Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RESUMEN
1. Introducción
2. Marco teórico
Aquí ofrecemos una síntesis sucinta de este marco, tocando la noción de lenguaje, dos
tipos principales de actividad lingüística y la idea de formas lingüísticas "itinerantes".
Tomando estas ideas centrales, el enfoque genético y dialógico del lenguaje pone de
relieve un movimiento temporal y "multidirectivo" que forma la tríada del Yo, el Otro y
el Público, que puede observarse microgenéticamente.
El signo verbal no sólo es social, sino también reversible (Vygotsky, 1999). Uno es
capaz de reproducir las palabras o los enunciados de los demás para sí mismo, desvía las
palabras de los demás, por así decirlo, y las toma como recurso para su propio
desarrollo psicológico (Bertau, 2008). Como el signo verbal se vuelve reversible,
determina las propias actividades: los signos verbales (enunciados) pasan a formar parte
del pensamiento y la conciencia y vuelven a entrar en las actividades sociales
posteriores del lenguaje.
Siguiendo el carácter reversible del signo lingüístico, se pueden deducir dos tipos
principales de actuación verbal que corresponden a situaciones vitales de base de los
individuos relacionados con uno mismo, aunque estén culturalmente moduladas: con, o
sin un Otro presente real. Denominamos a la primera "actividad lingüística social", a la
segunda "actividad lingüística individual" y señalamos brevemente que existen formas
de transición entre estos dos tipos de actividades lingüísticas (como hablar con uno
mismo en presencia de otra persona, que sólo escucha sus palabras, pero podría
intervenir). Estos tipos de usos del lenguaje se denominan según su funcionalidad para
los individuos, no en términos de una ubicación dudosa ("habla interior/exterior")
(Bertau, 2011a,b; Bertau y Karsten, 2017).
Partiendo del lenguaje como actividad dialógica, enfocamos esta actividad como una
actuación sensorial-simbólica a través del tiempo, desplegando determinadas formas.
Proponemos el término "espacio-tiempo del lenguaje" para esta configuración
específica. El espacio-tiempo del lenguaje es específicamente emergente y se desarrolla
"entre" las personas que interactúan verbalmente (Bertau, 2014b). Este espacio
intermedio está informado por el flujo del tiempo, es generado y alterado por las
múltiples actividades lingüísticas realizadas por los socios, y es experimentado por estos
socios a través de las formas verbales-vocales-corporales que promulgan
dialógicamente. Puede describirse como un movimiento y un vagabundeo de formas
lingüísticas encarnadas que surgen de forma interdependiente a lo largo del tiempo:
palabras habladas con tonos de voz específicos, posiblemente arraigados a gestos y
géneros lingüísticos funcionales. En este espacio-tiempo sensible, los interlocutores se
tocan y se afectan mutuamente con sus voces y palabras, que están conformadas por los
posicionamientos y tipos de dirección dinámicamente cambiantes de los interlocutores.
Debido a su carácter fenoménico, las formas tienen una especie de estabilidad que
permite que "viajen" a través de los espacios lingüísticos, incluyendo a los mismos o
diferentes hablantes en las mismas o diferentes situaciones, y con respecto a las escalas
diacrónica y sincrónica. Esto es especialmente interesante en relación con los dos tipos
de actividad lingüística mencionados anteriormente. Wertsch (1991) ha mostrado, por
ejemplo, cómo las formas verbales de una madre "viajan" hacia su hijo: Podemos asistir
aquí a una reinvocalización (Dore, 2006) de lo dicho anteriormente por el otro que es
"fiel" a su forma en cuanto a las palabras elegidas y a las cualidades de las
vocalizaciones realizadas.
La heteroglosia es una noción que apunta precisamente a ese contacto. Significa que
cualquier enunciado existe dentro de la tensión entre las voces de la diversidad social de
tipos de habla y las voces individuales (Bajtín, 1981, 263). Se produce una apropiación
principal de las palabras, que no es fácil, "muchas palabras se resisten, otras
permanecen ajenas, suenan extrañas en la boca de quien se las apropia" (Bajtín, 1981,
294); nuestro discurso está, por tanto, "lleno de palabras ajenas, de diversos grados de
alteridad o de diversos grados de 'nuestra-propiedad'" (Bajtín, 1986, 89). El proceso
principal de hablar-entender nos lleva desde las palabras de los demás y de este otro en
particular a través de la ventriloquía a las propias palabras, llenas de intenciones
propias, expresadas y posicionadas por uno mismo. Encontrar la voz individual dentro
de las voces sociales (dominantes) es un esfuerzo clave en el aprendizaje, es una lucha
que implica diferentes tipos de voces en el diálogo, de las que puede surgir la propia
como posición de respuesta activa. En la educación puede ser incluso eficaz provocar la
ventriloquía como medio de apropiación, para prestar la voz del otro y provocar la
reinvocación.
