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Trabajo realizado dentro del Proyecto de investigación FFI2010-22159 / FILo de la Di-
rección General de Investigación (Ministerio de Ciencia e Innovación).
Ianua Classicorum. Temas y formas del Mundo Clásico · vol. 1II · Madrid 2015 · 469-526
MI tos y noMb r es Mí tI cos c LásI c os e n La Ge ne r aL e stor I a
1 IntroDuccIón
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Juan antonI o Lópe z Fé r e z
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en los que destacó sobre todos; Palas es la diosa del cuadrivio; el primer
hombre fue Demogergón, que también pasa por ser el primero de los dioses.
Del rico contenido mítico de la obra aludo ahora, como un adelanto, a
dos puntos relevantes de la genealogía heroica tebana. Destaca, primero,
la Estoria de Tebas alfonsí, que se nutre de una versión prosiicada del Roman
de Thèbes, pero con frecuentes discrepancias y uso de otros materiales. En
segundo lugar, la Estoria de Ercoles, cuyo prólogo, muy minucioso, enumera
las fuentes seguidas, indicio evidente del gran interés por el personaje, el
cual, tras numerosas hazañas, pasó a nuestra península, acabó con Gerión,
fundó numerosas ciudades, la conquistó y dejó en ella como adelantado a
Espan, su amigo, que daría nombre a España, como veremos.
El equipo de trabajo era numeroso, y, entre sus miembros había cono-
cedores del francés, árabe, hebreo y latín10. La biblioteca estaba muy bien
dotada, y, además, contaba con los frecuentes préstamos que el propio rey
pedía a diversos monasterios y abadías11. Con todo, Alfonso reconoce, en
alguna ocasión, que no ha encontrado en ninguna parte la información
que buscaba.
En lo referente a la distribución, organizaré los materiales míticos del
modo siguiente: genealogía de los dioses, origen del hombre, Argos-Mi-
cenas, Tebas, Tesalia y Etolia, Egina- Atenas-Creta, Troya, metamorfosis
y catasterismos.
2.1 Demogergón12
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E estos fueran delos gigantes que uos auemos dicho que fueron ijos de Thi-
tano el gigant, e ijo de Celio, ijo de Orion, uisnieto de Demogergon, que
dizen los gentiles que fue el primero omne del mundo, lo que nos dezimos
que fue Adam. E llaman los las escripturas Thitanos, de su padre Thitano; e
dalli fueron estos Thitanos al logar o aquellos ebreos esculcadores dela tierra
los uieran dantes en Egipto14.
2.2 Atlas
Cada vez que se presenta una ocasión propicia, la General Estoria relaciona
los mitos grecorromanos con España. Así sucede con el ya mencionado
Atlas por quien el equipo alfonsí muestra especial predilección.
La precisión histórica resulta importante, esencial, en la obra que revi-
samos. Así, se nos dice que Atlas comenzó a ser rey del Algarbe de África
y del de España a los diecinueve años de haber empezado la servidumbre
de los hebreos en Egipto, según cuentan Eusebio, Lucas de Tuy y el libro
de la historia de Troya17.
En Alfonso el conocimiento de las estrellas, el ser «estrellero», merece la
más alta consideración. En efecto, Atlas, rey de la tierra de occidente tanto
14
1 22.19, 631 b 52-632 a 6.
15
De algún mitógrafo medieval desconocido. Cf. Solalinde, I, XV. También llamado,
en el libro 1, Libro delas generationes delos gentiles (4 veces), El Libro delas generationes delos lina-
ges delos gentiles (1) y El libro de las generaciones de los reyes gentiles (1). Saquero Suárez-Somonte
& González Rolán (1993: 98) creen que las diversas variantes del título pueden reducirse a
Libro de las generaciones de los dioses gentiles, y proponen, como título latino, Liber de genealogiis
deorum gentilium.
16
1 10.30, 279 a 45-b 1.
17
1 10.30, 279 a 15-23.
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2.3 Sol-Faetón
18
1 10.21, 274 b 37-275 a 2.
19
1 10.21-32, 274-280.
20
1 8.4, 207 b 45-208 a 21.
21
1 10.31, 280 a 14-26. Cf. Ou. Met. 4.646-648.
22
Cf. Crosas López 2010: 21-25.
23
2 Jueces 78, 204 b 4-8. No obstante, la obra examinada recoge algunos ejemplos de
culto al Sol: 1 4.9, 90 a 27-28, 1 7. 2, 170 b 2, etc; o en que se le nombra como planeta: 1 5.12,
b 6; o donde está personiicado: 2 Jueces 76, 202 a 43-b 7. (En la Segunda parte de la General
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En íntima relación con Sol está su hijo Faetón. Según nuestra obra,
en la época del rey Deucalión, la tierra de Etiopía ardió, como cuentan
Eusebio, Jerónimo y otros muchos24. Dentro del gusto por la precisión
histórica al que nos hemos referido, se nos dice que tanto el diluvio de
Deucalión como el mencionado incendio ocurrieron catorce años antes
de las plagas de Egipto. Para explicar los hechos se acude a Paulo Orosio25
del que se nos indica lo siguiente: «que fue sacerdoth, e omne bueno e de
creer, e sancto, pone estas pestilencias en el IXº capitulo del su primero
libro que izo delos fechos delos gentiles»26. En este lugar Orosio cuenta
que cuando Dios hirió a Egipto también causó en varias partes esos otros
males. Dentro de esa misma línea de pensamiento, nuestra Estoria, una vez
expuestas las plagas de Egipto, recoge, con brevedad, el diluvio acaecido
en los años del rey Deucalión y, asimismo, el incendio de Faetón.
Ahora bien, la historia alfonsí, que acepta a pie juntillas las plagas de
Egipto, maniiesta sus reparos ante dichos diluvio e incendio, y, al mismo
tiempo, nos ofrece una clara distinción entre poesía e historia:
Del fecho deste diluuio e desta quema uos contaramos otras razones, que ay
muchas dellas, mas dexamos las por esta razon […]: los auctores delos gentiles,
que fueron poetas, dixieron muchas razones en que desuiaron de estorias; e
poetas dizen enel latin por aquello que dezimos nos en castellano enfenni-
dores e assacadores de nueuas razones, e fueron trobadores que trobaron enel
latin, e izieron ende sus libros en que pusieron razones estrannas e maraui-
llosas e de solaz, mas non que acuerden con estoria menos de allegorias e de
otros esponimientos; e assi izo Ouidio, que fue poeta, en las razones daquel
diluuio y daquella quema de que dize el mas que otro sabio, e ennadio y unos
mudamientos dunas cosas en otras que non son estoria por ninguna guisa, e
dexamos las aqui por ende; e esto que aqui auemos ende dicho cumpla, por
que aquesto es estoria, e sobresto, que fallamos que Eusebio, e Jheronimo e
Orosio non dizen ende mas desto nin aun tanto27.
Estoria, nuestras referencias numéricas indican: 2 (parte), título del libro bíblico comentado
y capítulo de nuestra obra; página, columna (a o b) y línea.
24
1 13.14, 368 b 3-8.
25
Orosio, eclesiástico, teólogo e historiador hispano (aproximadamente, 383-420), destaca
por sus Historias contra los paganos (Historiae adversus paganos). Es fuente importante de nuestra
obra, cuya primera parte, por ejemplo, lo cita en 58 ocasiones.
26
1 13.14, 368 b 17-21.
27
1 13.15, 368 b 48-369 a 23.
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2.4 Las Górgonas
28
2 Jueces 154-175, 267 a 16-292 a 14.
29
2 Jueces 162-164, 276 a 5-280 a 9. Puede transcribirse como Forco o Forcis. En Alfonso
leemos (Ibid. 273 b 13-17) que Forco (allí, Phorco) era hermano de Saturno y de Titán (Thi-
tano), todos ellos hijos de Cielo (Celio) cuyo padre era Orión. [Éste es, en realidad, hijo de
Posidón. Por lo demás, según los repertorios mitológicos, hijos de Cielo son los Titanes,
entre los que sobresale Saturno].
30
Las tenemos en este orden: Estacio (la Aquileida), Lucano, Ovidio en el libro cuarto
de sus Metamorfosis y Virgilio.
31
En 2 Jueces 179, 295 a-b encontramos las grafías Golgen y Gorgen, con la indicación
de que Gorgen se dice de una de las hijas de Forco, y Gorgenes de las tres. Cf. 2 Jueces 179,
295 a 29-b 11: «Et Gorgen es palaura conpuesta de dues palauras griegas que son: ell una ge
e la otra orge; et la ge quiere dezir en el castellano tanto como tierra, e la orge tanto como
laurança o lauor. Onde Gorgen tanto quiere dezir en el nuestro lenguaie de Castiella como
laurança, o lauor, o lauradora de tierra. Et tales fueron todas estas tres infantes muy laura-
doras del reyno de su padre; et aquel reyno era el un oio con que todas tres, dize Ouidio,
que ueyen, et por aquel oio se entiende el reyno. Et de otra guisa eran ellas muy fermosas
duennas, assi como cuentan Eusebio y Jheronimo». La etimología comúnmente aceptada
hoy relaciona las Górgonas con el adjetivo griego gorgós, «terrible, espantoso», no con geōrgós,
«agricultor, campesino», como Alfonso parece entender.
32
No se menciona a Ceto, hermana y esposa de Forcis, hijos los dos de Tierra y Ponto.
33
Transcrita «Stenion».
34
2 Jueces 162, .276 a 15-16. Tener y repartirse un solo ojo es una característica de las
Greas, no de sus hermanas las Górgonas: Cf. Ou. Met. 4.775.
