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(Didactic)
El Ministerio de Hacienda (en su página web) lo define como un indicador que resulta de estimar
el balance presupuestario del gobierno central que se obtendría en un año particular si el precio
del cobre estuviera en su nivel de mediano plazo y la actividad económica (medida a través del
PIB) estuviera en su nivel de tendencia.
Esto implica que, al aislar el efecto de movimientos cíclicos del precio del cobre y de la actividad
económica sobre los ingresos fiscales, este indicador entrega una medida de la sostenibilidad que
tienen en el tiempo, más allá de las fluctuaciones cíclicas de la economía, los niveles de gasto
incorporados en el presupuesto. La regla se adoptó en el gobierno del presidente Ricardo Lagos y
consiste en imponer a la formulación y ejecución presupuestaria la obligación de fijar el nivel de
gastos totales en un nivel tal que el Balance Estructural del sector público sea equivalente a un
mismo porcentaje del PIB en todos los años, que fue inicialmente de 1% al actual 0% del PIB.
Esto significa que, cumpliendo esta regla, el balance efectivo será menor a 0% del PIB cuando las
condiciones cíclicas sean desfavorables y superior a 0% del PIB cuando las condiciones cíclicas
sean favorables al presupuesto fiscal.
En el texto “Una política fiscal de balance estructural de segunda generación para Chile”, el que
fue recomendado anteriormente, se destaca que:
Y aunque novedoso en Chile, el indicador de balance estructural como tal ha sido estimado
sistemáticamente desde mediados de los noventa por la OCDE y el FMI8.
Asimismo, el uso de reglas para la política fiscal es ya una práctica común entre los países
europeos más desarrollados, por ejemplo, Alemania, donde se ha tendido a obtener un balance
estructural equilibrado. Además, el Tratado de Maastricht, que marcó el comienzo de la
integración política y económica en la Unión Europea, entre otros aspectos, incentivaba a los
países europeos a adoptar la meta de controlar y disminuir sus déficits fiscales antes del año
La regla fiscal chilena, que se enmarca en una corriente creciente dentro de los países
desarrollados y también, de manera más reciente, en los países en vías de desarrollo, ha
permitido dar una señal de compromiso y transparencia en la consolidación del manejo
responsable de las cuentas fiscales, observaba desde la década de los ochenta en el país.”
Superávit
La administración del Estado (el gobierno) tiene la obligación de realizar un presupuesto, esto con
el fin de saber cuáles serán sus ingresos y gastos en el año siguiente. Por ello, sabrán, con
anterioridad, si un Estado va a tener o no superávit público. En este caso se conoce como superávit
presupuestario, porque hace referencia al superávit fiscal previsto por el Gobierno al realizar los
presupuestos del año siguiente.
También se denomina superávit fiscal cuando una administración recibe más dinero de otra en
función de lo que aporta (por ejemplo, entre una región y un Estado).
El término superávit fiscal refleja el estado en que se encuentran las finanzas públicas. Por el
contrario, cuando la administración pública no recauda lo suficiente para cubrir sus necesidades,
se dice que tiene un déficit fiscal.
Generalmente, se dice que un superávit fiscal es bueno, ya que es una manera de sanear las
cuentas públicas, pero por otra parte no es recomendable detraer de la economía privada más
dinero del necesario para cubrir el gasto público.
Los superávits públicos son a menudo un objetivo a alcanzar por los estados, aunque no deben
ser muy grandes. Diversos economistas consideran que los superávits públicos a la larga son
perjudiciales para la iniciativa privada, ya que se traducen en que los impuestos son demasiado
altos y que sustraen de la economía doméstica recursos que podrían ir a ampliar inversiones
privadas y la creación de empleo.
Los estados suelen usar los excedentes de recursos públicos a la extensión de prestaciones y ayudas
sociales o incorporar estos ingresos extras como mejora de las pensiones. Particularmente, los
estados que suelen arrastrar déficits crónicos en sus cuentas públicas, suelen amortizar deuda
pública en aquellos ejercicios en los que tienen superávit.
Déficit
Al igual que en el superávit, existe la obligación de realizar un presupuesto para saber cuáles serán
sus ingresos y gastos para el siguiente periodo. Esto permite conocer de manera anticipada, si va
a tener o no déficit. En este caso se conoce como déficit presupuestario, porque hace referencia
al déficit fiscal previsto por el Gobierno al realizar los presupuestos del año siguiente.
El término déficit fiscal refleja el estado en que se encuentran las finanzas públicas.
El déficit fiscal puede ocasionar la falta de liquidez y necesidad de financiación de los gastos
presupuestarios, ya sea mediante deuda (recurso más utilizado), como demorar los pagos, y en
ocasiones, si la diferencia entre ingresos y gastos es grande, una administración puede ir a la
quiebra. Es el caso de Grecia o Portugal con la crisis de 2008, donde el estado no fue capaz de
financiar sus gastos por sí mismo, recurriendo a financiación exterior, a lo que se conoce como
“rescate”.
• Reduciendo gastos.
Los déficits fiscales, a menudo, son vistos como malas praxis, ya sea porque hayan gastado mucho
o porque no tengan una política fiscal eficiente para recaudar. Los déficits fiscales además de
incrementar la deuda pueden incidir directamente sobre los ciudadanos, ya sea mediante recortes
en prestaciones y servicios públicos, como en aumento de impuestos a las actividades privadas.
En resumen y como idea fuerza, podemos decir que el déficit fiscal se produce cuando, en una
administración gubernamental, los gastos son mayores que los ingresos en un periodo de tiempo
(normalmente un año).
