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Pablo Wahren – Introducción a la Economía Política

NOTA DE CLASE: SMITH, RICARDO Y MARX


* Por Pablo Wahren

INTRODUCCIÓN

La economía trata sobre cómo una sociedad se organiza para producir lo que necesita, cómo lo
distribuye y cómo lo consume (Burkun y Spagnolo, 1987). En este sentido, la economía existe
desde los orígenes del hombre, ya que desde siempre nuestra especie se encargo de producir,
distribuir y consumir para sobrevivir y seguir reproduciéndose. Sin embargo, no siempre lo hizo de
la misma manera. A lo largo de la historia se destacan tres grande s sistemas económicos: el
esclavismo, el feudalismo y el capitalismo. La transición del segundo se consolidó entre los siglos
XVI y XVIII. Es precisamente sobre el final de este periodo que nace la Economía Política como
disciplina.

Por lo tanto, la Economía Política cuando pretende desentrañar el funcionamiento de las leyes que
rigen la economía necesariamente pretende comprender el funcionamiento particular de la
economía bajo el régimen vigente, que no es ni más ni menos que el sistema capitalista de
producción. En otras palabras, la Economía Política como disciplina nace con su objeto de estudio.

ADAM SMITH (1723-1790) “EL PADRE DE LA ECONOMÍA POLÍTICA”

Adam Smith es considerado el padre de la Economía Política a partir de su célebre obra “Una
investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones” (1776), más conocida
como “La Riqueza de las Naciones”. Si bien diversos economistas cuestionan la originalidad de la
obra en cuanto a presentación de ideas nuevas, “La Riqueza de las Nacione s” es una obra
sumamente relevante porque sistematiza las principales ideas económicas del momento, ya sean
creadas por el propio Smith u otros autores, permitiendo construir una teoría económica (Kicillof,
2010).

El principio de la división del trabajo

Tal como el nombre de su obra lo indica, su pregunta de investigación es ¿cuál es la causa de la


riqueza de las naciones? Pregunta que cobraba relevancia a la luz del acelerado incremento de la
riqueza producido en los años precedentes en lo que él llama las naciones civilizadas, que no son
otra cosa que las sociedades europeas. En definitiva Smith pretende explicar a qué se debe el
progreso de las “naciones civilizadas”.

“Entre las naciones salvajes de cazadores y pescadores, toda persona capaz de trabajar está
ocupada en un trabajo más o menos útil, y procura conseguir, en la medida de sus posibilidades,
las cosas necesarias y convenientes de la vida para sí misma o para aquellos miembros de su
familia o tribu que son demasiado viejos, o demasiado jóvenes o demasiado débiles para ir a cazar
o a pescar. Sin embargo, esas naciones son tan miserablemente pobres que por pura necesidad se

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ven obligadas, o creen que están obligadas a veces a matar y a veces a abandonar a sus niños, sus
ancianos o a los que padecen enfermedades prolongadas, para que perezcan de hambre o sean
devorados por animales salvajes. Por el contrario, en las naciones civilizadas y prósperas,
numerosas personas no trabajan en absoluto y muchas consumen la producción de diez veces y
frecuentemente cien veces más trabajo que la mayoría de los ocupados; y sin embargo, la
producción del trabajo total de la sociedad es tan grande que todos están a menudo provistos con
abundancia, y un trabajador, incluso de la clase más baja y pobre, si es frugal y laborioso, puede
disfrutar de una cantidad de cosas necesarias y cómodas para la vida mucho mayor de la que
pueda conseguir cualquier salvaje” (Smith, 1776: 16 - Introducción)

La respuesta a este interrogante lo ofrece rápidamente al iniciar el capítulo 1. El secreto del


“éxito” de las “naciones civilizadas” es la división del trabajo1 .

“El mayor progreso de la capacidad productiva del trabajo, y la mayor parte de la habilidad,
destreza y juicio con que ha sido dirigido o aplicado, parecen haber sido los efectos de la división
del trabajo.” (Smith, 1776: 21 – Capítulo 1)

Los positivos efectos de la división del trabajo sobre la productividad del trabajo, es decir sobre la
capacidad del trabajo para generar más productos que antes, los explica con un sencillo ejemplo
basado en la producción de alfileres. Plantea que un trabajador en su casa puede quizás con
mucho esmero producir un alfiler en un día. Sin embargo, cuenta que él conoció una fábrica de
alfileres donde trabajan diez personas que se repartían las tareas (uno estiraba el alambre, otro lo
enderezaba, otro cortaba, otro lijaba, otro hacía la cabeza, otro la colocaba, otro empaquetaba,
etc) y la situación era muy distinta. Afirmaba que en esa fábrica se producían 48.000 alfileres al
día, lo que implicaba que cada uno en particular producía el equivalente a 4.800 por día.

“Esas diez personas, entonces, podían fabricar conjuntamente más de cuarenta y ocho mil alfileres
en un sólo día, con lo que puede decirse que cada persona, como responsable de la décima parte
de los cuarenta y ocho mil alfileres, fabricaba cuatro mil ochocientos alfileres diarios. Ahora bien, si
todos hubieran trabajado independientemente y por separado, y si ninguno estuviese entrenado
para este trabajo concreto, es imposible que cada uno fuese capaz de fabricar veinte alfileres por
día, y quizás no hubiesen podido fabricar ni uno; es decir, ni la doscientas cuarentava parte, y
quizás ni siquiera la cuatro mil ochocientasava parte de lo que son capaces de hacer como
consecuencia de una adecuada división y organización de sus diferentes operaciones” (Smith,
1776: 22 – Cáp 1).

Enumera en tres las causas de por qué la división del trabajo genera semejante incremento de la
productividad:

1) Mayor destreza del operario: a partir de la especialización y por tanto acumulación de


experiencia en una tarea en particular.

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Smith escribe en los albores del capitalismo, cuando la Revolución Industrial recién estaba comenzando por
lo cual la causa del incremento de la riqueza no estaba asociada a la introducción de maquinaria (Kicillof,
2010).

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2) Ahorro de tiempo: se deja de perder tiempo en pasar de una actividad a otra.

3) Invenciones: descubrimiento de nuevos métodos (máquinas, herramientas o técnicas) por parte


del trabajador en la tarea que le fue asignada en la división del trabajo. Este trabajador dedica
toda su atención a la realización de la misma por lo que aumentan las probabilidades de que
descubra nuevas formas para llevarla adelante.

