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México, 2011

Instituto Nacional de Antropología e Historia


Alfonso de Maria y Campos Castelló
Dirección General
Miguel Ángel Echegaray Zúñiga
Secretaría Técnica

Escuela Nacional de Antropología e Historia


Alejandro Villalobos Pérez
Dirección
María Cristina Rybertt Thennet
Secretaría Académica
Berna Leticia Valle Canales
Subdirección de Investigación
Margarita Warnholtz Locht
Subdirección de Extensión Académica
Gabriel Soto Cortés
Departamento de Publicaciones
Eduardo Méndez Olmedo
Corrección de estilo
Rebeca Ramírez Pérez
Formación de interiores
Oscar Arturo Cruz Félix
Francisco Carlos Rodríguez Hernández
Gilberto Mancilla Martínez
Diseño de colección

Colecciones esqueléticas humanas en México:


excavación, catalogación y aspectos normativos
Lourdes Márquez Morfín
Allan Ortega Muñoz
Coordinadores
Primera edición: 2011
isbn: 978-607-484-272-2
Cuerpo Académico
“Sociedad y Salud en Poblaciones Antiguas”

Esta publicación no podrá ser reproducida total o parcialmente, incluyendo el diseño de


portada; tampoco podrá ser transmitida ni utilizada de manera alguna por algún medio, ya
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Córdoba 45, colonia Roma, 06700, México, D.F.
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Escuela Nacional de Antropología e Historia
Periférico Sur y Zapote s/n, col. Isidro Fabela, Tlalpan, D.F., C.P. 14030

Impreso y hecho en México

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Capítulo 4
El manejo de restos humanos arqueológicos en Italia y Estados Unidos.
Convergencias y divergencias con su estudio en México
Andrea Cucina y Vera Tiesler
Índice 63

Capítulo 5
Excavación, consolidación y almacenamiento de restos óseos humanos
provenientes de contextos arqueológicos
Oana del Castillo Chávez
79

Introducción Capítulo 6
Lourdes Márquez Morfín y Allan Ortega Muñoz El adn antiguo de las colecciones óseas de México
7 Blanca Zoila González Sobrino
Ana Julia Aguirre Samudio
Capítulo 1 113
Las colecciones esqueléticas humanas en México:
Algunos aspectos sobre la normatividad del inah y su repercusión en las líneas Sobre los autores
de investigación de la bioarqueología 129
Lourdes Márquez Morfín
15

Capítulo 2
Los restos de nuestros antepasados en la construcción del patrimonio cultural
tangible y la identidad de México
Allan Ortega Muñoz
29

Capítulo 3
¿De quién es el material osteológico?
Algunas reflexiones sobre el estudio, la conservación y la custodia
de los materiales óseos
Patricia Olga Hernández Espinoza
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lourdes márquez morfín y allan ortega muñoz
coordinadores

Añadido a lo anterior, los vestigios humanos desempeñan un papel relevante


en el mundo académico y legal al ser considerados como “materiales arqueológi-
cos” dentro del concepto de patrimonio cultural de una nación. Sin embargo, su
esencia es radicalmente diferente a la de una vasija, a la de los materiales líticos,
Introducción o a la de una estructura arquitectónica, de ahí que deban ser apreciados, sí como
parte importante del patrimonio de un país, pero en una sección aparte, dadas sus
características intrínsecas.
Son muchos los factores que intervienen en el manejo, la conservación, el
análisis y el resguardo de los materiales arqueológicos, de los cuales los restos óseos
humanos constituyen una de las partes principales. Cada país, entre ellos México,
cuenta con una serie de normas y regulaciones relativas a los restos óseos huma-
nos. Tales normas pretenden abarcar todos los aspectos que permitan su búsqueda
profesional y científica, su manejo, cuidado y conservación, tomando en cuenta
las técnicas adecuadas para evitar que se dañen y para obtener la información
más amplia y completa, dependiendo de los planteamientos y los problemas de
investigación. Dicho trabajo debe ser realizado por expertos en las investigaciones
bioarqueológicas, quienes están capacitados para ese fin.
Los restos óseos humanos constituyen, por excelencia, la fuente Es obvia la división para el estudio de los grupos humanos pretéritos, prime-
primaria para el estudio de las poblaciones antiguas, ya que son ro en la arqueología, dedicada a la investigación de la sociedad misma a partir
evidencia física de individuos que habitaron las diferentes regio- de sus restos materiales (vasijas, estructuras piramidales, lítica y cerámica, entre
nes del mundo y desarrollaron organizaciones sociales, económi- otros), y segundo en la antropología física, abocada al conocimiento de las causas
cas y políticas que les permitieron expandirse y evolucionar. Es de la variabilidad biológica humana con base en la descripción, el análisis y la
a partir de este recurso de información que conocemos aspectos interpretación de los propios esqueletos que constituyeron a esos grupos huma-
relativos al proceso de la evolución humana y a los cambios y nos. No obstante este tipo de división con fines de delimitación disciplinaria y
transformaciones biológicas ocurridas en los individuos en su de formación y entrenamiento de especialistas en dos ciencias antropológicas, es
interacción con el entorno y con la sociedad. Es un hecho poco necesario entender que el estudio del hombre no se puede efectuar parcializando
controversial que para los diferentes periodos prehistóricos es el su particularidad, que es la de “ser social”. Por lo tanto la división es arbitraria,
único medio de identificación de los mecanismos de adaptación ya que demanda una formación integral en la que se conjunten y amalgamen lo
humana a los distintos ambientes físicos, así como para reconocer social y cultural con lo biológico. La característica esencial humana es la de ser una
el impacto biológico en los individuos y en los grupos causados “biología socializada”.
por los cambios en los modos de subsistencia y en los estilos de El objeto de estudio determina la metodología y los sustentos teóricos para su
vida a través del tiempo. En este sentido, estamos de acuerdo en conocimiento, pero cómo abordar el estudio de las poblaciones antiguas si no to-
el valor único que tienen los esqueletos humanos en la actuali- mamos en cuenta el papel de cada individuo dentro de su sociedad y de su entorno
dad, así como en la necesidad de su búsqueda en los yacimientos físico que, en última instancia, son factores que pudieron determinar o condicionar
arqueológicos, en su conservación y en su cuidado. los cambios biológicos ocurridos en los sujetos. Es imprescindible, entonces, partir

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de una concepción amplia que implica una redefinición del objeto de estudio en sentido de interpretación o explicación en torno de los problemas torales de la dis-
la antropología física dedicada a las poblaciones antiguas, lo que en el ámbito es- ciplina. Esto se puede vincular a cuestiones teórico-metodológicas que tienen un
tadounidense se denomina “bioarqueología”. Ello requiere del reconocimiento de trasfondo condicionado por la escasa o deficiente información arqueológica sobre
la existencia de un campo disciplinario para México, que se ha desarrollado desde el contexto social, económico y político en el que vivieron los sujetos representa-
los años ochenta, si bien con nombres tradicionales, como los de “antropología dos por sus esqueletos, que el arqueólogo le proporciona al antropólogo físico o
física de poblaciones antiguas” u “osteología antropológica”, pero que demanda que éste puede reconstruir a partir de las investigaciones arqueológicas publicadas
la definición explícita de los alcances del enfoque teórico-metodológico­aplicado, o de fuentes de datos obtenidos del informe arqueológico, que lleven a conocer
que coincide con los supuestos de la llamada bioarqueología. cuál era la inserción de cada sujeto-esqueleto en el contexto social de su grupo.
Es así que surge la presente obra, la cual es producto del interés de antropólo- Los trabajos presentados en el coloquio parten de un tema común tratado
gos físicos y arqueólogos a los que su quehacer profesional los lleva día con día a desde distintas perspectivas y objetivos, entre los que sobresale el interés compar-
discutir diversas cuestiones relacionadas con esa fuente imprescindible de infor- tido por establecer un foro que parta de la descripción y el análisis de las diversas
mación que son los esqueletos humanos antiguos. Por ello, en el seno del xv Co- problemáticas en torno del manejo y cuidado de los restos óseos, así como de la
loquio Internacional de Antropología Física “Juan Comas” realizado en Mérida, investigación bioarqueológica y de los requisitos teórico-metodológicos implícitos
Yucatán, en 2009, una de las sesiones fue dedicada a la presentación de diversos para poder realizarla.
trabajos que tenían por finalidad exponer estos temas y reflexionar en torno de los La discusión final planteaba incluso la posibilidad de elaborar un nuevo plan
problemas y las posibles soluciones. de estudios en la enah dedicado a la formación de especialistas bioarqueólogos,
¿Cuáles fueron los temas centrales de esas discusiones? Podemos dividir las en cuya curricula se consideraran los conocimientos, las aptitudes y las habilidades
inquietudes en dos campos: el que se refiere al material óseo humano en sí, a su necesarias para el desarrollo profesional de alto nivel. Con ello se produciría un
cuidado, conservación y estudio, y el que aborda las relaciones profesionales entre cambio radical tanto en la relación profesional como en la calidad de las investi-
arqueólogos y antropólogos físicos, relaciones determinadas por una normatividad gaciones que se propongan.
emanada de la institución que se encarga de esas labores. En un primer plano re- Dada la actual situación legal y normativa arqueológica en México es evidente
salta la relación conflictiva y compleja entre arqueólogos y antropólogos físicos, no que ésta podría ser una solución definitiva y radical. Consideramos que la creación
sólo en México sino en muchos otros países, y la subordinación de estos últimos, de un Consejo de Antropología Física, como se había propuesto en el seno de la
en el caso de México, motivada por la reglamentación del Instituto Nacional de daf, o la integración de profesionales de reconocido prestigio en el Consejo de
Antropología e Historia (inah), como responsable del patrimonio arqueológico, Arqueología, no podrán resolver la problemática de la disciplina, dada la comple-
y por las lagunas jurídicas al interior de la institución. Además de lo anterior, hay jidad de la situación, aun cuando en lo político ayudarían a regular los proyectos
que considerar la falta de proyectos de investigación integrales, en los que la con- y su desarrollo de una manera más equilibrada y evidenciarían un reconocimiento
fluencia de las dos disciplinas se dé de manera lógica. por parte de los arqueólogos de la importancia de los restos óseos humanos. Este
La custodia de los esqueletos está a cargo de la Dirección de Antropología es un tema ya tratado en otras colaboraciones, pero que resulta inevitable exponer
Física (daf ), que debe regular lo relativo a estos materiales, pero en la práctica esto como centro de la cuestión.
se hace de manera discrecional y heterogénea en cada centro de trabajo del mismo Los trabajos que integran la presente contribución parten de preguntas meto-
inah. No existe ninguna relación formal de pares entre las instancias de decisión dológicas clave, por ejemplo: ¿cómo se localizan los restos óseos en las excavaciones­
arqueológica y las de antropología física. arqueológicas planeadas, o en encuentros de manera accidental por múltiples si-
El carácter de las investigaciones antropofísicas y/o bioarqueológicas muchas tuaciones? ¿Qué medidas y técnicas utilizar una vez localizados? ¿Cuáles son los
veces cae en estudios con formatos descriptivos y clasificatorios, y con muy poco cuidados mínimos que deben emplearse?, estos y otros aspectos más son desa-

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rrollados en la participación de Oana del Castillo, quien muestra una guía para Otro aspecto analizado es la formación y profesionalización de los antropólogos
excavar y recuperar restos óseos arqueológicos de manera profesional, respetando físicos y el campo en el cual se les entrena, que es eminentemente biológico, lo cual
los materiales y tratando de garantizar la generación científica de conocimiento. tiene consecuencias para los objetivos que persigue la disciplina y su metodología.
Este tipo de trabajos son de gran importancia, pues marcan los pasos iniciales y Aun cuando los autores encuentran “cierto paralelismo” con el caso mexicano,
necesarios de toda investigación bioarqueológica. desde nuestra perspectiva la característica central de la investigación antropofísica
Uno de los trabajos más novedosos aborda de forma detallada un aspecto hasta en nuestro país es precisamente el reconocimiento de la esencia biosocial e his-
ahora no desarrollado en México: el del papel de los restos óseos como elemento tórica de las investigaciones relativas a las poblaciones antiguas mesoamericanas,
en la construcción de la identidad nacional y del patrimonio cultural. En su inves- por lo menos desde los años ochenta. Respecto del caso estadounidense, funda-
tigación, Allan Ortega hace un balance comparativo entre la situación de nuestro mentalmente se revisa el amplio espectro de la investigación bioarqueológica, su
país y lo que ocurre en Estados Unidos. Para su análisis toma como punto de par- liderazgo a nivel internacional, la problemática de los grupos nativos y su reclamo
tida el proceso de globalización, el motor del cambio. Expone de manera clara el sobre la propiedad de los restos, así como la legislación que los ampara y que
entramado entre los procesos identitarios y la cultura partiendo de preguntas con- definitivamente­ ha marcado el rumbo de las investigaciones y el destino final de
cretas que le permitan desarrollar y formalizar el problema, y de una metodología los materiales óseos humanos en ese país.
basada en una encuesta aplicada en localidades aledañas a zonas arqueológicas de Patricia Hernández aborda el tema de la interinstitucionalidad que viven día
Quintana Roo: ¿qué hace el Estado respecto del patrimonio osteológico?, ¿cómo a día los arqueólogos y los antropólogos físicos al plantear la pregunta: ¿a quién le
se transforma el patrimonio histórico cultural ante los cambios de la idiosincrasia pertenece el material osteológico?; y desde el inicio de su exposición propone una
gubernamental?, ¿cómo crea y recrea la gente lo que considera patrimonio cultu- “coordinación de ideas, supuestos, hipótesis y conclusiones” entre antropólogos
ral?, ¿qué importancia tienen los huesos para la gente? Los resultados obtenidos físicos y arqueólogos, a través de diálogos contextualizados bajo la denominación
le permiten proponer que es importante difundir el valor de los restos óseos en la de la bioarqueología. El mayor problema se presenta debido al desconocimiento,
construcción de lo nacional, o bien el de que constituyan un elemento de identi- el desinterés, la ignorancia y la arrogancia por parte de los integrantes de ambos
dad para el mexicano, cuando menos a nivel regional o local, y repensar esta iden- bandos de especialistas en cuanto a qué es la bioarqueología y cómo ésta podría
tidad ligada a los restos de los antiguos pobladores de México como un problema ser un eje articulador entre ambas disciplinas. Esto lleva, como señala la autora,
tanto político como cultural y conceptual. al deterioro de las funciones del inah y a la generación de nuevos conocimientos
Son interesantes los planteamientos de carácter comparativo entre la manera con resultados parciales, poco explícitos, sin planteamientos de hipótesis. Conse-
en la cual son tratados los restos humanos arqueológicos en Italia y en Estados cuentemente, Hernández nos orienta sobre la discusión de la bioarqueología y de
Unidos, y las convergencias y divergencias que Andrea Cucina y Vera Tiesler iden- las leyes institucionales del inah y plantea cuatro puntos nodales para reflexionar
tifican en el caso de México. De inicio, abordan un aspecto crucial relativo a la y discutir entre los especialistas involucrados. De ellos, se puede resumir que el
reglamentación del Consejo de Arqueología (1990) que indica que los proyectos material arqueológico es patrimonio cultural, y como tal el antropólogo físico y/o
arqueológicos únicamente podían ser dirigidos por un arqueólogo, ocasionando el bioarqueólogo deben ser parte integral de la toma de decisiones de los mecanis-
con ello la marginación del antropólogo físico. La presentación se centra en la mos por los cuales se recupera, analiza y resguarda, bajo un consejo de especialidad
comparación de la situación académica, institucional y legal entre los tres países horizontal, entre pares, para proponer políticas generales de investigación arqueo-
mencionados, tomando en cuenta sus trayectorias históricas y culturales. Resalta lógica y de conservación del material óseo.
para Italia la escasez de profesionales en este campo. Las investigaciones están En este mismo orden de ideas, Lourdes Márquez expone algunas de las limi-
divididas, al igual que en México, en aquellas que son producto de proyectos tantes que han tenido los estudios bioarqueológicos debido a la normatividad que
estruc­turados, y las propiciadas por rescates y salvamentos, que tienen otro perfil. sustenta los trabajos de investigación arqueológica en nuestro país. Para lograr

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tales objetivos, nos ofrece un panorama amplio de la historia de las institucio- como fuentes únicas de conocimiento. Así, los autores participantes en esta obra
nes que se han encargado del patrimonio cultural, desde la independencia hasta podemos estar seguros de que deseamos aportar respuestas a los conflictos entre
nuestros días; detalla las políticas y la estructura organizacional de la investigación especialidades, y seguir por la vía institucionalizada del diálogo en beneficio de las
arqueológica y encuentra puntos de convergencia entre las colaboraciones de Del ciencias antropológicas.
Castillo y Hernández, en cuanto a las normas y procedimientos de excavación, a
las repercusiones teóricas y metodológicas de la separación de las dos disciplinas Lourdes Márquez Morfín
que nos interesan y a la falta de propuestas de investigación verdaderamente inte- Allan Ortega Muñoz
grales acerca de las sociedades mexicanas pretéritas.
La aportación a resaltar en el trabajo de Márquez es la importancia de la
reflexión sobre la necesidad de tener una normatividad en cada centro de tra-
bajo del inah, así como de otras instituciones que manejan restos óseos, cuya
única finalidad es dar orden a la investigación bioarqueológica que se realiza
en el país.
La última contribución de esta obra es la de Blanca González y Ana Julia Agui-
rre, quienes comparten sus reflexiones sobre el adn antiguo como parte del patri-
monio cultural intangible y tangible de México; ellas consideran que esta es una
de las nuevas tendencias de la investigación bioarqueológica que promete ser una
fuente de información importante para dar respuesta a muchas de las interrogan-
tes sobre la evolución y la variabilidad biológica de las sociedades prehispánicas. La
aportación de las autoras recae en la propuesta de sistematizar los diferentes mo-
mentos del manejo en la extracción de adn. Así, explican por qué el adn antiguo
es parte indiscutible de patrimonio cultural de la nación, relacionándolo sobre
todo con un concepto clave, que es la identidad (nacional), al ubicar al adn con el
reconocimiento de un grupo actual con su “propia ancestría”.
Por último, las autoras ilustran el proceso de sistematización de la recupera-
ción del adn antiguo, desde la recuperación del material óseo en campo hasta
el minucioso protocolo llevado a cabo en el laboratorio. Consecuentemente, la
observación de estos pasos ayudará tanto al especialista como al interesado en
temas genéticos.
Para finalizar, no queremos dejar de mencionar que esta obra puede ser de
gran utilidad para la reflexión, el debate y el planteamiento de propuestas sobre
antiguas problemáticas y para el reconocimiento de nuestras deficiencias como
institución. Muchos son los temas ausentes, sin embargo consideramos que este
puede ser un buen inicio para socializar e invitar a otros colegas a contribuir con
trabajos cuyo centro de análisis sean las colecciones óseas humanas y su potencial

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Antecedentes
La antropología física, especialmente la osteología que actualmente se denomina
bioarqueología, tiene una larga práctica en México, debido a los más de diez mil
años de historia prehispánica en el país, desde la más temprana ocupación huma-
Las colecciones esqueléticas humanas na hasta la complejidad sociopolítica y el desarrollo de las sociedades estatales en

en México: algunos aspectos sobre la ciudades como Teotihuacán, Monte Albán o Tenochtitlán. Las culturas prehispá-
nicas asentadas en el territorio mexicano han dejado detrás la evidencia material
normatividad del inah y su repercusión de aldeas y ciudades.
en las líneas de investigación de la Ya las excavaciones arqueológicas realizadas en el siglo xviii revelaron la pre-
sencia de restos humanos correspondientes a esqueletos muy antiguos, desde los
bioarqueología primeros cazadores-recolectores de las Américas hasta esqueletos de periodos his-
tóricos, de modo que la bioarqueología, como una práctica común entre los an-
tropólogos físicos, se ha desarrollado desde hace mucho tiempo en México. Pocos
años después de la independencia mexicana el gobierno llevó a cabo dos acciones
Lourdes Márquez Morfín importantes para proteger la propiedad nacional: en primer lugar para detener el
Posgrado en Antropología Física, enah saqueo de objetos valiosos de los edificios antiguos, y en segundo, para impedir la
circulación ilegal de dichos objetos fuera del país. Como una acción proteccionis-
ta, en 1822 fue establecido el Departamento de Conservación de Antigüedades,
Introducción dependiente de la Universidad, y en 1825 la fundación del Museo Nacional. Dos
En esta participación describimos brevemente algunos aspectos años más tarde se promulgó la primera legislación arqueológica; fue el antecedente
sobre las tendencias de las investigaciones bioarqueológicas en de la siguiente legislación relacionada con el patrimonio arqueológico.
México con base en restos óseos humanos. En particular, nos Al final del siglo xix (en 1897) la legislación mexicana decretó que los monu-
interesa exponer algunas de las limitantes que han tenido los mentos arqueológicos y los objetos eran patrimonio nacional fuera de comercio.
estudios a partir de la normatividad que regula los proyectos de Sin embargo, sólo hasta el siglo xx (1939) se establece una legislación específica
excavación arqueológica del Instituto Nacional de Antropología para la excavación arqueológica. En el marco de la legislación y la metodología
e Historia (inah) y de las instancias reguladoras (Coordinación acerca de la excavación, el levantamiento, el análisis y la conservación se determina
Nacional de Arqueología y Consejo de Arqueología). Las políticas que estas actividades serán reguladas por el inah, que se fundó el 3 de febrero de
académicas del inah han condicionado las relaciones entre la 1939 a través de la Ley Orgánica del Instituto Nacional de Antropología e Histo-
arqueología y la antropología física, en detrimento de esta última. ria promulgada el 31 de diciembre de 1938 en el Diario Oficial de la Federación.
Así, el objetivo de este trabajo es propiciar la discusión entre los En ese mismo año se creó la Escuela Nacional de Antropología e Historia (enah),
expertos con el fin de avanzar en los procesos de obtención, bajo la responsabilidad y el patrocinio del inah. Muchas otras leyes y decretos fue-
análisis y protec­ción de los esqueletos humanos, que sirvan en el ron promulgados en ese esfuerzo por preservar y proteger el patrimonio nacional,
desarrollo de las líneas de investigación adecuadas y de vanguardia pero sólo hasta 1972 se promulgó una legislación específica para la excavación
para el conocimiento de la variabilidad biológica de los grupos arqueológica y la protección, la cual prevalece hasta nuestros días [García-Bárcena,
antiguos y de sus causas. 1993]. Para 1996 estaban abiertos al público 155 yacimientos arqueológicos bajo

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la administración del inah, pero una estimación conservadora da un total de 200 000 enviar muestras óseas al extranjero también está bajo control de este consejo. En
a 250 000 sitios arqueológicos en todo el país, desde cuevas y refugios temporales realidad, las excavaciones sólo pueden ser dirigidas por un arqueólogo profesio-
hasta grandes ciudades como Teotihuacán o Chichén Itzá [Faulhaber, 1993; Mar- nal, y los antropólogos físicos pueden participar en sus proyectos, pero no están
tínez Muriel, 2002]. autorizados para dirigir una excavación. Su presencia en un sitio de excavación
no es obligatoria por ley, de modo que no es posible para un antropólogo físico
Políticas de excavación del inah decidir dónde y qué excavar, ni diseñar proyectos de excavación antropofísicos
El inah tiene como función básica la responsabilidad de explorar, excavar, analizar, como director. El antropólogo físico debe integrarse a un proyecto elaborado, di-
cuidar y conservar todos los restos humanos arqueológicos del país. También regula rigido y realizado por un arqueólogo. Como consecuencia de ello, durante varios
todas las investigaciones científicas relacionadas con el material arqueológico. Los años los cursos de técnicas de excavación arqueológica no fueron incluidos en el
restos humanos son, de acuerdo con la ley, uno de los materiales arqueológicos más plan de estudios de antropología física en la enah, circunstancia ya subsanada
importantes. Las colecciones esqueléticas están bajo la custodia de varios centros en la actualidad. Sin embargo, el problema central, en general, fue la falta de
de investigación y de docencia, en especial de la Dirección de Antropología Física, investigaciones integrales con un objetivo general común y la falta de preguntas
ubicada en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México. Asimismo, específicas de investigación surgidas de la problemática teórica y metodológica
el inah cuenta con delegaciones en cada estado del país (los Centros inah), las de la arqueología y la bioarqueología.
cuales tienen la custodia y jurisdicción de sus propios materiales —que pertenecen
a la Federación—, a los que manejan con cierta autonomía. La enah, por su parte, Los centros de trabajo y las instituciones
tiene la custodia de varias colecciones esqueléticas. Cada Centro desarrolla su inves- involucradas con los restos humanos
tigación bioarqueológica de acuerdo con sus propias necesidades y circunstancias La daf, los Centros inah, la enah y otras instituciones antropológicas —el Insti­
particulares. En especial, la presencia de antropólogos físicos o de materiales óseos, tuto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma
donde se requiere su estudio, ha propiciado el desarrollo de investigaciones locales de México, la Universidad Veracruzana, la Universidad Autónoma de Yucatán,
y regionales. la Universidad Autónoma de Guadalajara, la Universidad de Las Américas y la
Universidad Autónoma de Zacatecas, entre otras— pueden tener la custodia del
La Coordinación Nacional de Arqueología material esquelético para su investigación, previa autorización de las instancias
y el Consejo de Arqueología competentes. La daf, los Centros inah y la enah tienen sus propias normas de
El inah tiene dos instancias que regulan la investigación arqueológica en el país: estudio y del uso de laboratorios y del material esquelético; el acceso institucional
la Coordinación Nacional de Arqueología, que se encarga de todo lo relacionado a los espacios de laboratorios, a los depósitos óseos, a la utilización de equipos e
con la investigación, conservación, restauración y divulgación de los conocimientos instrumentos y a los préstamos intra e interinstitucionales, así como las sanciones,
sobre sitios arqueológicos, y el Consejo de Arqueología, que regula y aprueba todos los derechos y las obligaciones, dependen de las normas y los reglamentos internos
los proyectos arqueológicos en el país. Los proyectos deben ser presentados ante de cada centro de trabajo. No existe una normatividad homogénea ni general para
esta instancia para que se les otorgue el permiso, especialmente los que implican la custodia y el manejo de los restos óseos humanos antiguos.
la excavación y gestión de materiales arqueológicos. Nadie puede explorar un sitio Las instituciones extranjeras también han llevado a cabo investigaciones ar-
histórico o arqueológico sin la autorización específica de este Consejo. El Consejo queológicas en México. En un balance sobre este tema se calculó que para 1993
de Arqueología sanciona los proyectos de exploración arqueológica y la regulación de 19.5% de excavaciones eran realizadas por estas instituciones. Entre ellas destaca-
los materiales arqueológicos, incluyendo los huesos humanos, que deben mante- ban las de las misiones arqueológicas de Francia, Bélgica y España, la del Centro
nerse y ser atendidos por el Centro de investigación respectivo. El permiso para de Estudios Mexicanos y Centroamericanos; las de universidades de Estados Uni-

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Las colecciones esqueléticas humanas en México: algunos aspectos…

dos, la de la Fundación de Arqueología del Nuevo Mundo y las de universidades general, pues carecen de representatividad estadística para el grupo entero, tanto
canadienses [García-Bárcena, 1993:27]. por el tamaño de la muestra como por la falta de las características necesarias para
realizar un estudio integral por sexo, edad o condición social. Por ello, en el pasado,
Excavación y normas de procedimiento gran parte de las investigaciones se circunscribían a la descripción y clasificación de
Las excavaciones arqueológicas tienen una normatividad establecida en cuanto a la las características físicas. En general, podemos mencionar otro aspecto central: la
excavación, el registro y el manejo de los restos óseos, normatividad que debe desarticulación teórica y metodológica entre la antropología física y la arqueología,
ser observada de acuerdo con los lineamientos del Consejo de Arqueología. Los que se traduce en la falta de propuestas integrales y de objetivos comunes, debido a
restos humanos excavados deben ser transportados al centro de investigación bajo la falta de información del contexto arqueológico, lo cual hace imposible cualquier
la supervisión arqueológica. Desafortunadamente, no es común que los antropó- intento de explicar la variabilidad humana en términos de la multicausalidad de
logos físicos participen en el proyecto. La mayoría de las veces sólo se solicita su los diversos factores determinantes y condicionantes de los procesos bioculturales,
intervención para realizar el estudio específico de los restos esqueléticos. Los restos dependiendo de la circunstancia social e histórica concreta.
se envían a la daf, a los Centros inah o a la institución que esté llevando a cabo
el proyecto arqueológico, y en otras ocasiones se almacenan junto con los demás Regulaciones y normatividad de los laboratorios
materiales arqueológicos por largo tiempo, sin ningún interés por su estudio. La daf, los Centros inah y la enah tienen normas específicas de laboratorio, como
ya mencionamos antes. En general las colecciones están clasificadas por sitios de
Repercusiones teóricas y metodológicas del abismo origen. En el caso de los laboratorios de la enah, dada su finalidad docente, se
entre arqueología y antropología física cuenta con materiales didácticos y colecciones esqueléticas para la investigación. La
La investigación bioarqueológica en México está ligada y supeditada a la normativi- persona que necesita revisar material esquelético tiene que justificar su uso, dando
dad y a los reglamentos de las investigaciones arqueológicas. La cantidad, la calidad al responsable del laboratorio una solicitud precisa para el préstamo de materiales
y las características generales de las colecciones esqueléticas están determinadas, y especificando el origen de la colección, el tiempo de trabajo y las actividades que
como mencionamos antes, por las normas de investigación arqueológica, dentro de realizará con los materiales, esto es, el proyecto de investigación. En el caso de la
la política institucional del inah. Durante décadas se ha privilegiado la exploración docencia, los materiales óseos se prestarán al profesor o investigador a cargo del
de los grandes sitios prehispánicos de nuestro país con un doble objetivo: por un proyecto o del grupo, y la utilización y el cuidado quedarán bajo su responsabili-
lado, la exploración, restauración, consolidación y preservación del patrimonio dad. El préstamo de materiales óseos únicamente tendrá lugar si hay un proyecto
cultural por su valor histórico e ideológico; y por el otro, la apertura y difusión al aprobado, y los estudiantes y los investigadores serán responsables en cualquier
gran público de los centros monumentales de las ciudades antiguas, como Palenque, momento de proteger la integridad física de los materiales. Para llevar a cabo el
Uxmal, Chichén Itzá, Monte Albán, Teotihuacán y Tula, entre muchos otros, para registro fotográfico de los mismos, así como los estudios radiográficos, es preciso el
incrementar el turismo nacional e internacional. De los trabajos arqueológicos consentimiento del académico a cargo del laboratorio. Para la utilización de estas
de estas grandes ciudades hay una tendencia a explorar sólo las partes centrales, imágenes siempre se tendrá que mencionar el origen de las colecciones. Cualquier
donde están las construcciones monumentales y ceremoniales. Esta circunstancia tipo de análisis que involucre técnicas destructivas requiere de la autorización ex-
propicia y determina que los restos óseos, nuestro recurso básico para estudiar sus presa de las instancias competentes y previa autorización por escrito (del Consejo de
poblaciones, no sean representativos de la mayoría de las personas que allí vivían. Arqueología, de los directores de proyecto, de la academia de antropología física).
Generalmente los esqueletos son encontrados por accidente durante el proceso de Al final de la investigación de los materiales óseos del laboratorio, es imprescindi-
exploración y consolidación de los edificios principales. Esos restos óseos aislados ble la entrega de un informe completo de actividades, así como una copia de las
poco pueden decir, hablando estrictamente, de los parámetros de la población en fotografías o radiografías, de acuerdo con cada situación.

