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El texto es una versión preliminar. No circular. Se trata de una versión actualizada del
texto AZRAK, Damián y CARRASCO, Maximiliano (2016) “Protección constitucional del
derecho a la educación”, en R. Gargarella y S. Guidi (coordinadores) Comentarios de la
Constitución de la Nación Argentina, Tomo II, Buenos Aires, La Ley, ISBN 978-987-03-
3058-5 , y se acompaña a los efectos de ser trabajado en el marco del curso Bases
Constitucionales del Derecho Privado, Comisión 251 (Maximiliano Carrasco), Primer
Cuatrimestre de 2018.
1. INTRODUCCIÓN
1 NINO, CARLOS S., Introducción al Análisis del Derecho, Ariel, Barcelona, cap. 1, 2001.
2 NINO, CARLOS S., Fundamentos de Derecho Constitucional, 4a reimpr., Astrea, Buenos Aires, 2013.
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2. LA EDUCACIÓN COMO PRECONDICIÓN DE UNA CIUDADANÍA
DEMOCRÁTICA
Podríamos afirmar que existe un amplio consenso sobre el vital valor que posee la
educación en el desarrollo de una ciudadanía plena y la autonomía de la persona.
En este orden, desde una visión epistémica de la democracia, es claro que las
personas que participen lo deben hacer bajo la premisa de un cumplimiento y goce
efectivo de bienes primarios, o en palabras de Carlos S. Nino, “derechos a priori”.3
Específicamente, en relación al derecho a la educación, el autor argentino
expresaba:
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Retomando el derecho que nos convoca, no quedan dudas que un compromiso
sincero con el sistema democrático argentino que al mismo tiempo sea respetuoso
de la igualdad, la autonomía personal y la libertad, requiere dotar a todas las
personas de ciertas condiciones básicas que permitan una participación robusta
en la empresa democrática. Condiciones que no sólo son cumplidas con el
derecho al voto y la libertad de expresión, sino con bienes primarios y
fundamentales como el derecho a la educación, el derecho a la alimentación, el
derecho a la salud y el derecho a la vivienda digna y adecuada. 6
El art. 14, por su parte, reconoció en cabeza de todas y todos los habitantes de la
Nación el derecho de enseñar y aprender. También, en el art. 25, se dejó
plasmado que el Gobierno federal no podrá restringir, limitar ni gravar con
impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan
por objeto, entre otras cosas, introducir y enseñar las ciencias y las artes. Y el art.
64, inc. 16 -art. 67, inc. 16 post reforma de 1860-, estableció, entre las atribuciones
6 Azrak, Valentini, “El Derecho Constitucional a la Vivienda Digna y Adecuada, Una Propuesta
Interpretativa” en Elias, Rivera y Legarre, Tratado de los Derechos Constitucionales, Tomo 2, Editorial
Abeledo Perrot, Buenos Airs, 2014.
7 ALBERDI en su conocido libro Bases y puntos de partida para la organización política de la República
Argentina, le dedica un capítulo (VIII) al tema de la educación, diferenciándola de la instrucción.
3
del Congreso, la consistente en “proveer lo conducente [...] al progreso de la
ilustración, dictando planes de instrucción general y universitaria…”.
Por otro lado, entre las atribuciones del Congreso Nacional -post reforma de 1994
contenidas esencialmente en el art. 75-, se mantuvo la denominada “cláusula del
progreso” (planteada originalmente en el art. 67, inc. 16, y hoy plasmada en el art.
75, inc. 18), pero también se agregaron dos disposiciones en la nueva redacción,
según las cuales corresponde al Congreso:
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cultural, la libre creación y circulación de las obras del autor; el patrimonio artístico
y los espacios culturales y audiovisuales” (art. 75, inc. 19, párrs. 3º y 4º).
