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Hualde
Los sonidos del español
(Cap 1)
1.1. El principio fonético
Una propiedad fundamental de las lenguas humanas es la existencia de dos
niveles de estructuración o análisis: la secuencia de sonidos con significados y, a un
nivel inferior, sonidos que de por sí no significan nada.
Los morfemas son las unidades mínimas de significado. Por ej: “encontré”
tiene dos morfemas → encontr-é
En un segundo nivel de análisis encontramos que todas las palabras de una
lengua determinada se componen de unidades que en sí mismas carecen de
significado, un pequeño número de sonidos contrastivos, consonantes y vocales, de
cuya combinación resultan todas las palabras de la lengua. Por ej: “sopa” tiene
cuatro segmentos que de por sí no significan nada /s-o-p-a/. Estos sonidos
contrastativos de los que se componen las palabras de una lengua son los que
llamamos fonemas. Estos no significan nada por sí mismos y si cambiamos uno por
otro o alteramos su orden no tenemos ya la misma palabra.
Ademas de fonemas segmentales (consonantes y vocales) las lenguas
pueden tener contrastes entre palabras dependiendo de los rasgos
suprasegmentales o prosódicos, tales como el acento y el tono. Al cambiar el
lugar del acento tenemos un cambio en el significado en español. También puede
suceder que aunque tengamos un cambio de significado, este no afecta a la
identidad de la palabra, sino al valor pragmático de la oración. Allí hay un hecho de
entonación.
Hualde
Introducción a la lingüística hispánica
(Cap 2)
consonantes vocales
Martínez Celdrán
Fonología general y española.
(Selección del Cap 1)
1.1 Fonética y Fonología
La fonética trata de recoger la información más exhaustiva posible sobre la
materia sonora bruta y sus propiedades fisiológicas y físicas, la fonología aplica
criterios estrictamente lingüísticos para cribar y clasificar el material que proporciona
la fonética. → Jakobson.
La fonética precede a la fonología recogiendo información sobre la capacidad
humana de emitir y percibir sonidos que puedan ser utilizados como soporte de las
relaciones diferenciales que necesita el significante lingüístico.
La fonología filtra y ordena el material. La fonología funcionalista toma
precisamente la función como eje central orientativo de su tarea. Se toma la
comunicación como función primaria y todo elemento que contribuya cumplirá una
función y se dirá de él que es un elemento lingüístico.
1.2 Las técnicas de segmentación: conmutación y distribución
Todas las fonéticas proporcionan un material ya segmentado, lo que significa
que de alguna manera se han apoyado en alguna suerte de criterios porque la
sustancia sonora suele presentarse en su continuo no discreto. Ciertamente hay
algunos hechos sustanciales que se presentan segmentados de por sí: sonido
armónico, inarmónico y ausencia de sonido.
El material sonoro se presenta en una cadena que se desarrolla en el eje
temporal, pero articulada de tal modo que cada una de las piezas que se componen
puede ser sustituidas por cualquier cosa. Para efectuar esta operación, hasta las
piezas más pequeñas van a ser utilizadas con la técnica de conmutación,
consistente en la sustitución de una pieza por otra sin que la cadena se destruya.
Se sabe que el lenguaje está doblemente articulado, de manera que una
primera articulación está constituida por signos mínimos, cada uno con su
significado y su significante. Y una segunda articulación constituida por unidades
carentes de significado pero que cumplen con una función distintiva o con otras
funciones fonológicas que ayudan a construir los significantes lingüísticos.
Se puede obtener unidades de la primera articulación conmutando los signos:
el chico come pan = el/ chic/ o/ come/ - pan/ En estas seis articulaciones se obtiene
lo llamado morfema.
La segunda articulación consiste en unidades mínimas no divisibles en
nuevas. Éstas son llamados fonemas. Estas entidades ya no poseen significado por
lo que no se los puede considerar signos.
