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Tres perspectivas

sociológicas. Las
matrices
fundamentales
del pensamiento
sociológico
Unidad 2

Apunte de cátedra

Sociología (14)
Cátedra A: Prof. Juan Bustos
Tres perspectivas sociológicas APUNTE DE CÁTEDRA

Tres perspectivas sociológicas. Las matrices


fundamentales del pensamiento sociológico

Temas de la unidad
Las diferentes concepciones de la sociedad a través del concepto de hechos sociales de Emile Durkheim, de
acción social y relación social de Max Weber y de relaciones sociales de producción de Karl Marx. Interpretación
del legado de estos autores.

Introducción
En esta segunda unidad nos dedicaremos a estudiar las tres matrices fundamentales del pensamiento
sociológico. Ellas provienen de las elaboraciones teóricas que realizaron los tres Padres Fundadores de la
sociología; Karl Marx (1818-1883), Emile Durkheim (1858-1917) y Max Weber (1864-1920). Del vasto y rico
legado que estos autores han dejado, no sólo para el pensamiento sociológico, sino también para la filosofía, la
política y la economía, nos detendremos en un punto central para los fines introductorios de esta materia: la
forma en que cada uno de ellos concibe teóricamente a la sociedad.

El camino que hemos elegido para conocer cada una de estas formas de pensar lo social, es a través de tres
conceptos fundamentales. El primero es el concepto de hecho social de Durkheim, el segundo es el doble
concepto de acción social y relación social de Weber y el tercero es el concepto de relaciones sociales de
producción de Marx.

Si bien es posible que encontremos similitudes teóricas entre algunas de las nociones de estos autores, resulta
imprescindible comprender que esas semejanzas no implican que sea posible reducir un planteo en otro. Tanto
Marx, como Durkheim y Weber, conciben científicamente a la sociedad de manera sustancialmente diferente y
uno de los objetivos de esta unidad es que podamos comprender la singularidad del pensamiento sociológico
que presenta cada uno de ellos. Para lograr este objetivo resulta imprescindible identificar en cada texto la
presencia de estos conceptos fundamentales y la forma en que cada autor despliega alrededor de ellos toda una
serie de nociones derivadas.

Por otro lado, debemos decir que si bien la presentación de estos conceptos tiene como finalidad presentar una
introducción al conocimiento de los planteos teóricos de estos tres Padres Fundadores, su objetivo
trascendental es que puedan entenderse como “matrices de pensamiento” que estarán presentes, de diversas
maneras, en el resto de los pensadores sociológicos del siglo XX, muchos de los cuales estudiaremos en las
Unidades 3 y 4. Aprender qué significa un hecho social para Durkheim, qué implican las nociones de acción
social y relaciones sociales para Weber y qué supone concebir a la sociedad desde su base material inscripta en

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las relaciones sociales de producción, tal como lo piensa Marx, representa la llave de ingreso a la lógica del
pensamiento sociológico.

Como forma de completar esta introducción al mundo teórico de estos autores, hemos decidido introducir una
serie de textos que nos permitirán tener un panorama más amplio del legado de los Padres Fundadores, en
términos de contextos históricos de producción de sus teorías y de especificación de algunos de sus conceptos
centrales. Esa es la finalidad de los trabajos de Immanuel Wallerstein, Zygmunt Bauman y Sara Lifszyc que están
presentes en esta unidad. En ellos encontraremos una reflexión sistemática sobre cuestiones centrales del
pensamiento de Marx, de Durkheim y de Weber.

Para adentrarnos ya en la forma en que estos autores clásicos de la sociología conciben lo social, debemos
indicar un factor teórico común en todos ellos, tal vez el único que permite establecer una equivalencia entre las
tres teorías que plantean. Tanto en Marx, en Durkheim como también en Weber, la sociedad es pensada como
una entidad con su propia lógica constitutiva, que no encuentra la causa de su existencia en la sumatoria de las
voluntades individuales, sino que por el contrario, es ella misma la que ejerce, desde esa lógica que le es propia,
una dirección sobre el accionar de los individuos. En otras palabras, lo social no se subsume ni se explica por la
agregación de los individuos que forman parte de la sociedad, sino que existe como entidad que hace posible el
vínculo entre los individuos, logrando así que éstos no sólo convivan colectivamente, sino que también vivan
biológicamente y puedan existir como individuos, tal como lo estudiamos en la introducción de la Unidad 1 y en
el texto de Heller a través de los conceptos de lo particular y lo específico. Esa entidad que es la sociedad, Marx
la objetivará para estudiarla en el concepto de relaciones sociales de producción, Weber en el de acción social y
en de relación social, y Durkheim lo hará en el de hecho social, concepto que para este último autor representa
la causa de la existencia de lazos sociales entre individuos.

