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Gracias por participar de este curso a pesar de las dificultades del contexto que nos
toca vivir. Vamos a tratar de pensar juntos a la distancia, experimentando nuevas
formas de vincularnos y de trabajar en conjunto.
La semana que pasó tuvimos nuestro primer encuentro. A pesar de ser asincrónico,
hemos coincidido en nuestra actividad inaugural: el Foro. Much@s de ustedes
participaron, creando conocimiento alrededor del interrogante “¿Qué es el hombre?.
Los aportes fueron variados y riquísimos. La mayoría decidió responder recurriendo a
teorías filosóficas, y otros decidieron acudir al arte. En fin, las respuestas fueron
variadas: los invito nuevamente a que lean los aportes de los compañer@s.
A partir de los variados aportes podemos afirmar que no hay una sola definición de
hombre, y que éste es un ser que tiene diferentes atributos y cualidades. Una de las
cualidades que quiero rescatar en el día de hoy, y que será objeto de esta clase, es la
complejidad del hombre. Para trabajarla acudiremos a la teoría del pensador Edgar
Morin en su texto la “La Unidualidad del Hombre”.
Por otra parte, la doble conciencia lleva a que algunas personas consideren
superiores a “otros”, a los que no son iguales. Ejemplo de ello lo podemos encontrar en
las relaciones entre españoles y originarios durante el período de conquista, cuando
algunos americanos veían como dioses a los visitantes.
Este imaginario sigue vigente y se visibiliza con frecuencia cuando, por ejemplo,
emitimos juicios donde revalorizamos los productos europeos y despreciamos los
propios.
Morin afirma que “la idea de unidad del hombre se afianzo y afirmó en y por el
humanismo. El humanismo funda al hombre aislándolo de la naturaleza y
autonomizándolo en el derecho; el hombre es autosuficiente y adquiere su legitimidad y
su fundamento en la (su) Razón” Esta idea humanista es universalista y pretende ser
emancipadora porque reconoce a todos los hombres como seres libres e iguales en
derechos, prescindiendo de la consideración del hombre como un ser natural.
De esta forma, la idea de hombre concebida por el humanismo, que separa la razón de
la biología humana, es incapaz de concebir la diversidad y la diferencia en la unidad.
Esto se debe a que pertenece a un “paradigma disyuntor” donde la “unidad puede ser
concebida ocultando la diversidad, donde la diversidad sólo puede ser concebida
excluyendo u ocultando la unidad”.
El hombre es totalmente biológico: cada acto del hombre, cada gesto, provienen de
rasgos primates o mamíferos. Todo lo humano tiene una fuente biológica.
El hombre es totalmente cultural: de igual manera, cada acto y cada gesto del hombre
están culturalizados.
Esta nueva definición de hombre, que viene a remplazar la vacua idea humanista,
permite llenar de contenido el concepto y permitiría operar una “soldadura
epistemológica” que ensamblaría las ciencias que estudian al hombre para verlo como
un ser bio-cultural, como un ser complejo, y quizás superar el paradigma disyuntor y la
doble conciencia que históricamente subyace a esta idea.
Hemos hecho un rápido recorrido por el texto. Ahora l@s invito a que pensemos la
doble conciencia y el concepto bio-cultural del hombre del que nos habla Morin. Para
ello, primero, l@s invito a que leamos el texto propuesto y que está adjunto a esta
clase; segundo, vamos hacer el intento de trabajar en grupos con una actividad sencilla
y que también está adjunta a esta clase.