8 Por medio de la Observación General Nro. 13 E/C.12/1999/10, el Comité de Naciones Unidas de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales ha definido con mayor precisión los alcances y contenidos del art. 13 del
PIDESC, estableciendo que la educación en todas sus formas y en todos los niveles debe tener las siguientes
características: a) Disponibilidad. Debe haber instituciones y programas de enseñanza en cantidad suficiente y
deberán contar con las condiciones para que funcionen; b) Accesibilidad: Las instituciones y los programas de
enseñanza han de ser accesibles a todos, sin discriminación. La educación ha de ser asequible materialmente,
ya sea por su localización geográfica de acceso razonable (por ejemplo, una escuela vecinal) o por medio de
la tecnología moderna (mediante el acceso a programas de educación a distancia); c) Aceptabilidad: La forma
y el fondo de la educación, comprendidos los programas de estudio y los métodos pedagógicos, han de ser
aceptables (por ejemplo, pertinentes, adecuados culturalmente y de buena calidad) para los estudiantes y d)
Adaptabilidad. La educación ha de tener la flexibilidad necesaria para adaptarse a las necesidades de
sociedades y comunidades en transformación y responder a las necesidades de los alumnos en contextos
culturales y sociales variados. "La implantación progresiva de la enseñanza gratuita" significa que, si bien los
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Por su parte, la Convención sobre los Derechos del Niño, en los arts. 28 y 29
regula ampliamente el derecho a la educación de un modo similar al PIDESC,
aunque establece específicamente la obligación de los Estados de adoptar
medidas para reducir las tasas de deserción escolar y para que la disciplina en las
escuelas sea acorde a los derechos enumerados en la Convención y compatibles
con la dignidad humana. Por otra parte, el derecho a la educación no se agota en
la “enseñanza escolar” ya que el art. 28 hace mención a la enseñanza profesional,
la eliminación del analfabetismo y el acceso a los conocimientos técnicos.
Como mencionamos con anterioridad, con cita a Nino, la educación tiene una
prioridad particular respecto de la autonomía personal en virtud de que es esencial
para la posibilidad de elegir libremente planes de vida e ideales del bien. Sin
embargo, también afirmamos que una determinada educación es necesaria para
materializar el plan de vida o ideal del bien libremente elegido. 9 Es así que,
además de los recursos materiales con los que debe contar todo educando, el
contenido obligatorio que se imparta en los establecimientos educativos, conforme
Estados deben atender prioritariamente a la enseñanza primaria gratuita, también tienen la obligación de
adoptar medidas concretas para implantar la enseñanza secundaria y superior gratuita.
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Posteriormente, la ley 14.401 de 1955 dejó sin efecto las dos normas antes
mencionadas, ante lo cual la ley 1.420 recobró su vigencia.
8
La libertad de los padres o de los tutores legales de garantizar que los hijos
reciban una educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias
convicciones proclamada en el párrafo 4 del artículo 18 está relacionada con la
garantía de la libertad de enseñar una religión o creencias que se recoge en el
párrafo 1 del mismo artículo 18. El Comité señala que la educación obligatoria que
incluya el adoctrinamiento en una religión o unas creencias particulares es
incompatible con el párrafo 4 del artículo 18, a menos que se hayan previsto
exenciones y posibilidades que estén de acuerdo con los deseos de los padres o
tutores”.14
14 Observación General 22, Comentarios generales adoptados por el Comité de los Derechos Humanos,
Artículo 18 - Libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, 48º período de sesiones, U.N. Doc.
HRI/GEN/1/Rev.7 at 179 (1993)
9
sentencia del 12 de diciembre de 2017 15 declaró inconstitucional el inc. ñ) del art.
27 de la ley 7.546, ya que entendió que, en tanto en la práctica esta norma
generaba una situación de desventaja para algunos grupos -v.gr. grupos religiosos
minoritarios, personas no creyentes- se estaba afectando el principio de igualdad y
no discriminación. También la CSJN declaró la inconstitucionalidad de la norma
que fijaba la obligación de los padres de manifestar si deseaban que sus hijos
recibieran educación religiosa -disposición 45/09 de la Dirección General de
Educación Primaria y Educación Inicial de la Provincia de Salta- en tanto estaba
siendo vulnerado esencialmente el derecho a la intimidad 16.
4.2 Gratuidad
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distinguir niveles de enseñanza…”. Asimismo, la jerarquía constitucional otorgada
a diferentes instrumentos internacionales de Derechos Humanos (art. 75, inc. 22),
robustecieron el estatus de disposiciones tales como las expresadas en el
PIDESC o en otros Instrumentos como la CDN, anteriormente referida en el punto
3.1.
El art. 13, inc. 2 b del PIDESC, establece “la enseñanza secundaria, en sus
diferentes formas, incluso la enseñanza secundaria técnica y profesional, debe ser
generalizada y hacerse accesible a todos, por cuantos medios sean apropiados, y
en particular por la implantación progresiva de la enseñanza gratuita”.
17 La Ley Federal de Educación (ley Nº 24.195, del año 1993) por su parte, también establecía el principio
de gratuidad en los servicios estatales, en todos los niveles y regímenes especiales (conf. art. 39).
