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TEMA 04
ORIGEN E HISTORIA DEL DERECHO
TRIBUTARIO
DR ALFREDO HAROLD GERALD COSTAS GUERRERO
Estudia las normas jurídicas a través de las cuales el Estado ejerce su poder
tributario con el propósito de obtener de los particulares ingresos que sirvan para
sufragar el gasto público en áreas de la consecución del bien común.
Dentro del ordenamiento jurídico de los ingresos públicos se puede acotar un
sector correspondiente a los ingresos tributarios, que por su importancia dentro
de la actividad financiera del Estado y por la homogeneidad de su regulación, ha
adquirido un tratamiento sustantivo.
El contenido del derecho fiscal se divide en una parte general que comprende
los aspectos materiales y los de naturaleza formal o procedimental, entre los que
se encuentran: los principios tributarios constitucionales, las fuentes de las
normas, la aplicación temporal y espacial, la interpretación de las normas,
la clasificación de los tributos y sus características, los métodos de
determinación de las bases tributarias, las infracciones y sanciones
tributarias, la exención de la deuda, los procedimientos de recaudación,
inspección y revisión de los actos administrativos y el estudio de los
órganos de la administración tributaria.
El contenido de la parte especial se centra en las disposiciones específicas de
cada uno de los tributos que componen el sistema fiscal de un país.
DERECHO TRIBUTARIO MATERIAL Y DERECHO TRIBUTARIO FORMAL
Dentro del derecho tributario definido como el conjunto de normas que disciplinan
los tributos, se puede distinguir un derecho tributario material que comprende el
conjunto de normas jurídicas que disciplinan la relación jurídico-tributaria y un
derecho tributario formal que comprende el conjunto de normas jurídicas que
disciplinan la actividad administrativa instrumental que tiene por objeto asegurar
el cumplimiento de las relaciones tributarias sustantivas y las que surgen entre
la administración pública y los particulares con ocasión del desenvolvimiento de
esta actividad.
El derecho tributario material se configura como un derecho tributario de
obligaciones cuyas normas son de carácter final.
ORIGEN
La cultura Mexica fue una de las principales en la figura del tributo durante el
periodo período posclásico mesoamericano
ÉPOCA CLÁSICA
Desde el origen de la civilización humana ha existido una organización social
que tiene cierta estructura, en donde dentro de esta, una parte primordial para el
desarrollo de una comunidad son los tributos.
Por ejemplo, en el Antiguo Egipto, los ciudadanos debían cumplir con un tributo
al faraón, así como con el registro o control de los productos que existían como
parte del comercio, pero fue hasta la Antigua Roma que se pudo llegar a una
consolidación del tributo.
Egipto fue el primer Estado centralizado del mundo, lo que significa que los
egipcios fueron también los primeros en cumplir con una de las obligaciones
ineludibles de los ciudadanos en todas las épocas y todos los lugares: pagar
impuestos.
Ya desde el IV milenio a.C., antes de la unificación del país, se recaudaban
impuestos a pequeña escala, dentro de los límites geográficos de los reinos
predinásticos del Alto Egipto como Abydos, Nagada e Hieracómpolis.
Con la aparición de un Estado unificado en todo Egipto, en torno a 3100 a.C., los
faraones crearon un sistema recaudatorio que cubría el conjunto del país, y
que se apoyaba en una burocracia especializada y eficiente.
Al principio era el propio rey el encargado de realizar la recaudación o, cuando
menos, de propiciarla con su presencia.
Junto a su corte se embarcaba en una flotilla con la cual recorría el valle del Nilo
para trasladar su residencia desde Abydos, en el sur del país, a Menfis, en el
norte, y viceversa; era lo que se conoce como «el seguimiento de Horus» (el rey
se consideraba la encarnación del dios halcón Horus en la tierra) y le daba al
faraón la ocasión de dejarse ver ante sus súbditos.
Las dificultades del viaje se reflejan en el hecho de que, al principio, se hacía
sólo cada dos años.
EL «RECUENTO DEL GANADO»
Aprovechando la presencia del soberano, los encargados de llenar las arcas del
Tesoro –integrados en un departamento que existía al menos desde la dinastía
I– organizaban en cada localidad ceremonias de recaudación, denominadas «el
recuento del ganado».
Su relevancia era tal que se llevaba la cuenta para cada reinado y servían de
referencia cronológica.
Pero durante el Imperio Antiguo la corte se sedentarizó y la recaudación fue
tomando carácter anual, a la vez que dejaba de estar vinculada al viaje periódico
del faraón por el Nilo.