Smith generaliza el principio de la división del trabajo en la fábrica a la sociedad, siendo una
sociedad que tiene una mayor división de tareas más productiva. La primera se denomina
“División Técnica del Trabajo” mientras que la segunda “División Social del Trabajo”.2

“La gran multiplicación de la producción de todos los diversos oficios, derivada de la división del
trabajo, da lugar, en una sociedad bien gobernada, a esa riqueza universal que se extiende hasta
las clases más bajas del pueblo. Cada trabajador cuenta con una gran cantidad del producto de su
propio trabajo, por encima de lo que él mismo necesita; y como los demás trabajadores están
exactamente en la misma situación, él puede intercambiar una abultada cantidad de sus bienes
por una gran cantidad, o, lo que es lo mismo, por el precio de una gran cantidad de bienes de los
demás. Los provee abundantemente de lo que necesitan y ellos le suministran con amplitud lo que
necesita él, y una plenitud general se difunde a través de los diferentes estratos de la sociedad”
(Smith, 1776: 25 – Capítulo 1).

Si la primera división del trabajo dependía del tamaño de la fábrica (es decir del número de
operarios), la segunda depende del tamaño del mercado. Como siempre, Smith ofrece un ejemplo.
Relata que en las casas solitarias y aldeas minúsculas de las Tierras Altas de Escocia todo
campesino debe ser el carnicero, el panadero y el cervecero de su propia familia. Las familias que
viven desperdigadas en un vasto territorio deben aprender a hacer una vasta cantidad de tareas.
Sin embargo, en las grandes ciudades el tamaño del mercado es lo suficientemente grande como
para que estas tareas se dividan en distintas personas que luego intercambien sus productos. En
este caso cada uno va a producir más de lo que hubiera producido el campesino por su cuenta, ya
que van a regir los tres principios de la división del trabajo que incrementan la productividad
(destreza, ahorro de tiempo e invenciones)3.

La raíz de estos intercambios que hacen posible la División Social del Trabajo Smith la atribuye a
una propensión natural del hombre a intercambiar, al permitir que alguien se especialice en una
tarea mientras otros hacen las restantes que podrá adquirir mediante el intercambio.

“Esta división del trabajo, de la que se derivan tantos beneficios, no es el efecto de ninguna
sabiduría humana, que prevea y procure la riqueza general que dicha división ocasiona. Es la
consecuencia necesaria, aunque muy lenta y gradual, de una cierta propensión de la naturaleza

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Los títulos no fueron elaborados por Smith, quien trataba con el mismo concepto (“División del Trabajo”) a
la división del trabajo en la fábrica (técnica) y a la de la sociedad (social).
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Plantea que las ciudades más ricas son las costeras porque se encuentran sujetas a mayores niveles de
intercambio gracias a estar conectadas por mar y por tanto el tamaño de su mercado es mayor.

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humana, que no persigue tan vastos beneficios; es la propensión a trocar, permutar y cambiar una
cosa por otra” (Smith, 1976: 25 – Capítulo 2).

El dinero aparece en Smith como un facilitador de este intercambio. Si el cervecero y el panadero


desean comprarle al carnicero carne y para ello solo le pueden ofrecer sus productos, cuando el
carnicero tenga la suficiente cerveza y pan no habrá intercambio. A fin de evitar estos
inconvenientes las sociedades utilizan para el intercambio algún bien que pocos rechazarían. En la
sociedad que Smith presenta ese bien son los metales (oro y plata). Si el panadero puede vender
su pan a otro interesado y a cambio consigue oro, luego puede comprarle la carne al carnicero,
quién recibirá con gusto el dinero.

Para Smith si cada uno se especializa en una actividad en particular el producto total de la
economía será mayor y de ese modo podrá adquirir más bienes intercambiando los que él
produjo. Ésta es la famosa “mano invisible” bajo la cual los hombres persiguiendo su interés
individual contribuyen al bienestar colectivo.

La Teoría del Valor Trabajo

La siguiente pregunta de Smith tiene que ver con el intercambio, ¿qué rige el intercambio? ¿Qué
determina las proporciones en las que se intercambian los bienes?

A tales fines introduce el concepto de VALOR. “El mismo tiene dos significados: a veces expresa la
utilidad de algún objeto en particular, y a veces el poder de compra de otros bienes que confiere la
propiedad de dicho objeto. Se puede llamar a lo primero «valor de uso» y a lo segundo «valor de
cambio»” (Smith, 1776: 37 – Capítulo 5).

A continuación plantea la paradoja del agua y el diamante. El agua tiene una utilidad
significativamente mayor a la del diamante pero este último es mucho más caro. Por lo tanto,
queda claro que en Smith la utilidad no interviene en la relación de cambio de los bienes ya que
justamente ¡un bien tan útil como el agua es mucho más barata que un bien prescindible como el
diamante! Evidentemente un bien para tener valor debe tener valor de uso, ya que si no nadie
desearía adquirirlo, pero la utilidad no juega ningún rol en determinar la magnitud por la que se
intercambie.

¿Entonces qué determina el poder de compra de cada bien (valor de cambio)? La respuesta es el
trabajo.

“El precio real de todas las cosas, lo que cada cosa cuesta realmente a la persona que desea
adquirirla, es el esfuerzo y la fatiga que su adquisición supone. Lo que cada cosa verdaderamente
vale para el hombre que la ha adquirido y que pretende desprenderse de ella o cambiarla por otra
cosa, es el esfuerzo y la fatiga que se puede ahorrar y que puede imponer sobre otras personas.”
(Smith, 1776: 39).

Smith expresa con claridad que las cosas tienen valor por el esfuerzo y la fatiga que lleva
producirlas y que en ese sentido un bien será más valioso que otro si tiene incorporado mayor

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trabajo. El esfuerzo que un individuo realiza en la producción del bien en que se especialice luego
podrá intercambiarlo en el mercado por el esfuerzo de otro individuo, materializado en una
mercancía distinta. En otras palabras, si el trabajador crea un bien incorporando 4 horas de
trabajo, podrá comprar en el mercado el equivalente a 4 hora de trabajo en bienes. Por ejemplo, si
al cervecero un barril de cerveza le llevó 4 horas de trabajo y al panadero un kilo de pan le implicó
1 hora de trabajo, la cerveza va a valer 4 veces más que el pan por tener incorporado el cuádruple
de trabajo. En otras palabras, con un barril de cerveza se podrían comprar 4 kilos de pan4.

