biblioteca del Instituto Nacional Mejía 9. Docentes del Mejía en actividades musicales en el salón de actos
del plantel; de izquierda a derecha César Espinoza, Paúl Falconí, Gustavo Gordón y en el piano César Espinoza Jr. Fotografía cortesía
de César Espinoza.
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Ampliando el alcance académico
formativo, las autoridades y alumnos
mejías con gusto recibían a las mejores
agrupaciones en sus instalaciones; por ello,
la Compañía de Zarzuelas Ferro Marques,
hizo su debut en Quito, el 15 de agosto de
1909, precisamente en el Salón de Actos del
Instituto Nacional Mejía (Antigua Capilla del
“Beaterio”). Sucederían varios actos de este
tipo, que consolidan la cultura en el plantel.
Es así que el diario El Comercio, del 20 de
De izquierda a derecha: Augusto Terán, Teodolinda Terán, Pedro marzo de 1919, nos reseña claramente sobre
Paz y Enrique Terán, Sidney Knapp y Alfredo Fernández. Imagen una velada Literaria – Musical del Mejía, del
tomada de Memoria Musical del Ecuador. día anterior y con participación de un mejía:
Fue una noche encantadoramente hermosa, aromada de mujeres, de flores y de ritmo. […] A las nueve
y media se anunció la llegada del señor Presidente de la Republica [Alfredo Baquerizo Moreno (1859-
1951), mandato desde el 1 de septiembre de 1916 hasta el 31 de agosto de 1920] […] Los Terán y
Gustavo Bueno como siempre irreprochables en la interpretación del Allegro Moderato de Weber que
constituía el número segundo del programa […] Antonio Jijón, pudiera llegar a ser un tenor admirable
si intensificara su educación artística. La Siciliana de Mascagni la interpretó tan admirablemente que
mereció los honores del bis entusiasmando a la concurrencia con las notas delicadas que salían de su
pecho.
Después del intermedio, se inicia la segunda parte de la velada con el Solo de Violonchelo (canto sin
palabras de Mendels[s]ohn) ejecutado por el Sr. Carlos Tipán, músico nobilísimo, se desempeñó a
ma[r]avilla, mereciendo muchos aplausos.
Gustavo Bueno es a no dudarlo un privilegiado para el piano; que ejecución más difícil y magníficamente
ejecutada que el Rondó del Maestro Durán: sus manos recorren las teclas cual aleteo de aves,
arrancándole las voces más entusiastas. […] Los aplausos que entre los que termina la lectura de la
composición, se acallan con el solo de flauta del inimitable Terán en el valse Op. 94 N° 1 de Chopin11
y Zingaresca de Eschetchlir.
Fue un desgranarse de notas encantadoramente melódicas, que llevan a los espectadores hasta el
arrobamiento. […]
Luego vino el canto de Jijón: O Sole M[í]o: cuanta dulzura fluía en sus labios, su robusto pecho llevó a
las más delicadas fibras de los corazones notas delicadísimas, de cadencia y belleza. Mereció también
las exigencias de la repetición.
[…] El hermoso acto terminó con el solo de violonce[ll]o tocado por la señorita Teodolinda Terán con
la maestría que ella sólo sabe hacerlo.[…]
--------------------------------------------------------
11. No existe un vals de Chopin con esa numeración, es de suponer un error del periodista al redactar la noticia. Como posibilidad de
entender qué obra pudo ser la interpretada, tenemos el vals Op. 64 N°1 en re bemol mayor Vals del minuto del mismo compositor,
obra muy vivaz, alegre y de carácter virtuoso, que concuerda con la apreciación del periodista “los aplausos… se acallan con el solo
de flauta inimitable...”. Además si consideramos también la interpretación de una Zingaresca (canción gitana), entrevemos obras
de relativa dificultad y de sentido jocoso, para un talentoso intérprete como fue Terán; todo acorde al programa festivo. Y ya que
hablamos de Los Terán, nos referimos al flautista Augusto Terán y a la violonchelista Teodolinda Terán, todos ellos hermanos,
grandes intérpretes y divulgadores de la música del compositor nacionalista ecuatoriano Sixto María Durán. A ellos se junta un
tercer hermano (el mayor), el violinista Enrique Terán, que fuera un ferviente liberal y egresado del Mejía en 1905.
110
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Fausto Gortaire, en una presentación en la Concha Acústica del barrio Villaflora de
Quito, en 1964. Imagen de dominio público. 2. El grupo Illiniza recibe el premio al primer lugar en un concurso musical intercolegial,
del canal Teleamazonas, en 1979. Cortesía de Byron Viteri. 3. Coro de docentes y administrativos del Instituto Nacional Mejía, con
su director Pablo Dávalos. Cortesía de Giovanny Ordóñez. 4. Obtención del tercer lugar, por la estudiante Carla Morocho, en el
concurso Viva la paz de Ecuavisa el 7 de junio de 2019. Cortesía de Laura Ayala. 5. Club de danza con la estudiante Carla Morocho,
después del logro musical en Ecuavisa. Cortesía de Mishel Navarrete.
Adicional a esto, mencionamos que Antonio Jijón era alumno del Mejía, convirtiéndose así
en el primer cantante tenor que ha generado el Plantel. Sus datos de estancia en el Plantel están
extraviados, sin embargo sabemos de él, gracias a una biografía del docente y tenor José María
Trueba. La dedicación de Jijón más el fuerte trabajo de Trueba, lo transformaron en un destacado
intérprete lírico en Quito, ingresando posteriormente a una compañía de teatro, de la mencionada
ciudad.
Los actos de esa envergadura y talento, siempre fueron del agrado e interés de las autoridades
del Mejía. En vista de todo este panorama cultural, el Dr. Manuel María Sánchez, rector del Mejía
sugiere a la Junta Administrativa del Plantel la incorporación del mencionado José María Trueba,
artista español, de gran reputación en Quito; para profesor de música y canto en el centro educativo.
José María Trueba nace el 31 de enero de 1879 en Zumaya, España. Falleció en Quito
el 17 de octubre de 1945, de un infarto fulminante. Trabajó en el Instituto Nacional Mejía y el
Conservatorio Nacional de Música hasta finales del año lectivo en 1929, retirándose por asuntos
familiares. En el Mejía tenía un contrato hasta 1932, que no pudo cumplirlo. Este brillante tenor
vasco, imparte clases de Música, Solfeo y Canto y, posteriormente, de Piano en el Mejía. De esa
educación resaltan: el cantante de música clásica (El segundo tenor, o primer barítono ¿? del Plantel)
111
Alfredo Moreno (Egresado del Mejía en 1920); el pianista Jorge Flores (Egresado del Mejía en
1922) y los pianistas, compositores y hermanos: Gustavo Enrique Salgado Torres (Egresado del
Mejía en 1924) y Luis Humberto Salgado Torres (Egresado del Mejía en 1925). También aparece
en registros históricos del Mejía, el violinista Alfonso Flores, del que también no tenemos sus datos
exactos de permanencia en el plantel. Trueba también conformó el primer coro de alumnos de la
institución. Y desde enero de 1926, se suma a la acción cultural para las clases populares, para dictar
clases de Canto en horario nocturno.
Muy relevante y productivo fue el trabajo musical de ese entonces en las aulas del Mejía.
Tanto así que marca huella permanente en el insigne maestro Alfredo Pérez Guerrero, para decir en
marzo de 1933 en torno a estas actividades estudiantiles: “[…] hay que dar más importancia a ciertas
asignaturas como la Música y el Canto, la que debería ser enseñada hasta el último año […]”. La
sugerencia fue expuesta para que también se realizase este arte en todos los planteles del Ecuador.
Llegamos al 10 de noviembre de ese mismo año, en que el rector Hugo Moncayo, hombre
proactivo en la educación y en la formación cultural del ser humano (Recordemos que fue un
reconocido practicante de las Letras), solicita al director del Conservatorio Nacional de Música y
Declamación, el señor Belisario Peña, un cordial pedido en estos términos:
Con el afán de dar una orientación pedagógica moderna a la enseñanza de música en el Instituto que
regento y teniendo en cuenta sus amplios conocimientos sobre la materia, me es grato dirigirme a Ud.
para pedirle me haga el favor de ayudarme con algunas sugerencias que estime conveniente para tal fin.
Con fecha 22 del mes en curso, fui honrado con el nombramiento de Director de este establecimiento
y su atenta Circular No. 234, llena de los mejores propósitos [y] animada de un espíritu de unión
verdaderamente patriótico, llegó con una gran oportunidad a mis manos: en el momento inicial del
desempeño de mi nuevo cargo.
Felicítole, señor Rector, por su proyecto de llegar a una orientación constructiva, mediante la estrecha
vinculación entre los establecimientos educacionales de la República, y a la vez le pido me cuente en el
número de los [docentes] que con más entusiasmo cooperarán con su iniciativa, me permito expresarle
la profunda y sincera complacencia que tengo al saber que el Instituto Nacional “Mejía” se encuentra
bajo su inteligente y dinámica dirección.
Esperando la ocasión que el señor Rector me proporcionará para hablar personalmente de tan
interesante asunto, me es, por hoy, muy grato presentarle los sentimientos de mi más alta consideración.
112
Cuál espuma efervescente florecen disciplina y cultura en todos los sentidos en el plantel,
y desembocan en las combinación de actividades marciales – musicales, llegando a un momento
apoteósico con la creación del Batallón Mejía, el 19 de marzo de 1941. (Ver Capítulo V)
Esta sana tradición cultural de alto nivel continúa y el 6 de junio de 1947 la Orquesta
Sinfónica del Conservatorio Nacional de Música, participó en un homenaje al Instituto Nacional
Mejía, por sus fiestas de fundación. Allí el tenor Alfredo Pareja canta el aria para tenor de la ópera
Cumandá, creación musical de un egresado del plantel y uno de los mejores músicos y compositores
del Ecuador: Luis Humberto Salgado.
En 1950, la Banda de Guerra del Mejía (descendiente del Batallón Mejía), se reorganiza
de manera definitiva por la decidida mano del imborrable Lic. Genaro “Pupo” Fierro. Y es en
la década de 1960 que definitivamente esta agrupación se consolida, a cargo del señor Miseno
Sánchez, quien dirige la agrupación hasta 1975. La impresionante presencia y acabo técnico musical,
la vuelve referente en Quito y el país en general. Ese trabajo ejemplar único, se conserva y crece aún
más con la acertada dirección del hijo de Miseno, el Arq. Fabián Sánchez, egresado del Mejía, que
asumió el grupo desde 1978 hasta el 1997. Asume finalmente la dirección de la agrupación, el Lic.
Darwin Portilla desde el año 2000 hasta la actualidad, introduciendo mayor versatilidad musical y
visual de la que se había mantenido antes. (Ver Capítulo VII)
Aparecen los estudiantes músicos solistas de corte popular, espontáneos y de buen gusto: los
acordeonistas Jorge Buendía Gómez (egresado del Mejía en 1955) y Jorge Aníbal Peña (egresado
del Mejía en 1956), el guitarrista Julio Boada Capelo (egresado del Mejía en 1956), siendo el deleite
de las fiestas patronales del colegio. A continuación el maestro Luis Alberto Segovia Lema, docente
en el plantel desde 6 de mayo de 1957, retoma las actividades corales, a la vez que ofrece enseñanza
de guitarra, piano y acordeón. Y en marzo de 1961 se inaugura el primer Club de Música Estudiantil
del Mejía.
Se suma al plantel el tenor Alberto Francisco Piedra Vélez, el 15 de mayo de 1964, como
docente de música y coro, mientras relucen nuevos estudiantes artistas: el trompetista Teddy Becerra
Baldeón (egresado del Mejía en 1965) y el cantante Terry Willams Aguilera (egresado del Mejía en
1965), generando un ambiente propicio para la buena música e inspiración de los muchachos del
plantel.
Volviendo a la década de los 60, se resaltan los aportes docentes de Wágner Adoum
(hermano de Jorge Enrique Adoum) y de Pedro Ingavélez. Este último crea el actual Himno del
Instituto Nacional Mejía a mediados de la mencionada década. (Ver capítulo VI). La influencia del
ritmo del bolero se adjunta a los ritmos nacionales ecuatorianos, y con ello la aparición de intérpretes
solistas variados. Los movimientos nacionalistas y latinoamericanos comenzaban a nacer en nuestro
continente y de gran manera en el Mejía, plantel pionero de actividades de identidad nacional. En
1965 el “Patrón” triunfa en el primer Festival Estudiantil de la Canción Nacional, bajo la dirección
de Pedro Ingavélez, ganando el premio Ministro de Educación. Este resulta ser el primer premio
de Música en la historia del centro educativo. Los ganadores fueron el dúo de los alumnos Rafael
Galárraga y Enrique Cárdenas, quienes se impusieron sobre reconocidos valores de TV y Radio de
la época. En 1969 ingresa como docente de música, el oboísta Alfredo Lucero (Ver capítulo VI).
Los años 70 arrancan con novedosas clases de música en los patios del plantel y un grupo de
motivados estudiantes forman el Grupo folclórico del Mejía (dirigido por el mencionado maestro
Lucero). Estos al egresar fueron las bases del famoso grupo los Increíbles Huayanay. Transcurría
esta década y se originan pequeños y espontáneos grupos que cubrían géneros de moda, como
rock y música caribeña. Y las cada vez más fuertes influencias de los movimientos izquierdistas
y nacionalistas en Latinoamérica, generan en el Mejía una oleada importante y constante de
agrupaciones musicales folclóricas a finales de los 70. Estos grupos alcanzan el auge en la década
de los 80 y mediados de los 90. Aparece el insigne docente Efraín López, como consolidador, eje
y referente para la proyección de estas agrupaciones, a la vez de la creación del primer programa
constante a nivel colegial en relación al arte; especialmente con la Música: el sonado y famoso Mejía
113
canta al pueblo; creación en conjunto con el alumno Fernando Guevara en junio de 1987 y el apoyo
del presidente del Consejo Estudiantil, Lenin Dután. Por el escenario de este programa, pasaron
gran cantidad de reconocidos artistas; como dato importante, el humorista Carlos Michelena se
presentó gratis en el primer programa. Luego vendrían Gustavo Velásquez, los Hermanos Yépez, La
Orquesta de Chicaiza, etc. Fue un evento súper grande y reconocido en la ciudad de Quito. El sitio
del escenario fueron las gradas del Edificio Central. Para la elaboración de este programa se pedía
la colaboración de los profesores del Plantel. Y en cuestión de fondos económicos, se realizaron
diversos e ingeniosos financiamientos para superar la carencia de recursos. Desde sus inicios fue un
festival musical y artístico de tipo popular y de carácter emblemático. Lamentablemente el alcohol,
las drogas y la violencia terminaron con este legendario programa. También hubo cierta incidencia
de facciones políticas que buscaron en este espacio una plataforma de sus propuestas.
A la par que Efraín López, y luego para tomar su posta cultural con otra visión y gusto de
género, aparece en escena el Lic. César Espinoza, en la década de los 90’s. Este maestro da ímpetu
a numerosos grupos de corte rockero y de estilos de moda. Estas agrupaciones dan nuevos triunfos
al Mejía, como el primer lugar en Escucha mi canto, de la Administración Centro del Municipio de
Quito. Casi en simultáneo, se incorpora el Msc. Paúl Falconí, docente del plantel de Música (Aún
en la actualidad), para revivir la actividad vocal (coral y solista) en las aulas del “Patrón”. También
el mencionado maestro Alfredo Lucero, consolida una ejemplar formación, con una metodología
propia, para la flauta dulce, entre varios más aportes académicos.
Sin embargo, la señorita Carla Morocho, estudiante de último año del Mejía, de una pronta
eliminación del concurso Suena Pichincha 2019, consigue participar en el concurso Viva la paz 2019
del canal televisivo Ecuavisa, donde hace una destacada presentación. Con fuertes competidores,
formados por amplios grupos musicales, logra como solista el tercer lugar, recibiendo un premio
de 500 dólares y un trofeo. La señorita Morocho se convierte en la primera mujer, en ganar un
concurso musical, en la historia del “Patrón”.
114
4.2 Mejías artistas de la Música
A continuación datos precisos, de varios mejías que optaron por la Música, como su trabajo
y vida. Su actividad, dentro y fuera de las aulas ha sido fructífera, y en algunos casos, reconocida
irregularmente. Cada uno de ellos tuvo que sortear muchas veces maratónicas vicisitudes para
conseguir sus metas. Yo me sumo entonces (Y espero que el lector también) a rendirles un pequeño,
pero justo reconocimiento. Los veremos como solistas y como grupos, dentro de la familia mejía (Esta
última consta de estudiantes, docentes, administrativos, padres de familia, egresados, no egresados
y “seguidores”). Recalco esto en torno a esta gran familia, pues no es verdad en lo absoluto, una
frase cerrada y egoísta, que asegura que los “mejías nacen… no se hacen…” O que “Son mejías los
que se graduaron en el plantel, después de cursar mínimo los seis años”. La verdad, contundente
y abrumadora, demuestra que ser mejía es el que siente y lucha por sus colores, por su prestigio,
por su existencia. Infinidad de gente que no ha cumplido estos “estándares” ha permanecido en
permanentes luchas por el Laicismo y el Mejía, por lo que se vuelven igual o más mejías…
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Grupo Huasipungo en el edificio Central en 1985. Imagen cortesía de Patricio
Robalino. 2. Portada del primer disco del grupo Illiniza en los años 80’s. Imagen de dominio público. 3. Portada hecha a máquina de
escribir, de un casete del grupo Kallchay en los años 80’s. Cortesía de Marcelo Peñaherrera. 4. y 5. Diplomas por la participación en
el programa Mejía canta al pueblo. Cortesías de Juan José Tupiza y Patricio Robalino. 6. 7. y 8. Presentación en 1998 de estudiantes
y docentes músicos del Mejía en el Salón de la Ciudad de Quito: Solistas, dúos, coro y ensamble de docentes del área de Música;
en esta última imagen de izquierda a derecha los profesores: Paúl Falconí, Alfredo Lucero y César Espinoza. Cortesía Biblioteca del
Instituto Nacional Mejía.
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Así, dentro de este libro encontraremos muchos artistas que no están en la “norma” que
alguien (¿quién?) divulga; el aporte de estos hombres y mujeres está muy a la altura del plantel y más
allá de las expectativas de todos. Para desarrollar este capítulo, he considerado a todas las personas
que realmente se involucraron y destacaron sonoramente en la Música, dentro y fuera del Mejía.
Si alguno de este nivel no está incluido, extiendo mis más sinceras disculpas… en una próxima
edición lo haré… el Mejía y su trabajo (musical y general) se resumen en un fragmento de la letra del
Himno al Instituto Nacional Mejía, de Alejandro Carrión: “el Mejía la flor vigorosa”… Está flor da
tantos frutos buenos, que hacen falta muchas manos y tiempo para recogerlos… Un aclaración más:
algunos datos no están completos, y otros no están aquí porque no fueron encontrados en el marco
de la investigación y recopilación. En futuras ediciones se los irán incorporando, de ser encontrados.
Estudios secundarios: Quito, Instituto Nacional Mejía - Fecha de ingreso: 29 de septiembre de 1905
Fecha de egreso: No consta en archivo.
Estudios musicales: Posiblemente estudios empíricos, con maestros varios y/o de forma autodidacta.
Premios:
1) Premio Medalla al mérito: Mejor calígrafo de América, otorgada por el presidente Carlos
Arroyo del Río. Quito, (año ¿?)
2) Premio Medalla al mérito: Mejor calígrafo de América, otorgada por el presidente Camilo
Ponce Enríquez Quito, (año ¿?)
3) Condecoración como artista otorgada por la Unión Nacional de Periodistas. Quito, (año ¿?)
4) Condecoración como artista otorgada por Radio Tarqui en la Fiesta del Pasillo. Quito, (año
¿?)
116
4.3.2 Juan Pablo Muñoz Sanz (Quito, 13 de marzo de 1898 – Quito, 5 de agosto
de 1964)
Actividades musicales: Director de banda (1919 – 1920), Docente en Fraseología, Armonía, Historia
de la Música, Conjuntos corales (1917 - 1934); y Director del Conservatorio Nacional de Música
(1944 – 1951) y de su Orquesta Sinfónica (la cual sería base para la Orquesta Sinfónica Nacional).
Director del Conservatorio de Loja, Escuela de Música de la Universidad de Loja (1954 – 1956).
Fundador de la Liga de Arte (LIDA) (año ¿?). Articulista y crítico musical. Compositor. Editor
de ensayos sobre música ecuatoriana, entre los más relevantes: La música en Quito (1934), La
música ecuatoriana (1938), Nacionalismo y americanismo musical (1938), La música: arte, ciencia
y profesión (año ¿?)
Premios:
• Capillana (Danza india), Danza incásica N°4, Danza oriental, Elegía del Incario (ballet),
Estampas serranas, Fantasía (aire de pasillo), Himno al deporte (el que se canta actualmente),
Himno a Quito, Himno del Cincuentenario del Conservatorio, Himno del Colegio Juan
Montalvo, Himno del Colegio Militar Eloy Alfaro, Madrigal (pasillo), Poema sinfónico,
Quiteñita (pasillo), Serenata, Sonatina.
117
Actividades no musicales: Docente del Normal Juan Montalvo en Castellano, Historia de la
Literatura Hispanoamericana y Problemas filosóficos (1934 – 1938). Docente del Colegio Militar
Eloy Alfaro (año ¿?). Jefe de Extensión Cultural del Ilustre Municipio de Quito (año ¿?). Docente
de Literatura, Filosofía y Lengua Castellana a razón de sus estudios en la Facultad de Filosofía
y Letras de la Universidad Central del Ecuador (año ¿?). Profesor de Castellano del Curso de
Extensión Cultural Universitaria (1940 – 1941), Profesor de Castellano en la Escuela de Periodismo
(1946 – 1947), Profesor de Filosofía e Historia de la Cultura del Instituto Superior de Pedagogía y
Letras de la Universidad Central (1943 – 1944). Periodista. Escritor; libros: Don Juan Montalvo:
El artista y el hombre (año ¿?), La música ecuatoriana (año ¿?), Americanismo musical (año ¿?),
Los temperamentos (año ¿?), Testamento inmortal (año ¿?), El poder moral en el concepto del
libertador (año ¿?). Miembro de: Sociedad Jurídico – Literaria de Quito. Fundador de (años ¿?): la
Sociedad Ecuatoriana de Biología, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Ateneo del Ecuador, Círculo de
Prensa, Sociedad Bolivariana del Ecuador, Sociedad cultural LECLA, Fundador y Presidente del
Sindicato de artistas músicos, Fundador de la Sociedad Filarmónica de Quito, Fundador del Grupo
América.
Estudios secundarios: Quito, Instituto Nacional Mejía - Fecha de ingreso: 1915 Fecha de egreso:
1923
Estudios musicales: Posiblemente estudios empíricos, con maestro y/o de forma autodidacta.
Premios: Ninguno
• Pasillos: Melancolías, Porqué estoy triste, El jardín de mi ilusión, Soñando con tus ojos,
Isabel, Lágrimas del alma o Alma solitaria. María (solo el texto)
Actividades no musicales: Médico veterinario, Director – Fundador de la Facultad de Veterinaria de
la Universidad Central del Ecuador (año ¿?).
Estudios secundarios: Quito, Instituto Nacional Mejía - Fecha de ingreso: 1915 Fecha de egreso:
1925 (Por motivos de trabajo para ayudar en casa, abandona sus estudios en 1919 y luego los retomó)
Estudios musicales: Inicialmente estudia Composición con su padre Francisco Salgado Ayala y
luego en el Conservatorio Nacional de Música. Luego en esta institución estudió Piano. Todas estas
actividades en el Conservatorio desde 1911 hasta 1926.
118
Actividades musicales: Profesor de Armonía y Dictado Musical en el Conservatorio, (1934).
Director del Grupo de Cámara Vozandes (1938 – 1945). Director del Conservatorio Nacional de
Música y de su Orquesta Sinfónica (1952 – 1955, 1960 – 1961, 1967 – 1968, 1971). Director de
las actividades musicales de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en Quito, (1950 - 1953). Escribe el
microestudio Música vernácula ecuatoriana. (1952). Crítico musical y articulista de los periódicos El
Comercio y el Diario del Ecuador y la revista Ritmo de España (años 60’s). Escribe Proyecciones
de la música contemporánea (1960). Escribe De lo nacional a lo cosmopolita en Cuadernos de arte
del Conservatorio Nacional de Música, Teatro y Danza (1962).
Premios:
6) Primer premio en el Concurso Anual Fiesta de la Lira en Cuenca (Ecuador) - 1945, 1947,
1948 y 1949
119
Actividades no musicales:
Disco compacto Souvenir de l’Amérique du Sud (piano, Marcelo Ortiz, con otras obras de: Gerardo
Guevara, Sixto María Durán y Miguel Ángel Casares)
Estudios secundarios: Quito, Instituto Nacional Mejía - Fecha de ingreso: 1918 Fecha de egreso:
1924
Estudios musicales: Inicialmente Piano, Composición, Armonía, Contrapunto y Fuga con su padre
Francisco Salgado Ayala, luego estas materias en el Conservatorio Nacional de Música (año ¿?) y
finalmente en el Conservatorio de Moscú (año ¿?).
Actividades no musicales: Profesor de Leyes de la Universidad Central del Ecuador (año ¿?).
Periodista y escritor.
Estudios primarios: Quito, Escuela de Los Hermanos Cristianos y Centro Escolar Eloy Alfaro
Estudios secundarios: Quito, Instituto Nacional Mejía - Fecha de ingreso: 1943 Fecha de egreso:
(Estudio solo hasta quinto curso, por viaje y estancia en Colombia)
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12. Saturado de la lectura de las críticas de varios musicólogos franceses, italianos y en particular de los dramas de Wagner, a la edad
de doce años abordó la composición de un libreto para musicalizarlo enseguida, siguiendo las teorías del gran maestro alemán.
[…] La idea de una ópera que concordara con las tendencias actuales, era su obsesión. Con este fin se entregó con ardor a la
lectura de las óperas antiguas y modernas. Cuando cursó contrapunto y fuga concibió el plan de su ópera, que la intituló Rodrigo.
Dos fragmentos de esta ópera se publicaron en la revista literaria Ilustración […] (Moreno, 1996, p. 133)
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Estudios musicales: Técnica vocal con un profesor alemán, de manera particular (año ¿?). En el
Conservatorio Nacional de Música dos niveles de Solfeo (año ¿?).
Premios:
5) Condecoración al Mérito Cultural por el Congreso Nacional del Ecuador, Quito (Ecuador)
- año ¿?
• Canciones: Adiós, Ahora, Extraño mi tierra, Qué pasó, Recuerdos de amor, Tristeza.
Estudios secundarios: Quito, Instituto Nacional Mejía - Fecha de ingreso: 1949 Fecha de egreso:
Estudió hasta quinto curso, para dirigirse a la Escuela de Bellas Artes.
1) Primer lugar del Segundo Festival de la Canción Latinoamericana, con el tema Te voy
a regalar un continente (Héctor Garrido – Música). New York (Estados Unidos) - 1971.
Intérprete: Hugo Henríquez (Ecuador)
2) Trofeo Hall de la Fama al Mejor Compositor y al Mejor Letrista. New York (Estados
Unidos) - 1972
3) Cuarto lugar del III Festival OTI Internacional, con el tema Tres mariposas. Acapulco
(México) - 1974. Intérprete: Hilda Murillo (Ecuador)
121
4) Primer premio a la canción más popular del Festival internacional de la canción inédita,
con el tema Quédate conmigo (Héctor Garrido – Música). Miami (Estados Unidos) – 1975.
Intérprete: Germán de la Fuente (Ecuador)
5) Cuarto lugar con el tema Si no hubieran sueños, intérprete: Waldemar (Puerto Rico) y quinto
lugar con el tema Por la señal de la cruz, intérprete: Orlando Penn (República Dominicana)
del III Festival Internacional de la Canción y de la Voz en Puerto Rico. San Juan de Puerto
Rico (Puerto Rico) - 1975
6) Primer lugar del VI Festival Internacional de la Canción y de la Voz en Puerto Rico con el
tema Su canción. San Juan de Puerto Rico (Puerto Rico) - 1978. Intérprete: Debra Depner
(Estados Unidos)
7) Primer lugar del Festival de la Canción de Sullana, con el tema Este canto mío solo canta a
un pueblo. Sullana (Perú) – 1980. Intérprete: Aldo Matta (Puerto Rico)
8) Primer lugar del Festival OTI Ecuador, con el tema Este canto mío solo canta a un pueblo.
Quito (Ecuador) – 1985. Intérprete: Gustavo Velásquez (Ecuador)
9) Primer lugar del Primer Festival Metropolitano de la Voz y la Canción Primavera 86, con el
tema Entre copla y copla. New York (Estados Unidos) – 1986. Intérprete: Gustavo Velásquez
(Ecuador)
10) Primer lugar del Festival OTI Ecuador, Quito (Ecuador) y segundo lugar en Festival OTI
Internacional, Lisboa (Portugal); con el tema Mi amigo el cóndor – 1987. Intérprete: Gustavo
Velásquez (Ecuador)
11) Medalla de plata, en composición, de la Société Académique D’Education et
D’Encourragement y L’Académie Française (Prix Thorlet), París (Francia) - 1988
12) Pluma de oro de la Junta de Directores de la Asociación Internacional de Poetas y Escritores
Hispanos. Orlando (Estados Unidos) - 2008
13) Primer lugar en el Festival de la Mitad del Mundo de Guayaquil, con el tema Señor José.
Guayaquil (Ecuador) – 197¿?. Intérprete: Orlando Penn (República Dominicana)
14) Segundo lugar en el Festival de la Mitad del Mundo de Guayaquil, con el tema Barquito de
papel. Guayaquil (Ecuador) – 197¿?. Intérprete: ¿?
15) Premio Trofeo del Chicago Tribune (año ¿?)
16) Premio Medalla de oro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (año ¿?)
17) Premio Medalla de oro de la revista Hit Parade (año ¿?)
18) Premio Trofeo de diario El Tiempo (año ¿?)
19) Premio Medalla de oro Canal 47 (año ¿?)
20) Premio Vast Composer del cine Variedades (año ¿?)
Composiciones:
• Recuérdame (Música: Héctor Garrido), Your Song, Ayer sembré mis calles de alegría, Qué
debo hacer, Ven a mí si has perdido un cariño, Yo oí silbar al viento, La sombra del olvido,
Mi poncho viejo, y Andrea. Música de las películas Cuando salí de Cuba y El camino difícil.
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De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Registro de matrícula de Víctor Valencia, para el primer curso de secundaria en el
Instituto Nacional Mejía, el 29 de septiembre de 1905. Cortesía del Archivo Histórico del Instituto Nacional Mejía. 2. Noticia de dos
músicos mejías en el diario El Comercio, del 17 de marzo de 1941. 3. Juan Pablo Muñoz con sus compañeros del Mejía, en 1915
aproximadamente. Imagen tomada del libroVoces en la sombra, de Pablo Guerrero. 4. Fausto Gortaire en el Coliseo Julio César Hi-
dalgo en 1958. Imagen de dominio público. 5. En Washington, en 1966, Fausto Gortaire interpretando música ecuatoriana. Imagen
de dominio público. 6. Fotografía de Víctor Valencia en su juventud, tomada de la revista La Familia, del diario El Comercio, año
desconocido. 7. Víctor Valencia en su etapa adulta, tomada del libro Florilegio del Pasillo Ecuatoriano de Alberto Morlás. 8. Juan
Pablo Muñoz en retrato de Carlos Rodríguez, en 1936. 9. Francisco Lasso, año desconocido. Imagen tomada del libro Florilegio del
Pasillo Ecuatoriano de Alberto Morlás. 10. Gustavo Salgado, año desconocido. Imagen de dominio público. 11. Fotografía de Fausto
Gortaire a los 16 años. Cortesía de Fausto Aníbal Gortaire. 12. Fausto Gortaire a los 16 años, junto a su hermana Olga. Cortesía de
Fausto Aníbal Gortaire. 13. Luis Humberto Salgado en 1929. Cortesía de Pablo Guerrero. 14. Publicación de Luis H. Salgado sobre
Beethoven, en la revista de la Radio Quito, en los años 50. Imagen de dominio público.
123
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Grupo de estudiantes del Mejía en 1925. Podemos apreciar a Galo Plaza Lasso en la
esquina superior derecha, a Juan Isaac Lobato esquina inferior derecha. La única señorita es la estudiante Sara Grijalva y a su derecha
el docente Tomás Rosseau. Casi en el centro, a la derecha del único estudiante con lentes, se encuentra el músico Luis Humberto
Salgado. Imagen cortesía del archivo histórico de la Sociedad de Egresados del Mejía. 2. 3. y 4. Carteles publicitarios de los montajes
operísticos de las obras de Luis Humberto Salgado. Estos trabajos escénico - musicales fueron realizados por el maestro cuencano
Javier Andrade. Imágenes de dominio público. 5. y 6. Montaje de la ópera Ensueños de amor de Luis Humberto Salgado, en su re
estreno en 2011 en el Teatro Nacional Sucre de Quito. Imágenes cortesía de Javier Andrade. 7. y 8. Montaje de la ópera Eunice de
Luis Humberto Salgado, en su estreno mundial, el 11 de julio de 2018. Imágenes tomada de Orquesta Sinfónica de Cuenca y cortesía
de Alexander Tolokonnikov, respectivamente.
124
4.3.8 Max Leonardo Berrú Carrión (Cariamanga, 5 de junio de 1942 - Santiago de
Chile, 1 de mayo de 2018)
Estudios musicales: Estudio con su padre algunos instrumentos, entre ellos la guitarra y el canto.
Actividades musicales: Fundador de la agrupación musical chilena Inti-Illimani; grabó con ellos 27
discos y más de 3000 conciertos. Sus últimos años (fecha ¿?) los dedicó a su carrera de solista, bajo
el nombre de Max Berrú y los Insobornables junto a sus hijos Tocori y Cristóbal Berrú. Desempeñó
labores administrativas en el grupo Inti-Illimani.
• Álbum Íntimo (Sello Alerce), Álbum Cantando como yo canto - INTImo 2 (Sello Alerce)
Estudios secundarios: Quito, Instituto Nacional Mejía - Fecha de ingreso: 1943 Fecha de egreso: ¿?
Estudios musicales: Estudios de canto con Blanca Hauser (Chile) y Galo Cárdenas (Ecuador)
Actividades musicales: Cantante de los grupos Hispanos (Colombia), Billo’s Caracas Boy’s, Los
Melódicos, Pacho Galán, Los Black Star, Don Medardo y sus players. (años ¿?)
Premios:
1) Primer lugar del Festival OTI Ecuador, con el tema Este canto mío solo canta a un pueblo.
Quito (Ecuador) – 1985. Intérprete: Gustavo Velásquez (Ecuador)
2) Primer lugar del Primer Festival Metropolitano de la Voz y la Canción Primavera 86, con el
tema Entre copla y copla. New York (Estados Unidos) – 1986. Intérprete: Gustavo Velásquez
(Ecuador)
3) Primer lugar del Festival OTI Ecuador, Quito (Ecuador) y segundo lugar en Festival OTI
Internacional, Lisboa (Portugal); con el tema Mi amigo el cóndor – 1987. Intérprete: Gustavo
Velásquez (Ecuador)
• Ninguna
125
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Gustavo Velásquez, con su madre. Año desconocido. Imagen tomada de diario
Extra, del 4 de agosto de 2019. 2. Portada de disco Long Play o LP (Larga duración) desconocido, con Gustavo Velásquez. Año
desconocido. Imagen de dominio público. 3. Gustavo Velásquez participando en el Festival Oti Internacional en 1987. Imagen to-
mada de la red Youtube. 4. Gustavo Velásquez en 2010. Imagen tomada de diario El Universo. 5. Medardo Caisabanda en un recital
de música ecuatoriana en el teatro público de Samarkanda (Usbekistán) en mayo de 1990. 6. Concierto con la Orquesta Sinfónica
Nacional del Ecuador, como director asistente: Medardo Caisabanda, en Riobamba en junio de 1999. 7. Concierto con la Orquesta
Sinfónica de Avellaneda (Argentina), en el Teatro de Roma, en abril del 2013. 8. Difusión de la ópera Cosi fan tutte en Cuenca (Ecua-
dor), en 2013. Director de la Orquesta Sinfónica de Cuenca: Medardo Caisabanda. 9. Concierto sinfónico – coral con el Requiem de
W. A. Mozart, en Cuenca, en abril de 2014. 10. Concierto Festivo de Año Nuevo, en el Auditorio del Banco Central del Ecuador,
en Cuenca, en enero de 2014. De 5 a 10 imágenes cortesía de Medardo Caisabanda.
Estudios secundarios: Ambato, Colegio Nacional Bolívar (Primer curso) y Quito, Instituto Nacional
Mejía (Nocturno - Segundo a sexto curso) - Fecha de ingreso: 1971 Fecha de egreso: 1976
126
Estudios musicales: Egresado en Formación Musical del Conservatorio Nacional de Música de
Quito (1972 – 1981). Títulos en Flauta Traversa, Música de Cámara, Formación Musical en el
Conservatorio Nacional de Lyon (Francia) 1981 – 1984. Título en Dirección de Orquesta en
el Conservatorio Estatal de Kiev (Ucrania) 1989 – 1992. Masterado en Dirección de Orquesta
Sinfónica en la Academia Superior Rubin de Jerusalén (Israel) 1995 – 1996.
Actividades musicales: Conservatorio Nacional de Música: Profesor de Flauta traversa, Teoría
Solfeo, Dirección de Coro y Armonía (1976 – 2000). Director del Coro Institucional, Director de la
Orquesta de Cámara. Profesor de la Escuela de Música, Orquesta Sinfónica Nacional. Catedrático
Facultad de Artes, Universidad Central del Ecuador (2018 – 2019). Director Titular de la Orquesta
Sinfónica de Cuenca (2009 – 2015). Director Titular de la Banda del Distrito Metropolitano (varios
periodos). Director Titular de la Orquesta Sinfónica de Loja (2000 – 2002). Director Asistente,
Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (1998 – 1999). Director de la Banda Sinfónica del Consejo
Provincial (varios períodos). Flautista de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (1976 – 1989).
Director Invitado de la Orquesta Filarmónica de Honduras. Director Invitado de la Orquesta
Sinfónica de Aracaju – Brasil, Orquesta Sinfónica de Brasilia – Brasil, Orquesta Sinfónica de
Avellaneda, Argentina, Orquesta Sinfónica de Arequipa – Perú, Orquesta Sinfónica Nacional del
Paraguay, Orquesta de Cámara de Morelos (México), Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba,
Yaroslavl (Rusia), Orquesta Sinfónica Estatal de Tashkent (Uzbekistán), Orquestas Sinfónicas de
Guayaquil, Cuenca y Loja.
Solista de flauta traversa: Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador: Obras de Sixto María Durán;
Orquesta Sinfónica de Guatemala: Wolfgang Amadeus Mozart - Concierto en Do Mayor para
Flauta y Orquesta; Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Tashkent; Franz Benda - Concierto
en Sol Mayor; Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador: Joachim Quantz - Concierto en Re
Mayor; Quito – Ecuador; Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador: Doménico Cimarosa - Doble
Concierto; Orquesta de Cámara de Ambato: Antonio Vivaldi - Concierto en Re Mayor; Orquesta
de Cámara de Guayaquil: W. A. Mozart - Concierto en Sol Mayor. Orquesta Sinfónica Nacional
del Ecuador: Georg Haendel - Concierto en Fa Mayor.
Solista de piano: Casa del Cine: Tashkent (Uzbekistán); Sala de Conciertos del Conservatorio Estatal,
Tashkent (Uzbekistán); Festival de Música Contemporánea: Auditorio UNESCO – París (Francia);
Música Latinoamericana en representación del Ecuador, UNESCO - París (Francia); Auditorio Jean
Philippe Rameau: Lyon (Francia).
Conciertos en diversos formatos: Flauta y guitarra, Flauta sola, Grupos de cámara, Grupos corales en
Francia, Unión Soviética y Ecuador. Conciertos en dúo de flauta y piano (pianista acompañante).
Conciertos de Música ecuatoriana con piano y/o flauta en Estados Unidos de Norteamérica: Carnegie
Hall (New York), Hoboken (New Jersey); Israel: Bet Ariela (Tel – Aviv); Ecuador: Corporación
Financiera (Quito).
Premios:
1) Mención por Concierto de Música Ecuatoriana en High School, Hoboken. New Jersey
(Estados Unidos) - 1994
2) Mérito de contribución a la Celebración de JERUSALEM 3000. Jerusalén (Israel) - 1997
3) Mención de Honor por la Difusión Sinfónica en la región. Gobierno Municipal de Santo
Domingo (Ecuador) - 2009
4) Premio Difusión Sinfónica de Boletín y elegía de las Mitas. Dirección Provincial de Cultura
de Tungurahua (Ecuador) - 2010
5) Premio Socialización Sinfónica por diversos escenarios Aminta Buenaño de la Asamblea
Nacional del Ecuador. Quito (Ecuador) - 2011
6) Premio a la Transformación Sinfónica de la Ciudad de Cuenca Punto por punto internacional.
Cuenca (Ecuador) - 2011
7) Mención por la Dirección exitosa de la Orquesta Unificada del Ecuador, OSUE. Gobernación
del Azuay (Ecuador) - 2013
127
8) Acuerdo público por la Gestión Académica de Cultura FEMUS 2013. Dirección Provincial
de Cultura de Loja (Ecuador) - 2013
9) Diploma al Mérito Artístico por el Colegio Nacional Benigno Malo. Cuenca (Ecuador) -
2014
10) Premio Soldado de la batalla de Tarqui, de la Tercera División de Ejército Tarqui. Cuenca
(Ecuador) - 2015
11) Homenaje y premio por parte de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, núcleo de Tungurahua.
Tungurahua (Ecuador) - 2015
Estudios primarios: Quito, Colegio Franciscano San Andrés y Centro Escolar Eloy Alfaro.
Estudios secundarios: Quito, Instituto Nacional Mejía. Fecha de ingreso: 1980 Fecha de egreso:
1990
Estudios musicales: Inicialmente durante dos años en el Conservatorio Nacional de Música de Quito
(años ¿?). Escuela de la Orquesta Sinfónica Nacional: estudios de Clarinete, entrenamiento auditivo
y Piano complementario durante tres años (años ¿?). Universidad Tecnológica Equinoccial: Estudios
de Artes, Museología y restauración de Obras de Arte (años ¿?). Pontificia Universidad Católica del
Ecuador: Diplomado en Etnomusicología con Mención en Composición e Investigación Musical
(años ¿?). Universidad Técnica de Manabí: Licenciatura en Ciencias de la Educación con mención
en Pedagogía Musical (años ¿?). FUNIEBER: Maestría en formación de docentes (años ¿?).
Actividades musicales: Formó parte del grupo Juglares del Mejía (ver página 145). Intérprete de
muchos instrumentos populares, cantante, investigador, etnomusicólogo, autor, compositor,
docente, arreglista, director de coros y orquesta.
Premios:
1) Premio bianual Canción de los Andes del Ministerio de Cultura y patrimonio en dos
categorías de música ecuatoriana con el sanjuanito Sol y el pasillo ligero Olvídenlo. Quito
(Ecuador) - 2009
2) Premio Textos escolares Mi país musical, Editorial EDINUN. Quito (Ecuador) - 2010
3) Premio a la canción Cinco cuartos, nominada entre 9000 obras como una de las 50 mejores
composiciones a nivel mundial en USA International Songwriter Competition - 2011.
4) Canción ganadora Tu magia, del Fondo Fonográfico ecuatoriano. Quito (Ecuador) - 2014.
5) Canción ganadora Fiesta, como la Canción Imprescindible del año en la Radio Pública FM.
Quito (Ecuador) - 2016
• Tiene más de 200 composiciones entre canciones de autor, música étnica, sinfónica y coral,
New Age ecuatoriano, música tradicional y de fusión ecuatoriana, latinoamericana y del
mundo.
128
Actividades no musicales: Pintor y dibujante, escritor, poeta, gestor y promotor cultural.
Estudios secundarios: Quito, Instituto Nacional Mejía Fecha de ingreso: 1983 Fecha de egreso:
1990
Estudios musicales: Inicialmente con su padre y luego autodidacta guitarra, piano, bajo, percusión
andina.
Actividades musicales: Formó parte del TEAMM (Taller experimental de artes musicales Mejía)
(año ¿?), dirigido por el profesor Francisco Pacheco (+). Integrante de la BGINM. Toca la guitarra,
el bombo y el piano. Formó parte del grupo Juglares del Mejía (ver página 145). Es cantautor.
Premios:
1) Premios diversos para el Mejía, en concursos intercolegiales, con el grupo Juglares (ver
página 145).
2) Embajador musical de Ecuador en Europa - 1989
3) Primer lugar del Top 10 internacional 2017 de música nueva o inédita (No cover) de la Fan
Page Musicazos del Mundo - 2017
• Tres discos compactos: Ángel de amor (2011), Es toda la vida (2014) y El otoño del Inca
(2017)
Estudios secundarios: Quito, Instituto Nacional Mejía Fecha de ingreso: 1990 Fecha de egreso:
1996
Estudios musicales: De forma autodidacta aprende canto en grupos musicales como mariachis y
coros vocacionales (1998 – 2004). Conservatorio Nacional de Música de Quito (Ecuador): Materias
teóricas, Canto, Piano y Teatro (2005 - 2010). Estudios de Técnica Vocal con Richard Gordon (2011).
Escuela de Técnica Alexander Buenos Aires (Argentina): Re educación psicofísica con Técnica
Alexander y Técnica Vocal con Técnica Alexander con Marcus Betz (2011). Diversos talleres de
técnica vocal, canto y dirección coral con pedagogía (2012 – 2015). Pontificia Universidad Católica
del Ecuador: Licenciatura en Ciencias de la Educación – Mención Pedagogía musical (2016).
129
Actividades musicales: Cantante popular de mariachis, dúos y tríos. En el Conservatorio participó
como solista en Alfredo en La Traviata de Giuseppe Verdi (2006), Spalanzani en Los Cuentos
de Hoffman de Jacques Offenbach (2006), Bastien en Bastien und Bastienne de W. A. Mozart
(2007). Fue tenor de refuerzo y permanente como solista y corista de la Fundación Teatro Nacional
Sucre (2008 a 2013), donde participó como solista encarnando el papel de: Bizco Porras en Luisa
Fernanda (2010); y como corista en diversos montajes de ópera, oratorio, cantatas y musicales, en
diversos idiomas (2009 - 2013). Fue solista en la Misa Criolla de Ariel Ramírez (2013) y de diversos
conciertos de música popular y académica de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (2013 –
2015). Integrante y Jefe de cuerda de tenores del Coro del Departamento de Cultura de la Pontificia
Universidad Católica del Ecuador (2013 – 2015). Integrante del coro de la facultad de Ciencias
de la Educación de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (2013 – 2016). Por invitación
de sus maestros Paco y Mario Godoy forma y dirige el Ensamble coral gregoriano, que participa
en el Capítulo 71 – Inspirarte del Programa Expresarte, de la Televisión Pública de Ecuador, por
Semana Santa (2014). Director del coro de EGB del Instituto Nacional Mejía y asistente en música
y docencia vocal al grupo musical Soy Mejía de EGB del Instituto Nacional Mejía (2014). Director
escénico y musical, en la obra de inclusión social La leyenda del Yavirac del Campamento Cristiano
Esperanza (2015). Corista en Szczecin (Polonia) en The Latino Project (2015). Docente de música
y materias afines en diversas instituciones educativas, desde nivel inicial hasta universitario (2003 –
hasta la actualidad).
Premios:
1) Tres veces escolta de los pabellones de Quito, de Pichincha y de Ecuador - 1988, 1989 y
1990
2) Segundo mejor egresado de su escuela primaria - 1990
3) Premio Botón de oro como el sexto mejor egresado del Instituto Nacional Mejía, de 10
estudiantes - 1996
4) Recital de Alumnos talento del Conservatorio Nacional de Música - 2006 y 2010
5) Invitación al Festival The Latino Project en Szczecin, Polonia - 2015
6) Reconocimiento a su Brillante historia artística musical, por parte del Colectivo Rescate
Cultural de la Ronda, Quito, Ecuador - 2019
•• Ninguna
Actividades no musicales: Società Dante Alighieri – Estudios de lengua italiana (2012). Pontificia
Universidad Católica - Estudios de lengua inglesa (2015). Vicepresidente (2016 – 2019) y Secretario
(2019 - 2021) de la Sociedad de Egresados del Mejía. Investigador y escritor educativo: libro Sapere
aude – Detalles del Instituto Nacional Mejía (2020).
Estudios secundarios: Quito, Instituto Nacional Mejía Fecha de ingreso: 1993 Fecha de egreso:
2002
Estudios musicales: Estudia charango (1993 – 1995), con Marcelo Rodríguez (Egresado del Mejía).
Estudia guitarra, de manera autodidacta (1997). Tecnólogo en sonido en el IAVQ (Instituto Artes
Visuales Quito) (2010).
130
Actividades musicales: Forma un trío musical (año ¿?) con Guillermo Guaraca (estudiante del Mejía)
y Omar Proaño (egresado del Mejía en el año 2006). Integrante de la agrupación folclórica Astra
Inti (año ¿?). Integrante del cuarteto Sin (año ¿?) con Pablo Dávalos (egresado del Mejía en el año
2000), Guillermo Guaraca y Omar Proaño. Fundador e integrante del grupo Okkasso, con Diego
Pazmiño y David Chumaña (2002); luego cambian estos dos últimos integrantes por Pablo Vivanco,
José Molina y David Luzuriaga (+). Docente de guitarra y charango. Integrante del grupo Pueblo
Nuevo (2008). Intérprete de guitarra clásica y charango del Conjunto de cámara de la Casa de la
Cultura del Ecuador (2012). Miembro de la Sección Académica de Artes Musicales de la Casa de la
Cultura Ecuatoriana (2015). Fundador y director del grupo Soy Mejía (ver página 170).
Premios:
1) Segundo lugar en el Intercolegial del pasillo, del Comité de Fiestas del Municipio de Quito,
junto a David Chumaña y Andrés Machado. Quito (Ecuador) - 2000
2) Primer lugar en el Concurso intercolegial folclórico de Radio Sensación 800 AM/ Bonita
FM 106.5, junto a David Chumaña, Pablo Vivanco, David Luzuriaga (+), Diego Pazmiño,
Édison Chicaiza, Paúl Pérez y Esteban González. Quito (Ecuador) - 2002
3) Primer lugar del Segundo festival de música del Instituto Nacional Mejía, junto a David
Chumaña. Quito (Ecuador) – 2002
4) Primer lugar Primer lugar en el concurso Adelantando una era, de la Casa de la Cultura,
junto a José Molina y David Chumaña. Quito (Ecuador) – año¿?
