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Nueva Ciudadanía Actividad 1

El derecho a la educación como un derecho humano fundamental a la luz de la


Constitución de 1999*

Suying Olivares García

Instituto de Filosofía del Derecho. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas.


Universidad del Zulia. 001670@hotmail.com

Resumen

La presente investigación analiza el derecho a la educación como un derecho humano


fundamental bajo la concepción de un Estado Social de Derecho y de Justicia, previsto
en el Texto Constitucional de 1999. Asimismo, valiéndonos del método comparado se
analizan los cambios sustanciales del mismo respecto a la Constitución de 1961, sin
dejar de señalar que en la investigación se observa la ausencia de un marco legislativo
que actualice y los desarrolle. Finalmente, se analizan los planes y/o programas
implementados a partir de la entrada en vigencia de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela en aras de desarrollar y garantizar su ejercicio por el
Gobierno actual. Se concluye: La actual Constitución es muy novedosa, más amplia y
establece medios más concretos para el verdadero desarrollo del Derecho a la
Educación, en donde la participación de la sociedad, la familia y el Estado juegan un
papel protagónico fundamental.

Palabras clave: Educación, Derecho Fundamental, Derecho Humano, Estado, Justicia


Social, Misiones.

The Right to Education as a Fundamental Human Right in the Light of the


1999 Constitution

Abstract

This research project analyzes the right to education as a fundamental human right
according to the concept of a Social State of Rights and Justice, foreseen in the 1999
Constitutional Text. Likewise, using the comparative method, the substantial changes
in the same with regard to the 1961 Constitution are analyzed, at the same time
indicating that during the research, the absence of a legislative framework that
updates and develops them was observed. Finally, the plans and/or programs
implemented since the Constitution of the Republic of Venezuela went into effect and
that are consecrated to developing and guaranteeing its exercise by the current
government are analyzed. Conclusions are that the current Constitution is very novel,
broader and establishes more concrete means for true development of the right to
education, where the participation of society, the family and the State plays a
fundamental leading role.

Key words: Education, fundamental right, human right, state, social justice, missions.

Recibido: 07-11-2006 · Aceptado: 06-03-2007


Introducción

Creemos que el derecho a la educación vive cambios sustanciales materializados en la


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En la presente investigación nos
proponemos como objetivo fundamental, partiendo de la premisa de que el derecho a
la educación vive profundos cambios, analizar el problema del derecho a la educación y
su relación íntima con el Estado social de derecho y de justicia para el logro de sus
fines, ya que, sin duda, el desarrollo, inversión y protección del derecho a la educación
se convierten en piedra angular para definir al Estado en los términos consagrados en
la Constitución de 1999.

Es innegable, que la Educación es un derecho fundamental por ser inherente,


inalienable y esencial a la persona humana, se ha convertido en un medio de
realización de la actividad humana en todos los tiempos.

Ya la define Zambrano, como “el derecho a alcanzar el máximo desarrollo posible de


las energías y características de la personalidad, de forma que toda persona pueda
disfrutar de la vida personal y social de forma más integrada y plena posible”
(2004:236).

Ciertamente, la educación lleva implícito el conocimiento. Se educa para que la


persona se prepare para el futuro; separar al ser humano de lo que la educación le
aporta, es alejarlo del mundo social en el cual vive y de la naturaleza propia que
constituye su existencia. De allí, que emprendamos el análisis constitucional del
mismo.

1. Síntesis Comparativa del Derecho a la Educación (1961-1999)

El derecho a la educación en Venezuela ha evolucionado paulatinamente así como una


sociedad avanza, crece y es cambiante por su naturaleza, asimismo se han planteado y
se están desarrollando nuevas políticas educativas que, de una u otra forma,
respondan a esas nuevas necesidades no cubiertas en la mayoría de los casos.

En el caso específico de Venezuela hemos vivido cambios recientes y, actualmente,


contamos con un nuevo ordenamiento jurídico constitucional que busca dar respuestas
a las exigencias de una sociedad tan cambiante como la nuestra.

Pues bien, el derecho a la educación no es la excepción. En la Constitución de 1.961


éste correspondía a los llamados Derechos Sociales consagrado en el artículo 80 que
expresaba:

“Todos tiene derecho a la educación. El Estado creará y sostendrá escuelas,


instituciones y servicios suficientemente dotados para asegurar el acceso a la
educación y a la cultura, sin más limitaciones que las derivadas de la vocación
y de las aptitudes...” (Resaltado nuestro. Art. 80).

Así mismo, dicha Constitución expresaba en su artículo 80, la filosofía de la Educación


cuando rezaba:

“La Educación tendrá como finalidad el pleno desarrollo de la personalidad, la


formación de los ciudadanos aptos para la vida y para el ejercicio de la
democracia, el fomento de la cultura y el desarrollo del espíritu de solidaridad
humana” (Resaltado nuestro. Art. 80).

También se reconocía la libertad de enseñanza, definido en su artículo 79 en estos


términos:

“Toda persona natural o jurídica podrá dedicarse libremente a las ciencias o


artes y, previa demostración de su capacidad, fundar cátedras y
establecimientos educativos, bajo la suprema inspección y vigilancia de
Estado…”. (Resaltado nuestro. Art. 79).

Ahora bien, podemos sostener que la educación en la Constitución 1.961 se consagró


como un derecho individual del ciudadano o ciudadana, siendo obligación del Estado
garantizar ese derecho a través de programas idóneos de forma gratuita.

Hasta ahora no se presentan mayores dudas o sorpresas con respecto a este derecho
dentro de este texto constitucional; pero ¿existe una evolución del derecho a la
educación establecido en la Constitución de 1961 con respecto a nuestra actual
Constitución?; ¿hay cambios sustanciales?

En nuestra actual Carta Magna promulgada en 1.999, existen sustanciales cambios que
van más allá de la forma, son reformas importantes de fondo, que a continuación
explanamos.

Puesto que si se ubica el derecho a la educación dentro de los llamados Derechos


culturales y educativos ocurre desde nuestra óptica el primer cambio conceptual en
miras de una mayor atención y preocupación por la problemática educativa, al punto
de concebirse un capítulo sólo al fomento y desarrollo de la cultura y la educación. El
capítulo contentivo de dichos derechos culturales y educativos se inicia con el
reconocimiento de los valores de la cultura como bien irrenunciable y así expresa en su
artículo 99 textualmente:

“Los valores de la cultura constituyen un bien irrenunciable del pueblo


venezolano y un derecho fundamental que el Estado fomentará y garantizará,
procurando las condiciones, instrumentos legales, medios y presupuestos
necesarios…” (Resaltado nuestro. Art. 99).

Obviamente la norma enaltece la importancia de los valores culturales, otorgándoles el


carácter de irrenunciables, lo que representa un logro y marca la diferencia en relación
a la Constitución de 1961 en esta materia, pues si bien en ésta el Estado promovía la
cultura buscando la protección y conservación del patrimonio histórico del país,
actualmente se le reconoce autonomía a la administración cultural pública dentro de la
Constitución, sin olvidarse de la restauración y protección de dicho patrimonio cultural.

Ciertamente, verdadera novedad representa las sanciones y penas que se establecen


por los daños que se puedan causar a estos bienes, ya que el patrimonio cultural de un
país es fundamental ya que sirve para el fomento de la Educación que va más allá de
la simple instrucción o información que podamos recibir de las diversas organizaciones
educativas, culturales, etc.

En definitiva, el derecho a la educación en la Constitución de 1999, es concebido como


un derecho humano y un deber social, de carácter humanístico, fundamentado en el
respeto a todas las corrientes del pensamiento, que busca desarrollar el potencial
creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad
democrática basada en la valoración ética del trabajo y en la participación activa,
consciente y solidaria en los procesos de transformación social consustanciados con los
valores de identidad nacional, con una visión latinoamericana y universal.

Así la Constitución expresa:

“La educación es un derecho humano y un deber social, fundamental, es


democrática y obligatoria…La educación es un servicio público y está
fundamentada en el respeto a todas las corrientes del pensamiento….El
Estado, con la participación de las familias y la sociedad…” (Resaltado nuestro.
Art. 102).

Es visible la concepción filosófica y política de la constitución actual, en donde se


concibe al hombre como un ser social que transciende lo colectivo. Así mismo, la
concepción económica y cultural del Constituyente del 1999 en relación al
Constituyente de 1961, ya que el primero a diferencia del 61, concibe a la educación
como un derecho y como deber social que el Estado está en la obligación de
garantizar, ya que constituye para el Estado uno de sus objetivos principales, a través
de los recursos del Estado.

Debemos resaltar que aunque en el Texto Constitucional de 1961, se promovía


igualmente programas y políticas en pro del desarrollo de la educación, en la Carta
Fundamental vigente, se concibe de forma más enfática y detallada, la filosofía
educativa para lograr convertir el derecho a la educación, en una verdadera plataforma
de igualdades y oportunidades para todos los venezolanos (as), ausente en la
constitución de 1961.

Cuando nos referimos a la filosofía del derecho a la educación contenido en el Texto


Constitucional de 1999, debemos resaltar el respeto que hace el Constituyente a todas
las corrientes de pensamiento que entendemos, es la base de toda sociedad
organizada y democrática. La finalidad que se busca con el fomento de la Educación,
es el desarrollo creativo de toda persona para el desenvolvimiento de su personalidad
que en síntesis podemos decir, “se profundiza con el impulso de las misiones o
programas educativos” (Briceño, 2000:10).

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela a lo largo del Capítulo VI (De


los Derechos Culturales y Educativos) establece las bases normativas para el desarrollo
de los mismos (art. 98, 99, 100, 101, 102, 103 al 109 ejusdem), y deja ver algunos
medios para poder llevar a cabo algunas de las políticas educativas; un ejemplo claro
son los medios de comunicación social tanto públicos como privados, pues, forman
parte fundamental en la formación ciudadana y están obligados a promoverla.

Otras de las innovaciones que se plantea en el actual texto constitucional, es la mezcla


de culturas (interculturalidad), en donde el Estado reconoce en primer lugar, que
Venezuela es un país colmado de diversas culturas y, en segundo lugar, que tiene gran
valor el que cada uno de nosotros como ciudadanos (as) conozcamos y reconozcamos
esas otras culturas que forman parte de nuestra tradiciones, es por ello, que establece
políticas de inserción, promoción de esas otras culturas, así como también su impulso
y difusión en el extranjero.
No podemos negar, que a partir de la Constitución de 1999, se reconocen los derechos
a los pueblos indígenas, su cultura, sus tradiciones, su idioma, etc.; además se
contempla la obligación de impartir la educación ambiental en los diversos niveles de
enseñanza. También se reconoce la autonomía universitaria como un principio
constitucional.

En síntesis, la actual Constitución enuncia principios educativos de gran impacto social,


puntualizando los medios para desarrollar los mismos. Insistimos, la Carta Magna
actual abarca otros aspectos como la autonomía universitaria, la educación ambiental,
derechos indígenas, valores culturales, no previstos en la Constitución de 1961,
otorgándoles así el carácter de preceptos o principios constitucionales. Estos son los
aspectos más relevantes y en donde la discrepancia entre ambos Textos
Constitucionales se acentúa.

Obviamente, la actual Constitución es más novedosa, más amplia, y establece medios


más concretos para el desarrollo de la Educación, en donde la participación de la
sociedad, la familia y el Estado juegan un papel protagónico fundamental, ya que se ha
asignado un capítulo concreto relativo al desarrollo del mismo, que a diferencia de la
Constitución de 1961, en cuyos artículos 55, 57, 80, 81, 82, y 83, se consagraba de
manera dispersa y se establecía su obligatoriedad en el grado y en las condiciones que
señalaba la ley.

2. La educación como derecho humano reconocido por el ordenamiento


jurídico nacional e internacional

En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la educación es


consagrada como esencial a la persona humana. El derecho a la educación está
reconocido en forma expresa, “cuando hace referencia a los Derechos Fundamentales”
(Malo, 1992: 108), en especial, cuando se le ubica como un derecho humano
fundamental. De allí que un medio de realización de la actividad humana ha sido en
todos los tiempos la educación, la formación de criterios de la personalidad y la
proyección del hombre en su entorno social.

En este sentido, la educación es definida como: “el derecho a alcanzar el máximo


desarrollo posible de las energías y características de la personalidad, de forma que
toda persona pueda disfrutar de la vida personal y social de forma más integrada y
plena posible” (Zambrano, Op.cit.: 236).

Es de resaltar, que la Constitución de 1999, en su Art. 3 consagra:

“El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona


y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la
construcción de una sociedad justa y amante de la paz…. La educación y el
trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines” (Resaltado
Nuestro).

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela reconoce que la educación es


clave para fortalecer las instituciones democráticas, promover el desarrollo del
potencial humano, el alivio de la pobreza y fomentar el entendimiento entre los
pueblos ya que la educación es un motor que impulsa los cambios sociales, políticos,
económicos, culturales, entre otros, de un Estado. Bien lo decía nuestro Libertador
Simón Bolívar: un ser sin estudios es un ser incompleto.
Ciertamente, el Constituyente del 99 resalta la importancia de la educación como un
derecho fundamental al reconocer el mismo, como un medio eficaz para fomentar la
conciencia de los ciudadanos en la visión de sus propios países, y de esa forma lograr
una participación significativa en el proceso de toma de decisiones y en el
fortalecimiento de los sistemas democráticos.

Es precisamente, a partir de la Constitución de 1999, cuando la educación y el trabajo


se conciben como procesos fundamentales para garantizar los fines del Estado. De esta
manera, los ciudadanos (as) y las organizaciones sociales tienen el deber y el derecho
de participar en la creación, preservación de esas condiciones mínimas y de esas
igualdades de oportunidades, aportando su propio esfuerzo, vigilando y controlando las
actividades estatales, impulsando a los demás ciudadanos (as) de la necesaria
cooperación recíproca, promoviendo “la participación individual y comunitaria en el
orden social y estatal, censurando la pasividad, indiferencia y la falta de solidaridad,
características notables en los modelos educativos en Venezuela, durante los años
1935 hasta 1998” (Ibid: 74).

En este sentido, los ciudadanos (as) y grupos sociales han de empeñarse en la


realización y ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes mientras
que el Estado se convierte en un instrumento para la satisfacción de tales fines. Por
ello, se incorporan al texto constitucional como valores superiores del ordenamiento
jurídico del Estado y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la
solidaridad, la democracia, la responsabilidad individual y social, la preeminencia de los
derechos humanos, la ética pública y el pluralismo político.

No es de negar, que la educación es el medio eficaz para modificar las formas usuales
de pensar y actuar, por cuanto “previene la pobreza, crea la necesidad de una
formación cultural de principios éticos, morales y cognoscitivos que garanticen a corto,
mediano y largo plazo el bienestar colectivo” (Cohen, 1999: 25).

La educación posee una eficacia potencial como agente constructor de


perfeccionamiento de la sociedad. Por ello se puede inferir que la educación no quita el
hambre, pero si puede dar los elementos para salir de ella. “El problema fundamental
de la educación, no es el financiero, ni político, ni de otra cosa que no sea su concepto
o noción operativa” (Ibid).

Lo que verdaderamente importa para un pueblo, “después del alimento, es su


educación”. Parece que la sociedad “va haciendo fruto de la educación de la gente y al
revés: la educación va haciendo lo que sociedad quiere” (Rugarcía, 1999: 35).

Es a partir de 1999, con la discusión y promulgación de la Constitución vigente, que se


crea en los venezolanos (as), una conciencia del fenómeno educativo para el desarrollo
económico y social, cultural y político, mediante la promoción de la educación y la
cultura, diseñándose dispositivos de intervención socio-jurídicos para la creación de
una cultura preventiva de riesgos educativos, por lo tanto, “se ha implementado el
encuentro de equipos interdisciplinarios donde el Ejecutivo (en sus tres niveles:
Nacional, Estadal y Municipal), los actores sociales y los beneficiarios de la política
educativa interactúen, en la planificación, ejecución y control de la política educativa”
(Istúriz, 2003: 15).

No podemos dejar de afirmar que la Carta Magna de 1999, a través de su preámbulo y


de artículos específicos transversalizados axiológicamente expresa los criterios y ejes
fundamentales que reconocen y sintetizan los derechos educativos como procesos
imprescindibles junto al trabajo, para el desarrollo de los fines del Estado y de los
demás derechos consagrados en la Constitución de 1999, entre los cuales debemos
destacar los derechos sociales, culturales, políticos y económicos.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, concibe a la educación como


un Derecho Humano, cuando en su artículo 102 ejusdem, establece que:

“La Educación es un Derecho Humano y un deber social fundamental, es democrática,


gratuita y obligatoria…”. (ejusdem).

En la presente norma, se reconoce la educación como un Derecho Humano


representando una importante innovación con relación a la Constitución del 1961, que
sólo establecía el derecho que todos tenemos a una educación; profundizándolo en el
Artículo 19 ejusdem, cuando reconoce la garantía de ejercicio y goce indivisible e
interdependiente de los derechos humanos a toda persona.

Consideramos, que es a partir de la Constitución de 1999, cuando el Estado


Venezolano hace una declaración abierta en relación a sus fines, reconociendo como
tales, la defensa y el desarrollo de la persona, el respeto a su dignidad, el ejercicio
democrático de su voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante
de la paz, la promoción de la prosperidad, bienestar del pueblo y la garantía del
cumplimiento de los principios, deberes y los derechos reconocidos y consagrados en la
Constitución, siendo la educación y el trabajo, insistimos, los procesos fundamentales
para alcanzar dichos fines.

De acuerdo con esto, el Estado propugna el bienestar de los ciudadanos (as), creando
las condiciones necesarias para su desarrollo social y espiritual, procurando la igualdad
de oportunidades en la búsqueda del disfrute de los Derechos Humanos.

Es decir, el constituyente de 1999, antepone la justicia social a la libertad económica, a


objeto de lograr la prosperidad y el bienestar del pueblo, garantizando la Constitución
el cumplimiento de estos principios, en donde la educación y el trabajo, la formación
del hombre y el desarrollo pleno de sus potencialidades, se convierten en los procesos
fundamentales para alcanzar esos fines, que no son otros que la justicia social, que
deben ser garantizados por el Estado a través de las normas constitucionales y los
preceptos legales, entre las cuales podemos mencionar, los artículos 102 y 106 del
Texto Constitucional que señalan:

Art. 102 ejusdem:

“…La educación es un servicio público y esta fundamentada en el respeto a


todas las corrientes del pensamiento, con la finalidad de desarrollar el
potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad
en una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo y en la
participación …...”. (Resaltado Nuestro).

Y en el artículo 106 ejusdem, establece:

…Toda persona natural o jurídica previa demostración de su capacidad


cuando cumpla de manera permanente… puede fundar y mantener
instituciones educativas privadas bajo la estricta inspección y vigilancia del
Estado, previa aceptación de este…” . (Resaltado Nuestro).

En tiempos pasados, “la educación era un privilegio de la clase dominante. La mayor


parte de la población, de condición social inferior eran analfabetas” (Suárez, 1991:56).
Es gracias a la Revolución Francesa y a la Revolución Americana, cuando se inicia en
Europa y en América el proceso de masificación de la educación y la cultura, que se
extendió al mundo entero.

En estas normas constitucionales se reconoce el derecho de la sociedad a participar en


el proceso de educación ciudadana, así como a fundar instituciones educativas
privadas, siempre que estas cumplan con lo requisitos legales. Es decir, a la luz de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, se establece la
importancia de la participación de la sociedad civil en el proceso educativo que se debe
llevar bajo la dirección del Estado pero en consulta directa y sistemática con los
representantes de la sociedad civil del país.

El derecho a la educación ha sido reconocido expresamente en Declaraciones


Internacionales entre las cuales destacan, el artículo 26 de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos en donde se señala: “Toda persona tiene derecho a la
Educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción
elemental y fundamental…”.

El artículo 2 del Protocolo Adicional No. 1 al Convenio para la Protección de los


Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, aprobado el 20 de mayo de 1952
señala: “A nadie se le puede negar el derecho a la instrucción. El Estado en ejercicio de
las funciones que asuma en el campo de la educación y de la enseñanza, respetará el
derecho de los padres a asegurar esta educación y esta enseñanza conforme a sus
convicciones religiosa y filosóficas”.

Asimismo, el artículo 12 de la Declaración Americana de los Derechos del Hombre, que


señala: “Toda persona tiene derecho a la Educación, que debe estar inspirada en los
principios de libertad, moralidad y solidaridad humana….”.

También, el Principio 7 de la declaración de los derechos del niño, proclamada por la


Asamblea General de la Naciones Unidas el 20/11/59 estableció: “El niño tiene derecho
a recibir educación, que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas
elementales…”.

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su artículo


13, desarrolla el artículo 26 de la declaración universal, reconociendo el derecho a la
educación cuando expresa: “Los Estados partes en el presente Pacto reconocen el
derecho de toda persona a la educación…”.

Y, finalmente, el Pacto de San José de Costa Rica, reconoce a la educación, en el


artículo 26, con la siguiente declaración: “Los Estados Partes se comprometen a
adoptar providencias, tanto a nivel interno como mediante la cooperación
internacional, especialmente económica y técnica, para lograr progresivamente la
plena efectividad de los derechos que derivan de las normas económicas, sociales y
sobre la educación, ciencia y cultura…”.
Es precisamente en la Constitución de 1999, cuando se abre paso a la “participación de
la sociedad civil en la formulación, aplicación y supervisión de las estrategias para el
buen desarrollo del proceso educativo” (Guisante, 2000: 45); planteando la necesidad
de proporcionar un nuevo margen de acción a los miembros de la comunidad
educativa, como padres, alumnos, docentes, comunidades y otros organismos de la
sociedad civil con la finalidad de que aporten sus opiniones y experiencias que
permitan lograr una educación optima para todos (as).

El derecho a la educación se proclama, entonces, a la luz de la Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela, como un derecho de carácter público en forma
categórica, obligando al Estado a asegurarlo estableciéndose la enseñanza gratuita en
todos sus ciclos. También se consagra la libertad de enseñanza, mediante el principio
de que toda persona natural o jurídica podrá dedicarse libremente a las ciencias o a las
artes y fundar cátedras o establecimientos de educación bajo la suprema inspección o
vigilancia de las autoridades educativas, dentro de las normas legales.

A este fin se precisa que la legislación educativa tendrá por objeto el que la educación
cumpla sus altos fines morales y cívicos, pedagógicos y técnicos, para así poder
desarrollar a través de sus diversos ciclos la persona humana, “formando a los
ciudadanos aptos para la vida social, conscientes de los deberes que esto implica y
capacitados para el cumplimiento de las funciones que le correspondan” (Santana,
2004: 29).

De allí que en el Art. 102 del texto constitucional exprese:

“La educación un derecho humano y deber fundamental, es democrática y


obligatoria. El estado la asumirá como función indeclinable y de máximo interés
en todos sus niveles y modalidades, y como instrumento del conocimiento
científico, humanístico y tecnológico al servicio de la sociedad. La educación
es un servicio público y esta fundamentado en el respeto a todas las
corrientes del pensamiento….”. (Resaltado Nuestro).

 De igual manera se consagra la garantía de la gratuidad de la educación, basada en el


principio de la progresividad reconocido también en el artículo 102 ejusdem que
establece: “La educación es un derecho humano… es gratuita y obligatoria, sin hacer la
salvedad de ningún tipo, de lo cual se deduce que la gratuidad comprende todo los
niveles y modalidades de Sistema Educativo” (ejusdem).

El único aspecto regulatorio en materia educativa viene dado por las condiciones de la
persona, “aquellas…derivadas de su aptitudes, vocación y aspiraciones”. (Art. 103.
ejusdem.); pero de ningún modo debe ligarse a la limitación de la gratuidad de la
educación. Este aspecto se vincula a todos los niveles y modalidades del sistema
educativo, “pero especialmente vinculado a la Educación Superior y especial, por ser
donde se intentaba limitar la gratuidad de la Educación” (Sojo, 2001: 78).

Debemos resaltar que la Constitución actual reconoce expresamente el derecho de


todos a la educación en su calidad de derecho humano fundamental. Sus notas
definitorias son: su fundamento democrático, dada su promoción de valores
democráticos basada en valoración ética del trabajo y en la participación activa de la
sociedad; la garantía de su gratuidad por parte del Estado en todos sus niveles hasta
el pre-grado universitario y su carácter obligatorio desde el nivel maternal hasta el
medio diversificado.
Asimismo, se establece en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
una filosofía del Estado docente, que asume la educación como función indeclinable,
sostenida en la noción de servicio público y en la estricta inspección, vigilancia y
autorización de las instituciones educativas privadas, ya “que la educación es un
derecho esencial para el desarrollo del ser humano, que está presente en la vida del
hombre desde el comienzo de su existencia y ha ido evolucionando a la par de sus
necesidades, siendo considerado como un derecho y un deber social fundamental”
(Fernández, 2002: 111).

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consagra como valor


fundamental el derecho a una educación de calidad y sin exclusión. Asegurar una
educación para todos, permitirá el cumplimiento pleno de los Derechos Humanos,
“paso imprescindible para generar proceso de desarrollo humano y social en los
sistemas democráticos; el establecimiento de leyes transparentes, participativas,
efectivas, que generen la confianza de los individuos y el respeto de las instituciones”
(Roggi, 1999: 57).

4. Políticas educativas aplicadas para garantizar el Derecho a la Educación en


la Constitución de 1999

Para el logro del desarrollo de este derecho, el gobierno del Presidente Hugo R. Chávez
Frías, ha puesto en práctica una serie de medidas socio-educativas que permiten la
erradicación del analfabetismo, la deserción y la exclusión escolar, a fin de lograr un
mejor desarrollo socio-cultural del país.

La educación integral de calidad, reconocida en el artículo 103 de la Constitución de


1999, sólo se logra a través de la creación de infraestructura y ambientes equipados,
horarios integrales, alimentación diaria, formación en educación, cultura y deportes,
tareas dirigidas, orientación, salud, recreación, y docentes de reconocida moralidad y
de comprobada idoneidad académica, (Art. 104 ejusdem), quienes se deben formar de
manera permanente para la consolidación del proyecto de participación de la familia y
la comunidad.

Asegurar una educación para todos permitirá el cumplimiento pleno de los derechos
humanos, “paso imprescindible para generar procesos de desarrollo socio-cultural del
país, la consolidación de los sistemas democráticos” (Arismendi, 2002: 208).

Desde 1999, en virtud de lo establecido en el artículo 103 del texto constitucional que
señala:

“…. A tal fin el Estado realizará una inversión prioritaria, de conformidad con
las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas. El Estado
creará y sostendrá instituciones y servicios suficientemente dotados para
asegurar el acceso, permanencia y culminación en el sistema
educativo” (Resaltado Nuestro).

En tal sentido, el Gobierno del presidente Hugo R. Chávez Frías, “ha logrado la
conversión y construcción de más de tres mil planteles en Escuelas Bolivarianas. La
atención en dichas Escuelas Bolivarianas de más de 850.000 niños; la construcción de
277 nuevos planteles para el servicio de Escuelas Bolivarianas del total de más de 400
nuevos planteles construidos y la rehabilitación de 5.026 para el mejoramiento de la
planta física” (Istúriz, Op.cit: 15).
Asimismo, se adelantan otros proyectos como “La Cultura en las Escuelas Bolivarianas”
a través de 2.667 talleres a nivel nacional que han atendido 143.450 niños y niñas, el
proyecto “El Cine va a la Escuela”, aplicado en 307 escuelas, el proyecto
“Consolidación de la Educación Sexual y la Equidad en las Escuelas”, para 180 mil
niños y niñas con el apoyo del FNUAP para la prevención del VIH, embarazo
adolescente y la violencia familiar en la tercera etapa de la educación básica, con más
de 252.065 alumnos formados en más de 1.036 escuelas, el Programa Integral de
Danza en las Escuelas Bolivarianas (atendiendo a más de 89.092 niños y niñas) y el
Programa “Taima por la Paz” en mayo del presente año, con la participación de
diferentes Estados del país” (Ibid: 17).

Merece especial mención el programa de alimentación escolar. Persigue acciones de


carácter estructural destinadas a contribuir con el mejoramiento del nivel nutricional,
el rendimiento académico, la permanencia y la prosecución de los estudiantes en el
sistema educativo, mediante el suministro de una alimentación diaria, variada y
adecuada a los requerimientos nutricionales, a los patrones culturales y a la
disponibilidad de insumos en el área que habitan. Se atienden “a los alumnos de los
niveles de Educación Inicial, Básica, Educación Especial, Media, Diversificada y
Profesional, inscritos en planteles oficiales y en aquellos que atienden niños y niñas en
situación de exclusión social” (Ibid).

Hoy, con la Constitución Bolivariana que consagra como valor fundamental el derecho
a una educación de calidad y sin exclusión, no es posible negar, que el Gobierno
Nacional ha emprendido una cruzada en pro de la democratización de la educación a
fin de lograr un equilibrio social, el cual se encuentra orientado, no sólo a corregir las
enormes diferencias que afectan a nuestra sociedad con su gran carga de exclusión e
injusticia social, sino que además concuerda con el desarrollo pleno del ciudadano en
los aspectos básicos del ejercicio de la democracia.

Este gobierno ha puesto en práctica una serie de medidas socio-educativas que están
permitiendo la erradicación del analfabetismo, la deserción y la exclusión escolar. Las
Misiones Educativas, como deber social que garantiza un mejor desarrollo del país, son
las nuevas políticas o programas que han estado implementando por el Gobierno
Venezolano.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela hace descansar en la


interacción entre educación y el trabajo el logro de los fines del Estado. Se concibe
“que en este proceso la “escuela” es el centro del quehacer de la comunidad y eje del
desarrollo local, fortaleciendo integralmente al niño, niña, adolescente, joven y adulto
en todas las instituciones del Estado” (Aramayo, 2003: 60). Ello se hace “mediante
programas como “Simoncito” para atender niños 0 a 6 años, la Escuela Bolivariana
para atender la educación básica, la Escuela Robinsoniana para atender la educación
técnica y el Programa de Abastecimiento Alimentario. Todo ello a partir de las
definiciones de las siguientes funciones de la Escuela:

 La escuela como factor productivo.


 La escuela como espacio comunitario para la paz.
 La escuela como lugar para los Consejos Comunitarios.
 La escuela como comunicación alternativa.
 La escuela como espacio de salud y vida.
 La escuela como espacio de creatividad” (Istúriz, 2006: 23).
Asimismo, se implementó la Misión Róbinson, como una “misión educativa cívica-
militar, de trascendental importancia para la historia republicana de nuestro país.
Tiene como finalidad formar conciencias para la libertad, enseñando a leer y a escribir,
y en donde se han alfabetizado a más de un millón y medio de venezolanos (as)
distribuidos por todo el territorio nacional. Pueblo y Fuerza Armada, unidos, llevan un
mensaje de amor y patria que no podrá ser borrado jamás” (Olivares, 2005: 24).

Ciertamente, la misión llega a las comunidades más remotas del país y su objetivo es
alcanzar la independencia cultural del pueblo venezolano. “Se trata de un método de
alfabetización que se apoya en los valores humanos, aumenta la autoestima en el
nuevo lector, propicia en el destinatario un crecimiento como ser humano, se
desarrolla a través del vínculo entre números y letras, relaciona lo conocido con lo
desconocido, amplía el horizonte cultural de las personas y utiliza diferentes medios
instruccionales” (Ibid).

Es de reconocimiento internacional (UNESCO, 2004), que los resultados del proyecto


de alfabetización venezolano “YO Sí PUEDO”, inédito por lo de más, demostraron que
ha sido posible integrar a la sociedad y al sistema educativo formal a 1.500.000
personas.

La extensión de la Misión Róbinson dado su éxito, se realizó a partir del mes de


octubre del presente año, y hasta la fecha se han inscrito para “la Misión Róbinson II
un total de 554.127 personas, en 31.730 ambientes con 36.085 facilitadores
dispuestos a continuar con el éxito de la misión” (Istúriz, Op.cit: 23).

Actualmente, existen 5 millones de personas que no han concluido sus estudios de


bachillerato y se encuentran excluidas del sistema educativo. Dentro del nuevo
esquema político, “el Gobierno Bolivariano emprendió la “Misión Ribas”, con la cual se
busca lograr que todos los venezolanos y venezolanas sean bachilleres, impulsando
así, un nuevo proyecto educativo nacional, que en forma sistemática coadyuvará de
manera contundente a la transformación del país” (Ibid). Estamos ante una nueva
cultura política que plantea democratizar la educación dentro de un marco de
integración nacional, garantizando el acceso a un sistema educativo de calidad para
todos los venezolanos (as).

La misión consiste, en “proporcionar a la población venezolana acceso y participación a


un sistema educativo sin exclusión y de calidad que facilite su incorporación al aparato
productivo nacional y al sistema de educación superior, mejorando su calidad de vida a
corto y mediano plazo. El objetivo es graduar de bachiller a todo aquel ciudadano o
ciudadana que no haya culminado el ciclo de educación secundaria que exige el
Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para otorgar el Título de Bachiller, con la
finalidad de democratizar la educación en un marco de integración nacional,
garantizando el acceso a un sistema educativo de calidad para todos los venezolanos”
(Ibid: 23).

Otros de planes o programas educativos implementados en la actualidad, figura el


denominado programa educativo “Misión Sucre”, para garantizar el acceso a la
educación universitaria a todos los bachilleres sin cupo y transformar los excluidos del
subsistema de educación superior en ciudadanos activos y cultos con posibilidades
reales de ejercer su derecho a la participación política” (Ibid). En esta Misión se
observa la conjunción de una visión de justicia social, con el carácter estratégico de la
educación superior para el desarrollo humano integral sustentable, la soberanía
nacional y la construcción de una sociedad democrática y participativa, para lo cual es
“indispensable garantizar la participación de la sociedad toda en la generación,
transformación, difusión y aprovechamiento creativo de los saberes y haceres” (Ibid:
25).

En materia de educación superior los avances han sido notables. En las últimas
décadas del siglo pasado, el Estado fue reduciendo progresivamente sus
responsabilidades en materia educativa y, específicamente, en lo que se refiere al nivel
de educación superior. De hecho, “la inversión realizada en educación superior en
Venezuela desde 1989 hasta 1998, evidenció una tendencia descendente, afectada por
la propensión a realizar recortes presupuestarios en todos los sectores del ámbito
social y, en especial, como una estrategia para construir la viabilidad del proyecto de
privatización de la educación superior” (Chávez, 2004: 7).

Desde 1999, el Gobierno Bolivariano “ha dedicado sus mejores esfuerzos a fortalecer
todo el sistema educativo venezolano y hacer realidad el ejercicio de la educación
como derecho humano, para lo cual ha sido indispensable rescatar la iniciativa del
Estado como garante de oportunidades educativas de calidad para todos” (Ibid), tal y
como lo señala el artículo 102 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, que refiere:

“La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es


democrática, gratuita y obligatoria. El Estado la asumirá como función
indeclinable y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades, y como
instrumento del conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio
de la sociedad…” (Resaltado Nuestro).

Además, desde 1999 se han creado nuevas universidades, a saber: la Universidad


Nacional Experimental de Yaracuy (creada por decreto en el gobierno de Rafael Caldera
y abierta en la gestión del presidente Chávez); la Universidad Marítima del Caribe; la
Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada; la Universidad
Nacional Experimental del Sur del Lago y la Universidad Bolivariana de Venezuela
(punta de lanza de la Misión Sucre). Igualmente, se han creado cuatro nuevos
Institutos Universitarios de Tecnología, como son: el IUT del Estado Bolívar, el IUT del
Estado Apure, el IUT del Estado Barinas y el IUT en la Fría, Estado Táchira.

Estas instituciones son nuevas oportunidades de estudio para el gran número de


bachilleres que egresan de la educación media y diversificada y, además, responden a
la necesidad de transformar el sistema de educación superior, en términos “de
cobertura geográfica, en función de la construcción del equilibrio territorial diseñado en
los lineamientos del Plan Económico y Social de Desarrollo 2001-2007” (Aramayo,
2004: 34).

Los objetivos que perseguimos consisten “en formar ciudadanos que sean críticos y
activos en la búsqueda de darle un sentido al mundo en el que viven, que todos y cada
uno tengan capacidad de emprender actividades productivas que satisfagan sus
necesidades y logren los propósitos del bien común” (Martínez, 2006: 37).

Finalmente, los programas educativos que se viene implementando a raíz de la


promulgación de la Constitución de 1999, en aras del desarrollo socio-cultural, tienen
como objetivo fundamental desarrollar las normas constitucionales reguladoras del
derecho a la educación, y así el Ministro de Educación y Deporte, termina afirmando:
“Los programas educativos implementados como política educativa en el Gobierno
bolivariano buscan:

 Informar y sensibilizar sobre los planteamientos y compromisos del gobierno y


de las organizaciones de la sociedad civil en torno al esfuerzo de lograr una
educación para todos y todas.
 Crear y fortalecer articulaciones interinstitucionales que se propongan dar
seguimiento y cauce a estos planteamientos y compromisos para convertirlos
en programas y políticas públicas.
 Establecer iniciativas de vigilancia ciudadana y de generación de propuestas
para hacer realidad el derecho a la educación.
 Promover una activa participación de la familia y la sociedad, en
correspondencia con el mandato constitucional de la corresponsabilidad social,
para cooperar y hacerse copartícipe con el estado de una educación de calidad
para todos” (Istúriz, 2006:24).

Conclusiones

El derecho a la educación en Venezuela ha evolucionado paulatinamente así como una


sociedad avanza, crece y es cambiante por su naturaleza, asimismo se han planteado y
desarrollado nuevas políticas educativas que de una u otra forma respondan esas
nuevas necesidades no cubiertas en la mayoría de los casos.

En el caso específico de Venezuela, hemos vivido cambios recientes y actualmente


contamos con un nuevo ordenamiento jurídico constitucional que busca dar respuestas
a las exigencias de una sociedad tan cambiante como la nuestra.

No obstante, el derecho a la educación consagrado en la Constitución de 1999,


requiere ser desarrollado en una ley, por lo cual el Estado Venezolano se encuentra en
mora legislativa.

Además es necesario un marco legal que integre las misiones educativas, actualmente
desarrolladas por el Gobierno Venezolano con apoyo del Gobierno Cubano, en
particular la misión Robinsón I; ya que implican presupuesto, personal (nacional y
extranjero).

El derecho a la educación en la Constitución de 1999, es concebido como un Derecho


Humano y un deber social, de carácter humanístico, fundamentado en el respeto a
todas las corrientes del pensamiento, que busca desarrollar el potencial creativo de
cada ser humano y pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática
basada en la valoración ética del trabajo y en la participación activa, consciente y
solidaria en los procesos de transformación social consustanciados con los valores de
identidad nacional, con una visión latinoamericana y universal.

En virtud de ello, debemos concluir que el proyecto de la ley orgánica de educación, en


segunda discusión por la Asamblea Nacional, tiene que tomar en consideración a todos
los sectores del país, para que la misma responda a los principios democráticos que
inspiran el desarrollo y protección de este derecho.

En síntesis, la actual Constitución enuncia principios educativos de gran impacto social,


puntualizando los medios para desarrollar los mismos. Insistimos, la Carta Magna
actual abarca otros aspectos como la autonomía universitaria, la educación ambiental,
derechos indígenas, valores culturales, no previstos en la Constitución de 1961,
otorgándoles así el carácter de preceptos o principios constitucionales. Estos son los
aspectos más relevantes y en donde la discrepancia entre ambos textos
constitucionales se acentúa.

Obviamente, la actual Constitución es más novedosa, más amplia y establece medios


más concretos para el verdadero desarrollo de la Educación, donde la participación de
la sociedad, la familia y el Estado juegan un papel protagónico fundamental.

