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FAcultad de Derecho
Profesor:
Luis Alfredo Valcárcel Nova
Seguridad Social
Bogotá, D.C.
2022
SENTENCIAS T 303 DE 2018 Y T-370 DE 2020
Como es bien sabido, la seguridad social ha sido siempre un aspecto de vital importancia para
el desarrollo del hombre como ser individual y social que necesita protección para sí mismo y
para los suyos. En este sentido, entendemos a la seguridad social como el bienestar de los
ciudadanos, y más concretamente como aquella protección que la sociedad proporciona a sus
miembros, mediante una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y
sociales que, de no ser así, ocasionarían la desaparición o fuerte reducción de los ingresos por
causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo, o enfermedad laboral, desempleo,
invalidez, vejez y muerte; y también la ayuda a las familias con hijos.
Pensión de invalidez
Iniciando con la pensión de invalidez, ésta es definida como la prestación económica
mediante la cual se pretende cubrir las contingencias ocasionadas por una enfermedad común
o accidente de trabajo que impiden al afiliado el desempeño laboral. Según el Artículo 38 de
la Ley 100 de 1993. “Estado de Invalidez. Para los efectos del presente capítulo se considera
inválida la persona que por cualquier causa de origen no profesional, no provocada
intencionalmente, hubiere perdido el 50% o más de su capacidad laboral”.
Para ejemplificar lo anterior se encuentra la Sentencia T-303 de 2020 donde se estudia los
casos de los ciudadanos Luz Marlene Jaramillo González y Elías de Jesús Ramírez Castaño,
quienes presentaron acciones de tutela contra la Administradora Colombiana de Pensiones
(Colpensiones) por la presunta vulneración de los derechos fundamentales al mínimo vital, a
la vida digna y la seguridad social. Los demandantes cuestionaron que la entidad dejara de
aplicar las disposiciones previstas en el Acuerdo 049 de 1990 y la Ley 100 de 1993 (en la
versión sin modificaciones), para el reconocimiento y pago de la pensión de invalidez,
argumentando bajo el principio de la condición más beneficiosa.
En el caso particular de la señora Luz Marlene Jaramilo González, la cual cuenta con 59 años
de edad, y con anterioridad a la entrada en vigencia de la Ley 100 de 1993, la demandante
trabajó en diferentes instituciones, especialmente en empresas del sector textil, las cuales la
afiliaron al Instituto de Seguros Sociales y realizaron cotizaciones por los servicios prestados
para un total de 554,15 semanas certificadas por Colpensiones. Posterior a la entrada en
vigencia de la ley ya mencionada, la señora Luz trabajó en diversos empleos temporales y de
manera independiente alcanzando un total de 227,74 semanas adicionales de cotización por
las actividades desempeñadas entre 1994 y 2001.
Teniendo como soporte el dictamen, la señora Luz Marlene en noviembre de 2018 solicitó
ante Colpensiones el reconocimiento de la pensión de invalidez, la cual fue negada por la
Entidad a principios de marzo de 2019, manifestando que no registra 50 semanas dentro de
los tres años anteriores a la fecha de estructuración de la condición de invalidez exigidas en la
ley 860 de 2003. Ante esto, la demandante, el 20 de marzo del mismo año, presentó recurso
de apelación en contra de la resolución requiriendo que se le aplicara el principio de la
condición más beneficiosa siguiendo el Acuerdo 049/ 1990 donde supera el requisito de 300
semanas de trabajo con anterioridad a la vigencia de la Ley 100 de 1993; sin embargo la
entidad se negó.
En segundo lugar, tenemos el caso del señor Elías de Jesús Ramírez Castaño, el cual cuenta
con 63 años de edad y quien el 19 de abril de 2016, Colpensiones dictaminó la pérdida del
67,4% de la capacidad laboral con fecha de estructuración del 20 de febrero del 2004 debido
a una aneurisma la cual generó una enfermedad cerebro vascular y paraplejia de los
miembros inferiores.
