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Ediciones Paidós
Barcelona· Buenos Aires. México
Sumario
1
13 Hasta el fin del mundo
17 Viajar por el tiempo
29 El acto de ver
2
39 Percibir un movimiento
59 La verdad de las Imágenes
87 Hacer la revolución sin exigir la verdad
93 Alta definición
3
101 Apuntes sobre vestidos y ciudades
115 El paisaje urbano
127 uFind myself a city to Uve In .....
4
149 Pinta hasta la extenuación
153 Cuento de Invierno
157 Colores de ojos
161 Adelantarse al tiempo
5
173 For the Clty that Dreams
175 Vivir a solas en una casa grande
179 Sobre el futuro del cine europeo
183 Hablar de Alemania
6
197 Sobre pintores, montaje y cubos de basura
205 "1'm at home nowhere"
·
"
I El paisaje urbano
Discurso pronunciado ante
arquitectos japoneses en un
simposio celebrado en Tokio
el 12 de octubre de 1991
I
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historia no tiene nada que ver con el aspeGto real de nuestras urbes al espectador: ya no era necesario salir de casa, hacer cola y sen-
actuales. "Las ciudades desde el punto de vista de las imágenes ... " tarse entre extraños para tener una experiencia en común, o sea,
Todo parece en movimiento, en completa. transformación. social.
Ustedes ya saben lo mucho que han cambiado las ciudades. Pero la televisión tampoco tardó en sufrir transformaciones. Las
Todos saben lo mucho que Tokio, por ejemplo, se ha transformado cadenas se multiplicaron y a ellas se añadieron las televisiones por
en los últimos 100 o 50 años, incluso en la última década. Son cable, la recepción vía satélite y, sobre todo, el VIDEO, que en latín
transformaciones cada vez más rápidas y nos hemos acostumbra- significa "yo veo". El espectador dejó de estar entregado a la pro-
116 do tanto a estos cambios como a su velocidad. Pero no sólo se mo- gramación de la tele y podía confeccionar su propio programa. La 117
difica nuestro entorno urbano: también cambian "las imágenes". In- dependencia de las cintas grabadas se sustituyó por la capacidad
cluso podríamos decir que las imágenes y las ciudades se han de crear imágenes electrónicas propias. La tecnología necesaria
desarrollado de manera paralela. para ello se fue haciendo cada vez más simple, barata y fácil de
Hace mucho tiempo el ser humano garabateaba dibujos en las manejar. Actualmente, cualquiera puede llevar una Handycam en el
paredes de sus cuevas. Grababa algo.sobre.piedra o escribía cosas . bolsillo de la chaqueta. Cualquier niño puede fabricar una realidad
en la arerla. Después aprendió a pintar en otros soportes, en cúpu- de segunda mano. Pero todavía no hemos llegado al final de la evo-
las de iglesias o sobre lienzos. Durante siglos la realidad sólo podía lución. Estamos en el umbral de la revolución digital y de la imagen
ser representada en pintura. Cada imagen era un ejemplar único; de vIdeo de alta resolución, la High-Vision.
quien quería contemplar estas obras debía ir ante el único lienzo Con ella, las imágenes electrónicas llegarán a la madurez. Serán
existente' o desplazarse a la iglesia. en cuestión. Posteriormente, más bellas, tendrán más definición y seducirán más que nunca. Y
con la invención de la imprenta, las imágenes pudieron ser repro- dejarán definitivamente atrás la idea del "original". Todos los dupli-
ducidas y transportadas por primera vez, como grabados y dibujos cados serán idénticos al original; todas las imágenes electrónicas
impresos. estarán disponibles y podrán reproducirse simultáneamente en
En el siglo XIX la evolución dio un gran salto. Con la invención de todo el mundo.
la fotografía nació una nueva relación entre la realidad y su repre- Ciertamente, las imágenes electrónicas serán, en un futuro, más
sentación. Por primera vez había una "realidad de segunda mano". bellas y accesibles que nunca, pero no por ello serán más creíbles,
El siguiente paso lógico no tardó en darse: las imágenes fotográfi- al contrario: la imagen digital se podrá manipular en todo momento
cas aprendieron a moverse. Por primera vez, sin moverse de la ciu- y falsificar a voluntad. Cada píxel, cada mínima unidad gráfica, cada
dad, se podía ver el mundo desde el cine de la esquina. "átomo de imagen" se puede transformar. Como ya no hay original,
Pasados treinta o cuarenta años, al cine y la fotografía les salió tampoco queda ninguna prueba de la "verdad". Finalmente, la ima-
un competidor: la imagen electrónica. Llegaba con mayor rapidez y gen electrónica digital ampliará todavía más el abismo que separa
podía mostrar los sucesos "en directo", sin demora. Lo I!amaron te- "realidad" y "realidad de segunda mano", y llegará incluso a hacer-
levisión: visión a distancia. La televisión' creaba proximidad y, al lo insalvable.
