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Pilatos tomó de nuevo la palabra y les pregunto: “¿Qué hago con el que ustedes llaman rey
de los judios?” la gente gritaba “¡crucifícalo!”
Pilatos quiso tranquilizar al pueblo: dejó, pues, en libertad a Barrabas y sentenció a muerte
a Jesus. Luego lo hizo azotar y después lo entregó para que fuera crucificado.
Dramatización
PILATO: (Al pueblo) ¿Y qué voy a hacer con el que llaman rey de los Judíos?
PILATO: (levanta los brazos para calmar al pueblo y pedir la palabra) Pero ¿Qué mal ha hecho
este hombre?
PUEBLO 2: ¡Nosotros tenemos una Ley, y según esa Ley debe morir, pues dice que es hijo de
Dios! (Pueblo Grita).
PILATO: Yo me lavo las manos de la sangre de este inocente (se lava las manos).
Reflexión:
¿Cuántas veces hemos juzgado a las personas antes de conocerlas, basándonos en la opinión
de otros, condenando sin vacilar sus palabras, acciones o vida entera?
¡Jesús mío! Qué difícil es no juzgar lo que el otro siente y es. Ayúdanos a correr el velo de las
opiniones externas para poder mirar con nuestros propios ojos la esencia de los demás.
2 Estación: Jesús carga la cruz y se dirige al calvario. (por jardín nos vamos hasta las canchas)
Entonces Pilato le entregó a Jesús para que lo crucificaran. Así fue como se llevaron a Jesus.
cargando su propia cruz, salió de la ciudad hacia el lugar llamado Calvario que en hebreo se
dice Gólgota.
Reflexión:
En nuestro hogar y en nuestra vida¿Cada uno lleva su cruz? ¿Tenemos conciencia de que
esas injusticias y dolores que a veces debemos sobrellevar no son nada en comparación de
lo que Cristo sufrió por nosotros?
Estamos invitadas en estos días a meditar para serenar esas angustias, esas cargas del
pasado y dolores del presente. No podemos ir por la vida siendo egoístas: ahogarnos en
nuestro propio sufrimiento muchas veces nos lleva a tratar mal al otro. Tenemos que mirar la
cruz de nuestros hermanos y ayudarles a caminar
Jesús fue sometido a latigazos, lo coronaron con espinas y cargó la Cruz... ¿Qué movió a
Jesús a sufrir en silencio? ¿Nosotros alguna vez sufrimos en silencio por amor a Él?
3 Estación: Jesús cae por primera vez y se encuentra a su madre. (en el trayecto a las
canchas)
Al igual que Nuestro Señor Jesús, todos caemos alguna vez debido al dolor, la angustia, la
decepción… nos sentimos solos, muchas veces nuestros amigos nos ignoran… Piensa,
recuerda ¿Cuántas veces te caíste a causa de los demás? O también ¿Cuántas veces fuiste
motivo de una caída? Empecemos a pensar más en lo que nosotros hacemos en vez de lo
que los demás nos hacen.
Después de su caída se encontró con su Madre María, quien lo acompañó en todo momento,
hasta los más difíciles. Sigamos su ejemplo y, a su misma vez, recordemos que cuando me
siento solo no es porque Jesús dejó de acompañarme, sino porque nosotros dejamos de
acompañarlo, porque quizás no lo reconocemos en nuestros hermanos. Le pedimos las
fuerzas para continuar junto a Él y nunca negar el amor que nos tiene, por más difíciles que
sean las situaciones que nos toque vivir.
cuando lo llamaban, encontraron a un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y le
cargaron con la cruz para que la llevara detrás de Jesús.
signo: se levantan unas alumnas del público y ayudan a Jesús a cargar la cruz
Reflexión:
Podemos ver a un Jesús débil y cansado, dejándose ayudar por el cirineo, quien lo ayuda a
cargar su cruz.
Cuando estoy solo, angustiado, estresado ¿A quién recurro? ¿A quién puedo hablarle desde
el fondo de mi corazón? ¿Quién me entiende? ¿Me dejo ayudar? O cargo mi cruz solo, cada
día más débil, sin ver una salida de mi angustia.
Así como Jesús, nuestro salvador se dejó ayudar, dejémonos ayudar, dejemos que los demás
nos ayuden a cargar nuestras cruces. Dejemos que Dios escuche nuestros lamentos, abramos
nuestros corazones, así él nos ayuda a liberar nuestra angustia.
Y cuando vemos a alguien en nuestro curso angustiado, solo, que se encierra en los baños
para no ser visto, cuando vemos un estado o historia en las redes sociales, de alguien
pidiendo ayuda, subiendo cosas deseando no estar aquí, sabiendo que esa persona está mal,
¿Respondemos? ¿Cómo actuamos ante esto? ¿Sos indiferente, te da lo mismo y solo lo dejás
pasar?
¡Atrévete y Sigue a Jesús; cuando veas que llevas demasiada carga, acepta ayuda con
agradecimiento!
Reflexión:
Jesús, cuántas veces te he necesitado y no te pude ver. Cuántas veces me han necesitado y
fui indiferente al dolor del otro.
Y Vos te quedas con ella, no solo en ese pedacito de tela, sino en su corazón.
Jesús, quiero aliviar el dolor de otros, aliviar tu dolor, quiero ver tu rostro en el otro, en el
que sufre, en el que llora. Y que ese dolor queda impregnado en mi vida
¡Atrévete y Sigue a Jesús; deja que Él limpie tu rostro de polvo y suciedad para que puedas
brillar!