AMENAZAS Y TORTURAS
La recaudación de los impuestos iba siempre acompañada de la coerción y la
violencia, o al menos de la amenaza de ésta. Los relieves de las mastabas del
Imperio Antiguo son muy explícitos.
En ellos vemos a los escribas tomando nota de las declaraciones que realizan
los campesinos, quienes aparecen arrodillados mientras los sujetan con fuerza
unos ariscos funcionarios armados de varas y prestos a golpearlos.
En muchos casos, al fondo de la escena podemos ver incluso a un campesino
más tozudo o mentiroso que el resto, atado a un poste, mientras recibe una
ración de palos, bien por haber mentido, bien para sonsacarle la verdad sobre
su cosecha.
UN PAGO INEVITABLE
En la mastaba del visir Mereruka, de la dinastía VI, se muestra esta escena de
recaudación de impuestos en nombre del faraón.
Los agentes registran el pago y no dudan en golpear a los recalcitrantes o a los
que han intentado evitarlo, cuyos nombres quedan grabados por toda la
eternidad.
WERNER FORMAN / Corbis / Cordon Press
Un texto del Imperio Nuevo, La sátira de los oficios, describe muy gráficamente
la dura vida de los agricultores: «Cuando [el campesino] regresa a sus tierras
las encuentra destrozadas. Gasta tiempo cultivando, y la serpiente marcha tras
él. Acaba la siembra. No ve una brizna de verde.
Ara tres veces con grano prestado. Su mujer ha ido a los mercaderes y no
encontró nada para intercambiar».
Pero lo peor llegaba con la cosecha, cuando se presentaban los
recaudadores, que acosaban y maltrataban sin piedad a los
campesinos para impedir que ocultaran nada: «Ahora es el escriba de los
campos el que está junto a las tierras. Vigila la cosecha.
Sus servidores están tras él con garrotes; nubios con mazas. Uno le dice:
“¡Danos el grano!”; “¡No tengo grano!”.
Lo golpean salvajemente. Atado, es lanzado a la acequia, con la cabeza
sumergida. Su mujer es atada frente a él. Sus hijos tienen grilletes. Sus vecinos
lo abandonan y huyen. Cuando todo acaba no hay grano».
A pesar de lo que se suele creer, los egipcios del común siempre estaban al
borde de la inanición, de modo que para ellos lograr escamotear a los
recaudadores un simple saco de grano podía suponer la diferencia entre
morirse de hambre o sobrevivir.
No es de extrañar, así, que lo intentaran por todos los medios a su alcance, sin
importarles recibir a cambio algunos palos de los entusiastas matones que
acompañaban a los recaudadores de impuestos.
GRESIA IMPUESTOS
La idea subyacente era que los más acaudalados asumieran los gastos de la
ciudad, dado que disfrutaban de una parte desproporcionadamente grande de la
riqueza de la comunidad.
Ni la ley ni la burocracia obligaba a tales contribuciones, sino la tradición y
sentimiento público.
La motivación de los liturgos era la beneficencia, un sentido del deber público y,
sobre todo, la recompensa en forma de honor y prestigio.
Si un encargo era llevado a cabo correctamente, la posición del patrón entre la
élite a la que pertenecía, así como entre la gente corriente, se elevaría. Si bien
en el periodo inicial de la antigua Grecia sólo los guerreros podían convertirse en
héroes, más tarde los liturgos también optaron a dicho estatus actuando en el
interés público y por el bienestar de los otros. El resultado fue que muchos
comenzaron a donar más de lo que se esperaba de ellos, hasta tres y cuatro
veces más, un fenómeno a años luz de la cultura actual de pagar tan poco como
sea legalmente posible.
Los Juegos Panatenaicos fueron fundados por ciudadanos pudientes que los
donaron a la ciudad, igual que sucedió con el Festival de Teatro de Dioniso.
La coregía consistía en seleccionar, financiar y entrenar a equipos y artistas para
participar en competiciones atléticas, teatrales o musicales en los muchos
festivales religiosos de Atenas.
Ser un corego era un honor. Muchos donaban más del mínimo
exigido. Compartían tanto los elogios hacia sus atletas como los premios que
estos recibían. Se erigían trípodes de bronce y monumentos -muchos de los
cuales aún están en pie- en honor al corego que había patrocinado los mejores
trabajos.
Muchos edificios de la antigua Grecia fueron también construidos por
benefactores que competían por honor. Un ejemplo es el Stoa Poikile, Pórtico
Pintado o Pórtico de Pisianacte, en Atenas, donde se enseñaba el estoicismo y
se exponían pinturas y botines de guerra.
