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¿Cómo aprendemos?
El célebre neurocientífico francés Stanislas Dehaene nos da unas pistas para afrontar toda
instancia e aprendizaje: ● Atención: es el mecanismo que nos permite dar importancia y amplificar
ciertas señales e ignorar otras. La atención es la pieza clave del aprendizaje educativo; es el
requisito básico e indispensable para el funcionamiento correcto de los demás procesos de
actividad cerebral a nivel consciente o no consciente. Estos factores inciden directamente en la
estructura dinámica y jerárquica de la atención, lo cual repercutirá en el funcionamiento de los
procesos de percepción, memorias y lenguaje principalmente. ● Corrección de errores: buen
intercambio que se da frente al error y que se aleja del castigo. ● Compromiso activo (también lo
podemos llamar curiosidad): nos permite tener cerebros exigentes y motivados en el aula. 2 ●
Descanso (también podemos pensarlo como el momento de consolidación).
¿Es lo mismo aprender y memorizar? Para los neurocientíficos son dos caras de la misma moneda,
no se puede hablar de una sin la otra, después de todo si se ha aprendido algo, la única evidencia
de ese aprendizaje es el recuerdo. La memoria es la retención o almacenaje del conocimiento así
como su evocación o consecuencias. Así pues, la memoria implica una representación mental de la
experiencia previa.En resumen se considera que el aprendizaje se refiere al proceso de adaptación
del comportamiento a la experiencia; y la memoria se refiere a los registros permanentes que
subyacen en esta adaptación. Por su parte la memoria desempeña un papel fundamental en el
proceso de aprendizaje, ella colabora en la medida en que codifica, almacena y permite evocar
información necesaria para responder al medio. Estos registros son las huellas mnémicas, las
cuales contienen información de varios tipos: a corto plazo, a largo plazo, declarativa (semántica y
episódica), procedimental.