Esta forma de concebir la sociedad se aparta de aquella impuesta por el liberalismo económico del siglo XVIII,
que tanta pregnancia tiene todavía en nuestro sentido común contemporáneo, y que supone que lo social es el
resultado de las voluntades individuales que actúan en el mundo para maximizar sus beneficios y producen,
involuntariamente a partir de esas acciones, la conformación de una asociación que podríamos definir
comúnmente como sociedad. Es justamente contra esta concepción que los Padres Fundadores construyen su
teoría de lo social, al indicar que el punto de partida para comprender el funcionamiento de una sociedad no
puede ser el individuo, sino los propios vínculos que éstos mantienen entre sí y que conforman una realidad con
una lógica que le es propia y que no puede reducirse a ningún otro factor explicativo. Como dirá Durkheim, en
su clásico trabajo Las reglas del método sociológico, “lo social se explica por lo social”.

Una vez que hemos comprendido el punto en común que presentan los tres autores en sus concepciones sobre
lo social, resulta necesario comenzar a plantear en qué se diferencian. Y, como ya indicamos, estas diferencias
son sustantivas y constituyen rasgos teóricos que hacen imposible reducir una teoría en otra. Si lo social es un
plano específico de la realidad, cada uno de los Padres Fundadores pensará ese plano de forma diferente. Para
Marx lo social se encuentra en las relaciones materiales de cooperación que los hombres establecen en el
proceso productivo. Estas relaciones materiales que se establecen en el mundo del trabajo, donde los hombres
organizados colectivamente transforman la naturaleza para satisfacer sus necesidades vitales, conforman lo que

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Marx denomina relaciones sociales de producción. Este concepto expresa el plano específico de lo social y
representa el vínculo primordial del cual se derivan el resto de los vínculos sociales, sean estos afectivos,
culturales, políticos o de cualquier otra índole. Como primera conclusión en esta introducción al pensamiento
sociológico de Marx, podemos decir que la sociedad es el resultado de estas relaciones sociales de producción,
relaciones que son objetivas y que existen más allá de la voluntad individual de los hombres que participan en
ellas.
Para Durkheim lo social existe, en primera instancia, como una realidad supraindividual que se encuentra más
allá de las conciencias individuales. Nuevamente aquí observamos que la sociedad se define como una realidad
objetiva que es necesario estudiar en su propia lógica constitutiva. En segundo término, podemos decir que si
para Marx la sustancia de lo social es la materialidad de las relaciones de producción, en el caso de Durkheim
esa sustancia se encuentra en los vínculos morales, es decir, en las normas que existen por encima de los
individuos y que determinan las formas en que éstos piensan y actúan. Las normas morales son pautas de
conducta que preestablecen la manera en que debemos conducirnos en la vida social y es a través de ellas que
resulta posible el vínculo entre los individuos. Son estas pautas de conducta, que conforman la vida moral de
una sociedad, las que Durkheim define como hechos sociales. Este concepto constituye para Durkheim el objeto
de estudio para la sociología y que la define como ciencia. Para los fines introductorios al pensamiento
durkheimniano, podemos extraer como primera conclusión que en el caso de este autor lo moral es social, y lo
moral existe de una forma objetiva (en el texto seleccionado de Durkheim veremos específicamente de qué
modo existe y cómo opera) independientemente de las voluntades individuales.

