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Investigación de la ansiedad
Alumnas:
Patricia Montserrath Reyes Raudales
Mariana Itzel González Rodríguez
Evelyn Gómez Vacio
Fecha: 30/Nov/2022
Zacatecas, Zac.
ANSIEDAD
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) junto con la Organización Mundial de la
Salud (OMS), revela que los trastornos de ansiedad son el segundo trastorno mental más
incapacitante en la mayoría de los países de la Región de las Américas. Los trastornos de
ansiedad son condiciones frecuentes, las cuales generan complicaciones del desarrollo,
psicosocial y psicopatológico. Un estudio canadiense muestra que casi la mitad de ellos, un
47 por ciento, declaró necesitar apoyo psicológico, mientras que en China un 50 por ciento
sufre depresión, un 45 por ciento ansiedad, y un 34 por ciento insomnio. Es importante
recordar que en lugares de conflicto alrededor de 1 de cada 5 personas sufre trastornos
mentales, unos datos que podrían alcanzarse en esta crisis si no se ponen medidas para aliviar,
acompañar y dar apoyo a los que lo necesitan
Se estima que en México al menos 14.3 por ciento de los ciudadanos padece trastornos de
ansiedad generalizada, enfermedad de salud mental más común en el país, le sigue la
depresión y adicciones, ambas en un porcentaje de 9 por ciento.
De los trastornos de ansiedad el 50 por ciento se presentan antes de los 25 años; la depresión,
la mitad lo hacen entre los 20 y los 30; y la esquizofrenia en hombres, entre los 15 y los 25, y
en mujeres, entre los 25 y los 35 años.
Consecuencias físicas:
JUSTIFICACIÓN
OBJETIVO
MATRIZ DE CONGRUENCIA
La ansiedad es una parte de la existencia humana, todas las personas sienten un grado
moderado de la misma, siendo ésta una respuesta adaptativa. Cada vez con mayor frecuencia,
observamos en algunos estudiantes signos claros de alteraciones emocionales provocados por
experiencias de la vida cotidiana.
La depresión es una de las enfermedades más difundidas en la actualidad; perturba tanto a las
personas adultas como a los jóvenes, quienes agobiados por expectativas personales,
familiares y sociales, resultan gravemente afectados, ya que éstas los obligan a enfrentarse a
agresivos retos de competitividad. En las escuelas, la conducta disruptiva y la agresividad
emergen de manera sorprendente, tanto por su complejidad como por su heterogeneidad.
Cuando hablamos de ansiedad, generalmente asociamos el concepto con problemas severos
conductuales o de personalidad, pues tendemos a asignarle un carácter psicopatológico;
nuestro interés no apunta a esa finalidad, no queremos hablar de la ansiedad que acompaña a
algunos desórdenes psíquicos, sino más bien referirnos a los estados de ansiedad que
experimentamos cuando nos enfrentamos a una situación o hecho específico que nos resulta
importante y nos compromete.
Las manifestaciones de la ansiedad consisten en una respuesta vivencial, fisiológica,
conductual y cognitiva, caracterizada por un estado generalizado de alerta y activación.
La ansiedad alude a un estado de agitación e inquietud desagradable caracterizado por la
anticipación del peligro, el predominio de síntomas psíquicos y la sensación de catástrofe o
de peligro inminente, es decir, la combinación entre síntomas cognitivos y fisiológicos,
manifestando una reacción de sobresalto, donde el individuo trata de buscar una solución al
peligro, por lo que el fenómeno es percibido con total nitidez. Corresponde a un estado
interno, propio de cada persona, que se experimenta cuando sentimos temor por la integridad
de nuestro yo (autoestima). Frecuentemente se le identifica como temor al fracaso, al castigo
o al ridículo. Los trastornos de ansiedad son las perturbaciones psiquiátricas más frecuentes a
lo largo de nuestras vidas. Estos padecimientos consumen muchos recursos de salud y son un
factor de riesgo de los trastornos cardiovasculares.
Algunos de sus síntomas más comunes son: palpitaciones y taquicardia, sensación de
desmayo, sensación de falta de aire, sensación de ahogo, opresión torácica, sudoración y
temblor, oleadas de calor o frío, adormecimiento u hormigueo en extremidades o cara y
náusea o molestias abdominales.
Sin embargo, cuando estas reacciones se vuelven cotidianas y perturbadoras, se deben de
evaluar para identificar su connotación de ansiedad patológica. Altos niveles de ansiedad
reducen la eficiencia en el aprendizaje, ya que disminuyen la atención, la concentración y la
retención, con el consecuente deterioro en el rendimiento escolar. Los muy ansiosos tienen
dificultades para poner atención, se distraen con facilidad. Utilizan pocas de las claves que se
otorgan en las tareas intelectuales. A medida en que van procesando la información, no
organizan ni elaboran adecuadamente los materiales y tienden a ser poco flexibles para
adaptarse a los procesos de aprendizaje. Aquellos con una inteligencia promedio sufren
mayormente de dificultades académicas, ya que los mejores dotados intelectualmente pueden
compensar la ansiedad.
El efecto que tiene la ansiedad sobre el aprendizaje depende en gran medida del tipo de tarea
a aprender, puesto que si la tarea exige una elaboración intelectual, es decir, su aprendizaje
requiere comprensión y creatividad, la ansiedad juega un papel interferidor de dicho
aprendizaje.
La estructura básica de la ansiedad es un intenso malestar físico, preocupaciones exageradas
de condiciones futuras y sentimientos de indefensión. Cuando estos síntomas interfieren
concisamente con las actividades cotidianas de la persona, será calificado como un trastorno.
