Está en la página 1de 177

 

 
 
 
 
 

Manual básico de bibliología


Conociendo mi Biblia
 
 
 
 
Oscar Orlando Díaz Basilio
Artemio G. Colque
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Í ndice
 
 
LA REVELACIÓN DE DIOS
 
HISTORIA DE LA INSPIRACIÓN
 
LA INSPIRACIÓN
 
EL CANON
 
EL CANON DEL ANTIGUO TESTAMENTO
 
EL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO
 
LOS LIBROS APOCRIFOS
 
LAS LENGUAS DE LA BILIA
 
MANUSCRITOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO.
 
LOS MANUSCRITOS DEL NUEVO TESTAMENTO.
 
MÉTODOS DE TRADUCCIÓN E HISTORIA DE LA BIBLIA AL ESPAÑOL
 
LOS MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO
 
BIBLIOGRAFÍA
 

 
La revelación de Dios
 
 
1.         Introducción
Todo mundo tiene dudas innatas con respecto a la divinidad,
preguntas como ¿Existirá Dios? y si existe, ¿Cómo llegamos a
conocerle? O ¿Cómo nos podemos comunicar con él? Estas dudas
universales se responderán, pero con un mayor énfasis en el modo,
en el cual Dios se da a conocer al mundo.
2.         El conocimiento de Dios
¿Qué es el conocimiento? Es la primera pregunta que debemos
respondernos para entender mejor este tópico. Charles Hogde nos
dice que el conocimiento es lo que percibimos de cualquier objeto o
cosa, ya sea intuitivamente o por medio de una explicación, esto es
lo que conocemos. Este conocimiento se forma de las cosas de
nuestro alrededor que son perceptibles y tenemos conciencia,
nuestra mente intuitivamente produce un concepto en nosotros lo
cual podemos llamar conocimiento. Algunas de estas cosas las
podemos demostrar, probar y muchas otras no. Es así que nuestro
conocimiento se forma de todo tipo de cosas visibles e invisibles.
Cuando hacemos referencia a algo difícil de conocer y entender,
como el mundo espiritual, los sentimientos, las emociones en cierto
grado tiene sus dificultades, pero con todo eso, sabemos que hay
ese algo, sea lo que sea sabemos que es, aunque incomprensible
pero tenemos la certeza de ello porque es perceptible, de la misma
manera sabemos que hay un Dios. Y lo que parece misterioso y
oculto, es en realidad conocible para nosotros por medio de la
revelación de sí mismo.
De igual manera Berkof comenta al respecto: el ser humano
desde su creación siempre ha tenido la interrogante suprema acerca
de la existencia de Dios. Desde las culturas más antiguas hasta las
más modernas siempre ha habido esta tensión existencial y
necesaria para responder a las preguntas más trascendentales de la
vida. Por lo cual por medio de la intuición, razonamiento o necesidad
se concluye inevitablemente en la existencia de Dios.
 
la teología es el tratado o discurso de lo que de Dios es revelado,
parte necesariamente de la existencia de Dios que además es
evidenciado y manifestado no solamente intuitiva, racional o
necesariamente sino de manera superior por medio de la Fe en las
escrituras. Esto se demuestra en la primera frase del Génesis donde
dice, ―En el principio, Dios creo…‖ (Gen 1:1) Esta afirmación nos
muestra, no, una idea impersonal, una fuerza o un algo; si no a un
Dios personal del que se originan todas las cosas, un Dios
trascendente y todo poderoso Creador. El cristiano acepta por fe esta
verdad, pero no una fe ciega, ilógica o irracional; si no que hasta
cierto grado puede ser conocida y entendida por el hombre.
Dios como un ser infinito supone que nosotros como criatura no
podemos llegar a siquiera imaginar su naturaleza total. La escrituras
muestran, por ejemplo Job 11:7 ¿Llegaras a la perfección de Dios?‖
Isaías 40:18 ―¿a que pues haréis semejante a Dios…? afirmando la
idea que no podemos llegar a conocer a Dios. Pero al mismo tiempo
Jn. 17:3 nos dice que la voluntad del Padre es que le conozcan para
que tenga vida eterna, y en 1 Jn 5:20 ―El hijo de Dios ha venido y
nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y
estamos en el verdadero, en su hijo Jesucristo. Por tanto, el
conocimiento que el hombre puede alcanzar de Dios es en el grado
en el que El soberanamente ha dispuesto revelarnos, pero
entendiendo la diferencia de naturalezas que hay entre la criatura y el
Creador. este conocimiento se ha dispuesto a la humanidad en forma
especial en su hijo Jesucristo.
 
3.         La revelación de Dios
En muchas ciencias y disciplinas cuando se estudia algo, el objeto
a ser estudiado está por debajo del que la estudia. El que la estudia y
conoce tiene cierta potestad y dominio del objeto de Estudio, extrae
de ella todo el conocimiento que quiera por medio de cualquier
método o forma con tal de obtener la información deseada. No
obstante, en la teología no es el mismo caso. Como declara Job 11:7
―¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegaras tu a la perfección
del todopoderoso?‖ Esta pregunta retórica nos conduce a una única
conclusión y es que el hombre es incapaz de acercarse siquiera un
poco al conocimiento de los secretos y perfecciones de Dios. Esto es
muy claro, puesto que el hombre es creación de Dios, formados de
barro, finitos en nada semejantes a las perfecciones eternas del
Creador.
Berkof dice: el hombre puede conocer a Dios únicamente  hasta donde
Dios se hace conocer. Dios ocupa el primer lugar entre los seres que
le comunican conocimiento al hombre y puede convertirse en objeto
de estudio para el hombre solo hasta donde este se apropia y refleja
el conocimiento que se le proporciona por medio de la revelación. Sin
revelación el hombre jamás habría sido capaz de adquirir el menor
conocimiento.
La palabra revelación denota acción de destapar algo, de quitar el
velo que lo oculta, de descubrir algo que previamente se desconocía.
Esta palabra tiene su origen latino y significa Develar, es la traducción
de la palabra griega ―Apokalipsis” del cual tiene el nombre el último
libro de la Biblia. Ordinariamente la palabra revelar no se utiliza con
objetos o cosas ni a personas, sino dar a conocer UNA VERDAD. la
doctrina de la revelación en la teología es según Oliver Buswell que
Dios se ha dado a conocer a sí mismo, su naturaleza, sus atributos y
su voluntad y toda verdad pertinente al hombre quien no podía
alcanzarla por sí mismo.
Esta doctrina se acostumbra a dividir en 2 partes: La revelación
General y la Revelación Especial. La distinción entre estas dos tipos
de revelación es definida de forma magistral por B.B. Warfield citado
por Luis Berkof.: La primera generalmente se dirige a todas la
criaturas inteligentes y por tanto gozan de ella todos los hombres; la
segunda se dirige a una clase especial de pecadores, a los cuales
Dios quiere hacer reconocer su salvación. La primera tiene por objeto
reconocer o satisfacer la necesidad natural de las criaturas de
conocer a si Dios. la segunda, rescatar del pecado y sus
consecuencias a los caídos y deformados pecadores.
1.                     La revelación general
La revelación general se fundamenta en la ley natural, se dirige al
hombre en general, y más particularmente a la razón humana. Incluye
la evidencia para creer en Dios aparte de Cristo y la biblia. Sin
embargo esta revelación solo muestra los aspectos generales de
Dios, por lo que no dice nada de Jesucristo, la Trinidad, la redención,
el perdón de pecados o el camino al cielo. Revela lo suficiente para
emitir condena pero es limitado y ha de ser complementado por la
revelación especial para salvación.
  Tanto el ser más insignificante y pequeño hasta las más
inmensas, desconocidas y hasta los confines de universo mismo son
muestra de las perfecciones de Dios. Las leyes de la ciencia, la física,
la química, la materia, todo elemento perceptible e imperceptible, la
vida desde su inicio hasta su fin, las leyes naturales, los cambios y
todo cuanto el hombre ha podido descubrir y lo que aún no, son
pequeñas muestras de la manifestación de la omnipotencia y
sabiduría infinita que Dios ha desplegado.
Las 3 formas de esta revelación son:
 
a)                     La creación:
En la creación Dios se revela así mismo mostrando su poder y su
naturaleza divina. Dios es Espíritu, todopoderoso y también
trascendente, diferente a nosotros. Esto es manifestado a la
humanidad por medio de cosas visibles accesibles a nuestra
percepción. Una muestra de ello es la naturaleza humana que lleva
intuitivamente a la admiración de este ser.
―Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se
hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo
entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen
excusa. ‖ Rom 1:20
―Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra
de sus manos. ‖
Sal 19:1

b)                    La conciencia humana


EL ser humano por naturaleza tiene el conocimiento y la voluntad
de Dios grabada en la conciencia el cual las testifica. Jonás 1:4-6
―Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por
naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley
para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus
corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o
defendiéndoles sus razonamientos‖ Rom 2:14-15
c)                     La providencia de Dios
Dios se revela a través de su providencia de manera general
preservando y dando sustento a todas las cosas que conciernen a la
vida. Es decir, la naturaleza, las leyes químicas y físicas, el poder
desplegado al sustentar la vida en sí misma. Hec 17:22-30 también
nos habla de la providencia de Dios actuando de acuerdo a su
voluntad a través de la historia humana.
             En las edades pasadas él ha dejado a todas las gentes
andar en sus propios caminos; si bien no se dejó a sí mismo sin
testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos
fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones. ‖
Hch 14:16-17
El efecto de esta revelación es mermado, confundido y
distorsionado por el pecado en la humanidad. El hombre natural
rehúsa glorificar y es ingrato con Dios reemplazándolo por ídolos
creados a partir de la creación de Dios Por esto el hombre es
inexcusable delante de Dios quien refleja su ira entregándoles a sus
pasiones y desenfrenos. Rom 2:24-26
 
2.                  La revelación especial
La revelación especial se la llama así, porque de manera particular
Dios se revela a si mismo y su voluntad de manera completa y
progresivamente. Esta se fundamenta en el plan redentor de Dios, se
dirige al hombre como pecador, solo mediante la fe puede ser
adecuadamente entendida y poseída, y sirve al designio de asegurar
la finalidad para el cual el hombre fue creado. 1 Cor 2:6-14, Efe 4:18,
Mat 16:16-17, He 11:6.
 
Las formas de la revelación especial son de varias formas y
maneras alcanzando su punto culminante en Jesucristo su hijo, y en
las Escrituras que registran su Palabra.
Las formas de revelación antes de Jesucristo fueron:
 
a)                     LAS SUERTES.
Haciendo uso de distintos instrumentos, se echaban las suertes
para discernir la voluntad de Dios en algunos asuntos. Se esperaba
que la suerte no fuera decidida por un destino ciego, sino por la
intervención providencial de Dios Pr. 16:33. La última vez que se usa
este medio de revelación en la Biblia es en Hechos 1:21-26 y ocurre
antes de la venida del Espíritu en Pentecostés.
b)                    EL URIM Y EL TUMIM.
Ex. 28:30; Lev. 8:8. Eran dos piedras usadas por el sumo
sacerdote para discernir la voluntad de Dios. La respuesta venía
como un «sí» o un «no ». Algunos creen que eran dos piedras
planas, con un lado favorable y otro desfavorable. Si ambas caían del
lado favorable, se tenía una respuesta positiva. Si ambas caían del
lado desfavorable, una negativa. Si una caía del lado favorable y la
otra del desfavorable, no había respuesta de Dios. Parece que
algunos usos del efod estaban relacionados con el urim y el tumim 1
S. 23:9-12; 14:3, 41. Parece ser que con la cautividad, las piedras se
perdieron Esd. 2:63.
c)                     EL SUEÑO.
Este medio fue usado por Dios desde Génesis hasta Hechos para
dar a conocer su voluntad. Aún no creyentes recibieron sueños
revelatorios, como faraón o Nabucodonosor. Cualquier estudio de los
sueños desde una perspectiva simbólica o psicológica no está
relacionado con la revelación especial.
d)                     LA VISIÓN.
Con frecuencia los sueños reveladores y las visiones están muy
relacionadas. La visión puede ocurrir mientras se duerme o mientras
se está despierto. Hay que distinguir entre visión y teofanía.
e)                     LA TEOFANÍA.
Una teofanía es una manifestación visible de Dios. A la luz de
pasajes como Jn. 1:18 y Mi. 5:2, es seguro concluir que toda teofanía
es una manifestación de la segunda persona de la Trinidad. La más
destacada es el Ángel de Jehová, a quien se le identifica con Jehová
Ex. 3; Jue. 6 y se le distingue de Jehová Zc. 1
 
f)                      LOS ÁNGELES.
Como espíritus ministradores enviados para servicio de los que
serán herederos de la salvación He. 1:14, los ángeles están con
frecuencia asociados a la revelación especial en su función de
mensajeros.
g)                     Los MILAGROS Y LAS SEÑALES.
Los milagros aparecen agrupados en la Biblia en tres períodos
muy definidos. Durante la época de Moisés y su sucesor Josué;
durante la época de Elías y su sucesor Eliseo, y durante la época del
Señor Jesús y sus sucesores los apóstoles. Durante estos períodos y
las pocas ocurrencias registradas en la Biblia fuera de ellos, los
milagros más que como medios directos de revelación, aparecen
como señales confirmatorias de la misma.
h)                    Cristo
Dios se ha revelado en la persona de su Hijo, nadie conoce al
Padre sino por el hijo, y aquel a quien el Hijo lo revele, Jesucristo es
el verdadero Dios. La revelación el que el hizo de sí mismo fue la
manifestación de Dios. El y el Padre son uno... Las palabras de
Cristo eran palabras de Dios. Las obras de Cristo. Eran las obras de
Dios. EL amor, la misericordia, la ternura, la gracia, todos sus
atributos fueron manifestados en Cristo quien era la imagen misma
de su sustancia. Dios mismo, en la persona de Jesucristo demostró
todas las cualidades perfectas y sus atributos de Dios durante su
ministerio en la Tierra. Col 1:15; 2:9, Gal 4:4-5
― Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras
en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días
nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y
por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de
su gloria, y la imagen misma de su sustancia. ‖ Heb 1:1-2
 
―A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno
del Padre, él le ha dado a conocer‖ Juan 1:18
 
Charles Spurgeon, con respecto a la revelación de Dios en
Jesucristo; “lo que de Dios nos es necesario y beneficioso conocer,
Él lo ha revelado en Cristo, y todo aquello que ahí no se encuentre,
podemos estar seguros de que no es necesario ni conveniente que
sepamos. En verdad puede decirse que la revelación no es en
manera alguna escasa, porque es mucho más lo revelado en la
persona de Cristo que lo que podemos llegar a aprender en esta vida
mortal, e incluso la eternidad no será suficiente para descubrir la
plenitud de la gloria de Dios que resplandece en la persona de la
palabra hecha carne. Aquellos que pretenden suplir la revelación
cristiana harían bien”
i)                       Su Palabra
Dios se dio a conocer a su pueblo, a profetas, a los patriarcas, a
reyes y gobernadores de diversas formas y modos a través de todas
las historias bíblicas Se revelo de manera proposicional, clara y
directa por medio de una voz audible, teofanías, sueños y visiones,
por medio de ángeles, y de manera ultima y perfecta en Jesucristo.
Estas están registradas en las escrituras sagradas, la santa biblia, la
única, completa, suficiente y última expresión de la palabra de Dios
perdurable para todas las generaciones, la cual fue concebida por la
inspiración Divina la cual da su carácter autoritativa, inerrante e
infalible en toda y cada palabra escrita por los autores inspirados por
Dios en los 66 libros que componen Biblia. Ex 3:1-6, Dan 5:25-28,
Núm. 12:6, Joel 2:28, Rey 17:13, Sal 3:7.
 
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. ‖ 2Ti
3:16
 
               Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual
hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar
oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en
vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la
Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída
por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron
siendo inspirados por el Espíritu Santo. ‖ 2Pe 1:19-21
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
HISTORIA DE LA INSPIRACIÓN
Introducción.
 

Desde los inicios no se tuvo problemas acerca de este tema, estaba


supuesto que toda palabra era totalmente inspirada. Desde el siglo II hasta
el XVIII se acepta la inspiración verbal. Tal vez esta es la única cosa que
durante ese tiempo han tenido cosas en común, entre oriente y occidente.
La doctrina de las escrituras, nunca se definió en los concilios ecuménicos.
Excepto en la CFL o CW. Las controversias surgían sobre lo que enseñaba,
no por lo que era.
 
1.                                              En la época patrística: desde los inicios de la iglesia
primitiva, no ha habido un doctor individual de la iglesia que negara la
inspiración plenaria de las escrituras. El hecho de su inspiración nunca se
puso en duda.
 
•   Bernabé: en su epístola escrito por 21 capítulos escrito en griego. El 
cap.9 dice: ―proclamación del espíritu del Señor‖
•   Clemente de Roma: escribió una epístola a los corintios  donde llama
a las escrituras ―las verdaderas manifestaciones del Espíritu‖
•    Justino mártir: dijo en su dialogo con Trifon, que  ―creemos en la
voz de Dios hablada por los apóstoles‖
•    Atenagoras: compuso ―una súplica  en favor de los cristianos‖  este
escrito iba dirigido a los emperadores. En su escrito dijo ―el espíritu al
utilizarlos   a los   escritores   bíblicos como sus instrumentos, como un
flautista hace sonar una flauta‖
•   Ireneo: Nació en Esmirna; escribió el tratado en cinco tomos ―contra
las herejías‖. En estos escritos hay un fragmento que dice: ―las escrituras
son divinas y perfectas, al ser manifestadas por Dios‖
•    Clemente de Alejandría (200): nace en Egipto: escribió varias obras
entre ellas la stromata, paedagogus y el protrepticus (exhortación a los
griegos) de este tratado se extrae el segmento donde dice ―que la palabra
de Dios salió de la boca de Dios‖.
•                      Orígenes (300): de Alejandría, escribió varias homilías, sobre
los números, la oración, del cantar
de los cantares y sobre el génesis. se negó a aceptar un tercer
testamento (añadida a los dos testamentos) porque no sería divina como
estos… el mismo Dios es el autor de las escrituras.
•    Cirilo de Jerusalén (400): sus famosas veintitrés lecturas
catequéticas que escribió. En una de ellas sobre el Espíritu Santo nos dice
que: ―la certidumbre de nuestra fe, no depende del razonamiento basado
en un capricho, sino de la enseñanza extraída de la escritura‖
•    Jerónimo: escribió cartas, pero más que otro escribió varios
comentarios del Antiguo Testamento. En su prólogo a su comentario al libro
del profetas Isaías nos dice que …la ignorancia de las escrituras es la
ignorancia de Cristo…
•    Agustín de Hipona: el teólogo más importante de la historia de la
iglesia, su aporte a la iglesia fue inmensa, ese legado lo transmitió por
medio de sus escritos, en sus ―confesiones‖ se refiere a la escritura como
la ―pluma reverenciada del Espíritu‖. Dentro de sus cartas, tiene
correspondencia compartida con Jerónimo donde cree firmemente en los
escritos canónicos de las escrituras.
En resumen, después de mirar a todos estos grandes hombres y su
aporte a la iglesia notamos que cada uno de ellos creía firmemente en las
escrituras. Es un error pensar que el tema sobre la bibliología, siempre
había, esa falta de conocimiento hace que se piense que estos debates
actuales de la escritura tengan fundamento. Eso es desconocer la historia
de la teología y su proceso. En esta época no hubo ningún problema en
aceptar a la biblia como la palabra inspirada e infalible de Dios.
 
 
2.                        época medieval: los teólogos de la época medieval al igual
que la época patrística mantuvieron ese concepto acerca de las escrituras.
 
•   San Anselmo: escribió varias obras como el: monologio, proslogio, de
gramático, de veritate y otros. En un   tratado suyo que se titula: ―sobre la
concordia de la presciencia divina y la predestinación y de la gracia de Dios
con el libre albedrío‖, confesó que no predicaría nada que no estuviera
contenido en las escrituras, producida por el milagro del Espíritu santo.
•   Ruperto de Deutz: vivió en Alemania, escribió varios libros. En uno de
ellos, un comentario a apocalipsis nos dice que ―busquemos la sabiduría,
consultemos las sagradas escrituras, aparte de las cuales nada se puede
encontrar, nada hablado que sea solido o cierto‖
•                     San buenaventura: fue un franciscano, le llamaban el doctor
seráfico. En uno de sus escritos
―breviloquio‖  un  compendio  de  las  verdades  teológicas  donde 
pudieran  conocer  fácilmente  el contenido de las escrituras. En su prólogo
hay una frase donde nos dice que:    ―todo conocimiento debe tener su
base en el conocimiento de las escrituras‖
•    Tomas de Aquino: otro teólogo importante, dice que nada podía ser
borrado o añadido a la escritura. Si algo no estaba afirmado por las
escrituras, no era necesario para la salvación.
Aunque en su teología muchos de estos teólogos estaban influenciadas
por la católica apostólica romana. Estaban lejos de los reformados en
cuanto a entender. Pero ninguno de ellos negaba en la inspiración, ellos
creían firmemente en las verdades infalibles de la escritura.
 
 
3.                        época de la reforma: Se ha pensado que en este periodo de
la reforma se creía en la infalibilidad. Uno piensa que entre el periodo de la
edad medieval y la ortodoxia, el periodo de la reforma fue como un paraíso
teológico acerca de las escrituras. Se admite que Lutero y Calvino si
sostenían la inspiración verbal. Ellos identificaron la palabra con las
palabras de Dios. Su interés teológico del siglo XVI no estaba en establecer
la autoridad de la Biblia del cual nadie dudaba. Pero no se dudaba de la
palabra inspirada de Dios.
Lutero dijo que ―a menos que se me convenza con el testimonio de la
escritura o de la sana razón. No puedo, ni quiero retractarme, pues no es
seguro ni honroso actuar en contra de la conciencia, que Dios me ayude.
Amen‖ al igual Juan Calvino también creyó en la inspiración de las
escrituras, pero los teólogos de hoy no deben pensar que porque creía, se
lo pueden llevar a sus filas. Si hubiera existido un debate en ese tiempo,
Calvino lo hubiera desarrollado de manera magistral.
Los anglicanos también creyeron en esto, en sus 39 artículos de la
confesión anglicana que Tomas Cramer   redactó   en su art.6 dice: ―la
escritura santa contiene todas las cosas necesarias para la salvación. De
modo que cualquiera cosa que ni en ella se lee ni con ella se prueba, no
debe exigirse de hombre alguno que la crea como artículo de fe, ni debe
ser tenida por requisito para la salvación. Bajo el nombre de escritura santa
entendemos aquellos libros canónicos del Antiguo y Nuevo Testamento de
cuya autoridad nunca hubo duda alguna en la iglesia‖
Más adelante en la época ortodoxa o confesional notamos que los
reformadores siguieron los mismos lineamientos, la fórmula de concordia,
se basa en la inerrancia de las escrituras. Todas las confesiones
reformadas como la confesión helvética o ginebrina (1536) en su
artículo 1 expresa
―toda la iglesia de Cristo dispone, pues, de una completa exposición
de lo que corresponde a una pura enseñanza de la fe salvadora y de la
vida agradable a Dios. Por eso prohíbe Dios claramente
que se añada o quite algo de lo escrito. En esto se basa nuestra opinión
de que en estas escrituras se nos ofrecen verdadera sabiduría y la piedad,
el perfeccionamiento y cómo dirigir las iglesias. La enseñanza en todos los
deberes de la piedad, y también la demostración de las doctrinas y la
refutación de todos los errores y de igual modo todas las amonestaciones
necesarias. Ya lo señala la palabra apostólica, que dice: toda la escritura es
inspirada divinamente y útil para enseñar‖ la confesión belga o los países
bajos fue redactada por Guido de Bres en sus artículos del 3 al 7, donde
nos dice lo mismo. De igual manera la confesión de Westminster y
finalmente redactado por la confesión bautista en 1689 en Londres.
 
 
 
 
 
4.                        época del liberalismo: después de ver como desde los inicios
había un acuerdo común acerca de la doctrina de la inspiración de las
escrituras. En el día de hoy las denominaciones grandes como los
bautistas, presbiterianos y metodistas siguen esta corriente neo ortodoxa
acerca de la inspiración de las escrituras. Los teólogos creen que es de
locos creer en una biblia inerrante, inspirada. Ya se asume que la
inspiración verbal es una superstición y que aquellos que creen son
considerados como ―bibliolatria‖ o volver a la época del ―oscurantismo‖.
Estamos en una época de ecumenismo donde no hay compromiso
doctrinal y que con el llamado a la inspiración es algo del cual disienten. Es
por eso que no debe sorprendernos que teólogos neoprotestantes estén
defendiendo las acusaciones vacías de los escépticos. Hicieron una visión
naturalista del cristianismo, por tanto necesitan una versión naturalista de la
biblia.
Con el paso de los tiempos nace la crítica textual, donde el trabajo
fundamental era reconstruir los manuscritos utilizando métodos científicos
usando ciertos métodos que según ellos es precisos. Donde los teólogos
son la autoridad que definen que es bueno o malo, y que parte de la biblia
es inspirada y que no.
Clark Pinnok nos dice que existe una evasión sobre no inclinarse a
someterse a la escritura como palabra de Dios. Estas evasiones
representan una justificación de negar la palabra de Dios. Esta actitud
liberal ha hecho que a la biblia se enfoque desde una perspectiva kantiana,
una perspectiva de Scheirlemacher. Todo esto llevo a que se crea la biblia
como un testimonio humano con ciertos errores y defectos.
1)                       La primera evasión es: la biblia no proporciona un mensaje
proposicional, sino que es más un encuentro subjetivo personal con Dios.
Es un encuentro sujeto a sujeto que no requiere una verdad escrita. Como
se diría aquí los latinos ―puro emocionalismo‖. Esta evasión enseña
que no se requiere contenido de verdad, procedimientos de comprobación.
Este tipo de evasión nos dice que la revelación no es de un objeto a un
sujeto, sino de un sujeto a un sujeto; una revelación de mente a mente.
Ellos dicen que para que el hombre comprenda la revelación no es
necesario de un conocimiento de Dios, sino de Dios mismo dándose a
conocer.
Esta postura fue más popularizada por Karl bart, donde el rechaza la
revelación como lenguaje escrito, sino que la comunicación era un medio
de Dios para darse a conocer. Mientras que esa comunicación se hacía en
periodos históricos, la revelación era esa comunicación de él mismo. Emil
Brunner tiene la misma postura solo que es más emocional y antiortodoxo.
La biblia no es la palabra de Dios, sino que contiene la palabra de Dios. Se
convierte en palabra de Dios cuando lo creo.
 
 
2)                       la segunda evasión es: dice que la revelación consiste en
una serie de acontecimientos históricos con importancia revelacional, no es
un registro inspirado de verdades divinas. Esto hace que muchos de los
eventos sucedidos como los milagros no se tomen como hechos reales,
sino como algo que te lleve a creer que esos eventos tienen un significado.
Luego se utiliza el método histórico críticos, haciendo que los eventos sean
oscuros y difíciles de interpretar.
3)                                            la tercera evasión es: la escritura no es un depósito de
verdades divinas, sino un medio de la experiencia cristiana o existencial. La
teología se convierte en ciertas fenomenologías de las experiencias
cristianas que se encuentran en la biblia. El lugar de la revelación ha
cambiado de la escritura a la experiencia, de los escritores a los lectores.
La biblia esta repletos de mitos, errores y falacias, por tanto las escrituras
deben representar experiencias existenciales para la vida cristiana. Dentro
de esta línea se encuentra Soren kierkergard, Rudolf Bultman, Martin
Heidegger.
4)                                            la cuarta evasión es: es cuando se necesita límites de la
inerrancia de ciertos temas que son centrales a la biblia, mientras que
permite el error de ciertas doctrinas secundarias. Esta postura siempre ha
sido popular, porque te permite liberar de la necesidad de defender la biblia
en ciertos puntos. Estas son teorías dualistas donde ya no ven el aspecto
unitario, sino que niegan la inspiración plenaria ¿Cómo saber cuándo es
divino y cuando es humano? Eso es lo difícil, pero para ellos ha sido muy
difícil querer aceptar las verdades. De todo esto ha salido varias teologías
como la liberación, andina, etc.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LA INSPIRACIÓN
 
 
1.                 Introducción
Desde niños en la escuela dominical nos enseñan que la biblia es
la ―Palabra de Dios‖. Por lo cual la creemos y la tenemos en una
alta estima, aunque solo lo entendíamos de manera básica y general
pero aun así la aceptábamos como autoritativa palabra de Dios. En
los Artículos de la Iglesia Anglicana, Luterana, la Confesión
presbiteriana de Westminster, la Confesión Bautista de Fe, por
mencionar algunas. Charles Hodge no dice que La Biblia es ―la
palabra de Dios y es nuestra única norma infalible de fe y practica‖
Que las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son la Palabra
de Dios, escrita bajo inspiración del Espíritu Santo, y que por tanto
son infalibles y de autoridad divina en todas las cosas que tocan a la
fe y a la práctica, y por consiguiente libres de todo error, sea de
doctrina, de hecho o de precepto. (2.) Que contienen todas las
revelaciones sobrenaturales existentes de Dios designadas para ser
regla de fe y práctica de su Iglesia. (3.) Que son suficientemente
perspicuas para ser comprendidas por el pueblo, con el uso de los
medios ordinarios y mediante la ayuda del Espíritu Santo, en todas
las cosas necesarias para la fe y la práctica, sin la necesidad de
ningún intérprete infalible.‖
2.                    Concepto
La palabra inspiración vienen de una traducción ―theopneustos”
que se encuentra en 2 Tim 3:16. Exhalación sería una palabra
mejor. Sin embargo, la palabra ―inspiración‖ está bien establecida
en el uso teológico para el entendimiento de esta doctrina importante.
Charles Hodge describió que ―En 2 Tim 3:16 la palabras “grafe
Theopneustos” y en 2 Ped 1:21 “to theioi pneumati Kekinemenos”
expresan una idea que para dilucidarla necesitamos ir a su uso y
sentido histórico. En la Grecia antigua los hombre poseían ideas
acerca de dios o dioses y que estos tenían acceso a la mente
humana y que puede controlar sus operaciones, también que en
ocasiones él tomaba la posesión de personas determinadas para
hacerlas órganos de sus comunicaciones. Este proceso es designado
por el griego con la palabra ―Theophhoroi” los que llevaban un Dios
dentro o ―enthios‖  aquellos en las que moraba Dios. Esta idea es
introducida en la Septuagina, la cual es replicada por Pedro y Pablo
en sus respectivas cartas. Por ello la idea de la palabra Inspiración
esta prefijada. Por tanto, según la antigüedad, un hombre que era
inspirado, era uno que era el órgano de Dios en lo que decía, de
manera que sus palabras eran las palabras de Dios‖ p 122-123
 
En palabras de Buswell   , la inspiración lo conceptualiza de la
siguiente manera ―La inspiración es la obra del Espíritu Santo de
Dios, al hacer que los autores de la biblia escribiesen la palabra de
Dios, sin error. Los escritores fueron Inspirados en el sentido de que
el Espíritu santo obro por medio de ellos. Las escrituras son
inspiradas en el sentido de que son el producto de la obra del Espíritu
santo por medio de los escritores‖.
Para Hodge ―…la inspiración fue una influencia del Espíritu Santo
sobre las mentes de ciertos hombres seleccionados, que los hizo
órganos de Dios para la comunicación infalible de su mente y
voluntad. Ellos fueron órganos de Dios en el sentido de que lo que
ellos dijeron lo dijo Dios.‖
Por tanto la Inspiración es la obra o influencia del espíritu Santo
de Dios sobre santos hombres selectos a quienes movió, guio y
superviso para escribir lo que Dios quiso, de tal manera que lo que
escribieron fue lo que Dios dijo.
1.                     Distinciones, entre revelación, Inspiración
e iluminación.
Cada parte de las escrituras son revelación de Dios, puesto que lo
que se revela en ella es conocimiento de Dios. Por lo tanto la
revelación bíblica no solamente incluye la materia que no está
disponible a la investigación humana, si no que en toda la materia de
los registros históricos. La biblia entera es una revelación de Dios
La inspiración se restringe solamente a las escrituras, no así la
revelación. La inspiración es una influencia sobrenatural, no es lo
mismo que la revelación. No es un efecto natural debido al estado
interno o externo del sujeto. Se distingue de la iluminación en la
cantidad de sujetos que fueron inspirados, estos son solo los autores
del N.T. en cambio, la iluminación es para todo creyente. En cambio
la iluminación es el proceso en el cual el Espíritu Santo trae
entendimiento a los corazones y mentes. Col 1:9, 2 Tim 2:7, 1Jn
2:27; 5:20. Por tanto: la revelación tiene que ver con el origen y el
contenido de la verdad (1 Co. 2:10); la inspiración tiene que ver con
el registro de la verdad (2 Ti. 3:16); la iluminación tiene que ver con
el entendimiento de la verdad (1 Co. 2:13, 14).
3.                    Prueba escritural de esta doctrina.
Los significados de Inspiración en 2 Tim 3:16 y 2 Ped 1:21 nos
muestran explícitamente que esta enseñanza se encuentra en las
Escrituras. Las ideas de que las palabras fueron Exhaladas de Dios y
que los autores fueron movidos por Dios explican el proceso por la
cual las escrituras fueron traídas a existencia. No fue por medios
humanos, ni por otros medios. Los santos hombre de Dios hablaron y
escribieron porque el Espíritu Santo fue moviéndose en la autoría de
sus escritos. A este significado de la idea escritural se suma el
significado de la palabra Profeta como derivado de la existencia de
un acto de Inspiración que se enseña en 2 Pedro y 2 Timoteo.
A este significado de la idea escritural se suma el significado de la
palabra Profeta. En el antiguo testamento se la atribuye a escritores
proféticos, como Moisés, Samuel y David entre otros los cuales eran
considerados portavoces de Dios. La perspectiva que se tenía del
profeta era uno que habla por otro y en su nombre y con la autoridad
de otro, de modo que cuando habla, el que es autor es responsable y
no el portavoz. En otro sentido podíamos decir que el profeta es
como la boca de Dios, Jer 1:9, Isa 51:16 estos mensajeros
comúnmente introducían las profecías diciendo ―Así dice el Señor‖
o ―La palabra de Jehová vino sobre‖. Esto es lo que Pedro nos
explica en 2 Ped 1:20-21. El hombre de Dios fue impulsado como
una nave por viento para proferir las palabras de Dios mismo
introduciéndolas como palabra del Dios.
: Mt 22:43, Sal 95:7, He 3:7 Hec 28:25.
 