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2.5 Cérbero
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tan enormes que atronó todo el lugar40. Los autores, leemos, calcularon
cómo se traga el inierno a toda alma que muere en pecado:
et tomaron los sabios esta palaura creos, que dizen en el griego por aquello
que en el castellano llaman carne, et uoras otrossi en el griego por aquello que
en el castellano tragar, et ayuntando estas dos palauras griegas, creos e voras,
conpusieron ende este nombre Cerbero, el llamaron le al ynierno; onde este
nonbre Cerbero, segunt aquellas palauras griegas de que es compuesto, tanto
quiere dezir cuemo tragador de las cosas criadas en carne, que son las almas;
et por que las almas que uan al ynierno muy glotona mientre, como el can
come e traga con grant glotonia la uianda quando a muy grant fambre, lla-
maron esta semeiança can a Cerbero, esto es al ynierno41.
2.6 Euménides
En la misma secuencia recién vista, cuando Juno llegó a los iniernos, llamó,
desde el umbral, a las tres Euménides (Alecto, Tisífone y Megera)42, rabias
infernales, hijas de Demogorgón y de la Noche, diosas graves y difíciles de
amansar. Las tres estaban en dichas puertas peinando culebras negras que
les caían por los cabellos y cabezas43; a las tres les ordenó la gran diosa que
enloquecieran a Ino y Atamante. Tisífone, la mayor de las tres, contestó
que así lo harían, tras lo cual Juno regresó hacia el aire.
Tisífone salió en compañía de Duelo, Lloro, Pavor, Espanto, Locura
y Temblor. Llegaron al palacio de Atamante, hijo del rey Éolo44, y el Sol
40
2 Jueces 106-107, 225-227.
41
2 Jueces 107, 227 a 3-19. Veremos otra explicación sobre el nombre del can al ocuparnos
de Hércules: cf. pasaje apuntado en n. 162.
42
Las dos primeras con la transcripción Allecto, Thesifone. Ou. Met. 4.452-3 las llama
illa sorores / Nocte. En el pasaje ovidiano sólo se menciona a Tisífone: vv. 474, 481.
43
2 Jueces 108-110, 227-230.
44
Error en nuestro autor, cuando indica que era «nieto del rey Eolo».
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La Erinis les arrojó dos serpientes de su cabeza; éstas les recorrieron los
pechos, cuellos, senos y corazones, sin dañar el cuerpo, pero sí la mente.
Por otro lado, Tisífone traía consigo un veneno terrible, compuesto, entre
otros productos, de espumas procedentes de las fauces de Cérbero, así como
de Equidna, gran serpiente que yace siempre en los iniernos. La ponzoña
tenía, entre sus componentes, sinsabores, olvidos, lágrimas, rabia y codicia
de muerte, todos ellos cocidos con un tronco de cicuta «amarga cuemo
iel, e aun tan aguda e tan mala que mata omne si la come o la beue»46.
2.7 Saturno
45
2 Jueces 110, 230 a 4-13.
46
2 Jueces 110, 230 b 10-12. Alfonso sigue con bastante idelidad las Met. 4.481-511. No
obstante, como advierte (227 b 34-35), tiene a su alcance el ya citado Libro de los linnages de
los nobles gentiles.
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Creta o regnaua, e uinosse pora este Iano, ijo de Noe; e a Iano plogol con el,
e reçibiol consigo enel regno47.
este nombre Saturno tanto quier dezir como anno farto, de satur que dizen
en latin por farto, e annus por anno, o quier dezir tanto como sancta deidad
segund la glosa del grecismo. De mas es nombre dela primera planeta que
anda sobre todas las otras planetas49.
Saturno, perseguido por Júpiter, luchó contra él, pero, una vez vencido,
huyó de Creta, donde había reinado:
E Saturno fuxo de Creta e fuesse para Lombardia, e ascondiose allí; et assi
como dizen los que departen sobre los nombres delas cosas dond fueron toma-
das e por que razon, como Vguicio, Papia e el Breton, por esta razon del rey
Saturno que se ascondio en aquella tierra a oy nombre aquella tierra Latum.
Onde es lactum por Lombardia e fue tomada esta palabra lactum de latere
que dezimos los latinos por asconder, por el rey Saturno que se ascondio alli
quando fuye ante su ijo Juppiter50.
47
1 3.21,72 a 43-48. La tradición literaria, de modo casi unánime, indica que fue Saturno
quien castró a Cielo, su padre: cf. Hes. Th. 179-182.
48
1 6.20, 156 a 28-158 a 5.
49
1 6.20,156 b 24-31.
50
1 6.20, 157 a 48-b 3. Papías, lexicógrafo italiano cuyo loruit corresponde al 1040-1060
d.C, escribió el Elementarium doctrinae erudimentum, donde las palabras se ordenan según sus
tres primeras letras: fue punto de partida para la lexicografía derivativa posterior por las
muchas deiniciones que suministra sobre numerosos vocablos. A su vez, Hugucio (Hu-
guccio) de Pisa, que vivió hasta 1210, fue autor, como versado en derecho canónico, de las
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2.8 Venus
Nuestra obra explica que Saturno fue padre de Ceres, Vesta, Juno y Venus.
A ésta le dieron ese nombre porque nació cuando el planeta así llamado
tenía más fuerza que ninguna otra estrella. Como era muy hermosa, por
encima de las mujeres de su tiempo, los gentiles la llamaron diosa de her-
mosura, de apostura y de enseñanza. Júpiter, todavía soltero, tuvo con ella
dos hijos: Jaco51, con nombre de juego y dios de los juegos, y otro, que
supo mucho de las naturalezas del amor y de cómo los hombres enamoran
a las mujeres, al que le llamaron Cupido, dios del amor, así como su madre
era la diosa de la hermosura y del amor52.
Por otro lado encontramos ciertos detalles sobre el nacimiento de Venus
cuando se nos habla del enfrentamiento de Júpiter con su padre:
segun dizen todos los auctores, irio Juppiter a Saturno, yendo en pos el,
tal colpe quel corto una parte del cuerpo, et diz que cayo en la mar e leuan-
tosse una materia ende, e aquella matheria llamaron la frodos; et tan grand
era aquella matheria, que dela ferida que dio enel agua que sse crio e se izo
ende la deessa del apostura e delos amores, aque los gentiles llamaron Uenus,
e dotra guisa aquella espuma frodos que nascio de Saturno llamaron a esta
deessa Frodissa, onde Frodissa e Uenus una cosa son, e Uenus otrossi es una
delas siete planetas53.
2.9 Plutón
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malos y hacer justicia. Como castigaba a los malos, los gentiles le llamaron
rey de los iniernos54.
En ese lugar, bien descrito en nuestra Estoria55, vivían para siempre los
famosos condenados: las Danaides, Ticio, Ixión, Sísifo, Tántalo56. Todos
ellos sufrían terribles castigos sin posibilidad de remisión. Los hallamos
en la secuencia, ya comentada, en que Juno desciende al inierno en busca
del apoyo de las Euménides57.
2.10 Neptuno
2.11 Júpiter
54
1 6.20, 156 b 35-46.
55
2 Josué 105, 225 a 1-12: tiene mil entradas y todos caben allí. Las sombras de las almas
están descoloridas, sin cuerpo y sin huesos. En lo esencial, sigue a Met. 4.439-446.
56
El autor puede inspirarse en Ovidio (Met. 4.457-463), que recoge los nombres de los
cinco famosos condenados.
57
2 Jueces 108,228 a 20-b 15.
58
1 4.9, 89 b 25-45.
59
1 6.20, 156 b 46-a 3.
60
1 4.32, 106 b 45-107 a 3.
61
El de Cres, hijo de Nemprot y rey de Creta.
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E fue el rey Juppiter omne muy de mugieres, tan bien de uirgenes cuemo de
orden e dotras, e aun de las casadas, onde le llama en el latin aquella Estoria
de Troya adulter, e dize esta palabra adulter en el latin, segunt departen los
esponedores, tanto cuemo ad alterius, esto es a la dell otro, fascas a mugier
agena e casada67.
62
1 4. 30, 106 b 45-107 a 3.
63
1 8.8, 214 b 31-38.
64
1 6.20, 157 a 4-39.
65
Es decir, las de Dares y Ditis, de los que nos ocuparemos después.
66
2 Josué 61-62, 86 a 6-87 a 29.
67
2 Josué 61, 86 b 26-34.
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Júpiter era rey de Creta, pero dicen que había nacido en Atenas68, donde
ordenó los saberes e hizo y acrecentó las escuelas, franqueando a maestros
y escolares69.
Basándose en la Estoria de Troya, nuestra obra airma que la primera
mujer de Júpiter fue Níobe70: de la unión nacieron Dárdano y Troo71, los
que poblaron Troya.
Con respecto a Júpiter se señala que fue el señor de toda Europa y de
todos sus pueblos, y le honraron todas las tierras y todas las gentes: «elos
gentiles, por todas estas cosas, llamaron le dios, maguer que el era omne»72.
Tuvo más de treinta hijos, contando los dos sexos, que fueron dioses y
diosas, reyes y reinas.
Por lo demás, en un breve capítulo se nos habla del rey Júpiter y la reina
Juno, así como de sus linajes73. Las únicas fuentes seguidas allí son Ovidio,
las glosas sobre él y maestre Juan.
Sobre la etimología del teónimo hallamos la siguiente explicación:
Quiere dezir en latin este so nombre Juppiter tanto como juuans, pater et
juuans pater en el lenguage de Castiella tanto como padre ayudant74.
En el mismo lugar se añade que, por ser muy sabio, los «estrelleros» le
pusieron ese nombre al segundo planeta. Además, se subraya allí mismo
que, según el Almagesto de Ptolomeo y otros sabios, el planeta Júpiter aparta
los males aportados por Saturno y Marte.
