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Investigación 09-10-2021
Investigación 09-10-2021
TAREA
Decisiones de ahorro
Equilibrio en la economía mundial
Papel del gobierno
Integrantes
INTRODUCCIÓN
La siguiente información se refiera al tema de decisiones de ahorro sobre el curso
de macroeconomía donde el tema trata como tomar la decisión al comprar un
producto, si es necesario también se le presenta algunas decisiones al comprar y
métodos de cómo ahorrar, para hacer el uso eficiente de nuestro dinero, también
se le muestra algunos consejos de cómo utilizar nuestro dinero a la hora de tomar
una decisión al comprar.
Todas las personas deben saber y conocer lo importante y esencial que es
ahorrar, aunque requiere de mucha disciplina y saber en qué momento realizar
una compra necesaria y en qué momento poder ahorrar para poder utilizarlo e
invertir y así hacer crecer sus fondos.
DECISIONES DE AHORRO
Ahorrar es una decisión que implica posponer el consumo a un periodo posterior
en el tiempo, lo mismo que en otros periodos puede tomarse la decisión de incurrir
en endeudamiento y adelantar a ese momento el consumo de una renta que se
espera obtener en el futuro. Tasa de interés real Ingreso disponible Riqueza
Ingreso futuro esperado Oferta de ahorro.
Esta es una ecuación errónea ya que, por lo general, el recurso que sobra
siempre es poco o nada. La fórmula que debe emplearse para iniciar un plan de
ahorro es:
Si bien cada país puede tener superávit o déficit en su cuenta corriente, el mundo
completo, por supuesto, no puede.
Agosto 2020 - Existe una relación directa entre el balance en la cuenta corriente
de la balanza de pagos y la diferencia entre el ahorro y la inversión de los países.
Si el ahorro supera la inversión, ese monto es equivalente al saldo positivo en la
cuenta corriente. Por otro lado, si bien cada país puede tener superávit o déficit en
su cuenta corriente, el mundo completo, por supuesto, no puede. Eso implica que
si, por ejemplo, hay un gran país o bien un grupo de países que es usualmente
deficitario tiene que haber otro u otros que lo compensen.
Superávit y déficit: equilibrando la balanza mundial
Desde el punto de vista de crecimiento económico, el concepto más aceptado en
general es que los países desarrollados debieran ser quienes mantengan un
ahorro superior a la inversión, con lo cual serían los países con superávit. Esto
permitiría a los países emergentes invertir por encima de su ahorro interno, lo que
aceleraría su crecimiento y permitiría una más rápida convergencia hacia los
niveles de ingreso de los países desarrollados. Lo recién descrito no ha
funcionado por varias razones, algunas internas a los propios países emergentes,
pero también porque los desarrollados no siempre han mantenido un superávit.
De hecho, desde 1980 hasta aproximadamente 1998 el equilibrio mundial se
basaba fundamentalmente en un déficit en los Estados Unidos, el cual era
compensado por superávits en Japón y Alemania. Si bien la compensación no era
exacta, este grupo de tres países, que eran las mayores economías del mundo en
esa época, nunca tuvo un déficit mayor al 0,23% del PIB mundial - medido por
paridad de poder de compra (PPP) - hasta 1998, cuando este subió a 0,31%. Sin
embargo, lo más complejo vino después, con déficits combinados de 0,51% y
0,71% en los dos años siguientes. Luego, durante los siguientes seis años y hasta
el 2006 inclusive los déficits fueron en promedio del 0,62% del PIB mundial por
PPP.
Lo anterior significa, naturalmente, que los países emergentes no solamente
deben disminuir sus déficits, sino que incluso fuerzan un superávit en promedio.
Este ajuste demostró ser muy doloroso, aunque eventualmente el superávit
de China (el cual, por ejemplo, se más que duplica entre 2005 y 2007) más la
recuperación de Alemania después de su unificación permitieron el retorno a un
equilibrio más benigno para los emergentes. La buena noticia es que el déficit
combinado de cuenta corriente de estos tres países desarrollados previamente
mencionados no ha superado el 0,14% del PIB mundial desde que se corrigió en
el año 2009. Además, superó las expectativas al convertirse en un superávit en el
año 2015, lo que se mantuvo hasta la crisis actual.
Lamentablemente para los países emergentes, frente a la pandemia los capitales
tienden a converger hacia países considerados menos riesgosos y eso es
consistente con un déficit de cuenta corriente de éstos, aunque son déficits
significativamente menores que los observados en el período de 1999 a 2006; de
hecho, del orden de cinco veces menores y, por lo tanto, no debieran tener el
efecto disruptivo que tuvieron en esa época.