18 La Ley 26.061 establece en su art.16 “la educación pública será gratuita en todos los servicios estatales,
niveles y regímenes especiales”. Y la Ley 26.206, expresa en su art. 4 “El Estado nacional, las provincias y la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad principal e indelegable de proveer una
educación integral, permanente y de calidad para todos/as los/as habitantes de la Nación, garantizando la
igualdad, gratuidad y equidad en el ejercicio de este derecho, con la participación de las organizaciones
sociales y las familias”, y en su art. 11, inc, h), fija, entre los fines y objetivos de la política educativa,
“garantizar a todos/as el acceso y las condiciones para la permanencia y el egreso de los diferentes niveles del
sistema educativo, asegurando la gratuidad de los servicios de gestión estatal, en todos los niveles y
modalidades”.
19 Véase el trabajo “Igualdad”, de MARTÍN ALDAO, LAURA CLÉRICO y LILIANA RONCONI, en este
mismo volumen.
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En lo que refiere al ámbito educativo, el art. 75, inc. 19 establece que corresponde
al Congreso: “Sancionar leyes de organización y de base de la educación que
consoliden la unidad nacional respetando las particularidades provinciales y
locales; que aseguren la responsabilidad indelegable del Estado, la participación
de la familia y la sociedad, la promoción de los valores democráticos y la igualdad
de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna; y que garanticen los
principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la autonomía y
autarquía de las universidades nacionales”.
En este orden, no se puede dejar de soslayar que Argentina ratificó en el año 1963
un instrumento internacional específico en la materia: la Convención relativa a la
Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza 1960. Por su
parte, la Ley de Educación Nacional 26.206 refuerza a lo largo de todo su texto el
compromiso igualitario.20
Este tema fue abordado por la CSJN en el fallo “Cristina González de Delgado y
otros, c/Universidad Nacional de Córdoba s/amparo”, de septiembre de 2000. 21
Ahora bien, un punto interesante que destaca Saba es que en el voto del Juez
Petracchi se reconocen también “rasgos emergentes de una idea diferente de
igualdad, más cercana a la de no sometimiento”. 23 Así, en el considerando 9° de
14
El derecho a la educación inclusiva reconocido en la CDPCD plantea diferentes
desafíos a la política pública del Estado. Siguiendo a Pérez Bello 26: “exige una
importante transformación del sistema educativo existente que incluye reformas
legales, la cual requiere decisión política de emprenderla, como así también la
labor coordinada de numerosos actores, incluyendo los que hoy tienen su rol y
función en relación a la educación de personas con discapacidad, sea desde el
ámbito de la educación o de otros. En particular, la participación de organizaciones
de personas con discapacidad debe ser garantizada, en razón del art. 4.3 de la
Convención”, y agrega: “ante la insuficiencia de los sistemas educativos actuales y
sus estructuras, la obligación de efecto inmediato de proveer ajustes razonables,
parte de la obligación de no discriminar, ha de tener un rol crucial en la resolución
judicial de conflictos, como así también en el desarrollo de la práctica educativa y
de la toma de conciencia sobre la necesidad de su reforma sistémica en relación
al derecho reconocido”.
26 PÉREZ BELLO, J., “El derecho a la educación inclusiva. Análisis de la jurisprudencia del Comité sobre
los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas”, RDP- 2015-III-10, Infojus, Buenos
Aires.
27 AISENSTEIN, M. - FINOLI, M. “Sobre el Derecho a la Educación y Algunas de sus Problemáticas”, en
ELÍAS, J., GROSMAN, L., LEGARRE, S. y RIVERA, J. (h), Tratado de los Derechos Constitucionales, t. II,
Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2014.
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compromiso del Estado para con un paradigma de educación inclusiva de las
personas con discapacidad.
28 Véase, en este mismo volumen, el artículo “Igualdad” de MARTÍN ALDAO, LAURA CLÉRICO Y
LILIANA RONCONI.
29 Sin perjuicio de la falta de legitimidad que se le puede otorgar a los fallos de un tribunal en épocas
dictatoriales, el caso fue considerado porque los argumentos luego fueron retomados por una Corte
constitucional, otorgándole, en todo caso, una mayor legitimidad democrática. CSJN, “Almirón c. Nación
Argentina, Ministerio de Educación”, Fallos 305: 1489, resuelto el 27 de septiembre de 1983.
30 Fallos 306:400
16
En “Arenzón”, la Corte, en el período constitucional, también desarrolló el vínculo
entre el derecho a enseñar y la igualdad. En dicho caso se discutía una resolución
dictada por el Ministerio de Educación de la última dictadura militar que exigía una
estatura mínima de 1,60 m, a los varones que deseen ingresar al Instituto Nacional
Superior del Profesorado Doctor Joaquín V. González.