Mito e historia, ya lo hemos visto, aparecen frecuentemente unidos en
Alfonso. Así, señala nuestra historia que del linaje de Júpiter vino también
Alejandro, y de aquél vinieron asimismo todos los reyes de Troya, Grecia,
68
1 7.32, 191 b 36-42. La obra recurre aquí a «maestre Godofre», es decir, Godofredo de
Viterbo (1121-1192), autor del Pantheon, historia universal, en prosa y verso, donde se entre-
mezclan relatos bíblicos con datos históricos desde los orígenes del mundo hasta el año 1186.
69
1 11.46, 315 a 1-24.
70
Quizá la hija de Foroneo. De su relación con Júpiter, nacieron Argos y Pelasgo.
71
En general, se admite que Dárdano había nacido de Júpiter y de la Atlántide Electra.
Tros, por su parte, era nieto de Dárdano.
72
1 7.43, 201 a 13-14. El relato sigue, aquí, a Eusebio, Jerónimo y Maestre Godofre,
nombrados expresamente.
73
1 7.45, 202 a 10-b 41.
74
2 Josué 62, 87 a 37-39.
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2.12 Atenea
75
Eneas era descendiente de Dárdano, que había vivido cinco generaciones antes.
76
Barbarroja.
77
Hohenstaufen.
78
1 7.43, 200 b 39-201 a 14. Acerca de la biografía del monarca es útil Salvador Martínez
2003.
79
Rico (1971: 97-120) en el apartado titulado «Alfonso X y Júpiter», aporta importantes
datos acerca de la conexión entre el mundo clásico y la realidad histórica del monarca.
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e de batalla; e pusieron por ende nombre Palatino a aquel monte del nombre
della, e izieron le assi sus oraciones e sus sacriicios80.
Et fue Pallas ija del rey Jupiter, e nasçiol dela cabeça, segund la razon que
ende contaremos adelante enla estoria de Cadmo, rey de Thebas81.
Otros dizen del nascimiento desta deessa que el rey Juppiter [..] un dia que
movio la cabeça muy de reçio, e quel salio del celebro, fascas del meollo de
la cabeça, aquella donzella82.
Pero, algo antes, en ese mismo lugar, se aporta una explicación diferente,
cuando se puntualiza que, a los setenta y seis años de Jacob, reinando en
Grecia el rey Ógiges, salió una doncella del lago Tritón, localizado en
Palante, una tierra griega, por lo que le pusieron, como nombre, Tritonia,
«e los griegos llaman la Minerua»83.
2.13 Marte
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Termodonte, y lucharon contra sus enemigos. Sus mujeres, viendo que los
esposos morían en la lucha, se defendieron a sí mismas, mataron a todos
los varones que todavía vivían junto a ellas, atacaron a los enemigos y los
vencieron. Como estaban sin maridos, mandaron recados a los pueblos
vecinos y se unían con varones en sus fronteras. La que paría varón se lo
enviaba al padre del nacido, mas la que tenía una niña, se la quedaba. Según
otros relatos, mataban a los niños varones recién nacidos:
Et usauan todas las demas tirar darco, e eran alançadoras de dardo e de toda
arma que se alançasse; e por que las tetas, que auien grandes, las estoruauan
mucho all alançar de las armas, uuscaron esta maestria de quemarse las te-
tas diestras quando eran ninnas por que les doldrien menos, e les nunqua
crescerien mas nin las estoruarien all usar de las armas, nin de arcos nin de
otras; et las siniestras que las guardassen pora criar las ijas. E por que dizen
el griego a por lo que en el nuestro lenguage de Castiella sin, e mazon por lo
que en el castellano teta, los griegos, que pusieron nombres a las cosas mas
natural mientre que otros sabios dotra tierra, ayuntaron estas dos palabras a
e mazon e compusieron ende este nombre amaçon, e llamaron le aquellas
duennas por esta razon, et en el nuestro lenguage de Castiella tanto quiere
dezir amazonas como mugieres sin teta84.
2.14 Vulcano
Ca uso et costumbre fue daquellas yentes siempre, que si alguno leuaua auan-
taia delos otros omnes en algun saber o en alguno fecho, quel llamauan dios
daquel saber o daquel fecho en que auinie meior quelos otros e los uencie85.
84
2 Josué 105, 121 b 40-122 a 22. Para el relato completo, cf. 2 Josué 104-106, 120 a 26-123 a 3.
85
1 7.45, 202 a 33-38.
86
Motivo registrado desde Homero, Od. 8.266-369. Lo recoge luego Ovidio: AA 2.561-
588, Met. 4.171-189.
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Juan antonI o Lópe z Fé r e z
Guisado esto daquella manera, fues el ende, e uinieron Mars e Venus pora aquel
lugar como solien, e entraron en sus trebeios, e mouieron aquellas cadenillas,
e redeziellas e lazos que Vulcano iziera pora aquella razon et las parara alli;
et assi cuemo yazien amos, assi les cayeron aquellas armadijas de suso e los
touieron alli presos que se nos pudieron mandar nin tirar se a ninguna part
de como estauan 87.
2.15 Otras divinidades
87
2 Jueces 76, 203 a 13-23.
88
2 Jueces 210-215, 320 a 26- 324 b 17.
89
Met. 10.1-85, 11.1-84.
90
Met. 10.17-39.
Ianua Classicorum. Temas y formas del Mundo Clásico · vol. III · Madrid 2015 · 469-526 489
MI tos y noMb r es Mí tI cos c LásI c os e n La Ge ne r aL e stor I a
3.1 El diluvio
91
Met. 10.83-85.
92
Mítico rey del Ática. Es uno de los llamados autóctonos o nacidos espontáneamente
de la Tierra, sin padre alguno. Según Alfonso, Ógiges pobló Eleusis (también, llamada en
él, Eleusina), donde había una pequeña población llamada Ática, que luego sería Atenas.
Sucedieron estos hechos, se airma, en tiempos de Jacob: 2 Josué 85, 103 b 17-27.
93
1 7.26, 187 b 38-41.
94
2 Josué 85, 103-105.
95
Creo que por abreviar se pone XXX, cuando en el capítulo anterior se había hablado
del cXXVII.
96
1 13.14, 368 a 36-51. En 368 b 12-22 se airma que el diluvio de Deucalión y el incendio
de Faetón sucedieron catorce años antes de las plagas de Egipto, según Eusebio y Jerónimo,
pero, en opinión de Orosio, después de ellas.
97
2 Josué 32, 52 b 16-21.
490 Ianua Classicorum. Temas y formas del Mundo Clásico · vol. III · Madrid 2015 · 469-526
Juan antonI o Lópe z Fé r e z
4 MItos De arGos
98
1 9.45, 260 b 54-261 a 3.
99
1 1.25, 19 b 12-14.
100
Met. 1.89-150 (oro-plata-bronce-hierro).
101
1 7.42, 198 b 25-200 b 54.
102
1 6, 31, 167 b 5-39.
Ianua Classicorum. Temas y formas del Mundo Clásico · vol. III · Madrid 2015 · 469-526 491
MI tos y noMb r es Mí tI cos c LásI c os e n La Ge ne r aL e stor I a
E cuenta Ouidio enel primero libro del so Libro mayor, que este rey Ynaco
que auie una ija, e llamauanla Yo; e era costumbre delos gentiles, enel primero
tiempo en que ellos andauan en dubda en sus creencias, que llamauan dioses
alos reyes sabios et poderosos, et otrossi alas duennas sabias e poderosas deessas,
e a los grandes rios dioses, e alas nobles fuentes deessas, fascas que auie en los
rios e en las fuentes uirtudes e poderes de dioses e deessas105.
103
Met. 1.567-687, 712-749.
104
En la de Sánchez Prieto 2009, Ínaco-Ío. No obstante, este editor coincide con Solalinde
en que, según el texto alfonsí, cuando Ío, ya transformada en vaca, quiere darse a conocer a
su padre que le daba hierbas para que se las comiese, hace en el suelo una Y con su pezuña, y
gracias a eso es reconocida por su progenitor. Ahora bien, en griego, los dos antropónimos
mencionados comienzan por iota, no por ípsilon.
105
1 6.19, 155 b 15-32.
106
1 6.26, 162 b 37-39.
107
2 Jueces 14-5, 140 b 9-143 a 26. Para la presencia de las Heroidas en la obra que revisa-
mos, cf. Ashton 1944; Lida 1958; Impey 1980; Brancaforte 1990; Garrido 1991; Puerto Benito
2008; Salvo García (2009: 207) insiste en que, a pesar del carácter poético de las Heroidas, los
materiales usados por el equipo alfonsí tienen un contenido altamente narrativo.
492 Ianua Classicorum. Temas y formas del Mundo Clásico · vol. III · Madrid 2015 · 469-526
Juan antonI o Lópe z Fé r e z
108
2 Jueces 32-34, 159-162.
109
Met. 3.316-350. En la historia alfonsí se mencionan a continuación, como en las Me-
tamorfosis ovidianas, Liríope y su hijo Narciso, así como la metamorfosis de éste y lo que le
aconteció a Eco.
110
2 Jueces 154-179, 267-297.
111
2 Jueces 154, 267 a 16-34.
112
La leyenda mítica sobre Perseo está muy bien recogida por Ovidio, Met. 4.604-789;
5.1-268.