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Las colecciones esqueléticas humanas en México: algunos aspectos…

Investigaciones osteológicas a partir física­, con la primera generación a partir de 2004. El programa de posgrado en
de procedimientos invasivos antro­pología física busca la excelencia académica, donde el plan de estudios y el
Hasta hace muy poco tiempo este tipo de procedimientos no eran comunes, sin modelo curricular corresponden a nuevos lineamientos teórico-metodológicos de
embargo el desarrollo de tecnologías de punta en cuanto a paleodieta y a los estudios la disciplina y a las necesidades de alta prioridad del país, lo que implica la defi-
de migración o de adn, han propiciado que se empiecen a utilizar más frecuen- nición explícita y la construcción de nuevos paradigmas en bioarqueología. Estos
temente. La aprobación del proyecto para la obtención de la muestra depende de programas constituyen un hito en la formación de los antropólogos físico mexica-
la regulación de cada centro de trabajo del inah o del laboratorio encargado de nos, así como de los estudiantes de otros países, ya que permiten la formación de
las colecciones, de conformidad con el diseño de la investigación. Se requiere una especialistas de un alto nivel. La integración, en 1996, al programa de posgrado de
autorización específica del Consejo de Arqueología para sacar las muestras, así como varios antropólogos físicos dedicados a la bioarqueología se refleja en el aumen-
para transportarlas dentro o fuera del país. to del número de tesis sobre estos temas. Este aumento no se ve sólo en los
programas de antropología física, sino también en los de arqueología, tanto de la
Formación en antropología física enah como de otras universidades, con las investigaciones dirigidas o asesoradas
La formación de antropólogos físicos en México se inició en la enah. Los primeros por profesores de nuestra institución en los diferentes grados (maestría, docto-
cursos de antropología se dieron hacia 1938, en el Departamento de Antropología rado). En este momento se han presentado más de veinte tesis sobre estudios de
de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional. poblaciones antiguas y múltiples artículos [Brito, 2000; Del Castillo, 2000; Favila,
Estudiantes de la primera generación fueron Eusebio Dávalos, Johanna Faulhaber y 2004; Giannisis, 2004; Gómez, 1999; Hernández, 2002; Huicochea y Márquez
Concepción Uribe. El programa de la licenciatura de antropología consistió en dos Morfín, 2006; Murrillo, 2001; Rodríguez Suárez, 2004].
años con un tronco común de cursos de antropología y luego una especialización
en antropología física o en antropología social; más tarde se agregaron arqueología, Tendencias de la investigación
etnología y lingüística. La Escuela Internacional de Arqueología y Etnología fue Actualmente el tipo de investigaciones y las perspectivas han variado en función
establecida en 1911, pero funcionó como un centro de investigación más que como de los enfoques teórico-metodológicos de ambas disciplinas, así como por factores
escuela; estaba patrocinada por universidades francesas y alemanas y por la Universi- externos, para dar paso a lo que se conoce como bioarqueología [Buikstra y Beck,
dad de Columbia de Estados Unidos. Fue cerrada en 1920 [García-Bárcena, 1993]. 2006; González Licón y Márquez Morfin, 2009; Hernández Espinoza et al., 2008;
La enah se fundó en 1939 como parte del inah y fue ubicada en el Museo Larsen, 1997; Ortega Muñoz y Ramos, 2009].
Nacional de Antropología de la Ciudad de México [Faulhaber, 1993]. En sus El desarrollo de nuevas técnicas en ciencias biológicas y químicas, como la
inicios se elaboraron programas de antropología por parte de personal académico recuperación y la identificación del adn o el análisis de isótopos, tiene una gran
mexicano, de conformidad con la visión general de la antropología. Se estable- influencia en los campos actuales de preparación, formación e investigación que
cieron cuatro especialidades, con cursos obligatorios comunes durante la primera se están desarrollando a nivel internacional en México. Hoy en día diversas inves-
parte del segundo año y los demás de acuerdo con cada subdisciplina. En general, tigaciones tienen como objetivo analizar los patrones de origen de los primeros
las investigaciones arqueológicas se han vinculado con los intereses del gobierno pobladores de América, o aspectos de la migración a través del estudio del adn
respecto del patrimonio cultural y con el desarrollo de una ideología nacionalista. mitocondrial, o de los isótopos de estroncio [De la Cruz Laina et al., 2006; Gon-
En realidad, en México, la enah es la única institución donde es posible obtener zález et al., 2001; Price et al., 1994; Price et al., 2008; Román Berrelleza y Chávez,
un título de licenciado en antropología física. No fue sino hasta 1996 cuando 2006]. Por otra parte, las nuevas tendencias de investigación intentan encontrar
comenzó el programa de maestría en esta subdisciplina. Actualmente se tiene las relaciones de parentesco entre individuos procedentes de unidades domésticas,
un programa específico que incluye la maestría y el doctorado en antropología que prometen resultados interesantes. La identificación de la dieta y sus repercu-

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Las colecciones esqueléticas humanas en México: algunos aspectos…

siones en la salud por medio del análisis de elementos traza o isótopos es un tema República, o sus similares en la Ciudad de México y los estados de la Federación­,
que se representa en muchas investigaciones sobre la población maya de varios así como por la posibilidad de integrar grupos de trabajo en la esfera de los de-
sitios [Berriel, 2002; Brito, 2000; Rodríguez Suárez, 2004]. Hay varios estudios rechos humanos. Esta área requiere la confluencia de varias especialidades y una
sobre la población maya que aplican los resultados bioquímicos de elementos, así formación técnica específica en antropología física.
como los análisis de isótopos, no sólo para reconstruir la dieta de este grupo, sino
incluso para resolver cuestiones como el origen de las personas y algunos aspectos Algunas reflexiones sobre la bioarqueología
individuales, como la migración, en el caso de uno de los gobernadores de Copán, La investigación sobre las poblaciones antiguas es compleja, y la forma de enfocarla
o de otras personas en Teotihuacán. Otro aspecto que puede destacarse entre las depende de las posiciones teóricas y de las líneas de investigación desarrolladas en
nuevas tendencias de investigación y capacitación de los antropólogos físicos es el cada momento histórico, así como de las situaciones políticas y económicas del país.
énfasis de nuestra disciplina en la importancia de las investigaciones integrales con En algunas obras se ha planteado la pregunta de por qué estos estudios estaban en el
un objetivo central. Los niños y la infancia es una de las nuevas líneas de investiga- campo de la descripción y clasificación de los restos esqueléticos, bajo un enfoque
ción de gran importancia en el ámbito internacional actual [Arden, 2006; Arden biológico sencillo de corte positivista; en realidad corresponden a las tendencias de
y Hutson, 2006; Balderas, 2005; Buckley, 2000; Derevenski, 2000; Joyce, 2000; estudio de esa época, que ya han sido criticadas [Dickinson et al., 1982; Peña Saint
Lopiparo, 2006; Márquez Morfin, 2009], y que por lo mismo hemos abierto en Martin, 1982; Sandoval, 1984]. Muchas dificultades se han tenido que superar
la enah. El estudio sobre los procesos de crecimiento de los niños en el pasado para avanzar hacia líneas de estudio sobre los procesos, o problemas concretos y
está empezando a desarrollarse como una pieza clave para la comprensión de la preguntas que incluyen alternativas de interpretación. En las pasadas décadas hemos
adaptación humana en la infancia, la niñez y la adolescencia [Peña y Hernández visto el surgimiento de diversas líneas de generación del conocimiento. Al inicio
Espinoza, 2008; Peña et al., 2007]. Los estudios de género han tenido una enorme del siglo xxi, el inventario de las investigaciones muestra el surgimiento de nuevos
importancia, principalmente para la etnología y la antropología social, y sólo en aspectos dentro de la disciplina y el aumento de las obras sobre diversos temas, pero
la última década la arqueología y la antropología física se han visto interesadas pone de relieve la importancia del trabajo bioarqueológico.
en estos temas [Claassen y Joyce, 1997; Gero y Conkey, 1991; González Licón y Hoy en día una de las grandes preocupaciones de los antropólogos en general
Zamora, 2008; Nelson y Rosen-Ayalon, 2002). Asimismo, el papel de la mujer es la protección del patrimonio nacional, sobre todo de los materiales arqueológi-
en la prehistoria y en el mundo prehispánico comienza a adquirir un lugar en los cos, pero desafortunadamente los aspectos relativos al material esquelético no han
estudios y en los cursos que se imparten en la enah [Alfaro, 2002; Del Castillo tenido la misma atención. No obstante que el valor histórico y cultural de este
y Márquez, 2006; González Licón y Terrones González, 2004; Márquez y Her- material es irrefutable, en el Consejo de Arqueología no se plantea la pertinencia
nández, 2003]. Uno de los temas que ha tenido gran éxito en la última década de contar con la opinión y asesoría de los antropólogos físicos. Es fundamental
en la enah y que se refleja en las tesis de posgrado es la actividad física de los aumentar la conciencia sobre la necesidad de la exploración adecuada, del estudio
individuos antiguos, por medio de las huellas que el trabajo y el comportamiento y de la preservación del material osteológico entre los antropólogos que trabajan
diario imprimen al esqueleto [Bernal, 2001; Giannisis, 2004; Medrano, 1999]. La en México. Los colegas de la amab (Asociación Mexicana de Antropología Bioló-
identificación de marcas de inserciones musculares ha sido uno de los indicadores gica) y los antropólogos del inah invitamos a la discusión y al debate al respecto,
para conocer estos procesos y comprender el modo en que las poblaciones de dife- y esperamos un cambio en la situación actual.
rentes regiones del mundo se adaptan, desde el punto de vista cultural y biológico,
a los diferentes medios de subsistencia, así como a los económicos, ecológicos y
políticos, entre otros. La antropología forense adquiere mayor importancia princi-
palmente por las nuevas oportunidades de trabajo en la Procuraduría General de la

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allan ortega muñoz

mundo­. Entre esas potencialidades de que nos habla Saul está la posibilidad de
que los restos óseos arqueológicos sean una vía de cohesión social identitaria de
los pueblos en México. Ejemplos de estos procesos existen entre los indios estado-
unidenses, que ven a los restos óseos como sus ancestros (v. el trabajo de Cucina y
Los restos de nuestros antepasados Tiesler en este volumen).

en la construcción del patrimonio Por consiguiente, en el presente capítulo abordaremos por qué los restos óseos
pueden y deben ser vistos como un patrimonio cultural tangible, como elementos
cultural tangible y la identidad de nuestra identidad nacional o regional, que por ley lo son, pero que en el día a
de México día, tanto entre los académicos como entre la gente, no se aprecian de esta manera,
sino que pasan por ser tan sólo “un montón de huesos”.

Allan Ortega Muñoz El conocimiento, la globalización y el patrimonio


Centro inah Quintana Roo
Saber quiénes somos y a dónde vamos, dilucidar por qué ocupamos un lugar en
el universo, son preguntas que siempre han estado presentes en todos los seres
humanos desde que desarrollaron un estado de conciencia. ¿Por qué esa necesidad
de conocer, de aprehender nuestra realidad? Mercedes de la Garza nos diría que “el
hombre es libre en la medida en que puede conocer y dirigir sus determinaciones”
[1990:71].
Introducción En el México del siglo xxi las disciplinas antropológicas se enfrentan a cambios
El patrimonio cultural de todo pueblo en el mundo está basado revolucionarios en las mentalidades y en las identidades de los individuos y de los
en dos aspectos que podemos considerar indisociables. Por un grupos sociales. Estos cambios muchas veces operan a ritmos tan acelerados que
lado está lo que se denomina como intangible y que consiste en apenas son perceptibles en las estructuras sociales, por lo que el científico social
la recapitulación de las ideas, la idiosincrasia y la transmisión difícilmente da cuenta de ello.
oral de la historia de los pueblos; por el otro lado se encuentra lo El gran motor de estos cambios, que ha estado operando, por lo menos, desde
tangible, es decir, los vestigios materiales que tienen los pueblos hace veinte años atrás, es la globalización, a la que podemos considerar como una
y lo que han dejado a lo largo de su devenir histórico [Unesco, transformación histórica multidimensional definida por la transformación del sis-
1973, 2003]; este último incluye los restos óseos de aquellos tema productivo, del sistema organizativo, del sistema cultural y del sistema insti-
que construyeron los edificios, de los alfareros que crearon la tucional sobre la base de una revolución tecnológica. La globalización es una serie
cerámica, de los talladores de piedra, entre tantos otros, que los de procesos que no son nuevos, pues ya en diferentes momentos de la humani-
arqueólogos excavan en la actualidad. dad han estado presentes, pero a distintas intensidades, y lo único nuevo es ese
Saul [1972:3] señalaba que muchos de los especialistas en las gran poder: el flujo y la velocidad de la información, lo que genera, en palabras
ciencias antropológicas, pero sobre todo en la arqueología, ig­ de Castells, un mundo nuevo: el mundo de la era de la información [1999:370].
no­raban o menospreciaban la utilidad de la recuperación y el La globalización ha producido “una creciente esquizofrenia social” —diría
poten­cial que reviste el análisis acucioso de los restos óseos, Castells [1995:481]— entre dos polos de poder, representados por las sociedades
es decir, de los antepasados de los pueblos que hoy habitan el regionales y las instituciones locales, y por el sistema económico a un nivel inter-

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Los restos de nuestros antepasados en la construcción del patrimonio…

nacional que opera con sus propias reglas. Para el autor, supone la existencia Las colecciones óseas son el medio más asequible para conocer fehacientemente­
de una alta dependencia económica a escala global, por lo que los gobiernos las características físicas, biológicas y/o bioculturales de los que nos antecedieron,
locales y regionales tienen un reducido margen de funcionamiento, lo que para comprender tanto los procesos biológicos —por ejemplo la adaptación, la
repercute directamente en “la existencia diaria de sus ciudadanos” [op. cit.]. evolución misma— como los socioculturales —por ejemplo los cambios tecno-
Castells concluye con lo siguiente, que resulta fundamental para nuestra exposi- lógicos, las transformaciones en la estructura social y los cambios conductuales o
ción: “las estructuras tradicionales de control social y político sobre el desarrollo, ideológicos, o de cosmovisión—. Por lo tanto su estudio, en los últimos años, ha
el trabajo y la distribución, han sido revertidas por la lógica localizacional [sic] pasado de ser sólo un apéndice en los reportes de las investigaciones arqueológicas­
de una economía internacionalizada puesta en práctica por medio de flujos de [Andrews, 1986; Miranda, 1986] o el análisis de curiosidades o de personajes
información” [ibid.]. únicos en la historia [Dávalos, 1965; Dávalos y Romero, 1950; Romero, 1962;
Estos cambios en las estructuras tradicionales han tocado el tejido profundo Tiesler y Cucina, 2004] a ser, esas colecciones óseas, los protagonistas en las
de cada sociedad que puebla el mundo: su cultura. La cultura es importante en investigaciones­arqueológicas e históricas, aportando las directrices en los plantea-
sí misma, considerando que el conocimiento, o la producción de conocimiento mientos teóricos de nuevas y viejas problemáticas y siendo, en muchos casos, los
(de nuestro alrededor, de nuestro mundo, de nosotros mismos), se hace siempre dilucidadores en la comprensión de los procesos sociales de la humanidad [Cohen
desde una matriz cultural de pertenencia [Béjar y Rosales, 2005:19; v. los ejem- y Armelagos, 1984; Cohen y Crane-Kramer, 2007; González, 2006; Márquez,
plos de Descola y Palsson, 2001]. La cultura es un elemento clave para discernir 2010; Steckel y Rose, 2002, entre muchos otros].
las opciones que tenemos como sociedad. Así, este elemento indisociable del ser No obstante a esta singular posición que tienen actualmente las colecciones
humano, pues hace lo que es él mismo, tiene su referente más tangible en lo que se óseas en cuanto a su utilidad para el conocimiento de la historia de la humanidad,
ha denominado como patrimonio histórico y cultural, y está íntimamente ligado su visibilidad fuera del gremio académico antropológico, si bien nos va, ha sido
con la identidad. casi nula. ¿Por qué? Puede haber varias razones, y la primera puede ser el que la
Los procesos identitarios forman parte de la problemática cultural, por lo que gente, el pueblo en general, no comprende el gran potencial que tiene este tipo de
es necesario avanzar en la comprensión colectiva de la importancia que tienen los estudio, y cada día vemos que la gente no toma en cuenta que los materiales son
procesos simbólicos y los entramados de significación, tanto para los proyectos de en sí mismos elementos arqueológicos, y por ende históricos, de primera mano.
vida individuales como para los colectivos [Béjar y Rosales, 2005]. Otro problema concerniente a ello es que si bien se les puede considerar que
El significado, la concepción y el uso de la cultura están regidos tradicional- son parte del patrimonio histórico cultural (arqueológico), la misma legislación
mente desde el poder del Estado. El Estado ha creado un discurso que sustenta no es específica en ello, por lo que los pone en segundo plano, y son, en el dis-
su poder desde y para él, apoyándose en componentes simbólicos-culturales cir- curso oficial (de las mismas autoridades del inah, por ejemplo), elementos que,
cunscritos en el patrimonio histórico-cultural. Entre la gama de elementos que después de haber sido estudiados, pueden ser desechados o reinhumados, cosa
pertenecen a esta categoría de patrimonio histórico-cultural están los restos óseos lamentable, pues llegan a formar osteotecas de interés público. Por último, con-
de los antiguos pobladores del territorio nacional mexicano. viene señalar el uso del patrimonio histórico cultural como un criterio unificador
Los restos óseos, o material esquelético, han formado lo que en el medio an- de la formación de la identidad nacional, el cual está cambiando, y lo podemos
tropofísico denominamos colecciones óseas o esqueléticas, es decir, un número constatar en la percepción que tiene la gente de ello, cuando vemos, por ejemplo,
de individuos pertenecientes o ubicados dentro de un sitio arqueológico e identi- el uso inadecuado de zona arqueológicas para fines comerciales (como es el caso
ficados con una temporalidad, que puede ser prehistórico o protohistórico, y en de Chichén Itzá, El Tajín o Teotihuacán, por señalar algunos) con lo cual mucha
ocasiones, tanto para México como para América Latina, histórico, ya que puede gente está de acuerdo. Esto también se concibe, así, en cuanto a la percepción de
estar situado dentro del contexto colonial o de la etapa independiente. la importancia que tienen para la sociedad los restos mortales de personajes histó-

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Los restos de nuestros antepasados en la construcción del patrimonio…

ricos nacionales; por ejemplo, en este sentido, la gente ha manifestado por medio bioarqueología—2 que permee a la población general para que se dé cuenta de qué
de los periódicos sus opiniones, tanto de indiferencia como de cuestionamiento, es y para qué sirven nuestros estudios; segundo, la falta de una legislación que con-
por la exhumación de los restos que están depositados en la columna del Ángel sidere a los materiales óseos como elementos primordiales para la reconstrucción
de la Independencia, en la Ciudad de México, para ser analizados y verificar la de la historia nacional y que permita su salvaguarda; y por último, una reflexión
identidad biológica de los que forjaron la independencia de México [La Jornada, amplia e incluyente sobre los posibles nuevos paradigmas de la construcción de la
20 de mayo de 2010].1 identidad nacional [Lomnitz-Adler, 1995; v. los trabajos compilados por Béjar y
A lo que nos preguntamos: ¿qué hace el Estado cuando ve debilitado su poder Rosales, 2005], y sobre todo a través del reconocimiento del patrimonio histórico
por las circunstancias de la globalización, en cuanto al uso y manejo del patrimo- y arqueológico en esta labor.
nio arqueológico, específicamente el osteológico? ¿Cómo se transforma este patri- Como corolario, el presente capítulo tiene el propósito de reflexionar sobre
monio histórico cultural a la luz de los cambios en la idiosincrasia gubernamental? el papel que guarda el patrimonio histórico cultural, sobre todo el osteoarqueo-
¿El pueblo, la gente del día a día, cómo crea y recrea lo que considera patrimonio lógico, en la formación de la identidad nacional, así como los cambios que han
cultural? ¿Qué importancia tienen los materiales óseos para la gente? ¿Los ma- estado sucediendo en los últimos tiempos, a la luz de la globalización, y el posible
teriales óseos tienen o han tenido una función en la concreción de la identidad impacto que ésta tiene sobre la percepción de qué es y para qué se quiere este
nacional del mexicano? patrimonio de la nación desde el punto de vista de la instancia gubernamental y
Al respecto, podemos decir que hay tres problemáticas que están concatena- de la gente misma.
das: la primera es la falta de difusión de las labores del inah y de sus disciplinas an- La metodología con la cual pretendo encontrar las respuestas a mis interro-
tropológicas —entre ellas la antropología física, especialmente la concerniente a la gantes y desarrollar la discusión proviene del análisis de documentos previos que
analizan el problema en cuestión, así como de los resultados de una encuesta apli-
1. Los siguientes son algunos de los comentarios publicados sobre este asunto en ese diario:
cada recientemente (2009) en localidades aledañas a zonas arqueológicas abiertas
Enviado por L. López N. en 20/05/2010 14:17 al público en el sur del estado de Quintana Roo, México [Ortega et al., 2010]. Por
Es ridículo gastar dinero en eso, sobre todo en un país como México donde el dinero no sobra. ¿Qué
tanto, el desarrollo del ensayo está sustentado tanto en elementos teóricos como
importa de quién son esos huesos? Dejen en paz a esos restos históricos y déjenles el valor histórico y
mítico que tienen. ¡Ahora resulta que hacer esos estudios es necesario para celebrar algo que no tiene en la praxis del día a día de una fracción de la sociedad mexicana del siglo xxi.
sentido celebrar!
Enviado por Alejandro en 20/05/2010 19:17
Dudo mucho que en realidad a alguien le interese a quién le corresponden los huesos ahí enterrados.
Antes de todo..., lo que había era oscuridad...
Nos interesa la historia y no los residuos de la misma, en realidad me gustaría saber cuánto van a cobrar López Austin comenta que una forma de concebir el cosmos es a partir del crea-
estos mercenarios y de qué partida del erario va a salir, no sea que al rato nos suban otro puntito el IVA
cionismo, con base en el cual suponemos que todo lo que hay en este mundo
para identificación de huesos de Héroes Nacionales, mejor aún, a la mejor comenzarán a buscar los huesos
de los Héroes Mexicas caídos ante los Españoles. Deplorable. permanece invariable desde el momento en que fue hecho por una “potencia di-
Enviado por E. García en 20/05/2010 19:18 vina” [López Austin y Millones, 2008:32]. Este razonamiento nos sirve de marco
Eso es lo que no me gusta de la afición por los íconos que tienen las autoridades de este país, la cual
ya hace mucho que superó a la de Billy Gates. Realmente no importa que los huesos estén mezclados o que
para discutir todas las concepciones que tenemos sobre nuestro entorno y lo que
estén como estén. Es cierto que fueron los que comenzaron la lucha por México que aún no terminamos, pero creamos en nuestra mente, entre ellas los paradigmas3 que nos sustentan y las
creo que ellos preferirían que sus huesos fueran integrados a la tierra o que sus cenizas se esparcieran en
instituciones que nos rigen. Es decir, desde nuestras concepciones, el cosmos, a
sus terruños, en lugar de estar de aquí para allá como fenómenos de circo. México es un país de contrastes,
si bien criticamos a las naciones por su doble moral, México además tiene un doble patriotismo, no pode-
mos utilizar la bandera en varias cosas, y sin embargo, no somos ni siquiera propietarios de nuestro propio 2. Denominaremos como bioarqueología al área del conocimiento integrante de los campos de estudio
hipno [sic]. Esos huesos deben irse a una tumba, estén mezclados o no, y las autoridades deben dejar de biológico de un objeto arqueológico analizado dentro de su contexto histórico y cultural, sin tomar en cuenta
gastar a lo tonto los recursos. Con ese mismo dinero lograrían darle una fuente de ingresos al menos a diez la disciplina de origen del investigador, ya sea arqueólogo o antropólogo físico.
familias pobres. ¿Qué diría Hidalgo? 3. El concepto de paradigma es retomado de Thomas S. Kuhn [2004].

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diferencia del creacionismo, lo podemos establecer como un allá-entonces y un aquí- no sólo en sus ámbitos creativos —pintura, cine, literatura—, sino también en sus
ahora, parafraseando a López Austin [ibid.], es decir, como procesos de formación cotidianidades [ibid.].
y transformación­a través del tiempo. El giro histórico de este devenir posrevolucionario surgió en los años ochenta,
Uno de estos paradigmas que están en constante transformación es la iden- cuando las determinaciones del capitalismo global presionaron a los Estados lati-
tidad nacional. La formación de la identidad nacional no ha sido un tema fácil. noamericanos a cumplir un nuevo papel: el de la modernización en el marco de la
Béjar y Rosales [2005] consideran la existencia de una serie de desafíos teóricos globalización, lo que implica la adaptación a la economía traspasando al mercado
y políticos que discurren sobre la identidad nacional. Por tal motivo, al entrar al lo que era del Estado [Béjar y Rosales, 2005]. Aunado a este cambio marcado por
tema de la identidad nacional mexicana debemos repensarla tanto como un pro- la entrada al neoliberalismo, la crisis económica —la devaluación del peso frente
blema político, cultural y conceptual elaborado diacrónicamente [Béjar y Rosales, al dólar— que estalló y marcó al país hasta la fecha, fue su efecto en el ámbito
2005; Lomnitz-Adler, 1995:13-14]. cultural nacional. Para Jiménez [2006:24], hizo que los gobiernos reconsideraran
A lo largo del siglo xx el principio identitario o dominante en toda América las concepciones y estrategias en que se sustentaba la obligación del Estado de
Latina fue la identidad nacional [Béjar y Rosales, 2005:29]. De hecho, este es el atender las necesidades culturales —de toda índole— de una población creciente.
antecedente directo de la construcción de lo nacional que proviene del siglo xix,
cuando los diferentes territorios que constituyen Latinoamérica se emanciparon En México, la disminución de los presupuestos para la educación y la cultura, la sus-
de la metrópoli, en el que el referente es el donde nació la gente. Castillo, Tous- pensión del crecimiento de la infraestructura cultural, la caída de la inversión para
saint y Vázquez [2006:43] lo exponen de la siguiente manera: al dotarse los países la investigación científico-técnica, la masificación del sistema educativo, entre otras
latinoamericanos de una estructura territorial establecieron pautas y valores que secuelas, se volvieron en una avalancha difícil de frenar [ibid.].
les sirvieron en la construcción identitaria de lo nacional, forjando así el llamado
territorio nacional. Este constructo, comentan los autores, se convirtió en el “prin- Nuevos tiempos, cambios sin precedentes
cipal referente de adscripción e identidad de las nuevas nacionalidades”, devino de Ya otros autores han tratado el tema de si la globalización ha afectado las concepcio-
esta apropiación del espacio donde se nacía o residía como un factor determinante nes culturales del mexicano en torno de su identidad nacional [Arizpe, 2005; Béjar
de la condición nacional “antes que cualquier otro tipo de pacto social o funda- y Rosales, 2005, Casas, 2005; Cappello, 2005; Machuca, 2005; Vizcaíno, 2005]
mento identitario (étnico, religioso o cultural)”. o regional [v.g., entre los mayas, v. el caso de Pérez Ruiz, 2005]. La respuesta no
La lucha armada de 1910-1917 fue igualmente importante en el orden de es unívoca sino más bien compleja y, como establece Lourdes Arizpe [op. cit.:39],
las ideas de la población mexicana, pues, de acuerdo con Ricardo Pérez Monfort la interactividad cultural en un mundo globalizado adquiere una complejidad que
[2005:70], trajo consigo un claro replanteamiento de los valores y de la cultura rebasa los antiguos debates sobre simples políticas culturales, y por ende de iden-
mexicana, sobre todo después de los años veinte. En la posrevolución las élites tidades.
abrevaron orgullosamente de la vertiente popular e indígena mexicana, la cual Si bien es cierto que esto no es nuevo, pues, como mencionan Béjar y Rosales
antes estuvo relegada y menospreciada por ellas mismas durante el Porfiriato, [op. cit.], las transformaciones históricas mundiales siempre han reactualizado el
afirmando la condición nacionalista, y sentaron las bases para realizar un intento tema de las identidades culturales y en particular el de las identidades nacionales.
de repensar las historias y las culturas nacionales [Pérez Monfort, op. cit.]. Por lo Ejemplo de ello lo podemos constatar en las grandes migraciones ocurridas desde
tanto, para los hijos de la revolución, el crear la cultura nacional y promover el mediados del siglo xix hasta antes de 1945, que es cuando cambian las reglas de
desarrollo del país se basó en la revaloración del pasado y en la recuperación de los la migración [Castles y Miller, 2004]. Por siempre habrá relaciones entre la glo­
usos y costumbres populares dirigidas a fortalecer la tradición [ibid.; Díaz Arcinie- balización y la cultura, teniendo como resultado el conflicto o una crisis de la
ga, 1989]. Así, la cultura popular fue adquiriendo un rango de cultura nacional, identidad nacional para los pobladores de Latinoamérica [Béjar y Rosales, op. cit.].