Por último tenemos el planteo de Weber. Para este autor, el plano específico de lo social se encuentra en el
“sentido”. Por sentido, Weber entiende la forma en que los individuos les dan significado a sus acciones sociales.
Por ejemplo, cada uno de nosotros en las actividades que nos vinculan con otros individuos adherimos un
significado que resulta posible de ser interpretado por esos otros individuos. Ellos, a su vez, orientan las acciones
que tienen respecto a nosotros por la interpretación que han hecho del significado de nuestras acciones y
adhieren otro significado a las suyas, que, a su tiempo, también será interpretado por nosotros para orientar las
acciones sucesivas que realizaremos en relación con ellos. En términos más concretos, si un profesor adhiere, tal
como socialmente lo esperamos, a su acción de dictar clases el sentido de producir con ello un aprendizaje por
parte de los alumnos, los alumnos, una vez que han comprendido ese sentido, se dispondrán a escuchar al
profesor, significando su acción de escucha como una parte del acto de aprendizaje. Estos sentidos que circulan
constantemente entre los vínculos y que representan la moneda de curso legal, si vale la analogía, por la cual es
posible que se produzcan los intercambios de acciones son, para Weber, la sustancia propia de lo social.
A diferencia de los planteos de Marx y de Durkheim respecto a la forma que en que existe lo social, esta
sustancia del sentido weberiano no tiene una existencia objetiva sino subjetiva. Pero debemos aclarar que aquí
subjetivo no significa individual, sino que el sentido sólo puede existir en acto subjetivo del individuo que
significa sus acciones. Para ser más claros, si en Durkheim lo moral es social y lo social es moral (son los valores
los que mantienen unida a una sociedad), podemos encontrar esa sustancia objetivada, por ejemplo, en una
serie de instituciones como la Justicia que mantienen y resguardan el funcionamiento de las normas sociales. Si

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en Marx lo social se encuentra en las relaciones materiales de producción, podemos encontrar esas relaciones
objetivadas en las posiciones laborales que ocupa, por ejemplo, un trabajador asalariado o un capitalista. Pero
en el caso weberiano, el sentido no existe en otro lugar que no sea la propia experiencia subjetiva de los
individuos que lo utilizan para realizar sus acciones. Ahora bien, que su forma de existencia sea subjetiva no
quiere decir como ya indicamos, que el contenido del sentido sea individual, hecho que colocaría a Weber
dentro de la tradición de pensamiento que supone al individuo como punto de partida para pensar la existencia
de la sociedad. El origen del contenido del sentido es social, es decir, es un significado que se crea y se sostiene
colectivamente. En nuestro ejemplo de acto de enseñaza del profesor podemos ver que si los alumnos
comprenden el significado de ese acto es porque comparten socialmente su sentido o, en palabras de Weber y
para ser más específicos conceptualmente, porque mantienen entre sí expectativas recíprocas en torno al
sentido de las acciones sociales.

Esas acciones con sentido socialmente establecido pero experimentado subjetivamente, que se vinculan con
otras acciones que a su vez tienen un sentido, son las que Weber conceptualiza como acción social y relación
social que representan para este autor el punto de partida de su pensamiento sociológico. Podemos concluir,
también de manera introductoria, que para Weber lo social es el sentido y que este sentido nunca es individual
sino colectivo.

Guía de lectura de los textos


TEXTO: CONTRIBUCIÓN A LA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA DE MARX
En el texto de Marx que proponemos, resulta necesario que se oriente la lectura partiendo de la crítica que
realiza este autor a las concepciones de sociedad presentadas y defendidas por el liberalismo económico del
siglo XVIII (Smith, Ricardo, etc.). Es a partir de esa puesta en cuestión del pensamiento individualista que Marx va
a desplegar su teoría sobre la sociedad, la historia y el modelo económico del capitalismo. Una vez detectada y
comprendida esta crítica, es necesario que la lectura se enfoque en el planteo central de la teoría marxista
respecto al funcionamiento de toda sociedad y, en particular, de la sociedad capitalista.
Aquí proponemos un repaso por el punto de partida de la propia conceptualización de Marx sobre la sociedad
para, luego, se pueda avanzar sobre las ramificaciones teóricas que de ese concepto se despliegan: la sociedad
es para Marx “el producto de la actividad recíproca entre los hombres”, es concebida como el resultado
histórico de esa actividad productiva. Los hombres no son libres de decidir por uno u otro tipo de sociedad, pues
no pueden elegir libremente sus “fuerzas productivas”. Siendo éstas la base de toda su historia ya que cada
fuerza productiva es una fuerza adquirida, producto de la actividad anterior. De esta manera define el carácter
histórico de las fuerzas productivas, que son las que dan sentido al desarrollo de la historia de la humanidad y, a
partir de las cuales, se definen todas las “relaciones sociales”.

Es así como el “modo de producción” o la forma en que se organiza una sociedad en un momento histórico
determinado para producir los bienes necesarios, describe no sólo la manera en que se producen los bienes

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materiales sino la forma de organización de la totalidad social, en tanto estructura jurídica y política.

Es decir, para Marx, los hombres a la vez que producen los bienes que les son necesarios, y de acuerdo con sus
fuerzas, también producen las relaciones sociales según su método material de producción y también
conforman ideas, es decir, la expresión abstracta o ideal de esas mismas relaciones sociales.