Composiciones: Ninguna
Estudios primarios: Quito, Escuela José María Urbina (actualmente Velasco Ibarra)
Estudios secundarios: Quito, Instituto Nacional Mejía y José Joaquín Pino Icazan Fecha de ingreso:
1996 Fecha de egreso: 2004
Estudios musicales: Aprendió inicialmente de manera autodidacta canto y guitarra. Estudia guitarra
popular en el Conservatorio Antonio Neumane de Guayaquil (2003 - 2004).
Premios:
131
5) Primer lugar en el Concurso intercolegial folclórico de Radio Sensación 800 AM/ Bonita
FM 106.5, junto a Germán Ati, Pablo Vivanco, David Luzuriaga (+), Diego Pazmiño, Édison
Chicaiza, Paúl Pérez y Esteban González. Quito (Ecuador) - 2002
6) Primer lugar del Concurso al tema para Tránsito Amaguaña, con su tema Canción para
Tránsito Amaguaña. Quito (Ecuador) - 2009
7) Reconocimiento Abya Yala Premios Mushuk Nina, Primer mestizo por luchar por la
identidad ecuatoriana. Cotacachi (Ecuador) - 2009
8) Primer lugar del Segundo festival de música del Instituto Nacional Mejía, junto a Germán
Ati. Quito (Ecuador) – 2011
9) Primer lugar en el Festival de las artes al aire libre a la composición guayaquileña, con su
tema Guayaquil tierra de encantos. Guayaquil (Ecuador) - 2011
10) Primer lugar a la Canción más escuchada en Radio América con su tema Tu recuerdo en un
cigarrillo. Quito (Ecuador) – 2012
11) Primer lugar a la Canción más escuchada, en Ecuador es lo máximo de Ecuador TV con su
tema Tu recuerdo en un cigarrillo. Quito (Ecuador) – 2012
12) Primer lugar a la Canción más escuchada en Radio Pública con su tema Tu recuerdo en un
cigarrillo. Quito (Ecuador) – 2012
13) Su canción Anuncios gana el derecho se ser publicada en el disco compacto Las canciones
de la Revolución Ciudadana de Alianza País. Quito (Ecuador) - 2012
14) Primer lugar a la Trayectoria musical Casa de la Cultura Ecuatoriana. Quito (Ecuador) - 2016
15) Primer lugar del Premio Cultural MBN Ecuador 2018 Mejor Artista Permanencia, con el
tema La guerra fría. Quito (Ecuador) – 2018
16) Primer lugar en el concurso Adelantando una era, de la Casa de la Cultura, junto a José
Molina y Germán Ati. Quito (Ecuador) – año¿?
Estudios secundarios: Quito, Instituto Nacional Mejía Fecha de ingreso: 2003 Fecha de egreso:
2010
Estudios musicales: Inicialmente sus estudios los realizó de manera particular y luego en la academia
Musicarte (año ¿?)
132
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Romeo Caicedo, año desconocido. Imagen cortesía Edgar Caicedo. 2. Romeo
Caicedo con sus logros, año desconocido. Imagen de dominio público. 3. Portada de libro Sixteen Plus, publicado por Romeo Cai-
cedo. Imagen de dominio público. 4. Diploma para Romeo Caicedo, como Mejor Compositor y Mejor Letrista, en 1972. New York
(Estados Unidos). Imagen cortesía Edgar Caicedo. 5. y 6. Revista norteamericana Canales, en 1980, donde se realizó una entrevista
de la película de Romeo Caicedo. Imágenes cortesía de Edgar Caicedo. 7. y 8. Max Berrú en su vida en Chile, fechas desconocidas.
Imágenes de dominio público. 7. Max Berrú. Imagen tomada de diario El Comercio el 2 de mayo de 2018. 8. Fernando Guevara
en mayo de 2018. Cortesía de Fernando Guevara. 9. Concierto de Fernando Guevara en el Teatro México, el 28 de noviembre del
2017. Cortesía de Fernando Guevara. 10. Concierto de Fernando Guevara y su sexteto, el 18 de mayo de 2018. Cortesía de Fernando
Guevara. 11. Miller Guevara el 7 de agosto de 2016. Imagen cortesía de Miller Guevara. 12. y 13. Lanzamiento del disco compacto
Toda la vida de Miller Guevara, el 17 de mayo de 2014. Imágenes de Juan Carlos Erazo y Javier Caicedo, respectivamente. 14. Afiche
publicitario para el lanzamiento del disco compacto El otoño del Inca en París, el 23 de abril de 2017. Cortesía de Miller Guevara.
15. Diploma al primer lugar en el concurso virtual Musicazos del Mundo, a Miller Guevara, el 24 de diciembre de 2017. Cortesía
de Miller Guevara.
133
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Germán Ati, el 9 de noviembre de 2016. Imagen cortesía de Juan Carlos Erazo
Ballesteros. 2. Presentación de fondo en la Elección de Reina de Lago Agrio, el 14 de abril de 2002; de izquierda a derecha: Pablo
Vivanco, David Chumaña, David Luzuriaga (+) y Germán Ati. Cortesía de Germán Ati. 3. Grupo de Música del Instituto Nacional
Mejía en 2002; de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: Pablo Vivanco, David Chumaña, David Luzuriaga (+), Germán Ati, Es-
teban González, Paúl Pérez, Diego Pazmiño, Edison Chicaiza. Imagen cortesía de Germán Ati. 4. Grupo musical de integrantes de la
BGINM: Pablo Vivanco, Esteban González, Germán Ati, David Luzuriaga (+), David Chumaña, los dos restantes son desconocidos.
Imágenes cortesía Germán Ati. 5. Germán Ati y Pueblo Nuevo en el Festival de Cosquin en febrero de 2010. Imagen de dominio
público. 6. Germán Ati en la SEM, en diciembre de 2017. Imagen de dominio público. 7. David Chumaña siendo integrante de la
BGINM en el año 2001 aproximadamente. Cortesía de la biblioteca del Instituto Nacional Mejía. 8. Grupo de Música del Instituto
Nacional Mejía en 2001 aproximadamente; de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: Edison Chicaiza, Daniel Terán, Andrés
Machado, David Chumaña, Germán Ati, Jorge Gualichico, Diego Pazmiño y abajo Paúl Flores. Cortesía de David Chumaña. 9. y 10.
David Chumaña abriendo el concierto 40 años y más, del grupo Kjarkas, el 21 octubre del 2011 de Quito. Cortesía de David Chu-
maña. 11. Afiche del Concierto y Grabación del DVD Tu recuerdo en un cigarrillo, el 18 de octubre del 2014, de David Chumaña.
Imagen cortesía de David Chumaña. 12. Afiche del Encuentro internacional de cantautores en el que participa David Chumaña, el 8
de abril del 2006 en el Teatro Lalama de la ciudad de Ambato. Imagen cortesía de David Chumaña.
134
Imágenes de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Juan Carlos Erazo Ballesteros en primer curso del Mejía, el 18 de sep-
tiembre de 1990. Cortesía del Archivo histórico del Instituto Nacional Mejía. 2. Juan Carlos Erazo Ballesteros, el 4 de julio de 2018.
Cortesía de Juan Erazo. 3. Ópera Manuela y Bolívar, Juan Erazo como soldado patriota, en el Teatro Centro Cívico de Guayaquil, el
17 de julio 2009. Cortesía de Juan Erazo. 4. Afiche de la Misa Criolla, solista Juan Erazo. Imagen cortesía de Juan Erazo. 5. Programa
Expresarte del 24 de abril de 2014, director del Coral Gregoriano (en el centro) Juan Erazo. Imagen tomada de Expresarte. 6. Ensayo
del grupo musical Soy Mejía. Juan Erazo docente. 7. Concierto de gala del Coro PUCE, en el Hall del Teatro Municipal de Viña del
Mar (Chile) el 27 de octubre de 2014; solista Juan Erazo. Cortesía Tvon Chile. 8. Reunión de la promoción 1992 de egresados del
Instituto Nacional Mejía, el 17 de marzo de 2017. Vicepresidente de la Sociedad de Egresados del Mejía, Juan Erazo. Imagen cortesía
de Juan Erazo. 9. Lanzamiento del disco Seis años, de Álex Guijarro, en el cachorreo 2010. Imagen cortesía de Álex Guijarro. 10.
Álex Guijarro cantando en el Intercolegial de Música, donde resultó campeón en 2010. Imagen cortesía de Álex Guijarro. 11. y 12.
Las dos imágenes del cachorreo del Mejía en el año 2017, con Álex Guijarro. Imágenes cortesía de Álex Guijarro.
Actividades musicales: Creador y propietario de Music Design, que es parte del equipo de
comunicación del Ministerio de Interior (2011). Creador del grupo musical Legato (2012). Ingeniero
en Diseño gráfico y Producción Audiovisual con beca en la Universidad Metropolitana del Ecuador
(2015). Creador y propietario de la marca Escucho Ecuador que representa a los músicos y artistas
ecuatorianos (2015).
Premios:
135
Composiciones de letra y música, salvo que se especifique otra autor:
Profundicemos en este ámbito musical. Desde las orquestas y coros de corte eurocentrista
que se iniciaron tempranamente en el Mejía, una vertiente de cambio se dio en la década de los
50. Las fuertes influencias de la música estadounidense, caribeña y latinoamericana comenzaban a
penetrar en la juventud latinoamericana. A la par una naciente revolución cubana, de la mano del
carismático Fidel Castro el 1º de enero de 1959, generaba movimientos de cambio en la sociedad,
y la música no fue la excepción. Así de manera irregular pero notoria, algunos grupos musicales
esporádicos y de poca duración aparecerían en el Mejía, reflejando las tendencias de su época.
En 1978, el recordado inspector José “Palanqueta” Andrade se percata del intenso gusto
con que el Lic. Efraín López, inspector del Edificio Sur del Mejía, tocaba de manera sencilla y
agradable la guitarra. Le solicita entonces que se haga cargo del tempranero grupo Illiniza, originario
de las aulas del “Patrón” y que luego llegaría a ser un famoso conjunto musical folclórico de nuestro
medio. Este joven licenciado sería un ícono en la educación de varias materias dentro del Instituto
y, a la vez, parte medular y trascendente del crecimiento de varias actividades artístico culturales del
mencionado plantel.
Efraín Rodrigo López Vallejo “El chueco” nace un 7 de enero 1951 en el cantón
Penipe, Provincia de Chimborazo. Los genes de su madre, tío y primos músicos influyen en él
tempranamente. Toda la familia tocaba instrumentos musicales, así al observarlos, Efraín aprendió
la guitarra y el güiro. Siendo ya docente, fue poseedor de una peculiar didáctica para impartir
clases en el Mejía; todos los que tuvimos la suerte y privilegio de ser sus alumnos recordamos su
sano humor, combinado con momentos reflexivos en pro del desarrollo cognitivo. Efraín entra al
plantel el 1º de octubre 1974, después de quedar en un segundo lugar de la terna del concurso de
merecimientos y oposición publicada en la prensa, para inspectores en el Mejía. A su ingreso recibe
una credencial y en enero de 1975 recibe su nombramiento definitivo. Su impecable docencia
regular y el fructífero trabajo por el arte culminan con una merecida jubilación el 30 de noviembre
del 2013. La formación inicial de Efraín López la realiza en Riobamba. Sería el colegio Maldonado
de esa ciudad el que le otorgue el bachillerato. Posteriormente realiza una licenciatura en Psicología
y Orientación Vocacional en la Universidad Central de Quito; después realizó un doctorado en
Investigación Científica y Planificación Educativa en el Universidad Técnica de Ambato, y luego
un masterado en Investigación y Trabajo Social, pero no llegó a terminar la tesis de esta última
institución, por lo que no se pudo graduar, quedando en calidad de egresado.
136
Algo característico de las actividades de Efraín, que recuerdan los alumnos gratamente, es un
proceso para el aprendizaje de la Música; debido a los buenos resultados, lo perfeccionó y difundió
durante diecisiete años (desde 1996 hasta el 2013). Esta actividad la desarrolla al ayudar a su hijo
en la elaboración de un trabajo estudiantil; tan interesante se vuelve esta tarea que decide aplicar
esta experiencia en el Mejía. Enviaba a sus alumnos a que investiguen sobre la música ecuatoriana
en todos sus géneros tradicionales y patrimoniales. Esta actividad debía realizarse por grupos. Esta
tarea constaba de: Transcripción textual de la letra de una canción de estos géneros musicales, el
mensaje que contiene la canción y la bibliografía de la misma; sí era bailable pues también debía
hacerse. No se descartaba que los wambras vengan vestidos con los trajes patrimoniales, propios
del género consultado. En estas clases era común escucharle estas frases: “Ahora sí jovencito ¿qué
le tocó? ¡Cante!” La creatividad de los chicos con estas actividades estuvo muy motivada. En una
oportunidad un alumno con el afán de cumplir muy bien con el deber, llegó con una camioneta al
colegio y en su interior trajo el traje del ¡Danzante de Pujilí! (traje muy pesado, con un sombrero en
forma de torre de casi un metro de altura).
Una frase que marcó la vida a Efraín fue “Oigo y olvido, veo y recuerdo, hago y comprendo”
del sabio Confucio. Buscó con ella que cada estudiante piense por su propia cuenta. Los jóvenes
se adaptaban rápidamente a esta consigna, lo que daba éxito. Además no permitía que la clase se
sienta larga, monótona o pesada; para ello hacía chistes y buscaba la parte práctica del conocimiento.
Consideraba importante encender la chispa para que el estudiante se motive, pues la Investigación
(su materia principal) es pensamiento creativo.
Fue encargado, en el año 2000, de orientar al Consejo Estudiantil cuando era su presidente
el joven Denis de la Torre. Este trabajo se debió a que la protesta estudiantil en esos días se había
transformado en muy violenta y carente de creatividad. Esta debía ser pacífica y firme, generando
otra imagen del Mejía. También apoyó el trabajo del periódico del plantel, donde propuso que
pongan artículos de ciencia y de interés de Mejías importantes, para que sean emulados. Para sacar
este proyecto y otras cosas promovió la autogestión de los estudiantes: al existir tantos alumnos en
el Mejía, logró que estos traigan papel para reciclar y venderlo para financiar a esta emblemática
publicación.
Un proceder singular de Efraín fue el ser maestro de ceremonias en todos los eventos del
Mejía, gracias a la confianza que depositó en él, el Dr. Milton Cahueñas, Inspector General del
Plantel. Este encargo lo cumplió de manera altruista y con cariño, felicidad y altura.
Y un dato más que alegró su permanencia en el Mejía fue que en 1997, en el primer
centenario del centro educativo, su hijo fue abanderado del pabellón nacional.
Siguiendo con la labor musical iniciada por Alfredo Lucero (ver capítulo VI) con el Grupo
folclórico del Mejía, don Efraín coordina otras agrupaciones de ese índole en el Plantel: Illiniza,
Huasipungo, Kallchay, Juglares, Dayumak e Inspiración Mejía. También se hizo cargo de los
concursos internos de Música y fue el organizador y animador del emblemático programa Mejía
canta al pueblo (Desde 1986 hasta 1996, con fondos propios del plantel) programa ideado por
el estudiante Fernando Guevara. Además con sus compañeros docentes, por entretenimiento y
relajación, formaron un grupo musical. Ensayaban en un cuarto del colegio, los maestros Hernando
Ramírez, Jorge “Gato” Flores y Virgilio “Cullo” “El taza” Tejada. Sus interpretaciones se ejecutaron
en su mayoría solo en sus ensayos. Esta sana diversión la mantuvieron durante cinco años. Es Edgar
Torres presidente de la Asociación de Profesores que los lleva a tocar por lo menos un par de veces
en programas públicos.
Otro docente de trascendencia fue César Alejandro Espinoza Ruiz, nacido el 10 de octubre
de 1948 en Quito. Estudió en la Escuela Francisco Febres Cordero de los Hermanos Cristianos. La
secundaria la hizo, en la mañana, en el colegio Cardenal de la Torre, centro normalista católico (para
137
docentes de primaria) y en la noche en el Instituto Nacional Mejía. Gracias al título del “Patrón”
tuvo acceso a la carrera de Filosofía de la Universidad Central del Ecuador. Allí alcanzó su primera
licenciatura. Después en la Escuela de Bellas de Artes se especializa como diseñador, pintor y
dibujante durante 4 años obteniendo su título en 1975. Finalmente obtiene su segunda licenciatura
en los idiomas Inglés y Francés en 1995, en la Universidad Central del Ecuador.
De manera empírica y autodidacta aprende música, y luego guitarra con Homero Idrobo.
Con este arte de la Música, viaja y trabaja por diez países. Desde 1960 realizó rock and roll con un
grupo llamado Los Delfines. Ahí conoce al baterista Luis Silva, un ingeniero civil que dicta cátedra
de Física en el Mejía. Luis invita a César para que dé clases de música en el colegio, pero en primera
instancia no acepta. Posteriormente César ingresa como profesor de Inglés al Mejía y ahí se hace
conocer como guitarrista, aficionado al rock y contador de “cachos” (chistes), lo que le permite
socializar de la mejor manera con las autoridades, profesores, alumnos y porteros especialmente.
Gustaba mucho del fútbol. Siempre fue seleccionado del equipo de profesores del plantel. También
ejerció labores de inspector general y docente de Dibujo en el mencionado centro educativo.
Empieza su trabajo como coordinador del Club de música aproximadamente desde 1997.
Impone un trabajo exigente en esas horas extras, después de clases. No le gustaba perder y apostaba
siempre a ganar. Es así que con su primer grupo, llamado Éxtasis consigue el primer lugar en un
intercolegial. Los triunfos no dejaban de llegar mientras fue coordinador. En su último año (2009)
y con su último grupo, consigue el primer lugar con una canción inédita y arreglos respectivos
de su creación. En el camino pasaron por encima de un duro rival de ese momento, el colegio
Juan Montalvo. Ese mismo año, el grupo del Mejía es seleccionado para el disco compacto del
Bicentenario de la Independencia del Ecuador.
Con sus compañeros docentes Alfredo Lucero y Paúl Falconí, más su hijo y alumno del
Mejía, el joven César Espinoza Rodríguez, forman un grupo de música, interpretando todo los
géneros.
Como músico independiente, en la guitarra y el canto, participa en los grupos Los Delfines
(Rock), La Sonora de los Hermanos Baca (Tropical), Sacrificio (Rock) donde el cantante fue Jinsop;
Siglo 21(Todo género), Bon sucess (Todo género). Funda el grupo La gran sociedad (Todo género)
y luego el grupo Galleta (Todo género). Y participa en el estreno de los Delfines del disco compacto
Gustaba tanto de usted. Tanto con Efraín López como con César Espinoza, hubieron ciertos años
en los cuales existieron agrupaciones musicales que no adoptaron ningún nombre, y/o tuvieron
un desempeño permanente. Se ha hecho por lo tanto, difuso el contar su existencia y logros; por
consiguiente no aparecen en estas páginas.
Grupo de la jornada nocturna del Mejía formado aproximadamente en 1975, que duró
hasta 1994. Se fundador fue Luis René Aguirre Vizcaíno, nacido el 22 de marzo de 1956 en Quito,
parroquia Magdalena. Su primaria la realizó en la escuela Avelina Lasso de Plaza y la secundaria
en el Instituto Nacional Mejía, inicialmente en la sección diurna, pero por trabajo se cambió a la
nocturna; por motivos laborales abandona el sexto curso dos veces. Entra al Mejía en 1971 y se
gradúa en 1979. En la Universidad Central del Ecuador estudió Economía, donde se graduó en
1986. Aprendió la música de su padre Ángel Aguirre, un virtuoso guitarrista. Formó un grupo en la
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ciudadela Yaguachi en 1974, con otros dos estudiantes del Mejía: Fernando Díaz y Antonio Díaz,
antes de formar Pegujal. Luego crea el grupo musical de la Federación de Estudiantes Secundarios
del Ecuador FESE.
Pegujal representó al Mejía en varios lugares de Quito, canales de televisión y en las fiestas
de Riobamba, Imbabura y Tulcán. En total, fueron siete integrantes que usaban guitarras, requintos,
panderetas, quenas, rondador, bombos, zampoñas. Nunca participaron en intercolegiales, eran
contratados por dinero. Hicieron grabaciones en vivo para la radio, nunca lo hicieron en disco o
casete. Ya egresados, hicieron gira por todo el país, para posteriormente integrarse al movimiento
Joaquín Gallegos Lara de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y al movimiento de los poetas
Rafael Larrea Alfonso Chávez, Alfonso Murriagui y Holger Córdova. También se unieron a los
grupos musicales Noviembre 15, Cantores del Pueblo, La Huella y al grupo de teatro Ullauri. La
indumentaria del grupo fue de su propia autogestión. El Mejía les financió hospedaje y transporte
para las presentaciones.
Luis toca actualmente la guitarra y el charango. Después de egresar del plantel también se
dedicó a tocar, con otros grupos como músico invitado. De igual manera sus dos hijos le ayudan en
la música, lo que les permite conformar en 2013 el trío Identidad. Actualmente están grabando un
disco compacto con doce temas, recopilados y propios.
Grupo de la jornada nocturna del Mejía formado desde 18 de Agosto de 1978 hasta la
actualidad, por la motivación de un grupo de niños y jóvenes, alumnos e hijos de los conserjes, del
Mejía. Inicialmente se denominó Quitumbe, nombre que duró apenas tres meses. Se inspiraron en
el trabajo de los primos Robalino y su grupo Inti Chasqui de Píllaro, del maestro guitarrista Gerardo
Robayo. Los compañeros fundadores y/o los que al poco tiempo de fundado, se unieron al grupo
fueron: Fabián Córdova, Raúl Guanoluisa, Alfredo y Wilson López Caicedo, Víctor Robalino, Alonso
Robalino, Patricio Robalino, Víctor Hugo Mantilla, María Carmen Pinto y Ernesto Orozco; hijos
de los señores conserjes del Mejía: Jacinto Robalino, Luis López y Ernesto Orozco. Posteriormente
el grupo se reforzó con la presencia de otros estudiantes del Mejía como Milton, Marco y Edwin
Fernández Pinto (Mejía diurno) y Margarita Pinto Cruz (Mejía Nocturno).
Los integrantes del grupo distribuían sus horas en el Mejía entre estudiar, ayudar en las
labores a sus padres y los ensayos de su agrupación.
Huasipungo compartió su trabajo musical al mismo tiempo que los grupos musicales del
Mejía Pegujal, Illiniza y Ñucanchi Mejía (este último de fugaz existencia. Ñucanchi es una palabra
de origen kichwa; significa: nuestro).
Siendo rector del Mejía el Lic. Edwing Guerrero, les obsequió los primeros ponchos para su
uniforme. Lo hizo en el patio del edificio central del plantel, delante de las familias de los conserjes. El
“grado musical” les fue permitido rendir en el teatro Prometeo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana,
por cortesía de “Bachita” Fuentes Díaz. En esa época, tocar en este teatro significaba el "grado" en la
música popular. Ya en los concursos intercolegiales, en los años 80, en el programa de Cañitas de
Teleamazonas, Illiniza conquistaba el primer puesto y Huasipungo el cuarto. Vendrían luego más
triunfos en la vida estudiantil.
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Al egresar, el grupo formó una célula del Frente amplio de izquierda FADI, del Comité de
artistas de Pichincha y del Comité Urgente. También hicieron solidaridad con la familia Restrepo,
en especial con el señor Pedro José Restrepo Bermúdez; con el grupo Alfaro Vive Carajo AVC y
con variadas luchas sociales y populares.
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Grupo folclórico del Mejía en 1976. Algunos de sus integrantes serían parte del
grupo Los increíbles Huayanay. Imagen tomada de la Revista de Arte – Educación y Letras del Instituto Nacional Mejía de 1976. 2.
3. 4. y 5. Grupo Pegujal: las tres primeras imágenes en la década de los 70, en las instalaciones del Mejía. La cuarta imagen corres-
ponde al trío Identidad, en 2018. Imágenes cortesía de Luis Aguirre. 6. 7. 8. 9. y 10. Grupo Huasipungo: las dos primeras imágenes
son de 1985, en las instalaciones del Edificio Sur del Mejía (Actual escuela); la siguiente corresponde a la primera donación de
ponchos para el grupo, en 1980 por el entonces rector Edwing Guerrero Blum; luego tenemos una presentación del grupo en la
Casa de la Cultura, el 20 de enero de 1994; finalmente una imagen publicitaria del grupo en la década de los 80’s. Imágenes cortesía
de Patricio Robalino.
Huasipungo ha tenido diversas producciones artísticas como Mapa Festivo del Ecuador
1 y 2, Para que nunca más, Partituras de barro, Rogativas, Chalinas de fiesta, Feliz navidanza y
Próspero canto nuevo, Testamentos del año viejo, La diablada pillareña, Coplas carnavaleras del
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Ecuador, Mestizoy…Mestizoando, Nuestros muertos viven en nosotros, El amor y la tierra tienen
rostro femenino, Eugenio Espejo: el Duende Mestizo, Jaku Jaku, Mama Tránsito Amaguaña. Y
las producciones pedagógicas: Creciendo con la Música, texto de educación musical; Materiales
de talleres – recopilaciones gestión cultural, Cinco títulos de audio y discos compactos de música
ecuatoriana y Cinco vídeos de actividades y conciertos.
En la actualidad el grupo está conformado por: María y Margarita Pinto Cruz (egresadas del
Mejías nocturno); Francisco Fernández y la dirección de Patricio Robalino Espín (egresados del
Mejía diurno y nocturno respectivamente). Huasipungo funciona como un centro de cultura popular
en Conocoto, en la calle Ascázubi E6-51 y pasaje San José; allí se hacen investigaciones sobre la
cultura popular y se imparten clases de música, danza y literatura popular a jóvenes estudiantes, se
ejecutan conciertos de música y danza y se dictan talleres culturales.
Otros logros de Patricio han sido: Representante por Pichincha en 1997 para el Primer
Congreso Nacional de Músicos Populares Luis Alberto Valencia, organizado por el Ministerio
de Educación. Vicepresidente del Primer Congreso nacional de músicos andinos en Quito,
en el año 2000. Fue conferencista y moderador del Congreso andino de cultura popular en la
Universidad Politécnica Salesiana Quito en junio del 2000. Vicepresidente nacional en la formación
del movimiento Cultural Chamiza de Quito en 1990. En 1992, junto a Margarita Pinto fueron
representantes culturales en la Asamblea Nacional de Cultura en Quito. Y nuevamente junto a
Margarita fueron delegados en la Asamblea Provincial de la Cultura del Gobierno de Pichincha,
para la elaboración del Plan General de Desarrollo.
Grupo de la jornada diurna del Mejía formado desde 1977 hasta la actualidad. Fueron
sus integrantes Gemm Viteri (primera voz), Byron Viteri (canto y zampoña), Esteban Dobronsky
(guitarra), Francisco Mena (charango), Patricio Cevallos (quena y zampoñas), Antonio Cilio
(percusión), Washington Barreno (guitarra) en una época difícil para ser músico. Al salir del plantel,
se reconoció la valía de su trabajo en el Mejía. Usaban el uniforme de parada del “Patrón” para las
presentaciones.
Como habíamos mencionado, uno de los integrantes fue Yury Antonio Cilio Núñez, que
nació en Quito el 12 de abril de 1961. Ingresa al Instituto Nacional Mejía en 1973 y egresa en 1981.
141
A la par de ser músico folclórico, fue parte de la banda de guerra del plantel. El grupo inicia
con sus ensayos cuando sus integrantes cursaban tercer curso. Fueron los grupos Inti Illimani, Uros
del Titicaca, Illapu, y Quilapayún los que los inspiraron a estos jóvenes músicos.
El nombre del grupo nace de manera improvisada, justo antes de salir a un festival. Lo
toman de una canción que ellos interpretaban. Y de feliz coincidencia ganan el festival con esa
canción. Luego ganaron diez festivales intercolegiales, donde los más fuertes rivales eran los grupos
de los colegios La Salle y Nacional Eloy Alfaro.
Todo el mundo les decía “vagos” y no recibieron apoyo del plantel. Solo el licenciado Efraín
López sería el que les dé la confianza y el impulso necesario para seguir y triunfar en la música. El
plantel no les prestaba aulas por lo que realizaban los ensayos en las gradas. Además el Mejía en
esos momentos poseía instrumentos de mala calidad, por lo que estos músicos decidieron adquirir
y usar los suyos propios; fue imperioso que estas adquisiciones sean buenas, para estar a la altura de
las competiciones y de los grupos folclóricos que estaban en boga en esa época. Su motivación para
realizar esta actividad era que la música y el Mejía era todo para ellos. A esto se suma el respaldo
de los compañeros de curso, luego los seguidores y finalmente todos los estudiantes del centro
educativo. Al egresar realizan su primer disco, donde aparece su tema de música protesta más
representativo Gracias señor gobierno; el cual es adaptado de la canción del mismo nombre del
grupo Los cardenales del éxito. En total tienen tres discos compactos de diez, doce y ocho temas
respectivamente. En 1984, con la Compañía Nacional de Danza dirigida por Marcelo Ordóñez,
realizan una gira por primera vez a Europa, durante tres meses.
Grupo de la jornada diurna del Mejía formado desde 1980 hasta 1992. Sus integrantes fueron
Marcelo Peñaherrera, Gonzalo Saa, Neptalí Cuti y Patricio Alomoto. Uno de sus fundadores, Luis
Marcelo Peñaherrera Peñaherrera, que en Kallchay se desenvolvió fuertemente con la zampoña y el
bombo, nació en Latacunga el 22 de septiembre 1965. Estudió la primaria en la Escuela República
del Paraguay. La secundaria la realizó, el primer curso, en el colegio Santiago de Guayaquil, pero
pierde el año, por lo que lo repite en el Instituto Nacional Mejía en 1978 y se gradúa en 1987. Es
dibujante publicista graduado de la Universidad Central del Ecuador, ha realizado varios cursos del
Conservatorio y están en proceso sus estudios de tercer nivel para Música en la Universidad Técnica
de Manabí. Actualmente es docente de Educación Cultural Artística del Colegio Militar Abdón
Calderón. Es dueño de la Academia Música y Arte, dónde se imparten clases con instrumentos
folclóricos, luthería, pintura y dibujo; también venta de material didáctico. Es músico de planta en
el salón Rincón La Ronda.
Por el trabajo creciente de Kallchay, el arquitecto Luis Isch, rector del Mejía les regaló las
camisas folclóricas para sus presentaciones. En simultáneo, en el colegio Rafael Larrea se crea el
grupo Avanzada que sería un digno rival intercolegial del grupo del Mejía. Los chicos del “Patrón”
estuvieron motivados por los grupos musicales Illiniza y Pueblo Nuevo. Es Antonio Cilio, integrante
de Illiniza, ya egresado del Mejía, que les guía en su quehacer artístico, el amor a la música y al Mejía.
Fueron ganadores de la mayoría de intercolegiales que participaron en los años 80. Uno de
los más importantes triunfos fue en el Festival de Música Folclórica, en el Coliseo del Colegio 24
de mayo en 1982. Compitieron con 20 colegios, llevándose un trofeo de un metro y medio. En el
jurado había músicos profesionales del medio folclórico, y académicos de Conservatorio Nacional
de Música. La música que interpretó en esa participación el Mejía, fue de Esmeraldas y el Caribe.
142
Consiguieron el primer lugar en el Festival artístico Peñas en febrero de 1985. A continuación
el primer lugar denominado El vicentino de oro del colegio San Vicente de Paúl de Conocoto, en
enero de 1986. Luego ganan el festival El inca de oro en 1987.
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo, 1. 2. 3. y 4. Grupo Illiniza: Primero tenemos una presentación en el año 1979.
Imagen cortesía de Antonio Cilio. Luego está el triunfo intercolegial en 1978. Imagen de dominio público. A continuación la gira
internacional en 1984, con la Compañía de nacional de danza. Imagen cortesía de Antonio Cilio. Finalmente una presentación en
el Teatro Sucre de Quito con otros artistas, el 1° de septiembre de 2013. Imagen de Noemy Sandoval. 5. 6. 7. 8. Grupo Kallchay,
todas las imágenes cortesía de Marcelo Peñaherrera. El grupo en las gradas del edificio central del Instituto Nacional Mejía. Luego la
presentación en el Teatro Universitario el 10 de mayo de 1985. A continuación la presentación en el coliseo del Mejía en mayo de
1983. Finalmente una actuación en el Rincón La Ronda, el 26 de septiembre de 1986.
Grupo de la jornada diurna del Mejía desde enero 1987 hasta 1991. El licenciado del
plantel, Fabián Poveda bautiza al grupo como Juglares y el fundador y director musical fue Fernando
Guevara, a lo que se suman los integrantes Miller Guevara, Efraín Enríquez, Fredy Melo, Rodmy
Díaz y José Luis Tamayo bajo la coordinación del ya mencionado Lic. Efraín López. Reciben la
colaboración eventual de Paolo Játiva, Roberto Castro, Freddy Arias, Patricio Batallas, José Luis
Funes. Posteriormente el grupo ya fuera del plantel en 1991, siguió trabajando con otros integrantes;
a los hermanos Guevara y Fredy Melo se les sumaron Andrés Aguas, Rodrigo Medina y Wilson
Cevallos, con los que se grabó el primer trabajo discográfico en estudio, llamado Etapa Vol.1, y con
esta misma agrupación realizaron una gira de seis meses por las ciudades de Cali, Pasto, Popayán,
Armenia, Pereira, Cali, Medellín, Bogotá y Cartagena por invitación del Conservatorio de Cali y
los Colegios INWM de Colombia. Desde el 1º de junio hasta el 7 de septiembre de 1991, Juglares
realiza una gira en Francia gracias al apoyo de la Association Culturelle Franco – Equatorienne La
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Mitad del Mundo con sede en Francia. Al regreso de la misma el grupo se separó por varios años
debido a que la mayoría salieron del país y se radicaron en Europa. No sería sino hasta 1996 cuando
Paco Cerón, Rodrigo Medina, José Luis Funes, Fernando y Miller Guevara se unen nuevamente
para la que sería su última etapa, hasta su desaparición en el año de 1999.
4.5.6 Dayumak Junior (Dayumak palabra de origen kichwa: alma; junior palabra
de origen inglés: joven)
Grupo de la jornada diurna del Mejía formado desde el 20 de marzo de 1990 hasta 1993.
Sus fundadores fueron: Fabián Lincango, Flavio Noboa, Hugo Noboa y Luis Tupiza. Uno de sus
integrantes fue Juan José Tupiza Simbaña, nacido en Quito el 26 de enero de 1975. Estudió la
primaria en la escuela de la Unión Nacional de Periodistas. Su secundaria la inició en el Colegio Los
Shyris en 1986 y luego ingresó al Instituto Nacional Mejía en 1990, para egresar en 1993. Actualmente
es técnico en computadoras, graduado de la Universidad Tecnológica América. Además continúa
vigorosamente con la Música.
El padre de Juan siempre gustó de la música y tocaba muy bien la guitarra. Esta manifestación
artística en el hogar inspiró y fomentó el talento de Juan. Al momento de escoger la secundaria, los
padres de Juan no querían que entre al Mejía, por la preocupación y el dolor que causó el asesinato
en una protesta estudiantil de Patricio Hermann en 1981, alumno de ese plantel. Sin embargo, ya
desde cuarto grado de escuela, la pasión y el atrayente perfil del “Patrón” se habían grabado en
Juan y no se iban a borrar fácilmente. Sus padres, convencidos de su temor, confían la educación
secundaria del joven músico al colegio capitalino Los Shyris, en el norte de Quito.
El virtuosismo musical era muy marcado en la familia de Juan. Padre, tíos y primos deciden
por ello formar una agrupación musical folclórica llamada Dayumak Junior. Fue y es motivante
(existe un video en la red YouTube) ver a un grupo de niños en una gran interpretación y ensamble
musical; los instrumentos eran más grandes que sus ejecutantes y su arte era muy profesional. Es
por esta calidad artística que un amigo del grupo los invita a tocar en una fiesta; nada menos que
el cumpleaños del rector del Mejía de esa época, el Dr. Víctor Andrade López. La admiración
a los músicos fue muy notable por parte de esta autoridad del plantel. Se abría en ese instante la
oportunidad para que los sueños de Juan se cumplan. El amigo que propició el encuentro de este
joven músico y el experimentado rector, mencionó a este último que el ferviente deseo de Juan, era
formar parte del Mejía como alumno. Dejando una posibilidad de que así fuera, Víctor le dio una
144
cita al joven artista para charlar sobre ese asunto, en el rectorado que regentaba. Juan ya llevaba mes
y medio de clases de su tercer curso en el otro plantel, sin embargo su tío lo conduce al Mejía, pese
a la prohibición del papá de Juan. En esas épocas era muy difícil entrar al Mejía como alumno.
Se formó el grupo de Música del Mejía para actos colegiales y Dayumak para presentaciones
pagadas. Usaron como vestuario ponchos o buzos negros, con cuello tortuga y sellos grandes del
escudo del Plantel (esto último idea de Víctor Andrade). El grupo fue invitado reiteradas veces a
las kermeses de los colegios de la capital, en especial del 24 de mayo y Simón Bolívar. Y por su
talento ganaban la mayoría los concursos intercolegiales de música, al menos veinte veces. Uno de
esos memorables triunfos fue en el segundo festival intercolegial del canal televisivo Gamavisión,
con la ayuda efectiva en los ensayos de Fernando Guevara, consiguen el primer lugar nuevamente
en el Estadio Olímpico Atahualpa, después de vencer a los fuertes rivales de los colegios San Pedro
Pascual y Dillón. Nuevamente al final del evento, se formó una gran trifulca, generada por los
perdedores, que cerró definitivamente ese espacio deportivo para festivales musicales intercolegiales.
Asistieron al famoso programa televisivo San Viernes del canal Gamavisión, junto a una
delegación del autoridades y alumnos del Mejía en la celebración de las fiestas patronales (entre
1991 a 1992 probablemente); ahí el integrante Patricio Cajamarca fue el deleite con su interpretación
del Pastor solitario en la flauta de pan. También llegaron a actuar en programas de las Embajadas
de Francia, Italia, Colombia y Finlandia; y llegaron a estar en los aniversarios de los gobiernos de los
presidentes de la República del Ecuador: Ing. León Febres Cordero y el Dr. Rodrigo Borja.
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo, 1. 2. 3. y 4. Grupo Juglares: la primera imagen corresponde a la participación en Colom-
bia, las otras dos siguientes son de invitaciones ciudadanas. Las tres corresponden a 1988 y son cortesía de Miller Guevara. La cuarta
corresponde al grupo en 1990, cortesía de Miller Guevara. 4. 5. 6. y 7. Grupo Dayumak Junior: La primera imagen corresponde a la
participación de un intercolegial de música en 1990. Las dos siguientes son presentaciones de los chicos en su etapa estudiantil. La
última corresponde al grupo Yarawi, que integra a los antiguos Dayumak Junior. Las tres primeras imágenes son de 1990, y la última
de la página de Facebook: Yarawi – Folclor Latinoamericano. Cortesía de Juan José Tupiza.
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Al egresar del Mejía, debieron eliminar su nombre de Dayumak Junior, pues ya había una
agrupación llamada así. El nuevo nombre sería Yarawí, palabra que se deriva del género musical
yaraví. (yaraví, palabra de origen kichwa, significa: tonada indígena melancólica). La “nueva”
agrupación contó con los integrantes del grupo del plantel y funcionó mucho tiempo así. Hoy lo
conforman Flavio Noboa, Luis Tupiza, Juan José Tupiza, Fernando Tupiza, Patricio Cajamarca
y Enrique Romero. Efraín López les pregunta si pueden dejar un semillero de nuevos grupos,
la voluntad no les faltaba, pero constatan de que en ese momento no había mejías que toquen
instrumentos musicales y que les guste el tema folclórico.
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. 2. 3. y 4. Grupo Matuksara: Las primera es de un reportaje al grupo en 1999; la
siguiente imagen es de un programa sobre derechos humanos ligados a la Iglesia Católica en el año 2000; luego consta la participación
en el día de la música en la Plaza de San Francisco, en el 2013. Imágenes cortesía de Marco Proaño. La cuarta corresponde a los
integrantes ya egresados de la secundaria, en vivo el 18 de abril de 2011. Cortesía de Juan Carlos Proaño. 5. 6. 7. y 8. Grupo Ins-
piración Mejía: la primera corresponde a una participación, año desconocido; la segunda se dio en un ensayo en el edificio sur del
Instituto Nacional Mejía, año desconocido; la tercera fue en el edificio central del Instituto Nacional Mejía, año desconocido; y la
cuarta corresponde a la publicidad para el Pregón de Fiestas de Quito, en la Plaza de San Francisco, el 25 de noviembre del 2010.
Las imágenes son cortesía de Bladimir Cando. 9. 10. 11. y 12. Grupo Soy Mejía: la primera corresponde a una sesión fotográfica en
el Mejía en 2014, imagen de dominio público; la segunda corresponde al 22 de febrero de 2015, realizando el video para el concurso
Suena Pichincha 2015, imagen cortesía de Miller Guevara; a continuación la participación musical en el Palacio de Carondelet el
28 de febrero de 2015. Imagen en cortesía de Darwin Portilla; finalmente el grupo participa en un programa en el Mejía, el 26 de
diciembre de 2015. Imagen cortesía de Bryan Granda.
Grupo de la jornada diurna del Mejía. Se formó desde 1990 en el barrio Comité del Pueblo
N°1 con jóvenes pertenecientes al Instituto Nacional Mejía, en su gran mayoría. Sus integrantes fueron
Juan Carlos Proaño y Miguel Jiménez (directores musicales), Marco Proaño, Arturo Pilatasig, Javier
Sevillano, Gustavo Paucar y Pablo Betancourt. Uno de sus fundadores fue Miguel Ángel Jiménez
Molina, que nace el 21 de enero 1973 en Quito. Él asistió a la secundaria al colegio Nacional Eloy
Alfaro. Se graduó de Ingeniero Comercial en la Universidad Tecnológica América. En 1998 ingresa
a Matuksara, como un pasatiempo y por la necesidad de expresión social de los jóvenes. En este
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espacio también participaban los chicos de la Iglesia Católica en general. Por lo tanto en el grupo se
interpretaba música religiosa. A su vez esta agrupación social les apoyaba con los materiales para su
ensayo.
Cuando Matuksara estaba creciendo, en simultáneo en el barrio habían casi ocho grupos
musicales y otros de danza y teatro. En poco tiempo la agrupación se volvió en referente en su
comunidad.
Su otro fundador Marco Vinicio Proaño Cargua, nace el 18 de noviembre de 1973. Ingresó
al Instituto Nacional Mejía en 1986 y egresó del mismo en 1992. Se graduó de Ingeniero Comercial
en la Universidad Central. Él nos comenta que la referencia e inspiración para crear Matuksara fue
el grupo Juglares del Mejía y los grupos de la Nueva canción chilena. Con su grupo participaron por
el Mejía en festivales artísticos pero nunca en concursos intercolegiales. Pudieron grabar algunos
discos compactos y videos. También fueron los creadores de la Rondada Mayor, actividad gigante
que asocia música y danza de Latinoamérica. En la actualidad sus integrantes, que fueron parte del
Mejía, son: Edgar Andrade, Gustavo Paucar, Juan Carlos Proaño, Marco Proaño y Arturo Pilatasig.
A estos se suman gente que no fue parte del centenario plantel.
Grupo de la jornada diurna del Mejía formado desde de 2010 hasta el 2014. Sus integrantes
fueron: Francisco Zapata, Carlos Revelo, Diego Armas, Bladimir Cando, David Ausay y Álex
Anausí. El grupo se origina en una reunión de estos amigos, al percatarse que comparten una afición
y talento musical llamativo.
Es entonces que una profunda inspiración les llena su espíritu y así se agrupan, usando
como nombre ese sentimiento que los embriagó: Inspiración… Inspiración Mejía. Así lo recuerda
claramente Paolo Bladimir Cando Toaza, nacido en Quito el 10 de noviembre de 1988. Ingresó al
Instituto Nacional Mejía en el 2001 y egresó en 2011. Actualmente trabaja en la Empresa Municipal
de Obras Públicas EMMOP y está pronto a estudiar Comunicación Social en la Universidad
Politécnica Salesiana.
La mayoría de los integrantes de este grupo era de la banda de guerra del plantel, por lo que
después de los ensayos de esta agrupación, tocaban sus instrumentos musicales. Su talento musical
se da a conocer rápidamente por lo que son invitados a un cachorreo y es ahí que Germán Ati los
escucha y se les acerca contento, a felicitarles por su trabajo. Ese apoyo les ayuda enormemente en
los inicios, luego recibirían lo mismo de Pablo Vivanco, Cristian Chicaiza (Integrante de Sentimiento
Mejía, grupo de fugaz existencia), David Chumaña y Alex Guijarro; también de Fabricio Monga del
grupo Cantares del Viento.
Para sus ensayos llevaron sus propios instrumentos y ponchos; el Mejía únicamente les
prestaba una aula del edificio sur para repasar y el Consejo estudiantil de esa época les conseguía las
presentaciones. Ayudó enormemente para la formación y desempeño del grupo, las experiencias
previas en la música que poseían los chicos de este grupo. Estuvieron invitados a compartir su arte en
los colegios María Angélica Idrobo, Femenino Espejo, Experimental Quito, 24 de Mayo, Consejo
Provincial, Manuela Cañizares y Simón Bolívar. Para presentaciones más formales cambiaron
los ponchos por camisa y pantalón negros, con el escudo del Mejía, similares a Dayumak Junior.
No participaron en intercolegiales pues no fue su meta, su objetivo era hacer por gusto música
ecuatoriana y latinoamericana. Tuvieron la oportunidad de grabar su trabajo con Alejandro Pasaca
y el Concejo Provincial pero no difundieron ese trabajo.
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4.5.9 Soy Mejía
Grupo de la jornada diurna del Mejía, fundado por Germán Ati en el año 2014, que duró hasta
2016. Sus integrantes fueron Bryan Granda, Jonathan Tibanquiza, Vanessa Valladares, Estefanía
Paucar, Cristopher Guachamín, Alexander Fernández y Javier Arias. Posteriormente ingresan al
grupo John Arciniegas, Damaris Aguirre, Oswaldo Aguirre, Xiomara Picho y Nicole Ruiz.
Esta agrupación nace de la necesidad de retomar las actividades musicales grupales folclóricas,
que fueron abandonadas en el Mejía, por diversas causas. La idea de este renacer es implementada
por los docentes Ana Sánchez y Darwin Portilla más la dirección de Germán Ati. Participaron en
algunos intercolegiales, sin obtener victoria aunque sí una buena participación.
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De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo:
Imágenes de dos emblemáticos alumnos del Mejía:
Jorge Icaza Coronel (Egresado en 1923) y Luis
Humberto Salgado (Egresado en 1924), y luego la
publicidad, en el diario El Comercio, de una obra
en conjunto: El Amaño, estrenada en agosto de
1947. Jorge escribió el argumento y Luis compuso
la música. Junto a esta dupla extraordinaria se junta
como responsable de la escenografía, Oswaldo
Guayasamín.
149
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CAPÍTULO V
Marcialidad cívica
Uno de los hechos más relevantes del Instituto Nacional Mejía, en gran parte de su existencia,
es su Banda de Guerra. Sinnúmero de comentarios, halagos, discusiones y pasiones intensas ha
provocado y provoca esta singular agrupación. Su origen, crecimiento y futuro están profundamente
involucrados con el devenir de su ciudad cuna Quito, y de su país natal Ecuador. Temeraria empresa
se ha convertido por lo tanto, el emitir criterios sobre esta agrupación sin conocer cómo, cuándo,
dónde y para qué se formó. No se puede negar la evidencia, la historia y los profundos deseos de
varios docentes maravillosos, que quisieron imprimir en un grupo de jóvenes, las bases y la esencia
para el origen y desarrollo de este grupo. Su idea no era trascender, figurar o que se los idolatre.
Ellos pensaron por el bien de un colectivo, de una sociedad. Y es esta última la que, los corona de
laureles (ciertamente muy justos); por gratitud, por sus laudables conceptos y sueños; en pro del bien
común… de la vida misma.
¿Por qué esta banda llegó a ser tan importante, a punto de ser una de las pioneras y ejemplo
para que se formaran, un gran número de las bandas en los colegios y escuelas primarias del Ecuador?
Para hallar las respuestas empecemos con el significado de bandas militares, que como su nombre
sugiere, estuvieron y están relacionadas con la instrucción marcial y bélica; formación al alcance los
ciudadanos de un estado. El primer instituto educativo laico adoptó esta norma, en pro de otorgar a
sus integrantes una noción cívica y patriótica en la teoría y en la práctica, a la par que se desarrollan
el cuerpo y el espíritu, conceptos propios del Liberalismo y de las Pedagogías nuevas. Además
por el ambiente circundante, los liberales ecuatorianos, debían estar preparados para un conflicto,
después de varios de los sinsabores revanchistas de la oposición conservadora (Evoquemos en la
memoria por un ejemplo el capítulo oscuro de la “Hoguera bárbara”). La existencia misma de los
centros educativos laicos estaba en alto peligro, por el mero hecho de existir.
Siempre latente, el conservadorismo esperaba recuperar terreno en lo que este consideraba
había sido afectado. Las profundas reformas liberales habían herido profundamente a los mezquinos
e inhumanos intereses de la oligarquía. Desde 1896, transcurridos apenas seis meses de la victoria
de la Revolución Liberal, las fuerzas reactivas al cambio organizaban pequeñas revueltas en el país
con el fin de generar caos. Fueron eliminadas a costa de sangre, dinero y tiempo. Todas las obras
de Alfaro eran objetivos legítimos para los rebeldes y la principal el Mejía. Por ello sucedieron actos
despreciables y cobardes para este joven Instituto, a comienzos del siglo XX en sus instalaciones del
“Beaterio”:
Durante la campaña de veinte días de enero de 1906, en la que Eloy Alfaro derrocó a Lizardo García,
el Mejía fue blanco del odio de los enemigos de Alfaro; el edificio fue ocupado. De este hecho el señor
Moncayo da cuenta en oficio dirigido al Ministro de Instrucción Pública en febrero de 1906. En él dice:
“La Biblioteca fue la que más padeció con la ocupación salvaje de este edificio para cuartel”, “es casi
la mitad lo robado”, y… los causantes de los graves daños… son personas…, a quienes hasta ese punto
cegaron las pasiones políticas, contándose entre ellas el mismo subrogante en el Rectorado. (Guerrero,
2003, p. 50).
