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A. · .L. · .G. · .D.· .G. · . A. · . D. · .U. · .

S. · .F. · .U. · .
G.· .L.· .R.· .Y.· .B.· .

Resp.· .Log.· .Simb.· .Santa Cruz N° 24

Plancha N°23- “EL TEMPLO INTERIOR”

El cosmos se refleja en el templo, el templo en la logia y el iniciado


masón en esta; la logia en definitiva es el lugar donde cielo y tierra se
encuentran. Deviniendo un soporte para la meditación y un espacio
sagrado, separado del mundo profano, tanto en tiempo como en el
espacio.

La Masoneria es una institución que desde sus orígenes ha adoptado el


simbolismo como su método de enseñanza, logrando perpetuar la
sabiduría más antigua y entregarla a los masones para que a través de
su estudio y comprensión obtengan de ella sus beneficios más
profundos, para bien de nosotros mismos y de la humanidad, es pues
en este sentido un DEBER DE CADA MASON COMPRENDER LOS
SINBOLOS QUE LA INSTITUCION ENCIERRA Y ENTRE ELLOS UNO DE
GRAN IPORTANCIA PARA LA ORDEN QUE ES EL TEMPLO.

La Masoneria puede considerarse una puerta de acceso al templo


interior del mismo modo que hay varias puertas en una catedral. Hay
varias vías para acceder al templo interno humano, son la acción, la
contemplación y la devoción, podemos elegir como queremos adornar
nuestro templo interior. Decidimos cual es la vía, el camino determinado
a seguir para construir nuestro templo. El primer paso será el
conocernos a nosotros mismos. Si uno hace un esfuerzo real por
conocerse y comprenderse a sí mismo, sus motivaciones y sus
comportamientos, la vida se encargara de proporcionar las experiencias
que le ayudaran a su aprendizaje. Por medio de la conciencia y los
sentidos percibimos el mundo, esta percepción permite tener la
necesaria experiencia que van conformando el ALMA. El trabajo de
edificar el templo interior puede contemplarse como una batalla o
conflicto interior del alma en el trabajo de conocernos a uno mismo, la
devoción es una emoción que nos permite aspirar a los más altos
ideales. La contemplación es la visión, no por los sentidos, si no por el
espíritu de la esencia de las cosas. Si estas son las tres vías para
construir el templo, tres son los pilares que lo sostienen:

La FE, la ESPERANZA y la CARIDAD.

La FE es una certidumbre que no se comprende, el no buscar


respuestas racionales, al querer que la gracia de Dios sea efectiva.

La ESPERANZA es el aliento que te obliga a renovarte sin cesar.

La CARIDAD es compartir los progresos hechos en el camino. Esta


unión de ideas da sentido a la fraternidad. La fe da valor al ritual, la
esperanza aviva el esfuerzo de la devoción, la caridad empuja a
compartir los objetivos y resultados de la contemplación.

Cada masón haya en el templo la fraternidad el valor de su propia vida.


Este templo de la fraternidad se construye lentamente a través de los
siglos, de manera que cada operario es una piedra viva del templo. A
Dios se le rinde culto construyendo una sociedad con leyes humanas
asumidas en conciencia. Esa sociedad se convierte entonces en templo
del Gran Arquitecto del Universo. Partiendo del templo interior el Mason
podrá colaborar en la construcción del templo exterior, social, buscando
la armonía con el gran templo cósmico. La ilusión del proyecto da valor
a la vida, los constructores van muriendo y mueren con gozo, aunque
saben que han participado en el proyecto de un futuro del que no van a
disfrutar.

La edificación del templo interior es precisamente la reconstitución del


hombre verdadero por medio de su perfeccionamiento, desapareciendo
todos los velos que son obstáculos y que disimulan a sus ojos de la
verdad real; el Egocentrismo del cuerpo se subordina al teocentrismo
del espíritu; el hombre ha perdido su unidad original y se encuentra
como descentrado; la iniciación lo torna a su sitio que le devuelve,
elevándole según la vertical que une al hombre con el cielo.

La finalidad última de la Masoneria, como orden iniciática, es espiritual;


aunque muchos de sus miembros actuales lo ignoren, el simbolismo
masónico nos indica claramente que su objetivo sería la construcción
de un templo en el interior de cada iniciado, tallando, o trasmutando esa
piedra bruta que hay en el fondo del ser Humano. En otras palabras
buscar su perfeccionamiento a través de un proceso de iniciación
espiritual que conduciría al masón a cumplir su deber de buscar la
transformadora palabra perdida, oculta en el fondo de nosotros mismos,
valiéndose de métodos, rituales y símbolos. Es precisamente en el
significado profundo de sus símbolos, signos y alegorías, que
permitirían trascender nuestras limitaciones y condicionamientos
mentales, donde reside el gran secreto de la Masoneria.

