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Prácticas Geología II – UNED
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ÍNDICE
I. EL MAPA TOPOGRÁFICO
1. El Norte de los mapas
2. La Información de los mapas topográficos
3. Construcción del mapa topográfico
4. Interpretación del terreno a partir de curvas de nivel
5. Realización de perfiles topográficos
REFERENCIAS
Citar como:
Lario, J.; García-Rodriguez, M. (2021). Mapas y Cartografía Geológica. Conceptos teóricos para las
Prácticas de Geología II. UNED, 33 pp.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0
Unported.
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I. EL MAPA TOPOGRÁFICO
En los mapas topográficos podemos encontrar una serie de ángulos que refieren el mapa a los sistemas de
referencia establecidos en la superficie terrestre. Estos sistemas de referencia son: el norte geográfico, el
norte magnético y el norte de la cuadrícula del mapa.
ciudad de Madrid es hacia el oeste, es decir, en Madrid el norte magnético está situado al oeste del norte
geográfico. Sin embargo, en la zona oriental del Océano Pacífico, el polo norte magnético está situado al
este del polo norte geográfico, por lo tanto, la declinación será hacia el este; y por último desde el centro
de Estados Unidos la declinación es 0 ya que ambos polos se encuentran en el mismo meridiano. Los
valores de declinación magnética vienen referidos en los mapas topográficos, señalando el valor del ángulo
de declinación magnética para un punto y una fecha concreta, y la variación anual de este ángulo.
La información presente en un mapa topográfico se puede dividir en tres grandes conjuntos: planimetría,
altimetría y toponimia.
2.1. Planimetría
El elemento planimétrico más importante es la escala, aunque existen otros tipos de elementos
planimétricos como son todos los símbolos y grafismos que definen cualquier elemento natural o artificial
diferente de la información altimétrica. La escala es la relación entre la dimensión existente en el mapa y la
dimensión existente en la realidad. Podemos definir dos tipos de escalas:
Las escalas anteriores son razones, es decir son un cociente. Por lo tanto, una escala será mayor cuanto
mayor sea el cociente. La escala 1:5.000 es una escala mayor que la 1:100.000. Es decir, se considera una
escala mayor a toda escala cuyo denominador sea menor que la considerada. Como regla podemos
considerar que una escala es mayor que otra cuanto mayor definición y detalle tenga.
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Para representar las diferentes alturas, se utilizan las curvas de nivel. Las curvas de nivel son isolíneas de
altitud; es decir, líneas que unen puntos con igual altitud. Por lo tanto, una curva de nivel estaría definida
por la intersección de un plano horizontal con la superficie terrestre, y la cota de esa curva de nivel vendría
definida por la altitud de ese plano con respecto al nivel del mar (cota 0).
2.3. Toponimia
La información toponímica son todos los nombres y topónimos que aparecen en el mapa, desde los
nombres de pueblos y ciudades, a los nombres de arroyos, ríos, montes y cordilleras.
Un mapa topográfico (en este caso solo altimétrico) de una zona es el resultado de intersecciones de la
superficie del terreno con una serie de planos horizontales, paralelos y equidistantes entre sí. Las líneas que
resultan del corte del terreno con cada plano horizontal son las curvas de nivel. Cuando todas estas líneas
se proyectan verticalmente sobre un mismo plano obtenemos un mapa topográfico. Este sistema de
proyección se denomina Sistema Acotado.
Dado que no se pueden representar todas las curvas de nivel de un terreno, se eligen unas alturas que
representen al mismo. De este modo, las cotas de las curvas de nivel son múltiplos de un número dado, de
forma que los planos horizontales equidistan entre sí ese número. Es lo que se denomina equidistancia de
las curvas de nivel, y viene indicado en cada mapa. La equidistancia es, por tanto, la distancia entre dos
curvas de nivel consecutivas. Para elegir la equidistancia de un mapa, debe tenerse en cuenta que dos
curvas consecutivas no se encuentren a menos de 0,5 milímetros. También se debe tener en cuenta la
representación de las curvas maestras. En ellas se representa su cota mediante una rotulación de la curva
más gruesa y poniendo el valor de la cota. Las curvas maestras se señalan cada cuatro normales. Por
ejemplo, si la equidistancia es de 10 metros, las curvas maestras se señalan cada 50 metros, como es el
caso del siguiente ejemplo.
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Al dibujar o interpretar curvas de nivel hay que tener en cuenta las siguientes normas:
• Las cotas de curvas sucesivas son números uniformemente crecientes o decrecientes.
• Dos curvas de nivel no pueden cortarse o coincidir, excepto en cornisas, acantilados...
• Las curvas de nivel cerradas tienen cotas mayores que las curvas que le rodean, excepto pozos, hoyos,
depresiones ... (en este caso se representan con un trazo discontinuo).
• Todas las curvas de nivel son cerradas si se considera un mapa completo, caso de una isla.