¿Cómo se puede aplicar este marco teórico para estudiar el aprendizaje en el ámbito del
desarrollo profesional? Hay que tener en cuenta tres principios clave desde el punto de
vista metodológico. En primer lugar, la dialógica y la direccionalidad de la actividad
lingüística social e individual -y, por tanto, del aprendizaje- hace hincapié en la relación
de los alumnos individuales. Destaca la necesidad del otro para el desarrollo
profesional. Por lo tanto, la alteridad no es opcional ni está relacionada únicamente con
la actividad social del lenguaje. Desde esta postura teórica, el desarrollo profesional de
un individuo empieza por ser abordado por el otro.
En segundo lugar, a partir de la relación genética basada en la alteridad entre los tipos
de actividad lingüística, se pueden inferir dos tipos de actividad de aprendizaje
genéticamente relacionados: social e individual. En este marco, el otro desempeña un
papel fundamental en el proceso de aprendizaje individual: Señalamos que esta relación
genética vincula la actividad lingüística propia con la de los demás. En otras palabras, el
aprendizaje siempre tiene lugar dentro de estructuras dialógicas dinámicas, que son
iniciadas por un otro afiliado. Nuestro marco no sólo subraya la importancia del diálogo
social como herramienta de desarrollo profesional, sino que pretende abordar las
estructuras psicológicas individuales ("internas") del alumno como algo todavía
dialógico y basado en la direccionalidad. Esto cambia el papel de los compañeros de
aprendizaje dentro del desarrollo profesional: se convierten en un recurso importante no
sólo para la actividad de aprendizaje social, sino también para la actividad de
aprendizaje individual, si sus puntos de vista son interiorizados por el alumno. A través
de la investigación empírica pretendemos rastrear este proceso. Por lo tanto, hay que
investigar cómo los posicionamientos del otro durante la actividad social del lenguaje se
transforman en posicionamientos para el yo dialógico del alumno individual. El
potencial del otro social, presente durante el desarrollo profesional, tiene que ser
analizado en relación con su potencial para la actividad de aprendizaje individual.
En tercer lugar, el hecho de hacer hincapié en las formas de lenguaje itinerantes entre
los espacios de lenguaje pone de relieve el proceso y la forma específica del desarrollo
profesional: En este marco, el aprendizaje profesional es una actividad lingüística. La
forma específica de esta actividad es constitutiva y debe investigarse en relación con su
funcionalidad para la actividad lingüística concreta que se investiga. Por lo tanto, vemos
el desarrollo profesional en términos de su forma específica, la dialogicidad y la
multiplicidad de voces: la posición transformada del otro social se produce como voz en
el yo del aprendiz. Dado que consideramos el aprendizaje y el desarrollo profesional
como un proceso de transformación, las posiciones del yo (Hermans, 2001) cambian
constantemente y se desarrollan a través de la actividad lingüística, ya sea dentro del
individuo a través del diálogo de varias posiciones del yo o dentro del diálogo entre el
profesor y el alumno que están presentes en el aula.
3. Estudio empírico
3.1. Campo de investigación
El estudio (Tures, 2014) se llevó a cabo como un diseño de métodos mixtos integrados
con un enfoque en las estrategias de investigación cualitativa. El objetivo central era
elicitar e investigar los procesos de posicionamiento dentro del yo dialógico de los
estudiantes mientras reflexionan sobre sus propias prácticas de lenguaje y alfabetización
con el profesor universitario aplicando las consideraciones metodológicas de nuestro
marco teórico. Después de una entrevista según un manual (Flick, 2006) al principio del
semestre, se aplicó el método de reflexión estimulada por vídeo (VSR, Cutrim Schmid,
2010, 2011) en dos ocasiones para rastrear los cambios en los posicionamientos de los
estudiantes hacia sus propias prácticas pedagógicas y potenciar su aprendizaje en el aula
universitaria. Para ello, se pidió a los estudiantes que grabaran en vídeo sus actividades
lingüísticas con un pequeño grupo de niños de su clase en la guardería tres veces
durante el semestre. Estos vídeos se utilizaron para reflexionar sobre sus interacciones
con los niños pequeños de su entorno de trabajo. Por lo tanto, este método ofrece a los
estudiantes una perspectiva directa de sus propias prácticas profesionales. A través de la
forma específica de dirigirse a los estudiantes durante estas sesiones de reflexión
estimuladas por vídeo como profesor, se crea un formato especial de actividad de
aprendizaje en el que los estudiantes se enfrentan a sus prácticas. La relación entre los
posicionamientos autorreflexivos hacia el profesor y los posicionamientos dentro del yo
dialógico del alumno se teoriza como genética. Por lo tanto, se argumenta que el método
de VSR genera rastros de la naturaleza dialógica de las actividades de aprendizaje
psicológico dentro de los alumnos.