6 Estación: Jesús cae por segunda vez y habla con algunas mujeres que lo seguian. (en la
explanada- salida del SUM)
Dramatización
JESÚS: Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes y por sus hijos;
porque va a llegar el día en que se diga: “Felices las mujeres que no dieron a luz ni
amamantaron. Entonces se dirá ¡Ojalá que las lomas nos ocultaran! Porque, si así tratan al
árbol verde, ¿Qué no harán con el seco?”
Reflexión:
La vida algunas veces nos pesa tanto que nos tira al suelo dejándonos sin energía ni
fortaleza, tal como le pasó con Jesús. Nuestras amistades se rompen, aprobar las materias
parece más difícil, nuestras relaciones familiares se resquebrajan cada vez más. Parecería
que ser feliz es imposible. Vemos como única solución darnos por vencidos, pero la vida
sigue su rumbo.
Todo lo que necesitamos es acercarnos al Señor, y Él nos ayudará y nos dará valor. Él tomará
el peso de nuestra cruz y nos hablará tal cual lo hizo con aquellas mujeres; nos consolará,
nos animará a ser mujeres fuertes y valientes como demostraron ser aquellas que lo
acompañaron y dieron sus vidas por Él.
Nos tomemos de la mano y hagamos un minuto de silencio por aquellas mujeres fuertes que
ya no están, por aquellas madres que dieron la vida por sus hijas, por aquellas hijas que
dieron la vida por sus madres, por aquellas comprometidas que defendieron su pueblo y
tierra, por aquellas que dieron su vida por Dios, y también por las que aún nos acompañan,
por aquellas mujeres a las que amamos para darles fortaleza, para acabar con su miedo, para
darles amor.
Al llegar al lugar llamado de la calavera, lo crucificaron allí, y con él a los malhechores, uno a
su derecha y el otro a su izquierda. mientras Jesús decía “Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen”. Después los soldados se repartieron sus ropas echando a la suerte.
Dramatización
SOLDADO 3: ja,ja,ja… No sabe lo que dice. Hay que repartirnos su ropa ya nos pertenece.
GESTAS: (A Jesús) Si tu eres el hijo de Dios, Sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros también.
DIMAS: (A Gestas) ¡Cállate! ¿No temes a Dios, estando condenado a morir junto a Él? Nosotros sí
merecemos el castigo por nuestros crímenes, pero este ¿Qué ha hecho?... (A Jesús)
Señor…acuérdate de mí cuando estés en tu reino.
JESÚS: En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. (Jesús, mira alrededor suyo y ve a su
madre con Juan) Mujer, he ahí a tu hijo. (Dirigiéndose a Juan) He ahí a tu madre.
JESÚS: ¡Tengo sed! (un soldado le acerca una esponja a los labios empapada de vinagre)
Reflexión:
Pregúntate a ti mismo: “¿Estoy siendo como Cristo en este momento? ¿Seré acaso uno de
los soldados, destruyendo o avasallando la dignidad de otros? ¿O soy como aquel pueblo
indiferente que crucifica a los más vulnerables e indefensos?” la respuesta a menudo cambia
no sólo tu vida sino la vida de otro ¿Quiénes somos, quiénes queremos ser y de qué lado nos
encontramos y nos queremos encontrar?
¡Atrévete y Sigue a Jesús; pase lo que pase, siempre recuerda y cuida tu dignidad y la de los
demás!
Hacia el mediodía se ocultó el sol y todo el país quedó en tinieblas hasta las tres de la tarde.
en ese momento la cortina del templo se rasgó a la mitad, y Jesus gritó fuerte “Padre, en tus
manos encomiendo mi espíritu” y dichas estas palabras expiró.
Reflexión:
Esta estación es para estar en silencio , reflexionemos qué acciones de amor tenemos en
nuestras vidas. Aprovechemos ahora de contemplar el acto de amor más grande que alguien
haya realizado por nosotros ¡Jesús inocente se hizo cargo de todos nuestros pecados!
Nuestro Señor, se encontraba crucificado injustamente entre dos malhechores, recibió todo
tipo de burlas y ofensas, pero aún así dijo "Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen"... ¿Como perdonamos?
Devolvemos amor con amor, con actos concretos de amor a Dios y a nuestros hermanos.
Siendo ya tarde llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también era discípulo
de Jesus. Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesus, y el gobernador ordenó que se lo
entregaran. José tomó entonces el cuerpo de Jess, lo envolvió en una sábana limpia y lo
colocó en el sepulcro nuevo que se había hecho excavar en la roca.
Reflexión:
María, su madre, quien le dio la vida, hoy contempla su muerte, tantos recuerdos deben
pasar por tu corazón, esos días deben parecer tan lejanos, aquel niñito a quien habías
acunado, hoy vuelve a tus brazos y lo recibes como si fuera la primera vez.
Mamá, Jesús se fue, y tu dolor es inexplicable, como si una espada te atravesará el corazón y
aún así sigues de pie, te mantienes firme, tu fe sigue más viva que nunca.
Tanto silencio, tanto dolor, quiero quedarme con vos, acompañarte, solo vos entendiste el
amor que Jesús nos enseñó. por eso perdonas a quienes lo crucificaron.
Cuántas veces la muerte con su presencia nos descoloca ¿Cómo vivimos si alguien falta?
¿Dónde queda la esperanza? nos cuesta salir del dolor, ver más allá. La única salida es el
amor, y con eso se puede vivir. Por eso te propongo dejar en los brazos de María eso que
tanto dolor causa.
¡Atrévete y Seguir a Jesús; da tu vida por tus amigos y confía en sus manos llenas de bondad!