mismo tiempo, distancia. Sus imágenes eran más frías, menos Por tanto, las imágenes han cambiado completamente su esen-
emotivas que las cinematográficas y dejaban de tener una relación cia al pasar de ejemplares pintados únicos a clones digitales. Han
directa con la "realidad". Ya no había imagen "individual", ningún crecido a una velocidad inaudita y se han multiplicado en la misma
negativo, como en el proceso fotográfico, y se necesitaba mucha proporción. Las imágenes nos bombardean como nunca ha sucedi-
más tecnología para salvar la distancia que había entre la "realidad" do en la historia de la humanidad. Y el bombardeo no cesará, al
y la persona que estaba en casa frente al televisor. Además, aislaba contrario, se hará aún más intenso. Ninguna autoridad, institución o
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En una ciudad, lo pequeño, lo vacfo, lo abierto, son las baterías se de las modas. Ustedes deben ser los autores de un edificio y
que nos permiten repostar y nos protegen de la prepotencia de lo acompañarlo desde el primer boceto hasta el momento en que se
grande. habita, exactamente igual que un cineasta debe controlar y propor-
No estoy en contra de los edificios grandes. Al contrario, me cionar todos los matices a su película desde la primera idea hasta
gustan. Amo los monolitos. los rascacielos. Pero, al mismo tiempo, el momento en que la proyecta ante un público, pasando por las le-
sólo son aguantables y cómodos si a su sombra encuentras la al- calizaciones, el reparto, el rodaje y el montaje. Un edificio y una pe-
ternativa del pequeño comercio o el café acogedor. Ninguna otra lícula tienen mucho en común. Ambos deben someterse a una pla-
124 ciudad ofrece ambas cosas a la vez como.Tokio. nificación, una forma y una financiación. Ustedes deben presentar 125
Cuando demolieron Les Halles, el mercado parisino hecho de una estructura firme y asentada, de la misma manera que una hIs-
I
hierro, yo estaba allí, llorando de rabia. toria debe servir de soporte para una película. Ustedes deben po-
Durante años en aquel fugar sólo hubo un enorme agujero. Ac- seer un estNo propio y claro, al igual que una película necesita un
tualmente, alberga un gigantesco sistema subterráneo de tiendas y idioma propio y sólido. Ustedes deben diseñar sus edificios para
boutiques que, para mí, sigue conservando el rostro de aquel gran 'que sean transparentes y t1abitables. Una película también necesita
boquete. que se pueda vivir con ella y en ella.
Si echan abajo el Golden Gai para hacer sitio a una construcción Me gustan las ciudades. Aunque, a veces, hay que salir de ellas
grande, también lloraré y ToIQo será más pobre. y contemplar1as desde la lejanía para descubrir el amor por ellas. El
No me malinterpreten. No estoy en contra de la construcción de mejor lugar para alejarse de la vida urbana es el desierto. Conozco
edificios nuevos ni de la transformación de la imagen de la ciudad. Si los paisajes desérticos de América y Australia. De vez en cuando to-
pensara que todas las pellculas nuevas contribuyen a la inflación de pas con un oasis de civilización: una casa, una antigua carretera, una
las imágenes, estaría dando,argumentos en contra del cine. No, el re- vieja vía de tren o, incluso, una gasolinera abandonada o un motel.
chazo no es ninguna solución. Cualquier edificio puede ser ejemplar En cierto sentido, son experiencias contrarias a entrar en un ctaro
por si mismo, expresar claridad y sencillez y ofrecer un nuevo están- dentro de una ciudad. Un trozo de tierra de nadie en la ciudad ofrece
dar de funcionalidad y unidad estética. Pero ustedes, los arquitectos, una perspectiva de toda la plétora urbana que te rodea, deja ver la
no deben perder de vista que el resultado de su labor en un entorno ciudad con otra luz, mientras que la aparición repentina de restos de
determinado puede desmoronarse, de la misma manera que yo, civilización en el desierto hace que éste parezca todavía más vacfo.
como cineasta, no debo perder de vista que mi pellcula se pUede Una vez, en medio del desierto californiano de Mojave, me en-
proyectar en una sala Cineplex junto a filmes que promueven la vio- contré con un letrero, una especie de anuncio muy apartado de la
lencia, películas porno o cualquier otra cosa. Mi película podría aca- carretera más cercana. Estaba en medio de la nada y sus enormes
bar en la televisión como un punto de tránsito por el que los espec- letras, descoloridas, rezaban: WESTERN WORLD DEVELOPMENT. SLOTS
tadores pasarían de largo con el mando a distancia busc¡:mdo entre 410-460.