O en palabras de Smith: “Si en una nación de cazadores, por ejemplo, cuesta habitualmente el
doble de trabajo cazar un castor que un ciervo, un castor debería naturalmente intercambiarse
por, o valer, dos ciervos. Es natural que lo que es el producto habitual de dos días o dos horas de
trabajo valga el doble de lo que normalmente es el producto de un día o una hora de trabajo”
Smith, 1776: 51 – Capítulo 6).

Dado que el trabajo es la única fuente del valor, este valor debe corresponderse con la
remuneración del obrero. Numéricamente, si un trabajador creó valor por 4 horas, al trabajar 4
horas, debe recibir una remuneración que le permita adquirir otras cuatro horas. Tal como dice
Smith: “En ese estado de cosas todo el producto del trabajo pertenece al trabajador, y la cantidad
de trabajo usualmente empleada en conseguir o producir cualquier mercancía es la única
circunstancia que regula la cantidad de trabajo que con ella debería normalmente poderse
comprar o dirigir o intercambiar” Smith, 1776: 51 – Capítulo 6).

La Teoría de los Costos de Producción

El capítulo 6 de la Riqueza de las Naciones es quizás uno de los más controvertidos de la obra en
particular y de la teoría económica en general. Allí Smith va a dar un vuelco a la Teoría del Valor
Trabajo por la dificultad que le presentaba encuadrar la ganancia en ese esquema. Si, como había
desarrollado en el capítulo 5 y planteado nuevamente en el capítulo 6, el producto del trabajo
pertenecía íntegramente al trabajador, ¿de dónde surge la ganancia y la renta?

Allí introduce una división tajante. Afirma que la Teoría del Valor Trabajo rige tan solo en un
estado rudo y primitivo que precede a la acumulación de capital y a la apropiación de tierras. En
cambio, en la sociedad moderna existen personas que suministran el capital (maquinas,
herramientas, dinero, etc) para la producción y la tierra es de propiedad privada.

En un primer momento Smith parece creer que estas retribuciones son parte del valor creado por
el trabajo, que ahora se distribuye entre salario, beneficio5 y renta.

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Plantea a su vez que si una hora de un trabajo es más intensa que otra o requiere más ingenio, es posible
que una hora de trabajo del primero equivalga a digamos dos horas del segundo, dado el mayor esfuerzo
que requirió. Sin embargo, para facilitar la exposición siempre compara horas de trabajo equival entes.
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Smith diferencia el beneficio de cualquier tipo de trabajo como por ejemplo de inspección y dirección, lo
vincula al riesgo que corre el empresario que lleva adelante una inversión.

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“En este estado de cosas, el producto del trabajo no siempre pertenece por completo al trabajador.
En muchos casos deberá compartirlo con el propietario del capital que lo emplea” (Smith, 1776: 52
– Capítulo 6),

Sin embargo, luego va trasmutando esta afirmación. A lo largo del capítulo 6 va desarrollando la
visión de que tanto trabajo, como capital y tierra son fuente del valor y por lo tanto las que forman
el precio. En la “sociedad ruda y primitiva” el trabajo era la única fuente de valor y la cantidad del
mismo que cada bien tenía incorporado lo que establecía las proporciones en las que se
intercambiaban los bienes pero en la “sociedad moderna” al valor que incorpora el trabajo, se
debe sumar el que agrega el capital y la tierra para dar cuenta de los precios: esta es la Teoría de
los Costos de Producción.

“(…) en un país civilizado hay muy pocas mercancías cuyo valor de cambio emerja sólo del trabajo,
porque la renta y el beneficio representan una parte importante de la mayoría de ellas ” (Smith,
1776: 56 – Capítulo 6).

Con esta teoría Smith contribuye a una versión armoniosa del capitalismo, donde cada clase social
recibe una remuneración acorde al valor que aportó y donde lo que cada grupo gana es
independiente de lo que gana el otro.

El precio natural

En el capítulo 7 Smith retoma los planteos precedentes y plantea que cuando los factores se pagan
por sus tasas naturales y estas remuneraciones se adicionan tiene lugar el precio natural de los
bienes, el cual estaría reflejando fielmente el valor.

“Cuando el precio de una mercancía no es ni mayor ni menor de lo que es suficiente para pagar las
tasas naturales de la renta de la tierra, el salario del trabajo y el beneficio del capital destinados a
conseguirla, prepararla y traerla al mercado, entonces la mercancía se vende por lo que p uede
llamarse su precio natural” (Smith, 1776: 57 – Capítulo 7).

Sin embargo, no siempre el precio de las mercancías coincide con el natural, el precio efectivo al
que se venden puede a veces superar la suma de las tasas naturales o encontrarse por debajo.
Este es el precio de mercado.

“El precio efectivo al que se vende habitualmente una mercancía se llama precio de mercado.
Puede estar por encima o por debajo, o ser exactamente igual al precio natural” (Smith, 1776: 58 –
Capítulo 7).

Cuando un bien se vende al precio natural para Smith se está vendiendo por lo que vale. Si esto no
sucede tiene que ver con la demanda efectiva. Como nos tiene acostumbrados desarrolla un
ejemplo para explicarlo. Supone que ocurre un luto nacional. En ese momento un número mayor
al habitual de personas se dirigen al mercado a comprar telas negras. Dada esta circunstancia
particular la cantidad llevada al mercado será menor que lo que se demanda. De este modo se
establecerá una competencia entre compradores que estarán dispuestos a pagar más con tal de

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conseguir lo que desea. Por el contrario, si la cantidad traída al mercado fuera exactamente igual a
la demanda efectiva el precio se mercado sería igual al natural.

Cuando existe una discrepancia entre el precio natural y el de mercado ésta solo puede ser
transitoria. Retomando el caso de la tela negra este ajuste podría darse por dos motivos. El
primero que la demanda vuelva a sus niveles habituales tras el luto. El segundo es que en el caso
de que la demanda se mantenga para siempre en el nuevo nivel más elevado, haya más
productores dispuestos a ofrecer bienes de esa rama dado que ofrece una retribución por encima
de la natural. En ese caso la oferta alcanzará para cubrir la demanda expandida, devolviendo el
precio de mercado al natural.

“El precio natural, por tanto, es como un precio central en torno al cual gravitan constantemente
los precios de todas las mercancías. Accidentes diversos pueden a veces mantenerlos suspendidos
muy por encima de él, y a veces forzarlos algo por debajo de dicho precio . Pero cualesquiera sean
los obstáculos que les impidan asentarse en ese centro de reposo y estabilidad, tienden
constantemente hacia él. El esfuerzo total desarrollado para traer cualquier mercancía al mercado
se ajusta naturalmente de esta forma a la demanda efectiva. Procura naturalmente traer la
cantidad precisa que será suficiente para abastecer esa demanda, y nada más” (Smith, 1776: 59 –
Capítulo 7).