En el nuevo testamento también queda evidenciada la inspiración
de los apóstoles y de forma extensiva a sus discípulos que
escribieron, por medio de la Promesa del Espíritu Santo que vendría
y les haría recuerdo todas las cosas haciéndoles infalibles. Jesucristo
dijo, No sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de mi Padre
que habla en vosotros, el que a vosotros oye a mí me oye‖ esta
promesa se hizo manifiesta en el día de pentecostés cuando el
espíritu santo los lleno, y hablaron según el Espíritu les daba que
hablasen. Esto fue reconocido por ellos mismos 1 Tés 2:13; 1 Cor
14:37; Gal 1:8. Juan afirmo que el testimonio que daba era divino y
solo era recibido por los que lo conocían 1 Jn 5:10; 4:6.
Pablo descarga su autoridad y su forma de comunicar el evangelio
en Dios quien le revelaba e inspiraba, los Corintios lo consideraban
un instrumento no dotado. Pablo descarga esto con que el mensaje
es el de Dios y que el solamente era un instrumento 1 Cor 2:7-13.
Esta inspiración también es confirmada por su poder y autenticidad
en la efectividad con poder sobre las mentes y los corazones del
hombre por medio del Testimonio del Espíritu Santo. 1 Jn 5:1; 2:20. y
por medio de señales y milagros 2 Co 12:12. La unidad orgánica que
la escritura inspirada presenta nos da también un testimonio
poderoso por el modo en que cada parte se relaciona con el todo.
Cada parte es una verdad divina pero complementaria a la verdad
completa de las escrituras. Jesucristo como punto central de la
revelación progresiva muestra esta unidad. Heb 1:1-4
 
 
4.                    Extensión de la inspiración
Entre los teólogos pasados y actuales hay una diversidad de
opiniones hoy en día con respecto a la extinción de la inspiración.
Sabemos que nuestras traducciones de la biblia, por más fiel que
pretendan ser, tienen un grado quizá microscópico de ―error‖ y para
algunos, en esa misma proporción microscópica, muchos arguyen
que por las diferentes lecturas que se pueden hacer de los
manuscritos, no se puede saber la lectura original. La teología liberal
va más allá y aún pone en tela de juicio la infabilidad original, que es
una implicación de la inspiración de los escritos originales. Muchos
mantienen teorías que la palabra solo es inspirada en materias
religiosas y que es falible en otras materias, o que es inspirada en el
sentido que nos transmite palabra de Dios cuando es entendida. que
solo algunos libros fueron y algunos no.
Este concepto de extensión de la inspiración se le conoce como
Inspiración ―VERBAL y PLENARIA‖ Las escrituras dan testimonio
de esta misma idea cuando afirman en Jn 10:35 que la palabra no
puede ser quebrantada. Cristo y los apóstoles se refieren a todos los
escritos como Palabra de Dios. Esto es cierto no solo en las
enseñanzas espirituales o morales, sino también a los hechos
históricos como la Caída de Adán, el Diluvio y la liberación del pueblo
hebreo de Egipto entre otras. Esta implicación también se extiende a
todos los géneros y estilos, formas literarias de los escritos.
Esto es afirmado en las propias escrituras: Mat 22:29-32; Gal 3:16;
Sal 119:160; Mat 5:18. En 1 Tim 3:16, la palabra introductoria es
―toda‖ con la cual quiere decir que no es solo una parte o unas
cuantas palabras o verdades, sino que toda de manera absoluta son
palabras inspiradas. Según el léxico Griego- español de Tuggy este
término ―Pas‖ significa cada, cada uno, toda clase de, todo, pleno,
sumo, absoluto, por lo que se concluye que no se restringe en ningún
sentido su significado absoluto. Esto no quiere decir que el autor
poseería conocimiento plenario en cuanto a todas las cosas, aparte
de este proceso especial para el que fueron empleados.
5.                    Modo de la inspiración.
Cuando hablamos del modo de la inspiración nos referimos al proceso
de inspiración. En principio vemos que Dios hablo (se revelo) de diversos
tiempos por medios en diversos modos y formas a los padres y los profetas
Heb 1:1-2.
1.                                      EL pentateuco de Moisés; no sabemos de qué
forma fue que Dios estimulo la mente de Moisés para que los
escribiera de forma clara y sencilla las narraciones del Génesis
hasta Deuteronomio. La materia histórica de la revelación
generalmente no es sobrenatural.
2.                                      Los escritos proféticos definitivamente contienen
porciones que fueron reveladas directa y sobrenaturalmente.
Estas fueron dadas por medio de sueño, visiones uotras
formas.
3.                    Los evangelios fueron escritos por 2 apóstoles y 2
discípulos. Lucas es acompañante e Pablo investigo
diligentemente acudiendo a fuentes primarias para escribir su
evangelio, Marcos acompañante de Pedro de igual modo, Y los
apóstoles por su propio testimonio.
4.                    Las epístolas que fueron reveladas directamente y
por medio de la sabiduría y conocimiento adquirido de los
eventos históricos de los autores.
Los autores según el testimonio bíblico fueron apartados por Dios
desde su concepción   Gal 1:15 Jer 1:15, Salm 139:13-18, fueron
apartados por Dios para su servicio y fueron movidos por el Espíritu
Santo 1 Ped 1:16 para escribir las palabras que el Espíritu santo
disponía 1 Cor 2:13. La fuente de los escritos a la vez que eran
revelación sobrenatural, es decir conocimiento que el hombre no
podía haber conocido de otra manera, como naturales que es el
adquirido por el autor bíblico por medio de su aprendizaje,
investigación   Lc 1:1-4, y por otras fuentes escritas o tradiciones.
Núm. 21:14, Josué 10:13, 1 Sam 10:25, 1 Rey 11:41; 14:19,29; 2 Cr:
9:29.
El Espíritu Santo movilizo a los escritores bíblicos a hacer uso de
casi todo recurso literario que hay para comunicar la palabra de Dios
El estilo y forma literaria propia de la lengua del autor fue plasmada
en los escritos. Esto se puede evidenciar en los diferentes géneros
literario
que existe; Prosa, Poesía, historias, oráculos, proféticos,
argumentaciones, proverbios, parábolas, oraciones, credos, himnos,
tratados doctrinales, exhortaciones dirigidas, cartas o epístolas y
lamentos entre otros y también de acuerdo a la personalidad del
autor. 1 Cor 2:13
EL término ―Pheno‖  mover en 1 Pedro, B.B. Warfield  lo explica
más claramente de la siguiente manera: El término que ahí se usa es
de cualidad muy específica. No ha de ser confundido con guía,
dirección, control, o siquiera liderazgo en el pleno sentido del
vocablo. De hecho, va mucho más allá de esos términos, por cuanto
asigna el efecto producido de forma específica al agente activo. Las
cosas que hablaron movidos por el Espíritu eran por lo tanto cosas
que de Él procedían, y no en manera alguna de concepción humana.
Y esa es justamente la razón de que se proclame y sostenga que
las Escrituras son la palabra profética‖ sin posible lugar a duda.
Pues aunque proclamada de forma instrumental por el hombre, es,
por razón y virtud del hecho de que esos hombres hablaron
Implicaciones de la inspiración.
Las escrituras son Palabra de Dios, cada palabra que está escrita
fue plasmada por su voluntad, fueron inspiradas por él por lo cual los
escritos implican que lo que en ellas están escritas sea semejantes y
reflejen la naturaleza del autor. Dios es soberano, veraz y perfecto,
por lo cual todo lo que él hace lo es, esto incluye de forma especial
las escrituras las cuales exhiben su carácter. Las cualidades
aplicativas de la naturaleza de Dios transferidas a las escrituras son
Autoridad, infalibilidad e Inerrancia entre muchas otras.
Pero antes de pasar a ver estas tres características principales, no
menores son la Suficiencia y Perspicuidad de las escrituras. La
suficiencia es que las escrituras contienen todas las revelaciones
existentes de Dios necesarias para la edificación de los santos como
regla de fe y practica para la iglesia. Todo lo que Dios quiso que la
iglesia sepa, se encuentran completas en las escrituras. Esto quiere
decir que toda tradición o declaración de la iglesia están por debajo
de la autoridad bíblica, la única que puede ligar la conciencia de las
personas. La perspicuidad de las escrituras significa que la Biblia es
clara y entendible en su contenido para las personas de las
diferentes clases sociales, lenguas y culturas sin importar el grado de
educación que posean. Esto no niega que algunas enseñanzas sean
un poco más dificultosas, lo único que requerirá es un estudio
diligente y la guía del Espíritu Santo para una correcta interpretación.
Por lo cual es un privilegio para el cristiano poder tener a su alcance
y entendimiento las escrituras y un deber enseñada por las escrituras
mismas.
1.                     La autoridad
La autoridad de las escrituras es la cualidad inherente más
importante para el hombre porque es solamente por medio de ella
que Dios manifiesta su voluntad. la Autoridad se define como
―poder que gobierna o ejerce el mando, se refiere de quien tiene
autoridad como quien tiene potestad, facultad y legitimidad para ello.‖
Las escrituras son el medio por el cual Dios rige con autoridad al
hombre. La norma fiable e inerrante son las escrituras mismas. Toda
materia de la cual el hombre es responsable es regida por la
autoridad divina, toda rebeldía a las escrituras es rebeldía contra
Dios mismo. La moralidad, la ética, la fe, la conducta, y todo ser y
hacer del hombre es gobernada por Dios por medio de su palabra.
Los autores del antiguo testamento afirman su autoridad en Ex
32:15-16, Dt 4:1-2; 2 Sam 23-1-2. El mismo  Señor Jesucristo  las
citaba como  fuente inspirada  y  autoritativa con  las frases Escrito
esta‖ o ―El Señor Dijo‖: Mat 4:1-7, Jn 10:31-36, Hec 3:24-25; 2 Cor
6:16, Hec 1:16. Pablo de la misma manera demuestra esa autoridad
basándose en ellas innumerables veces como base en sus escritos.
Y a sus palabras la misma autoridad Rom 5:12-21 ;3:10-20;
1:17;4:1;11:26, 2Ped 1:25; 2Ped 3:2; Jud 17 2 Ped 3:15-16; 1 Tés
4:15 , 1 Cor 14:37. 2 Tim.3:16; 1 Cor 14:1; 2 Tes 2:15; 3:14
 
Es importante este punto por que la inspiración nos explica como
recibimos las escrituras, pero su implicación de la autoridad nos
explica por qué debemos creer en las escrituras. La autoridad de las
escrituras fue corroborada por los testimonios de los mismos
autores. Según la iglesia luterana se pueden distinguir 2 tipos de
autoridad. 1 La causativa y la Normativa. La primera trata del poder
inherente que existe en ella de crear la fe salvadora por medio de la
operación del Espíritu Santo danto testimonio de Jesucristo que es el
evangelio. La segunda se trata de la autoridad que tiene esta de
normar la doctrina y enseñanza de la iglesia.
Esta autoridad esta inherente en las escrituras porque son palabra
de Dios inspirada y por el hecho que es por ese medio que el Espíritu
santo obra para producir obediencia al Evangelio y a todas las
enseñanzas y preceptos contenidos en ella. El hace volver a los
hombres de la incredulidad a la fe de Cristo y el guía a reconocer,
confesar y obedecer las escrituras como la palabra de Dios en todo
lo que ellas enseñan. Charles Spurgeon habla con respecto a la
autoridad divina y dice ―Si la Palabra de Dios está verdaderamente
en ti, concédele la preeminencia del gobierno. Que sea regente de
tus pensamientos, guía de tu entendimiento, maestra de tus afectos,
freno de tus pasiones, y estímulo de deseos santos…Pon las
Escrituras, Palabra inspirada, pon a Cristo, la Palabra Encarnada, en
el trono de tu persona, y ríndete a Él incondicionalmente…En cuanto
a mí, nada me cuido de los ingenios humanos, ni de aquello que
puedan negar; la verdad que he aprendido en las Escrituras, a través
de las enseñanzas del Espíritu Santo, es la verdad que defenderé
hasta mi último aliento; y, junto con Lutero, habré de proclamar: otra
cosa no puedo decir. Ahí habré de mantenerme, y que aquellos que
piensen de distinta manera, vayan tras las novedades hasta
agotarse.‖
2.                     La Infalibilidad
La Infalibilidad de las escrituras significa que esta posee la virtud
de no engañar ni dejar que engañen a uno e implica que es veraz y
digna de confianza para aquellos que se vuelven a ellas en busca
de la verdad de Dios en los cuales, de acuerdo al propósito de Dios,
no falla. La Biblia como fuente de verdad es indefectible, es decir, no
puede abandonar o apartarse de la verdad En 2 Ped 1:19 Pedro
afirma que la palabra profética es segura y confiable, es decir que no
debe haber temor de error alguno en ella y en 1 Pedro 1:24, 25: nos
habla de la permanencia eterna de su palabra. Pablo de igual forma
en 1 Tim 1:15; 3:1; 2 Tim 2:11; Tit 3:8 nos dice reiteradamente que la
palabra que él nos habla es fiel, confiable y digna de toda aceptación
Toda la escritura está llena de referencias a la infabilidad de las
escrituras y a las promesas que estas no serán avergonzadas. Is
28:16; Rom 9:33; 1 Ped 2:6, esto también es aplicada a la palabra de
los apóstoles Jn 19 :35; 20:31; 1 Jn 1:1-3. El fundamento para el
crecimiento, desarrollo y santificación de la iglesia se encuentran en
ellas y es confirmada por el testimonio histórico que esta no falla,
pues es evidente que aun ahora tiene tal poder inherente efectuado
por medio del Espíritu Santo confirmando su veracidad y confiabilidad
por lo cual es digna de tenerla como autoritativa , veraz y confiable.
3.                     La inerrancia
EL termino inerrancia se suele intercambiar con Infalible y otras
solo prefieren este término por el uso católico de la palabra infalible
el cual se le atribuyéndola al Papa. La inerrancia es un concepto
relacionado con la infalibilidad pero menos aceptado, implica que la
Biblia no contiene y está exento de errores ni contradicciones en toda
y cada materia de la cual habla. La evidencia de la inerrancia bíblica
es deductiva por el carácter inerrante de Dios. Dios es veraz, y si
Dios inspiro las escrituras, la Biblia es veraz. Jn 17:17. Dios como es
todo poderoso aseguró su veracidad porque no hay nada imposible
para Dios. Lc 1:37
Esta inerrancia se aplica a todas las escrituras, ya sea que
contengas materia histórica, cronología, geografía, cosmología,
biología y todo aspecto de la cual habla y principal y
fundamentalmente en asuntos que conciernen a la fe. En las
escrituras abundas referencias acerca de la inerrancia de sí misma.
Dt 4:2; 6:1-2, 6-9 ; 12:32; Sal 19:7 ; 119:43, 96, 140, 142 , 151,
160,172; Mat 5:18; 4:4; 22;31-32 ; Jn 10:35; 17:17 ; Rom 7:12; Gal
3:16, 17; Ap 22:18-19. Hoy en día, la inerrancia es un tema
arduamente debatido en círculos protestantes. Esto es evidente a la
luz de que muchos eruditos han encontrado algunos ―errores‖ en
las escrituras, ya sea de contenido o textual, restringiendo la
inerrancia de las escrituras solo a los autógrafos originales por lo que
para hoy es, según ellos, irrelevante. . En contrapartida, teólogos
como Cheiffer , Pieper y Warfield entre otros han considerado y
deducido que del estado infalible e inerrante de los autógrafos para
propósitos prácticos los textos actuales se puede considerar
inerrante. Sin embargo, los que defienden la inerrancia deben bregar
con problemas textuales en las copias existentes.
Esto es sin duda de mucha preocupación, puesto que la autoridad
de las escrituras descansa en su inerrancia impartida por su
naturaleza inspirada. El Dr. Harold Lindsell, un defensor de la
inerrancia bíblica llama la atención al gran peligro que se corre al
negar la inerrancia de las escrituras. En su libro ―The batlee for the
biblie‖ (La batalla por la biblia) Él dice: Una vez que se acepta la
inerrancia   limitada, coloca a la Biblia en la misma categoría con
cualquier otro libro que haya sido escrito. Cada libro contiene en él
algunas cosas que son verdad y lo que es verdadero es inerrante.
Solo dos cosas quedan por determinar una vez que se reconoce esta
posición. El primero es qué proporción del libro es verdadera y que
proporción es falsa. Puede ser 90 por ciento falso y 10 por ciento
verdadero; o puede ser 90 por ciento verdadero y 10 por ciento falso.
Lo segundo que debe determinarse es qué partes del libro son cierto.
Dado que el libro contiene errores y falsedades, por necesidad, otro
criterios fuera del libro deben ser utilizados para determinar qué es
falso y qué es verdadero Cualquiera sea la fuente de los otros
criterios, eso se convierte en el juez del libro en cuestión. Por lo
tanto, el libro se convierte subordinado al estándar contra el cual se
determina su verdad y mesurado. Si la inspiración significa algo, y si
la inspiración pertenece a la totalidad de la Biblia, entonces debemos
ver qué significa inerrancia limitada. Primero, significa que algo fuera
y encima de la Biblia se convierte en su juez. Hay algo que es más
cierto y más seguro que las Escrituras y lo que sea no ha sido
inspirado por Dios Entonces una fuente no inspirada tiene prioridad
sobre una Biblia inspirada. En segundo lugar, nos deja en el vacío sin
ninguna base para determinar qué partes de la Biblia dicen la verdad
y qué partes no‖
Por lo cual, no haciendo omisión de las diferentes variantes que
existen hoy en el texto, las aceptamos como palabra de Dios que el
hombre no tiene la capacidad de comprenderlas o en última instancia
descansamos confiadamente en la soberanía de Dios que permitió
que existieran este tipo de dificultades para aferrarnos más a él por
lo que nuestra concepción de las sagradas escrituras no disminuirá ni
se verá afectada por que se sujetaran en las promesas hechas en las
escrituras mismas que nos dicen que ellas permanecerán
eternamente.
Por tanto nuestra concepción de las escrituras es el del más alto y
elevado honor  y único  en autoridad divina para el hombre en la tierra
por lo que la consideramos infalible e inerrante la cual también esta
afirmada en la declaración de Infabilidad de Chicago (1978) en el
cual dice en la sección de Declaración breve:
― 1. Dios, que es la Verdad misma y dice solamente
la verdad, ha inspirado las Sagradas Escrituras para de
este modo revelarse al mundo perdido a través de
Jesucristo como Creador y Señor, Redentor y Juez. Las
Sagradas Escrituras son testimonio de Dios acerca de
sí mismo.
 
2.                Las Sagradas Escrituras, siendo la Palabra
del propio Dios, escrita por hombres preparados y
dirigidos por su Espíritu, tienen autoridad divina infalible
en todos los temas que tocan; deben ser obedecidas
como mandamientos de Dios en todo lo que ellas
requieren; deben de ser acogidas como garantía de
Dios en todo lo que prometen.
3.                              El Espíritu Santo, autor divino de las
Escrituras, las autentifica en nuestro propio espíritu por
medio de su testimonio y abre nuestro entendimiento
para comprender su significado.
 
4.                              Siendo completa y verbalmente dadas por
Dios, las Escrituras son sin error o falta en todas sus
enseñanzas, tanto en lo que declaran acerca de los
actos de creación de Dios, acerca de los eventos de la
historia del mundo, acerca de su propio origen literario
bajo la dirección de Dios, como en su testimonio de la
gracia redentora de Dios en la vida de cada persona.
5.                              La autoridad de la Escrituras es
inevitablemente afectada si esta inerrabilidad divina es
de algún modo limitada o ignorada, o es sometida a
cierta opinión de la verdad que es contraria a la de la
Biblia; tales posiciones ideológicas causan grandes
pérdidas al individuo y a la Iglesia.‖ (Declaracion de
chicago sobre la infabilidad biblia, (1978))
7.                    Teorías de la inspiración

1.                     Inspiración Naturalista


La Biblia fue escrita por hombres buenos y sinceros que tenían
genio especial, o fuerza intelectual extraordinaria. La Biblia es igual
que otro libro cualquiera de religión que expresa antiguos conceptos y
opiniones de experiencia personal que han tenido los hombres en el
pasado. Aunque Dios haya podido otorgar a sus autores una
capacidad fuera de lo común para expresar conceptos, la Biblia es,
después de todo, una producción humana sin ninguna guía divina y
sobrenatural.
 
2.                     Inspiración Parcial:
Algunas partes de la Biblia son plenamente inspiradas de Dios y
otras partes son meramente palabras humanas. Dios ayudó en
diversos grados a los autores en lo que ellos escribieron, pero no
dándoles por completo la capacidad de escribir las escrituras sin
error. Sólo parte de la Biblia es inspirada, es decir, las porciones
reveladas que se refieren a la verdad divina son precisas y ciertas,
pero no pueden aceptarse las declaraciones de tipo histórico,
geográfico o científico.
3.                     Inspiración Conceptual
No fueron las palabras sino solamente las ideas o los
pensamientos lo que dio Dios, y después los hombres falibles los
expresaron en sus propias palabras. Dios inspiró el concepto que se
envuelve en las Escrituras, pero no las palabras precisas de las
Escrituras. Los autores humanos sólo entendieron parcialmente lo
que Dios les hubo revelado y, al escribirlo con sus propias palabras,
pudieron muy bien haber introducido errores de consideración en sus
escritos.
 
4.                     Inspiración Universal:
La inspiración divina es igual para todos los escritores cristianos en
el mismo sentido Sobrenatural como lo hizo el Espíritu Santo con los
escritores de la Biblia. Se ve en los escritos de los padres de la
iglesia primitiva la plena inspiración que se ve en las epístolas de
Pablo. (Postura católica y los escritos inspirados de las autoridades)
 
5.                     Inspiración Mecánica:
Dios realmente dictó las Escrituras y los escritores de la Biblia
actuaron sólo como taquígrafos. Dios cumplió con exactitud lo que Él
quiso dirigiendo a los autores humanos que escribieran los libros de
la Biblia, pero sin la influencia de su personalidad humana, su estilo
literario o interés personal. La personalidad del escritor humano fue
anulada y el escritor llego a ser un agente pasivo. El Espíritu Santo
inspiraba las palabras pero no a los hombres que usaban las
palabras.
 
6.                     Inspiración Limitada:
Aunque sin negar necesariamente que existen elementos
sobrenaturales en los escritos de las Escrituras. La neo-ortodoxia
declara que hay errores en la Biblia, y de esta forma la Biblia no
puede ser tomada literalmente como verdadera. Dios habla mediante
las Escrituras y las utiliza como medio para comunicarse con el
hombre. La Biblia se hace
Verdadera sólo cuando es comprendida, y la evidencia de verdad
queda a juicio del lector individual como autoridad final.
7.                     Inspiración Plenaria:
El Espíritu Santo dirigía a los escritores de la Biblia en sus
procesos de meditación y de composición sin destruir ni anular su
individualidad ni su estilo literario ni su personalidad; y bajo éste
poder y dirección les hizo capaces de recibir y comunicar las
verdades divinas sin posibilidad de hacer el más mínimo error. Todas
las partes de la Biblia son igualmente inspiradas. El mensaje de la
Biblia es presentado en palabras que fueron aprobadas por el
Espíritu Santo, tal como fueron expresadas por los autores en los
escritos originales y todo lo que han escrito (en los idiomas
originales) es la Palabra de Dios y constituye para la raza humana
una regla infalible de fe y de conducta.
 
 
 
 

EL CANON
 
 
1.                    Introducción
Hoy en día muchas de las más grandes religiones poseen un libro
representativo en el cual esta sus orígenes, sus normativas, sus
formas de culto, su forma de piedad y en general su regla de fe y de
conducta. Por ejemplo, el Corán para los musulmanes es su libro
sagrado, para los judíos la tanak y finalmente para los cristianos, el
libro considerado sagrado, es la Biblia contenida por los 66 libros, 39
del Antiguo testamento y 27 del Nuevo testamento.
 
La división testamentaria surge a raíz principalmente de Hebreos
8:13; 9:18-20; Mateo 14:24; 1 Cor. 11:25 En el cual, hace una
distinción entre el Antiguo Pacto y el cumplimiento del Nuevo
Testamento en Cristo. EL vocablo testamento viene del latín
“testamentum” que también significa voluntad pero que en la biblia se
la utiliza como traducción del griego “Diateke” que se refiere a última
voluntad o acuerdo entre dos partes que no necesariamente son
iguales. El proceso en el cual se estableció este grupo de escritos es
lo que nos concierne Por lo cual es lo que se tratara.
 
2.                    Concepto
El término «canon», tomado por los griegos de los semitas,
quienes a su vez probablemente lo habían tomado de los sumerios,
en su uso original significaba ―caña". Dado que las cañas se
usaban generalmente como varas de medición, la palabra adoptó
diversos significados relacionados con las medidas, entre ellos:
«regla», «norma», «ley», «límite», «lista»,
«índice». El termino Canon o regla, se aplica con diversos sentidos
1.                  Cualquier regla o vara que sirva para medir
2.                  En sentido prefigurado, modelo que permite fijar las
normas, especialmente de los libros clásicos; guía, norma
utilizado en (Ga. 6:16; Fil 3:16)
3.                  Doctrina cristiana ortodoxa, en contraste con la heterodoxa
4.                  Las escrituras consideradas como norma de la fe y de
conducta El término canon proviene del griego, aunque la idea
viene del hebreo.
5.                               El canon es también una lista normativa de libros
inspirados y recibidos de parte de Dios. Cuando hablamos de
canon del A.T. o del N.T. hablamos en este sentido.
En el lenguaje eclesial primitivo el uso del término ―Canon‖ era muy
utilizado:
 
                    ―Kanon‖ se utiliza referido a la regla de fe, la
norma de la verdad revelada: (1 Clem 7:2) menciona el
―glorioso y santo kanon de nuestra tradición‖
                    IRENEO DE  LYON: se refiere frecuentemente la
―regla de verdad‖, acerca de la cual atestiguan ―las
Escrituras y la tradición, pero que, sin embargo, es pervertida
por los herejes.‖
                                      EUSEBIO DE CESAREA emplea el vocablo
―kanones‖ para las listas que compilo de las fechas de los
monarcas asirios, hebreos, egipcios. Se conocen como los
―cánones de Eusebio‖   a listas de referencias y citas de
pasajes paralelos de los Evangelios contenidas en su ―Carta a
Carpiano‖
                    LAS DECISIONES DEL CONCILIO DE NICEA(325)
fueron designadas como
―cánones‖,  en  tanto  que  eran  las  decisiones 
disciplinares  de  los  sínodos,  que funcionaban como reglas
para los cristianos para vivir conforme a ellas
ATANASIO parece ser el primer cristiano que trata
                   
el tema del canon en el sentido de lista de libros inspirados
cuando afirma hacia el 367 d.C. que ―El Pastor de Hermas no
forma parte del canon‖. Además, en su carta de Pascua del año
367, estableció el contraste entre ―los   libros   incluidos en el
canon y transmitidos  y creídos  como divinos‖, con ―los libros
llamados apócrifos‖ Que los herejes mezclaron con los libros de
la Escritura divinamente inspirada. (Mendoza, 2011)
                    Posteriormente, en la edad media, puesto que el
canon se había ―concretado‖   el término canon también se
refería a las escrituras como autoritativas; ―regla de fe‖.
Tomas de Aquino (1225-1274) dijo que ―Solo la escritura
canónica es la regla de fe‖. y en la Confesión de fe de
Westminster (1647) tras el reconocimiento de los 66 libros
añade: “Los cuales son proporcionados por la inspiración de
Dios para ser regla de fe y conducta‖. Afirmando la sagradas
escrituras como el canon o Regla de fe. Hoy la palabra Canon
solo se utiliza para referirse a la lista de libros aceptados como
inspirados, y no como ―regla o patrón de medida‖. Pero el uso
histórico implicaba que el canon es una implicación de la
inspiración. Por tanto regla de fe y conducta.
Por tanto, el termino Canon será utilizado como Atanasio lo hizo,
para referirnos a la lista de libros de fueron Inspirados por Dios y
que la iglesia los compilo.
La canonicidad de las Escrituras tiene que ver con cómo los libros
inspirados por Dios fueron reconocidos por el pueblo de Dios. La
inspiración tiene que ver con cómo los libros de la Biblia recibieron su
autoridad. La canonicidad tiene que ver con cómo esa autoridad fue
reconocida. La canonicidad tiene que ver con la aceptación de los
libros inspirados.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EL Canon del Antiguo Testamento
 
EL canon del antiguo testamento se formó por medio de un
proceso inherente a la historia de Israel. Por lo cual, no fue en un
momento establecido o un hito en el cual marco la historia en el
proceso de formación del Canon del Antiguo Testamento.
1.                     Método de Canonización.
Para que un libro sea considerado, podría decirse, como William S.
L. Dice ―Estos presentan, de una forma que no lo hacen los libros
apócrifos, los acontecimientos y el significado de la historia de la
redención. Se trascienden a sí mismos, apuntan a un día y a una
liberación que están más allá de su propio alcance. Según el
testimonio de estos mismos libros, la historia de la redención desfila a
través de sus páginas hacia un cumplimiento futuro‖
Young expresa con respecto a la forma de ver la inspiración y su
posterior reconocimiento, que ―el creyente posee una convicción
que las escrituras son la palabra de Dios, y esta es una convicción
que es implantada en la mente por la Tercera Persona de la trinidad.
El pueblo de Dios ha poseído esta convicción desde que se escribió la
primera porción de las Escrituras.
No hay duda de que el verdadero Israel reconoció
inmediatamente la Revelación de Dios‖ Por tanto se reconoció a los
libros canónicos o inspirados por medio de su testimonio Interno el
cual en unidad apuntaban a la redención, por testimonio externo y el
reconocimiento de su autoría por una figura emblemática o un
profeta, confirmada por el testimonio del Espíritu Santo.
2.                     Proceso de Canonización
En el antiguo testamento no tenemos evidencia de una discusión
abierta que ponía en tela de Juicio la autoridad de los libros. Los
libros de la Biblia hebrea son tradicionalmente 24, el primer grupo es
el Torah compuesta por los primeros 5 libros (Génesis, Éxodo,
Levítico, Números y Deuteronomio), el segundo grupo es el de los
Nebihim, o Profetas, que se subdivide a la vez en los 4 Profetas
Anteriores (Josué, Jueces, Samuel y reyes,) y los 4 Profetas
Posteriores (Isaías, Jeremías, Ezequiel, y el Libro de los doce
profetas menores). EL tercer grupo se le denomina Ketubim o
Escritos, Comprenden los once libros, Los salmos, Proverbios y Job,
después un grupo 5 Rollos llamados Meguillod, (Cantar de los
Cantares, Ruth, Lamentaciones, Eclesiastés y Esther), por ultimo
Daniel, Esdras. Nehemías (considerado como uno solo) y Crónicas.
Este es el orden de la biblia hebrea en la cual se basa la Biblia
cristiana posteriormente con algunas variantes en el Orden.
 
El proceso de formación de estos grupos, como ya dijimos, fue
algo inherente a la historia del pueblo hebreo, por lo cual estas 3
secciones se desarrollaron y se establecieron hasta algún punto o
hito histórico.
a)                    El pentateuco o Torah
Desde los inicios de la historia hebrea se le atribuyen a un cierto
número de escritos autoridad divina por lo cual eran consideradas
como normativas.
Para el pueblo de Israel, el principio de canonicidad comenzó
cuando recibieron la ley por medio de Moisés en el monte Sinaí. Dios
pronunció palabras duras; el pueblo se comprometió
a obedecerlas que las puso por escrito Ex. 24.3s. Las palabras de
los profetas, desde Moisés eran para el pueblo, la voz de Dios, por lo
cual su obediencia y preservación eran importantes. Pasando las
generaciones los hebreos tenían más conciencia de la palabra
hablada por sus antecesores, guardaron y atesoraron los
mandamientos y las promesas hechas a los patriarcas como palabras
sagradas que servían de fuente de fuerza y consuelo.
Esto se ve en el libro que Moisés proclama como Libro del Pacto
Éxodo 24:7, 2 reyes 22-23;2Cro 34 y posteriormente Esdras lee el
libro de la ley al pueblo Neh 8:9, 14-17; 0:28-39; 13:1-1-3. Estas
menciones del pentateuco hace alusión que desde Moisés, ya
existían un numero establecido de Libros Ex. 40:20, Dt. 31:24-26. La
razón por la cual Moisés escribió el mensaje de Dios es que debían
ser preservados para las futuras generaciones. La mejor forma de
resguardar las palabras de Dios fue por medio de Escritos y esto
posteriormente dio lugar para el surgimiento de las secciones y
posteriormente del Canon.
Es probable que los cinco libros de Moisés, llamados también la
Ley (Torá) o «Pentateuco», se hayan concluido básicamente con la
forma actual alrededor de la época de David 1000 a. C. Es posible
que alguna revisión menor haya continuado realizándose a lo largo
de los siglos aproximadamente hasta el tiempo de Esdras (400 A.C.).
Pero a ciencia cierta no se sabe con certeza cuando fue que el
Pentateuco tomo la forma actual en la que se conoce. Y es muy
probable que pudo haber sido complementado con algunos relatos
que pasaron en forma de tradición oral y también por medio de otros
autores sin llegar a ser sacrilegios o profanaciones, teniendo como
base los escritos de Moisés. A esto hacen alusión estos pasaje de
Josué Jos.24:26 Samuel 1 Sam 10:25 en el cual ya se ve
sobreentendido que existían un libro de la ―ley‖.
 
 
Por muchas otras referencias dentro del Antiguo Testamento y
posteriormente la literatura intertestamentaria el Pentateuco se cerró
en una época muy temprana, por ser la primera sección del Antiguo
Testamento que narra historia primigenia, y que además fue escrito
por un profeta en un apoca muy temprana. Para la época de Esdras
y Nehemías. no hay duda que ya existía la Tora con la posibilidad de
que fue escrito mucho tiempo atrás. Otra evidencia es que después
del regreso del exilio se dio la ruptura definitiva entre los samaritanos
y judíos que llevo al primer grupo a guardar su propia versión de este
grupo de 5 libros.
b)                    Los profetas o Nebihim - Los escritos
o Ketubim
Este segundo grupo llamado Profetas compuesta por Josué,
Jueces Reyes y Samuel, fueron incluidos, aunque fueron autores
desconocidos pero que tenían la autoridad de profeta, quien
representaba a Dios delante del pueblo. Los profetas fueron ya
anunciados. Deut.18:18. Los profetas sabían que eran palabras de
Dios y demandaban obediencia. Isa. 8:5; 31:4; Jer 3:6; Eze. 21:1;
Amos 3:1. sus escritos tenían autoridad y eran considerados como
inspirados.
Se acostumbraba dividir a los Profetas en dos grupos, Anteriores y
Posteriores. Los Profetas Anteriores son los libros históricos: Josué,
Jueces, Samuel y Reyes. Los Posteriores son los grandes
predicadores de Israel: Isaías, Jeremías, Ezequiel y los profetas que
forman el Libro de los Doce. A veces llamados «menores» por ser
relativamente breves. Estos doce escritos con frecuencia se reunían
en un solo rollo. La edición definitiva de los Profetas Anteriores, que
relatan la historia del pacto de Israel desde la conquista de Canaán
hasta el cautiverio babilónico (1250-550 a.C.), no pudo haberse
realizado antes del exilio. Sin embargo, las narraciones son
virtualmente contemporáneas a los acontecimientos que allí se
relatan.
En virtud de ser la continuación de la historia de las relaciones de
Dios con Israel, los libros de los Profetas Anteriores gozaron de la
aceptación y la reverencia del pueblo del pacto. Los títulos
vinculados a los grandes líderes de Israel en especial a Josué y
Samuel, acentuaban su honor; asimismo por hablar de profetas
como Elías y Eliseo y presentar una interpretación de la historia de
Israel semejante a la de los grandes profetas, su prestigio era aún
mayor. No se ha determinado con certeza cuánto tiempo después de
Malaquías se reunió a los Profetas posteriores en una colección.
Quizá muchos de los escritos pre exílicos, como Amós, Oseas,
Miqueas, Isaías, Sofonías, Jeremías, Nahúm y Habacuc, ya habían
sido reunidos en una colección de escritos autorizados durante la
época del exilio, cuando la destrucción y el cautiverio sacudieron de
tal forma al pueblo de Judá que reconocieron que Dios mismo les
había hablado por medio de los profetas, cuando les advirtieron del
desastre.
 
La situación de los Escritos es aún más compleja dada la
diversidad en la naturaleza de los distintos libros. Salmos, Proverbios
y Job son libros poéticos y devocionales. Cinco de los libros, escritos
en rollos distintos, se leían por separado en las diferentes
celebraciones anuales: EL Cantar de los Cantares para la Pascua;
Rut en Pentecostés; Lamentaciones el noveno día del mes de Ab, el
día en que Jerusalén fue destruida en el año 586; Eclesiastés en la
Fiesta de los Tabernáculos; Ester en Purim. Daniel es el único profeta
y en la Biblia Hebrea los Escritos concluían con las narraciones
históricas de Esdras, Nehemías y Crónicas.
La manera con que se agruparon estas 2 divisiones es algo que
no se puede saber a ciencia cierta, pero es sabido que una de las
directrices es que fueron ordenados por el carácter literario, ya sea
profético o narrativo. Aunque aparentemente este algo confuso y
―desorganizado‖   esto es muestra de que estos libros se
desarrollaron paralelamente a los accidentes históricos del pueblo
judío en un progreso. Se cree que cada libro tuvo un proceso
independiente en el cual es muy probable que se haya canonizado
individualmente y posteriormente organizado en estas 2 secciones en
un tiempo posterior cuando se hubo reconocido que la actividad
profética había cesado.
 
 
c)                      Las 3 divisiones establecidas.
La fecha en el que probablemente se ha organizado estos grupos
fue alrededor del 165 A.C. La tradición de 1 Macabeos 1:56; 2
Macabeos 2:13 nos dice que Judas, el autor, recopilo los escritos y
es probable que el los ha organizado en el modo en el que los
tenemos con Crónicas al final por las referencias que hacen de ella
Mateo 23:35 y Lucas 11:51 haciendo referencias desde Gen 4:3-15 a
2 Cr. 24:19-22. Esta división es ya hecha hacia el fin del Siglo II A.C.,
cuando en el prólogo del libro de Eclesiástico se mencionan estas 3
secciones (La ley, los profetas y los otros libros de nuestros Padres)
pero se deja entrever que aún no había un nombre establecido para la
tercera sección del canon. A la primera sección la llama Ley, la
segunda sección, Profetas, pero a la tercera sección simplemente los
describe como los ―escritos ancestrales‖ o ―el resto de Libros‖
También se hace referencia a la división de estas 3 partes y sus
respectivos contenidos es en una Bataitha (70-200 D.C) citada en el
talmud Babilónico Baba Bathra en el cual se asigna autoridad
inspirada a os 24 libros. Esta corrobora el orden del Pentateuco, y
también de los 4 profetas anteriores y cuestiona la orden de los
siguientes libros del que siguen el Orden Hebreo. En 1 Macabeos
12:9 escrita aproximadamente en el siglo 100 a.C. ya se mencionan
los ―libros sagrados que poseemos‖. En 2 Mac 2:13, datado en el
100 A.C se nos habla de una biblioteca, se cree que para este
tiempo de Esdras y Nehemías ya había un canon establecido. Jesús
menciona las 3 divisiones del antiguo testamento. En Lucas 24:44 en
donde Jesús habla, menciona ―la ley de moisés, los profetas y los
salmos‖. ―La ley y los profetas‖ Mat 5:17; 7:12; Luc 16:16 en los
cuales los escritos y los profetas se tomaran en un mismo grupo.
d)                    La evidencia de Josefo
Josefo en su primer volumen de su tratado Contra Apion escrito
hacia el año 100 d.C. dividía el canon hebreo en 3 secciones con 22
libros.
a)                    5 Libros son de Moisés; contienen sus leyes y las
enseñanzas acerca del origen de la humanidad; tiene su
conclusión con la muerte de Moisés.
b)                                      Los profetas que vinieron después de Moisés
consignaron en 13 libros, hasta Artajerjes. Estos libros
comprendían la disposición de la Septuaginta, son Josué,
Jueces – Ruth, Samuel, Reyes, Crónicas, Esdras – Nehemías,
Esther, Job, Daniel, Isaías, Jeremías- Lamentaciones, Ezequiel,
y los 12 profetas menores.
c)                    Los 4 libros restantes podrían ser: Salmos, Cantar
de los cantares, los proverbios y Eclesiastés. (probablemente)
e)                    Discusiones en Jamnia
Aproximadamente al mismo tiempo en que Josefo escribía su
obra, las escrituras hebreas estaban siendo debatidos por los rabinos
que tenían su sede en Jamnia (90 D.C) por la preservación de sus
libros sagrados y su religión ya que el templo judío había sido
destruido (70 d.C.) y se estaba esparciendo una nueva religión que
hacían peligrarlos, esto es el Cristianismo.
Entre algunos libros que tratados eran: Ester (que no menciona a
Dios), Eclesiastés (por sus estallidos de escepticismo y sugerencias
al hedonismo, Proverbios (Por las supuestas contradicciones
internas y Ezequiel. El conflicto con estos libros, no eran que tenían
que incluirse, porque ya estaban, sino al contrario, se debatía si eran
lo suficientemente sagrados para que continúen estando en el
Canon. En este mismo periodo de Josefo y Jamnia, existe otra
referencia de los 24 libros en el Libro de Apocalipsis de Esdras o
denominado en otros lugares como 4 Esdras, escrito después de la
destrucción del templo. En este libro en los versos 14:45 se
mencionan los 24 libros, que parecen ser los 24 libros de la biblia
hebrea.
f)                      Los rollos de Qumran.
Los descubrimientos hechos en el Mar muerto en los años 1947,
sorprendentemente se encuentran todos los libros del Antiguo
Testamento con la excepción de Ester y con la inclusión de Judith,
Jubileos y el libro de Enoc. También se incluyeron varios libros
normativos entre los cuales se distinguían comentario que tenían un
prólogo identificando los libros como revelación entre los que se
podía distinguir los libros canónicos. Es muy probable que los
Esenios concordarían con los libros de autoridad divina, con quizás
algunos diferencias con los Escritos.Ya en los tiempos de Jesús, no
se divisa ninguna discusión con respecto a la autoridad de los libros
del antiguo testamento. Cuando Jesús y sus oponentes citan las
escrituras del antiguo testamento, tanto Jesús como los fariseos y
escribas no descalificaban los argumentos. Por tanto se puede
concluir que con toda confianza que en los tiempos de Jesús ya
existía un consenso entre los judíos sobre el número de los libros
considerados como escritura inspirada y autoritativa del antiguo
testamento. Sin embargo no se puede asegurar lo mismo con
respecto a Ester, Eclesiastés o el Cantar de los Cantares por que no
existen evidencia de ello.
3.                     El Antiguo Testamento Griego
Desde que Alejandro el Magno fundo Alejandría Egipto en el año
331 A.C. hubo un sector judío que creció considerablemente por
diferentes circunstancias, ya sean los conflictos en Judea o las
facilidades y ventajas de una ciudad pujante. Este grupo de judíos
poco a poco fue dejando su idioma materno (hebreo) hasta el punto
en que fue necesario la tenencia de una versión griega de las
escrituras. La traducción griega fue llevada a cabo poco a poco
durante los siglos III y II A.C. (250- 150). Primero la ley porque era
imprescindible para los servicios judíos en las sinagogas.
Posteriormente se la atribuyo origen legendario, la leyenda que decía
que era obra de setenta o setenta y dos ancianos de Israel que
habían sido llevados a Alejandría con ese propósito. Es por esta que
la versión griega recibió el nombre de SEPTUAGINTA (Lat. Setenta).
Parte de la leyenda cuenta que los setenta     ancianos     tradujeron  
el Pentateuco en setenta y dos días consiguiendo una aversión en la
que todos estaban de acuerdo. Esta leyenda se centra en una carta
de Aristeas a finales del siglo II, Tolomeo II Filadelfo que reino en
Egipto. Ordeno por medio de su bibliotecario Demetrio Falereo que
hiciera una traducción. Por instrucciones del rey, Aristeas viajó de
Alejandría a Jerusalén para pedir ayuda al sumo sacerdote Eleazar,
que enviará un equipo de traducción. El sacerdote envió a 72
ancianos, los cuales tradujeron en 72 el pentateuco. Esto
posteriormente se extendió a todo el Antiguo Testamento. Filón, el
filósofo judío de Alejandría atribuía inspiración y autoridad a esta
versión, al igual que Justino Mártir en su Carta de Aristeo (160 d.C)
El orden de los libros en las copias de la septuaginta que han llegado
a nosotros difiere del orden tradicional de la Biblia hebrea y es el que
está detrás del orden evangélico del Antiguo Testamento. Los libros
añadidos son los que posteriormente Jerónimo las denomina
Apócrifos (ocultos), esto es a: Tobías, Judit, 1-2 Macabeos,
Sabiduría, Sirácida (Eclesiástico) Baruc, Carta de Jeremías (Baruc
6); Ester 10,4-16,24 y Daniel 3,24-90 Esta versión es, la que en
tiempos de Jesús era conocida, utilizada y a la  postre fue como el
abono para la llegada del evangelio. Fue por esto que el día del
nacimiento de la Septuaginta fue comparado como el día en que
Israel hizo el becerro de Oro. Los cristianos lograron comprender de
una mejor forma las escrituras que eran mal interpretadas por los
judíos por lo cual adoptaron un libro que converja en Jesucristo.
Posteriormente se produjeron versiones para los judíos
específicamente, como la versión de Aquila y una más popular de
Teodosion (En esta versión, Daniel es superior que a la versión de la
septuaginta).
 
