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1717-Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial, Quinta Sala, Juicio: “Mapfre Paraguay

Compañía de Seguros S.A. c/ Pedro Manuel Ojeda Boggino y Otros s/ Cobro de Guaraníes”. (Ac.
y Sent. N° 116)
Legislación citada: Código  Civil: 1616
TEXTO COMPLETO:
Asunción, 03 de diciembre de 2018.
Previo estudio de los antecedentes del caso, el Tribunal resolvió plantear y votar las siguientes:
Cuestiones:                            
¿Es nula la sentencia apelada?
¿Se dictó esta conforme a Derecho?
Practicado el sorteo de ley resultó el siguiente orden de votación: Carmelo A. Castiglioni, Linneo
Ynsfrán Saldívar y Antonia López de Gómez.
A la primera cuestión planteada el Dr. Carmelo A. Castiglioni, en cuanto al Recurso de Nulidad,
dijo: Este recurso fue interpuesto por los recurrentes contra la S.D. N° 049 de techa 08 de marzo
de 2018, y su aclaratoria la S.D. N° 090 de fecha 11 de abril de 2018, por los respectivos
representantes de las partes, pero, ninguno de ellos lo ha fundamentado y, al comprobarse que no
existe vicio alguno que amerite la nulidad de oficio corresponde declarar desierto este recurso
para todos los recurrentes. Es mi voto.
A sus turnos los Magistrados Linneo Ynsfrán Saldívar y Antonia López de Gómez,  manifestaron
adherirse a la opinión del preopinante, por los mismos fundamentos.
A la segunda cuestión planteada el Dr. Carmelo A. Castiglioni en cuanto al Recurso de Apelación
prosiguió diciendo: Se agravian las partes recurrentes contra la S.D. N° 049 de fecha 08 de marzo
de 2018, y su aclaratoria la S.D. N° 090 de fecha 11 de abril de 2018.
Que, las sentencias recurridas resuelven una demanda por daños y perjuicios derivada de un
accidente de tránsito y de la cual la parte actora, por subrogación legal en los derechos de su
asegurado, demanda contra, quien supuestamente fue el responsable del accidente, los
demandados, Pedro Silvestre Ojeda López y Pedro Manuel Ojeda Boggino.
Por otra parte, la actora reclama que la imposición de las costas sea a la perdidosa La Consolidada.
En cuanto que la aseguradora, La Consolidada SA de Seguros citada en garantía de su asegurado, el
vehículo de su demandado, apela también por la imposición de las costas alegando haberse
allanado a la citación que, por eso, no corresponde cobrarle las costas basadas en que al hacerlo
depositó el importe del seguro.
Por último se agravia la parte demandada que representa a los señores Pedro Silvestre Ojeda y
Pedro Manuel Ojeda Boggino, quienes son los demandados por haber sido protagonistas del
accidente que motiva la demanda, uno, por supuesta responsabilidad subjetiva y, el otro por
supuesta responsabilidad objetiva como dueño del vehículo, argumentando éstos, en su
apelación, que la responsabilidad por el accidente de tránsito era del asegurado de la parte actora
y que, por tanto, el asegurador no puede reclamar derecho alguno por subrogación. Sin embargo,
en su agravio no objeta el monto de la indemnización y su apelación la basa exclusivamente en la
no responsabilidad por el accidente de los demandados, poniendo la responsabilidad en el
asegurado de la parte actora y que, por tanto, no debe responder a la demanda por subrogación.
Su agravio se centra básicamente en la culpa, aduciendo que ésta era solo del asegurado de la
parte actora. Por lo tanto, corresponde analizar la justicia del fallo de acuerdo a los argumentos
que expone en cuanto a la forma que ocurrió el accidente de tránsito para establecer si quien fue
el culpable del accidente ocurrido.