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FUNDAMENTALES. Gaceta Oficial Extraordinaria No. 19.255 del 20 de mayo de
1952.

Nota

* Este trabajo es producto del Proyecto Financiado por el Consejo de Desarrollo


Científico y Humanístico de la Universidad del Zulia (CONDES-LUZ), intitulado “Análisis
Jurisprudencial del Derecho a La Educación en Venezuela a la Luz del Enfoque ius-
realista (1961-2001)”, adscrito al Instituto de Filosofía del Derecho Dr. J. M. Delgado
Ocando de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de LUZ.

Instituto de Filosofía del Derecho "Dr. José M. Delgado Ocando" Avda. Guajira, Ciudad
Universitaria "Dr. Antonio Borjas Romero", Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas,
Universidad del Zulia. Maracibo-Venezuela.

LA EVOLUCIÓN POLÍTICO-INSTITUCIONAL DE
VENEZUELA 1975-20051

The political-institutional evolution of Venezuela 1975-2005

 
*Carlos Ayala Corao, **Jesús M. Casal

* Profesor Derecho Constitucional Universidad Central y Católica Andrés Bello de


Venezuela / cayala@glegal.net
** Doctor en Derecho. Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica
Andrés Bello de Venezuela / jcasal@ucab.edu.ve

RESUMEN: Del mismo modo que ha ocurrido en otros países de América Latina,
Venezuela ha experimentado un convulsionado proceso de reforma institucional y
constitucional en las últimas décadas. En este trabajo se analizan los aspectos
relacionados con el sistema de gobierno, el poder judicial, los derechos fundamentales
y los partidos políticos en Venezuela. Este trabajo intenta extraer algunas enseñanzas
y también algunos desafios que presenta esta evolución política de Venezuela, sobre
todo, examinando la propuesta de reforma constitucional de 2007.

PALABRAS CLAVE: Derecho constitucional. Estado de derecho. Sistema político.

ABSTRACT: As it has happened in some other countries in Latín América, Venezuela


has experienced a delicate process of constitutional and institutional reforms over the
last decades. In this paper, there are analyzed aspects related to the government
system, the judiciary, human rights, and the political parties in Venezuela. This paper
pretends to come up with some lessons learnt as well as some challenges wich are
intoduced to by this political evolution in Venezuela, mainly tought the examination of
the 2007 constitutional reform project.

KEY WORDS: Constitutional law. Rule of law. Political system.

INTRODUCCIÓN

La evolución político institucional de Venezuela durante el período 1975-2005, estuvo


caracterizada por el desarrollo de la Constitución de 1961, luego por una profunda
crisis política que llevó a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente en el
año 1999 la cual aprobó una nueva Constitución ese mismo año; y de allí en adelante
con la continuación de una crisis política y el desarrollo de un modelo constitucional de
democracia "popular" (opuesta a la democracia representativa) con características
personalistas, caudillescas y por tanto autoritarias.

La Constitución de 1961 había sido puesta a prueba en los años sesenta por una serie
de alzamientos militares y ataques de movimientos guerrilleros, que llevaron a la
suspensión y restricción de garantías constitucionales.

Durante el período del presente informe, se llevaron a cabo dos acontecimientos que
impactaron fuertemente el sistema constitucional y la democracia misma: el primero,
el llamado "Caracazo" durante los días 27 al 29 de febrero de 1989 (a escasos 15 días
de la toma de posesión del Presidente Carlos Andrés Pérez), en el cual se presentaron
una serie de manifestaciones, disturbios y saqueos masivos en el área metropolitana
de Caracas y luego en el resto del país, que dio lugar a una represión con el uso
desproporcionado de la fuerza con saldos de ejecuciones extrajudiciales y
desapariciones forzadas, en violación de la Constitución y del decreto de suspensión de
garantías constitucionales, así como de los tratados relativos a derechos humanos. Y el
segundo, dos golpes de estado intentados en el año 1992, uno el 4 de febrero y el otro
el 27 de noviembre, los cuales fracasaron.

Si bien la revuelta social de 1989 fue controlada y ambos golpes fracasaron, ello dejó
una herida mortal a la presidencia de Carlos Andrés Pérez, quien en gran parte por la
presión popular tuvo que salir -como veremos- en virtud de su enjuiciamiento que era
la única vía expresamente prevista en la Constitución de 1961. Ello sin embargo,
denotaba una crisis más profunda, que iba más allá de la presidencia de la república y
llegaba al modelo político, social y económico, es decir, a la democracia misma.

Frente a esta crisis constitucional, en el mismo año 1992, se presentaron dos


iniciativas de cambios constitucionales importantes: la primera, la propuesta de
Reforma General de la Constitución de 1961 por una Comisión Bicameral del Congreso
de la República, nombrada desde 1989 y presidida por el ex Presidente y Senador
vitalicio Rafael Caldera. Y la segunda, la activación de un Consejo Consultivo de la
Presidencia de la República, presidido por una serie de personalidades y
representantes del mundo político, social y económico, el cual planteó entre otras
salidas a la crisis, la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. Ninguna de
las dos iniciativas fue aprobada en los años siguientes, lo cual contribuyó a alimentar
el desencanto popular.

En 1998 resultó electo Presidente de la República el líder militar del golpe de estado
del 4 de febrero de 1992: el Teniente Coronel del Ejército Hugo Chávez Frías, quien
había sido "perdonado" mediante un sobreseimiento del juicio militar decretado por el
Presidente Rafael Caldera en el año 1995. Una vez que tomó posesión el Presidente
Chávez, activó el mecanismo constituyente.

Es importante reseñar que de los veintiséis textos constitucionales que ha tenido


Venezuela desde 1811, la Constitución de 1961 ha sido la que más ha durado. Permitió
el desarrollo de una república civil con una democracia representativa y un sistema de
partidos fuertes, el crecimiento económico y la distribución en los años sesenta y
principios de los setenta, y la posterior evolución de la descentralización política en los
estados y municipios; pero al mismo tiempo que el sistema político permitió engendrar
una serie de males no corregidos que toleraron la corrupción y a partir de los años
ochenta una peligrosa acumulación de la deuda social y el cambio político.

La experiencia del proceso constituyente y constitucional venezolano vivido desde 1999


hasta la fecha es digna de un estudio, por las repercusiones que el mismo ha tenido en
nuestra democracia y nuestro Estado Social de Derecho.

La Constitución de 1961 disponía los mecanismos para su enmienda o reforma,


teniendo este último como resultado, luego del referendo popular, la aprobación de
una "nueva" Constitución.2 No obstante ello, sin haberse modificado previamente la
Constitución de 1961, el Presidente de la República el mismo día de su toma de
posesión (2-2-1999), dictó un decreto mediante el cual convocó a un referendo
"consultivo" para preguntarle al pueblo electoral si éste aprobaba la convocatoria a una
Asamblea Nacional Constituyente (ANC).3 Conforme al decreto presidencial, la segunda
pregunta del referendo contenía un inaceptable "plebiscito" mediante el cual se
pretendía que el pueblo simplemente le delegare al Presidente el establecimiento de
las "bases del proceso comicial en el cual se elegirían los integrantes de la Asamblea
Nacional Constituyente".4 Una vez enviado el decreto presidencial con la solicitud
correspondiente al Consejo Nacional Electoral (CNE), éste decidió en fecha 17 de
febrero de 1999, convocar para el día 25 de abril de ese año a un referéndum para que
el pueblo se pronuncie sobre la convocatoria a una ANC, de conformidad con dicho
decreto presidencial.5 Esta convocatoria fue impugnada mediante diversas acciones
populares de inconstitucionalidad e ilegalidad ante la Corte Suprema de Justicia, la
cual, mediante sentencia de su Sala Político Administrativa de fecha 18-3-99, anuló la
segunda pregunta de la convocatoria al referéndum y le ordenó al CNE reformularla,
examinando las bases que ya habían sido publicadas en el diario oficial como
"Propuesta del Ejecutivo Nacional",6 y así decidir sobre su incorporación.

Se trataba en definitiva del inicio de un debate cuyo objeto era definir si la


Constituyente estaba por encima o al margen de la Constitución de 1961 y por tanto
podía establecer un "gobierno constituyente" sin respetar la Constitución, capaz de
derogarla parcial o totalmente aun antes de aprobarse la nueva Constitución; o si por
el contrario, la Constituyente tenía por objeto elaborar una nueva Constitución y
mientras ésta no fuese aprobada, seguía en plena vigencia la Constitución de 1961.

De allí en adelante este debate político-jurídico va a pretender ser zanjado por las
decisiones de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), pero como veremos, una vez que se
instaló la ANC, desconoció estas decisiones judiciales anteriores y comenzó a actuar
como una Constituyente con plenos poderes, aun por encima de la Constitución de
1961. Ello nos refiere a la discusión de la teoría constitucional, sobre la constituyente
como poder originario sin límites frente a la constituyente como poder popular
derivado y limitado.

En este sentido, la Sala Político Administrativa de la CS] dictó en fecha 23-3-99 una
sentencia aclaratoria de su fallo anterior de fecha 10-3-99, mediante el cual, en
relación con la primera pregunta del referéndum,7 determinó como interpretación
vinculante, que en todo caso la ANC, por estar "vinculada al espíritu de la Constitución
vigente, está limitada por los principios fundamentales del Estado Democrático de
Derecho". Si bien el CNE adoptó una nueva resolución de convocatoria a la
ANC8 publicando e incorporando las "Bases Comiciales para el referéndum consultivo
sobre la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente a celebrarse el 25 de abril
de 1999", en la Base Octava se hacía mención -entre líneas- a que la ANC se instalaría
"como poder originario" que recoge la soberanía popular. En virtud de ello, la Corte
Suprema de Justicia en ejecución de la sentencia de 18-3-99 y su aclaratoria de 23-3-
99, dictó un nuevo fallo en el cual determinó que dicha calificación de la futura ANC
como "poder originario" no sólo estaba "en franca contradicción con los principios y
criterios" de estas sentencias, sino que inducía "a error al electorado y a los propios
integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente, si el Soberano se manifestase
afirmativamente acerca de su celebración, en lo atinente a su alcance y límites", en
virtud de lo cual, dicho Alto Tribunal resolvió reformular la Base Comicial Octava a fin
de eliminar esta mención; y ordenó al CNE divulgar suficientemente su nuevo
contenido modificado.

Finalmente, el 25 de abril de 1999 se celebró el referéndum y a pesar de una gran


abstención, resultó aprobada la convocatoria a la ANC conforme a las Bases Comiciales
reformuladas,9 y la elección de diputados se celebró el 25-7-99. La ANC se instaló el 8
de agosto de 1999 y de inmediato se afirmó como un "poder originario", en abierto
desacato a las decisiones judiciales de la CS] y a las condiciones (bases) con las cuales
se manifestó el pueblo en el referendo sobre su convocatoria.10

De allí en adelante, la ANC además de dedicarse a elaborar la nueva Constitución,


comenzó en paralelo a actuar como un poder por encima de la Constitución de 1961,
llevando a cabo actos de gobierno constituyente contrarios a la Constitución y que
incluso la fueron derogando parcial y progresivamente, aun antes de aprobarse la
nueva Constitución.11 De esta manera, nos quedamos sin "norma suprema" objetiva y
ésta pasó a ser lo que la ANC dijera para cada caso en cada decisión que iba tomando.
Ello, a pesar de la afirmación contenida en la Base Octava sobre los límites expresos
impuestos a la ANC: "los valores y principios de nuestra historia republicana, así como
el cumplimiento de los tratados internacionales, acuerdos y compromisos válidamente
suscritos por la República, el carácter progresivo de los derechos fundamentales del
hombre y las garantías democráticas dentro del más absoluto respeto de los
compromisos asumidos".

Sin embargo, con posterioridad, una vez instalada la ANC no fue posible hacer
efectivos estos límites. En efecto, la ANC comenzó a actuar como un poder originario
sin límites, dictando entre otros, los siguientes actos constituyentes contrarios a la
Constitución de 1961 pero que en definitiva la iban dejando sin efecto:

1. El Decreto de Reorganización de los órganos del Poder Público.


2. El Decreto de Reorganización del Poder Judicial.
3.  El Decreto sobre la Regulación de las Funciones del Poder Legislativo; y el Decreto
de reforma parcial del Decreto sobre la Regulación de las Funciones del Poder
Legislativo.
4. El Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

Por último, el 17 de diciembre de 1999 la ANC sancionó el texto de la nueva


Constitución, la cual fue sometida a referendo popular el 15 de diciembre de ese
mismo año resultando aprobada y luego proclamada por la ANC el 20 del mismo mes y
año, y finalmente apareció publicada en la Gaceta Oficial de 30 de diciembre de
1999.12 No obstante, de manera inesperada y fuera del debate público, el 24 de marzo
de 2001, ya incluso terminadas las sesiones de la ANC, apareció publicada una nueva
versión de la Constitución en la Gaceta Oficial13 en la cual supuestamente se
"corrigieron" "errores de gramática, sintaxis y estilo" del texto anteriormente publicado
oficialmente.14

La crisis política venezolana de los años noventa continuó nuevamente desarrollándose


en los años dos mil, al punto de que las movilizaciones y manifestaciones políticas de
oposición y del gobierno llegaron a su climax el 11 de abril de 2002 con ocasión de una
marcha al palacio Presidencial de Miraflores que terminó con aproximadamente 20
muertos y casi un centenar de heridos. El Alto Mando de la Fuerza Armada Nacional
declaró que le había solicitado la renuncia al Presidente Chávez y luego éste fue
detenido en instalaciones militares. El 12 de abril se llevó a cabo ese golpe de estado
que incluyó la lectura y firma de un decreto de facto que suprimía los poderes públicos.
El 13 de abril regresó el Presidente Chávez a sus funciones. No obstante, el clima de
violencia y de crisis ha continuado.

Durante los años transcurridos desde el 2000, Venezuela se ha caracterizado insti-


tucionalmente por la inexistencia de separación de poderes, la falta de independencia
del poder judicial, el grave aumento de la inseguridad personal, los ataques serios a la
libertad de expresión (incluidos ataques y agresiones a periodistas, cierre de una de
las estaciones de televisión independiente más importantes, leyes, y sentencias
restrictivas), amenazas y ataques a defensores de derechos humanos y a la sociedad
civil, entre otras.15

En el año 2007, el Presidente Chávez una vez reelecto, propuso una "reforma
constitucional" que en violación a los límites del poder de reforma establecidos
expresamente en la Constitución de 1999, establecía fundamentalmente la reelección
indefinida del Presidente de la República, el aumento del período de su mandato, el
aumento significativo de los poderes residenciales, la centralización del Estado, la
adopción de un Estado socialista y una democracia socialista, y la restricción y
disminución de una serie de derechos fundamentales así como el desmontaje de los
controles y límites a los estados de excepción. Dicha reforma aprobada por la
Asamblea Nacional el 2 de noviembre 2007 fue sometida a referendo el 2 de diciembre
de ese año, resultando derrotada a pesar del abierto ventajismo oficial. Sin embargo,
hasta el día de hoy el Consejo Nacional Electoral no ha proclamado los resultados
oficiales.

1. EL SISTEMA DE GOBIERNO

A. El sistema presidencial

a. La Constitución de 1961 y las Enmiendas. Durante el período 1975-2005 continuó


desarrollándose el sistema de gobierno presidencial sui generis, regulado en
la Constitución de 1961 y su Enmienda N° 2; y como se verá más adelante, a
partir de 1999 por la nueva Constitución. Bajo este sistema, el Presidente de la
República es el jefe del Estado y el jefe del Ejecutivo Nacional.16 La elección del
Presidente se efectuaba por votación universal y directa, resultando electo el candidato
que obtenga la mayoría relativa de votos.17 El período presidencial al igual que el
período constitucional de todos los órganos electos del Poder Nacional duraba cinco (5)
años.18 La Constitución de 1961 prohibía la reelección del Presidente de la República
(que había ejercido por un período constitucional o por más de la mitad del mismo);
pero permitía su nueva elección luego de pasados diez (10) años (dos períodos) desde
la terminación de su mandato.19

Los requisitos constitucionales para ser electo Presidente eran inicialmente ser
venezolano por nacimiento, mayor de treinta años y de estado seglar. A partir de
1973, la Enmienda N° 1 a la Constitución, añadió como requisito para ser elegido a
altos cargos, incluido el de Presidente de la República, el no haber sido condenado,
mediante sentencia definitivamente firme, a pena de presidio o prisión superior a tres
años, por delitos cometidos en el desempeño de funciones públicas o con ocasión de
éstas.20

Como régimen presidencial, el mandato del Presidente de la República estaba sujeto a


término determinado (5 años) y fijo, por lo que en principio, no podía terminar antes
de su expiración.21 Sin embargo, la Constitución autorizaba el enjuiciamiento (penal)
del Presidente, con la autorización del Senado (por el voto de la mayoría de sus
miembros) previa declaratoria de la Corte Suprema de Justicia en Pleno de que había
méritos para ello. En ese caso, autorizado el enjuiciamiento, el Presidente de la
República quedaba suspendido en el ejercicio de sus funciones.22 El juicio al Presidente
se llevaba a cabo ante la Corte Suprema de Justicia en Pleno.23 Como se
verá infra, estas normas fueron aplicadas con ocasión del enjuiciamiento del
Presidente Carlos Andrés Pérez en el año 1993.

Por otro lado, como se verá infra, conforme a la Constitución de 1961 varias de las


facultades del Presidente de la República, estaban sujetas a controles parlamentarios;
y a su vez, el Presidente gozaba de facultades tanto legislativas, en especial para
dictar decretos leyes, como de veto legislativo. Todos los presidentes, excepto Luis
Herrera Campins, hicieron uso de la facultad constitucional para dictar decretos leyes
en materia económica, en virtud de la autorización dada en cada caso por el Congreso
mediante leyes habilitantes.

Con base en las disposiciones de la Constitución de 1961, en el período entre 19 75 y


2005, se celebraron elecciones presidenciales en las cuales resultaron electos (en
1973) Carlos Andrés Pérez, para el período 1974-1979; Luis Herrera Campins, para el
período 1979-1984; Jaime Lusinchi para el período 1984-1989; nuevamente Carlos
Andrés Pérez para el período 1989-1994; nuevamente Rafael Caldera para el período
1994-1999; y Hugo Chávez para el período 1999-2004.

En primer lugar es importante resaltar, que en este período se llevó a cabo por primera
vez la nueva elección de un ex Presidente de la República: Carlos Andrés Pérez (1989-
1994) y Rafael Caldera (1994-1999), quienes ya habían sido electos Presidentes para
los períodos 1974-1979 y 1969-1974, respectivamente.

En segundo lugar, que por primera vez se llevó a cabo el enjuiciamiento constitucional
de un Presidente de la República.24 En efecto, Carlos Andrés Pérez, quien había sido
electo por segunda vez como Presidente para el período 1989-1994, fue enjuiciado en
1993: la acusación del Fiscal General de la República dio lugar a que la Corte Suprema
de Justicia declarara con lugar el antejuicio de mérito el día 20 de mayo de 1993 y el
Senado autorizó dicho enjuiciamiento y por tanto suspendió al Presidente Pérez de su
cargo el 21 de mayo, luego en agosto de ese mismo año destituido del cargo por
decisión del Congreso de la República. 25 Para cubrir primero la falta temporal y luego la
falta absoluta del Presidente Pérez, el Congreso en sesión conjunta de sus cámaras,
mediante votación secreta celebrada el día 4 de junio de 1993, eligió como presidente
temporal y luego como nuevo Presidente de la República por el resto del período
constitucional, el senador Ramón J. Velásquez.26 Mientras esta elección parlamentaria
tuvo lugar, se encargó por breve lapso entre el 21 de mayo y el 4 de junio de ese año
al entonces Presidente del Congreso, Octavio Lepage.27

En tercer lugar, como fue dicho antes en la introducción, durante el período del
presente informe, se llevaron a cabo dos acontecimientos que impactaron fuertemente
el sistema presidencial y la democracia misma: el primero, el llamado "Caracazo"
durante los días 27 al 29 de febrero de 1989; y segundo, los dos golpes de estado que
se intentaron en el año 1992, uno el 4 de febrero y el otro el 27 de noviembre. Ambos
acontecimientos dejaron una herida mortal a la presidencia de Carlos Andrés Pérez,
quien tuvo que salir -como vimos- en virtud de su enjuiciamiento que era la única vía
expresamente prevista en la Constitución de 1961.

000b. La Constitución de 1999. La Constitución de 1999 introdujo una serie de


cambios en relación con el período constitucional, los requisitos, la elección y la
reelección presidencial.
En efecto, la Constitución de 1999 estableció una forma de gobierno presidencial, en la
cual el Presidente es electo por la mayoría de votos por un período de seis (6) años,
pudiendo ser reelecto de inmediato y por una sola vez, para un nuevo período. 28 Sin
embargo, antes de expirar su período, el mandato del Presidente (así como al resto de
los funcionarios electos), puede ser terminado anticipadamente mediante la
revocatoria popular de su mandato (referendo revocatorio) (art. 72). La Constitución
creó el cargo del Vicepresidente Ejecutivo, como el órgano directo y colaborador del
Presidente de la República en su condición de jefe del Ejecutivo nacional, asignándole
directamente una serie de facultades constitucionales y en relación con el poder
legislativo.29 Por otro lado, la Constitución de 1999 aumentó las facultades del
Presidente al otorgarle competencias nuevas o que antes estaban reservadas al
Congreso ya sea por ley, o mediante autorizaciones o aprobaciones, como son los
casos, entre otros, de la creación (modificación o eliminación) de Ministerios
determinando sus competencias;30 el ascenso de oficiales militares a partir del cargo
de coronel o capitán de navio;31 las materias en las cuales puede ser habilitado para
dictar decretos leyes;32 y la disolución de la Asamblea Nacional en caso de que sea
removido el Vicepresidente Ejecutivo en tres oportunidades por voto de censura de la
Asamblea Nacional en un mismo período constitucional (debiendo convocarse de
inmediato a elecciones legislativas).33

En consecuencia, el Presidente de la República en la Constitución de 1999 ganó


poderes respecto a lo establecido en la Constitución de 1961: no sólo porque su
período pasó de 5 a 6 años, pudiendo además ser reelecto de inmediato; sino además,
por las facultades adicionales que vimos arriba. Pero además, en la práctica, el
Presidente ha sido más poderoso que muchos otros en nuestra historia, no sólo por los
inmensos ingresos públicos que ha tenido el país en estos años provenientes del
petróleo, sino por elementos esenciales como la falta de independencia de los demás
poderes públicos, los cuales han pasado a depender políticamente del Ejecutivo
Nacional. Esta falta de independencia ha llevado en la práctica a una inexistencia de
los controles constitucionales que deben ejercer sobre el Presidente órganos como la
Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, la Defensoria de Pueblo, la
Contraloria General y la Fiscalía General de la República. Además de ello es evidente la
discrecionalidad con la cual se han administrado los recursos públicos a través de
mecanismos que no por creativos, efectivos o innovadores, carecen de verdaderos
controles.

Hugo Chávez fue electo en diciembre de 1998 bajo la Constitución de 1961, por un
período de cinco años, ello es, del 2 de febrero de 1999 hasta el 2 de febrero de 2004.
No obstante, al aprobarse la nueva Constitución de 1999, se convocó a elecciones
generales el 28 de julio del año 2000. En dichas elecciones resultó ganador Hugo
Chávez, con dos características constitucionales resaltantes. En primer lugar, que esa
elección luego de casi dos años de ejercicio de la presidencia, no sólo no presentó
ningún problema para la elección y la candidatura de un Presidente en ejercicio y
candidato simultáneamente, sino que esta segunda elección tampoco fue calificada
como reelección, sino como una nueva y primera elección. En segundo lugar, el
Presidente Hugo Chávez electo originalmente en diciembre de 1998 bajo la
Constitución de 1961, una vez aprobada la Constitución de 1999 fue (re)electo bajo
esta nueva Carta el 28 de julio del año 2000 y tomó posesión del cargo de Presidente
de la República el día 19 de agosto de ese mismo año 2000. Por lo cual, si la
Constitución establece que el período del mandato del Presidente es de seis años, y
éste tomó posesión del cargo el 19 de agosto de 2000, entonces su mandato debía
terminar el 19 de agosto de 2006. Sin embargo, esta simple operación lógica de
matemáticas fue desafiada en virtud del llamado régimen transitorio interpretado por
la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (SC/TSJ). El problema se
planteó por el hecho de que la Constitución también establece que el Presidente de la
República tomará posesión del cargo el "diez de enero del primer año de su período
constitucional".34 En consecuencia, supuestamente se presentaba un pretendido "vacío"
interpretativo sobre la situación planteada en virtud de que el período de seis (6) años
del Presidente Chávez terminaría el 19 de agosto del año 2006 y el próximo Presidente
tomaría posesión el 10 de enero del año 2007. En el recurso de interpretación
constitucional se preguntaba además cómo se llenaría ese vacío entre esas dos fechas.
El asunto fue resuelto por la SC/TSJ mediante la sentencia de un recurso de
interpretación constitucional de los artículos 230 y 231 de la Constitución, 16 del
Régimen de Transición del Poder Público, y 3 y 31 del Estatuto Electoral del Poder
Público (estos dos últimos dictados por la Asamblea Nacional Constituyente). Tras una
cuestionable interpretación que la sentencia denominó una "opción ideológica por un
determinado sentido político de la Constitución vigente" y expresando que la reducción
o extensión del mandato "no parece afectar ni la intervención ciudadana, ni la
intensidad del control popular, ni las posibilidades de su alternabilidad", la Sala
Constitucional mediante sentencia de fecha 5 de abril del año 2 00135 confirmada por la
sentencia de fecha 16 de mayo de 2001,36 concluyó determinando que el período
constitucional del Presidente Chávez concluiría el 10 de enero del año 2007. Entonces,
por disposición de esta interpretación de la Sala Constitucional, el mandato del
Presidente Chávez iniciado el 19 de agosto del año 2000 quedó extendido hasta el 10
de enero del año 2007, ello es, con una duración de 6 años, 4 meses y 22 días (en
lugar de 6 años).

En el año 2004, luego de una serie de obstáculos e inconvenientes, la oposición y la


sociedad civil lograron recoger las firmas requeridas para convocar a un referendo
revocatorio, el cual se llevó a cabo el 15 de agosto de 2004, sin haber podido lograr la
revocatoria del mandato del Presidente Chávez.37

Finalmente, en las elecciones presidenciales celebradas en diciembre de 2006 para el


período 2007-2012, resultó reelecto el Presidente-candidato Hugo Chávez Frías.

B. El Poder Legislativo

000a. La Constitución de 1961 y la Enmienda N° 2. Durante el período 1975-2005


continuó desarrollándose el Poder Legislativo, regulado en la Constitución de
1961 con los cambios introducidos en 1983 por la Enmienda N° 2; y luego, como se
verá más adelante, a partir de 1999 por la nueva Constitución.

El Poder Legislativo Nacional bajo la Constitución de 1961, tenía como órgano al


Congreso de la República, integrado por dos Cámaras: la de Diputados y el
Senado.38La función de legislar le correspondió así a este Congreso bicameral,39 siendo
indiferente la cámara de inicio de los proyectos de ley, excepto los relativos a las leyes
de aprobación de los tratados y convenios internacionales que correspondían al
Senado,40 y a la Cámara de Diputados los correspondientes a las leyes de presupuesto
y régimen tributario.41

El período constitucional de los senadores y diputados del Congreso al igual que el


período constitucional del Presidente de la República duraba cinco (5) años.42 Las
funciones de control de la administración pública correspondían a ambas cámaras,
siendo la del Senado especializada en los asuntos internacionales, militares y
presidenciales;43 y la de Diputados en la responsabilidad política de los ministros
mediante el "voto de censura".44

La función legislativa del Congreso fue objeto de modificación constitucional en el año


1983 mediante la Enmienda N° 2 a la Constitución de 1961.45 Mediante esta
enmienda se creó la Comisión Legislativa del Congreso, la cual por autorización de éste
podría aprobar proyectos de ley por la mayoría de dos terceras partes de sus
miembros.46 Posteriormente, las Cámaras del Congreso reunidas en sesión conjunta
especialmente convocada para ello, podían rechazar o aprobar simplemente o con
modificaciones dicho proyecto de ley, el cual en estos últimos casos quedaba
sancionado como ley, debiendo cumplir subsiguientemente los demás trámites
constitucionales para su promulgación y publicación. 47

La otra modificación introducida al Congreso por la Enmienda N° 2 de la Constitución


de 1961, fue con relación al quorum para funcionar y sesionar: la Constitución de 1961
establecía que el quorum para el funcionamiento de la Cámaras no podía ser en ningún
caso, "inferior a la mayoría absoluta de los miembros de cada Cámara".48 En su lugar,
la Enmienda N° 2 autorizó a las Cámaras a sesionar y funcionar, con el número de sus
miembros que determine el reglamento, "el cual en ningún caso podrá ser inferior a la
tercera parte de sus integrantes". Sin embargo, para el acto de votación debían estar
presentes "la mayoría absoluta de los miembros de las Cámaras".49

000b. La Constituyente de 1999. Una vez electa e iniciado el funcionamiento de


la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), tempranamente, el 12 de agosto de
1999, ésta dictó el Decreto de Reorganización de todos los órganos del Poder
Público,50 mediante el cual declaró la "reorganización de todos los órganos del Poder
Público", a cuyo fin dispuso que decretaría "las medidas necesarias para enfrentar
situaciones específicas de la reorganización y dispondrá la intervención, modificación o
suspensión de los órganos del Poder Público que así considere".51

Este primer Decreto anunciaba por tanto la intervención de la normalidad


constitucional de los poderes públicos regulada en la Constitución de 1961, aun antes
de aprobarse una nueva constitución.

La ANC dictó un primer Decreto de Regulación de las Funciones del Poder


Legislativo el 25 de agosto de 1999,52 el cual tuvo que ser modificado y dictado
nuevamente el 30 de agosto de 1999.53 El objeto de ese Decreto fue intervenir y
modificar la vigente Constitución de 1961 en lo relativo a las funciones de los órganos
legislativos tanto a nivel nacional (Congreso), estadal (Asambleas Legislativas) y
Municipal (Concejos Municipales). De esta forma, aun sin derogarse la Constitución de
1961, la ANC se manifestó como poder originario con plenos poderes para modificar la
Constitución y regular el régimen de los poderes constituidos. Se trató por tanto de
otra fuerte oleada para desmontar por esta vía el ordenamiento constitucional, aun
antes de aprobarse una nueva Constitución. Con ello, como se verá, quedaba destruida
la idea misma del Estado Constitucional, ya que la Constitución "transitoria" había
pasado a ser lo que la ANC decidiera libremente fuese y sin ningún control sobre ello.

En relación al Poder Legislativo Nacional, el Decreto dispuso la intervención de las


competencias constitucionales del Congreso de la República, fijando los
términos de las mismas, entre las cuales resaltamos las siguientes:54

1. La legislación sobre el régimen financiero y presupuestario, sujeta a ratificación de


la Asamblea Nacional Constituyente;
2. La legislación referida al régimen tributario, sujeta a ratificación de la Asamblea
Nacional Constituyente, así como las autorizaciones que dicha legislación
establezca;
3. La autorización por ley especial al Ejecutivo Nacional para dictar medidas
extraordinarias en materia económica y financiera, sujeta a ratificación de la
Asamblea Nacional Constituyente;
4. La legislación aprobatoria de los tratados y convenios internacionales a iniciativa del
Ejecutivo Nacional, sujeta a ratificación de la Asamblea Nacional Constituyente;
5. La legislación sobre telecomunicaciones, sujeta a ratificación de la Asamblea
Nacional Constituyente;
6. La legislación referida al problema informático del año 2000, sujeta a ratificación de
la Asamblea Nacional Constituyente;
7. La realización de las investigaciones que juzgue convenientes para dar
cumplimiento a las funciones expresamente señaladas en el Decreto.

Asimismo, en relación con al funcionamiento del Congreso tanto en sus Cámaras tanto
de Diputados como del Senado, el Decreto dispuso que quedaban "suspendidas las
sesiones ordinarias y extraordinarias del Congreso de la República, así como cualquier
otra actividad de las Cámaras"; y sus funciones se ejercerían por órgano de la
Comisión Delegada, así como a través de las Comisiones de Finanzas, la Comisión de
Contraloría y las Comisiones Especiales para el estudio del Informe Anual del Contralor
General de la República y para la Reestructuración Administrativa del Congreso, ya
que, igualmente quedaban suspendidas las sesiones de las otras Comisiones de dicho
Congreso. La ANC quedaba incluso facultada para asumir las funciones de estas
Comisiones parlamentarias del Congreso que quedaban, en caso de que de alguna
manera, se presumiera el no cumplimiento de esas funciones.55

En relación al Poder Legislativo de los Estados, el Decreto dispuso así mismo la


intervención de las competencias constitucionales de las Asambleas
Legislativas, fijando su forma de integrarse y los términos de las mismas, entre las
cuales resaltamos las siguientes:56

Se suspendieron las sesiones de las Asambleas Legislativas en pleno, y en su lugar,


sus funciones se ejercerían por órgano de una Comisión Delegada no mayor de siete
(7) miembros e integrada solamente por Diputados principales, en representación
proporcional de las fracciones políticas presentes en la Asamblea Legislativa,
garantizando en todo caso, la participación de por lo menos un representante de cada
fracción.

Como consecuencia, el Decreto dispuso que los diputados de las Asambleas


Legislativas de los Estados que no integrasen la Comisión Delegada, cesaban en sus
funciones y, por lo tanto, no gozarían de inmunidad, ni de prerrogativa parlamentaria
alguna, ni podían cobrar dieta o remuneración de ninguna especie, que se derive del
ejercicio de sus funciones parlamentarias.

Por último, las Asambleas Legislativas que no diesen cumplimiento a esta disposición
cesaban totalmente en sus funciones y una Comisión designada por la Asamblea
Nacional Constituyente, en un número no mayor de siete (7) miembros, asumiría las
funciones de la Comisión Delegada respectiva.
Finalmente, en relación a los Municipios, el Decreto dispuso una intervención moderada
de las competencias constitucionales de los Concejos Municipales como órganos del
poder legislativo local (y de la administración municipal), al establecer que los
Municipios no podían enajenar, ni afectar de forma alguna, los ejidos ni bienes
municipales; y tampoco podían aprobar o modificar el Plan de Desarrollo Urbano Local
durante la vigencia del Decreto.57

Habiendo sido demandada la constitucionalidad de este Decreto, la Corte Suprema de


Justicia en Pleno, en una votación muy controvertida que causó posteriormente la
renuncia de varios de sus jueces, decidió mediante sentencia de fecha 6 de octubre de
1999, mantener la validez del mismo, con el argumento del "carácter presupuesto y
supraconstitucional" de las normas aprobadas por la ANC en representación del poder
constituyente originario.

Finalmente, dos días antes de la publicación de la nueva Constitución aprobada por la


ANC,58 ésta dictó un nuevo decreto mediante el cual, como se dijo, aun antes de entrar
en vigencia la Constitución, reorganizó las autoridades de los poderes públicos y
nombró nuevas autoridades, sin seguir las formalidades exigidas por la nueva Carta.
Ello se llevó a cabo, a través del Decreto sobre el Régimen de Transición del
Poder Público.

En relación al Poder Legislativo Nacional el Decreto declaró "la disolución del Congreso
de la República y, en consecuencia, la cesación en sus funciones de los senadores y
diputados electos que lo integraban".59

De una manera insólita, la ANC auto engendró y dio a luz al órgano sustituto de Poder
Legislativo Nacional sin elección alguna, al disponer hasta tanto se elijan y tomen
posesión los diputados integrantes de la Asamblea Nacional prevista en la nueva
Constitución, aquél sería ejercido por una "Comisión Legislativa Nacional", la cual
estaría integrada por veinte (20) ciudadanos, diez (10) Constituyentes que se
"mutaron" en legisladores ordinarios y lo que fue peor, diez (10) ciudadanos de la calle
que fueron insólitamente investidos por la ANC como legisladores.60 Esta Comisión
Legislativa Nacional quedó facultada mediante el Decreto con las facultades propias de
un Congreso o Asamblea Nacional, como son:61

A esta institución antidemocrática se le llamó popularmente el "Congresillo", ejerció


funciones desde (la cesación de la ANC) el Io de febrero del año 2000 hasta el mes de
septiembre de ese año 2000 cuando se instaló la nueva Asamblea Nacional
electa.62 Pero este Congresillo efectivamente llegó a legislar incluso a crear delitos en
el Código Penal63 y en otras leyes como la Ley Sobre el Hurto y Robo de Vehículos
Automotores64 y modificó el Código Orgánico Procesal Penal;65 creó impuestos,66 y dictó
otras "leyes" como la Ley Orgánica de Telecomunicaciones,67 entre otras.68 Se trató de
una abierta violación al principio democrático de la representación popular por elección
del pueblo y de la prohibición de legislar sin ser electo.

En cuanto al Poder Legislativo de los Estados, el Decreto declaró la "disolución de


las Asambleas Legislativas de los Estados" y la cesación "en sus funciones de los
diputados que las integran".69 Hasta tanto se elegían y tomaran posesión los diputados
integrantes de los Consejos Legislativos de los Estados previstos en la Constitución de
1999, el Decreto dispuso que el Poder Legislativo de cada Estado sería ejercido por una
"Comisión Legislativa Estadal" integrada por cinco ciudadanos escogidos por la
Comisión Coordinadora de la Asamblea Nacional Constituyente.70 Estas Comisiones
Legislativas de los Estados ejercerían las competencias otorgadas por la Constitución a
los Consejos Legislativos.71

Y en relación con los órganos del Poder Público Municipal, el Decreto dispuso que
los Concejos Municipales, así como los Alcaldes actuales, ejercieran sus funciones
bajo la supervisión y control de la Asamblea Nacional Constituyente o de la Comisión
Legislativa Nacional, hasta tanto se eligieren popularmente sus nuevos integrantes. No
obstante ello, La Comisión Coordinadora de la Asamblea Nacional Constituyente o la
Comisión Legislativa Nacional quedaron facultadas para sustituir parcial o
totalmente la integración de los Concejos Municipales, así como sustituir a los Alcaldes,
en los casos de "graves irregularidades administrativas". 72

El decreto también procedió a designar provisionalmente mientras la Asamblea


Nacional designara al titular de conformidad con la Constitución aprobada, a las
siguientes autoridades: Defensor del Pueblo ;73 Fiscal General de la República;74 y
Contralor General de la República.75 El Contralor General de la República así designado,
quedó facultado por el Decreto para intervenir las Contralorías de los Estados y
Municipios, así como designar con carácter provisional a los Contralores de los Estados
y Municipios que lo ameritaban.76

Finalmente, la ANC se reservó la designación de los integrantes del Consejo Nacional


Electoral con carácter provisorio hasta que la Asamblea Nacional haga las
designaciones definitivas de conformidad con la Constitución aprobada. 77

De esta forma, la Constitución de 1961 fue paulatinamente desmontada desde la


instalación de la ANC y la aprobación de su Estatuto; y luego con los distintos decretos
dictados por la ANC que la fueron derogando paulatinamente sin ningún control
constitucional, lo cual fue avalado por la Corte Suprema de Justicia aun antes de su
desaparición en la sentencia citada supra.

La nueva Constitución había así nacido violada, pero luego del copamiento de los
poderes públicos su vigencia quedó aun más comprometida. Es este nuevo esquema,
si bien en teoría el control judicial de la Constitución fue ampliado, la composición de la
Sala Constitucional del nuevo Tribunal Supremo de Justicia aseguró el control del
poder político sobre la interpretación constitucional.78

000c. La Constitución de 1999: Unicameralismo en un sistema federal. La Constitución


de 1999 estableció un poder legislativo unicameral en un "Estado federal
descentralizado",79 dividido político territorialmente en un Poder Público Estadal
integrado por estados como entidades autónomas,80 y en un Poder Público Municipal
integrado por municipios como la unidad política primaria, 81 amén de un Distrito
Capital82 y un Distrito Metropolitano de Caracas,83 todos con personalidad jurídica.