113
Maestre Juan el inglés, Ebrardo y su Libro del Grecismo, el Libro de las provincias (que
equivale a Isidoro, Etimologías 13-14), el Teodoleto, etc. Este último, el Theodoletus, es una
égloga (Ecloga Theoduli) escrita en hexámetros latinos, quizá antes del siglo X, por un desco-
nocido Teodulo. Fue muy utilizado en la Edad Media, pues expone el enfrentamiento entre
cristianismo y paganismo (Alithia y Pseustis, respectivamente, es decir, Verdad y Mentira)
ante la igura de Phronesis (Razón), que los juzga. Para instrucción de los jóvenes se acude a
los relatos míticos y bíblicos más conocidos: Pseustis ofrecía los primeros, mientras Alithia
recurría a los segundos. El equipo alfonsí lo conoció bien y lo tradujo parcialmente en nuestra
obra: cf. 2 Jueces 179-180, 294 b 32- 297 a 38. Además, 1 5.33, 134 a 55-b 20.
114
2 Jueces 156, 269 a 33-35.
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MI tos y noMb r es Mí tI cos c LásI c os e n La Ge ne r aL e stor I a
recuerda, puede verse que todo el mundo desea coger el oro, tenerlo en
la mano y acercárselo hacia sí.
Advertimos algunas novedades: el arca en que Dánae fue arrojada al mar
llegó a Italia, donde la abrió un pescador. Éste se llevó a su casa a madre e
hijo, y los trató muy bien. En el arca venía un escrito donde se daban todas
las explicaciones sobre lo ocurrido y acerca del linaje de Dánae. El de Italia
y la griega, como hablaban lenguas distintas, se entendían por señas115.
Finalmente, el pescador entregó a Dánae, como regalo, al rey de Italia,
Fauno, padre del rey Latino. Fauno se casó con Dánae. Perseo, leemos,
creció muy bien y aprendió fácilmente a leer; fue muy sabio en todos los
conocimientos de las ocho artes, los siete saberes y la magia. Cuando ya era
un mancebo e iba entendiendo las cosas, su madre le explicó de quién era
hijo. Italia se le quedó pequeña, pues el rey de ese país guardaba el trono
para su hijo. Decidió irse a Argos, al saber que el anciano rey Acrisio no
tenía heredero. Éste, con todo, no se creyó lo que Perseo le decía ni quiso
aceptarlo a su lado.
En la Estoria alfonsí la virtud de volar por los aires la obtiene Perseo
gracias a la cabeza de Medusa116. Por otro lado, apartándose de las fuentes
clásicas, se indica que Perseo volaba en ocasiones sobre Pégaso117, motivo
115
2 Jueces 158, 271 b 29-34: «ca dotra guisa non se podien entender por el lenguaie de
Ytalia e de Grescia que non eran uno, ca los de Grescia e de Italia non fablan un lenguage, e
nin entendie Dane el de Ytalia nin el pescador el de Grescia».
116
2 Jueces 162, 277 a 32-b 4: «Et luego que la ouo ganada, de tal poder e de tal uertut era
la cabesça que essa ora se alço suso alto, e començo a andar por el aer uolando con ella otrossi
con el saber de la magica que sabie ell, e corrie la sangre della. Et en alçando se Persseo con
ella nascio duna de las primeras gotas daquella sangre de Medusa un cauallo con alas muy
ligero, e dixieron le Pegaso». En realidad, diversas fuentes clásicas nos recuerdan que Perseo
volaba gracias a unas sandalias aladas que le regalaron las Ninfas.
117
2 Jueces 179, 295 b 19-296 a 15. Según los autores clásicos el héroe no montó nunca
sobre Pégaso. Sería, posteriormente, Belerofonte quien cabalgara sobre el prodigioso corcel.
Efectivamente, en 2 Jueces 79, 294 b 24-24, partiendo de Eusebio, Jerónimo y el Teodoleto,
tras otras explicaciones, leemos, a propósito de Pégaso, que «todos los mas acuerdan que fue
el cauallo de Persseo». Tan irme es la airmación alfonsí que, aunque en el pasaje suminis-
trado (Ecloga Theoduli, vv. 213-216, aportado por nuestra obra, sin numeración y con varias
variantes textuales) se indica que fue Belerofonte el que peinó a Pégaso y se marchó por el
aire (comit equi pennas et se demisit in auras), se añade, posteriormente que «Bellorophon es por
el rey Persseo […], porque dize aqui el maestro Bellorophon por Persseo». Por su lado, Ste-
adman (1962) sugiere que la confusión de Belerofonte con Perseo, presente en nuestra obra,
puede remontar a la Ecloga Theoduli, el ya citado Teodoleto.
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Juan antonI o Lópe z Fé r e z
5 MItos De tebas
118
2 Jueces 19, 147 a 27-29: «et si algun ijo uaron ouo en ella ni mas ijas, non lo fallamos».
La frase muestra un interés evidente por la descendencia de Cadmo.
119
2 Jueces 20-26, 148 a 13-154 a 29. El autor sostiene que va a contar la leyenda al modo
de los escritores gentiles (149 a 31-32). Sigue, en lo esencial, a Ovidio: Met. 3.138-252.
120
Personaje tratado con bastante precisión y abundantes detalles en nuestra obra. Cf.
173 a 36-180 a 22, 189 b 9-193 a 38. Cf. Met. 3.512-581, 692-733.
121
2 Jueces 204, 318 a 16-18.
Ianua Classicorum. Temas y formas del Mundo Clásico · vol. III · Madrid 2015 · 469-526 495
MI tos y noMb r es Mí tI cos c LásI c os e n La Ge ne r aL e stor I a
Gran aprecio e interés muestra la Estoria por Baco, «el que dixieron
Libero padre, que fue el mas poderoso princep de orient, e de India et
de toda Assia en el so tiempo e aun en muchos tiempos dantes e despues
del»125. Así lo comprobamos también en otro lugar, referido a la época de
Midas: «E era Libero padre aquella sazon el mas poderoso prinçipe que los
omnes sabian, e muy sabio en el arte magica e en los otros saberes»126.
Comenzó sus hazañas en Oriente, conquistando aquellas tierras, India y
toda Asia, y, luego, le pareció bien pasar a Europa, especialmente a Grecia,
concretamente a Tebas, que eran tierras naturales de su madre127. Encon-
tramos en Alfonso numerosos detalles sobre los acompañantes de Baco:
Sátiros y Sileno, las y los bacantes, así como acerca de los instrumentos
musicales que hacían sonar. Se subraya su contribución a la historia de la
cultura, pues, según varios comentaristas128, ordenaba plantar viñas allí
donde dominaba: «ca el uino tomado atemprada mientre que era cosa sana
e muy buena, e que enpos el pan, el uino era el segundo mantenimiento
122
Transcrita con variantes: Boecia, Boetia, Boeçia
123
2 Josué 39, 60 b 25-28.
124
2 Josué 42, 65 a 33-36.
125
2 Jueces 20, 148 b 11-15.
126
2 Jueces 441, 51 a 18-21.
127
2 Jueces 49-53, 175 a 8-180 a 22.
128
Se cita expresamente a Eusebio, Jerónimo y Plinio.
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Juan antonI o Lópe z Fé r e z
129
2 Jueces 101, 221 b 29-33.
130
2 Jueces 194, 308 a 29-37.
131
2 Jueces 218-316, 325 a 13-386 b 30. Es decir, 62 páginas en la edición seguida. Para esta
sección, resultan de gran utilidad, Kiddle 1935 y 1936; Rubio Álvarez 1961; Iglesias Montiel
1974; García 2003 y 2004.
132
López Férez 2011.
133
No me adentraré en una cuestión literaria de gran importancia, a saber, qué texto siguió
el equipo alfonsí, el cual se valió, al parecer, de una versión prosiicada del poema francés Le
Roman de Thèbes, romance de unos 10.000 versos, distribuidos en octosílabos pareados, escrito
por un clérigo anónimo. El primer manuscrito que lo contiene se fecha hacia 1150. En todo
caso la obra es anterior al Roman de Troie de Benito de Sainte Maure. El autor anónimo no
siguió directamente la Tebaida de Estacio sino un resumen de la misma. El Romance de Tebas
se convirtió en seguida en un referente literario recogido en varias lenguas europeas. Se hi-
cieron del mismo diversas versiones francesas en prosa desde los comienzos del siglo XIII: la
primera impresa apareció en el siglo XVI (Le roman d’Edipus, ils du roy Layus).
134
2 Jueces 229, 331 b 16-23: «Et era esse bestiglo muy marauilloso e diremos quanto: que
auie el cuerpo de leon, et pies e unnas de lagarto, et el cuello e la cara de donzella marauillosa
e cruel. Aquesta bestia tal que estaua en aquella montanna era muy mala, de guisa que toda
la tierra de cerca la auien miedo, et llamauan la Spin»:
Ianua Classicorum. Temas y formas del Mundo Clásico · vol. III · Madrid 2015 · 469-526 497
MI tos y noMb r es Mí tI cos c LásI c os e n La Ge ne r aL e stor I a
a su hijo, Edipo llora tanto que pierde la vista; Polinices sale de Tebas;
éste y Tideo van al palacio de Adrasto, rey de Argos, con cuyas hijas, res-
pectivamente Argía y Deípile, se casan; Tideo reclama en Tebas el trono
para Polinices; negativa de Eteocles, preparativos en Argos para la guerra;
llegan Partenopeo, Hipomedonte, Capaneo y otros caballeros; Aniarao se
ve obligado a unírseles; parte la expedición y pasa por el reino de Licurgo,
donde conocen a Hipsípila, que les cuenta lo sucedido en Lemnos; en el
sitio de Tebas muere Aniarao, tragado por la tierra; pierden la vida Tideo,
Partenopeo e Hipomedonte; Eteocles y Polinices se dan mutua muerte; las
madres y esposas de los muertos se presentan ante Tebas; también el duque
de Atenas135, que ataca la ciudad amurallada junto a los pocos sitiadores
que quedaban con vida, y, además, las mujeres; muere Capaneo; aquéllas
logran abrir un portillo en la muralla por donde entran el duque y la ca-
ballería; el ateniense manda quemar la ciudad y toma presas a Yocasta y
sus hijas; entierro de cada muerto relevante en su propia tumba; Eteocles
y Polinices arden juntos; Adrasto da las gracias al duque y regresa a Argos,
donde no viviría mucho tiempo, quebrantado por lo sucedido en Tebas.