4.                     El Canon Cristiano en la Zona Oriental.

a)                    Los grandes unciales


Los hallazgos de estos códices de la biblia griega completa de los
siglos IV y V d.C. Nos muestran algo acerca de los libros que eran
reconocidos como Santa Escritura. Estos 3 son el Códice Sinaitico
(Aleph), Vaticano (B) y alejandrino (A). En el códice Sinaitico, no se
encuentra desde Éxodo hasta Josué, se cree que es accidental. En
los 3 códices se puede contemplar la inclusión de los libros apócrifos,
los cuales al parecer eran considerados autoritativos como el resto
de los libros.
b)                    La lista de Melitón y la Lista Bilingüe
 
Pocos cristianos hicieron una lista con respecto a los libros
contenidos en el antiguo testamento hebreo; uno de los cuales fue
Melitón de Sardes. En su Sermón Pascual (170 d.C) realiza una lista
que es posible que los consiguiera de fuentes Judías. Y es el primero
que establece esta lista bajo el nombre de ―Los libros del Antiguo
Pacto (Testamentum) Con la excepción de Ester, en su lista se
encuentran todos los libros de la biblia hebrea.
Otra lista es encontrada posteriormente en el año 1056 d.C. en un
manuscrito griego perteneciente a la biblioteca del patriarcado griego
de Jerusalén, Esta lista esta los nombres de los libros se encuentran
tanto en griego como en arameo. Esta lista es denominada Lista
Bilingüe. Esta lista coincide con los 24 libros de la biblia hebrea si
1 y 2 Esdras son Esdras y Nehemías y lamentaciones se incluye
como apéndice de Jeremías.
 
Lista de Melitón Lista bilingüe
1.    Génesis 1.    Génesis
2.    Éxodo 2.    Éxodo
3.    Levítico 3.    Levítico
4.    Números 4.    Josué
5.    Deuteronomio 5.    Deuteronomio
6.    Josué 6.    Números
7.    Jueces 7.    Rut
8.    Rut 8.    Job
9.    1-4 Reinos 9.    Jueces
10.                        1 y 2 Crónicas 10.                        Salmos
11.                        1 y 2 Samuel
11.                        Los salmos de 12.                        1 y 2 Reyes
David 13.                        1 y 2 Crónicas
12.                        Proverbios 14.                        Proverbios
13.                        Eclesiastés 15.                        Eclesiastés
14.                        Cantar de los 16.                        Cantar de los
cantares cantares
15.                        Job 17.                        Jeremías (mas
16.                        Isaías Lamentaciones
17.                        Jeremías – 18.                        Los doce
(lamentaciones) 19.                        Isaías
18.                        Los doce 20.                        Ezequiel
19.                        Daniel 21.                        Daniel
20.                        Ezequiel 22.                        1 y 2 Esdras
21.                        Esdras (mas (Esd – Neh)
Nehemías) 23.                        Ester
 
 

c)                     Orígenes (185- 254)


Paso la mayor parte de su vida en Alejandría, posteriormente paso
a Cesárea de Palestina donde desarrollo su ministerio. Su mayor
obra concerniente es la colección denominada Hexapla (gr.
Séxtuplo), se trataba de una edición del antiguo Testamento donde
se mostraba en 6 columnas verticales (1) el texto hebreo, (2) la
transliteración del texto hebreo en letras griegas, (3) la versión griega
de Aquila, (4) La versión griega de Simaco (5) La septuaginta y (6) la
versión griega de Teodocion.
La lista de orígenes de los libros del Antiguo Testamento, como la
de Melitón, fue conservada por Eusebio. En total suman los 22 libros
de la biblia hebrea adicionando el libro de los doce que posiblemente
se perdió en la transmisión. Clemente de Alejandría que utilizaba la
Septuaginta ampliada, al igual que Orígenes es progresivamente
abandonado al tener contacto con los judíos de Cesárea.
d)                    Atanasio
Atanasio es la primera persona que utiliza la palabra Canon para
referirse a estas como una lista de libros inspirados y autoritativos.
menciona que el Pastor de Hermas que es provechoso pero no
pertenece al Canon. Esto ocurrió en su carta número 39 de 45, que
enviaba para informar acerca de las fechas de la siguiente pascua.
(367) Es también uno de los primeros personajes que llama a los
libros que no pertenecen al Canon como Apócrifos, refiriéndose a
libros subversivos y heréticos. Y también un rango de libros que no
entran en el canon pero que son edificantes. Estos son Sabiduría de
Salomón, Sirac, Ester, Judit y Tobit.
 
 
 
La lista de Atanasio es el mismo de Orígenes, pero separa Rut de
Jueces y omite Ester
 
Lista de Orígenes Lista de Atanasio
1.    Génesis 1.    Génesis
2.    Éxodo 2.    Éxodo
3.    Levítico 3.    Levítico
4.    Números 4.    Números
5.    Deuteronomio 5.    Deuteronomio
6.    Josué 6.    Josué
7.    Jueces con Ruth 7.    Jueces
8.    1 y 2 Reinos (1y2 8.    Rut
Samuel) 9.    1 y 2 reinos
9.    3 y 4 reinos (1y2 10.                        3 y 4
reyes) Reinos
10.                        1 y 2 11.                        1 y 2
Crónicas Crónicas
11.                        1 y 2 12.                        1 y 2
Esdras Esdras
12.                        Salmos 13.                       
13.                        Proverbios Salmos
14.                        Eclesiastés 14.                       
15.                        Cantar de Proverbios
los cantares 15.                       
16.                        Isaías Eclesiastés
17.                        Jeremías y 16.                        Cantar
lamentaciones de los cantares
18.                        Daniel 17.                        Job
19.                        Ezequiel 18.                        Los
20.                        Job doce
21.                        Ester 19.                        Isaías
22.                        Los doce 20.                       
(perdidos) Jeremías con Baruc,
Lam y la epístola
21.                       
Ezequiel
22.                        Daniel
23.                        Ester
 
 
e)                    Los cánones de Laodicea
En el año 363 d.C. poco antes de que Atanasio emitiera su lista.
Se realizó un concilio eclesiástico en Laodicea en el cual se
promulgaron cánones o reglas que fueron reconocidos por los
posteriores concilios como base para la ley canónica. En el canon 59
y 60 enumera
los mismos libros canónicos que Atanasio enumero a excepción
que en Rut se una Jueces y va seguido de Ester por lo cual se cree
que no es genuino.
f)                       Teodoro de Mapsuestia y otros.
Entre los padres que en las últimas décadas del siglo IV hubo
muchos que escribieron sus listas que sustancialmente eran iguales
a las de Orígenes o Atanasio. Entre ellos se encuentra Cirilo (348 –
386) incluye a Baruc con Jeremías así como Lamentaciones y la
Carta de Jeremías... Gregorio de Nacianzo (330 – 390) igual al de
Atanasio. Anfiloquio  (394) igual al de Gregorio y anota que algunos
―incluyen a Ester‖. Epifanio (215-403) Adapto la lista bilingüe y
añade Sabiduría de Salomón.
Entre los padres orientales destacados está el obispo Teodoro de
Mapsuestia (392 – 428), conocido por ser el teólogo más prominente
de la escuela exegética de Antioquia. Su postura es un poco radical
no reconociendo la inspiración de Proverbios y Eclesiastés. No
tenían buena opinión de Cantar de los cantares y rechazo los títulos
tradicionales de los Salmos al igual que Job y Crónicas como
consecuencia presumiblemente que en el tiempo que la versión
siriaca se conformó, estos aún no se habían incluido en la biblia
hebrea. Muy posteriormente en 1642 y 1672 respectivamente, en los
sínodos ortodoxos de Jassy y Jerusalén confirmaron como partes
genuinas de la escritura los libros añadidos de la Septuaginta
Ampliada, esto es 1 Esdras - 3 Esdras, Tobias, Judit, 1-4, Macabeos,
Sabiduría, Eclesiástico, Baruc y la carta de Jeremías. Tomando su
base oficial en la Septuaginta Ampliada. Actualmente es el canon de
la iglesia Ortodoxa oriental aunque a los libros ampliados dan un
grado inferior de Autoridad.
 
 
5.                     EL Canon Cristiano de la Zona Occidental.

a)                    Tertuliano
Desde la segunda mitad del siglo II d .C se vio la necesidad de
una traducción al latín, principalmente en las provincias Romanas
Occidentales como Cartago y la misma Capital Romana. Tertuliano
de Cartago destaco a los finales del siglo II fue probablemente el
primero que Denominaba  a  los  dos  Testamentos  ―Instrumentos‖ 
(en  latín:  Instrumenta)  .El  antiguo testamento era el Instrumento
Pleno de la literatura Judía. Aunque no hay una lista brindada de lo
que él creía que contenía el Antiguo Testamento, se cree que
adoptaba la Septuaginta ampliada. Se sabe que por medio de citas,
consideraba autoritativas el cantar de los Cantares, Sabiduría de
Salomón y la carta de Jeremías, las partes añadidas a Daniel, Bel el
Dragón y el cantico de los 3 hebreos, El apocalipsis de Esdras (4
Esdras), con respecto al Libro de 1 Enoc, no hay evidencia que lo
encontrara lugar en el canon aunque lo aprobaba. En la iglesia Etíope
si lo reconocen como autoritativa. Otro de los escritos autoritativos
para Tertuliano fueron los Oráculos Sibilinos, eran poemas judíos y
cristianos compuestos en idioma profético compuesto entre el 200
A.C. y el 259.d.C.
 
 
b)                  Jerónimo (346- 420)
Su nombre completo era Eusebius Sofronius Hieronymus en latín.
Nació el 346 d.C. en Estridon, en Dalmacia. Fue educado en Roma
en la escuela de Donato, una de las escuelas de gramática más
importantes y finalmente se licencio en Literatura griega y Latina. Sus
primeras obras cristianas fueron una nueva edición de los evangelios
y del salterio en latín. Posteriormente produjo una revisión de los
Salmos, para lo cual aprovecho la Hexapla de Orígenes en Cesárea.
Posteriormente convencido de la necesidad acudirá a los originales
hebreos, se dedicó traducir a partir de esta, terminando su obra en el
405 d.C. esta obra incluía su nueva versión del salterio hebreo. Se
dice que tuvo que acudir a judíos para que le ayudaran en la
comprensión del hebreo, entre ellos esta Tiberias, Lydda y Bar Anina.
Su estudio fue muy profundo a tal punto que inevitablemente
examino la cuestión de la Septuaginta Ampliada. Reconoció el
número del Canon Hebreo con 24 libros que creía que eran los 24
ancianos del Apocalipsis, pero prefería considerarlas 22 por el
número de letras del alfabeto hebreo. Jerónimo hace solo una
distinción entre los libros a diferencia de Atanasio. Para Atanasio
existían 3 categorías, los Canónicos, los libros que no están dentro
del Canon pero que son edificantes y los apócrifos (los que son
totalmente subversivos al evangelio). En cambio para Jerónimo,
todos los libros que no son considerados Canónicos son
denominados Apócrifos que equivalen a los libros edificantes de
Atanasio pero también que no pueden ser considerados para
formular doctrina. La versión latina la denominó Vulgata Latina.
c)                     Agustín (354 – 430)

Agustín obispo de Hipona, era coetáneo de Jerónimo más joven, era


más fuerte en lo que Jerónimo era débil. Era un gran pensador
Agustín reconocía la importancia de los idiomas originales, pero no
estaba de acuerdo con la implementación de una traducción por la
costumbre hacia la septuaginta y los conflictos que atraerían dicha
implementación. En su canon, Agustín, enumera 44 libros incluyendo
los denominados apócrifos por Jerónimo y las añadiduras de Ester,
Daniel, Lamentación, Baruc y la carta de Jeremías. Puesto que
Agustín atribuye autoridad inspirada a la Septuaginta y considera real
la leyenda de los 70 ancianos, atribuye mayor peso a la lista de la
septuaginta que a la de Jerónimo, aunque no descarta el uso de la
Biblia hebrea a la cual igualmente consideraba Inspirada.
 
 
 
d)                  Los concilios de la Iglesia
En el año 393, hubo un concilio en Hipona en el cual se estableció
los límites del Canon según el poderoso precedente de Agustín, este
también fue resumido en el tercer concilio de Cartago 397 Estos
cánones no fueron impuestos por la iglesia sino que fueron
ratificados. En el Año 405, el papa Inocencio Incorporo una lista de
libros canónicos iguales a la lista de Agustín. En el Sexto concilio de
Cartago 419 se volvió a ratificar los libros canónicos con la inclusión
de los libros apócrifos. Posteriormente el Papa Galeciano en el
―decreto Galeciano‖ proporcionó la misma lista de la Vulgata
intercalando los libros apócrifos promulgados en el concilio de Roma
(382)
6.                     Antes y después de la Reforma.

a)                    De Jerónimo a la Reforma


En años posteriores a Jerónimo, Su versión de la Vulgata fue
adoptado oficialmente en la iglesia occidental, pero con los aumentos
de los apócrifos de Jerónimo más algunos otros que ni siquiera se
habían considerado como. 3º y 4º de Esdras, la oración de Manases.
Fue hasta el siglo XII donde se volvió a cuestionar el canon del
Antiguo Testamento. En 1141, en la abadía de San Víctor en Paris,
Hugo de San Víctor el prior, enumero una lista de lo que considera el
canon del antiguo testamento excluyendo a Tobías, Judit, Macabeos,
Sabiduría de Salomón y Eclesiástico. Esto muestra una evidencia de
la disconformidad con la lista oficial de la iglesia y la influencia de la
lista de Jerónimo.
Posteriormente en 1184, 1395, Wyclif, tradujo 2 versiones
completas al inglés, en los cuales incluían los libros apócrifos con
toda naturalidad tomando la base de la Vulgata más los apócrifos
añadidos.
b)                    Desde la reforma hasta hoy
Cuando la reforma floreció, Lutero en su controversia con John
Eck, afirmó la autoridad de la escritura (sola Escritura) por encima de
la eclesial, la cual había fundado el sistema de Indulgencias y el
purgatorio en algunos libros Apócrifos. Su juicio sobre estos libros
incluyen Ester, 2 Macabeos, posteriormente aceptó la diferenciación
de Jerónimo y en su traducción al alemán (1534), aunque tradujo los
apócrifos. los diferenció como útiles para la lectura pero no iguales a
la Santa Escritura. EL principio que guiaba a Lutero para considerar
los textos del Antiguo Testamento era aquello de lo cual podía
Predicar a Cristo.
 
 
Tyndale, en su traducción del Antiguo Testamento, completada en
1534 después de su muerte. Introdujo pasajes de libros Apócrifos. La
Biblia Inglesa de Coverdale (1535) siguió el patrón de las BibliaS del
continente, con los apócrifos separadas y colocadas después de
Malaquías. La Biblia de Thomas Matthew (1537) editada por John
Rogers, reprodujo los apócrifos de Coverdale y añadió la oración de
Manases. Y De similar manera fueron los predecesores.
En el concilio de Trento (1545), en pos de la Contrarreforma, entre
otras cosas que determino fue la lista oficial para la iglesia católica, en
el cual se estableció la lista de la Antigua Vulgata que incluían los
Apócrifos, llamados por ellos Deuterocanonicos dejando de lado la
distinción que hizo Jerónimo. Esta fue probablemente la única vez
que un concilio general o ecuménico determino el establecimiento del
Canon para la iglesia Católica. El reconocimiento de la Vulgata
requirió una nueva edición de esta lo cual llevo a la nueva edición
oficial llamada Vulgata Clementina (1592) después de la fallida
edición Sixtina (1590). El decreto de Trento fue ratificado en el
Concilio Vaticano Primero (1869 – 70) en 1562, en la iglesia de
Inglaterra, los 39 artículos que son autoritativos, incluyen la sección
de las escrituras en el cual ratifican el canon de Jerónimo,
distinguiendo los libros canónicos de los no canónicos, pero utilizados
para la lectura.
En siglos posteriores, las versiones de la King James (1611)
incluían los apócrifos como naturales pero fueron prohibidos por el
Arzobispo de Canterbury George Abbot, un calvinista. Tres años
después, con al favor y el crecimiento de los Puritanos, se estableció
la Asamblea de Westminster, en el cual se declara que los libros
denominados apócrifos, no son mayores en valor que cualquier otro
libro humano. Con este precedente, a partir de ese entonces, las
biblias (Protestantes) dejan de incluir los apócrifos.
 
 
 
 

EL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO


 
     Método de canonización
Pata la consideración de los libros del Nuevo Testamento, la
iglesia primitiva contaba con al menos estos 5 principios de
Canonización.
c)                     AUTORIDAD
Esta es quizá la más importante pregunta, ¿habla este libro con
autoridad? Fue por medio de este criterio que los profetas fueron
reconocidos. Las frases, «La palabra del Señor vino al profeta», «El
Señor dijo a», o «Dios habló» hacen patente su autoridad. Por otro
lado, la falta de autoridad llevó al rechazo de muchos libros cuyas
pretensiones no sonaban ciertas y al cuestionamiento de otros, como
Ester, donde la autoridad estaba presente pero no era evidente.
d)                   PROFETISMO O APOSTOLICIDAD.
La siguiente pregunta era, ¿fue este libro escrito por un hombre de
Dios? Este es el argumento que Pablo usa en Gal. 1:1-24 para que la
carta sea aceptada y en 2 Tés. 2:2, para que algunos escritos sean
rechazados. Los libros debían haber sido escritos por apóstoles o
sus asociados inmediatos, como Lucas o Marcos.
e)                  AUTENTICIDAD.
Otra pregunta importante era, ¿dice este libro la verdad acerca de
Dios, el hombre, etc., tal y como la anterior revelación la da a
conocer? ¿Registra los hechos tal y como ocurrieron? Este fue el
criterio usado por los de Berrea para juzgar la enseñanza de Pablo
Hch. 17:11. La armonía con la enseñanza de la revelación anterior no
hace a un libro canónico, pero la falta de armonía lo elimina como tal.
La mayoría de los apócrifos fueron rechazados sobre esta base.
Varios de estos libros contienen errores históricos e inconsecuencias
morales  1 Jn. 4:1-6. Además, varios de los libros canónicos fueron
cuestionados por su aparente inconsecuencia con la revelación
anterior, como Santiago, que parece contradecir a Pablo, o Judas,
que puede haber citado un libro pseudoepigráfico.
f)                      PODER INTRÍNSECO
¿Evidencia este libro el poder de Dios? Si un escrito no daba
evidencia de tener poder para transformar las vidas, se concluía que
no podía venir de Dios (Cf. He. 4:12). Pablo hace referencia a este
principio en 2 Ti. 3:15. Dt. 18:20ss también tiene que ver con la
consideración del poder divino en un escrito. Cuando se cambia de
leer un libro canónico a uno no canónico, la ausencia de frescura,
originalidad y dinamismo son evidentes. La aplicación de este
principio colocó en entredicho por algún tiempo libros como Cantares
y Eclesiastés.
g)                    RECEPCIÓN
¿Ha sido este libro aceptado generalmente por el pueblo de Dios?
En comparación con los criterios actuales, durante los primeros
siglos de la era cristiana el transporte era lento y las comunicaciones
pobres. Por esta razón no hubo acuerdo oficial de manera alguna
acerca de la lista completa de libros canónicos durante los primeros
siglos. Esto significa que cuando la decisión final fue tomada y, en
muchos casos mucho antes que eso, la colección y listado de los
libros estaba siendo realizado por personas a quienes los libros no
habían sido originalmente dirigidos. Así que necesariamente hubo
que depender del testimonio, la circulación, el uso, y los cuatro
principios arriban mencionados para tomar una decisión final acerca
de la aceptación de algunos libros. En un sentido, entonces, la
aceptación de un libro por los concilios de los siglos posteriores no es
un testimonio independiente fuerte para la canonicidad de ese libro.
Es más una confirmación, y sirve para el propósito obvio de hacer
final la decisión y la disponibilidad de los libros. Después de todo, si
los padres no hubieran coleccionado y diseminado los libros, ¿qué
bien se hubiera logrado del hecho que los padres primitivos los
hubieran aceptado? La continuación de los libros canónicos necesita
no sólo su colección y reconocimiento, sino también su transmisión a
las generaciones siguientes. Cuando se habla de la aceptación de
los libros canónicos, se hace referencia a una aceptación inicial por
parte de aquellos a quienes los libros fueron originalmente dirigidos 1
Tes. 2:13 y a la aceptación final por la iglesia universal. Además, la
aceptación del pueblo de Dios tiene que ver con la iglesia verdadera
y no con grupos heréticos. Core, Datan y Abrirán no tenían en muy
alta estima a Moisés Nm. 16, como tampoco los que torcían los
escritos de Pablo 2 P. 3:15
Estos principios establecidos no fueron usados como en una
asamblea en el cual deliberaron acerca de cada libro. Fue un
proceso histórico en el que estos principios fueron guías para el
pueblo de Dios para reconocer los libros inspirados y canónicos.
 
 
7.                     Proceso de Canonización.
Jesucristo y los apóstoles no pusieron ninguna palabra por escrito
sino fuera por necesidad. Jesús nunca escribió ningún libro, ningún
tratado, al contrario los apóstoles, por la impuesta necesidad de
referirse a las congregaciones en las que no podía estar se vio
obligado por el amor que les tenía, a reprenderles y amonestarles
por medio de Cartas. Es muy probable que su intención no fuera que
sus cartas perduraran para la posteridad, pero en vista de la
necesidad, la iglesia primitiva reunió sus escritos reconociéndolos
como autoritativos e utilizándolos. Hubo algunos casos en los que se
prefería tradición oral como Papias (125) que declaro ―Que no
obtendría el mismo efecto de lo aprendido en los libros que de la viva
voz perdurable‖. No podemos estar seguros a lo que se refería con
―los libros‖ pero es muy probable que conociera almenas 2 de los
evangelios. Esto lógicamente que a la postre se hizo insostenible con
el transcurrir del tiempo.
La enseñanza de los apóstoles, en la iglesia primitiva, se las
consideraba como autoritativas, aunque en el caso de Pablo hubo
cierta resistencia, pero Él defendió su apostolado arguyendo su
autoridad en Jesús y por lo tanto sus interpretaciones junto con los
demás apóstoles eran considerados autoritativos. Clemente de
Alejandría, en su carta a la iglesia de Corinto (96 d.C) cita las palaras
de Jesús como autoritativas al mismo nivel que las escrituras del
Antiguo Testamento introduciéndolo ―Así dice el Señor‖. Ignacio,
obispo de Antioquia (110 d.C) hace referencia a algunas personas
que rehúsan obedecer a las palabras a menos que no se encuentren
―en los archivos‖, probablemente refiriéndose a alguno de los
evangelios. Cuando Ignacio responde, ―La escritura dice‖, la
respuesta es el problema y dice ―he ahí el problema‖ cuestionando
la autoridad que se le da al evangelio a la par del antiguo
Testamento.
Posteriormente se van haciendo más citas de los evangelios
refiriéndose a ellas como ―las escrituras‖. Por ejemplo en la Homilía
del Siglo II denominada Segunda Epístola de Clemente, este lo hace
citando Isaías 54:1 como ―así dice las escrituras‖   posteriormente
incluye Mateo 9:13 y 10:32. La epístola de Bernabé (siglo I) introduce
Mate 22:14, con ―Como está escrito‖ Policarpo Obispo de Esmirna
en su carta a la iglesia de Filipo entre el año 110 y 120 d.C. dice
refiriéndose a sus lectores de sus discípulos que ―eran bien
versados en las sagradas cartas, que se dice en estas
Escrituras, Temblad y no pequéis… y no se ponga el sol sobre
vuestro enojo‖ citando Salmo 4:4 y Efesios 4:26. Los mismo hace el
líder gnóstico Basilides contemporáneo de Policarpo que de igual
forma cita Romanos 8:19-22 y 1 Corintios 2:13 con la expresión
―Como está escrito‖. De la misma manera hay citaciones de
Dionisio, obispo de Corinto (170 d.C) condenando a quienes están
pervirtiendo las escrituras del Señor. Es muy probable que se haya
estado refiriendo a alguno de los evangelios o alguna epístola. Al
mismo tiempo el Palestino Hegesimo pudo informar en sus viajes
pastorales que las iglesias a las cuales visito están obedeciendo la
ley, los profetas y EL Señor
Estas menciones nos muestran que la autoridad de las palabras y
los escritos que había con respecto a Jesucristo y los apóstoles les
hacían no menores a los escritos del antiguo testamento, y precedían
a su canonización. En la primera mitad del Siglo II por tanto, ya iban
tomando forma las colecciones de los cuatro evangelios y la
colección de las catas de Pablo.
a)                    Los 4 evangelios
El termino evangelio se utilizaba para referirse al mensaje de
Salvación predicada por Jesucristo, los apóstoles y posteriormente a
los relatos escritos de la buenas nuevas a una localidad en particular
y finalmente a los cuatro libros evangelios. La primera evidencia que
se hacía referencia al evangelio. Lo hace Ignacio en su carta a la
iglesia de Esmirna cuando dice que herejes no han sido persuadidos
ni por profetas ni por la ley de Moisés ni por el evangelio. Esta
alusión es probablemente al evangelio de Mateo que es
contemporáneo. Papias menciona ampliamente el evangelio de
Marcos como quien escribió desordenadamente por qué no lo oyó
pero que se esforzó por no cometer errores. Una generación
después de Papias, Justino Mártir, en su escrito Dialogo habla de
las memorias de Pedro, probablemente refiriéndose al evangelio de
Marcos, y en su Primera Apología habla de Las memorias de los
pastores a los cuales los califica de evangelios. Taciano, el discípulo
de Justino, fue probablemente el primero que menciona los 4
evangelios en una sola obra. Después del martirio de Justino 165
d.C., presento una edición de los evangelios; su Diatesarón
(armonía de 4 voces) en el cual menciona los cuatro evangelios
conocidos con algunas variantes. Esta versión fue muy popular y fue
utilizada hasta el siglo II en su versión siriaca y posteriormente en
griego.
El testimonio más antiguo de los cuatro evangelios que se tiene, es
el Papiro 45, de principios del siglo III, que contiene fragmentos de
los 4 evangelios y también de Hechos lo cual era sorprendente.
b)                    El corpus Paulino
Se desconoce por medio de que o en qué lugar se produjo la
primera edición de la colección de las cartas de Pablo. Algunos la
atribuyen a Lucas y del lugar se ha propuesto Éfeso, Corinto y
Alejandría. No obstante es importante notar que desde el siglo II las
cartas de Pablo circularon como un cuerpo.
La copia más antigua que se tiene de este cuerpo es el manuscrito
denominado Papito 46 escrito alrededor del año 200 d.C. En el cual
no incluye las epístolas pastorales e incluía hebreos. Es muy
probable que la colección solo tenga 10 cartas. Antes de las
colecciones, el mismo apóstol Pablo anima a que sus cartas sean
reunidas y leídas Col 4:16, Gal 6:1. Algunos ven en Efesios las
marcas de una encíclica y que romanos circulo en varias iglesias de
Roma. Para el año 96 d.C. Clemente de Roma, ya cita 1 Corintios, por
lo cual se cree que ya tenía acceso a varias de las cartas. No se
puede saber cuándo o en qué momento se incluyeron las cartas
Pastorales. Al final del siglo II, circulaban la colección de los
Evangelios porque conservaban las palabras de Jesús reconocidas
por la iglesia, y el Corpus Paulino por que conservaba la enseñanza
de alguien cuya autoridad como Apóstol de Jesucristo a los gentiles
era reconocida. Estas colecciones juntas fue posible gracias a un
documento importante; Hechos, que fue puesto naturalmente al lado
del Evangelio de Lucas cuando este fue incorporado a la colección.
c)                     Marción
Marción es el primero del que se tiene registro que trato de
establecer un Canon del Nuevo Testamento aunque con terribles
presuposiciones. Creía en que el Dios del Antiguo Testamento era
diferente al manifestado en el Nuevo Testamento, por lo que
consideraba que el auténtico portador del evangelio de Jesucristo fue
solo Pablo. Quitó todas las partes de su canon del Nuevo Testamento
que tenía alguna referencia al Antiguo Testamento. De los evangelios
solo incluyo a Lucas porque era Gentil y consideraba que no estaba
corroído como los demás. Su Nuevo Testamento lo denomino El
evangelio y el Apóstol el cual contenía una versión modificada del
Evangelio de Lucas más 10 cartas de Pablo excluyendo las cartas
pastorales. Su corpus paulino estaba compuesta por Gálatas, 1 y 2
Corintios, Romanos, Tesalonicenses, 1 y 2 Laodicenses (Efesios),
Colosenses, filipenses y Filemón.
Este precedente en cierto sentido hizo ver la necesidad de la
iglesia católica de contar con un canon de libros autoritativos y
reconocidos por todos para rechazar el canon propuesto por
Marción.
d)                    Valentino y su Escuela
Valentino fue un gnóstico contemporáneo a Marción (135- 169
d.C). En su tratado del Evangelio de la verdad alude a Mateo y
probablemente a Lucas y Hechos. En su Epístola a Regino acerca
de la resurrección menciona 1 Corintios y ecos del resto de las
cartas Paulinas y muestra su conocimiento de los evangelios
sinópticos y de Juan.
 
 
 
e)                    La respuesta Católica
 
 
Ante la necesidad y urgencia de contar con un canon del Nuevo
Testamento para poder hacer frente a los desafíos de los nuevos
grupos religiosos que se levantaban. A diferencia de Marción
acepaban las escrituras del Antiguo Testamento y reconocían no solo
un evangelio, sino los 4 evangelios incluyendo las 10 cartas paulinas
más las cartas pastorales junto a otras epístolas de otros apóstoles.
En este proceso, el libro de Hechos tuvo una importancia
trascendental proporcionándole su estructura Orgánica
 

f)                      El fragmento de Muratori


EL teólogo Ludovico Antonio Muratori en 1740 publico una lista de
libros en latín que aparecen en un códice copiado del Siglo VII u VIII
que a su vez pertenecían a un códice fechado en el Siglo II. En este
fragmento se encuentran 21 libros que eran autoritativos para la
iglesia. EL pastor de Hermas fue referenciado como edificante pero no
canónico. Entre algunas cartas que se omiten con cierta sorpresa son
1 y 2 Pedro y ni se menciona hebreos ni 3 Juan
g)                                                                               Testimonios del Siglo II y III
  Ireneo de Lyon en sus obras Contra las Herejías y Una
exposición y refutación del falso conocimiento es evidente el
amplio uso de libros del Nuevo Testamento especialmente de los evangelios de
los cuales escribe comentarios acerca de sus orígenes. Muchos sugieren que en
el periodo entre Marción e Ireneo se formó el Canon del nuevo Testamento.
Ireneo utiliza ampliamente los términos Nuevo pacto y nuevo Pacto, pero no en el
sentido que lo harían Clemente de Alejandría y Tertuliano... Según el testimonio
de Eusebio, Ireneo citaba frecuentemente 1 juan y 1 de Pedro al igual que El
Pastor de Hermas como Escritura. Por lo cual se concluye que utilizaba la misma
lista de Muratori con la inclusión de 1 Pedro y Juan, excepto Hebreos, Santiago 2
Pedo y 3 Juan y Judas. Hipólito de Roma 170-235 en sus obras Refutación de
todas las herejías y la Tradición apostólica menciona el evangelio de Juan y el
Apocalipsis a las cuales les otorgo el mismo nivel de las escrituras del Antiguo
Testamento. Conoce Hebreos y al igual que 2 Pedro, Santiago y Judas además
del Pastor de Hermas, La Didaje y La carta de Bernabé, pero no la trata como si
fueran escrituras. Novaciano en su tratado De la Trinidad escrito alrededor del
año 250 apela a lo que él denomina la `regla de fe` que es el resumen de la
enseñanza de las Escrituras en la cual cita frecuentemente los evangelios,
especialmente de Juan y las cartas de Pablo asignándoles de igual forma la
misma autoridad que los escritos del Antiguo Testamento.
 
Tertuliano de Cartago en sus escritos (196-212d.C.) encontramos
por Primera vez el termino Nuevo Testamento para la segunda
parte de la Biblia Cristiana. Melitón de Sardes uso el termino Antiguo
Pacto el cual según Hebreos 8:13 y 2 Corintios 3:14 se implicaban
un Nuevo Pacto. Esta palabra tiene su origen latino y significa Última
voluntad que se utilizó para la traducción de la palabra griega
Diateke. Tertuliano conocía el canon de las escrituras por lo que
acusas a Valentino de malinterpretar las escrituras y a Marción de
mutilarlo. No enumera la lista de estos libros, pero era evidente que
conocía y reconocía los cuatro evangelios, Hechos, las trece
epístolas de Pablo, 1 Pedro, 1 Juan y Apocalipsis al igual que Judas
y omitiendo Santiago, 2 Pedro y 2 y 3 de Juan. Acerca de Hebreos
nos dice que aunque él no tenía la autoridad para incluirlo en el
canon, él lo reconocía digno de estarlo atribuyéndolo a Bernabé. Los
mártires escilitanos en el año 180 d.C al tiempo de ser interrogados
por una caja que contenían libros, ellos respondieron que eran
Libros y lo escritos de un hombre llamado Pablo. Como Siclialum
es una provincia Egipcia en el norte de África, se presume que se
trataría de las primeras versiones de las cartas de Pablo en Latín.
Cipriano de Cartago martirizado el año 258 d.C. conocía la biblia en
latín y los escritos de Tertuliano a quien lo reconocía como Maestro.
Según su lista de libros, el Nuevo Testamento constaba de los cuatro
Evangelios, Hechos, Las cartas de Pablo a siete iglesias y a Timoteo
y Tito, 1 Pedro, 1 Juan y el Apocalipsis. No cita en ningún lugar a
Filemón ni a las cinco cartas católicas, es decir 2 Pedro, 2 y 3 Juan y
Judas ni mucho menos Hebreos aunque aparentemente aparezcan
citas de esta última. Reconoce como autoritativa EL Pastor, de
Hermas y muy probablemente la Didaje.
h)                    Los padres alejandrinos.
Clemente de Alejandría fue contemporáneo de Tertuliano. Y entre
sus escritos sobrevivieron el Protrepcus o Exhortación, EL
Pedagogo, Extractos de escritura profética, Ocho volúmenes de
Misceláneas y Bocetos. En esta última hace referencia a Una
tradición de
los ancianos primitivos en cuanto a los cuatro evangelios,
reconoce Hechos, el Apostos que es la colección Paulina añadiendo
las cartas pastorales y Hebreos según la tradición Alejandrina que la
atribuía también a Pablo. Además, se hallaron referencias de 1
Pedro, 1 y 2 Juan y Santiago. Es el primero que se refiere a las
cartas de Pedro como católicas y reconoce el Apocalipsis de Juan.
Muy aparte cita las obras de La carta de Bernabé, EL apocalipsis de
Pedro, el evangelio de Hebreos, la cata de Clemente de Roma, la
didaje, el pastor de Hermas, Predicaciones de Pedro, La tradición de
Matías, los Oráculos sibilinos entre otros.
Orígenes (185-254 d.C.) no ha dejado ninguna lista de los libros
del Nuevo Testamento al igual que del Antiguo Testamento. Hay
referencias que citaba constantemente los cuatro evangelios, las
epístolas Paulinas, Juan y de Hebreos. Aunque el termino
Testamento era muy nuevo para él, se enfocó más en distinguir los
libros autoritativos. Entre los libros Indiscutibles o reconocidos
estaban los cuatro evangelios, Hechos, las Epístolas de Pablo, 1
Pedro, 1 Juan, y el Apocalipsis. No menciona el número de las cartas
de Pablo pero por las referencias se cree que reconocía 13 cartas
incluyendo Hebreos el cual lo reconocía por la tradición al parecer
aceptaba que era de Paulino pero que finalmente declaro que `Solo
Dios sabe quien escribió en realidad la epístola`. No obstante,
esta carta la incluía dentro las cartas discutibles, al igual que 2
Pedro, 2 y 3 Juan, Santiago y Judas. Orígenes es el primer personaje
que menciona 2 Pedro. Por tanto Orígenes menciona los 27 libros del
Nuevo Testamento de los cuales 21 son reconocidos y 6 dudosos
pero incluyendo otras obras autoritativas como la DIdaje, la carta de
Bernabé junto al Pastor de Hermas, el Evangelio de los Hebreos y
los Hechos de Pablo, los cuales fueron reconsiderados una vez que
se trasladó a Cesárea. Una categoría aparte son los Falsos en donde
incluye el Evangelio de los Egipcios, el Evangelio de los doce
Apóstoles, el Evangelio de Basilides y otros evangelios y Hechos
Heréticos. Dionisio , el sucesor de Orígenes cuando este se fue a
Cesárea en el año 231 d.C, como obispo de Alejandría hasta su
muerte el 265 d.C. quien cuestiono la Autoría de Apocalipsis
considerándolo de otro Juan y no el mismo que el del evangelio y la
Epístola. Por lo cual reconoció lo que posteriormente fue llamado
Canon dentro del Canon.
i)                       Eusebio de Cesárea
Eusebio fue obispo de Cesárea (314-339 d.C.) es considerado el
segundo historiador más grande después de Lucas. En su principal
Obra Historia Eclesiástica nos hace conocer que los escritos del
Nuevo Testamento en su tiempo, estaban catalogadas en 3
categorías: 1. Los reconocidos Universalmente. 2. Los discutibles y
3. Los espurios. Su actual lista es la siguiente
 
 

Reconocid Discutidos Espurios Espurios


os (edificantes) (heréticos)
universalment
e
1.    Los 4 1.    Santiago 1.    Hechos 7.    Evangelios
evangelios 2.    Judas de Pablo de Pedro, Tomas
2.    Hechos 3.    2 Pedro 2.    El Pastor Matías.
3.    Las 14 4.      2 y 3 de Hermas 8.    Hechos de
epístolas de Juan 3.    Epístola Andrés, Juan y
Pablo de Bernabé otros.
4.    1 Juan 4.   
5.    1 Pedro Enseñanzas de
6.    los apóstoles
Apocalipsis de 5.    Evangelio
Juan de Hebreos
6.    El
evangelio de
Juan
 