A pesar del carácter federal y del Bicameralismo venezolano desde los inicios de la
república en la Constitución de 1811 y hasta la de 1961, con un discurso demagógico
sobre la abolición de Senado por ser supuestamente "innecesario" y "costoso", la ANC
tomó la decisión de eliminar dicha Cámara en la Constitución de 1999 y optar por un
Poder Legislativo Nacional unicameral: la Asamblea Nacional. Esta está integrada por
Diputados electos de la siguiente manera:84

0001.   Los diputados elegidos en cada entidad federal (los estados y el Distrito
Capital) por votación universal, directa, personalizada y secreta con representación
proporcional, según una base poblacional del uno coma uno por ciento de la población
total del país.

0002.   Luego de eliminado el Senado se pretendió corregir parcialmente el error


introduciendo un elemento de igualdad federal al establecer que cada entidad federal
elegirá, además, tres diputados o diputadas.

0003.   Tres diputados electos por los pueblos indígenas, de acuerdo con lo establecido
en la ley electoral, respetando sus tradiciones y costumbres.85

Con la Constitución de 1999 los períodos de los diputados a la Asamblea Nacional y el


del Presidente de la República ya no coinciden como en la Constitución de 1961, ya
que el de la primera es de cinco (5) años,86 y como vimos supra, el del segundo es de
seis (6) años. No obstante, dicho mandato, como el de todos los cargos de elección
popular, puede ser revocado.87 Y en caso de que el mandato de un diputado sea
revocado, no podrá optar a cargos de elección popular en el siguiente período. 88

Por otro lado, la Constitución de 1999 introdujo una limitación a la reelección de los
diputados: sólo pueden ser reelectos por dos períodos consecutivos como máximo. 89

El resto de las regulaciones de la Constitución de 1999 sobre el Poder Legislativo


Nacional y sus integrantes, son en términos generales similares a las contenidas en la
Constitución de 1961, en materias como los privilegios de irresponsabilidad por los
votos y opiniones emitidos por los diputados en el ejercicio de sus funciones90 y la
inmunidad parlamentaria;91 la iniciativa de ley;92 procedimiento para la aprobación de
leyes y veto presidencial.93 Sin embargo, la Constitución de 1999 incorporó normas
relativas a la participación ciudadana y de la sociedad civil en el procedimiento de
discusión legislativa.94 Así mismo, para el caso de las iniciativas ciudadanas de
proyectos leyes (que corresponde a un número no menor del cero coma uno por ciento
de los electores inscritos en el Registro Electoral95) no discutidas oportunamente por la
Asamblea Nacional, la Constitución dispuso una suerte de "legislación directa", ya que
en caso de que su discusión no se inicie a más tardar en el período de sesiones
ordinarias siguiente al que se haya presentado, el proyecto se someterá a referendo
aprobatorio de conformidad con la ley.96

C. Las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, bajo la


Constitución de 1961 y bajo la Constitución de 1999

El sistema de gobierno venezolano ha sido descrito como un "presidencialismo mixto" o


un "presidencialismo con sujeción parlamentaria". En este sentido, bajo la Constitución
de 1961 varias de las atribuciones del Presidente de la República estaban sometidas a
control del Congreso de la República, y en concreto del Senado, como es el caso de los
nombramientos de los jefes de misiones diplomáticas y del Procurador General de la
República;97 el ascenso de oficiales de las Fuerzas Armadas Nacionales, desde Coronel
o Capitán de Navio, inclusive;98 la enajenación de bienes inmuebles del dominio
privado de la Nación;99 el empleo de misiones militares venezolanas en el exterior o
extranjeras en Venezuela;100 y la salida del Presidente de la República del territorio
nacional,101 entre otras.

Esta relación de controles parlamentarios cedió a favor del Presidente de la República


en la Constitución de 1999. Así por ejemplo, en esta Constitución se eliminaron los
controles parlamentarios de las facultades presidenciales relativas al ascenso de
oficiales de las Fuerza Armada Nacional, desde Coronel o Capitán de Navio y la salida
del Presidente de la República del territorio nacional.

Otra facultad del Presidente de la República que resultó aumentada peligrosamente y


en contra de los tratados sobre derechos humanos, 102 fue la relativa a la legislación por
decretos leyes. Bajo la Constitución de 1961, el Congreso sólo podía habilitar al
Presidente para dictar decretos leyes en "materia económica o financiera". 103 Por lo
cual, el Congreso, al sancionar las leyes habilitantes, determinaba las materias
económicas o financieras y el tiempo por el cual autorizaba al Presidente a dictar
decretos leyes. En cambio, bajo la Constitución de 1999, las facultades legislativas del
Presidente de la República que la Asamblea Nacional puede habilitar mediante ley, no
están circunscritas a las materias económicas o financieras, sino que se hace
referencia abierta a "las materias".104 En nuestra opinión estas materias deben
considerarse limitadas a las autorizadas por el derecho internacional de los derechos
humanos.105

Otro de los elementos parlamentarios del sistema presidencial venezolano y por tanto
de la relación entre el poder legislativo y el poder ejecutivo desde la Constitución de
1864, ha sido la atribución de la Cámara de Diputados de interpelar a los Ministros e
imponerles un voto de censura que acarree su remoción. En este sentido, la
Constitución de 1961 establecía entre las atribuciones de la Cámara de Diputados la
de dar voto de censura a los Ministros, en cuyo caso, podía decidir por las dos terceras
partes de los Diputados presentes, que dicho voto acarreara la remoción del
Ministro.106

No obstante, por diversas razones relativas al funcionamiento del sistema político y


luego del sistema de partidos y consensos, si bien la Cámara de Diputados emitió
varios votos de censura, no llegaba a conseguir la mayoría calificada exigida para
imponer la remoción del Ministro censurado. La remoción de un Ministro por un voto de
censura de la Cámara de Diputados se logró imponer por primera vez en la historia de
Venezuela en el año 1995, durante el segundo gobierno del Presidente Rafael Caldera.
Se trataba de una situación en la cual el partido de gobierno (Convergencia) no
contaba con más del 20% de la representación parlamentaria y lograba la mayoría con
un acuerdo puntual con otros dos partidos (MAS y AD). No obstante, con ocasión de
una crisis de salud grave ocurrida en el Estado Zulia, la Cámara de Diputados por
primera vez en 1995 le impuso el voto de censura y removió por la mayoría calificada
exigida al Ministro de Sanidad, Dr. Carlos Walter.

La Constitución de 1999, de manera similar a la Constitución de 1961 consagró la


responsabilidad política de los Ministros ahora ante la Asamblea Nacional, mediante el
voto de censura; y su remoción la sujetó a una mayoría menos exigente, no menor de
las tres quintas partes de los integrantes presentes de la Asamblea Nacional. En este
caso, la Constitución adecuadamente aclaró que el funcionario removido no podrá
optar al cargo de Ministro, ni en su caso, de Vicepresidente Ejecutivo, por el resto del
período presidencial.107

Por otro lado, la Constitución comenzó a desarrollar un sistema más complejo de


incentivos y consecuencias para los impases entre el Legislativo y el Ejecutivo. Para
ello, facultó a la Asamblea Nacional para dar el voto de censura al Vicepresidente
Ejecutivo y decidir su destitución por las tres quintas partes de los diputados. 108
No obstante, a fin de racionalizar este control, la Constitución dispuso que la remoción
del Vicepresidente Ejecutivo en tres oportunidades dentro de un mismo período
constitucional, como consecuencia de la aprobación de mociones de censura, faculta al
Presidente o Presidenta de la República para disolver la Asamblea Nacional. En todo
caso, el decreto presidencial de disolución conlleva la convocatoria de elecciones para
una nueva legislatura dentro de los sesenta días siguientes a su disolución; y la
Asamblea no podrá ser disuelta en el último año de su período constitucional. 109

2. EL PODER JUDICIAL

A. Consideraciones generales

Una de las principales fragilidades de nuestra evolución institucional radica en el


inadecuado funcionamiento e integración de la administración de justicia. La
Constitución de 1961 proclamaba la autonomía de los jueces y preveía un poder
judicial independiente, lo cual iba respaldado por el mandato de instaurar la carrera
judicial y de asegurar la estabilidad de los jueces. Adicionalmente, se creaba el
Consejo de la Judicatura, como instancia autónoma encargada del gobierno y
administración del poder judicial, lo que comprendía la organización de la selección e
ingreso de los jueces, así como su nombramiento y, eventualmente, su remoción por
las causales legalmente fijadas. El Consejo de la Judicatura estaba llamado a asumir
funciones que anteriormente ostentaba el Ejecutivo Nacional. Su funcionamiento no
fue posible sino hasta 1969, cuando fue dictada la Ley Orgánica del Poder Judicial que
reguló su conformación y atribuciones.

Desde entonces fue advertido el riesgo de politización de la justicia que implicaría su


creación, dado el papel que se otorgaba al Congreso de la República y a los partidos
políticos allí representados en la designación de sus miembros. Pero el origen del mal
no estuvo tanto en este procedimiento sino en la actitud que adoptaron los órganos del
Estado que debían tener presencia en ese cuerpo, que abrió las puertas al control
partidista del Consejo de la Judicatura y, por esta vía, del entero poder judicial. En
1975 el proceso de dominio partidista de este órgano y de los tribunales se estaba
desarrollando y, como veremos, no se detendría.

B. Incumplimiento de los postulados constitucionales e


iniciativas de reforma judicial

La razón de ser del Consejo de la Judicatura fue tergiversada por la praxis institucional
y el establecimiento de la carrera judicial fue un mandato constitucional incumplido.
Habría que esperar a 1980 para la promulgación de la Ley de Carrera Judicial, que
reguló las distintas etapas de esta carrera, desde la selección e ingreso de los jueces
por concurso, pasando por su permanencia y ascenso, hasta llegar a la terminación de
la carrera mediante jubilación, sin perjuicio de la posibilidad de destitución en virtud de
la comisión de falta grave, previa instrucción del procedimiento correspondiente. Sin
embargo, la carrera judicial no fue instaurada y el ingreso de los jueces no se sometía
al procedimiento de los concursos.

En la segunda mitad de la década de los ochenta se plantea la necesidad de una


reforma del Poder Judicial. La Comisión Presidencial para la Reforma del Estado
(COPRE), advertía que los postulados de la Constitución de 1961 no se habían
satisfecho, a pesar de disponer de las previsiones normativas tendentes a afirmar la
autonomía e independencia del Poder Judicial. En este sentido, se indicaba que: aún no
se había creado plenamente la jurisdicción contencioso-administrativa (siendo regulada
por las disposiciones transitorias de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia);
la Ley de Carrera Judicial era ineficaz en cuanto al mecanismo establecido para la
selección de los jueces; los jueces no contaban con la cooperación de las entidades
administrativas en lo que atañe a la ejecución de las sentencias, y que en muchos
casos éstas eran desacatadas, siendo necesario "el reestablecimiento de la autoridad y
majestad del juez";110 también había que hacer modificaciones a la organización del
Máximo Tribunal, pues estaba sobrecargado de trabajo y sin recursos de apoyo a sus
importantes funciones. Algunas de las propuestas fueron plasmadas en leyes, como
ocurrió con la Ley Orgánica del Consejo de la Judicatura de 1988, que tuvo entre sus
objetivos "el asignarle las atribuciones que debían corresponderle de acuerdo con su
naturaleza de ente administrativo dedicado al gobierno judicial". 111

Sin embargo lejos de producirse los cambios esperados se mantuvieron agravadas las
prácticas del pasado, en particular la designación de los jueces como parte de la
política clientelar de los partidos. Si bien la integración del Consejo de la Judicatura
(inicialmente, nueve miembros: cinco principales por la Corte Suprema, dos por el
Congreso y dos por el Ejecutivo Nacional; y luego en 1988, cinco magistrados, tres
designados por la Corte Suprema de Justicia, uno por el Congreso y otro por el
Ejecutivo), pretendía establecer un punto de equilibrio entre los diversos poderes,
degeneró en una representación de los principales partidos políticos: "en la práctica se
sabe que son los partidos políticos quienes escogen a los magistrados y que éstos de
una manera más o menos intensa, se sienten que representan los intereses de su
partido".112 Esto explica que el régimen de concursos de oposición para el ingreso de
los jueces previsto en la Ley de Carrera Judicial, tuvo muy poca eficacia, al presentar
riesgos para el control partidista.113

Hubo otras iniciativas de cambios en esa época, propiciadas por el mismo Consejo de
la Judicatura para mejorar la eficiencia de los tribunales sobre todo en materia penal,
pues resultaba alarmante que en las cárceles el porcentaje de presos sin sentencia
(60%) era superior a los condenados, problema derivado de la acumulación de las
causas y la lentitud de los juicios. De este modo se implementaron medidas como la de
los jueces itinerantes (1989), electos inicialmente por concurso y dependientes del
Consejo de la Judicatura, siendo aparentemente efectivos por la cantidad de sentencias
dictadas, pero paradójicamente sin que ello produjera menor cantidad de presos no
condenados en las cárceles, por el aumento de la delincuencia y la lentitud de la
justicia penal. Otro programa de reformas fue el de la informatización de los
tribunales, basado únicamente en la introducción de tecnología, sin cambios en la
estructura del tribunal, que tampoco tuvo resultados visibles en el aumento de la
eficiencia.

En los años 90 continuaron los intentos de transformación de la justicia, pudiéndose


hablar de una segunda oleada de reformas esta vez con el apoyo de las agencias
internacionales de financiamiento y cooperación económica como el Banco Mundial y el
Banco Interamericano de Desarrollo. En parte, la preocupación por el tema del
funcionamiento del Poder Judicial y en general, el fortalecimiento del Estado de
Derecho, se vinculó en un primer momento con la idea de dotar de seguridad jurídica a
las inversiones, y así llevar a la práctica determinados proyectos políticos-
económicos.114 Se entendía la seguridad jurídica en términos de seguridad de los
contratos y de seguridad de la propiedad. Paralelamente, los intentos de reforma
judicial y legislativa se encaminaron en este sentido. Con el Banco Mundial se celebró
un proyecto de infraestructura de apoyo al Poder Judicial, en 1995; el objeto del
convenio era la modernización del Consejo de la Judicatura, la construcción de sedes
para los tribunales y la modernización de los tribunales de dos ciudades del país, que
fueron Barcelona y Barquisimeto. Este convenio se ejecutó sin problemas hasta 1999,
fecha en la que se paralizó por los acontecimientos políticos de dicho año. El otro
convenio con el Banco Mundial fue firmado en 1997, y estuvo dirigido al proceso de
modernización de la entonces Corte Suprema de Justicia, cuyos resultados han sido
calificados como exitosos. Ya en el 2001, se firmó un convenio con el Banco
Interamericano de Desarrollo para la modernización y fortalecimiento del Ministerio
Público y el Ministerio de Relaciones Interiores y de Justicia. Si se hace una sumatoria
de los montos de dichos convenios puede decirse que en los últimos diez años ha
habido una inversión importante en el sector justicia, incluyendo además otros tipos de
ayuda como la realizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNÜD), que en el primer trimestre de 1998 integró una misión de expertos nacionales
y extranjeros para realizar un profundo examen de la problemática de la justicia en
Venezuela, identificando las fortalezas y debilidades del mismo, y concluyendo en un
conjunto de proposiciones de reforma integral.

En este período, conviene hacer mención a la fuerte crisis de gobernabilidad sufrida


entre 1989 y 1993, que puso de nuevo en el tapete el tema de la reforma del Estado,
acelerando en dicho período la discusión de un Proyecto de Reforma General de la
Constitución, donde fue de "excepcional importancia y de gran urgencia, la materia
relativa a la administración de justicia".115 Sin embargo, dicha reforma no recibió la
aprobación del Congreso.

Si bien no se produjo la modificación de la Carta Magna, sí se introdujeron


significativas innovaciones al sistema jurídico, como consecuencia de la sanción de una
serie de leyes que afectaron positivamente al sector justicia. Así podemos mencionar la
Ley Orgánica de la Justicia de Paz (1994), que adoptó esta jurisdicción no formal para
resolver pequeños conflictos mediante la mediación, conciliación o adjudicación,
erigiéndose en un mecanismo para facilitar el acceso a la justicia de las clases pobres;
el Código Orgánico Procesal Penal (1998), que pese a las críticas constituyó un
significativo paso de avance, al cambiar un procedimiento prácticamente inquisitivo por
un procedimiento acusatorio; la Ley Orgánica del Poder Judicial (1998), la Ley de
Carrera Judicial (1998) y la Ley Orgánica del Consejo de la Judicatura (1999), que
intentaron poner correctivos a los problemas esbozados, así como modernizar las
estructuras judiciales, otorgándosele a la Corte Suprema de Justicia competencias en
materia de políticas judiciales. La Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente (1998) también transformó el modelo de justicia tutelar del menor.

No obstante, pareciera que no se tuvo la paciencia necesaria para evaluar el impacto


de dichas modificaciones. Así llegamos a agosto de 1999, fecha en la que se instala la
Asamblea Nacional Constituyente, electa por el pueblo con "el propósito de transformar
el Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico que permitiera el funcionamiento
efectivo de una Democracia Social y Participativa". Siendo el primer acto del nuevo
órgano el "Estatuto de Funcionamiento de la Asamblea Nacional
Constituyente",116 mediante el cual se erige como poder originario depositario de la
soberanía popular, quedando subordinados a su autoridad "todos los organismos (sic)
del Poder Público", lo cual le sirvió de fundamento para "limitar o decidir la cesación de
las actividades de las autoridades que conforman el Poder Publico, en uso de las
atribuciones que le son inherentes". Ello sentó las bases para intervenir en la actuación
de dos poderes: el Poder Judicial y el Poder Legislativo. Así mediante el Decreto de
Reorganización del Poder Judicial (25-08-99), que declaró a dicho poder "en
emergenciay reorganización" con el fin "de adecentar el sistema judicial", se procedió a
la creación de una Comisión de Emergencia Judicial, de la cual formaría parte un
Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, cuyo objetivo principal era la elaboración
del Plan Nacional de Evaluación y Selección de Jueces.117 Esta Comisión cumplió
parcialmente la misión para la cual fue designada, al limitarse a realizar una serie de
destituciones y suspensiones. Dicho proceso ha sido calificado por algunos como "una
cacería de brujas contra funcionarios judiciales que produjo la destitución del 95% de
los jueces por supuestos casos de corrupción sin contar con el debido proceso".118

Con este negativo antecedente nace la Constitución de 1999, incorporando una serie
de cambios en la organización del Poder Judicial y demás instituciones que intervienen
en la administración de justicia.

C. Cambios introducidos por la Constitución de 1999

000a.  De la justicia como poder a ¡ajusticia como servicio. Aunque la Constitución no


lo señale expresamente puede decirse que hay un cambio en la concepción de la
Justicia, ya no considerada exclusivamente como una de las ramas de la trilogía clásica
del Poder Público, sino también como un servicio público cuya prestación debe
garantizar el Estado, que genera obligaciones para los órganos de administración de
justicia, y en caso de que no se imparta en la forma establecida, los ciudadanos
podrían exigir la responsabilidad del Estado, de los jueces y funcionarios judiciales.
Esto se pone de manifiesto en el artículo 26, que consagra el derecho de acceso a la
justicia y a la tutela judicial efectiva, cuando se indica que: "El Estado garantizará una
justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente,
responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o
reposiciones inútiles". Ratifica esta idea el precepto contenido en la primera parte del
artículo 253, al señalar que "la potestad de administrar justicia emana de los
ciudadanos o ciudadanas y se imparte en nombre de la República y por autoridad de la
ley".

Sin embargo, la realidad dista de la intención normativa, pues si bien se han hecho
algunos esfuerzos orientados a provocar este giro, aún dicha idea no se ha
interiorizado en la cultura de los jueces, produciéndose situaciones abusivas y hasta
violatorias de los derechos de los ciudadanos por parte de algunos funcionarios
judiciales.

000b.  Del sistema de justicia. Otra innovación del Texto Fundamental es la visión


sistemática del sector justicia, integrado no sólo por el Poder Judicial (Tribunal
Supremo de Justicia y demás tribunales de la República), sino también por el Ministerio
Público, la Defensoría Pública, los órganos de investigación penal, los o las auxiliares y
funcionarios o funcionarías de justicia, el sistema penitenciario, los medios alternativos
de justicia, los ciudadanos que participan en la administración de justicia conforme a la
ley y los abogados autorizados para el ejercicio". La ausencia del concepto de sistema
era una de las fallas advertidas por el PNUD en 1998.

Tampoco el cambio normativo en este sentido ha tenido correspondencia con la


práctica, evidenciándose la falta de coordinación y vinculación entre los distintos entes
que forman parte y se relacionan con esta área. Así, por ejemplo, muchas veces la
tardanza de los juicios no se debe a la actuación de los tribunales sino a las
deficiencias en el desempeño de las funciones por parte de los otros entes que
integran el sector justicia. Muestra de ello es que la inasistencia de los Fiscales del
Ministerio Público a las audiencias produce importantes retardos en los juicios penales.
En lo que concierne al sistema penitenciario, al no realizarse el traslado del procesado
en las audiencias programadas o para la hora establecida, se genera un alargamiento
del proceso.

000c.   Gobierno y administración del Poder Judicial. Las fallas advertidas en el


funcionamiento del Consejo de la Judicatura, así como las continuas críticas de las
cuales era objeto, llevaron a pensar en la idea de que la solución era aglutinar en un
solo órgano, el Tribunal Supremo de Justicia, tanto la función de gobierno como las
jurisdiccionales. De esta manera, el Máximo Tribunal no sólo es la instancia de mayor
rango en el poder judicial sino también la encargada de la dirección, el gobierno y la
administración del Poder Judicial, la inspección y vigilancia de los tribunales de la
República y el sistema de la Defensa Pública.

Las funciones de gobierno le corresponden a la Sala Plena, mediante la Dirección


Ejecutiva de la Magistratura (art. 267 CRBV).119 Para el control y supervisión del
funcionamiento de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura la Sala Plena creó la
Comisión Judicial, integrada por seis magistrados en representación de cada una de las
Salas del Tribunal Supremo de Justicia y su Presidente.

000d.  Independencia del Poder Judicial. El texto constitucional declara expresamente


la independencia del Poder Judicial, así como la autonomía funcional, financiera y
administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, para lo cual dispone que se destine no
menos del 2% del presupuesto ordinario nacional al sistema judicial, monto que no
puede ser reducido o modificado sin autorización previa de la Asamblea Nacional.

Otra regulación dirigida a propugnar la independencia del Poder Judicial es el sistema


de selección de los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, pues la Constitución
prevé la creación de un Comité de Postulaciones Judiciales, como órgano asesor del
Poder Judicial para la selección de los candidatos a dichos cargos, integrado por
diferentes sectores de la sociedad, de conformidad con lo que establezca la ley. No
obstante, el Constituyente no dispuso nada sobre la mayoría requerida para la
selección de los Magistrados y estableció que su remoción puede ser acordada por la
Asamblea Nacional, por una mayoría calificada de las dos terceras partes de sus
integrantes, lo cual ha sido criticado.

También en aras de garantizar la independencia de los jueces la Constitución consagra


la carrera judicial, estableciéndose que el ingreso y ascenso de los jueces se hará por
concursos públicos que aseguren la idoneidad y excelencia de los participantes.

D. Obstáculos para la aplicación del nuevo diseño


constitucional120

Pese a las bondades que, salvo excepciones como la señalada, ostenta la Constitución
de 1999 en materia de justicia, desde ese mismo año se ha adelantado una ocupación
política del poder judicial de efectos devastadores.

En tal sentido, el examen del marco normativo del Poder Judicial venezolano no puede
desligarse de la actuación de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999. Tras una
discutible decisión de la Asamblea, mediante la cual se proclamó originaria, ésta se
consideró facultada para dictar decretos que afectaran el funcionamiento de los
poderes constituidos, lo cual implicó que el Poder Legislativo y el Poder Judicial vieran
menoscabado su respectivo ámbito constitucional de atribuciones. Tal determinación
de la Asamblea no era compatible con una sentencia de la Corte Suprema de Justicia
que había ordenado suprimir de las bases comiciales sobre la Asamblea Nacional
Constituyente, que serían sometidas a consulta popular, la alusión al carácter
originario del poder que ostentaría dicho cuerpo, dado que éste quedaría sujeto,
durante su funcionamiento, a la Constitución de 1961, entonces vigente, hasta la
eventual aprobación de una nueva Constitución. Dicha Constitución preveía potestades
del Congreso de la República y del Consejo de la Judicatura que resultarían
quebrantadas por la actuación de esa Asamblea, lo cual recibió posteriormente el aval
de la propia Corte Suprema de Justicia.

En materia judicial fueron dictados decretos de emergencia y reestructuración judicial


que permitieron acordar, sin base en criterios razonables, la inmediata suspensión de
muchos jueces de la República. Se creó con carácter provisional una Comisión de
Emergencia Judicial, luego sustituida por la Comisión de Funcionamiento y
Reestructuración del Sistema Judicial. La provisionalidad de estas instancias ha sido
desmentida por los hechos, pues esta última aún se desempeña como el órgano
encargado de la función disciplinaria respecto de los jueces de la República, ante la
falta de instauración de los tribunales disciplinarios previstos en la Constitución (art.
267 CRBV) y la ausencia del Código de Etica del Juez Venezolano o Jueza Venezolana
también contemplado constitucionalmente. De ahí que la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia haya declarado la inconstitucionalidad por omisión en que
ha incurrido la Asamblea Nacional al no haber sancionado dicho Código (sentencia N°
1.048 del 18 de mayo de 2006).

El desempeño de dicha Comisión de Funcionamiento y Reestructuración del Sistema


Judicial con atribuciones en el campo disciplinario judicial no tenía fundamento alguno
en la Constitución aprobada por el pueblo mediante referendo en diciembre de 1999,
sino que se apoyaba en un decreto emanado de la Asamblea Nacional Constituyente
(Decreto mediante el cual se dicta el Régimen de Transición del Poder Público). Las
Disposiciones Transitorias de la Constitución sólo prevén la actuación de tal Comisión
en el sector de la defensa pública, hasta que sea dictada la ley orgánica respectiva
(Disposición Transitoria Cuarta, num. 5). No obstante, la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia ha sostenido que los decretos de transición aprobados
por la Asamblea Nacional Constituyente son válidos y tienen rango constitucional,
aunque su vigencia es provisional; pero la mayor fragilidad jurídica de este régimen de
transición radica justamente en que, sobre todo en el campo de la justicia, el mismo
tiende a perpetuarse. Pese a haber transcurrido ocho años desde la entrada en vigor
de la Constitución de 1999, la citada Comisión sigue en funcionamiento, sin que para
ello pueda invocarse una justificación aceptable.

La existencia de un régimen de transición en relación con la función disciplinaria


judicial, que ha debido en todo caso ser incluido en las Disposiciones Transitorias de la
Constitución y ofrecer garantías de independencia e imparcialidad, sólo podía
justificarse hasta la elección de los integrantes e instalación de la Asamblea Nacional, a
la que cabía otorgar un tiempo prudencial para dictar las correspondientes normas
disciplinarias y de organización judicial. Dicho lapso fue fijado por la propia
Constitución, en lo que atañe a toda la legislación referida al sistema judicial: un año
contado a partir de la instalación de la Asamblea Nacional, que obviamente ha sido
sobrepasado (Disposición Transitoria Cuarta, num. 5, CRBV).
La entronización de la transición se puso de manifiesto, igualmente, en el
procedimiento seguido en diciembre de 2000 para la elección de los Magistrados del
Tribunal Supremo de Justicia y de los titulares de los órganos del Poder Ciudadano
(Fiscal General de la República, Defensor del Pueblo y Contralor General de la
República), pues en esa ocasión la transición fue invocada para realizar tales
designaciones sin cumplir todos los pasos constitucionalmente establecidos, a pesar de
que la Asamblea Nacional ya estaba en funcionamiento y podía sancionar las normas
legales necesarias para la estricta aplicación de los preceptos constitucionales. En lugar
de hacerlo, dictó una ley especial o adhoc que no se ceñía al procedimiento y principios
de la Constitución, aduciendo como pretexto la ausencia de la legislación sobre el
Tribunal Supremo de Justicia y sobre el Poder Ciudadano que ella misma estaba en el
deber de sancionar.

De esta forma, el argumento de la transición constitucional ha sido uno de los


obstáculos más serios para la efectiva vigencia de las previsiones constitucionales en el
ámbito de la justicia. El contenido de las normas constitucionales sobre la materia es,
en términos generales, adecuado y procura asegurar la independencia judicial, pero la
excesiva prolongación de esa transición y la manera en que se ha abusado de la misma
ha ido en detrimento de la fuerza normativa de la Constitución. Algunos episodios
institucionales hacen pensar que la transición se alimenta de sí misma y ha generado
círculos viciosos de autojustificación y fractura jurídica, como ocurrió con motivo de la
elección de Magistrados y de los titulares de los órganos del Poder Ciudadano en el año
2000. La fractura jurídica también se produjo, aunque esta vez sin acudir a la
transición como pretexto, a raíz de la ampliación, con móviles indudablemente
políticos, del número de Magistrados del Máximo Tribunal, acordada por la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia (2004).

Igualmente, es digna de mención la decisión de la Sala Constitucional del Tribunal


Supremo deJusticiaN° 1.057 del 1 de junio de 2005, por la cual, al admitir un recurso
de inconstitucionalidad por omisión interpuesto contra la Asamblea Nacional por no
haber sido sancionado el Código de Etica del Juez Venezolano o Jueza Venezolana,
dicha Sala procedió a renovar los integrantes de la Comisión de Funcionamiento y
Reestructuración del Sistema Judicial, que habían sido designados por la Asamblea
Nacional Constituyente "hasta el funcionamiento efectivo de la Dirección Ejecutiva de
la Magistratura, de los Tribunales Disciplinarios y del Sistema Autónomo de la Defensa
Publica" (art. 28 del Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público). En lo
que concierne al ejercicio de la función disciplinaria judicial, lo relevante es que la
ausencia de los tribunales disciplinarios no fue obstáculo para que la Sala
Constitucional resolviera reemplazar a los integrantes de dicho cuerpo, sin dar razón
alguna referida al desempeño de quienes ocupaban tales cargos por decisión de la
Asamblea Nacional Constituyente, lo que conduce a sostener que los integrantes de tal
Comisión carecían de la estabilidad necesaria para ejercer la delicada función de
pronunciarse sobre las posibles faltas disciplinarias de los jueces de la República. Con
posterioridad a esa primera renovación, la misma Sala Constitucional ha efectuado
otras designaciones, en virtud de la renuncia de los titulares de tales cargos.

El soslayamiento de la plena vigencia de la Constitución derivado de la utilización y el


abuso del régimen de transición de los poderes públicos ha repercutido negativamente
en la independencia judicial, porque la inmensa mayoría de los jueces de la República
carecieron durante un largo periodo, dentro del cual se suscitó el caso sobre el cual
versa esta opinión jurídica, de estabilidad en sus cargos y su nombramiento no se
originó, en ese mismo lapso, en procedimientos transparentes que ofrecieran
objetividad en cuanto a los criterios de selección. Muchas de las remociones
(encubiertas) entonces adoptadas estuvieron probablemente relacionadas con móviles
políticos.121

Un aspecto del régimen del Poder Judicial que requiere de una exposición particular es
el relativo al nombramiento y remoción de los jueces. Aquí ha jugado un papel no
despreciable, como dijimos, la llamada transición constitucional, aunque también han
confluido otros factores.

En lo que atañe al nombramiento de los jueces, formalmente corresponde al Tribunal


Supremo de Justicia, así como su juramentación (art. 255 CRBV). Antes de tal
nombramiento la selección de los jueces se ha realizado siguiendo fundamentalmente
dos vías diferentes. Si se ha organizado un concurso para el ingreso, la persona o
personas favorecidas por el concurso se hacen merecedoras de la designación.
Mientras los concursos no sean efectuados, suele acudirse a nombramientos con
carácter temporal o provisorio. No obstante, el tratamiento de esta materia no ha sido
uniforme a lo largo de los ocho años de vigencia de la Constitución.

En una primera etapa, que va desde la entrada en vigor de la Constitución hasta el año
2002, se programaron y llevaron a cabo concursos de oposición para el ingreso en la
carrera judicial, con base en normas dictadas por la mencionada Comisión de
Funcionamiento y Reestructuración del Sistema Judicial (Normas de Evaluación y
Concursos de Oposición para el Ingreso y Permanencia en el Poder Judicial). El
régimen aprobado en estas normas se componía de dos elementos: la evaluación de
los jueces y el concurso. Los jueces de la República debían ser evaluados en su
desempeño, conforme a criterios fijados en tales normas. Si el resultado de la
evaluación era positivo, el juez era ratificado en su cargo, cuando se tratara de jueces
titulares que ya hubieran concursado durante la vigencia de la Constitución anterior;
cuando el juez tuviera carácter provisorio, por no haber concursado, la evaluación
positiva lo habilitaba para participar en el concurso. Los concursos de oposición
también estaban regulados en dichas normas, y fueron organizados con participación
de diversos sectores del país, incluyendo a Profesores de Universidades públicas y
privadas.

Desde el año 2003 tales concursos fueron suspendidos, lo que frenó el proceso de
regularización de la situación de la judicatura que, de manera lenta pero aceptable a la
luz de los principios constitucionales, se adelantaba, lo cual condujo a que durante
varios años se mantuviera en el país un porcentaje cercano al 80% de jueces en
calidad de provisorios, tal como ocurría al momento de presentarse los hechos objeto
de este procedimiento. El carácter provisorio (o temporal) de los jueces implica que
carecen de estabilidad en sus cargos y que para separarlos de los mismos no es
imprescindible la apertura de un procedimiento previo que garantice el derecho a la
defensa, como tampoco lo es comprobar que hayan incurrido en falta disciplinaria. Se
impuso la práctica, amparada por la Comisión Judicial del Tribunal Supremo de
Justicia, de dirigir un oficio, a menudo por vía de fax, a los jueces, indicando que su
nombramiento había quedado "sin efecto". Esta libertad para pronunciarse sobre la
remoción del juez provisorio también imperaba para su designación.

Desde mediados del 2005 el Tribunal Supremo de Justicia procuró reiniciar los
concursos para el ingreso al Poder Judicial, rediseñándolos y sometiéndolos a nuevas
normas. Varios sectores han denunciado que este proceso no ha estado acompañado
de la participación ciudadana exigida por la Constitución (art. 255 CRBV) ni se ha
distinguido por la debida transparencia y su apego a las normas constitucionales. 122 Es
discutible, igualmente, que los nuevos procedimientos de ingreso, tal como han sido
regulados y aplicados, representen verdaderos concursos de oposición públicos, de
acuerdo con lo requerido constitucionalmente, ya que la posibilidad de concurrir estuvo
circunscrita, en relación con un elevado número de tribunales, a los actuales jueces,
generalmente provisorios -cuya forma de ingreso ya destacamos-, asemejándose los
llamados concursos a un procedimiento de evaluación y confirmación del juez en su
cargo. En todo caso, esta vía de ingreso ha sido implementada con cierta celeridad, lo
cual se ha traducido en una significativa reducción del número de jueces provisorios,
sin que ello signifique, por las razones señaladas, que los problemas relativos a la
reducida independencia del Poder Judicial y a la limitada autonomía del juez hayan sido
atendidos adecuadamente.

En lo que respecta a la destitución o remoción de los jueces, la Constitución exige el


establecimiento de un orden jurisdiccional especial, la jurisdicción disciplinaria judicial.
En ausencia de ésta, y con base en el régimen de transición, esas funciones
disciplinarias han sido asumidas por la Comisión de Funcionamiento y Reestructuración
del Sistema Judicial. No obstante, como ya apuntamos, en paralelo a esta forma de
sanción y eventual separación de un juez de su cargo, se ha acudido a la vía expedita,
e inconstitucional (arts. 255 y 49 CRBV), de dejar sin efecto la designación de los
jueces provisorios, mediante decisiones carentes de motivación, adoptadas
generalmente por la Comisión Judicial del Tribunal Supremo de Justicia, que carece de
competencia en materia disciplinaria judicial. Ello ha conducido a una situación de
enorme vulnerabilidad de los jueces frente a presiones de diversa índole. Esta
vulnerabilidad ha alcanzado a los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, como
lo demuestra la remoción del Magistrado Franklin Arrieche mediante el subterfugio de
la declaratoria de la nulidad de su designación, la cual respondió a las críticas que la
sentencia del Tribunal Supremo de Justicia relativa a los acontecimientos del 11 de
abril de 2002, de la que él fue ponente, suscitó en las más altas esferas de los Poderes
Ejecutivo y Legislativo.

3. DERECHOS FUNDAMENTALES

A. Consideraciones generales

En el periodo señalado se ha producido una importante evolución en materia de


derechos fundamentales (o derechos humanos). El marco constitucional vigente en
1975 establecía una generosa declaración de derechos y preveía variados mecanismos
para su protección. La declaración partía del reconocimiento de la libertad como
principio y admitía la introducción de restricciones cuando existiese una justificación
(art. 43); además, el catálogo de derechos se caracterizaba por su diversidad, pues
comprendía tanto a derechos clásicos de libertad como a derechos sociales. A ello se
sumaba la apertura de ese catálogo constitucional a derechos inherentes a la persona
no previstos en el texto constitucional (art. 50).

Pero la amplitud de esta regulación constitucional no siempre se vio reflejada en la


praxis de las autoridades de las distintas ramas del poder público. La década dictatorial
que culminó en 1958 detuvo el desarrollo de la conciencia democrática y de respeto a
los derechos humanos que podía madurar con apoyo en la Constitución de 1947 y
consolidó prácticas policiales represivas. Adicionalmente, la tesis del carácter
meramente programático de las normas constitucionales hasta que recibieran
regulación legislativa dejó en vilo parte de la Constitución.
Veremos cómo esta situación tendió a cambiar una vez que se admitió la operatividad
del amparo constitucional y de los demás derechos o garantías constitucionales. A
partir de allí se abre una etapa en la cual el poder judicial se compromete, aunque
parcialmente, con la garantía de la vigencia de los derechos fundamentales. Ello
permitió progresos jurisprudenciales que en buena medida desembocaron en la
formulación vanguardista de la Constitución de 1999, en la cual también influyó la
actuación de las ONGs, que desde finales de la década de los ochenta se hicieron
activas en el escenario público nacional.

B.  La tesis del carácter programático de las normas


constitucionales y la limitada significación jurídica de los
derechos y garantías constitucionales

En la década de los setenta encontró eco jurisprudencial la tesis de que las normas
constitucionales o algunas de ellas tenían naturaleza programática, por lo que
adquirían operatividad jurídica cuando eran desarrolladas legislativamente. Esto era
expresión de una conciencia jurídica bastante extendida que no reconocía todas las
implicaciones del carácter normativo de la Constitución y, particularmente, de su parte
dogmática.

Las deficiencias no se agotaban en el condicionamiento de la fuerza normativa de los


derechos aún no legislados, sino que comprendía a aquellos que lograron alcanzar
regulación legal. Una somera observación de la jurisprudencia relativa al control
concentrado de constitucionalidad de las leyes revela que la mayoría de las sentencias
dictadas se referían a la protección de la parte orgánica de la Constitución. En lo que
atañe al control difuso de la constitucionalidad, éste era ejercido raramente. Habría
que esperar al despliegue de la eficacia jurídica del amparo para que los derechos
constitucionalmente asegurados mostraran completamente sus potencialidades como
parámetro para el control de los actos del poder público.