TEXTO: REGLAS DEL MÉTODO SOCIOLÓGICO DE DURKHEIM


En el texto de Durkheim se debe prestar atención a la manera en que este autor construye científicamente el
objeto de la sociología y cómo, para ello, critica y se aparta de las concepciones que piensan a la sociedad
partiendo del individuo y de su aparato psíquico. El concepto de hecho social representa ese objeto científico
que construye Durkheim, y es en la definición y las características que da del mismo en las que debe
concentrarse la atención a la hora de realizar la lectura.
A modo de introducción a los planteos teóricos centrales de este texto, proponemos una mirada general sobre
la teoría social de Durkheim: la sociedad es para este autor una totalidad supraindividual, una entidad superior
por lo que se impone a las partes, a los individuos, infligiéndoles restricciones. De la sociedad, cuya constitución
y funcionamiento se asemeja a la de un organismo vivo, depende la vida del individuo y no a la inversa.

Durkheim entiende que los hechos sociales constituyen el objeto de estudio de la sociología. Es la presión que la
sociedad ejerce sobre los individuos lo que genera constantemente hechos sociales. Estos hechos son ideas,
creencias, representaciones y acciones de carácter colectivo y que, siendo exteriores a los individuos, ejercen
coerción sobre los mismos, teniendo una existencia independientemente de las manifestaciones individuales.
Los hechos sociales son para Durkheim “cosas” y deben ser tratados como tales; si bien no están separados de
los sujetos conscientes que se los representan, es preciso estudiarlos desde fuera como cosas exteriores ya que
es así como se nos presentan. Sólo de esta manera se puede garantizar un método objetivo para la sociología.

TEXTO: EL CONCEPTO DE ACCIÓN SOCIAL DE WEBER


También en el caso del texto seleccionado de Weber es necesario que en la lectura se preste atención a la
definición que el autor realiza sobre el concepto de acción social. De allí podrán deducirse el conjunto de los
elementos que conforman su construcción teórica sobre la sociedad.

Una vez que se ha comprendido la definición de este concepto, resulta necesario pasar a la compresión de la
construcción que realiza Weber sobre los tipos ideales de acción social, que representan la herramienta
metodológica con la cual este autor va a interpretar y explicar científicamente lo social.

Luego la lectura debe hacer foco sobre el tema de las relaciones sociales, que si bien no se encuentran definidas
tan claramente como la acción social, hallan su explicación más directa en la letra de este primer concepto. Para
aclarar esta cuestión desde el inicio, cuando Weber dice que una acción social de un sujeto está referida

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siempre a la acción social de otro sujeto, no quiere decir otra cosa, como se comprobará en la lectura, que una
acción social siempre y necesariamente implica una relación social. La comprensión de esta cuestión nodal en
los planteos de Weber encontrará su clarificación una vez que la lectura del texto se haya realizado y puedan
volver a esta guía de lectura para cerrar la comprensión de la ligazón teórica entre el concepto de acción social y
el de relación social.

Como forma de introducirnos a la lectura definamos aquí algunos puntos clave de la teoría weberiana, a la que
hasta ahora hicimos referencia indirectamente: la acción social, según Weber, es una conducta con sentido
(intencionalidad, motivo) y referida u orientada a otros, es decir, que toma a los otros en cuenta. Cuando esta
conducta se presenta de modo plural, siendo recíprocamente orientada, va a constituir una relación social. La
sociedad que en Durkheim es una totalidad supra individual y en Marx una formación marcada por un modo de
producción dominante, en Weber es resultado de la acción recíproca y es por tanto relación social.

Para Max Weber, la sociología es una ciencia que pretende entender e interpretar la acción social en sus causas,
desarrollo y efectos. Si bien la acción es una conducta humana dotada de un sentido, hablamos de acción social
cuando el sentido está referido a la conducta de otros (pasada, presente o esperada como futura) hacia la cuál
orienta su desarrollo.

Una acción con sentido es para este autor comprensible y sobre este principio construye su método científico, el
de los tipos ideales, basado en la conexión de sentido de las acciones sociales, con arreglo a fines, a valores,
afectivas o tradicionales. La racionalidad de una acción no es un juicio de valor del observador, sino que es la
adecuación de los medios a los fines propuestos por el sujeto de la acción. Por lo ante dicho se entiende el
motivo por el cual Weber denominó a su modelo explicativo, “sociología comprensivista”.

