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Contrato de trabajo.

Relación de dependencia

Contrato de trabajo

El artículo 957 del Código Civil y Comercial de la Nación establece que

“contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su

consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones

jurídicas patrimoniales.” Por su parte, el art. 21 LCT establece que “habrá contrato

de trabajo, cualquiera sea su forma o denominación, siempre que una persona

física se obligue a realizar actos, ejecutar obras o prestar servicios a favor de la

otra y bajo la dependencia de esta, durante un periodo determinado o

indeterminado de tiempo, mediante el pago de una remuneración. Sus cláusulas,

en cuanto a la forma y condiciones de la prestación, quedan sometidas a las

disposiciones de orden público, los estatutos, las convenciones colectivas o los

laudos con fuerza de tales y los usos y costumbres.”

Elementos

De la definición se destacan los siguientes elementos:

1) existe un acuerdo de voluntades para que cada parte cumpla sus

obligaciones: cuando utiliza la expresión “se obligue” se refiere a que el contrato

se perfecciona cuando las partes presten su consentimiento;

2) se trata de un servicio personal, lo cual define al trabajo como un “hacer

infungible”: hace referencia a “persona física”, descartando la posibilidad de que

una persona de existencia ideal o jurídica preste el servicio;

3) no tiene relevancia la denominación asignada por las partes ni las formas,

lo que se evidencia al consignar “cualquiera sea su forma o denominación”: el


contrato es el acuerdo en sí mismo, sin formalidades; adquiere trascendencia el

principio de primacía de la realidad y la presunción establecida en el art. 23 LCT.

4) no tiene importancia el plazo, existe contrato habiéndose celebrado por un

plazo cierto o incierto, lo que queda evidenciado al consignar “durante un periodo

determinado o indeterminado de tiempo”,

5) el trabajador se obliga a poner a disposición del empleador su fuerza de

trabajo, que se plasma en “realizar actos, ejecutar obras o prestar servicios”,

lo que constituye un elemento esencial del contrato,

6) el empleador asume el compromiso del pago de retribución por el trabajo

recibido;

7) el trabajo se pone a disposición de la empresa de otro, y el empresario lo

organiza, lo aprovecha y asume los riesgos del negocio.

Relación de trabajo

El artículo 22 establece “habrá relación de trabajo cuando una persona

realice actos, ejecute obras o preste servicios a favor de otra, bajo la dependencia

de este en forma voluntaria y mediante el pago de una remuneración, cualquiera

sea el acto que le de origen.”

Es una situación de hecho que manifiesta una relación de dependencia. Es

la prestación efectiva de las tareas, las que pueden consistir en la ejecución de

obras, actos o servicios.

La ley considera que quien trabaja en relación de dependencia celebró con

anterioridad por lo menos un acuerdo tácito, que resulta válido ya que el contrato

de trabajo es, por esencia, informal.


Por lo tanto, puede existir contrato de trabajo sin relación de trabajo,

circunstancia que sucede cuando el trabajador estipula en un contrato que

comenzará a prestar tareas para el empleador en fecha futura. Se trata de un

acuerdo para trabajar que todavía no llegó a ejecutarse.

Los efectos del incumplimiento del contrato, antes de iniciarse la efectiva

prestación de los servicios, están previstos en el artículo 24 LCT, que remite a la

acción de daños y perjuicio del derecho civil; como mínimo, se debe pagar al

trabajador una indemnización que no puede ser menor a un mes de la

remuneración convenida.

En caso de trabajo no registrado (“en negro”), hay contrato de trabajo

y relación de trabajo, ya que hay acuerdo de voluntades y prestación de la

actividad, pero ni el contrato ni el trabajador fueron registrados por el

empleador en los términos del artículo 7 de la ley 24013.

Diferencia entre el contrato de trabajo y la locación de servicios

La locación de servicios es un contrato civil por el cual una parte se

compromete a prestar un servicio y la otra a pagar una suma determinada de

dinero; sin perjuicio del carácter autónomo de la prestación y que su objeto

consiste en el resultado, el locador acepta ejecutar el servicio que le contratan

bajo las instrucciones del locatario.

Sujeto del contrato de trabajo

En el derecho individual del trabajo son dos: el trabajador dependiente y el

empleador.
Trabajador

El artículo 25 LCT expresa que se considera trabajador “a la persona

humana que se obliga o preste servicios en las condiciones previstas en los

artículo 21 y 22 de esta ley, cualesquiera que sean las modalidades de la

prestación”.

Se trata de una persona humana con capacidad jurídica, que se obliga a

prestar servicios en relación de dependencia y en forma personal a cambio del

pago de una retribución. El carácter de la prestación es personal, por lo que no se

puede delegar el cumplimiento en otro.

Empleador

El artículo 26 LCT establece que “se considera empleador a la persona humana o

conjunto de ellas, o jurídica, tenga o no personalidad jurídica propia, que requiera

los servicios de un trabajador.”

Se trata de una persona humana o jurídica que organiza y dirige el trabajo

prestado por el trabajador dependiente, contando además, con facultades de

control y disciplina.

Requisitos del contrato de trabajo

Consentimiento

El perfeccionamiento del contrato está precedido por la búsqueda del futuro

dependiente, la empresa generalmente la inicia por medios de comunicación

formulando la propuesta de trabajo. Posteriormente se inicia el proceso de


selección de los postulantes, que implica el análisis de los aspirantes y la

realización de exámenes físicos, psíquicos y técnicos.

