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ESPIRITUALIDAD SANTA FAUSTINA

Apóstol de la Divina Misericordia


Martirologio Romano: En Cracovia, en Polonia, santa María Faustina
(Elena) Kowalska, virgen de las Hermanas de la Bienaventurada Virgen
María de la Misericordia, solícita de anunciar el misterio de la divina
misericordia (1938).

Fecha de beatificación: 18 de abril de 1993 por S.S. Juan Pablo II


Fecha de canonización: 30 de abril de 2000 también por el Papa Juan Pablo
II.

Santa Faustina nació en la aldea de Glogoviec, en Swinice Varckie,


Polonia, el 25 de agosto de 1905. Fue bautizada dos días después con
el nombre de Elena Kowalska, en la Iglesia de San Casimiro. Sus
padres tuvieron 8 hijos (Elena es la tercera), a quienes criaron con
mucha disciplina, siendo gran ejemplo de vida espiritual. A muy
temprana edad, Elena fue llamada a hablar con el cielo. Una
indicación de este hecho fue un sueño que ella tuvo a la edad de 5
años. Su madre recuerda que en esa época Elena dijo a su familia.
“Yo estuve caminando de la mano de la Madre de Dios en un jardín
precioso”. Muchas veces, aún antes de los siete años, la niña se
despertaba durante la noche y se sentaba en la cama. Su mamá veía
que estaba rezando, y le decía que regresara a dormir o terminaría
perdiendo la cabeza. “Oh, no madre”, Elena le contestaba, “mi ángel
guardián me debe haber despertado para rezar.”

Elena tenía aproximadamente 9 años cuando se preparó para recibir


los sacramentos de la Confesión y la Comunión en la Iglesia de San
Casimiro. Su madre recuerda que antes de dejar la casa en el día de
su Primera Comunión, Elena besó las manos de sus padres para
demostrar su pena por haberles ofendido. Desde aquél entonces, se
confesaba todas las semanas; cada vez rogaba a sus padres perdón,
besándoles las manos, siguiendo una costumbre Polaca. Esto lo hacía
a pesar de que sus hermanos y hermanas no le imitaban.

Desde pequeña se destacó por el amor a la oración, laboriosidad,


obediencia y sensibilidad ante la pobreza humana. Su educación
escolar duró apenas tres años. Al cumplir 16 años abandonó la casa
familiar para trabajar de empleada doméstica en casas de familias
acomodadas. A los 20 años entró en la Congregación de las
Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, donde como Sor
María Faustina vivió 13 años cumpliendo los deberes de cocinera,
jardinera y portera. Su vida, aparentemente ordinaria, monótona y gris,
se caracterizó por la extraordinaria profundidad de su unión con Dios.
Desde niña había deseado ser una gran santa y, en consecuencia,
caminó hacia este fin colaborando con Jesús en la obra de salvar a las
almas perdidas, hasta ofrecerse como sacrificio por los pecadores. Los
años de su vida conventual estuvieron marcados, pues, por el estigma
del sufrimiento y las extraordinarias gracias místicas.
La misión de sor Faustina consiste en 3 tareas:
 Acercar y proclamar al mundo la verdad revelada en la Sagrada
Escritura sobre el amor misericordioso de Dios a cada persona.
 Alcanzar la misericordia de Dios para el mundo entero, y
especialmente para los pecadores, por ejemplo a través de la práctica
de las nuevas formas de culto a la Divina Misericordia, presentadas
por el Señor Jesús: la imagen de la Divina Misericordia con la
inscripción: Jesús, en ti confío, la fiesta de la Divina Misericordia, el
primer domingo después de la Pascua de Resurrección, la coronilla a
la Divina Misericordia y la oración a la hora de la Misericordia (las tres
de la tarde). A estas formas de la devoción y a la propagación del culto
a la Divina Misericordia el Señor Jesús vinculó grandes promesas bajo
la condición de confiar en Dios y practicar el amor activo hacia el
prójimo.