Otra amenaza latente para el Ecuador liberal de ese entonces era la Colombia conservadora,
dirigida por el escritor, estadista y presidente José Manuel Marroquín. Sin embargo en Venezuela
su presidente, el Gral. Joaquín Crespo, liberal “amarillo”, se regocijaba y apoyaba el triunfo alfarista
del 5 de junio de 1895. Fue cuestión de poco tiempo para que Ecuador y Venezuela unan sus
fuerzas para erradicar por las armas, a la amenaza conservadora de Marroquín. Erradicar o por
lo menos evitar en un futuro la posible agresión de un ejército colombiano que intentase devolver
el poder a las clases dominantes y explotadoras, secundadas por la Iglesia Católica. Crespo muere
repentinamente en una acción militar y es posteriormente el Gral. Cipriano Castro que junto a
Eloy Alfaro, llevan a cabo incursiones militares para arrinconar y derrocar a Marroquín. Además
se dirigió apoyo logístico y material a las facciones liberales colombianas comandadas por el Gral.
Rafael Uribe Uribe y Gral. Benjamín Herrera. Si bien no se logró el objetivo y Marroquín triunfó
finalmente, el liberalismo de ambos países podía mantener a raya a sus adversarios y comenzar con
el trabajo interno de cambio social.
Por todo lo expuesto nace la instrucción pre militar en el Mejía ya desde su fundación
no oficial, en una estructura de tres materias: Vigilancia Higiénica y de Limpieza, Gimnástica y
Ejercicios Militares; así se encuentran registradas en el programa de estudios de 1896. No hay una
especificación clara en este documento, de los grados en donde debían darse ni la cantidad de
horas de estas actividades. Es de suponer que estuvieron propuestos (sobre todo los gimnásticos y
militares) para los alumnos de la mitad en adelante de la Educación del Curso Superior (Esta mitad
actualmente corresponde al Bachillerato General Unificado, BGU), por la disposición física más
adecuada del alumnado para estos entrenamientos. Después, siendo el Mejía oficialmente creado
152
en 1897, con su rector el Dr. Valdemar de Korab se emite el Reglamento Interno de este novel
Instituto, donde constan ya los Ejercicios Militares dos veces por semana, solo para los alumnos de
Sexto Curso (Actualmente el Tercero de BGU). En el año lectivo 1898 – 1899, se manifiesta que
“[…] las ofertas del señor Presidente de la República (Eloy Alfaro) son grandes: y no lo dudamos
confiados en ellas que el Instituto Nacional Mejía contará luego con un buen piano y una banda
militar del Colegio […]” (Boletín del Instituto Nacional Mejía N° 19 – 20; 1934, p. 249)
Los recursos económicos y/o los convenios con los militares, no eran lo suficientes en
ciertos años y hacían que estás disciplinas desaparecieran del currículo; sin embargo se trataba
de compactarlas dentro de Gimnástica. Por ello el proceso educativo – militar no estuvo ausente
mucho tiempo y se recuperaba enseguida. Por ejemplo en 1905 desaparece la materia de Gimnasia,
precisamente por falta de presupuesto. Eso no fue impedimento para que este trabajo continuara,
fuera extrañado y hasta exigido por los estudiantes y autoridades del plantel.
A las doce del día, el Jefe Supremo, sus ministros, el cuerpo diplomático, magistrados de las Cortes de
Justicia y del Tribunal de Cuentas, miembros de la Universidad y del Colegio Mejía, representantes de
los Municipios de toda la República, congregados de antemano en el Palacio de Gobierno, se dirigieron
a la Plaza de la Independencia, en la cual y delante del monumento, se había formado una plataforma,
donde ocuparan los asientos. El señor Genaro Larrea, en su discurso, hizo la entrega del monumento al
Jefe Supremo y se descubrió el velo que lo cubría, y se ostentó aquel en toda su belleza y majestad. Un
inmenso grito de júbilo lanzó el pueblo congregado en la plaza, mientras las campanas de los templos
de Quito se echaban al vuelo. Después tomaron la palabra el señor Feliciano Checa, Presidente del
Concejo Municipal; el señor Julio E. Fernández, Ministro de Obras Públicas; el doctor Belisario Albán
Mestanza, en representación del Poder Judicial; y, el doctor Manuel María Sánchez, en nombre del
Colegio Mejía…
Tempranera e infaltablemente el Mejía se hacía presente en los actos más solemnes y cívicos.
Esa era la idea implantada por Alfaro, la cual sería llevada con brillante luz por los jóvenes laicos
del “Patrón”.
La constante tensión que se generaba en la frontera sur, demandaba la atención de las fuerzas
militares y el civismo gallardo de los estudiantes no se haría esperar. Para el año de 1909, se había
formado la Junta patriótica Mejía dentro del plantel, como un apoyo ante cualquier eventualidad a
nivel nacional. Y el 10 de diciembre de ese año, el ministro de Guerra y Marina contesta a Abelardo
Moncayo, rector del Mejía, ante sus pedidos para desarrollar actividades militares estudiantiles en
estos términos: “este Ministerio ordenó al Señor jefe de Estado Mayor General proponga al Jefe ú
Oficial que debe concurrir a dar clases de Gimnasia y Ejercicios Militares a los alumnos del Colegio
Nacional “Mejía”.”
Esta efectiva y tempranera formación militar patriótica del mencionado Instituto, no causaría
sorpresa de que pronto sea protagonista de la historia del Ecuador, en conflictos internacionales. En
torno a este particular, empecemos por entender el contexto en el que el Mejía aparece por primera
vez en el plano cívico nacional. Este resumen es de Guerra peruano-ecuatoriana - Wikipedia, la
enciclopedia libre:
153
Sucedió que el 26 de junio de 1903 ocurrió un choque armado en Angoteros, en la zona del río Napo,
entre tropas ecuatorianas y peruanas. Y el 28 de julio de 1904 otro conflicto similar se suscitó en Torres
Causana o Bolognesi, también en la Amazonía. A raíz del incidente en Angoteros, se firma el Protocolo
Valverde - Cornejo, el 19 de febrero de 1904. Pero se necesitaba un acuerdo definitivo, por lo que se
solicitó, por las dos partes en conflicto, al Rey de España para que fuera el árbitro de este litigio. Antes de
que dicte la resolución final el rey, Ecuador pudo enterarse de que el fallo favorecería ilegítimamente al
Perú, por lo que la prensa ecuatoriana inició la cobertura de este hecho, a la par de una campaña cívica
y de denuncia. El clima de tensión llegó a enfrentamientos de la población de Ecuador y Perú, contra
las delegaciones diplomáticas, bienes privados y personas de los países contrarios, entre el 3 al 5 de abril
de 1910. A raíz de ello, Eloy Alfaro, nombró una Junta Patriótica Nacional encabezada por Federico
González Suárez y Luis Felipe Borja Pérez (padre) y las personas más representativas del país, para que
le asesoren en la solución de este problema. Los pronunciamientos patrióticos de esta Junta fueron
unánimes en Ecuador, al grito de “Tumbes, Marañón o la guerra”. El presidente Alfaro modernizó
con armamento al ejército; fortificó la ciudad y el Golfo de Guayaquil y ordenó la organización de
las “Guardias Nacionales”. Con sus tropas a la cabeza, Alfaro se instaló en Puerto Bolívar. La última
frase del “Viejo luchador”, rumbo a la guerra invasora fue: “Os prometo que si llega el caso, conduciré
nuestro ejército a la victoria, siguiendo la sombra egregia de Sucre y los mandatos ultraterrenos del
Libertador”. La guerra era inminente, cuando intervienen como mediadores los Estados Unidos, Brasil
y Argentina, logrando apaciguar los ánimos de los contendientes el 22 de mayo de 1910. Pero ya el
18 de mayo de 1910 el Rey de España, en vista de la anterior disparidad de opiniones en el Consejo,
decidió dejar de ser árbitro del conflicto y dejar que las dos partes se arreglen por su cuenta. De modo
que el problema limítrofe quedó pendiente.
154
La unión en general del Ecuador, contra la amenaza sureña fue compacta. Todos los
ecuatorianos en todas las esferas, se juntaron para poner freno a un nuevo ultraje. Los representantes
de varios sectores políticos, inclusive adversos al gobierno, sumaron esfuerzos para defender la
patria. En Quito, junto al ya mencionado Abelardo Moncayo, se adicionaron los nombres del Gral.
Rafael Gallardo, Dr. Manuel Benigno Cueva, don Carlos Pérez Quiñonez, Gral. Fidel García, Dr.
Gonzalo Córdova y don Juan Francisco Game, para plasmar en un escrito, su férreo civismo y
rechazo a cualquier pretensión invasora del sur. Y en julio de 1910, en su informe final al Ministro
de Instrucción Pública, Moncayo comparte el patriotismo del Mejía de ese entonces y proclama:
El Instituto Nacional Mejía, a la cabeza, fue el primero que inició en programa público, el juramento al
símbolo de la Patria, e invitó a los Colegios similares de la Capital a este acto. Apresuróse a enrolarse
en las filas, (aun los que no tenían la edad prevista por la Ley). La mayor parte, tal vez, del Batallón
Universitario está formado por alumnos del Colegio. A pesar de todo no se ha suspendido ni un solo
día de clases para los cursos inferiores. (Guerrero, 2003, p. 52)
Así nace el primer movimiento estudiantil cívico – militar del Mejía, entre marzo y mayo
de 1910. El llamado a las “Guardias Nacionales”, tuvo en gran eco en esa juventud gloriosa, que
estaba en franco compromiso con el suelo patrio. El orgullo y la gran presencia de este acto valeroso
incidieron definitivamente en la vida de este plantel laico. Este germen de valor y gallardía será el
inicio del génesis de varios acontecimientos, que desembocarán en la fundación de la “Gloriosa
banda de guerra” del Instituto Nacional Mejía.
¿Qué es una banda? Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua del 2001, una
de las definiciones de banda nos indica que es un “Grupo de gente armada”. Este concepto es el
que se aplica muy de cerca a los tempraneros inicios, de la mencionada agrupación del Mejía. Todo
el contexto socioeducativo circundante al plantel giraba alrededor de un sólido y notorio civismo.
Las memorias en sus aulas evocaban ya las decididas y patrióticas intervenciones que se realizaron
en 1910. También la relación de este plantel con el ejército de ese entonces continuaba muy
fructífera. Las nuevas generaciones de estudiantes laicos esperaban ansiosas el momento adecuado
para demostrar su profunda entrega, por los altos intereses de la patria. Por todo lo mencionado
anteriormente, este centro educativo junto con el Colegio de Jesuitas San Gabriel, son considerados
por el Ejército Nacional para participar activamente en las fiestas del centenario de la Batalla de
Pichincha, las que se realizarían por todo lo alto, durante todo el mes de mayo de 1922.
Las actividades académicas y sociales del Mejía de ese tiempo causaron una grandísima
impresión, mucho más notoria en varias ocasiones que las de su par religioso e inclusive de otros
centros educativos; sean estos laicos, religiosos o universitarios. Motivos suficientes para que el
“Patrón” sea invitado a participar con su presencia, intelecto y energía en diversos actos. Los festejos
que se organizaron por el primer centenario de la Batalla de Pichincha, fueron realmente magistrales
y variados. La principal actividad para estas celebraciones que realizó el Mejía, empezó en enero
de 1922, cuando se formó la llamada Compañía de Voluntarios Mejía, Compañía Mejía o Batallón
Mejía. Esta nueva agrupación, participó en dos desfiles militares: Por las calles del centro de Quito y
en el Campo de Mayo, el miércoles 24 y sábado 27 de mayo de 1922 respectivamente. Este “Campo
de Mayo” también era conocido en esa época como el parque 24 de Mayo (Actualmente el parque
El Ejido).
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De izquierda a derecha: 1. Primera página del diario El Comercio del 24 de mayo de 1922. Archivo de la Biblioteca del Ministerio
de Cultura y Patrimonio. 2. Fotografía del presidente de la República en 1922, el Dr. José Luis Tamayo. Tomada del libro Relación
de las Fiestas del Primer Centenario de la Batalla de Pichincha de 1922 de Isaac Barrera. 3. Primera página del diario El Día del 24
de mayo de 1922. Archivo de la Biblioteca del Ministerio de Cultura y Patrimonio.
El 18 de marzo de 1922, la Junta administrativa del Mejía, en conjunto con el rector del
plantel, autorizan al presidente del Comité directivo del batallón José Mejía, para que el Colegio
contribuya con 500 sucres destinados a uniformes de ese batallón, y adicional se resuelve vender las
botas que se mandaron a trabajar para los boy scouts del Plantel y entregar de esa venta, 200 sucres
más para este comité.
Este acto cívico (el del 27 de mayo) contó con la presencia del presidente de la República, el Dr.
José Luis Tamayo; el Cuerpo diplomático y gran cantidad de público; además hubo la participación
de tres mil hombres aproximadamente, pertenecientes al ejército ecuatoriano. Los alumnos del
Instituto Mejía salieron uniformados de blanco y con fusil. Al mando de ellos estuvo el capitán
Luis Salazar, oficial de la Escuela Militar. El Dr. Juan Isaac Lovato, reconocido docente del Mejía
y político del Partido Comunista, comenta sobre este acontecimiento que él vivió personalmente,
como alumno del plantel en esa época:
Oficiales del Colegio Militar nos daban instrucción en las áreas de esta institución que funcionaba en el
actual edificio del Ministerio de Defensa en la Recoleta […] El señor Jacinto Jijón obsequió la tela para
los uniformes. Hubo conferencias alusivas a la fecha. Se enardeció el amor a la Patria y a la libertad.
(Revista Eslabón n°17).
156
FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES
Con el objeto de que en el desfile cívico y militar haya el mayor orden se suplica a los señores estudian-
tes universitarios y de los colegios San Gabriel y Mejía se reúnan en el Club de Estudiantes hoy a las
nueve y media a.m. de donde se dirigirán a la plaza España.
Asimismo se encarece la asistencia de los alumnos señores estudiantes, a la sesión solemne que se
verificará el 26 en el salón de actos de la Universidad a las nueve y media a.m.
Para todos estos actos se suplica asistir con las respectivas gorras e insignias.
EL BATALLON “MEJIA”
La Prensa, al reseñar las fiestas centenarias ha señalado la muy simpática actuación del “Batallón Me-
jía”, en el gran desfile cívico y en la Revista Militar loando al patriotismo de los juveniles soldados
voluntarios organizados por el Capitán Luis Salazar, distinguido oficial de la Escuela Militar, a cuya
instrucción y entusiasmo se debe mucho el éxito de la columna militar de este Instituto.
REVISTA MILITAR
Un número saliente, de entre aquellos en que ha tomado parte el ejército, fue la Revista Militar, efec-
tuada en el “Parque de Mayo”, en una mañana llena de aire y de luz. En las tribunas preparadas para
los altos dignatarios, estaban el Sr. Presidente de la República, los Ministros de Estado, Miembros
del Cuerpo Diplomático y Consular, altos Jefes del Ejército y personas distinguidas de los diferentes
círculos sociales.
[…]Una gran concurrencia llenaba el campo en que la Revista se verificaba; iba a presenciar el desfile de
los bravos oficiales, fuertes y corteses, viriles y distinguidos, y de los soldados, de esos cholos quiteños,
aguerridos sin insolencia y firmes y valientes hasta el sacrificio.
Dos mil hombres de tropa estuvieron en el desfile, además de los estudiantes de los Colegios “Mejía” y
“San Gabriel”, los cuales se habían empeñado en hacer una rápida instrucción militar para presentarse
en estas fiestas. Los batallones, en traje de parada, y al mando del señor Coronel José A. Treviño, to-
maron posiciones en el campo. A los acordes del Himno Nacional, el Jefe de Estado, acompañado de
los altos Jefes del Ejército, pasó revista a la tropa.
Terminada la revista los batallones efectuaron dos desfiles: de Infantería, por pelotones; Artillería, por
secciones, y Caballería por secciones al trote; el primero: de Infantería, desfile con frente de compañía;
artillería, por baterías y caballería en línea, al galope, el segundo.
El público aplaudió al pasar los batallones; la antigua y veterana artillería; las compañías de Cadetes de
movimientos uniformes hasta la armonía y a los buenos muchachos de los colegios que tan marciales
desfilaban junto a los cuerpos de línea.
Rendidos los honores debidos al señor Presidente de la República, el desfile terminó. Por el Parque de
Mayo se alejaban los clarines, llenando el ambiente de algazara bélica.
Libro Relación de las Fiestas del Primer Centenario de la Batalla de Pichincha, Isaac Barrera. (1922)
157
CRONICAS MILITARES
La gran revista militar en el “Campo de Mayo”. La presentación de tres mil defensores armados. Un
alto ejemplo de Patriotismo. Los varones del “Instituto Mejía” y los chicos del Colegio de “Jesuitas”.
Aplausos a tambor batiente.
[…]“Y para terminar, vengan aplausos y tambor batiente, para con los patriotas varones del “Instituto
Mejía” y los apuestos muchachos del “Colegio Jesuita”, que están dando el más alto ejemplo de amor a
la Nación y una muestra apreciable de un grandioso espíritu militar; estos futuros soldados del mañana,
se han apresurado a cumplir con el servicio obligatorio y perfecto, correctamente uniformados y arma-
dos, desfilaron como expertos veteranos conducidos por, sus propios jefes de instituto y lo hicieron tan
reglamentariamente que tentados estamos a creer que marcharon al igual que las tropas del Ejército y
téngase en cuenta que apenas han recibido una ligera instrucción en sesenta días; bien hizo el público
en prodigarles nutridas palmas y con el público nosotros que esperamos en ellos, para el mañana, un
seguro engrandecimiento de la Patria Militar y que esta brillante nota de tan simpáticos estudiantes sirva
de leal estímulo para ejemplo vivo de Universidades y Colegios.”
Un soldado
Diario El Comercio, 28 de mayo de 1922
De conformidad con el programa acordado por la clase militar, con el cual contribuye a la realización
de las fiestas centenarias; tuvo lugar ayer por la mañana en el Parque de Mayo una importante revista
militar, en la que tomaron parte todas las unidades de ejército actualmente a cantonarse en la Capital.
A la hora indicada de antemano, la tribuna levantada en dicho parque fue ocupada por el señor Pre-
sidente de la República doctor José Luis Tamayo, los señores Ministros de Estado, Miembros del
Cuerpo Diplomático, Generales y altos Jefes del Ejército, y distinguidos miembros de la sociedad,
circundando la pista un numeroso público.
Luego fueron llegando los batallones acantonados en la Capital, en número de dos mil hombres, aparte
de los dos batallones de estudiantes, de los Colegios Nacional Mejía y San Gabriel, a quienes se les ha-
bía también enviado a formar parte de la gran revista. Todos en traje de parada y al mando del Coronel
José A. Treviño, tomaron posición en la pista formada por una escolta de policía, y luego ante el señor
Presidente y su distinguida comitiva, comenzaron a desfilar ejecutando algunas clases de movimientos
que arrancaron al público frenéticos aplausos por la corrección con que lo hacían.
De una manera especial, debemos dejar constancia de la habilidad y disciplina demostrada por el
batallón Mejía, el que en poco tiempo de ejercicio y preparación al mando de su instructor el Capitán
Salazar, ejecutó marchas y movimientos que con justicia fueron ovacionados por la concurrencia.
No menos importante fue también la ejecución de los alumnos del Colegio San Gabriel, quienes fueron
igualmente aplaudidos.
Terminada que fue tan importante y correcta Revista, el público se retiró a las once y media a.m.
158
El Instituto Nacional Mejía y el Colegio San Gabriel participaron con grupos estudiantiles
en formación y portando armamento. Las evidentes diferencias económicas, generaron que el Mejía
opte por un uniforme de blanco entero, más una gorra militar; en cambio el San Gabriel adquirió
todo el uniforme, del mismo acabado que poseían los miembros del ejército.
Día 24: 10 a.m. – Las Unidades acantonadas en esta plaza concurrirán al desfile cívico y militar, de la
siguiente manera:
a – Se colocarán dos Bandas de Guerra a la cabeza del desfile cívico y militar, compuesta la una de
Infantería y la otra de Caballería a pie, para lo cual proporcionarán cada una de las Unidades de
Infantería dos cornetas y el Escuadrón de Caballería, cinco clarines para que se alternen en los toques
de marcha durante el expresado desfile.
b – Todos los señores Jefes y Oficiales francos de la guarnición de esta plaza, concurrirán a este desfile
y tendrán sus colocaciones de acuerdo al esquema publicado por el Gobierno en el Programa General
de las Fiestas del Centenario.
c – La Unidades de esta plaza formarán a retaguardia del desfile cívico, desde la plaza de la Alameda a
la Avenida 17 de Setiembre en este orden:
1º - Jefe de la Parada señor Coronel don José A. Treviño, Primer Jefe del Regimiento Bolívar Número
1 y sus Ayudantes.
3º – Escuela Militar.
9º - Compañía “Mejía”.
d – Una vez llegado el desfile cívico militar, a la plaza Sucre, formarán un cuadro y tocarán el Himno
Nacional, el que será cantado por todas las unidades.
e – Concluido el desfile cívico militar, a la plaza Sucre, emprenderán marcha, en dirección a la Plaza de
la Independencia, donde formarán un cuadro y el Jefe de la Parada ordenará tocar fagina.
159
Día 27 9 a.m. – Gran Revista Militar en el Parque de Mayo para la que formarán las Unidades, equipos
y compañías Mejía y Abdón Calderón acantonadas en esta plaza, en la formación de parada, con frente
al Occidente, en columna ancha, para ser revisados por el señor Presidente de la República.
Después de efectuados los honores correspondientes al señor Jefe de la Nación, se ejecutarán dos des-
files de honor en la siguiente forma: Primer desfile, infantería por pelotones, Artillería por secciones, y
Caballería por secciones, al trote.
Segundos: Infantería, desfile con frente de Compañía, Artillería por Baterías; y Caballería, Escuadrón
en línea, al galope.
El mismo diario El Día del 17 de mayo de 1922, nos indica que en el desfile del 24,
también participarían (y participaron efectivamente) como aporte civil: la Federación de estudiantes
secundarios, estudiantes representantes de las Universidades de la República, la Sociedad Estudios
Jurídicos, la Sociedad Estudios de Medicina, la Sociedad Estudios Técnicos, los estudiantes de la
Universidad Central; los estudiantes del Instituto Nacional Mejía, del Colegio de los Padres Jesuitas,
del Conservatorio Nacional de Música, de la Escuela de Bellas Artes, de la Escuelas de Artes y
Oficios, de los Salesianos, del Instituto Normal Juan Montalvo y del Instituto Normal Manuela
Cañizares.
Los registros históricos también indican que en el desfile del 27 de mayo en efecto asistieron
el “[…] Presidente de la República, sus Ministros de Estado, los Generales de la República, algunos
miembros del Cuerpo Diplomático y el numeroso público “que en apretadas filas y con el mayor
orden presenció, lleno de entusiasmo todos los movimientos militares, uniformes elegantes y
disciplinados”, de tres mil hombres que, con las compañías Mejía y Abdón Calderón compuestas
respectivamente de los alumnos del Instituto Mejía y del Colegio San Gabriel13, forman actualmente
la guarnición de la plaza.” (Diario El Comercio del 28 de mayo de 1922)
¿Qué más realizó el Instituto Mejía por estas fiestas nacionales? Veámoslo a continuación:
I. El 12 de mayo de 1922 se reunieron los egresados del Mejía, en las instalaciones del plantel,
para aprobar definitivamente el programa para el Centenario, con que contribuirían a la
extensa cantidad de eventos.
II. El Instituto Mejía llamó a un Concurso Nacional de Historia, para todos los colegios
secundarios del Ecuador. El tema propuesto fue la biografía del mariscal Antonio José de
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13. Es importante mencionar que existía una sana rivalidad entre el Mejía y el San Gabriel, los dos establecimientos contrapuestos,
el primero laico y público y el segundo católico y privado. Cada uno defendiendo posturas antagonistas ideológicas y sociales. Sin
embargo, la cordialidad juvenil, la educación y un enfoque académico progresista y científico, reconciliaban en varios momentos
y hasta para toda la vida, a los integrantes de estas estas instituciones. Sí bien esto fue la constante, ocasionalmente se originaron
ciertas “escaramuzas” propias del ardor juvenil y falta de dominio emocional, comunes de la condición adolescente
160
Sucre. El jurado calificador estuvo conformado por un profesor de Historia del mencionado
Instituto y dos miembros de la Academia Nacional de Historia. El veredicto final fue dado
el 20 de mayo de 1922 y los resultados fueron: El primer premio (Medalla de oro) fue para
el señor Augusto Arias, de sexto curso; el segundo premio (Obra histórica) fue para el señor
Emilio Gangotena, de quinto curso. Estos dos brillantes jóvenes, eran alumnos del Mejía.
El tercer premio recayó en el señor Alfredo López Martínez, del Colegio Pedro Carbo de
Guaranda.
III. El 22 de mayo de ese año se estrenó el Himno triunfal a Sucre con letra del profesor del
Instituto Mejía, el señor Alejandro Andrade Coello y la música del maestro Reinaldo Suárez,
uno de los primeros maestros del mismo plantel educativo. En la Plaza Sucre (Actual Santo
Domingo), Suárez dirigió a la banda y coro de alumnos del Instituto Don Bosco, en la
interpretación de este himno.
IV. La publicación de la revista Vida Intelectual que venía haciéndose el 19 de Marzo de cada
año (en celebración del onomástico del patrono del plantel) se cambió para el 24 de mayo
de ese año, en alusión a las festividades nacionales.
VI. Una reconocida y muy aplaudida conferencia otorgó al Ejército, el Dr. Julio Aráuz, profesor
de Química del Mejía.
VII. Los alumnos de sexto curso realizaron un exitoso certamen de Historia del Arte, bajo la
dirección del docente del Mejía, el Sr. Emilio Alzuro Espinosa.
VIII. En el interior del Parque 24 de Mayo (Actualmente Parque El Ejido), se inaugura el Conjunto
escultórico de La Insidia (También conocida como “La Pileta de las Focas”), en el mes de
mayo de 1922, obra de autoría del maestro Antonio Salgado, futuro docente del Mejía.
IX. Los alumnos del Mejía obtuvieron varios triunfos en fiestas deportivas y en los Juegos
Olímpicos de Quito; estos fueron organizados por el Instituto Nacional Mejía, el Instituto
Normal Juan Montalvo, la Escuela Militar, la Universidad Central, la Liga Militar y la Liga
Deportiva.
Retomando al Batallón Mejía de 1922, la evidencia nos indica que este careció de actividad
musical. Este hecho “faltante” dispondría en un futuro que entre aires de civismo y disciplina, la
agrupación estudiantil halague profundamente oídos y almas de miles de personas, con fervientes
melodías marciales.
La altura y perfección con la que fueron llevados los eventos de 1922, bien pudo quedar en
la memoria no solo de los mejías, sino de la sociedad ecuatoriana en general. Sería cuestión de un
tiempo prudente, para que vuelvan a la escena acontecimientos de la misma o mayor envergadura
cívica y emotiva.
161
De izquierda a derecha: 1. Imagen del Parque de Mayo o 24 Mayo (actual Parque El Ejido), sitio donde se colocó el conjunto escultó-
rico de La Insidia, obra del maestro Antonio Salgado y adicional, ahí se realizó el segundo desfile la Compañía de Voluntarios Mejía
en 1922, en torno al primer centenario de la Batalla de Pichincha. 2. La Compañía de Voluntarios Mejía el 27 de mayo de 1922, en
el mencionado Parque de Mayo. Imágenes tomadas del libro de Isaac Barrera Relación de las Fiestas del Primer Centenario de la
Batalla de Pichincha.
[…] Y darse a los educandos un concepto de patriotismo y de Patria diverso del que hoy tenemos.
Hay que inculcar el pensamiento de la Gran Patria americana, por una parte; y por otra, hacer del
patriotismo un principio de armonía, de solidaridad, de amor entre los hombres y las naciones y no
uno de discordia y de egoísmo y de odio. En fin, hacer entender que más que una victoria guerrera
vale otra del pensamiento y de la acción; que más que un caudillo vale un escritor, un economista, un
industrial de genio; y que la guerra sólo daños ocasiona. (Boletín del Instituto Nacional Mejía 7 y 8 -
Pérez Guerrero, 1933, p.114)
La disciplina militar continúa en el Mejía. Por ello el 5 de mayo de 1934, el rector Hugo
Moncayo solicita al Ministro de Educación Pública uniformes para 860 alumnos de instrucción
premilitar y militar. Este a su vez manifestó que:
[…] comprendiendo de la importancia del conocimiento y manejo de las armas y a fin de que la
educación de los alumnos fuera más completa, solicitó al Ministerio de Guerra que se nombre una
comisión de oficiales para que se apersonara en la preparación de los jóvenes estudiantes. El Ministro
ha respondido inmediatamente nombrando los siguientes oficiales para que dictarán las materias que
ha propuesto el Rectorado: Mayor Rafael Astudillo, Director de Instrucción. Táctica: Capitán Eliseo
Espinosa. Práctica: Capitán León B. Malo, Teniente Segundo Velásquez y Alférez Gonzalo García.
Teoría: Capitán Rafael Borja; Tenientes: Víctor Dávalos, Secundino Velásquez y Alférez Víctor H.
Larrea; Capitán Luis Granizo, Teniente Medardo Torres y Alférez Carlos Cabezas.
Estos ejercicios, que no tienen por objeto formar el espíritu guerrero de los alumnos, sino el de fortalecer
el carácter, acostumbrarles a la disciplina y apoyar la educación física, vienen practicándose desde hace
dos meses y solo con los cursos de la Sección Superior y Comercial. (Boletín del Instituto Nacional
Mejía 13 y 14, 1933, p. 416)
162
Al iniciar las actividades militares en el año lectivo de 1934 en el Mejía, el discurso del Mayor
del ejército, Rafael Astudillo, no podía estar más claro: “el Ecuador no sentirá crisis tan aguda en su
conciencia cívica en tanto nos quede esta juventud gallarda, comprensiva de los intereses vitales de
la Nación” (Boletín del Instituto Nacional Mejía 13 y 14, 1933, p. 416). (Este importante discurso se
lo puede leer completo en los Anexos, al final del libro). El énfasis disciplinario con eje formador
era radical y definitivo, en la formación del estudiantado mejía. Una disciplina capaz de potenciar
las virtudes del ser humano. La guerra no era el fin, evitarla con dignidad sí, con la preparación
adecuada.
Continuaban las complicaciones limítrofes con y entre nuestros países vecinos. Por ello
la formación militar seguía bastante activa en la educación ecuatoriana y sobre todo en el Mejía.
Los instructores militares no dejaban de asistir a las instalaciones del plantel, a dar su respectiva
instrucción. Crecientes tensiones en la frontera sur, específicamente en los años 1939 y 1940, hacen
que el presidente del Perú, Manuel Prado Ugarteche, autorice en diciembre de 1940 la creación del
“Agrupamiento del Norte”. Y en julio de 1941, esta unidad estaría lista y procede a una de las más
infames agresiones contra el Ecuador.
El Gobierno de nuestro país, encabezado por el Dr. Carlos Alberto Arroyo del Río, al
enterarse de este peligro a comienzos de 1941, prepara el terreno para un posible conflicto. Lo que
decide, en acuerdo con su gabinete, es un trabajo de fuerzas armadas y pueblo, para así mantener la
integridad nacional. Así lo relataba la prensa de ese entonces:
Estudiantes secundarios piden al Ministerio de Educación Pública que se los tome en cuenta, para
formar un Batallón, similar al de varias facultades de la Universidad Central, con instrucción militar.
Esto se debe a la reacción civil para afrontar la cobarde agresión que realizará el Perú. Estos batallones
quedarían a cargo de Pelotones de Instructores Militares y formarían parte de la Guardias Nacionales.
La formación que recibirán será muy práctica, con el fin de servir inmediatamente al país. Inclusive
los estudiantes proponen recolectar fondos para la adquisición de un avión, como un apoyo defensivo
al suelo patrio. Estas solicitudes fueron puestas a consideración de los Mandos Militares. (Diario El
Comercio, 8 de enero de 1941)
La voluntad del Ecuador en pro de la paz del mundo se hacía sentir. Por ello abogaba
para que la desgarradora Segunda Guerra Mundial termine pronto. Así, es más que lógico que
Ecuador no quería involucrarse en un conflicto armado. No podía moral ni físicamente apoyar a una
confrontación. Pero eso no significaba responder con todo lo necesario, ante una alevosa agresión,
sea de donde sea que venga. Y en eso estaban de acuerdo todos los ecuatorianos. De esta sociedad
civil y digna del Ecuador, se levantan airadas voces por la patria. Y del Instituto Mejía, baluarte ya
probado de civismo, se evidencia una actividad con alma y coraje con el terruño. Por ello este plantel
participaría en un desfile propio y exclusivo, desde las flamantes instalaciones nuevas del plantel, en
la calle Vargas, hasta la casa de Mejía. Allí demostraría ante todo el mundo, su devoción sin límites
por las causas nacionales.
Para este gran evento, se mantuvieron conversaciones en muy buenos términos, entre el
Mejía y el Ministerio de Defensa del Ecuador. Ambas partes deseaban realizar un evento que fuera
elegante, marcial, majestuoso; que levante y refuerce la moral de la ciudad de Quito, en vista de un
posible conflicto. ¿Por qué el Mejía era el indicado para esta patriótica labor? La respuesta consiste
en la elevada formación académica y cívica ya manifestada y que era común en los estudiantes
y autoridades del colegio. El prestigio institucional y su conocido aporte a las causas sociales
se requerían en los momentos más álgidos de la historia. Un ejemplo de estas apreciaciones la
encontramos en una acta de secretaría del plantel, donde el señor Luis Castro, inspector general del
Mejía en 1941, recuerda que la “abstención del Mejía ha sido ya la preocupación de los periodistas”,
todo esto en relación a que en 1940, no se hicieron públicos y masivos, los avances en la formación
que se impartían en las aulas del “Patrón”.
163
Es entonces que el 20 de enero de 1941 los Mejías, ya con experiencia en actividades de
apoyo por la soberanía patria, ofrecen su grupo estudiantil y lo llaman “Guardia Nacional”. Esta
agrupación se estrenará dentro de los festejos patronales organizados por el Consejo Directivo y el
Comité 19 de Marzo, ambos grupos del plantel.
Posteriormente Albornoz considera que las Revistas son una herramienta pedagógica y
Castro sugiere “que si hay problema en el costo de los uniformes, se puede hacer la Revista con los
estudiantes con torso desnudo, considerado el rigor tradicional de esta costumbre.”
Se concibe esta producción en dos partes: una de gimnasia educativa y otra por cuenta de
la directiva militar, que ya estaba trabajando. Se autoriza a los profesores de Educación Física para
que dispongan, una semana antes de la presentación de la revista, de la última hora de clases en
las mañanas. Los detalles y toda actuación relacionada con este aspecto quedaron a cargo de la
comisión de deportes. Con respecto a los uniformes, se explica que se necesitan 5000 varas de
tela; la confección del uniforme costará 2,50 sucres, la corbata 1,20 sucres y el cinturón 2 sucres. El
costo total asciende aproximadamente a 20500 sucres, más o menos. Todos estos gastos deben ser
cubiertos por todos los alumnos, con la excepción de casos realmente extremos. A estos últimos
se les dará el dinero de la caja del plantel, previo análisis detallado de cada caso; por parte del
rector, vicerrector, inspector general y el vocal León. De ser posible se tratará que paguen por lo
menos la mitad del costo del uniforme. Todos los chicos deben tener puesto su nueva vestimenta,
el primer sábado de marzo de 1941. Las facilidades que prestó la institución a los participantes del
desfile fueron: la venta en sus instalaciones, de los uniformes y sus implementos (corbata, cinturón
y cristina) y que el pago de estas cosas, lo hagan en dos quincenas.
También en esa reunión se considera que se haga un pedido (préstamo) de seis flautines y
cuatro tambores. Esta solicitud es el inicio de la actividad musical - marcial, que se desencadenaría
en la fundación indirecta, de la Banda de Guerra del Instituto Nacional Mejía. No hay una compra
de estos instrumentos, es de suponer la posibilidad que la Compañía Militar “Yaguachi” o el mismo
Ministerio de Defensa, fueran las entidades que prestaron estos materiales. El 26 de mayo de 1941,
el colector del Mejía entrega seis sucres al señor Alberto Ortiz, para la compra de doce zapatillas
(Mecanismos para instrumentos de viento), para el arreglo de los flautines de la banda de guerra
del “Batallón Mejía”. Esta reparación nos indica que por lo menos estos flautines ya tenían un uso
bastante prolongado. Algo imposible de parte de los músicos del Mejía, considerando su trabajo de
dos meses y medio, previos al desfile apoteósico que realizarían. Además algo que confirma que
los flautines eran prestados es que no se han encontrado documentos o indicios de una compra de
instrumentos, usados o nuevos.
164
A la par de la actividad del Mejía, todos los planteles de enseñanza secundaria, especial y
superior recibieron la instrucción pre – militar “en la mañana de ayer [1° de marzo de 1941], dando
continuación al plan que ha sido trazado por la Comandancia Militar de la 1ª Zona.” (Diario El
Comercio, 2 de marzo de 1941). El 9 de marzo los estudiantes del Mejía “han adquirido ya sus
uniformes militares por la módica suma de veinte y cinco sucres” (Diario El Comercio, 9 de marzo
de 1941). Estos uniformes los estrenaron en un ensayo previo al desfile del 10 de marzo por el
inicio de la semana amazónica. También llevaron el pabellón del plantel, donado por el rector. No
desfiló la banda, pues se menciona peculiarmente a la del San Gabriel y no a la del Mejía, lo que deja
entrever que no participó. Sería un error demasiado grande no haberla mencionado, algo imposible
de no informar. Recordemos que la prensa estaba muy al tanto del Mejía y sus actividades. Además
este se guardó la sorpresa, de todo lo que iba a realizarse el 19 de marzo.
¿Por qué un grupo marcial musical para esta presentación? Lo más probable es que el
Consejo Directivo bajo la conducción del Dr. Albornoz, considerara subir un peldaño más en las
exhibiciones cívicas – militares que ya había realizado el colegio. El crecimiento es algo inherente
a la vida misma. Ya la experiencia en bandas militares - musicales estudiantiles, la había puesto en
escena el 5 de mayo de 1922, la Compañía “Abdón Calderón” del Colegio San Gabriel. Ahora era
el turno del Mejía. Además el desfile del “Patrón”, presentaba todo un conjunto de vistosos detalles
militares, que le darían un impacto radical: presencia de personal mixto disciplinado y uniformado,
con armamento personal de combate, batallones de Infantería, Caballería y Cruz Roja… la música
militar era infaltable en tan magno evento. Sin embargo esta pequeña banda no estaba diseñada
a perdurar. Su aparición se da dentro de un contexto más grande. Por eso, terminado el evento
público, todo queda en los recuerdos de la gente y en los archivos históricos de nuestra patria. Y
para los mejías sería el germen poderoso para su identidad y para proyectos futuros de gallardía
institucional. También las autoridades daban vida al viejo proyecto musical que en 1898, Eloy Alfaro
había propuesto al Mejía.
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua del 2002, otra de las definiciones
de banda nos indica que “Es un conjunto de tambores y cornetas, o de músicos que pertenecen a
institutos armados de a pie, o de trompetas que sirven en cuerpos montados del Ejército.” ¿Qué pasó
entonces, para que se haya escogido flautines con llaves, excluyendo a las cornetas y/o trompetas?
Para ello, volvamos al flautín piccolo, el cual posee más posibilidades sonoras (matización, más
octavas, afinación perfecta, no estridencia y cuidado del oído del ejecutante) y mayor facilidad de
manejo (emisión y control de aire, ataque de sonido) que una corneta. Los flautines, con esa gama
de posibilidades, exigían un uso por parte de chicos que ya tenían vinculación más o menos cercana
al campo de la música. Debían poseer un talento medio, para el manejo de un instrumento de esas
características.
¿Cómo era la música de las bandas musicales de ese entonces? Remontándonos a la época
colonial sabemos que predominó la banda lisa o banda de guerra, también conocida como tropa
de músicos, ensambles de estructura musical sencilla y de uso militar (sobre todo de la tropa).
Según el investigador Mario Godoy este tipo de ensamble “se empleó para dar órdenes o señales
determinadas de carácter militar, para proclamar a los bandos o para convocar al pueblo”. Y en los
inicios de la época republicana, influenciados por la escuela militar francesa, se formaron las bandas
de armonía, ensambles con mayor número de instrumentos musicales, innovaciones técnicas y
repertorios más complejos.
No es extraño pensar que estos dos tipos de bandas pudieron compartir actividades y
repertorio. En general en el Ecuador, desde su época republicana, la sociedad mantuvo una fuerte
relación con el ejército. Así, la música de estas agrupaciones consolidó la identidad nacional y la
creación y difusión de la música popular mestiza.
165
Basándonos en estos antecedentes, la banda del Mejía (y la de los otros planteles educativos)
partió fundamentalmente como banda lisa, de guerra; para convocar al pueblo. La estructura de
esta pequeña banda musical, nos hace concluir también que la sonoridad debió ser muy limpia y
ensamblada: cuatro tambores, que por las fotografías nos indican que son redoblantes, introducen
una sonoridad ligera y penetrante. A ellos se juntan seis flautines, generando una dulzura melódica
y armónica importante. La selección debió realizarse con exigencias cercanas, a las que se hacen
en centros de estudios musicales, para ambos instrumentos. Lo mismo debió de suceder con los
ejecutantes de la percusión. El formato de diez músicos en total genera la maravillosa posibilidad
de hacer música con una atractiva diversidad en la rítmica: melódica y armónica en la percusión y
trabajo de mínimo dos voces (armonía) en los flautines.
El recorrido y duración del desfile exigían que no sea monótona y repetitiva la actuación de
estos músicos. También es de considerar que al estar invitadas otras bandas de músicos profesionales,
el Mejía no podía permitirse estar en un nivel principiante y de mala calidad, si bien la agrupación
realizaba una labor pedagógica – cívica. Considerar solo dos tipos de instrumentos nos da la idea
de que el grupo debía ser sencillo, pero ahí está la genialidad del que fuera su instructor (músico
profesional) para sacar provecho a “solo dos instrumentos”.
¿Por qué hay la certeza de que el ensamble musical del Mejía fue óptimo? Primero las
consideraciones técnicas del ensamble: pocos músicos, sonoridad pequeña del grupo, formación
con militares experimentados y sobre todo, la importancia del evento. Toda la majestuosidad que
llevó el Mejía a la escena, no podía quedar solo en lo visual; lo auditivo debía estar igual o mejor para
motivar a la gente. Algo que el Plantel logró con creces, como lo relatan las noticias de la época. A
la par, la formación musical de influencia francesa, en las bandas musicales ecuatorianas, ya había
sembrado significativas avances artísticos, compositivos e interpretativos.
La velocidad de marcha del Batallón Mejía, debió estar entre 80 y 100 pulsaciones la
unidad de tiempo (negra); realizada con paso corto (33 cm. aproximadamente la zancada), todo
esto característico de las bandas militares, para los desfiles de la época. Esta velocidad le da brío y
un impulso contagiante, emotivo a la agrupación. Además por la distancia y la cantidad de gente
del desfile del Mejía, una velocidad menor, habría aburrido al público, perjudicado el ensamble
musical, alargado el desarrollo del evento y provocado una sensación de marcha fúnebre.
166
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Banda musical del Instituto Salesiano Don Bosco, cerca de los años 20. Imagen
tomada de Memoria Musical del Ecuador. 2. Batallón de Reservistas del Colegio San Gabriel en el desfile por el Cuarto Centenario
de la Partida de la Expedición de Orellana el 10 de marzo de 1941. Fotografía tomada de diario El Comercio del 11 de marzo de
1941. 3. Delegación de tenistas ecuatorianos, de izquierda a derecha: Carlos Peñaherrera, Jorge Goestchel, Julio Goestchel, José Ante
y Carlos Vela. Los hermanos Goestchel en la década de los 40, estuvieron ligados profundamente al Liberalismo en el Ecuador y al
Instituto Nacional Mejía. Cortesía del archivo familiar de Ana María Goestchel. 4. y 5. Imagen del carnet de un ex – combatiente de
la Guerra de 1941, el soldado Tarquino Quintiliano Ballesteros. En el reverso se aprecia el uniforme del ejército ecuatoriano con
el diseño y el color que se usaron exactamente, para el Batallón Mejía del mismo año. Cortesía de Juan Carlos Erazo Ballesteros.
En sesión del Consejo Directivo del 6 de marzo de 1941, se aprueba una nueva solicitud de
los profesores de Educación Física, para usar las dos últimas horas de las mañanas para los ensayos
de la revista. Y se concreta que el miércoles 19 de marzo de 1941 se desarrollen el desfile militar y la
revista de gimnasia, a las diez de la mañana. También se autoriza la compra de noventa banderines
con los colores del plantel (azul – amarillo), que mandará a confeccionar el colector para uso del
grupo de caballería que desfilará ese día.
El 12 de marzo de 1941, en la sesión del consejo directivo, el rector informa que el Batallón
Mejía desfilará con armas y un grupo de Caballería, con los respectivos banderines. Además este
consejo accede al pedido de Albornoz para reformar el horario de clase en los días siguientes, para
las prácticas de Gimnasia ocupando todas las horas de las mañanas. También se informa que el 20
de marzo a las diez de la mañana se inaugurará el gimnasio del instituto. Para este evento se solicita
167
que lleve la palabra el profesor de Educación Física, el señor René Goestchel, de la comisión de
deportes y fiestas escolares. Adicional se aprueba en favor de los profesores de Gimnasia el apoyo
con el cincuenta por ciento del costo de los uniformes para la presentación de la revista, por lo tanto
colecturía entregará cincuenta sucres a cada maestro y los otro cincuenta serán descontados de los
sueldos quincenales.
Los banderines para la caballería, así como los implementos para el batallón, debieron ser
muy vistosos. Aquí comparto un informe de adquisiciones y manufactura de los mismos:
• Se entrega a Joaquín Ortiz, por la compra de los siguientes artículos, para la divisa del estandarte del “Batallón
Mejía”: ¼ de vara de tela “moaré” azul - 6 sucres, ¼ de vara de tela “moaré” amarilla - 6 sucres, ½ de vara de
fleco de oro - 20,50 sucres, Gusanillo (Hilo) para bordar - 12 sucres, 3 varas tela para forro - 6 dólares. Total
de uniformes para todos los estudiantes participantes alcanzó 5427,40 sucres. (No consta el costo de la mano
de obra, ni cuántos estudiantes fueron)
• A César Guerra por la impresión de una tarjeta grande para el Pabellón del Batallón Mejía - 12 sucres
• Para Augusto Mera, por 25 varas de tela entre amarillo y azul para 90 banderines, para el grupo de caballería
del Batallón Mejía - 50 sucres
• Para Augusto Mera, para la compra de 200 esquelas con sus respectivos sobres finos para invitaciones a la
Revista de Gimnasia y al Debate - 50 sucres
• A Sor Catalina, Hermana de la Caridad, por la confección, hechura y bordado del Pabellón de la Cruz Roja
y mano de obra y materiales de 12 cordones de lana para la Banda de Guerra del Batallón Mejía - 75 sucres
• A los diarios El Día y El Comercio, por un aviso invitando al público de Quito al festival militar y gimnástico
del 19 de marzo - 8 sucres a cada diario
• El Batallón de Caballería Yaguachi proporcionó polainas (préstamo) para el desfile. Es bastante probable que
también haya prestado el equipo militar y los instrumentos musicales.
• El Batallón del Instituto Nacional Mejía salió con su pabellón, donado por su Rector. (Costo desconocido)
168
ORDEN DEL DESFILE POR EL IV CENTENARIO DE LA PARTIDA
DE LA EXPEDICIÓN DE ORELLANA
• Banda Municipal.
• Alumnos uniformados (Uniforme militar) de los Colegios, con sus respectivos Instructores Militares:
Colegio Mejía, Colegio de San Gabriel, Colegio Normal Juan Montalvo, Escuela Central Técnica,
Colegio de la Salle, Colegio Alemán y Banda del Ejército.
• Alumnas de los Grados Superiores de los centros educacionales: Anexa Rosario González de Murillo,
Centro Escolar Fernando Pons, Isabel La Católica, Diez de Agosto, Numa Pompilio Llona, Juan
León Mera, Mercedes González, Rosa [S]árate, Zoila Ugarte, República de Panamá, Instituto Pérez
Pallares (Pensionado y Sección gratuita), San Carlos, Buen Pastor, La Providencia (Seminternado y
Externado), La Inmaculada (Pensionado y gratuito), Sagrados Corazones (Pensionado y gratuito),
Sagrados Corazones de Rumipamba (Pensionado y gratuito), Patria, Franciscanas de San Diego
(Pensionado y gratuito), Instituto Luis F. Martínez, Instituto Carlos María de La Torre, Dorila Salas,
Mariana de Jesús del Batán y Orfelinato de niñas San Vicente.
• Anexas de las siguientes Escuelas: Anexa Leopoldo N. Chávez, Anexa Uruguay, Anexa Preprofesional,
Centro Escolar Eloy Alfaro, Municipal Espejo, Municipal Sucre, Simón Bolívar, Vicente Rocafuerte,
Brasil, García Moreno, Domingo F. Sarmiento, Chile, Pablo J. Gutiérrez, México, José Martí, Jorge
Washington, Paraguay, Sagrada familia de El Cebollar, Hermano Miguel de San Blas, Pensionado
de la Salle, Pensionado Pedro Pablo Borja, Pensionado y Sección Gratuita de San Pedro Pascual,
Santo Domingo, Instituto Don Bosco, Rafael Bucheli, Colegio Americano, Liceo Quito y Orfelinato
San Vicente.
• Colegios de Señoritas: Colegio “24 de mayo” con su carro alegórico y Brigada de Girl Scouts; Colegio
Normal Manuela Cañizares, Escuela Industrial de Señoritas, Liceo Fernández Madrid, Liceo Simón
Bolívar, Banda del Ejército, Carro alegórico del Jardín de Infantes José Luis Román.
• Alumnos no uniformados (Uniforme militar) de los siguientes Colegios: Colegio Mejía, Colegio de
San Gabriel, Colegio Normal Juan Montalvo, Escuela Central Técnica, Colegio de la Salle, Colegio
Alemán, Instituciones varias.
“Todos los Batallones de Guardias Nacionales realizaron en la mañana de ayer los ejercicios militares
en el terreno, en las parroquias urbanas y rurales. […] El Jefe de la Primera Zona Militar Coronel
Rafael Borja acompañado de sus Ayudantes visitó a los Batallones de Guardias Nacionales, impartiendo
nuevas órdenes para el mejor éxito de los mismos ejercicios.” (Diario El Comercio, 17 de marzo de
1941).