Un mes después, el Señor Elías de Jesús solicitó el reconocimiento de la pensión de
invalidez, la cual por medio de la Resolución GNR 220133 del 27 de julio del mismo año, la
entidad negó la petición. Argumentó que el actor no acreditó 50 semanas de servicio dentro
de los tres años inmediatamente anteriores a la fecha de estructuración, exigidos en el artículo
1° de la Ley 860 de 2003. Además, la entidad manifestó que no era posible aplicar la
condición más beneficiosa debido a que no acreditó 26 semanas de servicio dentro del año
inmediatamente anterior a la vigencia de la Ley 860 de 2003, es decir, entre diciembre de
2002 y diciembre de 2003. En cambio, el actor cotizó 143 semanas entre octubre de 1992 y
enero de 2001, de toda su vida laboral. Dos años después , el Juzgado 16 Civil Municipal de
Bogotá le ordenó a la ciudadana Geovanis Del Socorro Patrón Ayala resolver un derecho de
petición notificado por el actor el 17 de noviembre de 2017. En dicha solicitud, el tutelante la
requería para que pagara los aportes al Sistema General de Pensiones por el periodo
presuntamente trabajado entre junio y diciembre de 2003.
Como resultado a lo anterior, en primera instancia, en junio de 2019, el Juzgado 16 Civil del
Circuito de Bogotá declaró la improcedencia de la acción de tutela, ya que el actor debió de
haber agotado todos los medios ordinarios de defensa contra los actos administrativos que
negaron su solicitud pensional. Posteriormente el 5 de julio de 2019, la Sala Civil del
Tribunal Superior de Bogotá confirmó el fallo de primera instancia.
La señora Luz Marlene informó que su núcleo familiar está compuesto por un hermano
desempleado y que padece alcoholismo, que no cuenta con ingresos directos, ni recibe ayudas
del Estado. Depende de la caridad de sus vecinos, quienes le brindan alimentación y algunas
ayudas diarias para los servicios. Agregó que vive en la antigua casa de sus padres, lugar
ubicado en una zona de alto riesgo por aguas subterráneas. En la actualidad, informó,
presenta convulsiones frecuentes, las cuales derivaron en golpes y fracturas, por tal razón
evita salir de la casa.
En el caso del Señor Elías de Jesús, su abogada manifestó que el núcleo familiar está
compuesto por el actor, su compañera permanente y su padre. De estos, solo aporta ingresos
el demandante, por cuenta de su inclusión al programa de adulto mayor de la Alcaldía de
Bogotá y la mesada pensional que recibe su padre.
Ante esto, la Corte tuvo en cuenta las condiciones de procedencia y si los demandantes las
cumplían:
1) El accionante debe encontrarse en una situación de invalidez y ademá estar en un
grupo especial de protección constitucional como el Analfabetismo, vejez, pobreza
extrema, ser cabeza de familia, sufrir desplazamiento, padecer una enfermedad
crónica, catastrófica, congénita y/o degenerativa.
2) Demostrar que la carencia del reconocimiento de la pensión de invalidez afecta la
satisfacción de las necesidades básicas del accionante como el mínimo vital y la vida
digna
3) Deben ser razonables los argumentos propuestos por el accionante para justificar su
imposibilidad de haber cotizado las semanas previstas.
4) Demostrar una actuación diligente para solicitar el reconocimiento de la pensión de
invalidez
El caso de la demandante Luz Marlene Jaramillo González, tras ser analizado, se resolvió que
sí cumplió con las condiciones recién mencionadas; por el contrario, el actor Elías de Jesús
Ramírez Castaño no demostró el segundo y cuarto requisito, tanto para declarar la
procedencia de la acción, así como para discutir la aplicación del principio de la condición
más beneficiosa. A partir de los medios de prueba allegados al expediente de tutela, fue
posible inferir que del otorgamiento de la pensión de invalidez no depende solamente la
garantía de su mínimo vital.
Al analizar esta parte de la sentencia, del caso del señor Elías, para este punto es preciso
recordar que la figura de la condición más beneficiosa no puede utilizarse para amparar de
manera indefinida la expectativa que surge de un régimen anterior sino en relación con los
sujeto vulnerables que no han tenido la capacidad para ajustarse a las condiciones de los
regímenes subsiguientes, no solo por la mera comodidad del actor.
Pensión de sobrevivientes
Es así, que las entidades que se encargan de reconocer la pensión de sobrevivientes, llámense
fondos privados o Colpensiones deberán analizar cada caso en concreto para determinar si el
peticionario cumple o no con los requisitos estipulados por la Corte Constitucional para poder
acceder a la prestación, de esta manera se evitaría cierto desgaste para la administración de
justicia, ya que por lo regular se acude a la acción de tutela con el fin de que sea reconocido
este derecho y debido a la prevalencia que tiene la acción de tutela, otros procesos de
importante relevancia dejarían de ser atendidos por los jueces con el fin de resolver el asunto
que se solicita a través de esta acción.