 La tercera tarea es inspirar un movimiento apostólico de la Divina


Misericordia que ha de proclamar y alcanzar la misericordia de Dios
para el mundo y aspirar a la perfección cristiana siguiendo el camino
trazado por la beata sor María Faustina. Este camino es la actitud de
confianza de niño hacia Dios que se expresa en cumplir su voluntad y
la postura de caridad hacia el prójimo. Actualmente este movimiento
dentro de la Iglesia abarca a millones de personas en el mundo entero:
congregaciones religiosas, institutos laicos, sacerdotes, hermandades,
asociaciones, distintas comunidades de apóstoles de la Divina
Misericordia y personas no congregadas que se comprometen a
cumplir las tareas que el Señor Jesús transmitió por sor María
Faustina.
 Sor María Faustina manifestó su misión en el Diario que escribió por
mandato del Señor Jesús y de los confesores. Registró en él con
fidelidad todo lo que Jesús le pidió y describió todos los encuentros de
su alma con Él. Secretaria de mi más profundo misterio ‹dijo el Señor
Jesús a sor María Faustina‹ tu misión es la de escribir todo lo que te
hago conocer sobre mi misericordia para el provecho de aquellos que
leyendo estos escritos, encontrarán en sus almas consuelo y
adquirirán valor para acercarse a mí (Diario 1693). Esta obra acerca
de modo extraordinario el misterio de la misericordia Divina. Atrae no
solamente a la gente sencilla sino también a científicos que descubren
en ella un frente más para sus investigaciones. El Diario ha sido
traducido a muchos idiomas,por citar algunos: inglés, alemán, italiano,
español, francés, portugués, árabe, ruso, húngaro, checo y eslovaco.

El 18 de abril de 1993 el Papa Juan Pablo II beatificó a nuestra Sor


Faustina Kowalska en la Basílica de San Pedro en Roma. Fue en el
primer domingo de Pascua, en el cual, según el pedido expreso de
Jesús a Sor Faustina, debía celebrarse la Fiesta de la Misericordia. Y
la beatificó precisamente Juan Pablo II, quien siendo aún arzobispo de
Cracovia, llevó adelante el proceso arquidiocesano como paso previo
a los procesos romanos.

El 30 de abril de 2000, el Santo Padre Juan Pablo II, canonizó a Sor


Faustina, en la Basílica de San Pedro, frente a 200.000 devotos de la
Divina Misericordia.

La escuela de espiritualidad, como su nombre lo indica, significa cierto


estilo de vida cristiana y un sistema de formación del mismo, donde
todos los elementos de la espiritualidad, como la imagen de Dios, la
oración, la ascesis, las prácticas piadosas, las relaciones
interhumanas…, se enlazan estrechamente. Cada escuela de
espiritualidad tiene su fundador, su doctrina y sus discípulos, que viven
según los principios de la misma. Hay generalmente tres elementos
que diferencian las escuelas entre sí: el modelo de santidad, los
medios para alcanzarla y las indicaciones referentes a la vida
espiritual. A las grandes escuelas de espiritualidad, por citar a la
augustiniana, benedictina, dominicana, franciscana, carmelita e
ignaciana, se suma en nuestro tiempo la escuela de Santa Sor
Faustina, que surge del carisma y de la experiencia mística de la
Santa.

La escuela de espiritualidad de Santa Sor Faustina está arraigada en


el misterio de la misericordia Divina. Este misterio es el fundamento y
núcleo de dicha escuela, es el enlace de todos los elementos de la
vida espiritual. Él modela la imagen de Dios, la vida sacramental, la
oración, las relaciones interhumanas y la ascesis, o sea todo lo que
compone la realidad en la relación entre el hombre y Dios. De ahí
surgen los rasgos distintivos y característicos de la escuela de
espiritualidad de Santa Sor Faustina: el conocimiento del misterio de la
misericordia Divina, su contemplación en lo cotidiano y la actitud de
confianza en Dios, y el amor misericordioso hacia el prójimo. Otros
rasgos que completan la imagen de esta escuela son: el amor a la
Iglesia y a la Eucaristía, y la devoción a la Madre del Dios de la
Misericordia. Algunos de estos elementos, los que aparecen también
en otras escuelas de espiritualidad, en la escuela de Santa Sor
Faustina tienen el colorido característico de la misericordia.

La fundadora de esta escuela, Santa Sor Faustina, fue formada


directamente por Jesús mismo. Él era su Maestro; Él, a través de
diferentes experiencias místicas y palabras, la instruía y configuraba
su espiritualidad para mostrar con ella el modelo de perfección
cristiana, basado totalmente en el misterio de la misericordia Divina. La
escuela de Santa Sor Faustina es profundamente evangélica, porque
hace referencia a los fundamentos mismos de la cristiandad (la actitud
de confianza en Dios y de misericordia ante el prójimo), y al mismo
tiempo es universal, porque está destinada y es accesible a cada
persona, independientemente de su vocación, condicionamientos
sociales u otros. En esta escuela moldean su vida espiritual los
actuales apóstoles de la Divina Misericordia que llevan al mundo el
mensaje sobre el amor misericordioso de Dios para cada persona.

