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2. Los SIETE EFECTOS TÉCNICOS BÁSICOS .2. La telefonía

Nos proponemos pues distinguir siete efectos que permiten las La telefonía (con la que se vinculan, por supuesto, el teléfono y
máquinas que, a partir de finales del siglo XIX, revolucionaron la radio) es la retransmisión de los sonidos a distancia. Con motivo
producción, la naturaleza y la difusión de los sonidos y, especial- ello, es distinta de la fonofijación, con la cual se la confunde a
mente, de la música, pero no sólo de ella. Estos efectos, indepen- y a la que se denomina como «grabación», pues con fre-
dientes en lo que respecta a su principio, se confunden a menudo se presenta cultural e ideológicamente como una retransmi-
unos con otros, con motivo de su aparición más o menos simultánea en diferido del acontecimiento en su continuidad. De ahí la re-
y por el hecho de que ciertos aparatos los acumulan y los permiten lUgnancia -que tan bien analiza el gran pianista, compositor,
simultáneamente, p,ero también porque no se llegó a identificar, en y realizador Glenn Gould (especialmente en su magistral ar-
su día, la especificidad de algunos de ellos, con lo cual tampoco se de 1966 «L' enregistrerrtent et ses perspectives»)_195 de tan-
los nombró, melómanos ante la idea de que la mayoría de las grabaciones de
clásica que imaginan como documentos grabados en conti-
sean de hecho montajes de estudio, y de ahí su rechazo a que los
2.1. La captación informen al respecto.
En relación con ello, durante mucho tiempo, la TSF -como
La captación, el primero de los siete efectos básicos que permi- tarde la televisión- se fundó esencialmente en la retransmisión
te la técnica de los sonidos, consiste, «por mediación de uno o varios directo y, en ese periodo, apenas retransmitía música grabada.
micrófonos, en convertir una parte (forzosamente, siempre una par-
te) de una vibración dicha sonora, por definición efímera y comple-
ja, en otra cosa que se puede retransmitir inmediatamente a distan- La acusmatización sistemática
cia al adoptar la forma de una oscilación eléctrica, o bien que se
puede fijar previamente en un soporte», 194 situación acusmática (oír sin ver) no era sin duda nueva
Evidentemente, en el transcurso de esta conversión, muchas de ,.t,¡ ':'Cuanaose inventaron el teléfono y la 'radio; la encontramos' en una
las propiedades de la señal de origen se pierden completamente, o de circunstancias cotidianas: en los ruidos de la calle o del
mejor, no se captan. Por lo general, quedan las suficientes -pero no o en los sonidos de la noche. La radio, el teléfono y la
siempre- como para que se puedan transmitir y se reconozca algu- .i::t" grabación simplemente la sistematizaron y le dieron un sentido nue-
na cosa. "vo al implicarla, por así decirlo, en lo automático y lo mecánico.
La estereofonía, y más tarde la cuadrifonía y las técnicas «multi- Supuestamente, la acusmática permite interesarse por el sonido
pistas», intentaron realizar a continuación esta captación «en relieve». . en sí mismo, puesto que en ella se nos oculta su causa. Es en estos
Digamos que los problemas de grabación y sobre todo de restitución , que Schaeffer habla de ella. Pero esto supone una fuente
multifónica son terriblemente complejos, que no se han llegado a do- de confusión frecuente entre «acusmática» y «escucha reducida»
minar, y con reservas, más que en el campo específico de la música que se funda en la idea de que la condición de escuchar sin ver de-
orquestal, y que todavía estamos muy lejos de poder restituir para bería ayudarnos a concentrarnos mejor en el sonido. Pero hay que
el sonido lo que para un objeto visual sería su espacialidad y su vo- advertir que, en muchos casos, la situación acusmática acarrea
lumen. igualmente el efecto contrario: al no ver la fuente, los oyentes, por
el contrario, se obsesionan mucho más con el «de qué se trata». De
, la situación acusmática tiene un doble filo: a veces nos ayu-
da a interesarnos por el sonido en sí mismo, y otras veces, por con-

195. Glenn Gould, «L'enregistrement et ses perspectives», en Le dernier puri-


194. Ibídem, pág. 13. tain (Écrits, 1), París, Fayard, 1983. pág. 54 Y sigs.
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tra, tiene como resultado que la idea de la causa nos agarra o nos 2.5. Lafonofijación y sus consecuencias
asedia.