La conmutación y la contrastación ponen en manifiesto las relaciones
paradigmáticas y sintagmáticas. La conmutación muestra cómo están organizadas
las unidades según su pertenencia a paradigmas. El conjunto de paradigmas forma
un sistema. La contratación pone en evidencia cómo están dispuestas las unidades
en el decurso. Las unidades en el paradigma se oponen y en el decurso contrastan.
1.3.2. Los fonemas
“El sistema lingüístico” Unidad 2
Radford
Introducción a la lingüística
(Cap 10 y 11)
10. Construyendo palabras
El área de la lingüística que estudia los procesos de formación y la estructura
interna de las palabras se llama morfología.
Morfemas
La palabra compleja consta de varios componentes, cada uno con su propio
significado. Podemos llamar a éstos componentes morfemas y para poder
identificarlos más fácilmente los podemos separar por medio de un guión
(pesca-dor). Es frecuente ver que se define un morfema como el signo lingüístico
mínimo. Es decir, el morfema es el componente más pequeño de una palabra que
contribuye a su significado. Hay distintas clases de morfemas:
-Morfemas libres: un morfema que puede aparecer también como una
palabra.
-Morfema ligado: no pueden funcionar como palabras por sí mismas.
-Raíz: el morfema más básico de una palabra, el punto de partida de su
derivación.
-Afijo: hay 2 y son consecuentes de la raíz
1) Sufijo: se añade a la derecha de la raíz.
2) Prefijo: se añade a la izquierda de la raíz
La estructura de los elementos en forma de secuencia puede representarse
mediante un acorchamiento etiquetado, dónde se comienza marcando el núcleo de
la palabra (la raíz) y después lo que la va formando. Otra opción de representar la
misma información es utilizando el diagrama de árbol.
Procesos morfológicos: derivación y flexión.
Uno de los conceptos claves en la morfología es el de “palabra”.
Lexema: noción más abstracta de palabra, va en mayúsculas por convención.
Dos lexemas diferentes se refieren a conceptos distintos, lo cual no sucede cuando
se trata de dos formas. Ej: ‘gato’ y ‘gatos’ son las formas del singular y plural del
lexema GATO, y son ejemplos de flexión.
La creación de nuevos lexemas es el ámbito de la morfología derivativa o
derivación. De las categorías léxicas, la que menos participa en el castellano es la
preposición. Nombre, verbo y adjetivo pueden derivarse unas de otras.
Los sufijos no crean un nuevo lexema sino que señala la concordancia con el
sujeto de la oración. Señalar la concordancia es la función de la morfología flexiva.
Y no se considera a los sufijos de concordancia como morfemas sino que nos
referimos a ellos como formantes flexivos o marcas flexivas: en lugar de decir
que una flexión significa X, dice que es el exponente de la propiedad X. El radical es
la forma que obtenemos cuando sacamos las marcas flexivas.
Radical (forma a la que se le añade una flexión) ≠ raíz (forma morfológica
más pequeña asociada a un lexema).
“El sistema lingüístico” Unidad 2
Saussure
Curso de lingüística general
(Introducción (I, II, III, IV) y Primera Parte Cap 1, 2, 4, 5)
Introducción
Cap I: Ojeada a la historia de la lingüística
La ciencia que se ha constituido en torno de los hechos de lengua ha pasado
por tres fases sucesivas antes de reconocer cuál es su verdadero y único objetivo.
Comenzando por organizar lo que se llamaba “gramática”, luego pasó con la
“filololofía”. El tercer período comenzó cuando se descubrió que se podían comparar
las lenguas entre sí. → comienzo de la “gramática comparada”.
Cap II: Materia y tarea de la lingüística. Sus relaciones con las ciencias
conexas.
La materia de la lingüística está constituida en primer lugar por todas las
manifestaciones del lenguaje humano, incluyendo las formas de expresión. La tarea
del lingüista será:
a) hacer la descripción y la historia de todas las lenguas de que pueda
ocuparse y reconstruir en lo posible las lenguas madres de cada
familia;
b) buscar las fuerzas que intervengan de manera permanente y universal
en todas las lenguas, y sacar leyes generales para reducir fenómenos
particulares;
c) deslindarse y definirse ella misma.