C.  El amparo constitucional y la operatividad de los derechos

En virtud de una evolución que se explicará luego al examinar los mecanismos de


protección constitucional, en 1983 la Corte Suprema de Justicia aceptó la operatividad
del amparo constitucional y con ello catapultó un proceso que se venía siendo
impulsado por los jueces de instancia. La sentencia del máximo tribunal permitía
además concluir que dicha operatividad era predicable de todos los derechos y
garantías constitucionales. El creciente uso del amparo que siguió a ese
pronunciamiento generó complicaciones procesales concernientes a la forma de
relacionar este instrumento con el resto del ordenamiento procesal, pero tuvo el efecto
positivo de propiciar la presencia de los derechos en todos los estrados judiciales y de
favorecer un razonamiento y una estrategia jurídica apoyada en los mismos, que
repercutiría en la formación, en el lenguaje y en la mentalidad jurídica.

La explosión del amparo despertó el interés por el Derecho Constitucional y, en


particular, por esta faceta de la Constitución que estaba siendo reconocida y que
trascendía de la reflexión o de la discusión política para penetrar en el foro y en la
dinámica judicial. Por esta vía también se incorporaron aportes doctrinarios
provenientes de otros ordenamientos jurídicos, siendo dignas de mención
contribuciones procedentes del Derecho español, el cual se hallaba en una fase de
descubrimiento de la fuerza normativa de la Constitución que ofrecía múltiples
referencias para el Derecho venezolano. En la misma dirección apuntó la ratificación
por Venezuela de los principales tratados internacionales sobre derechos humanos.

D. Zonas de penumbra e iluminación jurisprudencial

El retraso en la aceptación de las implicaciones normativas de la Constitución hizo


posible la pervivencia de zonas del ordenamiento jurídico en las que continuaban en
vigor reglas que eran reflejo de una concepción autoritaria sobre las relaciones entre el
poder y la libertad, no cónsonas con el espíritu democrático y la garantía de los
derechos de la Constitución de 1961. Muestra de ello era la normativa relativa al
derecho a la libertad personal. La legislación vigente permitía las sanciones
administrativas privativas de la libertad, autorizaba detenciones policiales insertas en
el proceso penal de larga duración y sustentaba, según la opinión oficial, una ley
preconstitucional en la que se preveía la privación administrativa de libertad de
personas que fuesen consideradas como vagos o maleantes, con base en criterios de
peligrosidad predelictual.

Hubo que esperar a 1997 para que la Corte Suprema de Justicia, después de 12 años
desde la interposición del recurso, se dispusiera a revisar con rigor la compatibilidad de
estas últimas normas con la Constitución. La declaratoria de la inconstitucio-nalidad de
la Ley sobre Vagos y Maleantes marcó un hito en la evolución de la jurisprudencia
relativa a los derechos constitucionales, pues se tradujo en la expulsión del
ordenamiento de esta ley autoritaria y sentó las bases teóricas para la revisión de
otras medidas administrativas similares. Además, consolidó una corriente doctrinal y
jurisprudencial que propugnaba la constitucionalización de los derechos humanos, en
cuyo respaldo se invocaba el artículo 50 de la Constitución, que contemplaba la
protección de derechos inherentes a la persona no previstos en el texto constitucional,
entre los cuales debían encontrarse los derechos consagrados en tratados
internacionales sobre derechos humanos ratificados por Venezuela. Esta tendencia
alcanzaría realización en la Constitución de 1999.

E. La suspensión o restricción de garantías constitucionales

Una figura que jugó un papel en la desvalorización de la Constitución en el periodo


examinado fue la de la suspensión o restricción de derechos o garantías
constitucionales. Desde el mismo día de la promulgación de la Constitución de 1961 se
dictó una suspensión de garantías individuales que amenazaba el respeto debido a
estos derechos y facilitaba la persecución política. Luego fueron restablecidas algunas
de ellas, pero la libertad económica permaneció restringida hasta 1991, con lo cual el
Ejecutivo Nacional podía dictar normas con fuerza de ley sobre los ámbitos
socioeconómicos más diversos, afectando el régimen constitucional general de los
derechos así como las facultades del Congreso de la República.

El episodio más lamentable en cuanto al abuso del mecanismo citado fue la suspensión
de garantías decretada en 1989 para hacer frente al desbordamiento de saqueos
populares de comercios acaecido el 27-28 de febrero de ese año. Bajo la tesis de que
tal figura suspendía los derechos señalados en el decreto presidencial, los jueces se
abstuvieron de tramitar acciones de amparo de la libertad física (habeas corpus)
interpuestas por personas arbitrariamente detenidas, con lo cual los jueces
concurrieron en la violación de derechos humanos perpetrada durante esos días y los
inmediatamente posteriores, consistentes en una represión brutal que no fue luego
investigada adecuadamente por el Estado y que supondría para Venezuela la condena
del sistema interamericano de protección de los derechos humanos.

Durante suspensiones de garantías posteriores el poder judicial abandonó parcialmente


su pasividad al declarar la Corte Suprema de Justicia su competencia para conocer de
acciones de inconstitucionalidad contra decretos que impongan un estado de
excepción, pero volvió a abdicar de su función tutelar de los derechos al rechazar
acciones de amparo bajo otra argumentación igualmente errónea, en virtud de la cual
durante los estados de excepción no se suspendían los derechos sino las garantías,
entre las que se encuentra nada más y nada menos que el amparo constitucional. La
Constitución de 1999 afortunadamente ha superado esta equivocada comprensión de
los estados de excepción, apoyada en la doctrina y en aportes de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.

F. Los derechos humanos y su contribución al desarrollo


institucional

Conviene aludir particularmente a la importancia de la protección internacional de los


derechos humanos para el desarrollo institucional venezolano. La ratificación por
Venezuela de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (1977), del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y de su Protocolo Facultativo y del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1978), así como el
reconocimiento por Venezuela de la competencia contenciosa de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (1981) favorecieron el despliegue de las
implicaciones jurídicas de los derechos fundamentales en el orden interno. Los
derechos humanos, en su dimensión jurídica-internacional, acompañaron las iniciativas
jurisprudenciales dirigidas a hacer operativo el amparo aun en ausencia de una ley de
desarrollo; respaldaron la creación de organizaciones no gubernamentales destinadas a
su promoción y defensa y estuvieron presentes en la reflexión pública sobre
situaciones fácticas y normativas que debían ser superadas, tal como ya se expuso en
relación con algunos ámbitos. El uso del sistema interamericano de protección de los
derechos humanos en algunos casos, y la sola perspectiva de poder nacerlo, confirió al
tratamiento del tema una significación hasta entonces desconocida.

G. La Constitución de 1999 y el devenir posterior

La Constitución de 1999 introdujo, como ya se adelantó, importantes avances en


materia de derechos humanos. Se consagró el rango constitucional de los tratados
sobre derechos humanos ratificados por Venezuela, así como el criterio in dubio pro
homine. Se constitucionalizaron principios y obligaciones provenientes del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, como los principios de interdependencia e
indivisibilidad de los derechos y los deberes de respeto y garantía. Se circunscriben los
poderes de las autoridades durante estados de excepción y se amplían los respectivos
controles. El catálogo de derechos es además generoso, sobre todo en el ámbito del
constitucionalismo social, y mantiene la apertura a los derechos inherentes a la
persona no enunciados expresamente en la Constitución.

Pero las bondades del texto constitucional no han estado secundadas de una actuación
consecuente de los poderes públicos. En casi todos los ámbitos el legislador ha
incurrido en mora, particularmente en relación con derechos de tipo social o
prestacional. En lo que atañe a los derechos civiles y políticos, la jurisprudencia
constitucional ha sido restrictiva, incluso cuando han entrado enjuego tratados
internacionales de derechos humanos o decisiones de los órganos internacionales
encargados de interpretarlos. La jerarquía constitucional de estos tratados ha sido
mediatizada por la jurisprudencia constitucional. A lo anterior se suma la
discriminación política que ha afectado a muchos venezolanos y que se ha traducido en
medidas de persecución y en la tolerancia de situaciones que ponen en peligro el
desempeño de comunicadores sociales o defensores de derechos humanos. 123

4. LOS PARTIDOS POLÍTICOS

A. La democracia de partidos (1970-1990)

El estudio de los partidos políticos en el período de 1975 hasta el 2005 definitivamente


revela un profundo cambio en apenas cuatro décadas. La Constitución de 1961
establecía el derecho a asociarse bajo la forma política de los partidos, con la previsión
de que se trataba de métodos democráticos en la vida política nacional; sin embargo,
no dispuso nada sobre la organización de los mismos delegando tal atribución en el
legislador.124

No fue sino hasta el 30 de abril de 1965 cuando se publicó en Gaceta Oficial la Ley de
Partidos Políticos y Manifestaciones Públicas, en la cual se definió a los partidos como
agrupaciones de carácter permanente cuyos miembros convienen en asociarse para
participar, por medios lícitos en la vida política del país.

Asimismo, en dicha Ley se señalaba el compromiso por parte de los partidos políticos
de perseguir sus objetivos a través de métodos democráticos, de igual manera se
aseguraba que la participación fuese "directa o representativa en el gobierno del
partido".

Para 1975, los partidos Acción Democrática (AD) y Comité de Organización Política
Electoral Independiente (COPEI) se han convertido en los principales partidos políticos
venezolanos, que se gestaron y crecieron durante la décadas de los 40, 50 y 60.
Ambos partidos, con predominio de AD en el escenario político previo a los setenta,
con el Trienio Adeco después del derrocamiento de Isaías Medina Angarita, la lucha en
la clandestinidad durante los diez años de la dictadura de Pérez Jiménez y finalmente
el "Pacto de Punto Fijo", fueron los contendores más importantes en las disputas
electorales sucesivas a 1963. En las elecciones del 63 resultó electo el candidato de AD
Raúl Leoni, con una diferencia del 12% sobre Rafael Caldera, candidato de COPEL

Es destacable que, aun existiendo otros partidos políticos de vieja data como lo era el
partido Unión Republicana Democrática (URD), el cual ya para los años 60 estaba
relegado al tercer puesto en las posiciones electorales, y existiendo en la palestra
política otros partidos de filiación adeca, era para entonces claro que serían AD y
COPEI los partidos que vendrían a definir las elecciones a posteriori, sucesos que
consolidaron un sistema bipartidista.

En los años sucesivos las presidencias fueron alternadas entre candidatos de estos dos
partidos, lo cual arrojó el siguiente escenario:125
Los presidentes para esas fechas fueron:

El bipartidismo originó que durante esos años AD y COPEI no sólo ocuparan los
principales puestos de gobierno en el país, sino que sus militantes coparon, por lo
menos hasta la década de los 90, la mayor parte del servicio público y diplomático
venezolano. Asimismo, la penetración existente en esas décadas por parte de AD y
COPEI en los distintos sectores, permitió a esos partidos proveer de su seno los
miembros de sindicatos y de las organizaciones y gremios que hacían vida en el país,
surgiendo así el fenómeno que fue calificado como la partidocracia.

B. La crisis de la democracia departidos (1990-1999)

En las elecciones de 1988, el triunfo electoral correspondió nuevamente a AD, pese a


los rasgos que caracterizaron el gobierno presidido por Jaime Lusinchi, al cual se
atribuye un incremento de la burocracia, del centralismo,126 de los altos niveles de
corrupción, aunado al hecho de que sus políticas económicas sólo generaron un
incremento de la inflación y no fueron sustentables en el tiempo.

La victoria electoral de AD puede explicarse por otros factores, como lo afirma Samuel
Pérez;127 entre sus principales causas indiscutibles se encuentra el carisma de Carlos
Andrés Pérez, el efecto transitorio de la política populista emprendida por Jaime
Lusinchi, el uso de los recursos de la oficina central de información para desplegar una
campaña comunicacional con un nivel de profesionalismo, intensidad y calidad técnica
nunca antes vistos en Venezuela y la torpe oposición desarrollada por COPEI y el MAS.

Sobre este escenario político de las elecciones de 1988, cuando AD y COPEI


acapararon alrededor del 93% de los votos, se vivía aparentemente la apoteosis del
bipartidismo; sin embargo, se estaba gestando un cambio en la masa electoral,
suscitado por el descontento general en el desarrollo de la democracia de partidos, lo
cual se evidenció, sin causar alarma para ese entonces, en los niveles de abstención
que se estaban registrando en los últimos eventos electorales, que no tenían
precedentes.
Tal descontento encontraría su cauce más adelante. El gobierno de Carlos Andrés
Pérez y sus ajustes económicos con influencias neoliberales no tuvieron aceptación en
la población, dándose una revuelta popular el 27 de febrero de 1989 y luego dos
intentonas de golpe de Estado. Posteriormente se produjo el enjuiciamiento del
Presidente y su separación del cargo.

A pesar de la elección consensuada del Presidente de transición entre AD y COPEI


(RamónJ. Velásquez), con el ánimo de sostener un clima de tranquilidad hasta llegar a
las elecciones de 1993, lo que se desataría después sería la crisis del bipartidismo, lo
cual dio apertura a otros partidos políticos que habían carecido de trascendencia
politica en pasadas elecciones y obtuvieron puestos dentro del Congreso. Tal es el caso
del Movimiento al Socialismo (MAS) y de la Causa Radical (Causa R).128

Asimismo, un importante hecho lo constituyó la crisis presentada dentro del seno de


COPEI, iniciada en las elecciones de 1983, cuando la ventaja adeca fue de 22 puntos
porcentuales de diferencia, crisis que tuvo su punto más álgido en 1993, cuando su
líder Rafael Caldera abandona el partido para fundar una alianza electoral denominada
Convergencia Nacional. Ambos acontecimientos redujeron la participación de COPEI en
los sucesivos procesos electorales.

El Congreso para 1994 quedó constituido por cinco principales partidos: AD, COPEI,
Causa R, Convergencia y el MAS, rompiéndose con el viejo esquema del bipartidismo.

No podemos dejar de resaltar en estas notas otro factor determinante, que pronto
entraría a jugar un papel en el escenario político, para dar otra estocada al sistema
bipartidista: la introducción de las elecciones directas de gobernadores y alcaldes en
1989. Esto condujo, más adelante, a que nuevos líderes con gestiones exitosas
entraran en la palestra pública nacional, sin necesidad de contar con la venia de la
dirigencia de los partidos tradicionales, como fue el caso en Carabobo de los Rómer y
de Proyecto Venezuela.

Por otra parte, hay que hacer alusión a la idea militarista con la cual se engolosinó el
electorado, después de las intentonas golpistas en el período presidencial de Carlos
Andrés Pérez, abriendo una brecha de nuevo a la participación de los militares en la
vida política, la cual había sido desterrada con la Constitución de 1961.

En este contexto se inscribe el Movimiento Bolivariano Revolucionario, que se


denominó el MBR-200 y lanzó al espacio político al Teniente Coronel Hugo Chávez
Frías, como el líder de ese movimiento y del cambio que se gestaba dentro de las
tropas militares. Adquirió rápidamente un auge de popularidad añadido a la crisis de
los partidos y de la incredulidad hacia el sistema democrático como estaba concebido
hasta entonces por los venezolanos.

La falta de madurez de la clase política para asumir los cambios reclamados por la
población electoral venezolana, y la idea mesiánica que ha perseguido a los países del
área, permitieron avanzar a la nueva ideología propugnada por el MBR-200, que en
1997 muda su nombre a Movimiento V República, para deslastrarse del calificativo de
movimiento insurreccional y poder participar en las elecciones de 1998, para el
Congreso y la Presidencia.

Es así como los escrutinios arrojaron los siguientes resultados de representantes por
agrupación política en las elecciones del 8 de noviembre de 1998, concernientes a la
elección de senadores y diputados del Congreso y diputados a asambleas
legislativas:129

Respecto de las elecciones presidenciales celebradas en diciembre del mismo año, los
datos fueron los siguientes:130

C. La Constitución de 1999: La sustitución de los partidos


políticos por asociaciones con fines políticos

En 1999 es promulgada la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que


contiene en su artículo 67 la regulación a los partidos políticos. Esta nueva Cartas
Magna quiso trazar rasgos generales con rango constitucional en lo concerniente a la
organización de los partidos políticos, que en el pasado se había entregado al
legislador; sin embargo, no se refirió a ellos como partidos políticos como
"asociaciones con fines políticos", eliminándose así la referencia expresa constitucional
que hacía la Constitución de 1961.

Los puntos centrales que se prevén en el artículo 67 son:

• Métodos democráticos de organización, funcionamiento y dirección de tales


asociaciones.
• Elección de los integrantes de la dirección y de los candidatos con la participación
de sus miembros.
• Supresión del flnanciamiento del Estado.
• Prohibición de contratar con entidades del sector público.

Esta regulación pretendía ser una respuesta al régimen de control de la democracia por
las cúpulas de los principales partidos que había sido denunciado. En relación con el
flnanciamiento de los partidos la jurisprudencia ha aclarado el alcance de la prohibición
constitucional. La Sala Constitucional interpretó la norma correspondiente en sentencia
N° 780, de fecha 8 de mayo de 2008, con ocasión del recurso interpuesto por los
partidos políticos PPT y PODEMOS; en dicha sentencia se concluyó que:

"Por tanto, el contenido y alcance de la norma contenida en el artículo 67 de la


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, respecto a la proscripción de
aportar fondos públicos a las asociaciones políticas, no limita que en el marco del
proceso electoral y como gasto inherente a una fase esencial del mismo, el Estado (de
acuerdo con el principio de legalidad presupuestaria y observando el principio de
reserva legal que impera en materia de elecciones, según dispone el artículo 156.32 de
la Carta Fundamental), destine fondos con el objeto de financiar el desarrollo de las
campañas electorales, de los partidos y asociaciones políticas inscritos ante el ente
comicial, en el contexto del pluralismo político como elemento esencial de la
democracia participativa y racional, pero que en todo caso, requiere ex profeso, de
regulación normativa por parte de la Asamblea Nacional, porque en esto descansa el
ejercicio de la reserva legal".

D. Chavismo vs. Oposición

Con la entrada de Hugo Chávez en la Presidencia de la República empieza a dibujarse


un cambio en los partidos políticos venezolanos, dada la fuerte influencia del
Presidente en los distintos sectores y las reformas que inició una vez que asumió el
cargo. Reformas que no fueron aceptadas por la población de la clase media y alta
venezolana, ni por los partidos políticos ajenos al gobierno, entre los que se
encontraban algunos de vieja data (AD, COPEI, MAS, CAUSA R) y otros que surgieron
como abanderados del cambio frente a los viejos partidos, con gente joven, dentro de
la misma oposición venezolana, como fue el caso del Movimiento Primero Justicia.

Así, los partidos que no se asimilaban a las ideas de transformación del gobierno,
experimentaron un aislamiento en la escena política. Ello convergió en la formación de
un bloque oposicionista al gobierno presidencial de Hugo Chávez Frías, quien tenía los
más altos índices de popularidad, lo que le permitió realizar la Constituyente,
desmantelar el viejo Congreso y llamar a nuevas elecciones de diputados y de
presidente.

En las elecciones del año 2000, el partido dominante que ganó las elecciones de
gobernadores y de disputados a la Asamblea Nacional fue el MVR y otros partidos
seguidores del chavismo, obteniendo 16 gobernaciones de los 23 estados y 44.38
puntos porcentuales de los votos válidos en el órgano deliberante.

Asimismo, para las elecciones regionales del año 2004 se repitió la tendencia
favorecedora a la línea oficialista, esta vez catapultada por el abstencionismo opositor,
arrojando como resultado 20 estados con gobernadores chavistas y sólo dos de
oposición, que recibieron el apoyo de los principales partidos como AD, COPEI, PRVZL,
MPJ, LA CAUSA R, MAS entre otros.
La alta polarización venezolana, entre dos bandos, ha traído como consecuencia que
las elecciones no se establezcan como pugna entre partidos, sino entre oficialismo y
oposición, reuniendo el partido de gobierno a los solidarios del chavismo, como fue
PPT, PODEMOS, PCV entre sus principales.

Los resultados electorales propiciaron la unión de la oposición, para ejercer un cauce


de acción común de disidencia al gobierno nacional. En esta línea la oposición definió
dos acciones de unidad: 1. Retirar en conjunto sus candidaturas para las elecciones
parlamentarias de 2005, como protesta ante la desconfianza en el organismo electoral,
lo cual condujo a que la Asamblea Nacional estuviera compuesta en su totalidad por
organizaciones con fines políticos que apoyan al gobierno bolivariano; 2. Respaldar
unánimemente la candidatura presidencial de Manuel Rosales para las elecciones 2006.

Dichas elecciones arrojaron una escisión en dos sectores, pero ahora no representados
por dos partidos, sino por dos tendencias, que ha caracterizado la década del 2000, en
virtud de la intolerancia y fricción constante entre gobierno y oposición, fenómeno que
ha obligado a la unidad de los partidos oficialistas, así como la de los partidos
contrarios al Presidente.

En este marco, Hugo Chávez Frías obtiene de nuevo la victoria en el 2006, con el
62,84% frente a Manuel Rosales, quien sólo logra acumular el 36,9%.

Sin embargo, el bipartidismo entre estas dos tendencias "oficialismo vs. oposición",
también asoma visos de crisis hacia el fututo, tal y como lo presagiaron los niveles de
abstención que crecían en la democracia de partidos durante la hegemonía de AD y
COPEL

Por parte del oficialismo, la crisis se manifiesta en la inconformidad de partidos


cercanos al movimiento chavista, a ser unificados en un sólo partido denominado
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), por la propia iniciativa del Presidente de
la República en el año 2007. Los partidos PCV, PPT y PODEMOS, se negaron a ser
fusionados en el partido único, pero este último tomó una posición más radical y
culminó separándose de la coalición oficialista, iniciando un coqueteo con la oposición.
Asimismo, se evidenció una fractura del dominio chavista con la negación de la
población venezolana en asumir una reforma constitucional que era bandera del
oficialismo.

Situación semejante enfrenta la oposición venezolana, al presentar crisis de unidad


para elegir candidatos únicos en las próximas elecciones regionales, y no subestimar el
hecho, de la necesidad de los partidos contrarios al gobierno de buscar nuevos
personajes que le den legitimidad frente al electorado, cansado de las pugnas
partidistas dentro su seno, que determinen la voluntad de asistir a las urnas, como es
el caso de asistirse del recientemente levantado Moviendo Estudiantil.

5. LOS MECANISMOS DE DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN

A. Consideraciones generales

Ya en 1975 Venezuela poseía un sistema de defensa de la Constitución de carácter


básicamente judicial, que se distinguía por la naturaleza mixta o integral del sistema
de justicia constitucional. Estos rasgos están presentes en nuestro ordenamiento desde
el siglo XIX, pero bajo las coordenadas temporales en que nos situamos basta con
indicar que se hallaban plasmados en la Constitución entonces vigente, de 1961, y en
el Código de Procedimiento Civil en lo concerniente al control difuso de la constitucio-
nalidad de las leyes.

Junto a los mecanismos específicos de la justicia constitucional existían otros medios


procesales útiles para la protección constitucional, como las acciones o recursos
contencioso-administrativos, que podían basarse en la violación de normas
constitucionales, al igual que las acciones o los mecanismos recursivos del orden civil o
penal, los cuales podían propender a la preservación de la integridad de la
Constitución. Nos centraremos en los instrumentos propios de la justicia constitucional,
esto es, del Derecho Procesal Constitucional.

El sistema de justicia constitucional comprendía formas de control difuso y de control


concentrado de la constitucionalidad de las leyes, así como la institución del amparo
constitucional. Todo juez de la República era competente para desaplicar leyes
referidas al caso sujeto a su conocimiento que considerase contrarias a la Constitución;
además, la Corte Suprema de Justicia estaba facultada para declarar la
inconstitucionalidad y nulidad de las leyes u otros actos de igual rango violatorios de la
Constitución.

En cuanto al amparo constitucional, su consagración constitucional era clara y


generosa (art. 49), pero aún no había sido dictada la legislación sobre esta materia
prevista en la Constitución, lo cual había impedido, en virtud del criterio sentado por la
Corte Suprema de Justicia respecto de la índole programática del correspondiente
precepto constitucional (art. 49), que había recibido cierto respaldo doctrinal, la ope-
ratividad del instituto procesal, dirigido a la protección de los derechos y garantías
constitucionales, incluyendo a los derechos inherentes a la persona no reconocidos
expresamente en la Constitución. Sólo el amparo a la libertad personal, o hábeas cor-
pus, era admisible según la jurisprudencia del alto tribunal, dada la existencia de una
disposición constitucional transitoria que establecía las reglas de competencia y
procedimiento a las que quedaba sometido. Algunos tribunales de instancia habían
dado curso a solicitudes de amparo referidas a otros derechos o garantías
constitucionales, pero su intención de tornar eficaz la figura del amparo se estrelló con
la postura restrictiva de la Corte Suprema de Justicia.

Conviene apuntar que, pese a la nítida formulación de las modalidades de control


concentrado y de control difuso de la constitucionalidad de las leyes en el
ordenamiento entonces vigente, el ejercicio práctico de tales instrumentos era
bastante limitado, sobre todo en lo que atañe al control difuso de la constitucionalidad.

B. Hitos fundamentales en la evolución jurídico-constitucional


desde 1975 hasta el 2005

000a.  La promulgación de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia en


1976. La Corte Suprema de Justicia fue creada por la Constitución de 1961, pues la
Constitución anterior había establecido un sistema de dualidad en la cúspide del poder
judicial, en el cual se preveía una Corte Federal y una Corte de Casación, con sus
respectivas leyes orgánicas. La Corte Suprema de Justicia debió funcionar por varios
años sin una ley especial, apoyándose en una disposición transitoria de la Constitución
y en las leyes orgánicas precedentes.
En 1976 se promulga la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, lo cual implicó
algunos cambios en el funcionamiento de la justicia constitucional. En primer término,
la Corte en pleno, integrada por todos los Magistrados de la Corte, asumió
completamente las atribuciones de control concentrado de constitucionalidad de las
leyes u otros actos de igual rango, que hasta entonces compartía con la Sala Político-
Administrativa del mismo tribunal. En segundo término, la citada ley reguló los
procedimientos para la impugnación de actos ante dicho tribunal, distinguiendo entre
la impugnación de actos de efectos particulares y la de actos de efectos generales.
Dentro de estos últimos se incluía a las leyes u otras normas del mismo rango, por lo
que las respectivas reglas de procedimiento eran aplicables a las acciones o recursos
interpuestos para activar el control de constitucionalidad de tales normas. Como
aspectos de esta regulación dignos de mención se encuentran la ratificación del
carácter amplio y, a fin de cuentas, popular de la legitimación para interponer las
correspondientes acciones o recursos y la ausencia de un plazo de caducidad.

000b.  La progresiva utilización del amparo como mecanismo de defensa de derechos


y garantías constitucionales. Un capítulo primordial de la evolución de la justicia
constitucional en el periodo examinado fue la creciente incursión del amparo en la
dinámica judicial, que tuvo su origen en la actuación de los jueces de instancia, con un
papel relevante cumplido por los tribunales del interior de la República. En contra del
criterio fijado por la Corte Suprema de Justicia, algunos tribunales procedieron a
admitir acciones de amparo destinadas a proteger derechos distintos a la libertad física
tutelada por el habeas corpus, acudiendo a la analogía para colmar la falta de
disposiciones legales relativas al procedimiento y a la competencia judicial. Este
avance jurisprudencial terminó repercutiendo en la jurisprudencia de la Corte Suprema
de Justicia, que acabó reconociendo la operatividad del amparo aun en ausencia de
desarrollo legislativo y fijó criterios basados en la analogía que facilitaban el ejercicio
de este medio procesal hasta la promulgación de la ley especial.

Esta sentencia de la Corte Suprema de Justicia, del 20 de octubre de 1983, posee una
gran importancia práctica, dogmática y simbólica en nuestra historia constitucional. En
ella se abandona la tesis, previamente sostenida por la propia Corte, de la existencia
de normas meramente programáticas referidas a los derechos y garantías
constitucionalmente reconocidos. Además, se sentó un precedente acerca del papel
que pueden cumplir los jueces para la defensa de la Constitución, en los casos en los
que los otros poderes públicos no hayan estado a la altura de las exigencias
constitucionales. De este modo fue salvaguardada la supremacía constitucional y se
estableció un criterio garantista que tendría repercusión en los demás órganos
jurisdiccionales. A partir de allí el amparo seguiría recorriendo un camino
jurisprudencial en el que la Constitución comenzó a hacerse presente en los más
diversos órdenes jurisdiccionales y en los rincones más apartados de nuestra
geografía, lo cual desembocaría en la promulgación, en 1988, de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, basada en un proyecto de ley
presentado por la vía de la iniciativa popular, que recogía los aportes provenientes de
la experiencia jurisprudencial acumulada. Así, pues, el amparo ha sido un modelo
concreto de gestación y consolidación institucional, con participación de actores
estatales y sociales diversos.

000c. Desarrollo del debate académico y público sobre las reformas necesarias para el
fortalecimiento de ¡ajusticia constitucional. El robustecimiento del amparo como
instrumento de tutela judicial reforzada de los derechos constitucionales despertó gran
interés en el estudio de la justicia constitucional y de los mecanismos de defensa de la
Constitución. Se procuraba insertar el amparo, que había tenido la evolución
pretoriana antes esbozada, luego plasmada en la ley, dentro de un contexto
sistemático adecuado, en el que estuviese asegurada la protección integral de la
Constitución y su cabal interpretación. Bajo el influjo de modelos instaurados en otros
ordenamientos y partiendo de nuestros propios antecedentes, desde finales de los
años ochenta empezaron a formularse propuestas tendientes a fortalecer el sistema de
justicia constitucional.

En un comienzo las reformas planteadas se inscribían en el marco constitucional


vigente, el cual preveía la posible creación de una Sala Federal dedicada
principalmente al tratamiento de los temas referidos al control de la constitucionalidad
de las leyes. Dicha Sala estaría conformada por Magistrados pertenecientes a las Salas
ya existentes, con preponderancia de los provenientes de la Sala Político-
Administrativa. Se proponía dictar una Ley Orgánica de la Jurisdicción Constitucional
que instaurase dentro de la Corte Suprema de Justicia una Sala Federal Constitucional.
Esto hubiera supuesto dar un paso hacia la especialización del órgano encargado de
ejercer el control concentrado de la constitucionalidad. Las competencias que en el
proyecto recibía dicha Sala también ponían de manifiesto la preocupación por
garantizar cierta uniformidad en la interpretación constitucional.

Sin embargo, las limitaciones que la misma Constitución imponía para la formulación
de reformas de alguna profundidad en el ámbito de la justicia constitucional motivaron
posturas más ambiciosas, que comprendían la modificación de la normativa
constitucional. Ello quedó reflejado en el Proyecto de Reforma General de la
Constitución de 1961 presentado ante el Congreso de la República en 1992 por los
integrantes de la Comisión Bicameral de Revisión Constitucional presidida por el ex
Presidente Rafael Caldera. Allí se contemplaba la creación de una Sala Constitucional
dentro de la Corte Suprema de Justicia, a la cual se enmendaba el ejercicio de las
atribuciones de control de la constitu-cionalidad hasta entonces reservadas a la Corte
en pleno.

Ninguna de estas propuestas de reforma prosperó, como tampoco otras posteriores


que volvían a planteamientos de menor alcance sometidos a la normativa
constitucional vigente o que presuponían una puntual enmienda de la Constitución.
Con base en estas iniciativas y en las reflexiones que les brindaron soporte, las
modificaciones se introdujeron mediante la aprobación de la Constitución de 1999, a la
que seguidamente nos referiremos.

000d. La justicia constitucional en la Constitución de 1999.131 La Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela, sancionada popularmente en 1999, introdujo
sustanciales mejoras en la regulación de la justicia constitucional. Para apreciar su
significación conviene recordar que, de acuerdo con el Texto Constitucional anterior,
las competencias relacionadas con el control concentrado de la constitucionalidad de
las leyes recaían sobre la Corte Suprema de Justicia en Pleno (Sala Plena), la cual
estaba conformada por los Magistrados de las Salas de Casación Penal, de Casación
Civil y Político Administrativa de dicha Corte. No se trataba, pues, de un órgano
especializado en la materia constitucional, ni siquiera de un órgano judicial de
funcionamiento permanente, sino de una Sala que sesionaba para ejercer las escasas
atribuciones conferidas por el ordenamiento. El trabajo de la Corte Suprema de Justicia
se desarrollaba normalmente en el ámbito de cada una de sus Salas particulares,
compuestas por cinco Magistrados, ya de por sí bastante sobrecargados de causas,
mientras que las reuniones en Sala Plena se apartaban de lo habitual y a menudo se
traducían en retardos excesivos en la resolución de los casos. Adicionalmente, la
ausencia de una sensibilidad hacia los temas constitucionales quedaba evidenciada en
los contenidos sustantivos de la jurisprudencia, reacia a captar y a desplegar toda la
fuerza normativa de la Constitución, en especial de su parte dogmática.

Por otra parte, la amplitud y diversidad de los mecanismos que estaban a disposición
de los jueces ordinarios para la protección específica de la Constitución, como el
amparo y el control difuso de la constitucionalidad, condujo a pensar en la
conveniencia de introducir mecanismos que permitieran asegurar una mayor certeza
jurídica frente al ejercicio del control difuso de la constitucionalidad, el cual podía ser
activado por cualquier juez de la República, al estar facultado para desaplicar al caso
particular sometido a su conocimiento las leyes que considerase inconstitucionales, sin
que existieran instrumentos procesales orientados a provocar un pronunciamiento
definitivo y con alcance general sobre la inconstitucionalidad de la ley en cada uno de
estos supuestos de inaplicación legislativa. En materia de amparo también se había
observado que podían presentarse interpretaciones judiciales disímiles respecto de los
aspectos procesales de la institución o del propio alcance de los derechos tutelados, ya
que el amparo se rige por el principio de la doble instancia, la cual frecuentemente se
agotaba ante los Tribunales Superiores de los variados órdenes jurisdiccionales o, en
determinados supuestos, ante las Salas de la Corte Suprema de Justicia, según la
naturaleza del asunto, suscitándose a veces diferencias interpretativas entre ellas.

Las consideraciones anteriores llevaron a la consolidación de una opinión favorable a la


creación de una alta instancia jurisdiccional especializada en la materia constitucional,
que asumiera las atribuciones de control concentrado de la constitucionalidad de las
leyes y otras propias de la jurisdicción constitucional, como los conflictos
constitucionales, y que velara por el cabal ejercicio de instrumentos como el amparo y
el control difuso de la constitucionalidad.

Se debatió sobre la conveniencia de instaurar una Sala o un Tribunal Constitucional, y


prevaleció la tesis de la inclusión de una Sala Constitucional dentro del Máximo
Tribunal. Para algunos esta alternativa ofrecía la ventaja de minimizar los conflictos
que pudieran suscitarse entre la jurisdicción ordinaria y la constitucional, en particular,
entre un Tribunal Constitucional y la Corte o Tribunal Supremo de Justicia, que habían
alcanzado en ocasiones singular intensidad en países europeos y latinoamericanos.
Otros estimaron que la Sala Constitucional podía ser un paso intermedio o gradual, un
estadio previo a la creación de un Tribunal Constitucional, el cual permitiría acumular
una experiencia que seguramente habría de desembocar en la adopción de esta última
figura.

Ello aunado al efecto vinculante reconocido a la jurisprudencia constitucional de dicha


Sala y a su facultad de revisión de sentencias de amparo o de control difuso, y a la
introducción en nuestro ordenamiento de novedosos medios procesales para la
protección de la Constitución, como la acción de inconstitucionalidad por omisión
legislativa, el control previo de la constitucionalidad de los tratados internacionales
suscritos por la República y el control automático o de oficio de los decretos de estados
de excepción, abona la conclusión de que la normativa de la Carta Magna de 1999
apunta hacia el fortalecimiento y racionalización de la justicia constitucional.

Se mantuvieron los rasgos fundamentales del sistema venezolano de justicia


constitucional, que se sigue distinguiendo por su carácter mixto o integral, es decir,
por la convivencia entre los principales instrumentos del control concentrado de la
constitucionalidad y el control difuso, al igual que por la preponderancia del amparo
como medio de protección constitucional. Pero se especializó la máxima instancia de la
justicia constitucional y se le confirieron nuevas atribuciones, algunas de ellas dirigidas
a ordenar o racionalizar el funcionamiento de mecanismos tradicionales de ese
sistema.

La incorporación de este nuevo actor, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de


Justicia, podía indiscutiblemente ocasionar algunas variaciones en la dinámica general
del sistema de justicia constitucional, mas su función directiva o rectora dentro del
mismo debía conducir al aprovechamiento o estímulo de las potencialidades de cada
uno de sus elementos, con base en la pluralidad típica del modelo difuso de control, no
a la absorción competencial que, como de inmediato veremos, ha caracterizado la
jurisprudencia de la Sala Constitucional.

000e. La aplicación de la nueva regulación constitucional y la Ley Orgánica del Tribunal


Supremo de Justicia.132 La Constitución perfila a la Sala Constitucional como una
instancia de igual rango que el de las demás Salas del Tribunal Supremo de Justicia,
pero dotada de una posición preferente en la interpretación constitucional, por cuanto
su jurisprudencia goza, en esta esfera y dentro de ciertos límites, de un efecto
vinculante general o erga omnes. De ahí que la Sala Constitucional sea, en esta
materia, un órgano prímus inter pares.

Desde un primer momento se planteó, sin embargo, el interrogante de si la Sala


Constitucional podía anular o revisar sentencias emanadas de otras Salas del Tribunal
Supremo de Justicia con base en el numeral 10 del artículo 336 de la Constitución.
Algunos estimamos que la respuesta debía ser negativa, pues la mencionada primacía
interpretativa de la Sala Constitucional no la convierte en órgano de revisión de las
sentencias proferidas por las Salas hermanas del Máximo Tribunal, del cual forma
parte. El artículo 335 de la Constitución, frecuentemente invocado para justificar tal
potestad revisora, ciertamente prevé, dentro de determinados límites, el especial
efecto vinculante de la jurisprudencia de la Sala Constitucional, pero ello no autoriza a
esta Sala a imponer su criterio constitucional en cualquier caso y por cualquier vía. Al
contrario, sus interpretaciones vinculantes deben sentarse en uso de las atribuciones
procesales efectivamente otorgadas por la Constitución, o por la ley conforme a la
Constitución, la cual no la erige en órgano de revisión general de los pronunciamientos
de las demás en materia constitucional. El artículo 335 podía, a lo sumo, conferir
fundamento a un mecanismo procesal, que debía ser configurado por la ley, por el cual
la Sala Constitucional revisara sentencias de las otras Salas contrarias a la doctrina
vinculante previamente sentada por dicha Sala.

Sin embargo, la Sala Constitucional, con apoyo en una Exposición de Motivos de la


Constitución de validez más que dudosa y en el afán de extender su ámbito de
competencias, asumió desde el principio de su jurisprudencia una facultad para
revisar, de oficio o a instancia de parte, cualquier decisión de las otras Salas que ella
estimase gravemente lesiva de la Constitución o contraria a las interpretaciones que
ella misma hubiera establecido. Ello abrió la brecha de la tendencia a la auto-atribución
de competencias por parte de la Sala Constitucional, que simultáneamente se estaba
produciendo en la materia del amparo constitucional, pues la Sala mencionada se
reservó todas las competencias que tenía el máximo tribunal para conocer de acciones
de amparo autónomas tanto en única instancia como en vía de apelación o consulta.

