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Adiós a la infancia

"A pesar de la evidencia de la complejidad que representa la etapa del ciclo vital para los
niños y sus contextos familiares y escolares, entre los diez y los catorce años existe poca
literatura disponible para los padres que les permita comprender a sus hijos..."

Con frecuencia se oye decir a padres y profesores de preadolescentes comentarios como el que hacía la mamá de
Elisa, en relación con su hija de once años: "No sé qué le pasa a esta niñita de un tiempo a esta parte. Hasta el año
pasado era alegre, cooperadora, pero este año está realmente insoportable, anda irritable, se enoja por cualquier
cosa, ha bajado sus notas, cuesta un mundo que haga sus tareas. No está pesada solo conmigo, sino también con su
papá y sus hermanos. No se aguanta ni ella misma".

A pesar de la evidencia de la complejidad que representa la etapa del ciclo vital para los niños y sus contextos
familiares y escolares, entre los diez y los catorce años existe poca literatura disponible para los padres que les
permita comprender a sus hijos, para entregarles herramientas que los ayuden a transitar por este difícil período de
tantos cambios. De esta forma, podrán ayudar a sus hijos en esta etapa tan decisiva para la construcción de su
identidad. La manera como fluya la relación padres-hijos en la preadolescencia va a influir definitivamente en cómo se
viva la etapa siguiente, que es la adolescencia.

He tomado el título de esta columna del libro de Paulina Peluchonneau, cuyo subtítulo es "La travesía por la
preadolescencia". En este libro la autora parte de su experiencia como psicóloga clínica para transitar por la etapa que
va desde los diez a los catorce años. Se trata de una fase difícil, con cambios profundos en lo biológico y en lo
psicológico, que por ello representa un gran desafío para la familia. Textualmente, la autora plantea en la introducción:
"Abandonar la infancia no es una tarea fácil, pues significa abandonar un tipo de cuerpo, un modo de ser y de ser
tratado, una manera de pensar y de percibir el mundo, una forma de relacionarse consigo mismo y con los demás. Son
varias las pérdidas que hay que afrontar y son muchos los cambios que se deben procesar, antes de integrarlos en
una nueva identidad y en una nueva forma de vincularse con las otras personas y con el mundo en que se habita". Su
lectura puede ser muy iluminadora para la comprensión de esta etapa de la vida.

Entre los diez y catorce años, si bien el apoyo de la familia es esencial para la contención de la intensidad emocional
que la caracteriza, es frecuente asistir a episodios de desregulación emocional, en los cuales el apoyo que brinda la
amistad con otros niños representa para los preadolescentes un refugio y un espacio para encontrarse a sí mismos y
con los otros. La dependencia de los iguales puede ser un factor altamente beneficioso en la búsqueda de autonomía
y de nuevos horizontes, pero a la vez puede ser muy peligrosa si los grupos de pertenencia que escogen ejercen una
influencia negativa.

Neva Milicic. Psicóloga


Revista Ya
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