En realidad, será más bien el principio de que el sonido se PUe- , El quinto de los siete efectos técnicos básicos, al que llamamos
de repetir el que nos pelmitirá hacer de él un objeto y estudiarlo. ionofijación y que suele denominarse como grabación, designa todo
El mismo Schaeffer pudo alimentar involuntariamente la confu_ procedimiento que consista no sólo en «fijar» los sonidos existentes
sión entre acusmática y escucha reducida al proyectar inicialmente (un concierto, los acontecimientos de la vida y de la historia) sino
su Tradé con el título de Acousmatique. Acusmática hubiera sido Aambién en producir, a raíz de un rodaje sonoro, sonidos que estén
una disciplina de interés para el sonido, en referencia a Pitágoras. específicamente destinados a grabarse en un soporte. Por lo tanto,
Tenemos que advertir que los míticos discípulos del filósofo, qUe han sido necesarios aproximadamente setenta años -desde 1877,
escuchaban a su maestro hablar tras una cortina y recibían el nom- fecha de la invención del fonógrafo, hasta 1948- para que la fono-
bre de acusmátiCbs, practicaban, no una escucha reducida, sino una , fijación conduzca, gracias a Pi erre Schaeffer, a la invención de una
escucha semántica: lo que recibían era un mensaje verbal. música que se conciba a partir del mismo principio de la fijación,
una música que él mismo bautizó como concreta. Mientras tanto, la
fijación del sonido la utilizó, sobre todo a partir de 1927, lo que de-
2.4. La amplificaciónldesamplificación finimos como el sincrono-cinematógrafo-audiovisual y que habi-
tualmente se denomina como cine habládo, pero, en este caso, casi
La amplificaciónldesamplificación es el cuarto de nuestros siete siempre -con la valiosa excepción del cine experimental- con
efectos técnicos básicos. En este caso, se trata de la modificación de una intención y un contexto narrativos.
la escala de intensidad de un sonido fijado ' (fonofijación) o retrans-
mitido (telefonía), con motivo de su escucha reproducida o retrans-
mitida. En los primeros tiempos de la grabación sonora, el sonido, .2,.5.1 . ¿Por qué no hablar de grabación?
en general, se desamplificaba, es decir, se volvía más pequeño que
al natural, especialmente cuando se trataba de la voz de los cantan- '>' Del mismo modo que la telefonía creó unos efectos sonoros es-
tes o del sonido de la orquesta; aun cuando, en ciertos casos, exis- pecíficos (jading [fundido], fritura), también la fonofijación creó
tieran ya sistemas de amplificación como, especialmente, los neu- u,nos «efectos de sostén» (crujidos, ruidos de superficie), más tarde el
máticos. A partir de los años veinte, con la amplificación eléctrica, de la cinta magnetofónica, y hoy en día, con el ordenador,
el sonido se puede engordar más fácilmente. Sin embargo, cuando druida de la preparación de muestras, así como los que se deben a la
escuchamos a una orquesta grabada, casi siempre escuchamos un puesta en marcha o al cese de la lectura. Sería sin embargo un error
sonido que se ha reducido y que no tiene nada que ver con el volu- creer que un usuario de fonógrafo, en los años treinta, oía siempre los
men pleno del sonido en el momento en que la orquesta está delan- ,ruidos de rascadas. En primer lugar, este ruido se escotomizaba a me-
te nuestro en vivo. 196 La amplificación justifica su nombre por el he- •nudo mentalmente, y, por otro lado, los sistemas de escucha lo «ab-
cho de que amplifica una señal eléctrica, y no el sonido de origen. , sorbían», lo fundían o lo pulían.
El sonido reducido es pues un fenómeno nuevo y específico que Cuando vemos un filme de los años cincuenta en vídeo, oímos
han creado los medios de grabación sonora mecánicos (antes de la igualmente con claridad entradas de soplidos, o ruidos de fondo (que
electrónica), pero también, hoy en día y en menor medida, el teléfo- nos advierten, por ejemplo, de que la voz del comentario va a inter-
no, así como algunos sistemas de escucha como el walkman. Este venir). No habría que creer que se oían también en una sala de cine
último permite que el volumen y las frecuencias de un sonido se los años cincuenta. Ésta también los absorbía, y el sistema de lec-
puedan oír cerca y disminuidos a la vez. 'lfllN tora del sonido no los daba a oír.