Una vez más, existe un riesgo creciente de que el mundo no enfrente los
desequilibrios; esta vez, no solo debido a la autocomplacencia, sino también a la
incapacidad política.
El FMI convocó consultas entre países con déficits de balanza de pagos
profundos y persistentes, como Estados Unidos, o superávits considerables,
como China y los grandes productores de petróleo.
Los desequilibrios mundiales han disminuido un poco en los últimos años,
principalmente como consecuencia de la desaceleración mundial, más que de
medidas de política deliberadas. Pero siguen siendo persistentemente elevados y
es cada vez mayor el riesgo de que el mundo se deje
llevar por una inercia perjudicial, como ocurrió antes de la crisis financiera
internacional.
Mientras se gestaba la Gran Recesión, la existencia de estos desequilibrios estaba
ampliamente reconocida, pero no suscitó políticas correctivas sostenidas.
El FMI convocó consultas entre países con déficits de balanza de pagos profundos
y persistentes, como Estados Unidos, o superávits considerables, como China y
los grandes productores de petróleo. Pero esas consultas no llegaron demasiado
lejos.
Entre tanto, demasiada gente cayó en la trampa de citar “razones especiales” por
las cuales estos desequilibrios históricamente insostenibles podían sustentarse.
Pero lo que ocurrió fue que terminaron atizando la crisis económica mundial.
Una vez más, existe un riesgo creciente de que el mundo no enfrente los
desequilibrios; esta vez, no solo debido a la autocomplacencia, sino también a la
incapacidad de los economistas y las autoridades para llegar a un análisis común,
sin el cual será difícil forjar acuerdos eficaces y crear un sentido sólido y
mancomunado de responsabilidad entre las economías con superávit y con déficit.
Los ajustes que ocurrieron tuvieron causas negativas, más que positivas. Fueron
producto del impacto de la Gran Recesión en la demanda de las economías
avanzadas; el déficit comercial de países como Estados Unidos disminuyó a
medida que el desempleo alcanzaba niveles persistentes e inusitadamente
elevados. El ajuste se revirtió parcialmente cuando estas economías comenzaron
a recuperarse, no gracias a reformas sustentadas sino en gran medida como
consecuencia de gigantescas infusiones de liquidez por parte de los bancos
centrales y una disminución contundente de la tasa de ahorro de los hogares.
En ese momento, los fondos dejaron de circular hacia los mercados emergentes y
se refugiaron en títulos seguros como los del gobierno estadounidense, que es lo
mismo que sucedió
posteriormente en Europa.
Las preocupaciones en torno a posibilidades extremas tienen que ver con la
fragmentación de la moneda europea y el empeoramiento de las condiciones de
financiamiento de Estados Unidos. Ambas son eventualidades poco probables que
acarrearían trastornos catastróficos, con efectos de contagio negativos a los que
no escaparía prácticamente ningún país del mundo. Los economistas también
mencionan los crecientes riesgos de guerras de divisas y proteccionismo (una
inquietud vertida en numerosas ocasiones por el ministro de Hacienda brasileño,
Guido Mantega).
Podríamos decir que los desequilibrios mundiales se encuentran en un
“desequilibrio estable”. Pueden persistir durante un tiempo, pero entonces la
economía mundial seguirá apartándose del equilibrio asociado a un crecimiento
mundial vigoroso, la creación sostenible de empleos y la solidez financiera.
ECONOMÍA: es la ciencia social que estudia las relaciones sociales que tienen
que ver con los procesos de producción, intercambio, distribución y consumo de
bienes y servicios, entendidos estos como medios de satisfacción de necesidades
humanas y resultado individual y colectivo de la sociedad.
Para empezar el gobierno debe proporcionar un marco legal y social que garantice
un panorama competitivo y equitativo con todos los interventores y participantes
en la producción de bienes y servicios. Se debe mantener la competencia para
asegurar que ningún elemento ejerza actividades monopólicas o desleales, ante
eso el estado crea leyes y sistemas jurídicos que proporcionen un marco de
justicia ante la provisión y producción de bienes y servicios.
https://www.principal.cl/productos/fondos-mutuos
https://es.slideshare.net/luis4enrique4agronomo2012/decisiones-de-ahorro-
macroeconomia
https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=11604
https://www.principal.cl/actualidad/equilibrio-mundial-ahorro-inversion-y-cuenta-
corriente
https://www.americaeconomia.com/economia-mercados/finanzas/como-encontrar-
el-equilibrio-economico-perfecto
https://www.sectorial.co/articulos-especiales/item/50652-globalizacion-y-el-cambio-
en-el-equilibrio-de-la-economia-mundial