una cincuentena de canales. Así, sólo me queda la esperanza de que Alguien, en algún momento, había proyectado levantar allí una
cada plano o, como mínimo, cada escena irradie un sosiego y una li- ciudad. Era un paraje completamente abandonado. Sólo había al-
gereza que distinga la película de un producto meramente comercial. gunos cactus desperdigados. Intenté imaginarme una ciudad en
Con ello no quiero decir que haya que competir o tomar parte en aquel sitio. Era como si ya hubiera existido y hubiera desaparecido.
una lucha encarnizada por imágenes que rivalicen por atraer la Sin embargo, no había que pasar por alto una cosa. La tierra es-
atención. Creo más bien que hay que alejarse de esta competición. tuvo allí mucho antes que cualquier ciudad y ello quitaba importan-
Sólo existe una manera de ilustrar la fidelidad a uno mismo y alejar- cia al hecho de que hubiera existido o no una ciudad.
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Algunos años después, en el desierto australiano, conocí a unos "Find myself a city to live
nómadas que llevaban viviendo allí más de 40.000 años: eran los in •.• "
aborígenes. Creían en algo fundamental: que formaban parte de su Conversación con Hans Kollhoff
tierra y que eran responsables de ella, cada uno de una zona deter- Primera publicación en: Quadems,
minada. Eran una parte más del lugar. n° 176, septiembre de 1987
La idea contraria, es decir, que ellos o alguna otra persona pu-
dieran poseer un trozo de tierra les parecía impensable. Para ellos,
126 la tierra era la dueña del hombre y nunca el hombre dueño de la tie- Hans Kollhoff: ¿Le sorprende que los arquitectos se interesen por 127
rra. La tierra detentaba la autoridad. su opinión acerca de problemas arquitectónicos o urbanísticos?
Yo pensé: quizá todas las personas, y no sólo los aborígenes, Wim Wenders: me sorprendería mucho; "ur-
han venido al mundo con esta convicción. Sin embargo, nuestra ci- banísticos", no tanto, porque es algo por lo que yo también me in-
vilización ha ocultado y reprimido completamente esta idea. Las tereso. Creo que esto se nota en mis películas, porque, para mí, el
imágenes urbanas son la prueba de ello, porque han hecho la tierra cine forma parte de la vida urbana, al igual que la música o la pintu-
invisible, como si quisieran ocultar su sentimiento de culpa. ra, y los arquitectos interesados por el urbanismo también deberían
El pedazo de piedra de Nueva York o la arena de Berlín son ver- saber qué música, qué pintura y qué cine hay en las ciudades. De lo
daderos monumentos. En muchas ciudades casi no se puede tocar contrario, ¿cómo pueden hablar sobre las y la gente que
la tierra ni sentir la piedra. Si ponemos a un aborigen en una ciudad, vive en ellas? ,
se muere. Las ciudades están tan llenas que han barrido lo esencial,
es decir, que están vacfas. En cambio. el desierto está tan vacío que Hay una serie de indicios que me han hecho ser bastante perspicaz
está repleto de esencia. al respecto y en los que he visto que no sólo hay un paralelismo en-
Para acabar mi discurso les ruego que, por un momento, con- tre los problemas de los cineastas de la Repúblicll Federal y los ar-
templen su trabajo de manera distinta: como una tarea consistente quitectos, sino que los cineastas serían incluso más precisos y rigu-
en crear un lugar de origen para los niños del futuro, ciudades y pai- rosos y se habrían planteado antes una serie de cosas que los
sajes que den forma al imaginario y la imaginación de estos niños. arquitectos o los urbanistas no han considerado hasta mucho más
y me gustaría que tomaran en consideración un aspecto que, tarde (los que lo han hecho). Por ejemplo, usted habla así de las dis-
por definición, es lo contrario de su profesión: no sólo hay que tribuidoras: "Esta brutalidad va de la creación de la película hasta la
construir edificios, sino también crear espacios libres para proteger distribución; la falta de amor por las imágenes está matando nues-
lo vacío y para que, así, lo LLENO no nos estorbe la visión y conser- tro lenguaje. Que una industria sea incapaz de proporcionar idealis-
ve lo vacío para el descanso. mo es hasta cierto punto comprensible, pero que se permita des-
preciar su producto y a sus clientes, eso ya no se entiende. Hay que
I
1 prohibirlo". En este mismo orden de cosas, usted dice de El amigo
f,
americano que no tiene contenidos políticos explícitos, pero que
I' tampoco aliena; que no convierte a sus personajes en marionetas ni,
por tanto, tampoco a sus espectadores, y que es, entre otras cosas,
una película de entretenimiento. También aquí podríamos estable-
cer un paralelismo y acuñar el término, totalmente actual, de "arqui-
tectura del entretenimiento".