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Saber interpretar las curvas de nivel de un mapa nos permite reconocer, solo con las mismas, el relieve que
están representado y las características del terreno. En general, la experiencia es la que nos va a permitir
caracterizar un terreno a partir de la lectura de un mapa topográfico, pero las siguientes figuras nos dan
una idea de como podemos interpretar un paisaje a partir de las curvas de nivel del mapa. El fragmento del
mapa representa la zona alrededor del Pico Ocejón en Guadalajara. Las curvas maestras están
representadas cada 50 m. En el mismo se han marcada cinco zonas en detalle.
La zona 1 representa el propio pico Ocejón y se corresponde con curvas concéntricas ascendentes,
teniendo en el centro la máxima altura. Las líneas naranjas marcas las aristas, que están representadas en
las curvas de nivel por curvas en forma de V con está apuntando hacía las alturas menores.
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La zona 2 se corresponde con un pequeño collado (flecha naranja), que está marcado por esa forma de las
curvas de nivel denominada a veces como “silla de montar”. Están también representadas las dos alturas
máximas cercanas (círculos naranjas), que como tales elevaciones se representan por curvas concéntricas
de altura ascendente hacia el centro.
La zona 3 muestra laderas muy inclinadas o un escarpe, representado por curvas de nivel muy juntas entre
sí, que indican una perdida o ganancia de altura importante en muy poco espacio (distancia horizontal).
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La zona 4 muestra una ladera continua suave, representada por curvas de nivel redondeadas y espaciadas.
La zona 5 muestra una vaguada, arroyo o barranco representado por curvas de nivel en forma de V con
esta apuntando hacia las alturas mayores. Cuanto más cerradas sean las v y más juntas estén las cuervas,
más encajado estará el barranco.
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El perfil topográfico es la proyección de los puntos de una parte de la superficie terrestre sobre un plano
vertical, según una dirección determinada. Para acentuar la topografía podemos usar una escala vertical
diferente a la horizontal, si bien para usar este perfil topográfico como base para realizar un corte geológico
(como veremos más adelante), como norma general, es aconsejable el utilizar igual escala vertical que
horizontal.
En un primer paso, deberemos marcar una línea en el mapa topográfico que marque la dirección en la que
realizaremos el perfil topográfico, y fijarnos en las curvas de nivel que corta esta línea.
Posteriormente trasladamos la información de este papel a un papal milimetrado dónde elegimos la escala
vertical y vamos registrando la altura de cada curva de nivel y referencia que hemos apuntado.
Posteriormente, uniendo estos puntos tendremos el perfil topográfico con los puntos geográficos asociados
que nos ayudan a reconocer el terreno. Es importante indicar la dirección del perfil (en este caso SW-NE).
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Existen variados programas SIG que permiten automatizar este proceso. Una aplicación fácil y asequible es
Google Earth, donde al marcar una línea de trayecto, podemos obtener automáticamente el perfil de esa
línea (o de un recorrido más complejo).
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1.CONCEPTOS GENERALES
Para identificar las diferentes litologías contenidas en el mapa se suelen usar tramas. Un aspecto
importante a tener en cuenta es que las tramas, tanto en el mapa como en el corte deben trazarse
paralelas a los planos de estratificación (contactos). Algunas de las tramas convencionales más comunes
utilizadas se representan en la siguiente figura.
Para representar la Edad de los materiales en los mapas geológicos suelen utilizarse
diferentes tonos de colores. Existe un cierto acuerdo para usar una serie de colores
específicos que hacen referencia a los diferentes periodos geológicos. Para distinguir
intervalos distintos dentro de cada sistema se suelen utilizar diferentes tonos mismo
color.
Ejemplos de colores usados para representar las edades
del Mesozoico y Cenozoico (de Giner et al, 2019b)
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La gama de colores convencionales puede observarse en la tabla cronoestratigráfica que recoge la escala de
tiempo geológico.
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Las Hojas MAGNA representan el documento de infraestructura geológica básico que cubre todo el territorio
nacional (Península, Archipiélagos Balear y Canario). Está editado por el IGME (Instituto Geológico y Minero
de España), dependiente en la actualidad del Ministerio de Educación y Ciencia. Antiguamente, pertenecía al
Ministerio de Industria y Energía y tuvo las denominaciones de IGME (Inst. Geológico y Minero de España)
hasta 1990 y posteriormente ITGE (Inst. Tecnológico Geo-Minero de España) hasta 1996.
La base del Mapa Geológico Nacional es el Mapa Topográfico Nacional escala 1:50.000 que edita el IGN
(Instituto Geográfico Nacional). Es decir, el Mapa se encuentra subdividido en distintas Hojas Magna. Cada
Hoja tiene un nombre que corresponde al de la población más importante incluida en ella y una doble
numeración que corresponden a la del Mapa Topográfico Nacional del IGN (número único) y a la del Servicio
Geográfico del Ejército (doble numeración de fila y columna). Por ejemplo, la Hoja de JALANCE (Valencia) es la
745/27-29, pero normalmente nos guiaremos por la primera, la del IGN (745). Como es lógico la base
topográfica es imprescindible, sería imposible interpretar correctamente un mapa geológico sin la topografía.