Para hablar de los principales elementos de la espiritualidad de Santa


Sor Faustina, hay que precisar la noción misma de espiritualidad. El
diccionario dice que la espiritualidad es una práctica sistemática y
cauta de la vida religiosa orante, piadosa y conforme a las normas. Y
más sencillamente, la espiritualidad contiene todo lo que forma parte
de la práctica de la vida religiosa, esa realidad en la cual el hombre se
encuentra con Dios. Para describir la espiritualidad cristiana se toman
en cuenta todos los elementos relacionados con la vida interior, es
decir la oración, la ascesis, la vivencia de los misterios de la fe, la
liturgia, el modo espiritual de imitar a Cristo, el fondo social y ahora
también los condicionamientos psicológicos.

En la historia de la espiritualidad cristiana se habla de escuelas


cuando se trata de un conjunto consistente de métodos de trabajo
ascético y de métodos de oración, que conducen a la unión con Dios.
Las escuelas de espiritualidad se vinculan generalmente con los
carismas de tales órdenes religiosas como los benedictinos, los
dominicos, los franciscanos, los carmelitas y los jesuitas. En la historia
de la espiritualidad, además de „escuelas”, se habla también de
„corrientes”, que tienen menos consistente la doctrina de la vida de
oración y de la ascesis. Los historiadores de la espiritualidad cristiana
distinguen asimismo la espiritualidad de los santos, la de diferentes
épocas en la historia de la Iglesia e incluso la de las naciones, puesto
que cada época tiene su propio clima de vida espiritual, su ideal de
santidad, su propio modo de vivir las verdades de la fe y la ascesis, y
sus propios cultos y oraciones.

La historia de la espiritualidad cristiana presenta una gran riqueza y


diversidad de formas de vivir el misterio de Dios en la vida del hombre,
multitud de caminos en los cuales el hombre encuentra a su Creador y
Redentor, y diferentes formas de oración y ascesis que llevan a la
unión con Él en amor y a participar en Su misión. Por ejemplo, la
escuela benedictina de la vida interior se basa, ante todo, en la liturgia
y en su meditación, y el lema ora y labora – ora y trabaja – refleja
perfectamente el estilo de vida de las personas que viven esta
espiritualidad. La espiritualidad dominica acentúa el gran papel del
conocimiento, es decir, de los poderes del intelecto en la vida interior,
en la relación del hombre con Dios. A su vez, los franciscanos
destacan el trabajo de la voluntad del hombre que, según ellos, en el
camino hacia la unión con Dios, es más importante que el intelecto. La
escuela carmelita se centra en la oración que ha de llevar a
contemplar a Dios, mientras que la espiritualidad ignaciana acentúa la
meditación, el trabajo sobre sí mismo y sobre una cooperación racional
del hombre con Dios, que es la lucha por el reino de Dios en la tierra,
bajo el estandarte de Cristo.
También ahora, en la vida de la Iglesia hay un rico mosaico de
distintas espiritualidades. Continúan las viejas escuelas que brotaron
de los carismas de los benedictinos, franciscanos, dominicos,
carmelitas y jesuitas, y hay nuevas espiritualidades aportadas a la vida
de la Iglesia por nuevas comunidades y movimientos.

Dentro de este rico panorama de la espiritualidad de la Iglesia


contemporánea, la espiritualidad de Santa Sor Faustina ocupa un
lugar muy importante. Los historiadores que en el futuro quieran
describir la espiritualidad de los siglos XX o XXI, hablarán
indudablemente de esta humilde religiosa polaca, apóstol de la Divina
Misericordia, porque ya hoy, a simple vista, se ve su influencia en la
vida religiosa de nuestra época tanto en Polonia como en el mundo. Al
hablar de la espiritualidad de Santa Sor Faustina nos referimos, ante
todo, a sus rasgos fundamentales, es decir: el conocimiento del
misterio de la misericordia Divina y su contemplación en lo cotidiano; el
perfeccionamiento de la actitud de confianza en Dios y de misericordia
hacia el prójimo; el amor a la Iglesia y a la Eucaristía; y la devoción a
la Madre del Dios de la Misericordia.

 Sor Faustina recibió el carisma de pronunciar al mundo la Misericordia


por medio de actos, palabras y oración, o sea, cuidar el valor esencial
del Evangelio que constituye la misericordia Divina y humana.
 La espiritualidad es una escuela, que parte del llamado de Dios el cual
abrazo con fidelidad.
 Obediencia al EVANGELIO y CONFESION, evitar murmuraciones,
misericordia y justicia, eucaristía, mortificaciones, sufrimiento, guía
espiritual.

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