La tendencia señalada se ha trasladado a varios ámbitos: la obligación de los jueces de


remitir a dicha Sala, para su revisión, toda sentencia en la que ejerzan el control difuso
de la constitucionalidad; la reducción de la facultad de los jueces de desaplicar leyes
incompatibles con la Constitución a los casos de contradicción literal; el reconocimiento
de una facultad de la Sala Constitucional de avocarse al conocimiento de causas
pendientes de tramitación o decisión ante cualquier otro tribunal, en materia
constitucional; el monopolio de esa Sala para resolver acciones interpuestas en
defensa de intereses difusos o colectivos; la creación de un recurso directo de
interpretación de la Constitución; el sobredimensionamiento del efecto vinculante de la
jurisprudencia constitucional, y los poderes de dicha Sala para colmar omisiones
inconstitucionales de todos los poderes públicos. Esta orientación ha sido en buena
medida confirmada por la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, promulgada
en el 2004.

Todo lo anterior ha conducido a un desmesurado incremento de las atribuciones de la


Sala Constitucional, lo cual ha ido en detrimento de las facultades de los jueces
ordinarios para la interpretación y defensa de la Constitución y ha mitigado el carácter
mixto o integral de nuestro sistema de justicia constitucional.

6. ASPECTOS SINGULARES DE LA EVOLUCIÓN POLÍTICO-


CONSTITUCIONAL: LA REFORMA CONSTITUCIONAL
INCONSTITUCIONAL DE 2007

Una vez reelecto el Presidente Chávez en diciembre del año 2006 para un nuevo y
último período constitucional 2007-2012 y que tomó posesión del cargo en febrero de
2007, dictó un decreto creando un "Consejo Presidencial de Reforma Constitucional",
caracterizada por dos elementos: primero, que sus trabajos se harían en la más
"estricta confidencialidad";133 y segundo, que los miembros que la integraban eran
fundamentalmente diputados oficialistas y miembros del Poder Ejecutivo y de los otros
poderes públicos "independientes" como era el caso del Defensor del Pueblo (Germán
Mundaraín) y el Fiscal General de la República (Isaías Rodríguez) y la propia Presidenta
del Tribunal Supremo de Justicia y de su Sala Constitucional (Luisa Estella Morales),
quien fue designada en el decreto como la Secretaria Ejecutiva del Consejo
Presidencial.134 El trabajo de ese Consejo culminó en los documentos que le fueron
presentados al Presidente de la República y que sirvieron de base para que éste
formulara el proyecto de reforma constitucional que presentó para su aprobación ante
la Asamblea Nacional el 15 de agosto de 2007. La reforma constitucional fue aprobada
por la Asamblea Nacional el 2 de noviembre de ese año y ese mismo día el Consejo
Nacional Electoral dispuso que fuera sometida al referendo el cual se convocó para el
día 2 de diciembre de 2007. Es notorio observar, la reforma constitucional aprobada
por la Asamblea Nacional fue posteriormente impugnada ante la Sala Constitucional
aun antes de la celebración del referendo y en esa oportunidad algunos de los
accionantes recusaron a la magistrada y Presidenta de esa Sala, Luisa Estella Morales,
no sólo por tener interés directo al haber integrado el citado Consejo Presidencial en su
condición de miembro y Secretaria Ejecutiva, sino por haber adelantado opinión en la
prensa. Dicha recusación fue declarada sin lugar por el Vicepresidente de esa Sala, el
magistrado Jesús Eduardo Cabrera.135

A. Los vicios de procedimiento

La "Reforma Constitucional" sancionada por la Asamblea Nacional en el año 2007,


aparte de no ser una "Reforma" en cuanto a los límites de contenido dispuestos en la
propia Constitución en su artículo 342, constituía una vía de hecho puesto que ni
siquiera fue seguido el procedimiento mismo que era necesario para que se produjera
tal "Reforma Constitucional".

En efecto, en primer lugar, la "Reforma Constitucional" partió de una iniciativa del


Presidente de la República que incluía 33 Artículos, en cuya Exposición de Motivos
aparece un subtítulo que denomina la iniciativa como "Proyecto de la Reforma
Constitucional" (ver, /www.abn.info.ve_reforma_constitucional.ph). Esa iniciativa fue
entregada a la Asamblea Nacional para su discusión, el día 15 de agosto de 2007. De
acuerdo con el artículo 343 de la Constitución, la iniciativa de Reforma Constitucional
debe ser tramitada por la Asamblea Nacional en tres discusiones con ciertas
modalidades y oportunidades expresamente pautadas. 136

El Proyecto de Reforma fue presentado a la Asamblea Nacional el día 15 de agosto de


2007, ello quiere decir que fue presentado el último día del primer periodo de sesiones
ordinarias. Entonces, era sencillamente imposible que la iniciativa de Reforma
Constitucional presentada por el Presidente de la República, pudiera ser objeto de la
primera discusión dentro del periodo en el cual fue presentado, ya que ese periodo de
sesiones estaba venciendo el mismo día en que se introdujo el Proyecto.

Adicionalmente, la "Reforma Constitucional" partió de una iniciativa Presidencial que


incluía 33 Artículos. Sin embargo, entre los días 12 de octubre (día feriado nacional) y
15 de octubre, la Asamblea Nacional decidió incorporar a esa iniciativa 24 Artículos
más, junto con once (11) Disposiciones Transitorias, tampoco incluidas en la iniciativa
Presidencial. De esa adición de artículos que no estaban contemplados en la iniciativa
presidencial, resultaron añadidos por tanto: 36 nuevos Artículos y 14 nuevas
Disposiciones Transitorias. Esos Artículos nuevos ni siquiera fueron objeto de las
tres (3) discusiones que exige el artículo 343 de la Constitución vigente.

Asimismo, distintas normas contenidas en la reforma aprobada por la Asamblea


Nacional y sometida a referendo, violaba materialmente los límites del poder de
reforma, representados en las cláusulas intangibles de la estructura y los principios de
la Constitución de 1999. Entre estas violaciones, por razones de espacio, resaltaremos
las siguientes:137

B. La violación del Principio Fundamental de la preeminencia de


los derechos humanos

El artículo 342 de la Constitución, establece claramente dos límites a la Reforma


Constitucional: 1. la estructura del texto Constitucional; y 2. los Principios del
Texto Constitucional.138 La "Reforma Constitucional" aprobada por la Asamblea
Nacional violaba "la preeminencia de los derechos humanos" como Principio
Fundamental del Texto Constitucional conforme a su artículo 2 (Título I: "PRINCIPIOS
FUNDAMENTALES").

En tal virtud, una normativa que configura una disminución o regresión en materia de
derechos humanos como la contenida en la Reforma Constitucional propuesta en el año
2007, no sólo no puede ser el resultado del procedimiento para la aprobación
de "reformas constitucionales" contemplado en los Artículos 342 al 346 de la
Constitución, sino que tampoco puede llevarse a cabo mediante una Asamblea
Nacional Constituyente.
En este sentido es importante recordar que entre los límites precisamente del poder
constituyente ejercido a través de la convocatoria a una Asamblea Nacional
Constituyente realizada en 1999 tras el referendo celebrado el 15 de abril de 1999, se
estableció la siguiente Base Comicial:

Octavo: Una vez instalada la Asamblea Nacional Constituyente, deberá dictar sus


propios estatutos de funcionamiento, teniendo como límites los valores y principios de
nuestra historia republicana, así como el cumplimiento de los tratados internacionales,
acuerdos y compromisos válidamente suscritos por la República, el carácter
progresivo de los derechos fundamentales del hombre y las garantías
democráticas dentro del más absoluto respeto de los compromisos asumidos.
(Resaltados añadidos).

Igualmente, el principio de progresividad quedó consagrado en el artículo 19 de la


Constitución de 1999.139 El propio Preámbulo de la Constitución establece que ésta se
dictó en "ejercicio de su poder originario representado por la Asamblea Nacional
Constituyente mediante el voto libre y en referendo democrático"; y como propósito
fundamental de la nueva Carta Fundamental dispuso "la garantía universal e indivisible
de los derechos humanos".

Ello significa, como se dijo, que los derechos consagrados por la Constitución no
pueden ser posteriormente desconocidos ni disminuidos, ya que su naturaleza de
ser "inherentes a la persona" una vez reconocida no puede ser revertida (art. 22,
Constitución). Así la jurisprudencia de la Corte Interamericana ha definido a
la progresividad y la ¡¡reversibilidad como dos elementos consustanciales de los
derechos humanos.140

No obstante ello, la Reforma Constitucional desconocía y revertía de manera


claramente regresiva, derechos constitucionales consagrados y reconocidos en la
Constitución de 1999.

000a. La regulación constitucional de los estados de excepción. En primer lugar,


resultaban graves los vicios contenidos en las modificaciones que contenía la Reforma
Constitucional aprobada en lo concerniente a la regulación constitucional de los
estados de excepción, pues se reducían las cautelas y controles previstos en la
Constitución de 1999 y se excluían derechos no susceptibles de restricción con
motivo de un estado de excepción en la Constitución de 1999 en su artículo
337. En tal sentido, la Reforma pretendía restaurar la figura de la suspensión (en
lugar de la restricción) de garantías, de nefastas consecuencias en la experiencia
constitucional venezolana ya que no permitió explicar adecuadamente el alcance de los
estados de excepción. De allí que la Constitución de 1999 en su momento haya optado
por la expresión y el concepto de la "restricción" de garantías, conforme a la cual, ni
siquiera en circunstancias extraordinarias podían suspenderse las garantías de los
derechos, como lo ha interpretado de manera auténtica la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, particularmente a través de sus Opiniones Consultivas números 8
y 9.141 Adicionalmente, se planteó la supresión de los límites
temporales establecidos en el artículo 338 de la Constitución, lo que nos colocaba
ante el riesgo de estados de excepción prolongados o incluso ilimitados, como los
excesos ya conocidos; y se eliminaba la prohibición de restringir "los demás
derechos humanos intangibles". Se eliminaba, además, la facultad de la Asamblea
Nacional o de la Comisión Delegada de intervenir para revocar el decreto que declara
el estado de excepción, al cesar las causas que lo motivaron. Desaparecía también la
alusión al deber de remitir el decreto respectivo a la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia para el control previo de su constitucionalidad. Especial gravedad
revestía la propuesta de sustraer la libertad de información y elementos
esenciales del derecho al debido proceso de la enunciación de las garantías no
susceptibles de restricción o suspensión (artículo 337).

Igualmente resultaba violatorio a los derechos humanos y a su progresividad, la


eliminación de la norma contenida en la Constitución de 1999 que hacía la reforma
impugnada en su artículo 339 al Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en lo que
atañe a las exigencias, principios y garantías que establecen al regular los estados
de excepción.

000b.  La restricción ideológica del derecho político a la participación. En segundo


lugar, la propuesta de Reforma Constitucional contemplaba la modificación del artículo
70 de la Constitución para reducir los medios de participación y protagonismo del
pueblo en ejercicio de su soberanía para "la construcción del
socialismo". Conforme a lo expresado por el Presidente de la República en su
discurso de presentación del proyecto de Reforma Constitucional en la Asamblea
Nacional el 15-8-07, "sólo en socialismo será posible la verdadera democracia". No
obstante, lo correcto es sostener que sólo en una democracia es posible un socialismo
democrático. La participación democrática de los ciudadanos y ciudadanas en el
ejercicio de su soberanía es un derecho propio reconocido en la Constitución de 1999 y
en instrumentos internacionales como la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (art. 23), que no está ni puede estar restringido o limitado a la "construcción
del socialismo" ni a ningún otro modelo determinado, sino a la construcción de la
democracia, pura y sencillamente. En todo caso, el socialismo democrático es sólo una
opción o un modelo político, pero en ningún caso puede ser la única para todos los
ciudadanos y ciudadanas. Por ello no se pueden restringir los medios de participación
ciudadana únicamente con el objetivo de "construcción del socialismo", ya que son
mecanismos que permiten la realización del derecho a la participación de todos los
ciudadanos y ciudadanas en los asuntos públicos, en ejercicio de la soberanía popular.

000c.  La restricción de los mecanismos de democracia directa. En tercer lugar, la


Reforma Constitucional desmejoraba, agravaba y hacía más difícil el ejercicio del
derecho político de los ciudadanos y ciudadanas a través de mecanismos de
democracia directa, como son las iniciativas y los referendos.

Mediante el cuadro que exponemos a continuación se evidencia con toda claridad esta
desmejora de los derechos de participación política directa a que hacemos referencia:
000d. La estatización de la sociedad en un Poder Popular "asamblearío" no electo por
voto secreto, libre e individual. En cuarto lugar, la Reforma Constitucional incorporaba
un "Poder Popular" dentro de la distribución territorial del Poder Público del Estado,
mediante el cual se proponía que el pueblo ejerza la soberanía popular directamente,
pero el cual "no nace del sufragio ni de elección alguna, sino que nace de la
condición de grupos humanos organizados como base de la población" (art. 136)
(resaltado añadido). En ese sentido, conforme a las normas propuestas en la reforma,
el Poder Popular se expresa "constituyendo las comunidades, las comunas y el
autogobierno de las ciudades, a través de los consejos comunales, los consejos
obreros, los consejos campesinos, los consejos estudiantiles y otros entes que señale
la ley" (art. 136). A fin de llevar a cabo estos mecanismos del Poder Popular, la
propuesta de Reforma Constitucional establecía como mecanismo de nombramiento de
sus autoridades que la "Comunidad organizada tendrá como máxima autoridad la
Asamblea de ciudadanos quien en tal virtud designa y revoca a los órganos del Poder
Comunal en las comunidades, Comunas y otros entes político-territoriales" y el
"Consejo Comunal" se constituye en "el órgano ejecutor de las decisiones de las
asambleas" (subrayado añadido) (art. 184). Si bien valoramos positivamente que se
reconociera el Poder Popular y la participación ciudadana en el poder; denunciamos
que se trataba de una propuesta que modificaba el principio democrático de la
soberanía popular y su ejercicio a través de la elección popular de las autoridades
como Principio Fundamental de la Constitución de 1999. La democracia participativa
supone la integración de elementos de la democracia directa y la representativa, pero
nunca puede implicar la renuncia a la segunda, es decir, al sufragio. El proyecto
presentado establecía sólo mecanismos asamblearios (incluso en la elección de los
miembros al Consejo Comunal) limitando así el ejercicio democrático del poder. Por lo
cual, resultaba afectado el Principio Fundamental de la Constitución del sufragio como
ejercicio de la soberanía popular, es garantizado como un derecho mediante votaciones
libres, universales, directas y secretas (art. 64). Ese sufragio libre y secreto como
garantía para el ejercicio del derecho fundamental, constitucional y humano al ejercicio
de la soberanía popular como Principio Fundamental de la Constitución era vulnerado
con la propuesta del Poder Popular antes analizada.

000e.  La eliminación de los derechos a la "libertad" de trabajo y a la libertad


económica. En quinto lugar, el derecho a la "libertad" de trabajo existente en la
Constitución de 1999 (artículo 87), era modificado por un enunciado restrictivo, ya que
mientras el enunciado actual establece un derecho amplio que puede ser regulado
mediante ley, la propuesta de Reforma Constitucional inicialmente consideraba al
trabajo como un derecho que sólo podía ser ejercido dentro del marco de lo que el
Estado permitiera mediante ley (artículo 87). Con ello, el trabajo dejaría de ser un
"derecho" humano inherente que puede ser desarrollado por la ley, para ser una
"potestad" de regulación del Estado fuera de la cual no habría derecho alguno.

Igualmente la Reforma propuesta eliminaba el derecho de todas las personas a


dedicarse a la actividad económica de su preferencia con las limitaciones que
establezcan las leyes, así como el deber del Estado de promover la iniciativa privada
(art. 112). La eliminación de este derecho conlleva a un sistema donde las actividades
económicas sólo se puedan llevar a cabo por definición del Estado de "un Modelo
Económico Productivo, intermedio, diversificado e independiente" para "la construcción
colectiva y cooperativa de una economía socialista" (art. 112). Esta nueva regulación
desconocía ese derecho de las personas contenido en la Constitución de 1999 y lo
eliminaba, sustituyéndolo por simplemente por unas potestades reguladoras del Estado
para la construcción de un modelo económico determinado.

000f.  Las restricciones al derecho de propiedad. En relación con la modificación


anterior, en sexto lugar, la Reforma Constitucional modificaba la consagración del
contenido de la norma relativa al derecho de propiedad (art. 115), para reconocer y
garantizar las diferentes "formas" de propiedad: pública, social indirecta y directa,
colectiva, mixta y privada. En relación con la propiedad privada, la misma se reconocía
únicamente sobre "bienes de uso y consumo y medios de producción legítimamente
adquiridos" (art. 115).

En primer lugar es importante resaltar que el problema de Venezuela continúa siendo


la pobreza y la desigual distribución de la riqueza pública y privada. El objetivo social y
económico de las políticas públicas debe ser garantizar un mayor acceso a la
propiedad, particularmente a la vivienda digna, a la tierra, a un salario justo y a
medios de trabajo, a las personas más necesitadas.

Por lo cual, si bien valoramos la propuesta de incorporar distintas formas de propiedad


pública y social en la Constitución, la formulación propuesta sobre la propiedad dejaba
de reconocer y garantizarla como un "derecho", para simplemente hacerlo respecto a
las "formas" de propiedad.

Por otro lado, si bien los otros tipos de propiedad no contenían restricciones respecto a
los bienes apropiables u objeto de propiedad, la privada sólo se reconocía, como
vimos, sobre bienes de "uso y consumo" y "medios de producción legítimamente
adquiridos". En primer lugar, estas categorías no son jurídicamente determinadas, son
más económicas y hasta ideológicas, por lo cual se prestan a una posterior
determinación incluso por ley que deje por fuera arbitrariamente a determinadas
categorías de bienes. En segundo lugar, el requisito de que los medios de producción
deben ser "legítimamente adquiridos", plantea serias interrogantes como ¿Qué se
entiende por tales? ¿Quién determina la legitimidad de su adquisición? Se trata por
tanto de la imposición de unas exclusiones a la propiedad y su sometimiento a
condicionamientos irrazonables, que restringe arbitrariamente el derecho a la
propiedad de las personas. La propiedad es un derecho humano de todas las personas,
reconocido en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (art. 21) sobre sus
bienes, lo cual no obsta, para que en virtud de su función social la ley deba
razonablemente subordinar su uso y goce al interés social. Por ello no creemos en la
propiedad pública, ni en la social, ni en la cooperativa ni en la privada como derechos
absolutos o ilimitados.

En definitiva, es evidente que la Reforma Constitucional de 2007 constituía una


clara regresión en los logros alcanzados en materia de derechos humanos en la
Constitución de 1999.

C. La sustitución del Estado social y democrático de Derecho y de


Justicia por el "Estado Socialista"

La Constitución vigente (1999) establece que la República Bolivariana de Venezuela es


un "Estado democrático y social, de Derecho y de Justicia", en el cual se
propugnan como "valores superiores de su ordenamiento jurídico" y de "su actuación",
"la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la
responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética
y el pluralismo político (...)". (Resaltados nuestros).

La Reforma Constitucional planteaba la sustitución del "Estado democrático y social, de


Derecho y de Justicia" previsto en la Constitución de 1999, por un nuevo modelo
de "Estado Socialista" como núcleo básico e indivisible de la nueva estructura de la
organización territorial nacional (art. 16).

El modelo de "Estado Socialista" incorporado en la Reforma Constitucional iba unido a


la propuesta de incorporación de la "Democracia Socialista". En este sentido, se
proponía la modificación del artículo 158 de la Constitución, para establecer que el
Estado promoverá la participación protagónica del pueblo "para la construcción de
una Democracia Socialista". Conforme a lo expresado por el Presidente de la
República en su discurso de presentación del proyecto de Reforma Constitucional en la
Asamblea Nacional el 15-8-07, "sólo en socialismo será posible la verdadera
democracia". No obstante, lo correcto desde el punto de vista democrático es sostener,
que sólo en una democracia es posible un socialismo democrático.

D.  La sustitución del Estado Federal Descentralizado por una


centralización nacional

La forma de Estado perseguido por la "Nueva Geometría del Poder" que se proponía en
la Reforma Constitucional de 2007, suponía una modificación del esquema de reparto
de competencias y atribuciones del Presidente de la República del "Estado Federal
Descentralizado" consagrado en la Constitución de 1999, referido a las siguientes
materias, que por razones espacio no podremos desarrollar en este trabajo: 142
  a. La "Nueva Geometría del Poder";
  b. La creación de Provincias Federales, Ciudades Federales y Distritos Funcionales y
el nombramiento de sus autoridades por el Presidente de la República;
  c.  La ordenación y gestión centralizada del Estado;
  d. La organización político territorial del Estado Socialista;
  e. La re-centralización de competencias estadales y la eliminación de las
competencias residuales de los estados;
  f.  La eliminación de la cláusula de descentralización; y
  g.  El régimen centralizado de Caracas como ciudad Capital y la re-creación del
Distrito Federal.

E.  La alteración del sistema presidencial y del principio


constitucional de la alternatividad

La Reforma Constitucional hacía mucho más poderoso al Presidente de la República, al


aumentar su período y permitir su reelección ilimitada, y al aumentar sus facultades y
competencias.

000a. El aumento del período del Presidente. La propuesta consistió en aumentar el


período constitucional del Presidente de 6 años a 7 años, con el argumento de contar
con los años suficientes para llevar a cabo el programa propuesto (RC, art. 230). Con
ello el Presidente venezolano pasaba a tener el período más largo de todos los
presidentes en Latinoamérica y el más largo de los períodos de nuestra historia
constitucional, sólo igual al establecido por las Constituciones de la dictadura de Juan
Vicente Gómez.

000b.  La reelección ilimitada del Presidente. La propuesta consistía en eliminar la


limitación contenida en la Constitución de 1999 para reelegir al Presidente "por una
sola vez", para que así éste pueda ser reelecto ilimitadamente (RC, art. 230). El
argumento para sustentar esta propuesta ha sido que la limitación a la reelección
presidencial es un invento del imperialismo norteamericano; que para la continuación y
consolidación del actual proceso revolucionario es necesario mantener al Presidente
Chávez como su líder; y que hay que dejar que sea el pueblo quien decida si quiere o
no reelegir ilimitadamente a los presidentes.143

Ello sustenta la conveniencia de que la Constitución garantice la alternabilidad del


gobierno, estableciendo límites a la reelección del Presidente. En este sentido, la
Constitución de 1999 consagra entre sus Principios Fundamentales que el gobierno de
la República Bolivariana de Venezuela es y será siempre "alternativo".

000c.  El aumento irrazonable de las facultades y competencias del Presidente. La


Reforma Constitucional proponía un aumento desmesurado las facultades y
competencias que tiene asignadas el Presidente de la República en la Constitución de
1999. Las principales facultades y competencias adicionales que se asignaban expresa
y directamente al Presidente de la República en la Reforma Constitucional, eran las
siguientes:

  1. Decretar Regiones Especiales Militares en cualquier parte del territorio y en los


demás espacios geográficos de la República (PRC, art. 11).
  2. Decretar Autoridades Especiales en situaciones de contingencia, desastres
naturales, etc. (PRC, art. 11).
  3. Crear por decreto Provincias Federales, Ciudades Federales y Distritos
Funcionales, así como cualquier otra entidad que establezca la Ley (previo
acuerdo aprobado por la mayoría simple de la Asamblea Nacional) (PRC, arts.
16 y 236 num. 3).
  4. Designar las autoridades de las Provincias Federales. Territorios Federales y/o
Ciudades Federales (PRC, arts. 16 y 236 num.3).
  5. Fijar el número, organización y competencias de las Vicepresidencias (PRC, art.
236, num. 21).
  6. Nombrar a los Vicepresidentes que considere necesarios y removerlos (PRC,
arts. 225 y 236 num. 4).
  7. Presidir el Consejo Nacional de Gobierno y decidir a quienes de sus integrantes
convoca (Vicepresidentes, Ministros, Gobernadores y Alcaldes) (PRC, art. 185).
  8.  Presidir el Consejo de Estado y determinar las demás personas que considere
necesario convocar (además de las autoridades que señala la Constitución)
(PRC, art. 252).
  9. Ejercer la Suprema Autoridad Jerárquica en todos los Cuerpos, Componentes y
Unidades de Fuerza Armada Bolivariana, determinando su contingente (PRC,
art. 236 num. 6).
  10. Promover a los oficiales de la Fuerza Armada Bolivariana en todos los grados y
jerarquías, y designarlos para los cargos correspondientes (PRC, art. 236
num.7).
  11. Destinar la Guardia Nacional para formar cuerpos policiales con una parte de sus
recursos humanos, técnicos y materiales (Disposición transitoria).
  12. Destinar la Guardia Nacional para conformar cuerpos de tierra, mar y aire, como
parte integrante de otros componentes militares (Disposición transitoria).
  13. Formular directamente el Plan Nacional de Desarrollo (sin la aprobación de la
Asamblea Nacional) (PRC, art. 236 num. 19).
  14. Establecer y regular la política monetaria (PRC, art. 236 num. 12). El Ejecutivo
Nacional y el Banco Central de Venezuela, fijarán en coordinación las políticas
monetarias y ejercerán las competencias monetarias del Poder Nacional (PRC,
art. 318).
  15. Administrar y dirigir las reservas internacionales de la República (PRC, art. 318).

Estas competencias iban seguidas de una disminución de los controles de otros


poderes sobre ellas, debilitando con ello el equilibrio propio de una separación de
poderes democrática y afectando con ello al sistema democrático.

F. El fraude constitucional  de la "reforma"

La magnitud de los cambios constitucionales propuestos en la denominada "Reforma


Constitucional", representaban una transformación de nuestro Estado, a tal punto que
desdibujaba sustancialmente el contenido de la Constitución de 1999, con lo que se
estaba cometiendo un "fraude Constitucionar ,144 Esta doctrina sobre el "fraude
constitucional" había sido inocentemente recogida un año antes (2006) por la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. 145

En tal virtud, esa normativa no podía ser el resultado del procedimiento para la
aprobación de "reformas constitucionales" contemplado en los artículos 342 al 346 de
la Constitución; pero aun más: tampoco podía serlo ni siquiera como resultado de una
Asamblea Nacional Constituyente, ya que contenía diversas normas que configuraban
una disminución o regresión en materia de derechos humanos.

G. Los recursos de inconstitucionalidad contra la reforma y la


renuncia al control constitucional

La Reforma Constitucional fue aprobada por la Asamblea Nacional el 2 de noviembre


de 2007 y ese mismo día, luego de ser remitida al Consejo Nacional Electoral (CNE),
este último, en cuestión de horas convocó formalmente al referendo sobre su
aprobación a celebrarse en un plazo de treinta (30) días, ello es, el 2 de diciembre de
ese año.146

En virtud de esa formalización de la aprobación parlamentaria y la convocatoria al


referendo por el ente comicial, diversas organizaciones, instituciones y personas
acudieron a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia a demandar la
inconstitucionalidad previa de ambos actos: tanto la Reforma Constitucional aprobada
por la Asamblea Nacional como la resolución de convocatoria al referendo emitida por
el Consejo Nacional Electoral, ambos actos de fecha 2 de noviembre de 2007.147

De allí que, el ejercicio del control constitucional por parte de la Sala Constitucional era
imprescindible en esos momentos, a fin de verificar si la "Reforma" planteada se ajusta
a los límites que la propia Constitución le ha impuesto al Poder Constituido (en
especial, la Asamblea Nacional). Con relación al aspecto concreto sometido a la Sala
Constitucional, relativo al control de la constitucionalidad de las reformas a la
Constitución, es importante destacar la labor de los tribunales constitucionales.148

Finalmente, es importante resaltar, que en ese caso la naturaleza jurídica del


"referendo constitucional" requerido para la aprobación final de la reforma no era la del
ejercicio del poder constituyente por parte del pueblo. Se trataba de una reforma que
había sido propuesta por el poder constituido (Presidente de la República) y que había
sido sancionada también por el poder constituido (Asamblea Nacional). Por lo cual, en
estos casos, el referendo constitucional "es, ante todo, una institución de control y
garantía", ya que "lo que se pretende es evitar que el poder de revisión, que es un
poder constituido y limitado, asuma las funciones y competencias que sólo pertenecen
al poder constituyente".149 (Resaltados añadidos.)

Como lo ha expresado el mismo autor (citado como autoridad académica en sentencias


de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia150), con una contundente e
inequívoca claridad, que una Reforma Constitucional que viole la Constitución no
puede ser sometida a referendo, porque ello "constituiría sencillamente
un disparate que, por no admitir el planteamiento de la inconstitucionalidad
for -mal, hubiera que reconocer y dar por buena la posibilidad de que se
aprobasen y se presentasen conscientemente a la consulta popular proyectos
de reforma claramente inconstitucionales".151 (Resaltados añadidos.)

A pesar de lo sólido de los argumentos antes expuestos y contenidos entre los


fundamentos de los diversos recursos de inconstitucionalidad ejercidos contra la
Reforma Constitucional, ellos fueron rechazados por la Sala Constitucional, utilizando
un término que ni es castellano ni es jurídico: "improponible", como para querer decir
que el recurso ni siquiera se podía proponer ante el Tribunal, en virtud de que dicha
Reforma Constitucional impugnada,152
"carece de la entidad suficiente para ser impugnada, hasta tanto se
verifiquen los efectos definitivos del procedimiento previo a la consulta
popular a celebrarse el venidero 2 de diciembre de 2007, una vez aprobadas o
no las normas constitucionales propuestas, en caso de subsistir el interés
jurídico de cualquier ciudadano en su impugnación podrían ser objeto de un
eventual control por parte de esta Sala. En consecuencia, se
declara improponible en derecho la solicitud de nulidad en los términos
planteados por los actores, y así se decide". (Resaltados y cursiva añadidos).

La Reforma Constitucional inconstitucional fue así y sin ningún obstáculo sometida a


referendo popular el día 2 de diciembre de 2007. La campaña a favor y en contra de la
propuesta fue muy intensa. Por el oficialismo hubo una inmensa campaña,
desproporcionadamente ostensible y más rica en recursos: intervino directamente el
Presidente Chávez, movilizando con el apoyo de recursos públicos a sus partidarios y
seguidores, ministerios y edificios públicos fueron literalmente empapelados a favor de
la reforma, en sus edificios y auditorios se celebraban foros pero solamente a favor de
la Reforma con la intervención de ministros, gobernadores y alcaldes oficialistas, los
funcionarios públicos eran llevados a las concentraciones a favor de la aprobación de la
Reforma; y como si todo ello fuera poco, el eslogan oficial de la campaña y el mensaje
del propio Presidente Chávez convirtió al referendo en un plebiscito: "Sí por Chávez".

Por el lado de la oposición a la propuesta se movilizó fundamentalmente la


sociedad civil y en un segundo plano los partidos de oposición. En esta
movilización ciudadana resaltaron particularmente los estudiantes como una
fuerza definitiva de concientización y aglutinamiento de la ciudadanía. Esta
campaña incluyó una serie de iniciativas espontáneas de sectores sociales
mediante foros, publicaciones explicativas, discusiones en sectores populares,
elaboración de micros explicativos y otros.

Diversas organizaciones y organismos internacionales manifestaron su preocupación


ante el contenido de ciertos aspectos de la Reforma Constitucional sometida a
aprobación, entre otros el Centro Cárter, Reporteros Sin Fronteras y el Foro por la
Vida. Pero es de destacar, incluso por lo inusual, el pronunciamiento hecho por tres
relatores de las Naciones Unidas: sobre libertad de opinión y expresión, Ambey Ligabo;
sobre defensores de derechos humanos, Hinajilani; y sobre independencia de jueces y
abogados, Leandro Despouy, quienes:153

(...) subrayaron los problemas de seguridad que afrontan quienes participan en


manifestaciones públicas contrarias a esa reforma. Opinaron que las nuevas
provisiones que quitan autoridad a la Corte Suprema para supervisar y aprobar
las declaraciones del estado de emergencia, así como la abolición de los límites
de tiempo para imponerlo socavan las libertades civiles de los venezolanos.

Añadieron que otras disposiciones de la reforma limitan algunos derechos


fundamentales que deben ser respetados siempre, como la libertad de expresión y el
de acceso a la información, piedras angulares de las sociedades democráticas.

También se manifestaron preocupados por las normas que establecen que las
asociaciones políticas sólo pueden acceder a fondos nacionales, porque piensan que se
podrían aplicar selectivamente a organizaciones de derechos humanos e impedirles
recibir fondos del exterior.
Los relatores consideraron que la reforma podría afectar la independencia del poder
judicial, porque propone que la destitución de los jueces de la Corte Suprema sea
decidida por simple mayoría de votos en la Asamblea Nacional, en lugar de los dos
tercios que establece la actual Constitución.

Finalmente, el 2 de diciembre de 2007 se llevó a cabo el referendo sobre la aprobación


de la Reforma Constitucional. A pesar de que las autoridades del Consejo Nacional
Electoral habían asegurado en días anteriores que los resultados serían dados
oficialmente dentro de las cuatro horas siguientes a haberse cerrado las mesas de la
consulta popular, no fue sino hasta la madrugada, pasadas las 2 de la mañana del día
siguiente, cuando se emitió el primer boletín oficial, mediante el cual se reconoció la
tendencia "irreversible" del "NO" sobre el "SI":

PREGUNTA: ¿Aprueba usted el proyecto de Reforma Constitucional con sus Títulos,


Capítulos, Disposiciones Transitorias, Derogatoria y Final, presentado en dos bloques y
sancionado por la Asamblea Nacional, con la participación del pueblo y con base en la
iniciativa del Presidente Hugo Chávez?

Estos resultados corresponden al Porcentaje de Actas de Escrutinios recibidas al


momento del Primer Boletín Oficial, como se dijo, en fecha 3 de diciembre de 2007.

Es importante destacar que este resultado "parcial" es el único resultado oficial que
está reflejado oficialmente en la página web del Consejo Nacional Electoral, incluso al
mes de mayo de 2008: www.cne.gov.ve. El Consejo Nacional Electoral aún no había
emanado un Boletín Definitivo con los resultados oficiales, a pesar de que la Ley
Orgánica del Poder Electoral en su artículo 33 numeral 10 establece la obligación de
publicar los resultados de todas las elecciones y referendos "en la Gaceta Electoral de
la República Bolivariana de Venezuela, dentro de los treinta (30) días siguientes a la
celebración de las elecciones."

7. ALGUNAS AMENAZAS

A continuación, mencionaremos una serie de amenazas a la democracia constitucional


venezolana:

000a.   La falta de separación de poderes y de independencia del poder judicial;


000b.   La consecuente disminución de los índices de tutela judicial, particularmente
frente a la administración pública;

000c.   La ausencia de controles efectivos por parte de los otros órganos del poder
público (Asamblea Nacional, Defensoría del Pueblo, Contraloría General de la
República, y el Ministerio Público),

000d.   La personalización del poder: la desaparición paulatina de las fronteras entre el
Estado y el Gobierno, y entre éstos y el proyecto político de la revolución bolivariana;

000e.   La consecuente utilización de los recursos públicos (medios de comunicación,


instalaciones públicas, recursos financieros, etc.) para financiar el partido oficial;

000f.    Intolerancia y discriminación contra la sociedad civil y los grupos de derechos


humanos (la "Lista Tascón");

000g.   La utilización de las facultades administrativas del Contralor General de la


República para "inhabilitar políticamente" a candidatos de la oposición con opciones de
triunfo;

000h. La utilización de los decretos leyes para imponer aspectos importantes de la


reforma constitucional que fueron rechazados;

000i. Las amenazas sobre la enseñanza privada; la empresa privada y las inversiones,
a través de la "estatización estratégica" de sectores.

NOTAS
1
     Artículo presentado el 26 de septiembre de 2008. Aprobado el 22 de octubre de
2008.

2
     Artículos 245 a 249, Constitución de la República de Venezuela de 1961. El artículo
250 incluso disponía, que dicha Constitución "no perderá su vigencia si dejare de
observarse por acto de fuerza o fuere derogada por cualquier otro medio distinto del
que ella misma dispone".

3
     Pocos días antes de la toma de posesión del nuevo Presidente de la República, la
Sala Político Administrativa de la Corte Suprema de Justicia mediante sentencia de
fecha 14-1-99 había habilitado implícitamente esta vía, mediante la decisión de un
recurso de interpretación legal sobre el alcance del referen-do consultivo previsto en la
Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política.

4
     Decreto N° 3 de fecha 02-02-99 (Gaceta Oficial N° 36.634 de fecha 02-02-99):

Artículo 3. El instrumento electoral contendrá las siguientes preguntas que serán


contestadas con un "sí" o con un "no":
Primera: ¿Convoca usted a una Asamblea Nacional Constituyente con el propósito de
transformar el Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el
funcionamiento efectivo de una Democracia Social y Participativa?

Segunda: ¿Autoriza usted al Presidente de la República para que mediante un Acto de


Gobierno fije, oída la opinión de los sectores políticos, sociales y económicos, las bases
del proceso comicial en el cual se elegirán los integrantes de la Asamblea Nacional
Constituyente?

5
     Resolución N° 990217-32 dictada por el Consejo Nacional Electoral de fecha 17-2-
99.

6
     "Propuesta del Ejecutivo Nacional que fija la convocatoria de la Asamblea Nacional
Constituyente", publicada en la Gaceta Oficial N° 36.658 de fecha 10-3-99.

7
    Ver supra, cita N° 3.

8
     Resolución N° 990323-71 de fecha 23-3-99.

9
     Por la Pregunta N° 1, con una participación del 37,65% del electorado y una
abstención del 62,35%, hubo un total de 3.630.666 votos por el sí (87,75%). Por la
Pregunta N° 2, con una participación del 37,65% del electorado y una abstención del
62,35%, hubo un total de 3.382.075 votos por el sí (81,74%).

10
   Gaceta Oficial N° 36.786 del 14 de septiembre de 1999. En efecto, al aprobar el
Estatuto de su Funcionamiento la ANC dispuso en su artículo 1 con relación a su
naturaleza y misión, lo siguiente:

La Asamblea Nacional es la depositaría de la voluntad popular y expresión de su


soberanía con las atribuciones del poder originario para reorganizar el Estado
Venezolano y crear un nuevo ordenamiento jurídico democrático. La Asamblea, en uso
de las atribuciones que le son inherentes, podrá limitar o decidir la cesación de las
actividades de las autoridades que conforman el Poder Publico. Su objetivo será
transformar el Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico que garantice la
existencia efectiva de la democracia social y participativa.

Parágrafo Primero: Todos los organismos del Poder Público quedan


subordinados a la Asamblea Nacional, y están en la obligación de cumplir y
hacer cumplir los actos jurídicos estatales que emita dicha Asamblea.

Parágrafo Segundo: La Constitución de 1961 y el resto del ordenamiento


jurídico imperante, mantendrán su vigencia en todo aquello que no colida o
sea contradictorio con los actos jurídicos y demás decisiones de la Asamblea
Nacional. (Resaltados añadidos).

11
   Sobre las propuestas de estos actos constituyentes dictados por la ANC y el debate
originado en la ANC, ver Brewer-Camas, Alian, Debate Constituyente (Aportes a ¡a
Asamblea Nacional Constituyente), Tomos I, II y III, Editorial Jurídica Venezolana,
Caracas, 1999.

12
   N° 36.860.
13
   N° 5.453 extraordinaria.

14
   Un estudio detallado de estos más de doscientos (200) cambios a la Constitución,
puede verse en: Brewer-Camas, Alian, La Constitución de 1999. Derecho
Constitucional Venezolano. Tomos I y II. Caracas, 2004.