Y el gran día del desfile llegó. Recopilamos, para un mayor deleite y conocimiento, los
comentarios de varios días publicados en el diario El Comercio en torno al programa que realizó el
Mejía y en especial el desfile, por las fiestas de su patrono:
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1. […] Un acto espectacular, lleno de indescriptible emoción y grandeza, constituyó la Jura de la Bandera y
desfile de honor del Batallón “Mejía”, realizado en la mañana de ayer en el estadio del Primer Instituto
educacional secundario del país. Con el anuncio previo que se vino haciendo desde días antes, el
interés del público por presenciar el desfile militar de los estudiantes en la mañana de ayer se manifestó
extraordinariamente, acudiendo desde muy en la mañana ríos de gente de todas las clases sociales,
llenando materialmente toda la enorme tribuna que rodea a la pista. Superaban el número de diez mil,
los espectadores allí congregados. A más de los padres de familia, concurrieron delegaciones especiales
de todos los establecimientos educacionales de la Capital.
2. […] El acto empezó a las nueve de la mañana, al que asistieron puntualmente el Presidente de la
República, el Dr. Carlos Alberto Arroyo del Río, el Ministro de Educación Sr. Guillermo Bustamante,
el Ministro de Defensa Nacional Sr. Santisteban Elizalde, el Jefe de las Fuerzas Armadas el Coronel
Urrutia, Jefe del Estado Mayor el Coronel Espinosa, el Dr. Montalvo subsecretario de Educación, entre
otras autoridades militares y civiles. Rectores de todos los colegios de Educación Secundaria.
3. […] En la escalinata principal del plantel espera al Presidente de la República una guardia de honor
formada por dos columnas de estudiantes que presentaron armas al paso del Presidente y su comitiva,
a los acordes del Himno Nacional. El Presidente fue recibido por el Rector del Establecimiento, doctor
Pablo Enrique Albornoz.
4. […] El batallón Mejía esperó perfectamente formado en el Estadio del plantel.” “Estuvieron treinta y
tres oficiales y novecientos cuarenta estudiantes – milicianos. Los estudiantes armados y uniformados,
en línea, ofrecían un aspecto imponente. Cerca de un millar de gallardos jóvenes, presentando armas a
la bandera, escucharon las palabras por las cuales se comprometían, por su honor, a guardar fidelidad a
la Patria y defenderla con valor. Se presentó por parte del Colegio “San Gabriel” un arrogante Tambor
Mayor con su Banda de Guerra. El Colegio “24 de Mayo” envío la magnífica “Brigada Amazonas”, con
uniforme de gala, para que haga la custodia del Palco de Honor durante el festival, y el Colegio de los
Jesuitas concurrió con todo su Batallón, así mismo uniformado y su formación.
5. Elocuentes términos, expresó a los estudiantes la significación del Juramento que iban a prestar.
“Debemos dejar constancia – dijo – que constituimos un pueblo que sabrá defender punto por punto
todos sus derechos; no nos inspira un ánimo agresor, tampoco un injusto espíritu bélico. Vosotros
jóvenes estudiantes demostráis ahora a las juventudes de América la pujanza de la juventud ecuatoriana;
con este acto solo les decís otra cosa que estáis en pie para defenderos de cualquier ataque que venga
de dentro o fuera del continente. El espíritu de esta presentación no es otro que el de fervor por la
cultura, de amor a la patria. Habéis juntado a vuestro aprendizaje intelectual, al conocimiento de las
ciencias y las letras, el entrenamiento militar que vigoriza vuestra condición de hombres y ofrecéis así a
nuestro Ecuador una completa contribución de inteligencia y fuerza: esto es lo que la Nación pide de
sus juventudes.
6. Un profundo silencio reinaba en todo el estadio. Hasta hoy retumban en nuestros oídos la respuesta
viril de los jóvenes. Mil veces, a un solo tiempo, respondieron: “¡Sí, juramos!”. El coro atronó el espacio
y conmovió como pocas ocasiones puede conmoverse, el corazón de los miles de espectadores. Una
prolongada y ensordecedora salva de aplausos fue la aclamación de las tribunas.
7. Arroyo dijo: “Os traigo mi palabra de congratulación, señores estudiantes y mi fervor antiguo por
la cultura, que hoy lo habéis emocionado. Os traigo mi palabra que os acompaña en vuestra labor.
Estáis bien, muy bien vosotros que lleváis muy en alto el nombre del tribuno excelso, de Mejía, aquel
grande hombre de nuestro Ecuador. No hay motivo por el cual se opongan, la mente y las armas. El
fusil en nuestras manos, en manos de ecuatorianos, no significa agresión, sino un arma que defenderá
firmemente los derechos indiscutibles. Un Estado no puede vivir exclusivamente de elucubraciones
teóricas, sino contar con medios tangibles y objetivos: vosotros ofrecéis algo de eso. Madurad siempre
el sentimiento de amor a la patria: me siento complacido de vosotros y por vuestro éxito, pongo en
manos del señor Rector del Instituto la cantidad con que mi Gobierno colabora para que déis mejor
cima a vuestros esfuerzos”.
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EL ORDEN QUE OCUPARÁ EL BATALLÓN
El Batallón estudiantil del Instituto Nacional Mejía desfilará por la ciudad en el orden siguiente: Tambor
mayor con su cachiporra dirigiendo el desfile en traje de gala; Banda de Guerra del Colegio Mejía; Banda
de Música Municipal; escolta de la bandera de la Cruz Roja; Cuerpo de la Cruz Roja femenino; Primera,
Segunda y Tercera Compañía de Fusileros y Ametralladoras; Compañía Independiente; banda de Mú-
sicos del Grupo de Caballería Yaguachi y cerrando el desfile jinetes en briosos corceles irán los alumnos
que forman el Grupo de Caballería Mejía.
Diario El Comercio, 19 de marzo del 1941
EL DESFILE DE HONOR
El Mayor Izquierdo ordenó al Batallón iniciar el desfile de honor. La formación en línea se desintegró
con la misma corrección, y tomó posiciones por compañías. Rompió la marcha el Tambor Mayor, un
gallardo y marcial estudiante que manejaba con desenvoltura admirable la “enseña”. El joven fue nutri-
damente ovacionado. Seguíale la Banda de Guerra, integrada por estudiantes, y la Banda Municipal.
Colocados frente a la Tribuna presidencial, marcaron el compás del Batallón, que en columnas de veinte
hombres, con paso de parada, hicieron una extraordinaria demostración de uniformidad, precisión y
marcialidad, cosechando nutridos y repetidos aplausos del público.
Diario El Comercio, 20 de marzo de 1941
¿Qué más sucedió antes y después del desfile del Batallón Mejía por las fiestas patronales?
Aquí compartimos un resumen de dichos eventos, organizados por el Comité 19 de marzo y el
Consejo Directivo del Instituto Nacional Mejía:
1. Se hizo una invitación muy cordial, el 15 de marzo de 1941, en estos términos: “El presidente del
“Comité 19 de marzo” saluda muy atentamente al señor Director de “El Comercio”, y tiene mucha
honra el invitarle a los festejos que, auspiciados por este Comité celebrará el Instituto Nacional
Mejía, en honor de su Patrono, según programa adjunto. El estudiantado de este Colegio se sentirá
verdaderamente honrado con la presencia del señor Director de ese Diario, Decano de la Prensa
Capitalina, que en todo momento ha apoyado decididamente al elemento estudiantil. Agradécele de
antemano por la benevolente acogida que dará a esta invitación y aprovecha de esta oportunidad para
presentarle el testimonio de su más alta consideración”.
2. Lunes 17, a las 9 am. Premiación de los alumnos que se distinguieron en el año escolar 1939 – 1940.
A las 8 pm. Básquet interprovincial.
3. Martes 18, a las 10 am. Homenaje a Mejía ante el busto del Colegio, tomó la palabra el señor Diego
Bustamante.
4. Miércoles 19, a las 9 am. En la presentación del Batallón Mejía, el Presidente Arroyo del Río, entregó
10000 sucres para el Instituto Mejía, para que realice mejoras. A las 10 am. Se realiza 1) Gimnasia
Fisiológica por un grupo de 450 alumnos de 12 a 15 años; y 2) Gimnasia muscular por un grupo de 450
alumnos de 16 a 18 años. 11 am. Desfile del Batallón Mejía por las calles de la ciudad, Escuadrón de
Caballería de 120 hombres e Infantería con equipo militar. A las 8 pm. Básquet interprovincial (Quito
– Guayaquil).
171
5. Jueves 20, a las 10 am. Finales de Ping Pong (En uno de los salones del colegio). A las 11 am. Inauguración
del gimnasio del Colegio y exhibición de un grupo de gimnastas. Dirigió y tomó la palabra del señor
René Goestchel profesor de Educación Física. Luego de la revista de gimnasia los estudiantes desfilaron
por las calles de la ciudad siendo muy aplaudidos. A las 3 pm. Matiné de cine.
6. Viernes 21, a las 10 am. Finales de Tenis (Quito Tenis Club). A las 3 pm. Demostración de Química
Experimental por los alumnos Juan Suárez y Galo Robalino de la Especialización Físico Matemáticas; y
Carlos Chiriboga y Guillermo de la Bastida por Biológicas. A las 8 pm. Básquet interprovincial (Quito
– Guayaquil).
7. Sábado 22, a las 4h30 pm. Debate Histórico – Social entre los Colegios “Bolívar” de Ambato y
“Mejía” (Teatro Sucre). Jurado calificador por rectores de algunos planteles de enseñanza secundaria,
autoridades del Ministerio de Educación y miembros de la prensa.
8. Domingo 23 a las 10 am. Torneo de cintas en el [stadium] del Colegio. 12 am. Almuerzo en “El Patio”
ofrecido por los debatientes a sus colegas de Ambato. A las 5 pm. Gran baile estudiantil (En un salón
del Colegio).
9. Además hay concursos de Literatura, Historia, Geografía Económica, Biología, Dibujo lineal, inglés y
Francés. A los triunfadores de estos cursos se les premiará el 24 de Mayo.
Para sellar con broche de oro dos acontecimientos ejemplares más del valiente Instituto Mejía:
1. El 10 de julio de 1941, se incorpora Carlos Quinteros, desde Montecristi, como Primer Jefe
del mencionado Batallón Mejía. El rector del Plantel, da el visto bueno. El “Patrón” con
sus estudiantes, estaba listo para entrar en operaciones militares reales, contra la agresión
peruana, en julio de 1941…
2. Además, este centro educativo, contribuye con tres militares aguerridos, salidos de sus aulas
para transformarse en héroes caídos en firme batalla: el capitán Galo Molina Gándara, el
teniente Hugo Ortiz Garcés y el soldado Nelson Galarza.
¿Una institución educativa puede ser más heroica, patriótica, respetada y considerada?
172
AUMENTAR UNA FOTOGRAFÍA
CON DESCRIPCIÓN
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Primera plana del diario El Comercio del 1° de Enero de 1941, invocando a la paz
por la Segunda Guerra Mundial. Cortesía de la Biblioteca de Ministerio de Cultura y Patrimonio. 2. Fotografía del rector del Instituto
Nacional Mejía en 1941, Dr. Pablo Enrique Albornoz. Imagen tomada del Boletín de la Revista del Colegio Nacional Mejía N° 46 –
47 de enero de 1941 – mayo 1942. 3. Fotografía del presidente de la República, Carlos Alberto Arroyo del Río, entre 1941 – 1944.
Imagen tomada del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural. 4. Publicación del diario El Comercio en torno a la organización del
Comité Pro Batallón Mejía el 19 de marzo de 1941. Cortesía de la Biblioteca de Ministerio de Cultura y Patrimonio. 5. Alumnos
sobresalientes del Instituto Nacional Mejía del año lectivo 1939 - 1940 con uniforme militar recibiendo un premio por parte de la
Sociedad de Egresados del Mejía, el 17 de marzo de 1941. Fotografía de diario El Comercio del 18 de marzo de 1941, cortesía de la
Biblioteca de Ministerio de Cultura y Patrimonio.
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De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo; todas las imágenes corresponden al 19 de marzo de 1941, en el estadio del Instituto
Nacional Mejía: 1. El Batallón Mejía en formación; imagen tomada del Boletín de la Revista del Colegio Nacional Mejía N° 46 – 47
de enero de 1941 – mayo 1942. 2. y 4. Los estudiantes del Mejía en escuadras. 3. El Batallón de Cruz Roja. 5. Banda de Guerra del
Batallón Mejía; podemos apreciar la imponente presencia del cachiporrero. Estas cuatro últimas imágenes, fueron tomadas de diario
El Comercio, del 20 de marzo de 1941.
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EL COMERCIO
DIARIO INDEPENDIENTE
Marcada e[s]pectación reinaba en el público por admirar la marcha del Batallón y Grupo de Caballería
“Mejía” que debían desfilar por las calles de la ciudad según el anuncio que para ello se había hecho. Es
así como un inmenso público se congregó en los balcones y calles de la ciudad por la que debía pasar el
Batallón del Instituto Nacional “Mejía”.
A las once de la mañana, desde el local del Plantel en la Avenida Vargas, se inició el desfile del Batallón
y Grupo de Caballería “Quito”, a órdenes de su Primer Jefe y sus Ayudantes, Mayor Cornelio Izquierdo
A., y los Oficiales Instructor de la Escuela de Artillería e Ingeniería.
Rompiendo el desfile marchaba arrogante y gallardo el Tambor Mayor en vestido de gala, manejando con
la mayor desenvoltura y precisión su cachiporra para dirigir la marcha de todo el Batallón.
A continuación iba la Banda de Guerra de los colegiales, tocando sus flautines y redoblando con sus
tambores.
Detrás marchaba la Banda Municipal entonando aires marciales y a caballo el Comandante del Batallón,
mayor Cornelio Izquierdo y sus ayudantes.
Un grupo de veinte y cinco alumnas del Instituto, que constituye el Cuerpo de Enfermeras del Batallón,
marchaban arrogantes portando el Pabellón de la Cruz Roja.
Tres compañías de Fusileros – Ametralladores a cuestas con su respectivo equipo y fusil y una Compañía
Independiente completaban el batallón de Infantes del Colegio “Mejía”. Cerrando el desfile, jinetes sobre
briosos corceles y luciendo en sus lanzas el banderín azul y oro distintivo del Colegio, ciento veinte
alumnos escogidos de entre los más consumados caballistas, marchaban al final del Batallón integrando
el Grupo de Caballería “Mejía”.
Un hermoso golpe de vista ofrecía el organizado batallón del Instituto Nacional “Mejía”, al contemplarlo
a lo largo de la calle Guayaquil, alcanzando a cubrir más de doce cuadras en formación de a ocho en fila.
El inmenso público que admiraba el paso de los arrogantes muchachos que así se alistan para la defensa
de la Patria, se hicieron merecedoras a las cálidas ovaciones que se les prodigó en todo su recorrido
desde la Avenida Vargas hasta la Plaza “Sucre” en la que terminó el desfile. Verdaderamente fue lucido y
emocionante el desfile del Batallón y Grupo de Caballería “Mejía” por las calles de la ciudad. Al aplauso
del público unimos espontáneamente el nuestro, tanto para los Oficiales Instructores, Profesores de
Educación Física, como para todos los colegiales que han sabido poner toda su buena voluntad, disciplina
y entusiasmo para la organización de su vigoroso cuerpo militar.
Diario El Comercio, 20 de marzo de 1941
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5.5 Una “pausa” para levantarse con más brío
Pasarían casi seis años para que las notas marciales del Mejía vuelvan a sonar. Es en 1947 que
la agrupación toma el nombre de “Banda Marcial” bajo la dirección, probablemente, del profesor
de Educación Física, el señor Genaro Fierro. La formación pre militar se implantó en esta época
con mira de preparar a los estudiantes y así recibir una libreta, que sería canjeable con el obligatorio
carnet de la conscripción. Se usaba un uniforme color caqui con cristina. La banda marcial continúo
con doce estudiantes y el mismo tipo de instrumentos de 1941. En homenaje a la fiesta nacional del
24 de mayo, en la colina del Panecillo se simulaba la batalla de independencia, con los alumnos de
sexto curso. Al finalizar el acto, los estudiantes bajaban y arrancaba un desfile, encabezados por la
“Banda Marcial”, desde la Plaza de Santo Domingo hasta el Mejía, usando la calle Guayaquil. Este
recuerdo nos lo comparte Jaime Muñoz Mantilla, egresado del Plantel en 1950. Y es precisamente
en ese año que esta agrupación recibe el nombre definitivo de “Banda de Guerra del Instituto
Nacional Mejía” (BGINM).
Se plantea (o retoma) una exigente selección previa para el ingreso a la agrupación, con
base en la presencia y resistencia física de los estudiantes. Por ello, son aprobados la mayoría de los
integrantes del “Club de Físico Culturismo” dirigido por el docente Jorge Reyes. Por la evidencia
fotográfica, el cachiporra de 1941 era un alumno con gran desarrollo muscular e imponente presencia
física. Quizá, el resto de integrantes estaban en los mismos o cercanos parámetros físicos. De ahí el
interés de mantener esta condición en los nuevos miembros de la banda. El uniforme continuaría
con la camisa, pantalón y cristina de color caqui, corbata negra, botas cafés, una correa delgada café
cruzada encima de la camisa, y guantes blancos. A la par, las vistosas revistas de gimnasia hechas
en el Mejía siguieron siendo una sensación en los años 50. Se suma a la dirección de estas, Genaro
Fierro en colaboración con el ya conocido René Goetschel.
Genaro Fierro fue el principal apoyo, organizador y difusor de la banda; era muy recto,
estricto y humano. A esto le sumamos una enorme vitalidad y capacidad física. Nació el 19 de
septiembre de 1907 en Tulcán. Cuando veía mal a un alumno lo motivaba. Enseñaba a cada
estudiante un gran amor por el Mejía y a no sentirse menos por estar en un plantel fiscal y/o laico,
respetar el derecho ajeno y a no doblegarse ante los tiranos. Ingresó al Instituto Nacional Mejía el
1° de abril de 1938, para desempeñar la Cátedra de Educación Física. En 1945 el rector del plantel,
el Ing. Miguel Moreno Espinoza, le propone que ocupe el cargo de inspector general, puesto que
se excusó de aceptarlo por dos veces, hasta que el Honorable Consejo Directivo le conminó que
aceptara en la tercera propuesta. Es ahí que empieza su fructífera e imborrable actividad en tal alto
cargo. Murió en Quito el 7 de junio del 2000.
176
Problemas no solucionados vuelven a escena tarde o temprano. En 1954, suceden nuevos
roces con el Perú. El 11 de marzo de ese año el delegado peruano, Víctor Andrés Belaúnde, dice
que da por “terminado” un incidente, días atrás, con la delegación de Ecuador. Por ello el 12 de
marzo, el canciller ecuatoriano Luis Antonio Peñaherrera deja constancia de que el Perú es el país
provocador, con sus violaciones sistemáticas al territorio ecuatoriano y concentración de tropas en
la frontera.
Una efectiva y nada sorpresiva respuesta se da a las once de la mañana de ese mismo 12 de
marzo con todo el alumnado del Instituto Nacional Mejía, entre 1200 estudiantes aproximadamente,
precedidos por el emblema patrio, el estandarte del plantel y el gallardete de Instrucción Premilitar,
desfilando desde las instalaciones del Mejía hacia el Palacio de Carondelet. Los alumnos desfilaron en
pelotones y escuadras, dirigidos por los alumnos de los cursos superiores, con gritos que proclamaban
los derechos territoriales del Ecuador y portando cartelones que decían: “Ecuatorianos uníos, la
Patria os necesita” “El Ecuador no será el agresor, pero sabrá mantener su decoro y dignidad” “El
Ecuador defenderá el patrimonio de sus mayores” “Mayor Galo Molina, teniente Hugo Ortiz y
soldado Nelson Galarza, héroes del 41, fueron “mejías””.
El público de la capital en la calle les entrego nutridos aplausos y los acompañó en gran
número a la Plaza Grande, para oír desde el mencionado sitio, airados discursos patrióticos. Empezó
entonces el alumno Plinio López Moral, de sexto curso. Compartimos en resumen, lo que dijo en
su fervorosa y extensa alocución:
Un profundo sentimiento patriótico, ha hecho que el Instituto Nacional Mejía, el primer establecimiento
de educación secundaria del Ecuador, realice esta manifestación con el único objeto de apoyar al
Gobierno de nuestra Patria, en su posición asumida frente a la ambición del expansionismo peruano.
[…]Cada garganta de los Andes, será una nueva Termópila, cada Jefe un Leónidas y cada Mejía un
espartano”. […]El derecho del Ecuador a su Oriente no perecerá nunca. Compañeros, y es por esto
que los estudiantes del Ecuador, en especial los del Mejía, del colegio que marcha a la vanguardia de
los Colegios del Ecuador, del Colegio en donde se educa una juventud hija de héroes y de sabios, de
una juventud que tiene en sus manos el porvenir de nuestra Patria y que tan grande rol nos da un alta
categoría sobre los demás. (Diario El Comercio, 13 de marzo de 1954)
Cuando el alumno López terminó, la madre de familia, María Antonieta Monge de Álvarez,
que estaba entre el público pidió la palabra y felicitó a los alumnos del Mejía, por sus gestos
patrióticos; luego hizo alusión a la tradición espartana de ofrecer a sus hijos para la defensa de la
Patria; expresó que no deseaba saber si estos han triunfado, sino que hayan luchado, por la defensa
de la integridad nacional y exhortó a la mujer ecuatoriana a ser ejemplo de patriotismo y sacrificio.
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De arriba abajo, de izquierda a derecha: 1. Los estudiantes de sexto curso de 1941, que fueron parte del Batallón Mejía, en el año de
1941. Imagen tomada de la Revista del Colegio Nacional Mejía N° 46 – 47, de enero de 1941 – Mayo 1942. 2. 3. 4. y 5. Imágenes del
desfile del 12 de marzo de 1954 por parte de los alumnos del Instituto Nacional Mejía. Un detalle particular: en la foto 3 el alumno
que lleva la bandera nacional es Edwing Guerrero Blum. Imágenes tomadas del Salón de trofeos del Instituto Nacional Mejía. 6.
Marcha patriótica del Instituto Nacional Mejía Nocturno en la noche del 12 de marzo de 1954, en contra de una amenaza territorial
peruana. Imagen tomada del diario El Comercio del 13 de marzo de 1954.
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Posteriormente, una comisión de alumnos del Mejía formada por Napoleón Yánez, Marcelo
Garrido (portador del Tricolor Nacional) y Alonso Pazos, ingresó al despacho del presidente
Velasco Ibarra, y le invitó a dirigir algunas palabras al estudiantado eufórico que estaba afuera. Al
salir Velasco, un ex soldado del 41 subió al balcón y manifestó al primer magistrado que en esta
hora de prueba para la Patria, se recurra a los hombres que han prestado los servicios en las fuerzas
armadas y especialmente de aquellos que combatieron en 1941.
Henos aquí a los estudiantes del Mejía, reunidos con lazos indisolubles como son: el espíritu nacional y
el sentimiento patriótico. Sí, unidos ante el peligro que nos amenaza y el cual hay que combatirlo con lo
que tengamos a mano. […] 1941 es el año fatídico de la exuberante historia ecuatoriana. En verdad hubo
héroes de resistencia a aquella invasión. Ex – Mejías regaron de rubíes de sangre en la frontera, y hoy
prestos nos hallamos los Mejías, a formar un batallón, que por nombre llevará “Mejía” y así marchar.
Compañeros estudiantes, sigamos el camino señalado por un Galo Molina, por un Teniente Hugo
Ortiz, por un soldado Nelson Galarza; no nos avasallemos, no inclinemos la cabeza, levantadla todos.
(Diario El Comercio, 13 de marzo de 1954)
Jóvenes estudiantes del Instituto Nacional Mejía, vuestra actitud me tiene profundamente conmovido y
estoy tan conmovido ante vosotros, que casi no encuentro palabras que correspondan a vuestra nobleza.
Vosotros, jóvenes, no sois solo el presente, sois sobre todo el futuro; a vosotros tiene que descorrerse
todo lo que es injusticia, todo lo que es cobardía, todo lo que es felonía, todo lo que es traición. […]
Yo, jóvenes del Instituto Nacional Mejía, estoy profundamente conmovido ante vuestro desinterés,
ante vuestro entusiasmo patriótico. Yo sé bien que mis modestas palabras no aciertan a traducir ni lo
que vosotros sentís, ni lo que yo siento delante de vosotros; pero sí debo decir algo indispensable: que
vuestras virtudes juveniles, conquisten a todo el pueblo ecuatoriano, pueblo que tiene que forjar su futuro
y que ante una emergencia internacional, el pueblo ecuatoriano todo, sin desdeñar la particularidad de
sus ideas, se una también, en una fuerza de nacionalidad, de ecuatorianidad para ser glorioso y para ser
invencible. […] El Gobierno del Ecuador, jóvenes del Instituto Nacional Mejía, no os traicionará. […]
Ecuador será invencible en la defensa de la dignidad nacional. (Diario El Comercio, 13 de marzo de
1954)
Ahora, jóvenes estudiantes del Mejía, claro está, que no sé qué pueda decir como compensación a
vuestro patriotismo, a vuestra generosidad. Nada, absolutamente nada, la gratitud de la Patria, el amor
del pueblo, la inmortalidad de vuestros nombres para el futuro, son las únicas recompensas vuestras,
para vuestra nobleza moral; sin embargo, me vais a permitir una pequeña oferta de orden material. Yo
sé que vosotros estáis, muy apretujados en vuestro Instituto, yo sé que no tenéis amplitud en vuestro
edificio que os permita desarrollar toda vuestra alma amante de la ciencia, amante de la literatura,
fervorosa por ilustrarse y por la cultura; pues yo quiero ofreceros en este momento en que mi corazón
se conmueve ante vosotros, yo quiero ofreceros, digo, que este mismo momento voy a tratar con el
dinámico Ministro de Obras Públicas, con el inteligente Ministro del Tesoro para ya poner las bases del
nuevo edificio dentro del Instituto Nacional Mejía que os permita tener la expansión, la dignidad que
debe tener el Instituto Nacional Mejía. (Diario El Comercio, 13 de marzo de 1954)
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Los alumnos del Mejía terminada su participación en la Plaza Grande, continuaron con su
marcha cívica por las calles García Moreno y la Rocafuerte hasta la Plaza de Santo Domingo; en
frente al monumento a Antonio José de Sucre, lanzaron vivas al Ministro de Educación y entonaron
el Himno Nacional del Ecuador; luego siguieron por la calle Guayaquil de regreso al plantel, en el
mismo orden que habían presentado para arribar a la Plaza Grande. Ya en el “Coloso de la Vargas”
las autoridades y docentes aplaudieron y felicitaron la acción de los estudiantes, especialmente por
la disciplina y corrección con que llegaron a cumplir su cometido.
En la noche la sección nocturna del Mejía también realizó una manifestación patriótica, con
antorchas, por varias calles de la ciudad. Las señoritas estudiantes portaban el pabellón del Plantel
y del Ecuador y un cartel que decía “Ecuatorianos: uníos, la Patria os necesita.” El recorrido que
realizaron fue: Calles Vargas, Manabí, Guayaquil, Chile, García Moreno, Espejo, Benalcázar, Mejía
y Guayaquil; llegaron al monumento a Bolívar, en la Alameda; para cantar con gran emoción el
Himno Nacional y lanzar vivas al Ecuador.
La amistad entre estos dos grandes hombres se nutre con el pasar de los días. Genaro invita
a este amigo y alumno, Frank Enrique Vargas Pazzos, para asumir la cachiporra en la banda y
compartir sus conocimientos sobre bandas militares. Frank forma un nuevo Batallón Mejía (el
nombre posiblemente en honor al grupo de 1941), y lo hace desfilar en la jura de la bandera del 27
de febrero de 1955. A pesar de su formación militar en casa y en sus anteriores estudios iniciales, él
tuvo ciertas críticas por militarizar a la banda del Mejía. Consideraba que debía ser preponderante
el manejo civil frente a lo castrense.
Vargas retoma entonces, de manera brillante, la cachiporra que había dejado Garrido.
Después, con los pocos instrumentos que habían sobrado en una bodega (Se desconoce si fueron
propios o prestados, nuevos o antiguos, o los mismos de 1941) reúne a más o menos diez estudiantes
y empieza una etapa corta pero notable, de presentaciones y reconocimientos.
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Frank14, considera que “las bandas de guerra motivan la espiritualidad de los jóvenes, para
llevar adelante grandes acciones, estar presentes en los momentos débiles de la Patria, y, de ser
necesario, confrontar a una amenaza a la supervivencia de la misma, de los valores, de la libertad y
de la justicia.”… “hay mucha disciplina y orgullo interno y externo, en cada integrante de la banda
(del Mejía), además una tradición que nunca hay que olvidar, en conjunto con un valor cívico, visión,
responsabilidad y fuerza para servir al bien en pro de la Patria. Aquí se cultivan los grandes valores
de lucha.” (Entrevista a Frank Vargas el 14 de septiembre de 2017)
El nuevo cachiporrero nace el 18 de julio de 1934 en Chone, Ecuador. Fue hijo de Luis
Vargas Yépez, de profesión militar. Realizó su primaria en las escuelas Abdón Calderón y Juan
Montalvo, ambas de su ciudad natal. A pesar de pertenecer a una familia de buenos ingresos
económicos, trabajó para pagarse sus estudios en diversas labores del campo. La secundaria la inicia
en el Colegio Nacional Olmedo, de Portoviejo, Ecuador; y después al Colegio Militar Eloy Alfaro en
Quito. Ingresa el 15 de octubre de 1954 al Instituto Nacional Mejía, luego de un paso fugaz por la
sección nocturna del Colegio Juan Pío Montúfar (así consta en su matrícula). Es en 1955 qué alcanza
su sueño de ser bachiller, en el primer instituto laico del Ecuador. Su impecable trabajo en la banda
lo transportó inmediatamente a dar clases en las bandas de los Colegios San Gabriel, La Salle, Juan
Pío Montúfar, Santo Domingo de Guzmán, 24 de Mayo y Manuela Cañizares, todos en Quito; y en
el Serapio Japerabi de Guápulo. Allí compartió sus conocimientos en marchas militares, calistenia y
dirección marcial. Así cada uno de estos grupos comenzó a armarse y prepararse.
Una frase que exclamó y que será siempre recordada fue: «No necesito permiso para morir
o vivir por mi patria.» Como buen mejía, después de una ajetreada y extensa vida militar y política,
regresa a su amado plantel, para retomar el bastón de cachiporrero, en la Banda de Ex integrantes,
en el año 2008.
14. Fue piloto militar entre 1955 – 1986, luego Teniente General de la Fuerza Aérea Ecuatoriana y Comandante del Comando
Conjunto de las Fuerzas Armadas del Ecuador entre 1983–1986. Ingresó a la Escuela Superior Militar de Aviación (ESMA) en
1955 y se graduó como piloto el 5 de julio de 1957, en la Escuela de Pilotos de Guerra de la USAF, en Lackian, cerca de San
Antonio, Texas (Estados Unidos). Después, en Ecuador se incorporó al Cuerpo de Oficiales de la Base Aérea de Guayaquil con el
grado de Subteniente. Fue comandante de la Base Aérea de Taura, en donde actuó como líder de un acto de insubordinación por
defender los derechos y beneficios del personal de tropa ante el presidente José María Velasco Ibarra. Logra ser el mejor egresado
del Instituto de Diplomacia y Ciencias Internacionales de la Universidad de Guayaquil en 1981, recibe la Cruz de la Fuerza Aérea
Venezolana en 1984. Fue Comandante de la II Zona Aérea en Taura, entre 1980–1983. Posteriormente Comandante General
de la Fuerza Aérea Ecuatoriana en 1983. Siendo Teniente General, el 14 de marzo de 1986, su carrera militar termina, al ser
detenido en la Base Aérea de Quito por efectivos del Ejército leales al gobierno del Ing. León Febres Cordero, por acusaciones,
denunciadas por Vargas, sobre una negociación fraudulenta, incurrida por altos funcionarios del gabinete de este mandatario. En
la política, fue candidato presidencial en 1988, 1992 y 1996 por el Partido Acción Popular Revolucionaria Ecuatoriana (APRE).
Consigue ser Diputado en el Congreso Nacional en 1996. Después Ministro de Gobierno en 1997, en el gobierno del Ab.
Abdalá Bucaram Ortiz. Finalmente, en el año 2002, fue candidato a Vicepresidente de la República, por el Partido Roldosista
Ecuatoriano (PRE).
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castrense no le hayan satisfecho a este disciplinado alumno, por lo que abandona el Colegio Militar.
Regresa como inspector al Mejía y ya en sus labores profesionales, conoce y entabla una profunda
amistad con el profesor Genaro Fierro, a la par que se entera y conoce de cerca el trabajo de la
banda del Plantel. Existe la posibilidad de que Miseno haya participado del desfile y programa de
1941 o por lo menos lo vio en persona, con 15 años de edad aproximadamente. El impacto debió
ser muy decisivo en su vida y posteriormente lo aplicaría cuando fuera instructor de la BGINM.
La gratitud y respeto que sentía Miseno hacia el sargento Altamirano, hace que realice
gestiones, con sus antiguas amistades en el Colegio Militar, para que este ex militar pueda laborar,
pues en el Mejía, a pesar de su trabajo desinteresado e importante, esta posibilidad nunca se dio.
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De arriba hacia abajo, de izquierda a derecha: 1. Fotografía de Genaro “Pupo” Fierro, tomada de la revista Eslabón N° 19 de diciem-
bre del 2001. 2. Fotografía del 30 de enero de 1954 con los integrantes del equipo de vóleibol del Instituto Nacional Mejía, previo
a su debut intercolegial: Germán Escobar, Raúl Ramos, Marcelo Garrido, Alonso Pazos, Jaime Estrella, Belisario Castillo, Marco
Grijalva, Luis Bonini, Carlos Jurado, Juan Vega y Héctor Pazos; tomada del diario El Comercio. 3. Fotografía del 2 de octubre de
1953, de Marcelo Garrido Baca, próximo a cursar el sexto curso del Instituto Nacional Mejía; cortesía del Archivo Histórico del
Instituto Nacional Mejía. 4. Fotografía de Marcelo Garrido imponente como cachiporrero, en 1954; tomada del Archivo histórico de
la SEM. 5. La señorita “Mejía” de 1960 “Cecilia I”, avanzando hacia el Salón de Actos del Plantel, conducida por el inspector general
Genaro Fierro y el presidente del Comité “19 de Marzo”, Johnny González. Imagen tomada del Archivo histórico de la SEM. 6. y 7.
Invitación y salida del presidente de la República, Dr. José María Velasco Ibarra, desde su despacho acompañado por la escolta del
Instituto Nacional Mejía, para dirigir unas palabras a los alumnos de este plantel, a razón de un desfile en contra de un nuevo proble-
ma limítrofe con Perú; de izquierda a derecha (Imagen 7) se encuentran los alumnos Napoleón Yánez, Marcelo Garrido (portador
del Tricolor Nacional) y Alonso Pazos; imagen tomada del diario El Comercio del 13 de marzo de 1954.
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De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Fotografía de estudiantes del Mejía en actividad física en el estadio del plantel, en
1952 aproximadamente. Imagen tomada del Salón de trofeos del Instituto Nacional Mejía. 2. Fotografía del 15 de octubre de 1954
de Frank Vargas Pazzos, próximo a cursar el sexto curso del Instituto Nacional Mejía. Cortesía del Archivo Histórico del Instituto
Nacional Mejía. 3. Fotografía del 17 de febrero de 1955, tomada del diario El Comercio del Equipo de Atletismo de Instituto
Nacional Mejía; de izquierda a derecha: Ovidio Wappenstein, Lenín Barrera, Raúl Stacey, Ramón Valdez, Marcelo Chiriboga, Frank
Vargas, Renán Salgado, José Silva, Washington Jijón, Edwin Chávez, Luis Quiñónez, Jorge Peña, César Torre, Oswaldo Yépez, Luis
Rodríguez y César Garzón. 4. Frank Vargas en un programa en el Mejía, año desconocido. Imagen de dominio público. 5. Fotografía
de Frank Vargas en 1983, tomada de la página de la Fuerza Aérea Ecuatoriana. 6. Frank Vargas de visita en la SEM a finales de enero
de 1997, en la presidencia del Ing. Nelson Trujillo. Cortesía del Archivo de la Sociedad de Egresados del Mejía. 7. Frank Vargas, en
el centro, previo al cuarto desfile de ex integrantes de la Banda de Guerra del Mejía, el 28 de marzo del 2008; imagen tomada del
Archivo de Juan Carlos Erazo Ballesteros.
Una parte de las marchas del periodo de Miseno, se elaboraron con base en las que
ejecutaba el Colegio Militar; después de ser replicadas en el Mejía, eran modificadas y adaptadas.
Los estudiantes se aprendían todo de memoria, para luego transformarse en docentes de sus futuros
compañeros. Este proceso de enseñanza demuestra el uso de la metodología Lancaster, usada a
finales del siglo XIX, para grupos grandes. Es bastante reconocible la efectividad y velocidad de
este trabajo. Así, se cuidó en extremo que el compartir el conocimiento a los nuevos y constantes
pupilos, no se distorsione. Al ser un proceso de transmisión oral - auditivo y directo, era imperioso
que los conocimientos sean aprendidos de memoria y con mucha perfección. Para preservar el
conocimiento y trabajo resulta sin dudas excelente este proceso, pero, con un mal entendimiento del
mismo, se limita el crecimiento e improvisación, que son parte esencial en las actividades musicales.
De ahí, en parte, viene la “rigidez” de la parte musical de esta banda marcial.
De este proceso formativo, nace la etapa de los “antiguos”, quienes son parte fundamental
en la enseñanza de los estudiantes. Los primeros antiguos fueron Nicolás Romero Barberis y Teddy
Becerra (Trompetas) y Vicente Páez (Tambor).
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De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. José Miseno Sánchez Sánchez, instructor de la Banda de Guerra del Instituto Nacio-
nal Mejía, aproximadamente de 45 años de edad. Cortesía del Arq. Fabián Sánchez Ramos. 2. Equipo de fútbol del Instituto Nacional
Mejía, a mediados de la década de los años 40; desde la izquierda de los estudiantes parados, el cuarto es Miseno Sánchez. Cortesía
del Arq. Fabián Sánchez Ramos (retoque digital Javier Caicedo). 3. Soldado de la Unión de la Guerra Civil de Estados Unidos; el
uniforme de referencia para la actual Banda de Guerra del Instituto Nacional Mejía, imagen tomada de www.pinterest.com. 4. 5.
y 6. Fotografías de la Banda de Guerra del Mejía en el Estadio del Plantel. Observamos el uniforme caqui con cristina del mismo
color. Las dos primeras son de 1957 y fueron tomadas del Archivo de la banda de Guerra del Mejía (la segunda con retoque de Javier
Caicedo); la tercera es de 1959 y apareció en el Boletín del Instituto Nacional Mejía N° 59 y 60 de marzo de 1960. 7. “El sargento
Guerrón”, imagen publicada en la Revista Vistazo, del 2 de febrero de 1981.
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El número inicial de integrantes fue de 12. Y fue en constante crecimiento. En general llegó
a constar de un cachiporra, 3 bombos, 3 platillos, 6 tambores tenores, 42 tambores, varias cornetas
y flautines. También se crea una jerarquía institucional para seguir y respetar: Rector, vicerrector,
inspector general, instructor, cachiporra, antiguos e integrantes.
Para ampliar la visión del trabajo de esa época, veamos a un integrante que vivió plenamente
la etapa de Miseno Sánchez. Se trata de Vicente Alfonso Toscano Gallegos, un riobambeño nacido
el 6 de agosto de 1945. Realizó una amplia formación profesional dentro y fuera del país. Su
primaria fue en la Escuela Hermano Miguel de La Salle, en el sector de San Blas y la secundaria, en
el Instituto Nacional Mejía desde 1959 hasta 1966. En la Universidad Central del Ecuador obtiene
su título de doctor en Odontología y Cirugía. Además ha realizado postgrados en Administración
Pública y Salud. Especialista en Planificación Estratégica y Diplomado en Desarrollo local. Luego
alcanza un master auditor en Gerencia Integral en Salud. Su labor profesional se ha desenvuelto en
el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, Escuela Técnica de Ingenieros Militares y Contraloría
General del Estado. También fue voluntario en operaciones y servicios de salud en los conflictos
de Paquisha (1981) y Cenepa (1995), por los que recibió valiosos reconocimientos. También formó
parte de la Sociedad de Egresados del Mejía el 18 de julio de 1991, como vocal en la presidencia
del Dr. René Pozo Astudillo.
Galo, el hermano gemelo de Alfonso, era integrante de la banda en segundo curso. Alfonso
presenciaba los fuertes entrenamientos de su hermano en el estadio del Plantel. Ahí la agrupación
tenía pocos integrantes (7 a 24 aproximadamente). Es Byron Almeida, compañero de aula y de
banca de Alfonso, el que le invita a formar parte de la agrupación. Además ayuda a Alfonso en el
aprendizaje de la rítmica a ejecutarse en el tambor. Estos inquebrantables amigos baqueteaban, para
su aprendizaje, en los pupitres del aula. Para ingresar a la banda, había que realizar un concurso,
pues solo los mejores podían ser aceptados. Así Alfonso fue integrante de la banda de guerra entre
1959 – 1966. Cada alumno debía templar los tambores, para que la vibración de todos sea unísona.
Y eso provocaba que al pasar por calles estrechas, sobre todo en el Centro Histórico de Quito, los
vidrios de las ventanas vibraran fuertemente. Almeida acota: “En realidad la banda de guerra era
como un equipo de fútbol: unidos y bien llevados todos”.
Mientras tanto el 17 de agosto de 1960, unos días antes de asumir por cuarta ocasión la
presidencia de la República, el Dr. Velasco Ibarra, declaró en Riobamba: “El Tratado de Río de
Janeiro es un tratado nulo. Nosotros no queremos la guerra. Nosotros no provocamos escándalos
en el mundo sudamericano, pero nosotros no reconoceremos jamás el Tratado de Río de Janeiro”.
Esto generaría una serie de reacciones adversas tanto del Perú, como de los países garantes del
mencionado protocolo.
Por ello, el 9 de diciembre de 1960, los estudiantes del Mejía nocturno saldrían a las calles,
en una enérgica marcha en la noche: “El Mejía llegó hasta la Plaza de la Independencia, lanzando
gritos contra los cuatro países garantes del Protocolo de Río de Janeiro y vivando al Ecuador.”
(Diario El Comercio, 10 de diciembre de 1960). Y el 10 de diciembre del mismo año, los padres
de familia de los chicos del Mejía “hacen llamamiento a la unidad defensa de los intereses patrios.
Piden tregua a la oposición partidista en tanto dure situación internacional”. (Diario El Comercio,
11 de diciembre de 1960)
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De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Banda de Guerra del Instituto Nacional Mejía, con uniforme caqui y casco verde sin
escudo, en el desfile del 23 de mayo de 1960, celebrando la Batalla de Pichincha; el cachiporra es Lenin Erazo Peña, y los integran-
tes son Mario Viteri, Patricio Cruz, Marcelo Yépez, Raúl Yépez, Vicente Páez, Nicolás Romero, Carlos Ayala, Carlos López, César
del Castillo, Alfredo Sáenz, Alfredo Becerra y Rubén Larrea; y con terno, el maestro Miseno Sánchez; Imagen tomada del Boletín
del Instituto Nacional Mejía N° 61 de julio de 1960. 2. y 3. Marcha de estudiantes del Instituto Nacional Mejía Nocturno, el 9 de
diciembre de 1960, en rechazo al Protocolo de Río de Janeiro y sus garantes. Imágenes tomadas del diario El Comercio, del 10 de
diciembre de 1960. 4. y 5. Desfile patriótico del Instituto Nacional Mejía hacia el Palacio de Carondelet, en rechazo al Protocolo de
Río de Janeiro y sus garantes, el 14 de diciembre de 1960. Imágenes tomadas del diario El Comercio, del 15 de diciembre de 1960. 6.
Después del desfile del 14 de diciembre de 1960, colocación de ofrendas florales, por parte de estudiantes y autoridades. Se aprecian
integrantes de la BGINM, estudiantes regulares, docentes y el rector del Plantel, Óscar Efrén Reyes. Imagen tomada de diario El
Comercio, del 15 de diciembre de 1960.
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Un joven con mucha energía y trabajo toma la posta como cachiporrero, puesto que había
dejado Rodrigo “Chivo” Cañadas (hermano de Rafael “Chivo” Cañadas). Este nuevo talento es el
ya mencionado anteriormente Byron Alfonso Almeida Manzano, nacido el 8 de abril de 1944 en
Quito. La educación primaria la realizó en la Escuela de La Salle y la secundaria en el Instituto
Nacional Mejía. Ingresó a la BGINM en segundo curso, como tambor. El destino quiso que sea
cachiporrero, pues Rodrigo Cañadas, que era también atleta, se lesionó un pie en vísperas de un
desfile. El director de la banda preguntó quién podía reemplazarlo. Esta fue la oportunidad para
Byron, pues Rodrigo le había prestado la cachiporra en algunos entrenamientos. Corría el año de
1959.
Llegó entonces el desfile, donde improvisó muchos de sus movimientos. Estaba lleno de
emoción, pues él no se había imaginado jamás que llegaría a estar en este puesto. La banda marchó
hacia la Jura de la Bandera, que era en el estadio del “Arbolito”. Ahí entraban todos los colegios y
otras bandas de guerra. Cayó un tremendo aguacero y con ello, todos los jóvenes estudiantes y sus
bandas se desparramaron, para ponerse a buen recaudo del agua. El famoso Genaro “Pupo” Fierro,
que estaba acompañando a la BGINM, dijo con voz firme y segura: “Nadie se mueve ni deja de
tocar”. Por lo tanto la banda siguió con su presentación. Por efecto de la intensa lluvia, los parches
de los tambores comenzaban a romperse. Todo este acto impresionó profundamente al presidente
de la República, el Dr. José María Velasco Ibarra, el cual cursaba su cuarto mandato presidencial.
Por la hazaña heroica, el primer mandatario mandó una importante felicitación al Mejía para los
valerosos, gallardos y templados estudiantes.
Esto es el motivo oportuno para que en el Mejía se vea una la posibilidades de pedir apoyo
para la BGINM. Se concretó una reunión personal con Velasco Ibarra y los señores Miseno Sánchez,
Genaro Fierro, Marco “El Lobo” Hidrobo y los estudiantes Byron Almeida, Vicente “Tuerto” Páez
y Nicolás Romero. La banda tenía una gran necesidad de cascos propios, pues los que usaban
eran prestados por el Escuela Técnica de Ingenieros Militares, la cual funcionaba en donde es
actualmente el Edificio Sur del Mejía (Hoy es la Escuela primaria). Estos cascos militares eran de
acero, adecuados para el combate. Y además de su peso excesivo, producían mucho calor con el
uso. La propuesta estudiantil era que se les regalen o donen cascos más adecuados para estudiantes.
Fueron recibidos y escuchados por Velasco Ibarra, el cual llamó a Manuel “Omoto” Araujo
Hidalgo (Egresado del Mejía en 1939), que era Ministro de Gobierno y por consiguiente Jefe de
la Policía Nacional. Velasco le ordena que se apoye inmediatamente a la solicitud del Mejía. Y sin
dudarlo este ministro llama a su subalterno, el comandante de la Policía, con la orden. Al parecer
este último se negó, aduciendo que los cascos son bienes del Estado y que no podían ser donados.
Aceptando esta respuesta, hábilmente Manuel Araujo le ordena entonces al policía que se haga un
“préstamo indefinido de 120 cascos” para el Instituto Nacional Mejía y “conste así en actas”. Además
se les hizo también un “préstamo” de 120 pares de polainas blancas. Fue así como se cumplió uno
de las importantes adquisiciones del Plantel.
188
EL MEJÍA REALIZÓ MANIFESTACIÓN EN REPUDIO AL TRATADO DE RÍO Y LA
DECLARACIÓN DE LOS GARANTES
“Ecuador está en un momento decisivo de su vida.- Como es un pueblo honrado y generoso no tiene por
qué perecer”, dijo el Ministro de Educación a alumnos.-
Ayer el Colegio Nacional Mejía realizó un desfile patriótico que recorrió las principales calles de la Ciudad,
desde el local del Colegio y terminó en la Plaza de la Independencia. Esta manifestación fue en repudio del
Tratado de Río de Janeiro y a la declaración de los cuatro países Garantes del Protocolo: Estados Unidos,
Brasil, Argentina y Chile.
Los estudiantes portaban banderas y carteles, en que se leían estas leyendas: El Mejía reclama sus derechos
históricos; El Mejía repudia el Tratado de Río de Janeiro; Contra el Panamericanismo, etc. Teniente Ortiz
y otros alusivos al tema.
Abría el desfile la banda de Guerra, luego los [¿]cuatro[?] batallones[,] Eloy Alfaro, Mayor Galo Molina y
Teniente Ortiz.
A su paso eran aplaudidos, además lanzaban gritos patrióticos. El desfile avanzó por la calle Guayaquil, para
tomar por la Olmedo, luego por la Venezuela, la Chile hasta el Parque de la Independencia. Se congregaron
al pie de Palacio de Gobierno. Presenció el desfile el Presidente de la República, doctor José María Velasco
Ibarra y el Ministro de Educación, doctor Sergio Quirola. Se hallaba presente el profesorado del Mejía y
numeroso público.
En los balcones del Palacio de Gobierno, habló el Profesor doctor Hugo Cornejo, quien expresó: El
Ecuador no pudo ser humillado en los campos de batalla por el Perú. Pero luego, un 29 de Enero de 1942,
se nos humilló obligándonos a firmar el nefasto Protocolo de Río de Janeiro.
Luego indicó que del Mejía salieron hombres que supieron defender el territorio nacional como el Teniente
Hugo Ortiz, el [Cabo] Galarza, el Mayor Galo Molina, y otros, siguiendo la gloriosa tradición del Colegio.
Terminó llamando al patriotismo a la juventud y a la defensa de nuestros legítimos intereses.
[…] habló en representación del Sr. Presidente de la República. Entre otros conceptos expresó:
“A los hombres y a los pueblos se los mide por su virtualidad creadora en los momentos de angustia y de
dolor”; dijo […] al hablar a los estudiantes del Colegio Nacional “Mejía”, durante el desfile patriótico que se
realizara […]. Agregó: “El Ecuador está en un momento decisivo de su vida. Como es un pueblo honrado
y generoso no tiene por qué perecer. Este es el pueblo descubridor del Amazonas”. […] “Tengo el altísimo
honor de representar al señor Presidente de la República, quien me ha dado el encargo de saludarlos
con todo el cariño y fervor que os profesa el Primer Soldado de la Patria. Lamentablemente que no vais
a escuchar sus palabras porque se encuentra afónico. Pero bien sabéis el cariño que os tiene y tiene para
el primer plantel secundario de la Nación; pero me ha indicado que después de breves días estará en el
Colegio, para dirigiros la palabra”.