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De esta forma, Béjar y Rosales ven a un mundo de transformaciones sociales ción: simbólica o económica, sobre los bienes culturales; incluso, como parte de la
mundiales y su expresión en el plano de las teorías, por lo que consideran que afirmación de identidades colectivas de diverso tipo [ibid.: 173-174].
para comprender la época histórica contemporánea resulta indispensable tomar
en cuenta el juego dialéctico que se establece entre la globalización y los procesos ¿Para qué quiero conocer mi pasado?
identitarios. Machuca [op. cit.:135] advierte que “las naciones de hoy ya no se or- Los cambios están a la vista. De eso no hay duda. Estos cambios están repercutiendo
ganizan como totalidades endógenas, ni la identidad nacional implica la exclusión directamente en la forma de ver y entender el patrimonio cultural [Jiménez, 2006;
del otro para afirmarse”, sino que están conformadas por una multiplicidad de Machuca, 2005; Ortega et al., 2010]. Como ya mencionamos, hay elementos
identidades, lo cual no significa necesariamente que sean países multinacionales. perniciosos en estos cambios y que pueden producir un desencanto, sobre de todo
Para nuestro autor, la identidad nacional se da por una afinidad y por la disposi- por parte de los académicos, por lo que, retomando las palabras de Villoro, consi-
ción voluntaria y libremente decidida de la persona, más que por el nacimiento deramos que “frente al desencanto se impone la necesidad de una reflexión teórica.
(como pasaba en el siglo xix), “como un destino ineluctable” [op. cit.]. Frente al desencanto es urgente que nos atrevamos a preguntar de nuevo” [Villoro,
Los cambios que ha sufrido el Estado han sido registrados como si se trata- 1997:7; v. Béjar y Rosales, 2005:20].
ran de manifestaciones parciales o circunstanciales (de desregulación y de pri- Esta gran pregunta es para qué y por qué medios quiero conocer mi pasado.
vatizaciones y reformas constitucionales diversas), sin una conexión significativa Empecemos por responder la primera pregunta: ¿para qué deseo conocer mi pa-
de conjunto. Para Machuca [op. cit.] es todo lo contrario, es muestra de un plan sado? Ya los teóricos de la historia han comentado que a través del análisis de los
mayor, organizado y de largo plazo, más allá de los periodos sexenales de gobiernos eventos del pasado podemos comprender nuestro presente. Eso está claro, pero ¿la
mexicanos. Estos cambios, él lo deja bien claro, se deben tanto a factores de índole gente lo tiene claro?, ¿cómo saberlo? Para responder estas preguntas usaremos los
externa —v.g., la globalización— como interna —crisis de un tipo de Estado so- resultados de una encuesta aplicada en 2009 en el sur de Quintana Roo [v. Ortega
cial—, dando forma así a un proceso que es al mismo tiempo mundial y nacional. et al., 2010]5 a la gente que vive en las cercanías de cuatro zonas arqueológicas
Ante el retiro del papel central y protagonista del Estado se diversifican los abiertas al público. De los principales resultados observamos que 87% (n=617
agentes culturales y se generan múltiples conflictos con creadores y con organiza- personas mayores de 15 años) sí conocen la zona arqueológica cercana a su loca-
ciones de la sociedad civil [Béjar y Rosales, 2005:32], lo que impulsa la búsque- lidad, y de éstos 74% la han visitado, es decir, la conocen físicamente. ¿Qué los
da de nuevos esquemas y mecanismos de vinculación con la sociedad desde los motivó a conocerla? Las respuestas fueron muy variadas, pero podemos decir que
años noventa (v.g., la creación del Conaculta y del Fonca, entre otros)4 [Jiménez, 81% de los encuestados opinó que fue con el fin de conocer el lugar y por motivos
2006:24]. Por tanto, lejos de ser todo malo, hay una serie de ventajas, desde el de esparcimiento, 9% tanto con fines laborales como por visita escolar, y 1.5%
punto de vista de Machuca [2005:173], quien considera que se ha replanteado por otros motivos.
la jerarquía histórica, simbólica y política de los contenidos culturales, haciéndo-
se presentes expresiones pluriculturales desde los diferentes grupos sociales que
5. Los resultados corresponden al proyecto de investigación: “Etnografía de las localidades aledañas
conforman el país, y no sólo desde el ámbito urbano, sino también del rural e a las zonas arqueológicas abiertas al público. Zona Sur. Relaciones de economía, identidad, hegemonía e
indígena. impacto del desarrollo turístico”, desarrollado por Paloma Escalante Gonzalbo, Adriana Velázquez Morlet y
el que suscribe el presente capítulo. El proyecto tenía como finalidad presentar un material etnográfico que
fuera una fuente directa para conocer a las comunidades aledañas a los sitios arqueológicos más visitados
Se vislumbra la presencia creciente de una diversidad de actores, con intereses distintos por el turismo, y las que están sufriendo un crecimiento acelerado por la misma razón; así como tratar de
y hasta divergentes, que pugnan por tener una injerencia o ejercer formas de apropia- entender la dinámica tradicional, el desarrollo histórico de estas poblaciones y las formas en que su vida,
su cotidianidad, su cultura y sus recursos se ven alterados. Para tal cometido se aplicaron cerca de 750 en-
cuestas a personas mayores de 10 años de cinco localidades: Calderitas, Chacchobén, Chetumal, Francisco
4. Consejo para la Cultura y las Artes y Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Villa, Lázaro Cárdenas y Morocoy, todas ubicadas en el sur del estado de Quintana Roo.

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De los resultados anteriores vale la pena señalar cuál es la percepción que tiene dio resaltó, en primer lugar, el desconocimiento de la ley con respecto al manejo
la gente sobre qué son para ellos las zonas arqueológicas, es decir, qué significan. del patrimonio cultural tangible (lo arqueológico), y, en segundo, la falta de una
53% de los encuestados valoran a las zonas arqueológicas como una herencia his- cultura de información sobre la protección del patrimonio arqueológico. También
tórica, les siguen aquellos que las consideran como un lugar sagrado (14%), y 8% muestra que existe la idea de que se puede ganar un dinero con las piezas, y que al
de ellos las ven como una fuente de empleo. Sin embargo, mucha gente le asigna parecer no importa violentar la ley, de donde puede deducirse un pobre sentido de
a estas zonas una combinación de dos o más valoraciones. Es decir, hay 8% de pertenencia entre las piezas y el sujeto que las encuentra.
encuestados que las consideran tanto una herencia histórica como una fuente Así, podemos pensar que la gente en México, si es válida la extrapolación (ya
de empleo; otro 5% las ven tanto como una herencia histórica y como un lugar sa- que los encuestados provienen de diferentes partes de la República),6 ha entablado
grado; otro 4% las consideran de las tres formas, es decir, como herencia histórica, una relación diferente con su historia, con su patrimonio, en la que éste todavía
fuente de empleo y lugar sagrado; y por último, hay 1% de los encuestados que las se percibe como parte de sí, y de igual manera, se han tejido otros lazos (v.g., eco-
consideran como fuente de empleo y a la vez como un lugar sagrado. Curioso es nómicos, turísticos) que le dan otro sentido. Pero, ¿y qué pasará con los materiales
señalar que hay 2% de ellos que opinaron que estas zonas arqueológicas no tienen óseos encontrados en las antiguas ciudades prehispánicas?, ¿con los restos mortales
ningún valor en especial. de la gente de la colonia o de la época novohispana del país? ¿Tendrán este nuevo
Aunado a la valoración que puedan tener estas personas de las zonas arqueoló- referente? ¿Serán parte de la construcción de esa escasa identidad, sobre todo en el
gicas, el considerarlas como de su propia cultura es un aspecto más para tomar en ámbito nacional, que ahora ya tienen los vestigios arqueológicos? No hay estudios
cuenta la importancia que tienen éstas para los pobladores, quienes en su mayoría académicos que nos den respuestas. Sin embargo, empíricamente, en las denun-
son migrantes, o descendientes de migrantes, y con una minoría de origen maya. cias que día a día nos llegan a las oficinas del inah (Centro inah Quintana Roo) la
81% de los encuestados mayores de 15 años consideran a la zona arqueológica gente refiere que los huesos humanos pueden ser tomados como los ancestros o
cercana a su localidad como parte de su cultura, mientras que 13% opina lo con- como los antiguos pobladores de estas tierras (como mencionamos, Quintana Roo
trario. Cabe señalar que 6% restante no contestó a la pregunta. es un estado de migrantes), pero que en general no tienen nada que ver con ellos, en
De estos resultados podemos observar con satisfacción que la mayoría de la un sentido estricto de identidad, al menos con los inmigrantes.
gente que vive cerca de una zona arqueológica, al menos en el sur de Quintana Por lo tanto, el sentido de pertenencia podría ser más regional que nacional,
Roo, sí la conocen y la han visitado, además de que la consideran una herencia y en algunos casos, aun en ciertos grupos de los mayas de Quintana Roo, el lazo
histórica o un lugar sagrado. Sin embargo, lo contradictorio está en la motivación que los une con los mayas prehispánicos se encuentra roto o está muy endeble, al
que tienen para visitar las zonas arqueológicas: primeramente están los motivos hacer uso de estos materiales como una escenografía montada para vender o al-
de esparcimiento y luego los laborales; por consiguiente, cabe la pregunta, ¿en quilar sus recursos naturales al turismo [tal es el caso de los cenotes que contienen
dónde se quedó el interés de visitar el sitio arqueológico para conocer la historia materiales óseos humanos y/o animales —v. por ejemplo, González y Rojas, 2006;
de nuestro país, de “nuestros ancestros”, o de sus ancestros en el caso de los mayas? González et al., 2008—]; igualmente, cuando reportan restos óseos exhumados de
Si esto pasa con las zonas arqueológicas, ¿qué pasará con los elementos ar- iglesias del siglo xviii en localidades mayas, como en la iglesia de Sabán, Quintana
queológicos (hueso —ya se animal o humano—, concha y lítica, entre otros)? Roo, con posibles osamentas del siglo xix, donde los pobladores, por órdenes
Para responder esta pregunta analicemos una vez más la encuesta citada. En ella se del sacerdo­te, lo que hacen es arrojarlos a una fosa común del cementerio de la
preguntó a la gente de estas localidades: ¿en caso de encontrar una pieza arqueo-
lógica, qué haría? La mayoría de los encuestados dijeron que tomarían la pieza 6. Quintana Roo es un entidad joven forjada desde los inicios del siglo xx, sobre todo el sur y el norte
del estado, por migrantes de diferentes latitudes de la República Mexicana, así como del extranjero. De estos
del lugar donde fue hallada y harían desde entregar la pieza, o guardarla como primeros pobladores han pasado apenas unas cuantas generaciones y actualmente es una de las regiones
recuerdo (18% de los encuestados), hasta venderla [Ortega et al., 2010]. El estu- del país de mayor atracción de gente [Ortega, 2009; Vargas, 2009].

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localidad, después de exhumarlos del interior de la iglesia. Como vemos, no hay con el propósito de lograr el objetivo deseado; una línea de acción deliberada por
tal relación de estos pobladores con las osamentas, ni éstas son forjadoras de una parte de las autoridades; una declaración de intención y, por último, una instru-
identidad local, ni mucho menos nacional. mentación de la intención.
Entre estos razonamientos vale la pena volver a preguntarse: ¿para qué quiero Las políticas son públicas, comenta Vargas [2009:11], porque abarcan espacios
conocer la historia y con qué medios voy a cumplir este objetivo? Por lo tanto, más allá de los ámbitos del Estado, siendo aquéllos los relacionados con la socie-
vale la pena la reflexión teórica sobre el uso del patrimonio cultural arqueológico, dad en su conjunto. La pregunta fundamental en dicha política y sus hacedores es
específicamente el de los materiales óseos, por parte de los diferentes actores invo- cómo integrar la participación de la ciudadanía en las decisiones gubernamentales,
lucrados, el Estado y la gente, para que se refleje en la construcción de la identidad pues la participación social ayuda al proceso en cuanto a generar políticas legíti-
nacional y a su vez permita el cuidado y la conservación de estos materiales tanto mas, pero no al resultado de las políticas, es decir, no necesariamente eficientes.
por parte de la gente como de las autoridades, representadas en este caso por el inah. Tarde o temprano, acota Vargas [ibid.:12], la participación social se convierte en
El fin último: una adecuada política pública para el cuidado, la conservación, la un instrumento político más que de políticas.
investigación y, por ende, la difusión de nuestro legado histórico, bajo una base emi- ¿Qué elementos o enfoque pueden tener las políticas públicas? Vargas, en su
nentemente social y educacional y no sólo turística, como hasta ahora se ha hecho a disertación, amplía esta respuesta, la cual es de mucha utilidad para nuestro ensa-
causa de los grandes cambios producidos por la globalización económica. yo. Las políticas públicas, en términos generales, tienen dos enfoques: el primero
involucra un elemento fundamental de variación local que puede ser adecuada
La política estatal en la conformación de la identidad para un enfoque de abajo hacia arriba (bottom-up; v.g., consultas públicas, refe-
nacional a partir del patrimonio histórico-cultural réndums, entre otros) mientras que aquéllas en las que la igualdad es significativa
Las problemáticas aquí planteadas presentan un verdadero reto en el discurso de qué (las que involucran derechos civiles básicos) pueden ser mejores candidatas a usar
es y para qué queremos el patrimonio histórico-arqueológico, sobre todo, y en este un enfoque de decisiones verticales (top-down), basadas en procesos racionales
caso, el osteológico. Hay nuevos tiempos, nuevos paradigmas que nos hacen pensar (análisis técnico sistemático de indicadores, encuestas, estudios). No es un asunto
en cambios en las políticas culturales. Jiménez [2006:29] lo expresa acertadamente de mayorías democráticas, señala el autor, sino de justicia e inclusión [op. cit.:13].
al señalar que las nuevas formas de apropiación de la cultura dominada por los Las políticas públicas son tratadas generalmente desde una perspectiva de ciclo
medios tecnológicos hace evidente la necesidad de combinar la política cultural (proceso) que consta de la formación, el análisis (definición de problemas), la
con el uso de los medios electrónicos y de la tecnología, aunado con los estudios agenda, la formulación, la instrumentación y la evaluación de las políticas. Por
de hábitos de consumo cultural y las formas de percepción de la gente. lo tanto, centrándonos en el segundo y tercer aspecto: el análisis se enfoca en las
De esta manera, se le presenta a la antropología en general un desafío teórico condiciones y los problemas para analizar y definir los problemas públicos que
y, por qué no, hasta político y económico, en cuanto al uso y el acceso a los restos derivan en una agenda gubernamental [op. cit.].
óseos en el nuevo marco de vida que está sucediendo en relación con la identidad Para Vargas hay dos factores que afectan este esquema lógico en la definición
nacional mexicana, dentro y fuera de la academia. de problemas y agendas: el contexto organizacional y las premisas valorativas de
¿Qué significa esto de que es un reto político al que nos enfrentamos? ¿Cuál los integrantes de las organizaciones [ibid.]. Dery señala [1984; v. también Vargas,
es la forma de hacer política de nuestros días? ¿Qué tipo de políticas son las más op. cit.] que el contexto organizacional desarrolla una memoria que institucionali-
idóneas y que debemos promover desde nuestra trinchera académica? Vayamos za también soluciones. Además, los integrantes de las organizaciones, como indivi-
por partes. Miró [1971:1] comenta que la política sólo puede darse como una duos, están limitados por las premisas valorativas y factuales que las organizaciones
decisión del sector público, la cual tiene una clara definición del sujeto al que va elaboran a lo largo de su existencia. Así, establece Vargas, la institucionalización de
dirigida; el reconocimiento del curso que se desea que sigan los acontecimientos las soluciones supone la institucionalización de la definición de problemas, por lo

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que cualquier cambio de definición de un problema social que no sea incremental en contextos muy locales y específicos, y esto es retroalimentado por una escasa vi-
tiene grandes posibilidades de generar rechazo, sobre todo por parte de los indi- sión del sector académico en cuanto a la difusión de los trabajos de investigación.
viduos y grupos que se han beneficiado de las definiciones existentes. En síntesis, Debemos acercarnos a la construcción de políticas de abajo hacia arriba, pues
apunta el autor, “redefinir problemas resulta casi imposible, o por lo menos muy con lo que trabajamos son piezas que le dan sentido el discurso de la construcción
difícil” [2009:14]. de la(s) identidad(es), y éstas son relacionales, históricas, por lo que cambian cons-
En este sentido, hay dos modelos institucionales para la toma de decisiones tantemente [Béjar y Rosales, 2005:31]. Así, los autores comentan: “…identidad
(y definición de problemas) que retoman los enfoques arriba mencionados en nacional mexicana debe pensarse como un resultado histórico abierto y en trans-
el ámbito de los Estados nacionales: el pluralista y el estatista. A grandes rasgos, formación y debe evitarse el tratarla como una esencia o como una realidad cris-
podemos decir que en el primero se requiere una infraestructura gubernamental talizada” [ibid.:19]. Por consiguiente, qué sentido tiene que la identidad nacional
permeable que permita procesar múltiples demandas de abajo hacia arriba. En el se marque y se construya desde arriba a partir de políticas culturales erróneas, que
segundo, esta infraestructura es impermeable, en parte por el alto grado de verti- tan sólo mercantilizan y cosifican lo que en sí mismo debe dar sentido.
calidad de la toma de decisiones y de la formulación de políticas, siendo que las Por último, y para terminar esta exposición, creo sumamente importante que
instituciones no están diseñadas para la coordinación. La participación se ve con desde la misma institución que da las directrices de la conservación y la inves-
recelo “porque se vive la dictadura de la desconfianza” [op. cit.:14]. Así, la deman- tigación del patrimonio arqueológico nacional, el inah, a través de sus leyes y
da social, la forma de ver el problema, la manera de resolverlo y, por consecuencia, fundamentos, y los que hacemos investigación, debemos exponer escenarios po-
la agenda gubernamental, se implantan desde el mismo gobierno a través de me- líticos que superen los paradigmas nacionalistas anacrónicos mediante su revisión
dios de comunicación, grupos de interés, intelectuales, sindicatos o cualquier otro y crítica­, como lo exponen Béjar y Rosales [2005], no en perjuicio de la conser-
medio. El régimen revolucionario de México en el siglo xx, termina por exponer vación del patrimonio arqueológico e histórico, sino en pro de una reflexión más
el autor referido, es un ejemplo de ello [op. cit.:14-15]. amplia de qué es y qué queremos de él, sobre todo los materiales osteológicos,
Sobre estos fundamentos de las políticas públicas, las políticas culturales, como que son los que están en mayor peligro de destrucción por su invisibilidad misma
parte de las primeras, en un contexto neoliberal, tienden a que las actividades como productores de identidad nacional.
culturales deban ser rentables, acentuándose la mercantilización de los bienes sim-
bólicos y se recicla el patrimonio cultural como parte de las estrategias turísticas A manera de conclusiones
y comerciales [Béjar y Rosales, 2005:32; Jiménez, 2006]. Por lo tanto, sin tomar Jiménez [2006:31] comenta que una de las grandes contradicciones de la globaliza-
en cuenta las diversidades culturales ni las diferentes formas de apreciación de la ción es que marca el “énfasis por las dimensiones regionales y locales de desarrollo”,
cultura y del patrimonio, vemos que el gobierno ha hecho y hace una política de y Vizcaíno [2005:240] argumenta que hay una conexión entre los diferentes grupos
arriba hacia abajo de qué es lo que se quiere hacer con el patrimonio, tanto como sociales (aunque sean minorías) y la globalización. Así pues, a pesar del debilita-
concepto y como bien de mercado, sin tomar en cuenta otras opiniones, salvo las miento del Estado frente a las fuerzas de la globalización, los elementos de la iden-
que están en la misma tónica. tidad tanto nacional, pero sobre todo regional, no parecen decrecer [op. cit.:250].
Como vemos, el futuro de los elementos arqueológicos es un tanto incierto con La pérdida de certezas traída por la posmodernidad ha sido acompañada de la
el cambio de los paradigmas, sobre todo de los restos óseos, pues mientras éstos se apertura de diferentes senderos de búsqueda identitaria, señala Jiménez [op. cit.:
vean como elementos descartables con una utilidad mínima, salvo como piezas es- 32], y agrega:
cenográficas (sería bueno que al menos fueran museográficas), la gente continuará
desechándolas a su paso al ser encontrados en los campos de cultivo o en las cons- el individuo quiere volver a ubicarse en el cosmos y se aventura en la restauración de
trucciones de hoy en día, pues poco importan como parte de su identidad, salvo sus raíces, intenta regresar a los orígenes, ponerse en contacto con la naturaleza, se hace

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Colecciones esqueléticas humanas en México allan ortega muñoz
Los restos de nuestros antepasados en la construcción del patrimonio…

partícipe de complejas prácticas espirituales en un intento de restablecer el sitio que Bibliografía


le han quitado la masificación, el deterioro de las condiciones de vida y la ruptura de Medios digitales
La Jornada en línea: “Exhumarán restos de héroes independentistas para aclarar identidad. Expertos
muchos paradigmas.
analizarán los que están en Ángel de la Independencia para determinar identidad”: historia-
dor en http://enlinea.jornada.com.mx/ultimas/2010/05/20/exhumaran-restos-de-heroes-in-
La cultura es un tema prioritario en la agenda política, económica y social de dependentistas-para-aclarar-identidad, visitado el día 22 de mayo de 2010 a las 15:00 horas.
Andrews, Antonio P.
todo el mundo, y México no debería ser la excepción; sin embargo, lo que está en
1986 “La fauna arqueológica de El Meco”, en Andrews, Antonio P. y Fernando Robles Castellanos
riesgo para la cultura, dice Arizpe [2005:40], es “la banalización de las acciones (coords.), Excavaciones arqueológicas en El Meco, Quintana Roo, 1977, México, inah, Colec-
del Estado y del gobierno sobre la cultura. El riesgo es la involución cultural”, ción Científica, serie Arqueología, pp. 67-75.
y concluye que se ha perdido la base del pensamiento político y social que lo Arizpe, Lourdes
2005 “La transformación de la cultura en México”, en Béjar, Raúl, y Héctor Rosales (eds.), La
apuntalaba.
identidad nacional mexicana como problema político y cultural, México, Centro Regional de
¿Qué nos toca hacer a nosotros los antropólogos, que estamos en el área de la Investigaciones Multidisciplinarias de la unam, Colección Multidisciplina, pp. 37-55.
bioarqueología, cuando todos estos elementos señalados trastocan nuestro objeto Béjar, Raúl y Héctor Rosales
de estudio? ¿Qué debemos hacer cuando nuestra lucha está más allá del clásico 2005 “Las identidades nacionales hoy. Desafíos teóricos y políticos”, en Béjar, Raúl, y Héctor Rosales
(eds.), La identidad nacional mexicana como problema político y cultural, México, Centro Regio-
estira y afloje con el gremio de la arqueología? ¿En qué bases debemos sustentar nal de Investigaciones Multidisciplinarias de la unam, Colección Multidisciplina, pp. 15-35.
nuestro discurso para continuar trabajando en los estudios de las poblaciones del Cappello, Héctor M.
pasado? 2005 “Identidad nacional y carácter cívico político en el México de la transición política”, en Béjar,
Raúl, y Héctor Rosales (eds.), La identidad nacional mexicana como problema político y cultu-
En este capítulo hemos tratado de exponer que los cambios que han estado
ral, México, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la unam, Colección
ocurriendo a nivel global, trastocando nuestro sentido de ser, trastocan también Multidisciplina, pp. 253-282.
el discurso histórico que han tenido los elementos arqueológicos (en este caso Casas Pérez, María de la Luz
concreto los restos óseos) para la gente, y por lo tanto el sentido que tienen para 2005 “La otra piel de la cultura: comunicación e identidad en el nuevo milenio”, en Béjar, Raúl,
y Héctor Rosales (eds.), La identidad nacional mexicana como problema político y cultural,
nosotros los especialistas ha sido trastocado igualmente, sin que nos hayamos dado
México, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la unam, Colección Mul-
cuenta o sin que nos hayamos detenido a pensar sobre el asunto. tidisciplina, pp. 177-208.
Los restos óseos podrían seguir construyendo la identidad del mexicano, si es Castells, Manuel
que alguna vez lo hicieron, pero quizá ya no a nivel nacional, sino regional o local; 1995 La ciudad informacional. Tecnologías de la información, reestructuración económica y el proceso
urbano-regional, Madrid, Alianza Editorial, Tecnología, Economía, Sociedad.
los restos óseos podrían seguir siendo uno de los elementos clave en la construc- 1999 La era de la información: economía, sociedad y cultura, vol. III, Fin de milenio, México, Siglo
ción de un nuevo patrimonio nacional, siempre y cuando la gente del día a día XXI Editores.
reconstruya sus elementos de identidad a partir de este patrimonio, y el gobierno y Castillo, Manuel Ángel, Mónica Toussaint Ribot y Mario Vázquez Olivera
2006 Espacios diversos, historia en común. México, Guatemala y Belice: la construcción de una
la institución a la que pertenecemos algunos de los que contribuimos en este libro,
frontera, México, Secretaría de Relaciones Exteriores, Dirección General del Acervo
nos demos cuenta de que la identidad nacional se construye de abajo hacia arriba, Histórico Diplomático, colección México y sus Fronteras, Frontera Sur.
y que ésta puede apoyar a la conservación e investigación de esas sociedades que ya Castles, Stephen y Mark J. Miller,
no están aquí para hablar y defender su historia. 2004 La era de la migración. Movimientos internacionales de población en el mundo, México, H. Cá-
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Patricia Olga Hernández Espinoza

responder las interrogantes que fueron planteadas previamente en un protocolo


de investigación.
Existe una reacia oposición entre un sector de antropólogos físicos a usar el tér-
mino “bioarqueología”, así como a asumir su significado en términos profesionales,
¿De quién es el material osteológico? ya que, en palabras de algunos colegas, en México no puede existir la bioarqueología
Algunas reflexiones sobre el estudio, porque hay antropólogos físicos y arqueólogos, lo que no sucede en otros países,
donde el arqueólogo es el que excava y analiza los restos óseos producto de la ex-
la conservación y la custodia de los cavación de un sitio arqueológico, de ahí su denominación como bioarqueólogos.
materiales óseos Otras opiniones señalan que en México no puede existir la bioarqueología porque
a los antropólogos físicos, de acuerdo con la legislación vigente en el inah, no se
les permite excavar, y por lo tanto no es posible cumplir con los objetivos de la
Patricia Olga Hernández Espinoza bioarqueología. Afortunadamente no todos los colegas piensan de este modo.
Posgrado de Antropología Física, enah Lo anterior, en una primera instancia, denota un claro desconocimiento de la
propuesta teórico-metodológica de la bioarqueología; los que se oponen ignoran
sus postulados básicos y lo que se ha escrito sobre el tema en la última década
tanto en México como en el resto del mundo [Buikstra y Beck, 2006; González
Licón y Márquez Morfín, 2009; Hernández Espinoza et al., 2008; Larsen, 2000
y 2003; Rodríguez Cuenca, 2005, 2006, 2007a y 2007b; Rodríguez Cuenca y
Introducción Blanco, 2008; Rodríguez Cuenca et al., 2005]. También refleja, y de ahí nuestra
El material osteológico, es decir los restos mortales de los an- principal preocupación al escribir esta contribución, una postura ante el queha-
tiguos habitantes de un lugar, es la materia prima con la cual cer profesional que se traduce en trabajos de corte descriptivo que nunca integran
trabajamos los profesionales de la antropología encargados del el contexto social e histórico de las poblaciones estudiadas al resultado del análisis
estudio de los restos de poblaciones que habitaron un sitio en un osteológico, y defiende la separación de tareas entre las distintas especialidades,
tiempo remoto, ya sea materiales o biológicos, que es el princi- sin entender que lo que realmente se defiende es la subordinación del antropólo-
pio rector de la bioarqueología. La bioarqueología propiamente go físico al arqueólogo, es decir el protagonismo del arqueólogo, en detrimento
dicha es un concepto que utilizó Buikstra a finales de los años del trabajo antropofísico, con el argumento de que el proyecto fue concebido
setenta [1977, v. 2006: xvii; Larsen, 2000] para denominar por el primero y que el segundo sólo participó en el análisis de una parte del
una metodología integral con la cual interpretar los hallazgos material obtenido durante la excavación, pero sin tomar en cuenta que, según la
de una excavación que incluyen todo tipo de materiales. No Ley Orgánica del inah, esta parte del material también es patrimonio cultural
se trata de que el arqueólogo analice los restos de la cultura arqueológico y la única fuente de información sobre la gente que habitó el lugar
material y el antropólogo físico los restos óseos, y que después excavado [inah, 1939].
éste entregue su “informe”, que la mayoría de la veces forma Ésta ha sido la historia que ha ligado a las dos disciplinas, al menos en el inah,
parte de un apéndice de la publicación; la propuesta implica una en detrimento de las funciones encomendadas, pues los resultados son parciales,
coordinación de ideas, supuestos, hipótesis y discusiones entre poco explicativos y carentes de planteamientos de hipótesis para generar nuevos
pares, que a partir de distintos enfoques abordan un tema para conocimientos. Sin embargo, éste es el menor de los males, el mayor de ellos con-

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¿De quién es el material osteológico? Algunas reflexiones sobre el estudio…

sideramos que es la falta de respeto hacia el trabajo del antropólogo físico, hacia su físico para el análisis del material óseo. ¿No sería mejor la participación de ambos
formación como par ante el resto de las disciplinas antropológicas, y el desprecio desde la planeación y el seguimiento de las excavaciones?
académico hacia los materiales óseos por el grado de dificultad que podría implicar El trabajo osteológico está ligado y supeditado a las investigaciones arqueo-
su correcta recuperación1 o porque el arqueólogo no considera importante incor- lógicas, de ahí que las series o colecciones esqueléticas estén determinadas por las
porar al especialista en la excavación. políticas de investigación hacia los sitios monumentales. Dentro de la política ins-
La problemática es compleja, pero no de difícil solución. Esta contribución tiene titucional respecto del trabajo arqueológico, durante décadas se ha privilegiado la
como objetivo presentar una serie de reflexiones en torno del manejo de los restos exploración de los grandes sitios prehispánicos ubicados a lo largo y ancho de nuestro
óseos como parte del patrimonio cultural arqueológico, y de la postura pro­­fesional país. El objetivo central de estas labores ha sido la restauración y consolidación de los
del antropólogo físico de frente a nuestra institución y ante nuestros propios­cole- principales edificios de las zonas arqueológicas para abrirlas al público, de acuerdo
gas, subrayando que es necesario conformar proyectos de investigación integrales con las disposiciones de su Ley Orgánica y de la Ley de Monumentos y Zonas Ar-
que consideren la participación de los especialistas como pares, no como subordi- queológicos, Artísticos e Históricos [inah, 1939, 1972]. Esta tendencia a explorar
nados, desde el origen mismo del problema de investigación. sólo las grandes plazas, donde se localizan las construcciones monumentales y cere-
moniales, da por resultado que los materiales óseos que proceden de dichos sitios no
La arqueología + la antropología física ≠ representen a la población que habitó ese lugar. Usualmente se trata de encuentros
bioarqueología accidentales efectuados durante el proceso de consolidación y exploración, a los que
El sujeto de estudio de las ciencias antropológicas es el hombre, y en el caso de el arqueólogo muchas veces rehúye, y que poco pueden decir, hablando en rigor,
las disciplinas que tratan de reconstruir su historia pasada están la arqueología y acerca de los parámetros demográficos, pues en dichos materiales no están represen-
la antropología física, dos disciplinas que desde su propia perspectiva y campo tados los dos sexos ni todos los grupos de edad, y muchas veces son tan escasos que
epistemológico llevan a cabo la reconstrucción de ese complejo mosaico que es el carecen de la representatividad estadística necesaria para realizar un estudio integral.
Homo sapiens sapiens. La materia prima son las evidencias de su paso por esta tierra. De ahí que la mayoría de estas investigaciones osteológicas deban circunscribirse a
El trabajo del arqueólogo se puntualizó como la búsqueda de respuestas sobre­ la descripción, clasificación e interpretación de los datos del “objeto en sí” [Márquez
el pasado del hombre a partir de las evidencias materiales, mientras que el del Morfín, 1996].
antropólogo físico se definió como la búsqueda de explicaciones acerca de la va- La realidad es que durante los trabajos arqueológicos la recuperación del
riabilidad humana y del pasado evolutivo del hombre; es a partir de estas defini- material osteológico la lleva a cabo el propio arqueólogo, pasando por alto, por
ciones que podemos encontrar un puente de conexión entre ambas disciplinas descono­cimiento, un sinnúmero de detalles que sólo ofrece el proceso de explora-
interesadas en el pasado del Homo sapiens sapiens. Entonces, ¿por qué no trabajar ción, para entender el contexto funerario y explicar el comportamiento y la forma
en conjunto? Este ha sido el sueño dorado de algunos de los que estudiamos las de vida de las poblaciones antiguas [Duday, 1997; Larsen, 2003].2 En el mejor de
poblaciones del pasado, aunque hasta ahora seamos pocos los colegas que busca- los casos, la exploración y recuperación de los entierros lo hace personal entrenado
mos trabajar en armonía. (estudiantes, pasantes o antropólogos físicos titulados), pero que no tienen nin-
Sin embargo, hay varios obstáculos que salvar, dado que en términos de la le- guna conexión con el proyecto de investigación ni preguntas que responder, sólo
gislación de los quehaceres antropológicos, la Ley Orgánica del inah, hasta ahora, tienen excavar y, si acaso, escribir sobre “el pedazo” de excavación que les tocó,
confiere a los arqueólogos la propiedad intelectual de sus hallazgos, y en uno de
sus párrafos se especifica que éstos tienen la decisión de invitar al antropólogo 2. Hay casos excepcionales de buena recuperación del dato osteológico en campo y del contexto fune-
rario, como es el trabajo del equipo de Raúl Ávila [1995] en el caso de la serie osteológica de San Gregorio
Atlapulco, Xochimilco, y el de Enrique Terrones [1995, 1996 y 1998] con la serie maya del sitio de Chac Mool,
1. V. la contribución de Oana del Castillo en este volumen. Quintana Roo.