DAVID RICARDO (1772 – 1823) – “LA REFERENCIA OBLIGADA”

Para comprender la importancia de David Ricardo se debe mirar hacia atrás y hacia adelante.
Hacia atrás, Ricardo se propone continuar de manera crítica la obra de Smith ofreciendo certezas
sobre muchas de las dudas o problemas dejados abiertos por este. Hacia adelante, porque en
corrientes opuestas como el marxismo y la teoría neoclásica vamos a encontrar muchas
referencias sobre su obra.

David Ricardo tiene dos ventajas en relación a Smith. La primera es que conoce la obra de este
último y utiliza muchos de los conceptos e ideas que allí se encuentran. La segunda es que escribe
en una fase donde la Primera Revolución Industrial ya se halla en su esplendor, por lo que
movimientos que Smith veía como incipientes en este periodo ya se han consolidado.

Quizás por estos motivos Ricardo no pone el foco en describir y estudiar el por qué de la mayor
riqueza, al ser un hecho consumado y sobre el que ya se había escrito. En cambio, el eje de Ricardo
son las leyes que rigen la distribución de la riqueza. En el prólogo de su obra más célebre,
Principios de Economía Política y Tributación, deja claro este aspecto desde el prólogo: “La
determinación de las leyes que rigen esta distribución es el problema primordial de la Economía
Política” (Ricardo, 1817: 5).

A su vez, veremos cómo su análisis está orientado a defender ciertas posturas políticas que lo
tuvieron como protagonista en el parlamento inglés, en calidad de representante de la burguesía.
Es decir, no parece tomar una postura neutral ante el conflicto distributivo.

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El trabajo es lo único que determina el valor

El capítulo 1 inicia con un “diálogo” con Adam Smith. Allí plantea de entrada que el valor de un
producto se determina por la cantidad relativa de trabajo que necesita para su producción, es
decir adhiere a la Teoría del Valor Trabajo. Acto seguido, responde al problema de Smith quién
había reemplazado esta teoría por la de los Costos de Producción al contemplar que el trabajador
no se llevaba en concepto de remuneración todo el fruto de su trabajo, ya que una parte del valor
se distribuía entre ganancia y renta. Ricardo también es claro en este punto: la remuneración del
trabajador no tiene nada que ver con el valor.

“El valor de un producto, o sea la cantidad de cualquier otro artículo por la cual puede cambiarse,
depende de la cantidad relativa de trabajo que se necesita para su producción, y no de la mayor o
menor compensación que se paga por dicho trabajo” (Ricardo 1817: 9).

Hay una sola excepción a esta ley: los bienes escasos. En bienes no reproducibles, donde ningún
trabajo puede aumentar la cantidad existente, el valor de cambio depende de los gustos y la
riqueza de las personas. ¿Qué clase de bienes son estos? Ricardo menciona una obra de arte por
ejemplo o un vino de una cosecha especial, o si quisiéramos dar un ejemplo de actualidad
podríamos hablar de la camiseta de El Diego contra los ingleses en el ´86. De lo que se trata es de
bienes no reproducibles, de manera que dada una cantidad fija su precio dependerá de la
capacidad y ganas que tengan las personas de adquirirlo, donde quien pague más se lo llevará. Sin
embargo, Ricardo plantea que estos bienes no son los preponderantes en la economía, por lo cual
su estudio se aboca a aquellos bienes que si son reproducibles por el trabajo.

“Por lo tanto, al hablar de los bienes, de su valor en cambio y de las leyes que rigen sus precios
relativos, siempre hacemos alusión a aquellos bienes que pueden producirse en mayor cantidad,
mediante el ejercicio de la actividad humana en cuya reproducción opera la competencia sin
restricción alguna” (Ricardo, 1817; 10).

Volviendo a los problemas de Smith, Ricardo es categórico en que el valor de los bienes depende
del trabajo que tengan incorporado y que la presencia de un salario menor al valor no contradice
este principio. Para este economista el salario se determina por las necesidades de subsistencia de
los obreros, es decir, el salario debe ser tal que permita que el obrero puede acceder a los bienes
que necesita para sobrevivir (Ley de Hierro de los Salarios).6 El valor de las necesidades básicas del
trabajador no tiene por qué coincidir con el valor que genera con su trabajo y de hecho sería
improbable que lo haga.

A diferencia de Smith, aceptar esta idea no lo lleva a abandonar la teoría. Es más Ricardo va a
plantear claramente que ni el capital ni la tierra generan valor. En relación al primero le achaca a
Smith que es falsa la idea de que en el estado rudo y primitivo no existía capital (para Ricardo
capital es sinónimo de herramientas y maquinaria) ya que incluso un cazador de castores en esa

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Ricardo considera que si el salario sube por encima de la subsistencia aumenta la cantidad de obreros
haciéndolo bajar nuevamente.

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época utilizaba herramientas. El punto es que ese capital no genera valor, cuando se lo utiliza en el
proceso productivo lo que hace es transferir el valor que tiene acumulado (por ser fruto de trabajo
pasado). Es decir si la herramienta con la que se cazó al castor había demandando 4 horas y se
utilizó por completo en la tarea de cazar y la tarea de atraparlo demandó 5 horas, el castor tendrá
un valor de 9 horas. El capital meramente transfiere valor.

“El mismo principio sigue siendo válido: el valor de cambio de los bienes producidos será
proporcional al trabajo empleado en su producción: no solo en su producción inmediata, sino en
todos aquellos implementos o máquinas requeridos para llevar a cabo el trabajo particular al que
fueron aplicados” (Ricardo 1817: 19).

Afirmar que el capital no genera valor tampoco fue impedimento para que Ricardo explicara la
ganancia. En su planteo la ganancia se encuentra en relación inversa al salario. Es decir, el valor
está determinado por la cantidad de trabajo pero luego dicho valor se distribuye entre salario y
ganancia. Por lo tanto, si sube el salario la ganancia se reduce y viceversa. Estamos ante un
conflicto distributivo aunque de escasa relevancia porque para Ricardo los salarios nunca pueden
subir más allá del límite de subsistencia por la Ley de Hierro.

