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La Biblia Kolbrin

EL LIBRO DE LA CREACIÓN

Extracto del Gran Libro de los Hijos del Fuego

Una narración del principio de las cosas y por qué son como las encontramos.

Chapter 1 - CREATION

Chapter 2 - THE BIRTH OF MAN

Chapter 3 - THE DESTRUCTION AND RE-CREATION

Chapter 4 - THE AFFLICTION OF God

Chapter 5 - IN THE BEGINNING

Chapter 6 - DADAM AND LEWID

Chapter 7 - HERTHEW - SON OF THE FIRSTFATHER

Chapter 8 – GWINEVA

LA BIBLIA KOLBRIN. LIBRO DE LA CREACIÓN. TRADUCCIÓN BILINGÜE. PREFACIO E INTRODUCCIÓN

Lo que se presenta en el libro es copia de una de varias versiones que han existido en forma
similar desde la Segunda Guerra Mundial, primero en forma manuscrita y, más tarde, escrito a
máquina. Lo que se presenta aquí nunca fue pensado para la circulación múltiple o comercial, y
hay razones válidas derivadas de la experiencia del por qué debe permanecer así. Sin embargo, se
ha decidido últimamente que debe ser puesto a disposición del público, de acuerdo con unas
condiciones explícitas Por lo que se sabe sigue fiel la copia autentificada de una versión manuscrita
reproducida temprano en este siglo. Esta fue reencontrada en unas condiciones muy defectuosas,
pero se ha transcrito completamente según lo encontrado. I Por supuesto, en la traducción
algunas colaboraciones personales se pueden haber intercalado, pero el conjunto, tal y como
están las cosas ahora, con sus imperfecciones, es, sin embargo, un medio fiable y válido para
componer un cuerpo de verdades espirituales. Es el espíritu detrás de la fachada el factor más
importante.
El valor de lo que se ha salvado y preservado aquí no está para que los actuales recopiladores
determinen, investiguen o corrijan. Se considera su obligación el ser registradores verdaderos de
lo que se encuentra aquí, otros más capaces pueden determinar su valor. Se sabe, sin embargo,
que algunos artículos, que en su valor nominal y en su contexto parecer de poca importación,
contienen dentro de sí mismos algo de valor intrínseco al espiritu enterado. Existen verdades
profundas y ocultas que la lectura superficial no revelará.

El Kolbrin se ofrece para la aceptación en su valor literal o, más importante, por su contenido de
las verdades espirituales que, en cualquier religión, se presentan en una forma peculiar a las
creencias particulares. Es el grado de contenido espiritual expresado en cualquier religión que
establezca su estado en la escala de la espiritualidad humana. La forma de vida de sus adherentes,
sus preceptos y prácticas aceptadas, sus estándares morales, éticos y la preocupación social son
los que determinan el valor de cualquier filosofía espiritual.

Ha habido y puede todavía haber, asociaciones de gente que aceptaron el Kolbrin como el punto
de apoyo de sus vidas, y es significativo, que la forma y la calidad de sus vidas fueron realzadas por
hacerlo así. La gente que conduce sus vidas según los preceptos del Kolbrin, en asociación con
otras de igual pensamiento, sabrá elegir dónde se coloca en lo referente a los demás. Relaciones
establecidas entre la gente que se confía a tales preceptos, por sus inclinaciones religiosas, se
fundan mucho más firmemente que otros que se basen en las filosofías establecidas en las
doctrinas patrocinadas derivadas de los productos baratos obtenidos del supermercado espiritual.

Existe la dificultad de que los guardianes del Kolbrin nunca han sido gente literaria sino artesanos
simples y gente alejada del escolasticismo y del difícil mundo comercial. Aunque formule una
filosofía eCon independencia de orígenes o de contribuidores, el Kolbrin en conjunto y en su actual
forma ha sido validado y considerado adecuado por autoridades más altas como siendo un cuerpo
de la sabiduría conducente a la aclaración espiritual.

La preservación anterior y la compilación subsecuente del Kolbrin eran el resultado de esfuerzos


individuales independientes. Nadie puede demandar derechos de autor y los actuales
reconstructores que han compilado el libro en su actual forma no son más que los transmisores
que aceptan de buena fe lo que se les ha pasado.

Los suficientes fondos se han recibido para asegurar la producción del Kolbrin y de su continuación
subsecuente. Es responsabilidad de los recopiladores asegurar la conservación de estos fondos y
tomar medidas adecuadas para confiarlos.

Con independencia de orígenes o de contribuidores, el Kolbrin en conjunto y en su actual forma ha


sido validado y considerado adecuado por autoridades más altas como siendo un cuerpo de la
sabiduría conducente a la aclaración espiritual.

Incorpora verdades espirituales esenciales con independencia de la manera de la presentación. Si


hay algunos artículos extraños no deben por ejemplo afectar al valor intrínseco del conjunto.
El Kolbrin sostiene su propia ética como cualquier otro cuerpo de la literatura y ahora se ofrece a
las personas o a los grupos que buscan un punto focal filosófico. Este libro entra en la arena de la
vida en una etapa crucial en el progreso de la humanidad hacia su destino, en un momento en que
la familia media se está haciendo disfuncional; cuando los valores y los estándares tradicionales, el
concepto de amor verdadero y el desarrollo de la espiritualidad están bajo cero. Éstos son los días
de decisión, cuando la humanidad se coloca en la encrucijada. El Kolbrin probará ser un
compañero digno a los que elijan seguir la inspiración y el camino esforzado que llevan a la última
aclaración en los reinos de la verdad y de la realidad.

Que el Dios que lleva en su corazón esté con Vd., a lo largo de todo el proceso

El Kolbrin, en su actual presentación, incorpora un cuerpo de enseñanzas claras que son el tesoro
de los siglos, una luz en la trayectoria de la verdad, y tan aplicables al mundo hoy como fueron en
el pasado. Sin embargo, ha habido una considerable obra de reconstrucción, porque las escrituras
originales sólo sobrevivieron precariamente . La mayor parte de lo que se presenta aquí fue
salvado actualmente de una pila de manuscritos desechados y parcialmente quemados y dañados
por el tiempo antes de ser reconstruidos en un manuscrito del que éste es un reescrito.

Indudablemente, el material adicional se ha incorporado con buena intención, para llenar lagunas
y para elaborar el original. Algo se pudo haber perdido en la modernización de varias piezas. El
aspecto importante, sin embargo, es que éste no está pensado como un registro histórico, como
un trabajo intelectual o esfuerzo literario. A falta de esto, es un cuerpo coherente y consistente de
enseñanzas espirituales. Es en este aspecto sólo que permanece o falla. Las verdades espirituales
presentadas aquí son las que importan, el resto se pueden mirar como un adorno, un vehículo
para la presentación y trasmisión.

El mensaje trasmitido, no su forma de presentación, es siempre la base esencial, y el Kolbrin no se


diferencia en nada ético, moral y espiritual de otros trabajos de la misma naturaleza. Debería ser
visto como trabajo de inspiración, cuya sustancia puede aceptarse con fe y confianza..

Mientras un gran cuidado se ejerció en el pasado, para asegurarse de que estas transcripciones
fueran transmitidas a través de siglos en una forma lo menos adulterada e inalterada posible, poco
se sabe sobre las personas actuales o tipo de gente a los que concierne. Se sabe que, el nombre
"Kolbrin" fue aplicado originalmente a una colección de manuscritos que fueron salvados de la
abadía de Glastonbury durante su incendio. El fuego, que era incendio provocado, fue pensado
para destruir estos manuscritos, pero fueron ocultados secretamente en otra parte fuera del
scriptorium y de la biblioteca durante el fuego. En cualquier caso, se creyó que estos “escritos
heréticos" fueron destruidos, y según ocurrió, el fuego probó ser una buena cobertura para su
conservación.

Algunos de los manuscritos fueron transcritos, en algún momento, en delgadas placas de metal y,
colectivamente, éstos fueron conocidos como "el Bronzebook de Gran Bretaña". Esta designación
fue continuada cuando fueron encuadernados como libro a partir del siglo XVII, El material
entonces fue dividido en capítulos y los párrafos fueron numerados. El conjunto fue modernizado
en la última parte del siglo XIX o a primeros del siglo XX, Se incorporan en el Kolbrin moderno los
manuscritos que tradicionalmente se consideran copiados de los manuscritos salvados que no
fueron transcritos a las placas de metal y no formaron un trabajo conocido como "el Coelbook".

Durante la segunda y tercera décadas de este siglo estos libros estaban en posesión de un grupo
religioso en Inglaterra que nunca ha sido numeroso, porque los requisitos para la calidad de
miembro eran demasiado restrictivos. Parecería que a través de la historia el Kolbrin ha estado
siempre a punto de extinción. Con todo, ha sobrevivido salvaguardado por algunos que apenas
sabían lo que tenían en sus manos, que no eran ni intelectuales ni ricos y que dieron precedencia a
los asuntos prácticos de la vida.

Al principio, había veintiuno libros, de los que se decía que eran los doce libros de Gran Bretaña,
ocho libros de Egipto y uno de los Troyanos, pero de sus nombres hay poca certeza. Solamente
sigue habiendo una parte de estos libros y parece que mucho de su naturaleza histórica ha sido
suprimido.

Se sabe que al principio del siglo XIV había una comunidad ubicada en Escocia bajo la dirección de
un Juan Culdy. Los culdianos antiguos, que eran guardas de lo que llamaron "los tesoros de Gran
Bretaña", nunca fueron numerosos y se organizaron como hombres libres que se presentaban en
calidad de herreros ambulantes y otros trabajos artesanos. Parecen haber sido conocidos
previamente libremente como "Koferils". El Kolbrin hace la mención de "extranjeros sabios" y hay
una tradición de manera que éstos fueran los Culdianos originales (Kailedy). Hay otras
explicaciones, pero el escritor no está en disposición de dar una opinión positiva o de mérito.
¿Importa realmente de todos modos?

Nos dicen que el Ferilmaster (una palabra de significado incierto) era Nathaniel Smith, martirizado
en el principio del siglo XVII. Esto parece indicar el final de los antiguos Culdianos, pero se tomaron
medidas para preservar el Kolbrin. Fue enterrado durante mucho tiempo u ocultado de varias
formas, pero en cierto momento, en los primeros años del siglo pasado, las copias fueron escritas
en “inglés Bíblico” y dos de los libros aparecieron poco antes de la Primera Guerra Mundial. Los
varios libros del Kolbrin han sufrido desde entonces muchas vicisitudes y lo que queda es
solamente parte del original.

Durante la última guerra mundial los libros antiguos fueron tirados como "desperdicios sin valor",
los revisaron y desecharon otra vez como "trabajos paganos del diablo", pero afortunadamente,
fueron salvado otra vez, antes de que el daño irremediable fuera hecho. No ha sido fácil
reconstruirlos, incluso con la ayuda de un compañero de trabajo mejor informado que completó
algunos huecos de referencias compatibles con los trabajos modernos.

Sin duda, en su actual forma el Kolbrin dejará mucho que desear. El contenido habría podido
quizás haber sido condensado y mucha materia irrelevante ser suprimida, pero el recopilador ha
considerado su principal deber preservar y conservar cada fragmento posible y dejarles a otros
mejor calificados tamizar, revisar y condensar.

Obviamente, algunos de los nombres propios se han deletreado de forma incorrecta, y algunos
correctos en los originales se pueden haber substituido por otros, por eso parece que en el pasado
hubo una selección del material a incluir. No se hace ninguna demanda con respecto a exactitud
histórica, porque el recopilador no está cualificado para expresar cualquier opinión a este
respecto; pero, según lo indicado antes, no es un trabajo histórico sino la recopilación de una
doctrina y de una manera de vida.

Qué manos escribieron sus numerosos partes es poco importante y es incluso menos importante
saber quién lo transcribió más adelante, aunque algunos detalles aparecen en la sección moderna.
La fraseología puede ser incómoda e incluso agramatical, debido a la manera de la cual la forma
bíblica de inglés ha sido modernizada por quién no tiene ninguna pretensión de estudiante. Puede
ser discutido que este trabajo se debe haber presentado en su forma arcaica, para preservar su
autenticidad, pero el recopilador discrepa, y concurrimos. El criterio por el cual cualquier trabajo
literario debe ser juzgado es su mensaje e intento, no su formato. Las palabras, por sí mismas, son
estériles, es el espíritu del conjunto que da el significado y vida al Kolbrin. Lo que se presenta aquí
es un intento de pasarlo, tan cerca como sea posible de su forma original, con todos sus defectos y
fallos de estilo y presentación, algo que será beneficioso para todos. Los escritores originales
intentaron hacer que las palabras transportan algo más allá del significado inherente, ellos se
esforzaron para construir un edificio de gloria fuera de la arcilla común.

La importancia de lo qué se da aquí, es lo que se proyecta del pasado en el actual vacío espiritual
lamentable; para ayuda se puede ofrecer al hombre y a la mujer ordinarios, no para lo que se
ofrece al mundo literario. Sólo sobre esta base estas escrituras deben considerarse para ser
juzgadas. El importancia de cualquier conocimiento está en su valor aquí y ahora, en las actuales
circunstancias de hoy en día. Sabemos, por los libros posteriores del Kolbrin, que por siglos su
contenido tuvo que ser mantenido secreto porque podría haber sido entendido mal o encontrarlo
inaceptable. Quizás las cosas ahora vayan mejor .

Este libro se resucita con el único intento de ponerlo al alcance de a las fuerzas del hombre bueno.
Su publicación será indudable difícil, porque tal trabajo se puede juzgar apenas para tener éxito
popular. Se ocupa de cualidad y virtud, valor y mortalidad, de ideales espirituales y las aspiraciones
humanas, todo el valor impopular y desdeñado en éstos días de decisión. Intenta engarzar amor
en un lugar más allá del clamor y del anhelar de la carne mortal, y esto solo puede ser suficiente
para despreciarlo y reírse. Si el mismo esfuerzo que fue puestos en la búsqueda y la reconstrucción
del Kolbrin, fuera puesto en un libro indulgente con las debilidades morales de la sociedad y el
aprovechamiento de los apetitos hastiados, degenerados de la vida moderna, resultaría sin duda
más popular. ¿Pero puede decirse, incluso en esta época de moral malsana, que el valor de una
publicación depende solamente de su éxito popular? En el Kolbrin, los lectores pueden registrar
solamente el resultado de su propia búsqueda. Encontrarán certeza pero no pueden transportarla
de forma directa a otros. Si otros lo quieren deben pisar también la trayectoria que los amos
siguieron, un camino cansado y largo, no apto para el corazón débil. El primer paso a lo largo de
ese camino es el estudio del código moral y de la forma de conducta requeridos. El paso siguiente
es ponerlos en práctica, convirtiéndolos en regla de vida. Son las disciplinas que permitieron
aclarar la verdad en tiempos pasados las que pueden despertar la verdad interna y contactar en
directo con la fuente universal de Verdad. Solamente siguiendo sus pasos puede cualquier persona
confiar en la senda para alcanzar la meta deseada.

En un principio, el Kolbrin estaba dividido en dos partes, "el libro abierto" y "el libro cerrado". Éste
último se conoció más correctamente como “el gran libro de la eternidad” y el anterior como “el
gran libro de la vida“. Lo que se presenta aquí es "el libro abierto". Realmente, este libro no
contiene nada no sabido ya, porque la humanidad nunca ha estado sin dirección. La verdad y la
sabiduría no pueden ser monopolio de nadie, por lo tanto muchas cosas expresadas aquí deben
ser encontradas en otras partes.

El Kolbrin mirado de forma superficial puede parecer un mero revoltijo de máximas y de viejas
historias, incluso incompleto, pero juzgarlo desde este punto de vista es como analizar los
pigmentos de la pintura en una obra de arte y contar y clasificar los brochazos para descubrir lo
que quiere transmitir un artista. Para entenderla completamente uno debe estar en soledad y
verlo en conjunto, incluso entonces, la comprensión debe fluir del corazón y de la mente, no de los
ojos.