 
No mucho después de que Constantino inaugurara su nueva
Capital en Constantinopla (300d.C.) pidió a Eusebio que haga 50
copias en griego preparadas para el uso de las iglesias de la Ciudad.
Esto se llevó a cabo exitosamente por Eusebio. Nada se sabe de las
fuentes y la cantidad de libros que contenía. Hoy se especula que los
códices Vaticano y Sinaitico podrían ser dos de las cincuenta copias
y que su fuente fue el de Luciano de Antioquia (Martirizado en el 312
d.C.). Este podría ser el antepasado del hoy conocido Texto Bizantino
o Mayoritario lo cual ayudaría a explicar la popularidad de este texto,
sin embargo no es algo probado , por lo que Eusebio, más bien,
podría haber utilizado un tipo de texto de Cesárea.
Con respecto a la cantidad de libros, es evidente que tomo las que
en su lista las califica las aceptadas universalmente (incluyendo
Hebreos y apocalipsis) más las 5 discutidas que en total suman 27
libros. El orden que adoptaría Eusebio es evidentemente la que
seguía en su listado: Los cuatro evangelios, Hechos, las epístolas
Paulinas con Hebreos, La epístolas Católicas y el Apocalipsis
cambiando los de los códices unciales que ponían las epístolas
universales después de Hechos. Por tanto para el tiempo de Eusebio
se ve puede evidenciar que el Canon del Nuevo testamento ya
estaba formado a pesar de que algunos libros estaban siendo
levemente discutidos.
 
 
j)                       Los unciales más antiguos
Contemporáneos a Eusebio se datan lo unciales primitivos de los
cuales extraemos las listas más antiguas de los libros del Nuevo
Testamento. EL códice Sinaítico es el único que preserva todos los
libros completos. La colocación de Hechos después de las epístolas
paulinas refleja que se le incluía en su unión con el Corpus Paulino
además de la inclusión de EL pastor y la Epístola de Bernabé. Se
omite 3 Juan y Filemón En el códice Vaticano, el lugar de hebreos es
al igual que en el Sinaítico, antes de las epístolas Universales pero
estas a su vez están antes que las epístolas paulinas. Se omiten las
epístolas Pastorales, Filemón y Apocalipsis. El códice Alejandrino
tiene muchos pasajes extirpados, pero tiene los 27 libros del Nuevo
Testamento añadiendo 1 y 2 Clemente y Salmos de Salomón que
está en su índice.
k)                   Atanasio y los padres Orientales.
Atanasio como hemos visto, dedico la mayor parte de su carta
Pascual 39 que anunciaba la semana santa del año 367 a hablar del
canon de la Escritura y sus límites. Después de nombrar los 39 libros
del Antiguo Testamento, continúa con la lista de libros del Nuevo
Testamento. Atanasio es el primer escritos conocido que
exactamente los 27 libros del Nuevo Testamento., aunque su orden
es el mismo que el Alejandrino. Por los libros apócrifos, Atanasio
entiende que son los libros ―Falsos‖ de Orígenes y los
―Heterodoxos o espurios‖ de Eusebio de los cuales no hace ni
siquiera mención. Aunque reconoce que la didaje y El pastor no eran
canónicos, eran obras edificantes que podrían ser leídas. En el
concilio de Laodicea, en su canon número sesenta menciona la lista
de libros del Nuevo Testamento, el cual es el mismo que el de
Atanasio excluyendo Apocalipsis.
Entre algunos Padres griegos posteriores, están Cirilo de
Jerusalén, que murió el año 386, y que en una de sus conferencias
catedráticas trata las Escrituras Inspiradas por Dios en el cual
amonesta a no tomar en cuenta otros evangelios aparte de los cuatro
reconocidos, ni los que se dicen ser Edificantes, es decir, el Pastor y
la didaje. Cirilo reconocía el mismo canon que Atanasio en el mismo
orden. Gregorio de Nacianzo escribe de igual forma, acerca de os
Libros genuinos de la escritura inspirada, enumerando los libros
del Nuevo Testamento de la siguiente forma: Mateo, Marcos, Lucas,
Juan, Hechos, las catorce cartas Paulinas, las siete epístolas
católicas de las cuales están Santiago, 2 de Pedro, 3 de Juan y de
Judas. Excluye de igual forma Apocalipsis y va constituyéndose el
orden de la lista definitiva. Alrededor del mismo tiempo que Cirilo y
Gregorio elaboraron sus listas, Anfiloquio de Icono proporciono la
suya, uno similar al de Gregorio, pero menos conciso, pero menciona
que son rechazados Hebreos, 2 Pedro, 2 y 3 Juan y el apocalipsis.
Epifanio de Salamis, en Chipre, también proporciona un resumen
de los libros del Nuevo Testamento mencionando los 4 Evangelios,
las 14 epístolas paulinas, Hechos, las epístolas católicas de
Santiago, Pedro, Juan y Judas y el Apocalipsis de Juan. A esta lista
añadía Eclesiástico y Sirac.
Crisóstomo o Juan, Boca de Oro, obispo de Constantinopla (397-
407 d.C) en su Sinopsis de las sagradas Escrituras complementa
una lista de los libros del antiguo testamento con las catorce
epístolas de Pablo, los cuatro evangelios , Hechos, y solo tres
epístolas Católicas. Crisóstomo se refiere a estos con la expresión
LOS LIBROS (gr. Ta Biblia) para referirse a los dos Testamento
juntos. Este término se había restringido al Antiguo Testamento, pero
Crisóstomo incluye el Nuevo Testamento el cual es el origen de
nuestra Palabra Biblia.
Teodoro de Mapsuestia, aunque no dejo una lista, por mención de
posteriores a él como Leoncio de Bizancio (siglo VI) es evidente que
no acepto las epístolas universales, ni apocalipsis. Su Nuevo
Testamento más antiguo de las iglesias Siriacas comprendían los
cuatro evangelios, Hechos, y las epístolas paulinas más Hebreos y
las Pastorales. Fue recién en el siglo V, en la versión Peshita, que se
incluyeron las epístolas universales principales y no fue hasta el 508
que se incluyeron el resto de las epístolas universales y el
Apocalipsis de Juan. Se puede decir, por tanto, que el canon del
Nuevo testamento en el oriente no se compartió con unanimidad
como lo han hecho en el occidente. Aunque aceptaban los 27 libros
mencionados por Atanasio, no hay mucha evidencia en sus
leccionarios de los 27 libros.
l)                                            Los padres occidentales hasta
Jerónimo
La lista de Montano, es un manuscrito bilingüe greco- latín del
siglo VI, de las cartas de Pablo y Hebreos, Dentro esta lista, en medio
de Filemón y Hebreos se encuentra una lista en latín de los libros del
nuevo Testamento en donde se encuentran incompletos los 27 libros.
Se omite Filipenses, 1 y 2 Tesalonicenses y se añade la Epístola de
Bernabé, El pastor, Los hechos de Pablo y el Apocalipsis de Pedro.
Una segunda lista del mismo tiempo, conocida como la lista de
Cheltenham (365 d.C.) en el cual se omiten Hebreos, Santiago y
Judas y muy es posible que 2 y 3 de Juan y 2 Pedro también.
En el año 340 Atanasio en su segundo exilio, va a Roma y se pone
en contacto con el obispo de Roma Julio I a quien persuade de la
canonicidad de hebreos. Desde entonces Hebreos no se cuestionó ni
tampoco en las iglesias en las que Roma tenía influencia.
Hilario de Poitiers, seguidor de Atanasio, murió en el año 357 d.C.
Fue un defensor de la ortodoxia al igual que Atanasio, e introdujo
nuevas ideas de la teología oriental en occidente. No solo acepto la
canonicidad de hebreos, sino también su autoría Paulina, de igual
manera acepto Santiago siendo el primer obispo occidental en
hacerlo.
Muchos otros personajes dieron su aporte a la formación del
Canon del Nuevo Testamento. Lucífero, Filastro y Ambrosio de Milán
ya iban incluyendo la carta de los Hebreos, Judas, Apocalipsis
reconociéndolos como autoritativos al igual que sus pares orientales.
EL gran Jerónimo, en respuesta al Papa Dámaso, produjo su
versión revisada del latín de los 4 evangelios alrededor del año 383.
En el cual también incluía la lista oficial de los 27 libros, por lo cual,
las dimensiones del canon del Nuevo Testamento se fijaron.
Jerónimo anota algo importante y es que la pertenencia al canon no
depende de una autoría concreta, ni siquiera de una autoría
apostólica. Es muy probable que Jerónimo tuviera sus reservas
personales con algunos de los libros, pero para este tiempo, el canon
era algo recibido. Y no se podía modificar según la opinión personal
de nadie. Por ejemplo, asegura que la carta de Bernabé es auténtica,
por tanto, su lugar dentro del Canon. Jerónimo utiliza el término
Apócrifos para referirse a los libros de edificación, pero no incluidos
en el Canon, como la Carta de Bernabé y el Pastor de Hermas entre
otros. Por tanto, para Jerónimo el canon hay que recibirlo con
agradecimiento y preservarlo con fidelidad.
 
Antes y después de la Reforma
 
De Agustín hasta la Reforma.
 
  Agustín al igual que Jerónimo heredo el canon de la escritura como al algo
Recibido. En su obra del Aprendizaje Cristiano después de enumerar los
libros del Antiguo Testamento, continua con el Nuevo Testamento que son los
mismos enumerados por Atanasio, aunque con diferente orden. Sin embargo,
la diferenciación hecha por Eusebio de las cartas discutidas no se olvidaría
hasta el siglo XV. Hace referencia a la autoría de hebreos como ANONIMA,
aunque nunca cuestiono su autoridad Canónica. En los posteriores concilios,
el de Hipona (393) que fue posiblemente el primer concilio de la iglesia en el
que se estableció los límites del canon, esta se repitió en el concilio de
Cartago (397) se reafirmó el listado de 27 libros canónicos y se atribuyó
hebreos a Pablo. EL papa Inocencio I en su lista de libros canónicos enviada
al Obispo de Tolosa (405) especifica los libros del Nuevo Testamento pero
sorprendentemente omite Hebreos. En el Decreto de Galeciano en el siglo VI,
enlista los libros del Nuevo testamento que en total suman los 27 libros
completos, aunque en un diferente orden al de Agustín. En esta lista 2 y 3
Juan se le atribuyen a otro Juan `el Anciano`,
m)                 De la reforma hasta hoy
Previamente a Lutero, las dimensiones del canon del Nuevo
Testamento no se vieron seriamente afectadas por el Escolasticismo.
Mas, al contrario, en el Siglo (XV) Valla demostró la falsedad de la
Donación de Constantino, y la leyenda que cada apóstol contribuyo
al Credo niceno entre otros y tenía en muy alta importancia el texto
griego del Nuevo Testamento. Con la incursión de las primeras
traducciones del Nuevo Testamento directo del griego se corroboro la
lista de los 27 Libros del Nuevo Testamento. La Poliglota
complutense (1514) evidencio esto al igual que posteriormente las
ediciones de Erasmo de Róterdam (1516, 1519 y 1522) Pero se
abrieron cuestiones dentro del Canon, como la autoría Paulina de
Hebreos , lo que negó Erasmo y cuestiono su autoridad de las
epístolas Universales al igual que su contemporáneo el cardenal
Cayetano. Fue este quien examino a Lutero tratando vanamente de
obtener la sumisión de este al Papa. Lutero reconfirmo la autoridad
del Nuevo Testamento con su nueva edición en alemán (1522). Sin
embargo, en el índice de contenidos indica 2 niveles de
canonización, al poner los libros de hebreos, Santiago, Judas y
Apocalipsis sin número. De hebreos, no reconoce la autoría Paulina
y la atribuye a Apolos, Santiago le parece que contradice a Pablo,
que Judas y 2 Pedro son documentos superfluos, y que Apocalipsis
carece de autoridad y contenido apostólico o profético. El principal
motivo para no aceptarlos completamente, era que no veía la
presencia de Cristo, por tal motivo, se inició lo que hasta hoy
permanece en la iglesia Luterana, esto que es un Canon dentro del
Canon.
A finales de 1525, comenzó la impresión de la traducción al inglés
del Nuevo Testamento por William Tyndale. Por impedimentos de la
iglesia católica, esta obra se concluyó en 1526. En esta Biblia,
Tyndale enumera los 27 libros del Nuevo Testamento en el orden
actual, pero con la misma diferenciación de la biblia de Lutero,
poniendo al final la epístola de Hebreos, Santiago, Judas y
Apocalipsis sin numeración. Esta secuencia se repitió en la biblia de
Coverdale (1535), la biblia de Mathew (1537) y la gran Biblia (1539)
Juan Calvino acepto el canon del Nuevo testamento tan como se
la habían transmitido. Para el la autoridad del nuevo testamento no
descalzaba en algún decreto de una iglesia, sino en la auto
autentificación de lo que estaba escrito, atestiguado en el corazón
receptivo por el
testimonio interior del Espíritu Santo. Aun así, no considero a
Hebreos como Paulino sino de Lucas o Clemente de Roma, pero sea
como fuere aun así pertenecía al Canon y considero Santiago como
autentico.
 
En el concilio católico de Trento (1546), se afirmó el numero de 27
libros del Nuevo testamento pero se las igual en autoridad a las
tradiciones no escritas. Es este concilio la iglesia Católica también
reconoció como único texto la antigua Versión de la Vulgata Latina.
La iglesia de Inglaterra en los 39 artículos, en la sección donde
habla de los 39 libros del antiguo testamento y de los Apócrifos,
también hace una breve exposición del Nuevo Testamento del cual
dice Aceptamos y consideramos canónicos todos los libros del
nuevo testamento como se aceptan comúnmente.
Finalmente en la Confesión de fe de Westminster en su primer
capítulo ―De  las  santa escritura‖ enumera y reconoce como libros
inspirados los 27 libros del Nuevo Testamento. Un detalle importante
es que los teólogos de Westminster no expresan la autoridad paulina
de hebreos más bien como Calvino declaran que ―Nuestra
persuasión y completa seguridad de su infalible verdad y divina
autoridad provienen de la obra interior del Espíritu Santo, quien da
testimonio a nuestro corazón con la palabra y por medio de Ella‖
Añaden que el canon de las escrituras está cerrado y que nada
puede añadirse ni por nuevas revelaciones del Espíritu ni por
tradiciones de hombres sin embargo confiesan que la iluminación
interna del Espíritu Santo es necesaria para que se entiendan de una
manera salvadora las cosas reveladas por la palabra.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LOS LIBROS APOCRIFOS
 
Escrito por Domingo Fernández Suárez
 
 
En ciertas ocasiones el clero romano acusa a los evangélicos de
que las versiones de la Biblia de éstos están "truncadas" y que las
Biblias llamadas "evangélicas" son diferentes a las católicas. Para
muchos, la verdad sobre el tema, es un enigma. Es mi propósito en
el presente estudio, aclarar, hasta donde me sea posible, esta
cuestión.
La versión oficial de la iglesia Romana, es la Vulgata.
 
Las versiones evangélicas constan de 66 libros, pero la Vulgata,
tiene 73. En el Nuevo Testamento no hay ninguna diferencia, pero no
ocurre lo mismo en el Antiguo. La Vulgata contiene los mismos 66
libros que constituyen nuestras versiones; pero además tiene
añadidos los siguientes libros y capítulos: Tobías, Judith, la
Sabiduría, el Eclesiástico, Baruc y los dos libros de Macabeos.
CAPÍTULOS Y VERSÍCULOS: El capítulo 10 del libro de Esther,
tiene añadidos 10 versículos y además 6 capítulos completos. Así
que el libro de Esther, en la Vulgata tiene 16 capítulos. El capítulo 3
del profeta Daniel, tiene añadidos 66 versículos, desde el 24 al 90, y
además dos capítulos completos, el 13 y el 14, que cuentan las
leyendas de Susana, y Bel y el Dragón. Estos libros y porciones
adicionales que se hallan en la versión "Vulgata", se les llama los
"apócrifos". La palabra apócrifo significa "algo que es fabuloso, no
auténtico, supuesto o fingido".
I.              ¿Cómo llegaron estos libros a formar parte de la Vulgata?
 
De las antiguas versiones de la Biblia, la más notable es la
llamada "septuaginta", o versión de los 70. Se le llamó así porque se
cree que fue traducida del Hebreo al Griego, por 70 hombres, los que
según H.B. Pratt, autor de la Versión Moderna, eran todos judíos
Egipcios. Estos 70 realizaron su trabajo con el apoyo del rey Egipcio
Tolomeo Filadelfo, que reinó de 285 a 247, antes de Cristo.
¿Qué propósito movió a estos 70 a realizar dicho trabajo?
 
Según unos, fue el deseo de los judíos que habían nacido fuera
de Palestina, de tener una
traducción de los libros considerados como sagrados, en su propia
lengua nativa, el griego.
 
Según otros, los 70 emprendieron por encargo directo del rey
Tolomeo, gran admirador de las letras y fundador de la gran biblioteca
de Alejandría, con el propósito de tener en ella una versión de los
libros hebreos de la época. Esta opinión parece ser la más fuerte.
Sea cual fuere el motivo que movió a los 70, lo cierto es que ellos
tradujeron al griego más libros que los que eran considerados como
inspirados por los judíos de Palestina; y con el tiempo esta versión
griega llegó a tener añadidos 15 libros, llamados apócrifos cuyos
nombres damos a continuación.
•   3 Libros (1,2 y 3) Los Macabeos.
 
•   2 Libros 3 y 4 de Esdras
 
•   1 Libro Tobías
 
•   1 Libro Judith
 
•   1 Libro Baruc
 
•   1 Libro La Sabiduría
 
•   1 Libro El Eclesiástico
 
•   1 Libro La oración de Manasés
 
•   1 Libro La Epístola de Jeremías
 
•   1 Libro Enoc
 
•   1 Libro Los Jubileos
 
•   1 Libro La ascensión de Isaías
 
Algunos de estos libros fueron escritos muchos años después de
Tolomeo Filadelfo, por ejemplo Los Macabeos y Enoc.
La Septuaginta, aunque en general buena, tenía sin embargo,
grandes defectos. Los 70, parece que tradujeron los libros de la ley
con bastante fidelidad, pero en el resto del Antiguo Testamento, se
permitieron variar un poco el texto original según su criterio. Las
Cronologías especialmente no concuerdan con el texto original
hebreo. Esta versión griega
del Antiguo Testamento, compuesta por 53 o 54 libros llegó a tener
gran circulación entre los judíos dispersos por todas las colonias fuera
de Palestina y en cuyas provincias se hablaba el griego.
En un librito titulado "¿QUE ES LA BIBLIA?", escrito por M.
Charles, y publicado con licencias eclesiásticas por la editorial
católica Difusión, Avenida de Mayo 1035, Buenos Aires, dice así en
la página 26: "En la época de Jesucristo y de los Apóstoles,
Jerusalén tenía su Biblia Hebrea (texto original :39 libros, mas 7 igual
a 46." Este lenguaje en un libro católico y con licencias, no debemos
pasarlo por alto. Es un católico romano, quien afirma que en tiempos
de Jesús, el texto original de la Biblia de los judíos que permanecían
más o menos fieles a la doctrina ortodoxa estaba compuesta oír 39
libros, ni uno más , ni uno menos.
II.       ¿Cómo fueron considerados?
 
Según las investigaciones de algunos eruditos, entre ellos Ohler y
Frankel, los judíos de Alejandría usaban la Septuaginta, porque era
la que tenían directamente a su alcance, pero dicen, que ellos no
admitían los apócrifos, como parte del Canon de los libros inspirados.
Por otra parte es un hecho que en Alejandría había judíos que
habían dejado de ser ortodoxos, para caer en un liberalismo
extremado.
Hay fundadas razones para creer que los apóstoles usaron la
versión de los 70. De las 280 citas o referencias, que del Antiguo
Testamento, se hallan en el Nuevo, 265 concuerdan mejor con el
texto griego de la Septuaginta que con el texto original hebreo. Pero
es un hecho sintomático notable que si los apóstoles usaron dicha
versión no han citado ni una palabra de un libro Apócrifo. El primer
escritor que citó un libro apócrifo fue Ireneo, el año de 180 de nuestra
Era.
El hecho de que los cristianos primitivos se guiaban por la
Septuaginta, suscitó los prejuicios de los judíos de aquellos tiempos
quienes acusaron a los cristianos, de utilizar una versión adulterada
del Antiguo Testamento.
Hacia el año 150, un judío del Ponto (Asia Menor), llamado Aquila,
hizo una traducción, servilmente literal del texto hebreo; para
oponerse a la septuaginta. Esta versión de Aquila, se usaba el año
177, y fue la versión oficial de los judíos que hablaban el griego, en
todas las colonias. Los cristianos respondieron, primero , con la
revisión de la septuaginta, por
Teodosio, un cristiano Ebionita, allá por el año 185 y más tarde
con una excelente traducción del hebreo, llevada a cabo por Símaco,
mas o menos el año 200 y cuyo trabajo se conoce como la "versión
de Simaco".
La más antigua de las versiones latinas (en latin) de que se tiene
conocimientos es la versión "Itala", una traducción de la septuaginta
al latín. Pero aquí hay un hecho que debemos considerar: De los 15
libros apócrifos, que figuraban agregados en la versión de los 70,
pasaron a "La Itala" 10 y fueron excluidos cinco que son:
•   La Ascensión de Isaías
 
•   Los Jubileos
 
•   La Epístola de Jeremías
 
•   El 3 de Macabeos y Enoc.
 
Los persistentes ataques de los judíos a los libros apócrifos que
seguían figurando en la mayoría de las Biblias utilizadas por los
cristianos, hizo que varios de los llamados padres de la Iglesia,
estudiasen a fondo la cuestión de los "apócrifos", llegando a la
conclusión de que efectivamente no eran inspirados y que se les
podía dar más crédito que el que debía recibir un libro devocional o
histórico cualquiera.
Un Sínodo reunido en Laidocea en el año 363, prohibió la lectura
de los Apócrifos en las iglesias y dio una lista de los libros
considerados como inspirados en la que se aceptaban solamente los
39 que vienen figurando en nuestras versiones y de cuya autenticidad
nadie duda.
En el año 397, se reunió un Sínodo en Cartago (Africa), bajo la
influencia de Agustín y este sínodo parece que dio su aprobación a
los 10 libros, considerados apócrifos, aunque atribuyéndoles un
grado inferior de inspiración, que a los 39 de nuestras Biblias. Pero,
téngase en cuenta que tal decisión era contraria a la de otro sínodo
celebrado 37 años antes, en Laodicea. Además no reconocieron los
Apócrifos como inspirados:
•   San Hilario de Poictiers
 
•   Cirilo de Jerusalén.
 
•   Epifanio.
•   Gregorio Nacianceno.
 
•   El papa Gregorio I.
 
•   Beda, llamado el venerable.
 
•   Hugo de San Victor.
 
•   El Cardenal Hugo.
 
•   Nicolás Lira y los cardenales Jiménez y Cayetano.
 
Antes del año 400, se habían dado a los menos 10 catálogos, o
listas de los libros considerados inspirados, y en ninguno se
encuentran los libros apócrifos. Las listas son de:
•   Melitón de Sardis año 177.
 
•   Orígenes año 230
 
•   Atanasio año 326
 
•   Cirilo año 348
 
•   Hilario de Poictiers año 358
 
•   El sínodo de Laoidicea año 363
 
•   Gregorio Nacianceno año 370
 
•   Anfiloquío año 395
 
•   Jerónimo año 395
 
El manual bíblico Católico, citado por el profesor Samuel Palome
que en el Tomo I página 81, dice que el Canon Alejandrino contenía
los libros apócrifos, que siempre fueron rechazados por los judíos de
Palestina, y que fueron añadidos después de formado el canón
hebraico.
Este canon se atribuye comúnmente a Esdras, Malaquías y
algunos otros. El papa Dámaso encargó a Jerónimo la revisión de la
versión Vulgata, porque se dio cuenta que ésta tenía errores; pero
San Jerónimo, después de emprendido el trabajo de revisión,
comprendió que era más fácil hacer una traducción directa del
hebreo, y al efecto se fue a Palestina y trabajó
en la traducción del Antiguo Testamento durante 14 años, en el
pueblo de Belén, cuna del rey David. En cuanto a los apócrifos San
Jerónimo no los pudo traducir del hebreo, porque no se conocían sus
originales y la mayoría ni siquiera fueron escritos en hebreo.
Jerónimo lo que hizo, con una o dos posibles excepciones, fue
copiarlos de la Antigua Vulgata, aunque él no creía que eran
inspirados, como veremos. El Capítulo 10 de Esther, en nuestras
versiones tiene solamente tres versículos; en la Vulgata tiene 13
versículos; pero entre los versículos 3 y 4 hay una cita de San
Jerónimo, que dice: "He traducido con toda fidelidad lo que se halla
en el hebreo. Lo que sigue lo he hallado escrito en la edición
Vulgata". Al empezar el capítulo 11 de Esther, que es el primero de
los seis capítulos añadidos al libro, hay otra nota de San Jerónimo
que dice: "Este era el principio del libro de Esther, en la edición
Vulgata; pero no se halla ni en el hebreo, ni en ninguno de los otros
traductores".
En el capítulo 13 de Esther, hay otra nota de San Jerónimo que
dice: "Esto no se halla en el texto hebreo, ni en ninguno de los
traductores". Al comienzo del capítulo 15, dice otra nota: "también
hallé estas adiciones en la Vulgata". En el libro del profeta Daniel, en
el capítulo 3, entre los versículos 23 y 24 hay una nota de San
Jerónimo que dice : " lo que sigue no lo hallé en los códices
hebreos". Al final del capítulo 12 y principios del 13 hay otra nota que
dice: "Lo que sigue se halla trasladado de la edición Teodoción".
En la introducción del libro apócrifo de Tobías, dice la nota, que
hoy tiene la Vulgata, versión castellana de Torres Amat: "como en el
antiguo canon de los libros sagrados, que tenían los judíos, no se
comprendían sino los libros santos escritos en hebreo y esta historia
fue escrita en lengua caldea; por eso no estaba este libro en el
antiguo catálogo que de las Santas Escrituras tenían los judíos".
En la nota general introductoria del libro de Esther, dice así: "San
Jerónimo tuvo por dudosos los últimos seis capítulos, por no
haberlos hallado en el texto hebreo; y hasta el papa Sixto V siguieron
muchos católicos esta opinión".
¿Qué opinión?, la de no aceptar como inspirados los apócrifos. En
la nota introductoria a Daniel, dice la edición vulgata actual (versión
castellana de Torres Amat): "Algunos escritores manifestaron dudar
de la autenticidad de tres partes de este libro...porque estas tres
partes no se hallan en el texto hebreo".
El Abate Du-Clot, en su gran obra titulada "Vindicias de la Biblia"
dice en la página 561, en relación con los capítulos añadidos a
Daniel lo siguiente: "San Jerónimo, en su Apología contra Rufino,
libro segundo, refiere que los judíos, tenían el contenido de estos
capítulos como fábula rabínica". Y el mismo Du-Clot, añade: "San
Jerónimo y algunos otros han dudado sobre estos dos capítulos (13 y
14) de Daniel".
San Jerónimo en su "Prologus Galetaus", después de nombrar los
39 libros que todos reconocemos, añade: "Por tanto la Sabiduría, el
libro de Jesús, hijo de Sirac (el Eclesiático), Judith y Tobías, no están
en el canon".
Según H.M. Seymour, en su libro, "Noche con los Romanistas" (año
1855) página 364, dice que el prefacio que San Jerónimo escribió a
los libros de las Crónicas, dice: "La iglesia desconoce los libros
Apócrifos; por tanto debemos acoger a los hebreos, de los cuales el
Señor habla y sus discípulos tomaron ejemplos. Todo cuanto no esté
en aquellos libros hebreos debemos desecharlo". El mismo autor,
Seymour, afirma que en el prefacio de Jerónimo a los libros de
Salomón, entre otras cosas dice: "Tobías, Judith y los libros de los
Macabeos, la Iglesia los lee en verdad, pero no los recibe entre los
escritos canónicos".
El antes citado Abate Du-Clot, en la página 486 de su ya citada
obra, refiriéndose al libro de Tobías dice: "Orígenes, en su carta a
Africano, dice que el libro de Tobías, lo mismo que el de Judith,
estaban colocados por los judíos en la clase de los apócrifos".
El hecho de que una autoridad en el seno de la Iglesia Romana,
como el Abate Du-Clot se vea obligado en conciencia a decir que el
más erudito de todos los doctores de la Iglesia y algunos más han
dudado de la inspiración de ciertas partes de la actual Vulgata, es
tanto como decir que no admitieron partes de la Biblia, que hoy acepta
la Iglesia de Roma, Biblia sancionada por obra y gracia de un concilio
celebrado mil años después de San Jerónimo.
Téngase en cuenta también la nota antes citada, tomada de la
introducción al libro de Esther, en la actual Vulgata, versión castellana
de Torres Amat, donde dice: "Hasta el papa Sixto V, siguieron muchos
católicos esta opinión", de San Jerónimo contra los apócrifos.
El ya citado Abate Du-Clot, en su libro página 468, hablando del
libro de Tobías dice:  "Este libro no se halla en el canon de los
judíos..., mas no por eso dejan ellos de respetarlo como historia".
Notadlo bien; es un católico el que dijo esto. Para los Cristianos
sigue siendo una historia nada más.
¿COMO ENTONCES FUERON ADMITIDOS POR LA IGLESIA
ROMANA?
 
III.                      ¿Cómo fueron admitidos por la iglesia Romana?
 
Desde San Jerónimo hasta 1545, permanecieron agregados a la
Vulgata 10 libros apócrifos. Eran considerados libros útiles como
devocionales, pero nada más. Eran en aquel tiempo para los
cristianos en general, lo que hoy es para nosotros "El Peregrino".
Pero al reunirse el concilio de Trento en 1545, se planteó el
problema de los libros apócrifos, nuevamente y después de muchas
discusiones habidas sobre el asunto, el concilio aceptó 7 y rechazó
tres, de los 10 que venían figurando en la Vulgata; pero estuvo muy
lejos de haber sido por unanimidad.
Esto prueba de una vez para siempre que hasta aquella fecha no
eran considerados como inspirados, porque si lo fuesen, ¿a qué
discutir de nuevo el asunto? ¿Por qué el concilio no dio su aprobación
a los 39, por todos aceptados como inspirados? Sencillamente no era
necesario aprobar en 1545, lo que ya estaba aprobado desde muchos
siglos antes.
Ahora bien, si los católicos dicen que el mero hecho de figurar en la
"Vulgata" era que los reconocían como inspirados, antes del concilio
de Trento; entonces yo pregunto: ¿Por qué el concilio rechazó tres de
los 10 libros? Porque efectivamente el concilio rechazó el 3 y 4 de
Esdras y la oración de Manasés.
Si el mero hecho de haber figurado añadidos a una versión
determinado número de años, les concedía algún derecho, los tres
rechazados lo tenían igual que los otros siete. Y si los católicos
romanos afirman que los libros en cuestión fueron reconocidos por el
sínodo de Cartago en 397, queremos recordarles que hay serio
conflicto entre Cartago y Trento.
Si Cartago aprobó el 3 y 4 de Esdras y la oración de Manasés, y si
esta aprobación vale algo para la iglesia Romana, ¿Cómo el concilio
de Trento desaprobó los libros en cuestión?
De todas maneras; o el sínodo de Cartago se equivocó, o se
equivocó el concilio de Trento; por consiguiente, uno de ellos se
equivocó, porque lo aprobado por uno fue desaprobado por otro. Si
uno de dichos concilios se equivocó, bien pudieron haberse
equivocado los dos; porque "es de humanos errar". Está pues
demostrado que la iglesia Romana, no admitió los
apócrifos en el canon de los libros inspirados hasta el concilio de Trento
en 1545.
 
El historiados católico romano, F, Díaz Carmona, en su historia de
la iglesia romana, página 272, hablando del concilio de Trento, dice:
"Este gran concilio empezó fijando de nuevo el canon de la Biblia." Al
decir "de nuevo", el historiador reconoce que no aceptó el canón que
regía hasta aquella fecha y que por consiguiente hubo una alteración
en la lista de los libros reconocidos como inspirados durante más de
1500 años, y pasando por encima del testimonio de San Jerónimo y
otros muchos "Padres" de la iglesia, el concilio dijo que eran libros
inspirados los que no pasaban de ser meras historias: creando el
grave conflicto entre la historia pasada, de dichos libros, y el acto
consumado de la admisión.
Llamo aquí la atención a una cita anteriormente hecha y que vamos
a repetir. En la introducción, que la versión de Torres Amat, tiene al
libro de Esther, dice: "San Jerónimo tuvo por dudosos los seis últimos
capítulos por no haberlos hallado en el texto hebreo; y hasta Sisto V,
siguieron muchos católicos esta opinión". Ahora bien, Sixto V, fue
papa después del concilio de Trento, o sea, de 1585 a 1590. Así este
papa y con él la mayoría de los católicos se colocaron bajo los
anatemas del concilio, al dudar de sus decisiones. Además, ¿Era
Sixto V infalible? Si lo era, el concilio de Trento se equivocó, al
sancionar las partes apócrifas del Antiguo Testamento, partes que el
papa no aceptaba.
¿Porqué aprobó el concilio de Trento los apócrifos?
 
Dice el cardenal Polo, que esto lo hizo el concilio para dar mayor
énfasis a las diferencias entre católicos y evangélicos, Tammer,
afirma que el motivo fue que la iglesia romana encontró en estos su
propio espíritu. Ahora algunos teólogos católicos, como Belarmino,
Dupin y Hefele, para salvar las dificultades han sostenido que hay
dos grados de inspiración, teoría que se cree sustentaba San
Agustín.
Con esto está de acuerdo la siguiente cita que tomamos de la
página 25, del librito católico antes citado, titulado "¿Qué es la
Biblia?", Por M. Charles que dice: "La diferencia entre las versiones
católicas y las protestantes, proviene de siete libros del Antiguo
Testamento, cuyos originales no conocemos en hebreo, sino
solamente de acuerdo con la Biblia de Alejandría. A fin de aclarar el
puesto que ocupan los libros que los católicos llaman
deuterocanónicos y los protestante apócrifos, relataremos la historia
de esta traducción".
Según el párrafo anterior, copiado al pie de la letra, los mismos
católicos instruidos establecen una diferencia entre los 73 libros de
sus Biblias. Los católicos les llaman a los
66 libros, sobre los que no hay dudas, "canónicos", y a los siete
restantes "deuterocanónicos".
Esto es muy importante. Pero yo digo: o son inspirados, o no lo
son. Si son inspirados, ¿Por qué los mismos católicos romanos los
consideran inferiores a los 66 restantes? Y si no son inspirados, los
católicos romanos tienen desde 1545, una Biblia adulterada, con el
agravante de que han sancionado oficialmente tal adulterio.
IV.      "Las pruebas internas son contrarias a la inspiración"
 
El contenido de los libros prueba que no fueron inspirados sus autores.
 
Tobías
 
Ya hemos dicho que el libro de Tobías, no figuró nunca en el
Canon de los libros inspirados. Este libro contiene doctrinas
puramente paganas.
En el capítulo 4: verso 11, dice así: "Por cuanto la limosna libra de
todo pecado y de la muerte".
En el versículo 18, del mismo capítulo dice: "pon tu pan y tu vino
sobre la sepultura del justo".
En el capítulo 6 y verso 8, dice: "Respondió el Angel (a Tobías), y
le dijo: Si pusieres sobre las brasas un pedacito del corazón del pez,
su humo ahuyenta a todo género de demonios".
En el capítulo 12 verso 9, dice así: "Porque la limosna libra de la
muerte y es la que purga los pecados y alcanza la misericordia y la
vida eterna".
En los cuatro versículos que hemos copiado tenemos tres doctrinas a
cuál más pagana:
 
Primera: La idea de la salvación, por medio de obras de caridad;
practicada por todos los pueblos paganos y rechazada
completamente por la palabra de Dios. Véase Hebreos 9:22 y Juan
3:14-19.
Segunda: La costumbre de poner comida a los muertos y a ciertos
ídolos, era práctica corriente entre los Egipcios y los Caldeos y otros
pueblos; pero es contraria a la palabra de
Dios.
 
Tercera: Creer que el corazón de un pez ahuyenta a los demonios
es una de las tantas hechicerías y supersticiones, que todos los
paganos practicaban. Pero la Biblia condena y prohíbe estas cosas,
véase Deuteronomio 18:10-14.
En el Capítulo 12:15, Tobías le pregunta a un joven que se le
presenta: "¿Quién eres tú?". A lo que el joven responde: "Yo soy
Azaría, hijo de Ananías el grande." Sin embargo, dice Tobías que era
el "Angel Rafael". Según lo cual, el ángel dijo una mentira.
¿Es posible aceptar la inspiración de un tal libro?.
 
Judith
 
El propio Abate Du-Clot, reconoce que el libro presenta
contradicciones imposibles de explicar y que él atribuye a errores de
los copiantes. En el capítulo 1, verso cinco dice: "Nabucodonosor rey
de los Asirios reinaba en la gran ciudad de Nínive". Todo el mundo
sabe que que Nabucodonosor no fue rey de los Asirios, sino de los
Caldeos. No reinó en Nínive sino en Babilonia (Daniel 4.30), y según
la historia, Nabopalasar, su padre, aliado con Ciaxares rey de los
Medos, "atacó y destruyó a Nínive Capital de Asiria", y esto antes de
ser rey Nabucodonosor.
En el capítulo 9, verso 2 dice: "Señor Dios de mi padre Simeón a
quien pusiste la espada en las manos para castigar aquellos
extranjeros". Aquí dice que Dios puso la espada en las manos de
Simeón y parece alabarse la acción de éste. Pero eso está en abierta
oposición a la palabra de Dios que maldice la acción de Simeón.
Véase Génesis 49:5. "Simeón y Leví; armas de iniquidades sus
armas".
En el capítulo 11, verso 11 dice: "Por lo cual han resuelto matar a
sus bestias para beberles la sangre".
La Vulgata, versión de Torres Amat, tiene una nota en este
versículo que dice así: "Todo lo que sigue tomado a la letra parece no
dejar lugar para excusar a Judith, de ficción o mentira". Cuando las
propias autoridades de la iglesia católica romana reconocen que
Judith, parece ser una mentirosa, nosotros no tenemos nada más
que añadir.
En el capítulo 13, verso 30, Judith recibe adoración y no la
rechaza, como hizo Pedro, en Hechos 10:25. La prueba interna es
desastrosa para la inspiración del libro.
 