15
   Ver, entre otros, los informes sobre Venezuela de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) desde el año 2003 (http://www.cidh.org/), los informes
anuales del Relator de la ONU sobre la independencia de los Jueces y Abogados
(www.unhrhc.org), Human Rights Watch (http://www.hrw.org), Comisión Internacional
de Juristas (http://www.icj.org), Internacional Bar Association, informes anuales de
ongs venezolanas como Provea (http://www.derechos.org.ve/), y Espacio Público
(http://www.espaciopublico.org/), entre otros.

16
   Art. 181, Constitución de 1961.

17
   Art. 183, Constitución de 1961.

18
   Art. 135, Constitución de 1961.

19
   Art. 185, Constitución de 1961.

20
   Art. 1, Enmienda N°l de la Constitución de 1961, promulgada el 11 de mayo de
1973, Gaceta Oficial N° 1.585 de 11-5-73.

21
   El mandato del Presidente Luis Herrera Campins fue recortado en
aproximadamente 30 días en virtud de la Enmienda N° 2 a la Constitución de 1961, en
virtud de que ésta adelantó el comienzo de las sesiones del Congreso del día 2 de
marzo (art. 154, Constitución de 1961) al día 23 de enero (art. 3, Enmienda N° 2). El
Presidente electo tomaba posesión del cargo, por disposición constitucional, mediante
juramento ante el Congreso "dentro de los diez primeros días de aquél en que deben
instalarse en sus sesiones ordinarias del año en que comience el período
constitucional" (art. 186, Constitución de 1961). Dicha situación fue decidida en la
propia Enmienda N° 2, la cual en su Disposición Transitoria estableció que en el
período constitucional 1979-1984, la duración del mandato del Presidente de la
República (y de los senadores y diputados), se acortaría en los días que resultaran de
la aplicación de esa nueva norma. Igualmente la Enmienda dejó en claro, que a los
fines de la posible nueva elección de un ex presidente de la República, el plazo de diez
años se reduciría de los días que resulten de la aplicación de esa disposición (art. 8).

22
   Art. 150, ordinal 8o, Constitución de 1961.

23
   Art. 215, ordinal Io, Constitución de 1961.

24
   Para un estudio más detallado del enjuiciamiento del Presidente Carlos Andrés
Pérez, ver el trabajo de: Ayala Corao, Carlos, "Presentación" en Reformas al
Presidencialismo en América Latina, (Linz, Juan; Nohlen, Dieter; Sagües, Néstor;
Noguera, Humberto; Ayala Corao, Carlos y Eguiguren, Francisco), Comisión Andina de
Juristas y Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 1983.

25
   Art. 188, Constitución de 1961.
26
   Art. 187, Constitución de 1961.

27
   Art. 187, Constitución de 1961.

28
   Art. 230, Constitución de 1999.

29
   Arts. 238 a 241, Constitución de 1999.

30
   Art. 236, numeral 20, Constitución de 1999.

31
   Art. 236, numeral 6, Constitución de 1999.

32
   Art. 236, numeral 8 y art. 203, último aparte, Constitución de 1999.

33
   Art. 236, numeral 21 y art. 240, Constitución de 1999.

34
   Artículo 231, Constitución de 1999.

35
   Caso: Francisco Encinas Verde y otros, ver referencia de sentencias del Tribunal
Supremo de Justicia de Venezuela en: http://www.tsj.gov.ve/index.shtml

36
   Caso: William Lara. El razonamiento de la SC/TS] en su sentencia de fecha 5 de
abril del año 2001 (caso: Francisco Encinas Verde y otros) fue ratificada en la
sentencia de fecha 16 de mayo de 2001 (caso: William Lara).

37
   Para un estudio de los detalles de la convocatoria y celebración de este referendo
revocatorio del Presidente de la República, puede consultarse el libro: Ayala Corao,
Carlos, El referendo revocatorio. Ediciones El Nacional. Caracas. 2004.

38
   Art. 138, Constitución de 1961.

39
   Art. 139, Constitución de 1961.

40
   Art. 150, ordinal Io, Constitución de 1961.

41
   Art. 153, ordinal Io, Constitución de 1961.

42
   Art. 135, Constitución de 1961.

43
   Art. 190, ordinales 2o al 8o, Constitución de 1961.

44
   Art. 153, ordinal 2o, Constitución de 1961.

45
   La Enmienda N° 2 de la Constitución de 1961 fue sancionada por el Congreso el 16
de marzo de 1983 y publicada en la Gaceta Oficial N° 3.224 Extraordinario de 24-7-83.

46
   La Comisión Legislativa estaba compuesta por veintitrés (23) miembros del
Congreso de la República, entre sus diputados y senadores, quienes eran designados
en cada período constitucional por las Cámaras en sesión conjunta, de modo que
reflejen en lo posible la composición política del Congreso (art. 4, Enmienda N° 2 de la
Constitución de 1961).

47
   Artículo 5, Enmienda N° 2 de la Constitución de 1961.

48
   Art. 156, Constitución de 1961.

49
   Artículo 6, Enmienda N° 2 de la Constitución de 1961.

50
   Publicado en Gaceta Oficial N° 36.764 de fecha 13 de agosto de 1999.

51
   Artículo Único, Decreto de Reorganización de todos los órganos del Poder
Público.

52
   Publicado en Gaceta Oficial N° 36.772 de fecha 25 de agosto de 1999.

53
   Publicado en Gaceta Oficial N° 36.776 del 31 de agosto de 1999. Los artículos
contenidos en el Decreto anterior que resultaron modificados o suprimidos por este
Decreto fueron los siguientes: el artículo 2 sobre los órganos para el ejercicio de las
funciones del Congreso, fue modificado; el artículo 11 sobre el órgano para el ejercicio
de las funciones de las Asambleas Legislativas de los Estados, fue modificado; el
artículo 12 sobre la revocatoria de la inmunidad, prerrogativas, privilegios y
remuneraciones de los Diputados Estadales, fue suprimido; y el artículo 14 sobre la
prohibición de los Concejos Municipales fue modificado.

54
   Artículo 1, Decreto de Regulación de las Funciones del Poder Legislativo.

55
   Artículo 2, Decreto de Regulación de las Funciones del Poder Legislativo.

56
   Artículo 11, Decreto de Regulación de las Funciones del Poder Legislativo.

57
   Artículo 13, Decreto de Regulación de las Funciones del Poder Legislativo.

58
   La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada mediante
referendo el 15 de agosto de 1999, fue publicada el 30 de diciembre de 1999 en la
Gaceta Oficial N° 36.860.

59
   Artículo 4, Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

60
   Artículo 5, Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

61
   Artículo 6, Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

62
   Artículo 7, Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

63
   Gaceta Oficial N° 5.494 Extraordinario de fecha 20 de octubre de 2000.

64
   Gaceta Oficial. N° 37.000 de 26 de julio de 2000.

65
   Gaceta Oficial N° 37.022 de 25 de agosto de 2000.
66
   A través de la Ley que Establece el Impuesto al Valor Agregado (G.O. N° 37.002 de
28-7-2000).

67
   Gaceta Oficial N° 36.970 de 16 de junio 2000.

68
   El llamado "Congresillo" también dictó la Ley de Amnistía Política General (G.O. N°
36.934 de 17-4-2000), la Ley de Corporación para la Recuperación y Desarrollo del
Estado Vargas (G.O. N° 36.968 de 8-6-2000), la Ley del Régimen Penitenciario (G.O.
N° 36.975 de 19-6-2000), la Ley de Conservación y Saneamiento de Playas (G.O. N°
36.976 de 20-6-2000), la Ley de Reactivación de la Marina Mercante
Nacional (G.O. N° 36.980 de 26-6-2000), la Ley de Geografía, Cartografía y Catastro
Nacional (G.O. N° 37002 de 28-7-2000), la Ley de Transición del Distrito Federal al
Distrito Metropolitano déla Ciudad de Caracas (G.O. N° 37.006 de fecha 3-8-2000),
la Ley de Medicamentos (G.O. N° 37.006 de 3-8-2000), la Ley del Instituto Nacional
de Investigaciones Agrícolas (G.O. N° 37.022 de 25-8-2000), la Ley de Asignaciones
Económicas Especiales para ¡os Estados Derivadas de Minas e Hidrocarburos (G.O. N°
37.022 de 25-8-2000) y la Ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector
Público (G.O. N° 37.029 de 5-9-2000).

69
   Artículo 11, Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

70
   Artículo 12, Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

71
   Artículo 13, Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

72
   Artículo 15, Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

73
   Artículo 35, Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

74
   Artículo 36, Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

75
   Artículo 37, Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

76
   Artículo 38, Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

77
   Artículo 41, Decreto sobre el Régimen de Transición del Poder Público.

78
   Ver, entre otros, de autores varios (Chavero, Rafael; Brewer-Carías, Alian; Duque,
Román), La Guerra de ¡as Salas, Caracas, 2004. Ayala Corao, Carlos. El Refrendo
Revocatorio. Caracas, 2004.

79
   Art. 4, Constitución de 1999.

80
   Art. 159, Constitución de 1999.

81
   Art. 168, Constitución de 1999.

82
   Art. 16, Constitución de 1999.

83
   Art. 18, Constitución de 1999.
84
   Art. 186, Constitución de 1999.

85
   Mientras la ley electoral regulara la materia, la Disposición Transitoria Séptima de
la Constitución de 1999 estableció la siguiente forma de elección de los diputados
nacionales, estadales y concejales indígenas: Disposición Transitoria Séptima. A
los fines previstos en el artículo 125 de esta Constitución, mientras no se apruebe la
ley orgánica correspondiente, la elección de los y las representantes indígenas a la
Asamblea Nacional, a los Consejos Legislativos y a los Concejos Municipales, se regirá
por los siguientes requisitos de postulación y mecanismos:

Todas las comunidades u organizaciones indígenas podrán postular candidatos y


candidatas que sean indígenas.

Es requisito indispensable, para ser candidato o candidata, hablar su idioma indígena y


cumplir con, al menos, una de las siguientes condiciones:

0001. Haber ejercido un cargo de autoridad tradicional en su respectiva comunidad.


0002.  Tener conocida trayectoria en la lucha social en pro del reconocimiento de su
identidad cultural.
0003.   Haber realizado acciones en beneficio de los pueblos y comunidades indígenas.
0004.   Pertenecer a una organización indígena legalmente constituida con un mínimo
de tres años de funcionamiento.

Se establecerán tres regiones: Occidente, compuesta por los Estados Zulia, Mérida y
Trujillo; Sur, compuesta por los Estados Amazonas y Apure; y Oriente, compuesta por
los Estados Bolívar, Delta Amacu-ro, Monagas, Anzoátegui y Sucre.

Cada uno de los Estados que componen las regiones elegirá un representante. El
Consejo Nacional Electoral declarará electo al candidato o electa a la candidata que
hubiere obtenido la mayoría de los votos válidos en su respectiva región o
circunscripción.

Los candidatos o las candidatas indígenas estarán en el tarjetón de su respectivo


Estado o circunscripción y todos los electores y electoras de ese Estado podrán
votarlos o votarlas.

Para los efectos de la representación indígena en los Consejos Legislativos y en los


Concejos Municipales de los Estados y Municipios con población indígena, se tomará el
censo oficial de 1992 de la Oficina Central de Estadística e Informática. Las elecciones
se realizarán de acuerdo con las normas y requisitos aquí establecidos.

El Consejo Nacional Electoral garantizará con apoyo de expertos o expertas


indigenistas y organizaciones indígenas, el cumplimiento de los requisitos aquí
señalados.

86
   Art. 192, Constitución de 1999.

87
   Art. 72, Constitución de 1999.

88
   Art. 198, Constitución de 1999.
89
   Art. 192, Constitución de 1999.

90
   Art. 199, Constitución de 1999.

91
   Art. 200, Constitución de 1999.

92
   Art. 204, Constitución de 1999.

93
   Arts. 205 al 218, Constitución de 1999.

94
   Arts. 206 y 211, Constitución de 1999.

95
   Art. 204, ordinal 7o, Constitución de 1999.

96
   Art. 205, Constitución de 1999. El referendo aprobatorio de leyes está consagrado
en el artículo 73.

97
   Art. 190, ordinal 16°, Constitución de 1961.

98
   Art. 150, ordinal 5o, Constitución de 1961.

99
   Art. 150, ordinal 2o, Constitución de 1961.

100
   Art. 150, ordinal 4o, Constitución de 1961.

101
   Art. 150, ordinal 6o, Constitución de 1961.

102
   Nos referimos a las materias de reserva legal, tales como el establecimiento de
delitos y penas, así como las restricciones únicamente mediante ley a los derechos
humanos, conforme a los artículos 9 y 30 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.

103
   Art. 190, ordinal 8o, Constitución de 1961.

104
   Art. 203, último aparte, Constitución de 1999.

105
   Ver en este sentido: Corte Interamericana de Derechos Humanos. La Expresión
«Leyes» en el Artículo 30 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Opinión Consultiva OC-6/86 del 9 de mayo de 1986. Serie A N° 6.

106
   Art. 153, ordinal 2o, Constitución de 1961.

107
   Art. 246, Constitución de 1999.

108
   Art. 187, numeral 10, Constitución de 1999.

109
   Art. 240, Constitución de 1999.
110
   COPRE: Reformas inmediatas ai Poder Judicial Cuadernos para la Discusión N°5.
Ediciones COPRE, Caracas, Venezuela. 1987, cit, en COPRE: Fortalecimiento del Estado
de Derecho. Vol. 5. Caracas, 1990, p. 47.

111
   Se trataba de la Ley Orgánica del Consejo de ia Judicatura de 1988 (G.O. N°
34.068 del 7 de octubre de 1998).

112
   Pérez Perdomo, Rogelio: Políticas Judiciales en Venezuela. Ediciones IESA.
Estudios IESA N° 3 1995. Caracas, p. 33.

113
   Ib., p. 33. Puede especularse incluso que las veces en que se ha procedido a la
apertura de los concursos, corresponde más bien a la coyuntura vigente y no a una
política sistemática. "Al comienzo de la década de 1970, el Consejo de la Judicatura
organizó concursos de oposición para la designación de jueces. Poco tiempo después,
el Consejo de la Judicatura suspendió los concursos de oposición y se consolidó la
práctica de designar jueces suplentes o provisorios, y sólo esporádicamente se
realizaron concursos". Dirección Ejecutiva de la Magistratura, Unidad Coordinadora del
Proyecto de Modernización del Poder Judicial: Proyecto para ia Mejora de ia
Administración de Justicia en el Contexto de la Resolución de Conñictos en
Venezuela. S/p. Caracas, mayo 2003. Hacia 1998, el Consejo de la Judicatura hizo
intentos por implementar el proceso de concursos de oposición, que no logró tener
resultados en dicho sentido. Después de la entrada en vigencia de la Constitución,
también la Comisión Coordinadora de Evaluación y Concursos para el Ingreso y
Permanencia en el Poder Judicial inició con mucho impulso el proceso de concursos,
pero fueron suspendidos desde mediados de este año, sin que se cumplieran los
objetivos previstos.

114
   Vid. Pérez Perdomo, Rogelio (coord.); Boza, María Eugenia y Njaim,
Humberto: Seguridad Jurídica y Competitividad. IESA. Caracas. 1994.

115
   Comisión Bicameral para la Revisión de la Constitución. Exposición de Motivos del
Proyecto de Reforma General de la Constitución de 1961. Caracas, marzo de 1992.

116
   Publicado en la Gaceta Oficial 36.786, del 14 de septiembre de 1999.

117
   Cabe destacar que con ocasión de dicho Decreto la Corte emitió un Acuerdo de
fecha 23 de agosto de 1999, en el que reconoce que "El Decreto de Reorganización del
Poder Judicial, con las particularidades que en definitiva el mismo establezca, y
asimismo, independientemente de los vicios que pueden afectarlo, contempla un
compromiso de la Asamblea Nacional Constituyente de proceder de inmediato a través
de una Comisión de Emergencia Judicial a la revisión de los expedientes de los jueces y
su evaluación..."; igualmente el Máximo Tribunal de la República ofreció su
"contribución para el objetivo fundamental perseguido por el Decreto", autorizando al
Magistrado Alirio Abreu Burelli para que integrara la Comisión de Emergencia Judicial.
Algunos Magistrados salvaron su voto contra dicho Acuerdo, entre ellos, la Presidenta
de la Corte para ese entonces, Dra. Cecilia Sosa, quien además renunció a su cargo de
Presidenta del Máximo Tribunal, así como a su cargo de Magistrado, indicando que "al
acatar el Decreto de la Asamblea, la Corte Suprema de Justicia se autodisuelve". Voto
salvado de la Magistra-da Cecilia Sosa Gómez al texto del Acuerdo de la Corte
Suprema de Justicia del 24-08-99.
118
   Informe elaborado por Consorcio Justicia sobre el sector Justicia en Venezuela.
Caracas, 2003.

119
   Fue creada el 15 de agosto de 2000 mediante la Normativa sobre la Dirección,
Gobierno y Administración del Poder Judicial, dictada por la Sala Plena del Tribunal
Supremo de Justicia. (G.O. N° 37.041 del 15-08-00).

120
   "Tomado del informe presentado por Jesús M. Casal ante la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, en el caso Apitz Barbera y otros contra Venezuela.

121
 Vid, entre otros, los Informes Anuales de PROVEA sobre la Situación de ios
derechos humanos en Venezuela correspondientes a octubre 2003-septiembre 2004,
pp. 375 y ss., y a octubre 2004-septiembre 2005, pp. 351 y ss., así como el Informe
de Human Rights Watch, Manipulando el Estado de Derecho: Independencia del Poder
Judicial amenazada en Venezuela, Cap. V, 2004.

122
   Vid., entre otros, los Informes Anuales de PROVEA sobre la Situación de ios
derechos humanos en Venezuela correspondientes a octubre 2005-septiembre 2006,
pp. 267 y ss., y a octubre 2006-septiembre 2007, pp. 273-274, así como el Informe de
la Fundación Konrad Adenauer, Rule of Law 2006, pp. 297 y ss.

123
   Para una relación detallada de violaciones a derechos humanos vid. los informes
de PROVEA comprendidos entre el 2000 y el 2005.

124
   Art. 114, Constitución 1961.

125
   Según datos extraídos del cuaderno N° 36 del Curso de Formación Sociopolítica de
la Fundación Centro Gumilla, titulado "Los Partidos Políticos en Venezuela II. Los
partidos modernos" de Samuel Pérez, p. 85.

126
   Cabe destacar sobre el centralismo que Jaime Lusinchi fue quien creó la Comisión
Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE), encargada de estudiar las reformas
necesarias para la conformación de un sistema político más participativo y una
administración más eficiente, no obstante, este mismo personaje le dio la espalda a las
propuestas, dejadas en el tintero por esta Comisión y que verían su salida una vez
terminado su período.

127
   En "Los partidos políticos en Venezuela II. Los partidos modernos", cuaderno 36,
Caracas, Fundación Centro Gumilla, 1996, p. 33.

128
   En las elecciones de 1993, el MAS obtuvo en el Congreso un porcentaje de 10.6%,
la Causa R 19.6% y Convergencia 12.4%.

129
   Datos de la página Oficial del Órgano Electoral: http://www.cne.gov.ve/

130
   ídem.

131
  Vid. Casal H., Jesús M., Constitución y Justicia Constitucional Caracas, UCAB,
2004. Respecto del actual sistema de justicia constitucional pueden consultarse
también, entre otros, los trabajos de Brewer-Ca-rías, Alian, El sistema de justicia
constitucional en la Constitución de 1999, Caracas, EJV, 2000; Haro, José Vicente, "La
justicia constitucional en Venezuela y la Constitución de 1999", Revista de Derecho
Constitucional 1, 1999, pp. 151 y ss.; Canova, Antonio, "La Futura justicia
constitucional en Venezuela", Revista de Derecho Constitucional, 2, 2000, pp. 104 y
ss.

132
  Respecto de esta evolución vid. Casal H., Jesús M., "Los actuales desafíos de la
justicia constitucional en Venezuela", Estado de Derecho, Administración de Justicia y
Derechos Humanos, XXX Jornadas J.M. Domínguez Escovar", Barquisimeto, IEJEL,
2005, pp. 287-333.

133
  Artículo 2 del Decreto N° 5.138 mediante el cual se crea, con carácter temporal,
el Consejo Presidencial para la Reforma de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, publicado en la Gaceta Oficial N° 38.607 del 18 de enero
de 2007.

134
  Artículo 1 del Decreto N° 5.138 mediante el cual se crea, el Consejo Presidencial
para la Reforma de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

135
  Decisión del Vicepresidente de la Sala Constitucional del TS] de fecha 22-11-07.
Las decisiones del TSJ pueden ser consultadas en el siguiente sitio o portal digital
oficial: www.tsj.gov.ve

136
  Las normas pertinentes de la Constitución de 1999 disponen:

Artículo 343: La iniciativa de Reforma Constitucional será tramitada por la Asamblea


Nacional en la forma siguiente:

0001.   El proyecto de Reforma Constitucional tendrá una primera discusión en el


periodo de sesiones correspondiente a la presentación del mismo.
0002.   Una segunda discusión por Titulo o Capítulo, según fuese el caso.
0003.   Una tercera y ultima discusión artículo por artículo (...)". (resaltados y cursivas
añadidos). Artículo 219: El primer período de las sesiones ordinarias de la
Asamblea Nacional comenzará, sin convocatoria previa, el cinco de enero de cada año
o el día posterior más inmediato posible y durará hasta el quince de agosto".

El plazo del primer período de las sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional


establecido en la citada norma, no es susceptible de ser prorrogado. (Resaltados y
cursivas añadidos).

137
  Para un estudio más completo de la reforma constitucional, su contenido y sus
vicios, ver Ayala Corao, Carlos, "De la Constituyente de 1999 a la Reforma de 200T, en
publicación en prensa en la UNAM sobre Los procesos constituyentes. El texto de la
norma constitucional es el siguiente:

138
  Artículo 342. La Reforma Constitucional tiene por objeto una revisión parcial de
esta Constitución y la sustitución de una o varias de sus normas que no
modifiquen la estructura y principios fundamentales del texto Constitucional.
(Resaltados y cursivas añadidos).

139
  El texto de la norma constitucional es el siguiente: Artículo 19. El Estado
garantizará a toda persona, conforme al principio de progresividad y sin
discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente
de los derechos humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos del
Poder Público, de conformidad con esta Constitución, con los tratados sobre derechos
humanos suscritos y ratificados por la República y con las leyes que los desarrollen.
(Resaltados añadidos).

140
  Corte IDH. Restricciones a la pena de muerte -arts. 4.2 y 4.4. Convención
Americana sobre Derechos Humanos-, Opinión Consultiva OC-3/83 del 8 de septiembre
de 1983, Serie A, N° 3, párrs. 56 y 57.

141
 Ver, Corte IDH. Elhábeas corpas bajo suspensión de garantías -arts. 27.2, 25.1 y
7.6 Convención Americana sobre Derechos Humanos-, Opinión Consultiva OC-8/87 del
30 de enero de 1987, Serie A, N° 8; y Corte IDH. Garantías judiciales en estados de
emergencia -arts. 27.2, 25 y 8 Convención Americana sobre Derechos Humanos-,
Opinión Consultiva OC-9/87 del 6 de octubre de 1987, Serie A, N° 9.

142
  Ver, entre otros, Ayala Corao, Carlos. "De la Constituyente de 1999 a la Reforma
Constitucional de 2007", en libro sobre Los Procesos Constituyentes en América
Latina, UNAM, México. 2008 (en prensa); Brewer-Carías, Alian. La Reforma
Constitucional de 2007 (Comentarios ai Proyecto Inconstitucionai-mente sancionado
por la Asamblea Nacional el 2 de noviembre de 2007). Colección textos legislativos N°
43, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 2007.

143
  Hasta la fecha en ningún país latinoamericano las Constituciones autorizan la
reelección ilimitada del Presidente. En este sentido, en Venezuela, con excepción de las
constituciones de 1957 (que duró apenas meses), y los dictadores Juan Vicente Gómez
y Pérez Jiménez que no contenían límites expresos a la reelección, las demás
constituciones hasta la de 1999 (a excepción de la de 1811) han autorizado la
reelección de los presidentes ya sea de manera inmediata o después de transcurrir uno
o más períodos. La idea detrás de limitar la reelección de los presidentes en
Latinoamérica es impedir que los mandatarios se perpetúen en el poder, aun cuando
puedan tener apoyo popular. Ello ha llevado a acoger constitucionalmente el principio
del gobierno democrático "alternativo", que va desde la prohibición absoluta de
reelección en México y la mayoría de los países centroamericanos como una cláusula
no modiflcable ("pétrea") y la prohibición de reelección inmediata por dos períodos
(Panamá), hasta la reelección inmediata por un solo período.

La verdad es que es muy difícil pensar que en Latinoamérica un Presidente en el poder


pueda perder su reelección. De hecho prácticamente en casi todos los países donde se
ha introducido la reelección inmediata (por un período), los presidentes en ejercicio
han ganado su reelección. En estos países, con excepción de un caso en República
Dominicana en el 2004 (Mejía) y Nicaragua en 1990 (Ortega), los Presidentes siempre
han resultado reelectos en Colombia (Uribe); Brasil (Cardozo y Lula); Argentina
(Menem); Venezuela (Chávez) y Perú (Fujimori). La reelección de presidentes en
varios de estos países ha estado acompañada de señalamientos de ventajismos a favor
de los presidentes en ejercicio que asumieron simultáneamente la condición de
candidatos. Las experiencias venezolanas en los años 2000 y 2006 ponen en evidencia
el uso y abuso de los bienes y potestades presidenciales para favorecer al presidente-
candidato.

Caso diferente es la elección en Europa de los presidentes en algunos sistemas semi


parlamentarios o semi presidenciales, como es caso de Francia. No obstante, el
sistema francés es completamente distinto: el primer ministro comparte la jefatura del
gobierno con el Presidente y puede ser destituido en cualquier momento por la
mayoría parlamentaria (al igual que lo pueden ser los primeros ministros en los
regímenes parlamentarios). Se trata de sistemas de gobierno distintos, con controles
diferentes. Además, en Francia el período presidencial fue reducido en el año 2000 de
7 a 5 años; y el presidente electo en el año 2007, Nicolás Sarkozy, ha declarado que
sería importante limitar la reelección de los presidentes en su país, para evitar que en
lugar de dedicarse a ver cómo permanecen en el poder, se dediquen a resolver los
problemas de la gente.

144
  En ese sentido, ya Pedro De Vega ha señalado que uno de los mayores juristas del
siglo XX (M. Hauriou), había acuñado la expresión "Superlegalidad constitucional' para
designar "aquellos preceptos de los de los textos constitucionales en lo que se
condensaban los principios y valores legitimadores de toda la legalidad
constitucional y que lógicamente no podían ser objeto de reforma
constitucional. De suerte que los nomoi que Aristóteles dejó sin definir, ha sido el
gran jurista francés, quien ha intentado encerrarlos en esa superlegalidad
constitucional, que no podrá ser lesionada nunca y deberá quedar inmune a la acción
de la reforma. Es desde ella, desde donde habría que explicar el significado jurídico y,
sobre todo, político de las llamadas en los modernos ordenamientos
constitucionales, cláusulas de intangibilidad". De Vega, Pedro. "La reforma
constitucional como defensa de la Constitución y de la democracia", en Revista
Peruana de Derecho Público, N° 13, Lima, 2006, p. 50. Ver también sobre este tema:
Ramírez Cleves Gonzalo. Los ¡imites a la reforma constitucional y las garantías-límites
del poder constituyente: los derechos fundamentales como paradigma. Universidad
Externado de Colombia. Temas de Derecho Público N° 69. Bogotá 2003. Se trataba de
la violación de esas cláusulas intangibles de la "superlegalidad constitucional"
mediante una reforma constitucional conduce al fenómeno que Pedro De Vega
denominó fraude constitucional, el cual consiste precisamente en "la utilización
del procedimiento de reforma para, sin romper con el sistema de legalidad
establecido, proceder a la creación de un nuevo régimen político y un
ordenamiento constitucional diferente. Su referencia es importante, porque ilustra
con extraordinaria plasticidad sobre el significado, el valor y hasta la necesidad de
reconocer límites implícitos materiales en cualquier operación de revisión del texto
constitucional". De Vega, Pedro, La Reforma Constitucional y la problemática delPoder
Constituyente, Madrid, 1991, pp. 291 a 293.

145
  Sentencia de fecha 25 de enero de 2006. Caso Jesús Manuel Méndez Quijada y
Henry Ramos Allup vs. Consejo Nacional Electoral (Exp. 2005-001786).

146
  No disponemos del tiempo ni del espacio necesario para referirnos en detalle a
todos y cada uno de los artículos que integraron la "Reforma Constitucional", lo cual
nos obligó a limitarnos a exponer solamente aquellos que consideramos más graves. El
texto completo de la reforma puede ser consultado en: www.asambleanacional.gov.ve

147
  Carlos Ayala y Jesús María Casal participaron como accionantes y abogados en el
recurso de inconstitu-cionalidad interpuesto ante la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia de Venezuela el día 15-11-07 (Expediente N° 07-1672) por
personas y organizaciones no gubernamentales de derechos humanos. En este
particular es importante destacar que la impugnación abierta de esa pretendida
Reforma Constitucional era posible llevarla a cabo en Venezuela mediante una acción o
recurso de inconstitucionalidad como un acto normativo general, en virtud de la
caracterización de la acción de inconstitucionalidad como una acción popular desde el
siglo XIX. De conformidad con lo previsto en el noveno aparte del artículo 19 de la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, la legitimación activa en el caso de
demandas de nulidad de leyes o actos de efectos generales -y una "Reforma
Constitucional" es, sin duda, un acto de efectos generales- la tienen aquellas personas
que sean afectadas en sus derechos o intereses por el acto normativo impugnado. El
noveno aparte del artículo 21 del texto orgánico que rige las funciones de ese Máximo
Juzgado dispone lo siguiente: (...) Toda persona natural o jurídica, que sea afectada en
sus derechos o intereses por una ley, reglamento, ordenanza u otro acto
administrativo de efectos generales emanado de alguno de los órganos del Poder
Público Nacional, Estadal o Municipal, o que tengan interés personal, legítimo y directo
en impugnar un acto administrativo de efectos particulares, puede demandar la
nulidad del mismo ante el Tribunal Supremo de Justicia, por razones de
inconstitucionalidad o de ilegalidad. El Fiscal General de la República y demás
funcionarios a quienes las leyes les atribuyen tal facultad, podrán también solicitar la
nulidad del acto, cuando éste afecte un interés general (...). (Resaltados nuestros).

148
  Así, en Alemania, la jurisprudencia de la Corte Constitucional convirtió la cláusula
de intocabilidad de la Ley Fundamental en una base para un control bastante extenso
de actos reformatorios de la Constitución, al establecer que tanto el poder
constituyente original, como el poder reformatorio "no pueden desconocer exigencias
elementales de justicia", en particular la prohibición de la arbitrariedad. En esta
jurisprudencia abre el camino precisamente para la interpretación de la
constitucionalidad de las leyes reformatorias de conformidad con la Constitución y a la
luz de su núcleo intocable. Ver, sentencia de la Corte Federal Constitucional de
Alemania, colección de decisiones, t.84.90 121, citada por Herdegen, Mathias. "La
Reforma Constitucional: criterios dejusticiabilidad", en Anuario de Derecho
Constitucional Latinoamericano. 2006, p. 135. En el mismo sentido, la Corte
Constitucional de Colombia ha sostenido que el poder de reforma de la Constitución
está sometido a "limites constitucionales" que resultan de la "integridad" de la
Constitución, es decir, de su esencia como ente consiste. Ver, Corte Constitucional,
sentencia C-551 del 9 de julio de 2003, citado por Herdegen, Mathias. "La Reforma
Constitucional...", op. cit., p. 136.

149
  De Vega, Pedro. La Reforma Constitucional..., op. cit., p. 303.

150
  Vgr en sentencia de la Sala Constitucional, de fecha 25 de enero de 2006. Caso
"Jesús Manuel Méndez Quijada y Henry Ramos AUup vs. Consejo Nacional Electoral".

151
  De Vega, Pedro. La Reforma Constitucional..., op. cit., p. 303.

152
  Sentencia de fecha 17 de noviembre de 2007, Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en el caso ACCIÓN SOLIDARIA CONTRA EL SIDA (ACCSI) y
otros, (Expediente N° 07-1672). Estas sentencias cuentan con dos votos salvados de
los magistrados Pedro Rafael Rondón Haaz y Jesús Eduardo Cabrera Romero. Las
sentencias y los votos salvados del Tribunal Supremo de Justicia pueden ser
consultadas por vía digital en el siguiente portal oficial: www.tsj.gov.ve

153
  Servicio de Noticias de las Naciones Unidas. Nota de prensa de fecha 30 de
noviembre, 2007:"Tres relatores de las Naciones Unidas expresaron hoy preocupación
por algunas disposiciones de la reforma constitucional venezolana que será sometida a
referendo el próximo domingo.".
 

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Vinculación Plan de la Patria 2019-2025

El Plan de la Patria: Tercer Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la


Nación de Venezuela es un plan a mediano plazo para el período 2019-2025, que
contiene los lineamientos generales para su implementación. 
Este plan es para dar el salto cualitativo en la construcción de un nuevo tiempo
histórico, en la transición al socialismo. Se trata de enfrentar el tiempo histórico
bicentenario y dar el salto como sociedad, utilizando como directriz la carta de
navegación construida con la Constitución pionera, la que abrió las sendas y se
constituyó como la hoja de ruta sobre los temas estructurales, para la
transformación definitiva de la sociedad. Los primeros 18 años nos han otorgado
unas condiciones sociales, políticas y materiales que sirven de base para una
nueva sociedad. Ahora llega el momento de ruptura, de dar el salto cualitativo.
El Plan es una profundización del Plan de la Patria 2012-2013 al 2019. Su
arquitectura, sus objetivos históricos son los mismos, signados por la
radicalización en la construcción del pensamiento chavista y revolucionario, de la
direccionalidad histórica al socialismo. Contiene además un programa de acción
para el primer año de implementación del plan: La Agenda Concreta de Acción
(ACA) del Plan de la Patria 2025: Estabilización y Paz Política y Económica 2019-
2020.

Con miras en un horizonte temporal a 2030, sus objetivos coinciden con los


Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas

Ninguno
Convergencia entre el Plan y la Agenda 2030

Filtrar

Objetivo Histórico No. 1: Defender, expandir y consolidar el bien más


preciado que hemos reconquistado después de 200 años: la independencia
nacional
"1.1. Garantizar la continuidad, profundización y consolidación de la
Revolución Bolivariana en el desarrollo integral de la democracia en sus
cinco dimensiones: económica, política, social, cultural y espacial."
"1.1.1. Garantizar y fortalecer la expresión de la voluntad del pueblo a
través de los procesos electorales, elevando la moral y la conciencia del
pueblo venezolano en su lucha por la emancipación."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.1.2. Preparar la defensa de la voluntad del pueblo mediante la
organización popular y el ejercicio de la autoridad del Estado en la defensa
de la democracia y la Constitución."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.1.3. Fortalecer y expandir el Poder Popular para la defensa de la
soberanía y del ejercicio de la democracia participativa y protagónica"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.1.4. Desarrollar y garantizar un esquema integral de gobierno en las
distintas escalas nacional, regional y local, alineados con la democracia
directa y el Poder Popular."
11. Ciudades y comunidades sostenibles
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
17. Alianzas para lograr los objetivos
1.1.5. Seguir construyendo la soberanía y democratización comunicacional
"1.2. Consolidar la defensa y soberanía en la preservación y uso de los
recursos naturales estratégicos, con especial énfasis en los hidrocarburíferos,
mineros y acuíferos, entre otros."
12. Producción y consumo responsables
"1.2.1. Fortalecer el rol del Estado en la administración y explotación de los
recursos hidrocarburíferos y mineros"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.2.2. Mantener y garantizar el control por parte del Estado sobre
Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa)"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.2.3. Mantener y garantizar el control por parte del Estado de las
empresas nacionales que exploten los recursos mineros en el territorio
nacional."
12. Producción y consumo responsables
"1.2.4. Promover y estimular la investigación científica y el desarrollo
tecnológico, con el propósito de asegurar las operaciones medulares de la
actividad productiva de hidrocarburos."
12. Producción y consumo responsables
"1.2.5. Asegurar los medios para el control efectivo de las actividades
conexas y estratégicas, asociadas a la cadena industrial de explotación de los
recursos hidrocarburíferos."
12. Producción y consumo responsables
"1.2.6. Fortalecer la coordinación de políticas petroleras en el seno de la
OPEP y otros organismos internacionales, para la justa valorización de
nuestros recursos hidrocarburíferos."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.2.7. Impulsar y promover una iniciativa de coordinación entre los países
gigantes petroleros, a efectos de maximizar el valor estratégico de nuestros
recursos"
17. Alianzas para lograr los objetivos
"1.2.8. Asegurar los medios para el control efectivo de las actividades
conexas y estratégicas, asociadas a la cadena industrial de explotación de los
recursos mineros"
12. Producción y consumo responsables
"1.2.9. Lograr una instancia de coordinación de políticas gasíferas para una
valorización justa y razonable del gas."
12. Producción y consumo responsables
"1.2.10. Elevar la conciencia política e ideológica del Pueblo, de las y los
trabajadores petroleros y mineros, así como también su participación activa
en la defensa de los recursos naturales estratégicos de la nación."
1.2.11. Crear las condiciones para influir en la valorización de los precios de
los minerales.
"1.2.12. Garantizar la propiedad y uso de los recursos naturales del país, de
forma soberana, para la satisfacción de las demandas internas, así como su
uso, en función de los más altos intereses nacionales"
"1.2.13. Asumir la defensa de los recursos hídricos como un tema de
máximos y cuerpos de agua, así como aquellos temas derivados del derecho
internacional que pueda afectar a estos
"1.3. Garantizar el manejo soberano del ingreso de la República y la
reinversión de los excedentes nacionales, tanto públicos como privados, a
efectos de garantizar los principios sociales de equidad y desarrollo
nacional."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.3.1. Fortalecer y profundizar el régimen fiscal del sector hidrocarburos,
para garantizar el bienestar del pueblo."
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"1.3.2. Mantener y fortalecer mecanismos eficaces de captación de la renta
excedentaria, por incrementos extraordinarios de los precios internacionales
de los hidrocarburos"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.3.3. Establecer y desarrollar un régimen fiscal minero, así como
mecanismos de captación eficientes para la recaudación de la renta por la
actividad minera"
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"1.3.4. Establecer políticas de Estado y mecanismos de control sobre la
producción y comercialización soberana de los minerales"
"1.3.5. Fortalecer y crear mecanismos e instituciones financieras que
garanticen la estabilidad de la inversión estratégica de la República, en
materia social, económica e infraestructura"
8. Trabajo decente y crecimiento económico
1.3.6. Fortalecer y profundizar acuerdos financieros con socios estratégicos
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"1.3.7. Mantener y consolidar los convenios de cooperación, solidaridad y
complementariedad con países aliados."
17. Alianzas para lograr los objetivos
1.3.8. Fortalecer los mecanismos de cooperación en el Mercado Común del
Sur (Mercosur).
17. Alianzas para lograr los objetivos
"1.3.9. Sostener y actualizar mecanismos de ahorro e inversión popular
sobre instrumentos financieros asociados a la actividad minera y petrolera."
8. Trabajo decente y crecimiento económico
1.3.10. Fortalecer y optimizar el Sistema Arancelario Nacional y el Sistema
de Aduanas, a efectos de contar con los estándares internacionales, así como
combatir el contrabando de extracción en la República.
17. Alianzas para lograr los objetivos
"1.3.11. Desarrollar un nuevo sistema de generación, captación, inversión y
administración de divisas para construir el sistema productivo pos rentista."
1.3.12. Mejorar y promover la eficiencia de la gestión fiscal del sector
público para una redistribución justa, social y productiva de la renta, así
como fortalecer las fuentes de ingreso de la República.
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.3.13. Fortalecer y mejorar los mecanismos de control del gasto público
mediante un mayor control y seguimiento al sistema presupuestario."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
1.3.14. Manejar de manera sostenible el endeudamiento público
17. Alianzas para lograr los objetivos
"1.4. Lograr la soberanía alimentaria para garantizar el sagrado derecho a
la alimentación de nuestro pueblo."
2. Hambre cero

1.4.1. Eliminar definitivamente el latifundio para profundizar el proceso de


rescate, regularización y dotación de la tierra, así como el fortalecimiento, en los
predios recuperados,
de las prácticas agroecológicas, bajo un proceso de organización y zonificación
agroecológica con base en las capacidades de uso de la tierra, así como un
sistema de
catastro rural para garantizar y fortalecer las políticas de acceso justo y uso
racional del recurso suelo.
2. Hambre cero

1.4.2. Acelerar la democratización del acceso de los campesinos y campesinas,


productores y productoras, y de las distintas formas colectivas y empresas
socialistas a los recursos
necesarios para la producción (tierra, agua, riego, semillas, capital), que impulse
el uso racional y sostenible de los mismos.
2. Hambre cero

1.4.3. Incrementar de manera sostenida la producción, procesamiento,


distribución y comercialización de los rubros alimenticios básicos para la
población, consolidando una
visión integral y soberana del sistema agroalimentario
2. Hambre cero
"1.4.4. Establecer nuevas formas de organización social y empoderamiento
del Poder Popular Campesino, auspiciando la organización socioproductiva
rural"
"1.4.5. Fortalecer la infraestructura, el desarrollo, funcionamiento y gestión
socialista de los grandes polos de producción primaria agropecuaria,
privilegiando la integración de los procesos productivos a escala industrial."
2. Hambre cero

1.4.6. Brindar acompañamiento científico y tecnológico a los diversos actores del


sector agroalimentario para el aprovechamiento efectivo de las potencialidades y
capacidades
nacionales, que garantice la aplicación de las mejores técnicas y procesos de
producción, desde la producción primaria al procesamiento, envasado y
distribución de alimentos para
el consumo final.
2. Hambre cero

1.4.7. Afianzar un conjunto de políticas públicas de apoyo a la producción,


distribución, comercialización y organización del sector rural y participación del
Poder Popular Campesino en la implementación de un plan nacional de
producción de alimentos, que garantice la soberanía alimentaria.