En nuestros trabajos de logia escuchamos constantemente la idea de la


constricción individual, pero sabiendo que el templo simbólico es el
prototipo que debemos utilizar para la construcción individual, tomamos
en cuenta el simbolismo de cada elemento del templo simbólico al
construir nuestro templo interior, es pues el objetivo del presente
trazado, examinar los símbolos encontrados en el templo y como estos
pueden ayudar a construir nuestro templo interior.

Nuestro templo interior debe ser levantado sobre sólidos cimientos


como lo son en el caso del templo simbólico las tres columnas
principales que lo sostienen: la SABIDURIA, la FUERZA y la BELLEZA.
Estas columnas están representadas por el V:.M:. el P:.V:. y el S:.V:.
Construir nuestro templo sobre estas columnas significa que debemos
desarrollar la sabiduría a través del interés por el estudio y la búsqueda
de la verdad, a fin de obtener un cumulo de conocimientos que nos
permita liberar nuestro pensamiento y actuar con prudencia, sensatez y
templanza; debemos utilizar la fuerza de la constancia y del espíritu para
sostener esta obra recordando que la fuerza espiritual es capaz de
lograr hazañas que ni las maquinas puede realizar. Finalmente todo
Francmasón debe embellecer constantemente su templo no solo
físicamente a través del cuidado y el estudio de su cuerpo sino que
además debe desarrollar cualidades como la moralidad, la solidaridad,
el amor a la justicia y la honradez que hacen que la belleza brote desde
su interior.

Durante la ceremonia de iniciación, el V:.M:. le ordena realizar su primer


trabajo cobre la piedra bruta, al recién iniciado, es conducido entonces
al pie de las gradas del oriente y un Hermano le hace poner la rodilla
derecha sobre la primera grada, le da un martillo y un cincel y le enseña
como golpear la piedra bruta por tres veces, todo el trabajo del primer
grado esta condensado en este pasaje de la ceremonia de la iniciación,
además del simbolismo que contiene es claro y rotundo el mensaje:
HAY QUE CONCENTRAR TODA NUESTRA ATENCION A NUESTRA
PIEDRA, DANDOLE A ESTE TRABAJO UNA PRIORIDAD ABSOLUTA;
hay que usar el mazo y el cincel, la fuerza y la sutileza, la voluntad y la
inteligencia, nuestra mano izquierda y nuestra mano derecha. Este es el
trabajo básico del Mason, el acto primordial sin cuya ejecución ninguna
otra promesa de realización puede hacerse efectiva. No puede ser
sustituido por algún otro trabajo físico o intelectual y es la puesta en
gesto y en escena de la máxima CONÓCETE A TI MISMO. Devastar la
piedra bruta significa entonces eliminar la identificación con todo lo que
ese personaje representa, para descubrir debajo cualidades, aptitudes,
tendencias, sentimientos que no tenían cabida anteriormente en lo que
creíamos ser. Esto tiene una resonancia épica o real por la cual
tendemos a superarnos, a perfeccionarnos y ejerciendo un control
sobre nuestras mentes y emociones, fruto del poder y de la libertad que
da el auto conocimiento.

La materia prima fundamental con la que construiremos nuestro templo


es la piedra, en el templo la encontramos en su estado primitivo y
también pulida. La piedra bruta representa nuestro estado de
imperfección, nos es inútil para nuestro propósito de levantar un
templo, debemos primero pulir con sabiduría la piedra de nuestra
personalidad y de esta forma obtendremos el material adecuado para la
construcción de un Templo sólido y perdurable.

La construcción de este templo demanda sacrificio, trabajo, constancia


y estudio incansable. Es una tarea dura ya que el cambio de actitud que
la M:. nos exige, no se lo consigue de la noche a la mañana. Debo
reconocer que la construcción de mi templo se encuentra apenas en sus
inicios, pero he dado un paso importante al comprender que la
Masoneria no escogió al templo de salomón por su historia, su aspecto
o su solemnidad, sino que lo importante son las enseñanzas que su
simbolismo encierra dentro de sus paredes de la cual obtenemos la
sabiduría para la construcción del templo interior.

Los masones somos constructores por ello debemos asumir esta


actitud y aceptar que esta es una labor que requerirá de mucho tiempo,
interminable tal vez, comprendiendo que la Masoneria no es una
institución egoísta, que no pretende únicamente el perfeccionamiento
de sus miembros sino que sean ellos quienes perfeccionen a la
sociedad. Así, los hombres forman familias y las familias forman
sociedades, es deber del masón buscar que perfeccionamiento
individual y transmitirlo hacia su familia haciendo de su hogar un
templo consagrado al amor, a la unión y a la moral.

Construyamos queridos hermanos este templo individual y este templo


familiar con entusiasmo y constancia pues son ellos las bases de una
sociedad masónica con la que todos soñamos y por la que debemos
luchar.

v. · .de Santa Cruz, 07 de Abril de 2014. e.· .v. · .

A. · .M. · .José Morales Miranda

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