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¿De quién es el material osteológico? Algunas reflexiones sobre el estudio…

reportando los hallazgos sin ofrecer una interpretación integral, a nivel cultural y de información sobre el contexto arqueológico que permita aportar algo más que
muchos menos regional.3 Por otro lado, a causa del proceso de superespecialización el sexo y la edad de los individuos representados en la serie. En estas circunstancias
existe una división del estudio de los materiales arqueológicos de acuerdo con cada la información será escueta, sin inferencias ni hipótesis, lo que muchas veces susci-
línea de investigación o con el tipo de material: lítica, cerámica, arquitectura, patrón ta en el arqueólogo una serie de comentarios sobre la incapacidad del antropólogo
de asentamiento, etc., que dificulta integrar los resultados de manera adecuada en físico para proponer y aplicar nuevas metodologías, de modo que lo excluye del
una segunda fase, pues cada investigador realiza el análisis de sus materiales igual- proceso de construcción de una propuesta de investigación.
mente con un enfoque descriptivo, clasificatorio, como objetivo único.
Ahora bien, la presencia del arqueólogo y del antropólogo físico en el lugar de Consecuencias de la desarticulación teórica entre
la excavación no los convierte en bioarqueólogos —de ahí el título de este apar- la osteología y la arqueología
tado—, para serlo hay que tener un problema de investigación, preguntas y una En el plano académico, el que el antropólogo físico no obtenga de forma directa su
metodología para responderlas, diseñada en conjunto, en la que cada involucrado materia de estudio y por lo tanto desconozca el contexto arqueológico, impide expli-
tenga el mismo peso académico y nadie esté subordinado a nadie. Las habilidades car la variabilidad humana en términos de la multicausalidad que la determina. La
y conocimientos específicos son necesarios para desenredar la madeja que repre- imposibilidad de obtener el dato arqueológico de los esqueletos humanos por la falta
senta el contexto funerario; cada quien aporta su punto de vista, se discute y se de proyectos integrales entre las dos disciplinas y de una reglamentación transparen-
llegan a nuevas hipótesis. Esto es lo que a nuestro juicio debe suceder en el ámbito te en cuanto al manejo del material arqueológico es realmente desalentador en un
institucional para cumplir eficazmente con las tareas de investigación, conserva- espacio institucional en el que no sólo somos los responsables de la investigación, la
ción y difusión del patrimonio cultural. conservación y la difusión del patrimonio, sino que además somos los que formamos y
Sin embargo, por razones de orden presupuestal no en todos los Centros inah entrenamos a los futuros cuadros que nos reemplazarán en un futuro cercano. La for-
hay un antropólogo físico, de manera que los restos ahí resguardados muchas mación antropológica que se proporciona en la enah está dividida en especialidades,
veces carecen del cuidado mínimo para su conservación. La normatividad vigente cada una con su objeto de estudio, teorías y enfoques metodológicos, y se olvida, en
otorga al arqueólogo la custodia y exclusividad sobre el material hasta dos años el proceso de enseñanza, que en principio todos somos antropólogos con alguna espe-
después de concluido el proyecto de investigación,4 de lo contrario es necesario cialidad: arqueología, antropología física, antropología social, por mencionar algunas.
solicitar al arqueólogo correspondiente la autorización para analizar el material, de Lo anterior se subsanaba hace 30 años con el tronco común, que daba al estudiante el
otra forma se corre el riesgo de ser acusado de robo de información o de plagiario; sustrato básico para asumirse como antropólogo, pero ahora, con la “especialitis” y la
varios casos de estos abundan en diferentes medios institucionales, y ello sucede “superespecialitis”, resulta que, en los hechos, algunos son investigadores de primera y
por falta de orden y de definición de una política sobre los restos óseos proceden- otros de segunda, según la normatividad vigente en el inah, que privilegia el trabajo
tes de sitios arqueológicos. arqueológico sobre las demás tareas antropológicas, debido a una estructura institu-
Aunque también existe el lado contrario de la situación, cuando el arqueólogo cional propia de los años cuarenta, cuando Alfonso Caso impulsaba el trabajo en las
le solicita al antropólogo físico que “realice el análisis”, sin que medie ningún tipo grandes zonas arqueológicas como parte de la recuperación de la identidad mexicana.
A estas alturas, en la enah debería haber una línea de especialización que vin-
3. Algunos ejemplos de esta situación son los libros monográficos sobre un sitio, con las contribuciones
culara distintas disciplinas antropológicas en aras de desarrollar proyectos integrales,
de los participantes, lo que a su vez es importante, pues de otra manera no tendríamos ninguna información
sobre las prácticas culturales y funerarias de las sociedades antiguas que habitaron nuestro país [v. por garantizando el reconocimiento profesional de cada participante, o al menos, al nivel
ejemplo, la obra editada por Lira y Serrano, 2004]. de licenciatura, en los llamados “Proyectos de Investigación Formativa” (pif), la exi-
4.Lo que en realidad se traduce en “hasta dos años una vez entregado y aprobado por el Consejo de
Arqueología el informe final correspondiente” [v. el reglamento de la Ley Orgánica del inah y las normas de
gencia académica de trabajar en coordinación con otras disciplinas desde el plantea-
procedimiento del Consejo de Arqueología]. miento inicial del proyecto de investigación en el que van a participar los alumnos.

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¿De quién es el material osteológico? Algunas reflexiones sobre el estudio…

Hablando específicamente del proceso de formación de los futuros bioarqueó- algún antropólogo físico, también se incluye el análisis preliminar del material,
logos, habrá que evitar la práctica común, en la cual el arqueólogo es el investigador por separado, sin integrarlo a los resultados de la temporada de campo y mucho
capacitado para excavar un sitio, y el que a veces dirija al antropólogo físico en la menos a los objetivos del proyecto. A su vez, el informe se somete a dictamen de
exploración de los entierros hace que este último se convierta en un simple asistente. especialistas arqueólogos, pero no de algún antropólogo físico, ¿por qué? Porque
¿Dónde está la falla?… en el proceso de enseñanza, que habilita a buenos arqueólogos no hay nadie de esa disciplina en el consejo. El informe del antropólogo físico
para el campo pero deficientes antropólogos físicos. La revisión de la currícula de esta queda entonces en el olvido y no se recupera como parte integral de los productos
especialidad revela una carga teórica y práctica hacia el estudio de las poblaciones del proyecto. Aquí algunas propuestas:
contemporáneas y una formación deficiente en el área de las poblaciones “desapa-
recidas”, que no provee de las herramientas teóricas y metodológicas necesarias para 1) El Consejo de Arqueología debe integrarse por bioarqueólogos5 y arqueó-
plantear problemas de investigación. Dos semestres de ocho para aprender las formas logos con experiencia de campo y probada calidad académica.
y el enfoque que se pueden aplicar al conocimiento de las poblaciones antiguas es un 2) El informe debe contener los resultados articulados, de conformidad con
tiempo irrisorio en un país en el que abunda el material arqueológico, tanto cultural los objetivos y las preguntas de investigación planteadas en el proyecto, y
como biológico, y con más de diez mil años de desarrollo cultural. De ahí que la ma- el dictamen emitido por el Consejo debe ser del conocimiento de todos
yoría de los estudiantes que participan en proyectos de excavación se conviertan en los participantes.
excelentes técnicos de campo, pero incapaces de problematizar y plantear preguntas 3) Modificar la legislación vigente explicando y puntualizando que el mate-
que puedan desembocar en una buena tesis. rial osteológico tiene la misma importancia y peso académico que los otros
Ante esta situación, consideramos que hay por lo menos cuatro puntos sobre materiales productos de una excavación.
los cuales conviene reflexionar y discutir: 4) Pasado el tiempo de exclusividad de los que excavaron el material, dos años
1. El material osteológico es también material arqueológico, es patrimonio a partir de haber entregado el informe final del proyecto, el material óseo
cultural, y porque se trata de seres humanos, su manejo también lo regula, o debe- debe quedar a disposición de cualquier otro investigador interesado, previa
ría hacerlo, el Consejo de Arqueología. Sin embargo, los antropólogos físicos no presentación de un proyecto ante el mismo Consejo de Arqueología.
tienen participación ni representación alguna en él. 5) Se ha hablado de la posible conformación de un Consejo de Bioarqueo-
2. El material óseo, dado que la Ley Orgánica del inah no hace mención espe- logía que cumpla las funciones reguladoras sobre el material óseo, sin
cífica de que también forma parte del patrimonio cultural tangible, no es objeto embargo­, tal discusión no se ha puesto sobre la mesa de los debates por
de reconocimiento y de respeto académico. ninguna de las instancias del inah, salvo la propuesta hecha por los colegas
3. ¿Qué instancia jurídica o normativa regula el manejo, la conservación y el de la Dirección de Antropología Física en años anteriores. Nuestra opinión
acceso al material óseo? es que si el material osteológico es patrimonio arqueológico, no hace falta
4. El trabajo del antropólogo físico es tan importante como el del arqueólogo, ningún organismo paralelo que, contrariamente a lo que se ha planteado,
por lo tanto, el trato de subordinado no es permisible entre pares. promueva aún más la separación de las dos disciplinas y no su integración.
6) En cuanto a la normatividad sobre el material óseo, no hay nada explíci-
I. Sobre el primer punto, el Consejo de Arqueología es el órgano institucio- to. La Dirección de Antropología Física tiene un reglamento interno que
nal que dicta la política de conservación e investigación arqueológica y otorga al
arqueólogo la facultad de excavar —ningún otro antropólogo tiene permiso de
5. Entendiendo esta categoría como aquellos profesionales de la arqueología y de la antropología física
realizar esa tarea—; por lo tanto, hay que rendirle cuentas sobre el proceso de exca- comprometidos con el estudio de las poblaciones que habitaron el lugar, en un tiempo específico, a partir
vación mismo, así como del análisis de los resultados. En caso de haber participado del contexto arqueológico del que forman parte sus restos materiales y biológicos.

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Colecciones esqueléticas humanas en México Patricia Olga Hernández Espinoza
¿De quién es el material osteológico? Algunas reflexiones sobre el estudio…

rige sus actividades académicas, pero no hay ninguna disposición oficial voluntad de los del centro para obtener estos insumos con los que desarrollan su
que es­tablezca que esa dependencia deba marcar la política de investigación trabajo. Entonces, podremos incidir en la estructura vertical del inah a través de
antropofísica a nivel nacional, o la regulación del acceso a los materiales, o un representante o dos, ante el Consejo de Arqueología, que se conviertan en la
lo concerniente a la conservación, el resguardo y la difusión de las series voz de los que estudiamos poblaciones antiguas, que aprueben nuestras propuestas
osteológicas, al menos no es del dominio colectivo ni en el ámbito insti- para poder trabajar en un sitio arqueológico a la par de los arqueólogos.
tucional. Las colecciones óseas, actualmente, están bajo el resguardo de las Asimismo, se trataría de crear una estructura horizontal que nos integre como
distintas dependencias del inah, así como de algunas universidades del profesionales para discutir las políticas de investigación y trazar las directrices de
país, por lo que la idea es discutir una propuesta integral de conservación discusión sobre el manejo de las colecciones óseas a fin de eliminar focos de ten-
y resguardo del material arqueológico, cultural o biológico, como parte sión, malos entendidos, provocaciones, etc. Los restos óseos son nuestros antepa-
de una política de investigación que busque desarrollar la investigación sados, son restos de seres vivos y no tienen dueño.
bioarqueológica a partir de una estrategia teórica metodológica integral. Se
debe garantizar el acceso al material a todo aquel investigador que tenga un
planteamiento de investigación que busque responder interrogantes sobre
el pasado de la humanidad y sus consecuencias culturales. Bibliografía
7) El inah debe contar con lugares adecuados para el resguardo de las colec- Ávila, Raúl L.
1995 “Reporte técnico del rescate arqueológico, temporada 1993 a 1995, San Gregorio Atlapulco,
ciones en todos sus centros de investigación y de docencia; pugnar porque
Xochimilco, México, D.F. (El Japón)”, México, inah.
los materiales que están fuera de la institución regresen al lugar que les Buikstra, Jane E.
corresponda, pero siempre bajo su tutela y legislación. En todo caso, no 1977 “Biocultural Dimensions of Archeological Study: A Regional Perspective”, en Blakely, R.L. (ed.),
tiene ninguna lógica dotar de profesionales a los Centros inah si el mate- Biocultural Adaptation in Prehistoric America, Athens, University of Georgia Press, pp. 67-84.
Buikstra, Jane E.
rial se concentra en el Distrito Federal o en universidades a las cuales no 2006 “Prefacio”, en Buikstra, Jane E., y Lane A. Beck (eds.), Bioarchaeology. The contextual analysis
se tiene acceso. of human remains, San Diego, California, Elsevier Inc., pp. xvii-xx.
Buikstra, Jane E. y Lane A. Beck
2006 Bioarchaeology. The contextual analysis of human remains, San Diego, California, Elsevier Inc.
Para finalizar… Duday, Henry
Dar seguimiento a las propuestas y levantar la voz en defensa de la profesión y de 1997 “Antropología biológica ‘de campo’, tafonomía y arqueología de la muerte”, en Malvido, Elsa,
nuestra materia de trabajo no es fácil. El primer paso sería proponer una estructura Gregory Pereira y Vera Tiesler Blos (eds.), El cuerpo humano y su tratamiento mortuorio, México,
que nos integre de manera horizontal, como pares, en un consejo de especialidad en inah-Centro Francés de Estudios Mesoamericanos y Centroamericanos, pp. 91-126.
González Licón, Ernesto y Lourdes Márquez Morfín
el que se discutan los problemas de los antropólogos físicos, se propongan políticas
2009 Retos y paradigmas de la bioarqueología mexicana, México, enah, Publicaciones de los Cuer-
generales de investigación y conservación del material osteológico —tal como lo pos Académicos.
marca la Ley Orgánica del inah— y se examinen los temas de bioética que deben Hernández Espinoza, P. O.; L. Márquez Morfín y E. González Licón
observarse en el estudio de las poblaciones contemporáneas. 2008 Tendencias actuales de la bioarqueología en México, México, enah-Programa de Mejoramiento
del Profesorado.
Dicha estructura, entonces, sería una entidad que nos reestructure como co- inah
legas y profesionales, más allá de toda diferencia. Una estructura académica que 1939 Ley Orgánica del Instituto Nacional de Antropología e Historia (modificada según el DO del 23
obligue al inah a proporcionar instalaciones adecuadas para proteger tanto el pa- de enero de 1998), Diario Oficial de la Federación, México.
inah
trimonio arqueológico como el osteológico, otorgar apoyo, instrumental, cajas,
1972 Ley Federal sobre Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos, Diario Oficial de la Federa-
etc., a los colegas que están en provincia y que a veces dependen de la buena ción, México.

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¿De quién es el material osteológico? Algunas reflexiones sobre el estudio…

Larsen, Clark S.
2000 Skeletons in Our Closet. Revealing Our Past Through Bioarchaeology, Princenton, Princenton
University Press.
Larsen, Clark S.
2003 Bioarchaeology, Interpreting Behavior From The Human Skeleton, New York, Cambridge Uni-
versity Press.
Lira López, Yamile y Carlos Serrano Sánchez
2004 Prácticas funerarias en la costa del Golfo de México, México, Universidad Veracruzana/iia-unam.
Márquez Morfín, Lourdes
1996 “Los estudios osteológicos en México. Evaluaciones y nuevas perspectivas”, en López Alonso,
S., C. Serrano Sánchez y L. Márquez Morfín (eds.), La antropología física en México. Estudios
de las poblaciones antigua y contemporánea, México, iia-unam, pp. 215-239.
Rodríguez Cuenca, José Vicente
2005 Pueblos, rituales y condiciones de vida prehispánicas en el Valle del Cauca, Bogotá, Universidad
Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, 212
Rodríguez Cuenca, José Vicente
2006 Las enfermedades en las condiciones de vida prehispánica de Colombia, Bogotá, Universidad
Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, 299.
Rodríguez Cuenca, José Vicente
2007a “Condiciones de vida y orígenes de las poblaciones de Palmira”, en Rodríguez Cuenca, J.V.
(ed.), Territorio ancestral, rituales funerarios y chamanismo en Palmira prehispánica, Valle del
Cauca, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, pp.
155-167.
2007b Territorio ancestral, rituales funerarios y chamanismo en Palmira prehispánica, Valle del Cauca,
Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas.
Rodríguez Cuenca, José Vicente y Sonia Blanco
2008 La Buitrera, Valle del Cauca: una región de frontera prehispánica en la Cordillera Central, Bo-
gotá, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas.
Rodríguez Cuenca, José Vicente; Sonia Blanco y Pedro José Botero Zuluaga
2005 Comunidad prehispánica de El Cerrito, Valle del Cauca. Medio ambiente, prácticas funerarias y
condiciones de vida, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia.
Terrones González, Enrique
1995 “Informe de la temporada de campo 1995 en el sitio arqueológico de Chac Mool, Quintana
Roo”, México, Centro Regional de Quintana Roo.
1996 “Informe de la segunda temporada de campo en el sitio arqueológico de Chac Mool, Quin-
tana Roo”, Centro inah Quintana Roo.
1998 “Informe de la tercera temporada de campo en el sitio arqueológico de Chac Mool”, Centro
inah Quintana Roo.

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Andrea Cucina y Vera Tiesler

que tal medida ha beneficiado la profesionalización en este campo, también es


cierto que en la práctica ha ponderado el peso de los estudios hacia áreas de la
arqueología convencional, como son el patrón de asentamiento, la arquitectura
y el estudio de materiales culturales. En el caso concreto de los restos humanos,
El manejo de restos humanos cuyo registro y levantamiento requiere de conocimientos específicos en áreas no-

arqueológicos en Italia arqueológicas —específicamente la anatomía humana, la tafonomía y la osteolo-


gía antropológica— la nueva normatividad ha desalentado la participación activa
y Estados Unidos. de antropólogos físicos en proyectos de campo y ha resultado en una marginación
Convergencias y divergencias con de sus contribuciones [Cucina y Tiesler, 2005:65; Tiesler, 1996 y 2006]. Aunque
su estudio en méxico esta situación está cambiando gradualmente, todavía parece pasar inadvertido a
gran parte del mundo académico y al público en general (como subraya Ortega
en este volumen) el enorme potencial y la importancia que los vestigios humanos
Andrea Cucina cobran en la reconstrucción de la trayectoria milenaria de los antiguos pobla-
Facultad de Ciencias Antropológicas, uady dores mexicanos, razón por la cual su estudio sigue desatendiéndose de modo
Vera Tiesler preocupante.
Facultad de Ciencias Antropológicas, uady A fin de sembrar puntos de partida alternos para el diálogo en esta materia, nos
hemos propuesto para este capítulo comparar nuestra situación académica, institu­
cional y legal (en el manejo de restos humanos arqueológicos), con aquella­vivida
Introducción en dos otros países, en concreto Italia y Estados Unidos de Norteamérica­, contex-
En México, los restos humanos arqueológicos suelen estudiar- tos familiares a los autores. Los dos países representan realidades decididamente
se desde perspectivas propias de la antropología física y de la antitéticas entre sí y por ello ofrecen puntos de partida para una comparación­ar-
bioarqueo­logía. Ahí, su investigación se ha encaminado a cono- gumentada con la situación actual que experimenta México en materia de manejo
cer el legado mesoamericano y la trayectoria de sus pobladores de de restos humanos arqueológicos.
antaño. Tal como otros vestigios culturales que forman parte del En ambos países trazaremos las modalidades y demarcaciones legales que se
registro arqueológico, los mismos restos humanos que se recupe- tienen en el estudio de series esqueléticas arqueológicas. Analizaremos cómo el
ran en nuestro territorio nacional son objetos de protección del público en general se refleja en, y concibe a, los restos humanos arqueológicos de
patrimonio cultural en las leyes federales. Su manejo y estudio acuerdo con las trayectorias históricas y culturales de cada país, haciendo énfasis
se rigen por el Consejo de Arqueología, un órgano federal de en las cuestiones particulares de cada país que pudieran ser de interés y relevancia
control que forma parte del Instituto Nacional de Antropología para la discusión nacional mexicana. En el primer caso (Italia) nos centraremos
e Historia. en los marcos legales y en el manejo resultante de los restos óseos en la práctica
En su presente forma, vigente desde 1972, el reglamento cotidiana, mientras que en el otro (Estados Unidos), nuestro interés se dirige a la
del Consejo de Arqueología [1990] sólo permite encabezar cuestión de identidad étnica que los huesos humanos arqueológicos confieren al
proyectos­arqueológicos a arqueólogos acreditados, otorgándo- ser considerados por los grupos indígenas estadounidenses como ancestrales.
les un papel protagónico en la recuperación de todo vestigio ar-
queológico, incluyendo los vestigios humanos. Si bien es cierto

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El manejo de restos humanos arqueológicos en Italia y Estados Unidos

Marcos institucionales de estudio de restos por lo que la referencia a un “antropólogo” en una excavación arqueológica auto-
humanos en Italia máticamente identifica a un antropólogo físico.
Al igual que en México, los restos arqueológicos se encuentran bajo la tutela de Grosso modo, los trabajos de intervención arqueológica en campo responden a
instancias gubernamentales en Italia, que ahí se denomina Ministero dei Beni dos necesidades específicas: la primera corresponde a la investigación, para la cual
e Attivitá Culturali (Secretaría para Bienes y Actividades Culturales). Las tareas el registro y la excavación arqueológica siguen un protocolo diseñado a manera de
directas de supervisión, intervención y custodia de los restos arqueológicos están proyecto de investigación; la segunda es el rescate y la salvaguardia del patrimonio
a cargo de las Soprintendenze Archeologiche, las cuales operan de acuerdo con las arqueológico en contextos de intervención de obras públicas o privadas (carrete-
directivas de la Direzione Generale per le Antichitá, del Ministero dei Beni e Atti- ras, edificios públicos o privados, tuberías de gas y de agua, etc.). En el primer
vitá Culturali. Las soprintendenzas realizan actividades análogas a las desempeñadas caso (la investigación), es responsabilidad del investigador disponer de los fondos
por los centros estatales del inah en México. Cada entidad regional italiana cuenta necesarios para su realización. Usualmente, este tipo de intervenciones son practi-
con una oficina de soprintendenza, con la excepción de la región central de Lazio cadas por instituciones universitarias tanto nacionales como extranjeras. Un caso
y de la Campania, donde existen también soprintendenzas específicas (como para distinto lo representa la intervención de salvamento, a cargo de la soprintendenza
las ciudades de Roma y Pompeia, o una soprintendenza para todo lo prehistórico). responsable del área, ya que responde a la necesidad prioritaria de preservar el pa-
La protección del material arqueológico se prevé explícitamente en el “Decreto trimonio arqueológico en presencia de obras públicas y privadas. Por ello se prevé
Legislativo 22 gennaio 2004, n. 42-Codice dei Beni Culturali e del Paesaggio, ai que los gastos de estas actividades los cubran la empresa privada o la institución
sensi dell’articolo 10 Legge 6 luglio 2002, n. 137” de la República Italiana [2004]. pública responsables de la obra. En el caso del rescate, la exploración arqueológica
Aunque los huesos humanos son parte de los bienes antiguos (por lo que deben de campo suele ser asignada por la soprintendenza, la mayoría de las veces, direc-
ser considerados como parte del material arqueológico propiamente dicho), los tér- tamente a empresas arqueológicas privadas con acreditación. Una vez acordada la
minos “esqueleto”, “óseo”, “osteológico”, “antropológico”, nunca se mencionan en el intervención, la misma empresa decide sobre las características y la cantidad del
decreto. La palabra “antropológico” aparece sólo como parte del concepto más am- personal especializado a integrar.
plio de “etnoantropológico”. En cambio, en el documento abundan los conceptos Cada soprintendenza cuenta con un número variable de inspectores; éstos son
de “paleontología” o de “prehistoria y las sociedades primitivas”, por lo que queda arqueólogos cuyo poder en la toma de decisiones y de firma es supeditado única-
implícito que los restos óseos formen parte íntegra de los vestigios de la arqueología, mente por el soprintendente (director de la soprintendenza). Cada inspector tiene
la prehistoria y la paleontología, y en general de las sociedades tradicionales. bajo su responsabilidad un área específica. En su función, el inspector entra en
La omisión de referencias específicas a restos humanos de la antigüedad hace contacto directo con las empresas arqueológicas, las empresas privadas y hasta el
patente que los restos esqueléticos no reciben la misma atención que los demás personal académico y técnico de la soprintendenza para que se ocupen de aspectos
materiales antiguos. No es casualidad que en la totalidad de las soprintendenzas relevantes para las actividades planteadas.
de la República Italiana existan actualmente sólo cuatro plazas de “antropólogos Aunque nunca explícitamente mencionados, los restos óseos constituyen un
físicos” propiamente dichos: una se sitúa en la Soprintendenza di Roma, dos más componente importante en los trabajos a los que deben enfrentarse los arqueólo-
en el Museo Pigorini y la última se asigna a la Soprintendenza della Toscana (Tus- gos de las soprintendenzas. A finales de los años ochenta del siglo pasado, el trabajo
cania). A estas cuatro se suma una plaza más en la Soprintendenza del Lazio, que con esqueletos humanos vivió un momento de auge en el marco de la actividad
si bien no se perfiló para un investigador, está ocupada en la práctica por un espe- arqueológica, debido principalmente a la considerable cantidad de información
cialista en antropología física. Cabe anotar que para hacer referencia al oficio del biocultural que se había producido tanto por parte de las soprintendenzas como
antropólogo físico en Italia, o del bioarqueólogo en el caso de trabajos que involu- por las instituciones de educación superior. Esta situación empezó a revertirse ya
cran material arqueológico humano, se emplea sólo el término de “antropólogo­”, a finales de los noventa, cuando vino a la baja la participación de antropólogos