“Y ahora, […], tengo el honor de dirigirme a la juventud del “Mejía”, que tiene la frente altiva y el corazón
ardiente; en estos momentos tan difíciles por los que está atravesando nuestra Patria: el Ecuador”. […] “De
esta ciudad, de esta Patria, de esta Capital, y más que capital corazón y esencia de la nacionalidad en donde
se gestó la libertad, un 10 de agosto; de este pueblo sale el clamor que pide su salida al Amazonas. Por eso,
estudiantes, los que estamos reclamando con altura a los pueblos de América”. El Ministro […] dijo del
Mejía: “esta juventud está de pie y obtendrá su triunfo, porque el Mejía está también de pie y unido al pueblo
ecuatoriano, frente al Primer Magistrado de la Nación, a quien se le puede definir con una sola frase [:] el
Presidente Velasco Ibarra [,] todo un patriota”. –
189
Volvamos a Almeida y al por qué se transforma en un referente en la cachiporra. Él nos
cuenta que su habilidad consistía en elevar mucho la cachiporra y hacer los malabares siempre
sobre la marcha. Esto involucra no pararse, hacer movimientos arrítmicos y lanzarse al piso para
hacer “ejercicios”. Al respecto Toscano comenta: “Byron era un malabarista de la cachiporra y esta
rara vez se le caía. Pero cuando esto sucedía, con el pie, haciendo palanca, desde el piso, la elevaba
nuevamente. Y nadie notaba que se había caído”. Byron considera que además aprendió en el Mejía
y su banda el ser gran compañero, gran amigo y a tener bien ganado el nombre de “Patrón” Mejía,
pues en todo estaban primeros.
A pesar de no tener dinero, el Mejía siempre se las ingeniaba para dar una cachiporra nueva
a Byron, previo a un desfile, pues esta se golpeaba en los ensayos en el colegio. Las autoridades
nunca escatimaron esfuerzos para la Banda mientras tuvieran recursos, pues se la consideraba un
orgullo y una tradición del Plantel.
La fama del buen nivel de la BGINM, hace que sus integrantes creen la banda de guerra del
Colegio Santo Domingo de Guzmán. Genaro Fierro era profesor también de ese colegio y llevó al
cachiporra Almeida, al tambor Gonzalo Granda y al corneta Gustavo Mena Paredes como ayudantes
e instructores. Se formó, a criterio de Almeida, la mejor banda de guerra femenina del Ecuador. La
cachiporra de ese colegio fue Sofía Monteverde, que luego sería Miss Ecuador 1970. Por este tipo
de trabajo, interesantes y fructíferas relaciones nacieron con los colegios católicos María Eufrasia,
Mercedarias, La Providencia; y el municipal Fernández Madrid, además del ya mencionado Santo
Domingo, para formar agrupaciones marciales musicales estudiantiles.
La disciplina estaba en relación con la demanda que tenía la banda. Es decir que había
tantos alumnos interesados en formar parte de ella, que se debía llevar y cumplir todas las normas
establecidas para ganar y conservar el puesto. Además los instructores eran muy exigentes en los
ensayos, que eran casi todos los días, incluidos los sábados. Y mucho más cuando se acercaba la
fecha de la presentación. Se revisaba mucho el toque exacto y coordinado con el resto de integrantes.
Había una norma tan estándar en la ejecución que todo el mundo la notaba. Ese era el pago de estar
en la banda. Adicional no existía en esa época el “bautizo” de los nuevos. Y la evaluación para el
ingreso la hacían Miseno Sánchez y los antiguos Vicente Páez (tambores), Teddy Becerra (cornetas)
y Wilson Jiménez (flautín).
En los buses, cuando viajaban a alguna presentación, había gente muy hábil, como el Carlos
“Loco” Ibarra Escudero (Perteneciente al Quinteto América) y Teddy Becerra; que venían de las
orquestas Salgado Junior y Estudiantes de Jazz, las mejores de la época. Los dos eran trompetistas de
esas agrupaciones. Adicional otros chicos cogían un bombo, dos tambores y un platillo. Y armaban
la orquesta. Además Ibarra tocaba el rondín. Ameno viaje, con orquesta incluida.
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De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Banda de Guerra desfilando por la Avenida 10 de agosto en Quito con uniforme
caqui y casco verde, año desconocido. Imagen del Archivo de la Sociedad de Egresados del Mejía. 2. Sección de tambores el 20 de
octubre de 1960, en un desfile rumbo al Estadio de El Ejido (Estadio del “arbolito” – Actual Parque del “arbolito”); imagen tomada
del Boletín del Instituto Nacional Mejía N° 62 de marzo de 1961. 3. Integrantes de la Banda de Guerra, probablemente en 1960.
Imagen del Archivo de la Sociedad de Egresados del Mejía. 4. Primer desfile en el parque del “Arbolito” de banda unificada y mixta:
Mejía y el Liceo Fernández Madrid, el 1° de diciembre de 1964. Imagen tomada de diario El Comercio del 2 de diciembre de 1964.
5. Homenaje de la banda de Guerra y autoridades de la BGINM en la Mama Cuchara. Imagen tomada del diario El Comercio, del
2 de junio de 1964. 6. Imagen de la banda en la avenida 10 de agosto, en 1964; uniforme caqui y casco blanco con escudo; imagen
tomada del periódico Ensayos, del 5 de junio de 1965. 7. Banda de Guerra ya con el uniforme actual, pero el casco sin flamín, el 1° de
diciembre de 1966 rindiendo homenaje en el entierro de Óscar Efrén Reyes, ex rector del Instituto Nacional Mejía; imagen tomada
del Archivo histórico del Instituto Nacional Mejía.
A los cascos americanos verdes “donados” se les coloca un flamín blanco. Debido a la
escasez de recursos económicos del centro educativo y de los padres de familia, para comprar en el
exterior cascos originales, Miseno logra hacer una colecta para comprar unos tucos de fibra sintética.
Luego de manera artesanal usando una vela, se iba construyendo cada flamín. Luego a los cascos se
los pinta de blanco y se les agrega el escudo del Mejía a colores. Posteriormente para los flamines
se usa cabuya (material más económico y manejable), pintada con dos colores: en los tambores,
amarillos y en las cornetas, azules. Y el casco de Byron Almeida se lo pinta de negro (Similar al
“tambor mayor” de la banda de la Escuela Militar).
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De arriba abajo, de izquierda a derecha: 1. Dr. José María Velasco Ibarra en 1956, cortesía del archivo personal de Juan Carlos Erazo
Ballesteros. 2. Manuel “Omoto” Araujo, en el Salón de actos del Instituto Nacional Mejía, en la década de los 90; imagen tomada
del Archivo de la Sociedad de Egresados del Mejía. 3. Víctor Toscano de 17 años de edad en un desfile para los deportistas de Pi-
chincha, el 3 de marzo de 1963. Cortesía de Víctor Toscano. 4. Grupo de alumnos del Mejía en las gradas del edificio internado. Allí
se encuentran de izquierda a derecha Byron Almeida, Marco Vinicio Escalante, Carlos ¿?, ¿? Calero, ¿? Jervis y Lautaro Andrade.
Cortesía de Byron Almeida. 5. Desfile de la banda de guerra, para la Unión Nacional de Periodistas, en el Parque del Arbolito, en
1962. Este acto fue con motivo de las fiestas del 24 de mayo. Aparecen el cachiporrero Byron Almeida y primer bombo Edgar Rome-
ro. Cortesía de Byron Almeida. 6. Banda de guerra del Mejía en 1960 en el Estadio de la ciudad de Ambato; consta el cachiporrero
Byron Almeida (casco negro), que espera a su cachiporra caer de los aires; la banda esta con cascos blancos y uniforme caqui. Cortesía
del archivo personal de Byron Almeida. 7. Byron Almeida guiando a la BGINM en Quito en 1961. Cortesía del archivo personal de
Byron Almeida. 8. El 24 de mayo de 1963, Byron Almeida conduciendo a la BGINM en un desfile en Quito. Cortesía del archivo
personal de Byron Almeida.
Para las torres, fue de gran ayuda el trabajo hecho por el papá de un integrante de la BGINM
de ese entonces, el Sr. ¿? Espínola. Y así se gestaron algunos cambios en la agrupación. Vale
mencionar que desde que asumió el mando Miseno, hubo un gradual alejamiento del trabajo casi
directo que tenía el Mejía con el Ejército, en el ámbito formativo. En 1965 posiblemente Miseno
organizó un concurso para el nuevo uniforme o él mismo compartió sus ideas sobre la nueva
vestimenta. El modelo que se aprobó, toma como referencia al uniforme del Ejército de la Unión,
de la Guerra estadounidense de Secesión. Luego se le agregaron tiras y charreteras, en la chaqueta
tradicional caqui, que serán de color azul y amarillo. Pantalón, zapatos y medias negras. Los cascos
terminan siendo todos de color negro, con flamín blanco.
192
todo el femenino colegial, estallaba de emoción (Toscano recuerda que este público lanzaba flores
e inclusive prendas interiores personales, y algunas chicas besaban a los integrantes de la banda).
Todo catapultó a la banda de guerra del Mejía a ser considerada como la mejor banda de guerra de
los colegios del Ecuador. También, desde Guayaquil, el reconocido Colegio Vicente Rocafuerte,
replica una banda muy parecida en estructura y uniforme al Mejía, todo por el fuerte efecto causado
por el Plantel capitalino.
Los desfiles más emblemáticos a los que acudió el Mejía, en la época de Miseno fueron:
1. El 20 de octubre de 1960, desde la Alameda hacia el estadio del “Arbolito”, cuando el Dr. José María
Velasco Ibarra, declaró la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro con el Perú.
3. El 29 de enero de cada año, desde 1961, se realizó un desfile en rechazo al Protocolo de Río de Janeiro,
junto con el Colegio Militar Eloy Alfaro.
5. El 24 de mayo de 1962 se incorporan los flamines a los cascos de la banda y el nuevo uniforme, con 120
integrantes. Los cascos pasaron a blanco y un casco negro, para el tambor mayor o cachiporra. Todo
esto se estrena en un desfile por el Gran Festival de la Unión Nacional de Periodistas.
6. El 2 de diciembre de 196¿? se inaugura el desfile del Pregón Cívico Estudiantil del Centro Histórico
de Quito. Este iniciaba a la altura de la plaza “América” y se dirigía por la calle Venezuela, en la parte
posterior del Mejía, pasando luego por el Municipio de Quito, y terminando alrededor de la plaza de
Santo Domingo. Fue de gran concurrencia y de participación exclusiva de los estudiantes.
La Banda de Guerra del Colegio Mejía abrió el Desfile. Lo hicieron muy bien los marciales
muchachos, iniciando el despliegue de entusiasmo ciudadano. (Diario El Comercio, 6 de
diciembre de 1963)
8. El 1° de diciembre de 1964, se realizó el primer desfile de banda unificada y mixta, en el parque del
“Arbolito”. Los protagonistas fueron el Mejía y el Liceo Fernández Madrid.
193
SE LUCIO EL MEJÍA
El Colegio Mejía interpretó fielmente el espíritu del desfile, presentando una comparsa en la
que “se tomó el pelo” a medio mundo.
Finalmente el Mejía presentó un cuadro sobre la Reforma Agraria, con una alegoría en la que
intervienen “indígenas” y otros elementos.
[…]
EL TRÁFICO DE QUITO
Una sátira sumamente interesante sobre el tráfico de Quito presentó el Mejía. Un bus
atiborrado hasta el techo, con todos los problemas de nuestros vehículos y la consiguiente
– bien estudiada – exageración. Estuvo allí el “chapita” tratando de poner orden y no faltó la
chola con el guagua, que gritaba porque le “pisaban los callos” y el clásico “punga” vaciando
los bolsillos, todo en una escenificación muy agradable. (Diario El Comercio, 6 de diciembre
de 1964)
10. El 28 de junio de 1972 se realiza el desfile del Primer barril de Petróleo ecuatoriano. El trayecto fue
desde la Plaza de “Santo Domingo” hasta el Colegio Militar, entre la Avenidas Orellana y Amazonas.
La encabezó el Mejía, seguido de las alumnas del Colegio “24 de Mayo” portando banderas nacionales,
las bastoneras del Colegio La Providencia y la Banda Municipal; entre otras delegaciones sociales,
militares y estudiantiles. (Diario El Comercio, 29 de junio de 1972). Esta invitación se la recibió con
buen agrado. Por ello se ensayaron cuatro días, sin descanso una y otra vez; Miseno estaba preocupado
por la ejecución correcta de las cuatro conversiones probando con una, dos, tres y cuatro escuadras.
El desfile estuvo muy por lo alto y al ingresar al Colegio Militar, lo hicieron primeros e impecables.
Estaban alrededor de 120 integrantes. Es ahí que se acerca un oficial del ejército hacia Miseno, para
solicitarle espacio para la banda militar. Inteligentemente Miseno, en vez de amontonar a sus chicos,
abre a la banda a los lados, con lo que la Banda militar no tuvo oportunidad de buena maniobra, entró
directo al centro, con lo que se produjo un descuadre muy notorio y evidenció la falta de adaptación de
esa agrupación. No les tocó más que entrar y salir, por las mismas. Miseno mantuvo separado al Mejía
y al salir, por el poco espacio, lo hicieron con media escuadra. Por todo esto, el director del Colegio
Militar, el Coronel Durán, llamó a Miseno Sánchez para felicitar, por todo lo alto, el trabajo del Mejía.
El “Patrón” dio cátedra de marcialidad y trabajo a los mismos militares. La banda del Militar recibió un
castigo por su mala presentación.
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Las características de disciplina, imagen perfecta, gallardía y ensamble extraordinario se
vuelven sinónimo del Mejía, de la mano de las enseñanzas y dirección de Miseno Sánchez. Un
hecho importante y trascendente que es imperioso comentar, se da cuando se cambia el Desfile
de la confraternidad a la avenida Shyris, en el norte de Quito, en 1965. La banda se traslada a los
alrededores de la mencionada avenida, en buses contratados por el colegio. Pero el presupuesto, no
contemplaba que estas unidades de transporte trajeran de regreso al grupo estudiantil. De ahí nace
la genial, estoica y notable orden de Miseno, de que la banda regrese a pie, desde la avenida Shyris,
ejecutando su trabajo. Este hecho ha marcado la vida de la banda de guerra, al punto de que se ha
vuelto imprescindible, que la mencionada agrupación, cumpla su regreso a pie en todos los desfiles
de la Shyris con casi el mismo recorrido inaugurado por Miseno.
Teniendo aún mucho que ofrecer, Miseno deja la dirección de la banda en 1975, para
dedicarse exclusivamente a la docencia. Pero el gran instructor lamentablemente muere el 12 de
abril de 1983 en Quito, tras sufrir un infarto cardíaco múltiple, a la edad de 56 años; se pudo haber
salvado, pero al ser socorrido en sus horas laborales fue llevado caminando desde el edificio sur, hasta
el dispensario médico del Edificio Central del Mejía y luego, llevado en ambulancia a emergencias
del IESS. En ese trayecto sufrió varios de los infartos. Ya en el hospital, pasó en coma ocho días,
en los cuáles no se recuperó. Su hijo, Fabián Sánchez, siendo ya instructor de la Banda, recibió un
emotivo y sólido apoyo, por parte de los integrantes de esta agrupación, para el reconocimiento
correspondiente a su padre, con toda la altura que merecía. Los muchachos participaron en el
velorio, que se realizó en el Instituto Nacional Mejía, con todas las facilidades, cariño y respeto en las
instalaciones. Luego un imponente y sentido desfile de la banda fue el acompañamiento y despedida
a Miseno, en el Parque de los Recuerdos, en Quito.
Miseno cumple su ciclo con la banda, después de 17 años de intachable labor, y decide
que es momento de que otra persona se haga cargo. Las autoridades del Mejía, consultan al mismo
instructor, quién podía dirigir a la agrupación. Él sugiere que prueben a su hijo Fabián, para esta
responsabilidad. Este joven, ex integrante de la banda, pasa la prueba y asume el mando ad honorem,
tal como lo hizo su padre. Fabián estuvo trabajando en este puesto por dos años y un poco más,
desde 1975. Sin embargo los licenciados Jorge Egas y José Naranjo necesitaban de un nombramiento
para ingresar al personal de planta del Mejía y por ello se les otorga este cargo de instructores de
la agrupación estudiantil. Ellos duraron solo un año al mando, hasta comienzos de 1978, pues
desconocían el manejo de este tipo de agrupación, ya que eran especializados en Educación Física.
De manera emergente y por un corto período, asume la dirección el alumno de quinto curso e
integrante de la BGINM, el señor Withman Rodolfo Díaz Ocaña. En esos momentos él era el más
antiguo de trompeta y bombo. Se gradúa del Mejía en 1979, lo que conlleva que la agrupación se
quede nuevamente sin cabeza. Ante eso las autoridades del plantel en ese mismo 1978, deciden dar
el contrato ya como instructor definitivo de la banda a Fabián Sánchez, apenas termine la fulgurante
dirección de Withman.
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De arriba abajo, de izquierda a derecha: 1. Fotografía de Fabián Sánchez en 1996; Imagen cortesía de Fabián Sánchez. 2. Selección
de fútbol de profesores del Mejía, en 1980: Arriba de izquierda a derecha constan José Naranjo, la “rana” (un estudiante), Patricio
Martínez, Jaime Revelo, Fabián Sánchez, Carlo Magno Crespo, Jorge Pavón y Marco Trujillo(+); debajo de izquierda a derecha:
Bolívar Reinoso, Marco Ortega, Fausto Toscano, Patricio Rivera(+), Hernán Hernández, César Pintado y César Espinoza; fotografía
cortesía de César Espinoza. 3. Diploma de participación del Mejía en el primer festival de Bandas de guerra, donde triunfó. Imagen
del archivo de la BGINM. 4. Banda de Guerra y estudiantes del Instituto Nacional Mejía en el obelisco de Eloy Alfaro en el Parque
Ejido, en junio de 1973; el cachiporrero es Fabián Sánchez; fotografía cortesía de Fabián Sánchez. 5. Exaltación a la señorita Mejía y
su Corte de honor, por parte de los alumnos; de izquierda a derecha: César Pádiz, Fabián Sánchez, Chacho Granda, Óscar Pontón,
en el Teatro Nacional Sucre, el 29 de mayo de 1973; fotografía cortesía de Fabián Sánchez. 6. 7. y 8. Imágenes correspondientes al
desfile del Primer barril de petróleo del Ecuador, donde el Instituto Nacional Mejía, participó con mucha altura. Imágenes tomadas
de la película El Primer Barril de Petróleo, (Año desconocido).
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Nace así un nuevo período con Mario Fabián Sánchez Ramos, nacido el 7 de diciembre de
1953 en Pelileo, provincia del Tungurahua. Se gradúa en el Instituto Nacional Mejía nocturno en
1975. En la Universidad Central del Ecuador estudió Arquitectura, a la par que ejercía la instrucción
y dirección de la banda. También en el Mejía dio cátedra de Geometría, Dibujo y Artes. Los
estudiantes le decían de cariño “Súper chiva” o “Jesús”.
Usando la tecnología se grabaron las marchas por primera vez en casete, pero solo en trompetas
y con fines didácticos. En general no se contempló hacer un archivo sonoro de esta agrupación, que
es imperioso para preservar este material musical patrimonial. No se llegó a esa actividad histórica
porque Fabián nunca consideró que todo lo que forma la banda sea de su propiedad o de su padre.
Considera a esta agrupación es parte del Mejía y de la sociedad quiteña - ecuatoriana.
Hubo apertura para que los integrantes trajeran marchas nuevas, siempre y cuando estén
bien elaboradas. También se permitió a los integrantes de la banda participar activamente. Así
el trabajo fue compartido entre Fabián y los integrantes. Se habló para que no existiesen gastos o
recolecciones de dinero, salvo en casos realmente extremos. En general, el gasto que más representó
a los integrantes fue el adquirir la chaqueta del uniforme de la BGINM. Esta se la compraba en el
almacén de ropa militar Sasco, en el sector de la Recoleta y en el teatro Alhambra, en Quito. Con
el tiempo esta chaqueta subió de precio, siendo de difícil acceso para los estudiantes. Esto motivó a
Fabián a reunir a sus alumnos y preguntarles si tenían familiares que sepan de costura, para realizar
las chaquetas. Con este llamado las madres de Geovanny Rojas, Christian Castro, Galo Torres y
David “Enano” Montalvo comienzan a trabajar en la vestimenta de la agrupación.
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De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Página del diario El Comercio del 28 de junio de 1972, promocionando el desfile
patriótico por la llegada del Primer Barril del Petróleo ecuatoriano. El único plantel fiscal invitado fue el Instituto Nacional Mejía,
con su emblemática Banda de Guerra. Además fue el que abrió el importante desfile. 2. Banda de guerra del Mejía en el desfile 28
de junio de 1972. Imagen del diario El Comercio, del 29 de junio de 1972. 3. y 4. Imágenes del instructor Whitman Díaz, en fechas
desconocidas. Cortesía de Whitman Díaz.
La primera adquisición de instrumentos para repotenciar la banda, fue hecha por los padres
de familia, a inicios de la década de los 80’s. La segunda vez la hizo el Prefecto Provincial de ese
entonces, el señor José Patricio Romero Barberis, nacido el 13 de octubre de 1931 en Quito y muerto
el 8 de diciembre de 2005, en la misma ciudad. Este destacado abogado y político ecuatoriano, fue
alumno del Instituto Nacional Mejía (ingresó en 1943 y egresó en 1949), donde fue Presidente del
Consejo Estudiantil. Luego ocupó la presidencia de la Federación de Estudiantes Universitarios del
Ecuador. Patricio había entablado una gran amistad con Miseno Sánchez. La donación mencionada
constaba de 20 tambores redoblantes (de doce tensores de nylon), 20 trompetas (niqueladas cortas),
20 flautines de metal y las 4 primeras liras, todo esto traído desde Alemania. Esta entrega se hizo
efectiva en un minuto cívico del Plantel.
A los ya tradicionales cascos, Fabián incorpora boinas negras, debido a la gran cantidad
de integrantes que tenía en esos tiempos el grupo. Es en 1982 que la famosa “bala colgante” fue
incorporada al uniforme de la agrupación gracias al ex integrante de la BGINM, el señor Gerardo
Maldonado. Al regresar del cuartel había traído algunas municiones de fusil, como recuerdo de
su servicio militar. Planteó la idea al arquitecto Sánchez de poner esta bala con un cordón, en la
chaqueta. Además aprovisionó a todos los integrantes de la Banda de este material.
El peso de este elemento militar mantenía recto y elegante al cordón. Además Gerardo
trajo varias cosas adicionales de los militares, para la agrupación estudiantil: un manejo disciplinario
más militar, y la línea melódica de una canción. Esta última hasta la actualidad se usa, con un texto
acoplado para los integrantes de la Banda de Guerra del Mejía. La letra fue modificada, del texto de
la canción Mancha roja 15, de los paracaidistas del Ecuador. Sin embargo esta línea melódica, no es
original de esa agrupación militar. Tiene una larga trayectoria y variación histórica. La letra adaptada
198
al Mejía, como la creó Gerardo Maldonado,
la podemos ver a la derecha, por la oportuna
colaboración del Lic. Diego Portilla, ex Era cualquier hombre y del miedo él tembló,
integrante de la BGINM. se puso chaqueta esperando lo mejor,
En 1984 se organiza el Primer Festival sin saber siquiera que le esperaba lo peor,
no desfilará jamás.
de Bandas de Guerra y cachiporreros en
Quito, por parte de la Dirección Nacional de Aquel hombre a la banda quiso entrar,
Educación Física, Deportes y Recreación. El al cabo de años nunca lo pudo lograr,
le faltaba ñeque y querer más al patrón,
renombre y categoría de la banda del Mejía para así ir a desfilar.
motiva, a la organizadora del concurso, el
solicitar a Fabián que el afiche publicitario se Pobre hombre, qué manera de marchar,
no le dieron casco ni instrumento que tocar,
realice en los instalaciones del Mejía y con que vergüenza a la casa regresar
su banda de guerra. Y así se hace: la imagen no desfilará jamás.
promocional se obtiene en las gradas del
Edificio Central y en primer plano aparece
el cachiporrero Fabián Rosales, junto a otros
integrantes de la BGINM.
Para este concurso, Fabián introduce dos cambios en la tradicional agrupación, que serían
decisivos para alcanzar el triunfo. El primero es usar un sombrero negro de plumas. Este diseño fue
creación del propio Fabián Sánchez, en relación al uso de este accesorio en la cultura ecuatoriana.
No todos estuvieron de acuerdo pero Fabián creía en la idea y además había visto en algunas bandas
musicales americanas, que los sombreros quedaban muy bien. Para el pintado de las plumas se
intentó usar anilinas sin ningún resultado; fue entonces el profesor de Química, Guillermo “Diablo”
Caicedo sugiere que se use una pintura a la grasa y se consigue el objetivo. La segunda innovación
consistía en hacer cambios en la marcha. Aquí el sombrero funcionaba de maravillas, pues los
cascos estorbarían los movimientos coreográficos.
Para esta presentación se prepararon intensamente 150 chicos, desde enero hasta mayo. Los
movimientos que iban a realizar terminarían en una gran flecha. La presentación fue el 23 de mayo
de 1984, en el estadio César Aníbal Espinoza de la Universidad Central y el Mejía fue el flamante
triunfador, por encima de todas las bandas de los colegios de Quito. Participaron también las
bastoneras de varios planteles de la ciudad. Fue la primera y última vez que se realizó ese concurso.
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15. La línea melódica del tema comentado, viene de una canción cristiana norteamericana, muy popular en su época. La fecha de
creación de la misma fue en 1850, pero hay posibilidades de que date de finales del siglo XVIII, durante el Segundo Gran Despertar
(1790 – 1840; serie de avivamientos evangélicos cristianos). Apareció escrita por primera vez en la Colección Plymouth de Henry
Ward Beecher, en 1852. A William Steffe (1830-1890) se le atribuye la recopilación y edición de la melodía, para una canción
de reunión de campamento, agregando el tradicional estribillo Glory Hallelujah, entre 1855 y 1856. Luego se usa la melodía para
la canción John Brown’s Body (originalmente conocida como John Brown’s Song); una marcha de los Estados Unidos, sobre el
abolicionista John Brown. La canción fue popular en la Unión, durante la Guerra Civil Americana. Según un relato de 1890, las
letras originales de John Brown fueron un esfuerzo colectivo de un grupo de soldados de la Unión que se referían tanto al famoso
John Brown, como a un sargento John Brown de su propio batallón. A raíz de esta canción, se dieron algunas variaciones del
texto, para otros motivos. Posteriormente Julia Ward Howe, le da un nuevo texto, creando el The Battle Hymn of the Republic,
en 1862. Ya en el siglo XX, de esta melodía nacería la canción Blood Upon the Risers para los paracaidistas estadounidenses
de la Segunda Guerra Mundial. Luego, también se la asocia con todas las unidades aerotransportadas actuales estadounidenses,
incluida la 101 - División Aerotransportada, la 82 - División Aerotransportada, la 173 - Brigada Aerotransportada, el Equipo
de Combate de la 4ª Brigada Aerotransportada, la 25ª División de Infantería, y la 120ª CTS; y las Unidades Aerotransportadas
Británicas Red Stain (Mancha roja). Sucedió lo mismo en muchas unidades aerotransportadas de los países de El Salvador
(Sangre en los elevadores – Canción del paracaidista), Chile (Mancha roja) y Ecuador (Mancha roja). Finalmente este tema
ha sido utilizado en el contexto religioso católico, llamado Gloria, gloria, aleluya; y finalmente en algunos temas infantiles. De
la relación de Gerardo Maldonado con los militares ecuatorianos, se establece el conocimiento y adaptación del tema para la
Banda de Guerra del Mejía, usando frases y rasgos rítmico – melódicos muy parecidos. Los cambios en esta canción, siempre
han mantenido una distribución rítmica, melódica y armónica genérica; los textos que han sido adaptados en toda su historia, no
han trasgredido la esencia auditiva original. En general la melodía de este tema, posee un peculiar atractivo al oído, la facilidad de
adaptarle textos diversos y ser de rápido aprendizaje.
199
En 1989, los egresados de la banda hicieron la entrega de nuevos instrumentos en un desfile
simbólico, desde el parque El Ejido hasta el coliseo del Mejía. Se celebraban fiestas patronales y un
homenaje a Pupo Fierro. La contribución de este material fue gracias al Dr. René Pozo y el Ministro
de Finanzas de ese entonces, el Dr. Antonio Nevárez. Se compraron bombos, flautines y cornetas. Y
luego cien cascos. Se realizó un segundo desfile de egresados de 1996 y con ello una repotenciación
completa de la BGINM. En este periodo continuaron las presentaciones en Ambato, sitio en
donde estrenarían sombreros de paja, los cuáles después quedaron para entrenamiento. También
la agrupación fue invitada a Baños, Santo Domingo, Baeza, El Chaco, Guayllabamba, Amaguaña
entre otras ciudades. Aunque vale recordar que Fabián siempre priorizó la actividad fundamental de
la educación de sus chicos. Por ello, fue bastante selectivo en aceptar las invitaciones para desfiles
de la BGINM, más aún si estos eran fuera de la ciudad. Además la agrupación debía asistir a sitios
con altura y acordes a lo que el nombre del Mejía requiere; las informalidades en cualquier ámbito
no se las consideraba en lo absoluto.
Los procesos de formación física, marcial y musical, continuaron con la exigencia impuesta
por Miseno: Se hacía un calentamiento completo del cuerpo: tres a cuatro vueltas bastantes extensas
en el entorno cercano (recordemos el amplísimo espacio que posee el Mejía en sus instalaciones),
subir y bajar las gradas al trote y flexiones de pecho. Mucha gente se desmayaba tanto por la exigencia
y/o porque no desayunaba. Este entrenamiento arduo, lo supervisaban los antiguos. Estos procesos
exigentes se incluyen en la selección de los nuevos integrantes. Y se agrega el parámetro de la buena
presencia y atractivo físicos. Esta selección duraba de octubre y noviembre de cada año. Pasados
estos dos meses se tocaba el instrumento, pero no el original sino uno creado por los mismos chicos
con diversos materiales. La idea era cuidar el instrumento real, tanto por respeto a este, como para
que dure más tiempo. Además el buen trabajo en esas condiciones permitía ganarse el instrumento
definitivo.
En la época de Miseno Sánchez la banda tenía una sola “voz de mando”, para empezar a
marchar: ¡De frente… mar! Sin embargo, Fabián agrega una nueva voz que se utiliza antes de un
desfile; se trata del famoso grito “Toda la vida”. Además se norma que cuando se realice este “grito”
antes del desfile, solo lo haga la Banda y nadie más. La voz de mando y principal siempre la realiza
el cachiporrero. Así se lo ejecuta hasta la actualidad.
¡Banda de frente!
(Sonido de flautín)
¡Toda la vida, por el Mejía/hasta la muerte/por el Mejía/Desde ayer, hoy y siempre/Patrón Mejía/Adelante va el
Mejía/adelante siempre ha ido/ y jamás sucumbirá/ M E J Í A…
¡Mar!
200
Con respecto a los nuevos cachiporreros, aparecen Jorge “Oso” Rosales y su hermano
menor Fabián. Jorge combinaba marcialidad y malabarismo, heredados de la leyenda creada por el
inigualable Byron Almeida. La experiencia que Fabián había ejercido como cachiporrero marcial,
cuando era estudiante, fue compartida entonces, para los nuevos aprendices (en su dirección y la
de su sucesor), en orden de aparición: Miguel Ángel Pazmiño, Fabián Vega, Jorge Rosales, Fabián
Rosales, Ricardo Carrión, Carlos Sigcha, Juan Guerrero, Jorge Nieto, Vladimir Torres, Andrés
Méndez, Jorge Jiménez, Wladimir Chiriboga, Fernando Ullauri, Ricardo Llano, Fernando Ramírez,
Sergio Olmedo, Josué Arcos, Diego Morales y Antony Martínez.
Es importante mencionar a Sigcha por ser un integrante muy particular: fue ejecutante de
bombo, flautín, tambor y platillos en la Banda, pero su mayor sueño era desfilar con la cachiporra.
Fue tanta su insistencia, perseverancia y felicidad por ocupar este puesto, que un día, en que no
asistió el cachiporrero oficial, obtuvo su oportunidad anhelada. Ese día fue el hombre más feliz del
mundo.
201
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: El presidente de la República, abogado Jaime Roldós Aguilera, junto a su gabinete en
cadena nacional de radio y televisión, por el conflicto de Paquisha, el 1° de febrero de1981. Imagen tomada de diario El Comercio,
del 2 de febrero de 1981. 2. 3. 4. 5. y 6. Desfile patriótico en rechazo a los ataques peruanos y apoyo al presidente de la República,
abogado Jaime Roldós, el 2 de febrero de 1981. Las imágenes 3. y 4. fueron tomadas de diario El Comercio, del 3 de febrero de 1981.
En la foto 2, el segundo desde la derecha y con las manos atrás, es el prefecto de Pichincha, Patricio Romero Barberis (egresado del
Mejía en 1949). Las imágenes 5. y 6. fueron tomadas de la Revista Vistazo, de febrero de 1981. La sexta imagen es una ampliación de
la quinta, donde se puede apreciar, a color, la presencia de la Banda de Guerra del Mejía, levantando el ánimo cívico de la ciudadanía.
8. y 9. Caricaturas en torno al conflicto de 1981 en esa época, tomadas de diario El Comercio.
202
Paquisha, 35 años de este importante nombre en la historia del Ecuador
A las 11:30 de hoy, 22 de enero de 1981, “un helicóptero militar peruano sobrevoló los puestos milita-
res ecuatorianos de Mayaicu y Paquisha, en la zona de la cordillera del Cóndor. Una hora más tarde, a
las 12:35, regresó al lugar y ametralló al puesto militar y a un helicóptero del Ejército de Ecuador que
se encontraba en tierra. Debido al ataque, resultó herido de gravedad el teniente Hugo Valencia, piloto
de la Fuerza Terrestre.”
Esta es la nota de protesta que a las 22:00 del mismo día presentó la Cancillería de Ecuador al embaja-
dor de Perú de entonces, José Carlos Mariátegui, a quien mandó a llamar para reclamar formalmente
por la agresión del Ejército peruano al destacamento de Paquisha, situado en una zona no delimitada
por el Protocolo de Río de Janeiro, pero que para el lado peruano era un terreno no demarcado.
[…] Justo al séptimo día, el 28 de enero, cuando se esperaba el cese de hostilidades, el ejército peruano
incursionó en Paquisha realizando desde las 09:00 ocho ataques en el mismo día.
Quisieron tomarse Mayaicu y Machinaza. El destacamento, al mando del capitán Jorge Brito, derribó
dos helicópteros peruanos y hubo bajas de ese lado.
[…] El presidente Roldós declaró al país en estado de emergencia y llamó a los ecuatorianos “a defender
con nuestra sangre el territorio nacional. Yo estoy, ecuatorianos, plenamente consciente, las circunstan-
cias que imperan en nuestra Patria. Tengo un deber por la paz y la seguridad de nuestro pueblo y estoy
peleando porque así sea”.
La indignación de los ecuatorianos, quienes se hicieron presentes en las calles desde que se inició el
conflicto, creció ante los nuevos ataques y bombardeos. De Guayaquil, Quito, Manabí, Cuenca, de
todo el país salieron a las calles a protestar.
Las fuerzas ecuatorianas combatían en la zona de Paquisha. Tres oficiales, soldados, aspirantes, cons-
criptos y voluntarios, con el capitán Brito, sumaban 53 en total. Con el descenso de paracaidistas
peruanos, el destacamento de Ecuador ocupó nuevas posiciones para seguir combatiendo, informó el
ministro de Defensa y general del Ejército, Marco Subía Martínez.
Finalmente, el 4 de febrero, tras siete días de ataque intensivo y bombardeo peruano, de las gestiones
en la OEA y la presencia de los países garantes, se consiguió el cese al fuego. En total, la fuerza aérea
peruana realizó 107 misiones de combate y 11 bombardeos terrestres. […]
203
tierra y arcilla) y combustible, que él mismo usaba para lanzar fuego. Fue definitivo: el que pudiera
llegar a implementarse esta actividad en el Mejía, fue de completo rechazo de Sánchez; además
mencionó a sus alumnos que “nosotros no somos payasos”. Desde ahí el cachiporrero del “Patrón”
se volvió eminentemente marcial. El Mejía tiene imagen y elegancia que cuidar. Siempre.
11h10, algo de sol y un poco de viento. Un ruido rompió la calma que reinaba en Carondelet hasta
ese momento. El movimiento de la prensa fue rápido: en menos de tres minutos los equipos estaban
listos para recibir a un torrente de jóvenes (encabezados por los alumnos de los colegios Mejía y 24
de Mayo) que atravesaron, desde las primeras horas, parte de Quito.
Esta vez – y luego de mucho tiempo – no estaban en las calles para protestar, gritar consignas en
contra del Gobierno o lanzar piedras a los edificios. Era una manifestación de apoyo al presidente
Durán Ballén y a las Fuerzas Armadas.
La Policía Nacional abría camino a los jóvenes. Todos aportaban con su voz a gritar: Ecuador,
Ecuador… y una de las adicionales consignas: juventud combatiendo, luchando por el futuro y el
presente…
Los libros y cuadernos se convirtieron en banderas del Ecuador; los gases lacrimógenos en humo…
por la quema del estandarte del Perú; las calles estaban vestidas de símbolos patrios: el escudo, una
bandera (que tenía aproximadamente 10 metros de largo) y el Himno Nacional coreado por los
presentes.
Poco a poco ingresaban a Carondelet los entusiastas muchachos. No faltaron las risas, los coqueteos
y la energía desbordante.
Los bajos del Palacio temblaron por momentos. Los saltos de los estudiantes bajo el lema “el que no
brinca es peruano” y los fuertes gritos, hacían retumbar los alrededores.
El primero en tomar la palabra fue un estudiante del Colegio Mejía. Habló poco aunque suficiente.
Recordó los continuos roces entre los dos países. “La juventud junto al Gobierno deben estar contra
el invasor que pretende mancillarnos. Viva el Ecuador. La defensa del Ecuador”. […]
Durán Ballén se decidió a hablar. Su emoción era evidente. Dos días llenos de manifestaciones de
respaldo lo fortalecen a uno dijo: “Hace pocos momentos hablamos con los representantes de los
países garantes y con el secretario general de la OEA (César Gaviria). Le dije que estaba dispuesto
a aceptar un cese de fuego sin condiciones. Nosotros aceptaríamos que vengan observadores y
verifiquen que nosotros cumplimos con lo que dijimos. Pero en el otro lado debe haber el cese de
fuego inmediato”.
204
La BGINM continuó con la rivalidad fuerte con el Colegio Militar. Y mientras el colegio
“San Gabriel” poco a poco va perdiendo su banda, hasta que desaparece, en simultáneo comienzan
a ser notorias dos bandas de guerra de los colegios capitalinos: del experimental Juan Pío Montúfar
y la ya mencionada del Juan Montalvo. Estas agrupaciones son marcadas por la banda del Mejía;
adquieren una presentación igual (o muy parecida) a la del “Patrón” en marchas, uniformes y cascos.
Inherente al desarrollo de estas dos nuevas bandas estudiantiles, crecieron sus barras.
Sin embargo es el Mejía el que inicia la era de llevar una barra atrás de la banda, tal como
lo recuerda claramente Byron Almeida y Víctor Toscano, por mediados de los años 60. Este grupo
acompañaba a la BGINM con canticos y banderas. En su inicio, su labor se limitó a esos actos. Sin
embargo el ardor juvenil comenzó a crecer, lo que generó roces con otras barras y/o colegios. El
primer incidente de este tipo se dio con la barra del Montalvo en los años 60, en una presentación
en el parque del “Arbolito”. Los “montalvinos” se burlaron y silbaron la participación del Mejía y
su banda de guerra. La respuesta no se hizo esperar, de forma contundente y violenta de la barra
del Mejía. Esa y otras situaciones similares, desencadenaron varias peleas, provocando en algunas
ocasiones que se pida la ayuda a los Carabineros (Policía Nacional), para llevar a cabo los desfiles
tranquilamente en esa época.
Apoyo del Instituto Nacional Mejía al Gobierno Nacional y a las Fuerzas Armadas Ecuatorianas, por la Guerra del Cenepa, todo esto
en la Plaza de la Independencia, el 30 de enero de 1995: 1. Fotografía cortesía de Diario El Comercio, autor Guillermo Corral. 2.
Fotografía del Centro de Estudios del Ejército Ecuatoriano, CEHE. 3. Fotografía de la revista Vistazo de enero de 1995. 4. Fotografía
de diario El Comercio, del 31 de enero de 1995.
205
A pesar de todo, la barra del Mejía crece rápidamente: en los años 60 oscilaba entre 1000
personas, llegando en el 2000 a más de 10000 personas; en la actualidad oscila entre 4000 a 5000
“integrantes”. No solo son estudiantes del plantel; se fueron incorporando padres de familia,
autoridades, administrativos y una variada cantidad de gente que adora, idolatra y es fiel al Mejía.
(Ver en los anexos las imágenes de este singular grupo).
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: Militares que se formaron en las aulas del Mejía y combatieron en las guerras con el
Perú: Galo Molina, Hugo Ortiz, Nelson Galarza, Giovanni Calles y Eduardo Vergara. Imágenes cortesía de CEHE. Paco Moncayo,
imagen tomada de La Perspectiva.
Para Fabián Sánchez, parte de esta barra se transforma en un problema urbano. El alcohol
y la violencia comenzaron a dejar sinsabores que afectaban directamente a la banda, más que a la
propia barra. Este instructor recuerda que llegó a la costumbre de dar la voz de mando, dejar a la
banda desfilar sola y dirigirse a exigir tranquilidad a los integrantes de ese grupo acompañante, para
que sus actos no perjudiquen a la institución y a la BGINM.
206
la elección de la Reina de Quito. La ruta que debían seguir los grupos invitados a este acto partía
desde la Escuela Municipal Espejo y avanzaba por la Avenida 10 de Agosto, calle Guayaquil, calle
Rocafuerte, para finalizar en la Plaza de San Francisco; lugar en donde se realizaba un programa
variado en homenaje a Quito, precedido por la flamante nueva Reina.
Cada que sucedía este nuevo desfile, la avenida 10 de Agosto se volvía un lugar casi fijo de
enfrentamientos entre las “barras” del Mejía, Montalvo y Montúfar. Muchas veces con terribles
resultados. Por ejemplo en el desfile de 1995, la banda de guerra del Colegio Montúfar con su barra,
fueron destrozadas por la gente del Mejía en una batalla campal. Todo empezó por cruces de canticos
y palabras, luego cáscaras de limones y finalmente golpes, pedradas y palazos. Los integrantes del
colegio de la Napo, rompieron filas y en desbandada corrían por la Alameda, tratando de salvar su
integridad e instrumento. Más de 30 de sus integrantes resultaron muy mal heridos (En ese época,
la banda de ese colegio no usaba cascos, por lo que sufrieron heridas en la cabeza). Hubo muchos
detenidos de los dos planteles, por parte de la policía. Tal fue la magnitud del enfrentamiento, que
varios medios televisivos reprodujeron la noticia. Y por supuesto se contempló la suspensión del
Mejía, para el Desfile de la Confraternidad, por parte de los organizadores. Al estar involucrados
algunos integrantes de la BGINM es este problema, la sanción de Fabián Sánchez fue implacable:
casi dos horas de extenuante trabajo físico, con el instrumento al hombro, dejó agotada y adolorida
a toda la banda. Justos y pecadores pagaron las consecuencias de una posible sanción. Finalmente
las autoridades no castigaron a la BGINM, la cual salió flamante en el tradicional desfile.
Al desfile del pregón se le cambió de ruta: Plaza del barrio San Juan, calle Venezuela, calle
Rocafuerte y la plaza de San Francisco; pero no se pudo dejar la violencia. Los grupos de uno u otro
plantel trataban de emboscar a la banda contraria. Hubo peleas entre estos grupos, pero la banda del
Mejía, nunca recibió agresión alguna, pese a estar amenazada por el grupo del Montúfar. Además el
conflicto también se dio entre otro colegios, sin que el Mejía tenga algo que ver.
Todo esto motivó que se realice un pregón similar en el sur de la ciudad, en la avenida
Teniente Hugo Ortiz, para que el Montúfar pueda desfilar y evitar los conflictos. Sin embargo,
en ese nuevo espacio, este colegio se enfrentó repetidas ocasiones, con los Colegios Amazonas,
Técnico Sucre, Benito Juárez y Cinco de junio. Después de varios años de estos desfiles vespertino/
nocturno del Pregón de Fiestas, se los suspenden en 2011 por la escalada de problemas, tanto de
pleitos como de movilidad peatonal y vehicular.
La rivalidad mal entendida de los planteles educativos traspasan los límites citadinos. La gran
acogida que tenía el Mejía en Ambato en los años 60, tuvo un penoso acontecimiento por los años
70. En una ocasión, esta agrupación fue atacada sin ninguna razón por gente del Colegio Bolívar de
esa ciudad. Una lluvia de objetos fue lanzada contra la banda quiteña. En desquite los estudiantes del
Mejía destruyeron en la noche varios de los arreglos de frutas que colgaban en la Plaza Principal de
ese ciudad, para un evento festivo. Se llevaron las frutas, los adornos y más cosas. Este hecho quedó
con una sensación de revancha pendiente contra el Mejía, la próxima vez que vaya a Ambato. Y esta
oportunidad se da en la dirección de Fabián. Sucede que el Mejía es invitado para abrir el Desfile
de las Fiestas de Ambato por los años 80. La suspicacia de Sánchez, anticipa que los estudiantes
ambateños pretendían emboscar al Mejía al final del desfile y hacer efectiva esa venganza pasada.
¿Cómo resolvió el experimentado instructor esta amenaza? Simplemente con caballerosidad y
educación. Para ello, Fabián Sánchez hizo un cambio “improvisado” en la mitad del desfile. La
BGINM se abre en la mitad, para hacer calle de honor al Bolívar, que venía atrás del Mejía. Y
mientras pasaba, los mejías dejaron de tocar, sacaron sus guantes y aplaudieron a la banda ambateña.
Fue tan agradable el resultado que el Bolívar, al llegar al final del desfile, hizo exactamente lo mismo
al Mejía, con lo que se terminó definitivamente ese conflicto entre los dos planteles.
207
De arriba abajo, de izquierda a derecha: 1. Fotografía de Patricio Romero Barberis, año desconocido. Tomada de Wikipedia.
2. Fotografía de la BGINM en la década de 1990. Fotografía de Juan Carlos Erazo Ballesteros. 3. Banda de Guerra en desfile
con nuevos instrumentos en 1989; de izquierda a derecha, en los bombos Eduardo Paredes, Mauricio Cadena y Carlos Sigcha,
cachiporrero Fabián Rosales; fotografía del Archivo Histórico de la Sociedad de Egresados del Mejía. 4. El cachiporrero Fabián
Rosales en el obelisco de la Hoguera Bárbara, aproximadamente en la década de los 80’s; fotografía del Archivo Histórico de la SEM.
5. Foto de la BGINM en las gradas del Edificio Central del Mejía en 1984, para el afiche del Primer Festival de Bandas de Guerra;
el cachiporrero es Fabián Rosales; fotografía cortesía de Fabián Sánchez. 6. Estudiante Mauricio Lara, con sombrero en la década
de los 80’s. Fotografía del archivo de la Banda de Guerra del Instituto Nacional Mejía. 7. Estudiante Roberto Pozo con boina, en
la década de los 80’s. Archivo histórico de la SEM. 8. La Banda de Guerra en las gradas del Edificio Internado del Mejía en 1989;
fotografía cortesía de Fabián Sánchez. 9. Después de abrir el Desfile de las Fiestas de Ambato en 1990, los integrantes de la Banda
de Guerra realizan una actuación del festival Mejía canta al pueblo, con música, ponchos y sombreros negros; fotografía cortesía de
Fabián Sánchez. 10. Cachiporrero Jorge Rosales en la década de los 80’s; fotografía del Archivo Histórico de la SEM. 11. Desfile de la
BGINM en 1993, en la calle Guayaquil cerca de la Plaza del Teatro; imagen del periódico Ensayos del Mejía, de septiembre de 1993.
Los conflictos en la ciudad de Quito, fueron (y aún son) difíciles de terminar. Después del
incidente de 1995, se plantea la idea de unir a las bandas de guerra más emblemáticas en una sola,
a favor de la paz. Esta iniciativa fue propuesta fervientemente por el concejal y alcalde de Quito
encargado, el Sr. Carlos Efraín Machado en febrero de 1996. Como colegio anfitrión, se coloca al
municipal Sebastián de Benalcázar. Así nace el primer desfile de la Banda unificada de las 3Ms:
Mejía, Montalvo y Montúfar. Por la gran experiencia en bandas, la dirección de este evento se le
solicita a Fabián Sánchez. En la dirección de la banda del Montalvo se encontraba el Lic. Patricio
Flores y en la banda del Montúfar, el Lic. Franklin Montaguano.
208
Los repasos de esta gran banda se realizaron en el colegio anfitrión; cada banda colocó una
marcha de su propiedad. Además cada instructor se hizo cargo de un instrumento para enseñar y
ensamblar: trompetas, Franklin Montaguano; flautines, Patricio Flores y tambores Fabián Sánchez.
Después de una hora de ensayo todos ensamblaron música y marcha. Con respecto al uniforme a
usarse, Fabián fue tajante en no compartir el que usaba el Mejía, por lo que propuso que se haga uso
de una camisa blanca para todos (de fácil acceso y uso de estos planteles en su uniforme de parada).
Para poder identificar a cada banda, el Mejía usaría un pañuelo amarillo en el cuello, el Montalvo
uno azul y el Montúfar uno rojo. También Fabián sugirió que el Mejía fuese en la mitad del desfile y
los otras dos bandas vayan en los lados, a manera de escoltas. Este desfile fue desde la plaza de Santo
Domingo hasta la plaza de San Francisco. A la cabeza salió un abanderado del colegio anfitrión,
seguido de los tres cachiporreros de las bandas. El desfile salió bastante aceptable, para la cantidad
de gente movilizada, los pocos ensayos y la estrechez de las calles del Centro Histórico.
Al final, los cachiporras del Montalvo y del Montúfar se acercaron, felicitaron y agradecieron
efusivamente a Fabián Sánchez. Sin embargo, hubo una grandísima pelea entre las barras de cada
plantel, al final del desfile. La barra del Montúfar, con ganas de tomar revancha de lo ocurrido
en noviembre de 1995, agredió con un grupo muy numeroso a grupos de tres a cuatro mejías. Al
arribar el resto de la gente del Mejía, una gresca enorme ocupó la mitad de la Plaza de San Francisco.