Así la equidistancia de las curvas de nivel es de 20m para las normales y de 100m para las maestras (trazo más
grueso).
Al igual que los mapas topográficos las hojas magnas suelen presentar dos tipos de coordenadas, las
geográficas expuestas en grados, minutos y segundos y las correspondientes a la proyección UTM. Las
primeras están señaladas en los bordes del mapa, y en cada esquina aparece la coordenada exacta
correspondiente, pero debido a la deformación de la proyección los meridianos y paralelos no se
corresponden con horizontales y verticales del plano. Las Coordenadas UTM están representadas por líneas
de color azul, que subdividen la hoja en cuadrículas de 2km de lado (4km2), tampoco estas se corresponden
con horizontales y verticales. En todas las hojas el Norte geográfico coincide con la cabecera (hacia arriba).
En la esquina inferior derecha de las hojas aparece el nombre de la empresa, consulting u organismo oficial
que ha realizado la cartografía, así como el nombre de los autores y la fecha de realización del mapa.
Normalmente, cuanto más reciente sea la fecha de realización más detallada y exacta será la cartografía,
sobre todo en mapas que contengan terrenos neógenos y cuaternarios (Cuencas del Duero, Tajo, Ebro,
Guadalquivir, etc..). El tema de la fecha ha de tenerse muy en cuenta, ya que los mapas pueden tardar mucho
en publicarse, de manera que la fecha de realización y la de publicación son muy distintas. Por ejemplo, la
Hoja de Jalance (745) fue realizada en 1976, pero se encuentra publicada en 1980.
La representación geológica del terreno es algo diferente, a la expuesta antes, normalmente va en doble clave
representando unidades geológicas mayores (series y/o formaciones geológicas) que coinciden a grandes
rasgos con los límites geocronológicos de pisos y subpisos. Una es el Color que nos indica la edad de los
materiales: Precámbricos (rosas), Paleozoicos (Marrones, Verdes y Naranjas oscuros) Triásicos (violetas),
Jurásicos (Azules), Cretácico (verdes), Terciarios (amarillos y naranjas) y Cuaternarios (Grises). La otra es un
Código Alfanumérico compuesto por una letra mayúscula con sub o superíndices (C15), en la que la letra nos
indica la edad (C: Cretácico, J: Jurásico, T: Triásico, T: Terciario, Q: Cuaternario, etc..) y el subíndice nos índica
la litología. Colores y códigos aparecen explicados en la leyenda impresa en el margen izquierdo de todos los
mapas. Las tramas geológicas convencionales raramente son utilizadas en las Hojas Magna, únicamente los
terrenos cuaternarios disponen de tramados en rojo, para representar el tipo y origen de los distintos tipos de
materiales (abanicos aluviales, glacis, terrazas fluviales, dunas, playas, fondos de valle, rellenos de dolina,
etc..). Excepcionalmente los materiales neógenos o terciarios pueden disponer de algún tipo de tramado
adicional, especialmente en los terrenos terciarios, donde una misma unidad puede presentar cambios
laterales de facies sedimentarias.
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En la esquina inferior izquierda, dentro de un recuadro aparecen todos los símbolos geológicos
convencionales existentes en la hoja correspondiente (fallas, pliegues, contactos, dirección y buzamientos,
esquistosidades, así como canteras, minas y yacimientos fósiles). También pueden venir representados
algunos símbolos en color rojo que representan accidentes del terreno específicos creados por los agentes
geológicos, como pueden ser depresiones kársticas (dolinas), escarpes de terraza, etc.
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En el margen derecho se sitúan varios mapas adicionales a distintas escalas. En los mapas más antiguos,
realizados antes de 1990, únicamente aparecen dos mapas complementarios. Un Esquema Tectónico o
Morfoestructural del área abarcada por la Hoja, a escala 1:250.000, que es de gran utilidad para comprobar
las direcciones principales de las distintas familias de fallas y/o fracturas existentes, así como surcos
sedimentarios de origen tectónico, ejes de plegamiento, etc. El otro corresponde a un Esquema Geológico
Regional a escala 1:1.000.000 en el que aparece la geología sintética de la hoja 1:200.000 en la que se incluye
el mapa, de utilidad para observar el encuadre geológico de la zona. Es decir, para ver si nos encontramos en
el centro o en el margen de una cuenca terciaria, en el interior de un sistema montañoso, etc. En Hojas más
recientes, la mayoría de ellas aún sin publicar, suelen aparecer acompañando a los anteriores, mapas
esquemáticos hidrogeológicos y de suelos a escala 1:250.000.