Muchos de los trabajos de la Acrópolis, y es posible que incluso el Partenón,
se financiaron mediante la liturgia. Aunque no hay evidencia sólida de esto
último, el templo albergaba una escultura de culto criselefantina de Atenea, obra
del escultor Fidias -que supervisó la construcción del Partenón-, y que llegó
gracias a la liturgia (costó más que el propio templo).
La liturgia más prestigiosa e importante, y la más cara con diferencia, era la
marina de guerra, conocida como trierarquía.
Los trierarcas tenían que construir, mantener y operar un barco de guerra, un
trirremo.
Los trirremos representaban la principal fortaleza de la marina de Atenas, y
mantenían las líneas comerciales libres de piratas.
Dado que Atenas era un centro de comercio (de hecho, las tasas comerciales
eran otra fuente de ingresos del gobierno), su papel era esencial.
En muchos casos también se esperaba del trierarca que se pusiera al frente del
barco, a menos que eligiera dejar la lucha en manos de un especialista pagando
una concesión.
En Atenas había entre 300 y 1.200 liturgos, dependiendo de la necesidad (en
tiempos de guerra el número aumentaba), y la clase litúrgica se renovaba
constantemente.
Por lo general los responsables de la liturgia eran voluntarios, aunque en
ocasiones los nombraba el Estado. También había liturgias mayores y menores,
según el patrimonio del liturgo.
No hay duda de que el sistema se explotaba en beneficio personal,
concretamente político.
Antes de convertirse en general de Atenas, Pericles dejó huella con la obra de
teatro Los persas de Esquilo en Las grandes dionisíacas, una liturgia con la que
demostró su espíritu benefactor.
Su principal rival político, Cimón, hizo lo mismo, y regaló grandes porciones de
su enorme fortuna personal ganándose así el favor del público.
Los liturgos que no querían participar se arriesgaban al escarnio público. Pero
también había excepciones, concretamente aquellos con otras liturgias en
marcha o que ya habían prestado servicios a la ciudad.
Y existía la antidosis.
Un liturgo podía argumentar que otro ciudadano era más rico que él y por tanto
más capaz de asumir el peso económico de la liturgia.
Ese otro ciudadano tenía entonces tres opciones: aceptar la liturgia, someterse
a un juicio en el que un jurado dirimiría quién era más rico, o intercambiar
patrimonio. Un sistema bastante efectivo para determinar cuán rico era alguien
frente a lo que afirmaba serlo.
La belleza del sistema de la liturgia residía en que las obras públicas tendían a
financiarse y ser dirigidas por gente con experiencia, más que por un funcionario
estatal que se hacía menos responsable.
Así toda la comunidad se beneficiaba tanto de la riqueza como de la experiencia
personal del liturgo, sin burocracia ni intervención gubernamental.
El trabajo tendía a hacerse bien porque este último se jugaba su reputación.
En esta era de los super ricos, quizás es hora de revivir la liturgia. Funcionó para
los atenienses y podría funcionar también para nosotros.
ECONOMIA E IMPUESTO EN GRESIA
Artesanías
COMERCIO MARÍTIMO
Peso de plomo, encontrado en el Ágora de Atenas, que era utilizado con fines
comerciales. Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
Muy pronto en la historia de Grecia, su posición geográfica y la necesidad
de importar grano forzaron a su población a embarcarse en el comercio
marítimo. Las áreas geográficas en las que los griegos encontraban el trigo que
necesitaban eran Cirenaica, Egipto, Italia (especialmente el área de la Magna
Grecia y la isla de Sicilia) y las regiones que rodean el Mar Negro. Atenas y
Corinto servían como estaciones de paso del comercio para las islas del Mar
Egeo.
Además del grano, se importaron productos como el papiro, especias, productos
manufacturados, metales y materiales de construcción de naves como la
madera, el lino o resina.
Por otra parte, las ciudades griegas exportaban vino, cerámicas y aceite de oliva.
Atenas vendía el mármol que extraía del monte de Pentélico, que tenía un gran
renombre en el mundo griego, así como monedas de plata, conocidas por su
elegante acuñación y por la calidad de su aleación. Las monedas no solo servían
como dinero, sino que eran una fuente de metal (plata) en aquellos lugares en
los que no se usaban como dinero.
Las fuentes actuales no tienen suficiente información como para evaluar con una
gran precisión el volumen de bienes intercambiados en el comercio griego. Sin
embargo, sí que existen algunas estimaciones imprecisas de la importancia
relativa del comercio en su economía:
Daniel Jew, por ejemplo, calcula que cerca de la mitad de la riqueza generada
en la Atenas del siglo IV a. C. debía proceder de los beneficios del comercio. Ian
Morris, por su parte, estima que el volumen de comercio del siglo IV a. C. en
el mar Mediterráneo era aproximadamente el 20 % del volumen de comercio del
siglo I.
