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El diapasón...

o el espacio entre medio


 Publicada el 20 de enero de 2021

Estado: localizable

Francisca Di Domenico Madrid


Arquitecto relacional- Socio Consultor Oveja Negra SpA
11 artículos Siguiendo

Los dos escritores de esta columna somos apasionados por diferentes cosas (por muchísimas en
realidad) y además nos caracteriza el ser movidos por la curiosidad y el interés candoroso.

Entre estas pasiones se encuentran: el acompañar a otros en sus procesos de desarrollo (desde lo
individual, desde el equipo y desde lo organizacional); el colaborar y co-construir, activando no
sólo la inteligencia colectiva sino también la emocionalidad colectiva que permite mayor
agilidad y el generar procesos mas potentes y hermosos; la música que permite generar sintonía;
y el escribir que permite crear, compartir y reflexionar.

Hace poco nos invitaron a facilitar un proceso de integración del equipo ejecutivo de una
conocida empresa del retail nacional. Un equipo al que le ha tocado vivir un gran número de
cambios en el último año, desde la incorporación de varios nuevos miembros hasta el tener que
transitar los efectos de una pandemia y su impacto en el negocio.

La experiencia vivida en el 2020 fue, para todo el equipo y los colaboradores de la empresa,
desafiante y emocionalmente compleja.  Un cocktail entre ajustes duros requeridos para negociar
la incertidumbre, la integración de nuevos líderes y el giro hacia la venta 100% online, entre
otros.  “Spicy”, por decirlo de alguna forma.

Lo que emergió a lo largo del primer encuentro fue potente: entre cada uno de ellos comenzaron
a delinearse características, miradas y valores comunes, a pesar de que muchos habían tenido
escasas oportunidades de conversar y juntarse entre medio del confinamiento y el teletrabajo del
2020. Nos dimos cuenta de que los buenos resultados que habían tenido a nivel del negocio,
venían apalancados fundamentalmente por el compromiso, la voluntad y la capacidad de
articular sus equipos rápidamente en función de los objetivos propuestos. Un Liderazgo
catalizador presente en cada uno de los miembros del equipo.
Y fue en este contexto, durante un coffee break, que Roberto me comentó lo importante del
coraje emocional para transitar estos procesos. La valentía es la base, el coraje es la acción.

Y fue en el mismo coffee break que Francisca me comentó que el liderazgo era algo que pasaba
“EN” el equipo, no de manera separada. Era un emergente de las dinámicas relacionales y de la
forma en que se generaba un ambiente nutritivo para el despliegue del ser individual y colectivo.

Y fue cuando nuestra curiosidad nos llevó a explorar la posibilidad de escribir juntos, a ver qué
aparecía.

Y apareció el DIAPASÓN.

Y… ¿Qué es un diapasón? ¿y que diantres tendrá que ver el diapasón


aquí?
 

PUES BIEN… TODO


Gran parte de la literatura y estudios de liderazgo, apuntan a éste como una habilidad o una
competencia. Algunos inclusive lo definen como un arte, pero pierden de vista un poco que el
liderazgo, más que en la persona del líder, está en la “articulación de lo posible”[1] SIC. 

Emerge en la relación dinámica que se construye entre las personas y la capacidad de clarificar
adonde ir, la capacidad de evocar y liberar las fortalezas de cada miembro del equipo llevándolos
a florecer, está en el potenciar la capacidad autorreflexiva del equipo y, quizás lo más importante
de todo, setear una “tonalidad emocional” habilitadora para la consecución del
logro con bienestar. Cuando esto ocurre, aparecen el foco compartido, el flow, los resultados, el
bienestar, el compromiso. Los equipos, las personas y las organizaciones florecen.

Y es aquí donde entra nuestro querido diapasón.


Roberto y yo, venimos de familias de músicos.  La música corre por nuestra sangre.  Podría
decirse que nacimos al tono de un diapasón y al ritmo de un metrónomo.

En el mundo de la música habitualmente se usa un diapasón para afinar los instrumentos de la


orquesta antes de un concierto. Es un artefacto en principio simple- dispositivo generalmente de
acero en forma de horquilla-, pero que se encarga de una función compleja: La de articular toda
la inteligencia colectiva de un ser vivo (como una orquesta) alrededor de una tonalidad. Su
función es la de afinar, sintonizar a diferentes instrumentos en una misma vibración.
¿Cómo funciona?  Simple: se golpea levemente el diapasón y este “vibra” entregando el tono
necesario para que cada persona afine su instrumento, sea cual fuere. Por sí solo el diapasón no
suena, pero al golpearse suavemente, los brazos vibran produciendo entre ambos la tonalidad
requerida.