Una sociedad progresa según la evolución social, no revolución, pero, los conflictos aparecidos en
la sociedad actual, indican que la tendencia evolutiva ha tomado una dirección equivocada. Las
normas del pasado, formuladas para estabilizar la sociedad, se han despreciado, sin substitutos
adecuados que ocupen su lugar. Esa es la tragedia de estos tiempos.

Para conseguir una vista más comprensiva de hacia dónde nuestra sociedad se está dirigiendo,
quizás es necesaria una mejor comprensión de dónde hemos estado. Es en este contexto en el que
el Kolbrin se da a conocer, para tomar su lugar en el gran esquema de las cosa..

EL SALUDO O PRÓLOGO DEL LIBRO DE BRONCE

(ahora incorporado al Kolbrin)

Saludos, no nacidos, ahora dormidos en el oscuro plan del futuro. Saludos de nosotros que fuimos
una vez como sois vosotros ahora y como seréis un día. Nosotros también tuvimos esperanza y
miedo, dudamos y creímos.

Si tuvierais que elegir un regalo del pasado para el futuro, cuál sería? Los tesoros de oro
escondidos por los reyes? Las brillantes joyas pertenecientes a las reinas? Es la riqueza mundana
todavía tan importante para vosotros? Si esta fuera vuestra elección sobre todo lo demás, somos
desafortunados, porque nuestra labor ha sido en vano.

Preferís el secreto de la vida, de la eterna juventud? Habéis cambiado tan poco de los que viven y
ríen hoy, sin un pensamiento vuelto hacia el futuro? Estas cosas que parecen tan deseables, son
vuestros valores? Nunca dejarán de gustar? Estáis todavía ansiosos por ellas después de que han
pasado miles de años? Si la respuesta fuera “sí” si esta vida fuera todo, el principio y fin, se
completa en sí mismo.

Pero podría esta vida no ser más que un preludio, una introducción a algo infinitamente más
grandioso? El enigma está todavía sin resolver, el secreto de las edades permanece todavía oculto,
lo conocen sólo unos pocos, invariable cuando estas palabras son leídas? Cuántas generaciones
han pasado sin progreso? Está la humanidad todavía pasiva como un tronco a la deriva en el mar
de la apatía espiritual, yendo atrás y adelante por cambiantes vientos y corrientes en conflicto, sin
hacer progresos?

Podríamos dejarte el conocimiento permitiéndote vivir una vida sin afán, rodeado de lujuria y
placer; una piedra mágica que cumple todos los deseos, una poción que cura todo, la habilidad de
volar o conocer todas las cosas en la Tierra, podría algo de esto satisfacer los deseos de tu corazón
y conseguir tus sueños? Nosotros que reposamos hace mucho tiempo a lo largo del camino te
confiamos que hemos progresado más allá de tales insignificantes aspiraciones.

Está más allá de nuestro poder dar tales regalos, y si pudiéramos concederlos no lo haríamos,
porque a menos que un regalo represente un beneficio, es mejor no darlo. Con la sabiduría de
vuestra generación, digamos, cuál de las cosas mencionadas constituiría realmente un beneficio
para ti o siquiera menos malo que bueno? O permaneces todavía permaneces ignorante de tu
verdadera naturaleza y necesidades?

¿Quién eres, cómo hablas y vistes (eres todavía como nosotros en tu forma)? no podemos saberlo
ni imaginarlo. Sólo esto sabemos con certeza, tú eres un ser hermano nuestro y atraviesas un
camino que nosotros hicimos antes. Participamos de un destino y tenemos la misma meta, aunque
quizá en vuestros días no se sepa más que en los nuestros cuál es. Como a nosotros la vida llega a
ti sin avisar, está cargada de problemas y dificultades; alterna entre luces y sombras, y como
nosotros tú te preguntas qué aguarda al final. Tú, también, eres víctima de la desilusión de la
Tierra, tú, también, encuentras la Verdad y la Perfección más allá de tu alcance y tú, también,
aspiras a la belleza y a la bondad. Estas cosas sabemos acerca de ti, estas cosas debes de ser o no
existirías.

Tus necesidades no son diferentes de las nuestras, pero tú ahora sabes con certeza cuáles son? Tu
vida sirve al mismo propósito, formas parte del mismo plan, eres movido por los mismos impulsos
y urgencias, pero sabes cuándo y qué acaba?. Sabemos que estás sin certeza y seguridad acerca de
lo que permanece más allá del velo de la muerte, porque eso no puede ser dado mientras el
hombre permanezca no más que hombre, y sin duda como nosotros permaneces colocado entre la
duda y la fe.
Nuestros No nacidos Amigos, cualquiera que sean las circunstancias de vuestra vida, sois los hijos
del pasado y herederos de los que han vivido y muerto. Pero cualquier cosa que penséis de la
herencia no podéis apartarla, no más de lo que podéis rehuir las obligaciones de la vida. Quizá os
ha dado felicidad y seguridad, la paz y la plenitud que nosotros no conocimos. Si es así, no
continuéis leyendo porque para vosotros podría ser un desierto de palabras que no tienen sentido.

Si tienes demasiado, si has llegado muy lejos, nada te podremos dar que te sea beneficioso. Para el
viajero, la información del camino dejado atrás es inútil. Si este es tu caso te saludamos, nos
alegramos por ti, nuestro digno hijo de la luz, concebido dentro de los años oscuros nosotros
trabajamos y trazamos nuestro propio corto surco. Tú has actuado bien y nuestra mayor alegría
sería estar a tu lado cuando seas exultantemente enriquecido por la coronada gloria de la
divinidad.

Pero quizá tú no estés más iluminado que nosotros, en cuyo caso acepta nuestra oferta como un
signo de excusa, nuestro deseo es hacer rectificar a favor de los que te precedieron, porque si tú
permaneces perdido en la oscuridad espiritual la culpa es de ellos y no tuya.

Esto te damos, Los Libros Secretos que contienen la mayor acumulación de sabiduría y Verdad
guardada durante generaciones, el pan y el aceite que nos sostuvieron y jamás nos decepcionaron.

Pueden servirte en tus días tanto como nos sirvieron a nosotros. Sobre todo, puedes estar
suficientemente iluminado para recibirlos, porque hoy somos perseguidos a causa de nuestros
libros, muchos que los han atesorado y guardado están ahora muertos. Nosotros sólo podemos
confiar estos libros a la tierra y al destino, confiando en que serán conocidos más adelante en un
tiempo adecuado y en una generación receptiva.

Estos libros, que entregamos al cuidado del tiempo, fueron escritos bajo la autoridad de la
revelación y la inspiración. Conteniendo la Verdad, su mensaje no puede ser influído por el
tiempo, porque la Verdad tiene una juventud eterna.

No reclamamos una declaración correcta y exacta más allá de la posibilidad de error y mala
interpretación, porque las palabras son frágiles mensajeros. Hay cosas falibles imposibles de
transmitir con exactitud desde una mente a otra mente. Tampoco podemos decir cómo los que
publiquen los libros negociarán con los contenidos. Han sido escritos con letras conocidas para
aprender, pero el aprendizaje cambia con las generaciones. Estos libros son la más gloriosa
encarnación de la Verdad Eterna, pero las palabras y las expresiones son indignas vestimentas, así
que las equivocaciones y malentendidos no son posibles.
Las palabras están al servicio de la falible esfera mortal y cuando se usan para expresar un mundo
de cosas más grandiosas, son inadecuadas. Por lo tanto, no penséis como alguna mente
insignificante de nuestra generación que dicen: “ Las letras están mal escritas y las palabras mal
usadas”. Estos examinan cada una de las hojas de hierba diligentemente, pero fallan en descubrir
el propósito de la pradera. Muchos hombres carecen de profundidad y viendo sólo las meras
palabras dicen: “Estas me lo dicen todo, no hay nada más”. Nosotros tenemos un dicho: “No
juzgues un lugar en construcción por sus ladrillos”. La sabiduría, siendo eterna, sin duda no estará
menos completa en tu generación”.

Bueno, Desconocido Descendiente, nosotros os ofrecemos esto humildemente, el regalo de un


pasado que no podríamos transmitir de otra manera. Si habéis avanzado mucho en el camino de la
grandeza, no tendrá valor; pero si todavía estáis retrasados o estás buscáis el camino, perdidos en
la ilusión nublada de lo mundano y nadie contesta a vuestra llamada, entonces extended la mano
al pasado. Os guiaremos bien y con lealtad.

A través de generaciones los hombres han sido perseguidos, sufrido y muerto para que la Verdad y
la Bondad pudieran prevalecer, recuérdalos. Si el mundo es bueno, entonces tu paz y placer han
sido debidos a sus sacrificios. Si no, entonces no debes buscar evasivas acerca del esfuerzo de
hacerlo tú bien.

Adiós, No Nacidos, con estas pocas palabras hemos llegado desde los días presentes hasta la
noche del futuro. Hemos plantado la semilla, germinará o morirá en la tierra? ¿qué tipo de grano
producirá? No lo podemos saber. Dejemos que el hado lo negocie como quiera, hemos reunido la
semilla, golpeado y aventado y la hemos mantenido con todo cuidado. Hemos plantado bien, no
podemos hacer máS.

Quizá la vida se porte mejor con vosotros que con nosotros. Ojalá nunca os veáis privados de
manos caritativas y esperanza.

Chapter 1 / CAPÍTULO 1

CREACION
El conocimiento mortal está delimitado por una mortal ignorancia y la mortal comprensión está
delimitada por la realidad espiritual. Es imprudente para el hombre mortal intentar el
conocimiento de lo que está más allá de su concepción, porque equivoca el camino hacia la falta
de fe y la maldad. Sin embargo el hombre es hombre y está predestinado siempre a buscar más
allá de sí mismo, intentando alcanzar cosas que la mayoría de las veces sólo eluden su alcance. Por
eso en su frustración él reemplaza lo incomprensible visto confusamente con cosas dentro de su
entendimiento. Si esas cosas reflejan, aunque pobremente la realidad, puede ser una verdad
distorsionada, pero tendrá mayor valor que ninguna reflexión en absoluto.

No existen verdaderos principios en la Tierra, aquí todo es efecto, la última causa se encuentra en
otra parte. Porque ¿quién entre los hombres puede decir qué fue primero, la semilla o la planta?.
Sin embargo la verdad en que los dos a la vez, en algunas cosas ni la semilla ni la planta se
preceden una a la otra, y esa cosa fue a su vez precedida por otra cosa. Siempre hay antecedentes
precediendo a los principios, y retrocediendo más allá, sólo existe Dios. Este, pues, es quien nos
dice cómo fueron hechas las cosas en el Gran Libro de los Hijos del Fuego.

Antes del principio sólo había una conciencia, la del Uno Eterno que no puede ser expresada en
palabras. Era el único espíritu, el Autogenerado que no puede disminuir. El Desconocido, el Uno
Incognoscible meditando en solitario en un embarazoso silencio profundo.

El nombre de quién está completo no puede ser más que El Gran Ser que, permaneciendo sin
nombre, es el principio y el fin, más allá del tiempo, más allá del alcance de los mortales, y
nosotros en nuestra simplicidad le llamamos Dios.

Aquel de quien todo procede existía solo en su extraña morada de luz increada, que permanece
siempre inextinguible, y ningún incomprensivo ojo puede contemplarlo. Las pulsantes corrientes
de la eterna luz de vida, aprisionadas en él todavía no habían surgido. El supo que estaba solo. Era
incontrastable, incapaz de manifestarse en nada, porque todo en Su Ser era potencia inexpresada.
Los grandes círculos de la Eternidad todavía no habían empezado a girar, para ser expulsados
hasta el momentos final de la existencia en la sustancia. Empezaron con Dios y volverán a ÉL
completos en una variedad y expresión infinitas.

La Tierra todavía no existía, no había vientos con el cielo sobre ellos; Las grandes montañas no se
habían levantado, no estaba el gran río en su lugar. Todo era informe, quietud, calma, silencio,
vacío y oscuridad. Ningún nombre había sido pronunciado y no se había decidido ningún destino.

La quietud eterna es intolerable, y el potencial no manifestado es frustración. En la soledad de un


tiempo sin tiempo puede darse la Divina Soledad y de ésta surge el deseo de crear, lo que pudiera
conocer y expresar a Sí mismo, y esto generó el amor de Dios. El habló pensando y planeando
dentro de su ser y consigo mismo la matriz Universal de la Creación conteniendo la esencia
perpetua del espíritu durmiente.

La esencia fue acelerada por una ondulación del pensamiento de Dios y un pensamiento creativo
se proyectó. Esto generó un poder que produjo luz, y ésta formó una sustancia parecida a una
niebla de polvo invisible. Se dividió en dos formas de energía siendo impregnadas totalmente con
el espíritu de Dios y, transformando el Caos del vacío dentro de la Matriz Universal, llegó a girar en
el remolino de la sustancia. De esta actividad, como las chispas de un fuego, surgieron una infinita
variedad de mentes espirituales, teniendo cada una poder creativo en sí mismas.

La palabra activadora se pronunció, sus ecos vibran todavía,y hubo un emocionante movimiento
que causó inestabilidad. La orden fue dada y ésta se convirtió en Ley Eterna. En adelante, la
actividad fue controlada en armonioso ritmo y se venció la inercia inicial. La ley dividió el
materializado caos de Dios y entonces se establecieron los límites de las Eternas Esferas.

El tiempo no durmió por mucho tiempo en el seno de Dios, porque ahora había cambio dónde
antes todo había sido inalterable, y el cambio es tiempo. Ahora en el Plan Universal había calor,
sustancia y vida, y englobándolo todo, la Palabra que es Ley.

La orden fue dada “deja a las cosas más pequeñas formar las más grandes y que éstas vivan, pero
que un relámpago forme la eternidad”.

Así el universo se produjo como una condensación del pensamiento de Dios, y de tal manera se
hizo que le ocultó de todo encerrado en su creación solidificada. En adelante, Dios estuvo oculto,
porque ha permanecido siempre levemente reflejado en Su creación. Él se ocultó de todo lo que
ocurría fuera de Él. La creación no se explica por sí misma, por Ley no puede hacerse así, sus
secretos han de ser descubiertos por lo creado

Todas las cosas son por naturaleza finitas, tienen un principio, un momento medio y un final. Un
propósito no concluyente podría ser una frustración eterna y por eso, el universo siendo creado
lleno de determinación debe tener un objetivo. Si se acaba sin ninguna continuación, entonces el
Dios existente debe dormir indiferente a sus actividades. Pero Él ha realizado un viviente trabajo
de grandeza operando bajo leyes inmutables.

La palabra creadora ha sido dicha, ahora hubo otro mandato y el poder salió golpeando al sol de
forma que su cara se encendió, y brilló con gran resplandor calentando y luciendo sobre su
hermana Tierra. Desde entonces ella viviría en la protección de la casa de su hermano, disfrutando
de su benevolencia y fuerza

Las aguas sobre la superficie de la Tierra se reunieron y apareció tierra seca. Cuando la cubierta de
agua se retiró el cuerpo de la Tierra era inestable, húmedo y débil. La cara del sol brilló de forma
amable sobre su hermana y la tierra seca de su cuerpo se endureció mucho, la humedad y la
debilidad desaparecieron. Le dio un vestido de lana y un velo de hermoso lino, para que ella
pudiera vestir su cuerpo con modestia.