Por lo tanto, si ya existe un precedente jurisprudencial que es claro frente a los presupuestos
que deben cumplirse, el mismo deberá ser tenido en cuenta tanto por quienes se consideren
beneficiarios de la pensión de sobrevivientes, como por las entidades encargadas de
reconocer la prestación. En concordancia, se encuentra la Sentencia T 370 de 2018 donde se
revisan los fallos pronunciados al interior de las acciones de tutela de Georgina del Socorro
Robayo Puentes y Carolina Cabrera Martínez, respectivamente.
En primer lugar, el caso de la señora Georgina del Socorro, la cual promovió demanda de
nulidad y restablecimiento del derecho de pago y reconocimiento de la pensión de
sobrevivientes gracias a su calidad de cónyuge del fallecido Albeiro de Jesús Medina Rivera;
el cual se integró a la Policía NAcional el 27 de Octubre de 1986 y se retiró el 8 de
septiembre de 1993 , día donde falleció en servicio activo. En el proceso el extremo pasivo se
puso a las pretensiones argumentando que el régimen aplicable era el Decreto 1213 de 1990
no la ley 100 de 1993, como pretendía la demandante.
En efecto, el consejo de Estado en diciembre de 2017 rechazó la tutela debido a que era una
acción improcedente y la rechazó por ese mismo motivo. Ante esto la Señora Georgina no
impugnó.
El caso en primera instancia llevó a convocar a Fiduprevisora, la cual afirmó que no tenía
competencia para expedir actos administrativos debido a que solo se encarga de la
verificación del cumplimiento de los requisitos legales para el reconocimiento de las
prestaciones sociales. Además manifestó que la Secretaría de Educación del Magdalena e
negó el reconocimiento y el pago de la pensión de sobrevivientes a la señora carolina ya que
su hija no cumplió con 18 o 20 años de servicio según las leyes 12 de 1975 y 71 de 1988, ya
que la fallecida Audrey solo estuvo vinculada 15 años, 2 meses y 2 días.
El Juzgado manifestó que al pasar casi 9 años desde el fallecimiento de la hija de la actora no
se cumplió con el principio de inmediatez y se desvirtuó la presunta “dependencia
económica”. Sin embargo, en la Segunda instancia en enero de 2018 se revocó parcialmente
el fallo de primera instancia debido a que se constató el fenómeno de carencia actual de
objeto por hecho superado; que como es bien sabido se da cuando aquello que se pretendía
lograr mediante la orden del juez de tutela acaece antes de que el mismo importa orden
alguna.
Ya en la sede de revisión se le ordenó a la señora Georgina del Socorro Robayo Puentes que
allegara a la Corte con la copia del registro civil del nacimiento de su hijo ALbeiro Medina
Robayo, lo cual hizo. Adicionalmente le pidió a la señora Carolina Cabrera Martínez,
información sobre su núcleo familiar , sustento desde el deceso de su hija y quien se hace
cargo de su cuidado; por lo que respondió que su hija Audrey era quien asumía únicamente la
manutención de la misma ya que al no tener hijos, ni vida marital ni al haber contraído
matrimonio, podía hacerlo. Para sustentar necesidades básicas tuvo que recurrir a la caridad y
al trabajo de “rebusque” de modistería. Su otra hija Miriam CAntillo Cabrera es desempleada
y su “rebusque” diario es el aseo ocasional. Antes del fallecimiento de su hija no se
encontraba afiliada a ningún régimen de seguridad social en salud hasta que su hija hizo los
trámites pertinentes, posterior a su muerte no está vinculada a ningún seguro.
Tras analizar los casos se llegó a la conclusión de que, en primer lugar, la señora Georgina
manifestó hablar en nombre de ella y sus derechos, sin embargo en ningún momento declaró
hablar en representación judicial de su hijo Albeiro, lo cual incumple el requisito de
legitimación en la causa por activa. Además no cumplió con el requisito de la inmediatez ya
que la tutela fue radicada 3 años después de sentencia del 2014.
En segundo lugar, el caso de la Señora CArolina cumple con todos los requisitos:
- legitimación por causa activa: su tutela fue promovida por Diego Armando Sierra
Conden quien se presentó como su agente oficioso.
- legitimación por causa pasiva: Las entidades nombradas son susceptibles de ser
demandadas
- inmediatez: el cual se encuentra satisfecho ya que solo se tomaron 5 meses para que
la accionante respondiera con la acción de tutela.
- subsidiariedad: La señora Carolina es un sujeto de especial protección constitucional
y de debilidad manifiesta debido a su diabetes e hipertensión.