También en el margen derecho de la hoja, en la esquina inferior, aparecen una serie de columnas
estratigráficas, bien levantadas sobre el terreno o bien pertenecientes a testigos de sondeos mecánicos. Se
encuentran numeradas, con una leyenda adicional en la que aparece el nombre y las coordenadas geográficas
de la localidad, o boca de sondeo donde se han realizado. Por tanto, fácilmente localizables en la Hoja.
Por último, en el margen inferior de la hoja aparecen una serie de cortes geológicos a escala, cuyas líneas de
corte están marcadas en los extremos de la hoja (I-I', IV-IV', etc.). Su función es meramente orientativa, y dada
su escala (1:50.000) no sirven para estudios detallados de ingeniería, que requieren escalas mayores, pero sí
que sirven para los estudios de infraestructura previos de todos los proyectos de ingeniería, especialmente
durante las fases de viabilidad y anteproyecto.
Por último, cada hoja geológica va acompañada de una memoria explicativa, en donde se expone la
estratigrafía, tectónica, historia geológica, y Geología económica de la zona abarcada por la hoja. Los Mapas
más recientes incluyen también un apartado referente a la geomorfología de la zona con un esquema
geomorfológico acompañante a escala 1:100.000. Todas las hojas poseen una adenda bibliográfica, en la que
se citan los trabajos más relevantes realizados en la zona, así como la revista y o libro en el que han sido
publicados, a partir de los cuales se puede ampliar el conocimiento de diferentes zonas o problemas
geológicos específicos. Además, todas las hojas disponen de una información complementaria,
fundamentalmente compuesta por muestras de rocas y láminas delgadas para su estudio petrográfico,
Informes petrográficos y paleontológicos de dichas muestras, Informes hidrológicos, hidrogeológicos y
geomorfológicos, con mapas acompañantes a escala 1:50.000, Columnas estratigráficas de detalle con
estudios de granulometría y sedimentología, Testigos de sondeos realizados expresamente para la hoja,
fotografías de campo, etc. Toda esta información está disponible para cualquiera que quiera consultarla, en el
Centro de Documentación del IGME.
En la actualidad, desde mediados de los años 90, los mapas geológicos van acompañados por una cartografía
geomorfológica a escala 1:50.000 a todo color y con diferentes mapas y/o esquemas acompañantes
(hidrológicos, climáticos, pendientes, sísmicos, etc…). La tercera edición de los MAGNAS, que ha comenzado a
principios del año 2000, lleva además complementariamente un mapa 1:50.000 de procesos activos, en la que
se pueden consultar los procesos de erosión y sedimentación actualmente activos generados por distintos
agentes geomorfológicos (p. ej. Fluviales, glaciares, eólicos, litorales, gravitatorios, etc…). En cierto sentido,
esta cartografía, junto con la geomorfológica presentan una base inestimable para acometer estudios
preliminares medioambientales y de riesgos naturales.
Mas recientemente, desde la página web del IGME http://www.igme.es accediendo al botón de productos y
descargas, se pueden obtener gratuitamente archivos raster, en formatos jpg y pdf de todas las hojas
geológicas editadas hasta la fecha.
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1. CONCEPTOS BÁSICOS
Como resultado directo de los procesos de sedimentación y litificación (Diagénesis) se forman los Estratos,
los cuales constituyen las unidades sedimentarias básicas. Los planos que separan a unos estratos de los
otros constituyen las discontinuidades del terreno más importantes, ya que estas, salvo en zonas de rocas
ígneas plutónicas (granitos, gabros, etc..), se encuentran en terrenos sedimentarios, metamórficos y en
algunos de los terrenos constituidos por rocas ígneas volcánicas.
Los Estratos pueden definirse como unidades de litología homogénea resultado de una sedimentación
continua, separado de los anteriores y posteriores por importantes discontinuidades (no-sedimentación) o
por cambios notables de la composición litológica (distinto régimen de sedimentación). En cualquier caso,
estas discontinuidades constituyen lo que se denominan planos de estratificación.
Los Planos de Estratificación constituyen los planos geológicos fundamentales, cuya geometría será la clave
para la correcta interpretación de los mapas geológicos. La disposición general "original" de los planos de
estratificación es siempre horizontal o subhorizontal, y la geometría de los estratos es generalmente
tabular (aunque de aspecto cuneiforme o lenticular a gran escala). Esta geometría original perdurará
indefinidamente mientras estos no sean sometidos a esfuerzos tectónicos importantes, ante los cuales se
deforman fracturándose o plegándose. Si estos esfuerzos perduran y son suficientemente intensos pueden
provocar un aumento de la presión y la temperatura, llegándose a perder toda la geometría sedimentaria
original (Metamorfismo) e incluso en último término fundirse convirtiéndose en un líquido muy viscoso
(Magma).