En la obra alfonsí, aunque los redactores anónimos tenían a mano, entre
otros, a Ovidio y sus comentaristas medievales, se discuten con frecuencia
datos ofrecidos por el Roman de Thèbes. Por ejemplo, se nos indica que
según «la estoria francesa»136, Cadmo tuvo dos hijos, «mas non fue assi» 137,
pues de su unión con Harmonía nacieron cuatro hijas.
135
El rey Teseo, del que no se da el nombre. Comienza a partir de aquí una versión re-
sumida de un tema de gran interés recogido en las Suplicantes de Eurípides: cómo las madres
y esposas de los que habían perdido la vida ante Tebas le suplicaron al monarca ateniense
poder recuperar los cadáveres de los suyos y cómo aquél, cual campeón de la justicia y el
derecho de gentes, luchó contra los tebanos y logró la ansiada devolución de los muertos.
136
2 Jueces 222, 327 b 13-14. Seguramente se alude al Roman de Thèbes. Como en otras
muchas ocasiones, nuestro tratado no parte de una sola fuente, sino que tiene en cuenta
varios autores y diferentes versiones acerca de los mismos hechos, los cuales, a veces, son
sometidos a análisis y discusión. Precisamente, la exegesis alfonsí no se decanta, a veces, entre
dos interpretaciones diferentes. Tal sucede en el pasaje indicado, cuando la historia francesa
airma que, tras Cadmo, reinó Layo en Tebas, mientras que otros valiosos autores allí citados
(Ovidio en sus Metamorfosis, Eusebio, Jerónimo) sostienen que, después de Cadmo, fueron
Anión y Níobe los monarcas en aquella ciudad.
137
No se da aquí el nombre de las cuatro. Por lo demás, se ignora la existencia del único
varón nacido de ese matrimonio: Polidoro. Éste, a la muerte de Cadmo, reinó durante poco
tiempo, dejando un hijo de corta edad (Lábdaco), que sería, a su vez, padre de Layo. El propio
498 Ianua Classicorum. Temas y formas del Mundo Clásico · vol. III · Madrid 2015 · 469-526
Juan antonI o Lópe z Fé r e z
pero, por que non es tanto de marauillar cuenta la estoria que auie estonces
el diablo muy grant poder en el mundo, ca diz que pocas eran o aun ninguna
estonces las yentes, sinon muy pocos omnes, que connosciesen nin sopiessen
quien era Dios138.
Alfonso, tras dar los nombres de las cuatro hijas, añade: «et si algun ijo uaron ouo en ella
nin mas ijas, non lo fallamos». 2 Jueces 19, 147 a 27-29.
138
2 Jueces 234, 334 b 1-14.
139
2 Jueces 315, 386 b 13-17.
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MI tos y noMb r es Mí tI cos c LásI c os e n La Ge ne r aL e stor I a
140
1 11.33, 306 a 35-50.
141
1 11.32, 305 a 4-306 a 3: vivió por el año 81 de la cautividad de los hebreos en Egipto.
Los datos se toman de Eusebio, Jerónimo, Ovidio, Juan el inglés y «el frayre». Éste, citado
siempre con ese caliicativo, aparece doce veces en la primera parte de la obra y treinta y ocho
en la segunda. Se trata de Arnulfo de Orleans, que vivió en torno a dicha ciudad, y publicó
unas Allegoriae super Ovidii Metamorphosin de notable inluencia en la literatura medieval. Ade-
más, comentó otras obras ovidianas (Fastos, Arte de amar, Remedios del amor y las Cartas desde el
Ponto), y, asimismo, la Farsalia de Lucano. No perteneció a orden eclesiástica alguna, pero el
equipo alfonsí pudo haberlo leído a través de alguna adaptación realizada por un fraile. Cf.
Noacco 2006; Cuesta Torre 2007: 137-138.
142
2 Josué 9-13, 22 a 20-28 b 25. Entre las fuentes citadas con respecto a Busiris, rey de
Egipto, iguran Eusebio, Jerónimo, Ovidio, Orosio, Lucas de Tuy «e otras estorias».
143
2 Josué 10-13, 23 b 34-28 b 25. A propósito del episodio del herrero se recurre, entre
otros autores, a Horacio, Ovidio, Juvenal y Lucas de Tuy.
144
2 Jueces 393-435, 1 a 1-47 a 15. Fernández Ordóñez (1992: 76-82) ha subrayado que la
Estoria de España alfonsí, a propósito de Hércules, utilizó materiales previamente preparados
para la General Estoria.
500 Ianua Classicorum. Temas y formas del Mundo Clásico · vol. III · Madrid 2015 · 469-526
Juan antonI o Lópe z Fé r e z
e los grandes e estrannos fechos que el izo por el mundo. E commo quier
que los el iziera en tienpos departidos e en muchas tierras, ayuntamos los
nos aqui todos aquellos buenos fechos por que vaya toda la su estoria vna,
commo de grand prinçipe e sennor commo el, e que la entiendan mejor los
que la quisieren oyr145.
E quien bien lo catare puedelo entender por este su nonbre, que conpusieron
los sabios destas dos palauras griegas: de her, que dizen en griego tanto commo
batalla en el nuestro lenguage de Castilla; e cleos, commo gloria. Onde este
nonbre Ercules, ayuntado e conpuesto destos dos nombres her e cleos, tanto
quiere mostrar commo glorioso en batalla, o en valentia o en poder149.
145
2 Jueces 393, 1 a 6-17.
146
2 Jueces 393, 1 a 29-31.
147
Es el llamado Desanao por Eusebio y Jerónimo: 2 Jueces 393, 1 a 29-31. En otro lugar
vemos que comenzó a ser sabio famoso en el año 138 de la servidumbre de los hebreos: 1
13.17, 370 a 5-23.
148
2 Jueces 393, 1 b 16-20. La historia alfonsí le llama Musoleo.
149
2 Jueces 393, 1 b 34-43.
150
2 Jueces 393, b 1-5. La tercera edad abarca desde el nacimiento de Abrahán hasta el
primer año del reinado de David.
Ianua Classicorum. Temas y formas del Mundo Clásico · vol. III · Madrid 2015 · 469-526 501
MI tos y noMb r es Mí tI cos c LásI c os e n La Ge ne r aL e stor I a
151
Entre los autores citados como fuentes iguran Paléfato, Virgilio, Ovidio, Lucano,
Plinio, Eusebio, Jerónimo, Beda, Papías, Hugucio y el Libro de las generaciones de los gentiles
(bajo distintos títulos). A propósito de Paléfato, acúdase, por ejemplo, a Sanz Morales 1999.
152
2 Jueces 394, 2 a 16-3 a 25. La primera, hija de Electrión, era nieta de Perseo; por su
parte, Layo, nacido de Lábdaco, resulta, pues, bisnieto de Cadmo.
153
De los famosos trabajos considerados canónicos se mencionan – a veces con nombres
irreconocibles o distintos de los tradicionales– el León de Nemea (que son dos, aquí; además
de otro anterior criado en el monte Partenio), la Hidra, el jabalí del Erimanto, las Amazo-
nas (con la aniquilación de Laomedonte y rapto de Hesíone), el toro de Creta, las yeguas de
Diomedes, las vacas de Gerión y las manzanas de las Hespérides. De las hazañas marginales
se recogen la lucha contra las Harpías, los ladrones de Cremona, la muerte de los once hi-
jos de Neleo, el enfrentamiento con los Centauros y la eliminación de Neso, la derrota de
Aqueloo y conquista de Deyanira, la victoria sobre Anteo, etc.
154
En los capítulos 420-435, 31 b 36-46 b 45 son citados como fuentes, entre otros, Filó-
coro, Ovidio, Eusebio, Sigiberto (quizá el autor de la Grande estoria de los reyes de África), Jimé-
nez de Rada (nombrado varias veces como «el arzobispo») y el Libro de los linajes de los gentiles.
155
2 Jueces 420, 32 a 5-13.
502 Ianua Classicorum. Temas y formas del Mundo Clásico · vol. III · Madrid 2015 · 469-526
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156
2 Jueces 421, 32 a 33-33 a 20.
157
De acuerdo con la genealogía ofrecida en la Estoria, Gerión es hijo de Euristeo, el ene-
migo acérrimo de Hércules. Los tratados de mitología nos enseñan, en cambio, que Gerión
es hijo de Crisaor (nacido, junto con Pégaso, cuando Perseo decapita a Medusa, que estaba
embarazada por obra de Posidón) y de la Oceánide Calírroe. Ahora bien, nuestra obra, que
tantos detalles ofrece respecto a otros personajes, nos dice escuetamente que Perseo, hijo de
Júpiter y Dánae, hizo a Euristeo, rey de Micenas, y éste, a Gerión, primer rey de España (2
Jueces 421, 32 a 44-b 4). Genealogía doblemente falsa, porque entre los hijos de Perseo igu-
ran Electrión, padre de Alcmena, y Esténelo, padre de Euristeo. Así pues, según la tradición
mitográica comúnmente aceptada, Hércules es hijo de una prima hermana de Euristeo.