Los impulsores del comercio griego eran los pertenecientes a la clase social de
los comerciantes, conocidos como emporoi (ἕμποροι), a los que el estado
imponía ciertos impuestos a la carga que transportaban.
En el puerto del Pireo (el principal de Atenas) el impuesto fue inicialmente fijado
en un 1 % de la carga, y luego fue aumentado al 2 %. Para finales del siglo
V a. C., el impuesto se había incrementado hasta 33 talentos.2
En el año 413 a. C. Atenas perdió los ingresos que le suponían la recaudación
de impuestos de la Liga de Delos e impuso una tarifa del 5 % en todos los
puertos de su imperio esperando con ello aumentar los ingresos. Los impuestos
no tenían una finalidad proteccionista, sino meramente recaudadora.
El crecimiento del comercio en Grecia llevó al desarrollo de técnicas financieras.
Muchos mercaderes, ante la ausencia de suficientes activos líquidos, recurrían
a la financiación de todas o de parte de sus expediciones. Uno de los préstamos
típicos para este tipo de actividades en el siglo IV a. C. en Atenas era
normalmente una importante suma de dinero (aunque no solía ser superior a
2000 dracmas), prestada por un corto plazo de tiempo (la duración del viaje, que
podía ser de varias semanas o meses), a un alto tipo de interés (a menudo del
12 %, si bien podía alcanzar niveles del 100 %). Las condiciones contractuales
siempre se establecían por escrito, y se diferenciaban de los préstamos entre
amigos (eranoi).
El prestador asumía todos los riesgos del viaje, y a cambio el prestatario
garantizaba el préstamo con la carga y con su flota, que como precaución era
inmovilizada al retorno del viaje en el puerto del Pireo.
El comercio en la Antigua Grecia era una actividad libre en la que el estado solo
controlaba el suministro de grano.
IMPUESTOS
LA IMPOSICIÓN DIRECTA NO ESTABA BIEN DESARROLLADA EN LA
ANTIGUA GRECIA.
Existía un impuesto llamado eisphora (εἰσφορά) que se imponía a los muy ricos,
pero que solo se recaudaba cuando se necesitaban los fondos (normalmente en
tiempos de guerra).
Las grandes fortunas también estaban sometidas a las liturgias, que consistían
en la obligación de financiar las obras públicas. Podrían consistir en el
mantenimiento de un trirreme, un coro durante un festival de teatro o
un gimnasio.
En algunos casos el prestigio que acarreaba llevar a cabo estas acciones servía
para atraer a los voluntarios.
En otros casos se trataba de una donación obligatoria.
En algunas ciudades, como Mileto o Teos, se imponían fuertes tributos a los
ciudadanos.
Por otra parte, los impuestos indirectos eran bastante importantes. Se imponían
impuestos sobre las casas, los esclavos, el ganado y animales domésticos, el
vino y el heno, así como sobre otros productos.
El derecho a recolectar esos impuestos solía transferirse a los publicanos,
o telônai (τελῶναι).
Sin embargo, esto no era así en todas las ciudades: las minas de oro de Tasos o
los impuestos sobre el comercio de Atenas les permitían eliminar esos
impuestos indirectos.
Otros grupos dependientes como los penestes con respecto a Tesalia o
los hilotas con Esparta pagaban los impuestos a la ciudad estado a la que se
encontraban sometidos.
Moneda
La técnica de acuñación de monedas llegó a Grecia alrededor del año 550 a. C.,
comenzando por ciudades comerciales costeras como Egina o Atenas. Su uso
se fue extendiendo y las ciudades estado pronto regularon un monopolio para la
creación de las mismas.Las primeras monedas estaban compuestas
de electro (una aleación de oro y plata) y luego aparecieron las de plata pura,
que era el metal valioso más común de la región. Tracia y Macedonia extraían el
metal de las minas del monte Pangeo, mientras que Atenas lo extraía de las
minas de Laurión. Más adelante, a partir del siglo V a. C., comenzarían también
a acuñarse monedas menos valiosas, realizadas en bronce.
Las monedas más famosas de la antigüedad griega fueron las "lechuzas
atenienses", que todavía hoy se utilizan para ilustrar la moneda de euro que es
acuñada en Grecia.
Las monedas tenían varios usos en el mundo griego:
O IMPUESTOS EN ROMA
.
Los tributos, tasas y demás cargas fiscales han sido medidas económicas y
políticas tomadas por las distintas administraciones estatales a lo largo de los
tiempos. Medidas sin duda indispensables para mantener las necesidades de los
mismos, pero también impopulares que caían sobre la población con mayor o
menor crudeza o acierto y siempre parecían excesivas.