Las bandas de guerra ya se habían ido, en sus buses respectivos. El conflicto se extendió hasta los
alrededores de la vicepresidencia de la República, donde la policía intervino. La peor parte la llevó
el Montúfar, pues varios de sus alumnos fueron atrapados por los estudiantes del Mejía, “pagando
los platos rotos” por lo sucedido.
Fabián continuó con la sana costumbre de la BGINM de hacer música en los viajes fuera de
la ciudad, durante toda su dirección. Allí se dieron a conocer algunos buenos artistas como Lenin
López, Miller Guevara, Marco Proaño y David Chumaña.
En 1997 Fabián dirige por última vez a la BGINM. Su manera de proceder en el manejo
de esta agrupación generó diferencias con algunos profesores y autoridades del plantel. Como
instructor, él decidía donde debía presentarse la banda, teniendo como prioridad la disciplina y la
altura del evento. Algo que no fue entendido del todo por alguna gente del Mejía. El 11 de junio
de 1997 se realizó un desfile por las celebraciones del primer centenario de fundación oficial del
Instituto Nacional Mejía, desde la Plaza de la República hasta la Casa de la Cultura Ecuatoriana
Ahí se funda, de manera indirecta, la banda de guerra de ex integrantes del Mejía. Posteriormente
también se realizó un programa de esta agrupación en la Plaza de Toros Belmonte. Pero hubo
serias discrepancias de Fabián con alguna de su gente de confianza y autoridades del Plantel sobre
algunos detalles organizativos y ejecución de este último evento. De su parte y del sector contrario,
se presentaron evidencias que respaldaron sus argumentos. Sin embargo, a pesar de haber diversas
opiniones divididas en equilibrio, el Consejo Directivo y el rector del Plantel ese entonces y el
Msc. Paco Bastidas, deciden retirar la dirección de la BGINM a Fabián Sánchez, después de
aproximadamente diecinueve años de histórica labor.
209
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Reconocimiento a Fabián Sánchez por 25 años de trabajo docente en el Mejía;
imagen cortesía de Fabián Sánchez. 2. Mario Cartagena entrega un reconocimiento a Fabián Sánchez en el festival Mejía canta el
pueblo en 1997. Imagen cortesía de Fabián Sánchez. 3. Integrante “tenor” de la banda de Guerra, en el Estadio Universitario, en
1996. Cortesía de Juan Carlos Erazo Ballesteros. 4. Docentes del Mejía en 1997: Jorge Egas, Leonardo Astudillo, Fabián Sánchez,
Eduardo Alvear, Patricio Villota, Raúl Betancourth y Jorge Raza. Imagen cortesía de Fabián Sánchez. 4. Reunión de ex integrantes
de la Banda de Guerra, celebrando el cumpleaños de Fabián Sánchez. Imagen cortesía de Fabián Sánchez. 5. Segundo desfile de
ex integrantes de la Banda de Guerra en 1997. Cortesía del Archivo Histórico de la Sociedad de Egresados del Mejía. 6. Entrega
de reconocimiento a Fabián Sánchez, como director de la Banda de guerra de Ex Integrantes del Mejía, en Latacunga el 11 de
noviembre de 2016. Cortesía de Geovanny Rojas.
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rápida adaptación y aprendizaje en el grupo marcial, lo que le permitió adquirir su antigüedad en
cuarto curso, como tambor tenor. Estos progresos y logros permitieron sin dudas que el Arq. Fabián
Sánchez le encomendara la dirección de la banda un par de veces. Nuestro personaje mencionado
se trata de Darwin Wilmer Portilla Hernández, nacido en Quito el 23 de septiembre de 1972.
Darwin poseía un intenso e imborrable amor por la BGINM, que lo mantuvo participando
en los desfiles aún ya egresado, previo a la autorización de Fabián. Sin embargo, no compartía
las decisiones en las que este director escogía o no los desfiles. A su posición, se sumaron otros
egresados. Estos problemas terminaron con la prohibición de estos ex integrantes “rebeldes” de
participar en los actos de la banda.
Había una irregularidad bastante notoria en la BGINM desde 1997, a raíz de la separación
del director Fabián Sánchez. La para casi total de actividades duró tres años aproximadamente. En
estas circunstancias interviene el rector (e) Msc. Paco Bastidas, para dejar a la agrupación a cargo
del área de Cultura Física y al mando del docente Lic. Bómer Fierro. Sería en septiembre del 2000
que se decide retomar el trabajo de la BGINM por lo que se convocó a entrevistas a tres egresados,
que podían hacerse cargo de la agrupación. Estos fueron José Cuenca, Edy Flores y Darwin Portilla.
El primero se excusó, por tener cercanía con Fabián Sánchez y no estar de acuerdo que se le haya
retirado de la dirección; el segundo no tenía nombramiento adecuado para instructor al ser ya
docente del Mejía y solo el tercero cumplía todo lo solicitado. En vista de todo a este último docente
se le encarga la dirección de la BGINM con nombramiento el 20 de septiembre del 2000 por tres
meses, encargo que se ha ido renovando hasta la actualidad.
Apenas dado el nombramiento, se procede al trabajo de los chicos. Sin embargo no está
claro qué sucedió con la bodega de la BGINM, pues no se encuentran todos los instrumentos que
se habían usado en la época de Fabián, mientras que otros estaban en muy mal estado. Acusaciones
entre los leales del anterior y del nuevo director de lo que pudo haber pasado, no dieron solución
a este grave inconveniente. Por ello se pone como meta primordial una repotenciación urgente. En
simultáneo, para la nueva temporada de la banda, en la primera llamada se consigue una asistencia
de 600 personas. Para este trabajo Darwin recibió apoyo decidido de Ramiro Mackenzie, Raymond
Navarrete, Geovanny Rojas y Fernando Vallejo, ex integrantes de la BGINM. Para ellos esta sería la
despedida definitiva de la agrupación.
211
dotando de melodías nuevas a la agrupación por él dirigida. El acompañamiento de la percusión no
reviste mayores o ningún cambio. Estos aportes no fueron bien vistos por los “antiguos” de la banda
y más aún por los ex integrantes. Sería el Lic. Diego Portilla, hermano de Darwin, el que saque de
“oído” e incorpore estas nuevas melodías a la agrupación.
En el año 2005 las exigencias de los organizadores de los desfiles de la confraternidad van
en aumento. Se mantiene el criterio para que el repertorio musical se aleje de lo militar y marcial,
o por lo menos que haya más flexibilidad musical. A la par se piden cambios a los uniformes. En
esas circunstancias se le solicita al Mejía que interprete los célebres pasacalles Chullita quiteño,
Edén de maravillas y Balcón quiteño. El Mejía consigue realizar estas interpretaciones e introduce
el sombrero pregonero de Quito y la capa negra en su vestimenta.
Lamentablemente por estos tiempos, un problema muy nocivo volvió a aparecer: los
conflictos entre las barras del Mejía, Montalvo y Montúfar. Esto era otra de las razones por las que
las autoridades querían darle otro sentido a las presentaciones de estas agrupaciones. Pensaban (y
piensan) que el usar la marcialidad y los uniformes militares son el motivo de los conflictos, porque
en estos están implícitos los términos de guerra. Algo que no es así, de entender el enfoque con el
que nacen estas agrupaciones (en especial la del Mejía) y la violencia inmersa constante en nuestra
sociedad (manifestable en varios aspectos, no solo en las bandas de guerra).
Esta violencia en aumento, fue la motivación para que el canal de televisión Ecuavisa, realice
un concurso de bandas a finales del año 2006. El concurso de Bandas de paz dentro de las fiestas
de Quito, tuvo apoyo decidido del municipio capitalino. Aquí aparece el llamativo término “Bandas
de paz”, que como finalidad buscaba erradicar los conflictos intercolegiales y que las agrupaciones
presenten nuevos trabajos escénico – musicales. En esta primera edición, el ganador fue el Colegio
Anda Aguirre de Riobamba, un plantel dotado de muchos estudiantes músicos y con una malla
curricular donde la Música tenía un fuerte y sostenido trabajo.
El Mejía no tuvo un desempeño adecuado a las exigencias que tenía el jurado calificador
de este concurso. El más crítico de este jurado, a la presentación del “Patrón”, fue el reconocido
compositor e intérprete musical, el maestro riobambeño Paco Godoy. Darwin Portilla tuvo de hecho
una discusión con este músico en torno a la injusta valoración, que él consideraba, se le había dado
al Mejía. Este fue el inicio y final de las participaciones de este concurso para el Mejía. Nunca más
volvió a este concurso, mientras estuvo vigente.
212
a exigir más cambios, que ya iban incluso en contra de la esencia y razón de ser estas agrupaciones.
Tarea difícil, pues los planteles con tradición, como es el Mejía, no se los puede cambiar de la noche
a la mañana, y menos con una mezcla de argumentos pobres y envidias escondidas.
Sin una respuesta que pueda frenar la violencia recurrente, el fin de las presentaciones de
estas agrupaciones músico - marciales estaba muy próximo. De ahí que la preocupación más grande
era para las bandas involucradas y sus instructores. Por ello, se retoma la idea de la Banda unificada
de las 3Ms: Mejía, Montalvo y Montúfar, que ya se había realizado en años atrás. En estas nuevas
oportunidades, el desfile se realizó con bastante acogida en los años 2002 y 2005. No solo se quería
la unidad de estas tres bandas, sino la posibilidad de romper un récord sobre la banda marcial -
musical más grande del mundo.
El entusiasmo del Mejía, generó el uso de sus amplias instalaciones para los ensayos en el
2005. Para los ensayos e instrucción, se trabajó de la siguiente manera: Franklin Montahuano con
los flautines, Patricio Flores con las trompetas y Diego Portilla con los tambores. El transporte
para los estudiantes lo dio la Comisión de Fiestas de Quito y los refrigerios para estos, el concejal
Mauro Rivadeneira. Se interpretaron en este desfile conjunto la melodía A mi lindo Ecuador y
otras de común acuerdo de los instructores. Difícil empresa el reunir una agrupación tan grande,
pues el sonido y retorno en las calles de una ciudad puede ser difícil de manejar, de estar claro en
la acústica y la instrumentación usada. Y en efecto, la acústica les falló, sobre todo en el Desfile de
la Confraternidad Sur (Inaugurado en 2001). Con estos problemas, se decidió dar por terminada
definitivamente la iniciativa de más desfiles de las 3Ms.
213
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Lic. Darwin Portilla, el 26 de octubre de 2016. Fotografía de Juan Carlos Erazo
Ballesteros. 2. De izquierda a derecha en el año 2000, los licenciados y hermanos Diego y Darwin Portilla, integrante e instructor
de la BGINM, respectivamente. Fotografía del archivo personal de Darwin Portilla. 3. Selección fútbol de profesores del Mejía,
campeona de la Copa Amistad entre los colegios Mejía, Montúfar, Montalvo y Yaruquí: De izquierda a derecha Daniel Sánchez,
Milton Fernández, Eduardo Cañaveral, Álex Arteaga, David Arroyo, Alejandro Zapata, Washington Jiménez, Gustavo Tipán,
Richard Peñafiel, Gonzalo Paredes, Santiago Zambrano, Darwin Portilla y Óscar Caizaluiza en la SEM, el 24 de marzo de 2018.
Fotografía cortesía de la Sociedad de Egresados del Mejía. 4. y 5. Darwin Portilla siendo integrante en la fila de tenores y tambores
respectivamente de la BGINM. Fotografía del archivo personal de Darwin Portilla. 6. Desfile de la confraternidad en diciembre de
2002, cachiporrero Ricardo Llano. Fotografía del archivo personal de Darwin Portilla. 7. 8. y 9. Primera presentación internacional
de la BGINM, en mayo de 2005, en la ciudad de El Carmen, Colombia; en la segunda imagen consta el rector (e) del Mejía, Dr. Raúl
Merino (+) y en la tercera imagen constan Fernando Morales, Presidente del Consejo Estudiantil. Fotografías de Archivo personal
de Darwin Portilla.
El trabajo realizado largamente por la BGINM ya debía mostrarse fuera de las fronteras
patrias. Después de todo, es una carta honrosa de presentación del Plantel y de la nación. El Mejía
sería el segundo plantel, a nivel educativo secundario, que realizó presentaciones fuera del país.
En el año 2005 llega una invitación para la ciudad de El Carmen de Bolívar (Colombia)
para un evento de bandas. La BGINM entonces solicita inmediata y formalmente al presidente
de la República, el Dr. Alfredo Palacio, una ayuda para el viaje. El primer mandatario gentilmente
les otorgó dos aviones del Ejército. Adicional el Comité Central de Padres de familia donó 6 mil
214
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Preparativos para el desfile de bandas conjuntas estudiantiles en diciembre de
2002. Imagen de diario El Comercio. 2. Ensayos en el estadio del Instituto Nacional Mejía de las Bandas de Guerra de los colegios
Mejía, Montúfar y Montalvo en 2005. Imagen cortesía de Diego Portilla. 3. 4. y 5. Segundo Desfile de las 3Ms en la avenida de los
Shyris (2005), en la dirección de Darwin Portilla. Imágenes: 3. y 4. DRA, la 5. de Juan Carlos Erazo Ballesteros. 6. Encuentro de
cachiporreros de las 3Ms, en conjunto con el Alcalde de Quito, Gral. Paco Moncayo. Fotografía de Juan Carlos Erazo Ballesteros.
dólares para el viaje. Se formó la delegación que acompañó a la banda, donde estuvieron el rector
(e) Dr. Raúl Merino (+), el vice inspector del Edificio Sur, Lic. José Camacho; Sr. Jorge Cuenca y
Lic. Diego Portilla, presidente y vicepresidente de ASEBAGUEM; Dr. José Robayo, presidente de
COPAFA y finalmente el presidente del Consejo Estudiantil, Sr. Fernando Morales. La BGINM
que viajó estuvo compuesta de 170 integrantes.
El día del desfile fue majestuoso. Debido al calor incesante de esta ciudad, la banda recibió
un chorro de agua refrescante de un tanquero; la gente rompió la formalidad y se portó muy gentil
con los chicos que desfilaron. Terminado el evento los estudiantes participaron en un concurso
en el parque, usando su uniforme del diario: camiseta blanca de mangas cortas, con los bordes
del cuello y mangas luciendo líneas azul y amarrillo; y el escudo del Plantel en la parte izquierda.
Realizados todos los compromisos establecidos en Colombia, la BGINM retornó a Ecuador el 30
de mayo de 2005.
215
Darwin comenta de esta oportunidad a su amigo Ricardo Carillo, quien trabajaba en la
Secretaría de Pueblos, y el cual notificó de este particular a la secretaria de esta entidad, la doctora
Alexandra Ocles, concretando un financiamiento de 10000 dólares. Por lo coyuntura política
se consigue una ayuda de Miguel Carvajal, Ministro de la Política y Fausto Cayambe, asesor del
prefecto de Pichincha; ambos egresados del Mejía. Para este objetivo, se dieron reuniones entre el
prefecto y el rector del Plantel, Jorge Andrade, con una gran expectativa para que se concrete esta
nueva experiencia internacional.
Miguel Carvajal ofrece sin ninguna duda, un avión de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, para uso
de los integrantes, autoridades, equipajes e implementos de viaje; en un vuelo directo a Cochabamba,
(Bolivia). La emoción no tenía límites. Darwin junto con otros compañeros, logran adelantar todos
los documentos para la delegación del viaje. Sin embargo, autoridades medias, encargadas de
ejecutar la orden para el uso del avión, se comunican con Darwin, aduciendo que este transporte se
iba a usar por parte del presidente de la República, en un vuelo hacia China. Todo esto, faltando
quince días para el inicio del evento. Es por el interés de Miguel Carvajal para que el Mejía viaje,
que este llama por teléfono a Darwin, preguntándole como se encuentra todo. El enojo fue más que
evidente. Carvajal había dado una orden y debía de cumplirse. Y él personalmente la hace cumplir.
A la par, Miguel hace llamadas para una reunión urgente a todos los que pueden ayudar: Prefecto de
Pichincha, Gustavo Baroja; Municipio de Quito, Augusto Barrera y Secretaría de Pueblos, Alejandra
Ocles. Con ello, el Gobierno Autónomo de Pichincha aportó con 15000 dólares. Los dos aportes
conseguidos se invirtieron en la gasolina del avión. El prefecto habló con el Alcalde, consiguiendo
que el FONSAL diera 40000 dólares.
Darwin, debido a la posibilidad de que el viaje auspiciado por avión no se dé, manejó la
opción de viajar por tierra, con la Cooperativa Ormeño; esto implicaba cuatro días de viaje y un
gasto de 48000 dólares, ida y vuelta. Afortunadamente, por todo el desgaste que esto implicaba, esta
opción no se dio.
Para el viaje se organizó un equipo de prensa que cubriría el evento en vivo y en directo,
de la estadía del Mejía en Cochabamba: el periodista Carlos Bravo (Egresado del Mejía), diario El
Universo, y el canal de televisión Gamatv. Y en Quito realizaron entrevistas y difusión de la noticia
por parte del diario Últimas Noticias y los canales de televisión Ecuavisa, Gamatv y Tc Televisión.
La delegación de docentes que acompañaron a Darwin, en el control y seguridad de la agrupación
fue integrada por José Camacho, Milton Fernández y Diego Portilla.
216
La segunda presentación fue en el estadio departamental Félix Capriles de Cochabamba, el
sábado 11 de septiembre de 2010, a las 19h00. Allí se realizó una “confrontación” entre Ecuador y
Brasil. La agrupación “rival” poseía alrededor de 40 personas, vestidas con un traje rojo y amarillo.
Para estas presentaciones, el Mejía colocó nuevas líneas melódicas en las marchas, de las canciones
Jilguero Flores y Cholita, de los grupos bolivianos Kjarkas y Tupay, respectivamente. De esta
participación nocturna, el Mejía alcanzó el primer lugar con un puntaje de 89,7/100, de las cuatro
delegaciones internacionales. No recibieron premio, pues los invitados internacionales poseían
diferentes estructurales musicales, y eso dificultaba una evaluación adecuada. Como sugerencia del
jurado hacia el Mejía se indicó que la musicalidad debía cambiar: habían demasiados tambores y
pocas liras, por lo que se opacaba la melodía, inclusive cuando se tocaba en los bordes los tambores.
Al terminar la presentación, el coronel Coellar compró, por su cuenta, 140 combos de pollo y
bebida, para demostrar el cariño hacia la agrupación compatriota.
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Afiche informativo de la invitación a Bolivia hacia la BGINM en 2010. Fotografía
cortesía de Diego Portilla. 2. Noticia de la BGINM rumbo a Bolivia. Fotografía tomada del 10 de septiembre de 2010, del diario
Últimas Noticias. 3. La BGINM en el estadio Félix Capriles de Cochabamba. Imagen cortesía de Darwin Portilla. 4. y 5. Presentación
de la BGINM en la Plaza Central de Cochapamba, Bolivia el 10 de septiembre de 2010. En la imagen 5 dentro de las autoridades
civiles y militares destaca la presencia del Alcalde de Cochabamba, Edwin Castellanos. Imágenes cortesía de Darwin Portilla. 6. El
Lic. Darwin Portilla hace entrega, a nombre del Instituto Nacional Mejía y la BGINM, de un busto de Eloy Alfaro a David Coellar,
agregado cultural de la embajada de Bolivia. Imagen cortesía de Diego Portilla.
217
7. 8. 9. y 10. Segunda presentación de la BGINM en el Estadio Departamental Félix Capriles de Cochabamba, el 11 de septiembre
de 2010. Allí se realizó una “confrontación” entre Ecuador y Brasil. Fotografías cortesía de Diego Portilla. 11. Arribo de la BGINM
y Delegación de autoridades a Quito el 12 de septiembre de 2010. Fotografía cortesía de Diego Portilla.
218
Algunas de las “evoluciones” realizadas por la Banda de Guerra del Instituto Nacional Mejía, en la dirección
del Lic. Darwin Portilla.
219
5.10 Presentaciones coreográficas y los festejos por los 70 y 75 años de fundación
No solo que los cambios eran sugeridos o impuestos por las autoridades municipales
de la capital, otras fueron autoimpuestas en pro de una adaptación a las necesidades y entornos
inmediatos. Además el gran apogeo en la aparición de las bandas en escuelas y colegios, propició
que se realicen sendos concursos, en espacios cerrados, para ya no solo demostrar el entrenamiento
marcial – musical, sino ahora el coreográfico en simultáneo. Algo similar al trabajo de las Marching
Band en los EEUU.
Llega entonces la época consolidada de las “evoluciones”, que son los movimientos de estas
agrupaciones marciales en amplios espacios, formando figuras o palabras. Y para darles cabida, se
desarrollan los concursos de bandas de guerra y bastoneras, sobre todo en las Fiestas de Quito. Los
resultados para el Mejía fueron importantes. Los sitios donde se realizaron estos concursos fueron
los estadios Gonzalo Pozo Ripalda16 de Sociedad Deportiva Aucas, Rodrigo Paz Delgado de Liga
Deportiva Universitaria y Universitario de la Universidad Central de Ecuador. Lamentablemente
estas vistosas actividades fueron perdiendo peso, debido a un problema ya recurrente: la violencia
entre las barras.
La BGINM con el pasar de los años se ha vuelto en importante referente en la ciudad y el país,
lo que meritoriamente le otorga el carácter de patrimonial. Por ello los festejos por sus 70 y 75 años
de fundación fueron muy importantes. De sobremanera los de 75, donde hubo reconocimientos a
los ex integrantes Gral. Frank Vargas Passos y Dr. Víctor Toscano, entrevistas y coberturas en los
medios escritos de prensa como diario El Comercio, Últimas Noticias y el Telégrafo. Las autoridades
del Plantel, de la SEM, Asamblea Nacional, Municipio y Consejo Provincial hicieron homenaje a
esta agrupación y condecoraciones al Pabellón de la misma. Estos reconocimientos fueron realizados
en el cierre de un desfile que la BGINM y las Bastoneras del Mejía ejecutaran el 18 de marzo del
2016, en calles aledañas al plantel, un día antes de la fecha de aniversario. Vale aclarar que desde
la dirección del Lic. Darwin Portilla se designa definitivamente la fecha del 19 de marzo, como la
de fundación formal de la banda, donde se conjuga movimientos marciales y sonidos musicales, en
recordación a este logro cívico – militar del Batallón Mejía de 1941.
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16. “Gonzalo Pozo Ripalda, el guambra de 18 años del Colegio Mejía, fue el puntero zurdo
que se convirtió en ídolo del Aucas, no solo por los campeonatos logrados entre 1945,
1949 y 1951, sino porque como entrenador llevó a su equipo a ganar el campeonato de
AFNA en 1962.” […] “Una de las máximas figuras del fútbol ecuatoriano en sus inicios.
Por torneos nacionales de selecciones anotó un total de 5 goles y fue parte de Pichincha
[selección] desde 1944 hasta 1948.” – La historia del Campeonato ecuatoriano de fútbol. La
Red Editores; pp. 24 y 37.
220
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. 2. y 3. Algunos adhesivos alusivos a la BGINM entre 2000 hasta la actualidad.
Cortesía de Darwin Portilla. 4. Volante para el Concurso Intercolegial de Bandas de Guerra en Quito. Cortesía de Darwin Portilla.
5. Afiche por las Fiestas de Quito 2005, donde se realizaron dos de los desfiles de las 3Ms. Cortesía de Darwin Portilla. 6. Banda de
ex integrantes de la BGINM, año desconocido. Cortesía de Darwin Portilla. 7. y 8. BGINM en la Avenida de los Shyris. Cortesía de
Juan Carlos Erazo Ballesteros (5 de diciembre de 2015) y diario El Comercio (1° de diciembre de 2017) respectivamente. 9. BGINM
con capa y sombrero en la Av. Teniente Hugo Ortiz, el 27 de noviembre de 2016. Cortesía de Darwin Portilla. 10. BGINM con capa
en el Parque Bicentenario, 6 de diciembre de 2016. DRA.
221
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. 2. y 3. Condecoraciones por los 70 años de la BGINM, con diversas autoridades.
En la 1 aparece el Dr. Milton Cahueñas, Inspector general del Plantel. En la 2. y 3. aparece el alcalde de Quito, Dr. Augusto Barrera.
Finalmente en la 3. aparece el rector del Mejía, Dr. Jorge Andrade (sosteniendo un diploma). Imágenes cortesía de Darwin Portilla,
del 18 de marzo de 2011. 4. Primera plana de la BGINM y las Bastoneras del Instituto Mejía, promocionando los festejos de las
Bodas de Brillante. Cortesía de Darwin Portilla. 5. 6. y 7. Publicidad en redes en torno a los 75 años de fundación de la Banda. Imá-
genes tomadas de la red social Facebook. 8. Reconocimiento a dos ex integrantes relevantes de la BGINM: el Gral. Frank Vargas y
el Dr. Vicente Toscano, a cargo del Lic. Darwin Portilla el 17 de marzo de 2016. Cortesía de Darwin Portilla. 9. Reportaje de diario
El Comercio, el 19 marzo de 2016. 10. Reportaje de diario El Telégrafo, el 19 marzo de 2016.
222
5.11 Condecoraciones de la BGINM
Es en la etapa del Lic. Darwin Portilla cuando aparecen las primeras condecoraciones oficiales,
de entidades públicas y privadas para la BGINM:
1) Condecoración del Consejo Provincial de Pichincha, 65 años de existencia – Bodas de Platino.
2) Condecoración del Ministerio de Cultura y Educación, 65 años de existencia – Bodas de Platino
3) Condecoración del Distrito Metropolitano de Quito, 65 años de existencia – Bodas de Platino.
4) Condecoración de la Asamblea Nacional, 70 años de existencia – Bodas de Titanio.
5) Condecoración del Gobierno Autónomo Descentralizado de Pichincha, 70 años de existencia – Bodas de
Titanio.
6) Condecoración del Ministerio de Cultura y Patrimonio, 70 años de existencia – Bodas de Titanio.
7) Condecoración de la Sociedad de Egresados del Mejía, 70 años de existencia – Bodas de Titanio.
8) Condecoración de la Asamblea Nacional, 75 años de existencia – Bodas de Diamante.
9) Condecoración del Gobierno Autónomo Descentralizado de Pichincha, 75 años de existencia – Bodas de
Diamante.
10) Condecoración de la Sociedad de Egresados del Mejía, 75 años de existencia – Bodas de Diamante.
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo, fotografías del programa del 18 de marzo de 2016: 1. Edificio Central siendo adornado
para la sesión festiva. 2. Desfile de la BGINM y Bastoneras del Instituto Nacional Mejía, partiendo de la calle Caldas, frente a la
Basílica del Voto Nacional. 3. Bastoneras desfilando por la calle Luis Vargas Torres, frente al Edificio Sur del Mejía. 4. Desfile por la
calle Deifilio Torres. 5. 6. y 7. Entrada y recibimiento de la BGINM y bastoneras en el Edificio Central. De 1 a 7 fotografías de Juan
Carlos Erazo Ballesteros. 8. Autoridades e invitados a las Condecoración al Estandarte de la BGINM. Fotografía de Darwin Portilla.
223
5.12 Homenaje al amigo de siempre
Es oportuno recordar a este valeroso joven político, que desde temprana edad demostró su
capacidad de lucha por los más desprotegidos. Fue un apoyo incondicional, desde el sitio que
estuviese, para los proyectos y actividades del Mejía, en especial con la BGINM y con este libro. Con
infinito respeto y cariño, Fausto no podía faltar en estas páginas…
17. Desde 1900 aproximadamente se comienza a rendir tributos, públicos y grandiosos, a la memoria de José Mejía Lequerica, con
programas internos y externos en algunos días y con fecha de cierre el 19 de marzo. En esta fecha, se realiza precisamente un
desfile, a partir de 1911 aproximadamente, dirigido al monumento a José Mejía Lequerica, que se ubicaba inicialmente en el
parque Alameda. Esta tradición se mantuvo permanente, por parte de las autoridades y estudiantes del Mejía, desde esas fechas,
hasta los años 90, más o menos, pese a que este monumento fue re ubicado en la plazoleta de la Mama Cuchara, en el barrio
Loma Grande, de Quito, en el siglo XX. Desde el mando de Miseno Sánchez, la BGINM se incorporó a estos festejos.
18. A raíz del abandono de este tradicional, sano y justo a tributo a José Mejía Lequerica, es la Sociedad de Egresados del Mejía, en
la presidencia del Lic. Diego Portilla, la que retoma este desfile, agregándole la participación de ex estudiantes, y bautizándolo
como Desfile del día del Egresado, desde el año 2010. Desde esa fecha hasta la actualidad, este desfile se ha convertido en un
evento muy esperado, con alta asistencia y aceptación, a la par de la participación de delegaciones de egresados de otros centros
educativos y agrupaciones particulares de danza y música.
224
A continuación, la Sociedad de Egresados del Mejía (SEM), de la que Juan Carlos Erazo
Ballesteros es vicepresidente (2016 – 2019) y secretario (2019 – 2021), inaugura en sus instalaciones
la Muestra fotográfica permanente de la BGINM, el 7 de julio de 2018, dentro de la celebración de
los 81 años de creación de la SEM. Ahí se realiza por parte de este investigador, una exposición de
la historia e importancia de la agrupación.
La BGINM, con su sentido de respeto a las personas que fueron estudiantes, docentes o
personas que hicieron obras meritorias para el Plantel, permite que sus integrantes hagan Guardia
de honor en los funerales. Y en ciertos casos, con un desfile camino al entierro. Uno de los más
trascendentes homenajes realizados, de este tipo, corresponde a Édison Fernando Cosíos Pineda,
estudiante gravemente herido en manifestaciones por un miembro de la Policía Nacional, el 15 de
septiembre de 2011. Su deceso se produjo el 16 de abril de 2019. Sin embargo, por una extraña
decisión del Ministerio de Educación, la agrupación solo pudo asistir al velorio, pero no al entierro.
Este acto final lo consolidó la Banda de Guerra de ex integrantes del Mejía, el 17 de abril de 2019.
La Escuela Militar Eloy Alfaro retoma la iniciativa de formar bandas unificadas, de algunos
planteles fiscales de Quito, con motivo de celebración de los 190 años de la Batalla de Tarqui
(en esta fecha también se celebra el Día del Ejército ecuatoriano, el Día del Civismo y el Día del
Héroe nacional ), el 27 de febrero de 2019. Los invitados a este honor son: Instituto Nacional
Mejía, Colegio Nacional Montúfar, Unidad Educativa 24 de Mayo, Unidad Educativa Espejo y
Colegio Simón Bolívar. Al son de la canción militar Paquisha, esta banda unificada participó del
vistoso programa, donde estuvieron autoridades del gobierno, como el presidente de la República,
Lic. Lenin Moreno Garcés (ex estudiante del Mejía) y el ministro de educación, Dr. Milton Luna
Tamayo (Egresado del Mejía en 1976).
Finalmente, constatamos que revive el vínculo del BGINM con el Ejército ecuatoriano. Además
del acto ya mencionado en la Escuela militar en febrero de 2019, se produce otro de mayor alcance:
el primer desfile militar por el Primer grito de Independencia del 10 de agosto de 1809. Este acto se
realizó en la avenida Teniente Hugo Ortiz, en el sur de Quito, el 9 de agosto de 2019. La BGINM
junto a sus bastoneras abrieron de manera impecable este programa. Un hecho con justa razón, por
toda la nutrida historia de civismo con la que el Mejía ha aportado a la patria y a su ejército.
225
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Fausto Cayambe en un discurso por los 100 años del Liberalismo, el 5 de junio
de 1996. Cortesía de Fausto Cayambe (+). 2. Fausto Cayambe (+) recibe un reconocimiento en las jornadas festivas de los 100 años
del Liberalismo. Cortesía de Fausto Cayambe (+). 3. a 10. Imágenes del velorio de Fausto Cayambe (+)(31 de octubre de 2016): de
3. a 6. Diversos medios, de dominio público; 7. y 8. Fotografías de Juan Carlos Erazo Ballesteros; 9. y 10. Fotógrafo desconocido.
Entierro (1° de noviembre de 2016) de Fausto Cayambe. 11. a 15, fotografías cortesía de Darwin Portilla. 16. Fausto Cayambe (+) en
la Asamblea Nacional. Tomada del periódico El Diario, del 30 de octubre de 2016.
226
De izquierda a derecha: 1. Delegación de la BGINM en la ciudad del Puyo en el año 2001. Cortesía de Diego Portilla. 2. y 3. Presen-
tación de la BGINM en el programa Quito Milenario, en el Edificio Sur del Mejía, el 25 de noviembre de 2016. Imágenes cortesía
de Darwin Portilla. 4. y 5. Banda de Guerra y Bastoneras del Instituto Nacional Mejía, en el desfile del Día del Egresado, el 17 de
marzo de 2018. Fotografías de Javier Caicedo. 6. Conversatorio sobre la BGINM, de izquierda a derecha: Frank Vargas, Nelson
Trujillo, Juan Carlos Erazo Ballesteros y Darwin Portilla. 7. Conversatorio sobre la BGINM, delegaciones de las bandas de guerra
de los colegios Benito Juárez y del Juan Montalvo. Imágenes 6. y 7. del 7 de junio de 2018, cortesía de Darwin Portilla. 8. 9. y 10.
Inauguración de la muestra fotográfica permanente de la BGINM en la Sociedad de Egresados del Mejía, el 7 de julio de 2018. En
la imagen 8 se encuentra el investigador Juan Carlos Erazo Ballesteros, explicando el proceso histórico de la agrupación. Imágenes
cortesía de la Sociedad de Egresados del Mejía.
227
5.14 Análisis técnico de la BGINM
Las bandas marciales son grupos de personas que ejecutan música con diversos instrumentos
al marchar o estar en el mismo sitio, usan una organización establecida en cuanto a la vestimenta
y poseen uniformidad en los movimientos. Su origen data de hace siglos, y fueron usadas en cada
pelotón de guerra, antes, durante y finalizada (el ganador) la batalla. El grupo de hombres llevaba
la música al ritmo de tambores, pífanos o trompetas y bastones (Cachiporras o cachiporreros);
sus temas incitaban al heroísmo, valor y control al miedo, para alcanzar la victoria o una muerte
segura. Para ser intérprete de estas agrupaciones no era necesario que sean músicos profesionales
(de serlo ayuda muchísimo), pero sí que posean bastante sentido musical a la par que mucho coraje,
al estar prácticamente indefensos en un combate tan peligroso. Su número oscilaba inicialmente
entre cuatro a ocho personas.
A lo largo de la historia, las tribus solían atacar a sus enemigos por sorpresa, en mitad de la noche,
mientras dormían. Las más inteligentes, afortunadas herederas de un poco más de capacidad cognitiva
que sus vecinas (gracias a mutaciones aleatorias), reconocieron el poder de los tambores para incapacitar
al oponente, minar su valor y alentar a sus propios guerreros. Cada tambor -un mojón cubierto con piel-
sonaba un poco diferente a los demás, pero los palos y las piedras golpeaban al unísono, las conchas
y los abalorios no dejaban de moverse, y el sonido parecía obra de un solo hombre. Si los invasores
podían coordinarse con tanta precisión para tocar el tambor, su violencia sería tan implacable como
para aplastar hasta la más formidable resistencia.
En torno a los “vientos” resultan que son estimuladores, principalmente del proceso
respiratorio; actividad vital fundamental del ser humano. El movimiento de gases que involucra esta
función, permite reorganizar al cuerpo, en todos sus niveles, generar producción de hormonas y
eliminación de toxinas. También cabe aquí una alusión al recuerdo bíblico del Libro de Josué, en
el versículo veinte que nos comenta que “[…] los sacerdotes tocaron las trompetas, y la gente gritó a
voz en cuello, ante lo cual las murallas de Jericó se derrumbaron”.
Son más que claras las razones por las cuales estos instrumentos eran y son usados para
actividades marciales, concibiendo el fin altamente activo de la supervivencia en un campo de batalla.
Algunos instrumentos que actualmente se usan en las bandas son: Lira, granadera, redoblante,
timbal, bombo, platillos, trompeta, tuba, clarinete, saxofón entre otros. Las bandas militares excluyen
a los instrumentos de cuerda, debido a que son de sonoridad más reducida, delicada y dulce, algo
completamente distinto en la percusión y vientos.
228
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Imagen panorámica de la exposición fotográfica de la BGINM, en la Sociedad de
Egresados del Mejía. Cortesía de Darwin Portilla. 2. Charla a los integrantes de la BGINM, por parte del Lic. Juan Carlos Erazo
Ballesteros, el 22 de septiembre de 2018. Cortesía de Darwin Portilla. 3. Directorio SEM 2016 – 2019, junto a ex integrantes de la
BGINM, el 22 de septiembre de 2018. Imagen de Juan Carlos Erazo Ballesteros. 4. 5. 6. y 7. Presentación de la BGINM en la
Escuela Militar Eloy Alfaro, el 27 de febrero de 2019. Imágenes cortesía de Darwin Portilla. 8. Afiche de presentación de banda
unificada en la Escuela Militar Eloy Alfaro. Cortesía de Darwin Portilla. 9. y 10. Integrantes de la BGINM realizan guardia de honor
en el velorio de Édison Cosíos. Imágenes de diario El Comercio, del 16 de abril de 2019. 11. Imagen para la celebración de los 78
años de fundación de la BGINM. Imagen cortesía de Darwin Portilla. 12. Afiche publicitario de participación de la BGINM en las
Fiestas de Quito 2018. Cortesía de Darwin Portilla.
229
El “orden cerrado” es una de las partes fundamentales en la banda militar (la del Mejía es
semi-militar) así observamos: Marchas y giros en escuadra en coordinación con la obra musical. La
cadencia rítmica debe ser muy clara y en relación directa con las marchas.
La musicalidad se vuelven imperiosa en una banda, el repertorio desde los orígenes de
estas agrupaciones es variado, adaptándose a la situación del momento; de ahí la necesidad de
que sus integrantes y director conozcan bastante del tema musical. Por ello estas agrupaciones
pueden tocar casi todo tipo de género musical. Con los conocimientos más modernos de acústica e
instrumentación se pueden hacer trabajos más desarrollados técnica y estilísticamente, recordando
que estas bandas ya no participan en conflictos.
Para el maestro Eugenio Áuz, reconocido músico ecuatoriano y basado en su experiencia
en bandas musicales (que las conoció de primera mano en sus estudios en EEUU y en un proyecto
ecuatoriano de transferencia de bandas de guerra a “bandas de paz”) le surgen varios conceptos
interesantes en torno a la realidad de las bandas de guerra en Ecuador, la cual cuenta actualmente
con una gran cantidad de seguidores. Para él la palabra “guerra” primeramente no es la adecuada;
considera que estas agrupaciones son el espacio adecuado para que el estudiante acceda a la música;
y en segundo lugar es incorrecto el término porque se limita la actividad marcial sobre la musical. En
las “bandas de paz” se pueden usar más instrumentos melódicos y diversos ritmos que aporten a una
mayor diversidad artística. Sin embargo considera que todos los colegios deberían tener una banda
y con ella crecer profesionalmente y si es posible que se deriven en las bandas del primer mundo
como las Marching Band 19 y Marching Band Snare Drum.
El maestro Wilson Haro nacido en Cotacachi, realizó unos arreglos de música ecuatoriana
para banda estudiantil de paz, en un plan piloto; y junto al maestro Áuz, lo aplicaron con los chicos
del Colegio Municipal Fernández Madrid y el Colegio Rafael Larrea. La realidad que les tocó vivir
evidenciaba que los principales problemas que afectaban a estos grupos eran la escasez de recursos,
ausencia de instructores capacitados (Sobre todo que no fueran músicos profesionales y especialistas
en didáctica musical y coreográfica) y apoyo de las autoridades de los planteles educativos. Este plan
piloto era un convenio entre el Municipio de Quito y el Ministerio de Educación, para realizar una
transferencia musical de bandas de “guerra” a bandas de “paz”. Adicional a las melodías ecuatorianas,
se implementaron liras en mayor cantidad que la percusión. Esta última sección es extremadamente
exagerada en cantidad y sonoridad en la mayoría de planteles educativos, desconociendo principios
de una adecuada orquestación. Recordando un poco la historia, son los ejércitos egipcios y romanos
los que introducen mayor cantidad y tamaño de instrumentos de percusión, con la finalidad de dar
mayor terror a sus rivales. La cantidad excesiva (sin conocimiento musical) entonces no va por la
línea musical propiamente dicha, que es lo que resulta agradable y sano para el oído.
Áuz finalmente considera interesante y relevante en las agrupaciones actuales los valores de
la disciplina, la energía y la uniformidad. Y rechaza la rebeldía agresiva no ideológica, que se puede
indirectamente filtrar y generar daño en estos grupos. Una alta energía se desboca si no es bien
conducida.
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19. Una banda de marcha, en anglosajón Marching Band, es una actividad física y artística, consistente en una banda musical
conformada por instrumentos de viento metal, viento madera y percusiones, que generalmente participan en desfiles, marchando
con estilo militar entonando diferentes tipos de melodías, generalmente piezas de cualquier género musical adaptadas a los
instrumentos de la banda. Originario de Estados Unidos, éste género musical se ha expandido a diversas partes del mundo.
Los países más notables son México, Tailandia, Japón y Colombia. Usan uniformes decorados con alguna referencia cultural
nativa del país de donde sea la banda. La instrumentación es: de viento-madera: clarinetes, oboes, flautas traversas, saxofones
altos, tenores, sopranos y barítonos y piccolos; Viento-metal: trompetas, trombones, trompas, bombardinos, tubas, melófonos;
Percusión: bombos, metalófonos (glockenspiel, xilófono, etc.), tambores, multitenores y platillos.
230
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Invitación a la colocación de la placa por los 111 años de la llegada del ferrocarril a
Quito, el 25 de junio de 2019. Imagen cortesía: Javier Caicedo. 2. Arreglo floral y placa en la Estación Chimbacalle, del ferrocarril,
el 25 de junio de 2019. Imagen cortesía: Thommy Pozo. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. y 11. Diversos momentos del programa en la Estación
Chimbacalle, el 25 de junio de 2019. Imágenes cortesía de Darwin Portilla. 10. Placa de la SEM, el 25 de junio de 2019. Cortesía de
Thommy Pozo.
231
En esencia en la marcialidad no hay mucho intelecto o virtuosismo. Este concepto ya fue
manejado sabiamente en la primera agrupación musical del Mejía, en 1941. Recordemos que
adicional a la percusión, existían flautas piccolo de mejor sonido musical. Se evitó una masificación
y se agregó mejor proporción instrumental, sumado a que la percusión de la época se elaboraba
con materiales naturales, menos estruendosos que los sintéticos actuales. La formación del que
fue el instructor musical de esa época es de suponerse tuvo relación directa o indirecta, con el
entrenamiento de los músicos italianos que ejercían docencia y dirección musical en la vida civil y
militar del siglo XX.
La BGINM en 1950 evidencia la misma idea músico – marcial de 1941. Desde 1957 en
adelante el trabajo de Miseno Sánchez marcó una uniformidad y elegancia a todo nivel. Si bien es
cierto que el trabajo musical era memorístico y de transmisión oral – visual, no perdió esa energía
emotiva y vital de un arte elevado como es la música.
Diversas personas han querido “intervenir” en esta agrupación para “mejorarla” en varios
aspectos. Puntualmente el contexto histórico de la BGINM no determina que en sí sea una
agrupación musical en esencia, esta nace en un contexto de nacimiento y reivindicación cívica
juvenil. Sin embargo como agrupación juvenil, con cuna laica científica y artística, es inmanente en
ella la experimentación, desarrollo y ampliación de sus capacidades físicas y artísticas. Y eso no tiene
por qué, y no debe, atentar con la esencia de la agrupación, su núcleo debe permanecer incólume
ante las circunstancias socioculturales, siempre cambiantes.
El manejo de los instructores estuvo a la altura de las necesidades del momento, su paso
ha hecho una imagen profundamente reconocible en el ámbito de identidad ecuatoriana. Ninguno
de ellos fueron militares o músicos profesionales, algo que pudo ser de mucha ayuda para nuevos
horizontes a descubrir. En sus modestos y oportunos conocimientos, la BGINM ha alcanzado
matices de esplendor y de sana emulación.
Finalmente con Darwin Portilla, las exigencias para introducir nuevas habilidades a la banda
ya se tornan urgentes y hasta obligatorias. Con la ayuda de su hermano Diego Portilla, se logra
implementar varios temas melódicos patrimoniales y populares en la BGINM. La coreografía y los
uniformes cambian de una manera más notoria y elegante: Se eliminan boinas negras y unifican
cascos para todos los integrantes, se introducen sombrero pendonero, capa negra y un uniforme
negro junto a una maleta, como vestimenta alterna previa a la presentación. Sin embargo no hay
232
una apertura grande y radical en la parte musical. Se conserva la esencia del modelo de Miseno; sin
embargo la velocidad de marcha se ralentizó y perdió la solvencia rítmica interna. Buena parte de
las innovaciones musicales no fueron aplaudidas por los ex integrantes, los cuales son muy reacios a
los cambios y sus críticas no se hicieron y hacen esperar.
De izquierda a derecha: 1. La Banda de Guerra del Instituto Nacional Mejía abre el Primer desfile militar, en honor al centenario
del 10 de agosto de 1809. Imagen capturada de la SECOM, del 9 de agosto de 2019. 2. Convocatoria a nuevos integrantes para
la BGINM, donde se incluye a mujeres, en pleno cumplimiento de la coeducación, baluarte del Laicismo. Imagen de Facebook
de Darwin Portilla, del 4 de septiembre de 2019. Las primeras integrantes mujeres de la BGINM, previo a su primer desfile de la
Confraternidad Norte, el 30 de noviembre de 2019: 3. Doroty Valentina Vargas Benalcázar (Lira - 2do BGU) imagen cortesía de
Darwin Portilla; desde aquí las estudiantes pertenecen al grupo de flauitines: 4. Emily Anahí Ortiz Gualotuña - 9no de EGB, 5. Johana
Alexandra Balladares Parión - 9no de EGB, 6. Odalys Salomé Arias Enríquez - 9no de EGB, 7. Elsa Carolina Vega Tamariz - 9no
de EGB, 8. Dayana Rubí Pillo Caiza - 9no de EGB, 9. Shury Shandel Carrera Hidalgo - 9no de EGB y 10. Andrea Camila Coyago
Intriago – 1ro BGU. 11. Y 12. Las primeras mujeres en el mencionado desfile. Imágenes 4 a 11, tomadas por Juan Carlos Erazo
Ballesteros; 12 cortesía de Darwin Portilla.
Han pasado más de 78 años de esta maravillosa agrupación, con diversas realidades internas
y externas. Su imagen cada día crece con mayor vigor y por consiguiente está en la mira incesante
de varios sectores de la sociedad. Ha cumplido con éxito las etapas que le ha deparado la vida en su
momento. Cuál será el camino a tomar en las actuales condiciones que le circundan es la pregunta.
Decisiva será la respuesta que le permita dar un paso más hacia las estrellas, como ha sido su
característica y alejarse de un, no lejano, sentido existencial de reliquia histórica nostálgica.
233
5.15 Placas en honor al civismo del estudiante del Mejía
Placas colocadas en el Instituto Nacional Mejía, a los héroes caídos por defensa del territorio ecuatoriano:
1. Colocada por el Directorio de la Sociedad de Graduados del Mejía, presidente: Dr. Alfredo Albornoz Sánchez (1944 –
1945)
2. Colocada por las autoridades del plantel y Comité central de Padres de Familia.
3. Colocada por el Directorio de la Sociedad de Egresados del Mejía 2019 – 2021, presidente Ing. Daniel Sánchez Espino-
sa, y el área de Matemáticas – jornada matutina, a cargo de la Msc. Gloria Imbago.
En las fiestas de Ibarra… Miseno Sánchez se acerca y me dice: “Byron, el Colegio Militar salió primero
y nos hizo un paseo, ahora tiene que lucirse usted...”. Cuando salió la BGINM para cerrar el evento,
dimos absolutamente todo, con un toque exacto, muy sonoro y gallardo. El resultado fue que medio
estadio nos siguió hasta nuestro hotel, en el Parque de Ibarra. Esto sucedió en las Fiestas del Retorno.
(Byron Almeida)
Para un desfile en Ibarra, Miseno Sánchez da libre, la noche anterior, a todos los miembros de la
delegación, menos a Byron Almeida, aduciendo que él debía descansar, pues era la cabeza del grupo y
no debía trasnochar. Al recibir la queja de Byron, por quedarse solo, Miseno le asigna un compañero
para que lo acompañe, el estudiante Carlos “Canguil” Izurieta.
Cuatro profesores que estaban a cargo de la delegación habían comprado alrededor de tres paquetes de
obos (fruta), para llevar a sus familiares y/o amigos en Quito.
Ya aburridos, sin hacer nada en su forzado encierro, Almeida e Izurieta se organizan: Almeida ayuda
a elevarse e introducirse a Izurieta a los cuartos de los profesores; sustrae los paquetes de obos y se los
envía a Almeida. Los comen uno a uno, pero con la precaución de hacer un pequeño agujero, para
solo sacar el líquido, dejando la cáscara medio inflada y la pepa. Lo hicieron así con todos los paquetes
durante toda la noche. Al día del retorno, cada profesor cuidaba con su vida, abrazados esos paquetes,
evitando que se les acerquen los “fregados del Mejía”… demasiado tarde. (Byron Almeida)
Eran las doce del mediodía, cerca de la Plaza del Teatro de Quito y el cielo completamente despejado…
Byron lanzó su cachiporra como de costumbre, muy… muy alto… y el sol le encegueció. La bola de la
cachiporra le cayó de lleno en la nariz, lo que le hizo “ver estrellas”. A pesar del intenso dolor, disimuló
y continuó con su labor en el desfile. La mencionada bola de bronce se hundió con el golpe, pero no
pudo con el alma y cuerpo de acero valientes, del gran cachiporrero del Mejía. (Byron Almeida)
234
“En el Mejía lo que se aprende es ese gran espíritu de compañerismo, unidad y amor al colegio”.
