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LA REALIDAD PERUANA

Y LA ECONOMÍA SOCIAL
DE MERCADO
LUIS GALLEGOS MOLINA

1
I P E S M
2
LA REALIDAD PERUANA Y LA
ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO

Parte 1

“Precondiciones para implementar una Economía


Social de Mercado (ESM) en el Perú”
Datos para un Balance de situación.

Autor: Luis Gallegos Molina.

3
4
INDICE

Prólogo.....................................................................................................................7

Introducción.............................................................................................................9

I El Perú en función de los Principios de la Economía Social de Mercado


- Consenso por un determinado Sistema Polí co y Económico............................11

II Principios Cons tuyentes de la Economía Social de Mercado..........................14


- Sistema de precios de Competencia Perfecta
- Estabilidad de la Moneda.
- Libre Acceso a los Mercados.
- Propiedad Privada.
- Libertad Contractual.
- Plena Responsabilidad.
- Constancia de la Polí ca Económica.

III Principios Reguladores de la Economía Social del Mercado ...........................23


- Polí ca de Defensa y Promoción de la Competencia.
- Polí ca Redistribu va de Ingresos.
- Promoción de Ac vidades Económicas Sustentables (conformidad ecológica).
- Polí ca de Mercado Laboral y Remuneración Mínima
- Salario Mínimo

IV Comentarios Finales
En el Plano Polí co.................................................................................................31
a) Fortalecimiento del Acuerdo Nacional.
b) Reforma del Estado.
c) Fortalecimiento del Proceso de Descentralización.
d) El diseño y Ejecución de una Polí ca Social.

En el Plano Económico...........................................................................................31
a) Definir o Redefinir los Derechos y Propiedades de las Tierras.
b) Reforma Tributaria.
c) Ley Marco del Empresariado.
d) Ley sobre Control de Concentraciones Empresariales.
e) Reforma Cons tucional sobre los Elementos Centrales que definen nuestro
Orden Económico.

Fundación Konrad Adenauer .................................................................................33

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6
PRÓLOGO

H ace 22 años que, por segunda vez, fue incorporado en el texto de la


Cons tución Polí ca del Perú, el concepto de la Economía Social de
Mercado como fundamento del “orden económico” en el Perú, siendo la
primera en la Carta Magna de 1979. Ha transcurrido el empo y hoy resulta
necesario saber cuánto se ha avanzado en la implementación de dicho régimen
económico en nuestro país.
El economista y abogado Luis Gallegos Molina, autor del libro “Economía Social
de Mercado, Medio Ambiente y Responsabilidad Social Empresarial” (2008), nos
ofrece en esta oportunidad, en el presente trabajo, una visión del nivel de
desarrollo de la economía social de mercado en el Perú. A modo de datos para un
balance preliminar, nos muestra como los principios de dicho “Orden
Económico" se han ido implementando en el país. En esta aproximación a la
realidad, Gallegos nos muestra cómo algunos de esos principios se han
desarrollado a cabalidad, mientras que otros aún enen un largo trecho por
recorrer, para que, conjuntamente con los primeros, expresen una aplicación
coherente del concepto de la economía social de mercado en el Perú.

Ins tuto Peruano de Economía Social de Mercado.