De la Gran Matriz surgió el Espíritu de la Vida y estaba exuberante en los Cielos. Miró hacia la
Tierra y la vio llena de belleza y se llenó de deseo y salió del espacio celestial para poseerla. No
llegó pacíficamente como un amante, sino tempestuosamente como un destructor. Sus rugidos
aullaban por los corredores y golpeaban contra los picos de sus montañas, pero no descubrió el
lugar en que moraba su Espíritu. Ella se había retirado, como una mujer se retira ante la fuerza,
porque la modestia no debe ser ultrajada por el atropello. Aunque ella deseara su abrazo, por
encima de cualquier Compañía Brillante, ella era honorable.

El sol vio su perplejidad y luchó con el Espíritu de la Vida y lo venció. Cuando estuvo sosegado y el
primitivo ataque había cesado, fue tratado por el sol para su hermana. Era sencillo y reposado y en
silencio se esparció sobre las aguas de la Tierra, y como respuesta ella se emocionó. Huevos
fangosos de vida potencial se formaron en los pantanos, en el lugar donde se juntan la tierra y dos
tipos de agua. El sol les dio su calor vivificante y la vida pululó desde entonces en el seno de la
Tierra.

La tierra polvorienta produjo al macho y la oscura agua calina la hembra,y se unieron y


multiplicaron. El primero produjo al segundo y los dos produjeron al tercero. La Tierra al poco
tiempo no era virgen y el Espíritu de la Vida se hizo viejo y se marchó. La Tierra quedó vestida con
una capa verde de matrona, la hierba cubrió la faz de la tierra.

Las aguas produjeron peces y criaturas que se movían por allí y se enroscaban a sí mismas y
culebreaban por las aguas, las serpientes y las bestias de terrible aspecto que había antaño, y los
reptiles que se movían despacio y se arrastraban. Había enormes cosas que andaban y dragones
con formas terribles revestidos con terror, cuyos grandes huesos se pueden ver todavía

Entonces se produjeron, según el Plan Universal de la Tierra, todas las bestias de las praderas y los
bosques. Todas las criaturas de la creación tenían sangre en sus cuerpos, y estaban completas. Las
bestias vagaban por la tierra seca y los peces nadaban en los mares. Había pájaros en los cielos y
gusanos en el suelo.

Había gran cantidad de tierra y altas montañas, extensos sitios estériles y otros donde llovía,
fértiles tierras verdes cubrían la tierra y abundante vida nadaba en los mares, porque ahora la
tierra florecía con la energía de la vida.

Los metales yacían escondidos en sus rocas y las piedras preciosas en el suelo. El oro y la Plata
estaban escondidos y ocultos. Había cobre para las herramientas y madera para la construcción.
Había pantanos con juncos y piedras para cada propósito.

Todo estaba preparado, todas las cosas estaban dispuestas, y ahora la Tierra esperaba la llegada
del hombre. LA BIBLIA KOLBRIN. LIBRO DE LA CREACIÓN,. EDICIÓN BILINGÜE. CAP. 2 Y 3

(Capítulo dos)
El amor de Dios penetró el tercer velo y se convirtió en la Semilla de las Almas en el Alma del Mar.
El cuerpo del Hombre lo hizo Dios de agua y materia de la Tierra, insuflando en su interior el
Espíritu de Vida, que él debe vivir. Pero el hombre, durante la juventud, vivió sólo para comer,
beber y fornicar, porque, siendo sólo consciente de la tierra, sólo conocía las cosas terrenales y las
costumbres terrenales.

Ahora el Espíritu de Dios se movió sobre la faz de la Tierra, pero no era de la terrenal. Mantenía
todas las cosas y estaba en todas las cosas, pero en la tierra no se le puede apartar de nada. Sin
sustancia estaba despierto, pero entrando en la sustancia dormía.

Recordar lo que fue dicho por los sirvientes de Eban, acerca del hombre celestial que
antiguamente deambulaba por la Tierra. Él no tenía sustancia terrenal y no podía coger sus frutos,
porque no tenía manos. No podía beber de sus aguas, porque no tenía boca, ni podía sentir el
viento templado sobre su piel. Ellos cuentan cómo la tribu de monos Selok,

encabezada por el Hombre Celestial, pereció por las llamas antes del Valle de Lod. Sólo una
hembra-mono subió alcanzando la cueva más alta.

Cuando el Hombre Celestial fue reencarnado por la hembra-mono en la cueva de Woe, ¿pudo
probar los frutos de la Tierra y beber sus aguas y sentir la tibieza de sus vientos? ¿ no encontró una
buena vida? No todo es un cuento de corrillo.

El hombre, creado sólo de sustancia terrenal, no puede conocer cosas que no son de la Tierra, ni
puede el Espíritu dominarle solo. No ha sido creado el hombre para poder conocer el poder y la
sabiduría de Dios?. Igual que el Espíritu llena el cuerpo del hombre, así Dios llena su creación.

Por consiguiente, así fue que Dios vio que habría que hacer algo para juntar la Tierra y el Espíritu y
que existieran ambos. En su sabiduría y creativo impulso que gobierna la Tierra, Él preparó un
cuerpo para el hombre, porque el cuerpo del hombre es enteramente de Tierra (terrestre)

Mirad, el gran día llegó cuando el Espíritu, que es Dios, se unió a la bestia, que es Tierra. Entonces
la Tierra se retorció por el esfuerzo del trabajo. Sus montañas se hundieron y desaparecieron y sus
mares se movieron arriba y abajo. La Tierra gemía en sus campos y chillaba por sus vientos. Gritó
en sus ríos y se inundó por sus tormentas.

Así nació el hombre, nacido del cataclismo y la contienda. Llegó desgraciada y tumultuosamente,
vástago de una tierra demente. Todo estaba al revés, la nieve caía en las calientes tierras baldías,
el hielo cubría las fértiles planicies, los bosques se habían convertido en mar. Dónde antes hacía
calor, ahora hacía frío y dónde la lluvia no había caído jamás, ahora había una inundación. Así el
hombre fue expulsado, hombre hijo de la calamidad, hombre heredero de una lucha creativa,
hombre campo de batalla de los extremos.
La Tierra nutría al hombre con cauteloso afecto, apartándolo gradualmente de las entrañas de su
cuerpo. Entonces, cuando creció lo suficiente para levantarse y así caminar ante la nobleza de
Dios, ella le cogió y le elevó sobre todas las demás criaturas. Lo condujo hasta la presencia de Dios
y lo colocó sobre Su Gran Altar.

Un hombre imperfecto, de limitaciones terrenales, una cosa inacabada, desgarbado e ignorante,


pero con orgullo le fue presentado al Creador de la Tierra. El hombre no era su primer parto, el
hijo de la Tierra, el nieto de Dios, el hombre heredero de la tribulación y el protegido de la
aflicción.

Dios miró al hombre, la ofrenda de la Tierra a su Señor, desmayado sobre el Gran Altar, un
sacrificio hacia él y una ofrenda al Espíritu del Hado. Entonces desde las más insondables alturas y
desde detrás de un impenetrable velo, Dios bajó sobre el Altar e insufló dentro del hombre el
aliento de la Vida Eterna. Dentro de su cuerpo durmiente Dios implantó un fragmento de Sí
mismo. La semilla de un Alma y la chispa de la Divinidad, el hombre mortal se convirtió en el
hombre heredero de Dios y el heredero de la inmortalidad. Desde entonces dominaría sobre la
herencia terrena de Dios, pero también tendría que desenmarañar los Círculos de la Eternidad y su
destino era el ser un perpetuo buscador y luchador

El hombre dormía, pero Dios abrió el Gran Ojo de su interior y el hombre tuvo una visión de
insuperable gloria. Oyó la voz de Dios diciendo:

“ Oh, hombre, en tu mano está ahora el registro de tu herencia, y mi espíritu está sobre él. Sepas
que todo lo que desees en tu corazón puede ser tuyo, pero primero es necesario que tú aprendas
su valor. Escucha, la Tierra está llena de cosas de utilidad, están preparadas para tus manos con un
propósito, es tu responsabilidad buscarlas y aprender su uso. Esta es la enseñanza para el manejo
de tu herencia”.

Lo que tú creas que es bueno, búscalo y lo encontrarás. Debes sondear los mares y coger las
estrellas. Debes vivir en un eterno deleite de gloria y sabor sempiterno. Arriba y abajo y alrededor
no hay nada fuera de tu alcance; Todas las cosas, con una excepción, son tuyas para adquirir
conocimientos”. Entonces Dios puso su mano sobre el hombre, diciendo: “ Ahora tú eres casi
como yo, excepto que tú duermes ahí enclavado en la materia en el Reino de la Ilusión, mientras
yo habito aquí en la libertad de la Realidad y Verdad. Yo no puedo bajar a ti, pero tú puedes llegar
a Mí.”

El hombre entonces tuvo una visión de gloria abarcando casi las Esferas de Esplendor. Una
ilimitada sabiduría llenó su corazón y contempló la belleza en toda su perfección. El fundamento
de la Verdad y la Justicia se revelaron ante él. El se hizo uno con la profunda paz de la eternidad y
conoció la alegría de la felicidad sin fin.
Las eternas edades del tiempo se desplegaron como un papiro ante sus ojos, y vio escritas en ellas
todo lo que sucedería y ocurriría. La gran bóveda del cielo se abrió sobre él y vio los fuegos eternos
y los poderes sin fin que se afanaban dentro. Sintió dentro de sí mismo la conmoción de un
inexpresable amor, e ilimitados designios de grandeza llenaron su pensamiento. Su espíritu se
desplegó libre a través de todas las esferas de la existencia. Él era entonces casi como el mismo
Dios, y supo el secreto de las Siete Esferas dentro de las Tres Esferas.

Y entonces Dios retiró su mano del hombre y el hombre estaba solo. La gran visión se borró y él
despertó, sólo un fino y elusivo recuerdo, no más que la sombra de un sueño permanecía. Pero
dentro del Alma dormida había un resto de recuerdo y producía en el hombre un vivo deseo de no
sabía qué. Desde entonces, el hombre fue destinado a buscar descontento, buscando algo que le
faltaba, pero no podría verlo, algo que siempre le eludía, constantemente le incitaba y siempre le
atormentaba. En el fondo de sí mismo sabía siempre que había algo más grande que él, con él,
parte de él, espoleándole a las mayores hazañas, los más grandes pensamientos, las mayores
aspiraciones. Había algo más allá de sí mismo, apenas realizado y nunca encontrado; algo que le
decía que el resplandor percibido en el horizonte pero reflejado muy débilmente pertenecía a la
oculta gloria.

El hombre despertó, la revelación y la visión se borraron, sólo la desagradable realidad de la


indomada vastedad de la Tierra le rodeaba. Pero cuando se levantó y bajó al seno de su madre
Tierra iba intrépido por los grandes poderes que le dominaban o animado por la magnitud de la
tarea. Dentro de su corazón sabía que el destino se hallaba más allá de la miseria de su alrededor,
caminó noblemente, aceptando gustosamente el cambio.

Ahora era un hombre nuevo, era diferente. Miró hacia arriba y vio gloria en los Cielos. Vio belleza
a su alrededor y conoció la bondad y cosas que no eran de la Tierra. La visión de los valores
eternos surgió ante sus ojos interiores. Su espíritu estaba respondiendo a su ambiente, el hombre
ahora era un hombre, verdaderamente hombre.

La Naturaleza del hombre en la Tierra se formó después de la naturaleza de los Cielos y el hombre
tenía todas las cosas como potencial dentro de él, excepto vida divina. Pero todavía era rebelde,
niño caprichoso, todavía nutrido solamente por el confortable seno de la Tierra.

El hombre creció en estatura, pero la Tierra no era indulgente, para disciplinarle de forma firme. A
veces era severa e inflexible, castigándole a menudo con ráfagas de infortunio. Era
verdaderamente la educación de alguien destinado a la grandeza; se le hacía sufrir frío para que
tuviera que aprender a vestirse él solo, llegaba a sitios estériles, para que sus piernas se
fortalecieran, y dentro de los bosques, para que sus ojos se hicieran agudos y su corazón fuerte.
Estaba confuso con los problemas difíciles y acometía la tarea de desenmarañar las ilusiones de la
Naturaleza. Era acosado con penas de todas clases. Fue probado con frustraciones y tentado con
alicientes; Nunca relajó la Tierra la vigilancia de su supervisión.

El muchacho fue tratado severamente, porque necesitaba la fortaleza, el coraje y la astucia de un


hombre, para adaptarle a la tarea futura. Creció sagaz y fuerte para la caza; se hizo adaptable,
siendo capaz de enfrentarse a cualquier suceso inesperado. Venciendo el aturdimiento de los
primeros días encontró explicación para las confusiones de sus alrededores. Aún así, el interés por
el conocimiento, la necesidad de adaptación y el esfuerzo para sobrevivir nunca se relajaron. El
hijo de la Tierra estaba bien entrenado y disciplinado, nunca fue indebidamente mimado. Gritaba
por la comida y andaba hambriento, se retorcía y era expulsado, estaba enfermo y caminaba hacia
el bosque. Fatigado era azotado con tormentas, sediento encontraba los arroyos secos. Cuando
estaba débil su carga era incrementada y en medio del regocijo era derribado con dolor. En
momentos de debilidad él gritaba, “¡ya está bien!” y dudaba de su destino; pero siempre algo le
fortificaba y le infundía coraje. Su parte terrena nunca le quitó su Divinidad.

Pero el hombre era un hombre, no se acobardó ni se rompió su Espíritu; un sabio Dios conocía sus
limitaciones. Como está escrito en la sabiduría de los hombres, “un castigo excesivo es tan malo
como la falta total de castigo”. Pero el hombre raramente era castigado, fue afligido, probado y
cambiado; fue dirigido, empujado e incitado, y nada de esto se hizo en vano. Las aparentes
imperfecciones de la Tierra, el azar y la desigualdad de la vida, la crueldad, la aspereza y la
aparente indiferencia a los sufrimientos y aflicciones no es lo que parece; según es, la Tierra es
perfecta para su propósito. Es la ignorancia del propósito lo que lo hace parecer imperfecta.

¿Dónde hay un padre más sabio que el Espíritu de Dios, o una madre mejor que la Tierra? Lo que
el hombre es ahora se lo debe a esto, debe aprender a estar debidamente agradecido. Sobre todo
no dejarle olvidar nunca las lecciones aprendidas en su crianza.

Capitulo 3 La destrucción y recreacion


Es sabido, y la historia viene de tiempos muy remotos, que hubo no una creación, sino dos, una
creación y una recreación. Es un hecho conocido por los sabios que la Tierra fue destruida
totalmente una vez y entonces se reinició un segundo ciclo de creación.

En tiempos de la gran destrucción de la Tierra, Dios permitió a un dragón de más allá de los Cielos
venir y rodearla por todas partes. El dragón era espantoso de contemplar, agitaba su cola,
exhalaba fuego y carbones ardientes, y una gran catástrofe se abatió sobre la humanidad.
El cuerpo del dragón estaba adornado con una fría y apagada luz brillante, en el vientre, tenía un
marcado tono rojizo, mientras por detrás arrastraba una abundante cola de humo. Vomitaba
cenizas y ardientes piedras y su aliento era sucio y maloliente, envenenando la nariz de los
hombres. Su paso causó grandes truenos y relámpagos hasta rasgar el grueso cielo oscurecido,
todos los Cielos y la Tierra se abrasaron. Los mares fueron levantados de sus lechos y se elevaron,
vertiéndose sobre la tierra. Hubo un tremendo trompetazo penetrante que casi superó el silbido
de los desencadenados vientos.

Los hombres, afligidos por el terror, se volvieron locos ante el espantoso signo en los Cielos.
Perdieron el uso de sus sentidos y chocaban entre sí, enloquecidos, sin saber lo que hacían. La
respiración fue succionada de sus cuerpos y ardieron con unas cenizas extrañas.

