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1. ICONOS E HIPOICONOS
determinar a un Tercero respecto a esa relación. Todo esto debe ser igualmente
verdadero respecto a los Terceros de los Terceros, y así indefinidamente; y esto, y
más, está implicado en la idea común de Signo; y tal y como se usa aquí el
término Representamen, no está implicado nada más. Un Signo es un
Representamen con un Interpretante mental. Posiblemente puede haber
Representamenes que no sean Signos. De este modo si un girasol, al girar hacia
el sol, llega a ser por ese mismo acto completamente capaz, sin ninguna otra
condición, de reproducir un girasol que gira hacia el sol de una forma
exactamente correspondiente, y de hacerlo con el mismo poder reproductivo, el
girasol llegaría a ser un Representamen del sol. Pero el pensamiento es el modo
de representación principal, si no el único.
2.280 Que los iconos de clase algebraica, aunque normalmente muy simples,
existen en todas las proposiciones gramaticales ordinarias es una de las verdades
filosóficas que la lógica booleana saca a la luz. En toda escritura primitiva, como
los jeroglíficos egipcios, hay iconos de clase no-lógica, los ideogramas. En la
forma de habla más temprana, había probablemente un gran elemento de
imitación. Pero en todas las lenguas conocidas, tales representaciones han sido
reemplazadas por signos auditivos convencionales. Estos, sin embargo, son tales
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que solo pueden explicarse mediante iconos. Pero en la sintaxis de cada lengua
hay iconos lógicos de los que son ayudados por reglas convencionales.
Signos:
● Iconos
● Índices
● Símbolos
relacionadas unas con otras y con la clase general de signos, como realmente lo
están, de una forma general. Cuando en álgebra escribimos ecuaciones una
debajo de otra en un orden regular, especialmente cuando ponemos letras
parecidas para coeficientes correspondientes, ese orden es un icono. Éste es un
ejemplo:
Este es un icono en tanto que hace que parezcan semejantes las cantidades
que están en relaciones análogas con el problema. De hecho, toda ecuación
algebraica es un icono en tanto que exhibe por medio de los signos algebraicos
(que en sí mismos no son iconos), las relaciones de las cantidades implicadas.
Puede cuestionarse si todos los iconos son semejanzas o no. Por ejemplo, si
se exhibe un hombre bebido para mostrar, por contraste, la excelencia de la
templaza, eso es ciertamente un icono, pero puede dudarse si es o no una
semejanza. La cuestión parece algo trivial.
de sol o un reloj normal indican la hora del día. Los geómetras señalan con letras
las diferentes partes de sus diagramas y luego usan esas letras para indicar esas
partes. Las letras son usadas de forma similar por abogados y por otras personas.
De este modo, decimos, si A y B están casados uno con otro y C es su hija
mientras que D es hermano de A, entonces D es tío de C. Aquí A, B, C y D
cumplen la función de pronombres relativos, pero son más convenientes puesto
que no requieren una colocación especial de las palabras. Un golpe en la puerta
es un índice. Cualquier cosa que centra la atención es un índice. Cualquier cosa
que nos sobresalta es un índice, en tanto que señala la unión entre dos porciones
de la experiencia. De este modo una explosión tremenda indica que algo
considerable sucede, aunque no sepamos exactamente cuál es el evento, pero
puede esperarse que se conecte con alguna otra experiencia.
2.286 Un barómetro bajo con un aire húmedo es un índice de lluvia. Esto es,
suponemos que las fuerzas de la naturaleza establecen una conexión probable
entre el barómetro bajo con aire húmedo y la lluvia que viene. Una veleta es un
índice de la dirección del viento porque en primer lugar toma realmente la misma
dirección que el viento, de modo que hay una conexión real entre ellos y, en
segundo lugar, estamos constituidos de tal modo que, cuando vemos una veleta
señalando en una cierta dirección, nuestra atención se centra en esa dirección y,
cuando vemos la veleta girando con el viento, somos forzados por la ley de la
mente a pensar que esa dirección está conectada con el viento. La estrella polar
es un índice, o un dedo que señala, que nos muestra cuál es el norte. Un nivel de
aire o una fluctuación del plomo es un índice de la dirección vertical. Una vara
para medir una yarda podría parecer a primera vista un icono de una yarda, y así
sería si simplemente se pretendiera mostrar una yarda tanto como puede verse y
estimarse que es una yarda. Pero el propósito mismo de una vara de una yarda es
mostrar una yarda más allá de lo que puede estimarse por su apariencia. Eso lo
hace como consecuencia de una comparación mecánica exacta hecha con la barra
que está en Londres y que se denomina la yarda. De este modo, es una conexión
real la que da a la barra de una yarda su valor como representamen, y por lo tanto
es un índice y no un mero icono.
(A)
(de A) (A)
(su hermano (de B)) era más injusto consigo mismo, (B) que con su
(de A)
(de C)
Pero esto no les convierte en iconos de ninguna manera importante, pues no tiene
importancia cuál sea la forma de las letras A, B y C o cuáles sean las
terminaciones. La circunstancia importante no es meramente que una ocurrencia
de una A sea como una ocurrencia anterior, sino que se comprenda que letras
semejantes estarán por la misma cosa, y esto actúa como una fuerza que dirige la
atención desde una ocurrencia de A a la anterior. Un pronombre posesivo es un
índice de dos maneras: primero indica al poseedor y, segundo, tiene una
modificación que sintácticamente dirige la atención a la palabra que denota la
cosa poseída.
2.289 Junto con tales instrucciones indéxicas de qué hacer para encontrar el
objeto significado, deberían clasificarse esos pronombres que se denominarían
pronombres selectivos [o cuantificadores] porque informan al oyente de cómo ha
de elegir uno de los objetos propuestos, pero que los gramáticos denominan con
la tan indefinida designación de pronombres indefinidos. Dos variedades de estos
son particularmente importantes en lógica, los selectivos universales tales
como quivis, quilibet, quisquam, ullus, nullus, nemo, quisque, uterque, y en
castellano "algún", "cada", "todo", "no", "ningún", "cualquier cosa", "cualquiera",
"todo", "alguien", "nadie". Estos significan que el oyente tiene libertad para
elegir cualquier caso que quiera dentro de los límites expresados o comprendidos,
y la afirmación ha de aplicarse a ese caso. La otra variedad lógicamente
importante consiste en los selectivos
particulares, quis, quispiam, nescio, quis, aliquis, quidam y en castellano "algo",
"alguno", "alguien", "un", "cierto", "uno u otro", "adecuado", "uno".
Junto con los pronombres anteriores están expresiones tales como "todos
menos uno", "uno o dos", "unos pocos", "casi todos", "todos los demás", etc.
Junto con los pronombres han de clasificarse los adverbios de lugar y tiempo, etc.
No muy diferentes a estos son "el primero", "el último", "el séptimo", "dos
tercios de", "miles de", etc.
2.299 En los tres órdenes de signos, Icono, Índice, Símbolo, puede señalarse
una progresión regular de uno, dos, tres. El icono no tiene conexión dinámica con
el objeto que representa; simplemente sucede que sus cualidades se parecen a las
de ese objeto, y provocan sensaciones análogas en la mente para la que es una
semejanza. Pero realmente permanece sin conexión con ellas. El índice está
conectado físicamente con su objeto; hacen un par orgánico, pero la mente que lo
interpreta no tiene nada que ver con esa conexión, excepto señalarla una vez
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2.300 Toda fuerza física reacciona entre un par de partículas, cada una de las
cuales puede servir como índice de la otra. Por otra parte, encontraremos que
cada operación intelectual implica una tríada de símbolos.
2.302 Los símbolos crecen. Llegan a ser por desarrollo a partir de otros
signos, particularmente de los iconos, o de signos mixtos que participan de la
naturaleza de los iconos y de los símbolos. Pensamos sólo en signos. Esos signos
mentales son de naturaleza mixta. Sus partes simbólicas se llaman conceptos. Si
un hombre hace un nuevo símbolo, es a través de pensamientos que envuelven
conceptos. De modo que un nuevo símbolo puede crecer sólo a partir de
símbolos. Omne symbolum de symbolo. Un símbolo, una vez que es, se extiende
entre las gentes. En el uso y en la experiencia, su significado crece. Palabras tales
como fuerza, ley, riqueza, matrimonio, tienen para nosotros significados muy
diferentes de aquellos que tenían para nuestros bárbaros antepasados. El símbolo
puede decirle al hombre, como la esfinge de Emerson:
4. SIGNO:
2.303 Algo que hace que alguna otra cosa (su interpretante) se refiera a un
objeto al que él mismo se refiere (su objeto) de la misma manera, el interpretante
llegando a ser a su vez un signo, y así hasta el infinito.
descubrir que alguna vez hubo tal idea en esa consciencia; y en ese caso es difícil
ver cómo podría tener algún significado decir que esa consciencia tuvo alguna
vez la idea, puesto que el decirlo sería un interpretante de esa idea.
5. ÍNDICE:
Ningún hecho concreto puede afirmarse sin el uso de algún signo que sirva
como índice. Si A le dice a B, "hay fuego", B preguntará, "¿dónde?". Por lo tanto
A está obligado a recurrir a un índice, incluso aunque sólo se esté refiriendo a
algún lugar en el universo real, pasado y futuro. De otro modo, sólo ha dicho que
hay una idea tal como el fuego, lo que no proporcionaría ninguna información,
pues a menos que fuera ya conocida, la palabra "fuego" sería ininteligible. Si A
señala con su dedo el fuego, su dedo está conectado dinámicamente con el fuego,
tanto como si una alarma de incendios automática lo hubiera vuelto directamente
en esa dirección, mientras que también fuerza a los ojos de B a volverse en esa
dirección, a que ponga su atención en eso y a que su entendimiento reconozca
que su pregunta ha sido respondida. Si la respuesta de A es "a mil yardas de
aquí", la palabra "aquí" es un índice, pues tiene exactamente la misma fuerza que
si hubiera señalado enérgicamente al suelo entre B y él. Más aún, la palabra
"yarda", aunque está por un objeto de clase general, es indirectamente indéxica,
ya que los mismos palos para medir una yarda son signos del modelo
parlamentario, y eso no porque tengan cualidades similares, pues todas las
propiedades pertinentes de una barra pequeña son, hasta donde podemos percibir,
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las mismas de una grande, sino porque cada una de ellas ha sido real o
virtualmente llevada hasta el prototipo y sujeta a ciertas operaciones dinámicas,
mientras que la fuerza asociativa trae a nuestras mentes, cuando vemos una de
ellas, varias experiencias, y nos lleva a considerarlas como relacionadas con una
longitud fija, aunque puede que no hayamos reflexionado acerca de que ese
modelo es una barra material. Las consideraciones anteriores pueden llevar al
lector a suponer que los índices hacen referencia exclusiva a objetos de
experiencia, y que no habría uso para ellos en la matemática pura, tratando, como
hacen, con creaciones ideales, sin considerar si se realizan en algún lugar o no.
Pero las construcciones imaginarias del matemático, e incluso los sueños, se
aproximan tanto a la realidad como para tener un cierto grado de fijeza, y como
consecuencia de él pueden ser reconocidos e identificados como individuos. En
resumen, hay una forma degenerada de observación que se dirige a las creaciones
de nuestras propias mentes, usando la palabra observación en su sentido pleno, es
decir, implicando algún grado de fijeza y quasi-realidad en el objeto al que tratan
de conformarse. En consecuencia, encontramos que los índices son
absolutamente indispensables en matemáticas, y hasta que se comprendió esta
verdad todos los esfuerzos para reducir a reglas la lógica de las relaciones
triádicas y mayores falló, mientras que, tan pronto como fue comprendida, el
problema se solucionó. Las letras ordinarias del álgebra que no presentan
ninguna peculiaridad son índices. También lo son las letras A, B, C, etc.
asociadas a figuras geométricas. Los abogados y otras personas que tienen que
explicar un asunto complicado con precisión recurren a las letras para distinguir a
los individuos. Las letras usadas así son meros pronombres relativos mejorados.
De este modo, mientras que los pronombres demostrativos y personales son, tal y
como se usan ordinariamente, "índices genuinos", los pronombres relativos son
"índices degenerados", pues aunque pueden referirse accidental e indirectamente
a cosas existentes, se refieren directamente, y sólo necesitan referirse, a las
imágenes en la mente que las palabras previas han creado.
6. SÍMBOLO:
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