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El manejo de restos humanos arqueológicos en Italia y Estados Unidos

físicos entrenados. Una convocatoria nacional abierta de plazas para personal de capítulo) todavía se formaron en contacto directo y acostumbrados a manejar
las soprintendenzas (y del Ministero dei Beni e Attivitá Culturali en general), que se cuantiosas colecciones esqueléticas bien conservadas y tan antiguas como las de la
abrió a finales de esa década, demuestra igualmente esta tendencia al no considerar edad de Bronce o de Cobre (4000 años aC), mientras que épocas después de la era
ningún puesto con este perfil profesional (existen en todas las soprintendenzas sólo romano-imperial (hasta aproximadamente 400 dC), igualmente representada, ya
cuatro antropólogos físicos y han pasado casi tres décadas sin que se hayan abierto son consideradas “recientes”.
plazas adicionales). Actualmente este patrimonio está en peligro, sea por desatención, sea porque­
Consideramos el desinterés actual en la antropología física como el producto los restos humanos excavados en tiempos recientes han empezado a ser re-ente­
de una visión oficialista de la cultura que se centra en la figura del arqueólogo rrados por la carencia crónica de espacios para estudiarlos y de bodegas para alma-
como único profesional capaz de manejar restos arqueológicos. A su lado, los re- cenarlos. La crisis económica de los últimos años ha reducido aún más los pocos
stos óseos (humanos y no humanos) siguen percibiéndose como restos dotados fondos disponibles, y además la infraestructura cada vez cuenta con menos espacios
de menor importancia, o incluso como trastornos en la actividad de rescate o de para el costoso almacenaje. Por ello se ha vuelto común que los restos óseos sean
excavación propiamente dicha de contextos arqueológicos. Esta visión también reinhumados al término de la excavación. En ocasiones esto ocurre inclusive sin que
encuentra sustento en la propia academia universitaria. Por un lado, la carrera se hayan podido registrar los datos antropológicos básicos (sin mencionar análisis
universitaria de la antropología física se ofrece como especialidad de las ciencias más complejos…). En esta decisión interviene el inspector de la soprintendenza,
biológicas o de las ciencias naturales. Por el otro, están las cátedras de arqueolo- quien tiene la última palabra sobre el destino de los restos humanos. Como es fácil
gía, que en Italia se insertan en el ramo de las humanidades. Esto conlleva a una entender, esta decisión es subjetiva y depende del criterio de cada encargado. Hay
marcada separación en vertientes y objetivos, en metodologías, en visiones y pers­ inspectores arqueólogos conscientes de la importancia de la información osteoló-
pectivas, por lo que un arqueólogo propiamente dicho no maneja teorías y me- gica y permiten su estudio, asignan las colecciones en comodato a instituciones
todologías propias de la bioarqueología. También conlleva a un esguince tajante universitarias y hasta organizan los fondos a disposición para pagar los estudios
en la identidad profesional de cada ramo, aspecto que en el caso del antropólogo pertinentes. Empero, hay otros inspectores que deciden sacrificar los estudios es-
físico redunda en una carente noción histórica, y en el caso del arqueólogo en una queléticos en favor de las necesidades espaciales o financieras del momento.
visión puramente cultural, situación que, aunque por razones en algunos casos di- Las relaciones interpersonales son muy importantes, sobre todo entre investi­
ferentes, consideramos encuentra paralelismos en México.1 Los restos esqueléticos gadores de las soprintendenzas y los universitarios. Desde que existen las soprin-
reciben una efímera fama y notoriedad (y un lugar en la prensa) sólo al tratarse de tendenzas se ha generado una competencia con las universidades debido a que los
hallazgos de restos fósiles, de personajes históricos o de vistosas prácticas culturales investigadores universitarios ven a sus colegas de las soprintendenzas más como
particulares, como son las cirugías, la violencia y la tortura. a administrativos parcialmente involucrados en la investigación “pura” (sin duda
Aunque en muchos casos mal documentadas y poco estudiadas, existen en la carga administrativa entre las dos instituciones es diferente), aunque en la prác-
Italia innumerables colecciones esqueléticas que cubren todas las épocas y todas tica los universitarios dependen de la disponibilidad o del aval de los inspectores.
las regiones del territorio italiano; estas colecciones se han acrecentado como re- Al mismo tiempo, debido a falta de fondos y de personal capacitado para realizar
sultado casi obligatorio de décadas de excavaciones, tanto de investigación como investigaciones bioarqueológicas, las soprintendenzas se apoyan en las universida-
de rescate. Estudiantes e investigadores (como es el caso del primer autor de este des para que se puedan realizar dichos estudios, normalmente en un formato de
tesis o solicitando colaboradores que las soprintendenzas, por su propia naturaleza,
no puede formar.
1. En México, con la única excepción de la enah, donde se imparten tanto la arqueología como la antropo-
logía física, las instituciones de educación superior ofrecen a nivel de licenciatura principalmente (o exclusi-
Si en general el ambiente académico toma en consideración los restos óseos,
vamente) la línea de arqueología, que sólo incluye cursos específicos en antropología física o bioarqueología. la población actual, al igual que algunas realidades mundiales (por ejemplo la de

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El manejo de restos humanos arqueológicos en Italia y Estados Unidos

México) y al contrario de otras (v. el caso de Estados Unidos más adelante), no al morir en osamentas humanas, aunque con numerosos problemas intrínsecos,
percibe un vínculo con los que, en muchos casos, son sus antepasados lejanos. La fueran desarrollados por investigadores estadounidenses u otros que trabajaban en
gran mayoría de las colecciones esqueléticas remiten a épocas tan remotas en el instituciones estadounidenses. Tampoco es coincidencia que la revista American
tiempo (en esta visión, la época romana, que remonta a dos milenios, es conside- Journal of Physical Anthropology sea considerada la principal revista para publica-
rada “reciente”) que es difícil percibir una relación “directa” entre esos individuos y ciones en antropología física (aunque en los últimos años se ha orientado cada vez
la gente actual. La identidad nacional (análogamente a como la discute Ortega en más hacia la primatología).
este volumen) no pasa por los restos de los antepasados, sino por la historia cerca- Esta situación es el resultado de una trayectoria que ha puesto el acento en
na y lejana, hasta la Roma republicana e imperial. Nótese que el debate político so- el estudio esquelético y en una estructura académica en la cual la antropología
bre identidad nacional no se apoya en los eventos históricos que una vez forjaron esta física (y por ende la osteología) forma parte integral del four field approach (acer-
identidad, ni en los actores conocidos —o más bien desconocidos— de esos eventos. camiento desde los cuatro campos: arqueología, antropología física, lingüística y
De un lado, la falta de sensibilidad respecto de los restos esqueléticos y la antropología social). Aunque cada centro de formación universitario en antropo-
desvinculación emocional no representan un impedimento para la investigación logía tenga su fortaleza en una o dos ramas específicas, siempre suelen ofrecer los
científica, al no crear candados legales y al no imponerse con posturas que sean cuatros acercamientos para fomentar la formación exhaustiva del futuro antropólo-
“politically correct”. Del otro lado, esta indiferencia colectiva viene a reforzar en la go, visión que promueve una integración y un entendimiento mutuo en el caso de
práctica el desinterés de las instituciones hacia este importante elemento del patri- la arqueología y la antropología física. Específicamente, la investigación osteológica
monio humano. En este punto, no omitimos señalar que la falta de una política de poblaciones pretéritas estadounidenses ha hecho esfuerzos concretos para for-
de difusión cultural (tanto a nivel de soprintendenzas como de las instituciones jar marcos de referencia comunes y promover la comunicación interdisciplinaria,
universitarias responsables de la investigación científica) contribuye fuertemente muchos bajo el abrigo de la bioarqueología [Blakely, 1977]. Esta disciplina, y por
a esta indiferencia. ende el estudio osteológico de poblaciones arqueológicas, ha mantenido una amplia
En resumen, a lo largo de la últimas dos décadas la antropología física aplicada difusión en el mundo académico estadounidense [expandiéndose también a otras
a estudios arqueológicos (bioarqueología) en Italia —y desafortunadamente en mu- realidades académicas: Clark, 1972; Roberts, 2006], con plazas para bioarqueólogos
chos otros países de la Comunidad Europea— ha visto un triste declive en fondos, que son ofrecidas anualmente en departamentos universitarios y museos. Además, la
recursos humanos e infraestructura para el estudio de restos humanos arqueológicos­ investigación realizada en estas instituciones no se limita a las poblaciones indígenas
que, por su características intrínsecas, dependen de la colaboración con otras ramas locales, sino que su esfera de estudio se extiende también hacia otras poblaciones del
y, sin un marco legal explícito, de la buena voluntad de las dependencias involu- mundo, como parte de esta visión amplia y de formación integral del estudiante.
cradas. Al relacionar la realidad estadounidense con las otras que se tratan en este capí-
tulo, vale la pena detenernos para examinar el objeto de estudio “en casa”, es decir,
Marcos legales e institucionales en Estados Unidos los restos humanos de los indígenas recientes y aquellos que compartieron los
En Estados Unidos la osteología humana de poblaciones pretéritas ha seguido una territorios estadounidenses desde mucho antes del contacto con los colonizadores
trayectoria legislativa y académica que difiere radicalmente de la mayoría de los europeos. En Estados Unidos no existe una dependencia federal o estatal directa-
demás países, incluyendo México e Italia. Puede argumentarse que la investigación mente responsable de los vestigios arqueológicos. El Bureau of Land Management
estadounidense ha estado, y sigue estando, a la vanguardia mundial —sin que con (Secretaría de Manejo del Territorio, dependencia del Departamento de Interio-
esto se quite el mérito a lo realizado en los otros países—, por lo que ha logrado res) trabaja en conjunto con otras agencias (Servicio Forestal, Secretaría de Par-
imponer sus protocolos, sus métodos e incluso sus tradiciones académicas. No ques Nacionales), manteniendo un contacto directo con representantes legales y
es casualidad que muchos estándares para la identificación del sexo y de la edad culturales de las tribus indígenas y colaborando con arqueólogos y antropólogos

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Colecciones esqueléticas humanas en México Andrea Cucina y Vera Tiesler
El manejo de restos humanos arqueológicos en Italia y Estados Unidos

profesionales (en la mayoría de los casos contratados por empresas privadas) a fin for American Archaeology) que perduró varios años hasta resolverse en favor de
de proteger, preservar e investigar los bienes culturales, entre los cuales figuran los los científicos.
vestigios arqueológicos y esqueléticos encontrados en sitios de dominio público. Pese a las complicaciones y limitaciones objetivas que la nagpra implica para
Según las creencias indígenas, los recintos mortuorios preservan a los ancestros de futuras excavaciones arqueológicas y para el conocimiento global de la trayecto-
los nativos actuales, siendo el esqueleto (el individuo muerto) parte de un ciclo, ria humana estadounidense antes de la colonia, su aprobación y la de la nmaia
como parte del individuo que nace y crece. En esta concepción la muerte es tan (National­ Museum of American Indian Act) [Ousley et al., 2005] sí consideran
sólo un estado, por lo que los restos no deben ser perturbados por ningún agente la posibilidad, siempre en consenso con los grupos indígenas, de poder estudiar
que no sean las fuerzas naturales. extensivamente las colecciones (y a veces realizando también análisis destructivos),
Esta visión (con sus componentes tanto políticos como culturales) ha llevado incluso antes de ser repatriadas. En atención a estos estudios se han canalizado una
a que en las últimas dos décadas, a partir de 1990, se hayan aprobado leyes que gran cantidad de fondos y se ha creado una base de datos que seguramente­ per-
ponen en las manos de los grupos indígenas la decisión sobre el manejo de los ves- mitirá en los años venideros estudios y análisis más profundos [Buikstra, 2006].
tigios de aquellos que consideran sus ancestros. La más notable es la ley conocida Entre tanto, en la comunidad antropológica estadounidense han ganado voz y
con el término de nagpra (Native American Grave Protection and Repatriation fuerza grupos que se autodenominan “poscolonialistas”. En general, éstos pro-
Act: Acta de Protección y Repatriación de los Entierros de los Nativos America- mueven la integración activa de indígenas en la investigación de su pasado, se de-
nos). Esta legislación prevé que todos los restos óseos y los artefactos arqueológicos claran sensibles a las demandas indigenistas y deseosos de establecer diálogos con
relacionados con cementerios indígenas deben ser repatriados a sus comunidades las comunidades “tribales” y de cuestionar los marcos de lo ético en los estudios
(tribus) de pertenencia, si así lo convienen los consejos “tribales” [Buikstra, 2006]. convencionales del “otro” (o sea de lo indígena).
Esta ley es el resultado de siglos de discriminación, enajenación y marginación Ahora bien, al limitar en la práctica las posibilidades de excavación y de estu-
contra los grupos nativos del continente. En las últimas décadas esta ley fue revi- dio de las poblaciones indígenas nativas de Estados Unidos, las leyes de protección
sada para atender las demandas de grupos indígenas que abogan por sus derechos han dado como consecuencia un creciente interés de antropólogos estadouniden-
particulares sobre aquellos restos que consideran suyos, tras una serie de tensiones ses en las series esqueléticas de otros países. Esta tendencia también tiene su origen
creadas durante las excavaciones de entierros precolombinos, para disponer su en la disposición de fondos de investigación para áreas fuera de Estados Unidos y
exhibición en museos y su almacenaje en bodegas. en una larga tradición académica, y por consiguiente se cuenta con un amplio per-
El componente político de esta ley es claro y contundente, aunque la protesta sonal capacitado para realizar estudios antropofísicos de restos antiguos. En segun-
de las comunidades indígenas llegó más allá al querer incluir en esta ley todo lo que da instancia, este proceso ha llevado a la internacionalización de la bioarqueología
fuese “antiguo”. Un estatuto lo planteó el denominado caso del Kennewick Man, estadounidense, con sus beneficios en cuanto a la colaboración internacional, pero
un esqueleto claramente perteneciente al periodo paleoindio y fechado alrededor también con roces en algunos casos, especialmente latinoamericanos, que derivan
de nueve mil años antes del presente, con rasgos antropológicos marcadamente di- del desconocimiento o del desacato de los marcos académicos y legales de los
ferentes de los que caracterizan a los indígenas actuales y a sus antepasados inme­ países receptores o de la imposición indiscriminada de consideraciones éticas “pos-
diatos [Thomas, 2000]. El hecho de que no se encontraron artefactos asociados coloniales” a realidades indigenistas poco conocidas [Demarest, 2007:602-604;
que pudieran establecer la “afinidad” con algunas de las tribus que habitaron la Tiesler, 2006; Tiesler y Cucina, 2008].
región resaltó las dificultades objetivas de asignar o no asignar restos óseos a una
cultura o a una población basándose exclusivamente en un concepto biológico Discusión y conclusión
que mostró ser poco claro en este caso (y en otros). Los restos de Kennewick­ es- Las condiciones legales y académicas que rigen el manejo de vestigios humanos en
tuvieron en el centro de una disputa legal (en la cual intervino incluso la Society cada país son el producto de una serie de condiciones y antecedentes históricos

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El manejo de restos humanos arqueológicos en Italia y Estados Unidos

propios y muy particulares, por lo que cada país es único en este sentido. Entre aceptados parcamente como propiedad del Estado, como dominio público. Esta
estas condiciones figuran poderosamente las tradiciones académicas relativas a los situación difiere tajantemente de la que se vive en Estados Unidos, donde, como
restos esqueléticos humanos, el mismo marco legal que los protege y las nociones se dijo antes, no existe una institución federal o estatal directamente responsable
del “otro” o del “propio”, de la identidad nacional vista en el ser humano antiguo de los vestigios arqueológicos y donde las comunidades indígenas han asumido
a partir de sus restos óseos. En la discusión que sigue nos centraremos en estos tres este rol al estar pendientes de los restos arqueológicos pertenecientes al perio­
aspectos. do precolonial.
En lo que se refiere a la situación académica que rige el estudio de restos hu- Esto nos lleva a discutir el último punto, o sea la visión del propio o del otro,
manos de la antigüedad, hemos reconocido las ventajas que conlleva el marco esta- la identidad étnica y nacional. Hemos visto cómo en Estados Unidos la visión que
dounidense de los “cuatro campos”, un acercamiento que por principio promueve se tiene sobre los restos esqueléticos ha conllevado el desarrollo de una compleja
el estudio antropológico integral de los restos humanos. En cambio, el esquema legislación sobre el manejo de vestigios humanos antiguos. Sin embargo, al igual
académico italiano, que separa tajantemente la antropología física de la arqueolo- que para Italia y para México, aunque por razones diferentes, en Estados Unidos la
gía al situar a la primera dentro de las ciencias biológicas y naturales y a la segunda cuestión de la identidad nacional tampoco se refleja en los restos óseos. Éstos son
dentro de las humanidades, ha resultado en una marginación del estudio de restos vistos como parte de la identidad étnica sólo por las comunidades descendientes­
humanos en la práctica. Sentimos que la formación mexicana se ubica entre los de los antiguos nativos, quienes reivindican su propia identidad, aunque sin que
dos extremos que hemos presentado en esta contribución (aunque mucho más constituyan por este hecho un anclaje de la identidad multiétnica nacional mo-
parecido al sistema italiano que a lo que se estila en Estados Unidos). Como ya derna, el cual se fundamenta más bien en el orgullo nacionalista (“proud to be
mencionamos, en México las carreras básicas de antropología física y arqueología American”) y en elementos que derivan exclusivamente de su historia reciente
se encuentran en una sola institución universitaria (la enah), pero son ofrecidas (poscolonial).
por separado (aunque con el beneficio de la movilidad estudiantil interna). Ade- Interesa saber que en México aún no se han dado las confrontaciones étnicas
más, cabe recordar que a nivel de licenciatura la antropología física en México es que resultaron tan poderosas en Estados Unidos, ni existe una noción de recla-
responsabilidad exclusiva de la enah, mientras que en todas las otras instituciones mo o siquiera de pertenencia de vestigios humanos precoloniales entre los grupos
de estudios superiores la antropología física (cuando es ofrecida) es relegada a cur- autóctonos de México. Como menciona Ortega en este volumen, por lo menos
sos generales, introductorios, en el ámbito de una licenciatura en arqueología. En en lo que se refiere a contextos específicos (el estado de Quintana Roo), la gente
cambio en Italia, así como en Estados Unidos, la antropología física es impartida sí percibe la importancia de los restos esqueléticos, sin que los consideren como
en numerosas instituciones universitarias de todo el país. parte de su identidad nacional, lo que el autor define como la “invisibilidad de
En nuestros gremios académicos nacionales se habla reiteradamente de la ne- los huesos como productores de identidad nacional”. En la Península de Yucatán,
cesidad de la inclusión y de la comunicación interdisciplinaria [Ortega y Tiesler, cuya población indígena no está compuesta por migrantes, como menciona Or-
2009; Ortega, en este volumen]. Habría que sondear, por lo tanto, en qué grado tega en el caso de Quintana Roo, el “orgullo maya” se manifiesta en mantener,
funcionaría una hibridación de ambas carreras a nivel de licenciatura o de pos- reforzar y difundir las tradiciones mayas, su idioma, su cultura, pero sin incluir los
grado y las posibilidades de compenetración mutua a nivel de distintas temáticas restos de sus antepasados.
metodológicas, como son la tafonomía humana o la arqueología mortuoria, ramas Es probable que esta diferencia en la percepción indígena tenga sus raíces en
que prometen romper las barreras entre ambas disciplinas. las experiencias vividas durante las épocas coloniales y modernas. A diferencia de
El segundo asunto a discutir atañe el objeto de estudio (el esqueleto) y a quié- las colonias anglosajones o francesas, donde la explotación de grupos autóctonos
nes tienen el derecho de disponer de él. Esta cuestión parece no tener relevancia se centraba en lo económico, la corona española promovía la asimilación cultural
en Italia, donde, lo mismo que en México, los vestigios humanos antiguos son total (en religión, economía y lengua) de todos los sectores sociales y étnicos.

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El manejo de restos humanos arqueológicos en Italia y Estados Unidos

Pensamos que esta política inclusiva habrá conllevado, junto con el mestizaje, la comparación argumentada pueda proporcionar puntos de partida alternos, aptos
noción de pertenencia nacional que actualmente se percibe entre los grupos indí- para enriquecer la discusión sobre las necesidades, aplicaciones y perspectivas par-
genas actuales de nuestro país, pese a la marginación que muchos todavía enfren- ticulares en el caso mexicano.
tan [Tiesler y Zabala, 2010]. Ambos casos son claramente diferentes de los que
han caracterizado la historia de Italia, que no ha vivido un proceso de colonización
radical que alterara completamente el contexto poblacional, étnico e histórico del Bibliografía
país, y por ello no ha generado una población “indígena” como las que conocemos
Reglamentos
en México y en Estados Unidos. 1990 Reglamento del Consejo de Arqueología. Disposiciones reglamentarias para la investigación ar-
Como argumentamos, la ausencia de leyes mexicanas de repatriación no nos queológica en México, México, inah.
releva de la responsabilidad social y de la sensibilidad acerca de las necesidades 2004 Decreto Legislativo 22 gennaio 2004, n. 42-Codice dei Beni Culturali e del Paesaggio, ai sensi
dell’articolo 10 Legge 6 luglio 2002, n. 137, Ley Federal de Italia, Roma.
culturales y biológicas de los grupos indígenas. Como hemos sostenido en otros
Blakely, Robert L. (ed.)
trabajos [Ortega y Tiesler, 2009; Tiesler y Cucina, 2008], el conocimiento de las 1977 “Biocultural Adaptations in Prehsitoric America”,en Southern Anthropological Proceedings,
trayectorias humanas a través de sus vestigios mortales nos obliga a contribuir 11, Athens, The University of Georgia Press.
constructivamente a fomentar identidad(es) y a crear puntos de partida aptos para Buikstra, Jane E.,y Lane A. Beck (eds.)
2006 Bioarchaeology. The Contextual Analysis of Human Remains, Boston, Academic Press.
mejorar las condiciones de vida actuales en nuestro país.
Buikstra, Jane E.
La ausencia de normas como la nagpra no implica que en México no existan 2006 “Repatriation and Bioarchaeology: Challenges and Opportunities”, en Buikstra, Jane E. y
leyes que rijan el manejo de restos humanos. Tal como asentamos en la introduc- Lane A. Beck (eds.), Bioarchaeology. The Contextual Analysis of Human Remains, Boston,
ción, sí existe un marco legal federal que, de hecho, aplica para todo manejo de Academic Press, pp. 389-415.
Clark, Graham
vestigios arqueológicos. A diferencia de Italia, donde la instrumentación de las 1972 Starr Carr: A Case Study in Bioarchaeology, London, Addison-Wesley, Modular Publications 10.
leyes depende de los inspectores estatales y por ende puede estar sujeta a criterios Cucina, Andrea y Vera Tiesler
personales y circunstanciales (generalmente en detrimento del patrimonio huma- 2005 “Past, Present and Future Itineraries in Maya Bioarchaeology”, en Journal of Anthropological
Sciences, 83, pp. 29-42.
no), en México corresponde al órgano central del Consejo de Arqueología la toma
Demarest, Arthur A.
de decisiones. A través de sus miembros y de otras dependencias centrales o estata- 2007 “Ethics and Ethnocentricity in Interpretation and Critique: Challenges to the Anthropology
les del inah, el Consejo vigila sobre el ejercicio legal de cualquier actividad relacio- of Corporeality and Death”, en Chacon, Richard J. y David H. Dye (eds.), The Taking and Dis-
nada con el patrimonio arqueológico y otorga los permisos relevantes en cuanto al playing of Human Body Parts as Trophies by Amerindians, Nueva York, Springer, pp. 591-617.
Ortega, Allan y Vera Tiesler
manejo, estudio e incluso destrucción (en el caso de algunos análisis especiales) de
2009 “La antropología física y la bioarqueología: diálogos encontrados entre sus actores”, manus-
hueso humano antiguo. Aunque esta forma de organización tiene beneficios en la crito enviado a la revista Estudios de Antropología Biológica, unam/inah, México.
aplicación rigurosa de la ley en todo el territorio mexicano, al menos en el papel, Ousley, Stephen et al.
su ejercicio centralizado está supeditado especialmente a las limitaciones propias 2005 “Federal Repatriation Legislation and the Role of Physical Anthropology in Repatriation”,
Yearbook of Physical Anthropology, 48, pp. 2-32.
de personal y de recursos financieros. Roberts, Charlotte A.
Concluyendo, nuestra caracterización del manejo académico y legal de restos 2006 “A View from Afar: Bioarchaeology in Britain”, en Buikstra, Jane E. y Lane A. Beck (eds.), Bioar-
humanos antiguos en Italia, Estados Unidos y México pone en evidencia en cada chaeology. The Contextual Analysis of Human Remains, Boston, Academic Press, pp. 417-440.
Thomas, David H.
caso las nociones propias de identidad y etnicidad, y con ellas las necesidades
2000 Skull Wars: Kennewick Man, Archeology, and the Battle for Native American Identity, New
particulares de estudio, protección y resguardo del legado cultural, del que tam- York, Basic Books.
bién forman parte los restos humanos. En este sentido, esperamos que nuestra

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El manejo de restos humanos arqueológicos en Italia y Estados Unidos

Tiesler, Vera
1996 “Restos humanos como fuente de información arqueológica. Aplicaciones en la investigación
mayista”, Cuicuilco, 2, pp. 213-222.
2006 Bases conceptuales para la evaluación de restos humanos en bioarqueología, Mérida, Universidad
Autónoma de Yucatán.
Tiesler, Vera y Andrea Cucina
2008 “Joint Agendas in Maya Bioarchaeology: Conducting Collaborative Research at the Auto-
nomous University of Yucatan, Merida, Mexico”, The SAA Archaeological Record, 8(2), pp.
12-14.
Tiesler, Vera y Pilar Zabala
2010 “Dying in the Colonies: Death, Burial, and Mortuary Patterning in Campeche’s Main Pla-
za”, en Tiesler, Vera, Pilar Zabala y Andrea Cucina (eds.), Natives, Europeans, and Africans
in Colonial Campeche. History and Archaeology, Gainesville, University of Florida Press (en
prensa).

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Oana del Castillo Chávez

Objetivos de la excavación y recuperación


del material óseo arqueológico
Antes de abordar los aspectos metodológicos para la recuperación de material óseo
en contextos arqueológicos, es preciso hacer una reflexión sobre cuáles son los
Excavación, consolidación objetivos que se persiguen al hacerlo. Un bioarqueólogo estudia los restos óseos

y almacenamiento de restos óseos de poblaciones antiguas para comprender cómo se adaptaban al ambiente en que
vivían y cómo aprovechaban los recursos; para entender qué enfermedades pade-
humanos provenientes de contextos cían y cómo éstas afectaban a los diferentes grupos de la población; para conocer
arqueológicos la manera en que los perfiles demográficos han cambiado a través del tiempo; para
encontrar las rutas de migración y de mestizaje de las poblaciones, o para conocer
la dieta y las características del crecimiento y desarrollo físico de estos antiguos
pobladores. Otro tipo de estudios se enfocan en el análisis de las costumbres fune-
Oana del Castillo Chávez rarias para conocer la ideología alrededor de la muerte, la estratificación social o
Centro inah Yucatán los intercambios entre áreas culturales.
Los materiales óseos humanos que se han empleado para estas investigaciones
provienen de contextos arqueológicos únicos e irrepetibles; el proceso de recupe-
ración tanto de materiales esqueléticos humanos o animales como de materiales
culturales es inevitablemente destructivo: a través de la remoción de los elemen-
El arqueólogo, al plantear la excavación de un sitio arqueológico tos que integran el ensamble, las relaciones espaciales y contextuales se pierden de
y encontrar los restos humanos en el contexto —sea de carácter manera permanente. Por ello el registro de cada elemento presente en el contexto,
funerario o no—, requiere del dominio de ciertas herramientas ya sea esquelético o cultural, es primordial.
teóricas y metodológicas que permitan una correcta recuperación Por otra parte, la recuperación de las unidades óseas también implica un traba-
de tales materiales, sin perder de vista la integridad del ensamble jo metódico y preciso; debido a la naturaleza frágil de los huesos, el proceso de le-
arqueológico. En este trabajo se pretende proporcionar una guía vantamiento, embalaje y transportación debe ser sumamente cuidadoso. Mientras
para que el profesional que enfrente la situación de excavar y más huesos sean recuperados de manera íntegra, pueden efectuarse en ellos análisis
recuperar materiales óseos arqueológicos pueda hacerlo de ma- más complejos y detallados y obtener mayor información relevante. La correcta
nera adecuada, garantizando el respeto a los materiales y a la estimación de edad y sexo de los esqueletos depende de la correcta recuperación y
información que generen.1 preservación de la pelvis y del cráneo. También la estimación de la estatura, y de
la edad en individuos subadultos, requiere que los huesos largos sean recobrados
en una sola pieza. El registro de variables no métricas (posibles epigenéticos) y de
1. En general, son los arqueólogos los que suelen encontrar y recuperar los rasgos que pudieran indicar patologías y lesiones, tanto en los huesos como en los
restos óseos humanos en las excavaciones arqueológicas, aunque antropólogos
físicos, bioarqueólogos y antropólogos forenses también participan en este campo. dientes, también depende de que la integridad de las unidades óseas sea preservada
Para fines prácticos, en este trabajo usaremos el término “bioarqueólogos” para lo más posible.
abarcar a todos los especialistas que trabajan en este tipo de investigaciones, ha-
ciendo patente que hay diferencias sustantivas entre las áreas de estudio de cada
especialidad, por lo que no se pretende unificarlos bajo un término simplista.