En definitiva, un estrato se encontrará separado de los demás estratos por dos discontinuidades ó planos
de estratificación, uno superior y otro inferior. El superior (techo) representa la antigua superficie del
terreno (ya estuviera sumergida o emergida) resultante del proceso de sedimentación que generó el
estrato. El inferior (muro o base) tiene el mismo significado, pero correspondiente al estrato
inmediatamente subyacente. Cuando el lapso que representa la discontinuidad sedimentaria que separa
dos estratos superpuestos ha sido muy importante, normalmente tienen lugar procesos de erosión que
desconfiguran la geometría plana original del plano de estratificación infrayacente, formándose pequeñas
acanaladuras y canales, con lo que la geometría de la base del estrato suprayacente adquiere un aspecto
irregular. Cuando esto sucede se le denomina "base erosiva" y generalmente es frecuente en rocas
sedimentarias detríticas como las areniscas y conglomerados.
En un estrato o serie en posición normal el muro se situará topográficamente por debajo del techo. No
obstante, en ocasiones debido a la actividad tectónica podemos encontrar el techo de un estrato por
debajo del muro, en este caso se dice que la capa o la serie está invertida, ya que lo materiales más
antiguos se situarán por encima de los más modernos.
En los mapas geológicos, los diferentes tipos de materiales (rocas y sedimentos) que constituyen el terreno
aparecen separados por una serie de líneas. Todas ellas reciben el nombre genérico de contactos
geológicos, y representan la intersección de un plano, que se desarrolla en profundidad, con la superficie
del terreno. Por tanto, la morfología de estas líneas vendrá determinada por dos factores fundamentales:
ángulo de inclinación (buzamiento) y topografía.
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Para cualquier tipo de análisis que implique planos geológicos es preciso establecer un sistema de
coordenadas de referencia que permitan orientarlos de forma unívoca en el espacio. De forma general, la
orientación de cualquier plano en el espacio pasa por la determinación de su dirección (es decir, la
orientación respecto del norte geográfico o magnético de una línea horizontal contenida en el plano
problema), del buzamiento y del sentido de buzamiento.
La Dirección (Orientación) de un estrato (δ), es el ángulo que forma la línea de intersección de un plano de
estratificación con un plano horizontal y el Norte Geográfico. A no ser que se indique lo contrario
(mediante una flecha), en los mapas geológicos el Norte siempre se encuentra mirando hacia arriba,
perpendicularmente a la línea que forma la base del mapa y paralelamente a las líneas que delimitan los
lados del mapa.
El Buzamiento de un estrato (β), es el ángulo formado entre un plano de estratificación y la horizontal. Este
siempre se mide en dirección perpendicular a la dirección del estrato, a lo largo de la cual se registra la
línea de máxima pendiente del plano de estratificación. Cualquier otro ángulo de buzamiento medido
oblicuamente a la dirección de estratificación será lógicamente menor y reciben el nombre de buzamiento
aparente.
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Para expresar la orientación de planos y líneas en el espacio hay distintos convenios, la notación más
habitual referida a planos tiene una forma del tipo XXX/YY donde XXX representa la dirección de capa, YY
representa el ángulo de buzamiento (entre 0 y 90°).
A continuación, se explican las dos alternativas principales para expresar la dirección de un estrato o plano
geológico:
El espesor es la distancia perpendicular entre los dos planos paralelos (techo y muro) que limitan el cuerpo
tabular.
El espesor o la potencia de los estratos es bastante variable, desde escalas decimétricas hasta escalas
decamétricas e incluso hectométricas. La potencia de un estrato siempre se mide perpendicularmente a los
planos de estratificación. En los mapas geológicos convencionales no suelen representarse estratos
individuales, sino más bien, conjuntos de ellos a los que comúnmente se les denomina formaciones, que
generalmente registran potencias de cientos e incluso miles de metros. Estas, por tanto, representan
conjuntos de estratos ligados genéticamente (formados por un río, un lago, un arrecife de coral, un glaciar,
etc.…) y separados de las infra y suprayacentes por importantes discontinuidades sedimentarias, que en
último término representan el plano de estratificación del último estrato (el superior) incluido en ella.
Este dato no suele venir indicado en los mapas geológicos, por tanto, si queremos conocer el espesor de un
estrato tendremos que hallarlo gráficamente, mediante la construcción de un corte geológico, o en el caso
de topografía plana, a partir de la medida del espesor aparente. El espesor aparente se determina
midiendo directamente en el mapa, y se corresponde con la distancia entre muro y techo de la capa en la
superficie. En el caso de una formación vertical la distancia entre el techo y el muro medida sobre el mapa
corresponderá con el espesor real. En el caso de formaciones horizontales el espesor real será la diferencia
de cotas entre el muro y el techo. En el caso de una formación inclinada el espesor real será igual al espesor
aparente por el seno del buzamiento.
La profundidad de una capa es la distancia vertical desde un nivel de referencia, normalmente la superficie
terrestre, hasta esa capa.