Esta orientación no agota la profundidad de los conceptos ni posee completamente todos los elementos
centrales del planteo de Weber. Por lo cual habrá que introducirse en el texto y seguir comprendiendo en toda
su complejidad esta forma de entender lo social.

TEXTO: EL LEGADO DE LA SOCIOLOGÍA DE WALLERSTEIN


Wallerstein a lo largo de las páginas considera a la sociología como una disciplina que posee un campo de
estudio, método y acercamiento a la realidad social que le son propios. Concentrará su atención en la sociología
en tanto cultura, entendiéndola como una comunidad de estudiosos que comparten ciertas premisas.

¿Qué significa la cultura de la sociología? Podemos entenderla como conjunto de premisas y prácticas
compartidas por la mayoría de los miembros y éstas quedarían representadas por lo que Wallerstein denomina
pensadores formativos.
Estos pensadores son nada más y nada menos que: Durkheim, Weber y Marx, a los que denomina “padres
fundadores”. A partir de lo desarrollado y reflexionado por ellos, obtenemos los tres axiomas o principios
básicos de la sociología. Estos axiomas actúan como premisas que son más asumidas que debatidas, y a esto el
autor lo denomina la cultura sociológica.

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La primera es la noción de hecho social en tanto axioma número 1 de la cultura sociológica, este axioma está
relacionado con el trabajo desarrollado por Durkheim en su esfuerzo de delimitar el objeto de estudio de la
sociología y en su principio básico de la existencia objetiva de los hechos sociales. El axioma número 2 refiere a
la falta de unidad de los grupos sociales y al conflicto entre ellos, conflicto ligado a la posesión o no de los
medios de producción. Aquí encontramos de modo sintetizado el pensamiento de Marx. Si bien en esta
introducción no hemos descripto el carácter conflictivo de los grupos sociales o clases sociales y hemos
enfocado nuestra atención en el concepto de relaciones sociales de producción, se comprobará con la
realización de la lectura de Wallerstein y, sobre todo, de Marx, la implicancia entre una y otra cuestión.

Habiendo decidido que los grupos sociales son reales y que la sociología puede explicar su modo de
funcionamiento y que, a su vez, éstos albergan en su interior conflictos. La pregunta que da lugar al axioma
número 3 indica: ¿Por qué las sociedades no se destruyen? ¿Qué motivos hay que expliquen la perdurabilidad
de las mismas? El pensamiento de M. Weber parece dar respuesta a estos interrogantes, con su concepto de
legitimidad. El axioma 3 refiere entonces a la manera de explicar los mecanismos de contención social que
funcionan al interior de los grupos sociales. Nuevamente aquí el planteo de Wallerstein resalta un aspecto de la
teoría weberiana que no hemos nombrado en los planteos de acción social y relación social. Para llegar a una
comprensión más acabada de la relación de estos conceptos con el concepto de legitimidad que se trabaja en
este texto de Wallerstein, será necesario esperar a la lectura de la Unidad 3, en la que veremos los textos de
Weber: “Poder y dominación” y “Los tipos de dominación”. Allí el concepto de legitimidad será nodal.
Mientras se desarrolla con las lecturas de cada autor la comprensión de las matrices básicas del pensamiento
sociológico, o como las acabamos de nombrar recién, los axiomas de la cultura sociológica, este texto de
Wallerstein nos servirá para tener una mirada general pero profunda sobre estos tres autores clásicos de la
sociología.

TEXTO: INTRODUCCIÓN: SOCIOLOGÍA, ¿PARA QUÉ? DE BAUMAN


A lo largo de los textos leídos en la Unidades 1 y 2 hemos intentado evidenciar que la sociología aspira a superar
las limitaciones del sentido común, tratando de abrir las posibilidades que éste tiende naturalmente a cerrar.
Contribuye a ampliar el panorama, ya que en última instancia: “Modificando la vida cotidiana, o sea, si se
cambian los criterios de normalidad, se alcanza la transformación del orden social. Cuando los individuos ya no
pueden continuar viviendo su cotidianidad, entonces comienza una revolución. Sólo entonces mientras pueden
vivir lo cotidiano, las antiguas relaciones se reconstituyen […]”1

El texto de Bauman invita a pensar la compleja relación entre sociología, sentido común y vida cotidiana,
teniendo en cuenta los rasgos propios de la disciplina sociológica.