I) ¿EXISTE SUBROGACIÓN DE LA ASEGURADORA PARA DEMANDAR INDEMNIZACIÓN? El
demandante, que es una aseguradora, pretende se subroga legalmente por haber pagado a su
asegurado y que, siendo así, ocupa el lugar de éste. La alegación de la parte demandada, que
existen dos recibos de pago no significa que solo valga el primero eme es por una suma mucho
menor, sino que generalmente estos recibos llevan una clausula impresa, lo cual no quiere decir
que la subrogación debe hacerse por la suma menor ni de fecha anterior, sino} por la suma pagada
efectivamente como indemnización por el contrato de seguro, y esto último está probado con la
pericia contable del perito Juan Carlos Villalba Hachen, que obra por cuerda separada y cuyo
informe concluye que se pagó efectivamente la suma reclamada y es ese hecho el que subroga a la
aseguradora. Pero, además la Superintendencia de Seguros informa a fojas 296, que
efectivamente fue pagada la suma que la parte actora pretende subrogar por el importe pagado.
Que, el artículo 1616 del C.C., establece que la subrogación es por el monto pagado y es el límite
de la subrogación y la cual es el monto efectivamente pagado, porque no es el recibo que da la
subrogación, que solo es una prueba más, sino el pago real porque es una subrogación de
categoría legal, por lo tanto, al ser legal la subrogación, a diferencia de la subrogación
convencional, lo válido para subrogar es el monto efectivamente pagado como indemnización por
el contrato de seguro y, en este caso, le da autenticidad a la pericia el informe de
Superintendencia de Seguros (fojas 296), que confirma el pago del monto reclamado. Por otra
parte, lo que da derecho a subrogar es el pago real de la indemnización al asegurado y eso está
probado en autos, por lo tanto, desde el punto de vista formal, eso da derecho a subrogar a la
aseguradora en los términos del Art. 1616 del C.C.
II) QUIEN TUVO LA CULPA EN EL ACCIDENTE? La subrogación desde la cuestión de fondo se
analizará seguidamente. El agravio tiene como único punto central atribuirle la culpa al asegurado
del demandante, entonces, el tema básico a resolver es determinar quién fue el culpable del
accidente ocurrido. Si el culpable fue el asegurado del demandante no puede subrogarse en el
derecho que así no existiría. Pero, si el culpable fue el vehículo del demandado, estos deben
responder por la subrogación legal invocada.
El apelante sostiene que el verdadero culpable fue el conductor del vehículo del asegurado de la
parte actora alegando que:
a) circulaba a alta velocidad el asegurado del demandante, sin embargo, las pericias
accidentológicas están contestes en que la velocidad del mismo era 38,7 Km por hora y que la
velocidad del vehículo  del demandado era de 56,29. O sea, la pericia accidentológica, la cual es la
prueba válida para demostrar la velocidad que no puede demostrarse por testigos y que en este
caso los peritos sostienen, en mayoría, que la velocidad del vehículo del asegurado del
demandante estaba dentro del rango normal. Por el contrario, la misma prueba a fojas 275 el
perito tercero nombrado por el Juzgado señala que quien venía a mucha velocidad era el
automóvil del demandado, pues señala que cruzó la bocacalle a 56.29 Km por hora, que supera el
rango normal para cruzar una bocacalle que tiene lomada en la entrada de la bocacalle por donde
circulaba. Con esta prueba esta desmentida el argumento de la alta velocidad del asegurado del
demandante que, desde luego, según la pericia estaba muy lejos por debajo de los 80 Km., por
hora que alega la parte demandada, conforme afirmó la parte demandada. No hubo la alta
velocidad del asegurado del demandante.
b) refiriéndose al accidente con relación al vehículo del demandado, el apelante  sostiene que: “Al
automóvil de mi principal que ya estaba cruzando más de la mitad de la calle; el mismo se
encontraba a un velocidad de 80 km por hora lo que lleva a no tener el control total de su
vehículo”. En otra parte de su escrito, agrega. En otro argumento sostiene que: “Que el mismo ya
había cruzado la mitad de la bocacalle y en este caso él tiene el paso preferencial es el que está
más avanzado en la intercesión también es importante mencionar que en ese momento no existía
el cartel de “PARE”. Agrega el mismo apelante que: “No hay aplicación posible a normas de
preferencia de paso cuando la aparición en la bocacalle no es simultanea pues uno de los
vehículos, el automóvil Chevrolet de mi principal ya estaba trasponiendo la bocacalle cuando que
el que embistió aún no había llegado a ella” En otra parte sostiene que: “Ambas calles eran
preferenciales en virtud a que la calle fue señalizada recién en la segunda quincena del año 2016”.
