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LOS ESCRITOS DE LOS PRECURSORES

1) Proudhon, Pierre. ¿Qué es la propiedad?, 2005 [1840], Bs. As., Libros de


Anarres.

A continuación transcribimos el fragmento


final del libro de Pierre Proudhon en el que
reflexiona sobre la propiedad privada, que
constituye uno de sus aportes fundamentales a las
ideas sobre el cooperativismo.

“He concluido la obra que me había


propuesto; la propiedad está vencida: ya no se
levantará jamás. En todas partes donde este libro se
lea, existirá un germen de muerte para la propiedad: y
allí, más o menos pronto, desaparecerán el privilegio
y la servidumbre. Al despotismo de la voluntad
sucederá al fin el reinado de la razón. ¿Qué sofismas ni
qué prejuicios podrán contrarrestar la sencillez de
estas proposiciones?

I. La posesión individual es la condición de la vida


social. Cinco mil años de propiedad lo demuestran: la
propiedad es el suicidio de la sociedad. La posesión es de derecho; la propiedad es contra el
derecho. Suprimid la propiedad conservando la posesión, y con esta sola modificación
habréis cambiado por completo las leyes, el gobierno, la economía, las instituciones:
habréis eliminado el mal de la tierra.

II. Siendo igual para todos el derecho de ocupación, la posesión variará con el número de
poseedores: la propiedad no podrá constituirse.

III. Siendo también igual para todos el resultado del trabajo, es imposible la formación de la
propiedad por la explotación ajena y por el arriendo.

IV. Todo trabajo humano es resultado necesario de una fuerza colectiva; la propiedad, por
esa razón, debe ser colectiva e indivisa. En términos más concretos, el trabajo destruye la
propiedad.

V. Siendo toda aptitud para el trabajo, lo mismo que todo instrumento para el mismo, un
capital acumulado, una propiedad colectiva, la desigualdad de remuneración y de fortuna,
so pretexto de desigualdad de capacidades, es injusticia y robo.

VI. El comercio tiene por condiciones necesarias la libertad de los contratantes y la


equivalencia de los productos cambiados. Pero siendo la expresión del valor la suma de
tiempo y de gastos que cuesta cada producto y la libertad inviolable, los trabajadores han
de ser necesariamente iguales en salarios, como lo son en derechos y en deberes.

VII. Los productos sólo se adquieren mediante productos; pero siendo condición de todo
cambio la equivalencia de los productos, el lucro es imposible e injusto. Aplicad este

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principio elemental de economía y desaparecerán el pauperismo, el lujo, la opresión el vicio,
el crimen y el hambre.

VIII. Los hombres están asociados por la ley física y matemática de la producción antes de
estarlo por su asentimiento: por consiguiente, la igualdad de condiciones es de justicia, es
decir, de derecho social, de derecho estricto; el afecto, la amistad, la gratitud, la admiración,
corresponden al derecho equitativo o proporcional.

IX. La asociación libre, la libertad, que se limita a mantener la igualdad en los medios de
producción y la equivalencia en los cambios, es la única forma posible de sociedad, la única
justa, la única verdadera.

X. La política es la ciencia de la libertad. El gobierno del hombre, cualquiera que sea el


nombre con que se disfrace, es tiranía; el más alto grado de perfección de la sociedad está
en la unión del orden y de la anarquía.

La antigua civilización ha llegado a su fin: la faz de la tierra va a renovarse bajo un


nuevo sol. Dejemos pasar una generación, dejemos morir en el aislamiento a los antiguos
prevaricadores: la tierra santa no cubrirá sus huesos. Si la corrupción del siglo te indigna, si
el deseo de justicia te enaltece, si amas la patria, si el interés de la humanidad te afecta,
abraza, lector, la causa de la libertad. Abandona tu egoísmo, húndete en la ola popular de la
igualdad que nace; en ella tu alma purificada hallará energías desconocidas; tu carácter
débil se fortalecerá con valor indomable; tu corazón rejuvenecerá. Todo cambiará de
aspecto a tus ojos, iluminados por la verdad; nuevos sentimientos despertarán en ti ideas
nuevas. Religión, moral, poesía, arte, idioma se te representarán bajo una forma más
grande y más bella, y seguro de tu fe, saludarás la aurora de la regeneración universal.”