Además, la resistencia al impuesto ha sido común en todas las épocas y el
ciudadano o habitante de cualquier Estado siempre ha intentado pagar lo menos
posible, pues los fraudes fiscales han existido siempre y el enfrentamiento entre
los contribuyentes y los recaudadores, también. Ya en la Antigüedad se puede
comprobar los esfuerzos de funcionarios y gobernantes para evitar el fraude, la
evasión y demás delitos fiscales.
Ha sido incesante la búsqueda de bases seguras (censos, registros, leyes...) que
garantizaran lo más correctamente posible el cobro de los impuestos. Roma en
modo alguno fue una excepción, es más, tal vez podamos considerar al Estado
Romano como el final del camino de esta evolución de asegurar el sistema fiscal
de los distintos gobiernos a lo largo del Mundo Antiguo y la base donde se
asientan los sitemas tributarios de nuestra cultura occidental.
El Estado Romano supo desde los inicios de su expansión imperialista dotarse
de una estructura administrativa y financiera suficientemente efectiva. Sería
conveniente señalar aquí que en nuestra sociedad actual esta organización
parece rudimentaria.
Por ello nos asombra que con una administración y estructura fiscal de tal
simpleza y características, fueran capaces de dirigir y sostener un Imperio de
tales dimensiones. Y así fue. este magno Imperio fue gobernado y dominado
desde Roma durante más de ocho siglos. Una de las posibles explicaciones que
ofrecemos los historiadores sea, posiblemente, que el Estado Romano tenía
unas exigencias claras y simples: — Mantener la ley y el orden — Recaudar
impuestos No se buscaban grandes objetivos ni económicos ni ideológicos ni
sociales.
Siempre se ha repetido la ya manida idea de que Roma no se inmiscuyó en la
vida social y espiritual de sus subditos siempre que estos cumplieran ambos
objetivos:
No se alterara la paz y se pagaran los impuestos debidos al Estado \ El sistema
fiscal romano republicano no era uniforme, no estaba normalizado y adolecía de
una política fiscal clara y organizada.
Su supervisión era insuficiente y experimentó pocos cambios durante el Alto
Imperio. Durante el Principado romano, se adoptó en gran parte el sistema
tributaho republicano y en las provincias orientales continuó prácticamente la
estructura fiscal de los reinos helenísticos anexionados a Roma.
Es decir, en la mayoría de las veces se respetaron y continuaron las tributaciones
anteriores a su anexión a Roma, limitándose a ampliarlo y adaptar las mismas a
las nuevas necesidades.
Tan sólo se tomaron dos innovaciones:
— Se eliminaron gradualmente las compañías privadas de recaudadores
(«Publicani») para el cobro de impuestos directos y más tarde de indirectos,
pasando esta misión a manos de funcionarios que, por lo general fueron más
efectivos.
— Se elaboró un cuidadoso censo de los subditos del Imperio.
Los objetivos económicos y políticos que debían cubrir estos impuestos eran
pocos y básicos, aunque no nos atreveríamos a calificarlos ni de li-mitados ni de
livianos. Al contrario, debían cubrir importantes y costosas necesidades del
Estado:
— Pagar los salarios y remuneraciones de los funcionarios y servidores del
Estado. — Sufragar los gastos militares.
— Proporcionar espectáculos públicos.
— Construcción de edificios y obras de ingeniería de uso público.
— Reparticiones de alimentos e incluso dinero en la capital del Imperio.
LOS IMPUESTOS Por el término «Publicum», los autores latinos y las
inscripciones designan el impuesto, establecido por el Estado y recogido como
propiedad pública. Este impuesto, a su vez recibía otros nombres: «Tributum»,
«Stipendium», «Vectigal»:
En un principio tanto el término como el concepto de impuesto no estaba bien
definido entre los romanos, utilizándose estas palabras en un sentido
relativamente impreciso.
la dignidad de los senadores, tales puestos fueron acaparados por los equites,
que formaron una «clase especial» («Ordo Publicanorum»). Estos «Publicani»
actuaron en sociedades repartidas en las provincias. Cada sociedad tenía su
máximo administrador en Roma, el cual como principal representante
(«Magister») negociaba con el Estado Romano las recaudaciones exigidas que
la sociedad debía entregar al mismo ^^.
El «Magister» delegaba su autoridad en las provincias en el «Pro magistro», el
cual dirigía toda una red de subalternos encargados de la recaudación tributaria,
la contabilidad, transmisiones etc..
Las ganancias de estas sociedades fueron tan importantes y notables como la
fama de su avaricia y usura. Ambos fueron factores decisivos para provocar el
odio popular.