Cabe mencionar a su vez que la tasa de ganancia (relación entre lo que se gana y lo que se
invierte) se debe equiparar en cada rama. De otro modo, todos los capitales afluirían a la rama
donde la ganancia sea mayor aumentando la oferta, hasta que el precio disminuya y la tasa de
ganancia se ubique en el nivel medio.

La renta de la tierra7

Dijimos que para Ricardo su principal objetivo era conocer las leyes que rigen la distribución en un
mundo donde el valor es generado por el trabajo. Ya vimos que para él el salario se determina por
lo necesario para que el obrero subsista lo cual es independiente del valor que genere.
Mencionamos también que el capital no genera valor (sino que transfiere) y ahora veremos que la
tierra tampoco lo hace. La pregunta que surge entonces es ¿de dónde surge y cómo se determina
la renta de la tierra?

Desarrollemos la respuesta a partir de un ejemplo. Todas las sociedades necesitan alimentarse y


en esta sociedad se produce trigo en una tierra que llamaremos A. Esta tierra A se eligió por ser la
más fértil entre todas las existentes, y por lo tanto la que por su fertilidad facilitará el trabajo.

“La tierra más fértil y más favorablemente situada se cultivará en primer lugar, y el valor en
cambio de sus productos, se ajustará de la misma manera que el valor en cambio de todos los
demás bienes, con referencia a la cantidad total de mano de obra necesaria en varias formas, de la
primera a la última para producirlo y colocarlo en el mercado” (Ricardo, 1817: 55).

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Se recomienda ver el video “Renta diferencial de la Tierra David Ricardo” en
https://www.youtube.com/watch?v=wVbG39oIcpI

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Pablo Wahren – Introducción a la Economía Política

Supongamos que en esta tierra una tonelada de trigo cuesta un valor equivalente a U$S 150 dado
el tiempo de trabajo. De este monto que obtiene por la venta, U$S 100 se destinan al pago de
salarios y compra y mantenimiento de herramientas mientras que U$S 50 constituyen la ganancia
del productor (o capitalista). Esto significa una tasa de ganancia del 50% (50/100), la cual debe
estar a tono con el promedio del resto de la economía.

Este estadio no se sostendrá por mucho tiempo. La población crece y demanda más alimentos. Eso
requiere que se habilite una nueva tierra (B) para la producción de trigo8 . Esta tierra B es menos
fértil que A por lo que los costos serán mayores, en otras palabras demandará más trabajo
producir en B que en A. En la tierra B entonces la tonelada de trigo requerirá un trabajo
equivalente a U$S 200 por lo que el precio del trigo se tendrá que elevar sí o sí hasta este monto o
no se produciría en la nueva tierra. Para que el capitalista a su vez esté interesado en producir en
esta tierra su tasa de ganancia deberá ser de 50% o no se dedicaría a esta explotación. En este
contexto, el capitalista de la tierra A estará obteniendo una ganancia extraordinaria ya que ahora
con el nuevo precio de venta la diferencia con sus costos es de U$S100, es decir una tasa de
ganancia del 100%.

Sin embargo, ahí es donde aparece el terrateniente. El dueño de la tierra más fértil es consciente
de que el productor de su tierra obtiene una ganancia mayor de la que obtendría en otra tierra u
en otra actividad productiva. Asimismo, los capitalistas se disputarán por producir en la tierra A
donde la ganancia es mayor. Ante esta situación el terrateniente comenzará a cobrar un alquiler
para producir en su tierra que los capitalistas estarán dispuestos a pagar siempre que la tasa de
ganancia allí sea superior a la media. De este modo, el alquiler subirá hasta que se elimine el
incentivo a competir por estas parcelas, es decir, cuando sea tal que la tasa de ganancia se igualó a
la media. En nuestro ejemplo, la renta de A será de U$S 50, que devuelven al capitalista que allí
produce a la tasa media de ganancia (50%).

Por lo tanto, la renta de la tierra no surge de un aporte que esta haga al valor. Esta originada en las
particularidades naturales que hacen que cuando se produzca en tierras menos fértiles, y por ende
los precios se eleven por el mayor trabajo que requiere, las parcelas más fértiles sean más
deseadas y se esté dispuesto a pagar un alquiler por ellas.

“La razón, pues, por la cual la producción primaria aumenta de valor comparativo, es que se
emplea más trabajo en la producción de la última porción obtenida, y no la circunstancia de que se
pague una renta al terrateniente. El valor del maíz está regulado por la cantidad de trabajo
gastada en su producción en aquella calidad de tierra o con aquella porción de capital que no paga
renta. Dicho cereal no se encarece porque hay que pagar una renta; sino que debe pagarse una
renta porque el cereales caro; y como se acaba de observar, no acarrea una reducción alguna en el
precio del cereal aunque los terratenientes condonasen la totalidad de sus rentas” (Ricardo, 1817:
56).

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Para comprender el pasaje de una tierra más fértil a otra menos fértil pensemos en Argentina, donde la
fertilidad de la tierra de Buenos Aires supera a la de Santiago del Estero o Salta pero en las tres provincias se
cultiva.

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Conflicto distributivo

Este razonamiento lleva a Ricardo a plantear la existencia de un conflicto distributivo entre


capitalistas y terratenientes que en su visión tendería a llevar a la economía al estancamiento.
Cuando se cultiva en tierras menos fértiles suben los precios de los alimentos porque cada vez es
más costoso producirlos. Esto genera que los salarios deban aumentar ya que los obreros para
subsistir ahora deben comprar alimentos que son más caros. Como la ganancia fue definida en
razón inversa al salario, el aumento de salario lleva a reducciones de la ganancia. Por lo tanto,
Ricardo plantea que el mismo proceso (el de la expansión de las tierras) que da lugar al
surgimiento de la renta de la tierra comprime las ganancias, lo que en un largo plazo llevaría al
estancamiento ya que los capitalistas dejarían de tener ingresos para invertir.

Por este motivo, en el parlamento inglés Ricardo se opone a la Ley de Granos, que establecía
aranceles a la importación de alimentos. Desde su punto de vista deberían importarse alimentos
baratos de tierras foráneas más fértiles para evitar producir en las tierras inglesas menos fértiles.

Ricardo de este modo rompe con la armonía de clases que había propuesto Smith con su Teoría de
los Costos de Producción. No obstante, el eje del conflicto lo focaliza entre capitalistas y
terratenientes, aunque dentro de su teoría se encuentra el germen de otra pelea.