Cuando pasó, dejando la Tierra envuelta con un oscuro manto que era rojizo, se incendió por
dentro. Las entrañas de la Tierra se abrieron en un cataclismo inexpresable y un aullador torbellino
rasgó las montañas. El estruendo del monstruo celeste se perdió en los Cielos. Azotaba alrededor
con furia ardiente, rugiendo como mil truenos; causando una ardiente destrucción entre un mar
de espesa sangre negra. Tal fue el terror de la horrenda cosa contemplada que la memoria de
forma misericordiosa lo borró del hombre, su recuerdo fue cubierto bajo una nube de olvido.

La Tierra vomitaba con grandes explosiones de sucio aliento por los tremendos agujeros abiertos
en medio de los campos. El gas pestilente mordía la garganta antes de enloquecer a los hombres y
matarlos. Los que no morían de esta forma eran ahogados bajo una nube de polvo rojo y cenizas,o
eran tragados por las abiertas bocas de la Tierra o aplastados bajo una roca desprendida.

El primer monstruo celeste se juntó con otro que mordía la cola del que vino primero, pero el
segundo no pudo ser visto en aquella ocasión. El monstruo celeste prevalecía y bramaba sobre la
Tierra, presentando batalla para vencerle, pero alguna hoja de la espada de Dios le cortó en trozos
y sus cuerpos derribados agrandaron la tierra y el mar.

De esta manera la primera Tierra fue destruida por una calamidad que descendió del cielo. Las
bóvedas de los Cielos se abrieron para sujetar al monstruo más tenebroso que cualquier otro que
pudieran concebir los inquietos sueños de los hombres.

Los hombres y sus lugares habitables habían desaparecido, sólo las piedras del cielo y la tierra roja
permanecían dónde estaban antes, pero en medio de toda la desolación un pequeño grupo
sobrevivió, porque al hombre no se le destruye fácilmente. Salieron gateando de las cuevas y
bajaron de los sitios montañosos. Sus ojos eran feroces y sus piernas temblaban, sus cuerpos se
agitaban y sus lenguas carecían de control. Sus caras estaban torcidas y su piel colgaba suelta en
sus huesos. Eran como enloquecidas bestias salvajes dentro de un cercado ante las llamas; no
conocían leyes, privados de todo el saber que tuvieron en un tiempo y los que les guiaban no
estaban.
La Tierra, el único verdadero altar de Dios, ofreció un sacrificio de vida y dolor para expiar los
pecados de la humanidad. El hombre no había pecado en lo que hizo, sino en lo que había dejado
de hacer. El hombre no sólo sufre por lo que hace sino también por lo que deja de hacer. No es un
castigo por equivocarse sino por fallar en reconocerlo y rectificarlo.

Entonces el gran dosel de polvo y nubes que acompañaba a la Tierra, encerrándola en una dura
oscuridad, fue traspasada por una rojiza luz, y el dosel derramó un gran chaparrón y produjo una
furiosa tormenta de agua. La fría luna derramaba lágrimas por la desgracia de la Tierra y el dolor
de los hombres.

Cuando la luz del sol penetró la mortaja de la Tierra, bañando los campos con su gloria
revitalizadora, la Tierra conoció de nuevo la noche y el día, porque ahora había tiempo de luz y
tiempo de oscuridad. La cubierta de humo se disipó y las bóvedas del Cielo se hicieron visibles al
hombre. El sucio aire se purificó y un nuevo aire rodeó a la renacida Tierra,protegiéndola del negro
vacío hostil de los Cielos.

Las tormentas de rayos dejaron de golpear la faz de la tierra y las aguas calmaron sus tumultos.
Los terremotos ya no rasgaron la Tierra abierta, y no hubo ni incendios ni muertes por rocas
ardientes. La masas de los campos restablecieron su estabilidad y solidez, permaneciendo firmes
en medio de las agitadas aguas. Los océanos retrocedieron a sus sitios asignados y las tierras se
asentaron firmemente sobre sus fundamentos. El sol brillaba sobre la tierra y el mar, y la vida se
renovaba sobre la faz de la Tierra. La lluvia cayó dulcemente una vez más y unas nubes de algodón
flotaban a través del cielo diurno.

Las aguas se purificaron, los sedimentos se hundieron y la vida creció en abundancia. La vida se
renovó, pero era diferente. El hombre sobrevivió pero no era el mismo. El sol no era como había
sido y la luna se había cambiado de lugar. El hombre permaneció en medio de una renovación y
regeneración. Miraba arriba hacia los Cielos con miedo por los terribles poderes de destrucción
contenidos allí. En adelante, los plácidos cielos contendrían un terrorífico secreto.

El hombre encontró una nueva tierra firme y los Cielos fijos. Se alegró pero también estaba
asustado porque vivía en el terror de que los Cielos trajeran otra vez los monstruos y los lanzara
contra él

Cuando los hombres salieron de sus escondites y refugios, el mundo que sus padres habían
conocido había desaparecido para siempre. La faz de la tierra había cambiado y estaba empedrada
con las rocas y piedras que habían caído cuando la estructura de los Cielos colapsó. Una
generación anduvo en la desolación y el pesimismo y cuando la gruesa oscuridad se desvaneció,
sus hijos pensaron que eran testigos de una nueva creación. El tiempo pasó, la memoria disminuyó
y el recuerdo de los acontecimiento no estuvo claro durante mucho tiempo. Generación tras
generación y según las épocas se desarrollaron, nuevas lenguas y nuevas historias reemplazaron a
las antiguas.
LA BIBLIA KOLBRIN. LIBRO DE LA CREACIÓN. EDICIÓN BKILINGÜE. CAP 4 Y 5

Esto venía en el rollo de Korobal Pakhermin que escribió:

“Los antepasado de todas las naciones del hombre fueron en un tiempo un solo pueblo, y eran los
elegidos por Dios que les entregó todo lo que estaba sobre la tierra, todos los pueblos, las fieras
del campo, las criaturas de las tierras yermas y todo lo que crecía. Vivieron durante largo tiempo
en tierras de paz y abundancia.

“Había algunos que se esforzaban más, eran más disciplinados; por ellos nuestros antepasados
cruzaron el gran vacío negro, sus deseos eran volver a la Custodia de Dios y fueron llamados los
hijos de Dios”.

Sus ciudades eran ondeantes y con bosques. La tierra era fértil, había muchos ríos y pantanos.
Había grandes montañas al Este y al Oeste, y al Norte había una amplia planicie pedregosa.

Entonces llegó un día en que todo estaba en silencio y aprensivo, porque Dios produjo una señal
para aparecer en los Cielos, de tal forma que los hombres supieran que la Tierra iba a ser atacada,
y la señal eran una estrella de fuera.

La estrella crecía y despedía una enorme brillantez y era espantosa de contemplar. Tenía delante
cuernos y bramaba, siendo más desagradable que cualquier otra jamás vista. Por eso los hombres,
al verla, dijeron entre sí: “Seguramente éste es Dios que ha aparecido en los Cielos sobre
nosotros”. La estrella no era Dios, aunque estaba de acuerdo con Su decisión, pero el hombre no
tenía sabiduría para comprender.

Entonces Dios se manifestó en los cielos. Su voz era como el retumbar del trueno e iba vestido con
humo y fuego. Llevaba relámpagos en su mano y su aliento, cayendo sobre la tierra,producía
azufre y rescoldos. Sus ojos eras un negro vacío y su boca un abismo conteniendo los vientos de la
Destrucción. Rodeó la mayor parte de los Cielos, soportando sobre su espalda un negro manto
adornado de estrellas.

Así era la apariencia y manifestación de Dios en aquellos días. Aterrador era su semblante, terrible
la voz de su cólera, el sol y la tierra se escondían por temor y se extendía una fuerte oscuridad
sobre la faz de la tierra.

Dios pasó a través de los espacios de los Cielos superiores con un tremendo rugido y un ruidoso
trompeteo. Después llegó la terrible muerte silenciosa y un negro rojizo alumbró un crepúsculo de
perdición. Grandes fuegos y humo surgieron del suelo y los hombres boqueaban por el aire. La
tierra se partió en dos y cambió completamente por un tremendo diluvio de agua. Un agujero se
abrió en mitad de la tierra, las aguas entraron y se hundieron bajo los mares.

Las montañas del Este y del Oeste se dividieron cada una por su lado y permanecían en medio de
las aguas, que las había rodeado. La Tierra del Norte se había inclinado y vuelto sobre su costado.

Cuando de nuevo cesaron el tumulto y el clamor todo quedó en silencio. En la silenciosa


inmovilidad la locura se desató entre los hombres, el frenesí y los derrumbes llenaron el aire.
Caían unos sobre otros en una sangrienta matanza sin sentido; No respetaban mujeres ni niños,
porque no sabían lo que hacían. Corrían a lo loco, exponiéndose a sí mismos a la destrucción.
Huían a las cuevas y eran enterrados y, buscando refugio en los árboles, eran colgados. Había
robos, muerte y violencia de todas clases.

Un diluvio se derramó después y las tierras se purificaron. La lluvia golpeó incesantemente y había
fuertes vientos. Las turbulentas aguas arrastraban la tierra y al hombre. Sus rebaños y sus jardines
y todo su trabajo dejaron de existir.

Algunos se salvaron sobre las cimas de las montañas y sobre restos flotantes, pero fueron
dispersados separados sobre la faz de la Tierra. Ellos lucharon por sobrevivir en la tierra de
pueblos toscos. Entre las heladas sobrevivieron en cuevas y sitios abrigados.

La Tierra de los hombres Pequeños y la Tierra de los Gigantes, La tierra de los Sin Cuello y las
tierras de los Pantanos y las Nieblas, las tierras del Este y del Oeste estaban todas inundadas. Las
Tierras Montañosas y las Tierras del Sur, en las que hay oro y grandes bestias, no habían sido
cubiertas por las aguas.

Los hombres estaban aturdidos y desesperados. Ellos rechazaban al invisible Dios detrás de todo
por algo que ellos habían visto y sabido por sus manifestaciones. Eran menos que niños por
aquellos días y no podían saber que Dios había afligido a la Tierra con conocimiento y no con mala
voluntad, en atención al hombre y por la corrección de sus caminos.

La Tierra no está para el placer del hombre, sino que es un lugar de instrucción para su Alma. Un
hombre siente más fácilmente las emociones de su Espíritu en las ocasiones de desastre que en el
seno de la abundancia. La enseñanza del alma es un largo y tortuoso camino de instrucción y
entrenamiento.

Dios es bueno y del bien no puede venir ningún mal. Es perfecto y la perfección no puede producir
imperfección. Sólo la limitada comprensión del hombre vé imperfección en lo que es perfecto por
su propósito.
Esta grave aflicción del hombre fue otra de las grandes pruebas. Él falló y al hacerlo siguió la senda
de Dioses no naturales de su propia invención. El hombre inventó Dioses para nombrarlos, pero
¿dónde está el beneficio en esto?.

El mal apareció en medio de la humanidad engendrada por los miedos y la ignorancia de los
hombres. Un hombre malo producirá un mal espíritu, y cualquier mal que haya en la Tierra
procede o de los malos espíritus o de los malos hombres.

CAPÍTULO CINCO

EL PRINCIPIO

Pues bien, los hijos de Dios fueron moldeados por la Mano de Dios que se llama Awen, y se
manifiesta de acuerdo con sus deseos. Porque todas las cosas que tienen vida fueron moldeadas
por Awen. El zorro, temblando en las regiones frías, anhela el calor y así sus crías tienen refugios
más calientes. La lechuza, torpe en la oscuridad, busca distinguir sus presas más claramente, y en
la producción del anhelo el deseo está garantizado. Awen hace cada cosa como es, para que todo
cambie según su ley.

Los hombres, también, son moldeados por sus deseos, pero a diferencia de las bestias y los
pájaros, sus anhelos están circunscritos por las leyes del hado y el destino y la ley de la siembra y la
cosecha. Estos, los deseos, modificados por las leyes, se llaman Enidvadew. A diferencia de las
bestias y los pájaros, esto, en el hombre, se refieren más a él que a su prole, porque ellos no son
insensibles a esto. El Destino puede ser comparado a un hombre que debe viajar a una ciudad
lejana, quiera o no quiera hacer el viaje, el punto final es su destino. Puede elegir ir por el cauce de
un río o por un sendero, a través de las montañas o a través de los bosques, a pie o a caballo,
despacio o rápido, y cualquier acontecimiento debido a su decisión es el hado. Si le cae un árbol
encima porque escoge la senda del bosque, sería el hado, pues la suerte es un elemento del hado.
El destino no deja elección, el hado da una opción limitada que puede ser buena o mala, pero que
no se puede impedir. Lo que es hado debe ser, por lo que hasta cierto punto puede no tener
vuelta atrás.

Las circunstancias, Enidvadew, del viaje se adaptan a la ley de la siembra y la cosecha, puede viajar
confortable o penosamente, feliz o tristemente, con fuerzas o con flojera, cargado con mucho
peso o cargado livianamente, bien preparado o mal preparado. Cuando el punto de destino es
conforme a una forma de vida, entonces las circunstancias del viaje se conformarán al deseo.
¿Qué sentido tiene desear un gran destino cuando la ley de la siembra y la siega decreta que una
carga intolerable debe ser transportada en el camino? Mucho mejor tener menos aspiraciones.
Los decretos del hado son muchos, los decretos del destino unos pocos.
Cuando la Tierra era joven y la raza del hombre todavía era como un niño, había fértiles pastos
verdes en las tierras donde ahora todo es arena y grandes extensiones estériles. En medio había
un lugar-jardín que se hallaba cerca del borde de la Tierra, hacia el este y cerca de la salida del sol,
y se llamaba Meruah, que significa Sitio del Jardín en la Planicie. Se hallaba al pie de una montaña,
que tenía una grieta al final, y de ella manaba el río Tardana que bañaba la planicie, De la
montaña, al otro lado, corría el río Kal que regaba la planicie a través de la tierra de Kledan. El río
Nara fluía hacia el oeste y daba una vuelta hacia atrás para brotar alrededor de la tierra del jardín.

Era un lugar fértil, por lo que del suelo brotaban toda clases de árboles que eran buenos para
comer y cada árbol que era agradable a la vista. Cada hierba que se puede comer y cada una de las
que florecen estaban allí. El árbol de la Vida, que se llamaba Glasir, tenía hojas de oro y cobre,
estaba en el Sagrado Recinto. Allí, también, estaba el Gran Árbol de la Sabiduría cargado de los
frutos del conocimiento que garantiza la elección y la posibilidad de distinguir la verdad de lo falso.
Es el mismo árbol que se puede leer cuando los hombres leen un libro. Estaba allí también el Árbol
del Pecado junto al que crecía el Loto del Éxtasis, y en el centro estaba el Lugar del Poder dónde
Dios daba a conocer Su Presencia.

El tiempo pasó y los hijos de Dios crecieron fuertes y honrados bajo el moderado martillo de Dios y
la Tierra, el Yunque de Dios, se hizo más benigna. Todo estaba lleno de placidez y alimento, pero la
vida pierde su sabor en semejantes lugares, porque está contra la naturaleza del hombre madurar
en estas circunstancias. La Tierra no está para una estancia placentera, es un lugar para aprender,
experimentar y probar. Los hijos de Dios no eran todavía ni herederos de Dios ni herederos de la
Divinidad, pero había uno entre ellos que casi había completado el peregrinaje de Enidvadew. Él
había desenmarañado la enredada madeja del hado y había atravesado las tumultuosas aguas de
la vida hacia muchos puertos del destino, y habiendo pagado las deudas de la siembra y la cosecha
era el único que había triunfado sobre Enidvadew.