3.3. Hallazgos
TABLA DE DIÁLOGO
El intento del profesor de iniciar el vídeo de una secuencia calificada como altamente
directiva desencadena una respuesta de Doris. Ella expone un problema de su
interacción con los niños de su aula que arroja luz sobre las diferentes posiciones del yo
vinculadas a sus prácticas pedagógicas. A lo largo de la secuencia dialogan dos técnicas
pedagógicas contrapuestas: Mientras que Doris califica la estrategia directiva e
instructiva como un viejo hábito (l. 4), la estrategia receptiva, basada en el juego, se
considera el enfoque pedagógico "actual" (l. 29-32). Por lo tanto, el "yo del pasado"
como directivo está en diálogo con el "yo del presente" como receptivo. En respuesta a
la pregunta del profesor (l. 7), Doris utiliza la forma de discurso directo para volver a
representar su voz de respuesta al profesor, que critica el nivel de instrucción durante la
fase de planificación del programa (l. 12-14). A continuación, se puede observar un
cambio de la posición responsiva a la directiva cuando Doris se posiciona como la
persona encargada del tema de conversación durante las actividades lingüísticas (l. 15-
18).
Se pueden observar dos posiciones del yo contrarias que dialogan entre sí a lo largo de
esta secuencia y que se realizan con una forma verbal y vocal específica y unos
movimientos corporales particulares. Cada posición del yo defiende un enfoque
pedagógico diferente para interactuar con los niños pequeños durante las actividades
lingüísticas: La primera está basada en la instrucción y la directiva y se centra en el
entrenamiento sistemático del vocabulario. El segundo puede describirse como basado
en el juego y sensible al interés de los niños en una conversación y deja que los niños
lleven la voz cantante y es el que se ajusta al esquema del programa de formación y, por
lo tanto, es puesto en escena por el profesor. También resulta evidente que en este punto
del programa de formación universitaria la voz receptiva de Doris surge durante la fase
de planificación del programa, pero no destaca en las interacciones con los niños en el
aula durante la primera actividad lingüística grabada en vídeo.
El análisis posterior identificó un segundo tipo de intervención por parte del profesor
durante las sesiones de VSR en la universidad. La estrategia de confrontación con las
estrategias de interacción receptiva de los alumnos se utilizó para invitar a los
estudiantes a revisar las escenas de sus vídeos en las que mostraban interacciones de alta
calidad con los niños. Se les pidió específicamente que describieran las estrategias
particulares que utilizaron para proporcionar estas interacciones. Como resultado, las
implicaciones teóricas sobre cómo interactuar con los niños se vinculan a las prácticas
de los estudiantes y un ejemplo de la mejor práctica es modelado por los estudiantes con
el apoyo del profesor según la noción: Así es como se ve cuando se proporcionan
interacciones de alta calidad según el esquema del programa. Como consecuencia, los
alumnos experimentan un contraste entre las secuencias en las que fueron receptivos y
en las que mostraron estrategias directivas hacia los niños.
4. Conclusión
En el marco teórico que aquí se aplica, el lenguaje se ve como una actividad; una noción
dinámica y "viva" de la forma verbal corresponde a esa comprensión e indica la rica
fenomenalidad del acontecimiento lingüístico que tiene lugar en los llamados espacios-
tiempo del lenguaje. Dentro de estos espacios-tiempo y en virtud de ellos, tienen lugar
las formaciones del yo, es decir, dentro y a través del habla del otro(s) hacia el yo y para
el yo. Esto se lleva a cabo mediante formas verbales que (re)ordenan y expresan las
relaciones entre el yo, el otro, el público y el tema del que se habla dentro de una
situación cultural-histórica específica.
El estudio empírico basado en este enfoque (Tures, 2014) muestra en general, en primer
lugar, que se pueden identificar distintas voces promulgadas en formas lingüísticas
concretas, que corresponden a las múltiples voces activas en el yo dialógico de los
alumnos. El método de reflexión estimulada por vídeo hace explícitos los tipos de voces
que se producen realmente dentro de un espacio-tiempo lingüístico dialógico y social.
Las posiciones del yo que estas votaciones realizan son representadas por ambos
interlocutores durante la reflexión; los cambios en las posiciones - posiblemente dentro
de un solo enunciado - se hacen audibles.
En segundo lugar, se hace evidente la discrepancia entre las creencias de los estudiantes
de educación infantil y su calidad de interacción real con los niños pequeños. Esto es
indicativo del reto que supone para estos estudiantes apropiarse y llevar a cabo una
estrategia receptiva y basada en el juego con los niños. Esta estrategia está en el centro
de la formación de los estudiantes que aspiran a ser profesionales capaces de
proporcionar contextos sociales receptivos y un entorno lingüísticamente estimulante.
Esta discrepancia es, de nuevo, audible en la actividad lingüística que se realiza con el
profesor, que expresa el programa del programa.
En este sentido, el caso de Doris muestra que el aprendizaje dialógico se produce como
hablar y pensar a través del otro y abarca diferentes tipos de formas de lenguaje y sus
voces realizadas dentro de los espacios lingüísticos. El movimiento entre el yo (Doris) -
el otro (el profesor) - el público (las dos posturas pedagógicas y sus defensores,
respectivamente) es el campo dentro del cual se produce este proceso de aprendizaje, un
campo lingüístico hecho de prácticas verbales negociadas que se dibujan a través de la
direccionalidad y la dialogicidad de los interlocutores y las instancias entre sí.
Convertirse en profesional, y seguir actuando como tal, está constituido por este campo
con sus tensiones inherentes entre las voces-posiciones individuales y público-sociales
que impregnan la actividad lingüística individual y social.