La mayoría del tribunal federal, con apoyo en las reflexiones del procurador
general, confirmó la sentencia que ordenó al Ministerio de Educación de la Nación
la matriculación del actor en el Instituto Nacional Superior de Profesorado Doctor
Joaquín V. González, en la especialidad de Matemática y Astronomía, pese a no
contar aquél con la estatura mínima -1,60 m.- exigida por la res. 957/1981 del
Ministerio antes mencionado, sin perjuicio del cumplimiento de las restantes
exigencias reglamentarias previstas.
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equitativa y razonable, esto es, comprensiva de situaciones claramente
incompatibles con el ejercicio normal de la actividad de que se trata”.
La Constitución Nacional es clara respecto del derecho que le asiste a los pueblos
indígenas a recibir una educación intercultural y bilingüe. El art. 75, inc. 17 de ese
texto legal, determina que corresponde al Congreso “Reconocer la preexistencia
étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su
identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural...”.
31 Para un análisis detallado de la temática, véase el comentario al art. 75, inc. 17 de SILVINA RAMÍREZ
en esta obra.
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A estos fines, en los artículos siguientes prescribe que el Estado es el responsable
de crear las agencias estatales que hagan efectivos los derechos antes
reconocidos. El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre
Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, aprobado por la ley
24.071, vigente en la Argentina desde el año 1992, también garantiza y protege el
derecho a la educación intercultural y bilingüe de los pueblos originarios. Este
cuerpo legal32, no sólo establece que los programas y los servicios de educación
destinados a esa población deberán abarcar su historia, sus conocimientos y
valores, sino también determina que la autoridad competente deberá asegurar la
formación de miembros de estos pueblos y su participación en la formulación y
ejecución de programas de educación, a los efectos de propender de manera
progresiva la realización de los programas de estudios. También ordena que los
gobiernos deberán reconocer el derecho de los Pueblos Indígenas a crear sus
propias instituciones y medios de educación, siempre que tales instituciones
satisfagan las normas mínimas establecidas por la autoridad competente en
consulta con esos pueblos. A estos fines, deberán facilitárceles recursos
apropiados.
19
a la libertad religiosa y de conciencia y el derecho a la autonomía personal (arts.
14 y 19 de la Constitución Nacional). Este derecho, en la práctica constitucional
argentina, se ha ido aplicando en distintos campos y por distintos actores.
36 CSJN, 6/3/1979, “Barros, Juan Carlos, en representación de sus hijos Pablo A., y Hugo M. Barros c/
Consejo Nacional de Educación y otra s/ demanda de amparo”, Fallos: 301:151.
37 CSJN, 9/9/1982, “Ascencio, José Hernán s/ amparo”, Fallos: 304:1293.
38 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. SECRETARÍA DE JURISPRUDENCIA DE LA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, Interés superior del niño, 1a ed., Buenos Aires, 2013,
p.37.
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Nuevamente en “Asencio”, la Corte Suprema tenía la oportunidad de respetar el
derecho a la libertad de conciencia de un niño -testigo de Jehová- y anular su
expulsión del sistema educativo, sin embargo, lo hizo pero por otros motivos 39. En
la sentencia, el Tribunal entendió que resulta excesiva la resolución que estableció
directamente la sanción expulsiva de la escuela como única e inmediata
consecuencia posible frente a la comprobación de haberse negado el alumno a
reverenciar los símbolos patrios, si no se han invocado antecedentes
desfavorables respecto del alumno que cumplió normalmente anteriores ciclos
escolares.
39 Según las constancias que surgen en la sentencia, el caso versaba sobre la exclusión de un niño de una
escuela de la Ciudad de Río Gallegos por negarse a cumplir con las actividades destinadas a honrar los
símbolos patrios en virtud de profesar la religión de los Testigos de Jehová.
40 CSJN, “Asociación de Testigos de Jehová c. Consejo Provincial de Educación del Neuquén s/ acción de
inconstitucionalidad”, A.639.XXXV (2005). En el caso, La Asociación de los Testigos de Jehová interpuso
acción autónoma de inconstitucionalidad, en los términos del art. 170, inc. a) de la Constitución provincial y
de la ley local 2130, contra el Consejo Provincial de Educación de la Provincia del Neuquén, a fin de que se
declare que la res. 100/1995 de dicho organismo es inconstitucional, por violar los derechos de igualdad ante
la ley, libertad de conciencia, religiosa y de cultos, de enseñar, aprender y trabajar. La norma impugnada, en
su parte dispositiva, determina que cualquiera sea la religión que profese el docente "deberá respetar los
símbolos patrios"
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vigencia de la Constitución Nacional que le corresponde a esta Corte Suprema de
Justicia de la Nación. Así, la Magistrada analizó el fondo del asunto llevado a los
tribunales.
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