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8
INTRODUCCIÓN

L a Economía Social de Mercado (ESM) como concepto rector de nuestro


ordenamiento económico, está presente entre nosotros desde 1979, año
en el cual se aprobó la nueva Cons tución Polí ca del Perú que, de algún
modo, adelantó la conclusión del siglo XX y nos trasladó a los umbrales del siglo
XXI por lo avanzado de sus principios y, par cularmente, de los derechos
económicos, sociales y polí cos incorporados en ella. En esa cons tución, a
inicia va de los cons tuyentes del Par do Popular Cris ano encabezados por el
recordado maestro socialcris ano, don Ernesto Alayza Grundy, se incluyó a la
ESM como el régimen económico del Perú.
Han transcurrido treinta y cinco años desde que ello ocurrió, en ese período de
empo la Cons tución de 1979, fue reemplazada por otra, vigente desde 1993,
en la que se tomaron los conceptos básicos del régimen económico y se recogió el
concepto de la ESM. Asimismo, el año 2002, en el marco del Acuerdo Nacional,
foro polí co al que concurrieron diferentes fuerzas polí cas y organizaciones de
la sociedad peruana, se ra ficó y desarrolló el concepto.
Pero, si bien hemos incorporado en nuestro ordenamiento cons tucional y legal
este modelo económico, ¿Cuánto hemos avanzado en el Perú, en la construcción
del mismo?
El Perú de hoy, qué duda cabe, es un país diferente al de 1979. Luego de una etapa
inicial de aplicación deficiente (segundo gobierno de Fernando Belaunde) o
inaplicación (primer gobierno de Alan García). A par r de los años noventa, en el
marco de una ESM, aún con limitaciones en su aplicación, la economía peruana
ha experimentado un período de fuerte crecimiento del producto. En la úl ma
década, entre los años 2000 y 2010, la tasa de crecimiento promedio del PBI fue
de 5.7% y la pobreza se redujo de un 54% a 27%, entre algunos indicadores
relevantes, que muestran una economía emergente dinámica y exitosa. No
obstante, en términos de una ESM, aun hay aspectos, poco considerados, que
merecen atención y otros que requieren ser fortalecidos a efectos de lograr una
sociedad más solidaria, integrada, próspera y justa.

9
PBI real (var %)
12.3

9.1
8.5 8.5
7.4 7.5
6.5 6.3 6.5
6.0 5.8
5.5
5.0
4.2
2.8 2.7
1.5 1.0
0.6
-0.4
19941995199619971998199920002001200220032004200520062007200820092010201120122013
Fuente: BCRP – Series históricas

Incidencia de la pobreza monetaria


2004-2013
Total
90.0 Urbana
83.4 82.5
80.0 79.3 Rural
74.0
68.8
70.0 66.7
61.0
60.0 58.7 55.6 56.1 53.0
49.1 48.0
50.0 48.2
44.5 42.4
40.0 37.0 37.3 33.5
30.8
30.1 27.8 25.8
30.0 25.4 23.9
21.3 20.0
20.0 18.0 16.6 16.1

10.0
0.0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013

Fuente: BCRP – Series históricas

Fuente: INEI – Series Nacionales y Encuesta Nacional de Hogares 2013

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I.- CONSENSO POR UN DETERMINADO SISTEMA POLÍTICO
Y ECONÓMICO

Según datos del La nobarómetro (2013), más del 56% de los peruanos se adhieren al
sistema democrá co. Si bien, un sector pequeño de la población se declara
“insa sfecho” con el sistema democrá co, esa ac tud se basa en la falta de eficacia,
léase velocidad, de la democracia para alcanzar resultados en términos de mejoras
en la calidad del bien común. Sin embargo, por las aciagas experiencias de dictaduras
militares que se han hecho presentes, de manera recurrente, a lo largo de la historia
del Perú, el pueblo prefiere la organización y el modo de vida democrá co.
Hoy, desde el 2001, después del gobierno cívico militar de Alberto Fujimori, la
democracia peruana transita por un estado de consolidación y fortalecimiento de las
ins tuciones democrá cas, a menudo zarandeadas por uno que otro hecho crí co
pero, que van sirviendo, más bien, para la búsqueda de afinar los mecanismos
democrá cos con la finalidad de asegurar su correcto funcionamiento, dentro de los
cauces cons tucionales y del Estado de derecho.
En lo que respecta a la organización económica, el Perú ha adoptado desde el 1979 -a
nivel de su cons tución polí ca- la Economía Social de Mercado como el orden
económico para nuestro país. Ello se ha vuelto a ra ficar, a la luz de la experiencia
adquirida en los turbulentos años ochenta, en la Cons tución de 1993, en la cual se
ha reafirmado la ESM y se han desarrollado sus principios. Asimismo en el marco del
Acuerdo Nacional, instrumento polí co norma vo, se ra ficó como orden
económico para el Perú a la ESM, desarrollando algunos otros aspectos específicos,
que no fueron considerados en el texto cons tucional.