Esther
 
Al empezar el capítulo 15, tiene una nota de San Jerónimo que
dice "también hallé estas adiciones en la Vulgata". Exactamente,
adiciones, eran, son y serán.
La Sabiduría: El Abate Du-Clot, en la página 505 de "vindicias",
dice, "los griegos llamaban a este libro la Sabiduría de Salomón,
reconociendo que el autor ha tomado sus  conocimientos e ideas de
las obras de Salomón. Y que ha procurado imitarlo. Los judíos no
tienen este libro en su canón, aunque lo tienen en gran estima".
Según el párrafo anterior los judíos no reconocían el libro como
inspirado y el verdadero autor fue uno que pretendió imitar a Salomón.
Los que hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo no
pretendieron imitar a nadie ni tuvieron necesidad de suplantar
nombres.
El que escribió el libro, parece que creía en la reencarnación de las
almas, dice en capítulo 8 versículo 19: "Ya que de niño era yo de buen
ingenio, y me cupo en suerte una buena alma".
En el capítulo 10, versos 1-4, dice que el diluvio fue por causa del
pecado de Caín, comparándolo con Génesis 6:5-7, se ve que no es
así, como lo dice el plagiador de Salomón.
En la tercera y última parte veremos acerca de errores del
Eclesiástico, La profecía de Baruc, Las partes añadidas a Daniel, los
dos libros de Macabeos y una conclusión acerca de este estudio,
sobre los Apócrifos.
El Eclesiástico
 
Dice Du-Clot, en "Vindicias", página 508: "Algunos antiguos han
dudado de su autenticidad, por no hallarse en el canon de los judíos".
El libro tiene un prólogo que se atribuye a un tal Jesús, nieto del
autor de dicha obra. Del prólogo son las siguientes palabras: "Mi
abuelo Jesús, después de haberse aplicado con el mayor empeño a
la lectura de la ley y los profetas, y de otros libros… quiso él también
escribir algo sobre estas cosas".
De este párrafo aprendemos que el tal Jesús escribió porque él
quiso. Que los Judíos tenían los libros inspirados, denominados "la
Ley y los Profetas" (Mateo 5:17), y además otros que no lo eran. El
mismo autor del prólogo dice, más abajo, hablando de que los libros
pierden al ser traducidos y añade: "No solo este libro, sino la ley y los
profetas".
El autor de este libro jamás pretendió escribir bajo la inspiración
del Espíritu Santo. El libro en general es el mejor de los Apócrifos.
No obstante su lectura es un buen argumento contra la propia
inspiración.
Da consejos como estos:
 
"Si te has visto forzado a comer mucho retírate de la concurrencia
y vomita; y te hallarás aliviado". Capítulo 31 versículo 25. En el
versículo 37, hablando del vino, dice: "El beberlo con templanza es
salud para el alma".
En el capítulo 33, verso 16, dice así: "Yo ciertamente, me he
levantado a escribir el último y soy como el que recoge rebuscas tras
los vendimiadores". Este testimonio del autor demuestra que él no
creía que estaba escribiendo un libro que era la Palabra de Dios. El
mismo confiesa que era el resultado de sus estudios y conocimientos.
El que escribe por inspiración no habla así. Además los judíos creían
que para escribir bajo inspiración de Dios había que ser profeta, y el
canon auténtico del Antiguo Testamento, parece estar de acuerdo con
este criterio.
La profecía de Baruc
 
Dice el Abate Du-Clot, en su libro "Vindicias de la Biblia", página
548; "Los judíos no admiten este libro por no hallarse en el hebreo".
El libro se atribuye a Baruc, contemporáneo de Jeremías. En el
capítulo primero, versículo uno al tres dice: "Estas son las palabras
del libro que escribió Baruc, el año quinto, a siete del mes, después
que los Caldeos se apoderaron de Jerusalén y la incendiaron. Y leyó
Baruc (en Babilonia, junto al río Sodi), las palabras de este libro en
presencia del hijo del rey Joakín y de todo el pueblo que acudió a
oírlo". El lector tendrá bondad de fijarse bien en lo que acabamos de
copiar.
Ahora bien; Jerusalén fue destruida en 588 a.de C., según el
"diccionario Bíblico". En esta fecha, los Babilonios, dejaron en Judea
a los más pobres y pusieron por gobernador a Gedalías; con este
"residuo" quedaron Jeremías y Baruc. Pero algún tiempo después
ciertos judíos mataron a Gedalías y se llevaron el residuo a Egipto.
Véanse II Reyes, Capítulo 25, versículos 22 a 26, y Jeremías,
capítulo 43, versículos 1 al 7. Baruc fue para Egipto con Jeremías y
no para Babilonia.
El libro de Baruc afirma que fue escrito en Babilonia, cinco años
después de destruida Jerusalén, esto colocaría al libro como escrito
en 583, antes de Cristo. Pero resulta que el verso 8 del capítulo
primero dice: "Después que Baruc hubo recibido los vasos del templo
del Señor, que habían sido robados del templo, para volverlos otra vez
a tierra de Judá". Estos vasos que fueron llevados de Jerusalén a
Babilonia, no regresaron hasta el año primero del reinado de Ciro, rey
de Persia. Véase Esdras, capítulo uno. Los vasos regresaron el año
536, antes de Cristo. ¿Cómo pudo haber sido escrito el libro de Baruc,
por éste, en Babilonia, siendo que Baruc, no fue llevado a dicha
ciudad, sino que se marchó con Jeremías a Egipto?.
¿Cómo se puede armonizar el hecho de que fue escrito en 583, y
el libro fue leído en Babilonia y sin embargo, los vasos no fueron
devueltos a los judíos sino 47 años mas tarde?. Además según
Esdras, los vasos no fueron entregados a Baruc, sino a Sesbassar,
gobernador de Judea y a Esdras. Sacerdote. Véase Esdras 5:14 y
7:19.
En la lista que tenemos en Esdras, capítulo dos, donde se
mencionan todos los hombres notables que regresaron a Jerusalén
con Esdras, ni siquiera se menciona a Baruc.
En el Capítulo 3, verso 4 dice: "Dios de Israel, escucha ahora la
oración de los muertos de Israel". ¿Qué quiere decir esto?.
Las partes añadidas a Daniel
 
Dice la versión Torres Amat, en la introducción de Daniel: "Algunos
escritores manifestaron dudar de la autenticidad de tres partes de
este libro… porque no se hallan en el hebreo". "Los rabinos no
reconocen por canónicas dichas tres partes".
En el capítulo 3 verso 38 (Este capítulo tiene 66 versículos
añadidos), dice: "No tenemos en este tiempo ni caudillo ni profeta".
Daniel profetizó desde 597 a 538, mientras que los profetas Haggeo,
Zacarías y Malaquías, son posteriores. Malaquías es colocado por los
entendidos en la materia, a partir del año 450, antes de Cristo. ¿Cómo
es posible que estas partes añadidas al libro del profeta Daniel fuesen
escritas por el propio Daniel y afirmara que en aquel tiempo no había
profeta?.El pueblo de Israel estuvo sin profetas 400 años, desde
Malaquías hasta Cristo. Seguramente esta parte añadida a Daniel,
sería escrita durante estos años.
Con esto concuerda otro pasaje del libro Apócrifo, I de Macabeos,
capítulo 9, verso 27, que dice: "Fue pues grande la tribulación de
Israel desde el tiempo que dejó de haber profeta". Macabeos relata la
historia del pueblo hebreo, de unos 140 años antes de Cristo.
Los Macabeos 2 Libros
 
Dice el Abate Du-Clot, en "Vindicias". Página 574, lo que sigue: "El
primero de Macabeos contiene la historia de 40 años desde el
principio del reinado de Antíoco Epifanes, hasta la muerte de Simón".
El segundo libro, es un compendio de la historia de las
persecuciones que sufrieron los judíos de parte de Epifanes y de su
hijo, Eupator, la cual historia había sido escrita por un tal Jasón. "Ni
uno ni otro se hallan en el Cánon de los judíos, y los Cristianos
siguieron a los judíos en cuanto a los libros que formaban el Canon
del Antiguo Testamento, por esta causa los Macabeos no fueron
comprendidos entre los libros sagrados generalmente adoptados por
las iglesias cristianas".
Estos Párrafos que acabamos de copiar, escritos por una alta
autoridad de la iglesia romana, colocan al concilio de Trento en el
plano del error, y a los evangélicos en el campo de la verdad en
cuanto al Canon de la Biblia. Como Cristianos, estamos siguiendo la
norma de conducta, en relación a los Macabeos, que para sí mismas
se trazaron las iglesias cristianas primitivas; según la confesión del
Abate Du-Clot.
Queremos hacer otra observación en relación a los párrafos de Du-
Clot y es esta: ¿Qué Judío se atrevería a compendiar cinco libros de
la palabra de Dios? Si el mencionado Jasón escribió sus libros por
inspiración divina, ellos eran en verdad la palabra de Dios. En tal caso
el compendiador quitó algo de la palabra de Dios; porque compendiar
es reducir, y a la palabra de Dios no se le puede quitar ni añadir.
Si Jasón no fue inspirado al escribir sus cinco libros y el autor de
Segundo de Macabeos no hizo sino compendiarlos en un solo
volumen, en tal caso el libro es de origen humano desde la raíz hasta
las ramas.
Entre los varios errores que contienen los libros voy a citar uno; se
halla en segundo de Macabeos, capítulo 12, versos 43 a 45, y dice:
"Habiendo recogido en una colecta que mandó hacer, doce mil
dracmas de plata: las envió a Jerusalén, a din de que ofreciesen un
sacrificio por los pecados de los difuntos".
 
De aquí sacan el apoyo para el purgatorio, Y no cabe duda que
este pasaje influyó en el ánimo de los señores del concilio de Trento.
El purgatorio fue, quizá el error más atacado por los valientes
reformadores del siglo XVI. El concilio debía reconocer que la doctrina
del purgatorio era anti-bíblica, o buscar apoyo para ella.
Roma encontró el anhelado apoyo en los libros Apócrifos, y
entonces para sostener un error echó mano de otro error.
El autor de segundo de Macabeos termina su libro con estas
palabras: "Acabaré yo también esta mi narración. Si ella ha salido bien
y cual conviene a una historia, es ciertamente lo que yo deseaba; pero
si por el contrario es menos digna del asunto de lo que debiera, se me
debe disimular la falta". ¿Han visto ustedes algo semejante a este
lenguaje en los 66 libros inspirados?. ¿Pretendía este compendiador
de Jasón, escribir bajo inspiración divina?.
De haberlo él creído así, no nos recomendaría que le
disimulásemos sus faltas como historiador. Los autores inspirados no
piden excusas, porque no admiten la posibilidad de errores. Ellos
dicen: "Así ha dicho Jehová". O "Así dijo el Señor". Y Dios no tiene
que pedir excusas a los hombres.
El primero que reconoce y afirma la no-inspiración de segundo
Macabeos, es el propio autor del Libro. Este es un hecho que pesa
mas en la balanza de la verdad y la justicia que los decretos de todos
los concilios de la iglesia romana. Cuando el mismo autor admite que
el libro es fruto de sus propios conocimientos y que no es la palabra
de Dios, ¿qué valor puede tener el decreto del concilio de Trento?.
Pero el concilio ha dicho: el libro es inspirado y "maldito el que diga lo
contrario".
Si esta maldición tuviera alguna virtud, ella habría alcanzado, al
autor del libro; a muchos de los escritores de la Iglesia primitiva, a la
mayoría de los cristianos y a algunos papas; porque precisamente
ellos han dicho lo contrario.
V.         Conclusión.
 
En el libro (publicado con licencias eclesiásticas), titulado "¿Qué
es la Biblia?" y escrito por M. Charles, en la página 29 dice así: "Para
el pueblo judío fue escrito primeramente el Antiguo Testamento. Ese
pueblo lo recibió en depósito. Las Escrituras nos han sido
transmitidas por ellos con ese espíritu escrupuloso que ha asegurado la
conservación".
 
Note bien el lector la fuerza del párrafo anterior. Dice que los judíos
recibieron en depósito el Antiguo Testamento y lo transmitieron a los
cristianos, y nosotros podemos estar seguros de que tales escrituras
son inspiradas, porque los judíos, dice, que eran muy escrupulosos en
ese sentido. Y ahora preguntemos:
¿Cuántos libros inspirados admitieron los depositarios en todos los
tiempos?
 
Los mismos católicos romanos lo dicen: "Los judíos nunca han
admitido sino 39 libros, del Antiguo Testamento, como inspirados;
rechazando todos los demás, y considerándolos como no inspirados.
El famoso conferencista jesuita, José Antonio de Laburo, en su
libro titulado "¿Jesucristo es Dios?" Dice hablando del Antiguo
Testamento en las páginas 31 a 33 que "estaba custodiado por los
enemigos del Cristianismo". Y añade citando a San Agustín: "No
nosotros, sino los judíos, son los que conservaron esos libros".
Preguntemos:
 
¿Cuántos libros conservaron los judíos? Los propios católicos
responden, que los judíos no reconocieron sino 39 libros que constan
en nuestras Biblias en el Antiguo Testamento.
Recordemos que M. Charles, dice en la página 26 de su citado
librito: "En la época de Jesucristo, Jerusalén tenía su Biblia hebrea,
texto origina 39 libros." Y si le preguntamos hoy a un judío cuantos
libros tiene su Biblia nos dirá que 39, ni uno más ni uno menos.
Otro jesuita, Daniel Juárez (del colegio de Belén de la Habana), en
su obra titulada "la religión", página 25, dice así: "Los libros del
Antiguo Testamento, fueron recibidos por el pueblo judío, de manos
de los mismos autores y ese pueblo los conservó siempre, y así los
transmitió íntegros a los cristianos. Eran conocidísimos del pueblo que
los leía siempre y los tenía como dados por Dios. La inspiración de
estos libros consta de la constante creencia del pueblo judío."
Los judíos recibieron efectivamente, de manos de los mismos
autores, los libros del Antiguo Testamento. Ellos los conservaron. De
las manos de ellos llegaron a nosotros los cristianos. Eran
conocidísimos del pueblo, los tenían como dados por Dios. La
inspiración de tales libros consta del testimonio y fe de aquellos a
quienes fueron entregados para su
conservación y transmisión.
 
Ahora bien. ¿Cuántos recibieron, conocieron, transmitieron y
creyeron como inspirados?. Pues, 39 libros. Ni uno mas ni uno
menos.
Esto constituye un argumento irrefutable. Esto demuestra que
todos los libros que el concilio de Trento, en 1545, añadió a los 39, no
son inspirados; porque los mismos católicos romanos confiesan que
los judíos los rechazaron como no inspirados. Cuando los católicos
romanos quieren probar la autenticidad del Antiguo Testamento,
apelan al testimonio del pueblo judío, pero parece que no se dan
cuenta que su razonamiento se vuelve en contra de sus libros
apócrifos y los echa por el suelo.
Nosotros, los cristianos sabemos, porque la Biblia lo dice, que los
libros del Antiguo Testamento fueron dados al pueblo judío. Véase
Romanos 3:2 y 9:4, y ahora el testimonio unánime de judíos y
cristianos.
Ya hemos dicho distintas veces que los judíos sólo recibieron,
como escrituras inspiradas, 39 libros; los mismos que constan en
nuestras versiones, en el Antiguo Testamento.
La conclusión entonces es que el concilio de Trento, adulteró el
canon de los libros inspirados de la Santa Biblia, añadiendo siete
libros completos y algunas partes más a algunos de los libros
inspirados, y esto contra el propio testimonio de los libros y de la
historia relacionada con ellos.
Si las cosas fueran al revés de lo que son, es decir, si nuestras
versiones tuviesen una sola línea más que las versiones católicas
romanas; ¡cualquiera hubiera oído los gritos que estremecerían la
tierra, dadas por el clero romano, acusándonos sin piedad de falsificar
y adulterar la palabra de Dios!
Siendo como es, aun suelen hablar de Biblias "truncadas". Pero
ellos no pueden hablar, porque lo mismo que tienen nuestras Biblias,
lo tienen las de ellos, con la ventaja de que nuestras versiones están
mejor traducidas que las de los romanistas. Así que si las Biblias de
los católicos romanos son buenas, las nuestras son mejores, porque
tienen lo que es y de lo que nadie duda ni ha dudado jamás, pero
rechazamos la falsedad y no admitimos los apócrifos como parte del
Canon sagrado.
¿Pero qué valor puede tener para un católico, ni para nadie la
decisión de un concilio?. Absolutamente ninguno. La historia de los
concilios es la historia de sus errores y contradicciones. Vamos a
demostrarlo:
En 1409, había en Europa dos papas, que eran, Benedicto XIII
que fue sumo pontífice de 1394 a 1417, elegido por los Españoles,
Franceses y Escoceses. Este papa era natural de Aragón España, y
en 1408 la sede papal estaba en España.
Al mismo tiempo era papa Gregorio XII (1406 a 1415), éste
reconocido por los Italianos y parte de los Alemanes.
Para resolver esta anormalidad, se reunió el concilio de Pisa, en
1409, y el día 5 de Junio, en su décima quinta sesión acordó destituir
a los dos papas Benedicto y Gregorio y nombró en su lugar a
Alejandro V. Los historiadores católico romanos, reconocen a este
último como el anti-papa, con lo que demuestran no aceptar las
decisiones del concilio de Pisa.
Después de dicho concilio, tuvo la iglesia romana tres papas, al
mismo tiempo. Para arreglar tan enredado asunto, se reunió el
concilio de Constanza, famoso por haber mandado a la hoguera a los
señores Juan Wicklife y Juan Hus. Este concilio compuesto por
delegados de todos los países católicos, los que ya estaban cansados
de tantos escándalos; empezó por dejar sentado que cuando los
delegados de los dominios católicos romanos, se reúnen en concilio,
en tal caso el concilio son superiores al papa.
Una vez aprobado y sentado este principio, como ley para la iglesia
romana, se acordó seguidamente destituir a los tres papas, que eran
Benedicto XIII de España, Gregorio XII, en Aviñon, Francia, y Juan
XXIII, sucesor de Alejandro V, en Roma.
El concilio nombró entonces a Martín V, para suceder a los tres
que había, que al no aceptar las disposiciones del concilio de
Constanza, hubo cuatro papas a un mismo tiempo y cada uno
fulminando maldiciones contra sus rivales. Los historiadores
romanistas reconocen como papa legal a Martín V.
El sucesor de Martín V, Eugenio IV convocó al concilio de Basilea
en 1431, concilio este que en sus primeras sesiones, ratificó todas las
disposiciones de Constanza, celebrado en 1414, inclusive aquella que
decía que el concilio estaba por encima del papa.
Pero cuando el papa Eugenio IV, vio que los delegados del
concilio se disponían a introducir grandes reformas en la iglesia
católica, alarmado por tal motivo y sin tener en cuenta lo acordado
por los concilios de Pisa, Constanza y Basilea en principio, por sí y
ante sí, decretó la disolución del concilio.
Como la mayoría de los delegados creían que el papa no tenía
autoridad sobre el concilio, continuaron las sesiones y en 1439, dicho
concilio destituyó al papa Eugenio IV y nombró como sustituto suyo
al Duque Amadeo de Saboya, que tomó el nombre de Félix V,
considerados hoy por los católicos como anti papa.
Ahora, bien. La iglesia romana reconoce actualmente como
heréticas las disposiciones de los concilios de Pisa, Constanza y
Basilea. Dice el historiador católico romano, F. Díaz Carmona, en la
página 175 de su "Historia de la Iglesia Católica", lo que sigue:
"desgraciadamente los padres del concilio de Constanza se dejaron
arrastrar a la doctrina herética de que un concilio es superior al papa".
Sin embargo, Roma, acepta como legal al papa Martín V,
nombrado por estos herejes del concilio de Constanza.
Pero, lo más curioso fue que el más grande teólogo del concilio de
Basilea, fue Eneas Silvio Piccolomini; éste sostuvo a sangre y fuego
que el concilio estaba por encima del papa; propuso y consiguió que
de acuerdo con tal principio, el papa Eugenio V fuese destituido.
Pasaron los años y en 1458, las circunstancias llevaron a aquel
ardiente defensor de la supremacía del concilio a la Silla Pontifica, con
el nombre de Pío II. Y entonces (dice el historiados católico antes
citado), "condenó en una bula como errores los principios que él
mismo había defendido", durante más de 30 años, y para salir al paso
dijo: "No creáis lo que decía Eneas Silvio Piccalomini, ahora creed lo
que dice Pío II".
¡Qué descaro! ¡Qué farsa!
 
Si las decisiones de papas y concilios tuviesen algún valor delante
de Dios, en tal caso los católicos, todos estarían en el infierno, porque
todo ha sido una serie de "uno que aprueba y otro que condena lo
aprobado". De uno que lanza anatemas, y otro que se los devuelve.
¡Y pensar que sobre la fragilidad de uno de estos conci
lios, descansa para el católico romano, la autenticidad de los libros
llamados Apócrifos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LAS LENGUAS DE LA BILIA
 
Los numerosos descubrimientos arqueológicos que se han realizado han
revelado los progresos de la escritura. Los cananeos utilizaron métodos
iguales a la cultura que le rodeaban. Los hallazgos en Gabaon, gezer, Tel
qasile, Laquis y Dibon. Las cartas de tell amarna demuestran que los
cananeos sabían escribir con ayuda de la lengua y de la escritura
mesopotámica. Los idiomas en los cuales la biblia fue escrito son el:
hebreo, arameo y griego. El hebreo y el arameo pertenecen a la familia de
las lenguas semíticas. Estas se dividen en cuatro grupos: semítico del Sur,
del Noroeste, del Norte y del Este. 1) El semítico del Noroeste es el
cananeo en sus distintas formas: hebreo, moabita y edomita por una parte,
y ugarítico, fenicio y púnico por otra. 2) El semítico del Norte es
básicamente el arameo, subdividido en dos grupos. El grupo occidental
incluye el arameo de la Biblia, el de los targumim y el de la Gemará del
Talmud palestino, así como el samaritano y el nabateo. El grupo oriental lo
forman el arameo del Talmud babilónico y el siríaco de las traducciones
bíblicas y de escritos cristianos y mándeos. 3) El semítico del Este
comprende el acadio y sus lenguas filiales, asirlo y babilónico. 4) El
semítico del Sur incluye el árabe y el etiópico. En épocas pasadas el árabe
era prácticamente el único cauce de aproximación al estudio del semitismo
antiguo. Hoy se puede decir que el acadio ha reemplazado al árabe en esta
función.
El arameo apareció a partir de la época del exilio en Babilonia (s. VI a.C.)
el arameo, que era ya por entonces la lengua internacional de las
cancillerías, comenzó a suplantar al hebreo como lengua de uso corriente
entre los judíos. Las inscripciones arameas más antiguas que se conocen
proceden del
s. IX a.C. El arameo se convirtió más tarde en la lengua oficial del
imperio asirio, neobabilónico y persa. Tras la conquista de Alejandro
Magno, cuando el griego comenzó a desplazar a su vez al arameo, esta
lengua siguió siendo, sin embargo, la de mayor difusión en el Oriente.
El griego fue influenciado por Alejandro Magno, los libros
deuterocanónicos del AT están escritos en griego, aunque el original de
algunos de ellos, como el de Ben Sira, fue escrito en hebreo o arameo. La
lengua original del NT fue el griego, aunque los logia o dichos de Jesús y
otras partes del NT se transmitieron con anterioridad por algún tiempo en
arameo (o hebreo). Los escritores de la antigüedad tardía no dejaron de
manifestar su aversión hacia el lenguaje utilizado en la versión de los LXX y
en el NT, que no podía menos de parecerles muy alejado de los cánones
del griego clásico. Los apologetas cristianos, que también habían sido
formados en el aticismo y en la retórica de los clásicos (Crisóstomo,
Agustín, Jerónimo, etc.), trataban de justificar el estilo de los escritos
bíblicos, descuidado y tosco, pero sencillo y popular a la vez.
1. material de escritura.
Cilindro: los sumerios inventaron el cilindro, es un pequeño rollo de
piedra. Servía para hacer grabaciones en relieve. Esto servía como sellos
para los jarrones; también servía para cerrar contratos o tratados de paz. El
uso del cilindro extendió de Mesopotamia a Iran, a Afganistan, a las
ciudades que pertenecen hoy a Siria y a Turquia, y hasta Egipto.
Estelas: las estelas eran piedras inscritas. Tenemos la estela que Mesá,
rey de Moab en el siglo IX
a.C hizo leventar para su gloria y para la gloria del dios quemos. Aunque
esta muy deteriorada, pero restaurada se encuentra actualmente en el
museo de Louvre Paris. Esta estela tiene 34 lineas, que relata las victorias
de Mesá contra Israel y contra Edom. Fue descubierta en 1868.
Ostracon o tejuela: son fragmentos de cerámica con inscripciones, es
fácil de confeccionar. Sirven para las notas administrativas. Hay una nota
de los tiempos de Jeroboam II 786-746. Hay tablillas de Laquis de la época
de Jeremías. La ostraca se utilizaba también para las cartas de una ciudad
a otra. También hay fragmentos del Antiguo Testamento tenemos 1) el
ostracon n.215 conservado en el cairo mide 11 x 11 cm. Y presenta 18
líneas incompletas. En él se encuentra un fragmento de la carta de Judit,
donde habla sobre la victoria de los israelitas después de la muerte de
holofernes. También se conserva algunas odas como el canto de moises
EX.15 Y también algunos salmos. Sobre el Nuevo Testamento hay varios
fragmentos, sobre el padre nuestro, varios pasajes de las cartas y algunos
textos apócrifos. La ostracon de Aberdeen de Mateo 3:14-17.
El papiro: es una planta acuática del rio nilo, ahí se producía los tallos
de la planta y luego se prensaba; las láminas así obtenidas se
entrecruzaban, se aplastaban, se secaban. El papiro se podía exportar
desde agipto a todo el medio oriente.
El pergamino: el uso del pergamino sucedió al del papiro, ya desde más
antes se utilizaba la piel de animales; la biblioteca de los esenios de
Qumran nos ofrecen varios rollos. Generalmente se hacia de piel de oveja.
En ves de curtirlo como lo hacían, se la sumergia por algún tiempo en un
baño de cal para ablandarla, luego se le quita los pelos y ya estaban listos
para ser escritos.
En el caso de los hebreos la tradición talmúdica indica que los materiales
que debían inscribirse se hacían en pieles no estrenadas, que debían ser
cosidos entre si. A estos rollos se le llama ―megillot‖ El rollo: se recogia
un texto bastante largo, algunos escribas tuvieron la idea de doblar algunas
hojas y unirlas entre si en forma de cuaderno. Este método se aplicaba
para el papiro como para el pergamino. A este se le dio el nombre de
―codex‖. Los  cristianos lo  emplearon muy pronto, mientras que los judíos
siguieron empleando más bien el rollo. Pero ya hacia el siglo VII los judíos
adoptaron el codex.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

MANUSCRITOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO.


 
La mayor parte de los manuscritos del AT datan de la época medieval,
de los escribas conocidos como los ―masoretas‖ 500 – 900 d.C. la
mayoría de los manuscritos datan del siglo XI d.C. todos los manuscritos
como su nombre lo dice están escritos a mano y debido a que han sido
escritos en pieles ha hecho que sea difícil de leer. Ahora solo quedan
fragmentos. Existen materiales secundarios como: traducciones a otros
idiomas, citas de herejes; pero sufrieron desgastes al igual que los
manuscritos originales y solo existen fragmentos. Muchos teólogos agarran
estos fragmentos y revisan las variaciones luego las comparan y lo
catalogan a este sistema se le llama ―colación‖.
 
El  texto masorético: esto  se llama así porque está basado en la 
―masora‖  los  masoretas  de Tiberíades. (Tiberíades era donde estaba
localizada su comunidad en la costa del Mar de Galilea.) Los masoretas,
cuya escuela erudita floreció entre los años 500 y 1000 d.C., estandarizaron
el texto tradicional, formado sólo de consonantes, al agregarle puntos para
las vocales y notas al margen. (El alfabeto hebreo antiguo no tenía
vocales.)
¿Que es Masorá? Según Elvira contreras y Guadalupe Seijas en su
libro ―masora: la transmisión de la tradición de la Biblia hebrea‖ define: a)
En su sentido amplio, Masora hace alusión al conjunto de tradiciones y
reglas transmitidas en el judaísmo, de generación en generación, que
regulan la copia y el uso de los manuscritos bíblicos. b) En su sentido
técnico, este término es usado para denominar el corpus completo de notas
marginales que son transmitidas junto con el texto bíblico. La finalidad de la
Masora en este sentido era preservar la integridad del texto bíblico: nada
podía ser quitado ni añadido. Las noticias masoréticas daban instrucciones
específicas sobre palabras o frases donde podía cometerse un error de
escritura. De esa forma, el texto sagrado fue preservado sin cambios
significativos. La masora se puede dividir en tres: 1) la masora magna, 2) la
masora parva y 3) masora al principio o final de la Biblia.
 
1)                                            La masora parva (MP): contiene las notas masoréticas
escritas en los márgenes laterales y espacios intercolumnares de los
códices, normalmente, al mismo nivel de la línea donde se encuentra la
palabra señalada. En el texto bíblico suele haber un círculo, llamado
―circellus‖, sobre la palabra a la que la nota hace referencia.
 
2)                       La masora magna (MM): es el nombre que reciben las notas
colocadas en los márgenes superiores e inferiores del texto bíblico.
Normalmente, en estas notas se explica con más detalle la información que
se presenta en la MP. La información que se recoge en la MM está ilustrada
por un
―siman‖   o ―varios‖, nombre con el que se denomina a un pequeño
fragmento del versículo o
versículos en los que aparece un fenómeno concreto. Ésta era la forma
con la que los masoretas, que conocían el texto bíblico de memoria,
indicaban la localización exacta en una época en la que la numeración de
capítulos y versículos no existía.
 
3)                       la masora al principio y final de la Biblia (masora finalis):
Es el nombre dado al material reunido al final de cada libro, sección o
manuscrito donde, normalmente, se recoge el número de versículos,
sedarîm, etc., y otras informaciones no incluidas en los márgenes del
manuscrito, como son las listas con las diferencias entre los masoretas
occidentales y orientales, es decir, entre los de Palestina y Babilonia, que
suelen ser variantes en la vocalización y en la forma de escribir
determinadas palabras.
También es importante entender que la masora tiberiences no es la única
masora que existe. Están también a) la masora palestinense, b) la masora
babilónica y c) la masora del tárgum o onquelos. a) La masora
palestinence, no tiene muchas notas masoréticas. Se han conservado
pocos manuscritos bíblicos con puntuación palestinence. b) La masora
babilónica, Los textos bíblicos vocalizados según el sistema babilónico
también pueden contener MP y MM aunque, normalmente, el número de
noticias es menor que en los textos del sistema tiberiense. La Masora
babilónica se diferencia de la tiberiense, además de en la escasez de
noticias, en la terminología. Aunque algunos términos son iguales en los
dos sistemas, otros son únicos del sistema babilónico. c) masora al tárgum
o onquelos, A diferencia de lo que se hace en la Masora bíblica, aquí se
cuentan menos las palabras. Se interesan más por establecer con precisión
la manera de traducir del original hebreo, es decir, qué raíces arameas se
utilizan para traducir la misma raíz hebrea, y el número de veces que
aparece cada traducción.
El Texto Masorético, como existe actualmente, le debe mucho a la familia
Ben Asher. Por cinco o seis generaciones, desde la segunda mitad del siglo
VIII hasta la mitad del siglo X, esta familia jugó un papel de liderazgo en el
trabajo masorético en Tiberíades. Un registro fiel de su trabajo se puede
encontrar en los manuscritos masoréticos más antiguos que existen, a los
cuales se les puede seguir la pista hasta los dos últimos miembros de dicha
familia. El manuscrito masorético más antiguo es el Códice Cairensis (895
d.C.), que se le atribuye a Moisés ben Asher. Este manuscrito contenía
tanto los Primeros Profetas (Josué, Jueces, Samuel y Reyes), como los
Últimos Profetas (Isaías, Jeremías, Ezequiel y los doce Profetas Menores).
El resto del Antiguo Testamento no se encuentra en este manuscrito. La
edición consta de cuatro partes: a) texto bíblico, dos aparatos b) recoge las
palabras cuya grafía exacta no se ha podido determinar, ya sea por mala
conservación del códice o por ofrecer sin lugar a duda aparentes
anomalías de puntuación, y las primeras manos del manuscrito y c)
contiene las notas de MP y MM del códice, en el orden del texto, fielmente
reproducidas, descifradas y con las referencias bíblicas dadas entre
paréntesis y por último, d) notas explicativas, los editores dan información
adicional para entender las noticias masoréticas.
El otro manuscrito importante que se le atribuye a la familia Ben Asher
es el Códice de Alepo. El manuscrito contenía el Antiguo Testamento
completo y data de la primera mitad del siglo X d.C. Se informó que fue
destruido en las revueltas contra los judíos en 1947, pero esto probó ser
sólo parcialmente verdad. la MP se reproduce en el lateral (a) y la MM en la
parte superior de la página
(b) con cada noticia separada con un círculo, tal como aparece en el
manuscrito. Además, contiene cuatro aparatos críticos que recogen: 1)
Lecturas preservadas en las versiones antiguas. 2) Variantes en los
testimonios hebreos: Rollos del desierto de Judá y literatura rabínica. 3)
Variantes de manuscritos medievales incluyendo la Genizah de El Cairo. 4)
Detalles ortográficos, de vocalización y acentuación. Hasta el momento sólo
han sido publicados los libros de Isaías, Jeremías y Ezequiel.
El manuscrito que se conoce con el nombre de Códice Leningradensis,
que actualmente se encuentra guardado en la biblioteca pública de
Leningrado fue copiado en 1008 d.C. de textos que había escrito Aaron ben
Moses ben Asher. Puesto que el texto hebreo completo del Antiguo
Testamento (el Códice de Alepo) no estuvo a disposición de los eruditos en
los comienzos del siglo pasado, el Códice Leningradensis se usó como la
base textual para los textos populares hebreos de hoy: la Biblia Hebraica,
editada por R. Kittel, y su revisión, la Biblia Hebraica Stuttgartensia, editada
por K. Elliger y W. Rudolf. El documento consta de: a) texto bíblico; b) MP,
situada en el margen derecho, en el caso de las páginas pares, y en el
izquierdo, en el caso de las impares; c) referencias cruzadas a la MM; d)
aparato crítico.
Hay varios códices de manuscritos menos importantes que reflejan la
tradición masorética: el Códice de Petersburgo de los profetas y los
Códices Erfurt. Había también una cantidad de manuscritos que ahora no
existen, pero que los eruditos usaron en el período masorético. Uno de los
más importantes es el Códice Hillel, que tradicionalmente se le atribuye al
rabino Hillel ben Moisés alrededor de 600 d.C. Se decía que este códice
era muy exacto y fue usado para la revisión de otros manuscritos. Los
primeros masoréticos medievales citaron repetidamente lecturas de este
códice. Los masoretas también citaron el Códice Muga, el Códice Jericó y
el Códice Jerushalami, que actualmente no existen. Es muy probable que
estos manuscritos fueran ejemplos importantes de textos no puntados, es
decir que no tenían los signos que indican las vocales, y que habían
llegado a formar parte del consenso estandarizado en los primeros siglos
d.C. Estos fueron los que proveyeron las herramientas para el trabajo de
los masoretas de Tiberíades.
 
El papiro nash: Antes del descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto,
el testimonio hebreo más antiguo al Antiguo Testamento era el Papiro Nash.
En 1902, Wallis L. Nash adquirió este manuscrito en Egipto y lo donó a la
biblioteca de la Universidad de Cambridge. Este documento contiene: los
10 mandamientos en forma dañada, el shema Dt.6:4. Se considera que
esta colección ha sido fechada entre el 150 a.C y 68 d.C.
 
Los fragmentos de la genizá del Cairo: Casi a fines del siglo XIX se
encontraron muchos fragmentos de los siglos VI a VIII en una vieja
sinagoga de El Cairo - Egipto, que había sido la Iglesia de San Marcos
hasta 882 d.C. fueron encontrados en un deposito donde se guardaban
manuscritos que estaban muy gastados o que contenían errores. En ese
depósito había unos 20000 fragmentos en hebreo y arameo. El hecho de
que los fragmentos bíblicos datan del siglo V d.C. los hace invalorables por
haber arrojado luz al desarrollo del trabajo de los masoréticos antes de la
estandarización instituida por los grandes masoretas de Tiberíades.
 
El pentateuco samaritano: No hay acuerdo sobre la fecha exacta en
que la comunidad samaritana se separó de la mayoría de la comunidad
judía. Pero en algún momento durante el período del post- exilio (alrededor
de 540–100 a.C.), se marcó una clara división entre los samaritanos y los
judíos. En ese momento, los samaritanos, que sólo aceptaban el
Pentateuco como canónico, aparentemente canonizaron su propia versión
de la Escrituras. Apareció en el año 1616 una copia del pentateuco
samaritano, cuando hicieron las comparaciones encontraron que había
unas 6000 diferencias con el texto masorético. Se pensó que estas
diferencias eran diferencias sectarias, pero cuando hicieron comparaciones
con la septuaginta y algunas partes de los rollos del mar muerto se dieron
cuenta que las diferencias no eran sectarias, sino neutras. Las diferencias
sectarias eran pocas; sirvió de mucho para la crítica textual.
 
La septuaginta: La Septuaginta es la traducción griega más antigua del
Antiguo Testamento, cuyo testimonio es mucho más antiguo que el del
Texto Masorético. De acuerdo a la tradición, Se puede decir que la
Septuaginta no es una sola versión, sino una colección de versiones hecha
por varios autores, quienes diferían grandemente en sus métodos y en su
conocimiento del hebreo. Las traducciones de los libros individuales no son
uniformes. Muchos libros son traducidos casi literalmente, mientras que
otros, como Job y Daniel, son bastante dinámicos. Así que el valor de cada
libro para la crítica textual debe ser considerado sobre la base de un libro
por vez. Por ejemplo, al libro de Jeremías de la Septuaginta le faltan
porciones importantes que se encuentran en el Texto
Masorético, y también el orden del texto es significativamente diferente.
Para el tiempo de Cristo, aun entre los judíos, la mayoría de las personas
no hablaba hebreo, sino que hablaba arameo y griego. Los escritores del
Nuevo Testamento evidencian su inclinación por la Septuaginta porque la
usan cuando hacen citas del Antiguo Testamento.
También hubo otras versiones como el de Aquila, un prosélito y discípulo
del rabino Akiva, produjo una nueva traducción alrededor de 130 d.C.
Siguiendo la manera de pensar de su maestro, Aquila escribió una
traducción extremadamente literal, a tal punto que a veces no se
comunicaba bien en griego. Sin embargo, este enfoque literal logró que esa
versión tuviera amplia aceptación entre los judíos. Sólo fragmentos de ella
han sobrevivido. Símaco produjo una nueva versión alrededor de 170 d.C.,
diseñada no sólo para ser exacta, sino también para comunicarse
correctamente en griego. Su versión sólo ha sobrevivido en forma de unos
pocos fragmentos de la Hexapla. También está la versión de Teodoción.
 
Los targumenes arameos: Los tárgumes arameos eran traducciones
arameas del Antiguo Testamento hebreo. Puesto que el idioma que
hablaban los judíos después del exilio fue el arameo y no el hebreo, se
presentó la necesidad de traducciones arameas de la Biblia hebrea. El
hebreo continuó siendo la lengua de los círculos eruditos religiosos, y a
menudo los líderes religiosos menospreciaban las traducciones hechas
para la gente común. Pero con el tiempo, la lectura de las Escrituras y de
comentarios en arameo llegó a ser una práctica aceptada en las sinagogas.
Los traductores parafraseaban, agregaban glosas explicativas y a menudo
reinterpretaban el texto con osadía de acuerdo a las tendencias teológicas
de su tiempo. Buscaban relacionar el texto de la Biblia con la vida
contemporánea y las circunstancias políticas.
 
La versión siriaca: Esta versión se usaba comúnmente en la iglesia de
Siria (arameo oriental), quienes la llamaban la Peshitta, que quiere decir «la
simple o sencilla». Es difícil discernir lo que quisieron decir con este
nombre. Puede indicar que tuvo la intención de ser para que la leyera el
pueblo, o que evitó agregar glosas de explicación u otros agregados, o tal
vez que no era un texto con anotaciones, como lo era la Syro-Hexapla
anotada que se usaba en la misma comunidad.
 
Las versiones latinas: Alrededor de 160 d.C., Tertuliano aparentemente
usó una versión latina de las Escrituras. No mucho tiempo después de eso,
el texto latino antiguo parece haber estado en circulación, evidenciado por
el uso que hizo de él Cipriano antes de su muerte en 258 d.C. Esta versión
Latina Antigua fue traducida de la Septuaginta. Debido a que fue una
versión temprana, es muy valiosa como testimonio del texto de la
Septuaginta, antes de que editores posteriores oscurecieran el texto de la
versión original. En forma indirecta también provee claves en cuanto a la
naturaleza del texto hebreo en el tiempo de la traducción de la Septuaginta.
No han sobrevivido manuscritos completos de la versión Latina Antigua.
Después de que Jerónimo completara la versión latina llamada la Vulgata,
el otro texto cayó en desuso. Sin embargo, existen suficientes fragmentos
de manuscritos de esta versión para proporcionar información significativa
al texto primitivo del Antiguo Testamento. Alrededor del siglo III d.C., el latín
comenzó a reemplazar al griego como la lengua de erudición en el gran
mundo romano. la Vulgata refleja las otras traducciones griegas y latinas
tanto como el texto hebreo fundamental. El valor de la Vulgata para la
crítica textual es su testimonio pre-masorético a la Biblia hebrea, aunque
este estaba comprometido grandemente por la influencia de las
traducciones griegas que ya existían entonces.
 