Pienso que este parentesco tan próximo entre rivales tan extremos no cuadraba bien a ojos
del equipo alfonsí, que no muestra interés alguno por señalar la proximidad familiar entre
Hércules y Euristeo, sino más bien por indicar que Gerión era hijo del terrible y odioso
enemigo del gran héroe.
158
2 Jueces 421, 32 b 8-11.
159
Transcrita Gallizia.
160
2 Jueces 421, 32 b 16-20.
161
Según el arzobispo don Rodrigo Jiménez de Rada (1170-1247), autor de la Historia Gothica.
162
Cato, en Alfonso. «E auie Cato la su morada mayor en el monte de aquella tierra de
Carpentania. E es aquel monte al que llaman avn oy en Espanna Moncayo, e dezir quiere
tanto commo monte de Cato»: 2 Jueces 422, 33 b 23-28.
163
2 Jueces 422, 33 b 17-34 a 10.
164
2 Jueces 421, 32 b 36-37. La Galaçia alfonsí es quizá la Galacia romana (Galatia en latín).
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MI tos y noMb r es Mí tI cos c LásI c os e n La Ge ne r aL e stor I a
tomo destas dos palauras, barca e nueue, e izo dende este nonbre en latin
barchinonia e pusolo a aquella çibdad; e es a la que nos dezimos en el nuestro
lenguage Barçelona165.
E tomo destos dos nonbres: de lvso166 que deximos en latin por trebejo, e
de Ana que es el nonbre de aquel rio, e izo dende este que dezimos en latin
Lusitania; e pusolo a aquel canpo do estos juegos e esta iesta mandaua fazer.
E quiere dezir en nuestro lenguage de Castilla tanto commo el canpo de los
trebejos de Ercules fechos çerca de Guadiana167.
De Esperia – que la llamauan antes del nonbre de vna estrella, commo auemos
ya contado en las razones de las duennas esperidas –, dixeronle Espanna de alli
adelante del nonbre de Espan168.
Espan hizo muchas cosas en España169: las torres del faro de Galicia, y
las gades, pilares a modo de mojones colocados en los lugares por donde
anduvo Hércules. Además, fundó una ciudad cerca de la cabeza de una
sierra, cima a la que llamaban Gouia: «e por que la asento çerca della, lla-
maronla Segouia»170. Asimismo, hizo el puente por donde venía el agua
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E el can auia nonbre Çerbero. E Çerbero quiere dezir tanto commo estas dos
palauras griegas: creos varos; e en el nuestro lenguage de Castilla dize tanto
commo desgastador de las cosas criadas en carne, por que comie de las cosas
biuas estas tres partes: la carne, e la sangre, e los huesos172.
171
2 Jueces 422, 35 a 11-14.
172
2 Jueces 428, 38 b 20-27. No está ijada la etimología de Cérbero (Véase Chantraine
(1968: 519) donde se le tiene por un préstamo mediterráneo). Si observamos el presente pa-
saje con el indicado en n. 41, notaremos que varía el segundo término «griego»: allí voras,
aquí varos. El equipo alfonsí, más que en términos griegos como borá, «pasto, alimento para
quienes comen carne humana», borós «voraz» (de la misma raíz que bibrōskō, «devorar») puede
estar pensando en el verbo latino voro, «devorar».
173
2 Jueces 430, 40 b 7-44 a 19.
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MI tos y noMb r es Mí tI cos c LásI c os e n La Ge ne r aL e stor I a
hechos está muy trabajada desde el punto de vista literario, con cinco dis-
cursos directos, algunos de cierta extensión. Aparecen allí Licas – que fue
arrojado por Hércules al mar – y Filoctetes a quien aquél entregó el famoso
arco y lechas que habían de ir de nuevo a Troya. El hijo de Alcmena allanó
la hoguera con su «porra» y se echó en las brasas, llevando puesta la piel «de
los leones». Júpiter habló con los demás dioses, que decidieron deiicarlo:
E otorgaronlo todos, e avn Juno misma que lo queria mal, que fuese dios, e
resçibieronle. E fue contado de alli adelante Ercules entre los dioses, segunt
que los sus gentiles dezien dioses174.
6 tesaLIa y etoLIa
Indudable interés suscita la nave que llevó a los argonautas, pues se airma,
siguiendo a Eusebio y Jerónimo, que en el año duodécimo del juez Gedeón
se hizo en Argos la primera nave175, por mandato de Pelias, tío de Jasón, el
cual fue en ella hasta la «ysla de Colcos»176 para traer el vellocino de oro. A
los que embarcaron en esa nave los llamaron argonautas:
Et este nonbre argonautas es conpuesto destos dos nonbres: argos que es por
aquella çibdat e aquel reyno de Argos de Greçia o por aquella naue misma
a que pusieron assi nonbre, e nauta que es por marinero; onde esta palaura
174
2 Jueces 433, 46 a 11-16.
175
Que la nave Argo fue la primera en surcar el mar aparece en diversas fuentes antiguas.
Tal airmación es incompatible, por ejemplo, con la travesía marina, muy anterior en el
tiempo, de Dánao y sus cincuenta hijas desde Egipto hasta Argos: cf. Ruiz de Elvira 1975: 274.
Por otra parte, poner en Argos la construcción del navío es un error geográico importante.
176
2 Jueces 207, 319 b 10.
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E esta infante fue muy sabia duenna de la arte magica, e de todos encantamen-
tos, e de fechizos, e de naturas de yeruas e de otras cosas180.
Pelias, pues, temía a su sobrino Jasón, muy apuesto y querido por las
gentes, y, para no desheredar a sus hijas, le dijo que fuera a conquistar el
vellocino y a apoderarse del reino donde lo encontrara, con el propósito
de que muriera en la empresa. Mandó que hicieran un navío grande, espe-
cial, nada corriente en la época. Fueron llegando los amigos de Jasón para
sumarse a la empresa: Hércules, Peleo y Telamón. Cuando se hicieron a
la mar, llegaron a Troya, pero el rey Laomedonte, al ver que no eran mer-
caderes, sino hombres de armas, no quiso recibirlos, con lo que les hizo
gran agravio. No obstante los griegos siguieron su viaje.
Cuenta Dares182, leemos en Alfonso, que la nave se llamaba Argo:
177
2 Jueces 207, 319 b 14-23.
178
2 Jueces 452-478, 58 b 43-87 b 36. Cf. Cuesta Torre 2007b. Biglieri (2005) ha visto bien
cómo, partiendo de fuentes clásicas, griegas y latinas, nuestra obra creó una Medea hispana,
peculiar por sus orígenes y acciones.
179
Así en Alfonso, en vez de Eetes.
180
2 Jueces 452, 58 b 46-49 a 2.
181
2 Jueces 453, 59 a 19-21.
182
Véase De escidio Troiae historia 1. Alfonso sigue parcialmente el relato de Dares.
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E desta naue e de los marineros que la gouernaron con Jason fue fecha vna
estoria. E por que dizen en el latin nauta por marinero, tomo el sabio que la
estoria conpuso ende este nonbre nauta, e ayuntolo con aquel que deximos
Argo que llamauan a la naue; e izo ende ese nonbre argonauta, e llamolo a
la estoria. E sobresto cuenta ese Dares que el que todos los nobles que con
Jason fueron quisiere saber, que lea aquella estoria de los argonautas – e esto
es de aquella naue e de sus marineros – e alli los oyra183.
183
2 Jueces 453, 60 b 4-17.
184
Ysiile, en Alfonso.
185
2 Jueces 457, 62 b 1-64 a 4. Cf. Met. 7.1-71, versos traducidos con alguna interpretación.
186
Cf. 2 Jueces 458, 64 a 4-65 a 4: cómo perdió Medea el amor de Jasón y lo recuperó
posteriormente (Met. 7.92-94); 2 Jueces 458, 65 b 31-66 b 21, lucha contra el dragón (Met.
7.144-148); 2 Jueces 462, 67 a 45-68 a 3, rejuvenecimiento de Esón (Met. 7.164-168, 171-178);
2 Jueces 463, 68 a 5-69 a 4, conjuro y súplicas de Medea a Hécate (Met. 7.193-220), 2 Jueces
471-473, 77 a 41-79 b 10, Medea y las Peliades (Met. 7.333-339, 346-347).
187
2 Jueces 470, 72 a 26-77 a 39. Es una versión con paráfrasis de Heroidas 6.
188
2 Jueces 477, 82 b 43-87 a 15. Contiene una versión parafraseada de Heroidas 12.
189
2 Jueces 457, 62 b 1-64 a 4. Cf. Met. 7.298-394: Medea y las hijas de Pelias, con la trans-
formación del carnero viejo en cordero; cómo engañó a las Pelíades que hirieron de muerte
a Pelias, su padre, a quien ella misma remató; y, asimismo, a qué tierras aquélla huyó.
190
2 Jueces 457, 62 b 1-64 a 4 (Met. 7.395-453): cómo Medea mató a sus hijos y huyó, re-
fugiándose en Atenas junto al rey Egeo con quien se casó y donde quiso envenenar a Teseo,
por lo que se vio obligada a huir de nuevo.
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E llamaron por ende aquella mar Ellesponto: que quiere dezir tanto commo la
mar de Elle, ca dizen en latin ponto por mar e Elle por aquella infante. Onde
Ellesponto tanto quiere dezir commo la mar de Elle193.
Frixo llegó a la «ysla de Colcos», donde fue bien recibido y tenido por
rey. Sacriicó el carnero a Júpiter y expuso la piel bien preparada, sobre la
que pusieron mucho oro. Mediante encantamientos de los sabios consiguió
una serpiente muy grande y dos toros fortísimos, todos para protección
del vellocino: sólo podría llevárselo quien lograra matar la serpiente y
sembrar los dientes de la sierpe en un campo cercano. Esta situación duró
hasta los tiempos del rey Eetes, padre de Medea194.