11
No obstante, llegar al consenso por un orden de ESM, con inicia va y propiedad
privada libre, con competencia y con solidaridad, ha recorrido en el Perú caminos
tortuosos pues, a pesar de inclinarse decisivamente por un sistema capitalista y
aprobar la propiedad privada, el peruano al igual que el la noamericano medio
observó con cierto recelo y aun desprecio a la ac vidad empresarial.
Caracterizándose ello, por una cultura renuente a asumir riesgos y cortoplacista, por
encima de una mentalidad que acepte que los beneficios de la ac vidad económica
deben originarse de correctas decisiones de inversión de largo plazo.
La imagen nega va de la ac vidad empresarial en el Perú, común a toda América
La na, se vio reforzada por la falta de un empresario en el sen do
“schumpeteriano” ¹ . Los empresarios na vos no buscaban su ganancia
exclusivamente a través del descubrimiento y sa sfacción de las necesidades del
mercado, sino fundamentalmente, a través de “alianzas” con el Estado como
protector y salvador de úl ma instancia, lo cual dio origen a una forma de
organización económica que, desde principios de los años ochenta, se denominó
cultura “mercan lista” o “ren sta”.
Para el desarrollo de esta ac tud empresarial tuvieron gran influencia las polí cas
económicas implementadas por gobiernos “desarrollistas”. Es de destacar, sobre
todo, la polí ca sus tu va de importaciones aplicada luego de la Segunda Guerra
Mundial, presente en casi todos los países de la región. Por medio de la protección
arancelaria de la producción domés ca se logró un rápido crecimiento industrial en
beneficio por sobretodo de las ramas productoras de bienes finales e intermedios.
Sin embargo, esta polí ca también presenta sus problemas. Uno de ellos es el
surgimiento de posiciones monopólicas o cuasi-monopólicas en los mercados
internos. Otro es la falta de incen vo para volver el empresariado na vo más
eficiente, tanto en la calidad como en el precio de sus productos.
Recordemos que la ac tud de la población, que no par cipa en la economía en
calidad de propietario de medios de producción o “empresario”, respecto a la
consolidación de un sistema capitalista fue ambigua hasta fines del siglo XX, alentada,
además, por las ideologías an propiedad privada y economía libre que difundían los
grupos polí cos de “izquierda” (marxistas- leninistas de todos los pelajes). Agregado
a ello que, en términos reales, la economía privada no garan zaba superar la
situación de indefensión económica de vastos sectores de la población, debido a la
carencia de mecanismos de protección social que contribuyan a solventar sus
carencias económicas y de vida más urgentes. Una desigual distribución del ingreso,
aun hoy subsistente, a la que se agregaba una alta tasa de desocupación y
subempleo, tornaban comprensible que amplios sectores de la población vean con
beneplácito la intervención estatal en la economía (control de precios, empresas
estatales), aunque en el largo plazo esta intervención resulte contraproducente.

1) Término acuñado a par r del apellido del economista austro-estadounidense Joseph A. Schumpeter, quien abordó
el tema en su obra: Teoría del desenvolvimiento económico, Fondo de Cultura Económica, México 1944

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Hoy en día, sin embargo, este aspecto de la respuesta que la población creía correcta
ha variado, se ene la clara idea de que el Estado debe abstenerse de conductas
intervencionistas y paternalistas, y que la mejor polí ca social es aquella que
favorece la creación de empleo produc vo y decente que permita la obtención de un
ingreso digno.
En el Perú del siglo XXI, aún subsisten sectores radicalizados que en nombre de la
pobreza y la ecología, pretenden oponerse a un desarrollo socioeconómico
sustentado en una economía libre y abierta al mundo, dentro de un orden de ESM.
Sin embargo, son los menos, la población mayoritariamente, ante el evidente fracaso
del dirigismo e intervencionismo estatal, ene claro que la función del Estado en la
economía, es impulsar y promover la inicia va privada de las personas, de los
empresarios en todas sus dimensiones, para que sean estos quienes impulsen la
ac vidad económica y que -el Estado- debe cumplir un rol de árbitro y proveedor de
las condiciones que propicien el crecimiento económico, favorezcan la igualdad de
oportunidades y reduzcan los sectores en pobreza y extrema pobreza aún
subsistentes.
Finalmente, cabe señalar que en el año 2002, en el marco del Acuerdo Nacional,
instrumento polí co norma vo, se ra ficó como orden económico para el Perú a la
ESM, desarrollando algunos otros aspectos específicos de esta concepción de orden,
adicionales a los expuestos en el texto cons tucional. La polí ca de Estado 17,
“Afirmación de la Economía Social de Mercado”, establece lo siguiente:
“Nos comprometemos a sostener la polí ca económica del país sobre los principios
de la economía social de mercado, que es de libre mercado pero conlleva el papel
insus tuible de un Estado responsable, promotor, regulador, transparente y
subsidiario, que busca lograr el desarrollo humano y solidario del país mediante un
crecimiento económico sostenido con equidad social y empleo”.
Con este obje vo, el Estado: (a) garan zará la estabilidad de las ins tuciones y las
reglas de juego; (b) promoverá la compe vidad del país, el planeamiento
estratégico concertado y las polí cas de desarrollo sectorial en los niveles nacional,
regional y local; (c) es mulará la inversión privada; (d) fomentará el desarrollo de la
infraestructura; (e) evitará el abuso de posiciones dominantes y prác cas restric vas
de la libre competencia y propiciará la par cipación de organizaciones de
consumidores en todo el territorio; (f) fomentará la igualdad de oportunidades que
endan a la adecuada distribución del ingreso; y (g) propiciará el fortalecimiento del
aparato produc vo nacional a través de la inversión en las capacidades humanas y el
capital fijo”.
Veamos, a con nuación, cómo se ha ido implementando en el Perú, a lo largo de los
úl mos veinte años, cada uno de los principios cons tu vos y reguladores básicos,
propuestos por la teoría de la ESM.