Otras versiones: Hay otras varias versiones antiguas. La mayoría de
ellas dependía principalmente de la Septuaginta, incluyendo las versiones
cópticas de Egipto y las versiones etiópicas relacionadas de Etiopía. Estas
son valiosas como testimonios tempranos de la Septuaginta. La versión
armenia usó la Peshitta siríaca como su texto base y podría prestar
información significativa con respecto a su desarrollo. Después del
surgimiento del islam y la propagación del idioma árabe a través de mucho
del Cercano Oriente, se hicieron traducciones en árabe para una población
arábica en crecimiento. La traducción al árabe también tomó como base a
la Septuaginta, pero la tardanza con la que se hicieron estas traducciones
(alrededor de 900 d.C.) las hace de poco valor para la crítica textual del
Antiguo Testamento.
Dice Mark Norton que los escribas pudieron haber caído en errores de
traducción, como los errores involuntarios.1) La confusión de consonantes
similares y la transposición de dos consonantes son errores frecuentes. 2)
Algunas corrupciones también fueron el resultado de separar las sílabas de
una palabra incorrectamente (muchos de los primeros manuscritos
omitieron los espacios entre las palabras para ahorrar espacio). 3) La
confusión de sonidos ocurría principalmente cuando un escriba leía a un
grupo de escribas que estaban haciendo copias múltiples. 4) En el Antiguo
Testamento, el método de vocalización (agregarle vocales al texto de
consonantes) creó algunos errores. 5) La omisión de una letra, palabra o
frase creó nuevas interpretaciones. 6) También era común la repetición de
una letra, palabra o aun una frase completa. La omisión (llamada
haplología) o la repetición (llamada ditografía) podían ser causadas cuando
la vista de un escriba pasaba de una palabra a otra similar o a la
terminación de una palabra. Las omisiones por homoioteleuton (en griego
significa «terminaciones similares») también eran bastantes comunes. Esto
ocurría cuando dos palabras que eran idénticas, similares o tenían
terminaciones idénticas se encontraban próximas, y la vista del copista
pasaba de la primera a la segunda, omitiendo las palabras que había
entremedio. 7) En el Antiguo Testamento, en algunos textos antiguos, a
veces ocurrieron errores por usar consonantes en vez de letras vocales.
Los copistas que no sabían este uso de letras vocales podían copiarlas en
forma de consonantes aberrantes. Por lo general, los errores involuntarios
son bastante fáciles de identificar porque crean una lectura que no tiene
sentido.
Para traducir y sacar una copia correcta, según los que estudian la
crítica textual dan los siguientes paso: 1) El texto básico para la
consideración principal es el Texto Masorético, debido a la cuidadosa
estandarización que representa. 2) Es preferible la lectura que explica
mejor el origen de otras variantes. La información de la reconstrucción de la
historia de la transmisión provee claves adicionales. 3) La versión más
corta es la preferible. Con frecuencia los escribas agregaban material para
resolver problemas de estilo o de sintaxis, y muy pocas veces acortaban o
condensaban el material. 4) Es muy posible que el material más difícil de
leer sea el original; se sospecha que el material más fácil de leer sea la
alteración de un escriba. 5) Se prefieren los materiales que no están
armonizados o asimilados en pasajes similares. 6) Cuando todo lo demás
falla, el crítico textual debe recurrir a la enmienda conjetural.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LOS MANUSCRITOS DEL NUEVO TESTAMENTO.
Debido a que ningún escrito original (autógrafo) de ningún libro del
Nuevo Testamento existe todavía, dependemos de copias para reconstruir
el texto original. De acuerdo a la mayoría de los eruditos, la copia más
cercana a un autógrafo es un manuscrito de papiro designado P52, fechado
alrededor de 110–125 d.C., que contiene algunos versículos de Juan 18
(31–34, 37– 38). Este fragmento, que se separa de su autógrafo por unos
veinte o treinta años, fue parte de una de las primeras copias del Evangelio
de Juan. Unos pocos eruditos creen que existe otro manuscrito temprano,
designado P46. Este manuscrito, conocido como el Papiro Chester Beatty
II, contiene todas las epístolas de Pablo excepto las Pastorales, y se puede
determinar su fecha en la mitad del siglo II. Si esta fecha es exacta,
entonces tenemos una colección entera de las Epístolas de Pablo que debe
haber sido hecha sólo unas décadas después que Pablo escribiera la
mayoría de sus epístolas. Tenemos muchas otras copias tempranas de
varias partes del Nuevo Testamento; varios de los manuscritos en papiro
están fechados desde la última parte del siglo II hasta la primera parte del
siglo IV. Algunos de los manuscritos en papiro más importantes del Nuevo
Testamento son:
 
Los Papiros Oxirrinco: Comenzando en 1898, bernar Grenfell y Arthur
Hunt descubrieron miles de fragmentos de papiros en las antiguas ruinas
de Oxirrinco, Egipto. De ese lugar se sacaron fragmentos de papiros que
contenían toda clase de material escrito (literatura, contratos de negocios y
contratos legales, cartas, etcétera), así como más de cincuenta manuscritos
que contenían porciones del Nuevo Testamento. Algunos de los más
notables entre esos papiros son el P1 (Mateo 1), P5 (Juan 1, 16), P13
(Hebreos 2–5, 10–12), P22 (Juan 15–16), P39 (Juan 8), P77 (Mateo 23),
P90 (Juan 18–19), P104 (Mateo 21) y P115 (Apocalipsis 2–15).
 
Los Papiros Chester Beatty: Chester Beatty y la Universidad de
Michigan compraron estos papiros a un comerciante en Egipto durante la
década de 1930. Los tres manuscritos de esta colección son muy antiguos,
y contienen gran parte del texto del Nuevo Testamento. El P45 (siglo
II)                      contiene porciones de los cuatro Evangelios y de Hechos; el
P46 (última parte del siglo I y comienzos del siglo II) tiene casi todas las
Epístolas de Pablo; y el P47 (siglo III) contiene Apocalipsis 9–17.
 
Los Papiros Bodmer: llamados así por su dueño, M. Martin Bodmer.
Estos manuscritos fueron comprados a un comerciante en Egipto durante
las décadas de 1950 y 1960. Los tres papiros importantes de esta colección
son el P66 (c. 175; contiene casi todo Juan), el P72 (siglo III; contiene 1 y 2
Pedro y Judas en su totalidad) y el P75 (c. 200; contiene porciones grandes
de Lucas 3–Juan 15). Durante el siglo XX se descubrieron alrededor de
cien manuscritos en papiros que contenían porciones del Nuevo
Testamento. En siglos anteriores, especialmente en el siglo XIX, se
descubrieron otros manuscritos, varios de los cuales datan del siglo IV o del
V. Los manuscritos más notables son los siguientes:
 
El Códice Sinaiticus—designado ‫ א‬o alef: Constantino von Tischendorf
descubrió este manuscrito en el monasterio de Santa Catalina, situado al
pie del Monte Sinaí. Fue escrito alrededor de 350 d.C.; contiene el Nuevo
Testamento completo y provee un testimonio temprano y bastante confiable
de los autógrafos del Nuevo Testamento.
 
El Códice Vaticanus—designado B: Este manuscrito ha estado en la
biblioteca del Vaticano desde por lo menos 1481, pero no estuvo a la
disposición de los eruditos como Tischendorf y Tregelles hasta mediados
del siglo XIX. Este códice, que fue escrito un poco antes que el Códice
Sinaiticus, tiene ambos, el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, en
griego, excluyendo la última parte del Nuevo Testamento (desde Hebreos
9:15 hasta el final de Apocalipsis), y las Epístolas Pastorales. En su mayor
parte, los eruditos han elogiado el Códice Vaticanus por ser uno de los
testimonios más confiables del texto del Nuevo Testamento.
 
El Códice Alejandrino—designado A: Este es un manuscrito del siglo
V que contiene casi todo el Nuevo Testamento. Se le reconoce como un
testigo muy confiable de las Epístolas Generales y del Apocalipsis.
 
El Códice Ephraemi Rescriptus—designado C: Este es un documento
del siglo V llamado un palimpsesto. (Un palimpsesto es un manuscrito en el
cual se ha borrado el texto original para escribir otra cosa sobre él.) Por
medio del uso de productos químicos y un trabajo muy arduo, un erudito
puede leer la escritura original debajo del texto que está sobre ella.
Tischendorf hizo esto con un manuscrito llamado el Códice Ephraemi
Rescriptus, el cual tenía los sermones de Ephraemi escritos sobre un texto
del Nuevo Testamento. Conservado en la Biblioteca Nacional de París. El
manuscrito original fue raspado y sobre él se sobreescribió una obra de
San Efrén en el siglo XII. Tischendorf fue capaz, con procedimientos
químicos, de leer 145 hojas de este códice, que pertenecen al Nuevo
Testamento. Contiene importantes lagunas.
 
 
El Códice Bezae—designado D: Este es un manuscrito del siglo V
llamado así por su descubridor, Teodoro Beza. Contiene los Evangelios y
Hechos, y exhibe un texto bastante diferente de los manuscritos antes
mencionados.
 
El Códice Washingtonianus- designado W: Los Evangelios de Freer—
llamado así por su dueño, Charles Freer. Este es un manuscrito del siglo V
que contiene los cuatro Evangelios y se encuentra en el museo
Smithsonian en Washington, D.C.
 
Antes del siglo XV, cuando Johannes Gutenberg inventó el tipo movible
para imprimir libros, todas las copias de las obras literarias eran escritas a
mano. En la actualidad tenemos más de seis mil copias manuscritas del
Nuevo Testamento griego o porciones del mismo. Ninguna otra literatura
griega puede hacer alarde de cifras tan altas. La Ilíada de Homero, la obra
clásica griega más famosa, existe en unos 650 manuscritos y las tragedias
de Eurípides existen en unos 330 manuscritos. Las cantidades para todas
las otras obras griegas son mucho menores. Por lo tanto, se debe hacer
notar que el tiempo transcurrido entre la composición original y el siguiente
manuscrito que ha sobrevivido es mucho menor para el Nuevo Testamento
que para ninguna otra obra de la literatura griega. El lapso para la mayoría
de las obras griegas clásicas es alrededor de ochocientos a mil años,
mientras que el lapso para muchos libros del Nuevo Testamento es
alrededor de cien años. Debido a la abundancia de manuscritos, y debido a
que varios de los manuscritos están fechados en los primeros siglos de la
iglesia, los eruditos textuales del Nuevo Testamento tienen mucha ventaja
sobre los eruditos textuales de la literatura clásica. Los eruditos del Nuevo
Testamento tienen los recursos para reconstruir el texto original del Nuevo
Testamento con mucha exactitud, y han producido algunas ediciones
excelentes del Nuevo Testamento griego.
 
El nuevo testamento (texto crítico)
Cuando hablamos del texto original, nos referimos al texto «publicado»,
es decir, al texto como era en su forma final editada y puesto a circular en la
comunidad cristiana. Para algunos libros del Nuevo Testamento hay poca
diferencia entre la composición original y el texto publicado. Después de
que el autor escribía o dictaba su obra, él (o un asociado) hacía las
correcciones editoriales finales y luego lo entregaba para ser distribuido.
Como sucede con los libros publicados en tiempos modernos, también en
tiempos antiguos el escrito original del autor no siempre es lo que se
publica, y esto es debido al proceso editorial. Sin embargo, el autor lleva el
crédito por el texto final editado, y el libro publicado se le atribuye al autor y
es considerado el autógrafo. Este autógrafo es el texto originalmente
publicado.
Cuando hablamos de recuperar el texto del Nuevo Testamento nos
estamos refiriendo a libros individuales del Nuevo Testamento, no al
volumen completo en sí, porque cada libro (o grupo de libros, como por
ejemplo las Epístolas Paulinas) tenía su propia historia singular de
transmisión textual. La copia más antigua que existe del texto de todo el
Nuevo Testamento es la preservada en el Códice Sinaiticus (escrito
alrededor de 350 d.C.). (Al Códice Vaticanus le faltan las Epístolas
Pastorales y el Apocalipsis). Antes del siglo IV el Nuevo Testamento
circulaba en varias partes: como un solo libro o un grupo de libros (tal como
los cuatro Evangelios y las Epístolas Paulinas). Se han encontrado
manuscritos de la última parte del siglo I hasta el siglo III que contienen
libros individuales: tales como Mateo (P1), Marcos (P88), Lucas (P69),
Juan (P5, 22, 52, 66), Hechos (P91), Apocalipsis (P18, 47), o que contienen
grupos de libros, tales como los cuatro Evangelios con Hechos (P45), las
Epístolas Paulinas (P46), las Epístolas de Pedro y Judas (P72). Cada uno
de los libros del Nuevo Testamento ha tenido su propia historia textual y ha
sido preservado con distintos grados de exactitud. Sin embargo, todos los
libros fueron alterados de su estado original debido al proceso de copiarlos
a mano década tras década y siglo tras siglo. Y el texto de cada uno de los
libros debe ser recuperado.
Los primeros que intentaron recobrar el texto original fueron algunos
escribas en Alejandría o escribas que estaban familiarizados con las
prácticas de escritura de Alejandría— porque en el mundo helenizado había
muchos que habían llegado a apreciar las prácticas eruditas de Alejandría.
Ya en el siglo II, los escribas de Alejandría, que estaban asociados o que
en realidad eran empleados del escritorio (aposento de los copiantes) de la
gran biblioteca de Alejandría, o eran miembros del escritorio asociado con
la escuela catequista de Alejandría (llamada Didaskelion), eran filólogos,
gramáticos y críticos textuales muy bien adiestrados. Los alejandrinos
siguieron la clase de crítica textual comenzada por Aristóteles, quien
clasificaba los manuscritos según su fecha y valor; y otros eruditos
siguieron las prácticas de Zenódoto, el primer bibliotecario, con respecto a
la crítica textual. Los alejandrinos se preocuparon por conservar el texto
original de las obras de literatura. Se realizó mucha crítica textual sobre La
Ilíada y La Odisea, porque estos eran textos antiguos que existían en
muchos manuscritos. Tomaban decisiones críticas sobre los textos
basándose en diferentes manuscritos y luego producían un prototipo. Este
prototipo era el manuscrito producido oficialmente y era depositado en la
biblioteca. De este manuscrito se copiaban, y se usaba para comparar,
tantos manuscritos como se necesitaran.
Contrario con el texto alejandrino se encontraba el así llamado texto
«occidental»—el que se clasificaría mejor como el texto popular de los
siglos II y III. En breve, este texto popular se encontró en cualquier clase de
manuscrito que no era producido bajo la influencia alejandrina. Este texto,
debido a su calidad de independiente, no es tan confiable como el tipo de
texto alejandrino.
Pero debido a que el texto alejandrino es conocido como un texto pulido,
el texto «occidental», o popular, a veces ha preservado las palabras
originales. Cuando una interpretación diferente tiene el apoyo de ambos, el
texto ―occidental‖ y el texto alejandrino, es muy probable que sea original;
pero cuando los dos están divididos, el testimonio alejandrino preserva las
palabras originales con más frecuencia. A fines del siglo III surgió otra clase
de texto griego, y entonces creció en popularidad hasta que llegó a ser el
tipo de texto predominante a través del cristianismo. De acuerdo a
Jerónimo (en su introducción a la traducción latina de los Evangelios), fue el
tipo de texto promovido primero por Luciano de Antioquía. El texto de
Luciano fue definitivamente recensión (a saber, una edición creada a
propósito)—a diferencia del tipo de texto alejandrino que surgió como
resultado de un proceso por medio del cual los escribas alejandrinos,
después de comparar muchos textos, intentaban preservar el mejor texto—
desempeñando de esa forma más la tarea de críticos textuales que la de
editores. Por supuesto que los alejandrinos hicieron un poco de trabajo de
editores— trabajos como el que ahora se hace cuando se edita para
corregir errores gramaticales o de estilo. El texto de Luciano es el resultado
y la culminación del texto popular; se caracteriza por la fluidez del lenguaje,
la cual se obtiene quitando asuntos oscuros y construcciones gramaticales
extrañas, y por la combinación de varias interpretaciones. Luciano (o sus
asociados) debe haber usado muchas clases de manuscritos de calidad
variante para producir o armonizar el texto editado del Nuevo Testamento.
La clase de trabajo editorial que se realiza en el texto de Luciano es lo que
hoy llamaríamos editar en forma substancial.
El texto de Luciano fue producido antes de la persecución de Diocleciano
(alrededor del año 303), durante la cual muchas copias del Nuevo
Testamento fueron confiscadas y destruidas. No mucho después de este
período de devastación, Constantino subió al poder y entonces reconoció al
cristianismo como la religión del estado. Hubo, por supuesto, una gran
necesidad de copias del Nuevo Testamento que debían hacerse y
distribuirse en las iglesias por todo el mundo mediterráneo. Fue en este
tiempo que el texto de Luciano comenzó a ser propagado por los obispos
que salían de la escuela de Antioquía e iban a iglesias a través del este
llevando el texto consigo. El texto de Luciano muy pronto llegó a ser el texto
estándar de la iglesia oriental y formó las bases para el texto bizantino—y
es, por lo tanto, la autoridad suprema para el Textus Receptus.
A medida que pasaron los años, se produjeron menos y menos
manuscritos alejandrinos, y más y más manuscritos bizantinos. Muy pocos
egipcios continuaron leyendo el griego (con la excepción de los que
estaban en el monasterio de Santa Catalina, el lugar donde fue descubierto
el Códice Sinaiticus), y el resto del mundo mediterráneo se volvió al latín.
Fueron solamente aquellos en las
iglesias de habla griega en Grecia y Bizancio los que continuaron
haciendo copias del texto griego. La mayoría de los manuscritos del Nuevo
Testamento fue producida en Bizancio siglo tras siglo— desde el siglo VI
hasta el siglo XIV—, y todos estos tenían la misma clase de texto. Cuando
se imprimió el primer Nuevo Testamento griego (c. 1525), fue basado en un
texto griego que Erasmo había compilado usando algunos manuscritos
bizantinos de fechas posteriores. Este texto impreso, con algunas
revisiones menores, llegó a ser el Textus Receptus.
Alrededor de 1630, el Códice Alejandrino fue llevado a Inglaterra. Este
era un manuscrito de la primera parte del siglo V y contenía el Nuevo
Testamento completo, y proveyó un testimonio bueno y temprano del texto
del Nuevo Testamento (es, especialmente, un buen testimonio del texto
original del Apocalipsis). Doscientos años más tarde, un erudito alemán
llamado Constantin von Tischendorf descubrió el Códice Sinaiticus en el
monasterio de Santa Catalina (localizado cerca del Monte Sinaí). El
manuscrito, que era de alrededor de 350 d.C., es uno de los dos
manuscritos más antiguos en vitela (piel de animal tratada) del Nuevo
Testamento griego. El manuscrito más antiguo en vitela, el Códice
Vaticanus, había estado en la biblioteca del Vaticano desde por lo menos
1481, pero no fue puesto a disposición de los eruditos hasta
mediados del siglo XIX. Este manuscrito, fechado apenas un poco antes
(c. 325) que el Códice Sinaiticus, tenía ambos, el Antiguo y el Nuevo
Testamentos en griego, excluyendo la última parte del Nuevo Testamento
(Hebreos 9:15 a Apocalipsis 22:21 y las Epístolas Pastorales).
Ayudados por el trabajo de eruditos anteriores, dos hombres británicos,
Brooke Westcott y Fenton Hort, trabajaron juntos durante veintiocho años
para producir el volumen titulado ―The   New Testament in the Original
Greek‖ [El Nuevo Testamento en el griego original] (1881). Junto a esta
publicación, hicieron conocer su teoría (que era principalmente la de Hort)
que el Códice Vaticanus y el Códice Sinaiticus (junto con otros manuscritos
tempranos) representaban un texto que duplicaba más de cerca la escritura
original. Llamaron a este texto el Texto Neutral. (Según sus estudios, el
Texto Neutral describía ciertos manuscritos que tenían la menor cantidad de
corrupción textual). Este es el texto en que se basaron Westcott y Hort para
compilar su volumen.
A comienzos del siglo XX, Eberhard Nestle usó las mejores ediciones del
Nuevo Testamento griego para compilar un texto que representaba el
consenso de la mayoría. Durante varios años su hijo continuó el trabajo de
hacer nuevas ediciones, trabajo que ahora se encuentra en las manos de
Kurt Aland. La última edición, (la número 27) titulada Novum Testamentum
Graece, de Nestle-Aland, fue publicada en 1993 (con una edición revisada
en 1998). El mismo texto griego aparece en otro volumen popular
publicado por las Sociedades Bíblicas Unidas, llamado el Greek New
Testament
[Nuevo Testamento griego]. Muchos consideran que la vigésima sexta
edición del texto de Nestle- Aland representa la obra más reciente y el
mejor trabajo de la erudición textual.
 
 
En nuevo testamento (texto receptus)
El significado   del nombre del texto receptus   es ―texto recibido‖. Este
nombre proviene de una versión producido por los hermanos, que hicieron
siete ediciones entre 1624 a 1678. En su prefación de la segunda edición
dice: ―teneis por lo tanto (textum), ahora recibido (receptus) por todos, en
el cual no damos nada cambiado o corrompido. Es a partir de esta
declaración que recibe el nombre de
―texto receptus‖ que hoy se aplica a todas las ediciones del Nuevo
Testamento griego traducidas por Erasmo de Roterdam en 1616, el cual
hizo muchas traducciones 1519, 22,27 y 35. Otros nombres son: texto
bizantino, texto imperial, texto tradicional, texto mayoritario y texto original.
 
Roberto Stiene o Sthephanos: nació en Paris, impresor e humanista
francés. Llego a conocer un conocimiento profundo de los idiomas del
griego y latin. Trabajo en la imprenta de su primo, luego creo su propia
imprenta. Durante su vida se dedico a hacer varias ediciones de la Biblia;
debido a las persecuciones se fua a ginebra donde continuo su trabajo
como impresor. Murió el 7 de septiembre de 1559.
 
Los hermanos Helzevir: de familia de impresores de los países bajos,
se radico en Lovaina. Se establecio como librero en Leiden. Los helzevir
editaron unas 1700 obras.
 
Erasmo de Roterdam: Nació en Holanda, hijo de un sacerdote. Se
ordenó como sacerdote agustino y trabajo para el obispo Cambray. Estudio
filosofía escolástica en la universidad de Paris. Para editar el texto receptus
tardo veinte años. Tuvo acceso a los mismos materiales disponibles en el
día de hoy.  Esteban Acevedo Zuñiga en su artículo ―el texto receptus‖
nos da las estas observaciones de su trabajo. Los detalles de las ediciones
son las siguientes:
primera edición 1516
 
a)            Es apresurado por su editor
 
b)           Erasmo no queda satisfecho con este trabajo
 
c)            Esta edición se vende en tres años
 
segunda edición 1519
 
a)            Una revisión de la primera edición en griego
b)           400 cambios de la primera edición
 
c)            También utiliza otros textos: codex áureos, dos
manuscritos del priorato de Austin Corsidonk, un manuscrito griego
tomado del monasterio en el monte de Saint Agnes.
Tercera edición 1522
 
a)            Incluye 1 Juan.5:7 debido al P61
 
b)           Utilizado por Tindale
 
c)            La base de Stefanus ―primera edicion de 1546‖
 
Cuarta edición 1527
 
a)            Tres columnas: griego, la vulgata y su propia traducción.
 
b)           7 manuscritos utilizando las lecturas incluidas de la
poliglota complutense
 
Quinta edición 1535
 
a)            Omitida la vulgata
 
b)           Casi idéntica a la 3 y 4 ediciones de stefanus; difiere un
poco de su 4 edicion
 
c)            La nueva y revisada impresión pasó por 69 impresiones
antes de la muerte de Erasmo.
 
 
A comienzos del siglo XX, el postulado de la crítica textual respecto a los
manuscritos bizantinos y alejandrinos fue que, si bien reconocía que la
familia bizantina era el 90% de la masa textual descubierta históricamente,
no obstante, argumentaba que era deficiente en materia de ―transmisión
textual‖; y afirmaba que la familia alejandrina, aunque menor en cantidad
(10%), era una aproximación más cercana del texto bíblico original.
Los argumentos de la crítica textual fueron más allá en sus
argumentaciones en contra del Textus Receptus. En especial, impulsado
por sociedades bíblicas alineadas con la crítica textual, empezaron a decir
que el Textus Receptus, utilizado en la Reforma, fue de carácter minoritario.
¿Cómo fue posible que invirtieran el argumento de manera tan inverosímil?
Uno de los artilugios fue dividir la clasificación de los manuscritos en
familias o categorías textuales. Categoría I – Alejandrina,
Categoría II – Egipcia, Categoría III – Ecléctica, Categoría IV –
Occidental, Categoría V Bizantina. Hay algunas críticas que se han
hecho a la Biblia Reina Valera 1960, que la sociedad bíblica trinitaria
ha publicado en un artículo en su sitio web.
Critica 1: Las versiones de la Reforma se basaron sólo en el texto de
Desiderio Erasmo, el cual era deficiente.
R. Falso: Nuestra misma Reina Valera se valió de varias ediciones del
texto recibido como:
1)                        La ―Políglota Complutense‖, edición financiada por el
cardenal Giménez, anterior a la primera edición de Erasmo.
2)                        La edición de Robert Estienne (que proviene de manuscritos
diferentes a los adquiridos por Erasmo).
3)               Ediciones de Teodoro de Beza.
Aparte de estas ediciones mencionadas, hubo cerca de 30 trabajos de
ediciones griegas en espacio de un siglo
Critica 2: Erasmo solo poseía media docena de copias, e incluso a una
de ella le faltaba el final de Apocalipsis. Así compiló su Textus Receptus.
R. En su primera edición de 1516 Erasmo contó, como dice la crítica
textual, con escasas copias de manuscritos griegos del Nuevo Testamento.
Pero, ¿acaso la crítica textual no cuenta también con
―escasas copias‖ al abocarse mayormente al Códice Sinaítico y
Vaticano? Se sabe que el 99% de la masa textual del texto crítico de
Westcott y Hort procedió de solo estos dos códices del siglo IV. No hay
razones para sorprenderse con la cantidad de copias de Erasmo respecto a
lo que tenían Westcott y Hort. Ahora, ¿Erasmo no siguió avanzando en
materia textual? Por supuesto que sí; él hizo cuatro ediciones más
comparando con nuevos manuscritos, llegando hasta 1535 (su última
edición).
Critica 3: El Nuevo Testamento de la Reina Valera no está basado en el
mejor texto griego.
R. Los críticos textuales nunca creyeron en la preservación providencial
de parte de Dios de los originales de Su Palabra en copias fieles a través
del tiempo. Ellos creen en una restauración tardía del texto bíblico a partir
de la edición de Westcott y Hort del año 1881. Tomando este texto como
base, luego vinieron las ediciones de Nestlé-Aland llegando en la actualidad
a la vigésima octava. Nos preguntamos: ¿Por qué hay 28 ediciones de
Nestlé-Aland? ¿Podríamos decir que las Biblias basadas sobre la edición
26 son inferiores en calidad textual a las basadas en la 28?
Los que creen en el Textus Receptus somos gente obtusa cerrada a la
arqueología bíblica. Pero hemos visto que el descubrimiento de
manuscritos en su mayoría apoya al Textus Receptus, y que la crítica
textual con sus intricadas especulaciones sobre textos minoritarios nunca
termina de fijar el texto bíblico definitivo. Si bien, a priori, parecería que la
crítica textual desarrolla una noble labor ―hallar la verdad revelada por
Dios‖ en los originales, en su desconfianza sobre la preservación hace que
siempre estén detrás de la última novedad en cuestiones arqueológicas, y
lo que vuelcan en el texto al fin y al cabo son solo suposiciones de
suposiciones. No creemos que Dios haya dejado al hombre la tarea
detectivesca de encontrar su Palabra en mil fragmentos dispersados en las
arenas del tiempo, sino que es más correcto pensar que existe un texto
mayoritario porque Dios mismo lo preservó para su iglesia a través de todos
los tiempos. Entendamos  bien  esto,  no  debemos  poner  nuestra 
confianza  en  la  ―tradición‖,  sino  en  la ―preservación‖, lo cual es muy
distinto.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MÉTODOS DE TRADUCCIÓN E HISTORIA DE LA BIBLIA
AL ESPAÑOL
 
Introducción.
 
Con la traducción de la Biblia no termina el trabajo de acercar la Palabra
de Dios al hombre de todos los tiempos. Hace falta una labor
complementaria de comprensión por medio de la aplicación de las normas
de la Hermenéutica. Ciertamente, en la Biblia tenemos muchas cosas que
se entienden fácilmente si las discernimos espiritualmente, pero ―hay
algunas difíciles de entender‖ como dijo en apóstol Pedro 2 P. 3:16.
a)              métodos de traducción.
 
Hay seis métodos de traducción y uno, que lo ponemos como de
actualidad y curiosidad.
 
1.                        método eclesiástico – tradicional: Otorga únicamente a la
Iglesia la autoridad para determinar el significado de las Palabras. Pone la
doctrina eclesiástica por encima de las Palabras de la Biblia.  Las
Traducciones son autorizadas como genuinas o autoritativas cuando la
Iglesia lo decide. Una vez traducida, la revisión no debe ser revisada o
alterada. A este grupo están las Biblias de los grupos sectarios: como de
los testigos de Jehovah, mormones o adventistas y otros.
2.                        método filológica – humanística: Enfatiza la lingüística, es
decir, la determinación de todos los usos de las palabras. Rechaza la
terminología eclesiástica, debido a que no existía antes de la transmisión
bíblica. Hacen notar que las Traducciones requieren de revisión continua ya
que los idiomas también cambian continuamente.
3.                                              método de traducción inspiracional: Hace que Dios sea
Responsable de Supervisar la Obra de Traducción. El Traductor tiene la
Responsabilidad de ser inspirado y otras habilidades son menos
importantes.
4.                                              método de equivalencias dinámica: Enfatiza la palabra
según la opinión del Traductor. Sólo se traducen aquellas palabras que se
consideran necesarias para el significado del texto. La Habilidad del
Traductor para interpretar el mensaje del texto, es la máxima cualidad
deseable. Se Contextualizan las palabras. El traductor que usa este método
debe tener presente el efecto del mensaje sobre el receptor al que iba
dirigido originalmente para valorar su verdadero sentido y traducir un texto
equivalente que cause el mismo efecto en el lector actual. Eugenio Nida fue
el promotor de este método que se hizo muy popular en este tiempo actual.
5.                                              método de equivalencia funcional: Enfatiza el grupo
receptor, es decir, se traduce de acuerdo a las limitaciones o preferencias
de los lectores o patrocinadores de la Traducción. Es afectado por
los objetivos determinados. La Traducción se considera exitosa al
transmitir un mensaje que concuerda con aquellos objetivos.
6.                                              método de equivalencia formal: Enfatiza las palabras y
construcciones sintácticas del original, sin perder el significado bíblico. La
Traducción eleva al Lector al nivel de las palabras divinas, en vez de bajar
la lectura al nivel del lector. Demuestra una dependencia de Dios tanto para
traducir, como para dar iluminación al lector. Es decir, a cada uno de los
términos que aparecen en la fuente u original se le busca, si es posible, un
equivalente, de manera que a un sustantivo corresponda un sustantivo, a
un verbo un verbo, a una preposición una preposición, etc. De este modo el
vocabulario es lo más idéntico al original con lo que se logra el máximo de
literalidad. Se respetan también las formas literarias de manera que la
poesía se traduce en verso y aunque se intenta es difícil conseguir igualar
la métrica debido a las diferencias entre la poesía oriental y la occidental.
Habremos observado que algunas biblias traducidas con este método
tienen la necesidad de suplir ciertos textos para hacerlos inteligibles y que
aparecen en bastardilla o cursiva. La Reina Valera de 1569 y la mayoría de
traducciones clásicas siguen este método.
7.                                              método de traducción al lenguaje inclusivo: por su
actualidad y como curiosidad, no por su importancia o por aportar
elementos positivos a la ciencia bíblica. El nombre proviene de la edición de
un Nuevo Testamento y los Salmos en inglés llamada ―An   Inclusive
Version‖  o una versión inclusiva, publicada por la Oxford University Press
de Nueva York. El objetivo de esta traducción es eliminar referencias
sexistas, clasistas o racistas en el texto bíblico. La traducción ha sido hecha
por un equipo formado por tres hombres y tres mujeres. Los hombres son:
Victor Roland, Thomas
L. Hoyt y Burton H. Throckmorton. Las mujeres, líderes feministas y
religiosas en U.S.A. son: Sharon H. Ringe, Susan Brooks y Bárbara
Withers. En realidad tiene poco de traducción y mucho de ―adulteración en
lenguaje inclusivo‖. En relación con el sexo, que es uno de los aspectos
que más ha preocupado a los traductores del lenguaje inclusivo, el griego
incluye el masculino y el femenino en referencias generales como hace el
castellano, y en ocasiones es difícil distinguirlos. Pero si se quiere evitar el
término ―hombre‖ para no ser tildados de machistas se puede sustituir por
―persona‖ y cuando, por la misma razón, se quiere evitar el pronombre
masculino ―el‖ como, por ejemplo, ―el que‖ se puede traducir ―quien‖.
 
b)             traducción de la Biblia al español.
 