Con respecto a Etolia está bien recogida la cacería del Jabalí de Calidón195,
con el catálogo de los participantes196, entre los que sobresale Atalanta que
llegó con los cabellos hechos un nudo y vestida de caza: «cara de uirgen en
ninno e de ninno uirgen»197. Meleagro se enamoró de ella nada más verla.
191
Otros detalles (lucha de Hércules contra los centauros, Ceneo el invulnerable, Ixión
y cómo quiso violar a Juno, etimología de «centauros», enfrentamiento de Hércules con
Neso y muerte de éste) los tenemos en 2 Jueces 408-409 y 416, 15 b 1-19 b 28 y 26 a 31-28 a 19.
192
2 Jueces 318, 387 a 33- b 11. Llamados en Alfonso lauitas y centabros.
193
2 Jueces 451, 58 a 13-18.
194
2 Jueces 452, 58 a 20-59 a 14.
195
2 Jueces 376-482, 438 b 1-446 b 5. La descripción se ajusta, casi siempre, a Ovidio,
Met. 8.260-546, de donde se vierten, con las correspondientes paráfrasis, numerosos pasajes,
especialmente en forma de discursos directos: Met. 8.350-351, 393-395, 405-407, 426-427,
433-436, 438-439, 454-455, 477, 478-487, 488-499, 499-511. Los hechos son situados en los
años de Teseo, uno de los participantes en la empresa, que había comenzado a reinar cuando
Tola, juez de Israel, llevaba ocho años en el cargo: 2 Jueces 367, 430 a 14-15.
196
Sigue, en lo esencial, a Met. 8.499-317.
197
2 Jueces 377, 440 a 22-23.
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Todos los que acudieron en ayuda de Meleagro eran reyes o hijos de reyes,
y todos solteros. La obra expone detalladamente los nombres, algunos
de transcripción incomprensible, la cacería en sí, cómo Teseo mató a la
bestia, aunque Atalanta recibió el premio porque había sido la primera en
herir al animal. Luego, por desavenencias graves, Meleagro mató a sus dos
tíos, hermanos de su madre, Altea. Viene, a continuación, el motivo del
tizón al que estaba ligado la vida de Meleagro y cómo su madre lo echó al
fuego, con la muerte inmediata de aquél. La descripción recoge la muerte
de Altea, que se clava un cuchillo en el cuerpo, y cómo las hermanas del
muerto se rasgaban la cara y herían los pechos.
198
2 Jueces 327-367, 394 b 31-430 b 15.
199
2 Jueces 340, 404 a 7-14. Es una de las explicaciones míticas del origen de los hombres.
El gentilicio griego Mirmidónes está relacionado con mýrmēx, «hormiga». Desde Homero se
aplica el caliicativo de mirmídones a los hombres que acompañaron a Aquiles en la guerra
de Troya.
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200
1 11.45, 314 a 39-44. Alfonso sigue a Eusebio y Jerónimo, a juicio de los cuales le lla-
maban Diies porque sabía egipcio y griego y porque era largo de cuerpo. En realidad, en
griego, Diphyḗs, «de doble naturaleza», alude a su forma compuesta de hombre y serpiente.
De acuerdo con las cuentas de Eusebio y Jerónimo, leemos en el mismo lugar, desde
Cécrope hasta la toma de Troya transcurrieron trescientos setenta y cinco años. En esa misma
página citada, 314, tenemos el cuadro de los cuarenta reyes de Atenas, desde Cécrope a Flexias
(sic).
201
2 Jueces 11-12, 137 a 18-b 25 y 128-147, 242 b 16-263 b 17. Procne y Filomela: la primera
se casó con Tereo con la que tuvo a Itis. Se nos cuenta la violación de Filomela y la muerte
de Itis, así como el horrible banquete en que, despedazado, fue ofrecido a su padre. El relato
acaba con la metamorfosis de los tres. Según nuestra historia (2 Jueces 12, 137 b 4-8), Pandión
comenzó a reinar cuando el juez Otoniel de Israel llevaba ocho años en el poder. La extensa
exposición parte de Met. 6.412-674, con abundancia de explicaciones y numerosos pasajes
traducidos y parafraseados.
202
2 Jueces 149-151, 264 a 15-265 b 19. Unas líneas antes leemos que Erecteo subió al trono
cuando el juez hebreo Aod llevaba ocho años gobernando. Nuestra obra sigue de cerca a
Met. 6.675-721.
203
2 Jueces 342-344, 405 a 10-410 a 2. La lectura alfonsí se atiene a Met. 7.663-866, con la
traducción parafraseada de los versos 676-866.
204
2 Jueces 384-385, 446 b 21-451 a 17, con la carta que Fedra envía a su hijastro, tomada
y vertida de Heroidas 4. En 446 se nos indica que, a los veintiún años de ser Jair juez de los
hebreos, Fedra, casada con Teseo, se enamoró de su hijastro Hipólito.
205
2 Reyes 1.18-21, 224 a 21-228 b 9.
206
Heroida 2. Esa Filis, reina de Tracia, hija del rey Licurgo, se enamoró de Demofonte
cuando pasó por las tierras del Ródope; posteriormente, le dirigió la carta de que nos habla
Ovidio.
207
2 Jueces 327-334, 394 b 31- 398 b 32.
208
2 Jueces 345-349, 410 a 3-415 a 11. Alfonso se atiene, en general, a Met. 8.6-154, con
la versión parafrástica de algunos versos que constituyen discursos directos: 44-48, 51-57,
58-80, 90-94, 97-100.
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Et dizen que aquellos omnes de las parias que los de Athenas enuiauan a Creta
al rey Minos que auien de luchar con aquel omne tan cruel e tan malo. Et
como era muy ualient, derribaua los a todos, e despues echaua los al mino-
tauro que los comies213.
8 troya
209
2 Jueces 351, 415 b 11-416 b 20.
210
Destaca la carta de ésta a Teseo: Heroida 10. En nuestra historia, 425 a 25-429 a 17.
211
2 Jueces 352-356, 416 b 21-420 a 9; 364-366, 424 b 16-430 a 2.
212
2 Jueces 357-360, 420 a 11-424 b 13. La historia que revisamos sigue parcialmente a
Ovidio, Met. 8.155-182 (Minotauro, Ariadna), 183-235 (Dédalo, Ícaro).
213
2 Jueces 356, 419 b 35-37.
214
2 Jueces 206, 319 a 16-29.
215
Los primeros acaecen antes de los sucesos contados en la Ilíada, y los segundos corres-
ponden a los relatados en ese poema.
216
2 Josué 60, 84 b 11-15.
217
2 Jueces 439, 50 a 3-6.
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218
1 10.31, 279 b 41-280 a 2.
219
Fast. 4.31-32.
220
2 Josué 95, 113 a 16-41: se nos dice de él que fue el primero en utilizar carro y carreta.
221
2 Jueces 177, 293 a 26-36. Se recoge aquí el rapto de Ganimedes por obra de Tántalo,
que deseaba hacerle ese servicio a Júpiter.
222
La Estoria de Ercules nos suministra algunas noticias sobre él: Hércules nunca le perdonó
que a los participantes en la expedición de los argonautas, entre los que iba él, no les permitiera
bajar de sus navíos en Troya. Así, una vez acabada dicha empresa, junto con otros notables
griegos, lidió contra Laomedonte y los suyos, le venció y raptó a Hesíone, para entregársela
a Telamón, y destruyó Troya a continuación: 2 Jueces 404, 12 b 8-13 b 47.
223
2 Jueces 437- 616, 48 a 1-169 a 33. Para información detallada, acúdase a Punzi 1995 y
Casas Rigall 1999.
224
Dictys Cretensis Ephemeridos Belli Troiani libri, seis libros. Dictis cretense, natural de
Cnoso, habría sido un legendario compañero de Idomeneo en la guerra de Troya, y supuesto
autor de un diario sobre lo allí ocurrido. Tanto él como Dares narran los hechos desde el
punto de vista troyano, lo que supone una profunda revisión histórica de la Ilíada, de tal
modo que, por deseo de verosimilitud, se eliminan, por ejemplo, casi todas las intervenciones
de los dioses, tan habituales en el poema homérico.
225
De escidio Troiae historia (47 capítulos). Dares, troyano y sacerdote de Hefesto, es citado
en Il. 5.9 y 27.
226
La obra, compuesta en octosílabos, con algo más de 30.000 versos, pertenece al género
de los roman courtois. Parte de Dictis y Dares, pero acude también a otras fuentes no siempre
fáciles de identiicar.
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234
Delfos, en nuestra obra.
235
Eisania, en Alfonso.
236
A partir de aquí se exponen algunos hechos conocidos entre los ilólogos clásicos como
Posthomerica, es decir, sucesos referentes a la guerra de Troya y sus consecuencias, ocurridos
después de los presentados en la Ilíada. Entre ellos iguran los ofrecidos en la Odisea y en
los poemas del llamado Ciclo troyano de los que sólo nos han llegado escasos fragmentos.
237
Simon, Symon en nuestra obra.
238
Mención de la Heroida 3.
239
Se utiliza la Heroida 1.
240
Recurre Alfonso a las Heroidas y al Libro de las tierras.
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241
Cf. 2 Jueces 609, 164 a 46-b 8: «Onde dize maestre Galter en el Alexandre de las escue-
las». Los especialistas han visto que se trata en realidad del Libro de Alexandre, pero el equipo
alfonsí, en busca de prestigio, menciona la Alexandreis, escrita en latín por maestre Galter
(Gautier de Châtillon, que vivió entre 1135-1201). Cuesta Torre (2007: 147) señala que hay
otros pasajes en que la obra sigue el Libro de Alexandre, pero o se omite nombrarlo o se alude
a otras fuentes. Así sucede en los capítulos 605, 613, 614 de la parte que estamos examinando.