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II.- PRINCIPIOS CONSTITUYENTES DE LA ECONOMÍA SOCIAL
DE MERCADO

Walter Eucken, uno de los principales teóricos del orden económico de la ESM,
postuló siete principios cons tuyentes y cuatro principios reguladores, para
asegurar su correcto funcionamiento. Los primeros enden a crear una situación
que se asemeje lo más posible a la de competencia perfecta. Los segundos, los cuales
hemos reestructurado, de conformidad con la relevancia creciente de la “variable
ambiental” en las ac vidades económicas y la vida humana en general, y el principio
de “promoción de ac vidades económicas sustentables”², están orientados, a que el
Estado cumpla el rol social que le asigna la ESM.
En las líneas siguientes se tratará de probar en qué medida estos principios están o
no presentes en el Perú.
2.1. SISTEMA DE PRECIOS DE COMPETENCIA PERFECTA
En el caso peruano de los dos factores más relevantes para la competencia, como son
la estabilidad de los precios y la estructura de mercado, podemos expresar que luego
de las traumá cas experiencias de inflación crónica, hasta llegar a la hiperinflación,
ocurrida en los años ochenta del siglo XX, par cularmente en el segundo lustro de
dicho decenio, durante el gobierno de Alan García Pérez (Alianza Popular
Revolucionaria Americana- APRA) que llegó a 7,200% de inflación anualizada (año
1990), hemos atravesado por un período de estabilidad que dura hasta la fecha.

IPC trimestral - variación % anual


10,000 (Dic. 2001=100) 9,412
9,000
8,409
8,000
7,000
6,000
5,146 5,601
5,000 4,394
4,000
2,864
3,000 2,935 2,743
2,200
2,000 2,086
1,000 322 169
0
I II III IV I II III IV I II III IV
1989 1990 1991
Fuente: BCRP – Series históricas
2) GALLEGOS, Luis, “Economía Social de Mercado, Medio Ambiente y Responsabilidad Social”. Lima, Ins tuto de Estudios
Social Cris anos- Fundación Konrad Adenauer. 2010.

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Durante el siglo XXI, entre 2002 y 2012, la inflación promedio anual se situó
alrededor del 2.8%. En este período, el Perú registró la menor tasa de inflación
promedio anual de la región.

IPC (var. promedio anual %)