«Sonidos fijados» es pues una expresión que promovimos en


' 1990, al considerarla preferible a «sonidos grabados» (que hace hin-
capié en una supuesta realidad sonora preexistente a la fijación), con
196. Michel Chion, op. cit. , págs. 18-19. , . fin de designar sonidos estabilizados y cuyos detalles concretos se
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inscribían en un soporte de grabación cualquiera, fueran cuales fue- El término «grabado» hace hincapié en la causa, en el origen, en
ren su origen y el modo en que se habían obtenido. Desde entonces, el momento en que, en el aire, tendría lugar tal sonido cuyo soporte
hemos observado que la expresión hacía su camino y que se utiliza- na nos daría más qUe una huella incompleta y engañosa. Con la pa-
ba como si hubiera existido siempre; en cualquier caso, en obras labra «fijado», por contra, el hincapié se desplaza hacia el hecho de
consagradas a la música. que se constituye un trazo, un dibujo, un objeto que existe en sí mis-
Por supuesto, lo que se fija no es en ningún caso el acta fiel y mO. «Fijado» afirma que lo que cuenta, la única realidad en lo suce-
exhaustiva de lo que caracterizaba a la onda sonora que se emitió en sivo, es la huella sonora, la cual ya no es únicamente una huella,
el momento de la fijación, salvo -y esta excepción es significati- , sino también un verdadero objeto estabilizado en sus últimos carac-
va- si se trata de un sonido de síntesis, que no existe más que por teres sensibles, inclusive en los más fugitivos, los que sólo podemos
el principio mismo de la generación eléctrica (sin onda fonogénica), controlar precisamente a través de la fijación.
y para el que no' puede existir ninguna diferencia entre su primera En los primeros tiempos en que empleábamos esta palabra, no
emisión y su fijación. Por otra parte, la fijación, a través de las co- faltaron las críticas hacia el término, que incriminaban su connota-
pias y reportes que permite, y acompañada de las operaciones de ción fúnebre: «fijado» remitiría a lo muerto, a lo inerte. Una reac-
modelado de la señal, se convierte en un procedimiento completa- ción típica de una época en la que el mito de lo [¡v e impedía ver la
mente creativo. 197
' belleza y el interés de lo que queda y persiste, y se puede transmitir.
El término «fijado» insiste, según hemos comprendido, en los
efectos positivos y específicos del fenómeno, e invita a no consi-
derar a un sonido fijado como una mera huella, por definición in- 2.5.2. Fonofijación y rodaje sonoro
completa, de alguna cosa que ha huido, lo cual sí es con seguridad
en el caso de las grabaciones de representaciones de ópera y de •" . Como consecuencia de la fonofijación, la fase de rodaje sonoro
grandes voces, pero no en el de las formas de creación como el ," ,eS la operación que consiste en crear o dirigir intencionalmente so-
cine sonoro, el arte radiofónico o la música concreta, que descan- " . nidos o secuencias sonoras mediante cualquier medio o fuente, ante
san en la misma fonofijación, Este último es asimismo el caso de , uno o varios micrófonos, en vistas ·a fijarlos mediante grabación y a
muchas grabaciones de rock, de pop y de jazz, que se conciben y usarlos a continuación en una grabación musical, una música con-
construyen para y en el soporte, En muchos ocasiones, las cir- creta, un filme, una obra en vídeO, etc. Esta operación, tanto en el
cunstancias de la génesis, que se despliegan en el tiempo, pierden cine y en lo audiovisual como en la creación musical, se denomina
su interés, y termina contando únicamente el hecho de que en ade- con frecuencia incorrectítmente como «toma de sonido», una expre-
lante existen una forma y una materia sonoras y musicales fijadas. sión técnica que no hace justicia a su carácter intencional y creativo.
Éstas, que se pueden repetir y volver a escuchar, se convierten en En un rodaje sonoro, los sonidos se producen generalmente en
un elemento de expresión y de creación en sí, pero también pueden vistas a su misma fijación, la cual deja de funcionar como memoria
constituir, en el estudio, nuevas fuentes -también destinadas a ol- . del momento en que el sonido se ha producido, y se convierte en ob-
vidarse- para otros sonidos que se extraigan de ellas mediante el ;, ' jetivo.
modelado.
