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El acto narrativo
Dice el estructuralista francés Roland Barthes en su Introducción al análisis estructural
del relato (1966):
El relato comienza con la historia misma de la humanidad; no hay ni ha
habido jamás en parte alguna un pueblo sin relatos; todas las clases, todos
los grupos humanos, tienen sus relatos y muy a menudo estos relatos son
saboreados en común por hombres de cultura diversa e incluso opuesta.
Implica la dimensión pragmática: siempre hay alguien que cuenta algo a alguien, y la
pragmática involucra necesariamente al enunciador (la fuente de la voz narrativa) y al
enunciatario (hacia quién se orienta el enunciador), sea a través de su representación en
el relato mediante deícticos y apelaciones, sea como participante en la situación o
circunstancia que constituye el contexto narrativo. También sucede de este modo en las
narraciones literarias, las circunstancias de la narración, de no ser explícitas, sólo
pueden ser inferidas a partir del texto.
La presencia de un narrador
Autor/lector y narrador/narratario
Existen dos planos que deben delimitarse claramente: el autor y el lector (que se
presentan en la praxis y tienen sustancia histórica) y el narrador y su narratario
En este sentido, Filinich (1997, 22) advierte que la narración o situación narrativa hace
visibles a dos interlocutores: narrador y narratario. Con narratario se refiere a esa
instancia equivalente a la del narrador que ocupa el lugar del otro a quien se orienta el
discurso.
¿Cómo reconocemos al narrador? Las marcas del narrador son de diversa índole y están
mejor definidas que las marcas del narratario.
Al narrador lo reconocemos por los rasgos estrictamente lingüísticos (persona
gramatical, deícticos, tiempos verbales) como también por rasgos estilísticos
(estrategias narrativas) y axiológicos (evaluaciones, creencias)
En cambio, es menos preciso el encuentro con el narratario. En ciertos textos las marcas
son explícitas pero la mayoría de las veces, dice Filinich (1997, p.22): “la figura del
narratario debe reconstruirse de manera indirecta, a través del discurso del narrador”.
Un leve esfuerzo de abstracción permite distinguir entre autor y narrador. El narrador no
tiene una personalidad sino una misión, tal vez una única misión: contar.
1.- El narrador está fuera de los acontecimientos narrados: refiere los hechos sin
ninguna alusión a sí mismo.
2.- El narrador participa en los acontecimientos narrados. Dicha participación puede
asumir a) un papel protagónico; b) un papel secundario; c) el papel de mero testigo
presencial de los hechos. En estos casos el narrador está dentro de la historia.
La focalización
Focalización es una categoría trabajada por G. Genette (1989) para explicar de otro
modo aquello que ve el narrador.
Focalización cero o relato no focalizado: el narrador omnisciente dice más de lo que
saben los personajes (también podría hablarse de focalización ubicua, puesto que más
que una ausencia de foco se trata de la omnipresencia de un observador jerárquicamente
superior a lo observado)
Focalización interna, designa aquella posición del narrador cuyo saber es equivalente al
del personaje y que puede ser a) fija —el punto de vista se sitúa en el mismo personaje a
lo largo de todo el relato—; b) variable —el personaje focal es primero uno y luego
otro—; c) múltiple —los mismos hechos son evocados varias veces según diversos
puntos de vista—.
Focalización externa, el narrador dice menos de lo que sabe el personaje y sólo accede a
sus acciones perceptibles a partir de las cuales se debe inferir su mundo interior.
(…) el día que estábamos tumbados entre los rododendros en Howth Hesd
con su traje gris de tweed y su sombrero de paja yo le hice que se me
declarara sí primero le di el pedazo de galleta de anís sacándomelo de la
boca y era año bisiesto como ahora sí ahora hace 16 años Dios mío después
de es beso largo casi perdí el aliento sí dijo que yo era una flor de la
montaña sí eso somos todas flores un cuerpo de mujer sí ésa fue la única
verdad que dijo en su vida y el sol brilla para ti hoy sí eso fue lo que me
gustó porque vi que entendía o sentía lo que es una mujer (…)
Ulises, de James Joyce.
Bibliografía:
Resúmenes de apartados y fragmentos extraídos de:
Filinich, María Isabel (1997) La voz y la mirada. México: Plaza y Valdéz.
Genette, Gerard (1989) Figuras III. Barcelona: Lumen
Pimentel, Luz Aurora (1998) El relato en perspectiva. México: Siglo XXI.
Tacca, Oscar (1989) Las voces de la novela. Madrid: Gredos
Valles Calatrava (2008) Teoría de la narrativa: una perspectiva sistemática. Madrid,
España: Iberooamericana-Vervuert