7.00

6.00 5.79

5.00

4.00 3.66 3.66


3.37
2.94 2.81
3.00
2.00
2.00 2.26
1.62 1.78
1.00 1.53

0.00 0.19
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013

Fuente: BCRP – Series históricas

Por otro lado, se enen las estructuras monopólicas y oligopólicas surgidas, unas, al
amparo de la polí ca de industrialización sus tu va de importaciones que, al aislar
los mercados domés cos del resto del mundo (e incluso de los países
la noamericanos entre sí), impidió que la presión de la competencia extranjera
obligase a las firmas instaladas en el mercado a vender a precios similares a los que
habrían surgido en un mercado compe vo; y, otras, como producto de los recientes
procesos de fusiones empresariales que generan concentraciones, ámbito carente
de regulación restric va en nuestro orden económico. Adicionalmente a ello, cabe
mencionar que por los tamaños reducidos de los mercados peruanos, el mercado de
cada producto es saturado ya con la presencia de uno o dos productores, lo que
impide que rijan condiciones de libre competencia, en el sen do de propiciar el
surgimiento de gran can dad de oferentes para un mismo bien o servicio, por lo que
resulta vital para el orden económico, la presencia y funcionamiento de los
organismos promotores y defensores de la competencia y el acceso a los mercados,
como el Ins tuto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la
Propiedad Intelectual (INDECOPI) y otros.
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2.2. ESTABILIDAD DE LA MONEDA
“Durante la década de los ochenta, algunos países de Sudamérica como Argen na,
Bolivia, Brasil y Perú, experimentaron un proceso de creciente y elevada inflación, el
cual según cada caso se agudizó en dis ntos intervalos dentro de dicho decenio,
dando lugar a una etapa de aumento descontrolado y desordenado de precios que
distorsionó totalmente el funcionamiento de la economía, fenómeno que se conoce
con el término de hiperinflación, la cual (con excepción del caso boliviano) se
extendió hasta los años noventa.
Esta situación común a importantes economías de la región, y de la cual nuestro país
lamentablemente no fue ajeno, se gestó en un contexto de aplicación de polí cas
heterodoxas por las autoridades polí cas y económicas de varias naciones
la noamericanas, las cuales incluían controles de precios, poca apertura comercial,
excesiva presencia del Estado en la economía, regímenes cambiarios múl ples y
controlados, subsidios, y otros elementos opuestos a un desenvolvimiento eficiente
de los mercados. Todo ello generó graves distorsiones en la asignación de los
recursos produc vos, que desencadenaron en una escasez de productos de
consumo masivo, conductas especula vas y expecta vas descontroladas sobre la
evolución de los precios, que finalmente se tradujeron en una inflación galopante
que alcanzó niveles máximos históricos en Perú y otros países sudamericanos, con
tasas de variación porcentual que llegaron incluso a los 4 dígitos”³.
Ante a esa dura experiencia, el Perú estableció a nivel cons tucional, tanto en la
Cons tución Polí ca de 1979, como en la actual, de 1993, en su ar culo 84°, la
autonomía del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), así como de su finalidad de
preservar la estabilidad monetaria, además de la prohibición de financiar al Tesoro
Público, entre otros.
Estas nuevas polí cas tuvieron entre sus resultados que la inflación descienda
rápidamente hasta niveles manejables (inflación de 2 dígitos primero, y luego de 1
dígito), y deseables para un adecuado desenvolvimiento de la economía.
Adicionalmente al precepto cons tucional, “el BCRP estableció a par r de enero de
2002 una meta inflacionaria de 2.5% anual, con un margen de tolerancia de 1 punto
porcentual hacia arriba o hacia abajo, es decir, en un rango entre 1.5% y 3.5% anual.
Posteriormente, dada la credibilidad obtenida a lo largo de los años recientes por el
éxito en controlar la inflación, el BCRP redujo la meta a 2% (en un rango entre 1% y 3%) a
par r de 2007, reforzando su compromiso con la preservación del valor de la moneda”⁴.
De esta manera, hoy podemos sostener que en el Perú el principio de estabilidad
monetaria es una realidad, que ha permi do que fluya la inversión teniendo como
premisa básica que el valor del dinero y su evolución en el empo es una variable
absolutamente predecible para el cálculo económico.
3) ASBANC, “El Perú registró inflación más baja promedio en América La na”. Lima, febrero 2013, pp. 1-2.
4) ASBANC, “El Perú registró inflación más baja promedio en América La na”. Lima, febrero 2013, pp.3