Los trastornos de ansiedad son prevalentes con estimaciones globales que van del 3,8% al
25% en todos los países, con tasas de prevalencia de hasta el 70% en personas con
enfermedades crónicas. Existen criterios para diagnosticar los distintos Trastornos de
ansiedad, las clasificaciones más utilizadas son DMS-V la cual corresponde a la Asociación
de Psiquiatras Americanos y la ICD-10 utilizada por la OMS.
● Trastorno de ansiedad por separación
● Mutismo selectivo
● Trastorno de Pánico
● Agorafobia
● Fobia Específica
● Trastorno de Ansiedad Social
● Trastorno por Ansiedad Generalizada 1
● Trastorno de Ansiedad inducida por sustancias 1
● Trastorno de Ansiedad atribuibles a condiciones médicas 1
● Trastorno Especifico de Ansiedad
● Trastorno de Ansiedad No Especifica
El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por la presencia de ansiedad y
preocupaciones de carácter excesivo y persistente durante al menos seis meses. La ansiedad
se asocia a tres o más de los siguientes síntomas: inquietud, fatigabilidad fácil, dificultad para
concentrarse, irritabilidad, tensión muscular y alteraciones del sueño.
La ansiedad por separación es una etapa de desarrollo normal entre los bebés y niños
pequeños. Los niños suelen presentar un período de ansiedad por separación, pero por lo
general lo superan aproximadamente a los 3 años de edad.
El mutismo selectivo es una afección por la cual un niño puede hablar, pero deja de hacerlo
súbitamente. Ocurre a menudo en la escuela o en contextos sociales.
Las personas con trastorno de pánico tienen ataques repentinos y frecuentes. Estos ataques se
caracterizan por una ola repentina de temor o incomodidad, o bien, una sensación de perder el
control, incluso cuando no hay un peligro real o un factor desencadenante claro. No todas las
personas que tienen un ataque de pánico llegarán a tener este trastorno.
A menudo, los ataques de pánico incluyen síntomas físicos como temblores, hormigueo o
latidos rápidos, que podrían sentirse como si le estuviera dando un ataque al corazón. Los
ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento. Muchas personas con este trastorno
se preocupan por la posibilidad de tener otro ataque y podrían hacer cambios considerables en
sus vidas para evitarlo. Los ataques de pánico pueden ocurrir con tanta frecuencia como
varias veces al día, o tan poco como unas cuantas veces al año.
A menudo, el trastorno de pánico comienza al final de la adolescencia o a principios de la
edad adulta. Las mujeres tienen una mayor probabilidad que los hombres de desarrollar este
trastorno.
La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad en el que se tiene miedo a los lugares o las
situaciones que podrían causar pánico y hacer sentir atrapado, indefenso o avergonzado, por
lo que se evita este tipo de lugares o situaciones.
La ansiedad puede estar exacerbada o provocada por diversas enfermedades médicas, como
pueden ser:
endocrinológicas: hipertiroidismo (actividad excesiva del tiroides), feocromocitoma (tumor
de la glándula suprarrenal que provoca ansiedad e hipertensión arterial), hipercortisolismo
(elevación de cortisol en sangre) o por el uso de corticoides.
cardiacas: arritmias e insuficiencia cardiaca.
pulmonares: asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), así como el uso de
algunos inhaladores para el asma.
La intoxicación por algunas sustancias y la abstinencia de otras puede también provocar
ansiedad: abuso de cafeína, intoxicación por cocaína, anfetaminas o cannabis, abstinencia a
alcohol, heroína y metadona.
El bupropión actúa de manera diferente que los ISRS o los IRSN. También trata el trastorno
afectivo estacional y ayuda a dejar de fumar.
Los antidepresivos más antiguos incluyen los tricíclicos, los tetracíclicos y los inhibidores de
la monoaminooxidasa (IMAO). Se recetan menos a menudo que otros medicamentos porque
tienden a causar más efectos secundarios. Sin embargo, a algunas personas les dan mejor
resultado.
La ansiedad es un problema que actúa de distintas formas en cada ser humano, tanto en niños,
adolescentes y adultos mayores.
El género masculino muestra mayor presencia de sintomatología ansiosa que la mujer,
asociando esto con un rol que no se salva de reglas y exigencias sociales. El ideal de la
virilidad ha hecho al hombre vulnerable a la presencia de síntomas depresivos y/o ansiosos,
ya que la virilidad es problemática; el macho debe superar pruebas, luchar contra deseos y
fantasías. El varón debe cumplir con expectativas sociales y ajustarlas a sus propias
ambiciones, tiene que adquirir compromiso paterno, cumplir con un rol proveedor, para el
hombre la confianza en sí mismo está basado en el éxito externo, en estatus institucionales y
adquisición de riqueza, está en constante amenaza de pérdida de poder o impotencia sexual.
La represión de las emociones es una característica del constructor social de lo masculino, el
varón aprende a reprimir afectos y emociones para distinguirse de las niñas, pero la gama de
emociones no desaparece sólo se frena. La falta de vías de expresión se transforma en
conductas patológicas contra los demás o contra sí mismo.
Las situaciones estresantes diarias se asocian tanto a ansiedad como a la depresión. La
aparición de niveles altos de ansiedad o trastornos depresivos suele ir acompañada de
procesos de desadaptación al entorno más cercano, tanto en el ámbito laboral como familiar y
escolar. Los factores asociados al entorno pueden considerarse tanto factores predisponentes,
como consecuencias para el individuo, estableciéndose una relación centrípeta.
BIBLIOGRAFÍAS