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Excavación, consolidación y almacenamiento de restos óseos humanos…

Restos humanos en contextos arqueológicos: Las prácticas funerarias implican la manipulación intencional y direccionada
consideraciones importantes del cuerpo desde los momentos previos a la muerte del individuo hasta los actos
posteriores al depósito final de sus restos [Duday, 1997]. Durante todo este pro-
Las prácticas mortuorias y los ensambles óseos: tipos de contextos ceso el eje de las actividades y rituales es el muerto, toda vez que no es más una
En todas las culturas, a lo largo de la historia, el tratamiento y la disposición final persona física, sino que ha adquirido otra dimensión, y por lo tanto otro valor,
de los cuerpos de los muertos implican una serie de prácticas culturales de gran dentro del grupo social.
relevancia que ponen en relieve no sólo algunas creencias y la cosmovisión de los b) Prácticas sacrificiales y rituales. En estas prácticas el cuerpo humano adquie-
pueblos, sino también el rol del individuo en su sociedad persona social, las circuns- re otro significado: es un elemento sagrado que será entregado a una divinidad o
tancias alrededor de la muerte, etc. Los ensambles óseos que se generan a través a un ente sobrenatural; en estas prácticas es la divinidad el elemento importante
de estas prácticas, por lo tanto, no son entidades creadas de manera accidental o y todos los actos están dirigidos a su adoración, por lo que el individuo que for-
azarosa. El “ritual mortuorio”, o “práctica mortuoria”, entendidos como una serie ma parte de la oblación ritual se convierte en un elemento ritual y no mantiene
de procedimientos y acciones que involucran la manipulación y modificación de una dimensión de humanidad [v. López Luján y Olivier, 2010]. Estas prácticas
restos humanos, sean éstos cadavéricos o esqueléticos, varía a través de las culturas pueden generar ensambles esqueléticos como sacrificios u ofrendas a las deidades,
y del tiempo, y la apreciación de este hecho es crucial para entender estos contextos como una “comitiva” de personajes importantes que han muerto, etc. Algunos
arqueológicos y los agentes y las modificaciones que intervienen en su formación de los procedimientos de preparación se efectúan en el cuerpo una vez que ya
[Terrazas, 2007; Stodder, 2008]. ha sufrido parte del proceso de descomposición; para el periodo prehispánico en
Uno de los rasgos que el bioarqueólogo debe registrar es el proceso de creación Mesoamérica, por ejemplo, se ha registrado una gran variedad de manipulaciones
de un ensamble esquelético, es decir, los tratamientos antes, durante y después de posmórtem de los cuerpos, incluyendo desarticulación y extracción de segmentos
la disposición final de los restos mortales. Tales actos no sólo se relacionan con los corporales, uso de huesos como reliquias o amuletos (mandíbulas y dientes de
fines prácticos de deshacerse de un cuerpo, sino que siguen procedimientos y códi- enemigos muertos en batalla, falanges de mujeres muertas en el parto —las cihua-
gos relacionados con la intencionalidad, las creencias sobre la muerte y lo que ocurre teteo—, cráneos-trofeo), la reinhumación de individuos completos y la aplicación
después de ella. En este punto es preciso definir las diferentes prácticas mortuorias de pigmentos en la superficie de las osamentas una vez terminado el proceso de
que podemos encontrar en contextos arqueológicos: descomposición. Estas acciones se relacionan con rituales que protegen el espíritu
a) Prácticas funerarias. En estas prácticas el objetivo de todos los procedimien- inmortal hasta que es recibido en el mundo de los muertos [Welsh, 1988; Chase
tos es la disposición final de los restos mortales de los individuos de acuerdo con y Chase, 2003; Terrazas, 2007].
los sistemas de creencias y valores que el grupo humano sostenía. Cada grupo c) Prácticas utilitarias. En este tipo de prácticas los restos humanos son vistos
humano ha desarrollado una “secuencia” de eventos que abarcan los aspectos bio- como fuentes de materiales para la fabricación de herramientas (como punzones,
lógicos, sociales y rituales de cada individuo que fallece, y que establecen el cómo, recipientes, instrumentos musicales), como objetos suntuarios o incluso como
cuándo y dónde se entierran quiénes. La muerte proporciona un conjunto simbóli- fuente de alimento [Terrazas, 2007]. En este sentido, el individuo fallecido carece
co que muestra distintas vertientes: mientras refleja de muchas maneras la forma de su dimensión humana y se convierte únicamente en un banco de materiales.
en que cada sociedad se identifica a sí misma y se organiza en su interior (por cla- En el contexto arqueológico es frecuente el hallazgo de huesos aislados o de
nes, religión, clase social, ocupación, género, etc.), los procedimientos funerarios concentraciones de huesos que no denotan una intención de conservar y recordar
implican un despliegue de poder económico, político, o social del fallecido y/o su al individuo muerto, y que tampoco manifiestan un carácter utilitario o un ritual
grupo, así como el conocimiento del ritual y el control de elementos intangibles y específico [Tiesler y Cucina, 2003]. Estos ensambles “problemáticos”, así llama-
ultraterrenos [Cannon, 2002; Stodder, 2008]. dos porque no concuerdan con otra categorización, se caracterizan por: 1) no

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Excavación, consolidación y almacenamiento de restos óseos humanos…

presentar evidencia de ser parte de depósitos primarios o secundarios de carácter contextos presentan mantiene huellas de las fases anteriores y de los procesos que
eminentemente funerario;2 2) no concordar con evidencias de prácticas de culto llevaron a su creación, es decir, a la “estructura latente” del depósito. La estructura
ancestral;3 3) no revelar claramente arreglos de ofrenda, o formar parte de artefac- latente de un contexto arqueológico se opone a la estructura evidente, pues no es
tos ceremoniales; 4) no corresponder a eventos de sacrificio y/o muerte violenta; perceptible de manera inmediata durante la excavación, pero puede ser evidencia-
5) no presentar una disposición regular de los elementos óseos (desarticulación, da a través del registro y análisis de sus componentes [Leroi-Gourhan et al., 1962,
dispersión); y 6) frecuentemente mostrar marcas de origen antropogénico (como en Pereira, 2007].
cortes y fracturas) [Hurtado et al. 2007; Tiesler, 2007].4 La búsqueda de esta estructura original del ensamble arqueológico implica
efectuar la recuperación de los elementos que lo integran de manera minuciosa.
La excavación y recuperación de restos óseos humanos Para ello, la cuidadosa excavación de los contextos arqueológicos es indispensable­.
en arqueología Todos los sitios arqueológicos presentan, en mayor o menor grado, estratigra-
Las prácticas mortuorias muestran una variabilidad enorme, por lo que la defini- fía; si una locación va a ser excavada, por definición es una entidad estratificada,
ción de un ensamble esquelético como “entierro”, dado que fue rescatado de la aun si es sólo un simple depósito sobre la roca matriz. Por ello, todas las excavacio­
tierra mediante una excavación, resulta pobre, pues no refleja la complejidad de nes arqueológicas deben considerar las dos leyes básicas de la estratigrafía: a) si la
todo el comportamiento mortuorio. No todos los restos humanos son enterrados capa de suelo A cubre la capa B, entonces B fue depositada primero; y b) cada nivel
propiamente en un foso dentro del proceso de su disposición final; las formas en o estrato se data en un tiempo más reciente que los objetos que se encuentran en
que los humanos disponemos de nuestros semejantes muertos, aun considerando él [Harris, 1989].5
únicamente los contextos funerarios, son de lo más diversas, y van desde la ex- El suelo está compuesto por una serie de capas, algunas creadas por el hombre,
posición del cadáver a la intemperie hasta su depósito en sepulcros de elaborada otras por procesos naturales, y es trabajo del arqueólogo removerlas en el orden
arquitectura. Sin embargo, debido a la deposición de materiales (tierra, piedras, inverso al que fueron depositadas. Si se cometen errores durante la excavación, los
restos vegetales) a lo largo del tiempo sobre tales contextos mortuorios, es práctica depósitos y objetos individuales pueden ser extraídos de su contexto estratigráfico
común el efectuar una excavación para poder tener acceso al depósito, de ahí el original, perdiéndose importante información. La estratigrafía misma de un sitio
término de “entierro” aplicado a los restos esqueléticos recuperados en contextos de puede ser destruida por una excavación descuidada. Durante la excavación de
excavación. Actualmente, el uso del término “depósito” para definir un ensamble contextos arqueológicos en los que se hallan depositados restos óseos humanos,
mortuorio se considera correcto. las reglas estratigráficas deben ser respetadas de la misma manera que en otros
El estado final de un contexto arqueológico, es decir, el estado en que se en- contextos.
cuentra justo antes del momento de la intervención del arqueólogo, es resultado
de una serie de procesos tanto culturales como naturales. Ese último estado que los

5. De estos axiomas primarios se desprenden las leyes de la estratigrafía arqueológica: la ley de la su-
2. Se define como “depósito primario” aquel que comprende la instalación de un cadáver reciente en el perposición, la ley de horizontalidad y la ley de continuidad. La primera asume que en un suelo estratificado
lugar de depósito definitivo, donde se realizará la descomposición total del cuerpo; los “depósitos secunda- las capas superiores son más recientes y las más profundas son más antiguas. La segunda establece que los
rios” son aquellos que se efectúan en dos o más tiempos, es decir, que el depósito final ha sido precedido estratos tienden a hacerse horizontales con el paso del tiempo, y que aquellos estratos que originalmente
por una o varias fases de preparación de los restos, incluidos el descarnamiento o la desarticulación del tenían una disposición vertical suelen erosionarse bajo la acción de factores naturales (deslaves, corrientes
cuerpo [Duday, 1997:93]. En este sentido, ambos términos implican una función funeraria de la disposición de agua, etc.) hasta formar estratos horizontales. La tercera afirma que cada depósito estratigráfico es un
de los muertos como objetivo fundamental. evento completo que no deja expuestos sus extremos; si los extremos se encuentran expuestos, se infiere
3. Estas prácticas son definidas por actos de memoria y reverencia hacia los muertos. una alteración del estrato por la erosión o el movimiento del terreno. Una cuarta ley, la de la sucesión
4. Aunque este término de “contextos problemáticos” fue propuesto para ser aplicado en ensambles estratigráfica, menciona cómo los estratos arqueológicos —antropogénicos— se imbrican en los estratos
prehispánicos del área maya, su uso en otras áreas culturales también es pertinente. naturales [Harris, 1989].

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Fotografía 1
Por otra parte, el registro y estudio de los eventos tafonómicos permiten es-
tablecer las relaciones entre agentes culturales y naturales durante la creación del
contexto arqueológico. La aproximación desde la tafonomía al estudio de los en-
sambles mortuorios generalmente se efectúa considerando los procesos de forma-
ción del sitio/ensamble arqueológico, los procesos mortuorios, la descomposición
de los elementos biológicos del ensamble, la degradación química de los materia-
les y las alteraciones que sufren tales elementos —especialmente los óseos— por
acciones antropogénicas intencionales y no intencionales [Duday, 1997; Pereira,
2007; Terrazas, 2007; Stodder, 2008].

Definición del ensamble mortuorio


Al encontrar restos óseos en un contexto arqueológico, la primera fase comprende
un proceso de identificación del hallazgo que inicia con la caracterización del de-
pósito. Para ello se deben tomar en consideración los siguientes temas.

a) Restos óseos humanos o animales Aspecto panorámico de una excavación arqueológica de un contexto mortuorio. Tamtoc, SLP, México.
(Foto: Dra. Patricia Hernández)
El conocimiento de los rasgos anatómicos básicos del esqueleto humano es in-
dispensable para toda persona que se enfrente a la excavación arqueológica; es
importante resaltar el hecho de que no todos los arqueólogos han tenido un en- Los enterramientos múltiples abarcan una amplia variedad de prácticas mor-
trenamiento en osteología humana, por lo que al enfrentarse a restos esqueléticos, tuorias; los procesos que derivan en su formación pueden ser de muy diferentes
particularmente de subadultos o de individuos que presentan rasgos particulares, orígenes y darse a lo largo de distintos momentos, por lo que el registro de los ele-
pueden cometer equivocaciones que lleven a la confusión de un esqueleto humano mentos óseos a partir de un enfoque tafonómico puede lograr una reconstrucción
con uno animal; esto puede implicar una definición errónea de los contextos, por correcta de la estructura original del depósito [v. Pereira, 2007].
lo que no debe tomarse a la ligera.
Otro aspecto de la identificación de los restos óseos como humanos o animales c) Depósito primario o secundario
puede definir la atención que se preste a su recuperación; sin embargo, es preciso Se define como depósito primario aquel que comprende la instalación de un cadáver
recordar que la presencia de restos animales en un contexto arqueológico es tan “reciente” en el lugar de depósito definitivo, donde se realizará la descomposición
valiosa como cualquier otro elemento y requieren de la misma atención que un total del cuerpo; en el contexto arqueológico, este tipo de ensamble esquelético se
enterramiento humano. caracteriza por presentar conexiones anatómicas claras6 y completas; los depósitos
secundarios son aquellos que se efectúan en dos o más tiempos, es decir, que el
b) Depósito individual o múltiple depósito final ha sido precedido por una o varias fases de preparación de los restos,
Durante la excavación de un ensamble esquelético humano es de capital impor-
tancia determinar si los restos esqueléticos pertenecen a un solo individuo o si 6. En la preservación de las relaciones anatómicas estrictas intervienen factores tafonómicos. Los fe-
nómenos que ocurren alrededor de un individuo muerto (antes de su muerte y de la disposición final del
representan a varios; para ello, durante la excavación debe prestarse particular cadáver, durante el depósito de los restos y después del depósito) siempre intervienen en la formación del
atención a la identificación y cuantificación de las unidades óseas presentes. contexto arqueológico, aunque a veces no son fácilmente discernibles [v. Duday, 1997].

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Excavación, consolidación y almacenamiento de restos óseos humanos…

Fotografía 2 Fotografía 4

Sacrificio humano y animal. Excavación en sitio de la dinastía Zhou (1100-770 a.C.) en la provincia de Henan,
China. (Foto: www.foxnews.com/static/managed/img/scitech/Zhou/).

Fotografía 3

Enterramiento primario sedente. Tamtoc, SLP, México. (Foto: Isaac Barrientos).

d) Depósito directo o indirecto


La cuidadosa excavación de los límites de la fosa donde se depositaron los restos,
recuperando y definiendo sus límites, puede indicar si el cuerpo estuvo en un
contenedor y si el sitio de depósito fue producto de un trabajo planeado que
implicó una inversión de recursos y energía. En general, se define como depósito
directo aquel en donde el cuerpo fue colocado en una fosa hecha en la tierra, sin
tener de por medio un contenedor (como un ataúd o una vasija) y sin que la
fosa se halle recubierta por algún material que aísle los restos. Por el contrario, un
Fosa común de la peste negra (s. xvi). Málaga, España (Foto: www.arqueohistoria.com)
depósito indirecto es aquel en el que el cuerpo es resguardado del contacto directo
con la tierra mediante una cubierta o envoltorio, o si la fosa comprende una cons-
incluidos el descarnamiento o la desarticulación del cuerpo [Duday, 1997; Pereira, trucción o un revestimiento.
2007]. En este sentido, ambos términos implican una acción de carácter funerario La excavación puede poner en relieve el carácter de los ensambles de restos
de la disposición de los muertos como objetivo fundamental.7 óseos; cualquier evidencia que no sea recuperada, o que sea malinterpretada en
campo, puede generar una clasificación inadecuada de los depósitos y de los en-
7. Véase el apartado siguiente para la definición de funerario. sambles óseos contenidos en ellos.

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Excavación, consolidación y almacenamiento de restos óseos humanos…

Fotografía 5 Fotografía 6

Fosa con depósitos directos e indirectos. Puede observarse cómo los depósitos indirectos mantienen rígidas y
extendidas las extremidades, al haber estado en el interior de un contenedor, mientras que los directos no muestran Depósito simultáneo. Ofrenda de la Edad de Bronce en Cliffs End, Inglaterra. (Foto: www.flickr.com/photos/
una posición tan estricta. Fosa común de la peste negra (s. xvi) en Francia. wessexarchaeology).

e) Depósito simultáneo de varios cuerpos Por otra parte, el depósito de osamentas desarticuladas en los contextos secun-
Este rasgo es sumamente importante en el momento de evaluar los contextos pri- darios no proporciona ninguna evidencia de que los individuos hayan muerto de
marios presumiblemente pertenecientes a epidemias, masacres, batallas, sacrificios, manera simultánea, ni que todos los huesos hayan sido depositados a un tiempo
etc. La descomposición de la materia orgánica es un fenómeno relativamente rápi- [Duday, 1997, 2008; v. también Pereira, 2007].
do, por lo que el depósito de varios cuerpos completos implica que los individuos
murieron en un corto periodo de tiempo y que fueron enterrados antes de que se f) La conservación de los restos óseos
iniciara el proceso de desarticulación por putrefacción. En el caso de varios cuerpos Las condiciones de conservación de los contextos mortuorios y de los esqueletos
depositados en un área restringida, la cronología relativa de las dislocaciones articu- contenidos en ellos varían notablemente dentro de un mismo sitio de enterramien-
lares por putrefacción puede ser empleada para recrear la sucesión de los depósitos. to. Las características de los sustratos con los que los esqueletos están en contacto,
Si el depósito de los cuerpos ocurrió en un solo evento, las conexiones anatómicas así como la edad y las condiciones de salud del individuo enterrado, el contenedor,
se encontrarán estrictamente respetadas, debido a que la descomposición ocurrió al los objetos acompañantes e incluso la posición en que se depositó el cuerpo inciden
mismo tiempo; los desplazamientos que pudieran observarse en las unidades ana- en el estado de preservación de los materiales óseos [Stodder, 2008]. No hay una
tómicas serían ocasionados por la acción de la gravedad, o por la acción de otros receta única que permita predecir el estado en que se encontrará el esqueleto. En
agentes (animales, filtraciones de agua, asentamientos de terreno, intervención términos generales, puede decirse que en aquellos contextos de arcillas y arenas
humana). De esta manera se comprueba la simultaneidad del depósito. cuyo pH es muy ácido, la preservación de los tejidos óseos es muy pobre, pudiendo

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Excavación, consolidación y almacenamiento de restos óseos humanos…

éstos disolverse completamente; mediante una cuidadosa excavación y registro, Figura 1


posiblemente podría observarse la sombra del cuerpo depositado por un cambio
en la coloración del sustrato. Por el contrario, en sustratos alcalinos y poco higros- FACTORES FACTORES NO
cópicos pueden encontrarse huesos en mejor estado de conservación [v. Stodder, POTENCIALMENTE CONTROLABLES
CONTROLABLES
2008]. En algunos casos la completa inmersión del cuerpo en agua también suele
Población
resultar en una buena conservación del tejido óseo, como puede corroborarse con antigua
los hallazgos en cenotes y cavernas sumergidas.
Por otra parte, el tipo de tratamiento que el cuerpo recibió antes de su depósito
Mortalidad
y las características del contenedor (féretro, vasija, petate, cesto, etc.) juegan un
importante papel en la intervención de factores que generan la descomposición Total
del cuerpo, como el drenaje de los líquidos de la descomposición y del agua que de población
se filtra desde la superficie, el acceso de fauna carroñera, el contacto con raíces muerta
de la vegetación superficial, etc. La ocasional conservación de tejidos blandos, Prácticas
como cabellos, uñas o piel, y de materiales orgánicos de ofrendas, dependen de funerarias
condiciones muy especiales; su recuperación y análisis deben hacerse con extre- diferenciales
Total de
mo cuidado, siguiendo protocolos que garantizan la integridad del espécimen y población
del excavador. enterrada

Conservación
g) La representatividad de los esqueletos diferencial de
Hay un problema metodológico que consiste en considerar una colección ósea como los huesos
Esqueletos que
una población. La recuperación de restos óseos humanos en contextos funerarios
se conservan
nunca es total y completa: las “muestras” esqueléticas son únicamente represen- hasta hoy
tativas de sí mismas y no reflejan la estructura original de la población de la que
Estrategia
provienen. Las prácticas funerarias diferenciales, el uso del cementerio o del área
de excavación
de depósito por largos periodos de tiempo, los procesos tafonómicos del contexto
de enterramiento y las condiciones y objetivos de la excavación arqueológica en sí, Esqueletos
ocasionan que la serie esquelética resultante difiera de la población “viva” de la que excavados
provienen [Dutour et al., 2003; Waldron, 2007] (Figura 1).
Factores de
El bioarqueólogo, al recuperar los restos humanos del contexto funerario, en
recuperación
raras ocasiones posee la información que le permita saber a qué sector de la po- de materiales
blación pertenecían; generalmente, la excavación de la mayoría de los depósitos Esqueletos
sólo involucra un sector de la estructura o del sitio arqueológico, sin tener cono- recuperados
cimiento sobre las personas sociales que representan tales esqueletos, es decir, su
pertenencia a determinado estrato social, familia o clan, gremio, religión, etc. [v.
Waldron, 2007, y Stodder, 2008, entre otros]. Factores que inciden en la recuperación de restos óseos de poblaciones antiguas. Basado en Mays, 1998:14.

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Uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos para la comprensión Cédula 1
de los ensambles esqueléticos creados culturalmente reside primordialmente en la
confusión de las categorías sociales con las categorías biológicas que representan
las osamentas. En la bioarqueología, la primera categorización que hacemos de los
restos óseos consiste en asignar sexo y edad, y muchas de las preguntas de inves-
tigación tienen precisamente una línea de conducción biológica. En este proceso,
de manera frecuente se analizan grupos sociales desde una perspectiva biológica,
y viceversa. No hay que olvidar que estos ensambles esqueléticos son entidades
creadas culturalmente y que la composición biológica que denotan tiene un signi-
ficado cultural [Stodder, 2008].
La excavación puede poner en relieve el carácter de los ensambles de restos óseos;
cualquier evidencia que no sea recuperada, o que sea malinterpretada en campo,
puede generar una clasificación inadecuada de los enterramientos o depósitos.

El proceso de excavación
Una vez identificado el sitio de depósito, y habiendo registrado su posición dentro
de la cuadrícula de excavación general8 (de la estructura o del asentamiento), es
recomendable establecer una cuadrícula de menores dimensiones sobre el ensamble
esquelético con el fin de lograr un registro preciso de la ubicación de los elementos
en el interior de la fosa.
Para el registro minucioso de los elementos esqueléticos presentes, así como de
sus relaciones anatómicas y sus condiciones de preservación, es de gran utilidad
el uso de cédulas de campo, tanto en formato físico como electrónico (Cédula 1).
Aunque las siguientes indicaciones se dirigen más bien hacia la excavación de
esqueletos en contextos primarios, muchas de ellas pueden ser aplicadas de igual
manera en contextos secundarios.
• Al iniciar el proceso de excavación de un ensamble mortuorio no hay que olvi­
dar que cada contexto es único, lo mismo que cada espécimen y elemento que
forman parte de éste. Por ello, sólo hay una oportunidad de efectuar el registro y
la recuperación de cada depósito esquelético de manera completa y correcta. Un
error en el proceso puede dañar de manera irreparable los materiales y afectar las
interpretaciones del ensamble arqueológico.

8. En la mayoría de las excavaciones se establece un sistema cartesiano de cuadrícula que facilita la


ubicación de los elementos en el plano. Trabajos de excavación en área de túmulos mortuorios en Tamtoc, SLP, México.

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Fotografía 7 sujetados por raíces, o si aún están semienterrados, no se debe jalar de ellos para
liberarlos; no se debe aplicar un consolidante cuando el hueso aún esté cubierto
con el sustrato, etcétera.
• La situación más frecuente de excavación de un depósito esquelético es aquella
en la que se considera la remoción completa y paulatina de los sedimentos que
cubren­ el esqueleto siguiendo las líneas de deposición del relleno.9 Para ello
se parte desde el nivel de superficie en que inicia la fosa, retirando de mane-
ra horizontal los materiales de relleno con ayuda de la herramienta adecuada,
como puede ser una cucharilla fina (cuando no se encuentren materiales óseos
expuestos y vulnerables) y una brocha. Como mencionamos con anterioridad,
la elección de las herramientas obedece a las condiciones particulares de la
excavación.
• La excavación de un esqueleto —sea humano o animal— en un contexto pri-
mario extendido es más fácil si se efectúa considerando un orden anatómico,
siguiendo las articulaciones naturales de los huesos. Por lo general, una vez
expuestas algunas unidades óseas puede preverse dónde se encuentran las que
Trabajos de excavación en área de túmulos mortuorios en Tamtoc, SLP, México.
le siguen. Si puede establecerse dónde se encuentra el cráneo, es más sencillo
partir desde ese punto hacia el resto del esqueleto.

• A lo largo de todo el proceso de excavación, nunca debe olvidarse el registro de


CRÁNEO
todos y cada uno de los elementos encontrados. Su ubicación en la cuadrícula
(de manera tridimensional, siguiendo los ejes cartesianos x, y y z), así como
el registro gráfico a través de fotografías y dibujos, permiten la reconstrucción REGIÓN CERVICAL

del ensamble a medida que éste se va destruyendo con la excavación. ¡Nunca


hay que dejar que el registro de los hallazgos dependa de la memoria! REGIÓN TORÁCICA Y PÉLVICA
• El deterioro de los restos esqueléticos durante y después de la excavación es
EXTREMIDADES
frecuente, pero no por ello deseable. Deben establecerse procedimientos y con-
(Brazos y piernas)
diciones que garanticen la integridad física de los huesos y de los elementos
asociados; cada sitio, cada contexto, cada depósito tienen características únicas, EXTREMIDADES
(Manos y pies)
por lo que no puede establecerse una receta universal al respecto. Hay que dejar
que el “sentido común” ayude en la toma de decisiones: los esqueletos no deben
estar expuestos al sol de manera directa y prolongada, ni deben ser dejados a la
intemperie; un esqueleto no debe excavarse con herramientas inadecuadas que
9. Aplicando las reglas sobre estratigrafía mencionadas. Generalmente se considera que el relleno fue
puedan causar pérdidas o daños; durante el proceso de liberación de la matriz de originado por un solo evento de deposición, a no ser que se encuentre evidencia de alteraciones estratigrá-
enterramiento, los huesos no deben ser removidos; si los huesos se encuentran ficas que impliquen intrusiones o rellenos sucesivos.

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En contextos en los que el esqueleto se encuentre en una posición flexionada, de los huesos es posible advertir epífisis que corresponden a diversos rasgos
o en los que se encuentre sedente, es posible que no pueda seguirse este orden anatómicos; todos estos pequeños huesos son muy susceptibles a movimientos­
anatómico al pie de la letra, pues el procedimiento de excavación habrá de seguir posdeposicionales y pueden haberse desprendido y caído de su posición ori-
los elementos óseos que hayan sido descubiertos primeramente, respetando las ar- ginal. Por su tamaño y forma irregular, muchos de estos huesos pueden ser
ticulaciones entre huesos. confundidos con piedras y grava del sustrato, por lo que se recomienda cribar
En un contexto secundario la excavación puede ser más complicada y menos de manera cuidadosa toda la tierra que rodea al esqueleto. Posteriormente, en
clara, en tanto las unidades óseas podrían no tener conexiones anatómicas aprecia- el procesamiento del esqueleto en el laboratorio, ese material puede ser revisado
bles; sin embargo, una cuidadosa exploración puede dejar al descubierto cuando para corroborar que ninguna epífisis se haya escapado de ser recuperada.
algunos huesos aún mantienen articulaciones. Las implicaciones de estos hallazgos • En el caso de esqueletos fetales y neonatales, dependiendo de los sustratos en
para la interpretación de los eventos funerarios son primordiales. que se encuentren, es conveniente levantarlos en bloque, de manera que la
• La liberación y limpieza de las unidades óseas no deben poner en riesgo la limpieza y recuperación de los pequeños huesos se realice en un ambiente con-
integridad del enterramiento por excavar de más: la remoción del relleno debe trolado.
hacerse cuidando que los huesos no pierdan sustentación ni su posición origi- • La excavación del cráneo debe hacerse con particular cuidado, ya que en él
nal. Este problema puede suceder con particular frecuencia en las rótulas, ya pueden encontrarse los rasgos que permitan estimar la edad, el sexo, la afinidad
que sólo están sobrepuestas a la articulación fémur-tibia. Dado que corren el biológica e incluso la identidad del individuo —en contextos forenses—.
riesgo de destruirse o de perderse durante la excavación es conveniente dejar un
bloque de terreno suficiente alrededor y bajo de ellas, y proceder a una limpieza
más fina sólo al momento de tomar las fotografías y registrar gráficamente las Fotografía 8
conexiones anatómicas del esqueleto.
• El uso de herramientas filosas o punzantes debe hacerse con extremo cuida-
do para no dañar la superficie del hueso. Aunque el instrumental de dentista
puede ser de gran utilidad al momento de liberar los huesos, también puede
ocasionar raspones o cortadas en los huesos. Como una opción menos agresiva
pueden emplearse estiques y varitas de madera de diversos diámetros y formas,
teniendo la misma precaución para no tallar demasiado.
• Los cepillos, las brochas y los pinceles también pueden desprender fragmentos
del periostio, por lo que su uso debe ser gentil; hay que recordar que la limpieza
del esqueleto en campo no es la definitiva y que no debe poner en riesgo su integridad.
• Si la persona que está excavando el ensamble óseo se encuentra en entrena-
miento y aún cuenta con poca experiencia en estas labores, se recomienda tener
un manual de anatomía esquelética a la mano; esto puede resultar particular-
mente importante en caso de que los restos pertenezcan a subadultos, pues los hue-
sos no han terminado su desarrollo y no se encuentran fusionados. Los huesos
largos tienen los extremos (epífisis) libres, mientras que las vértebras pueden
hallarse en dos o tres partes, dependiendo de la edad del individuo. En el resto Enterramiento sedente. Tamtoc, SLP, México. (Foto: Dra. Patricia Hernández)

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Fotografía 9 Fotografía 10

Entierro sedente, Tamtoc.