Ello, unido a los fraudes y estafas de estas sociedades de Publicani, dieron lugar
a que ya Augusto, iniciara su destitución por funcionarios imperiales y que Nerón
tomara nuevas medidas para evitar sus abusos, aunque subsistieron en las
provincias senatoriales hasta las modificaciones realizadas por Ulpiano durante
el principado de Alejandro Severo.
El fisco recibía el impuesto de las provincias imperiales e, incluso, una parte del
impuesto recaudado de las provincias senatoriales, al menos a partir de la
dinastía Flavia. La recaudación de los impuestos estaba establecida por distintos
urbanos a través de los «Tabularii municipales» y se realizaba a través de las
ciudades y las capitales de provincias '^.
El «Tabularius» era un cargo («Munus»), en principio personal y que debía ser
pasar de forma correlativa sobre los distintos ciudadanos.
A partir del siglo III recayó exclusivamente sobre los decuriones («Exactores
tributorum»), a los cuales el gobierno de Roma les imputó la responsabilidad de
estas recaudaciones pero también consiguieron importantes dispensas. Una
gran parte de los impuestos cobrados por los funcionarios municipales en sus
ciudades eran recogidos por los Procuratores Imperiales o los agentes
senatoriales a través de sus «Exactores tributorum», que eran esclavos
imperiales o esclavos públicos, que enviaban lo recaudado al «Fiscus». Además
de estas cargas fiscales impuestas por el Estado, los gobiernos locales tenían
que ocuparse de cobrar y administrar otros «impuestos municipales» para
sufragar los gastos propios de una administración ciudadana: mantenimiento de
edificios públicos, preservar el orden público, organizar festividades locales,
representación ciudadana y judicial, etc.. ^^ Hemos de tener en cuenta que la
ciudad era el núcleo de la cultura y la vida pública económica romana.
En ella confluían las exigencias de los gobiernos central y local. Sede y centro
de actividades culturales y económicas, la ciudad era el núcleo de afluencia de
producción y de mercado, pero también su protagonismo generaba gastos y
presupuestos un tanto elevados.
Todos estos gastos públicos muchas veces no podían sostenerse con la
financiación que proporcionaban los impuestos locales, si añadimos además que
la facultad de las ciudades para reglamentar sus propias finanzas se encontraba
restringida por directrices imperiales, pues ninguna ciudad podía exigir nuevos
impuestos sin permiso especial del gobierno de Roma.
año 6 a.J., ya proyectado según Apiano por Julio César y los triunviros (APIANO,
Bell. Civ., V, 67).
Este impuesto consistía en cobrar un 20- parte de cada una de las herencias que
se tramitaban.
El destino del capital obtenido estaba destinado a alimentar la caja del «Aerarium
militare», cuyo tesoro aseguraba, principalmente, la pensión de los soldados
veteranos. La propia ley contemplaba dos excepciones que escapaban del pago
de este impuesto:
— Los parientes más cercanos, posiblemente los que en el derecho romano se
denominan como «Decem personae» (padre, madre, hijos, abuelos y hermanos).
— Aquellos que la ley consideraba como más necesitados, los ciudadanos que
poseían menos de 100.000 sestercios.
Este tipo de excepción sólo beneficiaba a los ciudadanos «óptimo iure» que
además no hubiesen alcanzado la ciudadanía, a través de «lus latii» ni a través
de la manumisión, es decir, eran ciudadanos romanos de antigua ascendencia.
Nerva disminuyó el rigor de esta ley, ampliando los beneficios de estas
exenciones a todos los ciudadanos romanos y extiende este derecho de
parentesco («lus cognationis»), es decir, permitir que los bienes fuesen
trasmitidos de la madre a los hijos y de los hijos a la madre. Trajano siguió
ampliando este favor entre los padres y los hijos. Caracalla, en cambio amplió la
tasa a pagar por la trasmisión de la herencia a una décima parte, suprimiendo
todas las inmunidades otorgadas a este impuesto, siendo restablecidas por
Macrino. La «Vicésima hereditatum» desapareció con Diocleciano.
Este impuesto fue recaudado por los «Publicani» y más tarde por los
procuradores provinciales. La dificultad de deducir y estipular su cobro,
calculando las cantidades establecidas según el volumen de las herencias, hizo
que su recaudación pasara a mediados del siglo II a unos procuradores
especiales con rango de «Ducenahi», domiciliados en Roma («Procuratores XX
hereditatum»).
Ellos debían de conocer inmediatamente tras la muerte del testador, la cantidad
de la herencia y las cuestiones acerca de la misma (gastos de entierro del
difunto, y excepciones y disposiciones establecidas como usufructos, pagos,
gastos..., etc.) 2".