2) Robert Owen. El libro del nuevo mundo moral. 1836-1844. Fragmentos.

El libro del nuevo mundo moral fue publicado por entregas en Inglaterra entre lo
año 1836 y 1844. El libro contiene una exposición completa de sus teorías educativas,
morales y religiosas. A continuación transcribimos un fragmento de la introducción.

“…todas las naciones podrían adoptar medidas mediante las cuales producir una
cantidad de cada especie de riqueza esencial para la felicidad humana, mayor de cuanto se
requiere para satisfacer plenamente los deseos de todos, y podrían también establecer
nuevas instituciones en las cuales la facultad natural y la capacidad de cada uno podrían ser
desde el nacimiento cultivadas de modo de llegar a ser en gran medida superiores a
cualquier carácter que haya existido o que pueda existir bajo las antiguas instituciones del
mundo. Tal cambio vital en la condición y en el carácter de la raza humana puede lograrse
con sólo un trabajo manual liviano, sano, benéfico y agradable, combinado con ejercicios
mentales de los más deseados y placenteros; puede realizarse en paz, con la aprobación
universal, sin perjudicar la mente, el cuerpo o la propiedad de ninguna clase o país.
(…)
“Nosotros, pues, como amigos desinteresados de todas las clases de todas las
naciones, recomendamos a todos los gobiernos y pueblos, que por común acuerdo dejen
ahora perecer por muerte natural a los viejos prejuicios del mundo, favorables o contrarios
a cualquier clase, secta, partido, país o raza; que sean disueltos los ejércitos permanentes
de todas las naciones, a fin de que el hombre pueda ser empleado en la producción y no en
la destrucción de la riqueza; que desde el nacimiento se eduque a las nuevas generaciones

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para que lleguen a ser superiores, por su carácter y su conducta, a todas las generaciones
pasadas; que todos sean educados para experimentar tanto placer en la producción como
en el uso y consumo de la riqueza, resultado fácil de alcanzar debido al progreso de la
ciencia; que todos tengan amplia participación en la riqueza y que, por lo tanto, el reino de
la paz, de la inteligencia y de la simpatía universal reemplace para siempre el de la
ignorancia y de la opresión.”1

La ciudad nueva New Harmony (Indiana).

3) Fourier, Charles. El falansterio. Fragmentos.

En el fragmento transcripto más


abajo, Charles Fourier destaca las ventajas
de la asociación frente al individualismo.

“Se ha sentado vagamente como


principio, que los hombres han sido creados
para la sociedad, sin observarse que la sociedad
puede ser de dos clases: fragmentaria y
combinada, o sea el estado antisocialista y el
estado socialista. La diferencia entre uno y otro
es la que hay de la verdad al error, de la riqueza
a la miseria, de las cumbres a la planicie, de las
mariposas a los gusanos.
El siglo, en sus presentimientos sobre la
Asociación, ha seguido una marcha vacilante; ha
temido fiarse de sus inspiraciones que le hacían esperar un gran descubrimiento, ha soñado
con el vínculo socialista, y no se ha atrevido a proceder a la investigación de los medios, sin
pensar ni reflexionar jamás acerca de la alternativa siguiente:
Sólo pueden existir dos métodos para el ejercicio de la industria; a saber: el estado
fragmentario o cultivo por familias aisladas, tal como hoy existe, o el estado socialista. Dios
no puede optar para el ejercicio de los trabajos humanos, sino entre grupos e individuos;
entre la acción socialista y combinada y la acción incoherente y fragmentaria. Es un
principio que debe recordarse sin cesar.

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Recuperado l 5 de agosto de 2013 de
http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/filosofia/owen/owen.html.

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Vicios de la acción individual en la industria. Trabajo asalariado; servidumbre
indirecta:

1° Muerte del funcionario.