Llegamos a un desfile de cuatro horas en Ambato, no teníamos hotel y debimos pasar la noche en
Pelileo, en unas bancas de una escuela. A pesar de todo, igualmente nos lucimos, a pesar de estar
malanochados. Fue uno de los mejores desfiles de la banda a pesar de que Miseno tenía la duda de
hacernos presentar, a tal punto de que recibimos la felicitación de las autoridades de la Junta Militar,
que apreció el desfile.”… “Yo ya no hacer mis movimientos, por la cantidad de serpentinas lanzadas y
que se enredaban en mi cachiporra”. Pedí a dos compañeros que indiquen al público que ya no lancen
más estos objetos, para no dificultar los malabares...” (Byron Almeida)
Recuerdo con nostalgia, que en el año de 1965, hice mi último desfile; lance la cachiporra al alambrado
del Mejía [el que da al frente del Edificio Central actual, en la calle Arenas], y se produjo un cortocircuito…
ahí se quedó la cachiporra carbonizada… y se acabaron para siempre mis desfiles. (Byron Almeida)
La BGINM regresaba después de 15 años a un desfile por las Fiestas de Ambato. Miseno Sánchez llevó
a la banda y a las selecciones de fútbol y básquet del Plantel, para jugar contra los estudiantes del Colegio
Bolívar de esa ciudad. En el encuentro de Básquet gana claramente el Mejía. En el partido de fútbol,
el Bolívar en su afán de no repetir una derrota, ingresa con refuerzos (casi la mitad de su plantilla), de
jugadores del equipo profesional Macará. Sin embargo, ya en el cotejo, Mejía ganaba 3 a 2. El árbitro
se inventa un penal para el Bolívar y se logra el empate. Ya en los últimos minutos, el jugador Perol del
Mejía alcanza a divisar un ventarrón, por lo que lanza la pelota a su compañero Martén, mientras le grita
“te veo en el gol”. Pitazo final y el Mejía se alza con la victoria 4 a 3. La barra del Bolívar muy molesta
inició una pelea, donde lanzaron de todo al Mejía, el cual se defendió de la misma manera. El desquite
de la delegación quiteña fue en la Basílica de Ambato, que estaba adornada para las fiestas. Los chicos
hicieron pirámides entre ellos y se llevaron las frutas. (Fabián Sánchez)
La banda se encontraba puntual a las 7h00, en el Aeropuerto Mariscal Sucre para viajar a Cochabamba.
En la sala de inmigración se percata Darwin Portilla de que los antiguos habían olvidado en el Colegio,
los permisos de salida de todos los estudiantes. Un reclamo bastante fuerte de Darwin a los responsables
del error no se hizo esperar (Después Darwin también recibiría su reclamo por parte del Rector, Jorge
Andrade). Un padre de familia, del alumno Marco Andino, tenía su vehículo a la mano, por lo que
lleva a Darwin al Colegio; la distancia y la congestión vehicular eran complicadas a esa hora. Al salir del
aeropuerto a toda velocidad, son interceptados por un agente de tránsito en una moto. Grata sorpresa
y suerte que el policía era egresado del Mejía; no solo que no los multó, sino que solicitó un patrullero
para que los escolte y abra el paso en las calles hasta el Colegio, ida y vuelta, con los documentos
olvidados. (Darwin Portilla)
235
ESTA PÁGINA QUEDA EN BLANCO PORQUE
EL CAPÍTULO 6 EMPIEZA EN IMPAR
SE PUEDE AUMENTAR FOTOGRAFÍAS
CON DESCRIPCIÓN
236
CAPÍTULO VI
Martín Lutero
Para este capítulo he recopilado, en lo posible, todas las canciones (en diversos formatos) que
representen profundamente al Mejía y su quehacer socioeducativo. Diversas pistas sueltas debieron
ser resueltas, con un trabajo minucioso y bastante largo, para llegar a algunos de estos importantes
documentos. Algunos de estos se han perdido para siempre. Otros se conservaron incompletos,
desperdigados en varios lugares. La mayoría de los más nuevos han podido permanecer íntegros.
Sin más, dirijámonos a los primeros archivos del tempranero Instituto Mejía, para encontrar
un documento de gran importancia: la contratación oficial (nombramiento) del primer docente de
Música y Canto del plantel, el maestro Reinaldo Suárez Córdova, un 6 de febrero de 1900. Este
insigne docente y convencido liberal es muy probable que haya estado involucrado con el Mejía,
desde su fundación no oficial, en 1896. Su quehacer musical y político increíbles, se acercan a una
heroicidad notoria. Lamentablemente una imagen de su rostro no ha sido posible encontrarla; se
esfumó en el tiempo, quizás para enfatizar más su trabajo y esencia humana.
237
Remontémonos a Quito y exactamente al plantel del “Beaterio”, antes de la Revolución
Liberal. Como ya sabemos la administración y manejo de esta casa, fue muy diverso en su existencia.
Rondando el año de 1895, ejercían el control ahí los Hermanos Lasallanos. Alfaro se encontraba
presto a ingresar a Quito, para asumir el mando total de la República. En esa época, el nombrado
señor Suárez, era docente de Música de ese centro educativo católico. Por ello, preparó con
entusiasmo un coro estudiantil con el Himno Nacional, para el recibimiento del nuevo mandatario,
evento a realizarse el día 4 de septiembre de 1895, en la que es hoy la Plaza de Santo Domingo.
Suárez con su mente preclara y dispuesta a un cambio sustancial más humano, hizo lo necesario
para realizar esta presentación coral, lo más adecuada al momento. Los niños estaban en vacaciones
escolares; diligentemente él los reunió personalmente, y los preparó para tan magno evento. Muchos
de los padres de familia de los chicos no tomaron con agrado esa decisión. Quizás supusieron, entre
algunas cosas, que Suárez pretendía solo ganarse los favores del flamante revolucionario.
238
El Señor Reinaldo Suárez, con la venia del Hermano Imonís, Director del Establecimiento y bajo la
vigilancia de nuestro profesor el Hermano Efrén, sacó al patio a la clase Superior y a los niños del coro
de cantores. La clase superior se componía de 54 alumnos, jóvenes de 15 a 18 años. Luego, nos explicó
que íbamos a aprender un hermoso himno compuesto por él y titulado “LA LIBERTAD”. Era un
canto en honor al General Alfaro que, después de pocos días llegaría a la capital…
Hechas las explicaciones el Sr. Suárez entonó el cántico acompañándose del armonio y pidió que
repitiéramos la primera frase… Un sentimiento extraño nos había invadido, mientras escuchábamos
las explicaciones. Sin que nos comunicáramos, el silencio más profundo fue la respuesta. Sorprendido
el Sr. músico, volvió a entonar la frase…; pero ninguno le respondió. Siguieron las insinuaciones y por
tercera vez repitió el canto, y por tercera vez la respuesta fue el silencio más absoluto, sin desorden
alguno.
¡Niños! ¿Qué les pasa?, exclamó irritado… ¿No quieren cantar? Entonces uno de los alumnos mayores,
llamado Gabriel Hidalgo, joven de 18 años, respondió: - Señor somos hijos de padres católicos que
sufren y combaten y no queremos cantar por un General que viene, según sus mismas palabras
a perseguir a la Religión -. Ante la aprobación general de los compañeros, el Sr. Suárez se retiró,
pronunciando amenazas. El Hermano Efrén nos hizo regresar a clase, y poco después se presentó el
Hermano Director, con rostro muy contrariado y con energía nos reconvino por no haber cumplido
con el canto.
Entonces el joven Hidalgo repitió su explicación y la clase en coro manifestó su decisión… ¿Por qué
íbamos a cantar un himno a la libertad, cuando los padres, hermanos y parientes de muchos niños de la
escuela habían muerto en los combates en la lucha contra Alfaro? ¿Acaso otros no están infamemente
torturados o padeciendo destierro? Rvdo. Hermano Director ¡Tenemos más ganas de llorar que de
cantar! Al oír estas explicaciones y ante la actitud del Curso Superior, el Hermano Director se retiró
muy emocionado. (Muñoz, 1978, p. 170)
Esta falta de respeto al docente Suárez y a la Revolución Liberal tuvo rápidamente su efecto.
Desde el concejo municipal hasta el pueblo quiteño liberal se unieron al reclamo justo y digno. El
conglomerado popular se reúne en la Plaza Benalcázar, frontal al “Beaterio”. El periódico liberal
El Pichincha pide en sus páginas que se prive a la Escuela Lasallana de toda subvención y se mande
a los Hermanos Cristianos y su música a otra parte. La indignación de la gente comenzó a escalar
239
peligrosamente en la mencionada plaza, donde se usaron insultos y amenazas a los religiosos y sus
seguidores. Se llegó hasta agresiones contra los padres de algunos alumnos del “Beaterio”, por
apoyar a la desobediencia con el coro juvenil y a los Hermanos Cristianos. Los periódicos a favor
del gobierno fueron bastante duros contra los religiosos, pero con justicia, ante su rebeldía y defensa
de intereses propios, ajenos a su misión espiritual y a las necesidades de la patria. El clima de
tensión llegó al punto de que todos los religiosos sean “protegidos” por la policía y guarden refugio
en algunos conventos de la ciudad y en la Legación diplomática de Francia. Después vendrían
un sinnúmero de peripecias clericales, prevaleciendo el orgullo y la falta de compromiso docente
con la juventud ecuatoriana, para que finalmente la mayoría de estos maestros abandonen el país,
aduciendo falta de garantías y apoyo, cosas que jamás ocurrieron.
Después de todos estos hechos sin sentido, plagados en su mayoría de una visión y
proyección socioeducativa limitada, queda el “Beaterio” (como muchos otros centros de estudio)
sin una actividad docente permanente y total. Ahí están entonces Reinaldo y otros profesores, para
reorganizar la educación, a fin de hacer infructuosa la mala voluntad de la docencia que escapó de
su compromiso educativo, en el Ecuador. Sin hacer alarde de su capacidad ni de sus actividades, el
maestro Suárez trabaja en silencio y con firmeza. Su labor, dotada de amor a la patria y a los ideales
de una mejor sociedad, fue demostrada con grandeza, en varios momentos claves de la vida de la
nueva república ecuatoriana y de la reciente existencia del noble Instituto Mejía.
Hay información de la actividad de Suárez, por parte de los músicos ecuatorianos Francisco
Salgado y Segundo Luis Moreno, donde se manifiesta en resumen que este artista se desempañaba
como docente de música, canto y piano; director musical, organista, pianista y cantante. Sin embargo,
en esto último, no hay concordancia de cuál era su registro vocal: barítono o tenor. Es de suponer
que pudo haber tenido una voz que alcanzaba los dos registros o simplemente las apreciaciones
de su canto pudieron haber sido hechas en contextos musicales diversos, donde el matiz y color
vocal pueden “cambiar”. Pero en definitiva lo que nos queda en claro es que cantaba bastante bien,
según los comentarios de la época. Sus creaciones líricas – religiosas fueron: Letanías, Oh Salutaris,
Tantumergo, Paonis Angelorum, un Vexilla Regis y varios motetes. Dominaba este tipo obras, pues
era maestro de capilla de la Catedral de Quito y de la Iglesia del Sagrario, además organista en la
Iglesia de Santo Domingo. En estos templos hizo participar a varios de sus alumnos cantando, en
diversos formatos.
Fue depositario de los bienes que del Conservatorio Nacional de Música habían quedado,
después del abandono en que se encontraba este centro educativo musical, antes de la entrada de
Eloy Alfaro al poder. El gobierno liberal pagó por este trabajo a Suárez. Él hizo la devolución de
todos estos materiales en 1900, en la re inauguración definitiva del mencionado Conservatorio.
De su trabajo en el campo musical - militar, eran de esperarse obras cargadas de alto sentido
patriótico; recordemos que en esa época, los conflictos internacionales eran mucho más comunes
que en la actualidad. Obras por encargo o creaciones propias fueron estrenadas por él y sus bandas,
para deleite del público. Ya hemos mencionado que realizó el himno La Libertad, posiblemente en
honor a Eloy Alfaro o al Liberalismo, en 1895. Lamentablemente esta obra se ha perdido. También
compuso la zarzuela Carnaval de Quito, un Himno a Sucre, el Himno al Obrero Ecuatoriano y la
fantasía El Centenario.
240
redacción del diario El Comercio, el 5 de marzo de 1907; allí aparece su nombre escrito así: Re[y]
naldo Su[a]re[s]; la posibilidad de un homónimo (con la misma actividad profesional y entorno
social) se vuelve difícilmente cierta. Se perciben entonces “descuidos” y “apuro” en la escritura de
la noticia. De manera particular, Suárez era muy solicitado por alumnos de todas las clases sociales,
para clases privadas de Música.
Emocionante y conmovedor fue el canto del Himno Patrio, por más de dos mil niños, dirigidos por el
profesor Reinaldo Suárez, después de la gimnasia en conjunto, de la revista de ayer. Las voces argentinas,
dulces y valientes de los alumnos, acentúan la majestad de la canción Nacional… Adicional en ese evento,
Suárez estrenó con estos niños el Himno triunfal a Sucre, con su música y con letra de Alejandro Andrade
Coello [la música de este himno está desaparecida]. Por ello, el Consejo Escolar premió a estos dos
maestros con “sendas” medallas de oro en la Plaza “Sucre” [Actual Plaza de Santo Domingo], lugar donde
sucedieron estos acontecimientos. Antes de todo se había realizado un desfile escolar en el que tomarán
parte todas las Escuelas y Colegios de enseñanza primaria de la Capital. El desfile se organizó y empezó
en la Plaza del Teatro y llegó a la Plaza Sucre, ya mencionada. Los alumnos convocados depositarán
ofrendas florales al pie de la estatua del Mariscal, las que serán ofrecidas por el niño Gonzalo García,
en representación de las escuelas de la Capital. También en este acto declamó el niño Miguel Antonio
Jijón con el soneto “Bolivia al Héroe de Pichincha”, enviado por el poeta boliviano, doctor Ricardo
Mujica. Terminada la ceremonia, donde al final se juró la bandera, las escuelas de niños desfilaron hasta
la Avenida “24 de Mayo”, en la que se colocó la primera piedra del monumento a Francisco y Abdón
Calderón. El acto finalizó con un discurso del representante del Comité Infantil “Espejo”. (22 de mayo
de 1922).
En 1923 se crea la Estudiantina Lira Quiteña, de mano del artista César Jijón. Ahí Reinaldo
hace gala del talento en la interpretación del bandolín, junto a otros conocidos músicos.
Las anécdotas en torno a su vida social, se esparcían rápidamente por la pequeña ciudad de
Quito:
Reinaldo fue uno de los típicos personajes de la ciudad, siendo de origen netamente popular, adquirió
la vestimenta de los chullas de la clase media; le molestaba su color moreno y se ponía polvo blanco en
la cara, tenía el pelo lacio, la cara redonda, los ojos negros y la nariz recta. Usaba siempre jaquet con una
flor soberana en la solapa, pantalón de fantasía a rayas, sombrero hongo, zapatos franceses y bastón con
puño de oro. […]
En realidad, y a pesar de ser asediado por las mujeres, jamás se le conoció una pareja sentimental. Él se
defendía diciendo “No quiero perder mi voz tan deliciosa por casarme” […] (Jurado, 2006, p. 96).
241
sucedió el domingo 18 de marzo de 1900. Esta obra lamentablemente se encuentra desaparecida; la
constancia de este evento aparece en una noticia del periódico El Diario, un 20 de marzo de 1900.
Francisco fue alguien que manifestaba una gran energía en su formación intelectual, a la par
de un ferviente civismo y decidida labor en favor del Laicismo. Por ello, regresa al Mejía, el 13 de
noviembre de 1902, a matricularse, con su madre como encargada, en primer año de Taquigrafía.
Es de presumir que lo hacía para acceder a alguna plaza laboral específica. Pero en su destino se
dirigió también a la actividad militar, con rasgos de gran valentía. Así lo relata el escritor Hugo
Alemán:
El Partido Conservador, después de su desplazamiento del Poder en 1895, realizó varias tentativas para
reconquistarlo. En 1899 quiso emplear todos los recursos a su alcance para lograr su objetivo. Apeló
aún a la utilización de fuerzas mercenarias. En diferentes lugares de la República estallaron movimientos
sediciosos. Los alumnos del Instituto “Mejía” de los cursos superiores, con decisión espontánea y ardorosa,
ofrecieron sus servicios al Gobierno. Sea porque en verdad la situación no era tan apremiante, sea por
el respeto que le merecía la juventud estudiosa, la verdad es que tales servicios no fueron aceptados. Sin
embargo un grupo de cuatro muchachos consiguió enrolarse en filas liberales. Formaban ese grupo:
Manuel Julio Silva, Celso E. Fiallo, Francisco Paula de Soria y Antonio Herrera.
En un documento existente, suscrito por el Comandante Manuel María Larenas R., Jefe de la Unidad a
la que pertenecieron dos de aquellos jóvenes, llamada “Escuadrón Voluntarios”, se hace constar que los
alumnos que participaron en la “campaña del Centro y batalla campal en las faldas del Chimborazo, el
23 de enero de 1899”, por su valor y fidelidad manifestados en el cumplimiento de las comisiones a ellos
confiadas, se recomendaron ante sus jefes “que vieron a Soria y a Herrera (ambos estudiantes del Mejía),
presentarse intrépidos al combate, por lo que en el mismo campo fueron reconocidos como Subtenientes
de Ejército.”
[…] El único que sobrevive es Soria. Por lo mismo, nada diremos de él. Pudiera resistirse su modestia de
hombre estudioso, adicto siempre al Colegio de sus recuerdos y fiel a sus ideas, sincera y pulcramente
liberales. (Alemán, 1947, p. 122)
Es de gran importancia este himno de Soria – Suárez, por ser el primero en el plantel. Se
valoraba en esos primeros años de existencia del centro educativo, la figura y el pensamiento del
egregio orador quiteño José Mejía Lequerica, por lo que era muy lógico y oportuno dedicarle una
obra. En tres años ya era suficiente tiempo para tener un himno para el patrono y/o institución.
Pero parece que esta obra no se la siguió cantando continuamente en el Mejía. Puede haber sido un
trabajo realizado para el acto antes mencionado, al que asistió en persona Eloy Alfaro. Recordemos
que Suárez era un fiel seguidor de la Revolución Liberal y del “Viejo luchador”; le gustaba quedar
muy bien ante su mentor liberal, por lo que tuvo que haberse esmerado, junto con Soria para
realizar y estrenar este himno. Es probable que la obra en sí, no haya sido considerada oficial para
uso del plantel, por lo que solo tuvo esa interpretación. No hay evidencia de que haya sido tocada
en otra ocasión. No sabemos que formato presentó: solista o solista/coral con acompañamiento en
piano. En ese programa hubo una orquesta, dirigida por Suárez, que probablemente podría haber
tocado el acompañamiento de esa obra.
Llegaría el 12 de marzo de 1934, para que Reinaldo Suárez presente su Himno del Instituto
Mejía (¿Reedición de su primer Himno a Mejía o uno nuevo?) al entonces rector Sr. Hugo Moncayo.
También todo apunta a qué se no se cantaba un himno del plantel, de manera oficial. Moncayo
entonces manifiesta al contestar esta solicitud:
242
He recibido, con su atenta comunicación de 12 de los corrientes, el hermoso himno de este Instituto
dedicado por Ud., con exceso de gentileza y de patriótico interés por el adelanto del Plantel que regento,
al Rector, a los Profesores y alumnos. Al comunicar a Ud. que he impartido las órdenes del caso a fin
de que el señor Profesor de Música proceda a la enseñanza del himno a los alumnos, permítame que
le presente, a nombre de los elementos integrantes del Establecimiento y en el mío personal, los más
efusivos agradecimientos para el distinguido fundador que, en ocasión solemne, ha querido dar una
valiosa prueba de su vinculación espiritual con el Instituto Nacional Mejía. (Archivo histórico del Instituto
Nacional Mejía)
243
LA PRIMERA VELADA DEL INSTITUTO NACIONAL “MEJIA”
[…] El último domingo, tuvo lugar, en el Instituto “Mejía”, una velada literaria en honor del egregio tribuno cuyo nombre
se enorgullece este plantel.
1. Obertura por la orquesta dirigida por el distinguido profesor Sr. D. Reinaldo Suárez C.
3. “Himno a Mejía”, música del mismo Sr. Suárez, letra del expresado alumno Soria.
14. Discurso del Sr. Miguel A. Prado O., delegado del “Circulo literario Abdón Calderón”.
Don Juan, el alumno Alcides Pesantes; Don Carlos, el alumno Manuel M. Salguero; Aprendiz, el alumno César
Suárez; Marquesito de Lara, Humberto Hurtado.
El acto tuvo para nosotros doble significación: fue espontáneo y sincero, los discursos, todos originales de los estudiantes,
si con faltas propias naturalmente, de la corta edad de sus autores, demostraron bien claro, que estaban llenos de altivez
y patriotismo que ha tratado de inculcarse en los alumnos del expresado Colegio.
Antes que se cantara el “Himno Nacional” uno de los niños, con un buen meditado discurso puso en manos del Sr. Dr.
Peralta, Ministro de Instrucción Pública y a nombre del Instituto una tarjeta de felicitación por su onomástico. Ese ins-
tante fue verdaderamente conmovedor: la improvisación del Dr. Peralta al aceptar el saludo estuvo a la altura del fogoso
orador, del radical convencido y del patriota siempre dispuesto a no ahorrar sacrificios por ver formadas debidamente
las generaciones de mañana…
Si hasta ayer, la ingratitud envolvía en su negrura la memoria de D. José Mejía, hoy está reivindicada, su nombre escuda
un plantel de donde surgirá muy en breve la juventud gallarda y sin preocupaciones que formará la legión liberal que
nos suceda.
Nos resta ahora, enviar nuestras efusivas felicitaciones al Rector del Colegio Sr. Dr. Cueva, al Vicerrector Dr. Balarezo
y a todo el cuerpo de profesores que tan brillantemente llevaron a término su cometido.”
244
Gracias a la investigación en torno a Reinaldo, se ha podido encontrar la letra de un himno
que el musicalizó; esta letra tiene mucha categoría y gran acabado. La música (que se ha perdido)
seguro no se quedó atrás. A continuación el mencionado trabajo de Andrade – Suárez:
Coro
Solo
I II
III IV
Mientras la labor del Instituto Mejía crecía en cantidad y calidad, en la revista Vida Intelectual,
Órgano del “Comité 19 de marzo”, número III, publicada el 19 de marzo de 1915, se presentaba
esta pequeña nota:
245
El Profesor de Piano y Maestro de Música en el Conservatorio Nacional, Sr. Dn. Francisco Salgado A.,
ha compuesto la música marcial del Himno a Mejía. Actualmente lo está instrumentando para que pronto
sea ejecutado por las bandas de la capital. Proyecta después hacerlos cantar por distinguido conjunto
coral. Agradecemos al Sr. Salgado su labor cívica y artística.
Uno de los más insignes representantes del nacionalismo musical ecuatoriano, el maestro
Francisco Salgado, ofrecía su talento artístico a la memoria y obra de don José Mejía. Según se sabe,
en esa época aún era alumno del Conservatorio, por ello se puede deducir que esta obra era fruto de
su incesante impulso de componer música, aún sin tener un título profesional alusivo. Posiblemente
recibió una paga por su obra. Su gratitud por el laicismo alfarista en el Ecuador, lo hizo partícipe de
colaboración para el Mejía con esta magna obra musical; y posteriormente a este plantel le confiaría
la educación de sus dos hijos varones, Luis Humberto y Gustavo Salgado, hecho más que claro
de que su visión socio cultural se alejaba del dogma académico – religioso católico de la época.
Francisco, de ser un católico practicante convencido, podía haber accedido a una educación católica
en el Colegio San Gabriel o La Salle para sus hijos, pero no lo hizo. Una posible escasez económica
no es un argumento muy válido, pues de haber sido así, Francisco hubiese accedido fácilmente a
becas en esos planteles, pues sus hijos eran muy responsables y desenvueltos académicamente.
Además, el referente de calidad educativa del Mejía era algo que la mayoría de familias quiteñas
aspiraban en sus hijos. La investigadora quiteña Cecilia Miño Grijalva dice, al respecto del pensar
de Francisco Salgado:
[…]Becado por el Gobierno, se transforma en un verdadero exponente del laicismo. Sin embargo
mantiene su fe y su amor a Dios. Devoto, asiduo de la misa, jamás abandonará la comunión diaria. […]
Observa que el magisterio laico hace hincapié en la educación de un alumnado que se insertará en una
sociedad en una perpetua transformación. Nuevos escenarios promoverán el intelecto y la creatividad
hacia una expresión individual y nacionalista. (Miño; 2008, p. 25)
De izquierda a derecha:
1. Anuncio de diario El
Comercio, del 20 de mayo de
1922. 2. Anuncio de diario
El Comercio, del 1° de junio
de 1922. 3. Anuncio de la de
la revista Agraz de alumnos
de tercer curso del Instituto
Nacional Mejía de abril de
1927, cortesía de la biblioteca
Aurelio Espinosa Pólit.
Salgado ve entonces en esta revolución liberal, una posibilidad muy cierta de una formación
adecuada individual con el crecimiento armónico de la patria. Confiaba que en el Conservatorio
y en el Mejía (Obras alfaristas), se seguía un proceso formador académico adecuado. No en vano
sus hijos Gustavo y Luis fueron a estos dos centros educativos. Sumemos a esto que estos planteles
estaban, en cierta medida, mejor atendidos y preparados en la calidad educativa de la época.
Volvamos al naciente himno y constatamos que su estreno absoluto se realizó en Quito el
20 de marzo de 1923, en el Teatro Nacional Sucre como parte de la conmemoración del XXV
aniversario de fundación del Instituto Nacional Mejía. El sonado evento fue a las nueve de la noche,
de la siguiente manera:
246
Primera Parte
1. Himno Nacional del Ecuador, cantado por los alumnos del Colegio (este grupo fue formado
en las aulas del Plantel por José María Trueba, experto en lo concerniente a trabajo vocal. A
raíz de este evento, se generó el primer coro oficial del Mejía).
2. Discurso del señor Ernesto Valdivieso, Presidente del Comité de Festejos.
3. Cuadro Plástico, dirigido por el señor Nicolás Delgado (Profesor del Colegio), tomarán parte
las señoritas Elba Concha, María A. Cobo, Carlota Jaramillo, y Josefina Concha.
4. Marcha del Profeta de Giacomo Meyerbeer, efectuada por la Orquesta del Conservatorio
Nacional.
5. Veredictos de los jurados de los concursos [internos del Mejía] y entrega de los premios
correspondientes.
6. Recitación de la poesía premiada con la Violeta de Oro.
7. Canción española (nombre no registrada) de Ángel Sánchez y cantada por el tenor José María
Trueba, docente de música del Mejía.
8. Poesía Patria, del señor Dr. Manuel María Sánchez, rector del Instituto; recitación del alumno
Alfonso Moscoso. (Luego de unos años este poema fue musicalizado por el compositor
nacionalista ecuatoriano Sixto María Durán. Desde eso, esta canción se vuelve en un tema fijo
y emblemático para los momentos cívicos escolares ecuatorianos).
9. Voces de Primavera de Johan Strauss, baile de los alumnos del Instituto (el acompañamiento
tal vez fue realizado al piano, el músico que lo hizo se desconoce).
10. La hora de Ámbar de Ramón Hurtado; apunte dramático. Reparto: Marqués: Luis Coloma
Silva, Poeta: Guillermo Destruje. (Consta en el programa, pero por fuerza mayor no se
presentó).
11. Serenata Andaluza de C.M. Rucker (Intérprete/s desconocido/s).
Segunda parte
1. Himno a José Mejía, cantado por un grupo de alumnos del Mejía y la orquesta del Conservatorio.
2. Condecoración al señor Tomás Rosseau, el profesor más antiguo del establecimiento.
3. Fantasía de la ópera La Boheme de Giacomo Puccini (Intérprete/s desconocido/s).
4. Recitación de la poesía premiada con el Lis de Plata.
5. Vesti la giubba de la ópera I Pagliacci, de Ruggero Leoncavallo, canta el señor don Manuel
Martín Icaza.
6. Visión Campestre V. Monti –Violín Luis Maya y piano el señor Luis Humberto Salgado
(alumnos del Mejía).
7. Discurso del señor don Alejandro Andrade Coello (docente de Literatura del Mejía).
8. La Polonesa N°3 de Frederic Chopin, interpreta al piano por el señor Luis Humberto Salgado
(alumno del Mejía).
9. La sonrisa de Gioconda de Jacinto Benavente, paso de comedia. Reparto: Leonardo: Sr. Jorge
Reyes, Ismael: Sr. Gabriel Icaza, Floris: Sr. Oswaldo Castro, Antonio: Sr. Eduardo Cervantes
y Stella: Srta. Sara Grijalva.
10. Triumphant March de Paul Fanckey (Intérprete/s desconocido/s).
247
El diario El Comercio del 21 de marzo de ese año manifestó de este evento: “En una palabra,
la velada del Mejía fue espléndida coronación de las fiestas en honor al patrono del colegio, y
satisfizo al inmenso público, que acudió a la invitación, del mejor establecimiento del país”.
La letra del Himno a Mejía, fue inspiración del ya conocido maestro y periodista quiteño
Alejandro Andrade Coello, nacido en 1888. Realizó sus estudios primarios en el Colegio de
la Santa Infancia (de los Hermanos Cristianos), dirigido por el pedagogo Enrique Proaño, y se
graduó de bachiller en Santiago de Chile. Ya de regreso en su ciudad, es el Instituto Nacional
Mejía el que refrenda legalmente su título, de la firma del rector Abelardo Moncayo y el apoyo de
la Junta Administrativa del plantel. Ingresa como docente al Mejía aproximadamente en 1911. Se
desempeñó ahí brillantemente, dictando cátedra de Literatura, Gramática General, Higiene Privada
y Pública. También asumió el cargo de Inspector General.
Como fueron sus clases, nos lo relatan los que fueran sus alumnos, de la siguiente manera:
Su iniciación literaria la hizo en este plantel, emprendiendo una labor entusiasta por las letras. Su ocupación
después del bachillerato, ha sido, leer y profundizar las letras, no desconociendo por esto, bastante de las
otras ciencias. Sus clases en el Instituto Mejía eran verdaderas lecciones de ilustración general, pues con
su memoria portentosa, recordaba detalles de inspección minuciosa. (Revista Inquietud, 1930)
Fue incansable colaborador del Boletín del Instituto Nacional Mejía, obra acertadamente
creada por el rector Dr. Catón Cárdenas, en marzo de 1933. Su trabajo se vio reflejado en estas
publicaciones, desde 1933 hasta 1939 (A pesar de que en 1934 se jubila en el Mejía, sigue colaborando
con sus escritos). La profunda devoción por la obra del patrono de este instituto, y obviamente por
el ideal laico con el que este fue fundado, lo llevó a participar en la elaboración de la letra del Himno
a Mejía, como habiamos visto y valga la pena re exponerlo: la mencionada obra es nombrada por
primera vez en la revista Vida Intelectual III, el 19 de marzo de 1915, donde consta el nombre de
Francisco Salgado Ayala, como autor de la música de este himno. No está claro si ya estaba la letra
hecha en ese momento.
1) El ideal (Discurso pronunciado por encargo del Comité Mejía). Publicado en Vida Intelectual I – 19
de marzo de 1911.
2) El Instituto Nacional Mejía (Resumen histórico hasta la fecha de publicación). Y La belleza de los Siete
Tratados (Fragmento). Publicados en Vida Intelectual III – 19 de marzo de 1915.
3) A través de los libros - El camino de la dicha. Los libros nuevos – El tesoro espiritual. Publicados en
Boletín del Instituto Nacional Mejía N°1 - Marzo de 1933
4) Centenario del nacimiento del Dr. Luis Cordero – Un rasgo cívico de este gobernante. Publicado en
Boletín del Instituto Nacional Mejía N°2 - Abril de 1933
5) Evocación Centenaria – Ciencia y poesía (En el centenario de la muerte de Goethe). Centenario del
nacimiento de Ricardo Palma. Publicados en Boletín del Instituto Nacional Mejía N°3 - Mayo de 1933.
248
6) El centenario del “Quiteño libre”. Conmemoración Nacional – Magna obra de progreso (En el vigésimo
quinto aniversario del arribo del Ferrocarril del Sur desde Guayaquil a Quito). Publicado en Boletín del
Instituto Nacional Mejía N°4 - Junio de 1933.
Su ideal predilecto era el clásico: conocía todas las obras griegas y latinas. Los libros de
los clásicos españoles fueron comentados por él, así como obras francesas e italianas entre otras.
Llegó a publicar más de cincuenta volúmenes entre textos, opúsculos y poesías, la mayor parte
obras pedagógicas y críticas, ensayos históricos y monografías. Tenemos por ejemplo: Del Quito
antiguo, Manuel J. Calle, Motivos nacionales, El ocaso de los conquistadores, Mujeres de España,
Perifonemas, Algunas ideas acerca de educación, Al margen del camino de los paros, Nociones
de literatura general, Rodó, Motivos nacionales, Centenarios y milenarios, El aislamiento del genio,
Educación intelectual, Educación del hogar, Crónicas familiares. Fundó en Ecuador las revistas
Ilustración Militar, Revista Nacional, Albores Literarios y Ecuador. Colaboró con las revistas
extranjeras: Fígaro, Cuba contemporánea e Ideas, de la Habana; La nueva democracia de Nueva
York; Nuestra tierra de Buenos Aires; La Revista de la Universidad de Córdova y Tierra nativa de
Colombia. Además fue uno de los principales redactores del diario El Comercio de Quito.
Sus obras han sido juzgadas por el escritor uruguayo Ariosto D. González, en su libro
Crítica. Los autores Ricardo León, José Enrique Rodó, José Ingenieros, Emilio Bobadilla “Fray
Candil”, Rufino Blanco Fombona, Manuel J. Calle, Vicente A. Salaverri, Alfredo Clulow, Enrique
Estefanini, Abel Gracia Cálix, Gonzalo Zaldumbide, de diversas nacionalidades siguieron de cerca
su quehacer literario y pedagógico. Su importancia académica le hizo merecedor de constar en el
Diccionario Enciclopédico Espasa y en el Índice de Autores, publicado en México, por el poeta
Rafael Heleodoro Valle.
La música de nuestro himno, hemos mencionado que proviene de Francisco Salgado Ayala.
El nació en Cayambe el 1º marzo de 1880. La primaria la realizó en la Escuela El Cebollar de los
Hermanos Cristianos y la secundaria en el Colegio de los Franciscanos en Quito. Posteriormente
ingresó al Conservatorio Nacional de Música y Declamación de Quito, para estudiar Composición
Musical y Piano; teniendo entre algunos de sus maestros a los reconocidos Domingo Brescia y
María Behovide. En agosto de 1917 se graduó de profesor de Piano. Sus composiciones son de
distintos géneros musicales: sinfonías, conciertos para piano y orquesta, cuartetos, preludios y fugas
a cuatro y tres voces, danzas ecuatorianas, cuadros musicales de la sierra ecuatoriana; misas, motetes,
etc. Francisco también obtuvo premios por sus composiciones:
249
1) Primer Premio por el yaraví Canción Indiana en un concurso de Música Popular, en 1946, promovido
por la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
2) Primer Premio por Preludio y Fuga a cuatro voces para Órgano, en 1955, en un concurso promovido
por la Sociedad Filarmónica.
3) Primer Premio por su tríptico A la bien amada: Nocturno, Poema Romántico y Scherzo; año
desconocido.
Luis Humberto y Gustavo Salgado Torres, sus hijos, recibieron fuerte influencia, del
nacionalismo de su padre. Francisco fallece en Quito en 1970, producto de infarto cardíaco.
El himno Andrade – Salgado, de buen acabado estético, tuvo una buena aceptación en la
comunidad Mejía. No podía de ser de otra manera. Dos grandes maestros habían conjugado su
talento, en pro de rendir merecido tributo al egregio orador quiteño.
El resultado fue una obra con división de solo y coro; y luego con arreglo para orquesta, sin
embargo solo se ha encontrado, en el archivo personal de Yolanda Salgado(+), hija del compositor,
la partitura para piano y voz. Es de un encuentro casual, que tuve en plena investigación de campo
para este libro con el maestro pianista e investigador ecuatoriano Guillermo Meza (difusor de la
obra de la familia Salgado) que se encontró esta maravillosa pieza musical. De este musicólogo hay
una publicación de análisis en torno a este himno. La segunda edición de la misma, fue publicada
por la Directiva 2016 – 2019, de la Sociedad de Egresados del Mejía, el 29 de septiembre de 2018.
En la partitura original, no existe información, que nos indique si la obra fue por encargo, o
por dedicatoria hacia el Mejía. Tampoco se la encontró en el archivo histórico del plantel. No hay
evidencia de que la obra haya sido cantada más veces, y las razones para esta circunstancia. Pero
veremos más adelante que era de conocimiento en el Plantel, muchos años después de su estreno.
Hasta el momento sabemos que su única ejecución, fue el día de su estreno. Sin embargo, pudo
usarse en momentos especiales, en su versión de piano, en los festejos al patrono del plantel. Y
adicional fue (o estuvo en proyecto) de himno del plantel, porque en la partitura original aparece un
texto para alternar en el Solo, que evoca directamente a los estudiantes del Mejía.
De izquierda a derecha:
1. Alejandro Andrade Coello
en 1916. DRA. 2. Francisco
Salgado Ayala (año desconocido).
Cortesía de la Fundación Luis
Humberto Salgado. 3. Alejandro
Carrión, tomada de la revista
Eslabón N° 15 de 1975. 4. Pedro
Ingavélez (año desconocido),
cortesía de Pedro Ingavélez hijo.
5. Publicidad del Lanzamiento del
libro Francisco Salgado – Himno
a Mejía, realizado por la Sociedad
de Egresados del Mejía 2016 –
2019. 6. El día del Lanzamiento
del libro Francisco Salgado –
Himno a Mejía, realizado por la
Sociedad de Egresados del Mejía
2016 – 2019, el 29 de septiembre
de 2019; de izq. a derecha: Iván
Ruiz, Daniel Sánchez, Guillermo
Meza, Miguel Juárez y Juan
Erazo. 5. y 6. Imágenes cortesía
de la Sociedad de Egresados del
Mejía 2016 – 2019.
250
Himno a Mejía
Letra: Alejandro Andrade Coello Música: Francisco Salgado Ayala
Coro
Solo
Ia II a
os conduzca hacia el sol de la ciencia, ¡Qué ella ilustre y remedie los males,
Ib II b
Ic II c
251
6.3 El himno del Instituto Nacional Mejía
El 5 de febrero de 1945 ingresa al Instituto Nacional Mejía como profesor, el señor Sergio
Núñez Santamaría, (Guerrero; 1995, p. 258). Y el 26 de abril de 1951, en el periódico estudiantil
Ensayos n° 20, este docente publica numerosos cambios a la letra del Himno a Mejía. Del coro solo
conserva el primer párrafo, y cambia completamente el segundo, modifica casi totalmente el Solo y
adiciona una estrofa más al himno:
Coro I
en sus aulas los fueros del hombre los dominios que abarca la ciencia
II III
a nosotros nos toca los males sea solo del viejo pasado;
IV V
que mantiene el polen activo que contemplen desde hoy estos muros
252
del Mejía, en vez de modificar obras (camino sencillo y nocivo). Es así que en 1954 aparece una
nueva letra, de autoría del egresado y docente del plantel, el señor Alejandro Carrión, que es la que
hasta hoy se usa. Eran los tiempos del rectorado del Dr. Ángel Modesto Paredes.
Así aparece Juan sin Cielo en escena, seudónimo dado al lojano Alejandro Carrión Aguirre,
que vino al mundo el 11 de marzo de 1915. La primaria la cursó en La Salle de los Hermanos
Cristianos y la secundaria en el Colegio Bernardo Valdivieso de Loja, concluyendo su bachillerato
en el Instituto Nacional Mejía de Quito. Ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad Central
del Ecuador. Fue miembro de número de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, de la Academia
Ecuatoriana de Ciencias Sociales y Políticas y del Grupo América de Quito; Vicepresidente de
la Unión Nacional de Periodistas, Secretario General del Sindicato de Escritores y Artistas del
Ecuador, Vocal - Director del Instituto Nacional de Previsión Social en representación de los
trabajadores privados, Presidente de la Comisión Nacional de Reforma Agraria. También fue
docente en el Colegio Bernardo Valdivieso de Loja y en la ciudad capital lo hizo en el Colegio
Nacional Juan Pío Montúfar, Instituto Nacional Mejía, Universidad Central y en la Escuela Nacional
de Policía. Colaboró como periodista en diarios y revistas de Ecuador como: La Tierra, Sábado,
El Comercio, Últimas Noticias, El Sol, El Universo, La Razón; y el diario El Tiempo de Bogotá.
Fundó en Quito la revista política La Calle, por cuyo contenido, en los años 60, fue víctima de una
agresión. Desde entonces utilizó el seudónimo de Juan sin Cielo. También ejerció la redacción del
diario Las Américas de Washington y Vistazo de Guayaquil; edición de la revista Letras del Ecuador
y de la revista de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Un resumen de su trabajo literario es: Luz de
Nuevo Paisaje, Aquí, España Nuestra, Poesía de soledad y el deseo, Tiniebla, Agonía de árbol y
de sangre, Los compañeros de Don Quijote. En 1986, el presidente de la República, Ing. León
Febres Cordero, le entregó el premio Eugenio Espejo. Ganó el premio de Mary Moorss Cabot de
periodismo de la Universidad de Columbia y el Premio Losada de Buenos Aires. Murió el 4 de
enero de 1992, en Quito.
Pasarán unos años, para que aparezca otro buen músico y docente talentoso, que crearía la
música del himno, que hasta hoy cantamos. El llamado a realizar este honor, es el brillante músico
ecuatoriano Pedro María Ingavélez (Inga Vélez), que nació en la ciudad del Cañar, el 3 de diciembre
de 1910; sus padres fueron Jerónimo Inga y Mercedes Vélez. Inicia sus estudios musicales con el
violín, en su ciudad natal con su padre, que era destacado músico y maestro de capilla del Cañar,
y los termina con otros maestros en Cuenca y Guayaquil, de entre los cuales los más importantes
fueron: Luis Aguirre Pinto (Argentina) y Andrés Dalmán (Argentina). Además poseía una fuerte
sentido de formación autodidacta. Llega a dominar el violín, el piano, la guitarra, el órgano, la
mandolina, el acordeón y la marimba entre otros instrumentos. Hizo música con sus hermanos
Miguel, Deifilio y José Rudecindo (este último autor de la canción La bocina). En la composición,
Pedro se estrena a la edad de catorce años. También elaboró un libro de música escolar (hoy
desaparecido) en Cuenca. Los hermanos Inga Vélez, fueron los fundadores del grupo Alma Cañari
253
y luego, junto a otros músicos cuencanos, de la orquesta Rossini en Cuenca. Se estrenaron con este
último grupo en 1933, en el Teatro Nacional Sucre de Quito, alternando con los Cuatro Huasos
chilenos, en un festival de la Sociedad de Estudios Sociológicos. En el trayecto de su vida, Pedro
realizó varias actividades de la línea musical, por ejemplo fue director de varias orquestas y docente
de música en algunos establecimientos, entre los cuales están: Colegio Bolívar y Colegio Quinta
Normal de Ambato: Colegio Juan Pío Montúfar, Colegio de Señoritas Simón Bolívar, Colegio La
Providencia, Colegio La Salle y el Instituto Nacional Mejía en Quito. Hacía trabajos esporádicos
para centros educativos particulares. También afinaba y reconstruía pianos, en el Instituto Nacional
Mejía y en varios conventos de Quito.
De izquierda a
derecha, de arriba
hacia abajo: 1. El
grupo Alma Cañari;
el primer violinista,
desde la izquierda,
es Pedro Ingavélez.
Año desconocido.
Imagen cortesía de
Pedro Ingavélez
hijo. 2. Publicidad
para presentación
de los Cuatro
Huasos, en 1934.
Imagen de dominio
público. 3. y 4.
Publicaciones
luctuosas del 23
de enero de 1972,
en el diario El
Comercio de Quito,
por el fallecimiento
del maestro
Pedro Ingavélez,
realizadas por el
Instituto Nacional
“Mejía”.
254
Las obras que existen de su trabajo musical son: Himno oficial de la provincia de Tungurahua;
letra: Rodrigo Pachano, Himno del Colegio Hispanoamericano; letra: Rodrigo Pachano, Himno
al Colegio Bolívar de Ambato; letra:¿?, Himno a la Provincia del Cañar; letra: Remigio Romero
Cordero, Himno a las Naciones Unidas; letra: Carlos Chávez, Himno a la paz; letra: Aurora
Castro, Himno al Instituto Nacional Mejía; letra: Alejandro Carrión; con posterior arreglo del
compositor peruano Richard Antón en 2003, para banda sinfónica y coro a dos voces. Los pasillos:
Remordimiento; letra: Rigoberto Cordero León y Tu olvido; letra: Ángel Leonidas Araujo. Y la
letra y música del sanjuanito El capulí, el cual se convierte en ganador en la radio Quitumbe, como
el tema más pedido del año ¿?. Para hacer esta obra, Pedro se inspiró al comprar capulíes a una
señora, en una calle de Quito.
Hay muchas más obras que no han sido publicadas, pero son guardadas por el hijo mayor
de Pedro. Muchos de estos trabajos tuvieron seudónimos, como requisito para algunos concursos.
Los que usó fueron Amadori, Nerón y Cuervo Feroz.
Nuestro compositor, Pedro Mario Inga Vélez, ingresa al Instituto Nacional Mejía, como
docente de Música, el 16 de octubre de 1963 (Guerrero, 1995, p. 253). Dentro de algunos años él se
realizó un cambió legal de sus apellidos. Debido a que lo llamaban constantemente “IngaVélez”, él se
acostumbró a esto, y decidió unir legalmente sus dos apellidos, con lo que quedó como “Ingavélez”,
apellido que así heredaron sus hijos. Pedro Ingavélez era muy exigente con sus alumnos, durante
toda su docencia. Fue padre y profesor de los músicos Pedro Mario Ingavélez y Fernando Ingavélez.
Un infarto al corazón, derrumbó al insigne maestro, en las gradas exteriores del edificio
central del Instituto Nacional Mejía, el 19 de enero de 1972. Es llevado de emergencia al IESS
(Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social) dónde estuvo internado casi dos días; ahí sufre otro
infarto fatal, el 22 de enero de 1972. Él padecía de problemas de presión alta, pero los mantuvo en
secreto, para no preocupar a su familia, a la par que era muy reservado en su salud.
255
Colegio Mejía presentará hoy un programa de TV por festejos patronales
El Colegio Mejía ha elaborado un programa de televisión en el Canal 6, con motivo de celebrar las fiestas ani-
versarias. Este se realizará hoy día domingo a las 9 p.m. Tomarán parte los alumnos del plantel y estará bajo la
dirección del señor Pedro Inga Vélez en la parte musical y en la literaria bajo la dirección del señor Gonzalo
Vásconez.
Gracias a la gentil colaboración del gerente de Televisión Ecuatoriana del Canal 6 ha sido posible la realización
de este programa.
2°.- Himno del Colegio, música del Profesor Pedro Inga Vélez coreado por los alumnos.
3°.- Vida del Instituto Nacional Mejía a cargo del alumno Octavio Franco.
4°.- [U]oche de Ronda de Agustín Lara, interpretada por el alumno Nelson Vargas, con el marco
musical del Profesor Pedro Inga Vélez y la guitarra de Miguel Chávez. [Y] Más solo que nunca - Tango – in-
terpretado por el señor Nelson Vargas.
6°.- El Lírico, pasillo interpretado por el alumno Juan Erazo. Invernal, interpretación del mismo
alumno.
8°.- Ojos negros, canción rusa, interpretada en acordeón por el profesor Pedro Inga Vélez.
9°.- Nueve de Julio, Tango de Julio Lecaro, solo de Acordeón por el Profesor Pedro Inga Vélez
Habíamos apuntado que la personalidad del maestro Ingavélez fue muy reservada. Por ello,
no están claros los detalles exactos de cómo fue creada la música del Himno del Instituto Nacional
Mejía. He revisado en el archivo del mencionado maestro (en posesión de su hijo mayor Pedro
Mario) la partitura de este himno, pero no existe. ¿Se extravió? ¿Nunca lo pasó a un papel? A esto
suma, la peculiar forma de escribir del músico: en momentos de inspiración creativa, anotaba los
fragmentos de una canción en varias hojas sueltas que estaban a la mano, durante varios días.
256
Alfredo Lucero y Carlos Narváez, ya con la partitura en su poder, y otorgándole éticamente
la autoría a Ingavélez, la comenzaron a ejecutar en el plantel. Al poco tiempo, Pedro fallece.
Al respecto del himno de Pedro, el arquitecto Virgilio Tejada (egresado del Mejía en 1961)
comenta que él tuvo la oportunidad de cantarlo con la ejecución del maestro Ingavélez. Después,
cuando retorno algunos años después, como docente al plantel, la obra tenía algunas diferencias.
Para esa época Ingavélez ya había fallecido. ¿Qué pudo haber sucedido, para que existiesen esos
cambios? Según Virgilio la obra (como se la canta actualmente) es mucho más rápida que la original;
además comenta, que antes el desarrollo musical se daba de una manera muy poética y majestuosa,
muy cercana a la interpretación del Himno Nacional20 y en ciertas partes (que no precisa exactamente)
hay cosas que no son iguales. La explicación podría darse es que si Pedro jamás escribió la obra, es
posible que le diera ciertos cambios, variaciones o “ajustes” cada vez que la interpretaba al piano.
Por ello no pudo jamás ser exacta la transcripción. No olvidemos el detalle de omitir el intermedio
instrumental, por el mismo compositor. En torno a la velocidad, puede ser que gradualmente se
comenzó a cantar más rápido, en torno a que cada vez nuestra sociedad se vuelve más “ágil”, por la
creciente cantidad de cosas por hacer. O simplemente los nuevos docentes de música que dirigían
y enseñaban el himno consideraron hacerlo más cercano al ritmo de marcha militar, más enérgico,
veloz y simétrico. Se abandonó entonces esa “narrativa majestuosa” cantada, a la par que una de las
estrofas, por una nueva interpretación.
Lucero, con mucho respeto y cariño, comienza a difundir el himno, siguiendo lo mejor
posible, el trabajo que había hecho Ingavélez. Por ello, en los años 80¿? el himno es interpretado en
una versión a piano (intérprete desconocido) en casete para los momentos cívicos.
Despúes, Alfredo consigue el apoyo del Consejo Provincial de Pichincha (actual Gobierno
Autónomo descentralizado de Pichincha), para que se realice la primera grabación de audio digital,
con la intervención del Coro Pichincha a dos voces y el acompañamiento de la Banda Sinfónica del
Consejo Provincial, en arreglo del compositor peruano Richard Antón. El impecable resultado final
se estrenó el 5 de junio del 2003, con motivo del día del Revolución Liberal. Días posteriores se la
colocó en el portal de internet Youtube. Lamentablemente desconocemos porqué fue eliminada
de este sitio en 2018 y quién lo hizo. Sin embargo Mejía Ignoto, un personaje anónimo que sigue,
defiende y difunde algunas actividades del Mejía, coloca nuevamente el audio en Youtube, con una
animación, el 12 de mayo de 2018. Ante la misma situación y diligentes por este símbolo importante
del plantel, el Ing. Héctor Javier Caicedo Montoya y el Lic. Juan Carlos Erazo Ballesteros, egresados
del Mejía, también colocan nuevamente en este portal el audio del 2003 y un video, con la letra del
himno y los datos concretos del origen del mismo, el 28 de enero de 2021.