De un modo más radical, la fijación recreó el sonido al hacer de
él un objeto repetible, específico, nuevo y observable, al mismo 2.5.3. La aculogía y su relación de incertidumbre
tiempo que totalmente diferente del acontecimiento que se captaba.
Ahora bien, esta revolución se sigue ocultando hasta en el análisis Cuando teoriza sobre el objeto sonoro, Schaeffer no insiste en el
teórico, especialmente a través del mantenimiento de las nociones hecho, demasiado evidente, de que sólo hay un objeto sonoro obser-
de grabación y de «fidelidad», y mediante la asimilación de la gra- vable cuando éste se fija y se estabiliza en un soporte y se puede, por
bación a una mera modalidad de transmisión del sonido en diferido. tanto, volver a escuchar y a explorar.
De ello se desprende lo siguiente: la aculogía es imposible sin la
197. Véase más adelante, en este mismo capítulo, el apartado 2.7. fonofijación, la cual no puede ser la reproducción y la reconducción
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«fieles» 'de lo real sonoro cotidiano. Como si sólo pudiéramos ob- Esta última pennite aislar el factor velocidad y aminorar la celeridad
servar los objetos de la naturaleza a través de las pinturas, los djbu- de un fenómeno visible sin alterar sus proporciones, sus contornos,
jos, las fotografías, los filmes, etc.; ésa es la especificidad y la «re- su color, etc. Por ello, en el cine mudo, el movimiento se podía fijar
lación de incertidumbre» de la aculogía. y reproducir con un relativo margen de fluctuación en la velocidad
Por supuesto, siempre podemos utilizar nuestro oído y pasear- de filmación y de proyección, un margen que se utilizaba con fines
nos por la realidad con un lápiz y un cuaderno, pero no podremos expresivos y dramáticos (escenas de persecución o de descomposi-
observar un sonido y trazar su retrato sonoro -observaremos el ción de un movimiento, secuencias de ebriedad u oníricas, etc.). El
conjunto de un fenómeno-. Eso es lo que intentamos en Le prome- cine mudo, por lo tanto, no grababa de ningún modo el tiempo de los
neur écoutant. fenómenos. Fue preciso el cine hablado -como establecimos en
La audiovisión y recordamos en La música en el cine- para que ci-
nematografía y cronografía se emparejaran, un hecho histórico cu-
2.5.4. ¿Qué es lo que fijamos en un sonido fijado? riosamente inadvertido o desdeñado. Hoy en día, en las cámaras de
vídeo, con motivo de la técnica propia del desenhebrado de la cinta,
Durante varios decenios, los sistemas de grabación sonora tu- que impide las fluctuaciones progresivas de velocidad, un aficiona-
vieron lapru.ticularidad de tener que funcionar a unas velocidades do ya no tiene la posibilidad de elegir una velocidad, y debe pasar
de grabación y de lectura relativamente precisas, con el fin de res- por un controlo un magnetoscopio para volver a encontrar una fle-
petar no solamente la duración del sonido, sino también, y sobre xibilidad equivalente.
todo, su altura. Es imposible acelerar o aminorar la velocidad del so- Por último, la fonofijación ha hecho del sonido un elemento úni-
nido sin hacerlo subir o bajar, lo cual, por lo demás, se utilizó mu- co, o primordial, en las artes nuevas que han aparecido a lo largo del
cho en los trucajes sonoros destinados a dibujos animados, filmes siglo xx y que denominaremos como cronográficas.
fantásticos o de ciencia-ficción, la creación de nuevos sonidos, etc.