La lingüística tiene conexiones muy estrechas con varias ciencias, porque
unas le otorgan datos y otras toman datos de ellas.
Entonces no hay más que una solución para todas las dificultades duales
planteadas anteriormente: hay que colocarse desde el primer momento en el terreno
de la lengua y tomarla como norma de todas las otras manifestaciones del
lenguaje. La lengua (tomada una determinada parte del lenguaje) parece ser lo
único susceptible de definición autónoma y es la que da punto de apoyo.
La noción de lengua es una totalidad en sí y un principio de clasificación.
Pero no está probado que la función del lenguaje sea enteramente natural y hay una
discusión de los lingüistas para ponerse de acuerdo sobre ésto. Para atribuir a la
lengua el primer lugar en el estudio del lenguaje se puede hacer valor el argumento
de que la facultad- natural o no- de articular palabras no se ejerce más que con la
ayuda del instrumento creado y suministrado por la colectividad; no es, pues,
quimérico decir que es la lengua la que hace la unidad del lenguaje.
2. Lugar de la lengua en los hechos de lenguaje
Para hallar en el conjunto del lenguaje la esfera que corresponde a la
lengua, hay que situarse ante el acto individual que permite reconstruir el
circuito de la palabra. Este acto supone por lo menos dos individuos: es el mínimo
exigible para que el circuito sea completo. El punto de partida del circuito está en el
cerebro, en dónde los hechos de conciencia o conceptos, se hallan asociados con
representaciones de los signos lingüísticos o imágenes acústicas que sirven a su
expresión. → 1er momento => fenómeno psíquico.
Luego sigue un proceso fisiológico:
- El cerebro transmite a los órganos de la fonación un impulso
correlativo a la imagen.
- Las ondas sonoras se propagan de la boca de A al oído de B →
proceso físico.
- El circuito sigue en B pero en orden inverso: del oído al cerebro hay
una transmisión fisiológica de la imagen acústica y en su cerebro se
produce una
asociación
psíquica de la
imagen con el
concepto
correspondiente.
imagen acústica viene a asociarse con un concepto. La lengua es la parte social del
lenguaje, exterior al individuo.
2do: la lengua, distinta al habla, es un objeto que se puede estudiar
separadamente. La ciencia de la lengua no sólo puede prescindir de otros
elementos del lenguaje, sino que sólo es posible a condición de que estos
elementos no se inmiscuyan.
3ero: La lengua es de naturaleza homogénea: es un sistema de signos en el que
sólo es esencial la unión del sentido y de la imagen acústica.
4to: La lengua es un objeto de naturaleza concreta, lo que da ventaja para su
estudio. La posibilidad de fijar las cosas relativas a la lengua es la que hace que
exista una representación fiel, porque la lengua es el depósito de las imágenes
acústicas y la escritura la forma tangible de esas imágenes.
3. El lugar de la lengua en los hechos humanos. La semiología.
La lengua, deslindada así del conjunto de los hechos de lenguaje, es
clasificable entre los hechos humanos, mientras que el lenguaje no lo es.
La lengua es una institución social, pero se diferencia de otras instituciones.
La lengua es un sistema de signos que expresan ideas. Se puede concebir una
ciencia que estudie la vida de los signos en el seno de la vida social → la
semiología, que va a enseñar en qué consisten los signos y cuáles son las leyes
que lo gobiernan. Las leyes que la semiología descubra serán aplicables a la
lingüística, que es una ciencia general y así se logra la unión con el conjunto de los
hechos humanos.
Para nosotros el problema lingüístico es primordialmente semiológico, y en
este hecho importante cobran significación nuestros razonamientos. Si se quiere
descubrir la verdadera naturaleza de la lengua, hay que empezar a considerarla en
lo que tiene en común con todos los otros sistemas del mismo orden. Así no
solamente se logrará esclarecer el problema lingüístico, sino que al considerar las
costumbres como signos van a tener que ser agrupados por la semiología y
explicarlos por las leyes de la ciencia.