Bauman puede proporcionar una serie de respuestas a las preguntas surgidas luego de la lectura de las Unidades
1 y 2.

1
Lefebvre, Henri, La vida cotidiana en el mundo moderno, Madrid, Alianza Editorial, 1972.

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En la primera parte de la materia observamos y analizamos cómo la experiencia de vivir en la vida cotidiana,
proporciona la materia prima para el análisis sociológico. Sin embargo, tanto Bauman como otros autores leídos,
trazan un importante límite entre conocimiento sociológico propiamente dicho y el conocimiento de sentido
común, propio del ambiente cotidiano.

Para delimitar el campo de estudio y diferenciarse -ya que estudiar la vida cotidiana de ningún modo implica
utilizar el lenguaje cotidiano- es necesario tanto vocabulario adecuado como imaginación sociológica, concepto
acuñado por Mills, para tomar material de la realidad social y hacerla objeto de estudio.

¿Cuáles son los rasgos propios de la sociología que la diferencian de otras disciplinas de las ciencias sociales?
Bauman responde que más allá de que comparten la preocupación por la acción humana, es el modo de
ahondar, analizar y reflexionar acerca de ella lo que le da a la sociología su especificidad.
Entonces el interrogante que se formula el autor acerca de: ¿cuál es la diferencia que hace la diferencia? La
respuesta parecería estar ligada al tipo de preguntas típicas que cada disciplina les hace a las acciones humanas
y en los principios utilizados para ordenar la información y sistematizarla. Es verdad que las preocupaciones de
una u otra no son absolutamente ajenas al resto. Sin embargo, cada una tiene su mirada y esquema de
interpretación para indagar las acciones humanas dando por resultado una comprensión y análisis propio.

Para Bauman lo que identifica a la sociología y le otorga su rasgo distintivo es el “Considerar las acciones
humanas como elementos de elaboraciones más amplias, de una disposición no aleatoria de los actores que se
encuentran en una red de dependencia mutua”2. De este modo, Bauman sigue la línea central de los tres Padres
Fundadores que ya hemos indicado: lo social tiene su propia especificidad y no puede ser comprendido
partiendo del individuo. Este texto, entonces, servirá para que podamos comprender la constitución de la
sociología como disciplina científica que posee un objeto de estudio autónomo y que, entre otras cosas, nos
permite conocer objetivamente ese mundo que tenemos a mano que no es otro que el mundo de la vida
cotidiana donde habita el sentido común.

Bibliografía
Apunte de Cátedra: Tres perspectivas sociológicas. Las matrices fundamentales del pensamiento sociológico,
en el Campus virtual de UBA XXI. https://www.ubaxxicampusvirtual.uba.ar

DURKHEIM, EMILE, Las reglas del método sociológico y otros escritos sobre la filosofía de las ciencias sociales,
Madrid, Alianza, 1988, Cap. I: “¿Qué es un hecho social?”, Cap. II: “Reglas relativas a la observación de los
hechos sociales”, punto I, “Conclusión”.

MARX, K., “Contribución a la crítica de la economía política”, en MARX, KARL y ENGELS, FRIEDRICH, Obras
Escogidas, Moscú, Editorial Progreso, 1974.

Zeitling, Irving, Ideología y teoría sociológica, Buenos Aires, Amorrortu, 1982, Parte III, puntos 9 y 10.

2
Bauman, Zygmunt, Pensando Sociológicamente, Buenos Aires, Nueva Visión, 1994, “Introducción: Sociología ¿Para
qué?”, págs.7 -24.

9
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WEBER, MAX, Economía y Sociedad, México, Fondo de Cultura Económica, 1997, Primera Parte, sección I:
“Conceptos sociológicos fundamentales”, sección II: “Concepto de la acción social”.

WALLERSTEIN, IMMANUEL, El Legado de la Sociología, la promesa de la ciencia social, Caracas, Nueva Sociedad,
1999, “El legado de la sociología, la promesa en la ciencia social”.

BAUMAN, ZYGMUNT, Pensando Sociológicamente, Buenos Aires, Nueva Visión, 1994, “Introducción: Sociología
¿para qué?”.

LIFSZYC, SARA, Documento de Cátedra: El capitalismo, publicado originalmente en Lifszyc, Sara (comp.),
Sociología. Los hechos sociales, Buenos Aires, Gran Aldea Editores, 2001; e incluido en Orientaciones para el
estudio de Sociología, Buenos Aires, Eudeba, 2009, y en el Campus virtual de UBA XXI.

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