Finalizado el proceso, el empleador tiene la potestad de elegir a su arbitrio

la persona que quiera contratar, a esto se lo denomina libertad de contratación.

En cambio, al iniciarse el vínculo laboral, las voluntades quedan limitadas por el

principio de irrenunciabilidad y el orden público laboral, es decir, se limita el

principio de autonomía de la voluntad.

El consentimiento consiste en la exteriorización de la voluntad de las

partes contratantes de realizar un contrato con objeto determinado. Puede

ser expreso o tácito. Es expreso cuando se manifiesta verbalmente, por escrito o

por signos inequívocos. El tácito resultará de los hechos, o de actos que lo

presupongan, o que autoricen a presuponerlo. El artículo 971 del Código Civil y

Comercial establece que “los contratos se concluyen con la recepción de la

aceptación de una oferta o por una conducta de las partes que sea suficiente para

demostrar la existencia de un acuerdo.

Generalmente se presta en forma verbal respecto de las condiciones de

trabajo, horario, duración de la jornada y remuneración. Las partes pueden

establecer diversas condiciones de trabajo mientras que no transgredan el orden

público laboral.

En la práctica en contadas ocasiones se utiliza la forma escrita, y el

consentimiento se da con la prestación laboral concreta, es decir se

manifiesta con la ejecución del servicio.


Capacidad de las partes

La capacidad de derecho es la aptitud de la persona para adquirir y ejercer

los derechos y contraer obligaciones, es decir, la aptitud para ser titular de

relaciones jurídicas. La capacidad de derecho no puede faltar en forma total,

mientras que la de hecho se refiere concretamente al ejercicio de estos derechos.

Si el empleador es una persona humana, tiene plena capacidad cuando: es

mayor de edad (18 años), y también si es menor pero esta emancipado por

matrimonio.

Por su parte, el trabajador tiene plena capacidad cuando es mayor de edad

(18 años). Los menores entre 16 y 18 años pueden celebrar un contrato de

trabajo, siempre y cuando cuenten con la autorización de sus padres.

No pueden trabajar ni celebrar contrato de trabajo los menores de 16 años;

existe expresa prohibición de trabajar de cualquier actividad.

Objeto

Está constituido por la prestación de una actividad personal e infungible (un

quehacer humano insustituible) según la categoría profesional que estipulan las

partes. Esto resulta esencial para determinar las tareas que debe desarrollar el

trabajador y su remuneración.

Consiste en realizar actos, ejecutar obras y prestar servicios (art 21). Es

decir que se trata de una obligación de hacer, que puede o no estar determinada.

El artículo 38 establece que no podrá ser objeto de trabajo la prestación de

servicios ilícitos o prohibidos. El objeto del contrato debe ser posible, lícito y

no prohibido.
La posibilidad está referida a que el hecho o la prestación para la que la

persona se obliga sea posible en sí, aunque no sea posible en esa persona, por lo

cual la falta de aptitud o habilitación del trabajador contratado para la tarea no

invalida el contrato por imposibilidad del objeto.

La licitud está referida a la exigencia de que el objeto del contrato no

contraríe ninguna prohibición legal, pero tampoco la moral y las buenas

costumbres.

Contrato de objeto ilícito y objeto prohibido

El artículo 38 de la LCT establece que “no podrá ser objeto del contrato de

trabajo la prestación de servicios ilícitos o prohibidos”. La LCT distingue entre

contrato de objeto “ilícito” y “prohibido”.

El artículo 39 de la LCT señala que el objeto ilícito es contrario a la moral y

las buenas costumbres, es decir que es reprochable desde el punto de vista ético,

por ejemplo “prestar servicios” para una banda que se dedica a delinquir. Sin

embargo, en la parte final el artículo prescribe excepcionalmente que no se

considera ilícito si las leyes, ordenanzas municipales o los reglamentos de policía

consintieran, toleraran o regularan.

El artículo 40 considera prohibido el objeto del contrato “cuando las normas

legales y reglamentarias hubieran vedado el empleo en determinadas personas o

en determinadas tareas, épocas o condiciones”. Por ejemplo: emplear menores de

14 años, el trabajo de mujeres en el periodo de preparto (30 a 45 días, a opción de

la mujer), etc.
Forma

En la celebración del contrato de trabajo rige el principio de libertad de

formas: no se requiere una forma determinada como requisito de validez, como en

el caso de los contratos formales. El principio de libertad de formas está plasmado

en el art. 48 al disponer que “las partes pueden escoger libremente sobre las

formas a observar, salvo lo que dispongan las leyes o convenciones colectivas en

casos particulares.”

Consecuentemente, el principio general es que el contrato de trabajo

es informal: no hay formas impuestas u obligatorias. Sin embargo existen

excepciones legales: por ejemplo, se requiere la forma escrita en el contrato

a plazo fijo (art. 90 LCT), en el contrato eventual (en algunos casos) y en el

contrato de aprendizaje.

De todos modos, la LCT exige una forma determinada para ciertos actos,

que es esos casos constituye requisito para su validez, es decir, para que dichos

actos cumplan el efecto previsto. A modo de ejemplo: la comunicación del

embarazo (Art. 177), del matrimonio (art. 181), etc.

Pero también, con el fin de proteger los derechos del trabajador, el

legislador ha impuesto al empleador determinadas obligaciones formales, entre

otras llevar documentación laboral que registre al dependiente.

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