Mucho antes de la invención de la imprenta, España poseía las
Sagradas Escrituras, primero en latín, y luego en español. No obstante,
la prohibición de poseer en lengua común los libros del
Antiguo y del Nuevo Testamento viene produciéndose y reiterándose
desde 1229. Las primeras versiones de la Biblia en español son las
llamadas Biblias romanceadas o Biblias escurialenses, nombre que se le da
a unos códices que reposan hoy en la Biblioteca del Monasterio de El
Escorial, en España. Son manuscritos del siglo XIII aunque reflejan
probablemente un español del siglo XII. Estos códices son los primeros
ejemplos de la literatura española en prosa. El nombre de
―romanceadas‖ les viene de que son textos en lengua ―romance‖, o
sea, en una lengua producto de la evolución del latín vulgar, en este caso el
español.
Versiones protestantes.
La Biblia prealfonsina: El nombre específico de Biblia
prealfonsina se le da a dos de los manuscritos escurialenses del siglo
XIII, Ms. I-j-6 y I-j-8 de El Escorial, que son una traducción de la Biblia
al español, trabajo que se basó en la Vulgata latina y en las lenguas
originales. A esta Biblia también se le denomina Biblia medieval
romanceada. En 1927 se hizo una edición de esta Biblia a cargo de
Américo Castro, conteniendo los manuscritos escurialenses I-j-3, I-j-8
y I-j-6. Fue publicada por la Universidad de Buenos Aires, Facultad de
Filosofía y Letras, en la Colección Biblioteca del Instituto de Filología.
Venía con cinco grabados y constaba de 285 páginas.
La Biblia Alfonsina: La Biblia Alfonsina, publicada en 1280, es
una Biblia que era parte de un proyecto más amplio denominado
Grande e general estoria, compuesto de cinco volúmenes. Este
proyecto fue patrocinado por el rey Alfonso X el Sabio, llamado así,
entre otras razones, porque fue promotor de la Escuela de
Traductores de Toledo y de otra obra en español denominada
―Estoria   de España‖. La Biblia Alfonsina es una traducción de la
Vulgata y muestra influencia de la Biblia prealfonsina.
La Biblia del Alba: La Biblia de Alba es solamente una
traducción del Antiguo Testamento, la Biblia de los judíos. Esta
traducción fue realizada por un erudito judío de nombre Moisés
Arragel, natural de Guadalajara, España. La traducción se llevó a
cabo por encargo de don Luis González de Guzmán, gran maestre de
la orden de Calatrava. Don Luis González de Guzmán le encargó al
erudito judío que realizara la traducción contando con la asesoría de
dos teólogos católicos, sus primos Fray Arias de Encinas, del
convento franciscano de Toledo, y D. Vasco de Guzmán, arcediano de
la catedral de Toledo. El deseo del gran maestre era que la traducción
llevara comentarios e ilustraciones. El nombre dado a esta obra,
Biblia de Alba, se debe a que esta Biblia está en posesión de los
Duques de Alba de
Tormes, una familia de la nobleza española, quienes la mantienen
al cuidado de la Fundación Casa de Alba en el Palacio de Liria en
Madrid, España.
La poliglota complutense: Fue el primer texto bíblico en
lenguas originales hecho en imprenta. En el año 1502, en España, el
cardenal Cisneros adquirió varios manuscritos bíblicos, y con la
intención de fomentar el estudio y lectura de las Escrituras convocó a
varios lingüistas expertos en hebreo, arameo, griego y latín, para
trabajar sobre el proyecto de hacer una Biblia plurilingüe o políglota.
La ciudad del Alcalá de Henares fue la cuna donde nacería esta
Biblia. El nombre latino antiguo de la ciudad era ―Complutum‖; de
ahí que el nombre de esta edición sea ―Políglota Complutense‖.  La
edición se compone de seis
tomos, ordenados de la siguiente manera: 4 tomos: Antiguo
Testamento 1 tomo: Nuevo Testamento 1 tomo: Diccionario hebreo y
arameo, interpretaciones de los nombres hebreos, arameos y griegos,
una gramática hebrea y un índice latino para el diccionario. Los
participantes en este trabajo fueron: Idioma hebreo y arameo: Alfonso
de Alcalá, Pablo Coronel y Alfonso de Zamora. Idioma griego:
Demetrio Ducas y Hernán Núñez. En latín estuvo Antonio de Nebrija
en la corrección de la Vulgata. Los trabajos estuvieron bajo la
dirección de Diego López de Zúñiga. Si bien para 1514 ya
estaba terminado el Nuevo
Testamento, el mismo no tuvo circulación por prohibición de la
iglesia católica. Por eso pareciera que el texto griego de Erasmo de
Rotterdam de 1516 fuera el primer texto bíblico en lengua original,
pero técnicamente este mérito corresponde a la Políglota
Complutense.
El Nuevo Testamento de Martín de Lucena: Don Iñigo López
de Mendoza, Marqués de Santillana, famoso militar y escritor español,
patrocinó la que quizás fue la primera traducción del Nuevo
Testamento del griego al español. La obra fue llevada a cabo en
Toledo en 1450 por el converso judío Martín de Lucena. El erudito
judeocristiano fue objeto de persecución por parte de la Inquisición
debido a lo cual tuvo que marcharse a Sevilla, y de allí a Puebla de
Montalbán, España, para posteriormente escapar a Roma. De su
trabajo  se conservan la traducción de los Evangelios y las Epístolas
de Pablo en la biblioteca del monasterio de El Escorial, en España.
El Nuevo Testamento de Francisco de Encinas: En 1543 se
publicó en la imprenta de P. Mierdman en Amberes, Países Bajos, el
Nuevo Testamento traducido por Francisco de Enzinas. Esta
traducción fue hecha directamente del griego, usando como base
el texto
griego de Erasmo de Róterdam. Francisco de Encinas nació en la
población de Burgos, España, en 1520. Fue uno de los primeros
españoles en convertirse a la causa de la Reforma Protestante. Este
erudito español estudió en la Universidad de Alcalá de Henares. Al
salir de España continuó su formación en las universidades de París,
Lovaina y Wittenberg. En Wittenberg conoció a Melachton, el cual lo
animó a traducir la Biblia al español. Tradujo algunos textos del
Antiguo Testamento, pero su obra principal fue la traducción del
Nuevo Testamento. Dedicó su traducción al emperador Carlos V, con
quien se entrevistó y a quien le entregó personalmente una copia de
la traducción. A instancias de Pedro de Soto, confesor del emperador,
fue arrestado en Bruselas y su traducción fue prohibida por la
Inquisición. Entre sus muchas actividades y obras, se destaca el
hecho de haber sido profesor de griego en la Universidad de
Cambridge, Inglaterra.
La Biblia de Ferrara: En 1553 los judíos portugueses Duarte
Pinel y Gerónimo Vargas tradujeron el Antiguo Testamento al
castellano. Esta traducción tenía lugar en el ducado de Ferrara, Italia,
y por esa razón se denomina Biblia de Ferrara. Los duques de Ferrara
habían dado protección a los judíos portugueses y españoles que
habían sido expulsados de España y posteriormente de Roma y
Nápoles. Los nombres judíos de los traductores son Abraham Usque
para Duarte Pinel y Yom Tob Atias para Gerónimo Vargas. Esta Biblia
es una traducción muy literal del hebreo al castellano. El nombre de
Dios se traduce ―A‖— haciendo referencia probablemente a Adonai,
palabra hebrea para ―Señor‖. También cuando aparece la palabra
―Dios‖ se escribe sin la s: ―Dio‖.
La traducción de Juan de Valdés: Juan de Valdés fue un
humanista español nacido en 1509 en la población de Cuenca,
España. Tradujo el Evangelio de Mateo y las Epístolas de Pablo,
usando el texto griego de Erasmo. También tradujo del hebreo el libro
de los Salmos. Juan de Valdés era miembro de una familia española
muy distinguida, tanto que su hermano Alfonso de Valdés llegó a ser
secretario del emperador Carlos V. Estudió en la Universidad de
Alcalá de Henares y fue elogiado por Erasmo, con quien sostuvo
correspondencia.
El Nuevo Testamento y los Salmos de Juan Pérez de
Pineda: Juan Pérez de Pineda nació en la población de Montilla,
provincia de Córdoba, España, aproximadamente en el año 1500. Fue
rector del Colegio de la Doctrina de la ciudad de Sevilla, una de las
ciudades más importantes del mundo en esa época y sede principal
del protestantismo español, donde hizo amistad con Casiodoro de
Reina y otros simpatizantes del luteranismo. Una vez que se
desató la persecución contra ellos por parte de la Inquisición, Juan
Pérez huyó a Ginebra, Suiza. La Inquisición española quemó su efigie
en Sevilla en 1560. En Ginebra tradujo los Salmos del hebreo al
español y dedicó su traducción a la hermana del emperador Carlos V,
María de Hungría, quien para esa época era regente de los Países
Bajos. Luego tradujo el Nuevo Testamento sirviéndose de los trabajos
previos hechos por Francisco de Enzinas y Juan de Valdés. Con el fin
de burlar a la Inquisición, este Nuevo Testamento apareció como
impreso en Venecia, pero en realidad fue impreso en Ginebra, en la
imprenta de Jean Crespin en 1556. Este Nuevo Testamento logró
distribuirse en España gracias al trabajo de otro simpatizante de la
reforma, Julián Hernández, apodado ―Julianillo‖ porque era de baja
estatura y tenía una pequeña joroba. Julianillo, tipógrafo y corrector
de pruebas, disfrazado de cuidador de mulas metió de contrabando
muchos ejemplares de este Nuevo Testamento escondidos en
toneles, hasta que fue apresado y condenado a morir en la hoguera
por la Inquisición en Sevilla. Juan Pérez de Pineda murió en París en
1567, dejando su fortuna para que sirviera a la causa bíblica en
lengua española.
La Biblia del oso: Casiodoro de Reina nació en la población de
Montemolín, provincia de Badajoz, España, en 1520. Se hizo monje
en el monasterio de San Isidoro del Campo en la ciudad de Sevilla.
En ese monasterio empezó a leer la traducción del Nuevo Testamento
de Juan Pérez de Pineda y a discutir las obras de los principales
líderes de la Reforma Protestante introducidas de contrabando en
España. Casiodoro de Reina se convirtió en el líder de los
simpatizantes de la Reforma en el monasterio; finalmente casi la
totalidad de los monjes se unieron a la causa de la Reforma. Pero por
causa de la inquisición tuvo que huir a Ginebra. Casiodoro de Reina
empezó la traducción de la Biblia completa al español. En Inglaterra,
espías de la Inquisición y del propio rey Felipe II de España desataron
una persecución contra él. A esto se sumó la enemistad con los
protestantes de habla francesa en Inglaterra, con los cuales no había
tenido buenas relaciones en Ginebra, quienes emprendieron una
campaña de difamación contra Casiodoro de Reina. Esta Biblia por
varios siglos fue la única Biblia protestante completa en español.
La Biblia del Cántaro: Cipriano de Valera nació en la población
de Fregenal de la Sierra, provincia de Badajoz, España, en 1532. Al
igual que Casiodoro de Reina, de quien fue paisano y amigo, estudió
en la Universidad de Sevilla e ingresó en el monasterio de San Isidoro
del Campo en Sevilla, donde se hizo simpatizante de las doctrinas
de la Reforma.
Fue miembro del grupo de frailes que huyó del monasterio de San
Isidoro del Campo de Sevilla rumbo a Ginebra, Suiza, debido a la
persecución de la Inquisición. Cipriano de Valera fue discípulo de
Calvino, de quien fue un fiel seguidor, hasta el punto de ser el primero
en traducir al español la obra de Calvino Instituciones de la religión
cristiana. Se radicó en Inglaterra, donde fue profesor de las
universidades de Oxford y Cambridge. Murió probablemente en
Londres en 1602. Cipriano de Valera publicó dos años después de la
muerte de Casiodoro de Reina una revisión del Nuevo Testamento, y
luego en 1602 la Biblia completa. Esta Biblia es llamada ―La Biblia
del cántaro‖ porque en la portada aparece un hombre con un
cántaro en la mano regando una planta y la frase de Pablo en 1
Corintios 3:6:
―Yo planté, Apolos regó‖. Para entender en qué consistió la
revisión debemos mencionar que la traducción de Casiodoro de Reina
tenía como propósito ser una Biblia en lengua española para que
pudiera ser leída por miembros de todas las tendencias de la Reforma
Protestante y también por los católicos.
La Biblia Reina Valera: En 1831 la Sociedad Bíblica de
Glasgow, Escocia, publicó una revisión del Nuevo Testamento con
cambios ortográficos. Esa misma revisión se reimprimió en 1845 con
algunas pocas actualizaciones en el vocabulario, y luego en 1849 y en
1865. La Sociedad Bíblica Británica y Extranjera publicó en 1858 el
Nuevo Testamento con la ortografía revisada y algunos cambios
textuales. Esa misma edición del Nuevo Testamento se reimprimió en
1860, 1865 y 1867. La primera edición de la Biblia Reina-Valera sin
los libros apócrifos se realizó en 1862. Esta revisión fue obra de
Lorenzo Lucena Pedroza, nacido en Aguilar de la Frontera, provincia
de Córdoba, España, en 1807. Estudió en Sevilla y Córdoba, España,
y en Inglaterra, donde fue profesor de la Universidad de Oxford. Era
misionero de la Iglesia Anglicana, donde sirvió en diversos cargos,
casi todos relacionados con el trabajo entre los hablantes de lengua
española. La revisión de Lucena fue patrocinada por la Sociedad para
la Promoción del Conocimiento Cristiano, una institución de la Iglesia
Anglicana. Además de quitar los libros deuterocanónicos, hizo una
revisión de la ortografía de todo el texto en español. Esta revisión fue
reimpresa en 1863, 1866, 1869 y 1876. Se hizo una revisión de la
ortografía y se le añadieron referencias en 1870 por parte de E.B.
Cowel de la Universidad de Cambridge y de George Alton, misionero
metodista en España. En 1865 la Sociedad Bíblica Estadounidense
patrocinó una revisión de la Reina-Valera, la cual estuvo a cargo en
mayor medida por Henry B. Pratt, un misionero norteamericano en
Bogotá, Colombia, con colaboración del español Ángel H. de Mora.
Esta revisión se apega
estrictamente al Textus Receptus (denominación que se le da al
texto griego del Nuevo Testamento publicado inicialmente por Erasmo
de Róterdam), colocando en letra cursiva toda palabra que no es
traducción literal de los idiomas originales. Esta revisión tuvo al
menos nueve reimpresiones en el período comprendido entre 1870 y
1905. La primera revisión de la Biblia Reina-Valera en el siglo XX fue
hecha en 1909. El Antiguo Testamento fue revisado por Juan B.
Cabrera (1837–1916) y Cipriano Tornos (1833–1918). Las notas
estuvieron a cargo de Segundo Sabio, pastor presbiteriano y agente
de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera en Madrid. Esta revisión
captó la aceptación de las iglesias evangélicas de España y
Latinoamérica, y es aún la revisión preferida por muchos evangélicos.
La siguiente revisión a la Biblia Reina-Valera fue publicada en
1960. Esta revisión fue hecha bajo los auspicios del famoso biblista
Eugene Nida, en ese entonces secretario de traducciones de la
Sociedad Bíblica Estadounidense. El equipo de revisión estaba
conformado por Juan Díaz (México), Honorio Espinosa (Chile),
Francisco Estrello (México), Alfonso Lloreda (Colombia), Enrique
Parra (Colombia) y Alfonso Rodríguez (Cuba). El trabajo de revisión
duró nueve años, desde 1951 hasta su publicación en 1960. Esta es
la versión preferida por los evangélicos de Latinoamérica y España.
La revisión se ciñó mayormente al Texto Masorético del Antiguo
Testamento y al Textus Receptus. La Biblia Reina-Valera ha tenido
otras revisiones después de la de 1960. Las más importantes han
sido la Reina-Valera, revisión de 1977, la Reina-Valera Actualizada y
la Reina-Valera, revisión de 1995. La Reina-Valera, revisión de 1977,
fue patrocinada por la editorial CLIE de España y publicada
inicialmente por la Sociedad Bíblica Internacional. La Reina-Valera,
revisión de 1989, fue patrocinada por la Editorial Mundo Hispano de
El Paso, Texas, EE. UU., y se realizó bajo la dirección del Dr. Moisés
Chávez, experto hebraísta peruano. Se basa en la revisión de 1909,
pero consulta además los textos en hebreo, arameo y griego más
actuales. También actualizó extensamente el vocabulario. La revisión
de 1995, realizada por un comité de revisores de las Sociedades
Bíblicas Unidas, actualiza extensamente la redacción, el vocabulario y
la ortografía de la versión. También se mantuvo el nombre
―Jehová‖ para referirse al nombre divino. Se ha publicado,
además, una edición de estudio, también patrocinada por las
Sociedades Bíblicas Unidas.
La Biblia versión popular Dios Habla Hoy: La publicación de
esta Biblia en español marcó un hito en la traducción bíblica mundial.
El equipo de traductores, conformado por las
Sociedades Bíblicas Unidas, trabajó siguiendo el modelo de
traducción de equivalencia dinámica—la primera traducción en un
idioma europeo siguiendo completamente ese modelo de traducción.
La Biblia completa se publicó en 1979 y luego se revisó en 1994. Esta
versión ha sido muy popular tanto en círculos evangélicos como
católicos. Uno de los más famosos eruditos en lenguas bíblicas, el
jesuita colombiano Pedro Ortiz, participó en el equipo de traducción
del Antiguo Testamento. También se conoce de la participación del
erudito evangélico español Ignacio Mendoza Regaliza.
La Nueva Versión Internacional: La Sociedad Bíblica
Internacional publicó en 1999 una traducción al español basada en las
lenguas originales, siguiendo los mismos principios de traducción de
la versión en inglés New International Version. El equipo fue dirigido
por el ex sacerdote católico y luego pastor presbiteriano Luciano
Jaramillo, erudito colombiano. El trabajo se realizó en la ciudad de
Miami, Estados Unidos, por un equipo de traducción conformado por
un selecto grupo de eruditos bíblicos hispanoamericanos,
representando a más de diez países de habla española. Un aporte
importante a la traducción bíblica que realizó esta versión fue la
actualización de todos los nombres propios que aparecen en la Biblia
conforme a la pronunciación española moderna latinoamericana. La
Editorial Vida de Miami, Estados Unidos, publicó una edición de
estudio de esta Biblia, trabajo realizado por un equipo dirigido por
Luciano Jaramillo y compuesto, entre otros, por los eruditos Atala
Jaramillo, René Padilla, Moisés Silva, Mariano Ávila, Emilio Núñez,
Cosme Vivas y Giacomo Cassese.
La traducción en lenguaje actual: Las Sociedades Bíblicas
Unidas publicaron en 2001 el Nuevo Testamento y los Salmos en la
traducción denominada «en lenguaje sencillo», dirigida a un público
infantil y juvenil. Esta traducción está basada en las lenguas
originales. La Biblia completa se publicó en 2003. El director del
equipo de traducción fue el erudito Edesio Sánchez Cetina, con
participación, entre otros, del experto biblista Esteban Vogt.
El Nuevo Testamento Versión Hispanoamericana: Este
Nuevo Testamento fue publicado en 1916 por la Sociedad Bíblica
Británica y Extranjera y por la Sociedad Bíblica Estadounidense. El
equipo de traductores que participó en el proyecto estaba conformado
por los biblistas Victoriano D. Báez, Carlos W. Dress, Enrique C.
Thompson, Juan Howland y Francisco Diez. La palabra de Dios para
todos Rafael Alberto Serrano nació en Bogotá, Colombia, en 1955.
Este filólogo de la Universidad Nacional de Colombia fue invitado en
1999 por el Centro Mundial de Traducción de la Biblia, de Fort
Worth, Texas, Estados Unidos, para ser el editor de la Biblia en la
versión La palabra de Dios para todos. El trabajo inicial se comenzó
en Colombia y en 2001 se publicó el Nuevo Testamento. Esta versión
está basada en las lenguas originales, consultando la Septuaginta y
los manuscritos de Qumrán. El lenguaje de esta versión es español
cotidiano latinoamericano. La Biblia completa se publicó en 2005 en
asociación con la Liga Bíblica. Entre los participantes en este proyecto
de traducción están Ervin Bishop, Brian McLemore, Yancy Smith, Ken
Berry, Alejandro Botta, Chris Heard, Patricia Rosales, David
Stringham y Pablo Torrijano.
La Biblia de las Américas: La Fundación Lockman de
California, Estados Unidos, publicó en 1973 una traducción del Nuevo
Testamento basado en el texto griego, usando como modelo la
versión en inglés denominada la Nueva Biblia norteamericana
estándar, la cual está reseñada en esta obra en el capítulo dedicado a
la historia de la Biblia en inglés. La Biblia completa se publicó en 1986
basada en las lenguas originales. Una versión de esta Biblia en
español latinoamericano se publicó en 2005 con el nombre de Nueva
Biblia de los hispanos.
Versiones católicas.
La Biblia del padre Scío de San Miguel: Felipe Scío y Riaza o
Felipe de San Miguel fue un sacerdote católico nacido en la población
de Balsaín, provincia de Segovia, España, en 1738. Perteneció al alto
clero español, relacionándose con la nobleza española desde su
nacimiento. Estudió en Roma y dominaba magistralmente el latín, el
griego y el hebreo. La obra le fue encomendada por el rey Carlos III
de España y fue completada bajo el reinado de su hijo Carlos IV,
quien apoyó el proyecto. El Nuevo Testamento fue publicado en
Valencia en 1790 y la Biblia completa en 1793. Felipe Scío contó con
la ayuda de un grupo de sacerdotes españoles, entre los que destaca
Benito Feliú de San Pedro, quien dirigió la impresión. La traducción es
del texto de la Biblia oficial de la iglesia católica, la Vulgata, al
español, pero cotejando los textos en hebreo y griego como se
demuestra en las notas de esta Biblia. Esta versión emplea un modelo
de traducción muy literal.
La Biblia de José Petisco y Félix Torres Amat: José Petisco y
Félix Torres Amat fueron dos sacerdotes católicos. José Petisco nació
en la población de Ledesma, en la provincia de Salamanca, España,
en 1724. Este sacerdote jesuita estudió lenguas bíblicas en Lyon,
Francia, y fue profesor de Biblia en Córcega y Bolonia, Italia. En
Italia, dio comienzo en
1786 a la traducción de la Biblia basado en el texto de la Vulgata.
Con la traducción casi finalizada, regresó a España en 1798 y murió
en 1800 en la misma ciudad donde nació. Félix Torres Amat nació en
la población de Sallent Bagés, Barcelona, España, en 1772. Estudió
en Alcalá de Henares, Tarragona y Madrid. Era experto en idiomas,
incluidas las lenguas bíblicas. Dio comienzo a la traducción de la
Biblia en 1823 basado en el texto de la Vulgata. La Biblia completa
apareció en 1825.
La Biblia Nácar-Colunga: Esta Biblia de confesión católica fue
traducida por los sacerdotes Eloino Nácar Fuster y Alberto Colunga.
Fue traducida de las lenguas originales— hebreo, arameo y griego—
al español. Se publicó en Madrid en 1944. Esta Biblia fue revisada por
un equipo dirigido por Maximiliano García Cordero en 1965.
La Biblia Bover-Cantera-Iglesias: La Biblioteca de Autores
Cristianos de la Editorial Católica publicó en 1947 una Biblia traducida
de las lenguas originales, realizada por José María Bover (1877–
1954), sacerdote y erudito español, experto en lenguas bíblicas y
especialista en griego; y el profesor Francisco Cantera Burgos (1901–
1978), famoso hebraísta español. En su introducción dice que sus
criterios de traducción eran ―fidelidad, literalidad, diafanidad e
hispanidad‖. En 1975 se realizó una revisión completa de esta Biblia,
bajo la dirección también de Francisco Cantera, junto con Manuel
Iglesias y un equipo de eruditos españoles. La traducción es bastante
literal y viene con numerosas notas.
La Biblia de Jerusalén: En 1966 la Editorial Desclée de
Brouwer de Bilbao, España, publicó la primera edición de la Biblia de
Jerusalén, relacionada con la edición francesa preparada por la
Escuela Bíblica de Jerusalén. La edición en español se tradujo de las
lenguas originales, consultando las citas de los padres de la iglesia.
La traducción estuvo dirigida por el erudito español José Ángel
Ubieta. La primera revisión se hizo en 1975 y se han publicado
numerosas reimpresiones. Contiene introducciones a cada sección y
a cada libro de la Biblia, con numerosas notas. En 1998 se hizo una
revisión completa de esta Biblia por un equipo dirigido también por
José Ángel Ubieta y conformado, entre otros, por los eruditos Víctor
Mola, Santiago García, Julio Trebollé, Félix García, Rafael Aguirre,
Domingo Muñoz, Joaquín Méndez, Nuria Calduch, José María Abrego
y José Luis Malillos. En 2001, bajo la dirección de Santiago García, se
realizó una edición en español latinoamericano por parte de expertos
biblistas de Argentina, Colombia y México, la cual apareció con el
nombre de Biblia de Jerusalén latinoamericana.
La Biblia latinoamericana: Bernardo Hurault nació en Paris,
Francia, en 1924. Este sacerdote católico llegó a trabajar como
misionero a la ciudad de Concepción, Chile, en 1963. Realizó la
traducción de la Biblia con base en las lenguas originales, con ayuda
de otro sacerdote católico de nombre Ramón Ricciardi. La traducción
fue publicada primero en 1970. Se han hecho varias reimpresiones de
esta obra por Ediciones San Pablo y Editorial Verbo Divino desde
1972. Se hizo una revisión de esta traducción en 1995. Esta versión
está hecha en español latinoamericano y viene con numerosas notas
y comentarios. Bernardo Hurault murió en Concepción, Chile, en
2004.
La Nueva Biblia Española: La editorial Ediciones Cristiandad
de Madrid, España, publicó en 1975 una traducción de la Biblia
basada en las lenguas originales—hebreo, arameo y griego—
realizada por un equipo dirigido por el sacerdote jesuita Luis Alonso
Schöckel, erudito bíblico y filólogo, profesor del Pontificio Instituto
Bíblico de Roma; y Juan Mateos, también erudito bíblico, filólogo y
profesor del Pontificio Instituto Bíblico y de la Universidad Gregoriana.
Juan Mateos ya había publicado la traducción del Nuevo Testamento
de esta Biblia en 1974. La Nueva Biblia Española emplea
invariablemente el modelo de traducción de equivalencia dinámica. Se
hizo una edición especial en español latinoamericano.
Biblias que incluyen ayudas para su comprensión.
Al principio eran las iglesias católicas que creaban sus Biblias con ciertas
anotaciones, así enseñaban sus doctrinas. Pero poco a poco los
evangélicos también hicieron sus Biblias con anotaciones. La primera fue la
Biblia de Scofield.
La Biblia de Estudio Mundo Hispano: Otra Biblia de estudio con el
texto de la RVR60. Antes de llegar al texto bíblico, tiene una introducción a
la Biblia seguido de una serie de artículos de dos tipos: los que forman
parte de la ciencia de la introducción, como por ejemplo, los manuscritos, la
formación del Canon, Cronología, Geografía de los lugares bíblicos, las
versiones castellanas, métodos de estudio, etc.; y los que son doctrinales
como Revelación, Inspiración y Unidad de las Escrituras. Las notas a pie de
página son de carácter técnico unas y exegético otras. Por tanto, vale lo
dicho sobre este sistema en biblias semejantes. Tiene incorporada una
concordancia breve al final.
Biblia de estudio Holman: Holman Bible Publisher, presenta la Biblia de
estudio, ha sido la más confiable por más de 50 años. Esta Biblia está
recomendada para todas las edades y para todo
estudiante de la Biblia. Algunas características son: 15000 notas de
estudio, 140 fotos, 55 mapas, una concordancia, 20 artículos y ensayos,
estudio de las palabras en griego y hebreo, plan de lecturas, glosario de
términos principales, etc.
No es suficiente con producir diferentes versiones de la Biblia en un
mismo idioma, empezaron a surgir las Biblias ―temáticas‖. Es decir que, a
versiones ya conocidas (incluso la Reina Valera), se le quita el título
―Santa Biblia‖ y se le pone un nombre específico (con una moderna
ilustración) que responde a comentarios orientados a una temática
específica. También hay Biblias con un contenido parcial, es decir con solo
porciones de las Escrituras (determinados capítulos y versículos), a los
cuales también se los llama Biblia. Dentro de esta ―sectorización‖ de
Biblias surgieron tendencias, las cuales podemos enumerar en algunos
ejemplos:
Sectorización por edades
 
Biblia Ilustrada para Niños y Jóvenes (Reina
Valera Actualizada) Biblia para Niñas: Historia
Bíblicas para madres e hijas
Biblia para Niños: Historia Bíblicas para
madres e hijos Biblia Para Adolescentes
Día a Día (Lenguaje Actual)
Sectorización por sexo
 
ISHA – Biblia para mujeres de todas las
edades (Lenguaje Actual) La Biblia Mujer De Hoy
(Reina Valera 1960)
Biblia ―Hombres de Integridad‖ (Reina Valera 1960)
Sectorización por especialidad o hobby
 
 
Biblia en un minuto: para
profesionales Biblia del surfista
(Dios Habla Hoy) Biblia Manga
(ilustrada)
Sectorización por tema
 
Eco Biblia (Cuidados del medio ambiente)
(Lenguaje Actual) Biblia del liderazgo joven
(Reina Valera Contemporánea)
Biblia H2O (Para comprender asuntos teológicos) (Lenguaje actual)
 
 
c)               historia de la Biblia en Bolivia.
Es necesario recordar en el siglo XV, mientras que la reforma se estaba
dando en Europa; en  España se estaba enviando a un hombre a colonizar
un nuevo continente, este era: Cristóbal Colon, llegó a América en 1492.
Casi en la misma fecha, tres hombres: Francisco pizarro, Diego de Almagro
y Fernando Luque llegaron a Perú y lo colonizaron al imperio Quechua, que
antes de ellos estaban el imperio aymara.
No solo vinieron solamente en busca de oro, sino que también querían
imponer la iglesia católica; trajeron la iglesia, pero no la Biblia. El inca
Atahuallpa antes de morir fue bautizado y así empezó la dominación de los
españoles por muchos siglos. Pero en 1825 nace Bolivia como país
independiente, fue casi uno de los últimos países en recibir su
independencia. Se liberaron del gobierno español, pero no se liberaron de
la iglesia católica. La iglesia católica tenía mucho poder, manejaba todo.
Ellos no presentaron el evangelio, ellos presentaron la ―iglesia católica
romana‖ a la fuerza. Todo lo que se conoce como: nombres de santos, las
fechas paganas se cambiaron y se celebró a un santo. Al igual que en los
tiempos de la edad media, donde los curas no conocían la Biblia, no leían la
Biblia, las misas en latín era similar en Bolivia. En resumen lo que decía la
iglesia católica era ley.
En el año 1824 llegó a Bolivia el primer colportor (persona que viaja de
lugar en lugar vendiendo Biblias) su nombre era Diego Thompson. Diego
Thompson quería traducir la biblia al idioma quechua y aimara. Se cuenta
que un día, Diego Thompson caminaba por las calles de Londres; cuando
de repente vio a un hombre con rasgos latinos y decide hablarle. Este
hombre era boliviano, su nombre era: Vicente Pasos kanki, conocía muy
bien el quechua y el aimara. Con su ayuda se pudo traducir la Biblia al
aimara, pero, debido a la influencia de la iglesia católica no era permitido
tenerlo. Sin embargo nadie puede escaparse a la palabra de Dios, mandó a
otros colportores a Bolivia. En el año 1828 vino Lucas Mathews, visitó
Cotagaita, Caiza D, Potosí, Oruro, Sucre, Cochabamba y La paz. En 1846
vino Allen Gardiner, llego a vender Biblias y predicar el evangelio en Potosí.
En 1876 José Monguiardino trajo a Bolivia muchas Biblias. Cuando se
estaba yendo hacia Argentina a distribuir Biblias fue asesinado en
Cotagaita; fue el primer mártir de Bolivia. En 1883 Francisco Penzoti vino a
Tupiza, Potosí, Sucre, Oruro, La paz, en Cochabamba vino a Cliza, Punata
y Arani. Como toda obra al iniciar, no fue fácil que la Biblia entrara al país y
sea usado para despertar los corazones y conozcan el evangelio.
Al no tener más documentación precisa y no habiendo libros a quien
consultar se considera la teoría de que la Biblia y la iglesia en Bolivia van
de la mano, juntas. Aunque los colportores llegaron antes de los
misioneros, pero no se estableció su estudio y lectura hasta que la obra
misionera empezó. En1895 llega William Payne acompañado de su esposa
e hija, comenzó la obra en Sucre. En Sucre le confiscaron sus Biblias a
orden del arzobispo. Pero eso no desanimo a William Payne y continuo la
obra. William Payne  es el fundador de las iglesias de los    ―hermanos
libres‖. En 1898 llega a Oruro un canadiense llamado Archivaldo Reekie y
empezó a predicar el evangelio, fundo una escuela para niños y la
primera iglesia protestante que enseñaba la Biblia, esta iglesia se llama
―Cristo resucitado‖. Archivaldo Reekie   fue enviado por la misión
canadiense Bautista. Con él se inició la obra bautista en Bolivia. Luego vino
George Allan de Nueva Zelanda a Cochabamba a predicar el evangelio. En
1907 fundó la ―Bolivian Indian Mision‖ que más tarde para 1950 sería la
―Unión Cristiana Evangélica‖ UCE. En 1906 llega Francis Harrington a
La Paz, fundo el instituto americano de La Paz y comenzó la obra de los
metodistas en Bolivia.
Asi es como llego la luz para Bolivia, pero no era fácil hacer la obra
evangélica. La iglesia católica no dejaba que se hable del evangelio,
hablaban mal de los misioneros y hasta hubo mártires por llevar la Biblia a
la gente común. Un caso conocido es ―los mártires de Mercamaya‖ en
Oruro. Era el año de 1949 entre el 5-7 de agosto había feriado esos días.
Estaba programada una reunión de las iglesias. Había muchas iglesias de
Oruro, Catavi, Uncia, Llallagua, Siglo XX, Huanuni, Machakamarka,
Colquiri, Corque, etc. La reunión debía ser el viernes y sábado, pero el
domingo querían ir a Mercamaya porque en ese lugar se estaba levantando
una nueva obra. En la noche después de celebrar el culto y animar a los
hermanos; había casi unos 30 hermanos reunidos y de repente el culto fue
interrumpido, porque toda la gente de la comunidad llego con palos,
picotas, ondas para matarlos. Se dice que eran alrededor de 300 personas
los que intervinieron en la iglesia, ellos los apedrearon. Ese día murieron
como ocho personas y los demás heridos de gravedad. La descripción del
martirio fue la siguiente: reunieron a los ocho en un círculo; bajaron los
paquetes de Biblias, los himnarios, revistas y folletos y los quemaron.
Luego hicieron una fogata y alrededor de ella brindaban con alcohol. Al
pastor y al misionero los mataron a picotazos, luego llenaron de tierra sus
bocas y ojos arrastrándolos en círculo, mientras ellos seguían
embriagándose con alcohol y riéndose.
Hay un dicho que dice ―la iglesia está fundada sobre la semilla de los
mártires‖ nuestro país también ha sido fundado, este debe ser recordado y
estudiado y entender que la iglesia no es una reunión simple de personas
viniendo y yéndose. La Biblia es el pilar donde puede transformar una
sociedad.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LOS MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO
 