Se producía un lazo acústico obligatorio entre espectro y duración
del sonido y, naturalmente, se intentó construir rápidamente un apa- 2.5.5. Nacimiento de lasartes cronográficas
rato milagroso que permitiera desvincular estos dos caracteres -y,
concretamente, transportar un sonido a lo agudo o a lo grave con- Pueden llamarse cronográficas las ru.tes que, como el cine sono-
servando su duración, o, inversamente, contraer o dilatar la duración ro, el vídeo de «cinta única» o la música concreta, trabajan con un
de un sonido sin convertirlo por ello en más agudo o más grave-o tiempo fijado a una velocidad exacta. Todo ello en una escala apro-
Mediante un sistema complejo e ingenioso de cabezas magnéticas ximada: por un lado, la proyección cinematográfica comprende una
giratorias, el aparato denominado Regulador temporal (Zeitregler), cierta tasa de «lloriqueo» (oscilación de velocidad, más sensible en
de Springer, alcanzó más o menos este resultado en los años sesen- el sonido que en la imagen, en los antiguos proyectores o en las me-
ta. El harmonizer de los años setenta podía transportar una voz a los sas de montaje cinematográfico) y, a veces, se acelera ligeramente
agudos sin cambiar de velocidad, o de caudal, pero le confería un de cara a su difusión en televisión (en Francia, se pasa de 24 a 25
timbre electrónico característico. Hoy en día, el ordenador permite imágenes por segundo), lo cual acelera los movimientos, vuelve las
realizar esta desconexión cada vez más limpiamente, pero en este voces un poco más agudas y reduce la duración del filme.
caso nos damos cuenta de que ciertos rasgos del sonido -especial- Por lo tanto, «fijado» se tiene que comprender aquí, no como
mente de materia- están estrechamente unidos a la duración, y de algo absoluto, no como un todo o nada, sino aproximada y relativa-
que si bien podemos transportar una melodía, no transportamos mente. Como ocurre con la fluctuación de la velocidad de difusión
igual un sonido. de los filmes, según si éstos se proyectan en una sala o en televisión,
En la mayoría de los casos, la grabación de los sonidos respeta podemos conceder una ligera elasticidad a esta rigidez temporal,
aproximadamente su tiempo inicial. De ello se sigue que la fonogra- pero esta elasticidad es muy leve si la comparamos con la que pue-
fía es forzosamente una cronografía, lo cual no es obligatoriamente de existir entre las distintas versiones de una obra instrumental, tan-
el caso de la cinematografía, una grabación del movimiento visual. to por lo que hace a su duración en conjunto como en relación con
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los propios de cada frase musical. ASÍ, alegar, como lo Lo que Moles dice aquí es parcialmente exacto, pero sólo se
hacen algunos, la cuestión del metrónomo y de las precisiones de aplica -lo cual no precisa- cuando no hay posibilidad de volver a
minutaje que dan ciertos compositores, para decir que entre la músi- escuchar -por 10 tanto, sólo en el caso de la escucha in situ-. Aho-
ca no fijada y la que se elabora en un soporte, o bien entre una obra ra bien, es raro que, en esta escucha que llamamos in situ (es decir,
de teatro que se interpreta con un ritmo preciso y una escena de fil- en las circunstancias de la producción de una onda sonora acústica
me, no existe, en este plano de la duración, una diferencia funda- original), el conjunto de los elementos que oyé el sujeto cree, como
mental, es como decir que la torre Eiffel se hubiera podido construir dice Moles, precisamente paisaje, es decir, que esos elementos
también con gelatina, con el pretexto de que, a cierta altura, tiene -sonidos cercanos y sonidos lejanos, figuras localizadas y fondo
una oscilación de algunos metros cuando hace viento. global- se agrupen en un total cuyo conjunto-'pueda también cons-
En cuanto al fenómeno de la sensación de «duración elástica», tituir un cuadro. Una vez más, un naturalismo implícito muestra la
que se siente a men'udo con motivo de la escucha de obras para so- punta de su nariz.
nidos fijados o de la de filmes (al menos las primeras veces), y que Este presupuesto naturalista se vuelve a encontrar, como vere-
de una audición a otra los hace parecer más o menos lentos o rápi- mos, en la mayoría de los conceptos destinados a designar al objeto
dos, no contradice esta observación, sino que, muy al contrario, su auditivo, los cuales, paradójicamente, comparten casi todos el hecho
comprobación se apoya en el saber que poseemos acerca de la rela- de haber sido propuestos en una época en la que los sonidos ya se
tiva fijeza del tiempo en el nivel neutro (el de la obra), indepen- podían estudiar a partir de grabaciones, y no forzosamente in situ.