Es un error del apelante al decir que: “No hay aplicación posible a normas de preferencia de paso
cuando la aparición en la bocacalle: no es simultanea pues uno de los vehículos, el automóvil
Chevrolet de mi principal ya estaba trasponiendo la bocacalle cuando que el que embistió aun no
había llegado a ella”. Yerra en su criterio el apelante. No es quien llega Primero a la bocacalle
quien obtiene la preferencia cuando ambas son de la misma categoría. En este caso se aplica la
preferencia de cruce al que viene por la derecha y el vehículo del asegurado apareció por el lado
derecho del vehículo del demandado con el agravante de que la calle por donde circulaba el
vehículo del demandado tenía la lomada reductora de velocidad, y, aunque en ese entonces, aún
no existía el letrero de “PARE”, la preferencia de cruce era de quien apareció por la derecha,
aunque no haya sido simultáneo, pues al verlo venir debió esperar para lo cual el vehículo del
demandado debió reducir la velocidad al acercarse a la bocacalle y asegurarse de que por su
derecha no venga ningún vehículo, y al no hacerlo así, él es el culpable del accidente, pues su
actuar no fue prudente. Al respecto, el perito tercero sostiene que el que aparece por la derecha
tiene preferencia de cruce y, desde luego, es lo que establece el Art. 116 de Reglamento de
Tránsito. Y, esta es la norma aplicable al caso, además, los dictámenes de las pericias no fueron
cuestionadas al momento de darse explicaciones por los peritos y tampoco el apelante nada dijo
objetando en esta instancia sobre la pericia accidentológica y ésta es la prueba fundamental, que,
por otra parte, de hecho esta corroborada por el propio testigo de la parte demandada que al
mirar el croquis y detallando las posiciones del accidente, éste lo acepta.
Lo fundamental es que las pericias no fueron objetadas al momento de que los peritos dieron
explicaciones y la parte apelante tampoco alegó nada en esta instancia al respecto de la pericia
accidentológica, por lo tanto, la prueba pericial es la que tiene valor de prueba. Al no ser objetada
las pericias realizadas (respecto de quien tiene la culpa), especialmente el darse las explicaciones e
impugnarla en ese momento y no alegar nada al respecto en esa instancia, eso hace que se valide
la prueba pericial realizada en mayoría, pues en apelación tampoco se objetó la pericia. Entre la
prueba de testigo y la pericia, prevalece la pericial, pues la velocidad del vehículo no puede dejarse
librado a la apreciación subjetiva, que es variable, según el interés del testigo.
Por el contrario, el perito del demandado, el Lic. Mario Escobar Acuña, yerra  al firmar que: “Si
bien el derecho de paso corresponde prorrogativamente al que circula por la calle Andrade, ese
derecho lo pierde cuando el que circula por la calle adyacente gana la bocacalle, por lo que se
deduce que el participante 1 no cumplió con el deber ser considerando las prioridades de paso y
cruce”. Se refiere como participante 1 al vehículo de asegurando del subrogado y yerra, porque no
es la velocidad la que define la preferencia de cruce, sino que la ley dispone que en igualdad de
categoría tiene preferencia de cruce el que viene por el lado derecho, aun cuando no lleguen al
mismo tiempo, de lo cual debe entenderse que al transponer a 56,2 km, por hora el vehículo del
demandado, era éste quien debió tomar las precauciones del caso para el cruce y no lo hizo al
hacerlo a una velocidad no prudencial de 56,2 Km por hora. Y, no respetar al que circulaba por su
lado derecho además, adelantarse en bocacalle a otro vehículo, lo cual agrava la infracción, pues
ésta última es gravísima.