2° Inconstancia personal.
3° Contraste del carácter entre el padre y el hijo.
4° Ausencia de economía mecánica.
5° Fraude, latrocinio y desconfianza general.
6° Intermitencia de la industria por falta de medios.
7° Conflicto de empresas contrarias.

Contrariedad del interés individual y el colectivo. Ausencia de unidad en los planes y en su


ejecución.

¿Dios hubiera adoptado todos estos vicios como base del sistema social si se hubiera
fijado en el método filosófico que sostiene el trabajo fraccionado? ¿Se puede atribuir al
Creador tamaña sinrazón? Concedamos algunas líneas al examen de cada uno de esos
caracteres, paralelamente a los efectos del socialismo.

1° La muerte.- Viene a detener las más útiles empresas de un hombre en circunstancias en


que nadie, alrededor de él, posee la intención de continuarlas o tiene el talento y capitales
necesarios para proseguirlas.
Las series pasionales no mueren nunca; reemplazan cada año por nuevos neófitos
los asociados que les arrebata la muerte.

2° La inconstancia.- Se apodera del individuo y le hace descuidar o cambiar las disposiciones,


oponiéndose a que la obra alcance la perfección y la estabilidad.
Las series no están sujetas a la inconstancia; no podría ésta causar ni suspensión
temporal ni versatilidad en sus trabajos. Si arrebata anualmente algunos asociados, otros
aspirantes los reemplazan pronto y restablecen el equilibrio, el cual puede también
mantenerse haciendo un llamamiento a los ancianos que son cuerpos auxiliares en caso de
urgencia.

3° El contraste del carácter del padre y el hijo y del donante y el heredero; contraste que
hace abandonar o desnaturalizar por uno los trabajos comenzados por otro.
Las series están exentas de ese vicio porque se constituyen por afinidad de
inclinación y no por vínculos consanguíneos, que es prenda de disparidad de inclinaciones.

4° La ausencia de economía mecánica; ventaja rehusada a la acción individual: se necesita


masas numerosas para mecanizar todo trabajo, sea de menaje, sea de cultivo.
Las series por el doble recurso de las masas numerosas y del concurso social, elevan
por necesidad al más alto grado el mecanismo.

5° El fraude y el latrocinio, vicios inherentes a toda empresa en que los agentes no están
cointeresados por el reparto proporcional a las tres facultades: capital, trabajo, inteligencia.
El mecanismo serial, plenamente al abrigo del fraude y latrocinio, está dispensado
de tomar las precauciones ruinosas que exigen estos dos riesgos.

6° Intermitencia de la industria, por falta de trabajo, de tierras, de máquinas, de


instrumentos, de talleres y otras que, a cada instante, suspenden y paralizan la industria
civilizada.

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Se ignoran estas trabas en el régimen socialista, constante y copiosamente provisto
de todo lo necesario para la perfección y la integralidad de los trabajos.

7° El conflicto de las empresas. - Las rivalidades civilizadas son malévolas y no emulativas.


Un fabricante trata de hundir a su competidor. Los industriales son legión de enemigos
entre si.
En las series no existe este espíritu insociable, pues cada una está interesada en el
éxito de las otras y la masa no emprende más que labores agrícolas y fabriles, cuyo éxito
está garantido.

8° Los intereses individuales y colectivos en pugna. - Véase el asolamiento de los bosques, la


gradual extinción de la caza, la pesca, y la perturbación climatérica.
Efecto contrario en las series. Concierto general para el mantenimiento de las
fuentes de riqueza y la restauración climatérica de manera integral y compuesta.

9° En fin: el trabajo asalariado o servidumbre indirecta, prenda de infortunio, de


persecución, de desesperación para el industrial civilizado y bárbaro.
Contraste sorprendente con la suerte del industrial socialista, que goza plenamente
de los nueve derechos naturales definidos.”2

4) Karl Marx (2004 [1844]), Manuscritos económico-filosóficos de 1844. Buenos


Aires, Colihue. Fragmentos.