Aglutina todas las acciones que disponen las autoridades monetarias (banco central) para ajustar
el mercado de dinero. Mediante la política monetaria, el banco central dirige la economía para
alcanzar objetivos macroeconómicos concretos. Para ello se utilizan una serie de factores, como
la masa monetaria o el coste del dinero (tipos de interés). El banco central utiliza la cantidad de
dinero como variable para regular la economía.
Mediante el uso de la política monetaria, los países tratan de tener influencia en sus economías
controlando la oferta de dinero y así cumplir con sus objetivos macroeconómicos, manteniendo la
inflación, el desempleo y el crecimiento económico en valores estables. Sus principales objetivos
son:
• Conseguir crecimiento económico: Asegurar que la economía del país crezca para poder
asegurar empleo y bienestar. Para ello se utilizarán políticas monetarias expansivas.
• Mejorar el saldo de la balanza de pagos: Vigilar que las importaciones del país no sean
mucho más elevadas que las exportaciones, porque podría provocar un aumento
incontrolado de la deuda y decrecimiento económico.
Los objetivos de la política monetaria difícilmente podrán lograrse con el uso de la política
monetaria en solitario. Para conseguirlos será necesario la puesta en marcha de políticas fiscales
que se coordinen con la política monetaria. De hecho, las políticas monetarias tienen múltiples
limitaciones, y por ello, muchos economistas están en contra de la utilización de estas políticas,
asegurando que pronuncian los ciclos económicos. Además, muchas veces los mecanismos de la
política monetaria no consiguen los objetivos deseados, sino que alteran otros factores. Por
ejemplo, si aumentamos la masa monetaria de una economía para conseguir crecimiento
económico, puede que lo único que se consiga sea un aumento de los precios.
✓ Política monetaria restrictiva: Trata de reducir la cantidad de dinero del país, con el fin de
reducir la inflación. Cuando se aplican políticas restrictivas se corre el riesgo de frenar el
crecimiento económico, aumenta el desempleo y reduce la inversión.
Existen varios mecanismos que permiten llevar a cabo políticas de carácter expansivas o restrictivas,
como variar el coeficiente de caja, modificar las facilidades permanentes o realizar operaciones
en el mercado abierto. Por ejemplo, comprar oro o deuda para introducir dinero en el mercado.
Según la agresividad del mecanismo utilizado podemos distinguir dos tipos de políticas monetarias:
Si el Banco Central quisiera que los precios fuesen menores, no tendría más que disminuir el dinero
del mercado. Imaginemos un país europeo llamado Naranjalandia, en el que los únicos productos
que hay son 100 naranjas, que valen 2€ cada una. La velocidad a la que circula el dinero, hemos
descubierto que es 1 y en total hay 200 monedas de un euro (M = 200). Si el Banco Central de
este país quisiera que los precios fueran la mitad, retirará del mercado 100 monedas. Como ahora
solo hay 100 monedas, pero sigue habiendo 100 naranjas, cada naranja tendrá que valer 1€.
En resumen, podemos decir que la política monetaria es la disciplina de la política económica que
controla los factores monetarios para garantizar la estabilidad de precios y el crecimiento
económico.
El tipo de cambio real de una divisa respecto a otra, es el poder de compra de una divisa tras su
conversión, es decir, el tipo de cambio real es una medida que indica el poder adquisitivo de una
moneda frente a otra. Al contrario que el tipo de cambio nominal, tiene en cuenta los precios en
el país al que pertenece la moneda. Para entender esto, es necesario conocer otros conceptos.
En los mercados financieros las monedas cotizan en forma de pares de divisas. Cuando cambiamos
una moneda, la cambiamos siempre en términos de otra. Por ejemplo, tenemos euros y queremos
cambiar a pesos chilenos; o, tenemos dólares americanos y queremos rupias de indonesia.
La relación a la que cotiza una divisa frente a otra es lo que se conoce como tipo de cambio
nominal. Siguiendo con el ejemplo anterior, el tipo de cambio nominal responde a la pregunta
¿por cada euro cuántos pesos chilenos me dan? O por cada dólar americano cuantas rupias
obtendré.
Por último, debemos saber lo que significa poder adquisitivo. El poder adquisitivo nos dice algo
así como la cantidad de cosas que podemos comprar con una moneda en un país u otro. Por
ejemplo, 10 dólares son 10 dólares en cualquier lugar del mundo. Ahora bien, ¿se compra la
misma cantidad de bienes con 10 dólares en Nueva York y con 10 dólares en Memphis? La
cantidad de dinero es la misma, pero Nueva York es una ciudad muy cara y Memphis, en
comparación muy barata.
La actividad económica que el Estado desempeña en las sociedades comprende tres funciones
básicas: una función de asignación de recursos, una función redistributiva, y una función
estabilizadora.
✓ La función redistributiva, trata de conciliar las diferencias de criterio que se producen entre
la distribución de la riqueza que realiza el sistema de mercado y la que la sociedad
considera justa. En la tarea de redistribución, intervienen fundamentos éticos, políticos, y
económicos.
✓ Plena ocupación de todos los recursos productivos de la sociedad, tanto humanos como
materiales y capitales.
✓ Plena estabilidad de los precios, entendida como los índices generales de precios para que
no sufran elevaciones o disminuciones importantes.
De los dos, el más importante es el control de la inversión pública. ¿que elegir entre hacer que el
Estado gaste más o bajar los impuestos? las autoridades suelen preferir lo segundo, ya que es
inmediato, reversible y, claramente, les da buena fama.