1.5. Fallas
Las fallas son las principales discontinuidades de origen tectónico que se representan en los mapas
geológicos. Su origen suele estar asociado a episodios geológicos de deformación, ya sean estos de tipo
compresivo o distensivo. Su datación relativa se efectúa de acuerdo con el Principio de Intersección.
Una falla es una superficie de discontinuidad, un plano de fractura a lo largo de cual hay evidencias de que
se ha producido el desplazamiento apreciable de las masas rocosas situadas a ambos lados. El plano de falla
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es la propia superficie de la falla. La notación que se utiliza para indicar la orientación de los planos de falla
es igual que la del resto de planos geológicos.
Los bloques o labios de la falla son el conjunto de materiales situados a cada lado del plano de falla y se
denominan bloque de techo o bloque de muro de acuerdo con su posición respecto del plano de falla. El
bloque de techo es el que se sitúa por encima del plano de falla y el bloque de muro es el que se sitúa por
debajo del plano de falla.
La denominación de bloque o labio levantado y bloque o labio hundido hace referencia al movimiento
ascendente o descendente, respectivamente, que han experimentado los bloques situados a cada lado del
plano de falla.
En los mapas geológicos las fallas se representan como contactos mecanizados, no obstante, si se conoce
el tipo de falla se debe utilizar la simbología correspondiente para dotar al mapa de la información
disponible.
En una falla normal el bloque de techo desciende con respecto al bloque de muro. Este tipo de fallas se
representa con una línea que marca la posición de la falla con segmentos perpendiculares de menor
tamaño que señalan hacia dónde buza el plano de falla, es decir, indican la posición del bloque hundido.
En una falla inversa el bloque de techo asciende con respecto al bloque de muro. Este tipo de fallas se
representa con una línea con triángulos, que de nuevo señalan hacia dónde buza el plano de falla, y en este
caso indican la posición del bloque levantado.
En una falla de desgarre los bloques situados a ambos lados de la falla se mueven paralelamente a la
dirección de plano de falla, en la horizontal si se trata de un desgarre puro. Este tipo de fallas se representa
con una línea que indica la traza de la falla a la que le acompañan unas flechas que indican el sentido de
movimiento de los bloques de la falla. Los términos dextral o sinestral se utilizan para definir el tipo de
movimiento relativo de los labios de falla, en el sentido de las agujas del reloj o en sentido contrario,
respectivamente.
1.6. Pliegues
Un pliegue es una curvatura desarrollada sobre una superficie planar (estratos, cualquier tipo de foliación,
etc.) como resultado de la actuación de esfuerzos.
Normalmente es el eje del pliegue el que define los plegamientos en los mapas geológicos. De este modo,
los pliegues se representan mediante una línea que marca la intersección del plano axial con la superficie
del terreno, y unos símbolos (normalmente flechas) que nos indican hacia dónde buzan los flancos de la
estructura plegada y, por tanto, nos dan información sobre el tipo de pliegue del que se trata. En el caso de
un pliegue anticlinal las flechas divergen desde el eje del pliegue, indicándonos que se trata de un pliegue
convexo en el que los flancos buzan hacia fuera desde la línea de charnela. En el caso de un pliegue sinclinal
las flechas convergen hacia el eje del pliegue, ya que se trata de un pliegue cóncavo en el que los flancos
buzan hacia la línea de charnela.
Si los flancos del pliegue buzan en el mismo sentido, uno de ellos estará en posición normal y el otro en
posición invertida. De esta forma se puede diferenciar pliegue anticlinal con flanco invertido y pliegue
sinclinal con flanco invertido y sus símbolos son diferentes.
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En la figura se observa la traza de los contactos geológicos en un mapa de topografía plana, corte perpendicular y paralelo a la
dirección de los contactos. Se puede observar también la relación entre el espesor real, el espesor aparente y el buzamiento de los
estratos. (de Ragan, 2009)
En la mayoría de los mapas geológicos existe una topografía más o menos compleja que se debe considerar
para la correcta construcción e interpretación de los cortes geológicos. Cuando no hay símbolos en un
mapa que indiquen la orientación de los estratos, las fallas, etc., o estos son escasos, se puede deducir la
orientación de los elementos planares analizando los patrones de afloramiento o mediante la construcción
de contornos estructurales.
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Cuando se observa la traza en superficie de una capa, la morfología superficial es un aspecto relevante. Si la
topografía es plana, no importa la inclinación del plano que consideremos, la traza en superficie de ese
plano será una línea recta. Pero cuando la topografía deja de ser plana, la traza en superficie del plano se
torna curvilínea, tanto más cuanto menor buzamiento tenga el plano en cuestión.
Las relaciones entre el buzamiento y la topografía se han formalizado en una serie de reglas llamadas
conjuntamente Regla de la “V”, por la cuales se puede estimar directamente el sentido de buzamiento de
un plano a partir del modelo de afloramiento. Hay varios tipos diferenciados de patrones.