Los Manuscritos económicos y filosóficos de Marx se encuentran entre las


primeras obras de este pensador alemán del socialismo del siglo XIX, pero fueron
publicados por primera vez en 1930. Fueron escritas durante una de sus estadías en
París y contienen muchos de las ideas que Marx desarrollaría y precisaría a lo largo de
su vida. Hemos seleccionado algunos fragmentos de los Manuscritos, ya que en ellos
pueden verse algunos puntos en común, así como diferencias, con las ideas de los
precursores del cooperativismo.
En el primer fragmento, se plantea el problema del beneficio del capital,
mientras que en el segundo se plantea que el móvil de la producción en el capitalismo
es la búsqueda de la ganancia. En el último, finalmente, Marx desarrolla el problema
de que el producto del trabajo de los obreros no sea de su propiedad, sino de
propiedad ajena, y cómo eso repercute en la experiencia de trabajo del asalariado.

El beneficio del capital

“El beneficio o ganancia del capital es totalmente distinto del salario. Esta
diversidad se muestra de un doble modo: en primer lugar, las ganancias del capital se
regulan totalmente de acuerdo con el valor del capital empleado, aunque, el trabajo de
dirección e inspección puede ser mismo para diferentes capitales. A esto se añade que todo
este trabajo está confiado a un empleado principal, el salario del cual no guarda ninguna
relación con el capital cuyo funcionamiento vigila. Aunque así el trabajo del propietario se
reduce casi a nada, reclama, sin embargo, beneficios en relación a su capital ¿Por qué
reclama el capitalista esta proporción entre ganancia y capital? No tendría ningún interés en
emplear a los obreros si no esperase de la venta de su obra más de lo necesario para
reponer los fondos adelantados como salario, y no tendría ningún interés en emplear más

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Recuperado el 5 de agosto de 2013 en
http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/filosofia/falansterio/1.html

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bien una suma grande que una pequeña si su beneficio no estuviese en relación con la
cuantía del capital empleado. El capitalista extrae, pues, una ganancia, primero de los
salarios y después de las materias primas adelantadas. ¿Qué relación tiene la ganancia con
el capital?”

La dominación del capital sobre el trabajo y los motivos del capitalista

“El único motivo que determina al poseedor de un capital a utilizarlo, de preferencia


en la agricultura, o en la manufactura o en un ramo específico del comercio al por mayor o
por menor es la consideración de su propio beneficio. Jamás se le viene a las mientes
calcular cuánto trabajo productivo pone en actividad cada uno de estos modos de empleo,
qué valor añadirá al producto anual de las tierras y del trabajo de su país. Para el capitalista,
el empleo más útil del capital es aquel que, con la misma seguridad, le rinde mayor
ganancia. Este empleo no es siempre el más útil para la sociedad.”

El trabajo enajenado

“El obrero es más pobre cuanta más riqueza produce, cuanto más crece su
producción en potencia y en volumen. El trabajador se convierte en una mercancía tanto
más barata cuantas más mercancías produce. La desvalorización del mundo humano crece
en razón directa de la valorización del mundo de las cosas. El trabajo no sólo produce
mercancías; se produce también a sí mismo y al obrero como mercancía, y justamente en la
proporción en que produce mercancías en general. Este hecho, por lo demás, no expresa
sino esto: el objeto que el trabajo produce, su producto, se enfrenta a él como un ser
extraño, como un poder independiente del productor.
(…)
“Ciertamente el trabajo produce maravillas para los ricos, pero produce privaciones
para el trabajador. Produce palacios, pero para el trabajador chozas. Produce belleza, pero
deformidades para el trabajador. Sustituye el trabajo por máquinas, pero arroja una parte
de los trabajadores a un trabajo bárbaro, y convierte en máquinas a la otra parte.
(…)
“¿En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente en que el
trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el
trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla
una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por
eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo
suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así,
voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad,
sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter
extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una
coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste.
(…)
“En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que
éste no es suyo, sino de otro, que no le pertenece; en que cuando está en él no se
pertenece a si mismo, sino a otro."

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