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neto
Cuando hablamos de flujo de caja, nos referimos a un término económico que
tiene que ver con las salidas y entradas netas de dinero. Esta circulación
monetaria sucede en una empresa concreta durante un período de tiempo
determinado. En este artículo conocerás todo acerca del flujo de caja neto, su
cálculo y utilidad dentro del mundo de la empresa.
El flujo de caja neto es un tipo de flujo de caja. Es el efectivo que entra y sale
de una entidad, o que comparte proyección financiera con la misma dentro de
una estrategia de inversión. El importe de este flujo de caja se averigua
sumando aquellas amortizaciones practicadas durante el límite temporal en el
que se adquiere el beneficio neto.
Dicho movimiento en la caja supone para las empresas un indicador
primordial a la hora de cuantificar el volumen y liquidez de las mismas
durante un periodo cronológico específico, ayudando a sus directivos a tomar
las decisiones pertinentes en pos de mejorar las gráficas. Encontramos en este
concepto diversos agentes involucrados según el origen del beneficio y su
estado en los fondos, así, podemos distinguir el flujo de caja de financiación,
el flujo de las operaciones y el flujo de caja de los accionistas.
Es importante que conozcas qué es el flujo de caja o flujo de efectivo
operativo, puesto que se trata de una cantidad monetaria efectiva que ha sido
generada a través de diversas actividades financieras en un negocio y tiempo
concretos. El origen del flujo de caja lo encontramos, en primer lugar, en el
momento en el que se produce el ingreso neto, cuando las partidas no
monetarias se incorporan al escenario financiero y se ajustan los cambios
requeridos en la fórmula del capital de trabajo. De este modo, el capital de
trabajo neto se modula para obtener datos que reflejen la cantidad efectiva
total consumida durante el proceso.
Por supuesto, la medición de estas cifras supone un proceso clave para los
directivos de las sedes empresariales. Permite a la sucursal medir sus
beneficios y, por tanto, ajustarse mejor a las próximas estrategias comerciales
con el fin de mejorar e incrementar la liquidez.
Por otro lado, existe el flujo de caja libre. Los datos que acompañan al
denominado como flujo de caja libre gozan de gran popularidad en la
actualidad, ya que se trata de una tendencia en auge. Estos datos, proyectados
en un periodo de tiempo, ofrecen un amplio abanico de ganancias a aquellas
empresas que se enmarquen dentro del mismo camino. En contraposición a
esta dinámica, una disminución de las ganancias nos indica que la empresa
necesita remodelar su modelo de inversión para permanecer en la ruta del
éxito empresarial.
Como resultado, medir el flujo nos invita a replantearnos nuestro propio
modelo de negocio. Una vista continuada en el tiempo, en un periodo que
abarque como mínimo un lustro (aunque puede extenderse más años), se trata
de un análisis objetivo para dilucidar si nuestra compañía goza de buena salud
financiera o no.
El flujo de caja se puede encuadrar dentro de distintas categorías atendiendo a
su naturaleza, finalidad y características intrínsecas. Te vamos a enseñar
cuáles son sus variables, ¡vamos a por ello!
El flujo de caja operativo es aquel donde una cifra determinada de dinero en
efectivo realiza una salida o entrada de la entidad comercial a través de
operaciones financieras relacionadas con los propósitos de la empresa. En el
flujo de caja operativo, al tratarse de una operación que mimetiza sus importes
con el ejercicio de actividades relacionadas, no se tienen en cuenta los costes
derivados de la financiación.
Otra variable para el flujo de caja es aquella que emplea el dinero recibido o
enviado a operaciones financieras de inversión por parte de la sede
empresarial. Por norma general, estas inversiones se realizan sobre aquellos
activos financieros que aportan una rentabilidad evidente y, por tanto,
consiguen fácilmente liquidez. ¿Puedes imaginar algún ejemplo? Bien,
seguramente alguna inversión muy rentable sean aquellos bienes inmuebles,
ya que en pocas ocasiones disminuyen su valor debido a la demanda creciente
en la sociedad. Por ello, el flujo de caja de inversión suele operar en bienes
tanto inmuebles como inmovilizados, ya sean tangibles o intangibles.