“En primer lugar, a contramano del capítulo sexto de La Riqueza, para Ricardo los precios no se
obtienen sumando el salario natural y la ganancia promedio, sino que el valor depende
exclusivamente de la cantidad de trabajo requerido para producir cada mercancía. Afirma además
que los instrumentos de trabajo -sinónimos de capital para Ricardo- cuando intervienen en la
producción de un artículo no crean más valor sino que su propio valor se transfiere al producto.
Toda elevación del salario, por su parte, ocasiona solamente una reducción de los beneficios pero
nunca se resuelve en el incremento de los precios. De aquí parece deducirse, aunque Ricardo nunca
lo diga, que el salario y la ganancia tienen una única fuente, la misma que el valor, y que ta l fuente
no es otra que el trabajo” (Kicillof, 2010: 360).

Este punto quedará claro con Marx, quien a diferencia de Ricardo planteará un enfrentamiento
directo entre trabajadores y capitalistas. Curiosamente, siguiendo con los desarrollos del
economista inglés.

KARL MARX (1818 – 1883) – “EL PADRE DE LAS REVOLUCIONES”

Pocos economistas calaron tan hondo con sus ideas como Karl Marx. La particularidad del
economista alemán es que sus análisis no tuvieron buena recepción en la academia, de donde
fueron prácticamente borrados o confinados a un rincón anecdótico de la historia del
pensamiento, sino que su mayor impacto fue en el plano político. Lo que es indudable es que su
principal obra “El Capital: crítica de la economía política” marcó un antes y un después en el
pensamiento de la humanidad.

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Pablo Wahren – Introducción a la Economía Política

Marx reconoce al igual que Smith que el sistema capitalista implicó un salto en el nivel de riqueza
de la sociedad, dada la mayor productividad del trabajo9. Sin embargo, se centra en las
desigualdades y condiciones de explotación y miseria que generó este sistema sobre los
trabajadores tal como lo refleja en este apartado de El Capital:

“Por eso, aquí nos detendremos únicamente en un punto, el referente a la enorme mortalidad de
niños de obreros en sus primeros años de vida. Hay en Inglaterra 16 distritos del registro civil en los
que el promedio anual de defunciones por cada 100.000 niños vivos de menos de un año es solo
9.000; en 24 distritos más de 10.000; en 39 distritos entre 12.000 y 13.000; en 22 distritos más de
20.000; en 25, más de 21.000; en 17, más de 22.000; en 11, por encima de 23.000; en Hoo
Walverhampton, Ashton, Under Lyne y Preston, más de 24.000, en Nottingham, Stockport y
Bradford más de 25.000, en Wisbeach 26.000 y en Manchester 26.125. Como lo demostró una
investigación médica oficial en 1861, las altas tasas de mortalidad principalmente se deben, si se
hace abstracción de circunstancias locales, a la ocupación extradomiciliaria de las madres , con el
consiguiente descuido y maltrato de los niños, como por ejemplo alimentación inadecuada,
carencia alimentaria, suministro de opiáceos, etc., a lo que debe agregarse el antinatural desapego
que las madres experimentan por sus hijos, lo que tiene por consecuencia casos de privación
alimentaria y envenenamiento intencionales” (Marx, 1867: 485).

Se suele entablar una oposición entre Adam Smith y Karl Marx como si uno fuera el referente del
capitalismo y otro del comunismo. En realidad, Marx retoma varios de los planteos de Smith, y
especialmente de Ricardo, ya que toda su obra económica está destinada a estudiar y explicar el
funcionamiento del capitalismo. De hecho, Marx ofrece ciertas soluciones a los problemas o
dilemas dejados por sus predecesores.

Otra vez la Teoría del Valor Trabajo

Marx ofrecerá la versión más acabada de la Teoría del Valor Trabajo, la cual el resto de los
continuadores de Ricardo dejarán de lado para quedarse con la Teoría de los Costos de
Producción.

Para ello realiza su propio desarrollo sobre la misma. En Salario, Precio y Ganancia (1865)
comienza por preguntarse ¿qué es el valor de una mercancía? Plantea que a priori se sabe que una
mercancía es intercambiable por otra. Es decir, una tonelada de trigo puede cambiarse por hierro,
por ropa y por una infinitud de mercancías. El valor del trigo es siempre el mismo aunque se
cambia por distintas proporciones de cada bien. Lo que las hace intercambiable y determina la
proporción del intercambio es una sustancia social que ellas comparten, ya que las propiedades
naturales de cada una de ellas no tienen nada que ver. Esta sustancia común es el trabajo. Pero
no cualquier trabajo, sino el trabajo social. Tiene que ser un trabajo destinado a la venta y no al
uso personal. Por ejemplo, quien teja un sweater para uso personal no estará creando una
mercancía, pero sí en cambio éste se hiciera para vender en el mercado si lo estaría haciendo. En

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Marx escribió en una época donde la Primera Revolución Industrial ya se consolidó y la Segunda se
encontraba comenzando, por lo cual vivió un salto en la productividad que el propio Smith no llegó a ver.

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Pablo Wahren – Introducción a la Economía Política

ese sentido se estaría sometiendo a la división social del trabajo ya que estaría produciendo un
trabajo que satisface una necesidad de la sociedad.

“El que produce un objeto para su uso personal y directo, para consumirlo, crea un producto, pero
no una mercancía” (Marx, 1865: 38).

Por lo tanto “Una mercancía tiene un valor por ser cristalización de un trabajo social” (Marx, 1865:
39) y su valor de cambio, o proporción por la que se puede intercambiar una mercancía por otra,
“depende de la mayor o menor cantidad de sustancia social que encierra, es decir, de la cantidad
relativa de trabajo necesaria para su producción” (Marx, 1865: 39).

Marx coincide con el primer Smith y con Ricardo en que el valor viene dado por el trabajo y el
valor de cambio expresa en qué proporción se puede cambiar una mercancía por otra dada la
cantidad de trabajo que tiene plasmado cada una de ellas. A diferencia de Smith y en coincide ncia
con Ricardo, Marx considera que la “retribución al trabajo y la cantidad de trabajo son cosas
completamente distintas” (Marx, 1865: 39). Puede ser que quien haya producido una tonelada de
trigo solo reciba como remuneración 1 kilo o quien haya trabajado en una mina de oro extrayendo
kilos de este material solo reciba una moneda de oro. En síntesis, el valor o el producto que el
obrero genera con su trabajo no tiene nada que ver con el valor o producto que recibe como
remuneración.

Entonces para Marx el valor de cambio de las mercancías viene dado por la cantidad de trabajo
cristalizada en ellas, sin que ello tenga que coincidir con el salario del trabajador. La cual en
sintonía con Ricardo, en Marx se define por los artículos que requiere el obrero para su
subsistencia10.