Excavación del entierro 11, Tamtoc.

omóplatos y las clavículas: estos huesos no se encuentran articulados de mane-


No debe removerse el sustrato contenido en las órbitas oculares, la fosa ra “estricta”, por lo que pueden moverse fácilmente de su posición original al
nasal, los meatos auditivos y la mandíbula. Los huesos que forman la órbita retirar demasiado sustrato.
son particularmente delgados y frágiles, al igual que el séptum y los cornetes Al excavar este segmento corporal debe ponerse particular atención, ya
del interior de la fosa nasal. Por otra parte, en el interior del meato auditivo que pueden encontrarse cálculos biliares o renales, quistes calcificados e incluso
pueden encontrarse los huesecillos del oído —estribo, yunque y martillo, todos huesos fetales.
ellos de un tamaño menor a 2mm—, mientras que en la parte inferior de la • La excavación minuciosa de manos y pies puede dejar al descubierto datos
mandíbula se aloja el hioides, y ocasionalmente el cartílago tiroideo osifica- importantes sobre costumbres funerarias, objetos acompañantes, e incluso so-
do, que son huesos de extrema fragilidad. En algunos contextos prehispánicos, bre cuánto tiempo transcurrió desde la muerte del individuo. Durante el rigor
también en la zona de la mandíbula y el cuello es frecuente la aparición de mortis los músculos se contraen y ocasionan que las extremidades se “engarro-
elementos culturales, como cuentas de jade, por lo que hay que poner cuidado ten”; este fenómeno es también evidente en las manos y los pies, por lo que si
al momento de remover la matriz de tierra que cubre la sección ventral de las un individuo es sepultado durante este estado, los dedos muy posiblemente se
vértebras cervicales. encuentren hiperflexionados. Por ello, durante la excavación de manos y pies
• La excavación del torso debe realizarse considerando la posición y articulación debe prestarse particular atención en el proceso de limpieza para no desplazar
de las costillas en relación con las vértebras; la remoción excesiva del sustrato las unidades óseas, y durante el proceso de levantamiento para no confundir la
en esta área puede ocasionar que se pierdan las relaciones anatómicas presentes lateralidad de los huesos —sobre todo si las extremidades se encuentran super-
y el tórax colapse. El mismo cuidado debe mantenerse con el esternón, los puestas o entrelazadas—. Es conveniente que cada mano y pie sea levantado

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Fotografía 11
de manera individual y depositado en bolsas etiquetadas que indiquen si perte-
necen al lado derecho o al izquierdo del individuo. Este simple procedimiento
agiliza considerablemente el procesamiento del esqueleto en el laboratorio.
• Debe recolectarse todo fragmento de hueso que se encuentre en el contexto; la
cri­ba del sustrato de enterramiento a través de mallas finas (≤ 1mm) permite
la recuperación de pequeños huesos o fragmentos que no pueden ser levantados
a mano, así como de pequeños artefactos o adornos. Otros elementos de impor-
tancia pueden ser también recobrados de la cavidad abdominal por este método,
como cálculos biliares o renales, quistes hidatídicos calcificados y huesos fetales.
• La excavación de concentraciones de huesos provenientes de cremaciones
debe hacerse meticulosamente; aunque en apariencia los huesos pudieran ha-
ber sido depositados de manera mezclada, al recuperarlos siguiendo un orden
estratigráfico­ —en un procedimiento de microexcavación— podría observarse
algún patrón que indique alguna costumbre mortuoria que de otra manera
pasaría inadvertida.

Metatarsianos articulados. Entierro 12, Tamtoc.


El levantamiento del esqueleto
El procedimiento para recuperar el esqueleto y trasladarlo al laboratorio implica
también un conocimiento anatómico adecuado, herramientas ad hoc y materiales deben extraerse por la fuerza los huesos que se encuentran aún imbuidos en el
de embalaje a la mano. sustrato, pues el riesgo de fractura es muy alto.
• Una vez que el esqueleto haya sido registrado debe iniciarse el proceso de levan- • Por lo general se recomienda levantar los huesos en el mismo orden en que
tamiento antes de que su exposición “al aire libre” comience a ocasionar daños fueron excavados (por ejemplo, desde el cráneo hasta las extremidades inferio-
en los materiales óseos. res). Aquellas unidades pares deben ser embaladas por separado y etiquetadas
• La aplicación de sustancias preservadoras y consolidantes diluibles en agua o indicando su lateralidad.
acetona (como el acetato de polivinilo —Resistol 850 y Mowilith—, o las resi- • Cráneo. Para preservarlo es conveniente levantarlo en bloque, de preferencia
nas acrílicas —Paraloide B72 y Bedacryl—) puede efectuarse en este momento, junto con la mandíbula, de manera que el hioides también sea recuperado. La
dejando al criterio del excavador su pertinencia. La elección del consolidante tierra en las órbitas y en la abertura piramidal no debe removerse por completo,
obedecerá a las condiciones de los materiales óseos, al sustrato en que se en- a fin de garantizar que los delgados huesos laminares de esas zonas lleguen ínte-
cuentren y a las condiciones ambientales; es muy conveniente que esta deci- gros al laboratorio. No debe olvidarse buscar cualquier pieza dental o fragmen-
sión, así como la aplicación misma del producto elegido, sea hecha por un to de hueso que se haya podido desprender del bloque. Por ello es conveniente
experto en conservación y restauración. cribar la tierra de toda la fosa para recuperar todos los materiales.
• Para poder levantar las unidades óseas es preciso liberarlas de la mayor cantidad • Tórax. Sin duda, los huesos que representan un reto mayor para ser levanta-
posible del sustrato al que estén adheridas, excepto en aquellos huesos muy del- dos sin fracturas son las costillas y las vértebras, por su fragilidad y complejas
gados y frágiles, en los que el levantamiento en bloque puede ser la mejor op- articu­laciones. Lo primero que se recomienda hacer es la mayor remoción po-
ción para garantizar su integridad durante el transporte al laboratorio. Nunca­ sible del sustrato que sostiene las articulaciones entre ellas y delimitar su con-

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torno, eliminando con instrumentos finos la tierra adherida, particularmente epífisis. Como se ha explicado en los apartados anteriores, el hueso debe estar
la que las mantiene en su sitio. Para separar las costillas, una vez limpias, lo libre para poder levantarlo con seguridad.
conveniente es colocar una cucharilla muy fina (de pintor) bajo el hueso, cerca Es preciso recordar que aquellos huesos que presentan un proceso patoló-
de la articulación con la vértebra, y separar poco a poco, pero siguiendo la di- gico pudieron haber sido afectados en su resistencia; los procesos inflamatorios,
rección del hueso, “deslizándolo” suavemente hacia el excavador. Las costillas por ejemplo, generan tejido óseo remodelado de consistencia más frágil que el
no deben jalarse de manera directa y recta, pues existe el riesgo de fracturarlas tejido normal. Estos huesos deben ser tratados con especial atención, en tanto su
justo en su ángulo. integridad se ha visto más comprometida durante el tiempo de enterramiento.
Una vez removidas las costillas, las vértebras están expuestas; debe deter-
minarse el grado de articulación que mantienen entre ellas a fin de calcular Embalaje para transporte
los movimientos para desarticularlas y retirarlas en una pieza. Es frecuente la Durante el embalaje y transporte de los materiales esqueléticos es indispensable
fractura al nivel del arco y de los procesos espinosos, por lo que antes de su tener una bitácora de control de los materiales de campo que especifique el número
remoción hay que efectuar una liberación cuidadosa, siguiendo la anatomía de bolsas y de cajas que se han empleado para cada depósito y con qué números
de la pieza. Antes de intentar desplazarla en un movimiento hay que verificar se les puede identificar.
que está suelta, para no romper las espinas. Durante la limpieza de la columna • Una vez liberado cada hueso de la matriz de enterramiento, y si se encuentra
es importante observar los bordes de los cuerpos vertebrales, buscando osteo- en buen estado de conservación, lo conveniente es dejarlo brevemente al aire
fitos10 que hubiesen podido fusionar total o parcialmente vértebras adyacen- libre, a la sombra, para que pierda un poco de humedad antes de ser embolsado
tes. Estas vértebras unidas deben ser levantadas en bloque y procesadas en el y embalado para su traslado al laboratorio. Es recomendable usar bolsas de
laboratorio. Es importante mencionar que estos procesos patológicos pueden papel de estraza para empaquetar las unidades óseas en esta fase, pues permiten
observarse en otras unidades óseas, por lo que este procedimiento se aconseja la disipación de la humedad residual y la entrada de aire fresco. Las bolsas de
para todos los casos. plástico y el tan utilizado papel aluminio para envolver los huesos ocasionan
• Cintura pélvica. Tanto los iliacos como el sacro son huesos frágiles que re- que la humedad se condense y embeba los restos, haciéndolos más frágiles y
quieren de una excavación muy cuidadosa para poder liberarlos en una pieza. deleznables, por lo que debe evitarse su uso.
Como se ha dicho anteriormente, es muy importante no tratar de remover el Las bolsas de papel deben ser marcadas con tinta a prueba de agua con los
hueso sino hasta estar seguros de que la pieza está exenta del sustrato. No hay datos de la unidad de excavación, la identificación del entierro y las características
que olvidar excavar bien esta zona, donde pueden encontrarse objetos acompa- del contenido (unidad ósea y su lateralidad). Para evitar la pérdida o confusión
ñantes, huesos fetales o el coxis; se aconseja cribar posteriormente toda la tierra de materiales es conveniente poner dentro de cada bolsa de papel la misma in-
para no perder ningún elemento. formación en una etiqueta dentro de una bolsa pequeña de plástico, que no sea
• Huesos largos. Estos huesos pueden ser los más sólidos del esqueleto; sin em- afectada por la humedad. Cada entierro debe ser depositado en una sola caja de
bargo, durante el tiempo en que estuvieron en la matriz su estructura pudo cartón, con ventilación suficiente; el colocar dos o más individuos en una caja
haberse debilitado, por lo que no hay que sobreestimar su resistencia. Nunca sin subdivisiones es inadecuado, ya que puede originar confusiones de material.
debe hacerse “palanca” para extraer un hueso largo, ni tratar de jalarlo desde las • Una vez colocados los huesos dentro de la caja en que serán transportados, los
espacios entre las bolsas pueden ser rellenados con periódicos o guata, para
10. Los osteofitos son crecimientos de tejido óseo en las áreas marginales de los huesos; son frecuentes evitar que los huesos se muevan y choquen entre sí. Hay que asegurarse de que
en las zonas de articulación y en la columna vertebral, donde pueden corresponder a la manifestación de
enfermedades como osteoartritis o espondilitis anquilosante [v. Ortner y Putschar, 1981, y Aufderheide y
los huesos más frágiles, como los omóplatos o el cráneo, estén bien protegidos
Rodríguez-Martín, 1998, entre otros]. y que ninguna otra pieza vaya sobre ellos.

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Durante el transporte hay que vigilar que las cajas de cartón en que se simultánea­, y corresponde al investigador decidir cuál es la más conveniente to-
llevan los esqueletos no sean apiladas de manera que puedan colapsar, con mando en consideración las condiciones de cada unidad ósea.
la consiguiente pérdida o daño del material. Asimismo, estas cajas de cartón En todo momento del proceso de limpieza debe cuidarse de no dejar marcas
acumularán la humedad que se desprende de los huesos; por ello no es reco- en la superficie del hueso; en ocasiones, huellas de la manipulación del espécimen
mendable reutilizarlas para el almacenaje definitivo de los restos, a no ser que han sido confundidas con tratamientos mortuorios y otros eventos tafonómicos,
sean sometidas a un proceso de secado. llevando al investigador a conclusiones erróneas.
Una vez seco el material puede emprenderse la restauración de las piezas. Este
Limpieza y conservación en laboratorio proceso involucra el pegado de fragmentos, para lo cual hay algunos lineamientos
Una vez admitido el material en el laboratorio comienza el proceso curatorial, básicos:
en el que la limpieza es el primer paso. Las técnicas empleadas para la limpieza • El uso de un pegamento que pueda removerse fácilmente garantiza la correc-
de los materiales esqueléticos varían de acuerdo con el estado general del hueso y ción de los errores involuntarios que puedan ocurrir en la restauración.
también con las características del sustrato del cual fueron extraídos. Si los huesos • Las piezas que serán unidas deben estar secas (a no ser que se emplee un pega-
se encuentran en buen estado de preservación, sólidos y con el periostio intacto, mento de base agua, que puede aplicarse cuando el hueso aún está húmedo).
puede considerarse la posibilidad de emplear un lavado con agua potable en caso • Antes de adherir los fragmentos hay que verificar la unión exacta de los bor-
de ser necesario. Se sugiere no hacerlo bajo el agua corriente, pues no se tiene con- des, empleando una lupa si es necesario. Para evitar errores pueden emplearse
trol sobre el material que pudiera desprenderse, además que el hueso absorbería uniones temporales con masking tape, sólo si la superficie del hueso resiste la
demasiada humedad y podría destruirse, sobre todo el tejido esponjoso. El mejor posterior remoción de la cinta.
método es emplear una bandeja de poca profundidad, en la que el hueso es breve- • Los bordes de unión deben estar limpios; fragmentos de hueso o restos de tierra
mente sumergido para remover los restos de tierra en su superficie, y si es necesario, debilitan el pegado y ocasionan un desalineado que puede deformar la pieza
con un cepillo de dientes suave, tallar cuidadosamente la superficie. Un enjuague restaurada.
rápido para remover el lodo restante es suficiente. Posteriormente hay que poner • El uso de una caja de arena permite colocar las piezas adheridas de manera que
a secar los materiales; aunque lo ideal es hacerlo sobre una rejilla, para permitir siempre estén en contacto; hay que verificar que la arena no vaya a incrustarse
que el hueso drene libremente el agua del lavado, también pueden utilizarse en la superficie con pegamento. Antes de retirar el hueso de la caja hay que
charolas en las que se ha puesto papel secante que absorba la humedad (hay que cerciorarse de que el pegamento esté completamente seco.
cambiar el papel varias veces hasta garantizar que los huesos estén secos). Puede • Al momento de integrar piezas dentales a sus alveolos es preciso estar absolu-
emplearse un ventilador a baja velocidad para acelerar el proceso de secado, pero tamente seguros de que es la cavidad correcta; en caso de error, el proceso de
nunca una fuente de calor (como un radiador), pues la superficie de los huesos despegado de dientes puede llevar a la fractura del frágil hueso de los alveolos.
podría desprenderse. • Se recomienda restaurar de manera separada la parte facial y la bóveda craneal,
La limpieza “en seco” es otra opción; los huesos son cepillados suavemente y ensamblarlas una vez que las uniones de los materiales estén perfectamente
hasta remover toda la tierra adherida a ellos. Sólo en caso necesario se añaden unas secas. Para ajustar el ancho de la base del cráneo puede usarse como referencia
gotas de agua a fin de disolver los terrones sólidos, principalmente en el interior la articulación de los cóndilos de la mandíbula.
de cavidades, para poder retirarlos sin afectar el hueso. La desventaja de este mé- • No hay que apresurarse; en la restauración, un buen resultado es más impor-
todo reside en que la tierra cepillada permanece flotando en el aire, por lo que tante que la rapidez del proceso.
el personal que efectúa esta limpieza requiere el uso de cubrebocas y goggles para El siguiente paso es el marcado individual de las piezas óseas con la clave del si-
evitar la irritación de las mucosas. Ambas técnicas pueden ser utilizadas de manera tio, la unidad de excavación y el entierro, de acuerdo con las claves establecidas por

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Colecciones esqueléticas humanas en México Oana del Castillo Chávez
Excavación, consolidación y almacenamiento de restos óseos humanos…

el director del proyecto. Para este fin, puede emplearse tinta china negra aplicada • Las cédulas de inventario y de resguardo de las colecciones deben consignar
con plumilla, o plumín indeleble de punta extrafina; las marcas deben hacerse con cualquier destrucción de los materiales, especificando el motivo de la extrac-
letra pequeña, pero clara y legible, en las caras internas de cada unidad. La escri- ción de tejido, la pieza ósea afectada, la cantidad de tejido removido, la fecha
tura de la marca sobre la superficie puede hacerse después de aplicar una delgada de la toma de muestra y el nombre del investigador responsable.11
capa de consolidante o de barniz para uñas, de modo que la tinta no se corra o se
absorba; posteriormente, una vez seca la tinta, se recomienda aplicar otra mano de Almacenamiento en osteotecas
barniz para fijar la marca. Una vez concluido el proceso de limpieza y consolidación de los esqueletos, el
El registro de los materiales óseos en el laboratorio se hace mediante cédu- investigador enfrenta la necesidad de almacenar los materiales, de manera que se
las diseñadas ex profeso —de inventario, de contexto arqueológico, gráficas, de asegure su integridad y conservación.
condiciones de salud, etc.—; estos acervos deben existir tanto en formato físico Los contenedores en los que se mantendrán los restos deben ser de un material
como en memorias electrónicas, de manera que se garantice la permanencia de la que no permita la acumulación de humedad en su interior, y que por su pH no
información relativa al origen y las características de cada esqueleto que se guarda afecte a los huesos. Asimismo, debe evitarse por completo el ingreso de roedores e
en la osteoteca. insectos a los contenedores.
En nuestro país, el uso de cajas de cartón corrugado (en ocasiones parafinado
Toma de muestras de material óseo o plastificado) en las osteotecas del inah y de otras instituciones es generalizado; es
En algunos proyectos se ha planteado la necesidad de tomar porciones de tejido una solución barata y efectiva, en tanto que cumplen las dos premisas anteriores.
óseo con el fin de efectuar análisis de diversa índole (químicos, patológicos, de adn, Sin embargo, en climas extremadamente húmedos la vida útil de estos contene-
etc.). Los protocolos para cada tipo de estudio son muy específicos, por lo que en dores se reduce y su efectividad decrece. En estas circunstancias, debe explorarse
este apartado sólo se harán recomendaciones particulares. una solución que resuelva tales problemas, como sustituir las cajas de cartón por
La toma de tejidos óseos para análisis implica la destrucción parcial o total envases plásticos ventilados antihongos (tipo tupper ware).
de algunas unidades óseas; por ello, estos procedimientos deben ser plenamente El interior de los contenedores debe estar forrado por una capa de material
justificados por el investigador, en pos de obtener resultados de relevancia para el aislante que impida el roce y el movimiento de los huesos durante su almacena-
conocimiento científico. miento; este material puede ser guata de algodón o sintético. Este último tiene la
Las muestras deben ser cuidadosamente obtenidas, ya que no debe haber re- ventaja de proporcionar un medio en el que el crecimiento de hongos y bacterias
petición; no puede continuarse la toma de tejido de forma indefinida, pues ello es muy limitado.
implica una mayor destrucción de los materiales esqueléticos. Una observación importante respecto de los materiales óseos que integran una
• Para evitar la contaminación de los especímenes, la obtención de los tejidos osteoteca: no porque ya hayan sido “analizados” deben ser colocados de manera
debe hacerse en el lugar menos expuesto a los elementos y cuidando las normas negligente en un área inadecuada. Los esqueletos que integran toda colección ar-
básicas de laboratorio, como es el uso de guantes de látex, cubrebocas y redes queológica deben mantenerse en espacios ventilados, secos y con poca luz directa,
para el cabello. El uso de herramientas nuevas o esterilizadas también favorece al tiempo que los estantes en los que se coloquen sus cajas deben permitir el acceso
la obtención de muestras sin contaminación. a ellos y resguardarlos de encharcamientos y otros riesgos.
• El minucioso registro gráfico de las piezas óseas que serán destruidas total o
parcialmente minimiza la pérdida de información. La toma de moldes de yeso
11. Es preciso hacer hincapié que en México no puede efectuarse una toma de muestras de material
o silicón, o el efectuar radiografías de los huesos que serán afectados, también arqueológico bajo el resguardo del inah sin contar con un proyecto revisado y aprobado por el Consejo de
colaboran a este fin. Arqueología o por otras instancias similares.

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Colecciones esqueléticas humanas en México Oana del Castillo Chávez
Excavación, consolidación y almacenamiento de restos óseos humanos…

Los encargados de una osteoteca deben asegurarse de que los materiales óseos Pereira y Tiesler (coords.), El cuerpo humano y su tratamiento mortuorio, México, cemca-
y sus contenedores permanezcan siempre en un estado de conservación óptimo, inah.
2008 “Archaeological proof of an abrupt mortality crisis: simoultaneous deposit of cadavers, si-
para la consulta futura de otros investigadores. La premisa de respeto a los esqueletos,
moultaneous deaths?”, en Raoult y Drancourt (eds.), Paleomicrobiology: past human infec-
es decir, a individuos que vivieron en tiempos pasados, debe regir todo tratamiento, tions, Berlín, Springer-Verlag.
investigación y resguardo. Duday, H. y M. Gillion
2006 “Understanding the circumstances of decomposition when the body is skeletonized”, en
Schmitt, Cunha, Pinheiro (eds.), Forensic Anthropology and Medicine. Complementary Scien-
Comentario final ces from Recovery to Cause of Death, Totowa, N.J., Humana Press.
Los métodos de excavación y los objetivos y estrategias de un proyecto arqueológico Dutour, O., Y. Ardagna; M. Maczel y M. Signoli
intervienen de manera importante en la composición, condición y representatividad 2003 “Epidemiology of infectious diseases in the past: Yersin, Koch and the skeletons”, en Green-
blatt y Spiegelman (eds.), Emerging pathogens: Archaeology, ecology and evolution of infectious
de un ensamble esquelético; las técnicas de recuperación y de análisis espacial de los
disease, Oxford, UK, Oxford University Press.
elementos óseos y culturales, desde una perspectiva tafonómica, pueden permitir Gallardo Parrodi, M.L.
la recuperación de la estructura latente del contexto arqueológico. Igualmente, 2001 “El hueso. Composición, deterioro y tratamiento”, en Schneider (comp.), Conservación in
un adecuado conocimiento de la anatomía esquelética permite no sólo la correcta situ de materiales arqueológicos. Un manual, México, inah.
Haglund, W.D. y M.H. Sorg (eds.)
recuperación de los materiales óseos, sino también la comprensión de los procesos
1997 Forensic taphonomy: the postmortem fate of human remains, Boca Raton, Fla., crc Press.
de depósito, el carácter del ensamble esquelético. Harris, E.
La correcta conservación de los materiales óseos permite realizar estudios de 1989 Principles of archaeological estratigraphy, London, Academic Press.
diversa índole a lo largo de muchos años; es preciso que los acervos esqueléticos López Luján, L. y G. Olivier (coords.)
2010 El sacrificio humano en la tradición religiosa mesoamericana, México, inah/iih-unam.
de origen arqueológico sean resguardados de manera diligente y responsable a fin de Mays, S.
garantizar su integridad. Y ésta es —debe serlo— una labor compartida por todos 1998 The Archaeology of Human Bones, London, Routledge.
los investigadores que trabajamos en el floreciente campo de la bioarqueología. Micozzi, M.S.
1991 Postmortem change in human and animal remains, a systematic approach, Springfield, Ill.,
Cambridge University Press.
Parsons, T.J. y V.W. Weedn
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Chase, D. y A. Chase. co, iia-unam.
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1997 “Antropología biológica ‘de campo’, tafonomía y arqueología de la muerte”, en Malvido, Springer.

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Colecciones esqueléticas humanas en México
Excavación, consolidación y almacenamiento de restos óseos humanos…

Ubelaker, D.H.
1997 “Taphonomic applications in forensic anthropology”, en Haglund y Sorg (eds.), Forensic
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Walsh-Hanley, H.; L. Freas y M. Warren
2008 “The working Forensic Anthropology Laboratory”, en Warren, Walsh-Hanley y Freas (eds.),
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Waldron, T.
2007 Palaeoepidemiology. The measure of disease in the human past, Walnut Creek, Ca., Left Coast
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2005 The Human Bone Manual, Burlington, Ca., Elsevier Academic Press.

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Blanca Zoila González Sobrino y Ana Julia Aguirre Samudio

El adn antiguo y el patrimonio cultural


de México
En México, de las muchas investigaciones que se realizan en las colecciones óseas,
tenemos las que se concentran en los estudios del adn antiguo. Este material here-
El adn antiguo de las colecciones ditario contiene la información genética tanto a nivel individual como colectivo e

óseas en México involucra a las poblaciones antiguas y contemporáneas. Cuando el adn pertenece
a restos óseos encontrados en los sitios arqueológicos forma parte del patrimonio
cultural y está inserto en la legislación del patrimonio nacional.1
La revolución industrial en Inglaterra, la Revolución francesa, el nacimiento
de las naciones, el movimiento de la Ilustración y la ideología liberal generaron
una nueva forma de concebir el desarrollo y la cultura de los pueblos, y legitima-
ron la integración nacional con base en el concepto de identidad. El fundamento
Blanca Zoila González Sobrino de la identidad nacional será el patrimonio cultural y de ahí la importancia de su
Instituto de Investigaciones Antropológicas, unam
conservación, rescate y reconocimiento, junto con todos aquellos valores esencia-
Ana Julia Aguirre Samudio les para estructurar y dar forma a la nueva identidad nacional [inah, s/f ]. En la
Becaria del Programa de Becas Posdoctorales legislación mexicana se percibe la influencia de la tradición francesa respecto del
de la unam, iia
“patrimonio cultural”, e italiana sobre los “bienes culturales” para la protección
de los monumentos coloniales a partir de 1914. Es una idea que se remonta a los
tiempos romanos, en que se emulaba a las construcciones, pues éstas remitían a
lo sagrado al asociarse con los orígenes comunitarios [Cottom, 2009]. México
siempre se nutrió de las ideas revolucionarias de Europa y de Estados Unidos para
El adn antiguo representa un patrimonio cultural tangible en su propia independencia y su construcción como nación, promoviendo una iden-
tanto material arqueológico, e intangible al tratarse de informa- tidad cultural que ha incluido tanto los orígenes prehispánicos como las luchas
ción sobre la genética de las poblaciones antiguas y presentes. y los logros de la nueva población mestizada [inah, s/f ]. Cottom [2009] señala
Como material arqueológico queda bajo el resguardo del inah, la aparición del concepto “monumento arqueológico” —dada la gran herencia
cuyo reglamento incluye el manejo del material óseo. Nuestra prehispánica, botánica y geográfica de México, cuyo reconocimiento jurídico dio
propuesta apunta a la sistematización de los diferentes momentos lugar en el siglo xix como propiedad del Estado— y el de “preservación de bienes”,
de dicho manejo para la optimización de la extracción del adn con el sentido de documento histórico de los monumentos arqueológicos como
y para la obtención de una información más completa y veraz.
Como patrimonio intangible, señalamos la posibilidad, por parte 1. Por otra parte, de acuerdo con la Ley General de Salud, la totalidad del material genético (hablando
de México) está bajo la Ley de Soberanía Genómica. En esta ley se incluye todo lo relacionado con el material
de los investigadores, de realizar estudios históricos e identitarios
genético de los mexicanos al modificarse la fracción V de los artículos 100 y 461, así como la adición de los
con base en la genética, dada la creciente importancia, para los artículos 317 bis y 317 bis 1 de la Ley General de Salud. Se trata de evitar el uso indebido de la información,
individuos y para los distintos grupos, de la difusión y aplicación que el material biológico —y la información derivada del mismo— sea trasladado fuera del país sin regu-
lación alguna, y que las colaboraciones científicas nacionales e internacionales se lleven a cabo a través
de la tecnología sobre el adn, y las nuevas reflexiones sobre su de un sistema de permisos de la Secretaría de Salud y el Instituto Nacional de Medicina Genómica [Diario
posición cultural y hereditaria respecto al resto del mundo. Oficial de la Federación, 2008].