En el caso de capas verticales los contactos son líneas rectas y cortan la topografía sin desviarse. Los
contactos entre capas horizontales se encuentran a una altitud constante y por tanto serán paralelos a las
curvas de nivel. Los planos inclinados presentan contactos situados entre estos dos extremos. Cuanto
menos buzan más se acercan a las curvas de nivel y, cuanto más buzan la influencia de la topografía
disminuye.
Cuando un plano inclinado aguas arriba (a contra pendiente) atraviesa un valle lo hace trazando una "V"
con el vértice apuntando río arriba, es decir el sentido de buzamiento del plano siempre se dirige en el
sentido que marca el vértice de la "V".
Cuando se trata de planos inclinados río abajo (a favor de la pendiente) existen tres casos según la relación
entre el ángulo de buzamiento y el gradiente del valle.
Los contornos estructurales son la representación de superficies estructurales (techo o base de un estrato,
superficies de fractura, discordancias, etc.) mediante líneas de igual elevación con un intervalo vertical fijo
(equidistancia).
Son líneas de la misma altitud, similares a las curvas de nivel, excepto que se dibujan sobre la superficie de
una estructura geológica en lugar de sobre la superficie topográfica.
Cada una de las líneas representa la distancia vertical respecto a un plano de referencia dado, que
normalmente suele ser el plano horizontal. De este modo, un mapa de contornos estructurales muestra la
forma de la estructura.
Como características, los contornos estructurales de un plano son líneas rectas, paralelos a la dirección del
plano, paralelos entre sí y están igualmente espaciados si su intervalo es uniforme.
Basándose en la técnica de los contornos estructurales (o de las horizontales) se puede obtener la dirección
y el buzamiento de un plano (p.e. el techo de un estrato) a partir de su intersección con las curvas de nivel.
Como se indica en la siguiente figura, si tenemos un mapa con la topografía y la traza de una capa geológica
(figura izq.) identificamos dos puntos de la capa que intersecten con la misma curva de nivel (A y B en este
caso intersectan con la curva de nivel de 140 m). Por lo tanto, son dos puntos contenidos en el plano que
están a la misma cota y la línea de unión nos dará el contorno estructural de la capa a esa cota y la
dirección del plano (δ= N-S).
Buscando otro punto, C, situado a una cota menor (130 m), sabemos que el plano desciende desde la línea
que une A y B hacia C. La dirección de buzamiento será perpendicular a la dirección del plano y el sentido
de buzamiento nos lo indica la posición de C que se sitúa al E de AB. El ángulo de buzamiento lo podemos
obtener tanto gráficamente (trabajando a escala y proyectando los puntos A, B y C a sus respectivas cotas y
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uniendo esa línea, que nos marcara el muro, m), como por trigonometría, sabiendo que en la distancia
horizontal D el plano desciende 10 m. La orientación del plano sería: N0°/17°E. Si repetimos los pasos con
los puntos A´, B´y C´, podremos tener en corte la traza del techo, t.
Determinación del trazado cartográfico de una capa inclinada a partir de la dirección y el buzamiento.
Aplicación del Método de las horizontales
De una forma equivalente al ejemplo anterior, se puede hacer el ejercicio a la inversa y dibujar la traza en
superficie (es decir, como afloraría un plano) conociendo la dirección y el buzamiento de este.
En el siguiente ejemplo se representa un plano de orientación N45°O/20°NE que aflora en el punto A a 130
m. Lo primero que hacemos es trazar una línea de dirección N45°O que pase por el punto A, resultando el
contorno estructural de 130 m. A partir de aquí realizamos una construcción auxiliar que equivale a un
corte vertical, ortogonal a la dirección, donde, partiendo del punto A que sabemos que está a 130 m,
dibujamos el plano con los 20° de buzamiento hacia el NE. Usando la escala vertical y trazando paralelas al
plano horizontal cada 10 m obtenemos las intersecciones del plano con los sucesivos contornos
estructurales (u horizontales) que nos indican a qué cota encontraremos el plano en cada momento. De
este modo, proyectamos estos puntos de nuevo al mapa con la dirección de las horizontales (contornos
estructurales, N45°O) y obtenemos los puntos de afloramiento del plano en superficie en las cotas
correspondientes. Uniendo estos puntos tendremos la traza de la capa en superficie.
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Determinación de la dirección, buzamiento y trazado cartográfico de una capa inclinada a partir de los
datos de campo: el problema de los tres puntos.
Se traza una línea que une los dos puntos de máxima altura (A) y mínima altura (C), y viendo la diferencia
de altitud entre ellos se gradúa esta línea y se determina sobre la misma el punto correspondiente a la
altitud del punto intermedio B. Se une este último punto (situado sobre la recta) con el punto de
afloramiento B; la recta así trazada representa una horizontal de un plano (contorno estructural) de altitud
B (90 m en el ejemplo). Podemos seguir marcando los contornos estructurales del resto de cotas, que serán
paralelos a esta línea. La dirección de esta corresponde con la dirección del plano geológico (aprox. N
130˚E).