Las dificultades que tenía el cálculo y el cobro de este impuesto, justificarían la
importancia y la preparación de sus Procuradores y el personal especializado a
su cargo siendo, además calificado como uno de los principales centros de la
administración estatal.
CENTESIMA RERUM VENALIUM
También denominado «Vectigal Auctionum» y «Vectigal rerum venalium».
Este impuesto indirecto fue establecido, con otros, por Augusto con el fin de
llenar las arcas del «Aerarium militare».
Establecía el pago al Estado de la centésima parte sobre el precio de las
mercancías que se vendían en subastas.
Tal vez las reformas fiscales intentadas en el gobierno de Nerón, buscaran otras
ordenanzas tributarias con diferentes orientaciones, además se intentó corregir
y sanear la estructura fiscal romana, Tácito cita interesantes modificaciones, ya
comentadas, que, por lo general, no tuvieron éxito. (TÁCITO, Ann., XIII, 50-51).
Es importante señalar que entonces se hicieron públicas las leyes fiscales y que
de forma definitiva la recaudación tributaria estuvo a cargo de personal
especializado de la administración romana, logrando en gran parte que
disminuyeran los abusos de «Ordo publicanorum», sociedades capitalistas con
más afán de lucro que de servir al Estado y que alcanzaron un alto grado de
corrupción según narran las fuentes.
Vespasiano tuvo que proceder a sanear las finanzas públicas («Patrimonium»).
Hizo realizar una cuidadosa y exhaustiva revisión del censo. Aunque el fin
primordial del mismo fue conocer cuales eran los dominios estatales que los
particulares se habían apropiado indebidamente, esta información fue
valiosísima en la recaudación tributaria.
CREÓ NUEVAS CONTRIBUCIONES.
Las más conocidas fue el «Fiscus ludaicus», ya citado y otros impuestos
indirectos como el famoso «Vectigal urinae», sobre el uso de las letrinas
públicas.
También aumentó algunos de losimpuestos ya establecidos. Todo ello le valió
su fama de «avaro» entre el pueblo romano ^^.
El sistema fiscal establecido en el siglo I d.C, se mantuvo básicamente fiasta el
siglo III. Podría decirse que la estructura impositiva iniciada por el Estado
Romano fue la base y el punto de partida del sistema fiscal romano occidental.
Pero a pesar de las reformas realizadas, el peso de los impuestos cada vez fue
más oneroso e intolerable.
Al romano, como el fiombre de hioy, siempre le pareció excesiva la recaudación
de impuestos por parte del Estado. Así comentaba Suetonio de estos abusos:
«No hay persona ni cosa que no se impusiera gravamen» (SUETONIO, Vita
Caes., Cayo, XL).
EDAD MEDIA
En la Edad media el poder se encontraba en la figura conocida como el señor
feudal, quien tenía grandes propiedades en donde las personas trabajaban para
él y este aplicaba el tributo incluso a aquellas de más bajos recursos.
Se dice que durante este período el pago era arbitrario porque los siervos no
solo debían pagar con los bienes que tenían, sino también
brindando servicios que el señor feudal les ordenara.
TRIBUTOS O IMPUESTOS
Son desembolsos económicos "en dinero y anteriormente en
especie" obligatorios que realizan los gobernados para solventar los gastos
públicos y el buen funcionamiento estatal.
En este sentido, el derecho fiscal es la rama del derecho que estudia y establece
las normas que tienen relación con este procedimiento.
En el Perú los tributos los crea los gobiernos locales como son las
Municipalidades Provinciales y Distritales.
Los tributos se dividen en tasas e impuestos como son: arbitrios municipales,
tasas, etc, etc., el Estado peruano aplica un método coercitivo para poder en
algunos casos efectivizar sus cobros tanto a nivel nacional como local.
CULTURA MEXICO
Al momento de gobernar Moctezuma Xocoyotzin tributaban otros 38 altépetl
(según el Códice Mendoza), en donde el tributo era el elemento central de
sometimiento así como la cesión de tierras donde trabajaban labriegos de paga
(mayeques) y el producto obtenido iba directamente al tlatoani; la aceptación de
la deidad principal mexica, el suministro de hombres a los contingentes militares,
el avituallamiento de los mismos al paso hacia una campaña de conquista y
dirimir asuntos políticos y jurídicos en Tenochtitlan.
En los altepetl más importantes residía además un calpixque o recaudador que
centraba su actividad en la tributación.
Los altepetl que aceptaban de forma expresa el dominio mexica les era
permitido mantener sus formas y organizaciones administrativas y políticas así
como deidades siempre y cuando fueran debajo de Huitzilopochtli. Solo en
regiones importantes, de contención a otras etnias o donde había una rebelión
abierta residían funcionarios mexicas con atribuciones de tlatoanis.