Éste rea Fanvar, hijo de Auma y Atem. Era sabio y conocía todas las cosas, había contemplado los
misterios y las cosas secretas escondidas a los ojos de otros hombres. Él había visto la salida y la
puesta del sol en todo su esplendor, pero suspiraba por cosas no realizables en el lugar en que
vivía. Así porque caminaba con Dios fue separado de su raza y trasladado a Meruah, el Lugar del
Jardín

Él llegó a través de las montañas y desiertos, tras muchos días de camino. Cansado y a punto de
morir por las privaciones que había pasado, sólo pudo alcanzar el agua fresca de la que bebió
abundantemente, y vencido por la extenuación, se quedó dormido. En su sueño soñó y este fue la
clase de sueño que tuvo: Vio ante él un ser de indescriptible gloria y majestad que le dijo,

“Yo soy el Dios sobre todas las cosas, incluso sobre el Dios de tu pueblo. Yo soy el que cumple las
aspiraciones de los hombres y soy aquel en quién ellos se realizan. Tú, habiendo atravesado todos
los Círculos de Anedvadew y establecido tu mérito, te nombraré mi gobernador en la Tierra y
administrarás todas las cosas aquí, guiándolas por mis senderos, liderándolas hasta la gloria. Este
será tu trabajo y, mira, aquí está tu recompensa”.
Una nube parecida a la niebla se acumuló alrededor del Glorioso Ser, envolviéndole de tal forma
que ya no era visible. Después la niebla se disipó y el hombre vio emerger otra forma. Era la de
una mujer, pero una tal que Fanvar nunca había visto antes, bella más allá de su concepto de
belleza, con tal perfección de forma y gracia que él estaba pasmado. Todavía la visión no era
sustancial, era un fantasma, un ser etéreo.

El hombre despertó y buscó comida de los árboles que le rodeaban y habiéndose refrescado paseó
por el jardín. Dondequiera que iba veía al fantasma, pero no estaba asustado porque ella sonreía
tímidamente, dando descanso a su corazón. Él construyó para sí un refugio y siguió creciendo,
pero siempre, dondequiera que él iba, el fantasma no estaba lejos.

Un día, cerca del límite del jardín, él se quedó dormido por el calor del día y despertó para
encontrarse rodeado por los Hijos de Bothas, no hombres verdaderos sino Yoslings, familia de las
fieras del bosque. Antes de que ellos pudieran anular su fuerza y astucia, él se dejó caer contra
ellos, arrastrando algunos en su caída y permitiendo al resto huir. Cuando el asunto acabó se sentó
bajo un gran árbol porque estaba herido y la sangre salía de su costado y goteaba finamente cerca
de él. Se sintió débil y cayó en un profundo sueño y mientras él dormía ocurrió algo maravilloso. El
fantasma vino y se sentó junto a él, poniendo sangre de su herida sobre sí misma para que se
enfriara sobre ella. Así el Ser Espiritual acabó vestida con carne, nacida de la sangre coagulada, y
separándose de su lado se convirtió en una mujer mortal.

En su corazón Fanvar no estaba tranquilo, por la semejanza con ella, pero ella era gentil,
atendiéndole con solicitud y, siendo hábil en asuntos de curación, ella le sanó. Por lo tanto,
cuando recuperó las fuerzas otra vez la hizo Reina de Gardenland, y así era llamada incluso por
nuestros padres que la llamaron Gulah, pero Fanvar la llamaba Aruah, que significa compañera. En
nuestra lengua ella se llama la Señora de Lanevid.

Entonces, Dios iluminó a Fanvar acerca de la mujer, diciendo:

“Esta mujer fue diseñada en un reino de belleza de acuerdo con las aspiraciones ahelantes de los
hombres. Su venida está de acuerdo con algo que por otra parte hubieran aceptado incontables
generaciones, porque la Tierra es más adecuada para que los hombres aprendan cosas masculinas
que para que las mujeres aprendan las femeninas.

Esta mujer no es como las otras mujeres, no teniendo nada semejante a ti; cada cabello de su
cabeza es distinto del de un hombre; cada gota de sangre y cada partícula de carne es de mujer y
completamente distinta del hombre. Sus pensamientos y deseos son diferentes; no es ni grosera ni
tosca, siendo enteramente de otro reino más refinado. Sus hijas caminarán espléndidamente
adornadas con toda gracia y perfección femenina. La delicadeza, la modestia y la elegancia serán
adorables joyas resaltando su feminidad.
En adelante, el hombre será un verdadero hombre y la mujer una verdadera mujer, los hombres
investidos de virilidad y las mujeres cubiertas con feminidad. Sin embargo caminarán juntos,
mano a mano, hasta que la gloria ascienda ante ellos, cada uno compañero e inspiración del otro”.

Así Fanvar y Aruah vivieron felizmente entre gracia y abundancia, sin aflicciones ni enfermedades.
Se deleitaban uno al otro y a causa de sus diferencias se complementaban.

Pero Aruah llevó algo con ella cuando cruzó la frontera de niebla, el Tesoro de Lanevid, la joya que
contenía en el cáliz lunar, la piedra de la inspiración moldeada por los deseos de los hombres.
Nunca había pertenecido a nadie sino a las hijas de Aruah, éste, el Lengil, Aruah se lo entregó a
Fanvar como su dote y su promesa de pureza y fidelidad. Ella siguió las costumbres de sus
orígenes, pero no los usos de la Tierra,.

En la Ciudad-Jardín estaba el recinto Sagrado, los dominios de Fanvar y Aruah, prohibido a los
Hijos de Dios que ahora habían venido al lugar. Contenía el Cáliz del Cumplimiento que
garantizaba, a cualquiera que bebiera de él, la realización de todo lo que deseaba. Nadie podía
beber de él salvo Fanvar y Aruah. También estaba el Caldero de la Inmortalidad que contenía una
esencia destilada de los frutos que crecían en el jardín y que protegía de las enfermedades
mortales.

Aruah dio a luz un hijo de Fanvar y se le llamó Rautoki, y una hija fue llamada Armena. Ambos
conocían los misterios de la magia y los caminos de las estrellas. A su debido tiempo Rautoki se
casó entre las hijas de los Hijos de Dios y tuvo dos hijos, Ennanari y Nenduka. Fué Ennanari el
primero que enseñó el tejido de vestidos a partir de las plantas, y Nenduka fué un poderoso
cazador. Armena se casó también entre los hijos de Dios y dio a luz a un hijo que se llamó Belenki e
hijas llamadas Ananua y Mameta. Ananua sabía hacer pucheros y cosas de arcilla y Mameta la
doma de animales y pájaros.

Nenduca tuvo dos hijos, Namtara y Kainan. Namtara tuvo dos hijos también, Nenduca y Dadam,
antes de caer en el final de la virilidad. Belenki se casó con Enidva y tuvo un hijo llamado Enkidua y
una hija llamada Estartha, que significa Doncella de la Mañana y llegó a ser una gran maestra entre
los hijos de Dios. Esta fué la Estartha que llegó a ser la primera Sacerdotisa de la Luna, siendo más
tarde llamada Señora de la Estrella Matutina. Enkidua tuvo una hija y su nombre fue Maeva.

Por fuera del Sagrado Recinto, conocido como Gisar, pero con una puerta hacia adentro, había una
estructura circular de piedra llamada Gilgal, y dentro de ésta había una capilla en cuyo interior se
guardaba la sagrada vasija llamada Gwinduiva. Era como una copa y hecha con cristal con los
colores del arco iris cubierta de oro y perlas. Sobre la copa aparecía una neblina reflejando el color
de la luna, como una fina llama tibia.
Algunas veces, cuando los cielos estaban en posición adecuada, la Gwunduiva se llenaba con el
rocío de la luna y las pociones del caldero en el Recinto Sagrado producían un licor de color miel
pálido, y la gente lo bebía de la copa. Sin embargo, había diferentes proporciones en el vaso de los
que eran de la sangre de Fanvar y Aruah y los que eran hijos de Dios pero no de su sangre. Era una
poción que libraba de achaques y enfermedades a los que la bebían.

Dadam, el primer Padre, se casó con Leitha y tuvieron un hijo llamado Heerthew. Dadam después
se casó con Maeva que tenía una hija, no de él, y esta fue Gwineva, la hija chiflada engendrada por
Abrimenid de Gwarthon, hijo de Namtenigal, al que nosotros llamamos Lewid el Padre Oscuro.

Cerca de la Tierra de los Hijos de Dios había una tierra estéril dónde los Yoslings, llamados los hijos
de Zumat, que significa Los que heredan la Muerte, viven. Entre estos, Namtenigal, el astuto
cazador, era el más sabio y astuto; solamente él no le tenía miedo a los Hijos de Dios y sólo él se
atrevía a entrar en el Jardín.

En los días en los que Estartha estaba enseñando, Namtenigal a menudo venía a escuchar sus
palabras y los hijos de Dios no se mostraban molestos, porque enseñar al hombre salvaje acerca
de ellos era una obligación de la que habían sido encargados. Namtenigal, algunas veces
participaba en sus ritos pero no compartía el elixir de la Gwinduiva, porque estaba prohibido.
Mientras producía salud y fortaleza a los niños de Dios, protegiéndoles de las enfermedades de los
Yoslings, si se le daba a otros causaba diversos efectos. También estaba totalmente prohibido a los
hijos de Dios hacer amistad con los Yoslings porque esto estaba considerado el más imperdonable
de los desatinos.

Ahora bien, aquel astuto aprendió mucho de Estartha y en el momento oportuno le llevó a su
propio hijo y llegó a ser como el hijo de ella, viviendo en su propia casa y abandonando las
costumbres de su pueblo. Estartha le llamaba Lewid el Portador de la Luz porque era su intención
que él adoptara los usos de los que caminan en la luz, para que él pudiera a su vez iluminar a su
propio pueblo.

Lewid creció alto y hermoso, era rápido en aprender y llegó a ser sabio. Era también un hombre de
caza, fuerte y endurecido, un cazador de renombre. Pero había veces en que la llamada de su
pueblo era fuerte, entonces salía de forma furtiva por la noche para participar en sus negros
rituales. Así adquirió el conocimiento del camino de la carne y de los placeres carnales del cuerpo.

Dadam se convirtió en sirviente del Sagrado Recinto dónde el nebuloso velo entre los dos mundos
se podía penetrar, porque todos los que tenían la sangre de Aruah tenían una capacidad, una
habilidad para distinguir los fantasmas y la gente normal, lo material y los seres espirituales, Todas
las cosas de Otro Mundo, no con claridad, sino a través de un velo.
Junto a la plaza llamada Gisar había un agradable parque con árboles de todas clases y un arroyo,
espesos y florecidos arbustos y toda clase de plantas que crecían lozanas. Era costumbre de Maeva
pasear por allí tomando el sol y Lewid también iba por allí. Así ocurrió que ellos coincidieron entre
los árboles. Maeva conocía al hombre pero lo había evitado en el pasado, ahora sabía que era
hermoso, poseía muchos atractivos, así que sus pies estaban parados y no se movió.

Según pasaban los días ellos permanecían más tiempo juntos y Lewid hablaba de cosas que Maeva
no había oído antes. Ella sentía emoción en su sangre pero no podía responder ni atender a sus
tentaciones, porque eran cosas que estaban prohibidas. Así que Lewid acudió a la Moonmother,
una mujer sabia de los Yoslings, y contándole sus deseos le pidió que le ayudara. La Moonmather
le dio dos manzanas que contenían una sustancia horrible que ellos deberían comer durante sus
paseos; Esto le dio Lewid a Maeva que entonces cayó inerme en sus manos.

Se vieron de nuevo después, porque Maeva se enamoró de Lewid, pero ocurrió que ella se sentía
enferma con una extraña enfermedad y estaba asustada. Entonces Dadam se sintió enfermo y
Lewid también, y Lewid le dijo a la mujer, “ Tienes que conseguir la esencia pura del Sagrado
Recinto y Setina, la Moonmother, preparará un elixir que nos curará”. Él se lo dijo porque nadie de
su raza había sido nunca capaz de obtener la Sagrada Sustancia y siempre que ellos lo habían
querido se les había negado”

Ahora, a causa de su debilidad, la mujer era maleable en sus manos y Lewid aprovechó la
oportunidad.

Para conseguir sus propósitos Lewid dio a Maeva una poción que había sido preparada por la
Moonmother y ella se la dio a Dadam y los suyos, con malicia y engaños, de tal forma que cayeron
dormidos. Mientras ellos dormían Maeva robó parte de la Sagrada Sustancia y se la entregó a
Lewid quien se la llevó a la Moonmother y ésta hizo un brebaje.

Una parte de él se le administró a Maeva y el resto fue bebido por los Yoslings, durante sus
horrorosos ritos nocturnos. Cuando llegó la mañana estaban todos aquejados con terribles
dolores, y antes de que el sol saliera aquel día todos los Yoslings estaban afligidos por una
enfermedad de tal naturaleza que ellos no habían conocido antes.

Maeva supo lo que le habían dado y encontrando a Dadam caído junto a su cama le dio un trago
de su copa, a pesar de que tuvo que usar engaños femeninos para hacer que lo bebiera. Ella bebió
lo que quedaba y los dos se durmieron. Pero cuando despertaron por la mañana los dos tenían
grandes dolores y esto era algo que nunca habían visto antes. Dadam dijo a la mujer, “¿ qué has
hecho, porque lo que nos está pasando no sería posible a no ser que lo que ha sido prohibido se
haya realizado”. Entonces la mujer replicó: “Señor, he sido tentada y he caído. He hecho lo que
está prohibido y es imperdonable”.
Dadam dijo,

“ Estoy obligado a hacer ciertas cosas, pero primero vamos al Gisar al lugar llamado Bethkelcris,
donde buscaré la inspiración”

Así fueron juntos y permanecieron ante la capilla bajo el Árbol de la Sabiduría. Allí fueron
envueltos por una fluyente visión, viéndose a sí mismos cómo eran y cómo deberían haber sido, y
se avergonzaron. Él porque no había seguido el camino propio de un hombre y ella a causa de su
falsedad. Allí, en la reflectante niebla se rebeló la contaminación de la mujer, y el corazón del
hombre marchito en su interior como una flor lamida por las llamas.

Entonces vieron un gran Ser Espiritual materializándose en la reflectante niebla y les dijo:

“ Maldición para vosotros y vuestra casa, por el mayor de los pecados se ha hundido la raza de los
hijos de Dios y es una profanación. La herencia de Kadamhapa ha desaparecido. El fétido flujo que
despide la mujer resulta de una mezcla incompatible, pero eso no es todo, las náuseas y la
enfermedad son generados también por los fermentos de una implantación impura”.

Dadam dijo, “La falta tiene que ver con la mujer, a pesar de ello debo sufrir yo?”. El Ser Espiritual
contestó,

“Porque ahora vosotros sois como un único criadero de gusanos de enfermedad y desórdenes
ambos os igualáis, pero no mancharéis de nuevo este lugar. De ahora en adelante, el velo de
niebla será una impenetrable barrera separando nuestros dos mundos uno del otro, de tal forma
que no podrán ser cruzados fácilmente nunca más. Entre nosotros no habrá ningún medio de
comunicación. En adelante, el hombre y la mujer, ideados para unirse en divino amor, serán
divididos y permanecerán separados, aunque siempre deseando volver a unirse. Pueden ser
inseparables uno del otro, buscando la unidad que reencenderá la llama, pero a menos que sus
esfuerzos trasciendan las limitaciones de las cosas terrenas serán en vano. El espíritu del hombre
está ahora separado del todo y hundido otra vez en la inconsciencia, y falta demasiado para la
reunión con el todo. La chispa buscará la vuelta al fuego porque de otra manera no es nada. La
telaraña de los hados se ha reescrito, y los caminos del destino rehechos, el diseño de la vida es
reestructurado; otra vez la progresión empieza en la ignorancia, nacimiento y muerte, dolor y
gozo, alegría y tristeza, triunfo y fracaso, amor y odio, paz y guerra, todo luz y sombra, los muchos
matices formando el patrón espléndidamente intrincado de la vida en la Tierra. Este es un nuevo
comienzo pero un comienzo no con pureza y al descubierto, sino uno siempre gravado con
gravámenes y cargas”.