242
Ni Dictis ni Dares hablan de ellas.
243
No se ocupan del tema Dictis ni Dares. Alfonso recurre a Met. 12.1-37.
244
Asunto no tratado en Dictis ni en Dares.
245
Se atiene, en parte, a Met. 13.494-574.
246
De acuerdo con Alfonso, murió Príamo y Troya fue destruida en el año 3724 del
comienzo del mundo, según Eusebio y Jerónimo y la cuenta de los hebreos, y en el 4152 de
atenerse al cómputo de los Setenta; era el año cinco de Abdón, juez de Israel
247
2 Jueces 560, 134 a 22-27.
248
2 Jueces 560, 134 a 31-39.
249
2 Jueces 561, 134 b 37-42.
250
2 Jueces 578, 144 a 6-8 (amor a primera vista), 18-20, 26-32; 588, 149 b 24-31; 589, 150
a 28-34 (no durmió la noche antes de verla. Así lo esperaba él, pero todo fue una traición
que le costó la vida).
251
Allí Dayres, Ditis.
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Alfonso completa aspectos omitidos por esos dos, pues conoce bien
otras fuentes que hablan sobre el particular. Recojo lo más conspicuo.
1. Por qué no quiso Aquiles luchar contra los enemigos. La razón
aportada es que Agamenón le quito Briseida al hijo de Tetis. Se apoya en
la Heroida 3, epístola de Briseida a Aquiles.
No obstante, airma Alfonso que ambas razones son verdaderas: las de
Dares-Dictis, a saber, no estar dispuestos los griegos a hacer la paz y, por
tanto, a permitirle a Aquiles casarse con Políxena; y la dada por Ovidio,
recién explicada.
2. Añade detalles sobre la lucha de Héctor y Aquiles, para lo que recurre
a Homero y Estacio (Aquileida). Así cuando el troyano persiguió al hijo de
la nereida hasta el río Janto:
fasta que fue e medio del – asi commo dize Omero, el su sabio poeta griego,
en el libro a que dizen Omero que izo este Omero de los fechos de Achilles
e del encantamento que su madre Tetis izo en el por que lo non pasase ierro
e de commo lo escondio. E estonçes Achilles, quando aquello vio, paso el rio
e fuese para la hueste. E Ector otrosi non quiso yr mas de aquello en pos el e
tornoso para su çibdat.
E aqui dize otrosi Estaçio en este lugar en el libro de la razon de Achilles
que quando Ector entro a la çibdat desta vez, que fue luego veer a Paris, su
hermano, asi commo venie armado253.
252
2 Jueces 604, 159 a 43-b 18. Parece desprenderse del texto que se tratara de una única
historia escrita por los dos.
253
2 Jueces 607, 162 a 37-b 3.
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que estaba pintada, entre otras, la guerra de Troya, con lo que el héroe se
dio cuenta de que las gentes de Cartago sabían mucho sobre él. Decidió
marcharse para hacerle las honras fúnebres a su padre muerto en Sicilia. Le
consultó a Héleno, el cual le dijo que su destino era pasar a Europa y hacer
una ciudad que sería tan grande que ni había existido, ni existía ahora, ni
habría de existir. Jurando volver, se hizo a la mar, tomó tierra en Italia,
donde lo recibió el rey Latino, que tenía una hija, Lavinia, desposada con
Turno. Eneas tuvo desavenencias con Turno, lo mató y se casó con Lavi-
nia. Cuando Abdón, juez de Israel, llevaba siete años en su cargo, murió
Latino, tras el cual reinó Eneas: en ese mismo año murió Agamenón, y
Egisto subió al trono de Micenas258.
La historia alfonsí presenta dos fechas sobre lo que le ocurrió a Ulises
tras la salida de Troya: bien a los cinco años de Sansón, bien en tiempo del
rey David259.
Por su lado, al octavo año de Sansón, Ascanio dejó el reino a su madras-
tra, Lavinia, pobló la ciudad de Alba, junto al Tíber, y crió piadosamente
a Silvio Póstumo, hijo de Eneas y Lavinia260.
A su vez, Orestes estaba casado con Hermíone cuando Sansón llevaba
trece años como juez de Israel. Posteriormente, Pirro robó a la mencionada
y se la llevó a Ptía261. Orestes le pidió consejo al sacerdote Macareo, que
le recomendó tener cuidado el día en que Pirro fuera a la iesta de Apolo
en el templo «de la ysla de Delfos»; allí lo vio y lo mató, vengando su
deshonra, y recobró a su mujer, que había sido forzada y no lo hiciera de
grado. Orestes evitó así un desastre como el de Troya262.
258
2 Jueces 618-621, 170 a 41-173 a 3. Alfonso menciona a Eusebio y Jerónimo para la lista
de los reyes desde Jano a Latino.
259
2 Jueces 640, 194 a 10-36. Para la primera se apoya en Eusebio y Jerónimo, que la habrían
tomado de Paléfato; para la segunda, sigue a maestre Godofre, en la parte décima de su Pan-
theon. Paléfato, en las partes que nos han llegado de su tratado Sobre cosas increíbles, menciona
a Ulises tres veces: dos a propósito de Éolo (relato 17), y una en lo relativo a Escila (relato
20). Con esos datos no podemos estar seguros sobre el hecho singular de Ulises, acaecido
después de salir de Troya, a que se reiere el texto alfonsí.
260
2 Jueces 641, 194 a 38-b 3.
261
Fiçia, en Alfonso.
262
2 Jueces 642, 194 b 5- 195 a 18.
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263
Arnulfo de Orleans: cf. nota 141. Cuesta Torre (2007: 148) señala que la presencia de
Arnulfo en nuestra obra es más importante que la de Juan de Garland o Garlandia («el inglés»).
Su trabajo es muy útil para la presencia de las Metamorfosis ovidianas y de sus comentaristas en
la historia que estudiamos (Parte segunda, Jueces, capítulos 74-115). Sobre la tradición medie-
val y renacentista de las obras de Ovidio, es imprescindible el libro de Coulson & Rey (2000).
264
Sigo el orden ovidiano. De unas encontramos en Alfonso numerosos detalles e incluso
algunas exegesis; de otras se nos dan pocos datos. Sirven de gran ayuda para este apartado,
Ginzler 1971 y Brancaforte 1990.
265
1 21.3, 596 a 39-55; 1 21.8, 600 a 4-9. Cf. Met. 1.209-243.
266
Allí, Dampne. 1 6.27, 163 b 39-43. Cf. Met. 1.452-566.
267
1 6.21-29, 158 a 7-167 a 37.
268
1 6.24, 161 a 31-b 34. Cf. Met. 1.688-711.
269
1 21.3, 596 a 28-607 b 47. Cf. Met. 2.409-530.
270
2 Jueces 34, 161 b 19-162 b 23; 38-46, 165 b 18-173 a 34. Cf. Ovidio, Met. 3.339-510.
Muy útil es el trabajo de Lapesa Melgar 1988.
271
2 Jueces 35, 162 b 25-163 b 6; 37-38, 164 b 4-167 a 7; 46, 172 a 34-173 a 28. Cf. Met.
3.356-401.
272
2 Jueces 53-54, 179 a 2- 181 b 24. Cf. Met. 3.582-691.
273
2 Jueces 87, 211 b 16-212 a 18. Cf. Met. 4.49-51.
274
2 Jueces 69, 194 b 28-195 b 11; 85-86, 210 b 26-211 b 14. Cf. Met. 4.43-54. En Alfonso,
Dirce.
275
2 Jueces 70-74, 195 b 13-201 a 40. Cf. Met. 4.55-166. Para la presencia del mito de Pí-
ramo y Tisbe en Alfonso X, acúdase a Correa (2003): señala que al monarca le interesa el
mito como historia de los gentiles y no por la interpretación recibida en la época en que
fue gestado; subraya, asimismo, los problemas de traducción de una lengua bien formada,
el latín de Ovidio, a otra que entonces comenzaba su andadura, y, además, las diicultades
propias al pasar el verso a prosa.
276
2 Jueces 78-84, 204 a 1- 210 b 24. Cf. Met. 4.208-270.
277
2 Jueces 89-99, 213 a 2- 220 a 28. Cf. Met. 4.285-388.
278
2 Jueces 68-69, 193 b 2-195 a 23; 101, 221 b 2-222 b 15. Cf. Met. 4.32-42, 389-425.
279
2 Jueces 102-104, 222 b 17-224 a 38; 111-112, 231 a 2-233 a 40. Cf. Met. 4.416-542.
280
2 Jueces 113-115, 233 b 6- 236 a 10. Cf. Met. 4.563-603.
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eDIcIón coMpLeta
estuDIos
que fueron llamadas dos dellas, o tres o mas, o todas en uno Pliades, e tenemos que son aque-
llas siete que andan siempre ayuntadas en uno, e dezimos les las siete cabrillas; et dizen los
estrelleros que son aquellas siete estrellas la fruent del signo del toro, e dieron les los sabios
este nombre Pliades daquel nombre Pleyone, que fue daquella reyna Pleyone, mugier del rey
Athlant, el muy grande estrellero; mas dotra guisa cada una daquellas siete hermanas auie su
nombre sennalado e proprio sin este que dezimos Pliades». Cf., en el mismo sentido, 1 10.30,
279 b 12-27. En estos dos casos y en el siguiente, Alfonso sigue el Libro de las generaciones.
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