Al igual que en Ricardo, a la hora de determinar el valor de cambio, no solo cuenta el trabajo
últimamente invertido en ellas sino también el que se encerró en las materias primas,
herramientas, maquinaria y edificio que se utilizaron para su producción.

“Por ejemplo, el valor de una determinada cantidad de hilo de algodón es la cristalización de la


cantidad de trabajo plasmado anteriormente en el mismo algodón, de la cantidad de trabajo que
se encierra en el carbón, el aceite y otras materias auxiliares empleadas, y de la cantidad de
trabajo materializado en la máquina de vapor, los husos, el edificio de la fábrica, etc” (Marx, 1865:
41).

En números. Si en un día de trabajo un trabajador trabaja 4 horas y a la vez utiliza una herramienta
que llevó 4 horas y la misma se desgasta por completo, el fruto de ese trabajo serán 8 horas (4
horas de trabajo vivo + 4 horas de trabajo pasado). Si en cambio, la herramienta se desgastase por
completo en dos días de trabajo, el primer día transferirá 2 horas de su valor y al siguiente día las 2
restantes.

10
A diferencia de Ricardo, Marx considera que las necesidades del obrero son un producto histórico que
depende de factores sociales y culturales, por lo que no se limita meramente a los bienes indispensables
para la supervivencia.

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Pablo Wahren – Introducción a la Economía Política

Cabe destacar que cuando Marx se refiere a la cantidad de trabajo que se invierte en la producción
se refiere a la cantidad de trabajo necesario, es decir un trabajo realizado bajo el tiempo social
promedio. De otro modo podría pensarse que un obrero al ser más torpe o lento y por lo tanto
tardar más tiempo en llevar adelante su tarea agregaría más valor. Pero no, si por ejemplo la
cantidad de trabajo promedio con la que se realiza una camisa son 4 horas pero un trabajador la
realiza en 8, el valor de la camisa equivaldrá de todas formas a 4 horas, que es el tiempo de
trabajo medio con el que se realiza.

“Cuando decimos que el valor de una mercancía se determina por la cantidad de trabajo encerrado
o cristalizado en ella, tenemos presente la cantidad de trabajo necesario para producir esa
mercancía en un estado social dado y bajo determinadas condiciones sociales medias de
producción, con una intensidad media social dada y con una destreza media en el trabajo que se
invierte” (Marx, 1865: 42).

Marx plantea que cuanto mayor sea el desarrollo de las fuerzas productivas (entendido como
incorporación de nueva tecnología que aumente la productividad del trabajo) menor será el valor
de las mercancías. El punto es que una mayor productividad implica que lo mismo que antes se
pueda producir en menos tiempo, o incluso se pueda producir aun en más cantidad. Esto significa
que la misma mercancía será producida con menos trabajo por lo que su valor será menor.

“Los valores de las mercancías están en razón directa al tiempo de trabajo invertido en su
producción y en razón inversa a las fuerzas productivas del trabajo empleado” (Marx, 1865: 44).

Ese punto sirve para reforzar la Teoría del Valor Trabajo. La incorporación de una nueva
maquinaria lejos de agregar nuevo valor lo reduce, ya que permite ahorrar tiempo de trabajo. Si
bien es cierto que transferirá el valor acumulado en sí misma, este nunca podrá superar lo que
permitió ahorrar. De otro modo se hubiera incorporado una innovación para producir un bien más
caro que antes, lo cual no tiene sentido.

Cuando nos referimos al valor estamos también de algún modo hablando del precio. El precio es el
valor expresado en dinero. En la época de Marx esto era principalmente en oro y plata. ¿Y cómo se
determina la relación entre las mercancías y el dinero? Al igual que en cualquier otra mercancía a
partir del tiempo de trabajo necesario. Si una moneda de hora lleva 8 horas de trabajo y unas
zapatillas llevan 2 horas, las zapatillas saldrán ¼ de moneda de oro.

“De por sí, el precio no es otra cosa que la expresión en dinero del valor. Los valores de todas las
mercancías de este país, por ejemplo, se expresan en precios oro, mientras que en el continente se
expresan principalmente en precios plata” (Marx, 1865: 46)

Coincide con Smith (ver página 6) en que el precio natural expresa el valor, pero el precio de
mercado puede divergir de manera oscilante a éste en función de la oferta y la demanda. Sin
embargo, a diferencia del escoses cuando Marx hable de valor siempre se va a estar refiriendo al
trabajo incorporado y no a la suma de los costos de producción.

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Pablo Wahren – Introducción a la Economía Política

La plusvalía: una solución incómoda al problema de la ganancia

Tras este desarrollo Marx aborda la cuestión de la ganancia capitalista. El primer punto que señala
es que la ganancia debe surgir de intercambiar mercancías por su valor. Si las mercancías se
vendieran por encima de su valor lo que uno ganase como vendedor luego lo perdería como
comprador.

“Por lo tanto, para explicar el carácter general de la ganancia no tendréis más remedio que a partir
del teorema de que las mercancías se venden, por término medio, por sus verdaderos valores y que
las ganancias se obtienen vendiendo, mercancías por su valor, es decir, en proporción a la cantidad
de trabajo materializado en ella” (Marx, 1865: 47).

El secreto de la ganancia para Marx va a estar en lo que Smith y Ricardo no quisieron señalar. El
primer Smith y Ricardo coincidían en que la remuneración del trabajador no se corresponde con el
valor generado por este sino con lo necesario para garantizar su subsistencia. Marx plantea
claramente que la diferencia entre lo que se le paga al obrero como salario y el valor que genera
es la ganancia capitalista. En sus palabras, la plusvalía.

Este mecanismo por el cual el capitalista obtiene su ganancia es posible porque el trabajador
cuando es contratado no vende directamente su trabajo sino que vende su fuerza de trabajo. El
valor de la fuerza de trabajo como cualquier mercancía se determina por el tiempo de trabajo
necesario para su reproducción, que no es otra cosa que el tiempo de trabajo equivalente para
comprar las mercancías que necesita para su reproducción y así poder volver a trabajar al otro día.
Entonces, el capitalista compra la fuerza de trabajo por su valor para luego disponer de ella.

“El valor de la fuerza de trabajo se determina por la cantidad de trabajo necesario para su
conservación o reproducción, pero el uso de esa fuerza de trabajo no encuentra más límite que la
energía activa y la fuerza física del obrero” (Marx, 1865: 52).