El Ser Espiritual continuó:

“Bastante desgracia ha sido forjada por vuestra falta de voluntad y desobediencia, porque el
mandato que pedía ciertas cosas era en vuestro propio beneficio. La inmortalidad estaba
prácticamente a vuestro alcance, pero vosotros habéis logrado que se haya extendido una
desgracia casi más dolorosa sobre vosotros y vuestros descendientes, porque liberados de la
servidumbre para cambiar, vosotros y ellos podríais ser incapaces de lograrlo”
Los hijos de Dios fueron conducidos fuera de la ciudad-jardín por Seres Espirituales y entonces los
guardianes se colocaron en sus puertas, para que nadie volviera a entrar. Cuando se oscureció tras
un velo nuboso, las aguas dejaron de fluir y desapareció la fertilidad, sólo quedó un pequeño
cauce. Los hijos de Dios fueron llevados a vivir a la tierra de Amanigel, que está junto a las
montañas de Mashur por el mar de Dalemuna.

Desde aquel momento en adelante el hombre forjó su propia espiritualidad. Algunos, que tenían
aspecto repugnante casi para ellos mismos, se apartaron y fueron ocultados misericordiosamente
en los negros abismos, y decían entre ellos,

“Quedémonos aquí en la oscuridad y prepararemos un lugar para otros como nosotros, de tal
manera que cuando sigan, lleguen aquí y se nos unan”.

Estas fueron las Regiones Oscuras preparadas y habitadas por demonios que son nada pero
conforman en secreto los espíritus de los hombres malvados.

Estas cosas fueron escritas en secreto. En Siboit acostumbran a decir que así fue la manera de la
creación del hombre,

“ Dios mandó Su creador Espíritu Artesano a la Tierra y el reflejo del Uno fue arrastrado dentro de
un cuerpo sin espíritu, y esto se convirtió en el corazón del hombre”.

Estas son las palabras escritas por Thonis de Myra en Ludicia en su día:

“Me preguntas qué es el hombre y yo contesto: Es la vida haciéndose consciente de sí misma. Es lo


intangible conociendo lo tangible. Espíritu en materia. Fuego en agua. Cuando comenzó esto,
nadie lo recuerda y sólo las antiguas leyendas permanecen. Hubo un principio y después un jardín,
y ocurrió en este jardín que el hombre se encontró a sí mismo; antes de esto no era libre, siendo
uno con todas las cosas de alrededor. Si no hubiera desobedecido, no sería ni bueno ni malo,
serían no-existentes”.

“El hombre se hizo libre por la consciencia de sí mismo, y con este conocimiento negó cualquier
parentesco con las bestias. Como él no estaba ya en relación armoniosa con las cosas de la Tierra,
se sentía descontento, insatisfecho y abandonado, necesitaba pertenecer, pero sentía que su lugar
de pertenencia no estaba allí. Había renacido como hombre dios, y por tanto es acertado decir que
el hombre nació de la Tierra y el Espíritu, bajo un árbol, el símbolo de la vida, y en un jardín”.

Allí los ojos del hombre y la mujer se abrieron y, siendo superior a las bestias, supieron que eran
diferentes y permanecieron apartados de todo lo que respiraba. Se separaron ellos mismos,
avergonzándose ahora de su estado y siendo extraños el uno para el otro. La satisfacción carnal de
las criaturas inferiores no satisfacía ahora por mucho tiempo, ellos habían perdido el contacto con
la Fuente del Amor; pero, aún sabiendo que necesitaban algo, no sabían el qué. Habían caído en el
conocimiento carnal, que sólo el hombre puede conocer, para sentir sólo el reproche de la
divinidad. Fueron expulsados del Jardín de la Felicidad por una inhalación de la Sustancia Divina y
no podría volver a causa de la barrera entre el hombre y el no-hombre”.

Kamelik ha escrito:

“El entrelazado fue cortado y desde aquel día no ha conocido nunca la felicidad. Ellos vagaron
inquietos algunas veces buscando la unidad otra vez. Pero juntos encontraron la joya que fue
abandonada en la Tierra para siempre.

Lupisis ha escrito:

Aquella primera mujer, que llegó del vacío, es la eterna Diosa glorificada, el aliento del corazón, el
ideal de femineidad buscado por todo hombre, la sacerdotisa en la capilla de la delicadeza y
sensibilidad. Era la mujer ideal que, por causa de la naturaleza del hombre, es siempre tentado
por su sombra-gemela, la bestia en su forma. Si la bestia triunfa y ella falla, el ideal llega a ser
cubierto por el manto tortuoso de la desilusión, y algo le falta al corazón del hombre”.

Estas palabras están también aquí:

“Ellos no participaron de la sabiduría, y el fruto del árbol del conocimiento es amargo.. Los
hombres habían perdido sus verdaderos derechos de nacimiento. La caída del hombre fue la caída
del contacto amoroso con Dios dentro de la carne material. El alma que había reflejado la
consciencia de Dios cayó en la inconsciencia por haberse filtrado en la materia. La caída privó al
hombre de su sostén espiritual; desde entonces sus esfuerzos fueron para volver atrás. En su ciega
búsqueda de Dios, después de la caída descubrió demonios y encontró más fácil adorarles que
continuar la búsqueda”.

“ Dios está siempre esperando, el hombre no tiene más que mirar hacia arriba, pero es más fácil
bajar una colina que subirla. Es más fácil para la creencia espiritual del hombre degenerar que
evolucionar. ¿Quién entre los hombres sabe la verdad y puede escribir con conocimiento cierto?
¿Podría esta certeza ir en contra de la Ley? En un principio no había nadie para ver y escribir, pero
de una sola cosa podemos estar seguros, El Dios de la Creación conoce el cómo y por qué, y
¿pueden los actos del Uno ser tan graves sin un propósito?.

LA BIBLIA KOLBRIN. LIBRO DE LA CREACIÓN. EDICIÓN BILINGÜE. CAP.6 Y 7

CAPÍTULO SEIS
DADAM AND LEWID

Maeva huyó por salvar su la vida y muchos parientes fueron con ella. Pero Dadam fue incapaz de
seguir, estando postrado por la enfermedad. Esta afectó a su lengua hasta el punto de resultar
incontrolable, haciéndole barbotear como un niño, y la enfermedad cubrió su cuerpo con ampollas
rojas de las que salía un fluído. Lewid también partió a un lugar lejano en el desierto.

Los que estaban con Dadam, que miraron atrás hacia el lugar del jardín, vieron brillantes lenguas
de luz lamiendo el cielo sobre él, siendo cruzado todo con parpadeantes llamas de muchos
colores. Los que intentaron volver fueron rechazados con un estremecimiento doloroso sobre sus
cuerpos que aumentaba en intensidad según se aproximaban, así que fueron expulsados.

Cuando Dadam se recobró quiso partir, sólo unos pocos quedaron con él y todos ellos se dirigieron
hacia el desierto a un lugar que tuviera agua y pastos. Allí Dadam dejó a Herthew, su hijo, y a la
madre del niño, con el Maestro Habaris y partió en busca de Lewid.

Después de muchos días Dadam y los que le seguían cayeron sobre Lewid y sus Yoslings que
estaban infectados y mataron a muchos, pero Lewid no estaba herido mortalmente, y se recostó
contra una gran roca. Cuando Dadam llegó cerca, Lewid levantó un brazo pesadamente y dijo:
“Salud al victorioso y benefactor que ha venido a terminar nuestras miserias”.

Mientras Dadam permaneció contemplándole severamente, Lewid dijo:

“Matarme es ahora tu prerrogativa, porque incluso nosotros los seres inferiores que fueron
separados de los hombres buenos, tenemos la ley del orgullo marital. Lo que hice se ha hecho
antes y se hará de nuevo, pero yo me equivoqué por cruzar una desconocida barrera que no pude
distinguir, pero nosotros, en nuestro interior, no somos más contagiosos el uno para el otro de lo
que es vuestro pueblo. Si por ello debo morir, deja que suceda en mi caso por la expansión del
virus de la enfermedad, que tiene afligidos a nuestros dos pueblos”.

“Hace mucho en los tiempos nebulosos, cuando los Grandes Dioses luchaban entre sí por el
dominio del espacio celeste y la gran extensión de la Tierra se rasgó separada por un fuego no
terrenal, Bemotha fue expulsada por la brillante flecha de Shemas. Entonces estas tierras fueron
dadas a mi pueblo como su dominio, mientras los tuyos estaban en otro muy distante lugar no
terrestre. Nuestro dominio era un sitio agradable y aunque enseñas que por causa de esto
permanecemos como somos, sin embargo estábamos contentos. Nosotros no sabíamos de un
gran diseño, ni siquiera de ningún alcanzable objetivo al que el hombre debiera aspirar. Tan gran
esfuerzo como tú enseñas no es para nosotros más que una vejación sin propósito fijo”.
“ Yo tengo mi Dios y tú tienes los tuyos, y como ellos lucharon uno contra otros en tiempos
pasados, así será siempre; pero ahora hay un nuevo campo de batalla con nuevos caudillos. Yo iré
a mi lugar adjudicado y tú irás a los tuyos, y desde ahora, como líderes de guerra, deberemos
continuar una jamás terminada guerra. Tal es el hado y debe ser, pero ¿quién ganará el hermoso
premio de la Tierra para su rey? No pelearemos con palos y lanzas, tirando piedras y lanzando
dardos, sino con más sutiles armamentos. Esto no es nuestra elección, somos piezas de juego del
hado. Que tú y yo estemos a la cabeza de la batalla no se debe a nuestras cualidades sino a que
estábamos donde estábamos cuando estábamos. Ahora nosotros somos dos insignificantes puntos
de vida en un desierto hostil, pero ¿qué seremos cuando pasen cien generaciones?”

Dadam dijo:

“Esas cosas también las sé yo, porque mis ojos siempre han estado abiertos. Yo también he mirado
hacia una interminable planicie sin horizonte, pero yo guiaré a los que han crecido fuertes
buscando y luchando, mientras los de tu bando serán débiles por la gratificación de buenas
comidas y los lugares placenteros de la Tierra. Nosotros somos los desheredados pero no los
desposeídos, llevamos la semilla de la victoria en nosotros. Tú y los tuyos no seréis nunca más que
lo que sois, hijos del camino fácil, seguidores de un camino en declive”-

Entonces, cuando estas palabras fueron pronunciadas, Lewid murió y Dadam y sus compañeros
quemaron su cuerpo. Dadam y los suyos vagaron por el desierto durante muchos días, después
torcieron al Sur hacia las montañas. Entonces ocurrió que un día Dadam estaba sentado separado,
solo entre las rocas, con la barbilla sobre el pecho,, y un cazador de los Ubalitas se le acercó por
detrás. El cazador tiró una piedra lisa cuando el hombre se volvía y le golpeó en los ojos. Después
el Ubalita lo mató golpeándole la cabeza con una piedra.

El cazador era el hijo de Ankadur, hijo de Enanari, rey de los Ubalitas, por Urkelah, hija de los
Chaisitas. Esto se sabe porque los que estaban con Dadam salieron de las tierras baldías y
enseñaron el arte de la construcción, llegando a ser grandes entre los Ubalitas y levantando
ciudades a lo largo de los ríos. Entre ellos estaba Enkilgar que construyó Keridor, que estaba entre
los dos grandes ríos, y Netar y Baletsheramam que enseñaron a los hombres el arte de la escritura,
poniendo las letras en una columna en Herak.

CAPITULO SIETE

HERTHEW – EL HIJO DEL PRIMER PADRE


El Libro de los Orígenes nos dice que toda las cosas comenzaron con Varkelfa, llamado por eso
Awenkelifa, del que se produjo un flujo, la energía que estabiliza todas las cosas de manera que
mantengan sus propias formas, y la fuerza que responde para moldear los deseos. Esto es
suficiente, pero los hombres se interesan más en lo que concierne a los inicios de su raza, y la
nuestra se remonta a Herthew the Cara de luz, hijo del Primer Padre.

Mientras Herthew aún era pequeño fue sacado de las fértiles tierras dónde había nacido, y viajó
por tierras inhóspitas en compañía y bajo los cuidados del sabio Habaris. Tras muchas jornadas
llegaros a Krowkasis,, cuna de nuestra raza, tierra de montañas y ríos, que está situada junto a
Ardis, y acamparon en el valle. Con ellos venían sus partidarios y una muchedumbre.

Herthew llegó a la madurez allí y Habaris estaba siempre a su lado, instruyéndole en todo lo que él
supiera. Le enseñó las Nueve disciplinas esenciales de Imain, y los secretos de los tres vasos
sagrados. Herthew aprendió que existía un tenebroso lugar, donde el aire era asqueroso y sus
brisas malolientes trasportaban la peste y partículas venenosas.

Este era el origen de todas las enfermedades y dolencias y de todo lo que causaba putrefacción y
decadencia. Este lugar había sido cerrado desde fuera de la Tierra, porque existía en otro mundo
lejos del alcance de los mortales; pero había estado en comunicación con la Tierra cuando se
cometió un acto prohibido. Por esto los cuerpos de los mortales se habían hecho susceptibles a las
influencias del funesto lugar.

En éste y en partes parecidas de Otros Mundos la maldad habría sido traída cuando pasaban por
las inexorables puertas de la muerte. Pero Habaris enseñaba una concepción diferente de la
maldad, una era la carencia de esfuerzo, la indolencia y la indiferencia hacia el deber y las
obligaciones, que seguía el camino fácil, era justo tan equivocado como las actuales hazañas de la
maldad. Él enseñaba que los hombres encontraban la verdadera meta de la vida cambiando el
amor a la lujuria por el amor a la verdad. Esta verdadera victoria se gana sólo sobre los cuerpos
despojados de sus bajas pasiones y bajos instintos.

Estas y muchas otras cosas fueron enseñadas por Habaris, pero muchas de sus enseñanzas
disgustaban al pueblo de Krowkasis, que entonces eran como eran antes de ser conducidos por los
antepasados de Herthew. Por eso Habaris les ocultaba muchas cosas y las enseñaba como simples
leyendas, cosas que pudieran entender. Les enseñó los misterios concernientes a los ciclos de los
años y dividió el año en un Medio Verano y un Medio Inviernos, con un gran círculo de años de
cincuenta y dos años, ciento cuatro de éstos era el ciclo del Destructor. Les dio las leyes del
bienestar y la aflicción y estableció las fiestas populares de la Cosecha y la Siega. Les enseñó el
ritual de Ulisidui.

Pero Habaris instruía a Heerthew en las cuestiones del otro mundo. Él le enseñó lo concerniente a
los tres rayos del sol central invisible, que se manifiesta en todas las cosas, sosteniéndolas en la
estabilidad de su forma. También lo concerniente a la Conciencia Universal oculta en todas las
cosas de la creación, como la Autoconciencia escondida en el cuerpo mortal.
Esta autoconciencia, enseñaba él, se transmutaría, librada de sensibilidad mortal y sentimientos,
en divina sensibilidad y sentimiento, por la supresión de los instintos más bajos de los mortales.
Era fortalecida por la aparición del sentimiento de amor entre un hombre y una mujer y entre
éstos y sus hijos; por la apreciación de la belleza y el cumplimiento del deber; por el desarrollo de
todas las cualidades que pertenecen a los humanos y no a los animales.

Herthew, aprendió que la Autoconciencia se vivificó por una sustancia consciente que brotó de la
cabeza de Dios. Que el alma fuerte se trasforma y moldea según los desos del alma, pero el alma
débil no es su propio maestro, es falible, inestable y sumergida en un estado de distorsión por sus
propios vicios. Después de la vida hay un ilimitada alegría por la entrada de un alma noble, brillará
con esplendor y se destacará orgullosamente. La mezquina alma de los malos es de color gris,
torcida y monótona, y, estando amoldada compatible a su propio estado, se desliza hacia los sitios
oscuros.