dientemente de las fluctuaciones perceptivas. Por ejemplo, cuando Murray Schafer habla de soundfact (hecho
El gran realizador ruso Andrei Tarkovski habló admirablemente sonoro) y de soundscape (paisaje sonoro), o ,cuando el sociólogo
del cine como de un arte del «tiempo esculpido» (y no del «tiempo Alain Léobon habla de «sonoescena», ni uno ni otro precisan si se
sellado», como indica erróneamente el título de la traducción fran- trata de lo que se oye in situ, en el mismo momento, en las condi-
cesa), y lo que dice se puede aplicar asimismo a las músicas concre- ciones propias de este tipo de escucha, y que son:
tas, e incluso a muchas expresiones que se clasifican dentro deljazz,
el rock, la canción, el rap, la música house y las músicas de estudio, - el carácter efímero y único de la percepción;
que utilizan la grabación con fines distintos al de almacenar y re- _ la influencia del contexto sensorial y material global que
producir un acontecimit:mto musical en directo. identifica al sonido y le da un sentido y un efecto particulares (espe-
cialmente mediante la visuaudición);
_ la imposibilidad de aprehender simultáneamente los diferen-
2.5.6. El sonido fijado es un nuevo objeto tes planos sonoros cercanos y lejanos en una sola escucha fugitiva.

«En la percepción visual, enuncia brillantemente Abraham Mo- Tampoco indican si se trata de lo que podemos percibir a partir
les, el ojo .va donde quiere en un trayecto rápido del que justo em- de un fonograma sonoro, el cual tiene los siguientes efectos:
pezamos a analizar sus movimientos. El paisaje sonoro, por su parte,
se nos impone en un sistema secuencial: sus elementos distintivos _ descontextualiza al sonido, especialmente al volverlo acus-
están pegados en un cierto orden a lo largo de la cinta; no podemos mático;
remediarlo, estamos sometidos a ellos, y la llegada de nuevos ele- _ hace del sonido un objeto repetible cuya percepción se cons-
mentos acarrea la pérdida de los antiguos, que sólo pueden brillar tituye y se precisa mediante el «depósito» de impresiones sucesivas
durante un corto instante en la fosforescencia de nuestra memoria que se memorizan (con la condición de que el oyente acceda a la re-
inmediata. Nuestra capacidad de jerarquizarla queda afectada por petibilidad del sonido, 10 cual no ocurre con un espectador de un fil-
ello.»198
me en una sala ni con un oyente de radio);
_ construye un cuadro de conjunto a partir de lo que, in situ,
198. Abraham Moles, «Vers une musique expérimentale», en La revue musica- , como nos recordaba Moles, no es más que una sucesión de aconte-
le, 1957. cimientos que el oído picotea más o menos aleatoriamente.
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dos condiciones de escucha, el in situ y la «sobregraba- causa que puede no tener nada que ver con su causa real. Por otro
ción», son pues fundamentalmente distintas y determinan percep- lado, los sistemas de fa no generación y de programas de síntesis se
ciones igualmente diferentes. renuevan constantemente y cada uno tiene su color característico, de
Los conceptos de Murray Schafer y de Léobon que mencioná- tal modo que el oyente, aun cuando no se haya iniciado ni esté en
bamos, así como los de otros autores, presuponen la fijación, pero la condiciones de decir -como algunos pueden hacerlo- de qué sin-
rebajan implícitamente al rango de «medio de estudio», o «cuader- tetizador, o de qué programa, proviene el sonido que está oyendo,
no de notas», lo cual no es. Es mucho más, es la misma condición oye bastante bien si el sonido corresponde a los años sesenta, setenta
para el estudio del sonido, pero una condición que lo hace cambiar u ochenta. Y no cabe esperar que el sonido sintético alcance una es-
totalmente de naturaleza. pecie de «perfección», o de flexibilidad, que impida que podamos fe-
La escucha in s,itu se caracteriza por una selección, refleja o charlo. De hecho, la evolución de la técnica y de los procedimientos
consciente, de elementos pertinentes, y por el rechazo de los demás, rebaja regularmente al sonido sintético al rango de sonido instru-
que se «oyen» inconscientemente. Sin este rechazo, el conjunto so- mental, y es tan fácil hablar de un «sonido de Korg de los años se-
noro complejo y multiespacial que reclama al sujeto lo absorbería tenta» como de un «sonido de clave».