Pero la fuerza de trabajo es una mercancía muy particular, es la única mercancía que en el proceso
productivo logra generar más valor que el que originalmente posee. Habíamos dicho que las
maquinarias y herramientas transferían su valor, pero la fuerza de trabajo no solo transfiere su
valor sino que también crea nuevo.

“Tomemos el ejemplo de nuestro hilador. Veíamos que, para reponer diariamente su fuerza de
trabajo, este hilador necesitaba reproducir diariamente un valor de tres chelines, lo que hacía con
su trabajo diario de seis horas. Pero esto no le quita la capacidad de trabajar diez o doce horas, y
aún más, diariamente. Y el capitalista, al pagar el valor diario o semanal de la fuerza de trabajo del
hilador, adquiere el derecho a usarla durante todo el día o toda la semana. Le hará trabajar, por
tanto, supongamos, doce horas diarias. Es decir, que sobre y por encima de las seis horas
necesarias para reponer su salario, o el valor de su fuerza de trabajo, el hilador tendrá que trabajar
otras seis horas, que llamaré horas de plustrabajo, y este plustrabajo se traducirá en una plusvalía
y en un plusproducto. Si, por ejemplo, nuestro hilador, con su trabajo diario de seis horas, añadía al
algodón un valor de tres chelines, valor que constituye un equivalente exacto de su salario, en doce

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Pablo Wahren – Introducción a la Economía Política

horas incorporará al algodón un valor de seis chelines y producirá la correspondiente cantidad


adicional de hilo. Y, como ha vendido su fuerza de trabajo el capitalista, todo el valor, o sea, todo el
producto creado por él pertenece al capitalista, que es el dueño pro tempore de su fuerza de
trabajo” (Marx, 1865: 53).

En resumen, en el ejemplo de Marx el capitalista adelantando 3 chelines como salario para el


trabajador consigue que éste haga un trabajo que representa 6 chelines. Desde otro punto de
vista, adelantando un valor en el que hay cristalizados 6 horas de trabajo obtiene un valor de 12
horas. De esos 6 chelines, 3 irán al trabajador en concepto de remune ración por su fuerza de
trabajo, mientras que 3 quedarán en manos del capitalista. Por lo tanto, de la jornada de trabajo el
trabajador trabajó 6 horas para reproducirse a sí mismo y 6 horas gratis para el capitalista.

“Una parte del trabajo encerrado en la mercancía es trabajo retribuido; otra parte, trabajo no
retribuido. Por tanto, cuando el capitalista vende la mercancía por su valor, es decir, como
cristalización de la cantidad total de trabajo invertido en ella, tiene necesariamente que venderla
con ganancia. Vende no sólo lo que le ha costado un equivalente, sino también lo que no le ha
costado nada, aunque haya costado el trabajo de su obrero” (Marx, 1865: 57).

Por lo tanto Marx concluye que la ganancia se obtiene de vender las mercancías por su valor y
cubrir los costos por su valor, gracias a que existe una mercancía especial que logra generar más
valor que el que cuesta. Esta mercancía no es ni más ni menos que la fuerza de trabajo.

“(…) vendiendo las mercancías por su verdadero valor, y no por encima de éste, es como se
obtienen ganancias normales y medias” (Marx, 1865: 57).

Esta ganancia para Marx es lisa y llanamente un robo del capi talista al trabajador al quitarle el
fruto de su trabajo. La crítica es tan fuerte que hasta incluso compara al sistema capitalista con el
esclavista, diciendo que el sistema capitalista creó una falsa apariencia de que todo el trabajo es
retribuido dado que los contratos se firman entre partes libres.

“Esta apariencia engañosa distingue al trabajo asalariado de las otras formas históricas del
trabajo. Dentro del sistema de trabajo asalariado, hasta el trabajo no retribuido parece trabajo
pagado. Por el contrario, en el trabajo de los esclavos parece trabajo no retribuido hasta la parte
del trabajo que se paga. Naturalmente, para poder trabajar, el esclavo tiene que vivir, y una parte
de su jornada de trabajo sirve para reponer el valor de su propio sustento. Pero, como entre él y su
amo no ha mediado trato alguno ni se celebra entre ellos ningún acto de compra y venta, parece
como si el esclavo entregase todo su trabajo gratis” (Marx, 1865: 55).

Como se puede apreciar, Marx rompe por completo con la visión armoniosa del capitalismo
provista por Smith, paradójicamente a partir de desarrollar la Teoría del Valor Trabajo que este
último inició y David Ricardo continuó. Esta visión postula que existe una explotación del hombre
por el hombre y un robo de los capitalistas a los trabajadores. Por este motivo, Marx considera

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que hay que abolir la propiedad privada de los medios de producción, para que los capitalistas
dejen de apropiarse del fruto del trabajo ajeno.11

No obstante, la ortodoxia económica de la época y posterior discurrió por otros cauces, sin
siquiera entablar la discusión contra los argumento de Marx.

11
Marx complementa este planteo con una crítica a cómo se dio la apropiación privada de los medios de
producción en el capítulo 24 de El Capital : “(…) el movimiento histórico que transforma a los p roducto res en
asalariados, aparece por una parte co mo la libera ción de los mismos respecto de la servidu mbre y d e la
coerción gremial, y de este ‘único aspecto que existe para nu estros historiadores bu rgueses. Pero por ot ra
parte, esos recién lib erados sólo se convierten en vendedores de sí mismos d espués de haber sido despojados
de todos sus medios de producción, así como de todas las garantías que pa r su existencia les ofrecían las
viejas instituciones feudales. La historia de esta expropiación de los trabajadores ha sido grabada en los
anales de la humanidad con trazo s de sangre y fuego” (Marx, 1867: 894).

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BIBLIOGRAFÍA

Burkun, M. y Spagnolo, A. (1987) “Nociones de Economía Política”, Zavalía.

Kicillof, A. (2010). De Smith a Keynes: siete lecciones de historia del pensamiento económico: un
análisis de los textos originales. Eudeba.

Marx, K. ([1865] 2012). Salario, precio y ganancia, México, Centro de Estudios Socialistas Carlos

Marx, K. ([1867] 2012). El Capital: el proceso de producción del capital, Buenos Aires, Siglo
Veintiuno.

Ricardo, D. ([1817] 1993). Principios de Economía Política y Tributación, México D.F., Fondo de
Cultura Económica.

Smith, A. ([1776] 2015). La Riqueza de las Naciones, Epuplibre.

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