Por más de 50 años y hasta la tasación hecha por el oidor Valderrama esta
estructura se mantendrá con pocos cambios en los pueblos indígenas del centro
de la Nueva España.
TRIBUTOS
Son prestaciones pecuniarias obligatorias establecidas por los distintos niveles
estatales.
El tributo es la obligación monetaria establecida por la ley, cuyo importe se
destina al sostenimiento de las cargas públicas, en especial al gasto del Estado.
Son los tributos exigidos por el Estado sin que exista una contraprestación
inmediata por su pago, y aun así exige su cumplimiento por el simple surgimiento
del hecho generador, que devolverá a cambio el Estado a largo plazo a través
de educación, salud, seguridad, etc., satisfaciendo de este modo las
necesidades públicas. de lo contrario no se da
CLASIFICACIÓN DE LOS IMPUESTOS
La clasificación de impuestos de la OCDE es la siguiente:
(OCDE es la sigla que corresponde a la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos, una entidad internacional que reúne a treinta y cuatro
países Su finalidad es lograr la coordinación de las principales políticas de los
Estados miembro en lo referente a la economía y a los asuntos sociales.
• Impuestos sobre la renta, los beneficios y las ganancias de capital
o Impuestos individuales sobre la renta, beneficios y ganancias de capital o
Impuestos de sociedades sobre la renta, beneficios y ganancias de capital o
Otros
• Contribuciones a la Seguridad Social
o Trabajadores o Empresarios o Autónomos y empleados
• Impuestos sobre nóminas de trabajadores y mano de obra
• Impuestos sobre la propiedad
o Impuestos periódicos sobre la propiedad inmobiliaria o Impuestos periódicos
sobre la riqueza neta o Impuestos sobre herencias, sucesiones y donaciones o
Impuestos sobre transacciones financieras y de capital o Impuestos no
periódicos
• Impuestos sobre bienes y servicios
o Impuestos sobre producción, venta, transferencias, arrendamiento y
distribución de bienes y prestación de servicios. o Impuestos sobre bienes y
servicios específicos o Impuestos sobre uso o permiso de uso o desarrollo de
actividades relacionadas con bienes específicos (licencias).
• Otros impuestos
o pagados exclusivamente por negocios o Otros
EN RAZÓN DE SU ORIGEN
• Internos: Se recaudan dentro de las naciones, provincias, municipios, etc.
de cada país. Es decir, dentro del territorio nacional. Ejemplos: impuesto
sobre la renta y el impuesto al valor agregado (IVA), el impuesto sobre los
ingresos brutos.
• Externos: Son los recaudados por el ingreso al país de bienes y servicios,
por medio de las aduanas; además actúan como barrera arancelaria.
EN RAZÓN DE CRITERIOS ADMINISTRATIVOS
• Impuestos directos: Se aplican de forma directa, afectando principalmente
a los ingresos o propiedades y gravan manifestaciones inmediatas de
capacidad contributiva.
Implica, por tanto, la facultad de generar normas mediante las cuales el Estado
puede compeler a las personas para que le entreguen una porción de sus rentas
o patrimonios para atender las necesidades públicas.
TIPOS
La Potestad Tributaria puede ser Originaria o Derivada, llamada también
Delegada.
LA POTESTAD TRIBUTARIA ORIGINARIA: Se dice que la potestad tributaria
es originaria cuando emana de la naturaleza y esencia misma del Estado, y en
forma inmediata y directa de la Constitución de la República. Nace de la propia
Carta Fundamental, donde exista constitución escrita, o de los principios
institucionales donde no exista la misma.
LA POTESTAD TRIBUTARIA DERIVADA O DELEGADA: Es la facultad de
imposición que tiene el ente Municipal o Estatal para crear tributos mediante
derivación, en virtud de una ley y que no emana en forma directa e inmediata de
la Constitución de la República. Se derivan de leyes dictadas por los entes
regionales o locales en propiedad de su propio poder de imposición. Se dice que
son leyes de base que desarrollan principios Constitucionales.
EFECTOS ECONÓMICOS DE LOS IMPUESTOS
Artículo principal: Efecto económicos de los impuestos
El establecimiento de un impuesto supone siempre para quien lo paga una
disminución de su renta y por tanto un deterioro de su poder adquisitivo. Esto
puede provocar variaciones en la conducta del sujeto que afectan a la
distribución de la renta y de los factores.
Por otro lado, algunos impuestos al incidir sobre el precio de los productos que
gravan, es posible que los productores deseen pasar la cuenta del pago del
impuesto a los consumidores, a través de una elevación en los precios.