De izquierda a derecha: Juramento a la bandera, en la Plaza Grande, en 1961. Desde la izquierda: escolta Eduardo Vela, abanderado
José Vergara y escolta Virgilio Tejada; y el inspector Eduardo Loza. En esa oportunidad asistieron en simultáneo al evento cívico,
junto al Mejía, los colegios Montúfar y Montalvo. Imagen cortesía de Virgilio Tejada. 2. Fotografía de Alfredo Lucero, el 6 de abril
de 2018. Cortesía de Thomy Pozo. 3. El maestro Edgar Palacios, en 2017. Imagen tomada de la página de Facebook Sinamune
Edgar Palacios.
--------------------------------------------------------
20. […] la canción es un hossana [canto de júbilo] por la Independencia del Ecuador […] Cómo ha de enseñarse el Himno Nacional
del Ecuador en escuelas y colegios. Juan Pablo Muñoz Sanz, 1947.
257
Himno al Instituto Nacional Mejía
Coro
I II III
El Mejía la flor vigorosa Aquí están, Ecuador, nuestras almas, El Mejía comprende tu historia
de tu sangre en radiante salud tu camino que va al porvenir; que es justicia, es verdad y es honor;
a tu gloria se ofrece dichosa, un camino sembrado de palmas estar siempre velando tu gloria,
bella Patria toda juventud. que jamás osarán abatir. te lo juro, Ecuador, Ecuador.
Lo interesante de esta versión grabada de 2003, es que llegó a ser la primera de gran
acabado, con coro, dentro de planteles educativos. La mayoría de escuelas y/o colegios poseen,
lamentablemente, grabaciones de mala calidad, mala afinación, al unísono y a veces grabadas en
vivo, en programas al aire libre; con acompañamientos sencillos en piano, y más recientemente con
programas informáticos que simulan orquestas.
La del Mejía, tienen un arreglo bien hecho, instrumentos reales y voces profesionales que le
dan el sello de calidad que merece indiscutiblemente el “Patrón”. Para conseguir esta grabación, fue
de mucha ayuda la amistad y contactos del docente del Plantel, Dr. Fabián Poveda, en el Consejo
Provincialde Pichincha.
¿Quién fue Luis Alfredo Lucero Defaz? Él nació el 17 de noviembre de 1944, en Quito.
El gusto y talento musical los heredó de su padre y tío, quienes fueron músicos profesionales. Fue
258
estudiante del Colegio Montúfar los tres primeros años. Luego estudia en el Colegio Luis Napoleón
Dillon, en la tarde, para estudiar en la mañana oboe, en el Conservatorio. Llegó a ser alumno de Luis
Humberto Salgado en Armonía superior. Fue docente de Ciencias Sociales, Historia, Geografía y
Economía, durante 1968 hasta 2010, cuando se jubiló. Alfredo Lucero entra al Instituto Nacional
Mejía el 25 de febrero de 1969 (Guerrero; 1995, p. 255). Compartió cátedra en el “Patrón” con
Wágner Adoum (hermano de Jorge Enrique Adoum) y Pedro Ingavélez. También fue profesor en
el Colegio Espejo. Como músico, ayudó a la formación de la Sinfónica Nacional y fue saxofonista
en el Municipio de Quito, en 1990. Formó parte de las orquestas Salgado Junior, Combo de las
estrellas, Quinteto América y Siglo XXI.
Mejía
I II III
Dicen que la luna se ha escondido Toda la gente va pregonando Mejía siempre adelante
y que el sol celoso no saldrá los 75 del Patrón tu grito de guerra una oración
porque las campanas diamantinas y los estudiantes van cantando tu nombre glorioso es esperanza
en nuestro colegio suenan ya. con gran alborozo esta canción. símbolo eres de esta mi nación.
IV V VI
del viejo luchador recordaré. sin distingos ni condición llevamos ciencia y dedicación
Otras obras, con letra y música, fueron estrenadas en las bodas de plata. Más adelante las
veremos.
259
Canción de los cien años
Letra: Stalin Oviedo Música: Edgar Palacios
Coro
I II
III IV
260
Himno del Centenario
Letra: Galo Arroyo Espíndola Música: Edgar Palacios
Coro
I II
Tus cien años, nos dice esa historia, Es Alfaro, el gestor y el baluarte
III IV
proyectarnos a la eternidad.
Llegan los festejos del Primer Centenario del Instituto Nacional Mejía, en 1997. En general,
la programación de este acontecimiento fue variada, amplia y muy por lo alto. Dos temas musicales
se crearon para homenajear al “Patrón”. La primera sería la Canción de los cien años, con letra del
Dr. Stalin Oviedo (docente del Mejía). La segunda fue el Himno del Centenario, con letra de Galo
Arroyo Espíndola (docente del Mejía). Las dos obras tuvieron la música del maestro lojano Edgar
Palacios.
261
De izquierda a derecha: 1. El Conjunto Los Barreiros, en 1955. Desde la izquierda: Bolívar “Pollo” Ortiz, Gonzalo Carrasco,
Segundo Jiménez, Rodrigo Barreno y Teófilo Durán. Tomada de la página de Facebook Romancero Ecuatoriano. 2. Stalin Oviedo,
en 2004. 3. Galo Arroyo, en 2004. Imágenes de 3. y 4. Tomadas de Ad Astra, Revista del Instituto Nacional Mejía, Año 1, N°1 de
2004. 4. Estudiantes del Mejía en 1957. Imagen cortesía de la Sociedad de Egresados del Mejía. 5. Desfile nocturno del Mejía con
antorchas, celebrando a Quito, el 6 de diciembre de 1974. Este agasajo fue muy alegre y llamativo. Al llegar al plantel ofrecieron la
“Canela Mejía” a todos los participantes y asistentes. Imagen tomada de diario El Comercio del 7 de diciembre de 1974. 6. Imagen
aérea de Mejía y sus alrededores. Imagen tomada de diario El Comercio, del 6 de diciembre de 1960.
262
¡Soy del Mejía wambrita!
Parodia de la tonada Ay caramba con letra y música de Rodrigo Barreno
B
A
Amores y desengaños, da la vida (bis)
Soy del Mejía wambrita ¡Ay caramba! (bis)
no creas que yo te engaño ¡Ay mi vida! (bis)
aunque tus taitas no quieran ¡Ay caramba! (bis)
por algo soy del Mejía ¡Ay wambrita! (bis)
¡Soy del Mejía wambrita!
no creas que yo te engaño
B’
A’
Las wambras a mí me quieren ¡Ay caramba! (bis)
Tú serás mi mujercita ¡Ay caramba!
y gritan con emoción ¡Ay caramba! (bis)
aunque tus taitas no quieran ¡Ay caramba! (bis)
no hay como los del Mejía ¡Ay caramba! (bis)
¡Soy del Mejía wambrita!
¡Patrón Mejía campeón!
B’’
Lo extraño de estas obras es que no fueron estrenadas. Las partituras están desaparecidas, a
razón de que el compositor Palacios, asegura de que fueron entregadas a tiempo al Mejía, y que no
conserva respaldo de las mismas. Y en el Mejía no han sido localizadas hasta el cierre de este libro.
263
Finalmente es importante mencionar canciones de corte popular, que toman un vigor
increíble en y para la identidad del Mejía, a saber:
1) La tonada Soy del Mejía wambrita, tomada de la tonada Ay, caramba atribuida su autoría, en
letra y música, a Rodrigo Sabino Barreno Cobo (Riobamba, 16 de junio de 1912 – Quito, 16
de marzo de 1994). Se la conoce también como Pichincha runa. La parodia en la letra (autor
desconocido) para el Mejía, nace por los festejos de los 75 años de fundación del plantel
(1972), con leves modificaciones de la música. Y en 2011, el estudiante Esteban González,
junto a otros compañeros del Mejía, sacan una versión de la canción, con instrumentos
eléctricos, con un toque más moderno y rockero, variaciones en la Introducción, a la par que
agregan una nueva estrofa, usando una variación en la parte B de la melodía. Finalmente,
cuando se interpreta esta canción, se han entonado más frases “improvisadas”, que enfocan
los logros o anécdotas del Mejía, siguiendo, de manera muy parecida, la variación impuesta
por González, o simplemente buscando que coincidan textos y música de manera correcta:
3) La balada Seis años, Letra y música de Alex Guijarro (Ver Capítulo V) - 2010
4) La balada Es toda la vida de Miller Guevara (Ver Capítulo V). Esta obra forma parte de un
disco compacto, dedicado íntegramente al Mejía. Este material se llama Toda la vida, y fue
lanzado en 2014, con aporte económico del egresado del Mejía en 1968, Alfonso Cevallos
(+) y la Sociedad de Egresados del Mejía directorio 2014 – 2016.
Comparto entonces el texto y la música, de las que más son cantadas e identificadas por los
mejías en la actualidad: Soy del Mejía wambrita y Seis años.
264
Campanas diamantinas
Letra: Marco Álvarez, Música: M. Renán De La Torre
I II
Está aquí el “Patrón” Mejía Con su grito que es bandera
defendiendo su ideal en la nueva sociedad
lleva en su alma la alegría y su pecho que es trinchera
de este Quito colonial donde todo es claridad
y conserva la hidalguía va sembrando a la primera
de su ancestro señorial. flor de auténtica igualdad.
III IV
En sus labios la protesta En tus bodas diamantinas
contra el vicio y la opresión te saluda todo el Ecuador
es un fuego que se presta y las águilas andinas
para toda redención se arrodillan en tu honor
es mensaje y hasta es gesta porque marchas a la gloria
de una gran revolución. junto al “Viejo luchador”
Seis años
Letra y música: Alexander Guijarro Ochoa
Coro
Lai
Toda la vida por el Mejía
Lai
quiero cantar
porque aquí, está mi vida
Recuerdo aquellos días
toda la vida y libertad.
de alegría y de tristeza
larala
seis años de mi vida en el “Patrón”.
y libertad, y libertad
265
No son seis años, es toda la vida
Letra y música: Miller Guevara
Toda la vida
Y dicen que son seis años
hasta la muerte
pueden ser los que en ti yo estuve
ayer, hoy y siempre
pero al salir de tu cuerpo
mi corazón vivirá en ti.
mi corazón vivirá en ti
y cuando yo me vaya
266
Caricatura musical de Alfaro y sus colaboradores; que apareció en 1910, en la revista La ilustración ecuatoriana. Imagen tomada de
Memoria musical del Ecuador.
Curso de perfeccionamiento de Profesores del Litoral, en el Salón de actos, en el edificio del Beaterio, usado por el Instituto Nacional
Mejía, en 1930. En la primera fila, de izquierda a derecha: atrás de una señorita desconocida, el Dr. Emilio Uzcátegui (Director
General de Educación), Dr. Carlos Andrade Marín (Subsecretario de Educación), en el centro el Dr. Manuel María Sánchez y
finalmente al extremo delantero Leopoldo Chávez (Director de Estudios de Pichincha). Imagen cortesía del Ministerio de Cultura y
Patrimonio del Ecuador.
267
6.5 Partituras
268
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278
ANEXOS
279
Anexo I
Fotografías históricas
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Despacho del Ministerio de Instrucción Pública, en 1910. Tomada
de la Guía Comercial de 1910. 2. Inauguración del Monumento a los Héroes de la Independencia, el 10 de Agosto
de 1906, por el Gral. Eloy Alfaro. Fueron invitadas autoridades nacionales, miembros de la Universidad Central y del
Instituto Nacional Mejía. El Dr. Manuel María Sánchez tomó la palabra en nombre de la delegación de profesores y
estudiantes del mencionado Mejía. Imagen tomada del libro Imágenes del Ecuador del Siglo XIX. 3. Despacho del
Gral. Eloy Alfaro. Año desconocido. Imagen de Juan Carlos Erazo Ballesteros
280
Anexo II
Creación Oficial del Instituto Normal Mejía
La Junta General de Profesores del Instituto Normal Mejía, en sesión plena, resolvió que
os dirija el siguiente manifiesto, pidiendo que vuestra sabiduría dictamine lo conveniente acerca de
la erección de este Plantel, bajo sólidos fundamentos, para que en nuestra Patria desengañada por
el tiempo que disgrega y destruye los monumentos que tienen cimientos falsos de movediza arena,
sean reemplazados con otros que den buenos resultados: ya que ciertos Establecimientos de suyo
han desaparecido, dejando solo recuerdos funestos de especulación, de codicia y de alarmante
acopio de dineros que han producido cuantiosas fortunas, con mengua de la Nación y gran perjuicio
del Tesoro Público.
También con el Instituto Normal Mejía reaparece la antigua Escuela Politécnica, con jóvenes
profesores de reconocido mérito, que estimulados por el progreso del país tienden a organizar este
Instituto con el más grande entusiasmo y levantando patriotismo.
El objeto primordial del Instituto Normal Mejía es formar profesores idóneos para que
las abejas laboriosas, cual colmena de abundante y deliciosa miel, salgan a los demás pueblos a
obsequiar el delicado néctar del que carecen, y ejercer profesiones lucrativas, en pro de los intereses
comunes, dando seguridad a las propiedades, y rectitud y eficacia a todos los procedimientos
encaminados a su grandeza. De este plantel saldrán: los Pedagogos y Maestros de primeras letras,
los de Segunda Enseñanza, los Licenciados en Filología y Lenguas, los Doctores de esta clase,
los Licenciados y Doctores en Ciencias y Letras, en Ciencias Exactas o Filosófico - Matemáticas,
en Astronomía, en Ciencias Físico – Químicas, en Ciencias Naturales, los Doctores Ingenieros
Civiles, Geógrafos, Hidrógrafos; Mecánicos de Minas, Militares y Agrónomos; los Licenciados en
Arquitectura y Veterinaria, los Topógrafos, Técnicos – Mecánicos, Técnicos – Químicos, Cerámicos,
Náuticos, Peritos Industriales y Agrícolas, Agrimensores, Peritos Mercantiles y Contadores Públicos,
Telegrafistas, Pintores, Grabadores, Litografistas, etc.
281
Con excepción de muy pocas asignaturas, hoy en el país los profesores para todas las
Ciencias, y los tenéis congregados para fundar, sostener y desarrollar el extenso y valioso plantel
Instituto Normal Mejía, que a no dudarlo producirá, en breve tiempo, los bienes deseados. Tan
luego como haya los fondos necesarios se contratarán en el exterior los profesores que faltan, con
los cuáles formará el Magisterio un Cuerpo responsable.
Los trabajos esenciales para la instalación de este Plantel se iniciaron desde que asomó
la Aurora de la verdadera Libertad, y tiene de ellos conocimiento la República entera, por los
programas publicados, que están acordes y en armonía con los de otras naciones civilizadas, que han
tenido mejor suerte respecto a la buena reglamentación y dirección en los estudios; con su ejemplo,
las variadas inteligencias, graduando sus alcances, podrán optar las carreras que sean apropiadas a
sus inclinaciones, al genio industrial, y a las necesidades sociales del suelo en que viven.
Los estudios teóricos y prácticos de las diferentes carreras profesionales deben estar
reconcentrados en Establecimientos especiales, a fin de poder dar la enseñanza integral, y la unidad
posible a los estudios, en conformidad con los Reglamentos y teorías de la pedagogía moderna, para
que de esta manera, con pocos y selectos profesores se pueda alcanzar el desarrollo perfecto en
todas las ramas del saber humano, una vez que las Ciencias están relacionadas íntimamente, siendo
cierto que la Enseñanza Secundaria es la continuación, el complemento natural de la enseñanza
elemental integral; la superior y especial desenvuelve las carreras profesionales con estudios afines,
parciales y relativos o cada uno de ellos. Siguiendo este sistema se evitan dobles asignaturas, y en
consecuencia dobles y aún triples sueldos erogados por la Nación a un mismo profesor, como ha
sucedido en las otras Administraciones.
A primera vista parece que las enseñanzas que se van a dar en el Instituto son complicadísimas,
pero en verdad no son tanto como se pueden suponer, atendiendo como ya lo tenemos dicho, a
que las Ciencias relativas a este Plantel, correspondientes a las carreras profesionales afines, se
apoyan las unas en las otras, como en sus principales para su completo desarrollo, y puesto que
los conocimientos perfectos de las Ciencias elementales, resulta que las Ciencias profesionales son
fáciles, por ser un consecuencia de aquellos principios y fundamentales teorías: y en gran manera
son fáciles y desaparece la aparente dificultad, cuando el joven diligente y entusiasta por el saber se lo
estimula con el Magisterio, después que haya adquirido los conocimientos regulares, asignándole un
lucro correspondiente a su aprovechamiento: de este modo el joven estudioso saldrá del Instituto,
profesor, maestro práctico, y con las luces necesarias para difundirlas a donde se le envíe.
En verdad Señores legisladores, las ciencias de que se va a ocupar el Instituto no son tan
fáciles; pero sus aplicaciones son inmensas, esencialmente productivas, y sin ellas no hay riqueza, no
hay adelanto material e intelectual, todo progreso sino imposible es difícil; no son como las demás
Ciencias, de las cuales se originan las otras profesiones que no son más que consumidoras y de mero
lucro para el que las alcanza.
Este Plantel de alta importancia para el país, debe tener vida propia, con rentas seguras y
separadas del Erario Público, para lograr de fecundos resultados; puesto que, de él dimanarán las
reformas sociales y la juventud saldrá de la esfera de oscuridad a la vida pública, con principios dignos
de almas libres, independientes y amantes de la humanidad. De este modo, HH. Legisladores,
secundaréis los propósitos del esclarecido Señor D. Abelardo Moncayo, Presidente de la
Constituyente, quién dice en su luminoso discurso, pronunciado para colocar la banda Presidencial:
“En el vasto plan de Vuestra Administración regeneradora imposible que os haya pasado inadvertida
esa porción delicada y la más hermosa de nuestra sociedad; la que pudiéramos llamar nuestra patria
en miniatura, o mejor, la esperanza más vívida de nuestro país, hablo de la juventud. El pan del
alma, la instrucción pública para todos nuestros pequeñuelos, aguardándola están éstos de vuestras
manos con avidez. Y de ella, de esta educación normal, intelectual y física bien reglamentada y
282
mejor dirigida, dependerá en gran parte la hermosura y solidez del gran edificio que de vos tenemos
derecho de esperar: la verdadera República democrática.”
Señores Legisladores, los profesores que movidos por el ideal del progreso moderno,
están congregados para impulsar los deseos del señor Presidente de la República y más adeptos
del partido imperante, con la abnegación y entusiasmo propios de ciudadanos que anhelan por
el engrandecimiento de la Nación regentan actualmente en el Instituto, la enseñanza primaria.
Humanidades, Lenguas vivas, Francés e Inglés, Contabilidad General, Economía Política Aplicada,
Ciencias Filosóficas y Matemáticas, Ciencias Naturales y Agricultura, Cosmografía y Mecánica,
Agrimensura y Topografía, Dibujo Geométrico y Artístico, Milicia y Telegrafía. Las demás ramas se
irán implantando tan luego como haya los fondos y elementos más indispensables; pero es urgente
que cuanto antes establezcan las otras carreras profesionales, a fin de que no quede estéril y burlada
aquella bellísima teoría de los principios liberales, que abraza el progreso intelectual, moral y físico
de los pueblos. Los HH. CC. amén de los sueldos tomados del Fisco, de las cantidades de los
Municipios, etc. contaban, además, con el auxilio de los productos de cinco haciendas; y como
éstas pertenecen al Estado, asignadas expresamente para la Instrucción Pública, deben pertenecer
por derecho al Instituto Normal, que está dividido en las cuatro secciones siguientes: de Pedagogía,
Preparatoria y Especial; de Ciencias Filosóficas y Letras; de Filología y Lenguas; y de Ciencias
exactas, Naturales y Agronómicas. Sí, pues, la Sección de este Plantel, es enseñanza más extensa de
la que fue de los HH. CC. ya que ésta solo se redujo a la Primaria, y aquella, a más de la Primaria
contiene también la Escuela Normal, que es esencialmente educativa, profesional y pedagógica,
siendo de importancia tan capital que sin ella todo esfuerzo que se haga en favor de la instrucción
pública será infructuoso y hasta de resultados contraproducentes. Por lo expuesto, se colige que
dichas haciendas, aún por las leyes anteriores deben pertenecer a éste Establecimiento; aclarándose
que una de ellas servirá para la Finca Modelo o Normal, en la cual se harán los estudios prácticos de
Agricultura y Agronomía, pues, de otro modo, la formación de Normalistas y profesores idóneos,
sin todos y cada uno de aquellos elementos, es físicamente imposible.
Como este Plantel necesita de grandes estancias para las diferentes secciones de que se
compone, deben pertenecer en propiedad a este Establecimiento, las casas que tuvieron y tienen
a su cargo los HH.CC.; siendo de notar que cada una de éstas, denominada Beaterio (con dos
departamentos) ocupa ya el Instituto Normal, en las que se dan las enseñanzas ya indicadas, a pesar
de que los profesores carecen ya de los medios más indispensables para el desenvolvimiento de sus
ideas.
La Escuela de Artes y Oficios, debe también, estar bajo la inspección del profesorado del
Instituto Normal Mejía, para que puedan darse a los artesanos las nociones convenientes a cada una
de las Artes que se aprenden en esa Casa, a fin de que los cursantes puedan asistir respectivamente
a las clases de Dibujo geométrico y Artístico, de Química Aplicada y Cerámica, de Mecánica pura
283
y aplicada, de Geometría, de Física, etc., para que no resulten los mecánicos del tiempo de los PP.
Salesianos, que solo entendían de limar clavos, sin ningún estudio teórico de Mecánica racional,
y no tengan una enseñanza rutinaria, a la que se les había acostumbrado; pues, que el Mecánico
debe saber las principales leyes del movimiento de las fuerzas, etc., y el Cerámico la combinación
química de los elementos necesarios para producir materiales y utensilios perfectos, cuyos tintes
sean propios y adecuados al objeto, y no como sucedía en otra época, en que el Cerámico profesor
era un simple Alfarero, que con egoísmo conservó los semibarnices que se pudieron encontrar; sin
haberlos hecho conocer ni aún a sus discípulos.
La sabiduría de la H. Asamblea, atendiendo a cada una de las partes de esta solicitud, podrá
dar un decreto adecuado para la erección de este edificio social, que a no dudarlo es el llamado
por la transformación radical, adversa de las rutinas añejas y disolventes que jamás han producido
buenos resultados, y con esto darán pruebas de civismo y de progreso para este incipiente país, que
espera con avidez la buena organización de las leyes de Instrucción Pública.
284
Anexo III
Señor Presidente:
Es indudable que el malestar moral o intelectual que se nota en nuestro país depende en
su mayor parte de que la Instrucción primaria y aún la secundaria han estado dirigidas durante
largos años por Institutos Monásticos extranjeros, que han deprimido el carácter nacional mediante
sistemas anticuados y más propios para impedir que para impulsar el desarrollo intelectual de la
juventud.
Hace mucho tiempo que los patriotas sinceros y hombres pensadores del país vienen
echando de menos la creación de Escuelas Normales organizadas bajo los mejores sistemas de
Pedagogía moderna, en donde debieran educarse los Institutores nacionales, destinados a regar con
uniformidad y eficacia en toda la Nación la simiente de los más apetecibles métodos de enseñanza
popular.
A llenar, pues, este inmenso vacío tiende la solicitud que han elevado los profesores del
Instituto Normal Mejía, que se proponen la implantación de la enseñanza integral de los Institutores
de la primaria, al mismo tiempo que las asignaturas de la Instrucción secundaria común y especial,
de conformidad con la Ley de Instrucción Pública.
LA ASAMBLEA NACIONAL
DECRETA:
Art. 2º - Se autoriza a la Junta Administrativa del Instituto para que dicte el Reglamento que
deba regir en el Establecimiento, previa aprobación del Poder Ejecutivo.
Art. 3º - Pertenecen al Instituto Normal Mejía las Haciendas y las casas que son del Estado
con todos los semovientes y muebles que fueron entregados a los HH.CC. y una de dichas Haciendas
será la Finca Modelo para estudios prácticos de Agronomía.
Art. 4º - Son fondos del Instituto, además de los productos de las Haciendas mencionadas en
el artículo anterior las sumas que con este objeto se designaron en la Ley de Presupuesto Nacional.
285
Art. 5º - Las obras escritas sobre Ciencias y sobre todas las materias de enseñanza superior,
media e inferior por los profesores del Instituto Normal, previo informe de una Comisión que se
compondrá de tres miembros del mismo Establecimiento, serán sometidas al Consejo de Instrucción
Pública para su aprobación, y para que se declaren textos de enseñanza: serán impresas a costa del
Erario público, siendo la propiedad del Autor; pero el Gobierno tomará un número de ejemplares
por el valor de la impresión para distribuirlos entre los jóvenes y niños pobres y huérfanos.
Art. 6º - El número de ejemplares que deben imprimirse de las obras que se indican en el
Artículo anterior, será determinado según las necesidades públicas, importancia y utilidad de la
obra, de acuerdo con el Poder Ejecutivo.
Art. 7º - Queda autorizada la Junta Administrativa del Instituto para obtener del Gobierno
que contrate en el extranjero, tan pronto como la rentas lo permitan, una imprenta y profesores que
tengan títulos competentes en las materias que se dicten en el Establecimiento, y con preferencia el
de Pedagogía.
286
Anexo IV
Como el fin del Establecimiento es promover el progreso intelectual y material del Ecuador,
mediante la educación pedagógica, técnica y científica, la enseñanza abraza las tres grandes secciones:
Primaria o Preparatoria, Secundaria Clásica, y Especial, y comprende las materias siguientes:
4ª – El idioma patrio, las lenguas sabias con ejercicios prácticos de análisis gramatical, traducción,
composición y conversación
9ª – La Estadística general
13ª – El Sistema métrico decimal, su Historia y su correspondencia con los Sistemas antiguos y
modernos
287
15ª – La Contabilidad General
a) Principios generales
16ª – Los Elementos de las Ciencias exactas, físicas y naturales y sus aplicaciones a la higiene, a las
artes industriales, los trabajos manuales y el uso de los principales instrumentos que se emplean en
éstos
Observaciones
288
CAPITULO I
Los ramos asignados a estos tres cursos se contienen en el siguiente cuadro sintético de las materias
de enseñanza.
289
CAPITULO II
La Sección Secundaria, Clásica o Científica instruye a los alumnos en las asignaturas necesarias
para poder optar por el Grado de Bachiller, a fin de que directamente pasen a la Universidad
o Politécnica a hacer sus estudios facultativos o técnicos de Ciencias exactas, Ciencias naturales,
Astronomía, Jurisprudencia, Ingeniería, etc. La enseñanza en cada año será sumamente práctica y
metodizada de tal manera que los jóvenes que por cualquier evento no puedan seguir los estudios
legales se hallen aptos para desempeñar destinos públicos; además, aquellos que los hubiesen
terminado con provecho y optado al Grado de Bachiller en Filosofía y Letras se encuentren a
disposición de poder desempeñar el Profesorado en los Colegios y Liceos de la República.
La enseñanza secundaria clásica abraza siete años de estudios, y dará principio generalmente
a los doce años de edad.
290
Anexo V
Documento del “Instituto Normal Mejía” cuando aún no existía oficialmente.
291
Anexo VI
Documento del “Instituto Normal Mejía” para su inauguración oficial
292
Anexo VII
Beca otorgada al alumno Francisco de Paula Soria
293
Anexo VIII
Discurso del Mayor Rafael Astudillo
(Tomado del Boletín del Instituto Nacional Mejía 13 y 14, 1933, p. 416)
Tengo el agrado de presentar a Ud. este grupo de camaradas, a quienes se ha honrado con
la designación de instructores militares en el Colegio Mejía.
Al iniciar este período de instrucción militar, quiero manifestar a Uds. que no está en nuestro
espíritu el deseo de formar del alumnado hombres de guerra, para así crear la conciencia de la
agresividad; no Señores. Aún cuando somos hombres de guerra, deseamos la paz; pues solo bajo el
dosel de ella, la civilización marcha en su carro triunfal. Nada tiene la humanidad de más hermoso
que ese postulado. Nuestro anhelo es el de llevar a vuestra cultura general, a la educación que en estos
momentos estáis recibiendo y que va formar vuestra futura personalidad, conocimientos elementales
del arte y ciencia de la guerra; porque prepararse para las fatigas de la guerra no quiere decir buscarla
ni desearla. Para, nosotros, soldados, es un imperativo de Ley preparar los contingente civiles para
un hipotético caso, en que, muy a pesar nuestro, y tan solo en defensa de la majestad nacional, de
la honrosa soberanía de pueblo libre, tengamos que empuñar el arma para hacer respetar nuestros
derechos, para garantizar y asegurar la misma paz que deseamos.
En solemne ocasión el Diputado francés, Jaurés, dijo: “Es la potencia de la razón a la que
se debe el advenimiento de la democracia”. Bien, plantiémosle un interrogativo a esta Soberana,
a la que Francia coronó en 1789; ¿Existe derecho alguno para que un pueblo o un hombre, sobre
todo en estos instantes en que una tendencia máxima la concordia universal, provoque, atropelle
patrimonios sagrados e inviolables?”; la razón nos dice que no. Ahora bien, a la inversa [¿]un pueblo
que se siente ofendido, atacado y escarnecido tiene el deber de defenderse, de no consentir el
ultraje? La razón y el instinto nos dice que sí. El no hacerlo significaría la renunciación absoluta de
todo sentimiento de honor, sería la aceptación tácita de la más denigrante de las abyecciones, a la
que puede descender tan sólo la Nación que quiere cambiar los dictados de soberana por los de
esclava.
No es posible imaginarse que la Nación Ecuatoriana, que sí tiene una tradición honrosa,
al verse acometida por un enemigo equis, al sentir su suelo y su soberanía hollados por la planta
de un extranjero ambicioso y desleal, se acoja a la consideración de que la guerra es detestable,
salvaje, antihumana y que por lo tanto no debemos recurrir a ella para protestar contra la invasión;
autorizando así el atropello de nuestros hogares y firmando el concertaje como hombres esclavos
de la más ignominiosa claudicación. No, señores, lo digo a pulmón lleno: el Ecuador no sentirá
crisis tan aguda en su conciencia cívica en tanto nos quede esta juventud gallarda, comprensiva de
los intereses vitales de la Nación. Recordemos lo que un gran pensador dijo: “La guerra nunca es
tan honerosa como la esclavitud”. Luego no aceptemos como una tesis absoluta la del pacifismo; no
permitamos que la predicación de la paz vaya a desviar el concepto de patriotismo, ni a constituir
un peligro para la nacionalidad.
Las pasiones extremas en estos momentos tratan de hacer mofa de la patria y del patriotismo,
osándole en el argumento de que el amor es eminentemente universal que, como tal, no puede
encerrarse dentro de las fronteras de un estado. Reaccionemos contra esta utopía, por decir lo
menos, - con perdón de las extremas izquierdas -. Mientras en el gran concierto internacional
294
mundial quede en pie un solo pueblo, por pequeño que fuere, que todo su cariño lo dedique a su
patria, no llegaremos a aquel grado de perfección de la humanidad; a la patria universal.
Ahora bien; este ciclo de educación militar necesita antes llevarnos al convencimiento de
determinados factores morales sobre los que se afianza la realización del programa:
La historia nos dice como los grandes pueblos, aquellos que con sus ejércitos, alternativamente,
empañaron la dirección del mundo, fueron esencialmente disciplinados. La Grecia con su legendaria
falange llegó a ser el modelo de los pueblos antiguos y sólo con un organismo de esa talla pudo
alcanzar grandes triunfos, sobre el coloso de su enemigo: la Persia.
La legión romana, el tipo perfecto como instrumento de guerra, no llegó a ser superada
por ningún ejercito de su época porque todos sus actos eran los de un pueblo de elevada cultura
cívica, porque no tenían otro norte que el engrandecimiento del Imperio. El poderío de Roma llegó
a la meta; tan solo cuando esa legión, cuando aquella gran masa disciplinada olvidó la disciplina;
cuando el pueblo perdió la confianza en sí y en los demás, que es lo que constituye la fuerza de una
colectividad, cuando hubo desaparecido el mando en los ejércitos entonces se hizo la vorágine y el
edificio se vino al suelo.
Ahora bien; la disciplina que exigiremos no será ciega: tratará de ser inteligente y para ser
obedecida tendrá que escudarse en los siguientes atributos: capacidad, energía, dotes de mando,
justicia, reprensión y estímulo oportunos y proporcionados a la falta y al mérito. El mundo no es una
facultad arbitraria; la autoridad del maestro o del instructor no le dan solamente el título o el grado;
no es el resultado del saber, del carácter, del ejemplo y del cumplimiento del deber. La disciplina
trataremos de mantenerla por todos los medios inteligentes, recurriendo aún a los de la energía
fuerte, cuando otros no hayan sido eficaces. Pero, en ningún caso el mando exigirá obediencias que
no estén al alcance de las posibilidades y de la dignidad de los subordinados.
Por esto, la superioridad ha querido poner atención deferente a tan importante ramo y, al
efecto, ha nombrado al Sr. Capitán Almeida, quien cursó la enseñanza especial de educación física,
para que, en íntimo acuerdo con los señores Profesores de Gimnasia del establecimiento, realice
trabajos graduales y metódicos que garanticen el éxito.
No puedo dejar de tocar otro de los factores fundamentales, a fin de que las labores que
vamos a realizar tengan un resultado favorable, y esto que os pido y exijo, es la exactitud a las
diferentes prácticas, sin nada que justifique salvo dificultades insuperables – ni siquiera el atraso,
295
menos la falta. Nada habla tan mal de una educación como el incumplimiento, y esta virtud de la
exactitud hay que comenzar a formarla conjuntamente con los primeros pasos que damos en la vida.
Además la buena voluntad, la cooperación espontánea y decidida que nos váis a prestar,
también contribuirá al éxito final. Abrigo, pues, la confianza de que llegaremos a la meta de esta
modesta aspiración. No puede ser de otra manera, ya que una juventud que es dinamismo y que
constituye la gloriosa esperanza de la patria ecuatoriana, y que sabrá mantener en alto el viejo y
pristino prestigio del primer plantel de enseñanza secundaria del País, no dará sino triunfos.
296
Anexo IX
Encuentro de Eloy Alfaro y estudiantes del Mejía, en la llegada del ferrocarril a la estación de
Chimbacalle (Quito), el 25 de junio de 1908.
297
Anexo X
Diploma del Instituto Nacional Mejía, en 1936
298
Anexo XI
Lanzamiento de bala por Carlos Roggiero, estudiante de cuarto curso en 1936, en el Estadio del
Instituto Nacional Mejía. El mencionado deportista estableció el récord nacional ese año con 9,83 m.
299
Anexo XII
Primera plana del diario El Comercio, del jueves 20 de marzo de 1941
300
Anexo XIII
El Mejía en la Alcaldía de Quito
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Anexo XIV
De izquierda a derecha:
Presidentes de la República:
Galo Plaza Lasso - entre el 1 de septiembre de 1948 y el 31 de agosto de 1952.
Lenín Voltaire Moreno Garcés - entre el 24 de mayo de 2017 y el 24 de mayo de 2021.
302
Anexo XV
De arriba hacia abajo: 1. Grupo Soy Mejía en 2015, con sus integrantes mujeres Katya Valladares y Estefanía Paucar (las
primeras mujeres en grupos musicales del Mejía) Imagen cortesía de Javier Arias. 2. La primera abanderada del Pabellón
Nacional (promedio 9.77), Alejandra Merizalde, en la sección matutina y vespertina del Mejía; el 26 de septiembre de
2017. Imagen cortesía de Alejandra Merizalde. 3. Campaña para el Consejo estudiantil 2018 - 2019, donde resultó como
presidente, por primera vez una mujer, la señorita Solange Cepeda. Imagen cortesía de Solange Cepeda. 4. La primera
selección femenina del Instituto Nacional Mejía en alcanzar un campeonato de Fútbol sala, el 22 de junio de 2018.
Imagen cortesía de Javier Caicedo.
303
Anexo XVI
De izquierda a derecha, de arriba hacia abajo: 1. Seguidores en 1970, fotografía de la página de Facebook Mejía Ignoto.
2. Seguidores en 2010, fotografía de Javier Caicedo. 3. Seguidores el 5 de diciembre de 2015, en el Desfile de la
Confraternidad en Quito; fotografías de Juan Carlos Erazo Ballesteros, Collage diseñado por Javier Caicedo.
304
Anexo XVII
La heroicidad en el Instituto Nacional Mejía
La Célula Mejía es tan extensa y sus componentes tan varios y dispersos, que la última defensa de nuestra frontera,
nos deja un saldo doloroso de tres muertos en la sagrada defensa: son Galo Molina, el teniente Ortiz y el clase Galarza.
Humberto Jijón, miembro del directorio de la SEM. 1942 – 1943.
Dentro de sus competencias, es deber de la Sociedad de Egresados del Mejía, fundada en 1937, reafirmar los
legítimos derechos históricos y jurídicos del Ecuador; en consecuencia es un verdadero honor compartir un pequeño
resumen de la historia e importancia del patriotismo práctico, en el Instituto Nacional Mejía y la mencionada SEM.
Remontémonos entonces a 1899, a dos años de creación del centro educativo Mejía, cuando se acrecentaban
las milicias conservadoras en el centro del país, en contra del gobierno de Alfaro:
Los alumnos del Instituto “Mejía” de los cursos superiores, con decisión espontánea y ardorosa, ofrecieron
sus servicios al Gobierno. Sea porque en verdad la situación no era tan apremiante, sea por el respeto que le merecía la
juventud estudiosa, la verdad es que tales servicios no fueron aceptados. Sin embargo un grupo de cuatro muchachos
consiguió enrolarse en filas liberales: Manuel Julio Silva, Celso E. Fiallo, Francisco Paula de Soria y Antonio Herrera.
Ingresaron al “Escuadrón Voluntarios”. Por presentarse intrépidos al combate, a Soria y Herrera (ambos estudiantes del
Mejía), en el mismo campo fueron reconocidos como Subtenientes de Ejército.
Así se pone de manifiesto que una relación ideológica y activa, en torno a los intereses de una mejor patria, están
plenamente vivas. Es de naturaleza intrínseca y fuerte, el que la educación cívica y pre formación militar se impartieran
en el Mejía. Tempraneramente y por orden de Eloy Alfaro, el Mejía se involucraba en un proceso práctico de vivir a la
patria, con sus realidades y necesidades, alejándose del conformismo y acercándose al compromiso ciudadano de verla
crecer.
Son numerosos e importantes los actos patrióticos, de palabra y hecho, en los que el primer instituto laico
se involucraba en el panorama nacional cívico. Ya escuchamos las acciones de algunos de sus primeros estudiantes –
soldados, lo que sería un generador simbiótico entre amor a la patria y sus intereses, con la formación de patriotas. Las
fechas de tan grandes gestas son contundentes: 1910, 1922, 1941, 1942, 1954, 1960, 1961, 1981 y 1995. Podríamos
hablar horas, con mucha emoción de lo que sucedió en esas emblemáticas fechas. Sin embargo enfoquémonos a los
hechos en donde aparecen los primeros caídos en combates internacionales, con justa e indudable razón héroes del
Ecuador. Cabe mencionar que el Mejía, es el único plantel secundario ecuatoriano, que ha ofrecido cuatro vidas, en
nombre de la dignidad de la patria.
Sería en la cobarde agresión del Perú, al Ecuador, en 1941, que pelearían hasta la muerte el Mayor Galo
Molina Gándara – Graduado en 1925 en el Mejía y caído heroicamente en Quebrada Seca el 23 de julio de ese año. Él
fue nada más y nada menos, compañero de clase de Galo Plaza (presidente del Ecuador), Juan Isaac Lovato (político y
escritor) y Luis Humberto Salgado (el mejor músico nacionalista ecuatoriano).
Luego el teniente Hugo Ortiz Garcés cae en Yaupi, y el soldado Nelson Alcides Galarza Vizcaíno es abatido
en Rancho Chico, el 23 de julio de 1941. Una llamativa coincidencia que estos tres mejías caigan en la misma fecha.
El directorio de la SEM, 1942 – 1943, encabezado por el Dr. Jorge Vallarino Donoso se encamina en una
lucha ardua, por traer los restos de los héroes, algo casi imposible pues el enemigo los tenía en su poder. Sin embargo
con justo homenaje, y ante una masiva concurrencia, la Sociedad de Egresados del Mejía realiza una Velada Funeraria
Lírica, colocan sus fotos en el Salón de actos, el 9 de agosto de 1942, en los salones del Instituto Nacional Mejía.
Después estas fotos serían llevadas a las instalaciones de la SEM.
Se lo consigue después de un buen tiempo, en 1943, los de ortiz, en la presidencia del Dr. Alfredo Albornoz
Sánchez (1944 – 1945). Nuestros compañeros son colocados en la Cripta de Héroes Nacionales del Colegio Militar
Eloy Alfaro, y ahí permanecen hasta la fecha. Y es este directorio que el 5 de junio de 1945, coloca una placa de piedra
en una de las columnas del frontispicio del edificio central del Instituto Nacional Mejía, como homenaje y ejemplo para
la juventud ecuatoriana.
305
El fervor y patriotismo no hizo más que crecer en el “Patrón” Mejía… Se lo recreaba inclusive con cantos,
creados con naturalidad y sinceridad, así lo refleja estas letras, en la década de los años 50:
Venimos con todo el fervor de la juventud de nuestro Ecuador, trayendo el saludo cordial de la muchachada
en delegación Mejía ¡Viva el Ecuador!, la mejor Patria que defenderás. Mejía tu nombre sabrá luchar con valor y en bien
de tu honor. ¡Por la Patria! ¡Por la Libertad! Mejía sabrás tener el galardón de equipo campeón.
El sinsabor del abuso peruano, no quedaría impune, será el año de 1995, cuando el Ecuador obtenga un
triunfo categórico y ejemplar, no alcanzado desde la batalla de Tarqui, del entonces Mariscal Antonio José de Sucre, un
27 de febrero de 1829, contra el ejército peruano.
El Mejía no podía faltar a esta cita con la historia: Serían sus estudiantes y egresados valerosos, los que por
varios frentes, demuestren con altura y honor su formación cívica:
El general Paco Moncayo, fue en este conflicto un acertado Comandante de las Operaciones en la Amazonía:
el fue Estudiante del Mejía hasta tercer curso, y Alcalde de Quito (Período 2000 – 2009).
Un desfile cívico estudiantil general, el 30 de enero de ese año, que partió de diversos puntos de la ciudad, se
concentró en la Plaza de la Independencia. Los estudiantes del Mejía, marcharon desde sus instalaciones, exhibiendo
una gran actitud de rechazo ante la amenaza peruana. Frente al palacio, ya se habían reunido otros planteles educativos.
Aplausos y gritos a favor del Ecuador, no cesaron y fue el Mejía y luego el Colegio 24 de mayo los que elevaron con
seguridad y a todo pulmón el grito de “¡Queremos armas!” al entonces presidente de la república, el Arq. Sixto Durán
Ballén; lo que causó una desbordante y emotiva ola cívica.
Luego la SEM 92 – 94 emitió un firme acuerdo de respaldo al Gobierno nacional y a las Fuerzas armadas, el
4 de febrero de 1995, siendo presidente de este directorio el entonces Lic. René Pozo Astudillo. El mencionado grupo,
se trasladó a la frontera, a la ciudad de Huaquillas, como parte de la cadena humana por la paz y ahí se sumó con la
juventud universitaria del Perú.
Y finalmente el valeroso militar, Giovanni Calles Lascano marcaría un hito, en este conflicto. Él nació el 17 de
febrero de 1969, en Quito. Fue hijo de la señora Mariana Lascano y del licenciado Carlos Calles Cabezas, destacado
profesor del Colegio Militar Eloy Alfaro, de Quito.
Ingresa al Instituto Nacional Mejía en 1981 y egresa en 1987. Fue escolta del Estandarte Nacional, en febrero
de 1987. Luego fue instructor de la premilitar en el año 1993, en el cuartel del Pintado, y por grata coincidencia trabajo
ahí con los quintos cursos del Mejía.
El general Miguel Iturralde lo escogió para que formara parte de la Brigada de Fuerzas Especiales. Esta
fue su primera unidad. Inmediatamente después de haber egresado de la Escuela Militar, se gradúo de paracaidista.
Seguidamente, culmino cursos de especializaciones en diversas áreas militares, tanto en el país como en el extranjero,
siempre con los mejores méritos. El 10 de agosto de 1994 fue ascendido a teniente y confirmado como instructor de la
Escuela de Selva, en el Coca.
Estallado el conflicto con el Perú, en 1995, el 6 de febrero recibió la disposición de ingresar a Tiwintza, donde
se distinguió, junto a sus compañeros de armas, por su valentía, inteligencia y compromiso ante el asedio peruano.
Tomo a continuación, un relato de los últimos momentos de este decidido soldado, un extracto de las palabras
de su señor padre: Fue asesinado cobardemente el martes 21 de Febrero de 1995; ese día antes de las seis de la mañana
los soldados ecuatorianos que controlaban el destacamento de Tiwintza, fueron alertados de movimientos en las riberas
del río del mismo nombre, Giovanni Calles bajó puntero, como era su costumbre y formación, a verificar esa alerta;
debido a lo tupido de la vegetación y la neblina de la mañana no se podía identificar si eran las tropas ecuatorianas
que debían llegar a reforzar la base o tropas enemigas, se les pidió el santo y seña, recibiendo como respuesta fuego
intenso de ametralladora MAG 7.62, RPG, fusil FAL. y granadas, disparados por una columna grande de soldados
peruanos que, rompiendo el cese de fuego que en forma unilateral declaró su propio presidente Fujimori para evacuar
sus soldados heridos, enfermos y fallecidos, se movilizaron tratando, por última vez, de tomarse la emblemática base;
dándose inicio a un encarnizado combate que duró todo el día hasta que los peruanos decidieron emprender la
retirada sin conseguir su objetivo; por desgracia para nosotros una esquirla alcanzó a Giovanni quedando herido, sin el
306
respaldo de sus compañeros que continuaban defendiendo sus posiciones, cayó justamente hacia el flanco por el cual
los peruanos intentaban ingresar a la base; su cuerpo fue recuperado el día siguiente, es decir el miércoles 22; como lo
relata el cabo Tito Guerrero, subcomandante de la patrulla de Giovanni. Se le encontró aproximadamente a 30 metros
del sitio donde ocurrió el evento y con un tiro en el corazón, aparte de la herida provocada por la esquirla; ¿no significa
eso que Giovanni que estaba herido y seguramente sin conocimiento fue arrastrado, rematado y luego despojado de
sus armas y documentos? sin respetar los Acuerdos de Ginebra, que hablan del respeto a la vida del soldado herido, le
remataron; caso contrario que me expliquen porque el cuerpo de Giovanni tenía un tiro en el corazón, a pesar de estar
con el chaleco antibalas? Fin del extracto.
No se puede dejar pasar ese valor abnegado y decidido, de este valioso militar. Por ello ha recibido merecidos
reconocimientos por su valentía y heroicidad:
•• 19 de marzo de 1996. Programa de homenaje organizado por Las autoridades del plantel y Comité central de
Padres de Familia. Se develó una placa en una de las columnas del frontispicio del edificio central del Instituto
Nacional Mejía.
•• 28 de junio de 1996. En la Sociedad de Egresados del Mejía, se inaugura un templete de los héroes mejías, con
imágenes de los cuatro héroes. Discursos altivos y profundos fueron dados por la Dra. Cecilia Barahona y y el
Lic. René Pozo Astudillo, secretaria y presidente de esta agrupación, respectivamente.
•• 27 de febrero de 2005. La Sociedad de Egresados del Mejía, realiza un acto de homenaje a los héroes del
Alto Cenepa, por intermedio de sus familiares, en las gradas del frontispicio del edificio central del Instituto
Nacional Mejía., siendo presidente el Lic. Leonardo Astudillo Ordóñez.
Y hoy, 13 de enero de 2020, un merecido recordatorio y gratitud se da a lugar, por parte del área de matemática
– jornada matutina, a cargo de la Msc. Gloria Imbago y la SEM 2019 – 2021, presidida por el msc. Daniel Sánchez
Espinosa. Todo ello para quien cumpliera con creces, ese legado inclaudicable de los mejías: Per aspera ad astra (Por
la pendiente áspera hacia las estrellas).
Estimados asistentes, ¿se puede sentir más orgullo que de estas aulas se formen los mejores hombres, al servicio
de la Patria?
He dicho
Gracias
307
Anexo XVIII
La Sociedad de Egresados del Mejía (S.E.M.)
De izquierda a derecha: 1. Ofrenda floral para el Obelisco de la Hoguera Bárbara, de parte del Directorio de
la Sociedad de Egresados del Mejía (SEM) en 1970. Fotografía cortesía de Alina Rubio. 2. Imagen de parte del
Directorio 2014 – 2016 de la SEM. Constan de izquierda a derecha, de pie: Marco Chancusi, Darwin Soria, Fernando
Rivadeneira, Pablo Dávila, Geovanny Ordóñez y Marco Pozo. Sentados: Miller Guevara, Daniel Sánchez, Diego
Portilla, Pablo Legña y Alfonso Salazar. Fotografía de María Fernanda Cáceres, tomada el 2 de febrero del 2016. 3.
Ofrenda floral del Directorio de la SEM 2016 – 2019 en la tumba de Eloy Alfaro en Ciudad Alfaro, en Montecristi –
Manabí, el 28 de enero de 2018. Fotografía de Juan Carlos Erazo Ballesteros.
PRESIDENTE VICEPRESIDENTE
308
Arq. Pablo César Lic. Marco Vinicio
Legña Zuñiga Chancusi Chango
SECRETARIO PROSECRETARIO
Lic. Miller
*Ing. Héctor Javier
Washington Guevara
Caicedo Montoya
Alulema
CUARTO VOCAL
TERCER VOCAL PRINCIPAL
PRINCIPAL
Ing. Geovanny
Tcnglo. Marco Thomy
Francisco Ordóñez
Pozo Rodríguez
Sigcha
QUINTO VOCAL
PRINCIPAL PRIMER VOCAL
SUPLENTE
309
Lic. Pablo Dávila Tamayo Lic. Luis Fernando
Rivadeneira Robalino
SEGUNDO VOCAL
SUPLENTE CONTADOR
310
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Entrevistas
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