Cuando Herthew había cruzado apenas el umbral de la masculinidad, unos hombres de barba
negra y con lanzas empezaron a robar en los límites de Krowkasis, y Idalvar, rey de aquel territorio,
llamó a todos sus hombres juntos y cuando la llamada llegó a Herthew él preparó su partida. Pero
Habaris le mandó esperar un poco, porque no estaba preparado para la batalla. Entonces Habaris
preparó un extraño fuego con piedras, distinto de cualquier fuego visto antes, y cuando se
encendió un poco apartó lo que se llama “producto de la verde llama” y lo golpeó hasta que se
convirtió en una hoja.

Esto lo amoldó a una empuñadura cornuda y cuando estaba afilada y fría se la dió a Herthew,
diciendo : “Observa, Dislana la Bitterbiter, fiel sirvienta del que golpea fuerte y seguro”. Después
hizo un escudo de mimbre cubierto de piel de buey y una capa de piel que cubría la cara y cuello.
Así equipado Heerthew fue al campamento de Idalvar, llevando ocho guerreros con él.

En aquellos tiempos los hombres luchaban con lanzas de mano y cachiporras, tirando piedras y
palos afilados con fuego y puntiagudos, pero no hacían vestimentas especiales para las batallas.
Así que cuando Idalvar vio la espada de Herthew, se asombró y aquello superó su entendimiento;
pero cuando vio a Herthew protegido en el campo de batalla y a los enemigos caer ante él, quedó
maravillado.

Ninguno de los del rey podría comprender la producción de tales armas, surgidas del fuego y la
piedra, pero Habaris hizo otras y Herthew se convirtió en la mano derecha del rey y en el primer
héroe de la Noble Raza. El rey le ofreció la mano de su hija para el matrimonio, pero Herthew
renunció, diciendo:”Los días de mi virilidad no han llegado todavía”.

Cuando los días de guerra pasaron, Herthew se retiró al lugar en el que Habaris hizo la luminosas
espada, y ya había enseñado los misterios de su construcción a los otros, sellando sus bocas con
magia. Pero Herthew estaba menos interesado en las artes de la guerra que en los misterios de la
vida y las batallas del Espíritu acosado por la mortalidad. Así que mientras sus hombres fabricaban
las brillantes espadas de truenos, Habaris enseñaba a Herthew y sus compañeros de batalla y esto
era lo que ellos aprendían de su boca:
Más allá de Dios existe un Absoluto que nadie debería intentar comprender, Porque existe y
siempre ha existido en un estado más allá de la comprensión finita del hombre. Es de este
Absoluto que Dios, Poseedor de todas Perfecciones fue engendrado.

Para crear, Dios primero visualiza en el pensamiento, después exhala una onda de poder que, por
decirlo de alguna manera, solidifica lo que podemos llamar los cimientos de la construcción. La
onda de poder exhalada produce después un Himno Celestial que coloca los cimientos juntos de
forma armoniosa. Así que se puede decir con verdad que toda la creación es el Arpa de Dios y
responde a su sonido y manipulaciones. Está en contínuo desarrollo. La voz de Dios puede ser oída
a través del vacío por su hermosa hija que dota a todas las cosas que surgen con vida y belleza”.

“Hay un propósito divino en la creación que puede ser conocido por pocos, este conocimiento es
la llave de todas las cuestiones sin contestar, el adquirirlo es como descorrer una tupida cortina
que ocultaba una habitación en una tenebrosa penumbra, de forma que de repente todo se hace
claro y distinto. El que gana este conocimiento conoce el Gran Secreto, la respuesta a los enigmas
de las edades y lo conoce sin sombra de duda, y el divino secreto referente a esto se llama
Gwenkelva”.

Aparte de Gwenkelva Dios no gana nada con su creación, excepto que como un Ser que posee
infinito amor y bondad Él debe poseer algo para recibir el don de amor y responder a él. Incluso
entre los seres mortales, quién hay que encontraría totalmente satisfactorio del amor a sí mismo?
Por lo tanto Él necesitaba algo a través de lo que podría contactar consigo mismo, algún medio en
el que pudiera realizarse, y éste es la creación”.

La creación es por tanto, para los mortales, la escuela de la vida. El campo de entrenamiento de la
Divinidad. Hay tres Círculos de Realidad, tres reinos, tres grados de existencia. Estos son: Heaven,
dónde la perfección visualizada en la Tierra se realiza y los deseos e ideales se materializan; dónde
los grandes esfuerzos por conseguir las aspiraciones se consiguen; es el lugar en el que
propiamente la desarrollada potencia espiritual que late en el hombre se enriquece madurando y
completándose. La Tierra, el lugar de entrenamiento, desarrollo y preparación, el sitio de prueba,
el campo de batalla dónde los hombres descubren su verdadera naturaleza cuando se enfrenta a
los cambios de la vida, disputas y contiendas; dónde la competición y la controversia son la guía.
Es aquí dónde las aspiraciones y los objetivos se conciben y se decide su posterior realización en el
lugar conveniente. Es un punto de salida, el principio del viaje; aquí es dónde el camino
conveniente se debe elegir de forma sabia. Después está el Mundo del Nebuloso Horizonte, un
lugar intermedio, el lugar de los espíritus, dónde los de arriba pueden comunicarse con los de
abajo y dónde los espíritus libres vagan dentro de sus limitaciones”.

Estas cosas que Habaris enseñaba en aquellos lejanos días han sido reescritas para transmitirlas de
acuerdo a nuestra comprensión, pero era imprudente comunicarlas en aquellos agitados días,
cuando las palabras se utilizaban como trampas para atrapar a los incautos.
Bien, Idalvar deseaba saber el secreto de la brillante espada que desataba tempestades, pero
ninguno de los que estaban con Habaris o trabajaban para él querían comunicar nada de esto, y el
rey tenía miedo de ponerles a prueba. Así que, habiendo meditado el asunto, el rey llamó a su
hijas y les dijo lo que esperaba que hicieran, porque él había concebido un plan para saber el
secreto.

Después mandó una invitación a Herthew y Habaris. Cuando ellos legaron al campamento del rey,
encontraron un gran recibimiento en su honor y las hijas del rey amablemente se inclinaron ante
ellos, una sonriendo a Herthew y la otra a Habaris que estaba en una edad de vetusta fogosidad.
Porque al principio Habaris estuvo indiferente y la ignoró, la hija del rey se desvivía por
complacerle, extremando casi sus desatinos, enseñándole sus encantos con su inteligencia y
belleza.

No pasó mucho tiempo antes de que sus mañas femeninas entramparan el corazón de Habaris y
debido a que estaba casi maduro para la entrega de los secretos, los esfuerzos de la damisela la
habían cansado y el juego resultaba aburrido, así llegó una tarde en que ella no pudo soportar su
compañía. En medio de la fiesta de despedida, cuando las jarras de cerveza habían hecho varias
rondas y el sonido de las canciones y los chistes estaban al máximo, ella se escabulló con un joven
guerrero que servía a las órdenes del padre. Muchos que se sentaban entre los magistrados vieron
esto y lo comentaban uno a otro, señalando maliciosamente en dirección a Habaris, que no era
ignorante, pero aparentaba haber bebido por encima de su capacidad.

Habaris había aprendido a amar a la joven, por lo que estaba seriamente entristecido, pero dentro
de sí mismo sabía que el árbol del amor invernal sólo soporta los frutos del invierno. Incluso para
sí mismo la disculpaba, pensando que quizá era sólo una chiquillada, con no más peso que un
padre benévolo, sin ninguna importancia, porque era verdad que una festividad de despedida es
más propia de la naturaleza de los hombres que de la naturaleza de las mujeres. Quizá, pensaba,
sólo era una inocente indiscreción.

Así, cuando el día llegó a su plenitud y los que habían celebrado la fiesta se fueron preocupados
por sus tareas, Habaris se aproximó al rey y le pidió la mano de su hija para el matrimonio. Él dijo,
“ Tu hija Clara me ha deleitado con sus maneras atractivas, me ha encantado con su galantería y
hermosura; ella ha demostrado mucho placer con mi compañía, seguramente yo no he confundido
las señales”.

El rey no estaba entusiasmado, porque aunque deseaba mucho conocer el secreto de la brillante
espada, no tenía intención de entregar la mano de su hija a Abaris, pero tampoco quería
ofenderle, fue prudente en su respuesta, diciendo: “ Es costumbre que un pretendiente a la mano
de una mujer de alta alcurnia sea él por su parte noble y curtido en el campo de batalla. Sin
embargo es tal mi simpatía por ti que no puedo dejar que la costumbre sea un impedimento para
esta boda, y tú puedes ser un hombre destacable entre tu propio pueblo.
Pero dejemos sin decidir este asunto, porque la muchacha es todavía joven y podría ser bueno que
tú mismo te pongas de acuerdo con ella. Ella será una digna esposa, porque siempre está
dispuesta a aprender, tiene un pensamiento agudo. Nada le proporciona más placer que la
adquisición de conocimientos”. Y así quedó la cuestión.

Bien, algunos días más tarde Idalvar y sus criados, acompañado por Herthew y Habaris, fueron al
lugar de la fiesta de la recolección, a unos cinco días de distancia. La gente acostumbraba a
reunirse allí cada trece días lunares para celebrar la estación de la recolección, viniendo muchos
de grandes distancias. A la entrada del lugar de reunión estaba el consultorio de un cómplice
vidente y brujo que se llamaba Gwidon, que en la luna llena en la tercera noche, solía profetizar
los sucesos para el año entrante.

Idalvar y los suyos entregaron sus donaciones y ocuparon su lugar ante el consultorio. En aquella
ocasión, Gwidon se había enfundado en la piel de perros salvajes, coronado con una capa y con
un bastón acabado en cabeza. Él mismo se sentó ante un pequeño fuego ante el que susurraba
palabras mágicas, originando una nube de humo que lo cubrió por completo. Cuando ésta se
disipó él parecía dormido, pero tras unos segundos sacudió la cabeza, entonces levantándose
pronunció la profecía.

Habló de unas cuantas cosas, después advirtió del peligro del pueblo por los enemigos que
vendrían desde Northland. Profetizó una sangrienta batalla, diciendo que el pueblo sería salvado
por un gran líder, un rey que conocía el secreto de la brillante espada, él mismo empuñaba una.
Exhortó al pueblo a moverse y prepararse, a no tardar en encontrar a su líder.

Nadie del pueblo conocía los misterios de la reluciente espada excepto Habaris, pero él no era un
hombre de guerra y Herthew no era de alta cuna entre ellos. Así, después de hablar mucho
llegaron a un callejón sin salida, fallando en resolver el enredo. Se decidió entonces que cada uno
siguiera su propio camino, pero se reunirían en el mismo sitio otra vez la próxima luna llena,
cuando Gwidon podría ayudarles en su decisión.

Cuando Idalvar volvió a su campamento no estaba tan vacilante sobre la boda de su hija,
ordenando que tuviera lugar en el acto. Pero estipuló que Habaris debía iniciar a él y a sus hijos en
los misterios de la brillante espada inmediatamente. Estando de acuerdo en ello, los preparativos
para la boda se iniciaron.

Habaris y Klara se casaron y Idalvar y sus hijos se iniciaron parcialmente en los misterios de la
brillante espada, porque al rey se le dijo que haría falta algún tiempo para que la iniciación fuera
completa. Así cuando acudieron de nuevo al lugar de la reunión, Idalvar fué proclamado Líder, con
sus hijos como sucesores de acuerdo con su edad, si caía en la batalla. Pero Habaris había hablado
con Gwidon en secreto y la cuestión fue arreglada de tal forma que si los hijos de Idalvar caían,
entonces Herthew sería el jefe de la batalla.
El rey y los suyos volvieron a su lugar de residencia dónde tenían que preparar a los guerreros,
pero Herthew volvió a su lugar del principio y allí comenzó a entrenar a los hombres en tácticas de
guerra que les valdría para distinguirse en adelante.

Bien, en su noche de bodas, cuando se retiraron a su estancia, Klara estalló en lágrimas y cayendo
llorosa con su cabeza apoyada en las rodillas de Habaris, confesó que no era virgen y que le había
engañado, implorando su misericordia. Habaris la levantó y dijo: “Incluso el más sabio de los
hombres se vuelve loco cuando su corazón le nubla la razón. El más anciano de los tontos es el
tonto más grande”.

Él no le preguntó en cuanto a su amor, porque sabía que ella no podría amarle y engañarle, ella
había entregado su amor y con él, su virginidad a otro. Aún así él pensó una excusa en su interior,
pensando que ella no había querido engañarle voluntariamente, sino que había actuado por
obligación hacia su chiflado padre. Además, amando verdaderamente a alguien y deseando
demostrar ese amor, ella necesariamente había sacrificado su felicidad, satisfacción y la dignidad
por tener un marido, la elección había sido tomada por ella. Esto alguna vez es verdad. Habaris le
preguntó si su padre sabía cómo estaban las cosas y ella contestó. “Él ha sospechado, acaso no soy
yo su hija?”. Así Habaris se vio atado a una mujer que no le amaba, porque él había elegido
desafiar las costumbres del pueblo. Él se preguntó si ella sería también una irrespetuosa e infiel.

Una mujer se reserva para su marido o no, de acuerdo con su idea del matrimonio. Una mujer
reservada al matrimonio es inconcebible que sea infiel; una mujer que se consigue fácilmente
antes del matrimonio no es menos deseable después, porque si ella dice que el amor es el criterio,
entonces ella se guía por cosas no corrientes, que pueden cambiar supuestamente de una entre
un millón. Un hombre que declara su amor puede tener en el pensamiento seducción o una eterna
devoción, la propuesta de matrimonio determina la diferencia y establece la intención.

Después del matrimonio el rey mostró poca preocupación por Habaris, porque mantenía al joven
marino de Klara en su escolta cuando debería haberlo mandado a otra parte. Ni Klara mantuvo la
moderación y el decoro, que dignifica a una esposa, excepto en sus manifestaciones externas, que
no es más que una engañosa aspereza disfrazando el sucio amor oculto. Así Habaris sintió la
vergüenza de la humillación en los ojos de los hombres, porque Klara era infiel furtivamente.

Habaris visitó a Herthew y a su regreso le dijo al rey que él y sus hijos recibirían ahora su iniciación
final. Así, habiéndose preparado, se dirigieron, acompañados de Klara, al lugar de las piedras de
fuego, allí había una montaña secretamente agrietada en cuyo interior había una gran caverna de
dónde fluía un gran río. Entrando a la cueva, Habaris dijo a los que les seguían que se quedaran
dónde estaban, porque sólo Idalvar, sus hijos y Klara le acompañarían dentro del lugar de
iniciación, una pequeña cueva acabada en un largo pasillo estrecho cerrado por una fuerte puerta
y una piedra preparada previamente al fuego, un fuego que ardía lentamente con una llama azul.
Cuando pasó un buen rato los que esperaban fura empezaron a preocuparse, pero había ocurrido
hacía un rato que algunos se aproximaron a la puerta y entonces sintieron sus gargantas atacadas,
así que se asustaron y huyeron, y uno de ellos murió. Entonces los que sabían el misterio de las
piedras de trueno vinieron y despejaron el camino, y todos dentro de la cueva fueron encontrado
muertos. Habaris explicó lo que había pasado, porque es bueno para los hombres comportarse
conforme a las leyes de los hombres, hay una ley superior por la que los hombres que son
hombres deberían vivir y algunas veces decide que ellos deben morir.

Herthew se casó con la hija de Idalvar y tuvieron un hijo que murió a los siete años. La hija de
Idalvar murió de parto. Los invasores llegaron y fueron rechazados con un gran matanza y Herthew
se convirtió en el primer rey de todo el pueblo de Krowkasis.