de tal modo que lo paralizaría, pues se vería obligado a suspender Los primeros instrumentos electrónicos, que se concibieron con
toda actividad que no fuera la de escuchar. frecuencia como una mezcla de órgano y de violín, al combinar la
La escucha in situ, salvo quizás en el caso de la música -y, más capacidad de duración infinita del primero con la posibilidad de los
aún, de una música que resulte familiar-, no se interesa nunca más que deslizamientos progresivos de alturas del segundo, no aportaron
por un sonido a la vez, y no presta atención a las simultaneidades. tanto de inaudito como se hubiera podido esperar. Por un lado, la
Nos resulta más fácil totalizar una música que escuchamos en el mera transformación, y luego remodelado, de los sonidos acústicos
marco de una audición de un disco (o radiofónica) que la que escu- fijados, ya había aportado muchas posibilidades que los instrumen-
chamos en una sala de conciertos, in situ. tos electrónicos no hacían más que prolongar, y, por otro, la orques-
ta occidental tradicional, mediante procedimientos más sabios unos
que otros, si no había saturado el campo de los sonidos, lo había ex-
2.6. Lafonogeneración y sus consecuencias instrumentales tendido al menos ampliamente. ¿Queremos sonidos ininterrumpi-
dos? El órgano o los instrumentos que se tocan con arco (e incluso
El sexto de los siete efectos técnicos básicos, lafonogeneración, los instrumentos de viento, cuando se relevan para mantener una
consiste en la posibilidad de crear sonidos ex nihilo a partir del alta- nota) hace tiempo que los producen.
voz y de procesos eléctricos como las lámparas tríodas de los instru- En cierto modo, a los sonidos eléctricos les quedaba el dominio
mentos electrónic?s de principios de siglo, los generadores de los de los sonidos puros, sin accidentes, y pobres en armónicos. Su con-
años cincuenta, los sintetizadores de los años sesenta y setenta, los or- cepción permite explorar el campo de las desconexiones acústicas y
denadores, etc. Se esperaba todo de estos medios de generación eléc- de débil definición.
trica (eran soñados como el medio de recrear un universo
enteramente nuevo, que se podría dominar absolutamente y que sería
potencialmente infinito y virgen de toda impureza causal), pero lue- 2.7. El remodelado
go, se les despreció un poco demasiado, como no dejó de ocurrirle
más tarde al sonido creado por síntesis numérica. El remodelado es el séptimo efecto técnico básico sobre los so-
Por un lado, efectivamente, cualquier sonido -y el sonido «nu- nidos. Se 10 llama con frecuencia tratamiento o manipulación, y
mérico», por un momento hecho fantasma en tanto que libre al cien consiste en cualquier acción (disminución de la velocidad, puesta al
por cien de toda causa, no es una excepción a esta regla-, contra- revés, etc.) que remodele de forma significativa un sonido cualquie-
proyecta (podríamos decir) la conciencia, o la representación, de ra fijado o transmitido, y que parta de la señal inscrita en el soporte,
una causa -de la que no sería más que su emanación, más que su o transmitida eléctricamente, para desembocar en otro sonido fijado o
sombra (ya que se dice que un objeto proyecta una sombra)-, una transmitido. En el caso de la fijación, la cadena de los remodelados
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es, por infinita, pues todo sonido fijado es susceptible de 3.1. Crítica de las nociones de fidelidad
convertirse, a través del remodelado, en la fuente de otro sonido fi- y de reproducción; la definición
jado, y así sucesivamente. Con motivo del corte causal que teorizó
Pierre Schaeffer, en el caso de esta cadena no podemos hablar de un La expresión «alta fidelidad» se deriva de la más pura retórica
sonido original susceptible de ser el germen «natural» de las sucesi- publicitaria. En realidad, un sonido del que decimos que se ha re-
vas etapas. Cualquier sonido que surja de otro mediante remodelado producido y grabado comprende innumerables diferencias en rela-
debe tomarse como un nuevo sonido; por lo tanto, expresiones como ción con la onda acústica de origen, especialmente en los niveles
«trucaje» o «sonido retrabajado» no nos parecen pertinentes. del equilibrio espectral, del espacio, de la textura y de la dinámica