1.4.8. Consolidar el control del aparato agroindustrial en manos de


empresas del Estado y gestión socialista, que garantice al menos 60% de la
capacidad de almacenamiento y procesamiento en rubros básicos y 30% en
el resto de los rubros alimenticios
"1.4.9. Desarrollar un sistema de apoyo e incentivos para la promoción del
comercio internacional de exportación de rubros agrícolas."
2. Hambre cero

1.4.10. Establecer mecanismos para ejercer la nueva institucionalidad


revolucionaria, que garantice la participación de los pequeños y medianos
productores en las decisiones en
materia agropecuaria, a través de los consejos campesinos y las redes de
productores y productoras libres y asociados.
2. Hambre cero
"1.4.11. Promover los modelos de producción diversificados, a partir de la
agricultura familiar, campesina, urbana, periurbana e indígena, que
recupere, valide y divulgue modelos tradicionales y sostenibles de
producción."
2. Hambre cero
"1.4.12. Promover la agricultura sustentable como base estratégica para el
desarrollo agroalimentario."
2. Hambre cero
"1.4.13. Promover la organización de redes populares e intercambio de
saberes, que contribuyan a dinamizar el aparato productivo nacional."
2. Hambre cero
"1.5. Afirmar la identidad, la soberanía cognitiva y la conciencia histórico-
cultural del pueblo venezolano, para favorecer la descolonización del
pensamiento y del poder."

1.5.1. Fomentar la investigación y la conciencia crítica sobre los mecanismos de


dominación y colonización presentes en las maneras de conocer, producir y
convivir, como base para
la gestación de nuevas formas de conocimiento, producción y convivencia,
fundadas en nuestras tradiciones histórico-culturales y en la plena satisfacción de
las necesidades humanas.

"1.5.2. Articular las políticas de educación, comunicación, cultura con las


organizaciones del Poder Popular para el conocimiento, valoración y
reflexión crítica sobre la identidad venezolana y nuestroamericana."
4. Educación de calidad
"1.5.3. Favorecer el conocimiento y valoración de nuestras culturas, así
como el reconocimiento de los aportes culturales de los distintos orígenes de
la población venezolana"
11. Ciudades y comunidades sostenibles
"1.5.4. Potenciar el arraigo de la población y la valoración de todos los
territorios sociales como espacios de vida y producción cultural."
1.5.5. Transformar los mecanismos de reproducción de la dominación y la
colonialidad en la relación Estado-sociedad, la administración pública y
privada, el ejercicio del Poder Popular, la producción económica y la vida
cotidiana.
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.6. Desarrollar las capacidades científico-tecnológicas que hagan viable,
potencien y blinden la protección y atención de las necesidades del pueblo y
el desarrollo del país potencia"
9. Industria innovación e infraestructura

1.6.1. Consolidar un estilo científico, tecnológico e innovador de carácter


transformador, diverso, creativo y dinámico, garante de la independencia y la
soberanía económica,
contribuyendo así a la construcción del modelo productivo socialista, el
fortalecimiento de la ética socialista y la satisfacción efectiva de las necesidades
del pueblo venezolano.
9. Industria innovación e infraestructura
"1.6.2. Fortalecer los espacios y programas de formación para el trabajo
liberador, fomentando los valores patrióticos, la descolonización y el sentido
crítico."
4. Educación de calidad
"1.6.3. Impulsar el desarrollo y uso de equipos electrónicos y aplicaciones
informáticas, basados en tecnologías libres y estándares abiertos."
9. Industria innovación e infraestructura
"1.6.4. Establecer una política satelital del Estado venezolano para colocar
la actividad al servicio del desarrollo general de la nación."
9. Industria innovación e infraestructura
"1.6.5. Asumir el desarrollo de políticas soberanas para el uso del
ciberespacio para la paz y la democracia."
"1.7. Fortalecer el poder defensivo nacional, así como la unión cívico-militar,
para proteger y garantizar la independencia, la soberanía y la paz nacional,
asegurando la defensa integral de la patria."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
1.7.1. Incrementar la capacidad defensiva del país con la consolidación y
afianzamiento de la redistribución territorial de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana.
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas

1.7.2. Consolidar la Gran Misión Soldado de la Patria Negro Primero como


política integral de fortalecimiento de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana,
que asegure bienestar, seguridad social y protección a la familia militar
venezolana; el equipamiento, mantenimiento e infraestructura militar; la
participación de la FANB en las tareas de desarrollo nacional; y el desarrollo
educativo de sus componentes.
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.7.3. Fortalecer e incrementar el Sistema de Inteligencia y
Contrainteligencia Militar para la defensa integral de la patria."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
1.7.4. Fortalecer y expandir la Milicia Nacional Bolivariana.
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.7.5. Incrementar y mantener el apresto operacional de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana para la Defensa Integral de la Nación."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.8. Adecuar el aparato económico productivo, la infraestructura y los
servicios del Estado, incrementando la capacidad de respuesta a las
necesidades del pueblo ante posibles estados de excepción en el marco de la
defensa integral de la nación."
8. Trabajo decente y crecimiento económico
1.8.1. Fortalecer el Sistema Integral de Gestión de los estados
"1.8.2. Integrar las capacidades logísticas nacionales con el Sistema
Logístico de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"1.9. Blindar a la República contra los actos y delitos de guerra económica,
tanto internos como externos, que afecten el sistema económico financiero,
capacidades logísticas y de distribución, ataques contra la moneda, así como
las libertades económicas
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas

1.9.1. Fortalecer los mecanismos de protección y ofensiva de la República para


derrotar la guerra económica, y aprovechar la oportunidad de construir un tejido
productivo que
permita la aparición de un nuevo metabolismo del capital, orientado a la
satisfacción de las necesidades sociales, la creación de valor y la sustitución de
importaciones.

"1.9.2. Generar los procesos de blindaje internacional y ruptura de amarras


contra toda potencia que pretenda bloquear el desarrollo soberano de
Venezuela."

Gran Objetivo Histórico N° 2: Continuar construyendo el socialismo


bolivariano del siglo XXI, en Venezuela, como alternativa al sistema
destructivo y salvaje del capitalismo y con ello asegurar “la mayor suma de
felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de
estabilidad política” para nuestro pueblo.

2.1. Generar las bases económicas y materiales para la transición humanamente


gratificante hacia el socialismo, transformando la cultura rentista petrolera en un
modelo económico productivo incluyente, eficiente y justo, liberando las fuerzas
productivas, a efectos de satisfacer las necesidades de nuestra población y el país
potencia
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"2.1.1. Impulsar nuevas formas de organización que pongan al servicio de la
sociedad los medios de producción y estimulen la generación de un tejido
productivo sustentable, enmarcado en el nuevo metabolismo para la
transición al socialismo."
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"2.1.2. Construir un nuevo eslabón productivo protagónico expresado en la
escala local y cuyo actor sea el Poder Popular."
8. Trabajo decente y crecimiento económico

2.1.3. Desarrollar un sistema de determinación y fijación de precios justos para


los bienes y servicios, que combata las prácticas de ataque a la moneda,
acaparamiento, especulación, usura y otros falsos mecanismos de fijación de
precios, mediante el fortalecimiento de las leyes e instituciones responsables y la
participación protagónica del Poder Popular
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"2.1.4. Expandir e integrar las cadenas productivas, maximizando la
creación de valor agregado y orientándolas hacia la satisfacción de las
necesidades sociales para la construcción del socialismo, promoviendo la
diversificación del aparato productivo."
8. Trabajo decente y crecimiento económico

2.1.5. Desarrollar un método de eficiencia socialista de gestión tanto a lo interno


de las unidades productivas como de estas con su entorno, sustentada en métodos
participativos
con los trabajadores y trabajadoras, alineados con las políticas nacionales, así
como con una cultura del trabajo que se contraponga al rentismo petrolero y
desmontando la
estructura oligopólica y monopólica existente.
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"2.1.6. Fortalecer el sistema de distribución directa de los insumos y
productos, atacando la especulación propia del capitalismo, para garantizar
la satisfacción de las necesidades del pueblo."
8. Trabajo decente y crecimiento económico
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
2.1.7. Conformar la institucionalidad del modelo de gestión socialista.
"2.2. Garantizar la inclusión plena y protagónica de todos los sectores de la
sociedad en el desarrollo integral de la democracia en sus cinco
dimensiones."
10. Reducción de las desigualdades
"2.2.1. Consolidar la equidad de género con valores socialistas, garantizando
y respetando los derechos de todos y todas, y la diversidad social."
5. Igualdad de género
2.2.2. Fomentar la inclusión y el vivir bien de los pueblos indígenas.
10. Reducción de las desigualdades
"2.2.3. Fortalecer el protagonismo de la juventud en el desarrollo y
consolidación de la Revolución Bolivariana."
10. Reducción de las desigualdades
"2.2.4. Fortalecer y expandir políticas de Estado para la plena inclusión de
la afrodescendencia como componente estructural dentro de la nacionalidad,
así como generar políticas de combate al racismo para la humanización de la
sociedad."
10. Reducción de las desigualdades
"2.3. Construir una sociedad igualitaria y justa garantizando la protección
social del pueblo."
10. Reducción de las desigualdades
"2.3.1. Superar las formas de explotación capitalistas presentes en el proceso
social del trabajo, a través del despliegue de relaciones socialistas entre
trabajadores y trabajadoras, como espacio fundamental para el desarrollo
integral de la población"
8. Trabajo decente y crecimiento económico

2.3.2. Consolidar el Sistema Nacional de Misiones y Grandes Misiones


Socialistas Hugo Chávez, como conjunto integrado de políticas y programas que
materializan los derechos y
garantías del Estado Social de Derecho y de Justicia, que sirva de plataforma de
organización, articulación y gestión de la política social en los distintos niveles
territoriales del país, para dar mayor eficiencia y eficacia a las políticas sociales
de la Revolución.

2.3.3. Propiciar las condiciones para el desarrollo de una cultura de recreación y


práctica deportiva, tanto masiva como de alto rendimiento, liberadora,
ambientalista e integradora
en torno a los valores de la Patria, como vía para la liberación de la conciencia, la
paz y la convivencia armónica

"2.3.4. Generar políticas de Estado para la inclusión plena y desarrollo de


una vida digna de las personas con alguna discapacidad."
10. Reducción de las desigualdades
"2.3.5. Continuar combatiendo la desigualdad a través de la erradicación de
la pobreza extrema y disminución de la pobreza general hacia su total
eliminación."
1. Fin a la pobreza
10. Reducción de las desigualdades
"2.3.6. Asegurar la salud de la población desde la perspectiva de prevención
y promoción de la calidad de vida, teniendo en cuenta los grupos sociales
vulnerables, etarios, etnias, género, estratos y territorios sociales"
3. Salud y bienestar
"2.3.7. Asegurar una alimentación saludable, una nutrición adecuada a lo
largo del ciclo de vida, dando especial énfasis a la lactancia materna, en
concordancia con los mandatos constitucionales de salud"
2. Hambre cero

2.3.8. Desarrollar el principio de la educación pública y gratuita, que garantice


las condiciones del trabajador del sistema educativo, del estudiante y la
infraestructura, así
como también los contenidos y prácticas pedagógicas para una educación
liberadora. Continuar garantizando el derecho a la educación con calidad y
pertinencia, a través del
fortalecimiento de las condiciones de ingreso, prosecución y egreso del sistema
educativo.
4. Educación de calidad
"2.3.9. Consolidar las Misiones, Grandes Misiones Socialistas como
instrumento revolucionario para un nuevo Estado democrático, social de
derecho y de justicia."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas

2.3.10. Desarrollar el modelo de educación técnica y universitaria, de coherencia


y estímulo con el nuevo modelo productivo y desafíos del Plan de la Patria, con
taxonomía territorial,
en el cual el perfil de las universidades, los planes de formación, sus planes de
desarrollo, articulación productiva y cultural se vinculen con el desarrollo
integral de las potencialidades del territorio en sus distintas escalas, en función de
las demandas del siglo xxi y el país potencia.
4. Educación de calidad
"2.4. Transformar el sistema de distribución y apropiación de excedentes,
que permita una justa distribución de la riqueza y la reducción de las
desigualdades."
10. Reducción de las desigualdades

2.4.1. Generar una auténtica revolución del sistema de distribución y apropiación


de excedentes, a efectos de contribuir en la construcción de una justicia tributaria,
así como
generar fuentes financieras para la construcción del pos rentismo petrolero y
desarrollo del Estado de las Misiones en la construcción del socialismo.
10. Reducción de las desigualdades

2.5. Consolidar y expandir el Poder Popular como componente estructural de una


verdadera democracia socialista, a todos los niveles y como componente
sustancial de todo el Estado y proceso revolucionario, a efectos de garantizar la
irreversibilidad del proyecto bolivariano para la felicidad plena del pueblo.

"2.5.1. Promover la construcción del Estado participativo, popular, comunal


a través de la consolidación y expansión del Poder Popular organizado."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"2.5.2. Impulsar la transformación del modelo económico rentístico hacia el
nuevo modelo productivo diversificado y socialista, con participación
protagónica de las instancias del Poder Popular"
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"2.5.3. Garantizar la transferencia de competencias en torno a la gestión y
administración de lo público desde las distintas instancias del Estado hacia
las comunidades organizadas"
11. Ciudades y comunidades sostenibles
"2.5.4. Impulsar la corresponsabilidad del Poder Popular en la lucha por la
inclusión social, igualdad, desarrollo económico, social, político, cultural y
espacial y la erradicación de la pobreza."
10. Reducción de las desigualdades

2.5.5. Consolidar la formación integral socialista, permanente y continua, en los


diferentes procesos de socialización e intercambio de saberes del Poder Popular,
fortaleciendo
habilidades y estrategias para el ejercicio de lo público y el desarrollo
sociocultural y productivo de las comunidades.

"2.5.6. Desarrollar la planificación- acción del Plan de la Patria a escala


comunal como agenda concreta de acción, saldo político organizativo,
conciencia política y nuevas praxis del Estado Popular y Revolucionario."
11. Ciudades y comunidades sostenibles
"2.6. Gestar el proceso de descolonización ético, moral y espiritual de la
sociedad a partir de la construcción de los valores liberadores del
socialismo."
2.6.1. Potenciar las expresiones culturales liberadoras del pueblo.
11. Ciudades y comunidades sostenibles
"2.6.2. Fortalecer la contraloría social para mejorar el desempeño de la
gestión pública, de las instancias del Poder Popular y las actividades
privadas que afecten el interés colectivo"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"2.6.3. Preservar los valores bolivarianos liberadores, igualitarios,
solidarios, del pueblo venezolano y fomentar el desarrollo de una nueva ética
socialista."
"2.7. Lograr la irrupción definitiva del Nuevo Estado Popular y
Revolucionario, para el desarrollo integral de la democracia en sus cinco
dimensiones."
2.7.1. Consolidar la formación integral socialista, permanente y continua, en los
diferentes procesos de socialización e intercambio de saberes del Poder Popular,
que fortalezcan
habilidades y estrategias para el ejercicio de lo público y el desarrollo
sociocultural y productivo de las comunidades.

"2.7.2. Desatar la potencia contenida en la Constitución Bolivariana para el


ejercicio de la democracia participativa y protagónica"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas

2.7.3. Desarrollar el Sistema Federal de Gobierno, basado en los principios de


integridad territorial, económica y política de la nación, mediante la participación
protagónica del
Poder Popular en las funciones de gobierno comunal y en la administración de
los medios de producción de bienes y servicios de propiedad social
11. Ciudades y comunidades sostenibles
"2.7.4. Acelerar la construcción de la nueva plataforma institucional del
Estado, en el marco del nuevo modelo de gestión socialista bolivariano"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas

2.7.5. Impulsar una profunda, definitiva e impostergable revolución en el sistema


de administración de justicia, entre los poderes públicos y el Poder Popular, que
garantice la
igualdad de condiciones y oportunidades a toda la población a su acceso y
aplicación
10. Reducción de las desigualdades

2.7.6. Desplegar en sobremarcha las políticas y programas de seguridad


ciudadana contenidos en la Gran Misión Cuadrantes de Paz, concebida como
política integral,
multiagencial y territorializada de seguridad ciudadana, para la transformación de
los factores estructurales, situacionales e institucionales, generadores de la
violencia y el
delito, para reducirlos, así como el fortalecimiento de los cuerpos de seguridad
del Estado, y las capacidades para la atención a las víctimas, aumentando la
convivencia solidaria y el
disfrute del pueblo en el libre y seguro ejercicio de sus actividades
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"2.7.8. Fortalecer el Sistema Nacional de Planificación Pública y Popular
para la construcción de la sociedad socialista de justicia y equidad, en el
marco del nuevo Estado democrático y social de derecho y de justicia"
10. Reducción de las desigualdades
"2.7.9. Fortalecer el Sistema Estadístico y Geográfico Nacional como
plataforma del sistema de datos nacionales y generador de las políticas
transversales en la materia"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas

2.7.10. Generar un amplio y paradigmático proceso de modernización socialista


del Estado, a efectos de unificar la gestión de la administración pública nacional
mediante procesos
informáticos estandarizados, óptimos, transparentes, auditables e interoperables
orientados a servicios y derechos
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas

2.8. Desarrollar la doctrina de la economía del mantenimiento, como filosofía de


Estado en la administración, gestión y cultura institucional, a efectos de
maximizar el aprovechamiento de los recursos e impulsar la especialización y
generación de un nuevo vector productivo. La economía del mantenimiento debe
regir en el Estado como esquema
estructural del Plan de la Patria en el tránsito al pos rentismo petrolero.
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"2.8.1. Generar una ruptura en los mecanismos administrativos del Estado,
así como de su sistema de compras, a efectos de estimular un nuevo
metabolismo del capital, así como direccionar nuevos actores y sectores del
aparato productivo nacional"
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"2.8.2. Generar y estimular un aparato económico productivo asociado a la
economía del mantenimiento."
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"Gran Objetivo Histórico N° 3: Convertir a Venezuela en un país potencia
en lo social, lo económico y lo político, dentro de la gran potencia naciente de
América Latina y el Caribe, que garantice la conformación de una zona de
paz en Nuestra América"

3.1. Desarrollar el poderío económico con base en el aprovechamiento óptimo de


las potencialidades que ofrecen nuestros recursos, mediante la construcción de un
nuevo sistema productivo, logístico  de distribución, lógica de precios y
metabolismo del capital, así como maximizar el desarrollo e integración de
cadenas productivas nacionales y regionales bajo la premisa de la
interdependencia y creación de valor.
8. Trabajo decente y crecimiento económico
12. Producción y consumo responsables
3.1.1. Potenciar el desarrollo de los motores de la Agenda Económica
Bolivariana, que procure la construcción de cadenas productivas estratégicas,
tanto para bienes esenciales
como de generación de valor, a partir de nuestras ventajas comparativas, y
orientados por un mecanismo de planificación centralizada, sistema
presupuestario y modelos de gestión
eficientes y productivos cónsonos con la transición al socialismo
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"3.1.2. Aprovechar las ventajas de localización de nuestro país a escala
continental y diversidad de regiones nacionales, a efecto de fomentar su
especialización productiva, asociada a ventajas comparativas de sectores
estratégicos"
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"3.1.3. Apropiar y desarrollar la técnica y tecnología como clave de la
eficiencia y humanización del proceso productivo, para anclar eslabones de
las cadenas productivas y desatar el potencial espacial de las mismas"
9. Industria innovación e infraestructura
"3.1.4. Generar mecanismos de circulación del capital que construyan un
nuevo metabolismo económico para el estímulo, funcionamiento y desarrollo
de la industria nacional"
8. Trabajo decente y crecimiento económico

3.2. Profundizar la construcción de una Nueva Geopolítica Nacional empleando


como elementos estructurantes la regionalización sistémica, geohistórica y
funcional, el sistema urbano regional y la infraestructura, servicios y movilidad
en el desarrollo de la dimensión espacial del Socialismo.
11. Ciudades y comunidades sostenibles

3.2.1. Impulsar y fortalecer el componente espacial del Sistema Nacional de


Planificación-Acción, popular y protagónico, de unidad dialéctica, entre los
planes sectoriales, organizativos y espaciales como elemento sustancial para la
construcción de la dimensión espacial del socialismo.
11. Ciudades y comunidades sostenibles

3.2.2. Desarrollar la escala regional en el Sistema Nacional de Planificación y


gobierno, a efectos de impulsar las bases estructurantes del sistema de
movimiento y equipamiento
nacional, así como la identidad espacial y bloques de soberanía, seguridad y
defensa de la nación, así como los sistemas de coordinación de gobierno y
gestión
11. Ciudades y comunidades sostenibles

3.2.3. Desarrollar la escala subregional como visión integral de la geohistoria,


potencialidades y restricciones, funcionabilidad y especialización de la nueva
base económica nacional,
para generar un plan específico de desarrollo, rutas críticas, plan de acción de
cadenas productivas y métodos de gestión y gobierno.
11. Ciudades y comunidades sostenibles
"3.2.4. Desarrollar el sistema urbano regional como componente clave de
una nueva estructura espacial, de ruptura con el modelo neocolonial
capitalista y de correlación con la nueva especialización productiva y
funcional del país."
11. Ciudades y comunidades sostenibles

3.2.5. Articular, mantener y generar un sólido sistema de movilidad nacional,


intermodal, eficiente e interconectado, correlacionado con las dinámicas
funcionales de especialización
económica y flujos actuales y proyectados, sistema urbano regional, así como su
sistema de mantenimiento, monitoreo, gestión y componentes industriales del
mismo.
11. Ciudades y comunidades sostenibles
"3.2.6. Fortalecer el Sistema Eléctrico Nacional atendiendo la visión
estratégica sobre la matriz energética, seguridad, generación, transmisión y
patrones de consumo, así como su control y gestión."
11. Ciudades y comunidades sostenibles
"3.2.7. Ampliar, fortalecer y desarrollar la infraestructura de
telecomunicaciones nacional como elemento clave del soporte de la actividad
económica productiva y del desarrollo del sistema urbano regional."
9. Industria innovación e infraestructura

3.3. Aprovechar el potencial histórico de la juventud con el direccionamiento


sectorial y espacial del bono demográfico en la nueva matriz productiva nacional
y en especial mediante el desarrollo del conocimiento y la tecnología en el
proceso de sustitución de importaciones.
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"3.3.1. Desplegar la capacidad creadora y productiva de la juventud de la
Patria, generando las políticas de formación e inserción laboral adecuadas"
9. Industria innovación e infraestructura
"3.3.2. Incorporar activamente a la juventud en los procesos de creación de
conocimiento, orientado a la producción y creación de valor."
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"3.4. Consolidar el papel de Venezuela como Potencia Energética Mundial y
aprovechar el potencial energético para el desarrollo de procesos de
generación de valor intensivos en energía"
7. Energía asequible y no contaminante

3.4.1. Generar una capacidad de producción de hidrocarburos, en consonancia


con las reservas probadas y potenciales del recurso, de acuerdo con su utilización
como impulsor
del desarrollo de cadenas productivas, su papel en el ingreso nacional y ajustado
a las condiciones del mercado de financiamiento
7. Energía asequible y no contaminante
"3.4.2. Desarrollar y consolidar la plataforma de producción de la Faja
Petrolífera del Orinoco, bajo una política ambientalmente responsable,
propiciando que al menos 70% de la producción petrolera provenga de la
Patria"
7. Energía asequible y no contaminante
3.4.3. Mantener y recuperar la producción en las áreas tradicionales de
petróleo y gas.
"3.4.4. Desarrollar las reservas del cinturón gasífero en nuestro mar
territorial, incrementando la capacidad de producción y acelerando los
esfuerzos exploratorios de nuestras reservas."

3.4.5. Adecuar y expandir el circuito de refinación nacional para el incremento de


la capacidad de procesamiento de hidrocarburos, en específico el crudo
extrapesado de
la Faja, desconcentrando territorialmente la manufactura de combustible y
ampliando la cobertura territorial de abastecimiento de las refinerías.

3.4.6. Expandir la infraestructura de transporte, almacenamiento y despacho de


petróleo y gas, sobre la base de complementar los objetivos de seguridad
energética de la nación,
la nueva geopolítica nacional y el incremento de la producción nacional de
petróleo y gas
7. Energía asequible y no contaminante
"3.4.7. Fortalecer, incrementar y diversificar de producción de la industria
petroquímica nacional, consolidándola como un eslabón estratégico de la
cadena de valor de los hidrocarburos y la base de soporte de la industria
manufacturera nacional"
8. Trabajo decente y crecimiento económico
"3.4.8. Apalancar el desarrollo de la industria nacional mediante la
promoción del encadenamiento productivo con la actividad petrolera,
gasífera y petroquímica para fortalecer y profundizar nuestra soberanía
económica."
3.4.9. Fortalecer y profundizar la soberanía tecnológica del sector
hidrocarburos
"3.4.10. Profundizar la diversificación de nuestros mercados internacionales
de hidrocarburos, que permita mayor grado de acción a nivel geopolítico,
basados en la fortaleza como país potencia energética."
8. Trabajo decente y crecimiento económico
3.4.11. Desarrollar y garantizar la dirección soberana y socialista de Pdvsa
3.4.12. Fortalecer y profundizar las capacidades operativas de Pdvsa.
"3.5. Ampliar y consolidar el poderío militar y de defensa de la Patria, los
equilibrios regionales para la paz, así como la lucha contra las guerras
convencionales y no convencionales que pretenden agredir al Pueblo
venezolano."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"3.5.1. Desarrollar la capacidad militar venezolana para asegurar la paz
regional y establecer los mecanismos para la defensa de la soberanía en la
región."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
3.5.2. Desarrollar y expandir la capacidad productiva de la industria militar
venezolana.
"3.5.3. Consolidar, con base en la doctrina militar Bolivariana para la
Defensa Integral de la Patria, el sistema de capacitar y preparación del
personal militar que los dote de destrezas y habilidades necesarias para la
defensa de la Patria"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"3.5.4. Mejorar y perfeccionar el sistema educativo de la Fuerza Armada
Nacional y el Poder Popular, para fortalecer la unidad cívico-militar en
función de los intereses de la Patria"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"Gran Objetivo Histórico N° 4: Contribuir al desarrollo de una nueva
geopolítica internacional, en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y
pluripolar, que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz
planetaria"
"4.1. Continuar desempeñando un papel protagónico en la construcción de
la unión latinoamericana y caribeña"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas

4.1.1. Fortalecer la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América


(ALBA) como el espacio vital de relacionamiento político de la Revolución
Bolivariana, en su visión integral de las dimensiones transformadoras de la
sociedad: económica, política, social, cultural y espacial, así como de
direccionalidad histórica antiimperialista y de desarrollo pleno y soberano para la
democracia de los pueblos.
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"4.1.2. Promover la resolución armoniosa y cooperativa de las
delimitaciones pendientes, entendiendo la estabilización de las fronteras
como un elemento de unidad y de paz."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas

4.1.3. Fortalecer y expandir el alcance de Petrocaribe como esquema de


cooperación, más allá de lo energético y social solidario, para el desarrollo de las
bases económicas y
sociales de la democracia plena y soberana entre Venezuela y los países del
Caribe.
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"4.1.4. Profundizar el relacionamiento y cooperación con los pueblos del
Mercosur, fortaleciendo este como un espacio de cooperación e integración
social, política, económica, productiva y comercial"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas

4.1.5. Profundizar estructuralmente la Unión de Naciones Suramericanas


(UNASUR) como
espacio estratégico regional para la construcción del mundo pluripolar,
contribuyendo de
manera sustancial en el marco programático e institucional para su
fortalecimiento
17. Alianzas para lograr los objetivos
"4.1.6. Impulsar y fortalecer a la Comunidad de Estados Latinoamericanos
y Caribeños (CELAC), como mecanismo de unión de Nuestra América."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"4.1.7. Fortalecer las alianzas estratégicas bilaterales con los países de
Nuestra América, como base para impulsar los esquemas de integración y
unión subregionales y regionales"
17. Alianzas para lograr los objetivos

4.1.8. Potenciar la creación de las bases institucionales, financieras y productivas


para la conformación de encadenamientos económicos productivos y esquemas
de financiamiento
con América Latina y el Caribe, que permitan el fortalecimiento de la industria
nacional, y garanticen el suministro oportuno de productos.
4.1.9. Continuar afianzando y profundizando las alianzas estratégicas bilaterales
existentes entre Venezuela y los países de la región, en materia social,
económico-productiva, científica y cultural, en pro de la unión latinoamericana y
caribeña.

"4.1.10. Continuar impulsando una nueva política comunicacional en


nuestra América, con especial énfasis en los nuevos sistemas y medios de
información regionales y el impulso de nuevas herramientas
comunicacionales"
4.2. Afianzar la identidad nacional y nuestroamericana
"4.2.1. Consolidar la visión de la heterogeneidad y diversidad étnica de
Venezuela y Nuestra América, bajo el respeto e inclusión participativa y
protagónica de las minorías y pueblos originarios."
10. Reducción de las desigualdades
"4.2.2. Promover la creación y consolidación de la institucionalidad nacional
nuestroamericana en las organizaciones de cooperación e integración"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"4.3. Continuar impulsando el desarrollo de un mundo multicéntrico y
pluripolar, sin dominación imperial y con respeto a la autodeterminación de
los pueblos."
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"4.3.1. Consolidar las relaciones políticas con los polos de poder emergentes
y no alineados con las políticas imperiales"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"4.3.2. Impulsar la diplomacia de los pueblos y la participación protagónica
de los movimientos populares organizados en la construcción de un mundo
multipolar y en equilibrio"
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"4.4. Continuar desmontando el sistema neocolonial de dominación imperial
en todas las dimensiones de existencia de la sociedad"
17. Alianzas para lograr los objetivos
4.4.1. Desvincular a Venezuela de los mecanismos internacionales de
dominación imperial.
17. Alianzas para lograr los objetivos
"4.5. Afianzar el proceso de ruptura de amarras del imperialismo y blindaje
económico del país, reconfigurando el sistema financiero, comercial y
logístico internacional de la República."
17. Alianzas para lograr los objetivos
"4.5.1. Supeditar al criterio de soberanía, el relacionamiento económico y
tecnológico con los centros imperiales de dominación, propiciando niveles de
relación que no comprometan la soberanía ni la independencia nacional."
4.5.2. Profundizar y ampliar el relacionamiento con los polos emergentes del
mundo nuevo.
16. Paz, justicia, e instituciones sólidas
"Gran Objetivo Histórico N° 5: Contribuir con la preservación de la vida en
el planeta y la salvación de la especie humana"

5.1. Construir e impulsar el modelo histórico social ecosocialista, fundamentado


en el respeto a los derechos de la Madre Tierra y del vivir bien de nuestro pueblo
desarrollando el principio de la unidad dentro de la diversidad, la visión integral
y sistémica, la participación popular, el rol del Estado-nación, la incorporación de
tecnologías y formas de organización de la producción, distribución y consumo,
que apunten al aprovechamiento racional, óptimo y sostenible de los recursos
naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza
13. Acción por el clima
15. Vida de ecosistemas terrestres
"5.1.1. Impulsar de manera colectiva la construcción y consolidación del
socialismo como única opción frente al modelo depredador, discriminador e
insostenible capitalista."
"5.1.2. Promover la creación y establecimiento de una nueva ética
ecosocialista, que contribuya al cambio en los modelos insostenibles de
producción y hábitos inviables y no saludables de consumo impuestos por la
voracidad propios del sistema capitalista.
13. Acción por el clima

5.1.3. Fomentar la edificación y consolidación de alternativas socioproductivas y


nuevos esquemas de cooperación social, económica y financiera para el
apalancamiento
del ecosocialismo y el establecimiento de un comercio justo, bajo los principios
de complementariedad, cooperación, soberanía y solidaridad.
8. Trabajo decente y crecimiento económico

5.1.4. Desarrollar políticas integrales ecosocialistas para la gestión de desechos,


que contemple la eficiencia en la utilización de recursos, la reducción, reúso y
reciclaje,
para la protección de la naturaleza en el marco de un modelo de desarrollo
sostenible y ecosocialista.
12. Producción y consumo responsables
"5.1.5. Impulsar la generación de energías limpias, aumentando su
participación en la matriz energética nacional y promoviendo la soberanía
tecnológica."
7. Energía asequible y no contaminante
"5.2. Proteger y defender la soberanía permanente del Estado sobre su
patrimonio y riquezas naturales para el beneficio supremo de nuestro
Pueblo, que será su principal garante, así como una contribución a la vida
en el planeta."
11. Ciudades y comunidades sostenibles

5.2.1. Promover acciones en el ámbito nacional e internacional para la


protección, conservación y gestión sustentable de áreas estratégicas, tales como
fuentes y reservorios
de agua dulce (superficial y subterránea), cuencas hidrográficas, diversidad
biológica, mares, océanos y bosques.
14. Vida submarina
15. Vida de ecosistemas terrestres
"5.2.2. Desmontar y luchar contra los esquemas internacionales que
promueven la mercantilización de la naturaleza, de los servicios ambientales
y de los ecosistemas."
15. Vida de ecosistemas terrestres
"5.2.3. Establecer una estrategia orientada al manejo integral de los
recursos naturales transfronterizos, manteniendo una posición soberana en
defensa del medio ambiente y la preservación de la calidad de los recursos."
12. Producción y consumo responsables

5.2.4. Luchar contra la titularización de los problemas ambientales mundiales y la


incorporación de los temas ambientales y humanos como temas de seguridad
internacional
por parte de las potencias hegemó5s de atentar contra la soberanía de los pueblos
y su autodeterminación
13. Acción por el clima
"5.3. Defender y proteger el patrimonio histórico y cultural venezolano y
nuestroamericano."
11. Ciudades y comunidades sostenibles

5.3.1. Generar una política en materia de comunicación y difusión que proteja


nuestro acervo histórico cultural para contrarrestar la producción y valorización
de elementos culturales
y relatos históricos generados desde la óptica neocolonial dominante, que
circulan a través de los medios de comunicación e instituciones educativas y
culturales, así como la
promoción de la cultura de vida, alimentarias, de la medicina preventiva, la
cultura del vivir bien, entre otras, como valores alternos de la sociedad para la
felicidad del Pueblo.
11. Ciudades y comunidades sostenibles
"5.3.2. Fortalecer y visibilizar los espacios de expresión y fomentar
mecanismos de registro e interpretación de las culturas populares y de la
memoria histórica venezolana y nuestroamericana."
11. Ciudades y comunidades sostenibles
"5.3.3. Promover una cultura ecosocialista, que revalorice el patrimonio
histórico cultural venezolano y nuestroamericano"
11. Ciudades y comunidades sostenibles
"5.3.4. Elaborar estrategias de mantenimiento y difusión de las
características culturales y de la memoria histórica del pueblo venezolano."
11. Ciudades y comunidades sostenibles
"5.4. Contribuir a la conformación de un gran movimiento mundial para
contener las causas y reparar los efectos de cambio climático que ocurren
como consecuencia del modelo capitalista depredador."
13. Acción por el clima
"5.4.1. Continuar la lucha por la preservación, el respeto y el fortalecimiento
del régimen climático, conformado por la Convención Marco de las
Naciones Unidas para el Cambio Climático y los protocolos internacionales
suscritos por la República."
13. Acción por el clima
"5.4.2. Diseñar un plan de mitigación que abarque los sectores productivos
emisores de gases de efecto invernadero, como una contribución voluntaria
nacional a los esfuerzos para salvar el planeta."
11. Ciudades y comunidades sostenibles
13. Acción por el clima
"5.4.3. Diseñar un plan nacional de adaptación que permita al país
prepararse para los escenarios e impactos climáticos que se producirán
debido a la irresponsabilidad de los países industrializados, contaminadores
del mundo."
1. Fin a la pobreza
13. Acción por el clima
"5.5. Construir un modelo de ciudades, urbanismos y edificaciones
ecosocialistas, en consonancia con las variables geográficas, tradiciones y
costumbres, dignos y eficientes para el desarrollo del buen vivir."
11. Ciudades y comunidades sostenibles

5.5.1. Crear y consolidar un nuevo modelo de desarrollo urbano ecosocialista que


sea expresión dialéctica y herramienta de lucha y desarrollo de un modelo urbano
incluyente
y que a su vez potencie la construcción concreta e histórica de la democracia
espacial, cultural, política, económica y social en la expresión urbana de la
sociedad.
11. Ciudades y comunidades sostenibles
5.5.2. Desarrollar una política estratégica para las grandes concentraciones
urbanas nacionales, metropolitanas, a fin de articular sistemas funcionales
eficientes, integrados,
productivos, ecológicos, que transformen las ineficiencias y visión abrasiva del
espacio, deseconomías e insostenibilidad social, ecológica y humana propia del
modelo existente
11. Ciudades y comunidades sostenibles

5.5.3. Desarrollar a los urbanismos de la Gran Misión Vivienda Venezuela como


esquema integral de injerto urbano, de la democracia plena en todas sus
dimensiones, asumiendo
de forma especial las variables residenciales, de equipamiento, infraestructura,
servicios, economía, cultura y organización política popular, que edifiquen el
relacionamiento humano
y la forma física, funcional, de la ciudad socialista.
11. Ciudades y comunidades sostenibles

5.5.4. Desarrollar de manera integral las variables de diseño, construcción y


gestión del sistema edificado residencial, asumiendo los criterios funcionales,
geohistóricos,
ecosocialistas, en una unidad dialéctica de la forma y el contenido para el
desarrollo de los propósitos
11. Ciudades y comunidades sostenibles
Conozca los objetivos incluidos en el Plan de Patria para
el 2019-2025
 15 enero, 2019  Maria del mar Rengifo

Este Plan fue presentado por el presidente Nicolás Maduro, en su alocución, con motivo al Acto
de Memoria y Cuenta y Presentación del Plan de la Patria 2019-2025, en cadena nacional de
radio y televisión, desde el Palacio Federal Legislativo.