Por otra parte, cruzar adelantando a otro vehículo en una bocacalle y, a una velocidad no
prudencial, como consta en autos, pone la culpa en los demandados por responsabilidad civil
subjetiva y responsabilidad civil objetiva. Y, son relevantes las declaraciones de los testigos de la
propia parte demandada, al reconocer el croquis de fojas 106 de autos que confirma como ocurrió
el hecho y la culpa del demandado. El hecho de ser los propios testigos de la parte demandada
quienes aseveran y confirman que dicho croquis de fojas 106, preparado por la propia parte
demandada, es la cómo ocurrió el hecho, hecha por tierra todas las otras alegaciones sobre el
punto.
En síntesis: de las probanzas de autos surge que la culpabilidad por el accidente ocurrido, es la
base de la demanda, corresponde al vehículo del demandado, por darse los presupuestos de
responsabilidad civil, subjetiva y objetiva y, entonces, validar la subrogación que así es legítima.
c) El sentido de la calle Andrade era de doble sentido, pero está probado por la pericia que no.
Como sea, aunque fuese así, eso no altera la preferencia de cruce, pues la calle Bernardino
Caballero está comprobado que,- al momento del accidente tenía una lomada, que es un reductor
de velocidad, pero aun así cruzó a 56,2 Km por hora y se adelantó a otro vehículo que circulaba en
la misma dirección y sentido, falta gravísima adelantar en la bocacalle, y a una velocidad no
prudencial.
Por otro lado, la parte actora se agravia de las costas, por tanto, corresponde analizar
primeramente, el argumento de la parte demandada.  Corresponde, otorgarla a cargo de la
perdidosa por aplicación de la regla general y no existe motivo para otorgarla en el orden causado.
También se agravia de la sentencia el representante de la Consolidada S.A. de Seguros. El
representante de la Consolidada de Seguros se allanó y depositó el importe del seguro, pero no lo
hizo con carácter de pago, por tanto, debe responder por los accesorios y debe confirmarse la
sentencia en ese punto, dado que hizo la consignación sin carácter de pago. En cuanto a las costas,
la parte perdidosa debe pagarla, por ser la regía general y no existe comprobación de que
corresponda alguna exención.
Que, la parte de la sentencia recurrida que impone el monto no fue objeto de agravio, al no
señalarse ningún argumento para modificarla.
Por lo expuesto, voto por la confirmatoria de la S.D. N° 045 de fecha 08 de marzo de 2018, y su
aclaratoria la S.D. N° 090 de fecha 11 de abril de 2018. Y, modificar el punto cuarto que impone las
costas a la Consolidada S.A. de Seguros, en razón de que la consignación no se hizo con carácter de
pago. Es mi voto.
A sus turnos los Magistrados Linneo Ynsfrán Saldívar y Antonia López de Gómez, manifestaron
adherirse a la opinión del preopinante, por los mismos fundamentos.
Con lo que se dio por terminado el acto, firmando los Señores Miembros de conformidad, todo
por ante mí de que certifico, quedando acordada la sentencia que sigue de inmediato.
VISTO: lo que resulta de la votación que instruye el acuerdo precedente y sus fundamentos, el
Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial, Quinta Sala; Resuelve: 1. DECLARAR DESIERTO el
recurso de nulidad a los recurrentes. 2. CONFIRMAR la S.D. N° 049 de fecha 08 de marzo de 2018,
y su aclaratoria la S.D. N° 090 de fecha 11 de abril de 2018, dictadas por el Juzgado de Primera
Instancia en lo Civil y Comercial del Séptimo Turno, de la Capital. Y, modificar el punto cuarto,
imponer las costas a la Consolidada S.A. de Seguros, en razón de que la consignación no se hizo
con carácter de pago. 3.-ANOTAR, registrar, notificar y remitir copia a la Excelentísima Corte
Suprema de Justicia. Ante mí: Dr. Linneo Ynsfrán Saldívar, Abog. Antonia López de Gómez y  Dr.
Carmelo A. Castiglioni, Miembros; Abog. Federico Miller Tellechea, Actuario Judicial.

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