Por supuesto, el remodelado se puede crear «en directo», ya sea (contrastes de intensidad, que, por definición, se encuentran in-
durante el trabajo de, estudio al realizar una obra concreta, ya sea du- mensameI)te apretados y «descrestados» en las grabaciones). Lo
rante la ejecución de una obra a través de dispositivo (por ejemplo, que se califica como fidelidad es pues lo que hablÍa que denominar
en el caso de ciertas obras de Boulez, de Stockhausen o de Teruggi, más bien como «definición». Ésta reside en un determinado núme-
en las que el sonido que se produce lo filtra o lo transforma inme- ro de ganancias cuantitativas, pero también en la presencia de deta-
diatamente un ordenador) . En muchas ocasiones, no rompe comple- lles que, a raíz de la toma de sonido, crea la proximidad entre la
tamente la cadena causal, sino que la afloja, al permitir que subsista fuente sonora y los micrófonos, unos detalles que, por lo demás,
un parecido, o un aire de familia, con el sonido original. En otras, la son por ello inaudibles para el oyente en una situación clásica de
rompe, y el sonido nuevo ya no mantiene un aire de familia preciso concierto, como ha analizado muy bien Glenn Gould: «La graba-
con el sonido que le ha servido de punto de partida. ción ha generado sus propias convenciones, que no son forzosa-
La llegada de los soportes que se denominan como «numéricos», mente conformes'a las tradiciones que se desprenden de los límites
o mejor, el discurso promocional que los acompaña y que, lamenta- acústicos de la sala de conciertos ( ... ). Exigimos que un mirador
blemente, muchos artistas e intelectuales han tomado por dinero en sonoro siga las huellas de la voz de filigrana (sic) del solo de vio-
efectivo, ha creado algunos mitos, según los cuales se ha vuelto posi- lonchelo de un concierto».1 99
ble, por vez primera, tratar los sonidos. Sin embargo, ya hacía varios La definición de un sonido que se oye a través de un altavoz es
decenios que era posible montarlos, ponerlos del revés, transformar- especialmente proporcional a su banda de frecuencia (mayor a me-
los completamente o sintetizarlos. Como resultado de ello, la cues- dida que suben los agudos y bajan los graves), a su dinámica (rique-
tión se ha polarizado una vez más en torno a algo que, si no es acce- za y extensión de los contrastes de intensidad posibles, de la más te-
sorio, no es tampoco fundamental-la posibilidad de transformar-, nue a la más potente) y a su despliegue espacial (dos pistas o más,
con lo que se ha olvidado la revolución verdadera, la de 1877, la de que permiten distribuir el sonido en el espacio y, por lo tanto, perci-
la fijación; que permite hacer del sonido un objeto y de la que Schae- bir con mayor claridad un determinado número de detalles). En este
ffer ha sido uno de los pocos que ha extraído sus consecuencias. sentido, la definición de las grabaciones ha aumentado sin duda con-
siderablemente desde 1877, pero no forzosa y linealmente su «fide-
lidad», y la noción de reproducción del sonido sigue siendo indiscu-
3. CONSECUENCIAS DE LOS EFECTOS TÉCNICOS BÁSICOS tible. A decir verdad, en'cada época un sistema de grabación sonora
parece proporcionarnos el sonido real, y es preciso que uno nuevo
Del cilindro de Edison de 1877 a las memorias de ordenador de aparezca para que se manifiesten las limitaciones del anterior. Lo
1997 se produce sin duda, a lo largo de ciento veinte años, una pro- que se dice hoy en día de la fidelidad de las grabaciones actuales ya
gresión lineal cuantitativa del sonido fijado y difundido (una ganan- se decía, con la misma sinceridad (y no solamente en los prospectos
cia en los agudos, en los graves, en las pistas sonoras, en los con- publicitarios), en los años treinta a propósito de grabaciones o de fil-
trastes de potencia, etc.); pero falta saber si ello representa una mes que hoy en día nos parece evidente que no son más que lejanos
ganancia en «fi delidad», una noción tan aventurada ideológica y es- reflejos de los sonidos in situ.
téticamente como lo sería la de una fidelidad de la imagen a lo visi-
ble, de lo cual ésta nos ofrece una huella. 199. Glenn Gould, art. cit., pág. 62.

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