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Teoría tradicional y teoría crítica

En este libro, Horkheimer realiza una crítica al positivismo como ciencia que se
fundamente y contribuye a reproducir al sistema capitalista. A medida que lleva a cabo el
cuestionamiento al empirismo, que denomina él como teoría tradicional, va esbozando su
propuesta, la teoría crítica. Uno de los puntos centrales y que diferencian a las dos teorías
(tradicional y crítica) es que, según el autor, en la construcción del conocimiento el sujeto
cognoscente y objeto a conocer son parte de un todo y no deben disociarse entre sí, como
lo hace la teoría tradicional, en su aporte, el conocimiento se haya mediado por la praxis
social en la que existe ya una experiencia que esta preestablecida como producto histórico
de esa praxis.

Bajo este panorama, Horkheimer critica a la teoría tradicional en cuanto a que pretende
estudiar los fenómenos sociales como lo hace la ciencia natural, con una visión ligada a la
acumulación del saber en forma tal que este se vuelva utilizable para caracterizar los hechos
de la manera más acabada posible, en este sentido, el autor se apoya en Poincaré quien
refiere que la ciencia es como una biblioteca que debe de crecen constantemente. El
problema, refiere Horkheimer, es que en la ciencia social se trata con hechos o se concentra
más en los principios que nada tienen que ver con la teoría con la que se pretende abordar.
De igual forma cita a Durkheim quien postula que la clasificación de fenómenos sociales
sobre la base de un registro de hechos puramente empírico es imposible; además. En este
sentido, Horkheimer sostiene que la sociología debería de superar la descripción de
fenómenos sociales hasta llegar a la comparación particularizada, y desde allí hasta la
formación de conceptos generales.

El autor de igual forma cuestiona la ahistorisidad de la teoría tradicional, refiere que el


conocimiento no avanza y se trasforma por la propia acumulación de supuestos, sino que
tiene un componente histórico. En este sentido el autor refiere que en la medida en que el
concepto de teoría es independizado, como si se lo pudiera fundamentar a partir de la
esencia íntima del conocimiento, por ejemplo, o de alguna otra manera ahistórica, se
transforma en una categoría cosificada, ideológica. Por tanto, refiere el autor, las
condiciones para la transformación del conocimiento presente, de las conexiones empíricas
que se van descubriendo, como su aplicación a los hechos, son determinaciones que no se
reducen a elementos puramente lógicos o metodológicos, sino que, en cada caso, solo
pueden ser comprendidas en relación con procesos sociales reales.

Otro aspecto que aborda el autor es que el científico y su ciencia están sujetos al aparato
social; sus logros son un momento del auto conservación, de la constante reproducción de
lo establecido. Estos creen actuar de acuerdo con decisiones individuales, cuando hasta en
sus más complicadas especulaciones son exponentes del inaprehensible mecanismo social.
El científico forma parte de la división social del trabajo, por lo cual, dentro de esta él debe
clasificar hechos en categorías conceptuales y disponerlos de tal manera, que él mismo y
todos quienes tengan que servirse de ellos puedan dominar un campo táctico lo más amplio
posible. De ahí que Horkheimer refiera que en la teoría tradicional no aparezca la función
social real de la ciencia, ni lo que significa la teoría en la existencia humana.

Bajo este contexto el autor menciona algunas de las características de su propuesta, la teoría
crítica. Comienza refiriendo es preciso superar y suprimir la unilateralidad es decir, evitar
los procesos intelectuales parciales que son aislados del conjunto de la praxis social. Sino
que, la idea de teoría, entendida como resultado del que hacer del científico, debe de
concebir una la relación entre los hechos y el ordenamiento conceptual. Es decir, un primer
punto de partida seria unir sujeto y objeto en la producción de conocimiento. Pero la
profundización del desarrollo del concepto de teoría no ha de realizarse sobre la base de
esta referencia a la relatividad de la relación entre el pensamiento teórico y los hechos,
inmanente a la ciencia burguesa, como en la teoría tradicional, sino mediante una
consideración que atañe, no solo al científico, sino al individuo cognoscente en general.

De este modo el autor refiere que es importante que se tome en cuenta las características
sociales prestablecidas del sujeto cognoscente, las cuales ha adquirido social e
históricamente. En este sentido Horkheimer refiere que el mismo mundo que, para el
individuo, es algo en sí presente, que él debe aceptar y considerar, es también, en la forma
en que existe y persiste, producto de la praxis social general. No solo en su vestimenta y
modo de presentarse, en su configuración y en su modo de sentir son los hombres un
resultado de la historia, sino que también el modo como ven y oyen es inseparable del
proceso de vida social que se ha desarrollado a lo largo de milenios. Los hechos que nos
entregan nuestros sentidos están preformados socialmente de dos modos: por el carácter
histórico del objeto percibido y por el carácter histórico del órgano que percibe. Finaliza el
autor diciendo que: el hecho percibido está, por ende, ya antes de su elaboración teórica
consciente, llevada a cabo por el individuo cognoscente, condicionado por ideas y
conceptos humanos.

Bajo este contexto, el autor refiere que la teoría crítica responde a la noción de hombre-
naturaleza como ya presente en las ciencias y en la experiencia histórica. Pero en la medida
en que el sujeto pensante, no se aísla radicalmente de las luchas sociales en las que
participa; en la medida en que no considera el conocer y el actuar como conceptos
separados, la necesidad tiene otro sentido. La aplicabilidad y hasta la intelección de estos y
de otros conceptos del modo de pensar crítico están unidas a la actividad propia y al
esfuerzo, a una voluntad en el sujeto cognoscente. Por tanto, su actividad específica son
vistos como constituyentes de una unidad dinámica con la clase dominada, de modo que su
exposición de las contradicciones sociales aparezca, en esa unidad, no solo como expresión
de la situación histórica concreta, sino, en igual medida, como factor estimulante,
transformador, entonces se hace patente la función de la teoría crítica.

Dicho lo anterior, Horkheimer refiere que el comportamiento conscientemente crítico está


relacionado al desarrollo de la sociedad es decir protesta contra ese orden económico
establecido y busca la idea de un estado tal que, en él, las acciones de los hombres ya no
emanen de un mecanismo, sino de sus mismas decisiones. Dada esta característica el autor
refiere que el pensamiento crítico apunta a la actividad transformadora, despierta
resistencias en el mismo momento en que ya no se limita a comprobar y a ordenar según
categorías, en lo posible neutrales, es decir indispensables para la praxis de vida dentro de
las formas dadas. Sin embrago el autor refiere que la teoría esbozada por el pensar crítico
no obra al servicio de una realidad ya existente sino que solo expresa su secreto. El objetivo
del pensamiento crítico por tanto se encuentra en una sociedad futura como comunidad de
hombres libres.

Reflexiones finales

La propuesta del Horkheimer es interesante a medida que invita a reflexionar sobre el fin
último de la ciencia. El postula que la teoría tradicional está condicionada por el los
mecanismo del capitalismo y que ha perdido su compromiso con el beneficio de la
humanidad. En este sentido, los resultados de investigaciones científicas de su época
estarían en favor de la reproducción del capital y por ende de la división del trabajo y
desigualdad. Por el contrario la teoría crítica pretende rescatar este compromiso con la
humanidad y busca una ciencia que recupere su utilidad en cuanto al beneficio social, una
ciencia trasformadora que cuestione los mecanismos sistema imperante.

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