LA BIBLIA KOLBRIN. LIBRO DE LA CREACIÓN. EDICIÓN BILINGÜE. CAP.8

CAPITULO OCHO

GWINEVA

Maeva, en un tiempo esposa de Dadam, encontró refugio entre el pueblo de Ardis dónde dio a luz
a Gwineva la Chiflada, porque cuando fue creciendo parecía que tenía el cabello rojo. Porque a
pesar de que todos sabían que existían los cabellos rojos y oscuros, nadie había visto a nadie con el
cabello rojo. También, extrañas enfermedades se habían maniestado en Ardis, de las que eran
culpables los extranjeros. Por lo tanto, debido a estos asuntos, Maeva y su hija se fueron a vivir a
otro sitio.

Llegaron a un estanque cerca del límite de Krowkasis y construyeron un refugio de cañas, viviendo
allí durante muchos años. Maeva fue muerta por una bestia salvaje y Gwineva quedó sola, pero
aprendió mucho de los conocidos que venían a verla, y así se hizo hechicera.

El tiempo transcurrió y unos medio hombres llamados Yosling empezaron a reunirse alrededor de
su refugio y pensaban que ella era una Diosa y la adoraban. Cuando su fama se extendió, la noticia
llegó a Herthew respecto a una mujer extranjera, así que él mandó hombres a informarse.
Gwineva sabía de Herthew pero él no sabía quién era ella ni que una hija de Maeva estuviera viva.
Cuando Herthew escuchó el informe le intrigó y mandó hombres para escoltarla y ella acudió a su
llamada.
Ellos la condujeron a su presencia ataviada con una capa y un vestido de piel, su cabello no
trenzado como las demás mujeres, caía fuera de la capa hasta sus rodillas. Él quedó maravillado
ante la cascada de pelo rojo y su corazón se emocionó ante su belleza.

Herthew dio a Gwineva una morada y sirvientes, pero ella prefería ser atendida por los Yoslings, a
los que el pueblo de Herthew despreciaba. Ellos murmuraban de la mujer extranjera, porque se
veía que los hombres Yosling entraban en su casa libremente, aunque sus modales eran modestos
y femeninos, los Yosling le guardaban un gran respeto.

Era la estación de la cosecha y cuando Herhew fue al lugar de la recolección él llevó a Gwineva con
él, pero los Yoslings no pudieron estar allí. Así que quedaron atrás, pero el pueblo los expulsó.
Cuando llegaron al lugar de la reunión y Gwidon vio a Gwineva, se maravilló, porque él había visto
una mujer semejante en las aguas oscuras; pero la recibió y quedó sorprendido de su saber, su
habilidad y hechicería.

Cuando llegó el momento de que Gwidon profetizara y todos los que habían venido a escucharle
estaban esperando, se asustaron, porque su llegada se retrasaba y la luna empezaba a
desaparecer, comida sin cesar por la oscuridad de la noche. Entonces, cuando empezaban a
empujarse y huir hubo un gran alarido y apareció Gwidon; según había preparado, un gran fuego
subía en cada uno de sus lados. El pueblo se paró, porque cada uno se volvió hacia el lugar en el
que estaba.

Gwidon habló largamente, diciéndoles que el cielo nocturno anunciaba una nueva era. Igual que la
luna nacería de nuevo luminosa, así su raza crecería fuerte y viril, extendiéndose a lo ancho y lago
de la faz de la Tierra, dejando detrás a las razas inferiores. Que un hijo de Herthew lideraría a sus
hijos fuera de Krowkasis y los hijos de sus hijos continuarían hacia el Oeste, hasta Hesperis, que
quiere decir Tierra de los Espíritus. Que allí encontrarían su destino final. Les dijo que allí habría
una gran sangría, cuando el hermano luchara contra el hermano y el padre contra el hijo, pero que
esto sería la implantación del polo central alrededor del que el armazón de la estructura de su raza
sería tejido. Él dijo:” Yo iré delante de la vanguardia en espíritu”

Más tarde, Herthew pidió a Gwidon por el brebaje y leer las cenizas, porque quería saber cosas
referentes a Gwineva. Gwidon lo hizo, diciéndole que ella era su compañera del destino, la única
destinada a ser su esposa; que ella era sin duda una buena muchacha y no sería defraudado, Él
dijo: “Ella actúa como lo hace por inocencia y no por descaro”. Pero lo que Gwidon le dijo a
Herthew no era más que un grano en el granero entre todo lo que él sabía y vio.

Cuando Herthew volvió a su domicilio hizo la corte a Gwineva y le pidió que se casara con él, y ella
consintió en hacerlo después de un año. La gente, oyendo lo que se pretendía, estaba disgustada y
murmuraba contra el matrimonio, diciendo que era indecoroso que su rey se casara con una
hechicera y una extranjera entre otras muchas cosas. También existía la costumbre que prohibía la
mezcla de sangre, pero no había duda de que fuera lo que fuera, pensándolo bien ella era una que
podría ser aceptable.

Gwineva no era consanguínea de Herthew, así que como el matrimonio no era incestuoso
Gwineva decidió no decir nada de sus familiares, porque ella estaba enamorada de él y el amor
siempre está dispuesto a poner excusas. Además, a despecho de su conocimiento y su sabiduría su
corazón estaba lleno de miedo por sus orígenes, pero nunca demostró ninguna ansiedad. No se
sentía cómoda entre el pueblo, pero nunca pidió que los Yoslings fueran detrás. Trataba de ser
aceptable por administrar a los enfermos remedios simples, pero cuanto más curaba y sanaba más
la temía el pueblo, y temiendo la esquivaban más, excepto los que estaban verdaderamente
necesitados de su ayuda.

Como quiera que Herthew permaneciera firme en su decisión de casarse, porque algunos le
advirtieron que si simplemente tomara a Gwineva como una concubina o como algo menos que
una esposa, sería más aceptable, ellos decían:

“Nadie pondría objeción si ella fuera tratada como una mujer sin clase, compañera pero no
casada, porque el matrimonio es un estatus excesivo para ella, y ¿es el matrimonio tan necesario?
¿debe un hombre sabio pagar un pastel cuando puede comerlo libremente en cualquier
momento?” Estos dichos enfurecía a Herthew, porque él sabía que Gwineva era una mujer
reservada para el matrimonio, y esto había tratado de decir al pueblo, pero ellos se reían,
diciendo: “Ella te ha embrujado, ponla a prueba”.

Pero él contestaba:

“ Eso es indigno, porque revela duda y desconfianza; una virgen es una virgen, sea llamada así por
el cuerno o la varita y permanece así a pesar de las conjeturas de hombres con pensamientos
carnales que son más familiares entre mujeres de baja reputación”.

Aparte del intento de impedir el matrimonio había todavía algo de duda en la mente de muchos,
porque nadie sabía el linaje de Gwineva, ni ella se lo había aclarado a nadie, porque era costumbre
recitarlo en los desposorios. Pero Herthew y Gwineva permanecían sin comprometerse, aunque el
inminente matrimonio se había dado a conocer.

Ahora bien, los nietos y parientes de Idalvar alimentaban la semilla de la discordia entre el pueblo,
y como era un tiempo de paz, entonces no se necesitaba un experto en la guerra, muchos
escucharon sus palabras. Así que ocurrió que estaban los que estaban a favor de Herthew y los
que estaban en su contra. Entonces Herthew habló al pueblo, “ No se puede dejar que esto divida
al pueblo, pero es algo que puede ser decidido en la próxima fiesta”.
El tiempo de siembra había pasado, pero todavía no era el tiempo de la cosecha y los jóvenes
organizaban contiendas tirando lanzas y probando cada uno a otro muchas destrezas masculinas.
Muchas veces, se colocaban en una plataforma frente a la estacada, Herthew hacía de jurado y
concedía galardones. Dentro de la empalizada había un pasillo y lugares desde los que se podían
tirar grandes piedras, y de uno de estos lugares llegó un asesino ataque que cayó sobre la cabeza
de Herthew para romper la espalda de su arma protectora, derribándole al suelo. Inmediatamente
se organizó un gran tumulto y confusión, estallando una pelea y murieron hombres, pero Herthew
fue trasladado rápidamente a la morada de Gwineva. Allí él estaba protegido por sus escoltas,
pero en la empalizada todo había sido ocupado por los contrarios a Herthew.

Antes del cobarde golpe, los de Herthew habían sido más numerosos y poderosos, pero después
de que fue herido gravemente ellos eran menos y de esos muchos estaban dudosos, porque así es
la naturaleza del hombre. Pero, por contraste con la frágil caña que duda, los que permanecen
fieles eran resueltos, porque también así es la naturaleza del hombre.

Ahora bien, cuando Gwineva y los hombres sabios atendían a Herthew vieron que mientras la
armadura protectora había sido tocada no había ningún desperfecto, porque se clareaba la mano
de Gwineva, pero la espada no podía hacerlo, porque estaba entera. Por lo tanto, ellos sabían que
el ataque mortífero había sido planeado y ninguna mujer podía realizar tal encantamiento, ni
tampoco los hombres sabios, porque ellos estaban limpios. En los siguientes días, el
encantamiento causó que los demonios entraran a través de las heridas y se acomodaron en su
interior, así que Herthew era atormentado y su cuerpo consumido antes de hundirse en la quietud
que precede a la muerte. Los demonios abusaron de Gwineva y la llamaban cosas de locos y
chillaban a grandes voces contra el pueblo, así que ellos abandonaron a su rey.

El lugar dónde permanecía Herthew estaba cerca de un lago y en este lago había una isla llamada
Inskris, que significa Isla de la Muerte, dónde eran llevados los que iban a morir, tan pronto como
morían, eran sumergidos antes en las aguas. Porque el pueblo creía que los que se echaban al lago
iban derechos al conocimiento en el otro mundo, mientras que los quemados o enterrados sólo
estaban medio despiertos a su llegada y permanecían medio muertos y medio conscientes durante
muchos años. Así que los leales a Herthew le subieron a una barca y le acompañaron junto con
Gwineva a la isla y ellos no fueron molestados, porque nadie se enfrentaba a los que guardaban
luto por la muerte. En la isla había un sacerdote y nueve santas doncellas que realizaban los ritos
mientras otras mujeres se ocupaban de los nuevos fallecidos, pero Herthew estaba muerto,
aunque a medio camino del umbral.

Cuando Herthew llegó fue colocado en la casa de acogida dónde Gwineva le atendió, Gwidon abrió
la cabeza de Herthew dónde había sido herida y sacó el demonio que se había aposentado allí, y
preparó una poderosa poción que neutralizó el encantamiento. Cuando después de varios días
marchó, Herthew ya no estaba a las puertas de la muerte, aunque flojo y en muchos aspectos
como un niño.
Mientras Herthew yacía tan penosamente postrado, los descendientes de Idalvar se peleaban
entre ellos, y esto produjo enfrentamientos y peleas. Pero nadie se acercó a la isla a perjudicar a
Herthew, porque era un lugar sagrado y considerada un santuario. Cuando llegó el momento de la
fiesta hubo una gran batalla en la puerta y Gwidon fue asesinado. Llegó un día en que Herthew,
aunque todavía no repuesto, pudo moverse y entonces él y Gwineva partieron con los que
permanecían con ellos. Se casaron antes de dejar su isla del Santuario.

Ellos permanecieron en un lugar apartado dónde, con el paso de los años, Herthew volvió a ser
fuerte de nuevo y Gwineva dio a a luz hijos e hijas. Era un buen sitio, fértil y bien regado y así
prosperaron. Pero llegó un tiempo de sequía en el que las aguas se evaporaron y su ganado murió.
Así que Herthew mandó hombres a Krowkasis y volvieron diciendo que allí, también, la tierra
estaba devastada y el pueblo confundido. Ël mandó también a otros al Oeste y éstos volvieron
diciendo que allí la tierra no estaba devastada, pero el pueblo no les aceptaría excepto con lanzas.

Herthew entonces volvió a mandar hombres a Krowkasis para hablar al pueblo de la abundancia
que se encontraba al Oeste y volvieron con un grupo de guerreros liderados por Ïthilis, y mucha
gente los seguía. Herthew no podía aportar más armas y sus hijos eran todavía jóvenes e
inexpertos. Por lo tanto, entregó a sus dos hijos que tenían suficiente edad a las filas de Íthilis, así
podrían aprender el arte de la guerra y ellos le siguieron fielmente, llegando a ser hombres de
valor en los conflictos que siguieron. Mucha gente permaneció en Krowkasis y se asentó en las
tierras lindando hacia el Oeste y Herthew y Gwineva también se establecieron allí.

El tiempo pasó y Herthew llegó a ser famoso por su sabiduría y Íthilis rey de Arania, le honró con
tierras y sirvientes. Los hijos de Herthew, que habían seguido al rey y eran mellizos, se casaron con
las dos hijas mayores del rey, que también eran mellizas. Esto causaba problemas, porque el rey,
aunque tenía tres esposas, no tenía hijos, por lo que los hijos mellizos de Herthew serían sus
herederos.

El rey estaba perplejo, porque los dos hombres no podrían gobernar juntos y ambos eran de igual
mérito a sus ojos. Pero era la obligación del rey nombrar a su heredero y proclamarle ante el
pueblo, así no habría división después de su muerte. Por lo tanto, Ïthilis consultó a Herthew cómo
tendría que hacer la elección y Herthew le dijo: “Deja que el hado decrete, quien será el rey”.

En Irania el pueblo se reunía cuatro veces al año para las fiestas. Desde hacía mucho tiempo se
acostumbraba a proclamar nuevas leyes, se celebraban juicios y se resolvían todo lo asuntos
contenciosos. Así que para la próxima fiesta Herthew preparó una piedra manufacturada con
arena, arcilla y otras cosas, y mientras estaba todavía húmeda colocó su gran espada, Disdana the
Bieeterbiter, dentro de ella y cuando la piedra se endureció Dislana quedó firme.
El día en que el pueblo realizó la primera asamblea para oir sus palabras, Íthilis les explicó su
perplejidad acerca del problema concerniente a los hijos gemelos de Herthew y sus hijas, él dijo:
“Para que el pueblo no se divida y el reino no caiga en una contienda, es mejor que este asunto
sea tratado ahora. Sin embargo, tengo miedo de someter a una prueba a nadie que no sean ellos
dos a los que tengo igual estima. Cualquiera de ellos que pueda sacar la gran espada de su padre
de esta piedra, tan pronto como la libere y coja su empuñadura, será mi heredero legar, quedando
el otro como el hermano más joven.

Ellos lo intentarán por turno durante el tiempo de la caída de una pluma, siendo el primer el que
coloque su argolla sobre la hoja. Entonces cada uno de los hijos de Herthew se colocará en el
punto en que la linea media se junte con el círculo, de forma que se coloque uno frente a otro y
cada uno tendrá tres argollas. Lanzarán hasta que uno encaje la hoja en su argolla.

Entonces uno trató de sacar la espada con sus manos pero no pudo a causa de la agudeza. El otro
lo intentó colocando sus dos palmas en cada lado de la espada, presionándolas juntas mientras las
levantaba, pero tampoco pudo moverla. El primero lo intentó de nuevo, copiando lo que había
hecho pero con más fuerza, de tal forma que la piedra casi se levantó del suelo, pero la espada no
dejó la piedra.

Entonces el otro se aproximó a la piedra, pero esta vez puso sus manos bajo los bordes de la
piedra, de tal forma que pudo levantarla con sus brazos y arrojarla contra una roca que había
cerca, de forma que se partió en dos. Entonces él levantó a Dislana por la empuñadura y la blandió
sobre su cabeza. El pueblo le aclamó mientras su hermano levantaba sus brazos con felicitaciones.
Así, con sabiduría se resolvió el problema.

FIN DEL LIBRO DE LA CREACIÓN

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