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Autores:
Rodrigo Riffo Parra Grado 2°
Claudio Crisóstomo Fonseca Grado 3°
Referentes Bibliográficos:
Estudios sobre la Francmasonería y el Compañerazgo. Edición 1973.
René Guénon, matemático, filósofo y metafísico francés (1886-1951)
Manual del Compañero de Oswald Wirth
Reflexiones de los autores
A.:L.:G.:D.:G.:A.:D.:U.:
Introducción
Sin embargo dicha claridad sólo podría ser posible si cada uno de vosotros ya ha
procesado la simbología del grado, pues es la edad, los viajes y sus respectivas
herramientas, además de lo más importante, vuestra perseverancia en Logia de
Compañeros, lo que os dará una visión conjunta como parte del cuadro.
De este modo la Estrella Flamígera, será luz para que, en un fecundo suelo, la
semilla fértil germine en las mentes y acciones de los hombres de inteligencia y
razón esclarecida; con una clara misión: la de depositar sus conocimientos en
tierras áridas carentes de sellos de virtud y que como un cuadro sabrán con
certeza ser portadores de dicha luz magnífica, constituyendo la quinta esencia, el
viaje en silencio y a manos libres.
Desarrollo
Es por ello que la “reflexión” adquiere en el cuadro un valor muy elevado. Basta
sólo con citar que deberíamos ser discretos en demasía, más aún frente a
nuestros propios congéneres y no sencillamente fiadores de una verdad en
particular, la cual podría considerarse un secreto, pero que no es tal si es
observada con prudencia, templanza, justicia y fortaleza; y por sobre todo
honestidad.
El cuadro del compañero masón está llamado a explorar también en sus cinco
sentidos, pero más aún en detenerse en forjar un sentido interior lo que implica
despojarse de todo estímulo exterior para cifrar la atención en lo que llevamos
dentro espiritualmente y en consecuencia darnos cuenta de cuáles son nuestras
propias limitaciones de consciencia, las que de por si son reales y estamos todos
llamados a superar progresivamente.
Podría decirse que el compañero masón ha sido llamado a ser “el conocedor de
todo lo conocible”, que dicho conocimiento es en si, intuitivo y que conforme a la
condición de animales superiores puede llamarse inteligencia. Como seres
intuitivos no significa de ninguna manera que estemos en contraposición a la
razón, de la cual al contrario nos servimos para expresar, de una manera u otra y
en la medida en que ello sea posible, los resultados una actividad propia del
compañerazgo, “el reflejo de los principios de la orden en el mundo profano”.
Hemos ya en este trazado hecho breves esbozos de lo que podría ser descrito
como “El Cuadro del Compañero”, sin embargo no podemos dejar de hacer
mención a que los grados en nuestra amada Orden, no operan en nuestra
existencia por si sólos, sino que se integran recíprocamente. El recorrido del
compañero no está exento de dificultades, pero ha de ser menester hallarlas y
darles solución. De la misma manera que como perseverantes aprendices vamos
sorteando obstáculos y que en el grado de compañero, el solo hecho de intentar
triunfar al avanzar, es decir, intentar adquirir una capacidad mayor con la ayuda
del conjunto de símbolos y alegorías, además de la inestimables presencia de
cada uno de vosotros QQ:.HH:. provocar que la fuerza sea aún mayor, pero ya, de
forma colectiva y desprendernos del egoísmo natural del ser humano.
Pero para ello deberíamos velar por asimilar el conjunto de componentes que
posee el “Cuadro del Compañero” y muchas veces, en franco proceso de
aprendizaje, detalles de valor incalculable pueden quedar en el camino. Es por
esto que os nos permitimos señalar, que en cada espacio que se ocupa se juega
un rol, y que dicho rol es determinante no tan sólo de manera individual sino que
con mucho mayor fervor, en el compartir de las experiencias de otros. Con lo
anterior la Cámara de CC:. es una de las instancias más enriquecedoras que
hemos vivido, descubriendo en ella que nuestra voluntad es determinante y hemos
sido prolijos en hacer calzar las piedras cúbicas, constituidas en cada uno de los
que conformamos “El Cuadro del Compañero”.
Conclusiones:
Tarea no menor fue la de aunar información sobre el Cuadro del Compañero y así
como el Universo mismo, que es inmenso y está en expansión, el cuadro podría
señalarse no posee dimensiones físicas claras. Lo más importante es que está
constituido por todos y cada uno de vosotros.
La idea que para uno ha sido la más rescatable es aquella que versa sobre la
capacidad de “Control por sobre si mismos” que se atribuye al grado. Sin ese
control no seríamos capaces de asimilar la cantidad de senderos que se pueden
explorar en el cuadro para ser perseverantes, asiduos y constantes.
Me permito citar a René Guénon, quien dedicó gran parte de su vida al estudio de
las religiones y creencias Orientales, para de ese modo dilucidar los fenómenos de
Occidente, su sociedad y aquellos males que la afectaron durante los primeros
cincuenta años del siglo XX. Resulta increíble encontrarse con visiones de
progreso individual que a la luz de otros seres humanos, podrían generar grandes
cambios y donde el libre albedrío, por ejemplo, adquiriría otro significado.
Es por ello que El Cuadro del Compañero no deja de ser un conjunto dentro de un
conjunto u organización, que por definición es ética, filosófica e iniciática. Y en ese
marco todo lo que se relativiza a la filosofía, podría ser parte de la vida de todos y
cada uno, sin necesariamente caer en lo academicista o teórico, sino mejor aún
sencillamente ejerciendo el acto de pensar reflexivamente sobre lo vivido…
S.:F.:U.: