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Absceso hepático

Diversidad de opiniones — Triunfo del


diagnósfirn — Operación y curación
Por el doctor Andrés Gómez
de Bucaramanga

En el mes de Abril del año próximo pasado de vacilamos en determinarnos á diagnosticar una he-
1909, fuimos consultados por un joven (I. C.M.) de patitis supurada, a implantar un régimen enérgico y
distinguida familia, como de veintiún años de edad, a proponer poco después una intervención quirúrgi-
á quien habíamos recetado un año antes, poco más ca, que por entonces no fue aceptada.
ó menos, para una disentería primero, y algunos
meses más tarde para unas hemorroides internas, El temor natural del paciente y de su familia para
enfermedades que cedieron á los tratamientos orde- someterse á una operación, indispensable pero peligro-
nados, y permitieron al paciente viajar á la capital sa, lo llevó al consultorio de varios facultativos ningu-
de la República, de donde regresó en completo esta- no de los cuales estuvo de acuerdo con nuestra opi-
do de salud y bastante robusto. nión. Cada uno de ellos fue estableciendo el tratamiento
apropiado a la entidad mórbida y que creía haber en-
Cuanto el enfermo volvió á nuestro consultorio, contrado, y nuestro cliente fue tratado hasta fines de
sufría fiebres vesperales, inapetencia, insomnio, do- Agosto del mismo año como pleurítico, palúdico y tu-
lores vagos en los hipocondrios, meteorismo; tenía berculoso del pulmón derecho.
la lengua pastosa, aumentado el volumen del híga-
do y del bazo, pulso frecuente, orina turbia y El último de los colegas que lo estuvo tratando,
sedimentosa. Como la fiebre fuera casi siempre pre- como si sufriera apenas de una hipertrofia hepática
cedida de calofríos más ó menos intensos y se termi- de origen palúdico con manifestaciones febriles
nara por sudores en el curso de la noche, nos incli- vesperales, resolvió aconsejarle un clima frío y seco,
namos á creer que se trataba de un paludismo, con las correspondientes indicaciones á su estado
enfermedad que había sufrido antes el paciente y que patológico.
es común en estas regiones donde abundan los mos-
Fueron ningunas las mejorías ó ventajas que nues-
quitos.
tro paciente pudo apreciar con el cambio de clima y
Fracasado el tratamiento específico que impusi- el tratamiento impuesto; antes bien, sentía decaer
mos por algunos días, y visto que los dolores se loca- sus fuerzas más y más, y que el estado de su enfer-
lizaron en el hipocondrio derecho, y el hígado au- medad, lejos de retroceden avanzaba, motivo por el
mentaba de volumen, y teniendo además el cual resolvió abandonar el temperamento y volver
antecedente patológico de la disentería anterior, no al seno de su familia.
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Absceso hepático

A fines de Agosto del mismo año, los dolientes batimos el meteorismo, la anorexia y la fiebre, des-
más aproximados é interesados por la salud de nues- infectamos el aparato digestivo.
tro enfermo, nos suplicaron volviéramos á encar-
garnos de él, y resolviéramos en definitiva lo que Al fin llegó el 10 de Septiembre del mismo año,
mejor pudiera convenir para salvarle la vida que ya día fijado para la operación, á las ocho de la ma-
parecía en peligro inminente. No faltaron las excu- ñana.
sas por el abandono en que se nos había dejado para En asocio de nuestros colegas y amigos los doc-
consultar otras muchas opiniones, pretextando el tores Gregorio Consuegra y Emilio Villamizar
natural recelo para resolverse á una operación in- (q.e.p.d.), llevamos al paciente á la mesa de opera-
dispensable quizá, pero de resultados al fin proble- ción, después de haberle puesto una inyección de
máticos ó eventuales. morfina y esparteína para calmar el estado nervio-
Debido á la posición y al carácter de los interesa- so que era alarmante y asegurar contra la acción
dos, no pudimos esquivar nuestra aceptación, y vol- del cloroformo el ritmo y la fuerza del corazón en un
vimos á examinar nuestro antiguo cliente, á quien organismo ya tan decaído.
todos habíamos visto por las calles de la ciudad fla- Llevada la anestesia general hasta el sueño pro-
co, pálido, cabizbajo, marchando con pasos lentos,
fundo y hecha la asepsia del campo operatorio, re-
meditabundo, tosiendo de cuando en cuando y com-
solvimos proceder por la vía intercostal, pues el abs-
primiendo con el antebrazo derecho el hipocondrio
ceso estaba situado profundamente en la convexidad
del mismo lado.
hepática y comprimía bastante hacia arriba el pul-
Encontramos el volumen del hígado más aumen- món derecho.
tado que al principio, muy sensible á la percusión,
Hicimos dos pequeñas incisiones transversarles
ligero edema intercostal, y apenas apreciable la cir-
sobre la octava costilla, á una distancia de cinco
culación colateral de la región. El enflaquecimiento
centímetros, hacia la parte media y las reunimos por
era extremo, el pulso débil latía 100 y 110 veces por
una longitudinal sobre la cara externa de la misma
minuto; había anorexia, fiebre vesperal, orina roji-
costilla; disecamos el periosto, é hicimos la resec-
za, escasa, dolores nocturnos hepáticos, meteorismo,
ción de la parte media de dicho hueso, en una ex-
constipación, sudores.
tensión de siete centímetros.
Como el terror á la operación existía aún más
intenso, y como las dudas y vacilaciones sobre nues- Al hacer la incisión sobre el hígado suturamos,
tro diagnóstico desempeñaban en su espíritu un pa- con catgut, en la parte inferior, la pleura diafrag-
pel importante debido á todos los pareceres que ha- mática á la pleura costal, por no existir en ese pun-
bía escuchado, y á los cuales había estado sometido, to adherencia ninguna; á pesar de la edad del abs-
no se resolvía nuestro enfermo á la intervención ceso, un trócar nos sirvió de guía para llegar hasta
quirúrgica, por lo cual tuvimos que apelar á una el foco, el cual abrimos ampliamente; una onda de
punción profunda como último recurso que nos que- pus rojizo inundó el campo operatorio y pudimos
daba, y mostrarle el pus que llevaba en su organis- apreciar la cantidad de este líquido en unos 1,500
mo. Ante semejante argumento se sometió resuelta- gramos, poco más ó menos. La superficie interna
mente á la intervención. del foco era un extremo anfractuosa; por la percu-
sión notamos que el pulmón derecho adquirió sus
Durante algunos días estuvimos preparando límites naturales y funcionaba con toda amplitud.
nuestro enfermo, pues era bien alarmante el estado Lavamos abundantemente con agua hervida adiciona-
de miseria fisiológica en que se hallaba: aumenta- da, con creolina y ácido fénico, pusimos en el foco un
mos y regularizamos la energía cardíaca, provoca- tubo grueso de caucho, cubrimos con algodón al subli-
mos los movimientos peristálticos del intestino, com- mado é hidrófilo, luégo efectuamos una compresa y el
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vendaje. Por la noche se cambiaron los algodones ninguna clase, se hizo apenas una lavado diario des-
sin mover el tubo y sin lavado. de el duodécimo día en adelante. A medida que la
cicatrización avanzaba, el estado general mejoraba
Al día siguiente dos lavados en las veinticuatro
visiblemente; el tubo de drenage fue cambiándose
horas, inyección diaria de arrhenal, píldoras de
por otros de menor calibre, y al mes y medio se reti-
Easton, vino de quina y kola, alimentación abun-
ró definitivamente, y la pequeña herida que queda-
dante, desinfectantes gastro-intestinales.
ba cerró en pocos días.
Desde la primera noche desapareció la fiebre,
Nuestro operado está hoy entregado á sus ocu-
cesaron los dolores y el pulso bajó á 80 por minuto;
paciones y más robusto que en ninguna otra época
durante algunos días la orina permaneció turbia,
de su vida. Hemos tenido, pues, la satisfacción de
abundante, cargada de fosfatos y pigmentos biliares.
devolver por medio de la Cirugía un miembro útil á
Como la supuración fuera disminuyendo diaria- la sociedad, á lo cual contribuyó, en gran parte, los
mente y ni una sola vez presentara alteraciones de cuidados constantes pre y post operatorios.

Comentario
Dra. Adriana Córdoba
Cirujana General Universidad del Rosario
Cirujana Hospital de San José

El Dr. Andrés Gómez nos hace la descripción de la nósticos que nos permitieran tener más certeza en el
Historia Clínica de un paciente de 21 años manejado en diagnóstico.
1909 en quien por los datos obtenidos se le diagnosticó
un absceso hepático indicándole tratamiento quirúrgico En la actualidad el diagnóstico de absceso hepático
el cual se le aplicó al enfermo. Sin embargo el paciente ha evolucionado y además de la clínica tan útil conta-
fue tratado inicialmente como un paludismo sin presen- mos con la ultrasonografía, un método de fácil disponi-
tar mejoría y ante esta propuesta el paciente rechaza el bilidad, no invasivo y con una alta sensibilidad y especi-
procedimiento. Va en busca de otras opiniones y se le prac- ficidad en el diagnóstico de esta patología, con el único
tican otros tratamientos sin mejoría. Al ver que su estado inconveniente que es operador dependiente y que en
seguía en deterioro consultó nuevamente a su primer médi- algunas etapas de la enfermedad en que absceso hepá-
co y aceptó el tratamiento propuesto por este, se le prac- tico es isodenso con el tejido normal se dificulta el diag-
tica drenaje del absceso hepático además de tratamiento nóstico. Además el tratamiento quirúrgico de esta pato-
médico con éxito y mejoría del paciente. logía ha cambiado sustancialmente llevándonos casi a
no hacer intervenciones de este tipo para el manejo de
Vemos que a pesar de que la clínica nos llevó a un las complicaciones ya que el drenaje percutáneo guia-
diagnóstico correcto el paciente no aceptó el trata- do por TAC o por ecografía ha mostrado muy buenos
miento seguramente en parte por las condiciones en resultados y ha reemplazado a la cirugía abierta en el
que se practicaban las cirugías en esa época, el miedo manejo de estos pacientes. También es importante re-
del paciente ante cualquier intervención quirúrgica y saltar el manejo médico que en algunas ocasiones es el
seguramente a que no se disponía de métodos diag- único tratamiento para resolver esta patología.

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