Acto que se llevó a cabo con la presencia del tren Ejecutivo, gobernadoras, gobernadores,
alcaldesas, alcaldes, constituyentes y el pueblo Bolivariano.

Es impórtate destacar que el Plan de la Patria 2019-2025, incluye los 17 Objetivos de


Desarrollo Sostenible adoptados por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en la Agenda
2030.

Así como los 5 objetivos fundamentales propuestos en el Plan de la Patria 2019-2025, con los
cuales buscará consolidar la construcción de la Patria Grande.
El primer objetivo se ubica en la consolidación de la educación pública, gratuita y de calidad

Segundo, consolidar y expandir la salud gratuita y de calidad


Tercero  Garantizar la entrega de 5 millones de viviendas para el pueblo venezolano.

Cuarto, consolidar todas las misiones a través del el Carnet de la Patria, en aras de garantizar
toda la protección de los venezolanos.
El quinto objetivo, el cual promueve la construcción de una economía sana, a través de la
consolidación de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP)

Estos son los objetivos incluidos en el plan de Gobierno del jefe de Estado para sus
próximos seis años presidencial:
Fin de la pobreza, su disminución, atenuación y superación.

Hambre cero.

Salud y bienestar.

Educación de calidad.

Igualdad de género.

Agua limpia, saneamiento y abastecimiento del agua.

Energía asequible y no contaminante.

Trabajo decente y crecimiento económico.

Industria, Innovación e Infraestructura.

Reducción de las desigualdades.

Ciudades y comunidades sostenibles.

Producción y consumo responsable.

Acción por el clima y el desarrollo sustentable.

Vida submarina.

Vida de ecosistemas terrestres.

Paz, justicia e instituciones sólidas.

Alianzas para lograr los objetivos.

Estos objetivos abarcan lo económico, social y ambiental para el desarrollo de nación, en ese
sentido, el mandatario especificó, que Venezuela ha asumido esta Agenda porque “demuestra
una gran calidad estratégica, de visión y  experiencia mundial para abordar los temas de la
humanidad y llevarlos a una estadía superior de desarrollo económico, social, de estabilidad,
felicidad y prosperidad”.

 
http://www.mpppst.gob.ve/mpppstweb/index.php/2019/01/15/conozca-los-objetivos-incluidos-
en-el-plan-de-patria-para-el-2019-2025/

https://primicia.com.ve/nacion/maduro-resalta-importancia-del-plan-de-la-patria-2019-2025/

 
DIFERENCIAS ENTRE LAS CONSTITUCIONES VENEZOLANAS DE LOS
AÑOS: 1961 Y 1999.

Constituciones venezolanas de 1961 y 1999

Introducción

El presente trabajo, es una comparación del contenido de los Artículos de la Constitución


Nacional de 1961 y la Constitución Bolivariana de Venezuela, aprobada por referéndum en
1999, analizando los diferentes contenidos sociales, especialmente la parte relacionada con la
Ley Orgánica del Trabajo.

Para el momento de aprobar la Constitución de 1999, la situación era bastante crítica, según
denunciaban voceros de la opinión pública, tanto los individuales como los masivos, y fue
materia de un ineludible debate. Seriamente implicados todos los estamentos institucionales,
lo cual le dio la crisis un carácter global, que comprendió a la administración de justicia, donde
se decía que la justicia estaba en tela de juicio, hasta el punto de que en el año 1998, la
televisora venezolana tomo imágenes donde una Juez corrompida por el sistema, recibía un
dinero sucio, y cuando se dio cuenta que la habían descubierto, lanzó el dinero por la ventana
del edificio. (Estas imágenes recorrieron el mundo).
Pensando ello, fue que todos los venezolanos, decidimos apoyar el referéndum, y logramos
una Constitución nueva, donde se trato de darle rango Constitucional a Derechos
importantísimos, como los laborales, como la protección de la mujer trabajadora que este
embarazada.

Trataremos en el texto del mismo estampar los artículos de ambas constituciones que tengan
que ver con un tema, compararemos y analizaremos. Todo relacionándolo con la Ley
Orgánica del Trabajo vigente, con el fin de aclarar conceptualmente todos los derechos de los
trabajadores y de los patrones.

PREAMBULO DE LA COSNTITUCION NACIONAL DEL 1961

EL CONGRESO

DE LA REPUBLICA DE VENEZUELA

Requerido el voto de las Asambleas Legislativas de los Estados Anzoátegui, Apure, Barinas,
Bolívar, Carabobo, Cojedes, Falcón, Guárico, Lara, Mérida, Miranda, Monagas, Nueva
Esparta, Portuguesa, Sucre, Táchira, Trujillo, Yaracuy y Zulia, Y visto el resultado favorable
del escrutinio,

En representación del pueblo venezolano, para quien invoca la protección de Dios Todo
Poderoso;

con el propósito de mantener la independencia y la integridad territorial de la Nación, fortalecer


su unidad, asegurar la libertad, la paz y la estabilidad de las instituciones;
proteger y enaltecer el trabajo, amparar la dignidad humana, promover el bienestar general y
la seguridad social; lograr la participación equitativa de todos en el disfrute de la riqueza,
según los principios de la justicia social, y fomentar el desarrollo de la economía al servicio del
hombre;
mantener la igualdad social y jurídica, sin discriminaciones derivadas de la raza, sexo, credo o
condición social;
cooperar con las demás naciones y, de modo especial, con las Repúblicas hermanas del
Continente, en los fines de la comunidad internacional, sobre la base del reciproco respeto de
las soberanias, la autodeterminación de los pueblos, la garantia universal de los derechos
individuales y sociales de la persona humana, y el repudio de la guerra, de la conquista y del
predominio económico como instrumentos de política internacional;
sustentar el órden democrático como único e irrenunciable medio de asegurar los derechos y
la dignidad de los ciudadanos, y favorecer pacíficamente su extensión a todos los pueblos de
la tierra;
y conservar y acrecer el patrimonio moral e histórico de la Nación, forjado por el pueblo en sus
luchas por la libertad y la justicia y por el pensamiento y la acción de los grandes servidores
de la patria, cuya expresion mas alta es Simón Bolivar, el Libertador,

PREAMBULO DE LA CONSTITUCION DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE


VENEZUELA (1999)

PREÁMBULO

El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de


Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de
nuestros antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y
soberana;

con el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática,
participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y
descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la
solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para
esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la
educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna;
promueva la cooperación pacífica entre las naciones e impulse y consolide la integración
latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminación de los
pueblos, la garantía universal e indivisible de los derechos humanos, la democratización de la
sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos
ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad;

en ejercicio de su poder originario representado por la Asamblea Nacional


Constituyente mediante el voto libre y en referendo democrático,

Conformación de la constitución de la República Bolivariana de Venezuela

Trabajo: Todo comportamiento humano encaminado a producir algo.


Características del trabajo: Libre por cuenta ajena, oneroso y subordinado. Establecía que
este artículo que era un deber trabajar, una obligación, y que el requisito para trabajar o para
producir algo había que estar apto (vale decir preparado, tener el conocimiento y las
condiciones para realizarlos). Este artículo está relacionado con el Art. 87 de la Constitución
Bolivariana de la República de Venezuela, del año 1999.

"Toda persona tiene derecho al trabajo y él deber de trabajar".


Como notamos en esta nueva constitución, no solamente se habla del deber de trabajar sino
del derecho de toda persona al trabajo. Como nos damos cuenta se logro ampliar el artículo o
el beneficio a los ciudadanos porque ahora tiene rango constitucional el derecho al trabajo, el
estado debe garantizar que exista trabajo para todos los ciudadanos.

Como continua diciendo el Artículo 87 de la Constitución Bolivariana de la República de


Venezuela. "El Estado garantizará la adopción de las medidas necesarias a los fines de que
toda persona pueda obtener ocupación productiva, que le proporcione una existencia digna y
decorosa y le garantice el pleno ejercicio de este derecho".

Como podemos observar el estado se ha trazado metas casi imposibles como es garantizar el
derecho al empleo, y conseguir empleo para todos; esto traería la practica de darle trabajo a
quien no se necesita, en la administración pública y eso nos ocasiona problemas económicos;
por los aumentos de los costos.

Este artículo también contempla adopción de medidas tendientes a garantizar esos derechos
a los no dependientes, establece también la libertad al trabajo.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 1999. Igualdad de Sexos

Artículo 88: El estado garantizará la igualdad y equidad de hombres y mujeres n el ejercicio


del Derecho al trabajo". El estado reconocerá el trabajo del hogar como actividad económica
que crea valor agregado y produce riqueza y bienestar social. Las amas de casa tienen
derecho a la seguridad social de conformidad con la ley. Este artículo trata de reconocer el
trabajo que desarrolla la mujer en el hogar, dándole importancia a nivel de rango
constitucional y estableciendo que tienen derecho a la seguridad social.

Igualmente podemos ver como la Constitución de 1961, en el Art. 61 decía:

Artículo 61: No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo o la


condición social.

Los documentos de identificación para los actos de la vida civil no contendrán mención alguna
que califique la filiación.

No se dará otro tratamiento oficial sino el de ciudadano y usted, salvo las fórmulas
diplomáticas.

No se reconocerán títulos mobiliarios ni distinciones hereditarias.

Como podemos ver ambas constituciones tuvieron la intención de evitar discriminación entre
diferentes sexos; la anterior fue más genérica y la de 1999, ha sido más específica igualando
a la mujer, sobre todo aquella que es ama de casa, por lo menos logró incorporarla a los
derechos a la seguridad social.

Constitución Nacional de 1961:

Artículo 66: Todos tienen el derecho de expresar su pensamiento de viva voz o por escrito y
de hacer uso para ello de cualquier medio de difusión, sin que pueda establecerse censura
previa; pero quedan sujetas a pena, de conformidad con la ley, las expresiones que
constituyan delito

No se permite el anonimato, tampoco se permitirá la propaganda de guerra, la que ofenda la


moral pública ni la que tenga por objeto provocar la desobediencia de las leyes, sin que por
esto pueda coartarse el análisis o las críticas de los preceptos legales.

Artículo 67: "Todos tienen el derecho de representar o dirigir peticiones ante cualquier entidad
o funcionario público sobre los asuntos que sean de la competencia de éstos y a obtener
oportuna respuesta".

Artículo 68: Todos pueden utilizar los órganos de la administración de justicia para la defensa
de sus derechos e intereses, en los términos y condiciones establecidos por la ley, la cual
fijará normas que aseguren el ejercicio de este derecho a quienes no dispongan de medios
suficientes. La defensa es derecho inviolable en todo estado y grado del proceso.

Como podemos observar estos tres artículos; se relacionan o tipifican a la acción,


conceptualizan a la acción.

La Acción: Es la facultad o poder que tienen las personas para acceder ante los órganos de
justicia.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su Art. 26 dice:


Artículo 26: Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de justicia
para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos; a la tutela efectiva
de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente.
El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente,
autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin
formalismos o reposiciones inútiles. La nueva constitución de 1999 añade, garantías nuevas
casi señala a la justicia perfecta cuando describe todo lo que garantizará a través de este
artículo.

Constitución Nacional, 1961. Derecho a Reunión

Artículo 71: "Todos tienen el derecho a reunirse, pública o privadamente, sin permiso previo,
con fines lícitos y sin armas. Las reuniones en lugares públicos se regirán por la ley".

Es el mismo contenido prácticamente del artículo de la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela de 1999, que dice:

Artículo 53: "Toda persona tiene el derecho a reunirse pública o privadamente, sin permiso
previo, con fines lícitos y sin armas. Las reuniones en lugares públicos se regirán por la ley".

Estos derechos civiles aparecen en las constituciones como expresión de la sociedad libre
frente al poder absoluto y el contenido es el mismo en 1961 y en 1999, y se concatenan con
los artículos 68 de 1999 que contiene el derecho a manifestar.

Constitución Nacional 1961, Promoción de Asociaciones y Cooperativas.

Artículo 72: El estado protegerá las asociaciones, corporaciones, sociedades y comunidades


que tengan por objeto el mejor cumplimiento de los fines de la persona humana y de la
convivencia social, y fomentará la organización de cooperativas y demás instituciones
destinadas a mejorar la economía popular.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999.

Artículo 118. "Se reconoce el derecho de los trabajadores y de la comunidad para desarrollar
asociaciones de carácter social y participativo, como las cooperativas, cajas de ahorro,
mutuales y otros formas asociativas. Estas asociaciones podrán desarrollar cualquier tipo de
actividad económica, de conformidad con la ley. La ley reconocerá las especificidades de
estas organizaciones, en especial, las relativas al acto cooperativo, al trabajo asociado y su
carácter generador de beneficios colectivos.

El estado promoverá y protegerá estas asociaciones destinadas a mejorar la economía


popular y alternativa.

Es casi lo mismo, lo único que se quiso agregar o resaltar en 1999; a la figura del trabajador y
se destaca la función del estado para promover y proteger estas asociaciones.

Estos artículos se vinculan con el Artículo 308 de la Constitución de la República Bolivariana


de Venezuela de 1999, en lo referente a la ayuda a la pequeña y mediana Industria-
capacitación, que dice:

Artículo 308: El Estado protegerá y promoverá la pequeña y mediana industria, las


cooperativas, las cajas de ahorro, así como también la empresa familiar, la microempresa y
cualquier otra forma de asociación comunitaria para el trabajo, el ahorro y el consumo, bajo
régimen de propiedad colectiva; con el fin de fortalecer el desarrollo económico del país,
sustentándolo en la iniciativa popular. Se asegurará la capacitación, la asistencia técnica y el
financiamiento oportuno.

Estos artículos, demuestran la gran preocupación de los constituyentes de 1999, en que el


estado ayude al pequeño empresario, a la empresa familiar y a la llamada microempresa.
Pero hay muchas fallas en cuanto a capacitación y formación empresarial, el INCE no se da
basto, es necesario crear muchos institutos como el INCE, o crear escuelas que dependan de
los tecnológicos, que se dediquen solamente a dar cursos cortos de máximo 90 días, sobre
formación gerencial y otros temas que necesita la población para pensar en llegar a ser un
microempresario.

Constitución Nacional, 1961. Protección a La Maternidad.

Artículo 74: La maternidad será protegida, sea cual fuere el estado civil de la madre. Se
dictarán medidas necesarias para asegurar a todo niño, sin discriminación alguna, protección
integral, desde su concepción hasta su completo desarrollo, para que éste se realice en
condiciones materiales y morales favorables.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999.

Artículo 76: La maternidad y la paternidad son protegidas integralmente, sea cual fuere el
estado civil de la madre o del padre. Las parejas tienen derecho a decidir libre y
responsablemente el número de hijos o hijas que deseen concebir y a disponer de la
información y de los medios que le aseguren el ejercicio de este derecho. El Estado
garantizará asistencia y protección integral a la maternidad, en general a partir del momento
de la concepción, durante el embarazo, el parto y el puerperio, asegurará servicios de
planificación familiar integral basado en valores éticos y científicos.

El padre y la madre tienen el deber compartido e irrenunciable de criar, formar, educar,


mantener y asistir a sus hijos, y éstos tienen él deber de asistirlos cuando aquél o aquella no
puedan hacerlo por sí mismos. La ley establecerá las medidas necesarias y adecuadas para
garantizar la efectividad de la obligación alimentaria.

Constitución Nacional, 1961. El Derecho al Trabajo.

Artículo 84: Todos tienen derecho al trabajo. El estado procurará que toda persona apta pueda
obtener colocación que le proporcione una subsistencia digna y decorosa.

La libertad de trabajo no estará sujeta a otras restricciones que las que establezca la ley.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999.

Artículo 87: Toda persona tiene derecho al trabajo y él deber de trabajar. El Estado


garantizará la adopción de las medidas necesarias a los fines de que toda persona pueda
obtener ocupación productiva, que le proporciones una existencia digna y decorosa y le
garantice el pleno ejercicio de este derecho. Es fin del Estado fomentar el empleo. La ley
adoptará medidas tendentes a garantizar el ejercicio de los derechos laborales de los
trabajadores y trabajadoras no dependientes. La libertad de trabajo no será sometida a otras
restricciones que las que la ley establezca.
Todo patrono o patrona garantizará a sus trabajadores o trabajadoras condiciones de
seguridad, higiene y ambiente de trabajo adecuado. El Estado adoptará medidas y creará
instituciones que permitan el control y la promoción de estas condiciones.

Garay, J. (2001). Opina:

Tanto el derecho al trabajo como él deber de trabajar son conceptos que no puede satisfacerlo
plenamente la sociedad ni el estado, pues un cierto grado de desempleo y un cierto número
de personas que no quieren trabajar los ha habido siempre y ningún estado del mundo ha
tenido éxito completo en este terreno. Los países socialistas del este acabaron con el
desempleo a base de colocar gente donde no hacía falta. Esta política fracasó por muchas
razones, entre otras porque llevaba los costos desmesuradamente. Lo que si es obligación del
estado es fomentar el empleo, diseñar las políticas adecuadas que hagan que la gente
encuentre trabajo.

Constitución Nacional, 1961.

Articulo 54: "El trabajo es un deber de toda persona apta para prestarlo"
Artículo 85: El trabajo será objeto de protección especial. La ley dispondrá lo necesario para
mejorar las condiciones materiales, morales e intelectuales de los trabajadores. Son
irrenunciables por el trabajador las disposiciones que la ley establezca para favorecerlo o
protegerlo.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999. Protección al Trabajo.

Artículo 89: "El trabajo es un hecho social y gozará de la protección del Estado. La ley
dispondrá lo necesario para mejorar las condiciones materiales, morales e intelectuales de los
trabajadores y trabajadoras. Para el cumplimiento de esta obligación del Estado se establecen
los siguientes principios:

Ninguna ley podrá establecer disposiciones que alteren la intangibilidad y progresividad de los
derechos y beneficios laborales. En las relaciones laborales les prevalece la realidad sobre las
formas o apariencias.

Los derechos laborales son irrenunciables. Es nula toda acción, acuerdo o convenio que
implique renuncia o menoscabo de estos derechos. Solo es posible la transacción y
convenimiento al término de la relación laboral, de conformidad con los requisitos que
establezca la ley.

Cuando hubiere dudas acerca de la aplicación o concurrencia de varias normas, o en la


interpretación de una determinada norma, se aplicará las más favorables al trabajador o
trabajadora. La norma adoptada se aplicará en su integridad.

Toda medida o acto del patrono contrario a esta constitución es nulo y no genera efecto
alguno.

Sé prohíbe todo tipo de discriminación por razones de política, edad, raza, sexo o credo o por
cualquier otra condición.

Sé prohíbe el trabajo de adolescentes en labores que puedan afectar subdesarrollo integral. El


Estado los o las protegerá contra cualquier explotación económica y social.
Este artículo habla de la progresividad de los derechos laborales, o más tiempo trabajado
mayor la proporción en las prestaciones.

Constitución Nacional, 1961. Jornada de Trabajo

Artículo 86: "La ley limitará la duración máxima de la jornada de trabajo. Salvo las excepciones
que se prevean, la duración normal del trabajo no excederá de ocho horas diarias ni de
cuarenta y ocho semanales, y la del trabajo nocturno, en los casos en que se permita, no
excederá de siete horas diarias ni de cuarenta y dos semanales.

Todos los trabajadores disfrutarán del descanso semanal remunerado y de vacaciones


pagadas en conformidad con la ley. Se propenderá a la progresiva disminución de la jornada,
dentro del interés social y en el ámbito que se determine, y se dispondrá lo conveniente para
la mejor utilización del tiempo libre.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999.

Artículo 90: La jornada de trabajo diurna no excederá de ocho horas diarias ni de cuarenta y
cuatro horas semanales. En los casos en que la ley lo permita, la jornada de trabajo nocturna
no excederá de siete horas diarias ni de treinta y cinco semanales. Ningún patrono podrá
obligar a los trabajadores o trabajadoras a laborar horas extraordinarias. Se propenderá a la
progresiva disminución de la jornada de trabajo dentro del interés social y del ámbito que se
determine y se dispondrá lo conveniente para la mejor utilización del tiempo libre en beneficio
del desarrollo físico, espiritual y cultural de los trabajadores y trabajadoras.

Los trabajadores y trabajadoras tienen derecho al descanso semanal y vacaciones


remunerados en las mismas condiciones que las jornadas efectivamente laboradas.

Garay, J. (2001). Comenta:

Lo nuevo de este artículo es la idea de la progresividad disminución de la jornada laboral, que


es nueva en la constitución. Pero si tomamos en cuenta la cantidad de fiestas nacionales y
locales, aparte de los puentes y otros días de asunto tanto en carnavales como semana santa,
llegaremos a la conclusión que el trabajador no trabaja cuarenta y cuatro horas semanales ni
las ocho horas diarias.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999.

Artículo 91: Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita
vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e
intelectuales. Se garantizará el pago de igual salario por igual trabajo y se fijará la
participación que debe corresponder a los trabajadores y trabajadoras en el beneficio de la
empresa. El salario es inembargable y se pagará periódicamente y oportunamente en moneda
de curso legal, salvo la excepción de la obligación alimentaria, de conformidad con la ley.

Este artículo repite normas que ya están en la Legislación Laboral salvo cuando dice: Que el
salario es inembargable. La Ley del trabajo trae una escala sobre embargos del salario, que
empieza en el Salario Mínimo, el cual es inembargable; tiene el inconveniente de que el que
gane un salario muy alto no puede mencionarlo como referencia cuando vaya a comprar algo
a crédito, pues si es inembargable no sirve como garantía de la persona.
El ajuste del salario cada año, debe tomar en cuenta la cesta básica; el aumento anual de
salarios sería muy inflacionario.

Debe la Constitución a la Ley la previsión de medios conducentes a la obtención de un salario


suficiente.

Artículo 93: "La ley garantizará la estabilidad en el trabajo y dispondrá lo conducente para


limitar toda forma de despido no justificado. Los despidos contrarios a esta Constitución son
nulos".

Según Garay, J. (2001), este artículo no prohíbe el despido injustificado, pero si ordena a la
Ley que lo limite.

Es difícil predecir cómo puede la ley limitar los despidos fuera de los casos contemplados en
la Legislación Laboral, pues ya tiene bastantes limitaciones. El no poder libremente a un
trabajador tiene una ventaja: El trabajador gozará de estabilidad y un inconveniente: Le
costará más encontrar trabajo. El resultado negativo es para el trabajador.

En la Constitución Nacional de 1961, en su Art. 84, establece, estos mismos principios sobre
estabilidad.

Artículo 84: Todos tiene derecho al trabajo. El Estado procurará que toda persona apta pueda
obtener colocación que le proporcione una subsistencia digna y decorosa.

La libertad de trabajo no estará sujeta a otras restricciones que las que establezca la ley.

Artículo 88: La ley adoptará medidas tendientes a garantizar la estabilidad en el trabajo y


establecerá prestaciones que recompensen la antigüedad del trabajador en el servicio y lo
amparen en caso de cesantía.
Artículo 122: La ley establecerá la carrera administrativa mediante las normas de ingreso,
ascenso, traslado, suspensión, retiro de los empleados de la Administración Pública Nacional,
y proveerá su incorporación al sistema de seguridad social.

Los empleados públicos están al servicio del Estado y no de parcialidad política alguna.

Todo funcionario o empleado público está obligado a cumplir los requisitos establecidos por la
ley para el ejercicio de su cargo.

Como vemos este artículo contiene el principio de estabilidad para los funcionarios públicos.

Artículo 207: La ley proveerá lo conducente para el establecimiento de la carrera judicial y


para asegurar la idoneidad, estabilidad e independencia de los jueces, y establecerá las
normas relativas a la competencia, organización y funcionamiento de los Tribunales en cuanto
no esté previsto en esta Constitución.

Contenía la estabilidad laboral para los jueces.

Artículo 208: " Los jueces no podrán ser removidos ni suspendidos en el ejercicio de sus
funciones sino en los casos y mediante el procedimiento que determine la ley".
Como sé observar nuestros legisladores de la Constitución de 1961, recogieron la esencia de
la estabilidad laboral, bien sea absoluta, temporal o relativa, garantizando el derecho a los
funcionarios, empleados y obreros, de gozar de la estabilidad en el trabajo, sin distinguir en
forma alguna sus condiciones personales, la actividad que realicen o el área de trabajo donde
se desenvuelven.
Se puede notar, al comparar el contenido de ambas constituciones sobre la estabilidad laboral
la del año 1961, tenía cinco artículos para contener este tema. Mientras que la Bolivariana
contempla un solo Artículo (93), pero es más genérica cuando dice: "Los despidos contrarios a
esta Constitución son nulos" y nos remite a la ley especial, vale decir, a la Ley del Trabajo.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999.

Artículo 92: Todos los trabajadores y trabajadoras tiene derecho a prestaciones sociales que
les recompensen la antigüedad en el servicio y los amparen en caso de cesantía. El salario y
las prestaciones sociales son créditos laborales de exigibilidad inmediata. Toda mora en su
pago genera intereses, los cuales constituyen deudas de valor y gozarán de los mismos
privilegios y garantías de la deuda principal.

Según, Garay J. (2001). Este artículo consagra nuevamente las antiguas prestaciones y
cesantía que estaban vigentes en leyes del trabajo anteriores. Cuando se promulgaron estas
prestaciones no existían ni las pensiones de vejez del seguro social, no el subsidio del paro
forzoso. Estas prestaciones, especialmente la del paro forzoso es lo que correspondía antes al
auxilio de cesantía.

En Venezuela, se puede notar como le descuentan a los patronos y a los trabajadores una
cantidad para el Seguro Social y este no funciona, ni cumple.

Este artículo tiene que ver con la Disposición transitoria cuarta, en su numeral 3, dice: que el
pago de las prestaciones sociales será proporcional al tiempo de servicio y calculado de
conformidad con el último salario devengado.

La parte final de este artículo incluye los intereses de las prestaciones, los cuales no estaban
incluidos expresamente en la protección de los créditos laborales del Artículo 158 de la Ley
Orgánica del Trabajo.
Esta disposición cuarta de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela;
establece: que dentro del primer año, el cual entre en vigencia la constitución, se deberá
reformar la Ley Orgánica del Trabajador, un nuevo régimen para el derecho a prestaciones
sociales, el cual integrará el pago de este derecho en forma proporcional al tiempo de servicio
y calculado de conformidad con él último salario devengado, estableciendo un lapso para su
prescripción de diez años.

Asimismo, contemplará un conjunto de normas integrales que regulen la jornada laboral y


propender a su disminución progresiva, en los términos previstos en los acuerdos y convenios
de la Organización Internacional del Trabajo, suscritos por Venezuela. Y en el Ordinal 4,
establece que tiene que aprobar una Ley Orgánica procesal del Trabajo que garantice el
funcionamiento de una jurisdicción laboral autónoma y especializada, y la protección del
trabajo o trabajadora en los términos previstos en esta Constitución y las leyes. La Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, estará orientada por los principios gratuidad, celeridad,
oralidad, inmediatez, prioridad de la realidad de los hechos, la equidad y rectoría del Juez o
Jueza en el proceso.
Podemos observar que nuestro proceso laboral, está caracterizado por ser un proceso,
excesivamente escrito, lento, pesado, formalista, mediato, oneroso y no obsequioso para nada
a la justicia. En efecto, la justicia del trabajo en Venezuela, se ha deshumanizado por
completo convirtiendo, a la administración de justicia laboral en una enorme y pesada
estructura burocrática, que en vez de contribuir a mantener armonía social y el bien común, se
ha convertido en un instrumento de conflictividad social.

El proyecto de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo es una respuesta a la urgente y necesaria
transformación de la administración de justicia en Venezuela, y en particular de la justicia
laboral que debe tener por norte la altísima misión de proteger el hecho social trabajo,
instrumento fundamental del desarrollo nacional y está inspirado en los principios establecidos
en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Artículo 257: El proceso constituyente un instrumento fundamental para la realización de la


justicia. Las leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad y eficiencia de los
trámites y adoptarán un procedimiento breve, oral, y público. No se sacrificará la justicia por la
omisión de formalidades no esenciales.

Los principios fundamentales que orientan el proyecto de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo son:

La autonomía y especialidad de jurisdicción laboral.

Gratuidad.

Oralidad.

Inmediación.

Concentración.

Publicidad.

Abreviación.

Rectoría del Juez.

Prioridad a la realidad de los hechos.

Sana critica.

Uniformidad procesal.

Artículo 94: La ley determinará la responsabilidad que corresponda a la persona natural o


jurídica en cuyo provecho se presta el servicio mediante intermediario y contratista, sin
perjuicio de la responsabilidad solidaria de éstos. El Estado establecerá, a través del órgano
competente, la responsabilidad que corresponda a los patronos o patronas en general, en
caso de simulación o fraude, con el propósito de desvirtuar, desconocer u obstaculizar la
aplicación de la legislación laboral.

Constitución Nacional, 1961


Artículo 89: "La ley determinará la responsabilidad que incumbra a la persona natural o
jurídica en cuyo provecho se preste el servicio mediante intermediario o contratista, sin
perjuicio de la responsabilidad solidaria de éstos"

Como podemos observar ambos constituyentes estuvieron de acuerdo en la solidaridad sobre


la responsabilidad patronal en cuanto a los intermediarios.
Todos estos conceptos de intermediario, contratista, inherencia y de conexidad se encuentran
contenidas en la Ley Orgánica del Trabajo (L.O.T.), en los Artículos 49, 54, 55, 56 y 57.

Estas normativas en ambas constituciones determinan responsabilidades en que incumplen


las personas naturales o jurídicas en cuyo provecho se pretende el servicio por parte del
trabajador bien sea este a través de un intermediario o de una contratista estableciendo, la
responsabilidad de estas dos figuras laborales que tanta utilización han tenido en la industria
petrolera.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999.

Artículo 95: Los trabajadores y las trabajadoras, sin distinción alguna y sin necesidad de
autorización previa, tiene derecho a constituir libremente las organizaciones sindicales que
estimen convenientes para la mejor defensa de sus derechos e intereses, así como el de
afiliarse o no a ellas, de conformidad con la ley. Estas organizaciones no están sujetas a
intervención, suspensión o disolución administrativa. Los trabajadores y trabajadoras están
protegidos contra todo acto de discriminación o de injerencia contrarios al ejercicio de este
derecho. Los promotores, promotoras e integrantes de las directivas de las organizaciones
sindicales gozarán de inamovilidad laboral durante el tiempo y en las condiciones que se
requieran para el ejercicio de sus funciones.

Para el ejercicio de la democracia sindical, los estatutos y reglamentos de las organizaciones


sindicales establecerán la alternabilidad de los y las integrantes de las directivas y
representantes mediante el sufragio universal, directo y secreto. Los y las integrantes de las
directivas y representantes sindicales que abusen de los beneficios derivados de la libertad
sindical para su lucro o interés personal, serán sancionados de conformidad con la ley. Los y
las integrantes de las directivas de las organizaciones sindicales estarán obligados a hacer
declaración jurada de bienes.

Este artículo contiene la libertad sindical, la autonomía de los sindicatos, los delegados
sindicales, elecciones de los sindicatos, y que la obligación que tienen los integrantes de las
directivas, de las organizaciones sindicales de representar la declaración jurada de bienes.
Según Garay, J. (2001), "establece: que este artículo, el derecho ya consagrado en la
legislación laboral del poder pertenecer a sindicatos y puntualiza el derecho de no afiliarse a
los mismos, es decir, que el trabajador es libre de afiliarse o no a un sindicato, fuerza la
democracia dentro de los sindicatos, y lo novedoso es que indica a los directivos que hagan la
declaración de bienes, equiparándolos a los funcionarios públicos según la Ley de
Salvaguarda del Patrimonio Público".

Constitución Nacional, 1961:

Artículo 90: La ley favorecerá el desarrollo de las relaciones colectivas de trabajo y


establecerá el ordenamiento adecuado para las negociaciones colectivas y para la solución
pacífica de los conflictos. La convención colectiva será amparada, y en ella se podrá
establecer la cláusula-sindical, dentro de las condiciones que legalmente se pauten.
Artículo 91: Los sindicatos de trabajadores y los de patronos no estarán sometidos a otros
requisitos, para su existencia y funcionamiento, que los que establezca la ley con el objeto de
asegurar la mejor realización de sus funciones propias y garantizar los derechos de sus
miembros. La ley protegerá en su empleo, de manera específica, a los promotores y miembros
directivos de sindicatos de trabajadores durante el tiempo y en las condiciones que se
requieran para asegurar la libertad sindical.
Se dedica este Art. 91 de la Constitución Nacional de 1961, con carácter exclusivo a lo que el
Constituyente Sainz, C. (1999), llama el derecho sindical que involucra, la garantía de que los
patrones y trabajadores pueden cuando lo consideren conveniente constituir sus propias
organizaciones sindicales independientes, autónomas que defiendan los intereses de cada
uno de estos interlocutores sociales; y está robustecida, garantizada por el concepto de la
libertad sindical que conjuntamente con los convenios de la Organización Internacional de
Trabajadores (O.I.T.), especialmente el 87 y 98 son garantes de este derecho que no es más
que la preservación de las organizaciones sindicales de estos dos interlocutores sociales de
tanta importancia especialmente los trabajadores.

La actual Ley Orgánica del Trabajo, amplió las disposiciones que consagran la libertad
sindical, y al mismo tiempo trata de proteger los derechos de los miembros de esas
organizaciones contra posibles abusos; consagra en vista de la renuncia del sector
empresarial en organizarse sindicalmente: La de darle a las cámaras de comercio y
producción del carácter de sindicatos patronales cuando así lo desean y se inscriban en el
registro correspondiente llevado por las autoridades del trabajo.

La organización sindical es una institución básica del Derecho Laboral.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999.

Artículo 96: Todos los trabajadores y las trabajadoras del sector público y del privado tienen
derecho a la negociación colectiva voluntaria y a celebrar convenios colectivas de trabajo, sin
más requisitos que los que establezca la ley. El Estado garantizará su desarrollo y establecerá
lo conducente para favorecer las relaciones colectivas y la solución de los conflictos laborales.
Las conversaciones colectivas ampararán a todos los trabajadores y trabajadoras activos y
activas al momento de su suscripción y a quienes ingresen con posterioridad.

Este artículo consagra el derecho a la negociación colectiva, derecho que ya esta establecido,
primeramente en la Legislación Laboral.

La constitución de 1947 estableció el contrato colectivo de trabajo, incluyendo en él la cláusula


sindical (que se refiere a aquellas que puedan pactarse que en caso de que el patrono
enganche a trabajadores tiene que pedirse al sindicato (la Ley Orgánica del Trabajador -
actual establece un máximo de 75%).

Establecía como mecanismo a la solución de los conflictos colectivos la conciliación que era el
medio para solucionar un conflicto entre patronos y trabajadores.

Constitución Nacional, 1961.

Artículo 109: La ley regulará la integración, organización y atribuciones de los cuerpos


consultivos que se juzguen necesarios para oír la opinión de los se sectores económicos
privados, la población consumidora, las organizaciones sindicales de trabajadores, los
colegios de profesionales y las universidades, en los asuntos que interesan a la vida
económica.
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999.

Artículo 97: "Todos los trabajadores y trabajadoras del sector público y del privado tiene
derecho a la huelga, dentro de las condiciones que establezca la ley".
Este artículo contiene el derecho a la huelga tanto del sector privado como del sector público,
dentro de las limitaciones que establezcan las leyes.
En la Constitución de 1947. El derecho a la huelga se concedía, salvo que se excluían los
servicios públicos que determinará la ley.

Según, Espinoza, A. (2000). "El derecho a la huelga es la más alta conquista laboral de la
clase trabajadora, por que cumple dos funciones esenciales. En primer lugar, refuerza la ideal
fundamental del derecho colectivo del trabajo en el sentido de contribuir el instrumento
autónomo de nivelación de la capacidad contractual de los factores de la relación de trabajo y
en segundo término porque viene a ser la garantía, en las propias manos de los trabajadores
de la existencia real efectiva, de los demás derechos laborales".

Espinoza, A. (Op. cit.)

Concepto de Huelga

La paralización concertada y colectiva de carácter pacífica, que hacen los determinados


trabajadores de una empresa, una rama de actividad o de una rama de actividad económica,
industrial o comercial a nivel local, regional o nacional para inducir al patrono a que negocie
una convención colectiva; respete los beneficios en una vigente o que impida tanto al patrono
o al estado a tomar o dejar de tomar una actitud, en beneficio de las condiciones de trabajo
que conlleven a obtener en última instancia condiciones dignas y decorosas en el marco de
los principios de la justicia social.

Constitución Nacional, 1961:

Artículo 92: "Los trabajadores tienen el derecho de huelga, dentro de las condiciones que fije
la ley. En los servicios públicos este derecho se ejercerá en los casos que aquélla determine".
Según: Brewer, A. (1999), estima que en esta materia también debió establecerse una
distinción entre el sector público y el sector privado y en general, respecto de la huelga en los
servicios públicos como lo establecía Art. 92, de la Constitución de 1961.

Conclusión

Observamos al culminar el presente trabajo, como el texto constitucional, se caracteriza por su


franca inclinación a conferirle al dominio del Estado las decisiones más cruciales con relación
a la propiedad privada, a las libertades económicas, al arbitrio de los actos relativos al
ejercicio del comercio y a la definición de las materias privativas a cada uno de los sectores de
la sociedad económica. El Estado se proyecta como insustituible, como imperio, como
avasallante representante de los intereses de la sociedad.
La Constitución trata de asegurar a todos los ciudadanos una justicia social, garantizando una
existencia digna, siendo este el principio rector que rige el objetivo constitucional de 1961 y del
1999.

Vemos como los principios sociales y los económicos van tomados de la mano en ambas
constituciones.
Nos causa frustración al ver como se frustran los propósitos constitucionales que orientan el
crecimiento acompañado de la igualdad en la distribución del ingreso y vemos como
deslumbra la incapacidad del Estado Democrático para administrar con eficacia los inmensos
recursos que percibe. Una burocracia gigantesca, amparada en el credo político que desvirtúa
la concepción del gobierno y del Estado.

Observamos que hay grandes similitudes entre los objetivos de una y otra constitución, lo que
se logró en La Bolivariana es ser más ordenada y que le ha dado rango constitucional a
cuestiones que antes existían en las leyes especiales, tal es el conglomerado de los 10
Artículos laborales que posee La Bolivariana, desde el Artículos 87 al 97.

Glosario

Constitución:

Son normas o leyes que determinan la forma de gobierno, los derechos y deberes del
gobierno ante los ciudadanos y viceversa.

Es el conjunto de reglas fundamentales que organizan la sociedad política, estableciendo la


autoridad y garantizando la libertad; es la ley magna de la nación.

Todo Estado tiene una Constitución, en el sentido amplio de esta palabra; o sea, como
conjunto de leyes que regula su vida y acción. En sentido estricto, La Constitución exige la
norma especial, votada por la nación, y aplicada en forma regular, principalmente en el
conjunto de derechos y de deberes establecidos en forma general y particular para cada
ciudadano.

La constitución es la ley suprema de la tierra, y superior a todos los poderes activos de la


sociedad, que deben respetarla como el único título, en cuya virtud ejercen sus funciones.

5. Bibliografía

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