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AÚN HAY ESPERANZA BAJO LOS ESCOMBROS

FABIO ANDRÉS MÉNDEZ LEÓN*


Resumen: la persecución es connatural a la puesta en marcha de la Iglesia de Jesucristo. Hoy por hoy,
podemos atisbar como la sangre que ha alfombrado la tierra, la cual denominada por Tertuliano como
semilla de nuevos cristianos es signo de heroísmo y autenticidad ante un mundo lúgubre y sin
convicciones.

Ante el espectáculo humillante y vergonzoso que mucho de los medios de comunicación actuales
muestran al mundo por la “aparente” derrota de la Iglesia, si se tiene en cuenta como se han
diezmado los fieles, la poca credibilidad frente a las normas morales que con animo vigoroso se
proclama en bien propio del ser humano, especialmente de aquellos que no tienen voz y son mas
vulnerados, la Iglesia cuenta con un sostén y fuerza mayor que proviene de Uno que derrotado y
humillado, venció el yugo que pesaba sobre la humanidad.
Cuando la Iglesia, aquella destinada a implantar en el ser humano el Reino de los Cielos, se
pone en marcha por el influjo del Espíritu Santo en Pentecostés, cargada de dones y luces
provenientes de la Tercera Persona de la Trinidad, abre las puertas del recinto cerrado por el
miedo se ha encargado de sembrar en toda la tierra el bien, es decir, proclamar por todo lugar que
Jesús ha vencido y que su amor llena el corazón del hombre. En este orden de ideas, aplicando el
sentido común, se podría esperar que bien con bien se paga, y por ello, el mundo devolvería a
ella lo que incansablemente ha brindado, pero tristemente ha ocurrido lo contrario, cumpliéndose
la palabra que el mismo Fundador había predicho: "Pues, aun con persecuciones, recibirá cien
veces más en la presente vida en casas, hermanos, hermanas, hijos y campos, y en el mundo
venidero la vida eterna." (Mc, 10: 30).
Por eso la nave de Pedro ahora navegaba feliz, con el favor de los vientos, ahora parecía
arrollada por las olas y casi sumergida: pero ¿no lleva siempre consigo el divino timonel, que
puede apaciguar la ira del mar y los vientos en ¿el tiempo justo? Excepto que Cristo, que es el
único omnipotente, hace servir al bien de la Iglesia todas las persecuciones de que son objeto los
católicos; ya que, como atestigua San Hilario, "es propio de la Iglesia vencer cuando es
perseguida, resplandecer en inteligencia cuando es impugnada, hacer conquistas cuando es
abandonada."1

1
* Estudiante de III de Teología. Coordinador del Área Espiritual. Correo electrónico: Faml1962@gmail.com. Fecha
de Publicación: Marzo 19 de 2023
PAPA PIO IX, Carta encíclica “Iniquis afflictisque” contra la persecución., Librería Editrice Vaticana, Ciudad del
Vaticano 1926

FOX, J., El libro de los mártires, Ediciones CLIE, Barcelona, España 1991

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