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Colecciones esqueléticas humanas en México Blanca Zoila González Sobrino y Ana Julia Aguirre Samudio
El adn antiguo de las colecciones óseas en México

fuente de información del pasado de los pueblos. El concepto de patrimonio cul- Brevemente señalaremos que cuando se habla de identidad y patrimonio cul-
tural se utilizó en 1939 en la Ley Orgánica del inah [Diario Oficial de la Federa- tural, o cuando se cuestiona cómo contribuye éste a la formación de identidades,
ción, 1939, 1998] aludiendo a los monumentos arqueológicos e históricos, pero es importante tomar en cuenta que el adn como material biológico, hasta el mo-
sin existir hasta la fecha en la Constitución de la República. Dicho autor explica mento, no ha sido identificado ni en la dinámica de identidad ni del patrimonio
que esto se debe a que el patrimonio cultural —al referirse a los aspectos de la cultural en la mayoría de los mexicanos. En principio, porque el concepto mismo
cultura que prevalecen en el devenir de la historia de las colectividades, pero sin de adn, acervo genético o genoma, no forma parte del bagaje cultural general. Es
dejar de construirse constantemente—, quedaría limitado con una ley. Patrimo- hasta tiempos muy recientes que la difusión de la posibilidad de “leer” el genoma
nio cultural, entonces, puede definirse como aquellas representaciones y prácticas tanto individual como grupal es aplicado para algún interés en particular, como
culturales significativas para un grupo, las cuales tienen cierta continuidad en el puede ser de salud o de investigación, de manera que no podemos considerarlo
tiempo y en el espacio y que por lo mismo moldean la memoria, la cultura y la como un aspecto que influya en el sentimiento identitario en nuestro país. Por el
identidad colectiva de los diversos grupos humanos [ibid.]. contrario, la idea de herencia y pertenencia a determinado grupo tiene un segui-
Como “bien”, el material arqueológico es todo testimonio creado y/o produ- miento simbólico a través de la tradición oral, los apellidos, los territorios de origen
cido antes del establecimiento de la cultura hispánica. De acuerdo con la Ley Fe- y la historia, aspectos que si bien no son los únicos, contribuyen a generar ciertas
deral sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Históricos y Artísticos de 1972, identidades [González Sobrino, en prensa]. Con esto queremos apuntar que la in-
todos los vestigios producidos a partir del establecimiento de la cultura hispánica o formación de la genética poblacional, sea de grupos antiguos o contemporáneos,
traídos por los españoles son históricos y pueden ser bienes muebles o inmuebles. puede ser importante para un grupo actual a fin de reconocer su propia ancestría.2
El patrimonio cultural puede ser tangible o intangible. La unesco ha definido Al respecto, siempre hay que tener en mente que no existen grupos cerrados y
como patrimonio cultural intangible a: únicos, pues los grupos e individuos se dispersan o incorporan a otros colectivos,
de manera que en cada generación los acervos genéticos individuales y/o en con-
los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas —junto con los ins- juntos han ido y venido según las circunstancias históricas y sociales. En la diná-
trumentos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes— que las comunida­ mica biológica no hay restricciones que limiten el flujo genético humano, por lo
des­, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de que no esperaríamos necesariamente un paralelismo entre la identificación de los
su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de ge- propios individuos con su grupo y su pertenencia biológica al mismo. Un ejemplo
neración en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en es el caso de los intereses de los pueblos nativos de Estados Unidos y el reconoci-
función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles miento de sus derechos territoriales por parte de las leyes gubernamentales a través
un sentimiento de identidad y continuidad, y contribuyendo así a promover el respeto de pruebas con el adn. En la actualidad se debate mucho sobre la pertenencia a un
de la diversidad cultural y la creatividad humana [artículo 2 de la Convención para la determinado grupo con base en el reconocimiento de su herencia biológica tanto
Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, 2003]. por parte de los residentes de las reservaciones indias como por de investigadores
y actores sociales de diversos grupos.3
En cuanto a las colecciones arqueológicas y al patrimonio cultural, el adn
2. A propósito del proyecto “De genes y símbolos, un estudio sobre nahuas, coras y huicholes” papiit-
de los restos óseos o momificados quedaría comprendido dentro del patrimonio
unam in402507 y conacyt-48481, integrantes de las comunidades tarahumaras, mixes y apaches se in-
cultural tangible, en tanto que es material; sin embargo es intangible, puesto que teresaron en reconocerse genéticamente ya sea para saber sobre su pasado, para compararse con otras
la información que conlleva corresponde a la herencia no sólo biológica sino tam- poblaciones (vivas o muertas) o para diferenciarse de poblaciones mestizas.
3. El principal problema reside en que el pertenecer a un grupo nativo americano es una cuestión
bién cultural de aquellas poblaciones contemporáneas que conservan sus antiguas de cultura y política, no de biología; una persona pertenece a un grupo al ser reconocido por él y no por
tradiciones. tener genes con ancestría indígena. Otro problema es el llevar a cabo el análisis genético, ya que en

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Colecciones esqueléticas humanas en México Blanca Zoila González Sobrino y Ana Julia Aguirre Samudio
El adn antiguo de las colecciones óseas en México

Hay grados y diferencias de mestizaje según los infinitos contextos sociales, Recapitulando, la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos,
espaciales y temporales, y es en este aspecto en el que sería posible un análisis entre Históricos y Artísticos establece que en materia de investigación, conservación y
patrimonio cultural intangible y genética, ya que los resultados revelarían en qué restauración en zonas y monumentos arqueológicos e históricos, el inah es la úni-
medida ha habido dispersión genética, por ejemplo, y qué tanto no la ha habido, ca dependencia federal facultada para otorgar los permisos correspondientes, así
al mantenerse la tendencia a tener matrimonios preferenciales o prohibitivos den- como para asesorar a las dependencias de los tres niveles de gobierno, a la iniciativa
tro de la misma familia o grupo por factores ideológicos. Un ejemplo es el caso privada y a los organismos de la sociedad civil para que lleven a cabo, dentro de la
de los mixes, cuya norma sobre el matrimonio era la endogamia municipal hasta normatividad vigente, dichas acciones. El registro y la catalogación de colecciones
los años setenta; con el aumento de los medios de comunicación han aumentado arqueológicas está bajo la custodia de diversas dependencias del inah, de centros
también los matrimonios entre los municipios mixes, y entre los mixes y otros in- y museos de los gobiernos de los estados y de las colecciones de particulares, y
dígenas de Oaxaca, o mestizos de cualquier estado [Kuroda, 1984:52-53]. Desde estará bajo su responsabilidad la calidad del manejo y el cuidado para el aprove-
esta perspectiva, el adn a nivel poblacional quedaría concebido principalmente chamiento en los distintos tipos de investigaciones. En cuanto a las colecciones
como resultado de la dinámica de las identidades. esqueléticas, los cuidados van desde la excavación in situ hasta el momento en que
Cottom [2009] señala la importancia de ver por lo menos dos perspectivas se está obteniendo y difundiendo información. Ésta resulta de distintas técnicas,
respecto del patrimonio cultural: la antropológica y la jurídica. En el primer caso, muchas de las cuales pueden dificultar el seguimiento de otras, como serían las de
mucho más amplio, obtención del adn para la información de naturaleza genética. Y es en este punto
en el que desarrollaremos algunas propuestas, muchas de las cuales ya se están
el patrimonio cultural comprende el conjunto de productos o creaciones culturales, llevando a cabo, pero que sería ideal se sistematizaran.
tangibles o intangibles, que un grupo social o una sociedad en su conjunto atribuyen
a un valor especial, y de ahí que decidan preservarlos en tanto que les son necesarios El adn antiguo (adna)
para su sobrevivencia como colectividad y, por ende, les resultan fundamentales para El análisis del adna no sólo es de gran ayuda para la comprensión de la evolución
mantener su identidad cultural. de las especies, sino también para responder a preguntas arqueológicas, paleontoló-
gicas y antropológicas, que muchas veces no pueden resolverse con las metodologías
Desde la perspectiva jurídica, dicho concepto es más acotado y se refiere a clásicas en forma independiente.
un conjunto de bienes muebles e inmuebles que, en el caso de nuestro país, “la Los primeros estudios de adna fueron realizados en especies extintas, como
sociedad mexicana” ha reconocido y valorado culturalmente; de ahí que el Estado el dodo, insectos y plantas fósiles de 120 y 17 millones de años respectivamente
mexicano haya tenido que obligarse a preservarlos a través de normas legales e [Cano et al., 1993; Golenberg et al., 1990], y se comprobó así que la molécula
instituciones, en este caso de orden federal, precisamente por ser de propiedad puede sobrevivir en el tiempo a la actividad microbiana y a las reacciones oxidati-
o interés nacional. Es sobre este conjunto que el inah tiene facultades, al ser un vas y a la hidrólisis espontáneas.
órgano que depende de la Secretaría de Educación Pública, la que originariamente La tecnología actual para secuenciar los genomas de los diferentes organis-
tiene estas atribuciones. mos permite determinar la variación entre especies a lo largo del tiempo, analizar
filogenias para entender la evolución de las especies, la divergencia entre éstas y
el surgimiento de las especies modernas. Ejemplo de este tipo de estudios son el
algunas comunidades es una transgresión de sus propios principios. Pero lo que se pierde muchas veces
del moas [Cooper et al., 2001], del linaje Elefantidae, orden prosbocidea, el cual
en el debate es el hecho de que, en sí mismo, este tipo de análisis no es concluyente en sentido estricto,
aunque en términos reales, legales, políticos y morales no deban ser ignorados [Jonathan Marks y Brett fue reconstruido a través de la secuenciación completa del adn mitocondrial de
Lee Shelton, 2010, s/p]. especies como el mastodonte americano (Mammut americanum) [Rholand et al.,

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Colecciones esqueléticas humanas en México Blanca Zoila González Sobrino y Ana Julia Aguirre Samudio
El adn antiguo de las colecciones óseas en México

2007] o el mamut lanudo [Krause et al., 2006], ya extintos. Se ha estudiado la que evitan la claridad y la credibilidad en el estudio del adna. Estas característi-
filogenia del oso de las cavernas, el oso café, los pingüinos, los caballos y el maíz cas hacen susceptible de contaminación al adna por el adn moderno y también
domesticado a partir del teozinte [v. la revisión de Pääbo et al., 2004, sobre adna]. complican su amplificación. Por ello se pusieron en duda los primeros estudios
Con los estudios del adna pueden analizarse movimientos poblacionales, extincio- con ácidos nucleicos antiguos. Más complejo aún es comprobar que especies de
nes locales o cambios climáticos, de manera que es posible comprobar las teorías dinosaurios de hace 80 millones de años —como en Jurassic Park— sean ampli-
de genética poblacional [v. la revisión de Willerslev y Cooper, 2005]. ficables [Woodward et al., 1994]. Así pues, para corroborar los resultados que
Sin embargo, a diferencia de los estudios en plantas y animales, en el caso de había de adna, varios laboratorios implementaron sus medidas de seguridad para
las poblaciones humanas los estudios se vuelven más complejos debido a las pro- evitar la contaminación. Posteriormente realizaron una serie de análisis filogené-
babilidades de contaminación con el adn de humanos modernos. Se enlistan en ticos y finalmente encontraron que la secuencia del dinosaurio en estudio tenía
esta categoría los trabajos con material egipcio [Pääbo, 1985] y los de la Florida poca similitud con aves, anfibios y peces, y se acercaba más a los mamíferos, en
[Hauswirth et al., 1994], cuyos datos pueden presentar un sesgo debido a la especial al humano, por lo que se le consideró una muestra contaminada [Hedges
contaminación. Pero también se han reportado análisis de adn mitocondrial del et al., 1994]. Varios son los grupos de investigación que han fallado al intentar
Cro-Magnon fechados entre 23 mil y 25 mil años [Caramelli et al., 2003] o reproducir los resultados­de Cano et al. [1993] de la abeja Proplebeia dominicana
del adn mitocondrial y cromosoma y del Neandertal [Green et al., 2009] cum- fosilizada en ámbar, por ser ambiguos y contradictorios, ya que una amplificación
pliendo con las características de autenticidad que se mencionan más adelante de fragmentos de adn mayores a 500pb no garantizan la autenticidad del adna
(Tabla 1). [Austin et al., 1997, Handt et al., 1994].
En México se conocen los trabajos de Vargas Sanders [1995] y González-Oli- Durante la década de los años noventa fue difícil replicar en forma indepen-
ver et al. [2001]. El planteamiento de Vargas Sanders fue examinar los restos óseos diente las secuencias de adna de especies de 100 mil años de antigüedad [Hage-
a partir de la obtención de datos histológicos, bioquímicos y de biología molecu- lberg et al., 1994; Höss et al., 1994]. Sin embargo, en la actualidad Willerslev
lar, aunque sus estudios fueron truncados por un lastimoso deceso. [2007] ha demostrado que se puede extraer adna de plantas y animales de 450
mil-800 mil años de antigüedad en un ambiente frío como el de Groenlandia.
Autenticidad del adn Los cuidados que deben considerarse para trabajar con adna se muestran en la
Pero veamos antes por qué el adn se hace poco creíble si no se sigue una serie de tabla 1 [tomadas de Pääbo, 1989; Cooper y Poinar, 2001, Willerslev y Cooper,
protocolos al ser manipulado. En estado posmórtem el adn de los organismos 2005]. Estos criterios constituyen actualmente una regla metodológica para evitar
sufre cambios diagenéticos (degradación) [Trueman et al., 2004] de modo que los riesgos de contaminación y son tomados en cuenta en las revistas científicas al
sólo perduran fragmentos entre 100 y 500 pares de bases (pb), los cuales pueden momento de publicar resultados.
ser amplificados mediante la técnica de pcr (reacción en cadena de la polimerasa)4
[Pääbo, 1989; Höss et al., 1996]. Al morir el organismo los mecanismos de re- El microambiente de las muestras antiguas
paración celular cesan y el material genético se vuelve inestable debido a que las y recomendaciones para su manejo durante el trabajo
uniones moleculares entre las hebras se rompen, las bases nucleares se aparean arqueológico
irregularmente y se forman uniones cruzadas por oxidación de proteínas (productos Durante el proceso de fosilización del hueso hay factores ambientales que funcionan
de Maillard), lo que provoca que en el análisis molecular se presenten artefactos como preservadores del escaso adna que aún perdura. En este sentido, el arqueólogo
juega un papel muy importante al momento de la excavación, ya que de la forma
4. Este método usado en biología molecular para el análisis de adn fue inventado por Kary Mullis en
en que maneje el material se mantendrán o no las condiciones que estabilizan las
la década de los ochenta. moléculas hasta que llegue al laboratorio de genética.

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El adn antiguo de las colecciones óseas en México

Tabla 1. Criterios para el análisis de ácidos nucleicos y su autenticidad Otro de los estudios realizados en esta década corresponde a la historia termal
de fósiles de neandertales para calcular el éxito de la amplificación del adna y/o su
1- Las áreas para manejo del material de restos óseos, pre y post-pcr deben estar física- pervivencia [Smith et al., 2003]. La cantidad de depurinización5 puede ser calcu-
mente aisladas. lada en relación con la curva paleoclimática del sitio de excavación, con la edad del
2- Tanto los reactivos como el material deben mantenerse sin contaminación con el uso de fósil en el sitio y con la energía de activación de la reacción de depurinización, lo
blanqueadores, ultrafiltración, esterilización e irradiación con luz ultravioleta. que es equivalente a la tasa del deterioro biomolecular. Mediante la consideración
teórica basada en la tasa de depurinización a 15ºC y pH 7 (fisiológico), Pääbo y
3- Deberán llevarse controles del procedimiento de extracción y pcr.
Wilson [1991] calcularon que la tasa podrá tomar aproximadamente 5 mil años
para que se degrade el último fragmento de 800pb amplificables de un adn de
4- Se duplicarán las amplificaciones del extracto en uso, así como de otros extractos control.
cloroplasto en un gramo de tejido de hoja (considerando 1012pb de adn). Smith
y colaboradores [2003] describen con algunas modificaciones matemáticas que
5- Deberá llevarse a cabo el conteo del número de moléculas de adn amplificables.
este último fragmento de 800pb puede sobrevivir 359 años bajo las mismas consi-
deraciones planteadas por Pääbo y Wilson [1991]. Por otra parte, de acuerdo con
6- Se llevarán a cabo clonaciones y secuenciaciones.
Lindhal y Nyberg [1972], un incremento de 15°C a 20-25°C en un museo podría
ser suficiente para acelerar la tasa de degradación hasta 16 veces. Y en cuanto al
7- Se tendrán controles de adn de restos asociados o de la misma época. pH, su modificación y la fuerza iónica podrían aumentar el decaimiento de la
molécula; por ejemplo, el cambio de pH de 7.4 a 6.4 aumenta la tasa de depurini-
8- Se realizarán ensayos bioquímicos y de preservación macromolecular, tales como la
microscopía electrónica. zación 3.3 veces; sin embargo, si el pH es de 7.8, dicha tasa es dos veces más lenta
que a 7.4 [Lindhal y Nyberg, 1972].
9- Se llevará a cabo la corroboración del apropiado comportamiento molecular, como es
Todas estas características nos obligan a considerar la trascendencia del trata-
la correlación inversa entre la longitud del fragmento amplificado y el número de copias
obtenidas en el pcr (por ejemplo entre el adn mitocondrial y el nuclear). miento de los materiales durante y a partir de la excavación, para que el proceso
de degradación sea más lento y se garantice el éxito en la obtención del adna, su
10- Se reproducirán los experimentos en un segundo laboratorio. calidad y rendimiento, así como el subsecuente análisis a nivel de genética evolu-
tiva o poblacional. En la tabla 2 se enlistan las medidas preventivas para evitar la
contaminación y para el cuidado del material durante la excavación.
El medio o el terreno donde la degradación del adna ha sido lenta puede Otro estudio relacionado con el pH es el agua. Al lavar los huesos que tenían
presentar diferentes microambientes, y hay una interdependencia entre las sedimento de pH 7.5 con agua corriente, bajó a 6.5 debido a que la parte mineral
condiciones­ fisicoquímicas y el proceso de fosilización. Durante la excava- del hueso está recubierta por dicho sedimento, que funciona como un amortigua-
ción y transferencia de los restos óseos (o tejidos momificados) se genera una dor de la bioapatita del hueso recién excavado [Pruvost ., 2007]. Si a esto se suma
modifica­ción drástica del ambiente circundante que puede alterar la preservación una alta temperatura en el cuarto de almacenaje, aumenta también la degradación
del adn. Pruvost [2007] realizaron un análisis paleogenético con fósiles de her- del adn soluble.
bívoros de 50 000 años de antigüedad expuestos en museos y con restos recién Un adn mitocondrial extraído de hueso fresco puede ser recuperado en 2.5
excavados sin tratamiento alguno. Así, demostraron que los huesos recién exca- x 1011 g-1. Se ha calculado que se requieren 0.4g de hueso antiguo para obtener
vados tienen seis veces más adn que los preservados en museos, y un 46% de
productos amplificables, comparado con un 18% de los de museos (p=0.001). 5. La depurinización es el proceso en el cual la molécula del adn pierde bases nitrogenadas.

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El adn antiguo de las colecciones óseas en México

Tabla 2. Criterios para el manejo de restos óseos durante la excavación, Comentarios finales
traslado y resguardo Este trabajo tuvo por objeto presentar al adna como un material que representa
dos tipos de patrimonio cultural, al ser algo concreto (en tanto que es material y se
1- Usar guantes, cubrebocas e instrumental limpio o desechable durante la exhumación y
manipulación de las muestras. halla en los restos óseos encontrados en las zonas arqueológicas), y algo intangible
al tratarse de información sobre la genética de las poblaciones antiguas y presentes.
2- Sacar el material con tierra y/o dejar secar muy lentamente.
En cuanto al primer punto es claro que si el patrimonio cultural incluye lo que
3- Evitar la humedad una vez almacenado el material, para evitar la proliferación de micro-
los grupos reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural (represen-
organismos.
taciones, expresiones e instrumentos, artefactos y espacios culturales que les son
3- Tratar de mantener la muestra en su nicho de tierra. inherentes), entonces el material genético de los restos antiguos encontrados en
los sitios arqueológicos en México es un patrimonio que todos los mexicanos lo
4- Evitar las altas temperaturas en el lugar de almacenaje.
reconoceríamos como parte de nuestra herencia. Tal reconocimiento obliga a su
5- Seleccionar las muestras mejor preservadas en su morfología e histológicamente. El resguardo, preservación y valoración como material que genera información de
material quemado o cocinado no será analizado. nuestro pasado. Por ello desarrollamos algunos aspectos metodológicos que están
siendo sistematizados a nivel mundial para el manejo de este tipo de material.
En cuanto al adna como patrimonio cultural intangible, señalamos la vertiente
fragmentos de 105pb para amplificar exitosamente el adn de un espécimen de hacia la posibilidad de los estudios históricos e identitarios con base en la genética
neandertal a 10ºC y pH 7.4 de 15 mil años de antigüedad aproximadamente por parte de los investigadores, por un lado, y por otro el papel que pudiera estar
[Smith et al., 2003]. marcando la creciente influencia de la difusión y aplicación de la tecnología en el
En nuestra experiencia, hemos encontrado que el adn con mayor calidad y canti- adn en los individuos y distintos grupos sobre su posición hereditaria respecto al
dad proviene de las falanges y del fémur. En dichas muestras hemos encontrado adn resto del mundo.
amplificable y la preservación de las fibras de colágena [Aguirre et al., en prensa]. Muy brevemente mencionamos que el adn no ha contribuido a la formación
de identidades y no ha sido identificado ni en la dinámica de identidad ni del
Base de datos de secuencias de adna patrimonio cultural en la mayoría de los mexicanos, como sí lo ha sido la idea de
Existe un banco de datos en un sitio web de Japón, de adna de cualquier tipo herencia y pertenencia a determinado grupo que tiene un seguimiento simbólico
de moléculas recuperadas de organismos posmórtem, en especial de secuencias a través de la tradición oral, los apellidos, los territorios de origen y la historia.
nucleotídicas de adn mitocondrial y nuclear de diferentes grupos. Entre ellos se Sin embargo, la difusión y aplicación creciente de la tecnología para el estudio de
encuentran datos de poblaciones humanas de varias partes del mundo, mamíferos, la información genética de la especie humana, su distribución en el mundo y su
vertebrados, invertebrados, plantas, hongos, bacterias y virus. Aunque el sitio to- recorrido en el tiempo, así como su aplicación en la medicina preventiva y clínica
davía está en construcción, cuenta con datos de muestras recolectadas en Australia, y en los estudios forenses, en la actualidad están contribuyendo a generar una serie
China, Japón, Europa, África, Estados Unidos, Cuba, República Dominicana, de reflexiones sobre la idea de identidad, ya que la genética puede o no estar rela-
Argentina y Venezuela [www.ddbj.nig.ac.jp/a ADN/index.html]. La principal cionada con una determinada comunidad o grupo, con una determinada cultura
base de datos es la del eandert Center of Biotechnology (NCBI), de genomas y o lengua, región geográfica o área cultural.
nucleótidos [www.ncbi.nlm.nih.gov/sites/entrez] la cual tiene, por ejemplo, datos Asimismo, la investigación sobre la dinámica de las poblaciones a través de la
del proyecto del genoma del Homo sapiens neanderthalensis (Project ID: 30941, investigación genética tanto del pasado como del presente puede ser un amplio
GenBank: AM948965.1). campo de estudio sobre las identidades, ya que en el pasado el menor mestizaje

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Colecciones esqueléticas humanas en México Blanca Zoila González Sobrino y Ana Julia Aguirre Samudio
El adn antiguo de las colecciones óseas en México

entre las poblaciones es más claro y ofrece una vasta información para el estu- Hagelberg, E., M.G. Thomas et al.
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lourdes márquez morfín y allan ortega muñoz
coordinadores

enah y ha dirigido tesis de licenciatura, maestría y doctorado. Desarrolla la línea


de investigación: Sociedad, salud y nutrición tanto en poblaciones prehispánicas
como coloniales, y la de Paleodemografía. Cuenta con numerosas publicaciones,
entre las que destacan los libros: Márquez, L. (1994), La desigualdad ante la muerte
Sobre los autores en la ciudad de México. El tifo y el cólera, México, Siglo XXI Editores; Márquez,
L., y P.O. Hernández Espinoza (2001), Principios básicos, teóricos y metodológicos
de la paleodemografía, México, enah, División de Posgrado; y Márquez, L., y P.O.
Hernández Espinoza (eds.) (2006), Salud y sociedad en el México prehispánico y
colonial, México, Conaculta-inah-Promep.

Allan Ortega

Doctor en Estudios de Población y maestro en Demografía por El Colegio de


México. Cursó la Licenciatura en Antropología Física en la enah. Actualmente es
investigador del Centro-inah-Quintana Roo. Ha participado en proyectos sobre
sociedades contemporáneas (ecología humana) y prehispánicas, a través de la antro-
pología esquelética y la demografía histórica. Entre sus publicaciones más relevantes
Lourdes Márquez Morfín se encuentran: Los mayas prehispánicos de El Meco. Una frontera en movimiento (en
prensa); La demografía histórica de principios del siglo xx del sur de Quintana Roo;
Realizó estudios de Licenciatura en Antropología Física en la Reflexiones de la dinámica demográfica de las sociedades del pasado; Las políticas de
Escuela Nacional de Antropología e Historia y obtuvo el doc- población en el poblamiento del sur de Quintana Roo, 1900-1935: ¿una política sin
torado en Historia por el Centro de Estudios Históricos de El conclusiones?; y, en coautoría, When the East meets the West. Biological affinities bet-
Colegio de México. Fue coordinadora de la Sección de Antro- ween coastal populations in the Yucatan peninsula during postclassic period. La línea de
pología Física del Centro Regional de Yucatán en 1979-1981, y investigación que desarrolla actualmente involucra tanto los estudios paleodemo-
del Centro inah Morelos en 1989-1992. Fungió como titular gráficos y paleoepidemiológicos como la demografía histórica para el conocimiento
de la Dirección de Antropología Física del Instituto Nacional sociocultural y demográfico de las sociedades del pasado.
de Antropología e Historia, del 23 de marzo de 1993 al 30 de
julio de 1995. Participó como Miembro de Advisory Council Patricia Olga Hernández Espinoza
de la Wenner-Gren Foundation for Anthropological Research.
Colaboró como profesora invitada en el “Center of Latin Ame- Profesora de tiempo completo del Posgrado en Antropología Física de la enah.
rican Studies” de la Universidad de Pittsburgh, del 1º de agosto Antropóloga Física por la misma institución, tiene una maestría en demografía por
de 1995 al 30 de julio de 1996. Es profesora del Posgrado en El Colegio de México y un doctorado en antropología por la enah. La temática de
Antropología Física de la enah y miembro del Sistema Nacional sus investigaciones gira alrededor de la dinámica demográfica y de las condiciones
de Investigadores, nivel III. Ha coordinado varios proyectos in- de vida de las poblaciones mesoamericanas antiguas. Actualmente desarrolla la línea de
terdisciplinarios de investigación. Imparte varias cátedras en la investigación: Antropología y dinámica demográfica, orientada al estudio tanto

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Colecciones esqueléticas humanas en México lourdes márquez morfín y allan ortega muñoz
sobre los autores coordinadores

de las poblaciones antiguas como de las contemporáneas. Es titular del Proyecto de vestigadores (nivel III) y de la Academia Mexicana de Ciencias. Su obra publicada
Investigación Formativa (pif ) “El estudio de la dinámica demográfica de las po- —que incluye los libros La costumbre de la deformación cefálica entre los antiguos
blaciones humanas desde la Antropología Física”. Entre sus publicaciones destacan mayas: aspectos morfológicos y culturales, Decoraciones dentales entre los antiguos ma-
cuatro manuales de enseñanza para la enah: uno sobre osteología, que se acaba de yas, Janaab Pakal of Palenque. Life and Death of a Maya King (coeditora), y New
reeditar, otro sobre paleodemografía, uno más sobre antropología demográfica y Perspectives on Human Sacrifice and Ritual Body Treatments in Ancient Maya Society
el más reciente sobre indicadores para identificar el sexo en esqueletos infantiles. (coeditora)— se centra en la bioarqueología, la tafonomía y las prácticas mortuorias
También ha participado en obras colectivas, siendo la más reciente: Hernández entre los mayas prehispánicos y coloniales.
Espinoza, Patricia Olga; Lourdes Márquez Morfín y Ernesto González Licón (eds.)
(2008), Tendencias actuales en bioarquelogía, México, enah-Promep. Oana del Castillo

Andrea Cucina Es arqueóloga egresada de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad


Autónoma de Yucatán, maestra en Antropología Física por la enah y doctora en
Doctor en Paleopatología por la Facultad de Medicina de la Universidad Católica Antropología, con especialidad en bioarqueología, también por la enah. Profesora
del Sacro Cuore, Roma, Italia (1998). Desde 2003 es profesor investigador titular de asignatura en las licenciaturas de Arqueología y Antropología Física de la enah
de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán. del 2002 al 2009; investigadora titular del inah desde 2006, actualmente adscrita
Su interés primario es la antropología dental en poblaciones pretéritas. Ha realizado al Centro inah Yucatán. Ha sido autora de varios artículos científicos y capítulos
investigaciones en poblaciones prehistóricas, protohistóricas e históricas en Italia, de libros en el campo de la bioarqueología, y ha participado como ponente en
Estados Unidos, República Dominicana, Pakistán, Turkmenistán y Omán, y desde congresos nacionales e internacionales de arqueología y antropología física.
2003 realiza estudios (aunque no exclusivamente) sobre los antiguos mayas. Entre
sus más de 100 artículos y capítulos de libros destacan los publicados en revistas Blanca Zoila González Sobrino
internacionales como: Nature, American Journal of Physical Anthropology, Inter-
national Journal of Osteoarchaeology, Homo, Latin American Antiquity y Journal of Es investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la unam, y
Archaeological Sciences. Ha coeditado “Janaab Pakal of Palenque. Life and Death of licenciada en Antropología Física por la enah, con Maestría y Doctorado en Antro-
a Maya King” y “New Perspectives on Human Sacrifice and Ritual Body Treatments pología por la unam. Ha sido distinguida con los premios Javier Romero Molina a
in Ancient Maya Society”. Actualmente es miembro activo (nivel II) del Sistema la mejor tesis de Doctorado en Antropología Física (Conaculta-inah, 2005); Javier
Nacional de Investigadores. Romero Molina a la mejor tesis de Maestría en Antropología Física (Conaculta-
inah, 1999); y con la Medalla Alfonso Caso por mérito académico durante el
Vera Tiesler Posgrado en la unam (2004). Es autora de varios artículos y de los libros: (2002) El
cuerpo como vestigio biológico, simbólico y social. Víctimas sacrificadas en el Templo de
Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Tulane, Estados Unidos. Quetzalcóatl en Teotihuacan, México, Mirador del Posgrado, Facultad de Filosofía
Obtuvo la Licenciatura y la Maestría en Arqueología por la enah, y el Doctorado y Letras, unam, y (2008) Una lectura del cuerpo humano como entidad biológica y
en Antropología por la Universidad Nacional Autónoma de México; tiene estudios simbólica en El Gran Nayar, México, inah, iia-unam.
adicionales en Medicina y Antropología Física. Desde el año 2000 se desempeña
como profesora investigadora titular de la Facultad de Ciencias Antropológicas de
la Universidad Autónoma de Yucatán. Es miembro del Sistema Nacional de In-

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Colecciones esqueléticas humanas en México
sobre los autores

Ana Julia Aguirre Samudio


Doctorado en Ciencias Biológicas (área genética molecular). Premio Anual a la
Investigación Paul Janssen en Neurociencias 2007, con el trabajo titulado: “As-
sociation analysis of exon III and exon I polymorphisms of the dopamine D4
receptor locus in Mexican psychotic patients”. Psychiatry Research 153:209-215,
2007. Premio del 7° Concurso de Carteles, en investigaciones clínicas 2008. Con
el trabajo:“Secuencia polimórfica del gen DRD4 en primates no humanos como
modelo para detectar variaciones genéticas de los trastornos psiquiátricos”. Cuenta
con 6 publicaciones internacionales y 2 nacionales. Es miembro del Sistema Nacio-
nal de Investigadores. Beca Posdoctoral en Antropología genética (DGAPA a través
del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autó-
noma de México), con el proyecto: “Estudio de DNA de restos óseos en población
prehispánica mexicana”. Estancia que produjo la publicación: “Estandarización
de metodologías de DNA antiguo y sus aportaciones al estudio biocultural de
poblaciones prehispánicas”, Anales de Antropología (2011, vol 45).

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Colecciones esqueléticas humanas en México: excavación,
catalogación y aspectos normativos
La edición se realizó en el Departamento de Publicaciones
de la enah. El cuidado de la edición final estuvo a cargo
de Georgina Rodríguez Palacios.
Se terminó de imprimir en diciembre de 2011 en
los talleres de Gráfica, Creatividad y Diseño, S.A. de C.V.,
con domicilio en Av. Plutarco Elías Calles 1321-A, col. Miravalle,
C.P. 03580, México, D.F.,
en papel Bond ahuesado de 90 g.
Se utilizó tipografía Adobe Garamond Pro de 10 puntos.

El tiraje consta de 500 ejemplares.

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