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Amenazas de nuevas enfermedades:

A dos años y medio de la pandemia de

COVID-19, se han notificado 547.549.338

casos, se han notificado 6.336.074 muertes

en todo el mundo y se han administrado

11.745.435.307 vacunas. En Perú se

registraron 3.616.929 casos, fallecieron 213.462 y se administraron 77.808.132 dosis de

vacuna. Aunque el impacto en los países desarrollados será diferente al de los países en

desarrollo, la pandemia no ha expuesto ninguna de las limitaciones de los sistemas de

atención médica en ningún país. Está surgiendo una situación similar con nuevas

amenazas para la salud pública, como el brote actual de viruela del mono, que son un

recordatorio de que muchos de estos factores aún no se han remediado. Al igual que el

COVID-19, comenzó en países europeos y ahora se está extendiendo a países del sur, lo

que podría generar una mayor morbilidad a largo plazo que donde comenzó la epidemia.

El mundo moderno desconocía una amenaza global como la pandemia de COVID-19.

Esto ha llevado a la comunidad internacional a reaccionar como nunca antes para frenar

las consecuencias sociales y sanitarias. Esto significa que se ha gastado mucho dinero

en la prevención, investigación, tratamiento y vacunación de Covid. Dinero no invertido

en otras campañas, escasez de fondos muy necesaria. El informe Salud en la

Cooperación al Desarrollo y la Acción Humanitaria de Médicos del Mundo y

Medicosmundi explica que la disrupción de los sistemas sociales y sanitarios provocada

por la pandemia provocó un 32% más de muertes que la propia enfermedad. La

cobertura de vacunación infantil ha disminuido en la última década y las muertes por

tuberculosis aumentaron por primera vez desde 2005.


Contaminación ambiental y cambio climático

La polución destaca como el mayor riesgo ambiental para la salud, dado que 9 de cada
10 personas respiran aire contaminado cuyas partículas tóxicas pueden penetrar los
sistemas respiratorio y circulatorio y dañar los pulmones, el corazón y el cerebro. En la
actualidad, el cáncer, las embolias y los padecimientos cardiorrespiratorios provocan
anualmente la muerte prematura de siete millones de personas, el 90% de ellas en países
de renta baja o media con grandes emisiones contaminantes de la industria, el
transporte, la agricultura y las estufas caseras.

La principal fuente de contaminación es la quema de combustibles fósiles, una de las


grandes causas del cambio climático, fenómeno que impacta la salud humana de
diferentes formas. Según las proyecciones, entre 2030 y 2050 se producirían 250.000
muertes adicionales cada año debido a la desnutrición, la malaria, la diarrea y la
insolación relacionadas con el cambio climático

Enfermedades crónicas

Los padecimientos no transmisibles como diabetes, cáncer y las enfermedades cardiacas


causan 41 millones de muertes, más del 70% de los decesos anuales a nivel mundial,
cifra que incluye a 15 millones de personas que fenecen prematuramente entre los 30 y
los 69 años.

Resistencia a los antimicrobianos

La resistencia que la gente ha desarrollado a los anti patógenos supone el riesgo de no


poder tratar fácilmente infecciones como la pulmonía, la tuberculosis, la gonorrea o la
salmonelosis. A su vez, la incapacidad para aliviar las infecciones podría complicar las
cirugías y tratamientos como la quimioterapia.

La resistencia a los medicamentos para la tuberculosis, por ejemplo, dificulta una batalla
contra una enfermedad que afecta a 10 millones de personas y causa 1,6 millones de
muertes al año.
Según los estudios, esa resistencia respondería al uso excesivo de antimicrobianos no
sólo en la gente sino en el ambiente y en los animales, sobre todo en los que sirven
como alimento.

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