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2.3. LIBRE ACCESO A LOS MERCADOS
La Cons tución Polí ca del Perú establece, en su ar culo 59°, que “El Estado
es mula la creación de riqueza y garan za la libertad de trabajo y la libertad de
empresa, comercio e industria”. De otro lado, en el ar culo 63° precisa que “la
producción de bienes y servicios y el comercio exterior son libres”. Hoy en día el Perú
ene una economía abierta, sin restricciones al libre acceso a los mercados. Atrás
quedó la década de los setenta en que la polí ca sus tu va de importaciones
favoreció el surgimiento de estructuras monopólicas u oligopólicas en numerosas
industrias.
Cabe precisar que está garan zado el libre ingreso de productos del exterior, previo
pago del arancel correspondiente. El estado actual, de prác ca libertad de
importación, es resultado de un proceso de desmontaje de un sistema de aranceles
restric vos, que empezó en los años noventa. Actualmente en el Perú, los niveles
arancelarios ad-valorem aplicados a terceros países (nación más favorecida - NMF)
para el 100 por ciento del universo arancelario varían sus tasas entre 0,6 y 11 por
ciento. Es de resaltar que el 56 por ciento de este universo arancelario, -representa el
74 por ciento en términos de valor de las importaciones del año 2012-, se encuentra
sujeto a un arancel de cero por ciento. El arancel promedio nominal es 3.2 por ciento
(el promedio ponderado por importaciones es de 1.7 por ciento) y la dispersión
arancelaria es de 3.8 puntos porcentuales.
No obstante, en cuanto al acceso a los mercados internos, existe el riesgo de que este
principio vea menoscabado su cumplimiento, debido a las concentraciones
empresariales que han capturado importantes segmentos de los mercados de
bienes y servicios, de manera monopólica u oligopólica, como veremos más
adelante⁵.

5) El tema de las concentraciones empresariales y la defensa de la competencia será expuesto en la segunda parte de esta
obra (“La economía social de mercado y la defensa de la competencia en el Perú”).
17
2.4. PROPIEDAD PRIVADA
El ar culo 70° de la Carta Magna peruana preceptúa que “el derecho de propiedad es
inviolable. El Estado lo garan za. Se ejerce en armonía con el bien común y dentro de
los límites de la ley…”. De esta manera, queda establecido, en lo que corresponde a la
letra de la Ley fundamental, que este principio de la ESM, se cumple
escrupulosamente: la propiedad privada está garan zada plenamente y solo se
encuentra afectada por la función social que permite imponer los límites por causas,
previstas taxa vamente, de seguridad nacional o necesidad pública.
El mismo ar culo 70° de la Cons tución señala que el Estado solo puede expropiar
mediante un proceso judicial, previo mandato de la ley y previo pago de la
correspondiente indemnización, la misma que debe incluir una compensación por el
eventual perjuicio. El monto de esta indemnización puede ser contestado dentro del
mismo proceso judicial de expropiación. En el Perú, el Estado no ha abusado de este
derecho, no registrándose en las dos décadas de vigencia de la actual cons tución,
expropiaciones masivas o de importancia.
No obstante lo afirmado, coincidimos con Cartas en que “lo que aun falta reafirmar
en el Perú y América La na es el rol social asignado por la ESM a la propiedad
privada”. Salvo algunas excepciones, los beneficios que el mercado brinda a través de
una mejor asignación de recursos no han alcanzado a la gran parte de la población
trabajadora peruana. Es así que muy frecuentemente se observa una brecha
sustancial entre el ingreso de los poseedores de capital y de quienes ofrecen sus
fuerzas de trabajo.
La par cipación de las remuneraciones y de las u lidades en el PBI peruano, nos
permiten apreciar un hecho dramá co a lo largo del empo. Según información del
Ins tuto Nacional de Estadís ca e Informá ca (INEI), en el 2011 las remuneraciones
fueron equivalentes al 20.9% del producto, mientras que las u lidades tuvieron el
63.8% del PBI. En el primer año de la serie del INEI que corresponde a 1991, las
remuneraciones tuvieron el 30.1% del producto y las u lidades el 52.7% del PBI. Es
decir, no obstante, la economía peruana creció aceleradamente en estas dos úl mas
décadas, paradójicamente, los asalariados transfirieron diez puntos porcentuales
del producto a los poseedores del capital.
Si bien la situación varía de país a país, el caso peruano se inscribe en la tendencia
mostrada, en esta materia, a nivel regional. Es innegable que las polí cas
económicas la noamericanas, en su afán de es mular e incrementar
sostenidamente la inversión privada, han acentuado la tendencia a que los ricos sean
cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.
“Otra forma de hacer que la propiedad privada cumpla su rol social es a través de la
copar cipación, dándole así al trabajador la seguridad de que su contribución a los
beneficios de la empresa serán recompensados. Hay que remarcar que los beneficios
de esta colaboración entre dis ntos sectores sociales no se ob enen
18

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