Para obtener el buzamiento (el plano se dirige desde las horizontales más altas hacia las más bajas) se traza
una perpendicular a la dirección, que representa la proyección de una línea de máxima pendiente ( en el
dibujo es la perpendicular entre dos horizontales) y sobre esta línea se abate el plano vertical que
determina el buzamiento, de forma que el otro cateto de este ángulo que se abate es la distancia vertical,
es decir, la diferencia de cotas entre 100 y 90 m (a la misma escala). El buzamiento es aproximadamente
30˚ NE.
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30º
Para obtener la traza del plano geológico se pintan las horizontales correspondientes a cada altitud y se
localizan los puntos de corte con la curva de nivel correspondiente. Se unen estos puntos.
1) Los cortes geológicos deben de tener igual escala vertical que horizontal. Esto puede resultar extraño a
aquellas personas acostumbradas a realizar perfiles topográficos para trabajos de carreteras, en los que la
escala vertical es mayor que la horizontal, o aquellos acostumbrados a ver los perfiles de rutas de montaña.
El hecho que en geología no se haga así, es porque en los cortes geológicos se utilizan ángulos
(buzamientos) y si las escalas fuesen distintas estos quedarían deformados y/o exagerados. En cualquier
caso, en terrenos de muy poco relieve puede aceptarse una exageración vertical x2 (doble), pero siempre
ha de tenerse en cuenta el hecho de que los ángulos de buzamiento de estratos, fallas, ejes de pliegue, etc.
se encuentran exagerados. Por tanto, éstos no se pueden obtener gráficamente a partir del mapa y se
necesitarán construcciones trigonométricas auxiliares para su determinación.
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3) Para representar las diferentes litologías se utilizarán las tramas geológicas que aparezcan en los
mapas, o en su defecto las convencionales. Las tramas que posean líneas a trazos o continuas deben de
representarse paralelamente a los planos de estratificación (es norma). En su defecto pueden utilizarse
colores, aunque estos se utilizan normalmente para indicar la edad de los materiales.
4) Por comodidad de dibujo se supondrá que los estratos pertenecientes a una misma serie sedimentaria
(sucesión) mantienen su potencia y poseen el mismo buzamiento, aunque en casos reales es raro que esto
ocurra. Por la misma causa, se supondrá que las trazas axiales, o ejes, de plegamiento poseen direcciones
paralelas a las de los estratos que se encuentran en sus flancos.
5) Para realizar un corte geológico se siguen tres pasos: a) Realización del corte topográfico a lo largo de la
línea de corte indicada. b) Proyección de los contactos geológicos que intersecten la línea de corte sobre la
topografía realizada en el paso anterior. c) Construcción de la geometría de los estratos en el subsuelo
apoyándonos en construcciones auxiliares (contornos estructurales).
Se presenta el siguiente mapa geológico y se pide realizar un corte según la línea A-A´.
En primer lugar, se realizará un perfil topográfico siguiendo los pasos ya vistos anteriormente. A
continuación, se marcan los puntos de intersección con la línea A-A´ (círculos rojos) y se trasladan al perfil,
con lo que tendremos en este los contactos entre los distintos estratos. Si unimos dos puntos de corte del
contacto entre estratos con la misma curva de nivel, tendremos el contorno estructural a esa cota, y su
corte con la línea A-A’ nos marcara el punto donde el contacto esta a esa profundidad. En el ejemplo de
marcan los contornos estructurales a 70 y 60 m. En el de 60 m se ha marcado la intersección de este con la
línea A-A’ con un punto rojo. La proyección de ese punto en el perfil nos marca el contacto a 60 m. La unión
entre el punto del contacto en superficie y este nos marca el contacto en el perfil y, por tanto, el
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buzamiento según el corte A-A´. El contacto del material superior (amarillo) es paralelo a las curvas de
nivel, lo que indica que es horizontal.
Referencias:
Giner, J.L., Canora, C., Rodríguez, E., Elez, J., Huerta, P., Silva, P.G., Bardají, T., Roquero, E. y Ortuño, M.
González (2009a). Mapas y cortes geológicos I. UAM. Proyecto GeoDocente
Giner, J.L., Canora, C., Rodríguez, E., Elez, J., Huerta, P., Silva, P.G., Bardají, T., Roquero, E. y Ortuño, M.
González (2009b). Mapas y cortes geológicos II. UAM. Proyecto GeoDocente
Casado, J.M, y Giner Robles, J.L. (2003). Geored. Innovación Docente, UAM. ISBN-13-978-84-7477-882-3.
Pozo, M., González Casado, J. y Giner, J. (2004). Geología Práctica: Introducción al reconocimiento de
materiales y análisis de mapas. Ed. Prentice-Hall, 352 pp.
Ragan, D.M. (2009) Structural Geology. An introduction to Geometrical Techniques, 4º Ed. Cambridge
University Press, 632 pp.
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