El tono se produce  en la resonancia, entre medio, donde “No hay


nada”. En el “vacío fértil”  como diría la Teoría U.   Aquel lugar en
el que estamos en el presente, donde aún no hay nada, salvo
aquello que estamos plantando para que emerja en el futuro.
 

Hay una característica más en el diapasón: como cualquier instrumento musical, el elemento
generador casi no emite sonido alguno, por lo que es necesario un elemento de amplificación: la
parte que no vibra se apoya en la caja de resonancia de algún instrumento o de cualquier
superficie rígida….. y ahí, sucede la magia y “suena”.

Y es así como vemos al líder que requerimos hoy: como un diapasón, un resonador que genera
un tono muy puro cuya mayor parte de energía vibratoria está en la frecuencia fundamental (el
propósito) y poca en los sobretonos (los qués); y es en y con el equipo con quien va generando
la armonía, permitiendo sonidos más brillantes, a través de dinámicas relacionales virtuosas e
inclusivas.

Tener la capacidad de setear un tono emocional co-construido en base a la seguridad psicológica,


la redarquía[2], al propósito compartido y encarnado que fluye en el vacío fértil, implica generar
las condiciones ambientales requeridas para la nutrición de cada una de las personas del equipo,
y del equipo como un ente superior.

En uno de sus últimos artículos, Roberto habla del líder como un artesano [3]y cuando lo hace
me viene a la memoria las palabras de Lao Tse quien indica:

“Hacemos una vasija de un pedazo de arcilla, y es el espacio vacío al interior de la vasija la que
la hace útil.

Hacemos puertas y ventanas para una estancia; y son esos espacios vacíos los que hacen la
estancia habitable.

Así, mientras que lo tangible posee cualidades, es lo intangible lo que lo hace útil”.

Francisca, en uno de sus artículos,  mencionaba que “La sintonía es estratégica y la alineación es


ejecucional”[4].
 Hoy, luego de conversar, reflexionar y mirar a diferentes equipos, nos atrevemos a afirmar que
la sintonía sí es estratégica.  Y es una sintonía relacional en la frecuencia fundamental del
propósito , que se da en ese "espacio vacío intangible”, en lo que ocurre cuando se catalizan
las fortalezas y virtudes de las personas hacia una articulación colaborativa positiva, productiva y
profunda. 

Es lo relacional que finalmente es estratégico.


Y nuestro diapasón nos ayudó a darnos cuenta.

Que tengan una hermosa semana!

Francisca Di Domenico

Roberto Bravo

Los invitamos a reflexionar:

¿Cómo vibra tu liderazgo?

¿Cómo líder, cuál es el espacio relacional que quieres construir?

¿Estás dando espacio al vacío fértil para ver lo que emerge?

[1] SIC. Juan Vera.


[2] Esta más en la lógica de establecer un nuevo orden complementario a la estructura, que fluye
de las relaciones de participación y flujos de actividad que surgen de las redes de colaboración
(Cabrera, 2014)

[3] https://www.linkedin.com/pulse/el-lider-como-artesano-roberto-
bravo-graubin-/
 

[4] https://www.linkedin.com/pulse/alineaci%C3%B3n-o-sinton
%C3%ADa-francisca-di-domenico-madrid/
 

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Francisca Di Domenico Madrid


Arquitecto relacional- Socio Consultor Oveja Negra SpA
Fecha de publicación: 1 semana
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El vacío fértil es un concepto que siempre me ha cautivado. Ese momento en el espacio/tiempo
donde aún no hay nada y al mismo tiempo está el potencial de todo: si plantamos bien,
cosecharemos algo potente. El vacío fértil nos invita a mirar el futuro emergente. Ese vacío se da
"entre medio" de algo: es el espacio entre el marco de una puerta, que nos permite transitar; es el
espacio vacío dentro de un jarro, que nos permite llenarlo con aquello que queramos; es el espacio
vacío "adentro" de una argolla de matrimonio, que permite que la ponagmos en nuestro dedo y nos
lleva a nueva vida... es el espacio entre los metales del diapasón... Los invitamos a leer nuestro primer
artículo en co-autoría con Roberto Bravo Graubin 😀, “El Diapasón” donde hablamos de ese
espacio intangible, de la música que emerge cuando el líder es el diapasón, el activador del tono que
sintoniza a las personas para crear y relacionarse melodiosa y sincrónicamente. Que tengan una
hermosa semana.

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