 
Introducción.
En 1947, un beduino descubrió la primera cueva de Qumrán; así
comenzó el mayor hallazgo arqueológico de Tierra Santa y uno de los
mayores de la arqueología mundial. Comenzó con una cueva y siete rollos
y terminó con once cuevas y novecientos rollos. Más aún, una vez que se
demostró que el desierto de Judá era capaz de conservar manuscritos
antiguos, comenzó una carrera frenética, dirigida por beduinos no
profesionales y por arqueólogos profesionales, con el fin de encontrar
lugares donde pudieran encontrarse nuevos manuscritos. Los beduinos
fueron, con  mucho, los que tuvieron más éxito. Ahora contamos con media
docena de lugares arqueológicos de ese tipo en una estrecha franja de
desierto, de 18 kilómetros de largo y de pocos kilómetros de ancho.
Aquel descubrimiento supuso un giro radical para el mundo de los
estudios bíblicos. Los textos encontrados pertenecían a la biblioteca de una
comunidad judía de la época del Segundo Templo que vivió el contexto
social, político y religioso en el que nace el cristianismo, el mismo que
conoció Jesús. El descubrimiento de los manuscritos se convirtió en una de
las mayores aportaciones extrabíblicas para conocer el contexto religioso y
social en el que vivió Jesús. El contenido de los textos desveló las
dificultades en las que se encontraba el judaísmo de la época, la herencia
de la dominación griega y la presencia de la cultura romana. A través de
estos documentos, los biblistas conocen hoy con detalle la atmósfera
común que dominaba el espacio de tiempo del cambio de era, el contexto
en el que nace el cristianismo y el judaísmo vive uno de los momentos más
importantes de su historia. Qumrán es el reflejo de un lenguaje, de una
época y de una mentalidad que describe de qué manera el judaísmo de los
siglos II a.C. - I d.C. pensaba su propia fe de distintas maneras.
Las cuevas: La Cueva 1 fue conocida por los investigadores hasta el
año 1949. Las excavaciones realizadas en la cueva desenterraron los
restos de muchos manuscritos, llegando a un total de 72 rollos. Desde ese
año hasta 1958, el entorno de esa cueva fue explorado y excavado bajo la
dirección de Roland de Vaux. Las cuevas. Explorando los acantilados
rocosos del norte y sur de Qumrán se encontraron 40 cuevas con signos de
haber sido habitadas por el hombre, pero sólo cuatro contenían rollos.
Excepto en un caso (37Q, cueva explorada por J. Patrich), ninguna de esas
cuevas fue empleada como lugar de habitación estable por los miembros
de la comunidad de Qumrán. Esas cuevas son demasiado estrechas,
están mal ventiladas, mal iluminadas y no tienen
suelo llano. Por otra parte, las cuevas se encuentran situadas más allá
del límite sabático, formado por un círculo con un radio de unos 500 metros,
en torno al centro de la comunidad; esto significa que los posibles
residentes de las cuevas no habrían podido llegar al centro un día santo (un
sábado). Parece que éstas se utilizaron sólo para almacenamiento, para
esconder los rollos en caso de emergencia y, quizá, como residencia
temporal. El año 1952, un beduino descubrió la Cueva 4, en una escarpada
de marga en la zona suroeste del centro de la comunidad, donde se
descubrieron más de 600 rollos fragmentarios, dos tercios de la cantidad
total. En una exploración dirigida por Roland de Vaux se encontraron ocho
nuevas cuevas en las laderas del sur y del suroeste del centro. El año
2001, una expedición dirigida por Magen Broshi y Hanan Eshel desenterró
otra cueva. Los mismos arqueólogos excavaron dos cuevas más de ese
tipo, en la planicie de marga al norte del centro, entre los años 1995 y 1996.
En seis de esas cuevas, Roland de Vaux desenterró rollos y bastantes
restos de viviendas. Todas las cuevas de marga son artificiales. Son
extensas, están bien ventiladas y bien iluminadas, y ofrecen los mejores
refugios para el duro clima de la zona del mar Muerto, antes de la invención
del aire acondicionado, de origen eléctrico. Resulta prácticamente seguro
que la mayoría, si no la totalidad de los miembros de la comunidad, residían
en ese tipo de cuevas.
La comunidad: estaba edificado sobre las ruinas de un establecimiento
de la Edad de Hierro (siglos VIII-VII a.C.). El complejo del período romano
cubría unos 4.500 metros cuadrados y servía para todas las funciones
necesarias para los residentes de Qumrán, a no ser, quizá, la del
alojamiento. La entrada principal al conjunto estaba constituida por una
apertura no protegida, sin una puerta propiamente dicha, en el muro del
norte. Había otras dos entradas, también sin protección; ésta es una de las
razones por las que Qumrán no puede clasificarse como un establecimiento
militar. Junto a la entrada principal había una amplia torre de dos pisos.
Esta construcción, sólida y bien edificada
–pensada como protección en caso de emergencia–, ha sido edificada
con un conjunto de elementos, la mayoría de los cuales pueden describirse
como materiales de baja calidad. Los muros del conjunto, tanto los
exteriores como los interiores, están construidos en seco (es decir, sin
utilización de argamasa o mortero), con piedras sin labrar, tomadas
directamente del suelo, y tienen una anchura general de unos 60-70
centímetros. Éste es un edificio lo más austero posible: sin casi yeso que
recubra sus paredes, con la mayor parte de sus suelos sin pavimentar.
La característica más notable de este centro son sus 16 instalaciones de
agua, 10 de las cuales son piscinas de inmersión ―miqvaot‖. El sistema de
agua estaba alimentado por un acueducto que traía aguas de superficie,
desviadas hacia el centro a través de un dique construido en las cercanías,
en el alto wadi Qumrán. Estas piscinas de inmersión (o baños rituales)
constituyen los elementos más
importantes para identificar el conjunto como una institución religiosa. En
ningún otro lugar hemos hallado tal densidad de piscinas, que constituye el
17 por ciento del área del asentamiento de Qumrán. Ellas son las más
grandes de entre las 300 que se han hallado en el país. Las piscinas
grandes de Qumrán son dos veces mayores que la más grande
encontradas en Jerusalén. Las miqvaot pueden distinguirse fácilmente de
las cisternas ordinarias por dos características: todas ellas tienen escaleras
para uso de los que toman los baños y la mayor parte de las escaleras
tienen pequeños muros de división, más simbólicos que prácticos, que
demarcan la frontera entre el hombre impuro que baja y el puro que
asciende tras el baño.
La habitación mayor del conjunto, el ―Locus‖ 77, cubre un área de 99
metros cuadrados (22 x 4,5 metros) y debe de haber servido de comedor y
salón de reuniones. La identificación de este espacio está basada en la
cercana despensa (en la despensa adyacente del estrato 1 se han
encontrado más de
1.000 vasijas de cerámica). En el salón pueden acomodarse 120
personas (en cuatro filas de 30) o incluso 150 (en cinco filas). La cocina,
que por alguna razón desconocida se encuentra a cierta distancia del
comedor, tiene varios fogones, como exige un establecimiento comunal. En
el Locus 30 se han encontrado restos caídos de un piso más alto que era
con gran probabilidad la habitación de los escribas (el scriptorium). La
identificación propuesta se funda en tres tinteros (dos de cerámica y uno de
metal) y en las piezas de ladrillo cocido de un mueble fijo que puede haber
servido como estantes (para rollos).
Qumrán tenía varios talleres, pero sólo se ha podido identificar la función
de uno de ellos, el del alfarero. Todos los componentes de un taller de
cerámica se encuentran bien conservados: una bañera para pulverizar la
arcilla, un depósito para almacenarla, el torno y dos hornos. No existe
justificación económica para que una industria de cerámica se mantuviera
ocupada en Qumrán durante siglo y medio, si es que servía únicamente
para una comunidad pequeña y austera. El lugar carece de energía barata
y de buena arcilla. La única razón posible para el mantenimiento de una
industria con dos hornos de cerámica a lo largo de ese tiempo debe de
haber sido la insistencia de la comunidad en la absoluta pureza ritual de
sus vasijas. También es posible que Qumrán ofreciera sus mercancías a
otras comunidades esenias.
El cementerio: yace el extenso cementerio, con casi 1.200 tumbas.
Prácticamente todas las tumbas eran enterramientos excavados en forma
de pozo (de casi dos metros de profundidad), en los que los muertos yacían
en posición supina, mirando hacia el norte. Normalmente, cada uno estaba
hecho para una persona, enterrada sin ningún tipo de objetos funerarios.
Necrópolis semejantes se han encontrado también en un par de lugares
cercanos de la costa del mar Muerto, al sur de Qumrán, y
en algunos suburbios de Jerusalén, hacia el sur. Esta forma de enterrar
era muy distinta de la que utilizaban como norma los judíos de aquel tiempo
e implica una ruptura con la tradición de las tumbas de familia. Como se
debería esperar en una comunidad monástica, todos los esqueletos (28)
excavados por Roland de Vaux en el cementerio central eran de varones.
Pero en las zonas de los márgenes se han encontrado esqueletos de
cuatro niños y de cinco mujeres. La existencia de estos hallazgos ha
extrañado a dos generaciones de investigadores y se han ofrecido varias
sugerencias para explicar qué es lo que estaban haciendo las mujeres y los
niños en un lugar como éste. Recientemente, Joseph Zias ha mostrado que
estas tumbas están orientadas de oeste a este, según la manera en que los
musulmanes entierran en esta parte del mundo (y no de sur a norte, como
el resto de las tumbas de Qumrán). Éstas son más superficiales (no son
tumbas excavadas en galerías profundas) y contienen joyas árabes: camas,
anillos, pendientes. Apenas podemos dudar de que se trata de tumbas
beduinas relativamente recientes.
El desierto: Cuando se encontraron los manuscritos en el desierto, hubo
preguntas: ¿por qué estaban allí los documentos?, ¿quién los llevó
precisamente al desierto?, ¿por qué hubo quienes eligieron ese lugar para
retirarse por un tiempo o por tiempo indefinido? ¿No tendrá el desierto un
sentido religioso especial o un simbolismo determinado para aquellos
hombres? El desierto de Judá, mencionado en el Antiguo Testamento Jos
15,61 y en el Nuevo Mt 3,1, es la porción de terreno que va desde la
meseta montañosa central (desde el monte el-Asur, junto al antiguo Betel)
hasta la depresión del Jordán y el mar Muerto, donde comienza el desierto
de Zin. Se extiende, de norte a sur, a lo largo de unos ochenta o noventa
kilómetros, y la anchura varía entre los veinticinco y los treinta. Es un
terreno muy accidentado con altas colinas y profundos barrancos; la
vegetación es escasa, la pluviosidad mínima y cuando llega cae tan
torrencialmente que no hace más que destrozos. La erosión es notable, el
calor intenso y las condiciones tan duras que sólo una raza específica de
ovejas y cabras, muy resistentes al calor y a la vegetación de la estepa, ha
podido aclimatarse. Desde muy antiguo era zona sólo de pastoreo, con muy
escasa agricultura, y
todavía hoy no es raro tropezar con pequeños grupos de beduinos que
acampan y viven del ganado y del pequeño comercio. Las ciudades más
importantes que rodean el desierto de Judá son, de norte a sur, Betel,
Jerusalén, Belén y Hebrón; son famosos los oasis de Jericó y Enguedi.
A unos 12 kilómetros al sur de Jericó hay una explanada amplia que se
extiende desde el pie del acantilado que forma el reborde oriental del
desierto de Judá hasta el mar Muerto; está a unos 345 metros por debajo
del nivel del mar, es decir, a unos cincuenta sobre el mar Muerto. Esta
especie de terraza está limitada al norte por el wadi Qumrán, al oeste por el
acantilado calcáreo que forman las
estribaciones de los montes de Judá, al este por el mar Muerto y al sur
por un terreno algo más rico en fuentes, denominado Aïn Feskha (fuente de
Feskha). No abarca una extensión grande, aproximadamente 6 kilómetros
de largo por 5 de ancho. En esa explanada había dos edificios importantes,
el Khirbet Qumrán, o ruinas (del árabe Kirbet) de Qumrán (del wadi que
lleva su nombre), y el Kirbet Feskha, a unos tres kilómetros al sur del
anterior: era una construcción sencilla, sin más pretensiones que atender a
las necesidades agropecuarias de sus moradores, ya que en ese terreno
más húmedo había algo de vegetación. Estaba enclavado junto a la fuente
de Aïn Feskha. Aproximadamente a un kilómetro y medio al sur de esta
fuente, el acantilado se introduce en el mar formando el cabo de Feskha o
Ras Feskha. Khirbet Qumrán eran unas ruinas bien conocidas, puesto que
estaban intactas desde que las abandonaron los romanos tras la revuelta
de Bar Kochbah el año 135 d.C. Cuando en 1947 fue descubierta de modo
casual la Cueva 1 a menos de un kilómetro al norte de Khirbet Qumrán,
comenzó a sospecharse que aquellas ruinas habían sido más que un
simple campamento romano.
Ante la pregunta hecha arriba, respondemos según como la tradición lo
ha manejado. Aquella zona desértica y aquellas ruinas fueron la residencia
de unos hombres seguidores de un personaje extraordinario que
denominaron ―el Maestro de Justicia‖; estos inquilinos, dentro de sus
múltiples actividades, se dedicaron a transcribir varias copias de la Biblia y
de otros libros religiosos de autores prestigiosos, y a escribir los que
contenían sus propias ideas y normas.
¿Por qué se recluyeron allí?, ¿cuándo comenzaron a vivir su peculiar
aislamiento?, ¿por qué eligieron el desierto, y concretamente el desierto de
Judá, junto al mar Muerto? ninguno de los manuscritos determina las
características de los hombres que los produjeron y conservaron, ni su
historia ni las razones de haber elegido aquel lugar inhóspito para vivir, ni
siquiera detallan cuándo decidieron marchar al desierto, cuándo lo
abandonaron o cuándo retornaron a él. Nos movemos, por tanto, en el
terreno de las hipótesis. 1) lugar de los zelotes y separación de los fariseos,
Se habrían recluido allí huyendo de la persecución (hipótesis zelota) o de la
presión de sus contemporáneos (hipótesis farisea), pero con la idea de
regresar a Jerusalén o a otras ciudades en cuanto fuera posible. 2) la
hipótesis saducea, Éstos se opusieron frontalmente a la conducta De los
asmoneos tanto en lo político como en lo religioso. De entre estos
opositores, un buen grupo de sacerdotes se retiró a Qumrán para vivir en
consonancia con sus tradiciones saduceas. Se refugiaron allí porque  no
podían convivir con sus colegas en el Templo y prefirieron el retiro al
enfrentamiento. La objeción más seria a esta hipótesis es que en la doctrina
reflejada en los documentos de Qumrán hay temas como los relacionados
con los ángeles y las doctrinas escatológicas que contradicen
frontalmente la enseñanza de los saduceos. 3) el desierto como lugar de
iniciación de los miembros del grupo, Este movimiento se denominó a sí
mismo ―la Comunidad de la Nueva Alianza‖  y se debatió entre la utopía
de la restauración inminente del Israel bíblico y la cruda realidad de la
opresión y sometimiento al pueblo romano. El grupo de Qumrán era la
punta de lanza de esa comunidad: sus miembros se retiraban al desierto
durante unos años viviendo con rigor las exigencias legales, observaban el
celibato al menos durante ese tiempo y se preparaban intensamente para
desenvolverse luego en las circunstancias normales entre sus
contemporáneos. 4) el desierto como comunidad, el primero en sugerir que
en Qumram vivian los esenios es el profesor Eleazar Lipa Zukenik. De los
esenios no se sabía nada, hasta que se descubrieron los manuscritos del
mar muerto. Sin embargo eran conocidos por tres grandes escritores que
mencionan a los zelotes: Flavio Josefo en su obra: ―vita‖   y
―antigüedades de los judíos‖; Filon, menciona a los esenio en sus dos
obras: ―todo hombre bueno es libre‖ y ―apología de los judíos‖; Plinio el
viejo en su libro ―historia natural‖.   Menciona la existencia de un
establecimiento de esenios en la orilla occidental del mar Muerto.
Geza Vermes promueve la hipótesis de que los hasidim o piadosos
constituyeron un movimiento religioso-cultural que apoyó la revuelta de los
macabeos contra los griegos seléucidas porque pretendían abolir todas las
costumbres y tradiciones judías, e imponer la cultura helenista y el
politeísmo religioso. Los primeros años fueron eficaces en lo político y en lo
religioso hasta que Jonatán Macabeo aceptó el cargo de Sumo Sacerdote
de manos del seléucida Alejandro Baias (año 153 a.C.). Entonces unos
cuantos sacerdotes, liderados por el ―Maestro de Justicia‖, que podría
ser el sumo sacerdote legítimo en aquel momento, rompieron con los
hasidim y se apartaron al desierto, dando así origen a los esenios. La
mayoría de los hasidim permanecieron en Jerusalén, convencidos de que la
participación en el culto del Templo era indispensable. Entre estos últimos
nacieron pronto otros dos movimientos, el de los saduceos, compuesto
fundamentalmente por sacerdotes, y el fariseo, integrado en gran parte por
laicos. Los hasidim, como hemos indicado, prefirieron vivir instalados en
sus puestos de Jerusalén y aceptaron las profanaciones del culto que
llevaba consigo la cultura politeísta griega, siguiendo la senda fácil. En
consecuencia, el desierto fue el refugio de los que, fieles a su Maestro,
terminaron formando la comunidad de Qumrán. Además de lugar de
refugio, significaba una búsqueda de identidad, pues allí se congregaban
para seguir los caminos del Señor revelados al Maestro de Justicia e
instaurar una nueva etapa en todo Israel.
La hipótesis de Groninga, dice F. Garcia Martinez: Los esenios nacieron
en Palestina entre el final del siglo III y el comienzo del II como fruto de la
tradición apocalíptica tan marcada en aquella
época. No puede fijarse la fecha exacta ni la ocasión concreta que dio
origen a los esenios, pero es evidente que existían antes de la crisis
antioquena, es decir, antes de la revuelta macabea. No surgieron, por tanto,
como corriente de pensamiento opuesta a los helenistas ni frente al gran
grupo de los ―hasidim‖, porque cuando surgieron estas crisis ya venían
actuando. Así se explica que Filón se refiera a los fariseos, saduceos y
esenios como ―tres filosofías hebreas, existentes desde antiguo‖ El grupo
de Qumrán, por su parte, es el resultado de una escisión ocurrida en el
seno del esenismo a finales del siglo II a.C. Nada tuvo que ver con la
oposición contra los helenistas ni con las luchas de los asmoneos por el
poder religioso, ni siquiera con las tensiones siempre subyacentes de los
esenios con los fariseos y los saduceos. Los motivos fueron de orden moral
y religioso: por una parte, la interpretación rigorista y literal de las normas
sobre las fiestas y días santos (problemas de calendario), sobre la ciudad y
el templo (problemas del culto), y sobre la pureza de las personas y las
cosas (problemas de pureza ritual). Y por otra, la escatología radical,
puesto que estaban convencidos de estar ya en los últimos tiempos. El
desierto de Judá, piensan los de Groninga, fue el lugar elegido por el
Maestro de Justicia para defenderse de las persecuciones de los sumos
sacerdotes.
La Biblia aporta múltiples testimonios de que el desierto, por su lejanía y
dificultades de acceso, es apropiado para esconderse de los enemigos y
andar al abrigo de cualquier agresión. El prototipo de nómada errante es
Caín, condenado a vivir vagando lejos de la tierra de cultivo Gn.4:11-14.
Luego serán muchos los que huyendo se refugien en el desierto: Agar,
acosada por su rival Sara Gn.16,6- 14; Moisés ante las acusaciones de
crimen frente al Faraón Ex 2,15ss; David, acorralado primero por Saúl 1 Sm
22,15; 23; 14.24 y más tarde por Absalón 2 Sm 15,243ss; Elías, perseguido
por Acab 1Re 19:3; los madianitas aconsejados por Jeremías Jer.48,6 y el
salmista perseguido, que añora tener alas de paloma para esconderse en el
desierto Sal 55.7-8. Parece que la comunidad esenia veía al desierto como
un lugar de refugio y de protección de parte de Dios, además de su
pensamiento escatológico como el último lugar para pasar a la otra vida.
Con esto nos muestra que los esenios era una secta ya que se
consideraban los verdaderos herederos de las promesas del pacto, a
diferencia de los demás que se mezclaron. Ellos vivieron ahí alejados de
toda posible intrusión de doctrina, según ellos.
Practicas comunitarias: la comunidad esenia tenía unas características
especiales, que es necesario tenerlas: a) comunidad de bienes, ―Todos los
que se ofrecen voluntarios a su verdad traerán todo su conocimiento, sus
fuerzas y sus riquezas a la comunidad de Dios para purificar su
conocimiento en la verdad de los preceptos de Dios y ordenar sus
fuerzas…Y si le sale el lote de incorporarse a los
fundamentos de la comunidad según los sacerdotes y la mayoría de los
hombres de la alianza, también sus bienes y sus posesiones serán
incorporados en manos del Inspector sobre las posesiones de los
numerosos. La práctica de comunidad de bienes fue muy normal. b)
comidas comunitarias, las comidas tienen dos propósitos, el primero es que
era un símbolo de su modo de vida y segundo era un preludio o antesala
donde de la cena con el mesías y la gran cena que tuvieran. Las comidas
eran muy formales tal como describe este fragmento ―Y todos los jefes de
los clanes de la congregación con los sabios ... se sentarán ante ellos, cada
uno según su dignidad. Y cuando se reúnan a la mesa de la comunidad,
para comer y beber mosto, cuando la mesa común esté preparada para
comer y el mosto escanciado para beber, que nadie extienda su mano a la
primicia del pan y del mosto antes que el Sacerdote; pues es él quien
bendice la primicia del pan y del mosto y extiende su mano hacia el pan
antes que ellos. Después, el Mesías de Israel extenderá su mano hacia el
pan, y después bendecirá toda la congregación de la comunidad, cada uno
de acuerdo con su dignidad. Y según esta norma actuarán en cada comida,
cuando se reúnan al menos diez hombres‖. Había castigos para aquellos
que desobedecían, el castigo era dos años, el primer año no se acercará a
mesa en común y el segundo año no se acercará a beber con los limpios.
Sino que se sentará detrás de las mesas. c) baños rituales, los baños
rituales se hacían al final del año para tomar parte en el banquete. Mientras
que los cristianos se bautizaban una sola vez en su vida, mientras que los
esenios lo hacían a diario. Así nos dice este fragmento: ―…Que no entre
en las aguas para participar en el alimento puro de los hombres de santidad
pues no se ha purificado, a no ser que se conviertan de su maldad; pues es
impuro entre los transgresores de su palabra. Y que nadie se junte con él
en su trabajo o en sus bienes para que no le cargue de pecado culpable…‖
d) carácter sacerdotal, El orden jerárquico de la comunidad estaba
fuertemente articulado en torno a los sacerdotes, que ejercían un control y
autoridad absoluto sobre el grupo. El resto de los estamentos y por orden
de preeminencia, según la Regla de la Comunidad, serían
los levitas y los laicos, subdivididos estos últimos en grupos llamados
―miles‖, ―centurias‖. e) admisión de miembros nuevos, había varias
etapas la primera era un examen intelectual y moral. Y luego daba su
examen frente a un grupo de sacerdotes, si tenía algún defecto físico no
era admitido. Se le daba una túnica blanca y hacia un juramento. Luego el
neófito daba examen nuevamente sobre las reglas de la comunidad. Estos
exámenes se hacían cada año; eran muy estrictos, las faltas eran
castigadas. f) el celibato, aunque existe una división de opiniones; la
mayoría está de acuerdo en que la secta esenia eran célibes, y que
dedicarían su vida a la meditación y al estudio. g) el calendario, tenían un
modo diferente de calendario. Habían dos tipos de calendarios en ese
tiempo: uno que
sepultaba al calendario egipcio con 354 días con 12 meses y cada mes
de 19 días y medio. Introduciendo como mecanismo de corrección para los
solsticios y equinoccios un mes adicional cada trienio. El otro es el
calendario lunar que fue adoptado por los judíos de la época, de 354 días
que se dividen en 12 meses, cada seis meses de 30 y los otros seis meses
de 29 días. Pero el calendario del qumram constaba de 364 días en 52
semanas que se distribuían en cuatro estaciones de tres meses.
Manuscritos: no vamos a preguntar si entre los escritos de Qumrán
existen manuscritos que contengan los libros bíblicos conocidos o que
tengan relación con ellos. Dicho de otro modo, intentamos indagar si para
los judíos esenios de Qumrán existían escrituras sagradas con autoridad,
aunque todavía no contasen con una Biblia determinada.
En las 11 cuevas de Qumrán, situadas en las cercanías del mar Muerto,
donde fueron hallados manuscritos, se han encontrado aproximadamente
un número de 800 diferentes, la mayoría repartidos en decenas de
fragmentos. De ellos, según los cálculos que al día de hoy pueden hacerse,
unos 200 son bíblicos (25%), dando a este término un sentido amplio. La
más rica en contenido fue la cueva 4, donde se encontraron 575
manuscritos de los 800 mencionados. De esos más de quinientos, 127 han
sido clasificados como bíblicos, siempre en sentido amplio. Además, las
otras diez cuevas han proporcionado unos 65 manuscritos bíblicos. Según
los datos conocidos a día de hoy, existe al menos una copia (parcial en casi
todos los casos) de cada uno de los libros de la Biblia hebrea, excepto Est y
Neh, siempre que no se considere a este último como formando unidad con
Esd. De los libros apócrifos en la terminología protestante–aparecen Eclo,
Tob y la carta de Jeremías. Hay también bastantes representantes de
literatura apócrifa veterotestamentaria, conocida por otras fuentes. Llama la
atención que los tres libros más representados sean Sal (39 manuscritos,
de ellos 22 en la cueva 4; con ejemplares en todas las cuevas), Dt (32
manuscritos, de ellos 21 en la cueva 4) e Is (22 manuscritos, 18 de ellos en
la cueva 4). Es significativo que prácticamente son los mismos que se citan
con mayor frecuencia en el NT.
Podemos distinguir las siguientes categorías: a) manuscritos bíblicos:
aquellos que contienen el texto, completo o parcial de cualquiera de los
libros contenidos en el canon de la Biblia. b) manuscritos apócrifos:
aquellos que contienen obras del ámbito literario judío entre los siglos III
a.C. y II d.C. c) manuscritos parabíblicos: llamo así a aquellos que, sin
ser plenamente bíblicos, tienen una clara relación con algunas obras
bíblicas, bien por ser comentarios, bien por contener selecciones de textos
o florilegios, o conjuntos de posible uso litúrgico, principalmente. d)
manuscritos no bíblicos: en este trabajo son todos los demás manuscritos y,
en especial, aquellos
que contienen literatura específica de la secta de Qumrán. Por supuesto,
en ellos se encuentran numerosas referencias, explícitas e implícitas, a
textos bíblicos, las cuales tendremos en cuenta.
Haremos un repaso a cada uno de los libros de la biblia:
Génesis: los manuscritos hallados no parecen reflejar
problemas textuales de importancia desde el segundo templo.
Éxodo: son importantes los manuscritos 4QEx 6. 25-37,15,16.
de la primera mitad del s. I
a.C. estos manuscritos son similares al pentateuco samaritano, la
septuaginta y el texto masorético, con algunas excepciones sectarias.
Levítico: son de interés 11Qlev. Contiene restos de 4,10-21 y de
los cap. 22-27. Es un texto de la mitad del primer siglo I. a.C. Tiene
lecturas coincidentes con TM, PS y LXX, así como lecturas propias.
Números: es importante 4QNm. Contiene 20,13, 27,23.
 
Deuteronomio: es uno de los tres libros más populares en
Qumrán, aquí los mas importante, 4QDt 4,6,8,11,32.
A partir de Deuteronomio han disminuido de algunos libros se
han encontrado fragmentos, de Ester y Nehemías no se encuentra
nada. Pero de otros libros como: Jueces, Reyes, Ruth, Cantar de los
Cantares, Lamentaciones, Esdras, Crónicas. Del libro del profeta
Ezequiel se conoce tres pequeños fragmentos al igual que el de Job.
Mientras que de proverbios se encuentran solo dos fragmentos.
Josué: de Josué conocemos dos manuscritos 4QJos.
 
Samuel: Se han hallado tres copias en la cueva 4. 4QSm
contiene bastante texto y es frecuente su coincidencia con LXX. es el
documento más antiguo de Qumrán, pues ha sido datado de finales
del s. III a.C.
Isaías: Es uno de los tres libros mejor atestiguados.
Recordemos los dos grandes manuscritos de la cueva primera,
1QIs. El primero parece una copia de los años 125-100
a.C. y muestra una perfecta coincidencia con TM. El segundo rollo,
compuesto entre los años 100-75 a.C., también coincide básicamente
con TM. Por lo demás, Isaías es uno de los tres libros mejor
atestiguados en Qumrán.
Jeremías: 4QJrc 8; 19-22; 25-27; 30-33, que debió escribirse
entre los siglos I a.C. y I d.C.
 
Conocemos siete manuscritos hebreos de los Doce Profetas
menores hallados en la cueva 4, aunque algunos sólo conservan
partes de texto correspondientes a uno o dos de los libros. No
muestran cambios significativos y coinciden sustancialmente con TM.
Salmos: muestra una rica tradición textual en Qumrán,
difícilmente resumible. Es el libro del que más manuscritos se han
conservado, tanto aquí como en todo el desierto de Judea. 11QSl es
un manuscrito extenso de comienzos del s. I d.C. Contiene pasajes
de 41 salmos distintos, todos ellos del libro cuarto y quinto del Salterio
y en orden diferente al de la Biblia hebrea. Al final, se intercalan
varios salmos, que no se encuentran en nuestra Biblia hebrea.
¿Hay alguna posibilidad de que entre los manuscritos del mar Muerto se
puedan identificar partes, aunque sean mínimas, del Nuevo Testamento? Si
bien la propuesta inicial del profesor José O‘Callaghan abarca más textos,
nos centraremos sólo en los dos que han suscitado más controversia: 7Q4
y 7Q5. En 1972 el papirólogo español del Pontificio Instituto Bíblico de
Roma daba a la luz en la revista del Instituto (Biblica 53) una propuesta
desconcertante para la comunidad científica. Él estaba estudiando un lote
de fragmentos manuscritos con soporte en papiro y escritos en griego
(números 3- 18) encontrados en la cueva 7, de difícil identificación. Detrás
del papiro número 5 los estudiosos veían una posible genealogía por
encontrarse en la línea 4 las letras –
―nnes‖–, que podrían provenir de una forma verbal: ―egénnesen‖, esto
es, engendró. Después de buscar  sin  éxito  en  las  genealogías  del 
Antiguo  Testamento,  O‘Callaghan  tuvo  una intuición:
¿podría leerse Gennesaret?, lectura arriesgada pues este topónimo sólo
sale en el Antiguo Testamento en 1 Mac 11:67, lo que le obligaba a seguir
la pista en el Nuevo Testamento. Éste fue el inicio de un largo camino, aún
sin concluir, en el que el papirólogo español proponía la identificación de
17Q5 con Mc 6:52-53.
El segundo texto en discusión encontrado en la cueva 7 de Qumrán que
propone leer J. O‘Callaghan como neotestamentario es 7Q4, que
identificaría con dos cartas del Nuevo Testamento. 7Q4 1 con 1 Tim 3,16-
4,1-3 y 7Q4 2 con Sant 1,23-24. El método de estudio a seguir ha sido
diverso; a partir de un análisis microscópico del soporte de la escritura,
disposición e inclinación de las fibras vegetales, han concluido que
estábamos no sólo ante un mismo rollo, sino ante una misma hoja de
papiro.
No podemos establecer contactos directos entre Jesús y los habitantes
de Qumrán. No podemos saber con certeza si hubo alguna relación entre la
comunidad establecida en Qumrán y la comunidad cristiana naciente; con
los textos en la mano ni los manuscritos sectarios aluden a la comunidad
cristiana ni los textos neotestamentarios hacen alguna referencia
explícita a la comunidad de Qumrán. Los manuscritos del Mar muerto son
una fuente de valor inestimable para ayudarnos a comprender la vida y la
predicación de Jesús. Proveen de un contexto ideológico y religioso a su
pensamiento y proyectan luz sobre el ambiente social de la vida judía en el
país en el período anterior al 70. La importancia de los textos qumránicos
para el Nuevo Testamento estriba, consecuentemente, en que nos permiten
conocer cómo el judaísmo del Antiguo Testamento se fue desarrollando, y
cómo algunas ideas germinales fueron creciendo hasta fructificar en las
formas que nos son familiares por el Nuevo Testamento.
Examinando los documentos judíos contemporáneos a Jesús
encontramos términos, frases y conceptos durante algún tiempo
considerados como exclusivos de Jesús; esto puede desilusionar a quienes
consideran que Jesús era único, totalmente distinto de sus contemporáneos
y que no había sido influido por ellos y por sus escritos. Los manuscritos del
mar Muerto están considerados como material fundamental de estudio para
quienes intentan comprender a Jesús como ser humano inserto en su
tiempo.
 
Índice de textos del qumram: son los siguientes:
 
 

Textos legales Textos halaquicos (normas)


1QRegla de la Comunidad (1QS) 4QCarta haláquicaa (4Q394
4QRegla de la Comunidada (4Q255 [4QMMTa]) 4QCarta haláquicab
[4QpapSa]) 4QRegla de la (4Q395 [4QMMTb]) 4QCarta
Comunidadb (4Q256 [4QSb]) 4QRegla haláquicac (4Q396 [4QMMTc])
de la Comunidadc (4Q257 [4QpapSc]) 4QCarta haláquicad (4Q397
4QRegla de la Comunidadd (4Q258 [4QMMTd]) 4QCarta haláquicae
[4QSd]) 4QRegla de la Comunidade (4Q398 [4QpapMMTe]) 4QCarta
(4Q259 [4QSe]) 4QRegla de la haláquicaf (4Q399 [4QMMTf])
Comunidadf (4Q260 [4QSf]) 4QRegla 2QNormas (2Q25)
de la Comunidadg (4Q261 [4QSg]) 4QOrdenanzasa (4Q159
4QRegla de la Comunidadh (4Q262 [4QOrda]) 4QOrdenanzasb
[4QSh]) 4QRegla de la Comunidadi (4Q513 [4QOrdb])
(4Q263 [4QSi]) 4QRegla de la 4QNormas alimenticias y sexuales
Comunidadj (4Q264 [4QSj]) 5QRegla (4Q251 [4QHalakaha])
de la Comunidad (5Q11 [5QS]) 4QNormas sobre espigueo
4QDocumento de Damascoa (4Q266 (4Q279? [4QLeqet]) 4QProceso de
[4QDa]) 4QDocumento de Damascob purificación (4Q514)
(4Q267 [4QDb]) 4QDocumento de
Damascoc (4Q268 [4QDc])
4QDocumento de Damascod (4Q269
[4QDd]) 4QDocumento de Damascoe
(4Q270 [4QDe]) 4QDocumento de
Damascof (4Q271 [4QDf])
4QDocumento de Damascog (4Q272
[4QDg]) 4QDocumento de Damascoh
(4Q273 [4QDh])
5QDocumento de Damasco (5Q12
[5QD])

6QDocumento de Damasco (6Q15  


[6QD]) 4QRegla de Damasco (4Q265
[4QSD]) 5QRegla histórica (5Q13)

Textos escatológicos Textos exegéticos


1QRegla de la Guerra (1QM 4QTargum Levítico (4Q156
[1Q33]) 4QRegla de la Guerraa [4QTgLev]) 4QTargum Job (4Q157
(4Q491 [4QMa]) 4QRegla de la [4QTgJob]) 11QTargum Job (11Q10
Guerrab (4Q492 [4QMb]) 4QRegla de [11QTgJob]) 11QRollo del Temploa
la Guerrac (4Q493 [4QMc) 4QRegla (11Q19[11QTa]) 11QRollo del
de la Guerrad (4Q494 [4QMd]) Templob (11Q20 [1 1QTb]) 3QPesher
4QRegla de la Guerrae (4Q495 Isaías (3Q4 [3QpIs])
[4QMe]) 4QRegla de la Guerraf 4QPesher Isaíasa (4Q161
(4Q496 [4papQMf]) 4QDestrucción de [4QpIsa]) 4QPesher Isaíasb (4Q162
los Kittim (4Q285) 4QDominio del Mal [4QpIsb]) 4QPesher Isaíasc (4Q163
(4Q471) [4QpIsc]) 4QPesher Isaíasd (4Q164
1QRegla de la Congregación [4QpIsd]) 4QPesher Isalase (4Q165
(1Q28a [lQSa]) 2QNueva Jerusalén [4QpIse]) 4QPesher Oseasa (4Q166
(2Q24 [2QNJ]) 4QNuevaJerusaléna [4QpOsa]) 4QPesher Oseasb
(4Q549 [4QNJa]) 4QNueva Jerusalénb (4Q167 [4QpOsb]) 1QPesher
(4Q550 [4QNJb) 5QNueva Jerusalén Miqueas (1Q14 [1QpMiq])
(5Q15 [5QNJ]) 11QNuevaJerusalén 4QPesher Miqueas (4Q168
(11Q18 [11QNJ]) 4QFlorilegio (4Q174 [4QpMiq]) 4QPesher Nahún (4Q169
[4QFlor]) 4QTestimonia (4Q175) [4QpNah]) 1QPesher Habacuc
4QHijo de Dios (4Q246) (1QpHab) 1QPesher Sofonías
11QMelquisedec (11 Q13 (1Q15 [lQpSof]) 4QPesher Sofonías
[11QMelq]) (4Q170 [4QpSof?]) 5QPesher
Malaquías (5Q10 [5QpMal])
lQPesher Salmos (1Q16 [1QpSal])
4QPesher Salmosa (4Q171
[4QpSala]) 4QPesher Salmosb
(4Q173 [4QpSalb])
4QConsolaciones (4Q176
[4QTanhumim]) 4QCadena
Exegéticaa (4Q177 [4QCata])
4QCadena Exegéticab (4Q182
[4QCatb]) 4QPesher sobre los
Períodos (4Q180) 4QDiez
Generaciones (4Q181)
4QTexto Exegético (4Q183)
4QBendiciones Patriarcales (4Q252)
Textos parabiblicos Textos poéticos
4QParáfrasis del Génesis-Éxodo 4QSalmosf (4Q88 [4QSalf])
(4Q158) 11QSalmosa (11Q5 [11QSala])
4QParáfrasisdel Pentateuco (4Q364 11QSalmosb (11Q6 [11QSalb])
-365 [4QpP]) 4QSalmos Apócrifosa (4Q380)
2QParáfrasis Davídica (2Q22 4QSalmos Apócrifosb (4Q381)
[4Q373]) 4QExhortación basada en el 1QHodayota (1Q35 [1QHa])
Diluvio (4Q370) 4QSalmo de José 4QCánticos del Sabioa (4Q510
(4Q372) [4QShira])
4QParáfrasis Davídica (4Q373) 4QCánticos del Sabiob (4Q511
4QSegundo Éxodo (4Q462) [4QShirb])

6QHijos de Cam (6Q19) 11QSalmos Apócrifosa (11Q11


6QParáfrasis del Deuteronomio [11QSalApa]) 4QLa mujer demoníaca
(6Q20) 1QGénesis Apócrifo (1Q20) (4Q184)
1QGénesis Apócrifo (1QapGn) 4QElogio de la Sabiduría
1QJubileosa (1Q17) (4Q185) 4QSobre la Resurrección
1QJubileosb (1Q18) (4Q521) 4QBienaventuranzas
2QJubileosa (2Q19) (4Q525]) 1QLibro de los Misterios
2QJubileosb (2Q20) (1Q27) 3QCanción (3Q6)
3QJubileos (3Q5) 4QLamentaciones (4Q179)
4QJubileosa (4Q216 4QAlabanzas Festivas (4Q409)
[4QJuba]) 4QJubileosd (4Q219 4QCántico de la Viña (4Q500)
[4QJubd]) 4QJubileose (4Q220 6QCántico de la Viña (6Q11)
[4QJube]) 4QJubileosf (4Q221 4QLamento (4Q501)
[4QJubf]) 11QJubileos (11Q12) 5QMaldiciones (SQ14)
4QJubileosf (4Q176) 6QHimno de Alabanza
4QPseudo Jubileosc (4Q227 (6Q18) 8QHimno (8Q5)
[4QpsJubc]) 4QHenoca (4Q201 11QHimno (11Q15)
[4QHena])
4QHenocb (4Q202 [4QHenb])
4QHenocc (4Q204 [4QHenc])
4QHenocd (4Q205 [4QHend])
4QHenoce (4Q206 [4QHene])
4QHenocf (4Q207 [4QHenf])
4QHenocg (4Q212 [4QHeng])
1QGigantes (1Q23 [1QGig])
4QGigantesa (4Q203 [4QGiga])
4QGigantesb (4Q530 [4QGigb])
4QGigantesc (4Q531 [4QGigc])
6QGigantes (6Q8 [6QGig])
1QNoé (1Q19)
4QNoé (4Q534 [4QMes Aram])
4QVisiones de Jacob (4Q537
[4QArJacob]) 3QTestamento de Judá
(3Q7) 4QTestamento de Judá (4Q538
[4QArJudá]) 4QTestamento de José
(4Q539 [4QArJosé]) 1QTestamento
de Leví (1Q21 [1QArLeví])
4QTestamento de Levía (4Q213
[4QArLevía]) 4QTestamento de Levíc
(4Q540 [4Q Ar Levíc]) 4QTestamento
de Levíd (4Q541 [4Q ArLevid])
4QTestamento de Qahat (4Q542
[4QArQahat]) 4Q‗Amrama (4QS43)
4Q‗Amramb (4QS44)
4Q‗Amramc (4Q54S)
4Q‗Amramf? (4QS48)
1QLenguas de Fuego (1Q29)
4QLenguas de Fuego (4Q376)

1QDichos de Moisés (1Q22)  


4QPseudo-Moisés (4Q375)
4QPseudo-
Moisés Apocalípticoe (4Q390
[4QPsMoisése])
2QApócrifo de Moisé (2Q21) 4QPseudo-
Josuéa (4Q378) 4QPseudo-Josuéb (4Q379)
4QVisiones de Samuel (4Q160) 6QApócrifo
de Samuel (6Q9) 4QPseudo-Ezequiel
(4Q38S)
4QPseudo-Daniela (4Q243 [4QPsDana])
4QPseudo-Danielb (4Q244 [4QPsDanb])
4QPseudo-Danielc (4Q245 [4QPsDanc])
4QOración de Nabonida (4Q242 [4QPrNab])
4QDaniel-Susana? (4Q551 [4QDan-Sus?])
4QProto Estera (4QprEstera)
4QProto Esterb (4QprEsterb) 4QProto
Esterc (4QprEsterc) 4QProto Esterd
(4QprEsterd) 4QProto Estere (4QprEstere)
4QProto Esterf (4QprEsterf)
Textos litúrgicos Calendario y texto astronómico
4QPlegarias Cotidianas (4Q503) 4QHenoc Astronómicob (4Q209
1QPlegarias Festivas (1Q34) 4QPlegarias [4QHenAstrb]) 4QHenoc Astronómicoc
Festivasa (4Q507) 4QPlegarias Festivasb (4Q210 [4QHenAstrc]) 4QHenoc
(4Q508) 4QPlegarias (4Q509) Astronómicod (4Q211 [4QHenAstrd])
4QPalabras de los Lucerosa (4Q50 4QFases de la Luna (4Q317
4 [4QDibHama]) [4QAstrCrypt]) 4QCalendario             
4QPalabras de los Lucerosb (4Q50 Sincrónicoa              (4Q320
5 [4QDibHamb]) [4QCalenda])
4QPalabras de los Lucerosc (4Q50 4QCalendario Sincrónicob (4Q32
6 [4QDibHamc]) 1 [4QCalendb])
4QCánticos del Sacrificio Sabáticoa (4Q400 4QCalendario Festivoe (4Q327
[4QShirSaba]) [4QCalende]) 4QHoróscopos (4Q186)
4QCánticos del Sacrificio Sabáticob (4Q401 3QEl Rollo de Cobre (3Q15)
[4QShirSabb])
4QCánticos del Sacrificio Sabáticoc (4Q402
[4QShirSabc])
4QCánticos del Sacrificio Sabáticod (4Q403
[4QShirSabd])
4QCánticos del Sacrificio Sabáticoe (4Q404
[4QShirSabe])
4QCánticos del Sacrificio Sabáticof (4Q405
[4QShirSabf])

11QCánticos del Sacrificio  


Sabático (11Q17 [11QShirSab])
1QColección de Bendiciones
(1Q28b [1QSb]) 4QMaldiciones contra
Melki-reshaa (4Q280) 4QMaldiciones
del Inspector (4Q275)
4QBendicionesa (4Q286
[4QBerakota]) 6QBendiciones (6Q16)
11QBendiciones (11Q14
[11QBerakot]) 4QRitual de una liturgia
festiva (4Q502) 4QRitual             
de              una              liturgia             
de              purificación (4Q512)
1QTexto Litúrgico? (1Q30)
1QTexto Litúrgico? (1Q31)
1QTexto Litúrgico? (1Q37)
1QTexto Litúrgico? (1Q38)
1QTexto Litúrgico? (1Q39)
 
Conclusión.
¿Qué conclusiones pueden sacarse de estos datos y de los estudios de
detalle que se han llevado a cabo sobre estos y otros manuscritos de libros
bíblicos? Lo primero que debemos decir es que, aunque no hay grandes
cambios en relación con lo que se sabía antes de Qumrán, ciertamente la
historia del texto bíblico nos resulta hoy, mucho mejor conocida que antes
de los descubrimientos del mar Muerto. el estudio de los manuscritos del
mar Muerto ha enriquecido nuestro conocimiento de las lenguas hebrea y
aramea en la época intermedia entre el hebreo de la Biblia y el de la Misná;
ha permitido trazar mejor una historia del texto bíblico anterior a la época
cristiana y rabínica; ha aclarado numerosas cuestiones en torno a la historia
de la versión de los LXX y al proceso de revisión de esta versión por judíos
y cristianos; ha desarrollado el campo de estudio sobre la interpretación de
la Biblia en el cristianismo naciente y en el judaísmo post bíblico.
Otro autor (ccalazar.org) ha sugerido la siguiente respuesta:
1.- Comprobación del texto bíblico: Durante siglos, la práctica común
de los judíos era la de copiar el texto bíblico con meticulosa exactitud y
corregirlo cuidadosamente de acuerdo al texto original del siglo IX d.C. El
descubrimiento de los Rollos, mismos que contienen porciones de la Torá
anteriores a cualquier otro manuscrito hebreo existente, sirven al exégeta
para comparar y criticar textos, para apreciar la Biblia y confirmar la
exactitud del texto bíblico. A través del estudio de los Rollos se han
aclarado anormalidades en diversos versículos y se ha demostrado a
precisión con la que los escribas judíos preservaron el texto bíblico a lo
largo de los siglos. 2.- Material para el estudio del idioma hebreo: Los
Rollos del Mar Muerto muestran diversas etapas de transición en
el desarrollo de la ortografía hebrea, lo que permite comprender la
formación de las palabras y la pronunciación del hebreo de la época
antigua. 3.- Contribución al judaísmo: En los siglos que siguieron al
periodo de la destrucción del primer Templo de Jerusalén 586 a.C. se
codificaron las normas autorizadas para la vida judía. Todos los escritos
anteriores que no estaban de acuerdo con ese judaísmo ―normativo‖
  sufrieron del olvido o de la destrucción. El judaísmo de esa época se
encontraba más diversificado que en el período talmúdico. En los Rollos del
Mar Muerto encontramos una considerable cantidad de literatura fomentada
y producida por un grupo disidente de judíos, que expresa las diversas
concepciones del judaísmo, así como las variantes dentro del existente
vocabulario religioso. ―El Manual de la Disciplina‖, por ejemplo, cita las
reglas comunales de los esenios y el Salmo de Gracias ha proporcionado a
los historiadores una nueva visión sobre la vida judía antigua. 4.-
Contribución al cristianismo: Elementos esclarecedores del judaísmo de
la época contemporánea a Jesús nos permiten adentrarnos con mayor
profundidad en las fuentes del cristianismo primitivo. Aún queda mucho por
investigar en relación a los Rollos del Mar Muerto. A pesar del estudio
exhaustivo realizado durante cuatro décadas, una cuarta parte de los
hallazgos no han sido publicados.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Bibliografía
Berkof, L.. Teología Sistemática. Grand Rapids , Michigan :
Bruce, F. El canon de la escritura. Terraza - Barcelona: Clie.
Bruce F. F. es fidedigno el Nuevo Testamento. Edit. Clie
Charles Hodge, D. Teología Sistemática, Volumen 1. Barcelona, España:
CLIE.
 
D.A. Carson, D. J. Una introducción al nuevo
testamento. CLIE. Declaracion de chicago sobre la
infalibilidad biblia.
Confort, P. W.-D. El origen de la biblia Tyndale House
Publishers. Inc.
J. Oliver Buswell, J. Teología Sistemática, Tomo I Dios.
Miami, Fl.: LOGOI
La biblia: La palabra viva y suficiente de Dios. Exalting Christ Publishing.
 
Lasor, W. S. Panorama del Antiguo Testamento. Buenos
Aires: W.M. B. Eerdmans Publishing Co.
Paul, A. La inspiración y el canon de las escrituras. Ed.
VERBO DIVINO.
Perez, S. A. . Enseñanza de la biblia acerca de las escrituras -
Bibliología.
 
Young, E. J. (1960). Introducción al Antiguo Testamento. WM. B.
Eerdmans Publishing.
 
Clark Pinnock. La revelacion biblica. Edit.clie.
 
Ramm bernard. La revelación especial y la palabra de Dios. Edit. La
aurora.
 
 

También podría gustarte